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La indudable importancia que con el tiempo ha ido toman·


do la filosofía de Hegel ha llamado Ja atención de estudiosos,
Heleno Sana
críticos y hermeneutas. Heleno Safia, atento más a la nece- 111
sidad imestigadora que a lo que en estas corrientes pueda
LA FILOSOFÍA
Q

haber de esnobismo, despliega en su libro toda la teméüca z:<


del filósofo alemán.
Primero, el reconocimiento de que Hegel es uo clásico de
la filosofía que ha sabido fundir coherentemente sistemas
afines, distantes y aun opuestos, en una expresión ftlosóftca
personal y sistemática. Después tra$ la puntual obaervadón
!
j
DE HEGEL
de los pensadores que inlluv~ron en su obra (Heráclito, Pla-
tón, Anstoteles, Plotino Giordano Bruno Kant, JKObi,
Fichte y sus compañeros y anngos Sdaelliq y Htilderltll
sumergirse en la corriente de su d1alécuca para ir etMX>I.....
conceptos e ideas, que degradan a vecn la P'DutM ......
cacion trad1c10nal
De la producción de Hegel la obra que marca la ..._
di\isoria entre los grandes filósofos y su pensandftte •
la Fenomenología del Esptn1u El conocimumto es~
dice Hegel, y la totalidad no se mela en ma ....._ ...._
disto e intmtn"O como eoaeftan lOll ronu\atloee
Schleiermacher Schiller y el propio Schelling, sino~•
1•*
proceso en el tiempo (devemr) Pero el núdco c:mt..a • •
filosofia se encut'lltra en la Lógica. que es el sistemm • la
razón pura (réplica a la Crluca de la Razó" Pura de EmM
Es aquí donde los viejos concepto& de ser eseac•, ertete
cia, objeto. sujeto verdad, rononmlento e&c. adqu111m la
consistencia hegeliana
El diálogo entre intérprete y penaactur se hace ,...._
acer:adamente criUoo, diriamoa ea las cuestiones dri dewnW
y la praxis, Estado, hiatoria y Daos Ptto el libru dt! Helem
Saña aporta u.na meritoria úntesb -Unto más cuanto que
es breve- de la filoaofia fleeeliam

BHF 96 GREDOS
ganz1912
BIBLIOTECA HISPÁNICA DE FILOSOFfA HELENO SAÑA
Dll.IGIDA POI. ÁNGEL GONZÁLE.l ÁLVAIU!Z

LA FILOSOFÍA DE HEGEL

EDITORIAL GREDOS
ganz1912

O HELENO SARA, 1983.

CAPÍTULO 1
EDITORIAL CREDOS, S. A.
Sánchez Pachcco, 81, Madrid. Espafta.
LOS MAESTROS DE HEGEL

Hegel constituye la síntesis de una serie de tendencias y co-


rrientes filosóficas en parte afines y en parte opuestas entre sí.
Su contribución básica a la historia del pensamiento universal
consistió precisamente en fundir en un todo cohesivo Ja herencia
ideativa dejada por sus predecesores en forma dispersa. Hegel
no es sólo un innovador; es también un heredero, el último
gran clásico de la filosofía. Como ha dicho Richard Kroner:
En él madura la cosecha de la semilla plantada por Kant, por
Jacobi y los knntianos, por Fichte, Schleiermacher y Schelling 1,

Los orígenes del sistema de Hegel se remontan a la filosofía


griega clásica. El pensamiento hegeliano está profundamente
vinculado a la concepción dialéctica de Heráclito, al idealismo
de Platón y al edificio conceptual de Aristóteles. Heidegger no
exagera al afirmar:
La ontología griega, en su versión escolástica, pasa, en lo esen·
DcpósiLo Legal: M. 9881-1983. cial, a través de las Disputationes metaphysicae de Suárez, a Ja
Metaff.sica y a la filosofía trascendental moderna y determina to-
ISBN 84-249-0886-4. davía los fundamentos y los objetivos de la Lógica <le Hegel 2.

lmprc!>o en España. Printcd in Spain.


1 Richard Kroner, Von Kant bis Hegel, tomo II, Tübingcn, 1921, p . 261 .
Gr'8cu Cóndor, S. A., Sánchez Pachcco, 81 , Madrid, 1983. -5462. 2 Martín Heide¡ger, Seín und Zeit, Ttibingen, 1967, p . 22.
8 La filosofía de Hegel Los maestros de Hegel 9

Los primeros impulsos para una concepción dialéctica del En realidad, la Lógica hegeliana no es más que la restaura-
conocimiento los recibe Hegel de Heráclito el Oscuro. En el ción de Platón partiendo de las síntesis a priori de Kant. El
filósofo jónico se da ya una clara prioridad del devenir sobre propósito de Hegel era, en efecto, el de concretizar la dialéc-
el ser, de lo abstracto-futuro sobre lo concreto-presente, ex- tica platónica con el subjetivismo de la filosofía trascendental.
presada en la fórmula cpanta rhei•, «todo fluye •. Heráclito ve Así, refiriéndose a la idea platónica, Hegel escribe:
la esencia última de las cosas no en su constancia e inmutabi- Nosotros tenemos que concebirla de una manera más profunda
lidad ---como la escuela eleática-, sino en su mutación ince- y concreta, pues el vacío de que adolece la idea de Platón no sa·
sante. ~sa es también la posición hegeliana. Sólo los predica- tisface ya las exigencias filosóficas del espíritu de nuestro tiempo,
dos cambian: en Heráclito, el principio de transformación está que es más rico 6.
encarnado en el fuego; en Hegel, en el espíritu. Amold Ruge
podrá, pues, afirmar, no sin razón, que «Hegel es el Heráclito Si el impulso idealista lo recibe Hegel de Platón, es de
del siglo XIX• J . Aristóteles de quien toma prestado el edificio formal y la en-
No menos decisiva fue la influencia ejercida por Platón vergadura sistemática. Es decir, Hegel utilizó a Platón corri-
sobre Hegel. Hermano Glockner ha señalado al respecto: giéndolo a través de Aristóteles. Mientras Platón no pudo libe-
Su sistema se adiestra en Platón: en la medida en que asimila
rarse del dualismo entre el mundo de las ideas y el mundo
la dialéctica de Platón, comprende por primera vez lo decisivo; de los sentidos, Aristóteles fue el primero en establecer de una
como platónico se fija la primera meta; como platónico empieza manera sistemática la unidad entre el ser y el pensar, entre
a ser lo que verdaderamente es: filósofo• . realidad e intelecto, actitud que Hegel asumiría enteramente
y que es visible en toda su obra. Hegel superó a Aristóteles
De origen claramente platónico es la tendencia hegeliana a ---con ayuda de Kant- en la medida en que concibió el mundo
trazar una crasa línea divisoria entre el conocimiento puro y de las categorías lógicas no como algo separado del sujeto, exis-
el conocimiento vulgar; asimismo, la tendencia a explicar lo tiendo por sí mismo, sino como un proceso dialéctico que el
concreto como una manifestación de determinaciones y cate- sujeto va constituyendo genéticamente.
gorías abstractas. Platón veía ya en la dimensión intelectual Platón siguió influyendo en Hegel a través de Plotino, Pro-
del alma -clogistikón»- lo más noble y elevado del hombre; clo y el neoplatonismo en general. «Hegel -dirá Feuerbach-
idéntica sobrevaloración de lo intelectual hallamos en Hegel, no es el Aristóteles alemán o cristiano, sino el Proclo alemán.
como demuestra especialmente su Ciencia de la Lógica. Como La filosofía absoluta es la filosofía alejandrina resucitada• 1.
ha dicho Lasson: Hegel se expresa efectivamente en términos muy elogiosos
El sistema de categorías de pensamiento que Hegel desarrolla sobre Proclo en una carta dirigida a Creuzer en mayo de 1821 ª·
aquf tiene gran semejanza con el reino platónico de las ideas, que Pero, dentro de la filosofía neoplatónica, no fue Proclo el que
son lo verdaderamente existente y el fundamento de todo el mundo más influyó en Hegel, sino Plotino. Esta influencia ha sido
fenoménico s. subrayada por Gurvitch:
l Arnold Ruge, Briefwechsel mul Tagebuchbliitter, tomo 11, Berlin,
1886, p . 326.
4 Hermann Glockner, Beitriige wm Verstiindnis und zur Kritik Hegels,
6 Hegel, Werke, tomo XIII, Edición Suhrkamp, Frankfurt, 1970, p. 39.
Bonn, 1965, p. 232. 1 Ludwig Feuerbach, Philosophische Kritiken und Grundsiitze, Leipzig,
5 Hegel, Wissenschaft der Logik, introd. del editor Georg Lasson, Leip-
1969, p. 242.
zig, 1923, p . XLVI. s Hegel, Brie/e, tomo II, p. 266.
10 La filosofía de Hegel Los maestros de Hegel 11
Bajo la dialéctica hegeliana se vuelve a encontrar siempre a partida de la .filosofía moderna» 10. El pensamiento de Hegel
Plotino, es decir, una danza realizada siempre sobre el mismo lu-
se mueve también en la órbita del •cogito» cartesiano. Descar-
gar, cuidadosamente disimulada, pero de la que siempre es posible
descubrir el enga.ño9.
tes no puede ser, naturalmente, identificado con Hegel, pero su
•pienso, luego soy• constituye ya una sobrevaloración de lo ra-
Lo mismo que en Plotino, el conocimiento tiene en Hegel cional sobre lo sensible, del pensar sobre el ser. El proceso
una estructura escalonada, ascendente. Cada fase de este pro- dialéctico de «purificación epistemológica» a que asistimos en
ceso posee un signjficado provisional, que sirve de trampolín Hegel se da ya, en forma embrionaria, en Descartes.
para el acceso a la fase siguiente. Cada fase del conocimiento Hegel es también deudor de Nicolás de Cusa, cuya influen-
tiene que ser superada a través de la mediación y la negación. cia recibirá sobre todo a través de Giordano Bruno, Jacobo
Por medio de este proceso dialéctico, la conciencia se va ele- Boehme y Leibniz. Nicolás de Cusa profundizó la dialéctica
vando a las regiones superiores del conocimiento, hasta alcan- platónico-aristotélica, a la que dio la dirección subjetiva propia
zar las cimas de lo absoluto y universal. El «espíritu absoluto» del Renacimiento. Los modos escalonados y ascensionales del
de Hegel no es más que una reiteración casi literal del «absoluto- conocimiento (sensus, intellectus, visio) y la división entre un
simple» de Plotino, de su «Uno». conocimiento vulgar y un conocimiento purificado constituyen
Inspirándose en el neoplatonismo, Hegel reasume la ten- una anticipación de Hegel. Ernst Bloch anota:
dencia apologética del conocimiento «puro», entendido como No se sabe si Hegel estudió o no a Nicolás de Cusa; su Historia
una liberación progresiva del yo empírico y carnal y su trans- de la Filosofía no traLa de él, pero no cita t.ampoco a Eckehart, si
formación en un yo trascendental. Lo único que diferencia a bien está demostrado que lo conocía desde sus primeros años u.
Hegel de los neoplatónicos es la estructura metodológica. El
yo puro o trascendental de Hegel no surge de una emanación Entre los .filósofos del Renacimiento que influyeron en Hegel
de Dios, sino que se crea a sf mismo a través de un largo pro- hay que mencionar especialmente a Giordano Bruno, situado
ceso dialéctico de autodiferenciación y autopuri.ficación. él mismo en la tradición platónica. El pensamiento de Bruno
Como ya en Plotino, el conocimiento absoluto significa para llega a Hegel a través de Schelling, cuya filosofía -inspirada
Hegel la fusión con Dios. El concepto de lo divino es en ambos, directamente en las fuentes del fraile dominico- ejerció in-
de todos modos, diametralmente opuesto. El encuentro con Dios fluencia decisiva sobre éL La filosofía de Bruno es una síntesis
es interpretado por Plotino como una huida frente a la realidad entre el misticismo neoplatónico y el humanismo renacentista,
sensorial y concreta; en Hegel, al contrario, la identificación entre Dios y la naturaleza. Giordano Bruno habla ya de una
con lo absoluto constituye la revelación y despliegue (Offen- crazón universal» como principio del mundo, como artesano
barung) de toda la realidad histórica. El Dios de Plotino es la «interior• del universo. Hay, según él, tres tipos de razón: la
nada, el éxtasis místico, el nirvana oriental del no-ser, de Ja divina, la cósmica y la individual. La razón cósmica es la me-
pura indeterminación. El Dios de Hegel es la totalidad de la diadora entre la razón divina y la razón humana. La W eltan-
historia humana, es praxis, civilización, creación. schauung de Bruno es organicista, concibe el universo como
Entre las influencias recibidas por Hegel figura la de Des- una totalidad viva. Todas las partes del universo, aun las más
cartes, a quien llamará, en una de sus cartas, «el punto de ínfimas, son manifestaciones del espíritu, que es, como señala

10Hegel, Briefe, tomo 111, p. 109.


' Georges Gurvltch, Dialéctica y sociologla, Madrid, 1969, p. 116. u Ernst Bloch, Subiekt-Objekt, Frankfurt, 1971, p. 84.
Los maestros de Hegel 13
12 La füosofia. de Hegel
Spinoza, enriquecida con una terminología nueva. Toda la obra
Bruno, «la verdadera realidad y la verdadera forma de las
de Hegel está llena de referencias y comentarios a Spinoza.
cosas•. El espíritu es eterno, indestructible, y no hace más que
No menos decisiva fue la influencia ejercida sobre Hegel
manifestarse a través de la diversidad de la materia. El micro-
por el misticismo alemán, particularmente por Jacobo Boehme.
cosmos es un reflejo del macrocosmos; el hombre, del universo.
El Dios de Boehme no es un ente situado fuera del mundo
Giordano Bruno concibe el mundo como algo imperfecto y como en la teología tradicional, una substancia perfecta e
deficitario, limitado, negativo, pues las cosas reales se ven obli- idéntica a sí misma, sino el producto de un proceso dialéctico
gadas a manifestarse como determinaciones o categorías siem- constante. Dios no existe, sino que deviene, como en Hegel más
pre restrictivas: diferencia, propiedad, modo, atributo, indi- tarde. O mejor dicho: su existencia es devenir, werden. La
vidualidad, etc. Sólo Dios reúne en sí mismo la perfección de Creación no consiste en un acto único anterior a la historia
lo absoluto. Lo absoluto es la unión de los contrarios, la iden- humana, sino que es la misma historia del hombre y de la tierra.
tidad completa entre punto y línea, entre espacio y tiempo, entre El Dios de Boehme está basado ya, como el absoluto de Hegel,
universo y hombre, entre alma y cuerpo, entre centro y periferia, en un eterno movimiento de negación y mediación entre dos
entre calor y frío, entre luz y tinieblas, entre materia y forma. contrarios: el bien y el mal. Esta dualidad antagónica anticipa
«¿Quién no se da cuenta de que el principio de destrucción y la dialéctica hegeliana de la negación. Como Hegel más tarde,
el principio de creación son idénticos?•, se pregunta Bruno ade- Bocbme concibe lo negativo como formando parte constitutiva
lantándose a Hegel. Cuando miramos atentamente, señala Bruno, de la verdad. Sin esta dimensión negativa no existe verdad
vemos alguna. Sobre Boehme dirá Hegel:
que Ja destrucción no es otra cosn que una creación y que la crea- Su teosofía es uno de los más notables intentos de comprender
ción no es sino una destrucción. la naturaleza íntima del ser absoluto 12.

Las categorías básicas de la dialéctica hegeliana están ya En otra parte enjuicia la obra de Boehme como cuna filosofía
contenidas en el gran filósofo italiano del Renacimiento. El ser profunda, pero de una profundidad turbia• u.
es a la vez realidad y posibilidad, posición y negación, mismidad Georges Gurvitch ha señalado:
y otridad; es decir, lleva en sí mismo, constitutivamente, el prin- Para saber de dónde viene Hegel, hay que empezar por analizar
cipio de la contradicción, base tanto de la filosofía de Bruno sus obras teológicas de juventud... Las sorprendentes nnalogias
como de la hegeliana. Devenir es por ello, a la vez, ser y dejar entre Ja concepción del joven Hege l y lns de los místicos alemanes
de ser, nacer y morir. El mundo es visto por ambos como alie- de una época anterior, de Eckehart y, sobre todo, de Jacobo Bo-
nación, como imperfección. Lo absoluto es lo posible, no lo heme. tienen tal claridad que saltan n la vista y no es posible ne-
garlas seriamente 14.
real. Lo concreto, la diversidad fenomenológica del mundo es lo
abstracto e imperfecto, que no llega a adquirir su pleno signi- No se olvide, en efecto, que Hegel estudió teología, y que la
ficado e identidad basta su fusión con el cuno•. (Hegel hablará primera fase de su labor creacional gira en torno a temas reli-
de lo universal.) giosos: Religión popular y cristianismo, La vida de Jesús, Po-
Dentro de la filosofía panteísta-organicista del Renacimiento,
Spinoza fue otro de los filósofos que más influyeron en Hegel. 12 Hegel, Briefe, tomo 1, p. 381.
La Lógica objetiva de Hegel (la parte que trata del ser y de 11 Hegel, Wissenscha/t der Logik, tomo 1, Leipzig, 1923, p . 101.
14 Gurvitcb, obra cit., pp. 102-103.
la esencia) no es sino una reactualización de la metafísica de
14 La filoso/ia de Hegel Los maestros de Hegel 15
sitivismo de la religión cristiana, Espiritu del cristianismo y su puesto a las posibilidades cognoscitivas del sujeto; segundo, ~n
destino, etc. cuanto que rechaza la concepción irracional de la fe a que tema
Si las corrientes de pensamiento enumeradas más arriba que conducir necesariamente el subjetivismo crítico de Kant.
influyeron sobre todo en la dimensión objetiva de la filosofía El filósofo de Koenigsberg había dicho: «Yo tuve que superar
hegeliana, los principales impulsos subjetivos los recibió Hegel el conocimiento para dar paso a la fe,.. Hegel se sitúa en una
de la filosofía alemana. Entre sus primeros precursores indi- posición diam etralmente opuesta. Si la actividad crítica de Kant
rectos en este sentido hay que mencionar a Leibniz, cuyo subje- había conducido a un cisma entre razón y fe, Hegel se propone
tivismo monadista asumirá Hegel a través de Kant y del idealis- fundir de nuevo ambos momentos en una unidad indisoluble. A
mo critico. Hegel empieza a ocuparse de Kant ya en su época partir de Hegel, la fe no puede ser separada del conocimiento
universitaria de Tubinga. La Crítica de la Razón Pura, apare- ni el conocimiento de la fe.
cida en 1781, es estudiada por él en 1789. En 1794, durante su Hegel llamará a Kant, con cierto desprecio, «un filósofo d~
estancia en Berna, el joven Hegel lee La religión dentro de los la resignación». Frente al hipercriticismo kantiano, Hegel rei-
limites de la simple razón. En 1795 escribe a Schelling: cDel vindica para el sujeto el derecho ilimitado al conocimiento. Si
sistema kantiano y su máximo perfeccionamiento espero una la tarea de Kant fue la de destruir los cimientos de la meta-
revolución en Alemania» u. Veintisiete años más tarde escribirá física dogmática, la de Hegel consistirá en restaurar la meta-
a Duboc desde Berlín: «No ignoro el mérito de Ja filosofía kan- física sobre una nueva base dialéctica.
tiana, en la que me he educado» 11'. Hegel reconoce, en efecto, Pero estas diferencias abismales no deben hacer olvidar el
que Kant constituye cla base y el punto de partida de la nueva hecho básico y decisivo de la influencia ejercida por Kant sobre
filosofía alemana• 17• Es precisamente la dimensión autónoma Hegel. Kant limita los derechos de la razón, pero sin destruirla
que Kant da a la razón humana lo que atrae desde el primer ni buscar refugio eo un esquema irracional de conocimiento.
momento a Hegel. Pero los elogios que aquí y allá dedica a su La división kantiana entre un pensamiento empírico y un pen-
maestro y precursor no le impiden acumular improperios sobre samiento trascendental, entre los sentidos y la razón, entre la
él a lo largo de toda su obra. percepción aislada y la actividad sintetizadora de la razón pura
Hegel es inconcebible sin la labor reflexiva del autor de las anticipa, hasta cierto punto, el esquema ascendente del método
Críticas. Gracias a Kant, está en condiciones de no caer en las de conocimiento que empicará más tarde Hegel. ¿Qué hace
especulaciones de la teología tradicional. Hegel adopta, con res- Hegel sino eliminar la engorrosa «cosa en sí» y elevar el mundo
pecto a Ja filosofía kantiana, una posición dual; de un lado, su fenoménico de Kant a mundo absoluto? ¿Qué es la Fenomeuo-
pensamiento se propone devolver al yo, al sujeto pensante, toda logía del Espíritu sino la especificación o historización de la
la dignidad genética de que había sido desposeído por la critica Ersclteinung kantiana? El filósofo yugoslavo Miladin Zovotic
de Kant; al mismo tiempo, Hegel ridiculiza todo sistema de podrá decir con razón:
ideas que se aleje del camino científico iniciado por el autor de Hegel asumió la dialéctica de Kant como teoría y método de Ja
las Críticas. coincidencia racional que inlenta resolver el problema del sentido del
Hegel es antikantiano por partida doble: primero, en la me- todo, transformando la dialéctica negativa de Kant en una teoría
dida en que se niega a aceptar las barreras que Kant había positiva del desarrollo de la realidad 1a.

is Hegel, Brie/e, tomo I, p. 23. IS Miladin Zivolié, cDie Díalektik der Natur und die Autbenti.zitiit der
16 !bid., tomo III, p. 3.'l:l. Dialektib, en Revolutioniire Praxis. lttgoslawischer Marxismus der Gegen-
11 Hegel, Wissenschaft der l..ogik, Introd., p. 44. warl, Freiburg, 1969, p. 142.
16 La filosofia de Hegel Los maestros de Hegel 17

Jean Hyppolite comparte esta opinión: ligiosos» y profundamente antikantianos. Jacobi intenta fundir
lo finito con lo infinito, lo terreno con lo sobrenatural; esta es
Estas categorías [las de Kant] tienen sólo validez para la ex- también esencialmente la posición hegeliana. Lo que Hegel re-
periencia; no son las categorías de lo Absoluto, pero la lógica tras-
chaza de Jacobi es su culto a Ja intuición, a la inmediatez, a
cendental es ya el germen de la lógica especulativa de Hegel, que
no conoce ya el límite de la cosa en sí 19,
los sentimientos. El concepto de «espíritu», que Jacobi utiliza
ya en parte para de.finir la síntesis entre los sentimientos y la
razón, será asumido por Hegel, debidamente adaptado al con-
Y en otro pasaje:
texto de su sistema.
Hegel prolonga el pensamiento cdtico en una dirección que fue Si son muchas las cosas que unen a Jacobi y a Hegel, no son
indicada ya por Kant 20. menos las que los separan. Hegel tiene una concepción dialéctica
de Dios y de Ja Creación. El espíritu no se halla al principio
El mismo Hegel reconocerá: de la historia, sino al final. Jacobi rechaza vigorosamente esta
Esta síntesis de la percepción original es uno de Los más pro- concepción y niega un proceso histórico que avanzaría de la
fundos principios para la evolución especulativa; contiene el co- nada al ser, del caos a la identidad, de las tinieblas a la luz.
mienzo para una verdadera comprensión de la naturaleza del con- Para Hegel, la historia es, en sus orígenes, abstracción, indife-
cepto 21. rencia total. La historia humano-divina no es, según él, más que
la paulatina transición de lo abstracto a lo concreto, de la indi-
Y Richard Kroner: ferenciación a la autodeterminación. Jacobi, por el contrario,
No puede existir ninguna duda de que la Critica de la Razón
coloca a Dios al principio de la historia. Dios es la substancia
Pura influyó decisivamente en la elaboración de la Lógica de primera, que da sentido a la historia humana, y no un simple
Hegel 22. producto de la misma. Jacobi rechaza, pues, la mística del de-
venir, que tan importante papel desempeñará en el sistema
Dentro de las corrientes románticas de pensamiento, Jacobi hegeliano. La historia no es negación de la negación, sino reve-
constituye un importante eslabón en la cadena del idealismo lación positiva desde sus orígenes. El Dios de Jacobi es estático,
alemán. En la medida en que intentó rebasar el criticismo kan- fijo; el de Hegel, dinámico, cambiante.
tiano y afirmó una .filosofía de lo absoluto, debe ser considerado No menos rotundas son las diferencias que separan a ambos
como un precursor de Hegel. Si éste recibe de Kant y Fichte en el plano de la teoría político-social. Siguiendo a Kant, Ja-
el impulso racional-científico, es de los románticos de quienes cobi procede a una clara diferenciación entre Estado y sociedad,
hereda la voluntad de lo absoluto. Al frente de esta corriente que Hegel identifica. La misión del Estado es, según Jacobi,
romántica se halla Jacobi. Lo que éste expresó en un lenguaje la de proteger simplemente a los miembros de la sociedad de
intuitivo y visionario lo expresará Hegel por medio de concep- una agresión exterior o de ciertos excesos individuales, de nin-
tos científicos y precisos. A pesar de sus profundas diferen- gún modo la de intervenir positivamente en el cuerpo social.
cias, ambos se mueven en la misma dirección, ambos son «re- Ninguna legislación estatal debe ni puede tener Ja virtud como
19 Jean Hyppolite, Logique et existence, Paris, 1953, p. 70. objeto inmediato, pues la virtud no puede surgir de algo externo 23.
20 Ibid., p. 102.
21 Hegel, Wissenschaft der Lcgik, tomo II, p. W.
22 Richard Kroner, obra cit., tomo II, p. 435. 23 Jacobi, Werke, tomo 11, Darmstadt, 1968, p. 370.
18 La filosofía de Hegel Los maestros de Hegel 19
Y también: dictadura filosófica en el país, el pobre HOiderlin vivió aislado
El despotismo es capaz de adoptar diferentes formas, y en toda Y en estado de enajenación mental en casa de un maestro car-
constitución estatal podemos hallarlo en mayor o menor grado 24, pinte~o de Tubinga, que lo recogió por piedad, cuidando de él
con ejemplar bondad hasta el fin de sus dfas. Mientras Hegel
El Estado no es para Jacobi la coronación del espíritu -como c.oncluir~a su vida como profesor del Estado prusiano, HOlder-
para Hegel-, sino un hecho marginal a éste, pues lo espiritual hn se distanció radicalmente en su Hyperion de todo culto al
está situado en la esfera privada e íntima del hombre. Estado, considerado por él como una expresión de lo infernal.
La actitud personal y teórica de Hegel con respecto a Jacobi D~ todos los contemporáneos de Hegel, fue Schelling el que
no fue coherente, y estuvo condicionada por ciertas contingen- más mflu.encia ejerció sobre el autor de la Fenonienología. Es
cias de orden biográfico. Durante su periodo de amistad con en ~chelling d?n~e se an~ncia de la manera más coherente y
Schelling, Hegel criticó con gran virulencia a Jacobi; rota su radical el movmuento antikantiano iniciado ya por Fichte. Su
amistad con aquél, su actitud hacia J acobi fue mucho más be- de~ensa de .10 absoluto, de Ja identidad entre el sujeto y el
névola. As{. mientras en un artículo publicado en la Revista ob3eto, do~mó durante mucho tiempo las propias posiciones de
Crítica de la Filosofía Hegel intentó ridiculizar la filosofía ja- Hegel. El Joven Hegel saludó con entusiasmo, desde su exilio
cobiana, quince años más tarde -en 1817- habló sobre él en de Berna, l~ aparición de las dos primeras obras de su condis-
un tono francamente positivo, subrayando lo que les unía. cípulo Y amigo: Sobre la posibilidad de una filoso/la en general
Durante ese período, Hegel había tenido ocasión de conocer Y Sob;e el yo como principio de la filoso/la. Cuando Hegel era
personalmente a Jacobi, a través de su amigo y protector toda~a un oscuro preceptor privado, Schelling -cinco años
Niethammer. El acercamiento entre ambos fue una consecuen- más Joven que él- había dado a conocer ya las bases de su
cia indirecta de la ruptura de Schelling con Hegel. filosofía. Schelling, que profesaba por su antiguo condiscípulo
Entre los contemporáneos de Hegel, uno de los que más de Tubinga el mismo afecto que había sentido ya HOlderlin, le
influyeron en él, en determinada época, fue HOlderlin, su con- sacó de ~ran~fort y le procuró la primera cátedra de filosofía
discípulo y amigo. Hegel debe a HOlderlin, sobre todo, dos cosas: en la Uruvers1dad de lena. Su amistad duró hasta Ja aparición
el interés por el mundo helénico y por la belleza de la expre- de la Fenomenología del Esplritu.
sión poética. En ambos aspectos, de todos modos, Hegel se En su libro Diferencia entre el sistema filosófico de Fichte
mostró incapaz de emular dignamente a su amigo. HOlderlin Y el de Schelling, publicado en 1801, Hegel se identificaba casi
influyó en Hegel durante la época universitaria de Tubinga ple~~nte con el absoluto de Schelling, con su postuJado sobre
--donde ambos compartían una habitación- y en la época de la tde~tidad entre el sujeto y el objeto. Esta afinidad halló su
Francfort, ciudad en la que los dos ejercieron durante algún ex~~es1ón en l~ fundación y redacción en común de la Revista
tiempo la profesión de preceptor privado. Fue HOlderlin quien Critica d~ la Filosofía, que dejó de aparecer a partir de la marcha
sacó a su antiguo condiscípulo de su aislamiento de Berna. de Schelling de lena.
Hegel admiraba mucho a HOlderlin, pues en él hallaba el so- La t~ea de. Hegel consistirá precisamente en convertir la
siego y la serenidad de que él mismo carecía. Cuando HOlderlin Naturphilosophie de Schelling en filosofía del espíritu, y la filo-
hubo abandonado Francfort, ambos rompieron prácticamente sofía ~el arte en lógica. Schelling despreciaba la lógica en la
toda comunicación. Durante los años en que Hegel cimentó su que ve1a una fo~a ~~stringida y vulgar del conocimiento.' Hegel,
por el. co~trano, sitúa la lógica en el centro de su sistema.
24 !bid., pp. 363-364. Schelling mtenta aprehender lo absoluto por vfa intuitiva; He-
20 La filosofía de Hegel

gel, por vía racional. Pero, a pesar de sus profundas divergen-


cias, ambos combaten el dualismo crítico de Kant, ambos parten
de la noción de absoluto. Para Schelling, lo absoluto no puede
ser captado por vía conceptual, sino únicame~te ~or ~a sen-
sible. Hegel, por el contrario, situará lo sens1ble-i_ntu1ti~o en
una esfera subalterna. Schelling es un filósofo de la inmediatez;
Hegel de La mediación y La reflexión.
La, deuda de Hegel con respecto a Schelling es innegable.
Se explica, pues, en cierto modo, q~e Sche~m_g, diez años des- CAPÍTULO II
pués de la muerte de su antiguo armgo, escnb1era en una carta
privada: HEGEL Y EL ROMANTICISMO
Puedo decir de él y de sus seguidores, que comen de mi pan.
.Es, desde lueg~. evidcnlc que siguen mis huellas. Sin mí no cxis-
tióa ningún Hegel ni ningún hegeliano en la fonna actual 25 •
Hegel inicia su período maduro de creación con una ofensiva
2S Schelling, Briefe, tomo III, p. 166. general contra el pensamiento romántico. Finalizada la fase de
su estrecha colaboración con Schelling en lena, se esfuerza en
dar a sus ideas una autonomía y una independencia de que ha·
bían carecido en el período de su formación preliminar. Todavía
en 1802, en su monografía sobre la diferencia entre la filosofía
de Fichte y la de su amigo Schelling, Hegel había subrayado
su identificación con este último, sin expresar lo que ya enton-
ces le separaba de él. La época que va desde su salida de la
universidad hasta la marcha de Schelling de lena, transcurrió
para Hegel en medio del aislamiento y de la influencia ejercida
sobre él por sus ex condiscípulos HOlderlin y Schelling. cSobre
mis trabajos no vale la pena hablar•, escribe Hegel a Schelling
el 30 de agosto de 1795 desde Berna 1• En Francfort, a su re-
greso de Suiza, había estado bajo el influjo de HOlderlin, que
le había procurado un puesto de preceptor privado en casa de
una familia patricia. Su paso de Francfort a lena y sus comien-
zos como profesor universitario los realiza bajo los auspicios
de Schelling. El creador de la Naturphilosophie era un genio
precoz; sobre su amigo tenía la ventaja de su brillantez expo-
sitiva y su audacia intelectual. Hegel, en lucha con sus medios
1 Hegel, Briefe, tomo I, p. 33.
Hegel y el romanticismo 23
La filosofía de Hegel
22
La Fenomenología es un manifiesto contra las corrientes ro-
de expresión y sus ideas básicas, no vaciló durante algún tiem~o mánticas de pensamiento. En el prefacio del libro, Hegel habla
en reconocer a Schelling como su mentor. Durante la est~c1a en términos sarcásticos de los filósofos que pretenden captar
de ambos en lena, se apoyó conscientemente en él, renun~1ando lo absoluto por vía intuitiva o emocional. Los pensadores que
a expresar en voz alta lo que ya les separaba. Sus trabaJOS de renuncian a las categorías conceptuales, al discurso lógico,
esta época renuncian a toda originalidad, p~ecen meras ~s­ creen eser los elegidos de Dios, a quienes éste les ha inoculado
cripciones o comentarios ampliados de las ideas de ~u aIDJ.go. la sabiduría durante el sueño». Pero lo que estos filósofos en-
Esta identificación condujo a una intensa cooperación entre gendran durante el sueño «no son más que sueños•. Frente a
ambos, que se tradujo en la fundación y redacción en ~mún del la escuela romántica, Hegel reivindica un sistema de conoci-
Diario Critico de la Filosofía, editado por Cotta. Schelling aban- miento basado en la idea pura o concepto (Begriff). Los .filósofos
dona l ena en la primavera de 1803. Es el momento en que Hegel y escritores románticos (Jacobi, Schleiermacher, Schiller, Schel·
se libera de toda tutela y empieza a pensar verdaderamente ling) habían proclamado una estructura epistemológica basada
por su cuenta. en Ja intuición y el sentimiento, en la obra de su arle, en la
El primer fruto de esta emancipación creadora fue la Feno- genialidad. La totalidad del romanticismo es una totalidad re-
menología del Espíritu, obra gestada entre 1803 Y 1806. La Fe· pentina, inmediata, no mediatizada. El tiempo y la razón no
nomenologia representa la línea divisoria que separa su pens~­ desempeñan en ella un papel clave y específico. Jacobi había
miento del de sus maestros, antecesores y rivales. El prefa~10 reivindicado un tipo de conocimiento basado en los sentimien·
de esta obra está escrito contra Schelling, aunque Hege~, quizá tos; la teología afectiva de Schleiermacher se mueve en la misma
por pudor 0 por tacto, evita citar el nombr.e de su amigo. En dirección. Schiller se había alejado de Kant con su afirmación
una carta en que le anuncia el envío de un eJe~~l~ (1 de mayo del cinslinto de juego» y del sentimiento estético como base del
de 1807), Hegel señala que su polémica está dmgida contr~ los conocimiento. Schelling, en fin, había situado la intuición inte-
deformadores y epígonos de Schelling, no ~ntra él ~smo. lectual en el centro de su sistema y degradado la lógica a una
¿Hipocresía? ¿Oportunismo? ¿Tacto ante qwen había sido su disciplina subalterna.
compañero de ideas y su protector? Un poco de tod_?. p~ba­ Hegel basa el conocimiento en un proceso dialéctico que va
blemente. Schelling, sorprendido sin duda por el cambio radical de las formas primarias y empíricas de la percepción a las
de su amigo, tarda en acusar recibo del ejemplar. Cuando lo formas superiores de la razón. La existencia es fundamentalmen·
hace, el 2 de noviembre del mismo año, responde en ton~ ~o­ te conocimiento racional, reflexión. «A través de la intuición o
rrecto pero marcadamente frío. Schelling señala en. su misiva contemplación (Anschauen) no se llega a ninguna ciencia; a la
que Hegel no ha especificado la diferencia entre sus 1de~s y las ciencia se llega sólo a través del pensamiento• 2 • La razón no
de sus imitadores, dando a entender con ello que considera la es solamente un instrumento de investigación para el sujeto,
Fenomenología como un ataque contra él. Hegel no responde a sino que la realidad misma es razón desarrollándose a través
la carta de Schelling ni éste intentará reanudar la ya truncada del espacio y el tiempo. Hegel proclama una concepción dis-
amistad. La ruptura es silenciosa, pero definitiva. En el trans- cursiva de la verdad, y rechaza la visión genial e intuitiva de
curso de su vida se verán todavía dos veces, pero estos en~uen­ los románticos. La verdad no puede ser nunca algo inmediato,
tros ocasionales no pueden modificar el abismo person~ ~ ideo- revelado totalmente aquí y ahora, sino que tiene que ser en-
lógico que los separa. Schelling. morirá. con la conVIcc1ón de
que su antiguo condiscípulo y amigo no hizo otra cosa que apro- 2 Hegel, Wissenschaft der Logik, tomo ll, p. 472.
piarse de sus ideas fundamentales y deformarlas.
La filoso/la de Hegel Hegel y el romanticismo 25
24
tendida como proceso. Es acumulación de experiencia, Y no vación de la vieja pugna entre carne y espíritu, entre alma y
vivencia instantánea y aislada, integración sucesiva de modos cuerpo, entre materia e inmaterialidad, entre diversidad y uni-
de conciencia suma de conocimiento, desarrollo ininterrumpido dad, entre ascesis y goce. El cristianismo había postulado ya
del sujeto p~nsante en relación intrínseca y dialéctica con el la lucha del espíritu contra el cuerpo y recomendado la ora-
cosmos que le rodea. La verdad concreta del a~ui Y. el ah~ra ción, la renuncia y la expiación como formas superiores de exis-
es para Hegel algo abstracto e incompleto. ~ evidencia mág1_ca tencia. Pero mientras que la doctrina cristiana buscaba Ja bea-
de la intuición romántica se opone a Ja totalidad real, es solip- titud y el triunfo del espíritu sobre la carne en el recogimiento
sista. Conocimiento es totalidad, y la totalidad no ~e. revela. en de la vida contemplativa, Hegel, asumiendo la ética burguesa y
sentido inmediato e intuitivo, como en el romanttetsmo, smo dinámica de su tiempo, identifica la victoria del espíritu con
como proceso en el tiempo, como deve?ir-_ . . los valores de la eficacia y la acción mundanas. A pesar de esta
Hegel niega, pues, la validez de la 10d1viduabda~ concreta. diferencia, ambas concepciones tienen una idea negativa de la
Toda la Fenomenología del Espíritu, ya desde sus pruneras pá· naturaleza, que es convertida en una realidad inferior, en un
ginas, deja entrever la lucha encarnizada y sorda que Hegel simple medio para remontarse a las cimas del espíritu. Si para
sostiene para superar una Weltanschauung basad~ en lo ~n­ el cristianismo el espíritu es sentimiento religioso, para Hegel
creto-inmediato-personal. La crítica de la percepción senst~le, es pensamiento, concepto, idea, como en Platón.
del entendimiento y otras formas del conocimiento empírico La sensibilidad teológica de Hegel le incapacita radicalmente
está encaminada a destruir la base de toda concepción episte- para comprender en toda su complejidad el mundo concreto de
mológica (y ontológica) no mediatizada. ~~ verdad e~ sólo _el la materia, de la naturaleza. Para él clo antinatural, lo animal,
regreso a sí misma a través de la negatt:vidad ~e la mmedia· consiste en detenerse en los sentidos y manifestarse sólo a
tez» a. Hegel niega Ja plenitud de la inmediatez. S1 lo verdadero través de ellos••. Esto le lleva a oponer espíritu y naturaleza:
es el todo y este todo sólo es revelable por medio de un d~s~­ «El espíritu no es algo natural, sino antes bien, lo contrario
volvimiento o despliegue histórico, en tal caso, los actos mdi- de la naturaleza• s. Y también: e El espíritu es infinitamente
viduales carecen por sí mismos de legitimación o justifi~ción más rico que la naturaleza. 6• La vida superior es sólo la vida
definitiva. Lo integral no está encarnado en el hombre, sino en del espíritu, la vida activo-histórica: «La naturaleza es un es-
la historia. El hombre es sólo una partícula infinitesimal de la cenario inferior al de la historia universab, dirá resumiendo
misma una diminuta pieza en el engranaje total.
1
su desdén hacia todo lo que esté relacionado con lo sensible e
La ofensiva hegeliana contra las corrientes romántica_s de inmediato, con todo lo que no sea esfuerzo y elaboración• 1.
su tiempo, y su intención de fundar un sistema de pensa~1~nto Por ello, afirma, «el sentimiento es la forma más baja en la
basado en lo conceptual-racional, se explican por la bostihdad que un contenido puede manifestarse»ª· Lo afectivo es una
que Hegel sentía hacia la naturaleza y la vida _instintiv_a. H~gel manifestación de lo subjetivo-inmediato; no expresa, según.
ve en la naturaleza el Ausser-sich-sein, es decir, la alineación. Hegel, lo universal-absoluto, y por ello tiene que considerarse
El hombre llega a identificarse con su propia esencia sólo en la inferior, secundario, subalterno.
medida en que logra superar (aufheben) la naturaleza a tra~és
del espíritu. Todo lo animal y sensible en el hombre -también • Hegel, Pl1iittomenologie des Geistes, Leipzig, 1907, p. 92.
lo estético- le irritaba. Su obra filosófica constituye una reno- s Hegel, Wi.ssenschaft der Logik, tomo Il, p . 415.
6 lbid., p. 430.
7 Hegel, Pl1ilosophie der Wettgeschichte, tomo I, Leipzig, 1844. p. 19.
) !bid., p. 503. 8 !bid., pp. 20-21.
Hegel y el romanticismo 27
26 lA. filosofía de Hegel

Esta idea finalista de mortificación y expiación, que se ex- Feuerbach, discípulo de Rousseau y de Schiller, denunciará
tiende como un hilo de Ariadna a lo largo de toda la obra he- el carácter racionalista y abstracto de las posiciones centrales
geliana, es de procedencia judaico-cristiana, lo que no signi- de Hegel:
fica que Hegel constituya una simple variante moderna del La filosofía es la ciencia de la realidad en su verdad y totalidad;
cristianismo, como se ha señalado a menudo. En el transcurso pero la encarnación de la realidad es la naturaleza. . Sólo el re-
de nuestra investigación tendremos ocasión de comprobar que greso a la naturaleza constituye la fuente de la salvación. Es erróneo
la filosofía hegeliana es, en lo esencial, antípoda del cristianis- concebir la naturaleza en oposición a la libertad ética. La natura-
mo, aunque Hegel asuma aspectos parciales de la concepción leza no ha creado sólo el vulgar taller del estómago, sino también
el templo del cerebro u.
cristiana. Uno de ellos es el concepto de finalidad como oposi-
ción al concepto de espontaneidad, que es pagano y natural.
Hegel siente un odio instintivo hacia la diversidad fenoménica Dilthey, que hablará del «desprecio de Hegel por la natura-
de la existencia, hacia la pluralidad sensible. De ahí que para leza•, podrá decir con razón:
fundamentar su sistema de ideas recurra a un finalismo unita- A través de los escritos de Hegel se extiende una vana lucha
rio y dogmático, basado en el culto abstracto del espíritu, en contra las ciencias de la naturaleza, del hombre y de la historia 11.
la negación de la sensibilidad, del cuerpo y de la naturaleza
humana. Albert Camus, más drástico y poético, dirá:
Situándose en una posición opuesta a la de Rousseau, Hegel
afirmará: La Fenomenología... es una meditación sobre la desesperación
y la muerte u.
Por lo tanto, el estado natural es más bien el estado de injus-
ticia, de la violencía, de los instintos naturales desatados, de los Hegel tiene su parte de razón frente a los románticos al
actos inhumanos y de los sentimientos 9.
rechazar una verdad basada exclusivamente en la espontaneidad
inmediata -por tanto, en la subjetividad radical-, pero co-
Poco antes, aludiendo también a Rousseau, habrá dicho ya:
mete el error de demonizar la espontaneidad en cuanto tal. Si
Se suele empezar la historia situándola en un estado natural, es cierto que la existencia no puede ser reducida a mero sen-
en el estado de la inocencia. De acuerdo con nuestra concepción timiento, a simple intuición personal, no lo es menos que estas
del espfritu, este primer estadio del espíritu es un estadio de la formas o manifestaciones ónticas tampoco pueden ser degra-
no-libertad, en el que el esplritu no es verdaderamente 10. dadas a categorías subalternas y negativas, a material de sa-
crificio. El error de Hegel es el de situar en una perspectiva
La libertad es para Hegel Zucht (disciplina, civilización) y dicotómica y jerárquica lo que en rigor constituye un todo
no naturaleza, como en Rousseau y en el pensamiento pagano. inseparable y cohesivo: sentimiento y razón, instinto y refle-
Esta hostilidad hacia la vida natural la hereda Hegel, en parte, xión, espontaneidad y autodominio.
de Kant y de Fichte, lo que indica hasta qué punto la idea ju-
daica de .finalidad penetra en el idealismo alemán.
11 Feuerbach, obra cit., p. 71.
u Wilhelm Dilthey, Gesammelte Schriften, tomo IV, Stuttgart-Gotinga,
1959, p. 220.
9 /bid., p. 96.
13 Albert Camus, L'homme révolté, Paris, 1959, p. 173.
10 !bid., p . 96.
28 La filosofia de Hegel Hegel y el romanticismo 29
La estructura seriada, jerárquica, que Hegel da a los mo- sistemática. Su interpretación de la historia es abstracta. Nues-
dos de conciencia (tanto en el aspecto ontológico como his- tro buen filósofo no conoce ni la naturaleza ni las clases sociales.
tórico) contradice fundamentalmente a la experiencia de la (Su capítulo sobre el amo y el esclavo no pasa de ser una dis-
antropología y de la historia. El hombre no cpasa> de un estado quisición académica situada fuera del espacio y el tiempo.)
de conciencia a otro, sino que reúne siempre simultáneamente El itinerario epistemológico y ontológico de la conciencia
en sf mismo modos de conocimiento y existencia cualitativamen- hegeliana es altamente arbitrario. El hombre no se descubre
te distintos. La conciencia como crazón• o «espíritu> no pre- primero a sí mismo como «certeza sensible>, para pasar luego
supone la desaparición o superación de otros modos de con- a la razón y demás modos de conocimiento ideal, sino que se
ciencia más elementales y primarios, como el conocimiento descubre siempre como síntesis o totalidad humano-social, es
sensible o Ja intuición. El hombre culto y espiritualizado que decir, como hombre y animal comunitario, como ente sensible
se ha elevado a las regiones superiores de la reflexión y de Ja y, a Ja vez, como obrero, empresario, paria, juez o rey. El pri-
ética sigue conteniendo en sí potencialmente tendencias afec- mer estado de conciencia del proletariado decimonónico tenía
tivas de estructura más primitiva y animal. La experiencia nos que ser conciencia de sufrimiento, de humillación, de pobreza
demuestra que individuos y pueblos altamente civilizados pue- o de hambre. Esta conciencia humillada no tiene ocasión de
den retroceder de pronto a un estado de barbarie. La cultura, elevarse a otras esferas del conocimiento ni podrá conocer los
la espiritualización, pueden ser también agentes de deshwnani- mágicos estadios espirituales que Hegel describe como catego-
zación. La misma historia de la Alemania moderna desmiente rías constitutivas de la criatura humana. Todos sus modos de
o contradice toda concepción ascendente de los modos de con- conciencia, desde lo universal-abstracto a lo universal-concreto,
ciencia en la vida de los hombres y de los pueblos. Que la son para un obrero meras lucubraciones fantásticas, espectros
paulatina sublimación de los modos de conciencia germánicos irreales. La evolución de la conciencia que nos describe Hegel
condujera a sorpresas como la de Auschwitz no podía, natu- es un cuento de brujas, está referida a una minoría de hombres
ralmente, preverlo Hegel, que veía en la raza germánica la privilegiados y cultos como él; es subjetiva y unilateral, clasista;
culminación del espíritu universal y del saber absoluto. La carece de todo valor representativo y universal.
marcha triunfal del espíritu que Hegel describe en sus obras La crítica ejercida por Hegel contra el romanticismo en la
es una abstracción filosófica. Fenomenología es ampliada y sistematizada en la Ciencia de
Los conflictos de conciencia descritos por Hegel tienen lu- la Lógica. Los tres tomos de esta obra, publicados entre 1812
gar en las regiones etéreas y puras de la teoría. Son, por ello, y 1816, fueron escritos por Hegel durante su período de Nu-
radicalmente antidialécticos. (La dialéctica sólo es concebible remberg, ciudad en la que residió desde 1808 hasta 1816. Había
a partir de la realidad concreta.) Se trata de un drama ingrávido contraído matrimonio en 1811, a los cuarenta y un años de
y especulativo, que pasa despectivamente por alto las estructu- edad. Su nombramiento como rector de un cGymnasium> y su
ras reales y verídicas de la naturaleza humana. Su filosofía re- casamiento le proporcionaron Ja tranquilidad necesaria para dar
presenta, a pesar de las apariencias racionales, una nueva mi- cima al sistema de la lógica, iniciado anteriormente.
tología. Los estados de conciencia descritos por Hegel son Ya el hecho de haberse ocupado tan seriamente de la lógica
abstractos; sus modelos ontológicos y epistemológicos, fantas- manifiesta la intención de Hegel de reivindicar esta ciencia
magóricos. El background histórico que Hegel utiliza en su frente al pensamiento romántico y a la filosofía de la intuición
Fenomenologia para dar cierta cobertura real a sus categorías en general. Hegel quiso con esta obra fundamentar sus pro-
abstractas está totalmente falsificado, parte de una deformación pias concepciones filosóficas en un sistema científico y, al mismo
30 La filosofía de Hegel

tiempo, revalorizar la disciplina de la lógica, tan menospreciada


o subestimada por los románticos. Kant, al limitar radicalmente
la posibilidades epistemológicas de la razón humana, había fo-
mentado, sin proponérselo, la tendencia a buscar la verdad
fuera de la esfera de lo lógico-inteligible. Hegel, al reivindicar
los derechos de lo especulativo-racional, pretendía entablar una
batalla doble contra el kantianismo y contra los románticos.
Pero la polémica de Hegel contra el romanticismo es, en el
fondo, más metodológica que sustancial. Detrás de la divergen- CAPtruLO Ill
cia formal entre él y los románticos se esconde una identidad
de fondo. Hegel es antirromántico en la medida en que rechaza
el método de conocimiento intuitivo-inmediato proclamado por SUJETO Y CONOCIMIENTO
Jacobi, Schiller, Schleiermacher o Schelling, pero coincide con
ellos en el hecho básico de considerar como posible el cono-
cimiento de lo absoluto. Si Hegel se acerca en parte a Kant al
reivindicar el conocimiento lógico-especulativo como el único La empresa filosófica de Hegel persigue el objetivo funda-
instrumento epistemológico legítimo, por otro lado toma po- mental de liberar el conocimiento humano de toda limitación
sición contra el criticismo transcendental al proclamar, con los o condicionamiento. Su sistema de pensamiento constituye una
románticos, los derechos ilimitados del yo en el plano del co- radical reivindicación de la autonomía epistemológica del hom-
nocimiento. En rigor, la maniobra de Hegel consistirá en com- bre. Su Lógica es, como ha dicho su exégeta Georg Lasson,
batir a Kant apoyándose en los románticos y en combatir a •el primer intento de desarrollar teóricamente y de una ma-
éstos apoyándose en Kant-Fichte. De estos dos últimos asume nera unitaria el sistema de la actividad racional autónoma• 1•
lo racional; de los románticos, el impulso irracional. Pero den- Hegel mismo definirá la lógica como «la interpretación de Dios
tro de la bipolaridad en que se mueve el pensamiento hegeliano, como es en su esencia eterna antes de la creación de la natu-
es indudable que el elemento irracional desempeña en él el raleza y de un espíritu infinito• 2•
papel motórico-genético. Su auténtico enemigo es, pues, Kant, Mientras Kant había dado a los conceptos elaborados por
y no Schelling. Ja razón una simple función reguladora, Hegel otorga a la razón
humana un rango genético, productivo. El pensamiento kantiano
se mueve dentro de la esfera de lo fenoménico o apariencial.
El conocimiento acumulado por el sujeto pensante no rebasa
nunca esta esfera, no llega a adentrarse en la verdad última de
Ja «cosa en si». Hegel niega la cosa en si kantiana y afirma que
entre el sujeto y el mundo no existe ninguna verdad indepen-
diente e inaccesible. Hegel parte del supuesto de que más allá

t Véase Wissenschaft der Logik, de Hegel, prefacio del editor, XLV.


2 Hegel, Logik, tomo I, p. 31.
32 La filosofía de Hegel Sujeto y conoc&niento 33
de la conciencia que el sujeto se crea a sí mismo no existe no es algo exterior al sujeto, sino que es sólo en la medida
ninguna verdad. Su pensamiento rompe totalmente con el con- en que es sujeto. Fuera del sujeto pensante no hay verdad.
cepto tradicional de «Substancia• o kantiano de la ccosa en Pero la verdad no es sólo fundamentalmente sujeto -como en
sí•. Camus observa con razón: Fichte-, sino sujeto-objeto, adecuación causal entre ambos
momentos. Al constituirse en razón universal, en idea legisla-
Hegel destruye definitivamente toda trascendencia venical, sobre
todo la de Jos principios. He ahí su originalidad indiscutible 3• dora, el sujeto crea al mismo tiempo la racionalidad del mundo
objetivo. A través de su reflexión, el hombre se eleva a las
Y Jean Hyppolite:
alturas del conocimiento puro; con ello no sólo se convierte
en sujeto universal-racional, sino que su racionalidad es idén-
La lógica dialéctica de Hegel es la expresión de esta doctrina de tica a la racionalidad del mundo.
la inmanencia in Legra! que no había podido realizar Spinoza •. Hegel ejerce una crítica implacable contra toda concepción
del mundo que ponga en duda la plena autonomía del sujeto
Lo absolulo no es substancia, sino sujeto. Alejándose de todo y establezca una relación de dualidad entre el sujeto y el ob-
dualismo entre objeto y sujeto, entre mundo y hombre, Hegel jeto:
concibe el proceso de conocimiento como pura creación subje-
tiva. El objeto y el sujeto no son dos entidades separadas y El concepto tradicional de la lógica parte del supuesto previo de
que en la conciencia existe una separación entre el contenido y la
extrafias entre sí --como todavía en Kant-, sino que forman
forma del conocimiento, o entre la verdad y la certeza. Se supone
un todo constitutivamente indisoluble condicionándose recípro- primero que el contenido del conocimiento existe como un mundo
camente sin cesar. Siguiendo a Fichte, que supera ya en parte acabado en sí y para sí fuera del pensamiento; que el pensamiento
el concepto kantiano de una verdad trascendental, Hegel afirma es en sí vado, que surge como una forma externa frente a este
que la realidad situada fuera del sujeto existe sólo en la me- contenido, que se llena con éste y que a través de él se convierte
dida en que es aprehendida por el sujeto. De la misma manera en conocimiento s.
(como veremos más adelante), el sujeto no es capaz de elevarse
a las esferas del saber absoluto y universal sin haber salido La verdad es constituida por el sujeto a través de las ca-
de su subjetividad inmediata, sin haber integrado en su radio tegorías de pensamiento (conceptos) creadas por él mismo. La
de conocimiento la alteridad del mundo, del no-yo. verdad objetiva no es más que el resultado de esta función
En su Crítica de la Razón Pura, Kant había llegado a la reflexiva del sujeto. Las categorías de pensamiento elaboradas
conclusión de que el concepto de lo absoluto no es accesible por el sujeto no están destinadas a creconocen una verdad
al hombre. La razón humana, obligada a depender de la ex- anterior existente al margen de él, sino que estas categorías o
periencia proporcionada por los sentidos, no puede elaborar determinaciones conceptuales son la única verdad, la verdad
más que un tipo de conocimiento contingencial y subjetivo, re- total. no sólo subjetiva, sino simultáneamente objetiva. De alú
lativo. Hegel, por el contrario, afirma no sólo que la verdad que la lógica hegeliana, lejos de ejercer una simple función cJa-
absoluta puede ser alcanzada por el sujeto, sino que la clave sificadora, como la lógica formal, se convierta en lógica dialéc-
de esta verdad radica exc1usivamente en el sujeto. La verdad tica, genética, y asuma la función que en Aristóteles desempeña
la metafísica. La verdad no está situada detrás de lo fenoménico,
J Albert Camus, obra cit., p. 179.
• Jean Hyppolite, obra cit., p. 71. 5 Hegel, Logik, tomo I, p. 24.
LA FILOSOAA DE HEGEL. - 2
34 La füosofia de Hegel Sujeto y co11ocimiento 35
no es una esencia separada de la existencia o un contenido La comprensión (Begreifen) de un objeto no consiste en otra
exterior a la forma (reflexión), sino que es esencia y existencia cosn sino en que el yo se apropia de él. lo penetra y Jo transforma
a la vez, aparición y cosa en si, contenido y forma. . en su propia forma, esto ei., en la universalidad inmediata 6.
Se notará la revolución copcrnicana que Hegel introduce
en el ámbito de la epistemología. Kant había fundado su teoría Y asimismo:
del conocimiento en la separación rigurosa entre el objeto Y En la intuición o t.ambien en la representación, el objeto (Ge-
el sujeto, entre lo fenoménico y la cosa en sí. Ambos momentos ge11.~ta11d)e!> todavía algo externo, ajeno. A través del acto de com-
forman en él dos mundos solitarios y ajenos uno al otro, cuya prcnde1 , el ~er en si y par;:i sí que tiene en la intuición y represen-
distancia no puede ser nunca definitivamente superada. p~r la tación es transformado en un ser-puesto (Gesetzf!iei11); yo Jo penetro
razón. Hegel elimina este dualismo y afirma que el conoc1m1ento pensándolo 7.
no depende de la identificación o coincidencia entre una verdad
ideal y el hombre empírico, sino que la verdad es un proceso El pensamiento, encarnado en el concepto (Begriff) y en la
de permanente génesis por parte de un sujeto que lleva e~ sf idea, se convierte de esta manera en algo genético, normativo;
mismo la determinación de la objetividad. La verdad no ~XJ.ste, deja de ser pasividad, como en la lógica tradicional, para pasar
sino que se funda y constituye a través de las categonas de a ser creatividad, actividad. «Al apropiarse de un objeto dado,
pensamiento creadas por el sujeto o conciencia d~ sí, es un el pensamiento produce un cambio en él, y de un objeto sen-
desenlace o resultado dialéctico, nunca un ente primero, una sible se convierte en un objeto pensado»ª· De acuerdo con
prioridad normativa. . Hegel, «Cl concepto es el alma misma de la vida; es el impulso
La revolución hegeliana en la esfera de la ontolog1a y la (Trieb) que a través de la objetividad se crea su objetividad•'·
epistemología es clara: en Kant, las cate~orías del entendi- Y también: «El principio de Ja filosofía es el concepto infini-
miento sirven para explicar los datos sens1bles, para dar co- tamente libre» 'º·
herencia a la multiplicidad del mundo fenoménico. Aunque La idea constituye la totalidad o síntesis del concepto y la
estas categorías son un atribulo del entendimiento humano •. son objetividad, es lo absolutamente racional. Esta idea no es un
independientes de las impresiones recibidas por los sentidos, «más allá», un imperativo categórico, sino la convergencia o
no invaden 0 anulan lo empírico-sensible, que es la fuente de unidad del concepto y la realidad, la reconciliación entre el
la vida. Hegel transforma las categorías ka~tianas de l~ razón sujeto y el objeto, entre forma y contenido. •La idea es el con-
en la base misma de la realidad, de la vida fenoménica. La cepto adecuado, lo objetivo verdadero o lo verdadero como
vida empírica que llega a nuestros sentidos en forma de diver- tal» u. O bien: «El ser ha alcanzado el significado de la verdad
sidad es, según Hegel, lo abstracto, lo no-real. Por lo tanto hay en tanto que es idea de la unidad del concepto y de la reali-
que invadir el mundo fenoménico, sojuzgarlo y someterlo a los dad» 12• Consecuente con su panlogismo subjetivista, Hegel
dictados de los conceptos puros. Lo específico de la filosofía
hegeliana consiste, pues, en someter la vida real al pensamien- 6 !bid. , tomo 11, p. 222.
to, lo sensible a lo inteligible. Su filosofía se revela como un 7 lbid .. p. 222
panlogismo hostil a la espontaneidad humana. . . g !bid., p . 229.
9 lbid .. p. 415.
Este rasgo imperativo o invasor del pensanuento hegeliano
IO lbid., p. 476.
queda expresado en Ja ntisma terminología empleada por el u lbid., p. 4(f/.
li16sofo alemán. 12 !bid., p . 409.
36
La f ilosofia de Hegel Sujeto y conocimiento 37

afirma: •Que las cosas reales no coincidan con la idea, consti- tánea. Su filosofía se manifiesta como un intento de regular
tuye el aspecto de su finitud, de su falsedad• 13• cLa idea es. la Y disciplinar, a través de los conceptos y las ideas, la existencia
identidad del concepto y de la objetividad universal• 14• Es decU": humana. Es por ello necesariamente una filosofía cuartelaría e
el concepto surge primero como una objetividad abstracta o invasora, dirigida en última instancia contra la libertad del
individual, pero a través de su mismo proceso dialéctico de hombre. El método es «el alma y la substancia, y una cosa es
conocimiento pasa a convertirse en totalidad o Yerdadera ob- comprehendida y conocida en su verdad sólo en tanto se so-
jetividad. meta totalmente al método• 20• El método es cla actividad del
De ahí que la lógica sea por antonomasia y necesariamente concepto•, la «única y absoluta fuerza de la razón, su único
«la ciencia de Ja forma absoluta que es la totalidad y que con· Y más alto impulso• 21 • Hegel anticipa, en cierto modo, la idea
tiene en ella misma la idea pura de la verdad• 15• La lógica es del superhombre nietzscheano, es decir, de un sujeto que a
la ciencia de lo formal, pero no en el sentido meramente clasi- través de su actividad pensante decreta Jo que es la verdad. Es
ficador y subordinado de la lógica tradicional, sino en un sentido evidente que si la realidad es esencialmente concepto y el con-
completamente nuevo. La forma que el sujeto pensante da a cepto es infinhamente libre, la vida deja de tener un valor o
los objetos es en sí misma el contenido y verdad de estos s~gnificado natural para convertirse en campo de experimenta-
objetos. Lo formal es lo constitutivo, no algo exterior a un con· ción ~el yo pensante. El mundo griego y cristiano, con sus di-
tenido ajeno a ello. El contenido es forma, y la forma, conte- mensiones concretas, es violado y sustituido por el dinamismo
nido; la objetividad, subjetividad, y la subjetividad, objetividad: puro de un sujeto que no reconoce más categorías y límites que
cEl contenido no es otra cosa que las determinaciones de la los que él mismo crea a través de su reflexión.
forma absoluta... Esta forma es, por tanto, de naturaleza to- La unidad conceptual que el yo o la autoconciencia pura
talmente distinta de la que se da generalmente a la forma ló- da a los objetos sensibles -lo que Hegel llama el Gesetztsein-
gica» 16. constituye la objetividad o el en sí y para sí de estos objetos
cLa idea lógica tiene como contenido Ja forma infinita» 17 • por oposición a su apariencia. Su objetividad está fundada:
La forma es ella misma idea absoluta, es decir, método, sis- pues, en el pensamiento del yo, en los conceptos. Objetividad
tema, filosofía. El método es la génesis del concepto absoluto, Y concepto no son, pues, dos momentos separados del conoci-
es lo que determina y crea la realidad, lo objetivo y subjetivo miento y del ser, sino algo idéntico constituyendo la unidad de
a la vez. El método es el principio motórico del pensamiento, la conciencia de sí o autoconciencia, que cno tiene otros mo-
cel movimiento del concepto mismo• 18• Y también: e El método mentos o determinaciones que el yo mismo• 22.
es la fuerza infinita por antonomasia, sin limite alguno• 19• Lo En la concepción kantiana, la materia empírica o mundo
que Hegel llama forma o método no es más que disciplina aparencia} ocupa una posición primaria; el entendimiento que
mental, sistematización de la existencia real, empírica, espon- ordena más tarde los datos sensibles con sus categorías aparece
como una forma vacía que hay que llenar. Por el contrario, en
Hegel, el entendimiento actúa normativamente sobre los sen-
ll /bid., p. 410.
14 /bid., p. 412. tidos desde el principio. Para Hegel, un pensamiento que se
15 I bid., p. 231.
16 /bid., p. 231.
21) /bid., p. 486.
17 /bid., p. 485.
21 !bid., pp. 486487.
18 !bid., p. 486.
22 /bid., p. 222.
19 !bid., p. 486.
38 La filosofía de Hegel Sujeto y conocimiento 39
limite a describir u ordenar pasivamente la diversidad empírica Todo el prcx:eso de conocimiento creado por el sujeto parte
pertenece a la esfera de Ja historia, no a la esfera de la lógica, ~e ~ acto ~e hbertad. Para conocer, el sujeto tiene que cons-
pues en tal caso, «el concepto no es lo independiente, lo esen- tituirse en libertad absoluta, o, lo que es lo mismo, tiene que
cial y cierto de ese material que le precede» 23• «Pero la .filosofía rechazar todo aquello que limite o condicione este acto de
no debe ser una descripción de lo que ocurre, sino un cono- auton?mía inicial. El acto de pensar empieza, pues, con una
cimiento de lo que es verdadero en ello, y sobre la base de lo negación implícita de todo el pensamiento anterior. Feuerbach
verdadero debe comprender lo que en la descripción aparece . capta muy·bien el fondo de la filosofía hegeliana cuando escribe:
como simple suceso» 24• Esta separación o diferenciación entre «La filosofía especulativa alemana constituye Ja oposición di-
historia y filosofía la toma Hegel de Fichte, que la formuló ya recta a Ja sabiduría salomónica. Mientras ésta no ve nada
con toda claridad en sus Grundzüge des gegenwartigen Zeitalters, nuevo bajo el sol, aquélla considera que todo es nuevo» 21. En
como hemos indicado ya en otro lugar 25 • Lo único que Hegel s~ punto ·de partida, Hegel no hace más que seguir los pasos de
hace es dar a la capacidad genética del yo una dimensión abso- F1chte. Como ha clico Georg Lasson: «El pensar... es Ja liber-
luta. cLa diferenciación entre el conocimiento y la simple per- tad en sí, en su existencia abstracta; es la actividad de liberar-
cepción y la representación consiste sólo en la forma del con- se de todo lo concreto, de negar cada determinación dada de
cepto que aquél asigna al contenido» 26• P?nerse (serzen) a sí mismo como lo único positivo» 2'1. Est~ es
Es evidente que la transformación del sujeto en la base de F1chte puro. Si el pensamiento ha de ser génesis, como quiere
toda verdad objetiva no puede ser explicada como un simple Hegel, ha de ser también negación de todo lo generado anterior-
acto lógico, epistemológico. Se trata, al contrario, de una de- mente. Por ello, dice Hegel, «el comienzo tiene que ser comienzo
cisión volitiva, de un acto-fuerza apodíctico y primario como absoluto, ,o, lo que es lo mismo, comienzo abstracto; no debe
la Tat-llandlung de Fichle. Como en Fichte también, el conoci- presuponer nada, no debe ser mediatizado por nada ni tener
miento no es sólo conocimiento o Wissen, sino también Wollen, un fundamento; antes bien, tiene que ser él mismo el funda-
\•oluntad. La decisión de transformar las categorías regulado- mcn~o de toda la. ciencia• :10. Y también: «Lo que constituye el
ras o sintetizadoras de Kant en razón genético-productiva comienzo, el comienzo mismo, es, por lo tanto, algo no anali-
absoluta se apoya en un sich selbst setzen volitivo. No es posi- zable» 31 • ~ientras las demás ciencias parten del supuesto de
ble comprender el fondo irracional del pensamiento hegeliano algo conoc~do y concreto, Ja filosofía tiene el único supuesto
sin tener en cuenta la verdadera naturaleza de su punto de d~ s~ propio pensar. De lo único que el sujeto no puede pres-
partida. Hyppolite le Uamará con razón cel mayor irracionalista cmdir es del cogito cartesiano, es decir, del pensar mismo.
y el mayor racionalista que ha existido» 27 • Hegel es racional Hyppolite ha observ~do con razón: cEJ comienzo de la Lógica
sólo funcional o instrumentalmente, pero su impulso funda- no es, pues, un comienzo como otro; es él mismo la reflexión
mental, basado en la megalomanía y en el endiosamiento del pura» 12.
yo, es irracional. Pero Hegel pasa por alto que el comienzo abstracto del acto
de pensar no puede ser totalmente abstracto o puro. Ello sería

23 lbid., p. 225. ia Feuerbach, obra cit., p. 23.


!bid., p. 226. 29
24 Véase Logik, de Hegel, prefacio de Lasson, LXI.
2S Véase mi Ubro Historia, marxismo y filosoffa, Madrid, 1972, pp, 93-127. JO Hegel, Logik, tomo I, p. 54.
26 Hegel, Logik, tomo II, p. 465. JI Jbid., p. 60.
Z1 Hyppolite, obra cit., p. 131. 32 Hyppolitc, obra cit., p . 84.
La filoso/ ia de He gel Sujeto y conocimiento 41
un contrasentido. El sujeto que impone sus conceptos al mundo Hegel intenta realizar en el campo de la filosofía alemana
fenoménico, a la realidad empírica, no es un sujeto neutral Y lo que Aristóteles realizó en el ámbito del pensamiento griego.
abstracto, sino un sujeto afectado por determinadas inclina- De lo que se trata es de superar el escepticismo de Kant, el
ciones y tendencias. Su interpretación de los datos sensibles idealismo subjetivo de Fichte y el idealismo objetivo de Schel-
está necesariamente condicionada por su propia realidad ling. Mintras que Kant había establecido una düerencia espe-
empírica y concreta. Una conciencia qúe dé unidad o sentido cillca entre el «en sí» de las cosas y el sujeto pensante, el pen-
a la diversidad fenoménica sin partir de un supuesto cualquie- samiento antiguo reconocía lo pensado por la mente humana
ra es un absurdo ontológico y epistemológico. Lo que Hegel co_mo la verdad misma de las cosas. Las categorías de pensa-
denomina acto puro del pensamiento (concepto) es algo empf- rrucnto no eran por ello extrañas al contenido del conocimiento,
ricamente condicionado. La función conceptual de compren- sino su misma esencia. Kant degradó, según Hegel, Ja verdad
der lo sensible-mundano no nace ex nihilo, sino que presupone a verdad subjetiva, a una opinión sin vinculación con la ver-
la existencia de una determinada visión del mundo por parte dad en sí. De ahí que Hegel afirme que Kant es más pobre y
del sujeto. La forma que el sujeto da a la realidad es, pues, vacío que Jos antiguos filósofos, y le reproche no haberlos es-
necesariamente una de-formación. La batalla no tiene lugar tudiado y haber caído bajo la influencia del escepticismo de
entre una conciencia pura y un mundo empírico, sino entre Hume. «La filosofía kantiana -afirma- sirve de almohada para
dos realidades prácticas. El deseo de querer reducir la reali- la desidia del pensamiento• Js.
dad empírica a un concepto es en sí mismo ya un acto prác- La misión de la «Ciencia pura» es, pues, la de devolver al
tico, nacido de determinadas inclinaciones cxtralógicas. De pensamiento humano toda la dignidad de que fue despojado
ahí que a Hegel, por mucho que se esfuerce en querer fundar por Kant. «La lógica ha de ser entendida como el sistema de
la ciencia pura de los conceptos puros, le salga al final el la razón pura, como eJ reino de los puros pensamientos. Este
Estado prusiano como expresión de lo universal. reino es la verdad en sf y para sí, sin velos• .36. La Ciencia de
Lo que Hegel se propone es nada menos que crear una la Lógica se convierte de esta manera en Ja contrapartida de
nueva metafísica y destruir con ello el interrogante episte- la Crítica de la Razón Pura de Kant. Hegel es el caballero
mológico dejado por el idealismo crítico de Kant. No puede, cruzado que quiere rescatar a la razón pura del cautiverio del
pues, sorprender que en el prefacio a la primera edición de escepticismo. De lo que se trata es de proseguir, sobre una
su Lógica, Hegel lamente el olvido en que ha caído la meta- n~eva base (que no es otra que la del propio Kant y la de
rtsica: «Lo que se denomina metafísica ha sido totalmente FJchte) el proceso de intelectualización del universo, iniciado
aniquilado y ha desaparecido de la esfera de las ciencias» "· por Anaxágoras. Para ello basta enfrentar a Kant contra Kant
Hegel se queja del «extraño espectáculo de ver a un pueblo mismo, es decir, dar a las categorías a priori establecidas por
cullo sin metafísica• 34. Si la lógica no se encuentra en una éste una trascendencia que rompa el muro de la «cosa en sf».
situación tan lamentable como la metafísica -señala Hegel- La ironía quiere que el mismo Kant, a quien Hegel, desde el
es porque aún presta algún servicio práctico. La lógica no ha pedestal de su soberbia, trata tan despectivamente a lo largo
experimentado desde Aristóteles cambio alguno; por ello es de s~ Ló~ica, sea el que _precisamente le dé el punto de apoyo
más necesario que nunca «transformarla totalmente•. arq~ed1ano para su ~istema de pensamiento. Pero el agra-
dec1m1ento y la modestia eran virtudes ignoradas por Hegel.
33 Hegel, Logik, tomo I, p. 3. 35 /bid., p. 44.
34 Tbid., p. 4. 36 /bid., p. 31.
42 La filosofía de Hegel Sujeto y conocimiento 43
La lógica no «consiste en un pensar sobre algo que se ha· y que todas las interpretaciones que no sigan esto método «no
llase fuera del pensamiento como fundamento en si..., sino en pueden considerarse como científicas». Ramiro de Maeztu ano-
las formas necesarias y en las determinaciones propias del taba irónicamente: «Nunca hubo hombre tan convencido como
pensamiento• n. Estas categorías o formas de pensamiento, que Hegel de haber penetrado en los misterios de la Esencia Di-
en Kant tienen una simple función coordinadora, no son meros vina• .i. Si el maestro no vacila en identificarse personalmente
reflejos de una verdad existente fuera de ellas, sino que «tienen con la verdad absoluta, no hay razón para que sus discípulos
valor objetivo y existencia» 38. Pero al convertir al sujeto en no vean en él la encarnación definitiva del «logos». Georg
verdad absoluta, en libertad ilimitada, Hegel tiene que admitir Lasson podrá entonces afirmar que Ja Lógica hegeLiana «es Ja
que los demás sujetos harán automáticamente lo mismo. El primera teoría sistemática de la ciencia pura•••.
conocimiento se compondrá de una totalidad de negaciones re- Pero Lasson, a pesar de su admiración por Hegel, es todo lo
cíprocas. A partir del momento en que un sujeto se proclama a contrario de un espíritu servil. Así, no olvidará señalar la con-
sí mismo como generador o creador de su verdad -que en tradicción estructural subyacente en la composición temática
Hegel es necesariamente verdad objetiva-, obliga a los demás de la Ciencia de la Lógica. A pesar de que el pensamiento he·
sujetos a reaccionar de Ja misma manera, pues la única posibi- geliano pretende eliminar toda diferenciación o separación
lidad de que sean sujetos libres o autónomos tiene precisamente entre el sujeto y el objeto, Hegel divide su Lógica en lógica
por condición que se constituyan como negación de todo lo objetiva y lógica subjetiva. La doctrina del ser y de la esencia
que los limite. La verdad del sujeto deja por ello de ser una es desarrollada bajo la r(1brica de lógica objetiva (que corres-
verdad absoluta para convertirse en una verdad en medio de ponde a la antigua metafísica), y la doctrina del concepto con
otras verdades, en una verdad subjetiva, individual, relativa. que. c~ncluye la Ciencia de la Lógica corresponde a la lógica
Si quiero dotar a un sujeto de la potestad de ser creación pura, subjetiva. Es decir, el sujeto o espíritu, que es el principio ge·
me veo obligado automáticamente a reconocer en los demás nético de toda la Lógica, es relegado al final, y su resultado
sujetos el mismo derecho. La vida se convierte entonces en (ser y esencia) puesto al principio.
una guerra permanente de las respectivas conciencias o sujetos Pero los reparos de Lasson son de naturaleza formal. Hay
puros. Así se explica que Max Stirner, más sincero que su que remontarse a Feuerbach para descubrir toda la falacia de
maestro, construyese más tarde todo su sistema en una lucha la dialéctica hegeliana. Marx reconoció, con razón, en Feuer-
encarnizada y sin cuartel entre los «únicos•, y Marx, en una bach al primer pensador que sometió el pensamiento hegeliano
lucha no menos encarnizada entre las clases. El pensamiento a una crítica científica. Su análisis de la Lógica y de la Feno·
incondicionado imaginado por Hegel, en oposición al pensa- menologfa hegelianas no sólo no ha perdido vigencia, sino que
miento condicionado de Kant, se manifiesta corno una ilusión tampoco ha sido superado por ninguno de los críticos posterio-
subjetiva. En la vida real no hay pensamiento absoluto; todo res, ni siquiera por el propio Marx, cuya crítica de Hegel se
pensamiento está condicionado por el pensamiento de los demás. nutre en lo esencial de las tesis de Feuerbacb. Eso no impidió
Pero Hegel, dando muestras de su «modestia•, no vacila en que Marx (y Engels) reivindicaran más tarde a Hegel a costa
creer que el método elegido por él es «el único verdadero» 39, del propio Feuerbach, como hemos indicado en otra parte 42.

l7 /bid.• p . 31. «> ~iro de. Maeztu, La crisis del humanismo, Barcelona, 1919, p. 39.
Ja Ióid., p. 32. 41 Vease Log1k, de Hegel, prefacio de Lasson, XLV.
J9 lbid., p. 36. 42 Véase mi libro Historia, marxismo y filosofía.
La filosofía de Hegel Sujeto y conocimiento 45
Feuerbach pudo demostrar impecablemente que la Lógica sador, la idea absoluta era una certeza absoluta; para Hegel
hegeliana es una simple demostración formal de un principio escritor, una incertidumbre formal» 48, Y también: •La idea
sentado apodícticamente al principio de la misma. Las catego- de la identidad absoluta o de lo absoluto en general era para
rías expuestas por Hegel tienen sólo un valor demostrativo para él una verdad absoluta completa, no sólo una, sino la verdad
el lector, pues las conclusiones eran en lo esencial conocidas absoluta, la idea absoluta misma, es decir, una idea indiscu-
por Hegel antes de que éste empezase a dar forma a sus pen- tible y situada más allá de toda crítica y escepticismo» 49, i:.sta
samientos. cYo no empiezo a pensar solamente en el momento es la razón de que la filosofía hegeliana tenga ciertamente cuna
en que traslado mis pensamientos al papel. Yo estoy seguro ya importancia crítica, pero no una importancia crítico-genética• 50.
antes del resultado de mi asunto. Yo presupongo algo sólo Su filosofía es Ja expresión de un «objetivismo a-critico».
porque sé que mi presuposición se justificará a sí misma» 43 Pero el carácter apodíctico del pensamiento hegeliano, tan
La düerencia entre el pensamiento inicial y el pensamiento for- elocuentemente desenmascarado por Feuerbach, no es el único
mulado estriba únicamente en el hecho de que éste es un pen- punto di!.cutible de su sistema. Su afirmación de que el único
samiento objetivado. cLos tipos de demostración y deducción conocimiento de rango universal y valedero es el que nos su-
no son por lo tanto formas racionales en sí, formas del acto ministra la razón o clogos • no es menos dogmática que su
intimo de pensar y conocer; son solamente formas de comuni- aceptación apriorística de la inteligibilidad de lo absoluto.
cación, de expresión• +i. Lo que el lector llega a conocer sólo a Jacobi y Schleiermacher, siguiendo a Pascal y a los románticos,
través de la mediación del proceso formulalivo es conocido ya sitúan la clave del conocimiento no en el dJscurso lógico, sino
anticipadamente por el filósofo. cEl pensar es anterior a la des- en la intuición y en los sentimientos. El centro del sistema
cripción del pensamiento• 45• Por ello, cla descripción está re- hegeliano es la lógica, Ja reílexión racional y cpura•. Es decir,
ferida siempre a una instancia superior, que en relación a ella el hombre está en condiciones de llegar al conocimiento uni-
es apriorística• 46. versal sólo en la medida en que se libera de la ccontingencia•
Un pensamiento verdaderamente dialéctico, señala Feuer- o «casualidad» de lo sensible. En el capítulo anterior hemos
bach, sólo puede ser aquel que tenga el coraje de dudar de sí visto cómo, en su Fenomcuología, Hegel niega la legitimidad
mismo desde el principio. cEl pensador es sólo dialéctico en de la experiencia sensible. En su Ciencia de la Lógica crea las
la medida en que es su propio rival» 47• Por el contrario, Hegel, categorías que han de dar una base conceptual y abstracta al
siguiendo a Schelling, empieza por admitir lo absoluto como itinerario de la autoconciencia. Hegel no cree en otra cosa que
una verdad indiscutible, apodíctica. Y precisamente porque en la filosofía y en la razón. El arte, la religión, los sentimien-
Hegel parte de antemano de un absoluto, de una certeza ideativa tos, la intuición son formas imperfectas e impuras de conoci-
anterior a todo acto de pensar, su filosofía no es genética, sino miento. cla filosofía tiene el mismo contenido y objetivo que
únicamente formal. Su absoluto está, para él, demostrado esen- el arte y la religión, pero constituye la forma más alta de
cialmente antes de que lo sea también formalmente. Por ello, comprender la idea absoluta, pues su forma, que es el concepto,
la demostración es meramente formal. cPara Hegel, como pen- es la más elevada» 51 • Schopenhauer, siguiendo aquí a los ro-
mánticos. vefa en cambio en la reflexión racional un atributo
4J Feuerl>ach, obra cit., p. 31.
.. !bid., p. 38. 41 /bid., p . 48.
45 [bid., p. 42. ., [bid., p . 54.
46 !bid., p. 43. so !bid., p . 61 .
47 !bid., p. 46. SI Hegel, Logik, tomo n. p. 484.
46 La filoso/la de Hegel Sujeto y conocimiento 47
subordinado, subalterno: •Este intelecto es lo secundario, es el verdades superiores o inferiores, sino únicamente verdades con-
posterius del organismo, y, en tanto que una simple función cretas e individuales. Cada hombre es una excepción, y existen
cerebral, está condicionado por éste• 52• Y también: e Pues el tantas verdades como excepciones, y lo verdaderamente uni-
intelecto nos es conocido sólo a través de la naturaleza animal; versal no consiste en dividir las verdades en puras e impuras,
por lo tanto, como un principio absolutamente secundario y en racionales e irracionales, sino en reconocer la legitimidad
subalte.m o en el mundo, un producto de origen posterior» .53. de cada respectiva verdad humana. Por encima de los conoci-
Marx opinaba, en el fondo, lo mismo: «La autoconciencia es mientos científicos o filosóficos que nos suministran los con-
más bien una cualidad de la naturaleza humana, del ojo hu- ceptos «puros• está la condición humana de cada hombre. Como
mano, etc., no la naturaleza humana de la autoconciencia• 54 • ha dicho Feuerbach: «Sólo lo humano es lo verdadero y real;
Bakunin, con su magnífico instinto para desenmascarar todo lo pues sólo lo humano es lo racional; el hombre, la medida de
abstracto, había subrayado ya Ja impotencia de La razón y de la la razón• 50 •
ciencia para captar y descifrar la realidad de lo concreto: La vida auténtica, la vida biológica y afectiva no se deja
La individualidad de una cosa no es definible ... La ciencia no se reducir a puras categorías conceptuales, es reacia a todo es-
ocupa más que de sombras... La realidad viva se le e!.capa ... .La quematismo. Y si Hegel se imagina poder lograrlo es simple-
ciencia no puede salir de la c<;fera de las abstracciones En este mente porque sus categorías lógicas están vacías de todo con-
sentido es infinitamente inferior al arte . . El arte es, pues, en cierto tenido real y humano. Feuerbach vuelve a tener razón cuando
modo el retorno de la abstracción a la vida. La ciencia, por el
escribe:
contrario, es la inmolación perpetua de la vida f-ugiliva, pasa.jera
pero real, en el altar de las abstracciones eternas .s5. La filosofía hegeliana no ha podido superar la contradicción
entre el ser y el pensar. El ser con que comienza la Fenomenologla
El desprecio hegeliano por las dimensiones suprarracionales se halla, no menos que el ser con que comienza la Lógica, en con·
del hombre (lo irracional, el subconsciente de Freud) era ab- tradicción directa con el ser real 57.
soluto. Pero afirmar, como hacía él, que el único conocimiento
universalmente legítimo es el que se funda en la idea, en el con- El hombre de carne y hueso no cuenta para Hegel. La iden-
cepto, es afirmar implícitamente que sólo el filósofo es capaz tidad hegeliana entre ser y pensar, entre vida y conocimiento
de conocer, lo cual es absurdo. El conocimiento abstracto y racional, es una identidad basada en la previa aniquilación de
puro del discurso lógico es una forma de conocimiento, no la todas las propiedades concretas y verídicas del hombre. Feuer-
única. Afirmar que la verdad es sólo conocimiento racional bach de nuevo:
•puro• equivale a suponer que los hombres que carecen de La verdad del pensamiento y del ser sólo tiene sentido Y es
conocimientos filosóficos cnrecen ele verdad o viven en un es- verdadera cuando el hombre es concebido como el fundamento,
tadio ontológico inferior, lo cunl es difícil de probar. Todo como el sujeto de esa unidad Sólo un ser real conoce las cosas
hombre tiene, al margen de sus conocimientos teóricos, su reales; sólo allí donde el pensamiento no es sujeto para si mismo,
propia verdad, y en el plano humano y existencial no cxjsten sino predicado de un ser real, no está separado del ser sa.

Sl Schopenhauer, Selección de textos, Fischer Büchcrei, p . 85.


53 lbid., p . 94. 56 Feuerbach, obra cit., p. 266.
54 Marx, Manuscritos, Alianza Editorial, Madrid, p 191. SI lbid., p. 245.
55 Bakunin, Cl1oix de textes, J . J. Pauvert écliteur. pp. 72-73. sa /bid., p. 266.
48 La filosofia de Hegel
Por ello, dice Feuerbach anticipándose a Marx y a Kier-
kegaard, «el problema del ser es precisamente un problema
práctico, un problema en el que participa nuestro ser, una
cuestión de vida y muerte» 59• Y también: «El ser es Ja frontera
del pensamiento; el ser cuanto ser no es un objeto para la
filosofía abstracta, absoluta» 8>.
S9 /bid., p. 239.
8) /bid., p. 235.
CAPÍTULO IV

EL MUNDO OBJETIVO

En el capítulo precedente hemos expuesto y analizado el


proceso seguido por el sujeto para constituir conceptualmente
su verdad y, a la vez, la verdad del mundo. El sujeto desempeña
en el sistema hegeliano el factor motórico o activo, pero sería
completamente erróneo deducir de ello que su pensamiento no
constituye más que una variante del subjetivismo. Nada más
lejos de la realidad. El momento subjetivo está en Hegel com-
pensado por un momento objetivo no menos importante, del
que vamos a ocuparnos en seguida. La prioridad que Hegel da
a la función genética del sujeto corresponde a la influencia ejer-
cida sobre él por el pensamiento de Kant y Fichte. Este ele-
mento subjetivo no es en el fondo sino una potenciación al
máximo de las síntesis a priori de Kant y del yo absoluto de
Fichte. Pero la característica central del pensamiento hegeliano
consiste precisamente en no detenerse en este subjetivismo y
en completarlo con el objetivismo o filosofía de la identidad de
Schelling. La fusión de estas dos concepciones en un sistema
único es lo que da a su pensamiento el carácter de síntesis
ecléctica y ambigua.
Si por la actividad genética del sujeto el sistema hegeliano
es idealista, por la importancia especial que Hegel asigna a
la realidad bruta, su pensamiento es realista. Hablar de Hegel
50 La filosofía de Hegel El mundo objetivo 51
como idealista es sólo parcialmente correcto; de la misma nifica Ja dimensión verdadera y constante del ser. Su función
manera, su sistema podría ser denominado realista. En rigor, es la de negar el ser, la de constituir su primera negación. El
es ambas cosas a la vez. Henri Lefebvre, a quien debemos una ser se descompone (z.ersetzt sich) en esencia y apariencia, pre-
interpretación de Hegel mucho más lúcida que la de Marcuse suponiéndose (voraussetz.en) y contraponiéndose a sí mismo
-que no pasa de ser un epígono brillante-, ha visto muy bien (entgegensetzen). El ser inmediato es primeramente lo no esen-
que el sistema hegeliano permite ser comprendido desde dos cial, es apariencia (Schein). Pero esta apariencia no es algo
y hasta tres perspectivas distintas. En la medida en que Hegel exterior y ajeno a la esencia, sino un atributo o condición in-
subsume la facticidad de la existencia en el rígido corsé de sus herente a ella. «Pero la apariencia misma es esencial a la esen-
conceptos normativos, su pensamiento es idealista; en la me- cia; la verdad no sería si no apareciera»'· «La esencia es el ser
dida en que sus conceptos no son más que la objetivación de superado» 2• Y también: «La esencia es la negatividad del ser» J.
virtualidades existentes potencialmente en la misma realidad, Es el ser mismo, pero trascendido. Por su parte, la apariencia
Hegel es indudablemente realista. Eso explica que su pensa- del ser es Ja esencia misma, la negatividad de Ja esencia. La
miento, partiendo de la idea absoluta, no llegue a rebasar nunca esencia es su propia apariencia, o aparece a sí misma como apa-
la escueta facticidad de las cosas. O lo que es igual: su pen- r~enc~a; en su propia apariencia. De la misma manera, la apa-
samiento no consiste, en el fondo, más que en una transforma- nenc1a no es otra cosa que la misma esencia que se manifiesta.
ción de Ja realidad en idealidad. La esencia es idéntica consigo misma, pero su identidad es
La actividad del concepto subjetivo es sólo el desarrollo de con tradictoria y contiene en sí la determinación de la diver-
lo que existe ya en el objeto mismo como virtualidad o poten- sidad o diferencia. Es decir, Ja identidad de la esencia es sólo
cia. El setz.en (poner) del sujeto implica un Vorausgesetz.te concreta si incluye en sí el momento de su propia negación.
(presupuesto); es decir, la función normativa ejercida por la «La verdad es sólo completa en la unidad de la identidad y de
conciencia sobre la realidad fenoménica y dispersa está ya con- la diversidad• 4• La verdadera identidad es, pues, siempre una
tenida como condición previa en ese mundo fenoménico. El identidad que incluye lo diverso, de ningún modo algo estático
sujeto convierte en realidad conceptual lo que en el mismo y sencillo. «La diversidad es el momento esencial mismo de la
mundo fenoménico existe ya como posibilidad real. O lo que identidad» 5• Hegel divide la identidad en dos categorías: Ja
es lo mismo: el sujeto no hace más que dar forma conceptual identidad abstracta y la identidad concreta. La primera es una
a la misma esencia (Wesen) de su realidad, que en su inme- identidad formal y propia del entendimiento, pues excluye el
diatez surge como apariencia (Schein) ante nosotros. El sujeto principio de la diversidad o diferencia. La Yerdadera identidad
no crea con sus conceptos y categorías de pensamiento un es, por el contrario, concreta y contiene el principio de la di-
mundo aparte, no lo inventa o hace surgir de la nada, sino que versidad.
su función consiste estrictamente en actualizar y dar forma a Todo lo que Hegel dice sobre la esencia y la apariencia no
las virtualidades o posibilidades inherentes a Ja realidad obje- es sino una reactualización de la vieja división filosófica entre
tiva. Lo que en realidad hace el sujeto es revelar una verdad potencia y acto. Sus disquisiciones sobre la identidad abstracta
todavía oculta, darle forma, posibilitar el desarrollo de un
proceso cuya base o fundamento (Grund) está en la misma Hegel, .1.sthetik, edición Suhrkamp, Frankfurt, 1970, p. 21.
realidad. Hegel, Logik, tomo II, p. 8.
l !bid., p . 9.
La esencia es la antítesis o, como dice Hegel, el término 4 /bid., p . 33
medio (Mitte) entre el ser y el concepto. En cuanto tal, sig- s !bid., p. 33.
52 La filosofía de Hegel El mundo objetivo 53
y la identidad concreta constituyen una nueva versión de la esencia en su misma identidad, lo mismo que la esencia tiene la
diferenciación fichteana entre el yo y el no-yo, es decir, entre forma absoluta en su naturaleza negativa» 10. La forma es la
la conciencia abstracta y la conciencia concreta. propia reflexión de la esencia, que, al determinarse como re-
La unidad de la identidad y de la diversidad constituye la flexión, aparece como materia; por tanto, es la «Verdadera
oposición (Gegensatz). Esta unidad es a la vez positiva y nega- base o sustrato de la forma• 11 • «La forma presupone una ma-
tiva. Lo negativo está contenido en lo positivo, y lo positivo, teria a la que está referida• 12• Pero Ja materia, a la vez, con-
en lo negativo. Pero en esta oposición radica precisamente su tiene en sí ya el momento de la forma. La forma (reflexión,
mismo principio vivificador y genético: «La identidad abstracta sujeto) es la que determina la materia, pero la forma sin la
consigo misma no significa vida» 0• Pues «una cosa sólo es en materia es una abstracción. «La materia es lo pasivo; la forma,
la medida en que contiene en sí la contradicción» 7• Lo que lo activo» 13• Ambos momentos sólo adquieren su significado in-
Hegel denomina aquí la contradicción será llamado por Fichte tcrpenetrándose a sí mismo. «Por lo tanto, la materia tiene que
la resistencia que el yo requiere para desarrollarse. «Las cosas ser formada y la forma tiene que ser materializada• 1•. La forma
finitas, en su indiferente diversidad, son contradictorias en sí es por ello a la vez «independiente y esencialmente referida a
mismas•ª· Lo positivo y lo negativo contenidos en la oposición una alteridad• 15• La alteridad de la forma es la materia, y la
entre identidad (principium identitatis) y diversidad (princi- materia es la alteridad de la forma. «La actividad de la forma,
pium diversitatis), que al principio aparecen como dos momen- a través de la cual es determinada la materia, consiste en una
tos indiferentes, no pueden de todos modos ser considerados conducta negativa de la forma consigo misma» 16. Por ello, cla
como iguales entre sí. Es claro que lo positivo en sí es la iden- determinación de la materia es el movimiento propio de la
lidad, y lo negativo, la diversidad. Lo negativo es lo diverso forma» 17• A su vez, «lo que aparece como actividad de la forma
separado de la identidad. Lo positivo es la identidad que ha es asimismo el propio movimiento de la materia• "· «~ ma-
superado su abstracción inicial e integrado en sí misma la teria es en sí contradictoria, pues en cuanto identidad inde-
diversidad. La contradicción yace en la misma estructura del terminada consigo misma es la negatividad absoluta• 19. Por
ser; es el principio de su propia génesis, de su propio deve- ello, «la acción de la forma y el movimiento de la materia es
nir. Una cosa es sólo en la medida en que se contradice a sí lo mismo» :io. Pues, dice Hegel, «la materia está, en cuanto tal,
misma y lleva en sí el momento de la alteridad o del no-ser. determinada o tiene necesariamente una forma, y la forma es
(En Ficbte, el no-yo.) absolutamente forma material, existente• 21 • La forma es el
La esencia es Grund (fundamento, razón de ser) o, como dice
Hegel, «la esencia se determina a sí misma como fundamento• 9 • 10 !bid., p. 69.
El fundamento de las cosas es lo que constituye Ja totalidad 11 !bid., p. 70.
de la esencia. El fundamento se determina a si mismo como 12 /bid., p. 70.
13 /bid., p. 71.
forma y materia, y se da a sí mismo un contenido. La esencia 14 /bid., p. 71.
tiene en sí misma el momento de la forma, de la misma manera 15 !bid., p. 72.
que la identidad de la forma es la esencia. «La forma tiene la 16 !bid., p. 73.
17 !bid., p. 73.
6 !bid., p. 59. I& [bid., p. 73.
7 !bid., p. 59. 19 /bid., p. 73.
• !bid., p. 62. 20 !bid., p. 74.
' !bid., p. 63. 21 Ibid., p. 74.
54 La füosof ía de He gel El mundo objetivo 55
no-ser de la materia, y el no-ser de la materia, la forma, o lo es clara: no hay trascendencia alguna, ni misterio ni incógnita.
que es idéntico: tanto una como la otra sólo pueden realizarse La vida es estrictamente lo que ocurre o se manifiesta, y detrás
a través de la otra como unidad y negación. de esta facticidad no existe nada. La base organicista de su
La unidad de la forma y la materia constituye e1 contenido, esquema la toma Hegel de Giordano Bruno y Spinoza, que
que a su vez tiene un fundamento como identidad. De la misma asume a través de Schelling. La historicidad o dialecticidad
manera, todo fundamento tiene un conterudo. El fundamento inherente a las respectivas categorías de pensamiento la en-
de las cosas es, pues, idéntico a Jo fundado, y lo fundado, idén· cuentra Hegel en Platón y en el neoplatonismo.
tico al fundamento: «No hay nada en el fundamento que no La verdad de Ja existencia es, en efecto, la de su aparición
esté en lo fundado, ni nada en lo fundado que no esté en el o fenomenidad (Ersclteimmg). «La aparición es la unidad de
fundamento• 22• Cuando un fundamento o razón de ser es ver- la apariencia y de la esencia• 17• Entre ambas no hay ningún
dadero, suficiente, entonces se manifiesta necesariamente como muro de separación: «El mundo existente en sí y para sí es
tal, como consecuencia o resultado, como existencia. «Cuando la totalidad de la existencia. Fuera de ella no hay nada más•"·
se dan las condiciones de una cosa, ésta aparece en la existen- El mundo que aparece, el mundo fenoménico y visible «tiene su
cia» n . Por ello, «la cosa es antes de que exista• 24 • unidad negativa en el mundo de la esencia» 29• Este mundo
«La esencia tiene, pues, que aparecer» 25• Su apariencia es esencial es cfundamento puesto (gesetzt) al mundo fenomé-
su ser, y el ser es Ja existencia. Lo que aparece (fenómeno) nico» lll, O también: «El mundo existente en sí y para sí es el
muestra lo esencial, y lo esencial no es sino su propia apari· fundamento determinado del mundo que aparece» 31 • Ambos
ción o manifestación. La esencia es, pues, aparición, y la apa- se explican y adquieren sentido sólo a través de su reciproca
rición, esencia, o la cosa en si es fenómeno, y el fenómeno, negación y mediación.
inevitablemente cosa en sí. La cosa en sí no puede ser sin De la misma manera, el todo no se explica sin las partes
aparecer, sin mostrarse en el mundo, de la misma manera que (diversidad fenoménica) y las partes no se explican sin el todo.
la esencia no puede realizarse sin pasar a ser apariencia. La Su verdadera identidad la obtienen negándose e interpenetrán-
cosa en sí no es algo oculto detrás de los fenómenos, como en dose a sí mismos, superando su abstracta sencillez esencial.
Kant, sino su propia objetivación o resultado fenoménico. «La cEl todo existe gracias a las partes, de manera que sin ellas
cosa en sí como tal no es más que la abstracción vacía de toda no es nada• "· Su totalidad es por ello relativa, condicionada,
determinación» 26• La cosa en sí queda, pues, reducida a sus pues «lo que lo constituye como totalidad es su alteridad, las
cualidades, a sus manifestaciones concretas, a su proceso de partes» 33. Su existencia no se apoya en sí misma, sino en su
revelación y materialización. otridad o negatividad. Las partes, a su vez, tienen en sí como
Como el lector habrá percibido, Hegel combate aquf la divi- momento el todo, son por ello también relativamente indepen-
sión kantiana entre cosa en sí y fenómeno; para ello se apoya dientes; es decir, dependen de su alteridad u otridad: «Sin el
en una revalorización de la filosofía emanantista y panteísta
pre-kantiana. La tesis subyacente en el pensamiento de Hegel 27 /bid., p . 123.
21 lbid., p. 132.
2l /bid., p . 78. 29 Ibid., p. 133.
2l /bid., p . 99. 30 lbid., p. 133.
2' /bid ., p . 99. Jt Ibid., p. 134.
2~ /bid., p. 101 32 Ibid., p. 140
2il /bid., p. 111. 13 Ibid., p. 140.
56 La filosofia de Hegel El mundo objetivo 57
todo, las partes no ex.isten» 34• Por ello, «el todo y las partes se absoluto se convierte en realidad manifestándose como atri-
condicionan recíprocamente» .u. El todo es la condición previa buto y como modo. Hegel expone esta fase de lo absoluto re-
de las partes, y las partes, del todo. Entre ellos no existe nin· curriendo, como en toda su Lógica, a Spinoza y Schelling. Lo
guna relación de prioridad o exterioridad. «El todo es igual a absoluto es, pues, atributo o modo, o lo que es lo mismo: el
las partes, y las partes, iguales al todo. En el todo no hay nada atributo y el modo no son más que lo absoluto mismo: el.a
que no esté en las partes y no hay nada que esté en las partes importancia verdadera del modo consiste en que es el propio
sin estar en el todo» 36. movimiento reflex.ionante de lo absoluto• 19• En lo absoluto
O lo que es lo mismo: lo interior es idéntico a lo exterior, queda suprimida la barrera entre forma y contenido: cEl con-
y lo exterior, a lo interior. Lo interior (esencia) no es sin que tenido de lo absoluto es el de manifestarse• 40 • Al manifestarse,
se exteriorice, y lo que se exterioriza (ser) no es otra cosa que lo absoluto se convierte en realidad: cEl modo es la exterio-
lo interior superando su identidad inmediata y abstracta. «Lo ridad de lo obsoluto» ••.
que una cosa es Jo es completamente en su exterioridad; su Pero la realidad presupone una posibilidad, que es su inte-
exterioridad es su totalidad. Su aparición no es sólo su re- rioridad, su reflexión, su esencia. La realidad no es sólo su
flex.ión en otro, sino también en sí, y su exterioridad es por materialidad, su exterioridad, no se agota en su existencia in-
lo tanto sólo la exteriorización de lo que es en sí; y en tanto mediata. La realidad contiene en sí La determinación de la con-
su forma y su contenido son absolutamente idénticos, no es tradicción. Posibilidad y realidad son opuestos que se realizan
en sí y paro sí más que en su exteriorización. Es la revelación negándose o mediatizándose respectivamente. Hegel establece
de su esencia, pero de manera que esta esencia consiste sólo en una diferencia especffica entre lo simplemente existente y lo
lo que se revela• 37 • Y también: «La realidad es la unidad de real en sí. diferencia que constituye el motor de su dialéctica:
la esencia y la ex.istencia• .ia. La realidad absoluta es, pues, la «El ser no es todavía real; es la primera inmediatez; su reíle-
unidad de lo interior y lo exterior, de la cosa en sí y del fenó- xión es, pues, devenir y transición a otro; o su inmediatez no
meno, de la reflexión y la objetivación, de la esencia y la apa- es en s( y para sf. La realidad es, pues, más elevada que la
riencia, de la forma y el contenido, del todo y las partes. existencia• •1. La realidad aparece, pues, opuesta a Ja posibi-
Lo absoluto no se halla ni en el ser ni en la esencia como lidad. La realidad es primero ser o existencia, pero «como es
momentos separados, sino en la unidad de ambos; por ello es esencialmente no mera existencia inmediata, sino que en su
algo contradictorio y negativo. Lo absoluto es el contenido y calidad de unidad formal es el ser en sí y para sf o la interio-
la forma juntos, es diferencia y diversidad, totalidad interior ridad y la exterioridad, contiene inmediatamente el ser en sí
y exterior. Es la identidad del ser y de la esencia o la identidad o la posibilidad • ~.
de lo interior y lo exterior. Pero este absoluto está circuns- Por lo tanto, • lo que es real es posible• ... Lo mismo que la
crito a la esfera de la realidad, de la facticidad, de la historia. realidad, la posibilidad contiene un momento positivo y otro
Es deficitario y no incluye en sí el concepto, la idea absoluta. negativo. Es algo deficitario (mangelltaft) que alude a la reali-
Es la antítesis oponiéndose a la abstracción de la tesis. Este
)9 !bid., p. 163.
)4 /bid., p. 140. 40 /bid., p. 164.
lS /bid., p . 140. •1 !bid., p. 169.
J6 /bid., p. 141. 42 Ibid., p. 169.
n lbid., p . 155.
.18 /bid., p . 156. ..
.f,S !bid.,
lbid.,
p. 171.
p. 171 .
58 La filosofía de Hegel El mundo objetivo 59
dad y sólo se completa en ésta. En su aspecto positivo, la posi· «la posibilidad real y la necesidad son, por tanto, sólo apa-
bilidad no es más que la esencia de las cosas; puede llegar a rentemente diferentes» 49. La necesidad contiene en sí misma
serlo todo, es «el recipiente indeterminado del todo» 45. O dicho el momento de lo casual: «En realidad, la necesidad real es
con otras palabras: «El reino de la posibilidad es, por lo tanto, en sí también casualidad» so. Y también: <i<LO necesario por
Ja diversidad ilimitada» 46• Mas, puesto que la diversidad tiene antonomasia es sólo porque es; no tiene, por lo demás, nin·
en si misma el momento de la negación y está referida a algo guna condición ni fundamento. Su posibilidad es su realidad» 51•
antagónico y contradictorio, todo lo posible es a la vez impo- «La necesidad absoluta es, pues, la reflexión o forma de lo
sible. «La posibilidad no es aún toda Ja realidad»~. Todo lo absoluto... Es la absoluta transformación de su realidad en su
que es formalmente posible es también imposible. Posible y, posibilidad y de su posibilidad en realidad. La necesidad ab-
por tanto, real sólo puede ser una posibilidad no separada de soluta es por ello ciega» 52• Es decir: la necesidad absoluta es
la realidad, del contenido de la existencia. Cuando la posibilidad Macht (poder), pero no todavía objetivo final, libcrlad, con-
deja de ser simplemente formal y está vinculada a lo real, la ciencia de s[ mismo. Es el «destino» de los griegos, por opo-
unidad de estos dos momentos pasa a convertirse en casualidad. sición a la providencia cristiana. «La casualidad es necesidad
Lo casual es algo casualmente posible y algo casualmente real. absoluta, es la condición previa de la absoluta realidad pri-
Lo casual carece por una parte de una razón de ser (Grund) mera» 53. La necesidad absoluta (o casualidad) como culmina·
precisamente porque es casual; pero, al mismo tiempo, su ción de la realidad y la posibilidad, se opone todavía a la
misma casualidad implica una razón de ser o fundamento. Lo libertad, que no es más que la comprensión de lo que es
casual lleva en sí la determinación de Ja contradicción y la absolutamente necesario. Como tal no constituye la verdad
paradoja. El mundo de la casualidad carece de ley interior, de verdadera, la verdad del sujeto o del concepto. El mundo de
norma; es arbitrario, refleja el curso externo y caótico de las lo absolutamente necesario pertenece todavía a la objetividad
cosas. Es un mundo que Hegel intentará más tarde «superan no reconciliada con el sujeto. Giordano Bruno, Spinoza y
a través de la conciencia del sujeto, de la idea absoluta. Schelling son representantes de esta realidad-posibilidad que
Lo casual está referido a lo necesario. La unidad de la po- desemboca en una necesidad todavía no comprendida y asu-
sibilidad y de la realidad es la casualidad, que a su vez es mida por la conciencia. El contenido de la necesidad absoluta
necesidad. La necesidad real es la síntesis o unidad de la po- es la sustancia.
sibilidad y Ja realidad reales. La posibilidad real presupone, La sustancia es la unidad del ser y de su reflexión, contiene
pues, ya Ja realidad verdadera, la necesidad. Pero esta nece- en sí misma los accidentes. La sustancia no es más que su
sidad real o síntesis de la verdadera posibilidad y realidad es propia actividad a través de sus accidentes. Entre ambos no
sólo relativa, porque se origina desde la casualidad, «tiene lo existe diferencia alguna. «La sustancia, en tanto que identidad
casual como punto de partida». La necesidad absoluta, como de la apariencia, es la totalidad del todo y comprende en sí
síntesis de La posibilidad y realidad verdaderas, no es más los accidentes, y los accidentes son ellos mismos toda la sus·
que la misma realización de la casualidad. «Lo que, por tanto,
es realmente posible, no puede ser ya de otra manera» 48. Así,
49 Ibid., p. 179.
45 Ibid., p. 171. so [bid., p. 182.
46 Ibid., p. 171. 51 !bid., p. 182.
47 [bid., p. 173. S2 [bid., p. 183.
48 Ibid., p . 179. S3 Ibid., p. 184.
60 1.A filoso/ta de Hegel
tancia• 54 • La sustancia, en tanto que manifestación de la ne- tituye el momento antitético o reflexión del ser, es la realidad
cesi~d absoluta, está encarnada en la concepción de Spinoza, concreta tal como aparece en el mundo, el ser mismo liberado
refleJa la concepción unitaria o monista de los orientaJes, es de su identidad inmediata-abstracta. La esencia es lo objetivo,
el e Uno• de Giordano Bruno. Este mundo regido por una sus- es el movimiento mismo de la realidad, el contenido o materia
tancia única es lo opuesto al monadismo de Leibniz, que repre- de Ja vida. Como tal, no puede constituir la última verdad de
senta el individualismo occidental y que Hegel, apoyándose las cosas, que es una función que ha de asumir el sujeto a
en Kant y Fichte, intentará revalorizar. través del concepto. La esencia es, pues, lo particular por opo-
En tanto que existente, la sustancia es la causa, que a su vez sición al ser abstracto y a lo universal concreto. Requiere ser
no es distinta del efecto. «El efecto es necesario porque es integrada en una síntesis superior por la conciencia del hom·
precisamente la manifestación de Ja causa» ~. Y también: «El bre. La distribución de la Lógica en ser, esencia y concepto
efecto no contiene absolutamente nada que no contenga la (o en lógica objetiva y lógica subjetiva) expresa el papel inter-
causa. A Ja inversa, la causa no contiene nada que no esté en medio que la esencia desempeña en la tríada hegeliana. El ser
el efecto. La causa es sólo causa en tanto produzca un efecto, es, en su manifestación primera, algo inmediato, abstracto,
y la causa no es sino el tener la determinación de producir no consciente de sí mismo, no reflexionado; carece de conte-
un efecto, y el efecto, el de tener una causa• !16. Lo que en nido, está vacío. (Tesis.) El ser deviene consciente de sí mismo
un momento determinado es causa pasa a ser efecto, y el efecto al constituirse como esencia a través de la reílexión y la nega-
asume entonces la función de una causa. «La causa que pro- ción de su identidad vacía, al sumergirse en la ,realidad del
duce primero un efecto y que recibe su efecto como con- mundo. (Antítesis.) A través de su transición a Ja esencia, el
traefecto surge entonces de nuevo como causa• 57, La vida es, ser se escinde o bifurca en sí mismo, queda sumergido en una
pues, efecto recíproco (Wechselwirkung), interpenetración y objetividad opuesta a él. La síntesis (concepto) significa en-
condicionamiento mutuo. «El efecto recfproco aparece primero tonces el momento de unificación o reconciliación entre el ser
como una causalidad antagónica de sustancias condicionán- y la esencia, entre lo abstracto y lo concreto. Y de la misma
dose a sí mismas; cada una es, con respecto a Ja otra, simul· manera que en la primera parte de la Lógica el ser y el no-ser
táneamente sustancia activa y sustancia pasiva• sa. cEl efecto aparecen como constitutivamente unidos entre sí, la esencia
recíproco no es, pues, sino Ja misma causalidad; la causa no es también descrita por Hegel como indisolublemente unida
tiene sólo un efecto, sino que en el efecto se halla en relación a la apariencia; la identidad, a la diversidad; la forma, a la
consigo misma como causa•"· materia; la cosa en sí, a Ja existencia; el todo, a las partes;
Esta exposición -necesariamente sumaria- del movimien- lo interno, a lo externo; lo absoluto, al modo; la realidad, a
to dialéctico de la esencia nos permite captar «grosso modo• la necesidad; la sustancia, a los accidentes, o la causa, al
el verdadero papel que ésta ocupa en el sistema hegeliano. La efecto. Si el devenir (werden) constituye en la primera parte
esencia, con sus múltiples categorías y determinaciones, cons- de la Lógica la síntesis que supera la antinomia entre el ser y
el no-ser, el concepto es el momento unificador que supera en
54 /bid., p. 186. la tercera parte de la Lógica la divergencia entre el ser y la
55 /bid., p. 190.
56
esencia. Cada parte de la Lógica hegeliana presupone, pues, el
/bid., p. 190.
57 lbid., p. 202. todo, y el todo presupone cada parte. La concepción hegeliana
SS lbid., p. 202. es, como ha visto muy bien Richard Kroner, un panmonismo
S9 !bid., p. 203. en el que cada categoría implica y explica a las restantes.
62 La filosofía de Hegel El mundo objetivo 63

Hegel no hace más que reconciliar en un todo cohesivo el de Leibniz. El monadismo de Leibniz es designado por Hegel
ideaJismo de Platón, el panteísmo de Giordano Bruno, el sus- como el extremo opuesto del sustancialismo de Spinoza. La
tancialismo de Spinoza, el monadismo de Leibniz, el criticismo mónada no conoce el principio de la alteridad o negación, es
de Kant y el idealismo subjetivista de Fichte. De ahí que una entelequia. Su revelación es su propia obra, es Ja totalidad
-como decíamos antes- resuJta, en rigor, difícil saber si es del contenido del mundo. Para decirlo con las palabras de
el sujeto el que crea la realidad o la realidad la que crea el Richard Kroner:
sujeto. Marcuse, a pesar de su tendenciosa y apologética in· Se Lrala de conciliar el dogmalismo de Schelling con el criti·
tcrprctación de Hegel, ha 'is to muy bien el nexo causal exis· cC.mo de Kant. Mientras que Schelling tomó como ejemplo primero
tente entre las categorías hegelianas y la misma realidad: «El a Spinoza y luego a Bruno, Hegel renovó la ontología iniciada por
pretendido 'panlogisrno' de Hegel está, pues, más cerca de ser Leibniz y completada por Christian Wolf. Pero en esta onlologia
todo lo contrario de un logicismo: se podría decir, en efecto, incluyó las opiniones de Ja critica de la ra7.ón kantiana y de la
que es de la realidad misma de donde Hegel toma prestados Doctrina de la Ciencia de Fichte. El idealismo diseñado programa-
los principios y formas de su pensamiento, de manera que las ticamentc por Sche!Jing en Bruno y en po~tcriores obras encuentro
leyes de su lógica no hacen más que reproducir las leyes que su realización sistemática en la Lógica de Hegel 62,
rigen lo real» 60.
La verdadera posición de Hegel es, pues, el eclecticismo,
Hegel no hace sino dialectizar, a través de la reflexión del
por muy original que este eclecticismo sea o quiera ser.
sujeto, el idealismo absoluto y organicista de Schellíng, el
El concepto de posibilidad o potencia inherente a la reali-
introductor de Giordano Bruno y Spinoza en el idealismo a le·
dad lo encontramos ya formulado claramente por Giordano
mán. Hegel reprocha a Spinoza que su concepto de la sus-
Bruno y por Schelling. Pero en el panlogismo de estos filósofos
tancia carece del «principio de la personalidad» 61, es decir,
falta una dimensión subjetiva, reflexiva. Su concepto de la
de lo que en la triada hegeliana desempeña el papel de modo.
realidad es orgánico-emanantista, objetivista, abstracto. El mo-
Spinoza se detiene en la negación como determinación o cua-
vimiento subjetivo es una simple modalidad de la sustancia,
lidad y no pasa a la negación de la negación. La sustancia de
no una autoactividad consciente. Hegel asume este objctivismo
Spinoza es ya unidad absoluta del ser y del pensar; pero este
emanantista, pero dándole la dimensión de la autoactividad
pensar existe sólo en unidad con la extensión, no de forma
reflexiva del sujeto. La realidad no se desarrolla por sí sola,
independiente y autónoma. Los reproches que Hegel eleva
orgánicamente, sino a través de un sujeto que la constituye y
contra el spinozismo los aplica también al emanantismo orien·
genera a través de su actividad pensante, de sus conceptos.
tal. Ambos carecen del principio reflexivo, de la subjetividad
De esta manera Hegel conjuga el momento del ser y el
descubierta por Kant y asumida por Hegel.
momento del pensar. El ser es la realidad dada, el pensar es
Lo mismo ocurre con la filosofía de Schelling, cuyo rano
la fuerza o actividad que da sentido a este ser. El pensamiento
central radica también en su carencia de una auténtica dialéc-
no es una simple modalidad subalterna del ser, sino que es
tica reflexiva. Hegel se encargaría de suplir esta deficiencia
el mismo ser. Kroner: cEl pensamiento es, por lo tanto, el
subjetiva de su ex condiscípulo y ex mentor, con la ayuda de
mismo poder del ser, es su poder; el pensamiento no es ex-
Kant y Fichtc, que no hicieron sino desarrollar el monadismo
terno al ser, sino interno, no trascendente, sino inmanente• M.

60 Marcusc, Raison et rt!volutíon, Paris, 1968, p. 73. 62 Richard Kroner, obra cit., tomo II, p. 417.
6t Hegel, Logik, tomo II, p. 165. 6l Tbid., p. 429.
64 La filosofía de Hegel
El pensamiento lógico del sujeto es en última instancia la
síntesis que asume y digiere el edificio de categorías formales
expuestas por Hegel en su obra. Precisamente porque la idea
constiLuye la clave del sistema hegeliano, la realidad contra-
dictoria y viva puede ser siempre explicada y justificada a
través de ella. Hegel degrada la realidad, con toda su comple-
jidad y dramaticidad, a una sucesión interminable de cate-
gorías formales, a un vaivén de negaciones, contradicciones y
mediaciones. El momento de la reconciliación, unidad o sfn- CAPÍTULO V
tesis, aportado por la conciencia del hombre no ha sido de-
ducido de la auténtica realidad de las cosas, sino que se trata DEVENIR Y PRAXIS
de un apriori que Hegel introduce en su sistema más allá de
toda realidad. Las contradicciones y conflictos de la existencia
están ya de antemano explicados y superados por el sujeto.
O en otros términos: la forma precede a la materia, el con- Si la verdad no es un ente estático y dado de antemano,
cepto a la realidad. De ahí que en su significado central, la sino que va siendo creada por el sujeto a través de un proceso
dialéctica hegeliana sea en verdad una dogmática; de ahl tam- permanente de reflexión y vinculación dialéctica con la reali-
bién que el formalismo de las categorías y determinaciones dad objetiva, es evidente que la verdad se convierte necesa-
de pensamiento acaben triunfando sobre la realidad concreta. riamente en devenir, en temporalidad, en historia. El sujeto
Todo es justificable: he ahí el último secreto de la filosoffa no es un ente substancializado, definido a priori, sino fluidez
hegeliana. y tránsito. Es movimiento y no inmovilidad, acción y no con-
templación.
La verdad es entendida por Hegel como proceso dialéctico,
como w erde11; por tanto, como totalidad en el tiempo, como
superación constante de la inmediatez del sujeto y del objeto.
cLa verdad es el todo•, dirá Hegel resumiendo su .filosofía. Y
también: «En mi opinión, la idea sólo puede ser expresada y
entendida como proceso, como movimiento. Pues lo verdadero
no es algo solamente quieto, esencial, sino algo que se mueve
a sí mismo, algo vivo• 1• Esto es una consecuencia lógica de la
posición primaria de Hegel. Si la verdad no puede ser nunca
algo inmediato, revelable totalmente aquí y ahora, es claro
que tendrá que ser concebida como proceso.
Mientras el pensamiento tradicional concebía la verdad
como un ente objetivo, autosuficiente v dado para siempre,
1 Hegel, Briefe, tomo 11, p. 329.
LA PlLOSOF'fA Dll llECHL. - 3
66 La filosofía de Hegel Devenir y praxis 67
como una entidad ideal situada fuera del sujeto, Hegel afirma imprevisible. La verdad de la historia, al estar objetivada en
que es algo en constante renovación y por tanto vinculado un futuro hipotético e inasequible, se convierte en una sustancia
intrínsecamente a la historicidad del sujeto y del mundo. La parecida a la cosa en sí de Kant.
verdad no está ahí, en el universo, como una sustancia inerte, Es fácil descubrir, por otra parle, en la «historicidad» de
sino como algo que tiene que ser creado por el sujeto a través los modos de conciencia de los hombres y de los pueblos una
del proceso dinámico y dialéctico del conocimiento y de la nueva versión de la vieja filosofía, especialmente de la plató-
reflexión, que incluye la función de trascenderse a sí mismo, nica. Como ésta, Hegel niega también la validez del conoci-
de rebasar la provisionalidad de todo conocimiento sensible- miento inmediato-personal, de la experiencia «vulgan> de los
empirico. La verdad es tiempo, historia, génesis. Su estructura sentidos, del common seuse, del gcmeiner Me11sclzenverstand.
básica está formada por el nexo relacional (dialéctico) entre el Aproximarse a Dios, a la verdad sobrenatural, había significado
sujeto y el objeto, entre individuo \ mundo, entre espíri~u y para el pensamiento teológico tradicional un constante negarse
naturaleza. La verdad, pues, no es, sino que se 11ace, deviene, a sí mismo. La última certidumbre sólo podía darse en un
se constituye ella misma a través de un proceso ininterrumpido Mtts Allá, en Dios. Hegel no hace más que sustituir el concepto
de negación y afirmación, de repulsión e integración. de Dios por el concepto de historia. En ambos esquemas do-
De ahí que en su Fenomenología del Espíritu Hegel seccio- mina la hostilidad hacia lo inmediato-subjetivo, que es consi-
ne el ser o el sujeto en una escala interminable de modos de derado como algo aparente y no verdadero. La antigua fusión
conciencia. Los sentidos, la naturalcia son degradados a modos mística con Dios es convertida por Hegel en identificación
de conciencia inferiores, imperfectos, abstractos. Con el objeto entre el sujeto y la historia. Como ha dicho Gurvitch: •La
de poder dar al ser una unidad ficticia, «pensada», Hegel lo Fenomenología de Hegel permanece, pues, enteramente fiel a
desintegra y vacía de su realidad concreta, creando una pirá- una tendencia mística, a la que trata de concretar y raciona-
mide ontológica y epistemológica apoyada en un fundamento lizar para hacerla más aceptable» 2.
abstracto. Al convertir el conocimiento absoluto en tiempo, en En Hegel todo es provisional, interino. Nada es cierto. nada
experiencia sucesiva o seriada, Hegel no hace más que inten- es seguro. Ontológicamente, el hombre vive en permanente
tar salir del círculo vicioso a que habla conducido el dualismo error, o, si se quiere, en permanente espejismo, en estado de
de Kant en el plano epistemológico. La cosa en sí kantiana es crónlca inmadurez cognoscitiva y existencial. Todo es falso:
eliminada a través de su transformación en tiempo, en histo- los sentidos, la percepción sensible, yo, tú, el aquí. el ahora,
ricidad. Con ello Hegel no resuelve el interrogante dejado por esto, aquello, el deseo, la razón, la virtud, el idealismo, la cul-
Kant, sino que lo convierte en un nuevo ente metafísico, tras- tura, la revolución, el catolicismo, la conciencia desgraciada,
cendental. El concepto de totalidad histórica ejerce en el sis- la conciencia satisfecl1a, etc. Este proceso de constante nega-
tema hegeliano una función claramente metafísica, abstracta. ción y superación de las diversas fases del conocimiento y de
irracional. Es cierto que la existencia del mundo es totalidad la experiencia vital no está limitado por ninguna frontera , no
en el tiempo; pero esta totalidad histórica sólo puede ser apre- es sustituido en ningún momento por la certidumbre de algún
hendida o supuesta como una categoría pensada, conceptual, punto de apoyo arquimediano: moral, virtud, sacrificio, abne-
fuera de nuestra experiencia, como un Más Allá o áschaton gación, cultura, humanismo, estoicismo, religión, instinto y
inaccesible. Cuando se quiere interpretar la historia como to- sentimientos 'ion modos imperfectos v abstractos del espíritu
talidad -por tanto como futuro--, la historia tiene que apa-
recer forzosamente ante nuestros ojos como un ente abstracto, 2 Gurvitch, obra cit., p. 112.
68 La filosofía de Hegel Devenir y praxis 69
uni\'.'ersal. Existir es vagar de un error a otro. Hegel no hace toricismo porque se apoya en una pura abstracción, es un
más que diluir o desintegrar la personalidad del hombre en emanantismo irracional.
el proceso ilimitado de la historia, quitándole la raíz de El devenir hegeliano es la síntesis, el momento de unifica-
todo valor inamovible y rotundo. Lo único verídico e inmu- ción que supera la contradicción entre el ser y la esencia,
table es el devenir histórico, el eterno movimiento de afirma- entre forma y materia, entre individuo y mundo. El devenir
ción y negación, la relación dialéctica entre el sujeto y eJ es la negación de la negación, la conciencia de si, el saber
tiempo. absoluto, el concepto objetivado en el Estado y en el espíritu
Hegel no ha sido capaz de superar la contradicción fun- universal. Cada verdad, considerada aisladamente y en sí, es
damental entre su pretensión a lo absoluto-infinito (encarnado para Hegel siempre una verdad relativa, que contiene en s.í
en la historia) y la provisionalidad de la misma historia con- misma el momento de la negación. La verdad absoluta sólo
creto-finita. Entre ambos momentos hay una ruptura com- puede ser encarnada por una tercera instancia: por eJ devenir,
pleta. Kierkegaard había obse1-vado ya que fundar la verdad por el futuro. A través de su propio movimiento de negación,
infinita o absoluta en la historia significa fundar un valor abso- las cosas devienen para sí lo que al principio son en sí. Pero
luto sobre un conocimiento aproximativo o relativo. Dilthey, como este movimiento autogenético es infinito, las cosas no
a pesar de su admiración por Hegel, reasumirá la crítica del llegan a ser nunca, sino que se encuentran siempre en una
pensador danés. Hegel resolverá esta antinomia entre eterni- situación provisional de ir haciéndose. Su verdad no consiste,
dad y relatividad introduciendo por la puerta trasera el deus pues, en Jo que puedan ser en este o aquel momento (una verdad
ex machina de su espíritu universal, es decir, transformando relativa), sino precisamente en la negación de toda determi-
lo contingencia! de la historia en un valor situado más allá de nación actual. La verdad fundamental del ser es su devenir, su
toda contingencia. Karl Lowith ha visto muy bien este salto superación permanente, su propia negación. El error básico de
milagroso: «Cuando Hegel hace aparecer lo eterno en lo tem- Hegel en el campo de la ontología y del conocimiento en ge-
poral, ello no se apoya en una dialéctica formal, sino en una neral es el de dar por supuesto que la nada existe como un
sustancia metafísica del Lagos cristiano» 3• Otros pensadores momento del ser, y el de oponer esta nada o pura indetermi-
-marxistas principalmente- ven en la concepción hegeliana, nación al devenir. Pero el ser no es sólo a través de su devenir,
por el contrario, un intento de superar el relativismo y el his- sino ya antes. El devenir está implicado en el ser, y no a la
toricismo. As1 Karel Kosik: inversa. Todo lo que es, es ya algo determinado. Algo que sea
pura indeterminación es una contradicción. Lo opuesto al ser
Con frecuencia se olvida que el apriorismo lógico de Hegel, que
considera la historia como despliegue del espíritu -que en su tem-
no es la nada, sino el ser concreto y sensible.
poralidad es supratemporal-, constituye en la Edad Moderna la Gracjas al proceso ctialéctico del conocimiento, el sujeto
más importante tentaliva idealista de superar el relativismo y el tiene la posibilidad de rebasar las fronteras de lo inmediato-
historicismo 4. personal para elevarse a formas ontológico-epistemológicas
superiores. Pero este proceso no puede limitarse a la pura
Es dificil compartir la opinión del marxista checo. La con- contemplación teórica, sino que debe incluir la acción, la
cepción hegeliana no puede superar ni el relativismo ni el bis- praxis.
La tesis del conocimiento corno un rebasarse a sí mismo a
3 Karl Uiwith, Von Hegel w Nietzsc11e, Stuttgart, 1950, p. 144. través de la acción y de un adentramiento en el mundo, la
4 Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto, México, 1967, p. 163. encuentra Hegel formulada ya en Fichte y en Jacobi. Vale la
70 La filoso/ ía de He gel Devenir y praxis 71

pena transcribir aquí un fragmento de Jacobi en el que éste saber lo que es sin que lo haya convertido en realidad a través
anticipa explícitamente esta dimensión del pensamiento he- de su acción» 6• Y también: «La obra es Ja realidad que se da
geliano: la conciencia> 7• Y en otro pasaje: cEl verdadero ser del hom-
bre es la acción; en ella la individualidad es real»•. Jean
Puesto que la existencia de todo ser finito presupone coexisten-
Hyppolite ha descrito muy bien este momento de la concep-
cia, ningún individuo puede tener conciencia de su ser sin tener
al mismo tiempo una conciencia más o menos viva de sus rela-
ción hegeliana: cPara Hegel, la verdad halla su terreno y su
ciones, es decir, de .seres diferentes a él, sobre los cuales se apoya, fundamento en esta comunicación de las conciencias, y el alma
y que constituyen las condiciones necesarias, los mediadores, los bella que se encierra en el silencio interior para no mancillar
agentes de su existencia . Es, por lo tanto, completamente impo. su pureza, que se imagina hallar en sí misma Jo absoluto
sible quc el individuo tenga percepción de las relaciones sin tener divino en su inmediatez, no puede más que disolverse en la
percepción o conciencia de sí, y es imposible que tenga conciencia nada• 9 •
de sí sin tener percepción de las relaciones s. Hegel niega. en efecto, el mundo de la intuición y de la
contemplación, el ensimismamiento de la mística y del roman-
Aquí está anticipada literalmente toda la teoría hegeliana ticismo y las posiciones que más tarde defenderá la Existenz-
de la alteridad, Ja mediación y la praxis como categorías onto- pl1ilosophie. En el existencialismo -como ya antes en el cris-
lógico-epistemológicas. El esquema de la praxis-conocimiento, tianismo- la acción mundana o exterior es lo inauténtico, lo
de la experiencia teórica como acción fue desarrollado más alienado, Ja forma banal del ser. El hombre sólo recobra su
tarde con toda pujanza por Fichte. Hegel no hace aqui, como verdadera identidad rechazando su ser-en-el-mundo, que es
casi siempre, sino dar una dirección peculiar a hallazgos de un producto de lo impersonal. Para Heidegger, el ser-en-el-
sus predecesores. mundo (in-der-Welt-sein) significa el reino del man (uno, la
Conocer presupone adentrarse en el mundo, en la esfera gente) y, por ello mismo, el mundo de lo impersonal y super-
del no-yo, de la otridad. Sin esta inmersión en el mundo, en ficial. Este mundo significa la Selbstverloren11eit, es decir, la
la diversidad fenoménica, el sujeto no está en condiciones de pérdida de sí mismo, Ja alienación 10• Por el contrario, en Hegel
constituirse en verdad auténtica, concreta. El conocimiento el mundo forma parte constitutiva y constituyente del ser.
absoluto (y el ser verdadero) sólo pueden surgir de la pra.""<is Hegel, identificándose con el pensamiento burgués y positivista
total. El sujeto se conoce en la medida en que sale de sí mismo, de su tiempo, niega el cinterion del hombre. reduce la exis-
en Ja medida en que se trasciende y entra en el mundo, per- tencia humana a resultado, a coeficiente. a acto, a pura cuan-
diéndose primero en él para comprenderlo y asumirlo más titatividad. El interior del hombre es su exterior; su alma son
tarde con cplena conciencia». Aquí nos encontramos con una sus actos; su esencia es su apariencia; su individualidad es
interpretación opuesta a Ja de la mística y del pensamiento su dimensión colectiva. Se observará la estructura especial-
contemplativo, que buscaban lo absoluto en la inacción, en la mente burda de esta concepción, que parte de un dinamismo
quietud. (El mundo como mal, como dispersión, como enaje- puro y anticipa el universo cerrado e intrascendente del fas-
nación). Conocerse significa para Hegel estar en el mundo, en
su centro, en el cogollo de la realidad: «La acción es el de- 6 Hegel, Phanomenologie des Geistes, p. 261.
venir del mundo como conocimiento. Lo que el espíritu es en 7 Ibid., p. 261.
sí lo sabe por su realidad. Por Jo tanto, el individuo no puede A lbid., p. 2U.
9 Jean Hyppolite, obra cit., p. 22.
5 Jacobi, Wuke, Lomo IT, pp. 534-535. 10 Martín Heidegger, Sein tmd Zeit, Tübingen, 1967.
72 La filoso/ ía de He gel Devenir y praxis 73
cismo. Hegel pasa por alto que la acción del hombre, sus conciencias. Hegel ejemplariza esta lucha entre las conciencias
actos, su quehacer práctico, no suelen ser el resultado de una en su famoso pasaje sobre el amo y el esclavo.
decisión autónoma, de un acto de libertad, sino de una impo- La conciencia de sí autónoma (selbstiindige) está encarnada
sición social. La acción del hombre sólo será verdaderamente en el amo; la conciencia heterónoma (unselbstiindige), en el
auténtica cuando sea una acción nacida de su vocación Y de esclavo. La conciencia del esclavo o siervo está caracterizada
su autonomfa. Cuando la acción no cumple estos requisitos es por el hecho de que éste da prioridad a su existencia física,
alienación, heteronomía. Por otra parte, el ser del hombre no inmediata, primaria, y la sitúa por encima de la libertad o
se agota en la praxis. La personalidad del ser humano es más plena conciencia de sí. El esclavo es esclavo -afirma Hegel-
rica que sus posibilidades de acción. El hombre no es plena- porque teme a la muerte, porque teme perder la vida natural
mente objetivable. Podría decirse incluso que lo objetivable y bruta de que dispone. Por el contrario -sigue afirmando
en el hombre es siempre o casi siempre lo más impersonal Hegel-, el amo es amo porque no teme a la muerte, porque
en él. Aristóteles nos dice también que el hombre es un animal da a su independencia y libertad un valor más elevado que
político; pero, entre la praxis y la teoría, da en última ins- a su existencia natural. Hegel no sólo analiza este problema
tancia prioridad a la teoría, es decir, a la contemplación. en términos abstractos y ahistóricos, sino que extrae de él
El sujeto aparece en el mundo como B egierde (apetito, consecuencias erróneas. El amo no es amo porque no tema a
ganas, avidez). ~sta es una de las formas básicas de la con- la muerte, sino porque pertenece a una clase social privile-
ciencia. En su primera confrontación con el mundo, el sujeto giada y tiene el poder físico de su parte. El esclavo no es es-
se halla en una relación de exterioridad con respecto a los clavo porque sea un cobarde y tema a la muerte, sino porque
demás: «La conciencia de sí es por lo pronto simple ser para pertenece a una clase social desamparada y débil. Estos sim-
sb 11. Su identidad es deficiente: cEs idéntica a sí misma por ples hechos histórico-sociales los convierte Hegel en categorías
medio de la exclusión de todo lo otro; su esencia y contenido fijas, metafísicas.
absoluto es ella; y en esa inmediatez o en esa esencia de su Hegel intenta, además, realizar indirectamente una apología
ser para sí es individual» 12• Pero, como el otro sujeto es tam- de la esclavitud. El esclavo adquiere conciencia de sí mismo
bién una conciencia para sí, •cada uno tiene la certeza de s{ a través del trabajo, de la obra creada, de su actividad de ser-
mismo, pero no del otro; y, por ello, su propia certeza no es vicio y sumisión. El esclavo no obtendrá su liberación a través
en sí ninguna verdad11 u. Esta forma del conocimiento y de la de un acto de rebelión -y, por tanto, de una negación radi-
existencia (en Hegel ambos momentos constituyen una unidad cal-, sino precisamente a través de un acto de adhesión y afir-
indisoluble) no puede conducir más que a la guerra de todos mación de su propia condición, que es la de trabajar para otro.
contra todos: «La relación de las dos conciencias de sí está Con el tiempo, afirma Hegel, gracias al trabajo que el esclavo
determinada de manera que se acreditan a s{ mismas y para realiza, adquiere conciencia de sí mismo y se libera. Por el
el otro por medio de la lucha a vida o muerte• 14• La conciencia contrario, el amo, que no realiza trabajo alguno, acaba por
de sí es libertad pugnando por ser reconocida por las demás convertirse en esclavo de su esclavo, depende de su trabajo,
no es sin su esclavo.
Es cierto que teóricamente, a nivel abstracto, el amo, a
11 Hegel , Phiinomenologie, p . 125.
fuerza de perder contacto con el mundo del trabajo, de la
u lbid., p . 125.
1J lbid., p . 125. producción, cae en una relación de dependencia frente al es-
14 lbid.• p . 126. clavo, como le ocurrió al aristócrata con respecto al burgués.
La filoso/fa de Hegel Devenir y praxis 75
74
Pero, en la praxis, el amo utilizará la violencia y otros recursos ración de toda forma de exterioridad o solipsismo y su susti-
para seguir sosteniendo su status de amo frente al esclavo. tución por la interpenetración e interaceptación entre sujeto
El esclavo no se liberará mediante el trabajo -aunque éste Y mundo, entre individuo aislado y comunidad. De ahí que la
forme parte de su proceso de liberación-, sino a través de reconc~iación de los contrarios no presuponga en Hegel la
una negación radical del mundo en que se halla prisionero. supresión de uno de ellos, sino su mutuo reconocimiento. En
La burguesía no pudo liberarse del yugo de los señores feu· esta fase de la historia y del conocimiento, la exterioridad es
dales sin recurrir a la violencia y a la revolución. Lo mismo sustituida por la universalidad. Más adelante tendremos oca-
cabe decir de la liberación del proletariado frente a la bur- sión de comprobar a qué sorpresas conduce lo universal-con-
guesía. El trabajo no es por sí solo un elemento de emancipa· creto de Hegel, el «reconocimiento• mutuo de las conciencias.
ción. La historia no es sólo evolución, sino también revolución, Limitémonos a decir aquí que este reconocimiento está basado
ruptura violenta de un estado de cosas determinado. La natu· en una aceptación de la cnecesidad• histórica, del orden social
raleza del trabajo, a la que Hegel da un sentido unívoco, es Y hum~no dado; es decir, en una aceptación del statu quo.
ambivalente: el trabajo puede ser un medio de liberación, pero Partiendo de su concepción dialéctica entre el yo y Jo otro,
también de integración y sumisión. Hegel solucionará la si· Hegel rechaza toda concepción solipsista y abstracta del co-
tuación antitética existente entre el amo y el esclavo recu- conocimiento. Sobre Leibniz dirá:
rriendo a la reconciliación y mutuo reconocimiento de ambos, E.~ ci.te ~istema, pues, Ju alteridad (Anderssein) es suprimida; el
pero no como iguales, sino dentro de un estado jerárquico csp(ntu Y el cuerpo o las mónadas no son lo otro entre sí no se
basado en la explotación y el dominio de clases. El amo reco- limitan una a la otra, no se iníluencian una a Ja otra; todns las
noce el trabajo del esclavo y le paga, pero sin dejar de ser condiciones que constituyen el fundnrnento de la existencia (Dasein)
amo. este es el paso de la servidumbre feudal a la sociedad desaparecen. La variedad es sólo ideal o interior, Ja mónada per-
capitalista. manece únicamente en relación consigo misma, los cambios se des-
Conciencia de sí equivale, pues, al deseo de imponer y de· arrollan dentro de ella y no constituyen relaciones de la mónada
con otras mónadas 11.
fender la propia libertad frente a los otros: cLa conciencia de
sí alcanza sólo su satisfacción en otra conciencia de si»"· Y conlra Spinoza:
Y también: «La conciencia de sí es en sí y para sí en la medida
en que es en sí y para sí para otro; es decir, existe sólo como El spinozismo es una filosofía defectuosa en la que Ja reflexión
conciencia reconocida• 16• El reconocimiento entre los distintos Y su variada determinación constituyen un pensamiento exterior.
La sustancia de este sistema es una sustancia, una totalidad incli-
sujetos es posibilitado por la refle."<ión y la mediación del
visiblc .. Los conceptos que Spinoza da de lo absoluto no necesitan
espíritu, que Hegel define como cla absoluta libertad e inde- del concepto de lo otro Pero lo absoluto no puede ser lo primero,
pendencia de su contrario, es decir, una pluralidad de con- lo inmediato, sino que lo absoluto es esencialmente s u resultado 19.
ciencias de sí existiendo para sí, la unidad entre el yo y el
nosotros• 17• El paso del conocimiento empírico-sensible al co- Ya en su estructura primaria, el ser está indisolublemente
nocimiento absoluto o filosófico no es otra cosa que la supe- ligado a lo otro, es relación intrínseca con el mundo de los con-
trarios. El ser contiene en sí mismo como categoría ontológica
u /bid., p. 121.
is Hegel, Logik, tomo I, p. 152.
16 !bid., p. 123.
19 lbid., tomo II, p. 165.
17 /bid., p. 122.
76 La filosofía de Hegel Devenir y praxis 77
la dimensión de alteridad. El ser es sólo en la medida en que es primeramente relación negativa con respecto al no-existente
es junto a los otros. El ser es relación. Esta relación constituye o no ser-ahí (Nichtdasein), tiene la alLeridad fuera de sí, es
precisamente su posibilidad de realización en el mundo, al tomada de la alteridad y del ser-para-otro; pero, en segundo
mismo tiempo que su amenaza para su ser-para-sí (Fürsichsein). lugar, una cosa tiene el no-ser también en ellas; pues dicha cosa
El ser de la Lógica hegeliana no es sino en comunicación con es el no-ser del ser-para-otro• z.s.
los otros, de la misma manera que en la Fenomenología del «El ser-para-otro C!) en primer lugar negación de la simple
Espíritu la conciencia no puede elevarse al conocimiento abso- relación del ser consigo mismo; en tanto una cosa es en otro
luto sin la confirmación de las demás conciencias. o para otro, carece de ser propio• u. Y añade más adelante:
El ser es definido por Hegel como un Dasein (ser-ahí, exis- «Una cosa es en sí en la medida en que sale del ser-para-otro y
tente); por tanto, en relación causal o estructural con algo regresa a sí misma» 27• El ser es, pues, negación de la negación:
distinto de él. En su estado inmediato, el concepto del ser (Sein) negación del ser-para-otro, de la alteridad: «La realidad con-
es considerado por Hegel como lo indeterminado y vacío, es tiene en sí misma la negación » zs. e El ser para otro es, en la
decir, como el no-ser o Ja nada. El ser es en la medida en que unidad de la cosa consigo misma, idéntico a su ser en sí» l9. Ser
se halla en conexión con algo que lo sitúa y define: uUn ser es, pues. rebasarse a sí mismo y superar Ja amenaza que nos
determinado, finito, es aquel que se refiere a lo otro» lll. El ser impone lo otro, pero integrando esta alteridad u otridad en
es sólo en la medida en que deviene y supera su indeterminismo nuestra conciencia de sí. El ser es «trascendencia inmanente».
o vacío inicial, inmediato: •El ser-ahí (Dasein) surge del deve- «Cada uno es primero ... en la medida en que lo otro es; lo que
nir» 21 • Y también: «Ser-ahí es ser determinado; su determina- es lo es a través de lo otro. a través de su propio no-ser; se-
ción es determinación existente, cualidad. A través de su cua- gundo, es en la medida en que lo otro no es; lo que es lo es a
lidad es algo contra lo otro, es cambiante y finito, no solamente través del no-ser de lo otro» 10• La contradicción, pues, es un
frente a otro, sino que está determinado negativamente en sí rasgo fundamental de la existencia y del conocimiento:
mismo por antonomasia• 22• Por ello, afirma Hegel, «la realidad Uno de los prejuicios fundamentales de la lógica tradicional y
es cualidad, existencia» 23. de la concepción vulgar es el de considerar que la contradicción
Todo ser es etwas (una cosa, algo) en medio de otras cosas. no es una determinación tan esenciaJ e inmanente como la de la
«Una cosa es, como existente inmediato, el limite contra algo; identidad; si tuviera que hablarse de la importancia de ambas
pero esta frontera existe en la misma cosa y es una cosa a través determinaciones, habría que considerar la contradicción como más
de Ja mediación de la misma que es al mismo tiempo su no-ser. profunda y esencial. Pues frente a la contradicción, la identidad
Es la mediación a través de la cual una cosa es y no es al mismo es sólo la determinación de lo inmediato y sencillo. del ser muerto;
tiempo» 24• Cada cosa está, pues, intrínsecamente ligada a lo pero la contradicción es la raíz de todo movimiento y vida; una
cosa se mueve, tiene impulso y acción sólo en tanto que se con-
otro, a lo ajeno y extraño. El ser es estructuralmente no sólo tradice a sl misma 11.
«ser en sí mismo» (Ansichsein), sino también «alteridad» (An-
derssein) o «Ser para otro» (Sein für Anderes): cEl ser en sí 2S lbid., p. 107.
26 lbid., p. 107.
:iolbid., tomo 1, p . 71. n Ibid., p. 107.
lJ lbi.d., p. 96. 21 lbid., p. 103.
Z2 ]bid., p. 95. 29 lbid., p. 109.
23 Ibid., p. 99. 30 lbid., tomo 11. p . 42.
14 ]bid., p. 114. 31 !bid., p. 58.
78 La filosof ia de Hegel Devenir y praxis 79
Y también: Hegel se entrega a una verdadera inflación de antinomias, y
esta inflación le lleva a un fetichismo de la negación que le sirve
La cosa, el sujeto, el concepto es esta misma unidad negativa; es
aJgo contradictorio en si mismo... Las cosas finitas, en su indife- para divinizar las síntesis l4.
rente variedad, son por ello contradictorias en sí mismas, están
rotas en si y regresan a su fundamento 32, Y también:
Hegel, en lugar de investigar las condiciones en que se produce
Esta contradicción inherente a la realidad misma se traduce una polarización efectiva de los contrarios, construye estas situa-
en dolor: e El dolor es el privilegio de las naturalezas vivas> JJ. ciones arbitrariamente para que sirvan de glorificación a las sin·
Hegel asume el concepto kantiano de antinomia, pero dán- tesis divinizadas 35.
dole un significado completamente distinto. Mientras lo anti-
nómico o contradictorio es situado por Kant en Ja esfera del Fiel a su concepción apologética de la existencia y la facti-
conocimiento, Hegel concibe este momento como una dimen- cidad histórica, Hegel acabará naturalmente negando lo antinó-
sión primaria de la realidad misma. Lo contradictorio no es mico. Georg Lasson escribe al respecto: «Su principio determi-
una manifestación de nuestro conocimiento, sino una forma nante no es la negación ni la contrac.licción, sino la unidad en
básica de la realidad ontológica. el antagonismo, la identidad de los contrarios• 36• O, para de-
Hegel da a lo otro, a lo contrario, una jerarquía estructural cirlo con las propias palabras de Hegel: lo que constituye la
y gcn<!tica que no se halla en otras escuelas de pensamiento. esencia del espíritu es «la unidad absoluta de lo opuesto por
Pero la sublimación de lo otro, aunque esté montada sobre un medio del concepto» 37• Es precisamente aquí donde su sistema
aparato conceptual y terminológico de nuevo cwio, no es, en dialéctico acaba convirtiéndose en una apologética de la iden-
el fondo, más que una trasposición de la vieja metafísica. Lo tificación de lo contradictorio y, por tanto, en una apologética
otro es para Hegel la facticidad histórica, el mundo de lo inevi- de la realidad dada. Gurvitch vuelve a tener razón cuando afir-
table, el curso implacable de las cosas. El objetivo final es ma que «la lógica de Hegel, como toda su filosofía, se propone
la reconciliación entre los contrarios -a través del espíritu-, mostrar que, gracias a la dialéctica del espíritu, Ja humanidad,
la reconciliación entre el ser en sí y el ser para si, entre el su- la sociedad y el hombre se unen de nuevo en Dios, después de
jeto y el mundo tal como es; es decir, la reconciliación entre haberse alienado en el mundo• :ia.
hombre y providencia, el Beisichsein (ser en sí mismo) en el 34 Gurvitch, obra cit., p. 114.
Anderssein (ser en el otro) o la aceptación de la necesidad lS /bid., p. llS.
(Einsicht in die Notwendigkeit). l6 Véase Logik, de Hegel, pref. de Lasson, LXVI
.1:°
contradictorio no constituye en Hegel lo verdadero y de- l7
38
Hegel, Logik, tomo IT, p. 430.
Gurvitch, obra cit., p . 106.
finitivo -como veremos más adelante-, sino una fase necesaria
-pero provisional- dentro del proceso existencial. La afirma-
ción de Jo contradictorio ejerce en Hegel una función más me-
todológica que sustancial. Gurvitch ha podido decir con razón:

32 I bid., p . 62.
33 /bid., p . 424.
CAPtTULO VI

LO UNIVERSAL: EL ESTADO

Lo universal representa para Hegel el reconocimiento de que


la verdad no puede residir en ninguna particularidad o subje-
tividad aislada: «La vida, considerada en su idea, es en sí y
para sí universalidad absoluta» 1• La verdad sólo puede hallarse
en la totalidad concreta de las distintas partes. Para decirlo
con las palabras de Richard Kroner:
Las parles o momentos del espíritu tienen que diferenciarse del
espíritu en cuanto totalidad; pero, al mismo tiempo, el todo está
en las parles y las partes en el todo ... Hegel no conoce ningún
absoluto fuera de lo relativo, y ningún relativo tuera de lo abso-
luto, como en Fichte y también en Schelling2.

La verdad individual, sin la verdad de los demás sujetos, es


incompleta (abstracta), y tiene que conducir al bellum omnium
contra onznes de Hobbes. El individuo es subjetividad y tiene,
de momento, al mundo objetivo frente a si, como indiferencia
o negatividad. Sólo cuando el sujeto reconoce a los demás indi-
viduos como realidad causal y constitutiva del universo alcanza
el estado de la verdadera universalidad, que es entonces una
universalidad concreta. «En esta convivencia (Zusammengehen)
1 Hegel, Logik, tomo II, p. 416.
2 Richard Kroner, obra cit., tomo 11, p. 265.
82 lA filosofza de Hegel Lo universal: el Estado 83
del individuo con su objetividad, que al principio era una obje- de lo universal o es lo universal mismo en cuanto cualidad,
lividad presupuesta como indiferente... el individuo ha supe- diversidad, diferencia. La determinación de lo particular es in-
rado su particularidad y se ha erigido en universalidad• l . Es manente a lo universal, constituye su misma sustancia. Lo par-
decir, el hombre, que empieza siendo un ente subjetivo, abs- ticular forma la diferencia o cualidad de lo universal, es tota-
tracto, inmediato, pasa a convertirse en vida universal, en lidad cualitativa, diferenciada, diversa. Lo particular es lo
Gatltmg (género, especie). La verdad absoluta es, pues, media- universal mismo, y lo universal no es otra cosa que lo particular:
ción entre lo universal y lo individual, reflexión del sujeto sobre • Lo universal, en tanto que concepto, es él mismo y su contra-
sí mismo a través de los otros, identidad del yo consigo mismo rio» 6• Es «totalidad y principio de su diferencia• 7. A través de
después de haberse integrado en el mundo. su propia negación o mediación, lo universal y lo particular se
Lo universal es una tríada que contiene en sí Los momentos convierten en lo individual, que reúne ambos momentos en sí:
de lo particular y lo individual (tesis, antítesis, síntesis, o tam- «La individualidad se reúne con la universalidad a través de la
bién: ser, esencia, concepto). Lo universal puro, en su deter- particularidad• '· Y también: • Lo individual no es inmediata-
minación sencilla, es lo abstracto, lo inmediato, exactamente mente universal, sino a través de la particularidad; y, a la in-
como ocurre con lo particular e individual puro. A través de su versa, lo universal no es inmediatamente individual, sino que
alteridad (lo cualitativo), lo universal pasa a convertirse en lo lo es a través de la particularidad• 9 • Y en otro pasaje: e Lo
particular para regresar entonces a sí mismo como individuali- individual está subsumido en lo particular, y lo particular, en
dad, como universal concreto. A través de este proceso ele ne- Jo universal; por ello, lo individual está subsumido también en
gación y mediación, lo que aparece como resultado (Geworde- lo universal» 10• Y, por consiguiente, do particular es, por una
nes) es en realidad lo incondicionado y original, pues lo universal parte, en relación a lo universal, .sujeto; frente a lo individual
puro o abstracto lleva ya en sí mismo la determinación de lo es predicado• 11 •
particular, y, por ello mismo, de lo universal concreto. Lo par- • Lo uni\'ersal es la tercera fase, la verdad de la vida•, dice
ticular constituye la primera negación de lo universal, y lo indi- Hegel 12 • El género humano, la vida universal es primero sólo
vidual, la negación de la negación o universalidad concreta, inmediate7, individualismo abstracto: «El individuo es cierta-
verdadera. Lo universal regresa, pues, a su punto de partida mente género, pero no es el género para sf» u_ Por ello, uJa
enriquecido y concretizado a través de su alteridad o particula- identidad con los otros, la universalidad del individuo es al
ridad. Pero lo universal recorre todos esos momentos sin dejar principio sólo interior o subjetiva• 14• El género como tal puede
de ser nunca lo que es, sin perder su propia identidad: •No es realizarse sólo a través de la superación (Aufhebung) de las
arrancado de sí mismo por el devenir, sino que se prolonga diversas individualidades abstractas que se enfrentan entre sí.
inalterablemente a través de éste y tiene la fuerza de la auto· En el proceso de realización del género, la vida indi\'idual des-
conservación imperturbable• 4• Lo universal es, por tanto, «el
6 !bid., p. 246.
poder libre; es él mismo y pasa a su alteridad, pero no como 7 !bid., p. 246.
algo violento, sino de manera que se halla en ella sosegada- 8 !bid., p . 31J.
9
mente y en sí mismo• s. Lo particular es la dimensión cualitativa !bid., p. 3lt.
JO /bid., p 313.
11 /bid., p . 313.
1 Hegel, Logik, tomo II, p . 426. u /bid., p. 427.
4 Ibid., p . 242. 13 /bid., p. 427.
5 Tbid., p . 242. 14 !bid., p. 427.
8-J La filosofía de Hegel Lo wliversal: el Estado 85
aparece. Con ello se realiza la idea, lo universal: el.a muerte Lo universal, como expresión concreta de los diversos suje-
del individuo es el surgimiento del espíritu• LS. La idea, que en tos, halla su correlato en ce! reino de la moralidad• (Reich der
sí es género, llega a ser para sí mediante la superación de la Sitllichkeit), que a su vez es «razón• (Vernunft). La razón es
individualidad abstracta de los individuos: «La universalidad definida por Hegel como la «sustancia fluida» 21• La existencia
del género es lo interior; la verdad de la vida es ... Ja de superar verdadera es, pues, convivencia o coexistencia, interpenetración
la individualidad abslracta, o, lo que es igual, la individualidad constante entre individuo y sociedad: «Lo que el individuo hace,
inmediata• 16• constituye la destreza y moralidad de todos» 22• El trabaj o, la
Hegel expuso en su Filosofla del Derecho (que es una apli· realidad del individuo es fundamentalmente social: «El trabajo
cación concreta de pensamientos sugeridos ya en la Fenome- realizado por el individuo para satisfacer sus necesidades sig·
nologia y en la Lógica) este momento en los siguientes términos: nifica al mismo tiempo una satisfacción tanto de sus necesidades
cLo concreto y lo verdadero (y todo lo verdadero es concreto) propias como de las necesidades de los otros, y la satisfacción
es la universalidad (Allgemeinlieit), la cual tiene lo particular de sus necesidades propias sólo la alcanza por medio del tra·
como opuesto, pero que a través de su reflexión está equilibrado bajo de los otros• 2l. Esta identidad y reciprocidad entre el yo
con Jo universal• 11. Y también: «En la voluntad comienza por y lo colectivo encarna la «sustancia universal», la cual ese ex-
tanto la propia finitud de la inteligencia, y sólo cuando la vo- presa en las costumbres y leyes de un pueblo• 2•. Y también:
luntad se eleva de nuevo a Ja esfera del pensamiento (Zt-lm «Las leyes expresan lo que cada uno es y hace. El individuo las
Denken) y da a sus objetos la universalidad inmanente, supera reconoce no sólo como una cosidad concreta, sino que se re-
la diferencia entre la forma y el contenido y se convierte en conoce al mismo tiempo en ellas• 25• Y añade: «Por lo tanto,
voluntad objetiva, infinita• "· La voluntad individual es u ni- en el espíritu universal (allgemeines) cada uno tiene la certeza
versal sólo mediante la superación de sf misma y su transfor· de sí mismo; cada uno está seguro de los otros como de sf
mación en «actitud pensante•. cLa conciencia de sí que purifica mismo• 21>. A esta comunidad universal de sujetos basada en la
y eleva su objeto, contenido v objetivo hacia esa universalidad razón y la moralidad la llama Hegel cla libre unidad con los
lo hace como pensamiento que se impone a la voluntad. Aquf otros• 11• En esta comunidad total queda realizada da razón
llega el punto donde se manifiesta que la voluntad sólo es ver- consciente de sí misma•. «Esta conciencia de sí misma, que se
dadera, libre, como inteligencia pensante» 19• Y en otro lugar : concibe como esencia y que con ello se separa de lo casual y
cLa verdadera universalidad consiste, pues -popularmente ex- no verdadero, constituye el principio del Derecho, de la mora-
presado--, en una dualidad, lo universal mismo y lo particular ; lidad y de toda la ética» 28.
no se baila solamente en lo uno situado frente a lo otro, sino La reconciliación de los contrarios en una unidad universal
en los dos; pero de manera que el uno se extiende sobre el superior encuentra su expresión máxima en el Estado. Las
otro, lo penetra y vuelve a sf mismo en él. Lo otro es su otro,
v este su otro y su si mismo es en uno• 20•
21 Hegel, Phanomenotogie, p. 232.
22 lbid., p. 232.
1.5lbid., p. 429. 23 lbid., p. 232.
16 lbid., p. 435. 24 lbid., p. 233.
11 Hegel, Grundlinien der Pl1ilosop11ie des Rechts, Leipzi¡, 1911, p. 31. 25 lbid., p. 233.
ta Ibid., p. 34. 26 lbid., p. 233.
19 lbid., p. 38. rJ lbid., p. 233.
20 Hegel, System wrd Geschichte der Phílosopltie, Leipzi¡, 1940, p. tn. 28 Hegel, Phil. des Rechts, p. 38.
86 La filoso/la de Hegel Lo universal: el Estado 87
ideas sobre el Estado las sintetizó Hegel principalmente en su do con éste• l4. Y también: «El individuo obedece a las leyes y
obra Filosofía del Derecho, escrita en Berlín en el punto sabe que en esta obediencia tiene su libertad» u. Y en otro
álgido de su carrera docente. Lejos de constituir un añadido pasaje: e El individuo encuentra su liberación en el deber» 36• Y
artificial en el sistema de Hegel -como han pretendido algunos más adelante: cLo que el hombre tiene que hacer y cuáles son
de sus apologetas-, este libro constituye, como la Filoso/la de los deberes que tiene que cumplir para ser virtuoso, es, en una
la Historia, el desenlace lógico de su pensamiento anterior. Por comunidad moral, fácil de decir; no tiene que hacer otra cosa
ello es de importancia decisiva para interpretar debidamente que lo que le ha sido determinado, señalado y dado a conocer
la W elta11scl1awmg hegeliana. La Filosofía del Dereclzo no se por su situación social» 37• De esta manera, según Hegel, se
opone a la Fe11ome11ología ni tampoco a la L6gica, sino que, consuma la identificación de lo universal y lo particular: cEn
al contrario, constituye una concretización de ambas obras. De esta identidad de la voluntad universal y particular, el deber
ahí que Henri Lef~bvrc haya podido afirmar con razón: «l.a y el derecho se convierten en una unidad, y el hombre tiene, a
síntesis metafísica mediadora adquiere en Hegel la conocida y través de Ja moralidad, derechos en la medida en que tiene
poco filosófica forma del Estado prusiano» 29• Y, mucho antes deberes, y deberes, en la medida en que tiene derechos» 11•
que él, Ramiro de Maezlu: «Su Estado, por tanto, es el Estado No olvidemos que estos derechos a que se refiere Hegel son
concreto constituido por la monarquía y la burocracia de Pru- los derechos imperantes en la sociedad burguesa-capitalista. Por
sia. Los áristoi de Platón son, en Hegel, los burócratas de ello la teoría hegeliana de la sociedad conduce a una canoniza-
Prusia» 30• ción del statu quo, del orden social existente. El cuerpo social
El Estado de Hegel está inspirado, efectivamente, en el mo- es concebido por él como una pirámide orgánica en cuya cús-
delo prusiano. Como ha dicho Christopher Dawson: «Existía, pide se halla el monarca: cLa personalidad del Estado es sólo
en efecto, cierta afinidad electiva entre el Estado pntsiano y la real expresada en una persona: la del monarca» 19• • Hay que
filosofía hegeliana» 31 • Hegel proclama, en el plano especulativo- considerar como una gran suerte cuando a un pueblo se le ad-
abstracto, la libertad del sujeto; pero, en la práctica, predica judica un monarca noble», d irá Hegel desde su cátedra de
la obediencia y el cumplimiento del deber como norma primaria Berlín 40. Y también: cPues toda actividad y realidad tiene su
de conducta: cLa moralidad del individuo consiste en cumplir principio y su ejecución en la unidad decisiva de un jefe• 41 •
los deberes de su condición social (Stand)» 32• Y también: cCada Hegel sitúa entre la masa y el monarca una burocracia profe-
individuo tiene su posición social y sabe lo que es una manera sional asistida por una cámara o colegio de consejeros políticos,
lícita y honrada de portarse• l-'. La individualidad del sujeto es una especie de cconsejo de ancianos» antiguo. La relación del
degradada a obediencia, a acomodación autorrepresiva con el individuo con el cuerpo social se realiza a través de Ja •esfera
statu quo: cEl terreno del deber constituye la vida cívica: los de la corporación y el municipio•, exactamente como en el fu-
individuos tienen asignada su profesión y, por ello, su corres- turo Estado fascista.
pondiente deber; y su moralidad consiste en portarse de acuer-
34 /bid., p. 73.
l5 /bid., p. 99.
36 Hegel, Phil. des Rechts, p. 136.
29 Hcnri Lef~bvre, Le matérialisme dialectique, ed. alemana, p. 43. 37 /bid., p. 136.
JO Ramiro de Maeztu, obra cit., p. 41. 38 Jbld., p. 139.
31 Christopber Dawson, Understandig Europe, New York, 1960, p. 176. 39 lbid., p. 229.
-'2 Hegel, Philosopl1ie der Weltgeschichte, tomo I, Leipzig, 1844, p. 72. 40 Hegel, Phil. der Weltgeschichte, tomo IV, p. 937.
33 !bid., p. 73.
•1 Hegel, Phil. des Rechts, p. 231.
88 La filosofía de Hegel Lo universal: el Estado 89

La concepción de Hegel sobre el Estado no puede compren- es, como dice Hegel, nada menos que das irdisc11e-G01tliche, lo
derse sin tener en cuenta su hostilidad hacia lo subjetivo per terrenal-divino.
se, como una entidad autónoma y separada de lo objetivo. Lo Al convertir al individuo en absoluta negatividad, Hegel se
subjetivo es el mal: cPues lo malo es lo que tiene un contenido ve obligado a concebir el Estado como un sistema de conten-
totalmente especial y particular; lo racional es, en cambio, lo ción contra la subjetividad del hombre. Si la verdad es el Es-
universal en sí y para sb 42 • Y también: «El desarrollo inde- tado (como encarnación de la historia, de la realidad), el indi-
pendiente de lo particular es el momento que en los antiguos viduo no tiene derecho a rebelarse contra él. Si se atreve a
Estados introduce Ja corrupción de las costumbres y la última hacerlo, el Estado tiene derecho a impedir con todos los medios
razón de su decadencia• u. a su alcance esta rebelión. La absolutización del Estado conduce
Históricamente, la racionalidad de lo objetivo queda mani- a la absolutización de la represión. Lo universal de Hegel se
festada en el Estado, que Hegel no ve como el mal -a diferen- revela como una glorificación de la ley de la fuerza, como un
cia de Fichte, Proudhon o Marx-, sino como una instancia sometimiento incondicional del individuo a las leyes colectivas,
positiva, como un valor en si, como la objetivación del espíritu como una culminación del Estado policíaco. Marcuse subrayará
absoluto: «El Estado es lo racional en sí y para sí» 44. Y tam- con razón el paralelo existente entre el Estado de Hegel y el
bién: «En el Estado se realiza concreta y positivamente la li· de Hobbes. Y Georges Gurvitch dirá: «Toda Ja Filosoffa del
bertad» 45• Y en olro pasaje: «El hombre sólo tiene una existencia Derecho de Hegel no es más que una construcción artificial
racional en el Estado» 46• Y más adelante, anticipando a su fu. levantada para gloria del Estado» 51 • La mejor definición de la
turo discípulo Mussolini: «Todo lo que el hombre es se lo debe teoría hegeliana sobre el Estado procede probablemente del
al Estado; sólo dentro de él tiene su ser. Todo el valor que profesor Hobhouse, que durante la Segunda Guerra Mundial es-
el hombre posee, toda su realidad espiritual la tiene a través cribió: «En el bombardeo de Londres vi el desenlace visible y
del Estado» 47 • Y también: «Pues lo verdadero es la unidad de tangible de una falsa y perniciosa doctrina cuyos fundamentos
la voluntad universal y subjetiva; y lo universal se encuentra en se hallan, a mi juicio, en el libro que tengo ante mí: la Filosofía
las leyes del Estado, en disposiciones universales y raciona- del Dereclto, de Hegeb. En rigor, Ja filosofía hegeliana termina
les• 43 • Según Hegel, en el Estado «desaparece la contradicción en el mismo punto que Hegel, en su Filosofía de la Historia,
entre libertad y necesidad• 49• había señalado como la infancia del mundo: en el despotismo
El Estado encarna, pues, la verdad absoluta, que es a su vez oriental, en el Estado de castas y funcionarios que hallamos
la expresión de la esencia divina: cEl principio del Estado, Jo ya en Egipto, China, India y otras culturas antiguas.
universal que fomenta se convierte conscientemente en absoluto, La concepción hegeliana del Estado es totalitaria, pues niega
en la misma determinación de la esencia divina• so. El Estado la capacidad de autodeterminación o autogobierto del hombre y
de la sociedad, que Hegel quiere integrar en un mecanismo su-
4Z lbid., p. 256. perior a ambos: el Estado absoluto. Hegel convierte el Estado
43 /bid., p. 155.
44 lbid., p. 195.
en un gendarme destinado a reprimir los derechos individuales
4S Hegel, Phil. der Weltgeschichte, tomo I, p. 90. del sujeto, a impedir su «indisciplina• frente al dominio de las
46 p. 90.
/bid., clases superiores. El objeto del Estado es, pues, el de perpetuar
47 p. 90.
/bid., la injusticia reinante en la sociedad y el de defender los inte-
48 p. 90.
/bid.,
49 p. 94.
lbid.,
so p. 107.
lbid., 51 Gurvitch, obra cit., p . 122.
11

90 'La. filosojia de Hegel Lo universal: el Estado 91


reses de las clases poseedoras. La rebeldía, el desorden, la sub- galidad puede ser ciertamente una expresión de la moralidad,
versión política tienen que ser reprimidas porque forman parte pero también de la hipocresía, del oportunismo o del miedo.
de lo subjetivo y se oponen a Jo objetivo, encarnado en la pro- Kant anticipa con ello genialmente la intima contradicción que
piedad privada, el orden estamental y Ja monarquía. S1 Ja verdad puede existir en los países totalitarios o irracionales entre el
universal es la realidad del grupo social más fuerte (dueño del orden público y la ética privada de los ciudadanos. Haym, re-
Estado), es evidente que la rebelión de los estratos débiles y sumiendo Ja oposición existente entre la concepción kantiana y
explotados no puede ser juzgada desde un plano ético, sino la hegeliana sobre el Estado, escribe: «En realidad es la idea
solamente desde un plano instrumental-funcional. En sentido del Estado y de la patria la que en este sistema de la moralidad
profundo, Hegel niega totalmente la moral, degradada por él a sustituye al imperativo categórico y a Ja conciencia» 52• Las po-
moralidad, civismo o costumbre (Sittlicltkeit), palabra que, siciones que Fichte adopta con respecto al Estado son en sus-
como ha observado muy bien el biógrafo y discípulo de Hegel tancia también rotundamente antihegelianas, como hemos te-
Rosenkranz, es un concepto ambiguo, difícil de traducir a las nido ocasión de exponer en otro sitio. Lo mismo vale para
lenguas románicas. La moral consiste para Hegel en adaptarse Schleiermacher 53•
a la realidad del Estado y del organismo social dado, fáctico, Al suprimir toda düerencia entre moral y Estado, Hegel no
aunque éstos sean injustos. En nombre de la racionalidad del hace más que aplicar al campo politico-jurídko su identifica-
Estado, Hegel postula una estructura sociopolltica represiva, ción entre lo interior y Jo exterior, que constituirá la base de
montada sobre la burocracia, el Ejército permanente, la sociedad los Estados totalitarios del siglo xx, desde el fascismo al esta-
de clases y las leyes. linismo. Afirmar que lo exterior y lo interior se funden en la
Hegel da con ello un paso atrás. Corno ha señalado Rudolf simbiosis objetiva del Estado es decretar la muerte de la inti-
Haym, Hegel se inspiró en Platón y Aristóteles, pero deformán- midad, de la personalidad humana; es convertir al hombre en
dolos radicalmente. El Estado de Platón tiene, en efecto, tres pura colectividad, en masa esclavizada.
clases o estamentos, como el de Hegel, y en él se establece ya un La concepción hegeliana sobre el Estado no es más que una
nexo causal entre moral y Estado. Su República ideal representa reencarnación del despotismo ilustrado, en su variante prusiana.
una objetivación de la moral. De Aristóteles asumió Hegel la
supremacía del todo sobre las partes, del Estado o polis sobre si Rudolf Haym, Hegel und seine Zeit, p . 166.
S3 Véase, del autor, Historia, marxismo y filoso/la.
el individuo particular, pero sin tener a la vez en cuenta la im-
portancia que el filósofo griego concedía a la libertad personal
y al pluralismo poüUco.
A diferencia de Hegel, casi todos sus grandes contemporá-
neos -Jacobi, Kanl, Fichtc, Schleiermacher- habían establecido
una clara diferenciación entre moralidad y legalidad. Kant dis-
tingue entre los acto~ propiamente morales, que son el producto
del sujeto autónomo, y los actos legales, que expresan la acción
heterónoma del individuo, impuesta por el Estado. El filósofo
de Konigsberg observa lúcidamente que la moral y Ja ley no
están unidas (como en Hegel) por ningún nexo intrínseco y que
incluso pueden ir por caminos diametralmente opuestos. La le-
CAP1TULO VII

HISTORIA Y DIOS

Al proclamar que la «Cosa en si» no existe y que la verdad


absoluta no es más que la propia verdad que el sujeto produce
a medida que va creando su propia historia, Hegel no hizo sino
aniquilar el concepto de Dios en el sentido tradicional de la
palabra, como ente independiente y distinto del acontecer
humano.
Pero apenas ha destruido la noción de un Dios trascendental,
Hegel se apresura a reintroducirla bajo supuestos completa-
mente inesperados. Si Ja verdad absoluta (Dios) no existe se-
parada de un sujeto que la va creando y configurando, es evi-
dente que en tal caso Dios no puede ser otra cosa que el mismo
sujeto. O, dicho en otros términos: Dios no es algo distinto a
este sujeto, a su historia. Dios es, concretamente, un principio
despojado de todos los atributos y propiedades que tenía tra-
dicionalmente y reducido a pura facticidad. El Dios hegeliano
es una invención suya, una etiqueta que el philosoplws teutoni-
cus pone a su sistema de ideas. Dios es Hegel.
Dios deja de ser para Hegel una sustancia aislada y separada
del sujeto, para convertirse en producto del hombre y de la
historia. El praeceptor Germaniae echa por Ja borda los ele-
mentos míticos de la vieja metafísica para cimentarla en una
plataforma conceptual más acorde con las necesidades raciona-
La filosofía de Hegel Historia y Dios 95
94
Pero Hegel significa, en última instancia, la restauración filo-
les de su tiempo. Hegel destrascendentaliza el concepto de Dios
sófica. El veredicto de Feuerbacb es justo: «La filosofía de
para reducirlo a inmanencia pura. Dios ya no es un ens per-
Hegel es una mística racional» 2 • Y también: «Hegel pertenece
f ectissimum lejano e inasequible, sino una realidad que se va
al Antiguo Testamento de la filosoña» 3• Y en otro pasaje:
revelando dialécticamente al hombre aquí en la tierra. Hegel
niega el Dios tradicional -entendido como Creador o Supremo El secreto de la dialéctica hegeliana es, en última instancia, el
Hacedor- y pone en su lugar un Dios hecho devenir humano. de negar la teología a través de la filosofía y el negar luego la
Con ello no hace más que llevar a las últimas consecuencias filosofía a través de líi teología. El principio y el final están for·
una tendencia filosófica común a su tiempo. El camino para una ruados por la teología; en el centro se halla la filosofta como ne·
negación radical del Dios de la vieja metafísica no le fue alla- gación de la primera posición, pero la negación de la negación es
nado solamente por Kant, Fichte y Schelling, sino también por la teología. Primero todo es derribado, pero luego colocado de
las mismas corrientes teológicas de la Aufkli:.irttng. La teologia nuevo en su antiguo sitio, como en Descartes. La filosofía hegeliana
constituye el úlQ1llo iote,nto grandioso de restablecer el perdido y
alemana fue, en efecto, muy influenciada por el racionalismo acabado cristianismo por medio de Ja filosofía~.
de la Ilustración. El mismo espíritu crítico-racional que había
servido a los humanistas, materialistas y deístas para atacar la
Marx y Engels, siguiendo a Feuerbach, dirán también que la
teología tradicional, será utilizado por Hegel para defender más filosofía de Hegel «DO es otra cosa que la expresión especulativa
científicamente la noción de Dios. Corno ha dicho Rudolf Hayrn:
del dogma cristiano-germánico sobre la oposición entre espíritu
La vieja. ingenua ortodo'rja se hallaba en estado agonizante. Aun· y materia, entre Dios y Mundo» 5• Nietzsche, con su clarividencia
que no todos los teólogos eran racionalistas o librepensadores, todos habitual, llama a Hegel «el demoledor del ateísmo por exce-
estaban contaminados más o menos por el espíritu del raciona· lencia»: «Hegel se propuso convencernos por última vez de la
lismo l. divinidad de la existencia con ayuda de nuestro sexto sentido,
del sentido histórico» 6• En su Anticristo, Nietzsche definirá Ja
La empresa filosófica de Hegel consistirá en salvar la teo- .filosofía hegeliana como «una teología astuta», lo que sin duda
logía que el pensamiento racionalista había empezado a deslruir era. Karl LOwilh verá también en la filosofía hegeliana «la
y cuya liquidación definitiva será llevada a cabo por sus dis- culminación del principio del cristianismo» 7 • Y Georges Gur-
cípulos de izquierda Stirner, Marx y Bakunin y anunciada a vitch: «La Lógica de Hegel, como loda su filosofía, se propuso
Los cuatro vientos por el Zarathustra de Nietzsche: «Dios ha mostrar que, gracias a la dialéctica del espíritu, la humanidad,
muerto.» Kant no niega explícitamente a Dios, pero socava los Ja sociedad y el hombre se unen de nuevo en Dios, después de
cimientos de la antigua metafísica con la piqueta de su Erkennt- haberse alienado en el mundo» 8• Y en otro pasaje: «La Peno-
1tispl1ilosophie. Hegel, en cambio, intentará restaurar la meta-
física mediante la negación tanto del pensamiento tradicional
como del idealismo trascendental. Hegel rechaza sólo las téc- Feuerbach, obra cit., p. 52.
3 Tbid., p. 167.
nicas conceptuales e interpretativas de la antigua metafísica, 4 /bid., pp. 227-228.
pero no su fondo último. En lugar de defender la vieja meta- 5 Marx/Engels, Die Heilige Familie, en Gesamtausgabe, erste Abt..
física con las momificadas categorías de la escolástica, la defiende tomo III, p. 257.
6 Nietzsch.e , Die frohliche Wissenschaft, p. 301.
con las armas punzantes y afiladas de su dialéctica.
7 Karl Uiwith, obra cit., p. 143.
s Gurvitcb, obra cit., p. 106.
t Rudolf Haym, obra cit., p. 29.
96 La filosofía de Hegel
Historia y Dios 97
menología de Hegel permanece, pues, enteramente fiel a la teo- sirve de base a la razón es la idea divina y esencialmente el
dicea mística, a la que trata de concretar y racionalizar para plan de Dios» 16. Hegel termina sus disquisiciones sobre la Filo-
hacerla más razonable» 9. sofía de la Historia con las siguientes palabras:
Pero estas definiciones, aunque correctas en parte, no expli-
can debidamente la naturaleza del Dios hegeliano. La originali- Lo único que puede reconciliar la historia universal con Ja
dad de Hegel no consiste en restaurar la noción de Dios, sino en realidad es el reconocimiento de que lo que ha sucedido y sucede
darle una proyección y un sentido completamente opuestos a todos los días procede no solamente de Dios... , sino que es esen-
cialmente la obra de Dios 11.
los de la metafísica tradicional y a los del cristianismo, es
decir, en identificar a Dios con la historia, con la realidad total
A pesar de que aparentemente Hegel no hace aquí más que
de la existencia humana. La historia es para Hegel una unio
exponer principios que se hallan ya en la teología tradicional, su
mystica entre Dios y el mundo. Como ya en Leibniz, la historia
concepción es una negación del cristianismo. Ramiro de Maeztu
universal constituye para él una teodicea, una justificación de
tenía, pues, razón cuando dijo de él:
Dios. o:El mundo -afirma Hegel- no está regido por causas
fortuitas y externas, sino por la Providencia• 10• Y también: «La Se habla de Hegel como de un gran filósofo. Pero la grandeza
verdadera humildad consiste precisamente en reconocer a Dios de Hegel consiste sobre todo en ser el heresiarca máximo que el
en todo, en honrarle en todo, principalmente en el teatro del mundo ha conocido desde los días de Arrio y de Mahoma. Su filo-
mundo» 11 • Y en otro pasaje: «La historia universal no consti- sofía es una religión en la que unitarismo y trinitarismo están
fundidos. Es unjtario en s u propasición panteísta, •Todo es uno y
tuye otra cosa que el plan de la Providencia. Dios gobierna el
Jo mismo•. Es trinitario en cuanto que descubre tres momentos
mundo; el contenido de su gobierno, la ejecución de su plan, de esta aran unidad que es al mismo tiempo el mundo y Dios; el
constituyen la historia universal• 11• momento de posición, el de negación, y el de síntesis de posición
Hegel identifica el devenir histórico con la sustancia divina y negación... La actitud central de Hegel es blasfema y anticien·
o razón universal, pues está convencido de que «la razón do- tifica is.
mina el mundo, de que efectivamente la historia universal ha
transcurrido racionalmente» u. Y también: «El gran contenido El cristianismo está basado en la idea de trascendencia, se
de la historia universal es racional y tiene que ser racional; una apoya en la radical separación entre la ciudad de Dios y la
voluntad divina domina poderosamente el mundo y no es tan ciudad humana. Hegel elimina esta ruptura cualitativa y funde
impotente como para no determinar su gran contenido» 14• Y en ambos reinos en uno solo. Su concepción es inmanente, cerrada
otro pasaje: «La historia universal es un producto de la razón a toda dimensión sobrenatural. La historia humana es para
eterna y la razón es lo que ha determinado sus grandes revolu- Hegel un fin en sí, la expresión del W eltgeist; para el cristia-
ciones• 1s. La esencia de la razón es divina: «El contenido que nismo es un simple medio en (unción de la historia sobrena-
tural, una peregrinatio. Lo importante no es en el cristianismo
9 ll:rid., p. 112. lo histórico, sino precisamente lo posthistórico o extrahistórico,
10 Hegel, Philosophie der We/tgesc/lichte, tomo l. p. 16. Jo eterno. En sus líneas fundamentales, el cristianismo niega o,
11 !bid., p. 18. por lo menos, relativiza el valor de la historia humana. La vida
12 lbid., p. 55.
u !bid., p. 4. 16 lbid., p. 55.
14 ]bid., p. 8. 11 l bid., tomo IV, p. 938.
t5 Tbid .• p. 23. 18 Ramiro de Maeztu, obra cit., p. 39.
LA PILOSOFÍA DE llllCllL. - 4
98 La filoso/la de Hegel Historia y Dios 99
humana es precisamente lo negativo, «privación de vivir» según ritu universal es un Dios implacable y vengativo que predica la
San Juan de la Cruz, o •harto gran miseria es vivir en vida• inmolación permanente de la criatura humana. Los valores má-
según Santa Teresa. Hegel convierte la historia humana en un ximos de la Weltanschauung hegeliana no son, como se ha
absoluto, destruy.e toda diferencia cualitativa entre Dios y el tendido a creer, el espíritu y el alma, sino la eficacia y la acción
hombre, de l~ mtsma manera que sujeto y objeto constituyen dentro de este mundo, en el recinto cerrado de la historia, de
para él una misma cosa. Para el cristianismo, la historia humana la que no hay escapatoria posible. Si el hombre no es otra cosa
es algo temporal, fue creada por el Sumo Hacedor tiene un que su praxis, ¿dónde queda entonces lugar para la fe, para
principio Y un fin. De acuerdo con Hegel, la historia ~s infinita Ja esperanza y otros sentimientos no traducibles en actos? El
sin principio ni fin. Dios no es el Creador, sino Jo creado. ' reino final que nos anuncia Hegel no significa la redención y la
En el plano del conocimiento, el cristianismo opera sobre gratificación, sino la injusticia y el sufrimiento eternos. Hegel
la noción de misterio divino. El hombre no puede tener acceso destruye los valores cristianos del amor y la caridad, y reduce
a él en esta vida. De ahí que el cristianismo se apoye en la fe al hombre a La categoría de eficacia. Para el cristianismo, toda
Y no en el conocimiento. Hegel, en cambio, se mueve en el persona es una criatura de Dios, algo integralmente humano.
campo de la pura t11eoria, que en griego significa contemplación Para Hegel, el hombre sólo es humano en la medida en que se
Y demostración de lo visible. El conocimiento absoluto es en convierta en algo útil y eficaz. Lo divino y espiritual es para
Hegel lo divino. Para el sujeto que se ha elevado a las alturas Hegel la fuerza, el éxito, el poder. De ahí que el modelo hege·
d~l saber superior, de la filosofía, el mundo carece de incógnita. liano no sea Cristo, sino caudillos militares y guerreros como
Dios_ es para el cristiano ese mysteriwn tremendwn de que ha- Alejandro Magno, Federico el Grande, Napoleón: cSi se pregunta
blara Karl Barth; para Hegel es conocimiento, puede ser redu- dónde hay que buscar lo divino, la respuesta no puede ser otra
cido Y objetivado a categorías conceptuales. Hegel mismo dirá, que la de que lo divino se encuentra fundamentalmente en el
confesando el fondo último de su pensamiento: «La idea en su producir humano» 20• ¿Cabe una definición más cínica y grosera
más alto si.gnificado, es Dios, lo único verdadero, es decir, ~quello de lo divino? La idea de eficacia, de triunfo, que es extraña al
donde ~l ~bre concepto no tiene en s u objetividad ya ninguna cristianismo y que Hegel reivindica, es de extracción burguesa,
con~dicc1ón no resuelta• 19• La expresión de Dios es la lógica, pertenece al repertorio de lugares comunes de la filosofía del
espec1almente la hegeliana. progreso, como hemos expuesto en nuestro libro El capitalismo
La filosofía de Hegel está montada sobre un acto de soberbia; y el hombre 21 •
está más cerca de Babilonia que de Jerusalén. El cristianismo Si Dios es en última inslancia una noción condicionada por
nace de la idea de humildad. La noción escatológica de espe- el conocimiento y la historia humana, ello significa que su exis-
~ ~ r~compensa final ocupa un papel central en la concep- tencia depende de una mera decisión subjetiva. El Dios anun-
ción cnstiana de la existencia. Lo que verdaderamente importa ciado por Hegel lleva ya en sf el momento de su negación. Ello
es salvars~ o condenarse en la eternidad, el Juicio Final y la explica los ataques de la teología ortodoxa contra la herejía
Resurrección. El creyente puede abrigar siempre la esperanza hegeliana. El desmontaje de los atributos adjudicados a Dios
de tener un día acceso a la vida bienaventurada, al Más Allá. por Ja teología tradicional tenía que conducir necesariamente
Lo decisivo es el éschaton, la meta, no el ámbito terrenal. La al antropologismo de Feuerbach y al ateísmo de Marx. Así se
dialéctica de Hegel ignora el concepto de esperanza; su espí-
lO Hegel, System und Geschichte der Philosophie, p. 173.
19 Hegel, Briefe, tomo IV, p. 328. 2J Véase especialmente cap. III.
LA PlLOSOl'fA 00 llECEI... - 4*
100 La filosofía de Hegel Historia y Dios 101
comprende que, en contra de sus propósitos, Hegel haya en- logfa del Estado policíaco, de la guerra, de la injusticia, del
gendrado el movimiento ateo por excelencia: el marxismo. Como sufrimiento y de la alienación del hombre. El Dios cristiano
escribió Camus: «Las doctrinas posthegelianas, olvidando el as- del amor y la hermandad, de la esperanza y la caridad, está
pecto místico de ciertas tendencias del maestro, han conducido totalmente ausente de la teoría hegeliana. Su Dios es un de-
al ateísmo absoluto y al materialismo científico• 22. Es justo, miurgo que avanza implacablemente con el hacha en la mano,
pues, afirmar que el único resultado obtenido por Hegel fue el decapitando víctimas y sacrificando a los débiles para gloria
de dar el impulso decisivo al movimiento de desacralización del espíritu universal y del devenir histórico. Dios son para
puesto en marcha por el Renacimiento y el racionalismo. A Hegel los héroes y los poderosos, los pueblos fuertes imperando
partir de él, la historia deja de ser paradójicamente Heilsge- sobre los pueblos débiles y humillados.
schichte (historia sagrada) para convertirse en historia profana. La historia es para Hegel el desenvolvimiento de Dios o del
De todos los críticos de Hegel, uno de los principales fue su espíritu universal, cuyos portadores son los «individuos cosmo-
discípulo Bruno Bauer, que al llamarle cateo vergonzante• captó históricos» (weltgeschichtliche Individuen). Estos individuos
muy bien el fondo de radical irreligiosidad que domina el pen. cosmohistóricos o héroes encarnan la sustancialización del es-
samiento hegeliano. En su panfleto Las Trompetas del Juicio píritu absoluto, son la razón universal «hecha carne•, historifi·
Final (1841) y en la Doctrina de Hegel sobre religión y arte cada. Estos individuos excepcionales son, a juicio de Hegel, los
(escrita en colaboración con Arnold Ruge), Bauer demostró con únicos capaces de comprender lo universal. En realidad, no
soberana claridad que el cristianismo de Hegel es un mera hoja son sino una reiteración o una nueva variante de los áristoi
de parra formal para no asustar a los espíritus piadosos de su griegos y una anticipación del superhombre de Nietzsche. La
tiempo. Bauer sitúa con razón a Voltaire y a Hegel en un mismo masa, al no ser capaz de elevarse a las alturas de lo universal,
plano. La diferencia de ambos radica, según él, solamente en el de lo cosmohistórico, es degradada a rebaño. Con ello Hegel
estilo; su propósito es idéntico: destruir la religión. anticipa la división fascista entre Führer y masa, entre Uder y
Hegel conserva de Dios sólo el nombre y el concepto de partido. Los individuos cosmohist6ricos son «los únicos que
necesidad. El Dios reivindicado por él está dotado de predica- mejor saben lo que hay que hacer; y lo que hacen es lo debido.
dos totalmente nuevos e incompatibles con el Dios tradicional Los otros tienen que obedecerles» 23 • Estos individuos tienen
del cristianismo. Dios es para Hegel Ja facticidad del mundo, la cel derecho absoluto de su parte• 24, pues encarnan el espíritu
historia humana tal como es, inmanencia y contingencia puras. de la época (Zeitgeist) y son portadores de lo afirmativo: cLos
El concepto de Dios es empleado por él para dar una apariencia otros no saben lo que la época quiere, no saben lo que ellos
trascendental a lo que no es más que una santificación o glori- mismos quieren• lS. Oponerse a estos individuos privilegiados
ficación de la realidad humana. Hegel dota a la realidad histórica es empresa inútil, condenada al fracaso, pues «son impulsados
de un atributo divino-racional para poder dar un carácter for- irrevocablemente a consumar su obra» 26•
malmente más sublime a su aceptación plena y total de la fac- Hegel procede, pues, a una separación elitista entre cualidad
ticidad bruta. y cantidad, que es el signo de todo pensamiento reaccionario y
El Dios invocado por Hegel es una simple paráfrasis del antihumano. Al dar una determinación fija e inamovible a sus
statu quo, de la realidad escueta y terrible, más allá de toda
justicia y de toda moral. El Dios hegeliano constituye la apo- 23 Hegel, Phüosophie der Weltgeschichte, tomo I, p . 76.
24 Tbid., p . Tl.
25 lbid., p. Tl.
:u Camus, obra cit., p . 282. 26 lbid., Tl.
102 La filosofía. de Hegel Historia. y Dios 103

individuos cosmohistóricos, Hegel cae, además, en un sustancia- para la transición al princ1p10 de otro pueblo» 30• Y más ade-
lismo aotidialéctico de tipo fatalista. La historia, entonces, no lante: «Entonces sirve de material para un principio superior,
es génesis y transformación dialéctica, sino reiteración de una se convierte en provincia de otro pueblo en el que rige un prin-
serie de categorías y principios estáticos. Anticipando la mística cipio superior» 31• La historia es degradada por Hegel a una elegía
fascista del «Servicio» y la «misión providenciab, Hegel afirma de la muerte permanente: «El espíritu de cada pueblo es una
que los individuos cosmohistóricos «DO eligen la felicidad, sino nueva fase en la conquista del espíritu universab 32 • Y también:
el esfuerzo, la lucha, el trabajo y su objetivo» 27 • Frente a la «La muerte de un pueblo es transición a la vida de otro» 13•
sublimidad de estos héroes superiores, el hombre corriente tiene Cada pueblo es protagonista de una determinada fase histórica
que someterse incondjcionalmente a ellos. Toda crítica o resis- o forma de civilización: «Este pueblo es en la historia universal
tencia a su hegemonía es interpretada por Hegel como envidia lo dominante (das H errschende) para esta época. Contra este
o como expresión de una mezquina moral de maestro de es- derecho absoluto suyo, de ser portador del estadio actual de
cuela. Refiriéndose a las víctimas exigidas por los individuos desarrollo del espíritu universal, el espíritu de los demás pue-
cosmohistóricos, Hegel afuma con retórico cinismo: «Una gran blos carece de derecho (rechtlos), y esos pueblos, como aquellos
.figura como la que aquí surge pisotea muchas flores inocentes, cuya época ha finiquitado, dejan de contar en la historia uni-
tiene que destrozar muchas cosas en su camino» 28. versal» J.4.
Partiendo del concepto irracional y reaccionario de «héroes» No puede, pues, sorprender que pensadores como Santayana,
y «masas», la teoría hegeliana de la historia tendrá que abocar Veblen o Dewey hayan visto en Hegel un precursor del fascismo
necesariamente al imperialismo y al dominio de los más capaces y del nacionalsocialismo. Arnold Ruge fue uno de los primeros
sobre los más débiles. Lo que en Hegel triunfa no es el espíritu, en desenmascarar la fobia de Hegel contra las masas como una
sino el bíos, lo animal, Ja fuerza. La misma relación de subor- crasa contradicción con su afirmación de que cada pueblo encar-
dinación ciega que existe entre el héroe y las masas exJste, na un estadio determinado del Zeitgeist o espíritu de los tiem·
según Hegel, entre unos pueblos y otros. Las fórmulas que pos. La creencia verdadera en el espíritu de los tiempos, observa
Hegel utiliza para hablar del espíritu universal arrancan de una Ruge, exige la creencia en el espiritu de la mayoría del pueblo.
concepción estrlctamente dinámica de la historia, disfrazada con Hegel reivindica el Zeitgeist, pero limitándolo a una minoría
una terminología metafísica y escatológica. De hecho, la con- de privilegiados. Ruge se identifica con la Revolución Francesa
cepción hegeliana sanciona la teoría de la conquista y la inva- y con el espíritu popular emanado de ella; Hegel, en cambio,
sión vertical. Para decirlo con las palabras de Camus: «El con el espíritu aristocrático de anden régime.
vencedor tiene siempre razón; ésta es una de las lecciones que Pero Ruge, que no dejó nunca de profesar gran admiración
se pueden extraer del más grande pensador alemán del si- por su maestro, se equivocaba al ver en la concepción hegeliana
glo XIX» 29• Un pueblo no es un valor en sí, un valor autónomo de la historia una contradicción con el resto de su sistema. Muy
dotado de un sentido específico propio, sino simple transición al contrario: las tesis de Hegel sobre los individuos cosmohis-
hacia otras formas de existencia y civilización: «El espíritu de tóricos y los pueblos que encarnan el Zeitgeisl son el correlato
cada pueblo se realiza a sí mismo convirtiéndose en principio
JO Hegel, Philosophie der Wettgeschichte, tomo I , p. 42.
31 lbid., p. 46.
27 /bid., p. 78. 32 lbid., p. 50.
28 /bid., p. &3. l3 /bid., p. 50.
29 Camus, obra cit., p. 172. 3.f Philosophie des R echts, p. 273.
104 La filosofía de Hegel

lógico e inevitable de las concepciones vertidas ya en la Feno-


menología del Espiritu y en la Lógica. El csaber absoluto» de
la Fenomenología o el «concepto» de la Lógica están encamados
históricamente en los individuos y pueblos excepcionales, de la
misma manera que la reconciliación de los contrarios quedará
objetivada en la máquina del Estado y en la persona del mo-
narca. «Saber absoluto», «concepto», «Estado», «individuos cos-
mohistóricos» o Zeitgeist no son más que demiurgos abstractos
que Hegel introduce para exigir la destrucción y el sacrificio de CAPÍTULO VIII
todos los elementos concretos y humanos que se dan en la vida
de los hombres y de los pueblos. APOLOGlA DE LA FACTICIDAD

Existe una tendencia casi unánime a considerar la filosofía


hegeliana como fundamentalmente negativa. «La filosofía de
Hegel es una filosofía de la negación y de la negatividad», dirá
Jean Hyppolite resumiendo esta tendencia 1• La crítica instru-
mental de Hegel a las estructuras de la filosofía clásica ha indu-
cido, en efecto, a muchos de sus exégetas y discípulos (es-
pecialmente a marxistas como Lukács, Bloch o Marcuse), a
interpretar la dialéctica hegeliana como esencialmente negativa,
es decir, negatividad entendida como superación cualitativa de
modos existenciales, epistemológicos e históricos determinados
y como tránsito dialéctico a estadios superiores, como génesis
o producción. Pero, a nuestro juicio, la dimensión negativa de
Hegel es estrictamente metodológica o formal, en modo alguno
sustancial, normativa. Su pensamiento, como veremos en se-
guida, es esencialmente apologético. De ahf que Schelling, más
atento y perspicaz que los epígonos de Hegel, escribiera: «El
mérito de Hegel no sería ciertamente pequeño si hubiera cono-
cido lo verdaderamente negativo» 2• Con ello Schelling quería
decir que la negatividad hegeliana era, en el fondo, una negati-
vidad ficticia, un simple sobreañadido formal.
i Jean Hyppolite, obra cit., p. 135.
2 ScheUings Leben in Briefen, tomo Ill, p. 99.
106 La filosofía de Hegel
La dialéctica de Hegel no puede ser negativa, porque empieza jetivamente). sino el de comprenderla y el de ajustarse a ella
por identificar al espíritu absoluto con la realidad bruta de la desde dentro. Hegel es el profeta de la autorrepresión per-
existencia. Su negatividad queda subsumida por ello en el ámbito manente.
de la reiteración y de la cuantitatividad; carece de toda tras- La identificación entre lo racional y lo real permite a Hegel
cendencia cualitativa. (Sin trascendencia o superación ideal de escamotear y suprimir el dilema entre objeto y sujeto, entre
la facticidad no hay negatividad.) Lo ideal es en Hegel un simple mundo e individuo. entre lo universal y lo particular. Afirmar
reflejo de lo real, de ningún modo una categoría primaria tras- que Ja realidad es lo racional implica negar la racionalidad de
cendiendo el empirismo o facticidad de la historia. De ahí que todo lo que se coloque frente a esta realidad objetiva, signi-
Hegel acepte sin pestañear la irreversibilidad de lo dado. Si la fica demonizar todo pensamiento subjetivo no integrado en el
realidad es, como afirma el filósofo alemán, una manifestación panlogismo de lo objetivo-racional. Lo subjetivo no mediatizado
de Dios o de la razón universal, es evidente que no puede ser es el error: de ahí la tesis básica sostenida por Hegel. Lo sub-
interpretada como una contradicción o un absurdo. De ahí la jetivo forma parte de la realidad. pero sólo a condición de que
afirmación hegeliana de que todo lo racional es real, y todo lo supere su inmediatez y particularidad y se identifique con lo
real, racional. Por e l contrario, el pensamiento verdaderamente objetivo. El individuo tiene que superar la estructura de su
negativo empieza por considerar absurdo o irracional todo aque- subjetividad y llegar a la comprensión o asimilación de lo uni·
llo que contradiga su concepción ideal del mundo. La identifi· versal-objetivo a través de un proceso dialéctico de reflexión y
cación de Dios con la historia obliga a Hegel a aceptar todas mediación. Esta concepción descarta todo planteamiento dico-
las manifestaciones del proceso histórico como legítimas y ra· tómico entre objeto y sujeto, entre necesidad y libertad. La
cionales. Lo real es a la vez real-ideal o ideal-real. misión del sujeto no es la de negar la realidad, sino la de inte·
Negar el mundo presupone negar su realidad dada. su fac- grarse en ella.
ticidad concreta, y oponer a éstas un sistema de valores opuesto. El concepto hegeliano de Dios o de razón universal excluye
Es decir, es necesario partir del supuesto de que la realidad toda negación de la realidad por parte del hombre. Recordemos
del mundo no es una expresión de lo ideal. Negar el mundo de la frase de Feuerbach: «Allí donde la divinidad entra en la
la facticidad significa trascenderlo, superarlo axiológicamente. historia, cesa la historia» 4 • Decir que lo racional es real y lo
En Hegel no puede existir negatividad porque para él la realidad real racional equivale, en la terminología hegeliana, a decir que
histórica es siempre una expresión de la razón, de la Vernünf· la realidad es Dios o el espíritu absoluto. Dios es devenir; pero
tigkeit (racionalidad) del espíritu: «Lo que es racional es real; como este devenir. en tanto que realidad, es identificado con
y lo que es real es racional•, dirá Hegel resumiendo su posición lo racional mismo apodícticamente, no puede ser considerado
fundamental l. Si la realidad es racional, ello quiere decir que como una expresión de la negatividad. El Dios hegeliano es un
toda rebelión subjetiva contra la misma constituye un error y Dios que va autocreándose y superando cada fase de la historia,
un contrasentido. De ahí que para Hegel una rebelión subjetiva pero esta transición constante de un estadio histórico a otro
contra la facticidad cósmica en nombre del dolor, de la moral, carece de toda negatividad normativo-genética, pues es indife·
de la virtud o de la indignación sea un producto de la inma- rente a toda cualidad o predicado axiológico. Cuando se habla
durez de la conciencia reflexiva. El deber del hombre no es el de la negatividad de Hegel, hay que situarla siempre en rela-
de combatir la realidad e intentar mejorarla desde fuera (sub- ción al concepto que el filósofo alemán tiene de la realidad.

3 Hegel, Philosop11ie des Reohts, p. 14. • Feuerbach. obra cit., p. 28.


108 La filoso/ ía de Hegel Apología de la f acticid.ad 109
Sólo cuando, como ha hecho Marcuse en su Razón y revolución, creto el contenido futuro de la historia, pero en su dictamen
se aísla Ja noción de negatividad del contexto del sistema, se global sobre la racionalidad de la misma está incluida implíci-
puede caer en la ilusión de considerar dicha negatividad como tamente la profecía cualitativa sobre ella.
una categoría primaria, constitutiva 5• La negación hegeliana es Aceptar la realidad en todos sus momentos y manifestacio-
una negación supeditada a una afirmación anterior, o, lo que nes es indiferenciarla, despojarla de toda posible diferenciación
es lo mismo, es una negación ficticia, falsa. Es negación por- axiológica. Es verdad que Hegel sitúa la plena racionalidad o
que supera cada momento dado de la historia, pero es una ne- pleno desenvolvimiento de Dios al final de la historia, pero el
gación meramente formal porque se halla precedida por la fatalismo o determinismo de su dialéctica apologética le obliga
afir~ación apologética de lo mismo que se pretende negar: la a justificar todas las etapas históricas. Al identificar la razón
realidad. La dialéctica hegeliana sólo puede aparecer como in- con la realidad, Hegel no hace más que sustraer a la razón
~~secamente negativa cuando se pasa por alto que esta nega- todo significado autónomo, normativo, genético, y convertirla
tlVidad se apoya en la aceptación incondicional de la facticidad en mera etiqueta verbal. Formalmente, Hegel concibe la reali-
del planeta. Lo que Marcuse, Hyppolite y otros epígonos de dad dada oponiéndose a la razón. Lo real no es entendido por
Hegel denominan negatividad o negación no es más que un él en un sentido momentáneo y actual, sino en sentido diferido,
simple cambio cuantitativo-indiferente de un estado histórico dialéctico. Lo real es lo que ha llegado a convertirse en lo ra-
a ~tro. Si la realidad es lo absoluto-divino, lo irreversible, es cional, o la razón que ha llegado a apurar todas sus virtua-
evidente que descarta toda negación cualitativa, trascendental. lidades y se ha traducido finalmente en realidad racional. Pero
Eso explica que Hegel se vea obligado a aceptar cada par- esta construcción -sobre la que Marcuse fundamenta su apo-
tícula de la realidad como condición necesaria para el paso a logía sobre Hegel- pierde todo su sentido porque, de otra
una fase superior. La dialéctica hegeliana no admite saltos; es parte, la razón hegeliana acepta como irreversibles todas las
una continuidad indiferenciada, mecánica, ciega, cuyos resul- etapas reales que deben conducir al pleno desarrollo de Ja
tado~ h~ sido ya justificados y bendecidos de antemano por la razón, lo que significa que esta razón no hace más que identi-
~nc1enc1a pensante. Un futuro cuyo carácter se anticipa y jus- ficarse con la realidad que aparentemente niega. Una razón
tifica de antemano deja de ser en rigor futuro. AJ afirmar que autónoma y verdaderamente dialéctica o creadora sólo puede
l~ his!oria es racionalidad, Hegel nos está explicando ya esta ser entendida como situándose fuera de la realidad, es decir,
histona desde el pasado, desde un principio fijo, inamovible. Su negándola. Por el contrario, la razón se niega a sí misma cuando
concepción dialéctica recuerda por ello la «quietud activa• o se confunde con el mismo proceso de la realidad.
la •actividad quieta• de Giordano Bruno, la indiferencia total La dialéctica hegeliana, partiendo de una aparente negación
entre lo finito y lo infinito de Schelling. La concepción hegeliana de lo establecido, se ve obligada a aceptar en Ja praxis lo mismo
no .es, en ú1tima instancia, dialéctica, sino dogmática y apolo- que niega: la realidad. Si la historia -como cree Hegel- ca-
gética. (La verdadera dialéctica descansa sobre el supuesto o mina irreversiblemente hacia el reino de la razón universal, las
~ncepto de interro~ación.) Es dogmática porque define apodfc- distintas etapas que anteceden a Ja llegada de esa liberación
ttcamente como racional el proceso histórico -también el fu- tienen que ser aceptadas como una conditio sine qua non.
turo-, es decir, lo que todavía no ha sucedido. Hegel no pre· al margen de si moral o humanamente son o no jusli.ficables.
tende, naturalmente, como los viejos augures, anticipar in con- Belinsld, que tras una breve etapa de hegelianismo se dio cuenta
de la monstruosidad de las concepciones del filósofo alemán,
s Marcuse. obra cit., p . 73. se preguntaba con razón: c¿De qué me sirve el convencimiento
U PILOSOti~ DF HECEI - 5
110 La f üosofía de He gel Apologia de la facticidad 111
de que la racionalidad triunfará y el futuro será bueno y her- filosofía de la historia ha revalorizado el papel del mal como
moso si el destino me ha condenado a ser testigo del triunfo elemento constitutivo de la creación de la realidad humano-
de la casualidad, de la sinrazón, de la fuerza animal?• 6 Afirmar social, aunque este papel se halla predeterminado por la cons-
el futuro como categoría suprema significa desvalorizar el pre- titución metafísica universal del mundo: el mal es una parte
sente, la realidad concreta del aquí y ahora. La deificación del del bien; su función positiva estriba en preparar o suscitar el
porvenir conduce inevitablemente a la relativización del pre- bien. Si se piensa en el triunfo definitivo del bien, asegurado
sente. La negatividad hegeliana descansa en un supuesto esen- por una necesidad metaüsica, también el mal desempeña un
cialmente mesiánico y determinista. En esencia, esta negatividad papel positivo» 7• Los fenómenos negativos forman parte consti-
es una apología irracional del futuro. El porvenir es lo óptimo, tutiva del progreso de racionalización y tienen que ser aceptados
la salvación. ~sta es la tesis básica de la negatividad hegeliana. con el mismo estoicismo y la misma serenidad que las fases
¿Pero quién nos asegura que el porvenir va a ser mejor que el positivas. La reconciliación entre el objeto y el sujeto, entre el
pasado o el presente? El futuro es por naturaleza imprevisible, mundo y el hombre no es concebida por Hegel como un reino
no puede ser anticipado. Cuando Hegel lo describe de antemano liberado del mal y de la injusticia, sino como un proceso dual
como una expresión de lo racional no hace más que formular en que ambos factores ocupan un lugar fijo, irreversible. Su
una opinión dogmática. Decir que el futuro es la verdad suprema discípulo y biógrafo Rosenkranz dirá con un cinismo digno del
es un contrasentido lógico. La concepción periodizada de Giam- maestro: «Un mundo sin la posibilidad del dolor le habría pa·
batista Vico, con sus corsi y ricorsi, es más profunda que la recido aburrido. Era una naturaleza propensa a lo heroico, que
concepción lineal-ascendente de Hegel. En el momento en que por ello quería justificar la guerra como algo racional» 1. La
escribe sus tratados filosóficos, Hegel cree en la inminente lle· barbarie nazi está anticipada en estas líneas.
gada del reino del espíritu universal, cree que Europa encama Como hemos visto, toda la estrategia conceptual hegeliana
la culminación de la cultura y de la civilización. Pero ya en los parte del supuesto de que la historia, a fin de cuentas, camina
próximos decenios estalla sobre el continente un alud de revo- hacia el reino de la razón universal; pero Hegel niega el con-
luciones y guerras de exterminio. Auschwitz y Dachau <>on obra cepto de felicidad personal y de gratificación. El filósofo alemán
del mismo pueblo que a los ojos de Hegel encamaba el espíritu asume la noción cristiana del pecado original, pero desechando
universal por antonomasia. La negatividad hegeliana, como su- al mismo tiempo el concepto de redención con que el cristia-
peración permanente de lo dado, de cada fase histórica, es una nismo supera aquélla. Hegel no afirma en ninguna parte que
abstracción ambigua. La historia es un arma de dos filos: puede el proceso ascendente de la historia haya de aportar la biena-
ser utilizada para ennoblecer el destino humano. pero puede venturama del género humano, lo que todavía hace más absurda
también convertirse en una fuente del mal y de la involución. su dialéctica. Hegel subraya inequívocamente que el triunfo del
El futuro es una pura incógnita. reino del espíritu absoluto es un proceso que no va unido
Consecuente con su teoría, Hegel justificará el mal como un causalmente a la suerte individual de cada sujeto, de las dis-
factor utilizado por la historia universal para alcanzar sus fines, tintas realidades particulares. cLa historia no es el terreno para
su plenitud. El mal es un elemento del progreso, como ya en la felicidad•, dirá, resumiendo el fondo eminentemente fatalista
Jacobo Boehme. Como ha dicho el marxista Karel Kosik: «U
7 Karel Kosik, obra cit., p. 254.
6W. G. Belinski, Ausgewiihlte pltilosophische Schiften, Moscú, 1950, a Karl Rosenkranz, Hegel rus deutscher Nationalphilosoph, Prólogo,
p. 171. p . XIV.
112 La /iloso/it1 de Hegel Apología de la facticidad 113
e insensible de su pensamiento 9 • Y añade: «La historia universal que se combate a sí mismo y una parte de lo cual es destruida.
contiene también una satisfacción, pero ésta no constituye lo Pero precisamente a través de la lucha, del hundimiento de lo
que se llama felicidad, pues se trata de la satisfaccion de obje- particular, surge lo universal, que no es estorbado• u. Y asi-
tivos que están por encima de los intereses particulares» 10• Al mismo: cLo particular es las más de las veces demasiado ínfimo
final de la historia, pues, Hegel no nos ofrece más que una abs- en comparación con lo universal; los individuos son abando-
tracción, hecho que sus apologetas han tendido a silenciar nados y sacrificados» 16• Y antes: «Los objetivos particulares se
porque pone demasiado al descubierto el carácter nihilista de pierden en lo universal» 17• Y también: «Lo verdadero es en si
su concepción histórica. Al término de este valle de lágrimas, el un ente universal, esencial, sustancial• 11.
cristiano puede tener acceso a la Yida bienaventurada del Más La concepción hegeliana está subordinada siempre a la idea
Allá; Hegel destruye esta esperanza escatológica y condena al primaria de que el mundo y la historia son la expresión de Dios.
hombre a vivir humillado por los siglos de los siglos. En su De esta manera Hegel puede a.firmar que lo racional es real, y
concepción falta la idea mediadora de gracia y de piedad. lo real, racional, y aceptar incondicionalmente todo lo que ocurra
El concepto de razón universal tiene en Hegel un signi· en el planeta. Que esta realidad esté montada sobre el sufri-
ficado totalmente abstracto y extrahumano, está desligado de miento personal, 1a injusticia, la guerra, la infelicidad y el mal,
la realidad concreta de cada indjviduo. Jean Hyppolite se verá no parece importar demasiado a nuestro buen filósofo. La filo-
obligado a reconocer: «La humanidad como tal no es para Hegel sofía de Hegel es la culminación de la insensibilidad y la indi-
el fin supremo» 11. Y también: «Hegel nos habla ciertamente de ferencia. Hegel ha anticipado un devenir histólico basado en el
un sentido de la historia, de la idea absoluta, pero esta idea no reino de la razón universal, pero sus ideas no están -ni pueden
es el hombre• 12. Es difícil, en efecto, pasar por alto Ja indife- estarlo- al servicio de ninguna praxis redencional, manumisora.
rencia absoluta que Hegel siente por la realidad concreta del Si la historia es una manifestación o revelación de Dios, la
hombre, del inilividuo de carne y hueso: «Los individuos des- lucha contra la cruda e inhumana facticidad histórica aparece
aparecen ante lo sustancial-universal (allgemei11en Substa11- como un sinsentido, como una empresa vana. Para Hegel, lo
tiellen), y éste se forma él mismo los individuos que necesita único que importa es la manüestación del espíritu universal;
para sus objetivos. Pero los individuos no impiden que suceda el sujeto, el hombre real, es una entidad secundaria que ha de
lo que ha de suceder• ll. Brutalmente afirma: «Puede ser tam- ser sacrificada al demiurgo abstracto del W eltgeist.
bién que el individuo sea víctima de Ja injusticia; pero esto no Ahora irá apareciendo claro que la dialéctica hegeliana con-
le importa a Ja razón universal, a la que los indh iduos sirven duce necesariamente al conformismo integral. Sólo cabezas
como medios para su desarrollo• 14• Y en otro lugar: «Lo par· esencialmente pervertidas y ciegas podrán ver en su sistema
ticular tiene también su propio interés en la historia uni\'ersal; de ideas un método de liberación concreto para la humarudad.
es algo finito y, como tal, tiene que desaparecer. Es lo particular Hegel digiere sin inmutarse todas las contradicciones reales y
vivas de la historia (opresión, injusticia, maldad, miseria, explo-
tación) en su conciencia místico-servil. De ahí la ausencia en su
9 Hegel, P/1ilosop11ie tlcr Weltgeschiclitc, tomo I. p. 71.
10 ]bid., p. 71.
11 Jean Hyppolite, obra cit., p. 243. IS lbid., p. 83.
12 /bid., p. 243. 16 /bid., p. 83.
13 Hegel, Pltilosophie der Weltgeschicl1te, tomo 1, p. 37. 17 /bid., p. 25.
14 /bid., p. 53. IS lbid., p. 21.
114 La filosofía de Hegel Apologia de la facticidad 115
pensamiento de todo carácter dramático. La historia sólo puede No puede, pues, sorprender que Hegel, profeta teórico de la
ser dramática para quien no esté dispuesto a aceptar a priori subversión filosófica, se identifique en el plano real con la mo-
e incondicionalmente sus manifestaciones, para quien se niega oarquia prusiana y la raza germánica, en las que verá la cul-
a sublimar el mal y el crimen en nombre de algún ente o deus minación del espíritu universal, la apoteosis de la historia
ex macJzina superior. Sólo el humanista rebelde será capaz de humana.
comprender el drama de la historia humana. Don Quijote es la
encarnación más universal de la voluntad que se niega a aceptar
como inevitable y legítima la realidad bruta e innoble del statu
quo.
Hegel es un archiconservador que se esfuerza en disimular
sus ideas de fondo detrás de un aparato formal de estructura
moderna. Su forma es moderna; su contenido procede del pa-
sado, del ancien régime; constituye un retroceso, un salto atrás.
De ahí que, cuando se lo confronta con las dimensiones concre-
tas y primarias de la existencia, el pensamiento hegeliano nos
revele su encarnadura reaccionaria. El instrumental técnico es
en él revolucionario; los valores que defiende, reaccionarios.
Como ha dicho Haym: «Revolucionario en el aspecto lógico, es
conservador en el aspecto práctico» 19. Friedrich Heer tiene razón
al afirmar que «Hegel puede ser calificado como el padre del
conformismo político e idcativo alemán» 20•
La dialéctica hegeliana se nos aparece no como un proceso
de rebelión contra la realidad circundante, sino como una acep-
tación servil de esta realidad. Como ha dicho Camus: «Lo que
se ha llamado el panlogismo de Hegel es una justificación del
estado de hecho• 21• Su culto a lo infinito-dialéctico se basa en
un desprecio absoluto hacia lo finito-humano como fin en sí.
Hegel no nos ofrece siquiera el consuelo de una utopía final,
de una redención definitiva. Su sistema constituye un eterno
calvario en dirección a un futuro incierto y amenazante, un
vía crucis basado en el reino de la fuerza y de la voluntad de
poder. Las víctimas, sub specie aeternitatis, no importan.

19 Rudolf Haym, obra cít., p . 369.


20 Friedrich Heer, lntrodi4c. a Hegel, Fischer Bücherei, p. 47.
21 Camus, obra cit., p. 170.
CAPÍTULO IX

TOTALIDAD ABSTRACTA Y TOTALIDAD CONCRETA

Hegel capta muy bien que una sociedad racional tiene que
estar organizada sobre el principio de totalidad y no puede Ji.
mitarse a ser un conjunto de individualidades dispersas e inco-
herentes. En este sentido, su filosoña marcha por el buen camino
y constituye una negación anticipada del pensamiento hipersub-
jetivista posterior: Kierkegaard, Stirner, Nietzsche, Heidegger,
etcétera. Pero, siendo la totalidad hegeliana una totalidad abs-
tracta basada en la previa destrucción de la dimensión subje-
tiva del individuo, su filosofía culmina en un irracionalisnto de
lo hiperobjetivo.
La totalidad hegeliana no está compuesta de individuos do-
tados de los mismos derechos; no es una totalidad de hombres
iguales, sino una totalidad basada en una concepción jerárquica
de la sociedad (Estado de castas) y de la historia; supremacía
de los pueblos fuertes sobre los débiles. La totalidad hegeliana
es clasista e imperialista; está al servicio de una minoría de
grupos sociales y pueblos privilegiados. Es, por ello, de ante-
mano inhumana; tiene como resultado final la alienación de la
mayoría de hombres y pueblos.
En nombre de su totalidad, Hegel no hace más que justificar
los intereses particulares y estamentales de las clases altas y
el desamparo material y político de las clases bajas; es decir,
118 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 119
el dominio de unos grupos sociales sobre otros. Lo que el filó- desigualdad concreta» 2• De ahí que Hegel rechace la democracia
sofo alemán denomina lo universal significa la legitimación legal y abogue por la monarquía orgánica o corporativa, es decir, por
de la tiranía de los más fuertes sobre los más débiles. Esta el Estado de castas: «Donde existe sociedad burguesa y con
síntesis universal se apoya, pues, en la autonegación de la ello Estado, surgen los estamentos con sus diferencias; pues
mayor parte de la sociedad. La totalidad hegeliana se revela la sustancia universal existe como algo vivo sólo en la medida
a la postre como la hegemonía particular de los grupos sociales en que se diversifica orgánicamente» 3 • La democracia es «ato-
privilegiados, es decir, como todo lo contrario de una totalidad mística» e «inorgánica», el derecho de todo individuo a inter-
universal. El todo, precisamente porque se apoya en el poder venir en la configuración de la «res publica», algo abstracto.
de una nrinoría, no es en realidad más que una parte algo sub- El pueblo es calificado por él como la parte de la nación que
jetivo y anti-universal. La totalidad hegeliana es una totalidad «no sabe lo que quiere» 4• Y como el pueblo es ignorante, ahí
de amos y esclavos, de señores y siervos, de explotadores y están naturalmente «los altos funcionarios del Estado» para
explotados; significa el imperio de la clase burguesa y de la pensar por él y decirle en todo momento lo que tiene que hacer.
burocracia política profesional sobre el pueblo. En su Feno- Al rechazar al pueblo, Hegel tiene que rechazar también su
menología del Espíritu, Hegel ve en el mundo del trabajo y de soberanía. El concepto de soberanía popular es para el filósofo
la producción la posibilidad que el esclavo tiene a su disposi- alemán «uno de los pensamientos más confusos que existen» s.
ción para liberarse del yugo de su amo; pero en su Filosofía Por eso critica también la praxis electoral, que llama «la peor
del Derecho anula implícitamente esta posibilidad emancipativa, de las instituciones» 6 • Hegel representa un regreso a la Edad
al santificar la sociedad de castas y el Estado-policía. Lo uni- Media o, mejor dicho, su sistema no es más que la confluencia
versal se convierte en un proceso de represión y opresión contra de la sociedad estamental-gremial, el principio monárquico y la
la gran mayoría de la población. sociedad burguesa, simbolizada sotre todo por el Mittelstand,
Hegel parte, como su maestro Platón, de una concepción la clase media, compuesta de los funcionarios de Estado, es
aristocrática del hombre y de la historia, y no cree en la igual- decir, de los grupos no-productivos y políticamente dominantes.
dad humana. Oponiéndose a Rousseau y al pensamiento progre- Una totalidad basada en la desigualdad de sus miembros deja
sista de la Ilustración, afirmará una y otra vez que los hombres de ser una totalidad auténtica para convertirse en un totalita-
no son iguales. «Hay que señalar que por naturaleza los hom- rismo. La disciplina y el deber -esto es, la represión y la
bres son sólo desiguales» 1• Hegel convierte las diferencias de autorrepresión- constituyen las dos columnas de Hércules
matiz o de grado existentes entre los hombres (diversidad an- sobre las que se apoya el rígido edificio jerárquico de la tota-
tropológica) en una absoluta desigualdad de principio. Apoyado lidad hegeliana. La totalidad, para que sea real y concreta, pre-
en esta concepción elitista, Hegel entiende la sociedad como supone la igualdad social de los sujetos que la forman; tiene,
una objetivación organizada de este proceso de desigualdad. pues, que empezar con el acto previo de la destrucción de la
Una sociedad verdaderamente racional será para él aqueUa que desigualdad existente. Y al hablar de igualdad no nos referimos
legitime el libre desarrollo de esta desigualdad natural. «Hay simplemente a la igualdad material o económica, sino también
que decir, por el contrario, que el alto desarrollo y cultura de
los Estados modernos conduce al surgimiento de la más alta 2 Ibi.d., p. 334.
l Ibid., p. 323.
4 Hegel, Philosophie des Rechts, edición Suhrkamp, p. 469.

1 Hegel, Enz.yklopiidie der philosophischen Wissenschaften, tomo III, s /bid., p. 447.


p. 332, Frankfurt, 1970. 6 /bid., p. 453.
120 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 121

a la igualdad intelectual y política. Filón el Judío nos dice ya: estamento determinado ... Un hombre sin estamento es sólo una
«Pues la igualdad es, como nos enseñan los físicos, la madre persona privada y no pertenece a la verdadera colectividad» v.
de la luz. La igualdad es luz sin sombra; mejor dicho, un sol Lo que cuenta es, pues, el nacimiento del hombre, su profesión,
completamente espiritual, de la misma manera que, al revés, sus diplomas, su riqueza. Para construir su totalidad, Hegel se
la desigualdad que contiene el más y el menos es el origen y ve obligado a ignorar el contenido humano del hombre, sus
fuente de las tinieblas• 7• Sólo después de implantada la igualdad sentimientos, su interioridad. Hegel desintegra al hombre, lo
sustancial entre los miembros de una comunidad política es parte en dos. Su dimensión humana es arrinconada, marginada;
lícito hablar de una totalidad concreta y racional. En tanto no con su dimensión más impersonal y abstracta -la profesión-
sea destruido el viejo armatoste de la sociedad de c1ases cano- Hegel construye entonces la pirámide regimenta! y discrhnina-
nizada por Hegel, su totalidad será una ficción, un escarnio. liva de su Moloch colectivo. Hegel no manifiesta el menor interés
Karel Kosik ha visto muy bien el nexo existente entre la tota- por el hombre situado fuera de la producción, la propiedad y
lidad y la realidad concreta del hombre: la eficacia profesional. Sus indidduos son entes cuantificados,
impersonalizados, reducidos a función. Su totalidad universal
La totalidad como medio conceptual para comprender los fe-
tiene como punto de partida la previa mutilación del hombre
nómenos sociales es abstracta si no se subraya que esa totalidad
concreto.
es totalidad de base y supraestructura, y de su recíproca relación,
movimiento y desarrollo, pero dando a la base un papel determi- Una totalidad verdaderamente racional y humana implica
nante. Y, en fin, también la totalidad de base y supracstructura es la supresión de la división de la sociedad en grupos jerárquicos.
abstracta si no se demuestra que es el hombre, como sujeto his· En este tipo de totalidad racional, lo que cuenta es la persona
tórico real, quien crea en el proceso de producción y reproducción y su contenido humano específico, no su función social o profe-
social la base y la supraestructura, forma la realidad social como sional. Sólo a partir de este planteamiento es posible dar un
totalidad de las relaciones sociales, instituciones e ideas, y en esta sentido humano al concepto de totalidad. La igualdad no debe
creación de la objetiva realidad social se crea al mismo tiempo a ser entendida, por ello, corno un imperativo moral abstracto,
si mismo como ser histórico y social, lleno de sentido y potencia- sino como el corola1;0 lógico de una forma de organización
lidad humana, y realiza el proceso infinito de humanización del
social en la que la persona ha sido admitida plena e integral-
hombre•.
mente en el cuerpo de la comunidad, y ello al margen de la
función profesional o laboral que desempeñe dentro de la
El nexo entre igualdad y totalidad auténtica es causal e
misma.
inseparable; un concepto no puede existir sin el otro. Sin
La totalidad verdadera no debe confundirse con el libre al-
igualdad no hay totalidad racional, y sin totalidad racional no
bedrío abstracto del individuo, con el desenvolvimiento ilimi·
hay igualdad. En la totalidad formal-abstracta de Hegel. el hom-
tado y ad libilwn de sus disposiciones y proyectos subjetivos.
bre no es reconocido como tal, como criatura humana integral,
El «Único» de Stirner o el «Superhombre» de Nietzsche repre-
sino únicamente en función de su posición social y profesional.
sentan la desmesura de lo subjetivo, pues ambos consideran
Su humanidad es subordinada a la abstracción de su profesión
la sociedad o totalidad como una realidad abstracta, como pura
o status social. Hegel afirma: cCuando decimos que un hombre
materia de conquista y expansión del yo. La moral del «todo
tiene que ser algo, entendemos que tiene que pertenecer a un
está permitido» conducirá siempre, en último término, a un
7 Filón, Werke, tomo Il, Berlin, 1920, p. 311.
3 Karel Kosik, obra cit., p. 74. 9 Hegel, Pl1itosop11ie des Rechts, ed. Suhrkamp, p. 360.
122 La filosofía de Hegel
Totalidad abstracta y totalidad concreta 123
tipo primitivo o cínico de criatura. Su producto final será el
niño mimado, el egoísta o el criminal. El hombre es, como nos a su famosa Sittlichkeit, como en la Filoso/la del Derecho. En
recuerda Aristóteles, un animal social, y, por tanto, su libertad un capítulo anterior hemos señalado ya la ambigüedad de este
tiene que ser desde el primer momento una libertad apta para concepto, al que Hegel recurre para encubrir la indigencia
poder ser aceptada por sus semejantes. El mundo de la pura moral que domina su obra filosófica. La palabra Sittlichkeit
y radical subjetividad significa el reino de la inmoralidad y la viene de Sitte (costumbre, hábito), y aunque a veces se traduce
guerra permanente. ¿Pues qué es la guerra sino la negación de por ética o eticidad (siguiendo el concepto griego de ethos),
toda norma objetiva de conducta? Al formar parte de una co- reíleja más bien algo externo y objetivo, y no un estado moral
munidad, el individuo tiene que tener en cuenta los factores interior, referido a la conciencia. La Sittlichkeit no es más que
objetivos de esta comunidad. Una totalidad basada en los de- el conjunto de costumbres, hábitos o convenciones sociales de
re~hos ilimitados del individuo -en su absoluta subjetividad- un pueblo o comunidad, o, si se quiere, la moralidad pública o
deJaría de ser una totalidad humana y racional para convertirse civismo. Hegel concibe la Sittliclzkeit no como La objetivación
en el reino de la arbitrariedad y el capricho. La totalidad ba- o reflejo de la moral privada, sino como su superación, es decir,
sada en la igualdad y la racionalidad exige, pues, también de como la subordinación de la conciencia moral de cada individuo
sus miembros un minimo de autodisciplina y sacrificio. Pero a la moral pública. El individuo es moral en Ja medida en que
este trib~to que el hombre rinde a la totalidad social en que acepta los imperativos de la Sittliclzkeit reinante en la sociedad.
se halJa mmerso adquiere un significado cualitativamente dis- La conciencia moral del sujeto en sí, separada de la Sittlicltkeit
tinto porque, lejos de serle impuesto desde arriba por una objetiva, es algo abstracto y sin valor, pura «moralidad• que el
casta dominante, arranca de las mismas necesidades objetivas Estado no tiene por qué tener en cuenta: cEI Estado no puede,
de la sociedad. Las concesiones subjetivas o personales que el por tanto, reconocer la conciencia en su forma propia, es decir,
hombre tenga que hacer al cuerpo social no tienen entonces como saber subjetivo» 10• Eso equivale a decir que sólo es moral
otro motivo que el de la propia autoconscrvación de la comuni- lo que el Estado permite u ordena a través de sus leyes (Ge-
dad. Estas concesiones son además compartidas por todos los setze) y principios (Grwulsiitze). ¿Pero quién ha hecho estas
ciudadanos proporcionalmente o por partes iguales. La subor- leyes y principios? ¿Son las leyes verdaderamente objetivas o
dinación del individuo a los imperativos de la colectividad nace sólo la expresión del dominio de los estratos altos de la so·
en este caso de la reflexión y de la adhesión voluntaria, y no ciedad?
del temor o de una condición de inferioridad. Hegel reduce la virtud o moral a conciencia de deber. cEI
Es evidente que la negación de la totalidad abstracta pos- individuo se libera a través del deber• u. Pero el deber le es
tulada por Hegel y la introducción de una totalidad concreta impuesto al individuo por un Estado injusto; no es un acto
Y racional exige, como conditio sine qua non, la elección del ético, sino un acto de obediencia. Para poder ser moral en el
mundo de la ética como norma de conducta individual y social. sentido hegeliano, el individuo se ve obUgado a renunciar a sus
Una de las características más significativas de Hegel es su derechos de hombre libre y aceptar su condición de alienado.
indiferencia absoluta por los valores morales. A lo largo de su La conciencia -lo más íntimo y concreto que tiene el hombre-
extensa obra, el ftlósofo alemán no dedica un solo tratado serio es llamado por Hegel «lo obstracto interior» 12. Así, Hegel re-
al estudio de la ética, ni en su período juvenil ni en su fase
madura. Cuando Hegel habla de la moral es para burlarse de 10 lbid., p . 255.
ella -como en la Fenomenología- o para remitirnos finalmente 11 lbid., pp. 297-298.
12 lbid., p. 259.
124 La. filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 125

duce Ja moral a un problema externo, físico, a pura convención. mundo antiguo es aquí completa. El culto griego a la virtud era
El Estado, o la opinión pública dócil a éste, tiene siempre razón naturalmente aristocrático y abstracto; no tenía en cuenta el
frente al individuo privado, frente a la conciencia personal. -esta concepto de totalidad concreta. La moral anunciada por Só-
es la enseñanza que se desprende de la concepción hegeliana. crates, Platón y Aristóteles está referida a una sociedad de
Al reconocer como única forma de moral verdadera la Sittlichkeit clases e ignora el imperativo de igualdad. Pero si en el plano
o costumbres públicas, Hegel tiene que negar forzosamente Ja social la ética antigua no conoce e1 imperativo de igualdad, de
subjetividad, la interioridad de la conciencia personal. Sólo la universalidad total, se plantea en cambio con gran seriedad y
moral exterior es, pues, legítima y racional; los que la rechazan vehemencia e1 problema de la justicia en si, como un postulado
y piden otra forma de organización social o de costumbres son ideal encarnado en el sabio u hombre virtuoso. En muchos
individuos irracionales que encarnan das Base, Ja maldad sub- casos, además, esta preocupación ética abstracta va acompa-
jetiva o la subjetividad no integrada en el Moloch colectivo. ñada de una dimensión social, es decir, del afán de dar a la
La alternativa hegeliana no puede ser más clara: o sumisión a virtud individual una dimensión colectiva. Esta tendencia la
la moral pública o marginación. Su moral es una apología del hallamos ya en el comunismo arjstocrático de Pitágoras y Platón
totalitarismo de Estado. y, sobre todo, en la escuela cínica, en el estoicismo y, finalmente,
La ética es considerada por Hegel como algo subalterno y en el cristianismo. En estos sistemas de pensamiento se da una
exterior y no como una ciencia normativa y autónoma destinada utopía social clarísima, aunque condicionada todavía por ele-
precisamente a servir de fundamento racional a }as comunidades mentos elitistas y abstractos (división entre el sabio y el vulgo),
humanas. En este sentido, Hegel se revela como un pensador es decir, no apta para servir de base a una totalidad humana
opuesto no sólo a la filosofía de su tiempo -que dedicó gran concreta y plenamente racional. En el plano político, Ja polis
atención a las cuestiones éticas-, sino al mismo mundo antiguo. griega significa también, con todos sus defectos y restricciones,
La filosofía griega, sobre todo a partir de Sócrates, gira esen- el primer ensayo histórico de construir una sociedad basada en
cialmente en tomo a] concepto de virtud. o, si se quiere, de lo la participación concreta de cada individuo o polites en los
bueno, lo bello y lo verdadero. Lo más alto, nos dice Platón, es negocios públicos.
la idea del bien, to agatlzón: En un plano de conjunto, la filosofía griega está dominada,
con pocas excepciones, por el ideal del autarkes, del hombre
Tened, pues, Por cierto que lo que derrama sobre las cosas que que se basta a sí mismo y quiere prescindir de todo desarrollo
conocemos la luz de la verdad, y Jo que da al alma la facultad de
o expansión exagerada del yo. Este ideal de sobriedad o fruga-
conocer, es la idea del bien, y que ella es el principio de la ciencia
Y de lo verdadero conocido Por la inteligencia. Por bellas que sean
lidad (euteleia), aunque abstracto y a veces exagerado (como en
las ciencias v In ,·erdad. podéis asegurar sin temor de engañaros Diógencs el Cínico), lleva ya en sí el momento de la igualdad.
que la idea del bien las excede en hermosura u. El autarkes no quiere depender de nadie, pero tampoco desea
que nadie dependa de él. Es un hombre libre que no acepta otra
Hegel. que sólo confía en ta virtualidad dialéctica de la his- autoridad que la de su propia conciencia y que por ello vive
toria, es insensible a la emoción ética. Por su indiferencia moral de acuerdo con sus preferencias subjetivas. A la inversa de los
el autor de la Fenomenología es indudablemente uno de lo~ héroes hegelianos, desprecia la voluntad de poder, la desmesura
grandes precursores del nihilismo moderno. Su ruptura con el y la vanidad social. Es decir, no quiere formar parte de ninguna
casta dominante, pero, de la misma manera, tampoco está dis-
u Platón, República, Libro VI. puesto a sacrificar su autonomía y su libertad a ningún dictado
126 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 127
colectivo. Toda la .filosofía de Hegel gira en torno a dos ejes por su carencia de un ideal trascendental. El significado de la
centrales: el espíritu de mando de las minorías privilegiadas y ética es precisamente el de que parte de un imperativo cate-
el espíritu de sumisión de las mayorías desamparadas. El modelo górico y se propone alcanzar un bien no dado en la realidad:
humano del autarkes es la negación de ambas actitudes. Por su la justicia universal Hegel no cree en la naturaleza humana, en
sentido de la dignidad personal de la independencia, el autar- la capacidad moral del hombre, en lo que Shaftesbury llamaba
kes representa una superación histórica del esclavo de la Anti- el moral sense, y David Hume, la •Simpatía•. Su pesimismo
güedad. cPues la libertad -nos dice el estoico Zenón- consiste antropológico le obliga -como a Hobbes- a recurrir al es-
en la posibilidad de actuar con independencia; la servidumbre, quema represivo del Estado corporativo. Escéptico en materia
al contrario, significa la pérdida de esa posibilidad» 14• El autar- moral, Hegel apela al ;instinto de servidumbre. He ahí el secreto
kes se caracteriza por su vigorosa individualidad, por la fuerza último de su filosofía. Aquí también se col oca en una situación
de su personalidad, por la honda conciencia de sí mismo. Es diametralmente opuesta a la de los antiguos. Los griegos tenían
un hombre consciente de sus derechos individuales, de su sus- una concepción antropológica fundamentalmente optimista. La
tancia humana, que quiere defender a toda costa. Y esta con- escuela escéptica es un producto relativamente tardío y marginal.
ciencia de la autonomía personal es la negación ética e histórica Sócrates estaba persuadido de que, si el hombre hace el mal,
del despotismo oriental, en el que sólo cuenta la totalidad abs- no es porque sea malo por naturaleza, sino por ignorancia. Los
tracta. En Hegel fal ta enteramente esa dimensión o estadio estoicos creían que, para ser virtuoso, el h ombre no tiene más
histórico de la personalidad individual de los griegos, base del que ajustarse a Las leyes de la naturaleza, fuente de la razón.
humanismo occidental. En rigor, Hegel está más cerca del mun- cNada que esté de acuerdo con la naturaleza es malo•, dirá
do asiático que del mundo occidental. La concepción hegeliana Marco Aurelio resumiendo el pensamiento estoico is. Aludiendo
está basada en el dominio del «uno• (el monarca) y de una al optimismo antropológico de los griegos, Kierkegaard señala:
pluralidad minoritaria (soldados, funcionarios) sobre el resto De la misma manera que toda la especulación y el conocimiento
de la sociedad. En el fondo es Ja vieja totalidad abstracta del de los antiguos tenía como premjsa la realidad del pensamiento,
despotismo oriental, enriquecida sólo por la tradición gremial roda su etica implicaba la posibilidad práctica de la virtud. El
y burguesa de Occidente. Esta totalidad es monopolizada por paganismo no conoció jamás el escepticismo del pecado. El pecado
lo que Hegel llama el allgemeine Stand o estamento general, es era para la conciencia moral lo que el error para la teoría del co·
decir, los funcionarios de Estado, las clases improductivas que nocimiento, la excepción de hecho, que no prueba nada 16.
acaparan los puestos de la Administración pública, del Ejército
y de la cátedra. La mayoría depende de la voluntad de superiores Es evidente que toda actitud idealista está fundada en una
y jefes, vive en estado de alienación y subordinación perma- concepción más o menos optimista del hombre. Un hombre pe-
nente. No son ciudadanos en el sentido que la Revolución Fran- simista o escéptico no puede ser idealista. La ética idealista
cesa dio a esta palabra, sino súbditos, siervos, esclavos de las parte del supuesto de que el hombre y la sociedad son perfec-
élites. cionables, no sólo institucional o formalmente, sino intrínseca-
Toda la filosofía hegeliana persigue un solo objeto: justificar mente. Esta conciencia idealista incluye el deseo o afán de
teóricamente el poder material. político e intelectual de las cambiar el mundo, en tanto el mundo sea injusto. La ética
clases ricas o privilegiadas. Esta filosofía se caracteriza, pues,
IS Essential Works of Stoicism, New York, 1961, p. 117.
•• Diógenes Laercio, VII, 121. 16 Kierkegaard, Le concept de l'angoisse, París, 1969, p. 23.
128 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 129
idealista parte del concepto de solidaridad o fraternidad, quiere lo universal, pero en un plano meramente abstracto y formal;
la justicia y la felicidad para lodo el mundo, y no sólo para lo que Hegel realmente entiende por universal o por totalidad
una minoría de privilegiados. Pues la clave de la conciencia es el reino de los grupos privilegiados, el reino de la estratifi-
ética es precisamente la de considerar a los demás como seres cación social. Los intereses particulares de la clase dirigente
humanos integrales, como ñnes en sí y no como medios. La son confundidos o identificados con el concepto de humanidad;
ética tiene su gestación en la subjetividad del hombre, pero es la hegemonía de una minoría de propietarios y funcionarios, con
a la vez la ciencia objetiva por excelencia. Benedetto Croce la liberación de la sociedad. La filosofía hegeliana constituye
señaló con razón que el individuo moral tiene conciencia di un esfuerzo supremo para salvar el feudalismo, el dominio del
lavorari pel Tutto 11• A través de su conciencia ética, el hombre hombre por el hombre.
supera o trasciende su subjetividad y asume la totalidad con- De ahí que esta filosofía y los sistemas que han nacido de
creta del universo. Un hombre con sensibilidad ética es el capaz ella no puedan constituir una alternativa racional para el futuro.
de salir de sí mismo, de romper su caparazón subjetivo y tener La filosofía hegeliana, basada en la opresión de la mayoría por
en cuenta la realidad global del mundo. En general el hombre parte de la minoría, lleva en su seno la conflictividad social,
vive enclaustrado en su concha particular y no levanta la cabeza la guerra entre los individuos y los pueblos. De ahí que Hegel
para otear lo que ocurre a su alrededor. Vive como un topo, se burlara de la ewige Prieden o «paz eterna» que Kant pos-
sumergido en la galería subterránea de su particularidad. No tulaba como la única solución racional a los problemas de la
es capaz de ver; es ciego. Un hombre con vocación ética es, al humanidad. El reino de la paz sólo es posible cuando se ha
contrario, un hombre acostumbrado a contemplar lo universal. reconocido la igualdad fundamental de los hombres y los pue-
Tiene la vista del águila. Su modo de mirar es cósmico. «Todas blos, cuando se parte del supuesto de que cada hombre y cada
las realidades verdaderas nacen de la contemplación y son ellas comunidad humana son valores en sí y tienen derecho a una
mismas actos de contemplación», nos dice Plotino 1ª. existencia basada en la dignidad, la justicia v la libertad.
En Hegel falta totalmente el sentido de fraternidad univer-
sal. Aunque habla continuamente de la totalidad y del espíritu
universal, en realidad sólo tiene ojos para una minoría de in-
dividuos, para los poderosos y cultos. Hegel convierte algo re-
lativo y contingencial -la sociedad burguesa en su variante
prusiana- en un valor absoluto, en la máxima y definitiva ex-
presión del espíritu universal. Con ello decreta el fin de la his-
toria y niega la posibilidad de un orden social y humano más
justo y racional. El conformismo hegeliano es la consecuencia
lógica de su insensibilidad ética, de su ineptitud para pensar en
términos verdaderamente universales. La filosofía hegeliana
constituye ciertamente una larga y profunda meditación sobre

11 Benedetto Croce, Filosofia della pratica (Economía ed Etica). Bari,


1909, p. 311.
is Plotino, Er1iada 111, 6.
1NDICE GENERAL

Págs.

CAPfTULO l. - Los maestros de Hegel .. . . . . . . . . . . . . . . . . 7


• 11. - Hegel y el romanticismo . . . .. . .. . . .. . . . 21
• 111. - Sujeto y conocimiento ... . .. 31
• IV. - El mundo objetivo .. . . .. 49
• V. - Devenir y praxis . . . . . . . . . 65
• VI. - Lo universal: el Estado ... ... .. . ..• ... 81
• VII.- Historia y Dios .. . ... ... .. . ... ... ... 93
• VIII. -Apología de la facticidad ... ..• . .. . . 105
• IX. -Totalidad abstracta y totalidad concreta. 117
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y las funciones del alma). Agotado.
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10. Josepb Marécbal, S. J.: El punto de partida de la metaffsica
(Lecciones sobre el desarrollo hist6rico y tedrico del problema
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11. Wilbelm Capelle: Historia de la filosoffa griega. Reimpresión. 588
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presión. 732 págs.
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19. José Camón Amar: El ser en el espíritu. 318 págs. 39. Angel Amor Ruibal: Cuatro manuscritos inéditos (Los principios
20. Tbeodor Steinbüchel: Los fundamentos filos6ficos de la moral de donde recibe el ente la existencia. Naturaleza y sobrenatu-
ca16lica. Agotado. raleza. Existencia de Dios. Existencia de Dios según mi expo-
sici6n). Edición y estudio preliminar de Saturnino Casas Blanco.
21. Luis Cencillo: Experiencia profunda del ser (Bases para una 534 pá¡s.
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41. Jesús García López: El valor de ta verdad y otros estudios. 312
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24. Francisco SuArez: Disputaciones metaflsica.s. Edición billn¡Ue. 42. Ser¡io Rábade Romeo: Verdad. conocimiento y 'er. Segunda
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53. Juan Zaragüeta: Curso de filoso/la. mológico e histórico de las teoria.s de la cosmologla contem·
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55. l. M. Bochcñski: Historia de la lógica formal. Prólogo de Millán y nuevas claves). 268 págs.
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74. René Bissieres y Jacques Vacherot: ¿La ciencia, única esperan<.a?
56. Alfred North Whitehead: El concepto de naturaleza. 228 págs. ¿Marx, Teilhard? 376 págs.

57. J. N. Findlay: La disciplina de la caverna. 264 págs. 75. Eleuterio Elorduy, S. J.: El estoicismo. 2 vols. 392 y 462 págs.
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59. René Schérer: La /enomenologia de las •Investigaciones lógicas• n. Karl Jaspers: Conferencias y ensayos sobre historia de la filosofía
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60. Teodoro de Andrés, S. J.: El nominalismo de Guillermo de 78. René Le Senne: Tratado de moral general. 726 págs.
Ockham como filoso/fa del lenguaje. 302 págs.
79. Miguel F. Sciacca: El oscurecimiento de la inteligencia. 210 págs.
61. Sergio Rábade Romeo: Kant. Problemas gno$eológicos de la
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Yebra. Premio «lbáñez Martín•, concedido por vez primera páginas.
a esta obra. 2 vols., XLV1 + 532 y 488 págs.
S.S. Eutimio Martino: Aristóteles. El alma y la comparación. 210 págs.
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92. Leopoldo Eulogio Palacios: La prudencia potfti.ca. 168 págs.


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