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BHF 96 GREDOS
ganz1912
BIBLIOTECA HISPÁNICA DE FILOSOFfA HELENO SAÑA
Dll.IGIDA POI. ÁNGEL GONZÁLE.l ÁLVAIU!Z
LA FILOSOFÍA DE HEGEL
EDITORIAL GREDOS
ganz1912
CAPÍTULO 1
EDITORIAL CREDOS, S. A.
Sánchez Pachcco, 81, Madrid. Espafta.
LOS MAESTROS DE HEGEL
Los primeros impulsos para una concepción dialéctica del En realidad, la Lógica hegeliana no es más que la restaura-
conocimiento los recibe Hegel de Heráclito el Oscuro. En el ción de Platón partiendo de las síntesis a priori de Kant. El
filósofo jónico se da ya una clara prioridad del devenir sobre propósito de Hegel era, en efecto, el de concretizar la dialéc-
el ser, de lo abstracto-futuro sobre lo concreto-presente, ex- tica platónica con el subjetivismo de la filosofía trascendental.
presada en la fórmula cpanta rhei•, «todo fluye •. Heráclito ve Así, refiriéndose a la idea platónica, Hegel escribe:
la esencia última de las cosas no en su constancia e inmutabi- Nosotros tenemos que concebirla de una manera más profunda
lidad ---como la escuela eleática-, sino en su mutación ince- y concreta, pues el vacío de que adolece la idea de Platón no sa·
sante. ~sa es también la posición hegeliana. Sólo los predica- tisface ya las exigencias filosóficas del espíritu de nuestro tiempo,
dos cambian: en Heráclito, el principio de transformación está que es más rico 6.
encarnado en el fuego; en Hegel, en el espíritu. Amold Ruge
podrá, pues, afirmar, no sin razón, que «Hegel es el Heráclito Si el impulso idealista lo recibe Hegel de Platón, es de
del siglo XIX• J . Aristóteles de quien toma prestado el edificio formal y la en-
No menos decisiva fue la influencia ejercida por Platón vergadura sistemática. Es decir, Hegel utilizó a Platón corri-
sobre Hegel. Hermano Glockner ha señalado al respecto: giéndolo a través de Aristóteles. Mientras Platón no pudo libe-
Su sistema se adiestra en Platón: en la medida en que asimila
rarse del dualismo entre el mundo de las ideas y el mundo
la dialéctica de Platón, comprende por primera vez lo decisivo; de los sentidos, Aristóteles fue el primero en establecer de una
como platónico se fija la primera meta; como platónico empieza manera sistemática la unidad entre el ser y el pensar, entre
a ser lo que verdaderamente es: filósofo• . realidad e intelecto, actitud que Hegel asumiría enteramente
y que es visible en toda su obra. Hegel superó a Aristóteles
De origen claramente platónico es la tendencia hegeliana a ---con ayuda de Kant- en la medida en que concibió el mundo
trazar una crasa línea divisoria entre el conocimiento puro y de las categorías lógicas no como algo separado del sujeto, exis-
el conocimiento vulgar; asimismo, la tendencia a explicar lo tiendo por sí mismo, sino como un proceso dialéctico que el
concreto como una manifestación de determinaciones y cate- sujeto va constituyendo genéticamente.
gorías abstractas. Platón veía ya en la dimensión intelectual Platón siguió influyendo en Hegel a través de Plotino, Pro-
del alma -clogistikón»- lo más noble y elevado del hombre; clo y el neoplatonismo en general. «Hegel -dirá Feuerbach-
idéntica sobrevaloración de lo intelectual hallamos en Hegel, no es el Aristóteles alemán o cristiano, sino el Proclo alemán.
como demuestra especialmente su Ciencia de la Lógica. Como La filosofía absoluta es la filosofía alejandrina resucitada• 1.
ha dicho Lasson: Hegel se expresa efectivamente en términos muy elogiosos
El sistema de categorías de pensamiento que Hegel desarrolla sobre Proclo en una carta dirigida a Creuzer en mayo de 1821 ª·
aquf tiene gran semejanza con el reino platónico de las ideas, que Pero, dentro de la filosofía neoplatónica, no fue Proclo el que
son lo verdaderamente existente y el fundamento de todo el mundo más influyó en Hegel, sino Plotino. Esta influencia ha sido
fenoménico s. subrayada por Gurvitch:
l Arnold Ruge, Briefwechsel mul Tagebuchbliitter, tomo 11, Berlin,
1886, p . 326.
4 Hermann Glockner, Beitriige wm Verstiindnis und zur Kritik Hegels,
6 Hegel, Werke, tomo XIII, Edición Suhrkamp, Frankfurt, 1970, p. 39.
Bonn, 1965, p. 232. 1 Ludwig Feuerbach, Philosophische Kritiken und Grundsiitze, Leipzig,
5 Hegel, Wissenschaft der Logik, introd. del editor Georg Lasson, Leip-
1969, p. 242.
zig, 1923, p . XLVI. s Hegel, Brie/e, tomo II, p. 266.
10 La filosofía de Hegel Los maestros de Hegel 11
Bajo la dialéctica hegeliana se vuelve a encontrar siempre a partida de la .filosofía moderna» 10. El pensamiento de Hegel
Plotino, es decir, una danza realizada siempre sobre el mismo lu-
se mueve también en la órbita del •cogito» cartesiano. Descar-
gar, cuidadosamente disimulada, pero de la que siempre es posible
descubrir el enga.ño9.
tes no puede ser, naturalmente, identificado con Hegel, pero su
•pienso, luego soy• constituye ya una sobrevaloración de lo ra-
Lo mismo que en Plotino, el conocimiento tiene en Hegel cional sobre lo sensible, del pensar sobre el ser. El proceso
una estructura escalonada, ascendente. Cada fase de este pro- dialéctico de «purificación epistemológica» a que asistimos en
ceso posee un signjficado provisional, que sirve de trampolín Hegel se da ya, en forma embrionaria, en Descartes.
para el acceso a la fase siguiente. Cada fase del conocimiento Hegel es también deudor de Nicolás de Cusa, cuya influen-
tiene que ser superada a través de la mediación y la negación. cia recibirá sobre todo a través de Giordano Bruno, Jacobo
Por medio de este proceso dialéctico, la conciencia se va ele- Boehme y Leibniz. Nicolás de Cusa profundizó la dialéctica
vando a las regiones superiores del conocimiento, hasta alcan- platónico-aristotélica, a la que dio la dirección subjetiva propia
zar las cimas de lo absoluto y universal. El «espíritu absoluto» del Renacimiento. Los modos escalonados y ascensionales del
de Hegel no es más que una reiteración casi literal del «absoluto- conocimiento (sensus, intellectus, visio) y la división entre un
simple» de Plotino, de su «Uno». conocimiento vulgar y un conocimiento purificado constituyen
Inspirándose en el neoplatonismo, Hegel reasume la ten- una anticipación de Hegel. Ernst Bloch anota:
dencia apologética del conocimiento «puro», entendido como No se sabe si Hegel estudió o no a Nicolás de Cusa; su Historia
una liberación progresiva del yo empírico y carnal y su trans- de la Filosofía no traLa de él, pero no cita t.ampoco a Eckehart, si
formación en un yo trascendental. Lo único que diferencia a bien está demostrado que lo conocía desde sus primeros años u.
Hegel de los neoplatónicos es la estructura metodológica. El
yo puro o trascendental de Hegel no surge de una emanación Entre los .filósofos del Renacimiento que influyeron en Hegel
de Dios, sino que se crea a sf mismo a través de un largo pro- hay que mencionar especialmente a Giordano Bruno, situado
ceso dialéctico de autodiferenciación y autopuri.ficación. él mismo en la tradición platónica. El pensamiento de Bruno
Como ya en Plotino, el conocimiento absoluto significa para llega a Hegel a través de Schelling, cuya filosofía -inspirada
Hegel la fusión con Dios. El concepto de lo divino es en ambos, directamente en las fuentes del fraile dominico- ejerció in-
de todos modos, diametralmente opuesto. El encuentro con Dios fluencia decisiva sobre éL La filosofía de Bruno es una síntesis
es interpretado por Plotino como una huida frente a la realidad entre el misticismo neoplatónico y el humanismo renacentista,
sensorial y concreta; en Hegel, al contrario, la identificación entre Dios y la naturaleza. Giordano Bruno habla ya de una
con lo absoluto constituye la revelación y despliegue (Offen- crazón universal» como principio del mundo, como artesano
barung) de toda la realidad histórica. El Dios de Plotino es la «interior• del universo. Hay, según él, tres tipos de razón: la
nada, el éxtasis místico, el nirvana oriental del no-ser, de Ja divina, la cósmica y la individual. La razón cósmica es la me-
pura indeterminación. El Dios de Hegel es la totalidad de la diadora entre la razón divina y la razón humana. La W eltan-
historia humana, es praxis, civilización, creación. schauung de Bruno es organicista, concibe el universo como
Entre las influencias recibidas por Hegel figura la de Des- una totalidad viva. Todas las partes del universo, aun las más
cartes, a quien llamará, en una de sus cartas, «el punto de ínfimas, son manifestaciones del espíritu, que es, como señala
Las categorías básicas de la dialéctica hegeliana están ya En otra parte enjuicia la obra de Boehme como cuna filosofía
contenidas en el gran filósofo italiano del Renacimiento. El ser profunda, pero de una profundidad turbia• u.
es a la vez realidad y posibilidad, posición y negación, mismidad Georges Gurvitch ha señalado:
y otridad; es decir, lleva en sí mismo, constitutivamente, el prin- Para saber de dónde viene Hegel, hay que empezar por analizar
cipio de la contradicción, base tanto de la filosofía de Bruno sus obras teológicas de juventud... Las sorprendentes nnalogias
como de la hegeliana. Devenir es por ello, a la vez, ser y dejar entre Ja concepción del joven Hege l y lns de los místicos alemanes
de ser, nacer y morir. El mundo es visto por ambos como alie- de una época anterior, de Eckehart y, sobre todo, de Jacobo Bo-
nación, como imperfección. Lo absoluto es lo posible, no lo heme. tienen tal claridad que saltan n la vista y no es posible ne-
garlas seriamente 14.
real. Lo concreto, la diversidad fenomenológica del mundo es lo
abstracto e imperfecto, que no llega a adquirir su pleno signi- No se olvide, en efecto, que Hegel estudió teología, y que la
ficado e identidad basta su fusión con el cuno•. (Hegel hablará primera fase de su labor creacional gira en torno a temas reli-
de lo universal.) giosos: Religión popular y cristianismo, La vida de Jesús, Po-
Dentro de la filosofía panteísta-organicista del Renacimiento,
Spinoza fue otro de los filósofos que más influyeron en Hegel. 12 Hegel, Briefe, tomo 1, p. 381.
La Lógica objetiva de Hegel (la parte que trata del ser y de 11 Hegel, Wissenscha/t der Logik, tomo 1, Leipzig, 1923, p . 101.
14 Gurvitcb, obra cit., pp. 102-103.
la esencia) no es sino una reactualización de la metafísica de
14 La filoso/ia de Hegel Los maestros de Hegel 15
sitivismo de la religión cristiana, Espiritu del cristianismo y su puesto a las posibilidades cognoscitivas del sujeto; segundo, ~n
destino, etc. cuanto que rechaza la concepción irracional de la fe a que tema
Si las corrientes de pensamiento enumeradas más arriba que conducir necesariamente el subjetivismo crítico de Kant.
influyeron sobre todo en la dimensión objetiva de la filosofía El filósofo de Koenigsberg había dicho: «Yo tuve que superar
hegeliana, los principales impulsos subjetivos los recibió Hegel el conocimiento para dar paso a la fe,.. Hegel se sitúa en una
de la filosofía alemana. Entre sus primeros precursores indi- posición diam etralmente opuesta. Si la actividad crítica de Kant
rectos en este sentido hay que mencionar a Leibniz, cuyo subje- había conducido a un cisma entre razón y fe, Hegel se propone
tivismo monadista asumirá Hegel a través de Kant y del idealis- fundir de nuevo ambos momentos en una unidad indisoluble. A
mo critico. Hegel empieza a ocuparse de Kant ya en su época partir de Hegel, la fe no puede ser separada del conocimiento
universitaria de Tubinga. La Crítica de la Razón Pura, apare- ni el conocimiento de la fe.
cida en 1781, es estudiada por él en 1789. En 1794, durante su Hegel llamará a Kant, con cierto desprecio, «un filósofo d~
estancia en Berna, el joven Hegel lee La religión dentro de los la resignación». Frente al hipercriticismo kantiano, Hegel rei-
limites de la simple razón. En 1795 escribe a Schelling: cDel vindica para el sujeto el derecho ilimitado al conocimiento. Si
sistema kantiano y su máximo perfeccionamiento espero una la tarea de Kant fue la de destruir los cimientos de la meta-
revolución en Alemania» u. Veintisiete años más tarde escribirá física dogmática, la de Hegel consistirá en restaurar la meta-
a Duboc desde Berlín: «No ignoro el mérito de Ja filosofía kan- física sobre una nueva base dialéctica.
tiana, en la que me he educado» 11'. Hegel reconoce, en efecto, Pero estas diferencias abismales no deben hacer olvidar el
que Kant constituye cla base y el punto de partida de la nueva hecho básico y decisivo de la influencia ejercida por Kant sobre
filosofía alemana• 17• Es precisamente la dimensión autónoma Hegel. Kant limita los derechos de la razón, pero sin destruirla
que Kant da a la razón humana lo que atrae desde el primer ni buscar refugio eo un esquema irracional de conocimiento.
momento a Hegel. Pero los elogios que aquí y allá dedica a su La división kantiana entre un pensamiento empírico y un pen-
maestro y precursor no le impiden acumular improperios sobre samiento trascendental, entre los sentidos y la razón, entre la
él a lo largo de toda su obra. percepción aislada y la actividad sintetizadora de la razón pura
Hegel es inconcebible sin la labor reflexiva del autor de las anticipa, hasta cierto punto, el esquema ascendente del método
Críticas. Gracias a Kant, está en condiciones de no caer en las de conocimiento que empicará más tarde Hegel. ¿Qué hace
especulaciones de la teología tradicional. Hegel adopta, con res- Hegel sino eliminar la engorrosa «cosa en sí» y elevar el mundo
pecto a Ja filosofía kantiana, una posición dual; de un lado, su fenoménico de Kant a mundo absoluto? ¿Qué es la Fenomeuo-
pensamiento se propone devolver al yo, al sujeto pensante, toda logía del Espíritu sino la especificación o historización de la
la dignidad genética de que había sido desposeído por la critica Ersclteinung kantiana? El filósofo yugoslavo Miladin Zovotic
de Kant; al mismo tiempo, Hegel ridiculiza todo sistema de podrá decir con razón:
ideas que se aleje del camino científico iniciado por el autor de Hegel asumió la dialéctica de Kant como teoría y método de Ja
las Críticas. coincidencia racional que inlenta resolver el problema del sentido del
Hegel es antikantiano por partida doble: primero, en la me- todo, transformando la dialéctica negativa de Kant en una teoría
dida en que se niega a aceptar las barreras que Kant había positiva del desarrollo de la realidad 1a.
is Hegel, Brie/e, tomo I, p. 23. IS Miladin Zivolié, cDie Díalektik der Natur und die Autbenti.zitiit der
16 !bid., tomo III, p. 3.'l:l. Dialektib, en Revolutioniire Praxis. lttgoslawischer Marxismus der Gegen-
11 Hegel, Wissenschaft der l..ogik, Introd., p. 44. warl, Freiburg, 1969, p. 142.
16 La filosofia de Hegel Los maestros de Hegel 17
Jean Hyppolite comparte esta opinión: ligiosos» y profundamente antikantianos. Jacobi intenta fundir
lo finito con lo infinito, lo terreno con lo sobrenatural; esta es
Estas categorías [las de Kant] tienen sólo validez para la ex- también esencialmente la posición hegeliana. Lo que Hegel re-
periencia; no son las categorías de lo Absoluto, pero la lógica tras-
chaza de Jacobi es su culto a Ja intuición, a la inmediatez, a
cendental es ya el germen de la lógica especulativa de Hegel, que
no conoce ya el límite de la cosa en sí 19,
los sentimientos. El concepto de «espíritu», que Jacobi utiliza
ya en parte para de.finir la síntesis entre los sentimientos y la
razón, será asumido por Hegel, debidamente adaptado al con-
Y en otro pasaje:
texto de su sistema.
Hegel prolonga el pensamiento cdtico en una dirección que fue Si son muchas las cosas que unen a Jacobi y a Hegel, no son
indicada ya por Kant 20. menos las que los separan. Hegel tiene una concepción dialéctica
de Dios y de Ja Creación. El espíritu no se halla al principio
El mismo Hegel reconocerá: de la historia, sino al final. Jacobi rechaza vigorosamente esta
Esta síntesis de la percepción original es uno de Los más pro- concepción y niega un proceso histórico que avanzaría de la
fundos principios para la evolución especulativa; contiene el co- nada al ser, del caos a la identidad, de las tinieblas a la luz.
mienzo para una verdadera comprensión de la naturaleza del con- Para Hegel, la historia es, en sus orígenes, abstracción, indife-
cepto 21. rencia total. La historia humano-divina no es, según él, más que
la paulatina transición de lo abstracto a lo concreto, de la indi-
Y Richard Kroner: ferenciación a la autodeterminación. Jacobi, por el contrario,
No puede existir ninguna duda de que la Critica de la Razón
coloca a Dios al principio de la historia. Dios es la substancia
Pura influyó decisivamente en la elaboración de la Lógica de primera, que da sentido a la historia humana, y no un simple
Hegel 22. producto de la misma. Jacobi rechaza, pues, la mística del de-
venir, que tan importante papel desempeñará en el sistema
Dentro de las corrientes románticas de pensamiento, Jacobi hegeliano. La historia no es negación de la negación, sino reve-
constituye un importante eslabón en la cadena del idealismo lación positiva desde sus orígenes. El Dios de Jacobi es estático,
alemán. En la medida en que intentó rebasar el criticismo kan- fijo; el de Hegel, dinámico, cambiante.
tiano y afirmó una .filosofía de lo absoluto, debe ser considerado No menos rotundas son las diferencias que separan a ambos
como un precursor de Hegel. Si éste recibe de Kant y Fichte en el plano de la teoría político-social. Siguiendo a Kant, Ja-
el impulso racional-científico, es de los románticos de quienes cobi procede a una clara diferenciación entre Estado y sociedad,
hereda la voluntad de lo absoluto. Al frente de esta corriente que Hegel identifica. La misión del Estado es, según Jacobi,
romántica se halla Jacobi. Lo que éste expresó en un lenguaje la de proteger simplemente a los miembros de la sociedad de
intuitivo y visionario lo expresará Hegel por medio de concep- una agresión exterior o de ciertos excesos individuales, de nin-
tos científicos y precisos. A pesar de sus profundas diferen- gún modo la de intervenir positivamente en el cuerpo social.
cias, ambos se mueven en la misma dirección, ambos son «re- Ninguna legislación estatal debe ni puede tener Ja virtud como
19 Jean Hyppolite, Logique et existence, Paris, 1953, p. 70. objeto inmediato, pues la virtud no puede surgir de algo externo 23.
20 Ibid., p. 102.
21 Hegel, Wissenschaft der Lcgik, tomo II, p. W.
22 Richard Kroner, obra cit., tomo II, p. 435. 23 Jacobi, Werke, tomo 11, Darmstadt, 1968, p. 370.
18 La filosofía de Hegel Los maestros de Hegel 19
Y también: dictadura filosófica en el país, el pobre HOiderlin vivió aislado
El despotismo es capaz de adoptar diferentes formas, y en toda Y en estado de enajenación mental en casa de un maestro car-
constitución estatal podemos hallarlo en mayor o menor grado 24, pinte~o de Tubinga, que lo recogió por piedad, cuidando de él
con ejemplar bondad hasta el fin de sus dfas. Mientras Hegel
El Estado no es para Jacobi la coronación del espíritu -como c.oncluir~a su vida como profesor del Estado prusiano, HOlder-
para Hegel-, sino un hecho marginal a éste, pues lo espiritual hn se distanció radicalmente en su Hyperion de todo culto al
está situado en la esfera privada e íntima del hombre. Estado, considerado por él como una expresión de lo infernal.
La actitud personal y teórica de Hegel con respecto a Jacobi D~ todos los contemporáneos de Hegel, fue Schelling el que
no fue coherente, y estuvo condicionada por ciertas contingen- más mflu.encia ejerció sobre el autor de la Fenonienología. Es
cias de orden biográfico. Durante su periodo de amistad con en ~chelling d?n~e se an~ncia de la manera más coherente y
Schelling, Hegel criticó con gran virulencia a Jacobi; rota su radical el movmuento antikantiano iniciado ya por Fichte. Su
amistad con aquél, su actitud hacia J acobi fue mucho más be- de~ensa de .10 absoluto, de Ja identidad entre el sujeto y el
névola. As{. mientras en un artículo publicado en la Revista ob3eto, do~mó durante mucho tiempo las propias posiciones de
Crítica de la Filosofía Hegel intentó ridiculizar la filosofía ja- Hegel. El Joven Hegel saludó con entusiasmo, desde su exilio
cobiana, quince años más tarde -en 1817- habló sobre él en de Berna, l~ aparición de las dos primeras obras de su condis-
un tono francamente positivo, subrayando lo que les unía. cípulo Y amigo: Sobre la posibilidad de una filoso/la en general
Durante ese período, Hegel había tenido ocasión de conocer Y Sob;e el yo como principio de la filoso/la. Cuando Hegel era
personalmente a Jacobi, a través de su amigo y protector toda~a un oscuro preceptor privado, Schelling -cinco años
Niethammer. El acercamiento entre ambos fue una consecuen- más Joven que él- había dado a conocer ya las bases de su
cia indirecta de la ruptura de Schelling con Hegel. filosofía. Schelling, que profesaba por su antiguo condiscípulo
Entre los contemporáneos de Hegel, uno de los que más de Tubinga el mismo afecto que había sentido ya HOlderlin, le
influyeron en él, en determinada época, fue HOlderlin, su con- sacó de ~ran~fort y le procuró la primera cátedra de filosofía
discípulo y amigo. Hegel debe a HOlderlin, sobre todo, dos cosas: en la Uruvers1dad de lena. Su amistad duró hasta Ja aparición
el interés por el mundo helénico y por la belleza de la expre- de la Fenomenología del Esplritu.
sión poética. En ambos aspectos, de todos modos, Hegel se En su libro Diferencia entre el sistema filosófico de Fichte
mostró incapaz de emular dignamente a su amigo. HOlderlin Y el de Schelling, publicado en 1801, Hegel se identificaba casi
influyó en Hegel durante la época universitaria de Tubinga ple~~nte con el absoluto de Schelling, con su postuJado sobre
--donde ambos compartían una habitación- y en la época de la tde~tidad entre el sujeto y el objeto. Esta afinidad halló su
Francfort, ciudad en la que los dos ejercieron durante algún ex~~es1ón en l~ fundación y redacción en común de la Revista
tiempo la profesión de preceptor privado. Fue HOlderlin quien Critica d~ la Filosofía, que dejó de aparecer a partir de la marcha
sacó a su antiguo condiscípulo de su aislamiento de Berna. de Schelling de lena.
Hegel admiraba mucho a HOlderlin, pues en él hallaba el so- La t~ea de. Hegel consistirá precisamente en convertir la
siego y la serenidad de que él mismo carecía. Cuando HOlderlin Naturphilosophie de Schelling en filosofía del espíritu, y la filo-
hubo abandonado Francfort, ambos rompieron prácticamente sofía ~el arte en lógica. Schelling despreciaba la lógica en la
toda comunicación. Durante los años en que Hegel cimentó su que ve1a una fo~a ~~stringida y vulgar del conocimiento.' Hegel,
por el. co~trano, sitúa la lógica en el centro de su sistema.
24 !bid., pp. 363-364. Schelling mtenta aprehender lo absoluto por vfa intuitiva; He-
20 La filosofía de Hegel
Esta idea finalista de mortificación y expiación, que se ex- Feuerbach, discípulo de Rousseau y de Schiller, denunciará
tiende como un hilo de Ariadna a lo largo de toda la obra he- el carácter racionalista y abstracto de las posiciones centrales
geliana, es de procedencia judaico-cristiana, lo que no signi- de Hegel:
fica que Hegel constituya una simple variante moderna del La filosofía es la ciencia de la realidad en su verdad y totalidad;
cristianismo, como se ha señalado a menudo. En el transcurso pero la encarnación de la realidad es la naturaleza. . Sólo el re-
de nuestra investigación tendremos ocasión de comprobar que greso a la naturaleza constituye la fuente de la salvación. Es erróneo
la filosofía hegeliana es, en lo esencial, antípoda del cristianis- concebir la naturaleza en oposición a la libertad ética. La natura-
mo, aunque Hegel asuma aspectos parciales de la concepción leza no ha creado sólo el vulgar taller del estómago, sino también
el templo del cerebro u.
cristiana. Uno de ellos es el concepto de finalidad como oposi-
ción al concepto de espontaneidad, que es pagano y natural.
Hegel siente un odio instintivo hacia la diversidad fenoménica Dilthey, que hablará del «desprecio de Hegel por la natura-
de la existencia, hacia la pluralidad sensible. De ahí que para leza•, podrá decir con razón:
fundamentar su sistema de ideas recurra a un finalismo unita- A través de los escritos de Hegel se extiende una vana lucha
rio y dogmático, basado en el culto abstracto del espíritu, en contra las ciencias de la naturaleza, del hombre y de la historia 11.
la negación de la sensibilidad, del cuerpo y de la naturaleza
humana. Albert Camus, más drástico y poético, dirá:
Situándose en una posición opuesta a la de Rousseau, Hegel
afirmará: La Fenomenología... es una meditación sobre la desesperación
y la muerte u.
Por lo tanto, el estado natural es más bien el estado de injus-
ticia, de la violencía, de los instintos naturales desatados, de los Hegel tiene su parte de razón frente a los románticos al
actos inhumanos y de los sentimientos 9.
rechazar una verdad basada exclusivamente en la espontaneidad
inmediata -por tanto, en la subjetividad radical-, pero co-
Poco antes, aludiendo también a Rousseau, habrá dicho ya:
mete el error de demonizar la espontaneidad en cuanto tal. Si
Se suele empezar la historia situándola en un estado natural, es cierto que la existencia no puede ser reducida a mero sen-
en el estado de la inocencia. De acuerdo con nuestra concepción timiento, a simple intuición personal, no lo es menos que estas
del espfritu, este primer estadio del espíritu es un estadio de la formas o manifestaciones ónticas tampoco pueden ser degra-
no-libertad, en el que el esplritu no es verdaderamente 10. dadas a categorías subalternas y negativas, a material de sa-
crificio. El error de Hegel es el de situar en una perspectiva
La libertad es para Hegel Zucht (disciplina, civilización) y dicotómica y jerárquica lo que en rigor constituye un todo
no naturaleza, como en Rousseau y en el pensamiento pagano. inseparable y cohesivo: sentimiento y razón, instinto y refle-
Esta hostilidad hacia la vida natural la hereda Hegel, en parte, xión, espontaneidad y autodominio.
de Kant y de Fichte, lo que indica hasta qué punto la idea ju-
daica de .finalidad penetra en el idealismo alemán.
11 Feuerbach, obra cit., p. 71.
u Wilhelm Dilthey, Gesammelte Schriften, tomo IV, Stuttgart-Gotinga,
1959, p. 220.
9 /bid., p. 96.
13 Albert Camus, L'homme révolté, Paris, 1959, p. 173.
10 !bid., p . 96.
28 La filosofia de Hegel Hegel y el romanticismo 29
La estructura seriada, jerárquica, que Hegel da a los mo- sistemática. Su interpretación de la historia es abstracta. Nues-
dos de conciencia (tanto en el aspecto ontológico como his- tro buen filósofo no conoce ni la naturaleza ni las clases sociales.
tórico) contradice fundamentalmente a la experiencia de la (Su capítulo sobre el amo y el esclavo no pasa de ser una dis-
antropología y de la historia. El hombre no cpasa> de un estado quisición académica situada fuera del espacio y el tiempo.)
de conciencia a otro, sino que reúne siempre simultáneamente El itinerario epistemológico y ontológico de la conciencia
en sf mismo modos de conocimiento y existencia cualitativamen- hegeliana es altamente arbitrario. El hombre no se descubre
te distintos. La conciencia como crazón• o «espíritu> no pre- primero a sí mismo como «certeza sensible>, para pasar luego
supone la desaparición o superación de otros modos de con- a la razón y demás modos de conocimiento ideal, sino que se
ciencia más elementales y primarios, como el conocimiento descubre siempre como síntesis o totalidad humano-social, es
sensible o Ja intuición. El hombre culto y espiritualizado que decir, como hombre y animal comunitario, como ente sensible
se ha elevado a las regiones superiores de la reflexión y de Ja y, a Ja vez, como obrero, empresario, paria, juez o rey. El pri-
ética sigue conteniendo en sí potencialmente tendencias afec- mer estado de conciencia del proletariado decimonónico tenía
tivas de estructura más primitiva y animal. La experiencia nos que ser conciencia de sufrimiento, de humillación, de pobreza
demuestra que individuos y pueblos altamente civilizados pue- o de hambre. Esta conciencia humillada no tiene ocasión de
den retroceder de pronto a un estado de barbarie. La cultura, elevarse a otras esferas del conocimiento ni podrá conocer los
la espiritualización, pueden ser también agentes de deshwnani- mágicos estadios espirituales que Hegel describe como catego-
zación. La misma historia de la Alemania moderna desmiente rías constitutivas de la criatura humana. Todos sus modos de
o contradice toda concepción ascendente de los modos de con- conciencia, desde lo universal-abstracto a lo universal-concreto,
ciencia en la vida de los hombres y de los pueblos. Que la son para un obrero meras lucubraciones fantásticas, espectros
paulatina sublimación de los modos de conciencia germánicos irreales. La evolución de la conciencia que nos describe Hegel
condujera a sorpresas como la de Auschwitz no podía, natu- es un cuento de brujas, está referida a una minoría de hombres
ralmente, preverlo Hegel, que veía en la raza germánica la privilegiados y cultos como él; es subjetiva y unilateral, clasista;
culminación del espíritu universal y del saber absoluto. La carece de todo valor representativo y universal.
marcha triunfal del espíritu que Hegel describe en sus obras La crítica ejercida por Hegel contra el romanticismo en la
es una abstracción filosófica. Fenomenología es ampliada y sistematizada en la Ciencia de
Los conflictos de conciencia descritos por Hegel tienen lu- la Lógica. Los tres tomos de esta obra, publicados entre 1812
gar en las regiones etéreas y puras de la teoría. Son, por ello, y 1816, fueron escritos por Hegel durante su período de Nu-
radicalmente antidialécticos. (La dialéctica sólo es concebible remberg, ciudad en la que residió desde 1808 hasta 1816. Había
a partir de la realidad concreta.) Se trata de un drama ingrávido contraído matrimonio en 1811, a los cuarenta y un años de
y especulativo, que pasa despectivamente por alto las estructu- edad. Su nombramiento como rector de un cGymnasium> y su
ras reales y verídicas de la naturaleza humana. Su filosofía re- casamiento le proporcionaron Ja tranquilidad necesaria para dar
presenta, a pesar de las apariencias racionales, una nueva mi- cima al sistema de la lógica, iniciado anteriormente.
tología. Los estados de conciencia descritos por Hegel son Ya el hecho de haberse ocupado tan seriamente de la lógica
abstractos; sus modelos ontológicos y epistemológicos, fantas- manifiesta la intención de Hegel de reivindicar esta ciencia
magóricos. El background histórico que Hegel utiliza en su frente al pensamiento romántico y a la filosofía de la intuición
Fenomenologia para dar cierta cobertura real a sus categorías en general. Hegel quiso con esta obra fundamentar sus pro-
abstractas está totalmente falsificado, parte de una deformación pias concepciones filosóficas en un sistema científico y, al mismo
30 La filosofía de Hegel
afirma: •Que las cosas reales no coincidan con la idea, consti- tánea. Su filosofía se manifiesta como un intento de regular
tuye el aspecto de su finitud, de su falsedad• 13• cLa idea es. la Y disciplinar, a través de los conceptos y las ideas, la existencia
identidad del concepto y de la objetividad universal• 14• Es decU": humana. Es por ello necesariamente una filosofía cuartelaría e
el concepto surge primero como una objetividad abstracta o invasora, dirigida en última instancia contra la libertad del
individual, pero a través de su mismo proceso dialéctico de hombre. El método es «el alma y la substancia, y una cosa es
conocimiento pasa a convertirse en totalidad o Yerdadera ob- comprehendida y conocida en su verdad sólo en tanto se so-
jetividad. meta totalmente al método• 20• El método es cla actividad del
De ahí que la lógica sea por antonomasia y necesariamente concepto•, la «única y absoluta fuerza de la razón, su único
«la ciencia de Ja forma absoluta que es la totalidad y que con· Y más alto impulso• 21 • Hegel anticipa, en cierto modo, la idea
tiene en ella misma la idea pura de la verdad• 15• La lógica es del superhombre nietzscheano, es decir, de un sujeto que a
la ciencia de lo formal, pero no en el sentido meramente clasi- través de su actividad pensante decreta Jo que es la verdad. Es
ficador y subordinado de la lógica tradicional, sino en un sentido evidente que si la realidad es esencialmente concepto y el con-
completamente nuevo. La forma que el sujeto pensante da a cepto es infinhamente libre, la vida deja de tener un valor o
los objetos es en sí misma el contenido y verdad de estos s~gnificado natural para convertirse en campo de experimenta-
objetos. Lo formal es lo constitutivo, no algo exterior a un con· ción ~el yo pensante. El mundo griego y cristiano, con sus di-
tenido ajeno a ello. El contenido es forma, y la forma, conte- mensiones concretas, es violado y sustituido por el dinamismo
nido; la objetividad, subjetividad, y la subjetividad, objetividad: puro de un sujeto que no reconoce más categorías y límites que
cEl contenido no es otra cosa que las determinaciones de la los que él mismo crea a través de su reflexión.
forma absoluta... Esta forma es, por tanto, de naturaleza to- La unidad conceptual que el yo o la autoconciencia pura
talmente distinta de la que se da generalmente a la forma ló- da a los objetos sensibles -lo que Hegel llama el Gesetztsein-
gica» 16. constituye la objetividad o el en sí y para sí de estos objetos
cLa idea lógica tiene como contenido Ja forma infinita» 17 • por oposición a su apariencia. Su objetividad está fundada:
La forma es ella misma idea absoluta, es decir, método, sis- pues, en el pensamiento del yo, en los conceptos. Objetividad
tema, filosofía. El método es la génesis del concepto absoluto, Y concepto no son, pues, dos momentos separados del conoci-
es lo que determina y crea la realidad, lo objetivo y subjetivo miento y del ser, sino algo idéntico constituyendo la unidad de
a la vez. El método es el principio motórico del pensamiento, la conciencia de sí o autoconciencia, que cno tiene otros mo-
cel movimiento del concepto mismo• 18• Y también: e El método mentos o determinaciones que el yo mismo• 22.
es la fuerza infinita por antonomasia, sin limite alguno• 19• Lo En la concepción kantiana, la materia empírica o mundo
que Hegel llama forma o método no es más que disciplina aparencia} ocupa una posición primaria; el entendimiento que
mental, sistematización de la existencia real, empírica, espon- ordena más tarde los datos sensibles con sus categorías aparece
como una forma vacía que hay que llenar. Por el contrario, en
Hegel, el entendimiento actúa normativamente sobre los sen-
ll /bid., p. 410.
14 /bid., p. 412. tidos desde el principio. Para Hegel, un pensamiento que se
15 I bid., p. 231.
16 /bid., p. 231.
21) /bid., p. 486.
17 /bid., p. 485.
21 !bid., pp. 486487.
18 !bid., p. 486.
22 /bid., p. 222.
19 !bid., p. 486.
38 La filosofía de Hegel Sujeto y conocimiento 39
limite a describir u ordenar pasivamente la diversidad empírica Todo el prcx:eso de conocimiento creado por el sujeto parte
pertenece a la esfera de Ja historia, no a la esfera de la lógica, ~e ~ acto ~e hbertad. Para conocer, el sujeto tiene que cons-
pues en tal caso, «el concepto no es lo independiente, lo esen- tituirse en libertad absoluta, o, lo que es lo mismo, tiene que
cial y cierto de ese material que le precede» 23• «Pero la .filosofía rechazar todo aquello que limite o condicione este acto de
no debe ser una descripción de lo que ocurre, sino un cono- auton?mía inicial. El acto de pensar empieza, pues, con una
cimiento de lo que es verdadero en ello, y sobre la base de lo negación implícita de todo el pensamiento anterior. Feuerbach
verdadero debe comprender lo que en la descripción aparece . capta muy·bien el fondo de la filosofía hegeliana cuando escribe:
como simple suceso» 24• Esta separación o diferenciación entre «La filosofía especulativa alemana constituye Ja oposición di-
historia y filosofía la toma Hegel de Fichte, que la formuló ya recta a Ja sabiduría salomónica. Mientras ésta no ve nada
con toda claridad en sus Grundzüge des gegenwartigen Zeitalters, nuevo bajo el sol, aquélla considera que todo es nuevo» 21. En
como hemos indicado ya en otro lugar 25 • Lo único que Hegel s~ punto ·de partida, Hegel no hace más que seguir los pasos de
hace es dar a la capacidad genética del yo una dimensión abso- F1chte. Como ha clico Georg Lasson: «El pensar... es Ja liber-
luta. cLa diferenciación entre el conocimiento y la simple per- tad en sí, en su existencia abstracta; es la actividad de liberar-
cepción y la representación consiste sólo en la forma del con- se de todo lo concreto, de negar cada determinación dada de
cepto que aquél asigna al contenido» 26• P?nerse (serzen) a sí mismo como lo único positivo» 2'1. Est~ es
Es evidente que la transformación del sujeto en la base de F1chte puro. Si el pensamiento ha de ser génesis, como quiere
toda verdad objetiva no puede ser explicada como un simple Hegel, ha de ser también negación de todo lo generado anterior-
acto lógico, epistemológico. Se trata, al contrario, de una de- mente. Por ello, dice Hegel, «el comienzo tiene que ser comienzo
cisión volitiva, de un acto-fuerza apodíctico y primario como absoluto, ,o, lo que es lo mismo, comienzo abstracto; no debe
la Tat-llandlung de Fichle. Como en Fichte también, el conoci- presuponer nada, no debe ser mediatizado por nada ni tener
miento no es sólo conocimiento o Wissen, sino también Wollen, un fundamento; antes bien, tiene que ser él mismo el funda-
\•oluntad. La decisión de transformar las categorías regulado- mcn~o de toda la. ciencia• :10. Y también: «Lo que constituye el
ras o sintetizadoras de Kant en razón genético-productiva comienzo, el comienzo mismo, es, por lo tanto, algo no anali-
absoluta se apoya en un sich selbst setzen volitivo. No es posi- zable» 31 • ~ientras las demás ciencias parten del supuesto de
ble comprender el fondo irracional del pensamiento hegeliano algo conoc~do y concreto, Ja filosofía tiene el único supuesto
sin tener en cuenta la verdadera naturaleza de su punto de d~ s~ propio pensar. De lo único que el sujeto no puede pres-
partida. Hyppolite le Uamará con razón cel mayor irracionalista cmdir es del cogito cartesiano, es decir, del pensar mismo.
y el mayor racionalista que ha existido» 27 • Hegel es racional Hyppolite ha observ~do con razón: cEJ comienzo de la Lógica
sólo funcional o instrumentalmente, pero su impulso funda- no es, pues, un comienzo como otro; es él mismo la reflexión
mental, basado en la megalomanía y en el endiosamiento del pura» 12.
yo, es irracional. Pero Hegel pasa por alto que el comienzo abstracto del acto
de pensar no puede ser totalmente abstracto o puro. Ello sería
l7 /bid.• p . 31. «> ~iro de. Maeztu, La crisis del humanismo, Barcelona, 1919, p. 39.
Ja Ióid., p. 32. 41 Vease Log1k, de Hegel, prefacio de Lasson, XLV.
J9 lbid., p. 36. 42 Véase mi libro Historia, marxismo y filosofía.
La filosofía de Hegel Sujeto y conocimiento 45
Feuerbach pudo demostrar impecablemente que la Lógica sador, la idea absoluta era una certeza absoluta; para Hegel
hegeliana es una simple demostración formal de un principio escritor, una incertidumbre formal» 48, Y también: •La idea
sentado apodícticamente al principio de la misma. Las catego- de la identidad absoluta o de lo absoluto en general era para
rías expuestas por Hegel tienen sólo un valor demostrativo para él una verdad absoluta completa, no sólo una, sino la verdad
el lector, pues las conclusiones eran en lo esencial conocidas absoluta, la idea absoluta misma, es decir, una idea indiscu-
por Hegel antes de que éste empezase a dar forma a sus pen- tible y situada más allá de toda crítica y escepticismo» 49, i:.sta
samientos. cYo no empiezo a pensar solamente en el momento es la razón de que la filosofía hegeliana tenga ciertamente cuna
en que traslado mis pensamientos al papel. Yo estoy seguro ya importancia crítica, pero no una importancia crítico-genética• 50.
antes del resultado de mi asunto. Yo presupongo algo sólo Su filosofía es Ja expresión de un «objetivismo a-critico».
porque sé que mi presuposición se justificará a sí misma» 43 Pero el carácter apodíctico del pensamiento hegeliano, tan
La düerencia entre el pensamiento inicial y el pensamiento for- elocuentemente desenmascarado por Feuerbach, no es el único
mulado estriba únicamente en el hecho de que éste es un pen- punto di!.cutible de su sistema. Su afirmación de que el único
samiento objetivado. cLos tipos de demostración y deducción conocimiento de rango universal y valedero es el que nos su-
no son por lo tanto formas racionales en sí, formas del acto ministra la razón o clogos • no es menos dogmática que su
intimo de pensar y conocer; son solamente formas de comuni- aceptación apriorística de la inteligibilidad de lo absoluto.
cación, de expresión• +i. Lo que el lector llega a conocer sólo a Jacobi y Schleiermacher, siguiendo a Pascal y a los románticos,
través de la mediación del proceso formulalivo es conocido ya sitúan la clave del conocimiento no en el dJscurso lógico, sino
anticipadamente por el filósofo. cEl pensar es anterior a la des- en la intuición y en los sentimientos. El centro del sistema
cripción del pensamiento• 45• Por ello, cla descripción está re- hegeliano es la lógica, Ja reílexión racional y cpura•. Es decir,
ferida siempre a una instancia superior, que en relación a ella el hombre está en condiciones de llegar al conocimiento uni-
es apriorística• 46. versal sólo en la medida en que se libera de la ccontingencia•
Un pensamiento verdaderamente dialéctico, señala Feuer- o «casualidad» de lo sensible. En el capítulo anterior hemos
bach, sólo puede ser aquel que tenga el coraje de dudar de sí visto cómo, en su Fenomcuología, Hegel niega la legitimidad
mismo desde el principio. cEl pensador es sólo dialéctico en de la experiencia sensible. En su Ciencia de la Lógica crea las
la medida en que es su propio rival» 47• Por el contrario, Hegel, categorías que han de dar una base conceptual y abstracta al
siguiendo a Schelling, empieza por admitir lo absoluto como itinerario de la autoconciencia. Hegel no cree en otra cosa que
una verdad indiscutible, apodíctica. Y precisamente porque en la filosofía y en la razón. El arte, la religión, los sentimien-
Hegel parte de antemano de un absoluto, de una certeza ideativa tos, la intuición son formas imperfectas e impuras de conoci-
anterior a todo acto de pensar, su filosofía no es genética, sino miento. cla filosofía tiene el mismo contenido y objetivo que
únicamente formal. Su absoluto está, para él, demostrado esen- el arte y la religión, pero constituye la forma más alta de
cialmente antes de que lo sea también formalmente. Por ello, comprender la idea absoluta, pues su forma, que es el concepto,
la demostración es meramente formal. cPara Hegel, como pen- es la más elevada» 51 • Schopenhauer, siguiendo aquí a los ro-
mánticos. vefa en cambio en la reflexión racional un atributo
4J Feuerl>ach, obra cit., p. 31.
.. !bid., p. 38. 41 /bid., p . 48.
45 [bid., p. 42. ., [bid., p . 54.
46 !bid., p. 43. so !bid., p . 61 .
47 !bid., p. 46. SI Hegel, Logik, tomo n. p. 484.
46 La filoso/la de Hegel Sujeto y conocimiento 47
subordinado, subalterno: •Este intelecto es lo secundario, es el verdades superiores o inferiores, sino únicamente verdades con-
posterius del organismo, y, en tanto que una simple función cretas e individuales. Cada hombre es una excepción, y existen
cerebral, está condicionado por éste• 52• Y también: e Pues el tantas verdades como excepciones, y lo verdaderamente uni-
intelecto nos es conocido sólo a través de la naturaleza animal; versal no consiste en dividir las verdades en puras e impuras,
por lo tanto, como un principio absolutamente secundario y en racionales e irracionales, sino en reconocer la legitimidad
subalte.m o en el mundo, un producto de origen posterior» .53. de cada respectiva verdad humana. Por encima de los conoci-
Marx opinaba, en el fondo, lo mismo: «La autoconciencia es mientos científicos o filosóficos que nos suministran los con-
más bien una cualidad de la naturaleza humana, del ojo hu- ceptos «puros• está la condición humana de cada hombre. Como
mano, etc., no la naturaleza humana de la autoconciencia• 54 • ha dicho Feuerbach: «Sólo lo humano es lo verdadero y real;
Bakunin, con su magnífico instinto para desenmascarar todo lo pues sólo lo humano es lo racional; el hombre, la medida de
abstracto, había subrayado ya Ja impotencia de La razón y de la la razón• 50 •
ciencia para captar y descifrar la realidad de lo concreto: La vida auténtica, la vida biológica y afectiva no se deja
La individualidad de una cosa no es definible ... La ciencia no se reducir a puras categorías conceptuales, es reacia a todo es-
ocupa más que de sombras... La realidad viva se le e!.capa ... .La quematismo. Y si Hegel se imagina poder lograrlo es simple-
ciencia no puede salir de la c<;fera de las abstracciones En este mente porque sus categorías lógicas están vacías de todo con-
sentido es infinitamente inferior al arte . . El arte es, pues, en cierto tenido real y humano. Feuerbach vuelve a tener razón cuando
modo el retorno de la abstracción a la vida. La ciencia, por el
escribe:
contrario, es la inmolación perpetua de la vida f-ugiliva, pasa.jera
pero real, en el altar de las abstracciones eternas .s5. La filosofía hegeliana no ha podido superar la contradicción
entre el ser y el pensar. El ser con que comienza la Fenomenologla
El desprecio hegeliano por las dimensiones suprarracionales se halla, no menos que el ser con que comienza la Lógica, en con·
del hombre (lo irracional, el subconsciente de Freud) era ab- tradicción directa con el ser real 57.
soluto. Pero afirmar, como hacía él, que el único conocimiento
universalmente legítimo es el que se funda en la idea, en el con- El hombre de carne y hueso no cuenta para Hegel. La iden-
cepto, es afirmar implícitamente que sólo el filósofo es capaz tidad hegeliana entre ser y pensar, entre vida y conocimiento
de conocer, lo cual es absurdo. El conocimiento abstracto y racional, es una identidad basada en la previa aniquilación de
puro del discurso lógico es una forma de conocimiento, no la todas las propiedades concretas y verídicas del hombre. Feuer-
única. Afirmar que la verdad es sólo conocimiento racional bach de nuevo:
•puro• equivale a suponer que los hombres que carecen de La verdad del pensamiento y del ser sólo tiene sentido Y es
conocimientos filosóficos cnrecen ele verdad o viven en un es- verdadera cuando el hombre es concebido como el fundamento,
tadio ontológico inferior, lo cunl es difícil de probar. Todo como el sujeto de esa unidad Sólo un ser real conoce las cosas
hombre tiene, al margen de sus conocimientos teóricos, su reales; sólo allí donde el pensamiento no es sujeto para si mismo,
propia verdad, y en el plano humano y existencial no cxjsten sino predicado de un ser real, no está separado del ser sa.
EL MUNDO OBJETIVO
Hegel no hace más que reconciliar en un todo cohesivo el de Leibniz. El monadismo de Leibniz es designado por Hegel
ideaJismo de Platón, el panteísmo de Giordano Bruno, el sus- como el extremo opuesto del sustancialismo de Spinoza. La
tancialismo de Spinoza, el monadismo de Leibniz, el criticismo mónada no conoce el principio de la alteridad o negación, es
de Kant y el idealismo subjetivista de Fichte. De ahí que una entelequia. Su revelación es su propia obra, es Ja totalidad
-como decíamos antes- resuJta, en rigor, difícil saber si es del contenido del mundo. Para decirlo con las palabras de
el sujeto el que crea la realidad o la realidad la que crea el Richard Kroner:
sujeto. Marcuse, a pesar de su tendenciosa y apologética in· Se Lrala de conciliar el dogmalismo de Schelling con el criti·
tcrprctación de Hegel, ha 'is to muy bien el nexo causal exis· cC.mo de Kant. Mientras que Schelling tomó como ejemplo primero
tente entre las categorías hegelianas y la misma realidad: «El a Spinoza y luego a Bruno, Hegel renovó la ontología iniciada por
pretendido 'panlogisrno' de Hegel está, pues, más cerca de ser Leibniz y completada por Christian Wolf. Pero en esta onlologia
todo lo contrario de un logicismo: se podría decir, en efecto, incluyó las opiniones de Ja critica de la ra7.ón kantiana y de la
que es de la realidad misma de donde Hegel toma prestados Doctrina de la Ciencia de Fichte. El idealismo diseñado programa-
los principios y formas de su pensamiento, de manera que las ticamentc por Sche!Jing en Bruno y en po~tcriores obras encuentro
leyes de su lógica no hacen más que reproducir las leyes que su realización sistemática en la Lógica de Hegel 62,
rigen lo real» 60.
La verdadera posición de Hegel es, pues, el eclecticismo,
Hegel no hace sino dialectizar, a través de la reflexión del
por muy original que este eclecticismo sea o quiera ser.
sujeto, el idealismo absoluto y organicista de Schellíng, el
El concepto de posibilidad o potencia inherente a la reali-
introductor de Giordano Bruno y Spinoza en el idealismo a le·
dad lo encontramos ya formulado claramente por Giordano
mán. Hegel reprocha a Spinoza que su concepto de la sus-
Bruno y por Schelling. Pero en el panlogismo de estos filósofos
tancia carece del «principio de la personalidad» 61, es decir,
falta una dimensión subjetiva, reflexiva. Su concepto de la
de lo que en la triada hegeliana desempeña el papel de modo.
realidad es orgánico-emanantista, objetivista, abstracto. El mo-
Spinoza se detiene en la negación como determinación o cua-
vimiento subjetivo es una simple modalidad de la sustancia,
lidad y no pasa a la negación de la negación. La sustancia de
no una autoactividad consciente. Hegel asume este objctivismo
Spinoza es ya unidad absoluta del ser y del pensar; pero este
emanantista, pero dándole la dimensión de la autoactividad
pensar existe sólo en unidad con la extensión, no de forma
reflexiva del sujeto. La realidad no se desarrolla por sí sola,
independiente y autónoma. Los reproches que Hegel eleva
orgánicamente, sino a través de un sujeto que la constituye y
contra el spinozismo los aplica también al emanantismo orien·
genera a través de su actividad pensante, de sus conceptos.
tal. Ambos carecen del principio reflexivo, de la subjetividad
De esta manera Hegel conjuga el momento del ser y el
descubierta por Kant y asumida por Hegel.
momento del pensar. El ser es la realidad dada, el pensar es
Lo mismo ocurre con la filosofía de Schelling, cuyo rano
la fuerza o actividad que da sentido a este ser. El pensamiento
central radica también en su carencia de una auténtica dialéc-
no es una simple modalidad subalterna del ser, sino que es
tica reflexiva. Hegel se encargaría de suplir esta deficiencia
el mismo ser. Kroner: cEl pensamiento es, por lo tanto, el
subjetiva de su ex condiscípulo y ex mentor, con la ayuda de
mismo poder del ser, es su poder; el pensamiento no es ex-
Kant y Fichtc, que no hicieron sino desarrollar el monadismo
terno al ser, sino interno, no trascendente, sino inmanente• M.
60 Marcusc, Raison et rt!volutíon, Paris, 1968, p. 73. 62 Richard Kroner, obra cit., tomo II, p. 417.
6t Hegel, Logik, tomo II, p. 165. 6l Tbid., p. 429.
64 La filosofía de Hegel
El pensamiento lógico del sujeto es en última instancia la
síntesis que asume y digiere el edificio de categorías formales
expuestas por Hegel en su obra. Precisamente porque la idea
constiLuye la clave del sistema hegeliano, la realidad contra-
dictoria y viva puede ser siempre explicada y justificada a
través de ella. Hegel degrada la realidad, con toda su comple-
jidad y dramaticidad, a una sucesión interminable de cate-
gorías formales, a un vaivén de negaciones, contradicciones y
mediaciones. El momento de la reconciliación, unidad o sfn- CAPÍTULO V
tesis, aportado por la conciencia del hombre no ha sido de-
ducido de la auténtica realidad de las cosas, sino que se trata DEVENIR Y PRAXIS
de un apriori que Hegel introduce en su sistema más allá de
toda realidad. Las contradicciones y conflictos de la existencia
están ya de antemano explicados y superados por el sujeto.
O en otros términos: la forma precede a la materia, el con- Si la verdad no es un ente estático y dado de antemano,
cepto a la realidad. De ahí que en su significado central, la sino que va siendo creada por el sujeto a través de un proceso
dialéctica hegeliana sea en verdad una dogmática; de ahl tam- permanente de reflexión y vinculación dialéctica con la reali-
bién que el formalismo de las categorías y determinaciones dad objetiva, es evidente que la verdad se convierte necesa-
de pensamiento acaben triunfando sobre la realidad concreta. riamente en devenir, en temporalidad, en historia. El sujeto
Todo es justificable: he ahí el último secreto de la filosoffa no es un ente substancializado, definido a priori, sino fluidez
hegeliana. y tránsito. Es movimiento y no inmovilidad, acción y no con-
templación.
La verdad es entendida por Hegel como proceso dialéctico,
como w erde11; por tanto, como totalidad en el tiempo, como
superación constante de la inmediatez del sujeto y del objeto.
cLa verdad es el todo•, dirá Hegel resumiendo su .filosofía. Y
también: «En mi opinión, la idea sólo puede ser expresada y
entendida como proceso, como movimiento. Pues lo verdadero
no es algo solamente quieto, esencial, sino algo que se mueve
a sí mismo, algo vivo• 1• Esto es una consecuencia lógica de la
posición primaria de Hegel. Si la verdad no puede ser nunca
algo inmediato, revelable totalmente aquí y ahora, es claro
que tendrá que ser concebida como proceso.
Mientras el pensamiento tradicional concebía la verdad
como un ente objetivo, autosuficiente v dado para siempre,
1 Hegel, Briefe, tomo 11, p. 329.
LA PlLOSOF'fA Dll llECHL. - 3
66 La filosofía de Hegel Devenir y praxis 67
como una entidad ideal situada fuera del sujeto, Hegel afirma imprevisible. La verdad de la historia, al estar objetivada en
que es algo en constante renovación y por tanto vinculado un futuro hipotético e inasequible, se convierte en una sustancia
intrínsecamente a la historicidad del sujeto y del mundo. La parecida a la cosa en sí de Kant.
verdad no está ahí, en el universo, como una sustancia inerte, Es fácil descubrir, por otra parle, en la «historicidad» de
sino como algo que tiene que ser creado por el sujeto a través los modos de conciencia de los hombres y de los pueblos una
del proceso dinámico y dialéctico del conocimiento y de la nueva versión de la vieja filosofía, especialmente de la plató-
reflexión, que incluye la función de trascenderse a sí mismo, nica. Como ésta, Hegel niega también la validez del conoci-
de rebasar la provisionalidad de todo conocimiento sensible- miento inmediato-personal, de la experiencia «vulgan> de los
empirico. La verdad es tiempo, historia, génesis. Su estructura sentidos, del common seuse, del gcmeiner Me11sclzenverstand.
básica está formada por el nexo relacional (dialéctico) entre el Aproximarse a Dios, a la verdad sobrenatural, había significado
sujeto y el objeto, entre individuo \ mundo, entre espíri~u y para el pensamiento teológico tradicional un constante negarse
naturaleza. La verdad, pues, no es, sino que se 11ace, deviene, a sí mismo. La última certidumbre sólo podía darse en un
se constituye ella misma a través de un proceso ininterrumpido Mtts Allá, en Dios. Hegel no hace más que sustituir el concepto
de negación y afirmación, de repulsión e integración. de Dios por el concepto de historia. En ambos esquemas do-
De ahí que en su Fenomenología del Espíritu Hegel seccio- mina la hostilidad hacia lo inmediato-subjetivo, que es consi-
ne el ser o el sujeto en una escala interminable de modos de derado como algo aparente y no verdadero. La antigua fusión
conciencia. Los sentidos, la naturalcia son degradados a modos mística con Dios es convertida por Hegel en identificación
de conciencia inferiores, imperfectos, abstractos. Con el objeto entre el sujeto y la historia. Como ha dicho Gurvitch: •La
de poder dar al ser una unidad ficticia, «pensada», Hegel lo Fenomenología de Hegel permanece, pues, enteramente fiel a
desintegra y vacía de su realidad concreta, creando una pirá- una tendencia mística, a la que trata de concretar y raciona-
mide ontológica y epistemológica apoyada en un fundamento lizar para hacerla más aceptable» 2.
abstracto. Al convertir el conocimiento absoluto en tiempo, en En Hegel todo es provisional, interino. Nada es cierto. nada
experiencia sucesiva o seriada, Hegel no hace más que inten- es seguro. Ontológicamente, el hombre vive en permanente
tar salir del círculo vicioso a que habla conducido el dualismo error, o, si se quiere, en permanente espejismo, en estado de
de Kant en el plano epistemológico. La cosa en sí kantiana es crónlca inmadurez cognoscitiva y existencial. Todo es falso:
eliminada a través de su transformación en tiempo, en histo- los sentidos, la percepción sensible, yo, tú, el aquí. el ahora,
ricidad. Con ello Hegel no resuelve el interrogante dejado por esto, aquello, el deseo, la razón, la virtud, el idealismo, la cul-
Kant, sino que lo convierte en un nuevo ente metafísico, tras- tura, la revolución, el catolicismo, la conciencia desgraciada,
cendental. El concepto de totalidad histórica ejerce en el sis- la conciencia satisfecl1a, etc. Este proceso de constante nega-
tema hegeliano una función claramente metafísica, abstracta. ción y superación de las diversas fases del conocimiento y de
irracional. Es cierto que la existencia del mundo es totalidad la experiencia vital no está limitado por ninguna frontera , no
en el tiempo; pero esta totalidad histórica sólo puede ser apre- es sustituido en ningún momento por la certidumbre de algún
hendida o supuesta como una categoría pensada, conceptual, punto de apoyo arquimediano: moral, virtud, sacrificio, abne-
fuera de nuestra experiencia, como un Más Allá o áschaton gación, cultura, humanismo, estoicismo, religión, instinto y
inaccesible. Cuando se quiere interpretar la historia como to- sentimientos 'ion modos imperfectos v abstractos del espíritu
talidad -por tanto como futuro--, la historia tiene que apa-
recer forzosamente ante nuestros ojos como un ente abstracto, 2 Gurvitch, obra cit., p. 112.
68 La filosofía de Hegel Devenir y praxis 69
uni\'.'ersal. Existir es vagar de un error a otro. Hegel no hace toricismo porque se apoya en una pura abstracción, es un
más que diluir o desintegrar la personalidad del hombre en emanantismo irracional.
el proceso ilimitado de la historia, quitándole la raíz de El devenir hegeliano es la síntesis, el momento de unifica-
todo valor inamovible y rotundo. Lo único verídico e inmu- ción que supera la contradicción entre el ser y la esencia,
table es el devenir histórico, el eterno movimiento de afirma- entre forma y materia, entre individuo y mundo. El devenir
ción y negación, la relación dialéctica entre el sujeto y eJ es la negación de la negación, la conciencia de si, el saber
tiempo. absoluto, el concepto objetivado en el Estado y en el espíritu
Hegel no ha sido capaz de superar la contradicción fun- universal. Cada verdad, considerada aisladamente y en sí, es
damental entre su pretensión a lo absoluto-infinito (encarnado para Hegel siempre una verdad relativa, que contiene en s.í
en la historia) y la provisionalidad de la misma historia con- misma el momento de la negación. La verdad absoluta sólo
creto-finita. Entre ambos momentos hay una ruptura com- puede ser encarnada por una tercera instancia: por eJ devenir,
pleta. Kierkegaard había obse1-vado ya que fundar la verdad por el futuro. A través de su propio movimiento de negación,
infinita o absoluta en la historia significa fundar un valor abso- las cosas devienen para sí lo que al principio son en sí. Pero
luto sobre un conocimiento aproximativo o relativo. Dilthey, como este movimiento autogenético es infinito, las cosas no
a pesar de su admiración por Hegel, reasumirá la crítica del llegan a ser nunca, sino que se encuentran siempre en una
pensador danés. Hegel resolverá esta antinomia entre eterni- situación provisional de ir haciéndose. Su verdad no consiste,
dad y relatividad introduciendo por la puerta trasera el deus pues, en Jo que puedan ser en este o aquel momento (una verdad
ex machina de su espíritu universal, es decir, transformando relativa), sino precisamente en la negación de toda determi-
lo contingencia! de la historia en un valor situado más allá de nación actual. La verdad fundamental del ser es su devenir, su
toda contingencia. Karl Lowith ha visto muy bien este salto superación permanente, su propia negación. El error básico de
milagroso: «Cuando Hegel hace aparecer lo eterno en lo tem- Hegel en el campo de la ontología y del conocimiento en ge-
poral, ello no se apoya en una dialéctica formal, sino en una neral es el de dar por supuesto que la nada existe como un
sustancia metafísica del Lagos cristiano» 3• Otros pensadores momento del ser, y el de oponer esta nada o pura indetermi-
-marxistas principalmente- ven en la concepción hegeliana, nación al devenir. Pero el ser no es sólo a través de su devenir,
por el contrario, un intento de superar el relativismo y el his- sino ya antes. El devenir está implicado en el ser, y no a la
toricismo. As1 Karel Kosik: inversa. Todo lo que es, es ya algo determinado. Algo que sea
pura indeterminación es una contradicción. Lo opuesto al ser
Con frecuencia se olvida que el apriorismo lógico de Hegel, que
considera la historia como despliegue del espíritu -que en su tem-
no es la nada, sino el ser concreto y sensible.
poralidad es supratemporal-, constituye en la Edad Moderna la Gracjas al proceso ctialéctico del conocimiento, el sujeto
más importante tentaliva idealista de superar el relativismo y el tiene la posibilidad de rebasar las fronteras de lo inmediato-
historicismo 4. personal para elevarse a formas ontológico-epistemológicas
superiores. Pero este proceso no puede limitarse a la pura
Es dificil compartir la opinión del marxista checo. La con- contemplación teórica, sino que debe incluir la acción, la
cepción hegeliana no puede superar ni el relativismo ni el bis- praxis.
La tesis del conocimiento corno un rebasarse a sí mismo a
3 Karl Uiwith, Von Hegel w Nietzsc11e, Stuttgart, 1950, p. 144. través de la acción y de un adentramiento en el mundo, la
4 Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto, México, 1967, p. 163. encuentra Hegel formulada ya en Fichte y en Jacobi. Vale la
70 La filoso/ ía de He gel Devenir y praxis 71
pena transcribir aquí un fragmento de Jacobi en el que éste saber lo que es sin que lo haya convertido en realidad a través
anticipa explícitamente esta dimensión del pensamiento he- de su acción» 6• Y también: «La obra es Ja realidad que se da
geliano: la conciencia> 7• Y en otro pasaje: cEl verdadero ser del hom-
bre es la acción; en ella la individualidad es real»•. Jean
Puesto que la existencia de todo ser finito presupone coexisten-
Hyppolite ha descrito muy bien este momento de la concep-
cia, ningún individuo puede tener conciencia de su ser sin tener
al mismo tiempo una conciencia más o menos viva de sus rela-
ción hegeliana: cPara Hegel, la verdad halla su terreno y su
ciones, es decir, de .seres diferentes a él, sobre los cuales se apoya, fundamento en esta comunicación de las conciencias, y el alma
y que constituyen las condiciones necesarias, los mediadores, los bella que se encierra en el silencio interior para no mancillar
agentes de su existencia . Es, por lo tanto, completamente impo. su pureza, que se imagina hallar en sí misma Jo absoluto
sible quc el individuo tenga percepción de las relaciones sin tener divino en su inmediatez, no puede más que disolverse en la
percepción o conciencia de sí, y es imposible que tenga conciencia nada• 9 •
de sí sin tener percepción de las relaciones s. Hegel niega. en efecto, el mundo de la intuición y de la
contemplación, el ensimismamiento de la mística y del roman-
Aquí está anticipada literalmente toda la teoría hegeliana ticismo y las posiciones que más tarde defenderá la Existenz-
de la alteridad, Ja mediación y la praxis como categorías onto- pl1ilosophie. En el existencialismo -como ya antes en el cris-
lógico-epistemológicas. El esquema de la praxis-conocimiento, tianismo- la acción mundana o exterior es lo inauténtico, lo
de la experiencia teórica como acción fue desarrollado más alienado, Ja forma banal del ser. El hombre sólo recobra su
tarde con toda pujanza por Fichte. Hegel no hace aqui, como verdadera identidad rechazando su ser-en-el-mundo, que es
casi siempre, sino dar una dirección peculiar a hallazgos de un producto de lo impersonal. Para Heidegger, el ser-en-el-
sus predecesores. mundo (in-der-Welt-sein) significa el reino del man (uno, la
Conocer presupone adentrarse en el mundo, en la esfera gente) y, por ello mismo, el mundo de lo impersonal y super-
del no-yo, de la otridad. Sin esta inmersión en el mundo, en ficial. Este mundo significa la Selbstverloren11eit, es decir, la
la diversidad fenoménica, el sujeto no está en condiciones de pérdida de sí mismo, Ja alienación 10• Por el contrario, en Hegel
constituirse en verdad auténtica, concreta. El conocimiento el mundo forma parte constitutiva y constituyente del ser.
absoluto (y el ser verdadero) sólo pueden surgir de la pra.""<is Hegel, identificándose con el pensamiento burgués y positivista
total. El sujeto se conoce en la medida en que sale de sí mismo, de su tiempo, niega el cinterion del hombre. reduce la exis-
en Ja medida en que se trasciende y entra en el mundo, per- tencia humana a resultado, a coeficiente. a acto, a pura cuan-
diéndose primero en él para comprenderlo y asumirlo más titatividad. El interior del hombre es su exterior; su alma son
tarde con cplena conciencia». Aquí nos encontramos con una sus actos; su esencia es su apariencia; su individualidad es
interpretación opuesta a Ja de la mística y del pensamiento su dimensión colectiva. Se observará la estructura especial-
contemplativo, que buscaban lo absoluto en la inacción, en la mente burda de esta concepción, que parte de un dinamismo
quietud. (El mundo como mal, como dispersión, como enaje- puro y anticipa el universo cerrado e intrascendente del fas-
nación). Conocerse significa para Hegel estar en el mundo, en
su centro, en el cogollo de la realidad: «La acción es el de- 6 Hegel, Phanomenologie des Geistes, p. 261.
venir del mundo como conocimiento. Lo que el espíritu es en 7 Ibid., p. 261.
sí lo sabe por su realidad. Por Jo tanto, el individuo no puede A lbid., p. 2U.
9 Jean Hyppolite, obra cit., p. 22.
5 Jacobi, Wuke, Lomo IT, pp. 534-535. 10 Martín Heidegger, Sein tmd Zeit, Tübingen, 1967.
72 La filoso/ ía de He gel Devenir y praxis 73
cismo. Hegel pasa por alto que la acción del hombre, sus conciencias. Hegel ejemplariza esta lucha entre las conciencias
actos, su quehacer práctico, no suelen ser el resultado de una en su famoso pasaje sobre el amo y el esclavo.
decisión autónoma, de un acto de libertad, sino de una impo- La conciencia de sí autónoma (selbstiindige) está encarnada
sición social. La acción del hombre sólo será verdaderamente en el amo; la conciencia heterónoma (unselbstiindige), en el
auténtica cuando sea una acción nacida de su vocación Y de esclavo. La conciencia del esclavo o siervo está caracterizada
su autonomfa. Cuando la acción no cumple estos requisitos es por el hecho de que éste da prioridad a su existencia física,
alienación, heteronomía. Por otra parte, el ser del hombre no inmediata, primaria, y la sitúa por encima de la libertad o
se agota en la praxis. La personalidad del ser humano es más plena conciencia de sí. El esclavo es esclavo -afirma Hegel-
rica que sus posibilidades de acción. El hombre no es plena- porque teme a la muerte, porque teme perder la vida natural
mente objetivable. Podría decirse incluso que lo objetivable y bruta de que dispone. Por el contrario -sigue afirmando
en el hombre es siempre o casi siempre lo más impersonal Hegel-, el amo es amo porque no teme a la muerte, porque
en él. Aristóteles nos dice también que el hombre es un animal da a su independencia y libertad un valor más elevado que
político; pero, entre la praxis y la teoría, da en última ins- a su existencia natural. Hegel no sólo analiza este problema
tancia prioridad a la teoría, es decir, a la contemplación. en términos abstractos y ahistóricos, sino que extrae de él
El sujeto aparece en el mundo como B egierde (apetito, consecuencias erróneas. El amo no es amo porque no tema a
ganas, avidez). ~sta es una de las formas básicas de la con- la muerte, sino porque pertenece a una clase social privile-
ciencia. En su primera confrontación con el mundo, el sujeto giada y tiene el poder físico de su parte. El esclavo no es es-
se halla en una relación de exterioridad con respecto a los clavo porque sea un cobarde y tema a la muerte, sino porque
demás: «La conciencia de sí es por lo pronto simple ser para pertenece a una clase social desamparada y débil. Estos sim-
sb 11. Su identidad es deficiente: cEs idéntica a sí misma por ples hechos histórico-sociales los convierte Hegel en categorías
medio de la exclusión de todo lo otro; su esencia y contenido fijas, metafísicas.
absoluto es ella; y en esa inmediatez o en esa esencia de su Hegel intenta, además, realizar indirectamente una apología
ser para sí es individual» 12• Pero, como el otro sujeto es tam- de la esclavitud. El esclavo adquiere conciencia de sí mismo
bién una conciencia para sí, •cada uno tiene la certeza de s{ a través del trabajo, de la obra creada, de su actividad de ser-
mismo, pero no del otro; y, por ello, su propia certeza no es vicio y sumisión. El esclavo no obtendrá su liberación a través
en sí ninguna verdad11 u. Esta forma del conocimiento y de la de un acto de rebelión -y, por tanto, de una negación radi-
existencia (en Hegel ambos momentos constituyen una unidad cal-, sino precisamente a través de un acto de adhesión y afir-
indisoluble) no puede conducir más que a la guerra de todos mación de su propia condición, que es la de trabajar para otro.
contra todos: «La relación de las dos conciencias de sí está Con el tiempo, afirma Hegel, gracias al trabajo que el esclavo
determinada de manera que se acreditan a s{ mismas y para realiza, adquiere conciencia de sí mismo y se libera. Por el
el otro por medio de la lucha a vida o muerte• 14• La conciencia contrario, el amo, que no realiza trabajo alguno, acaba por
de sí es libertad pugnando por ser reconocida por las demás convertirse en esclavo de su esclavo, depende de su trabajo,
no es sin su esclavo.
Es cierto que teóricamente, a nivel abstracto, el amo, a
11 Hegel , Phiinomenologie, p . 125.
fuerza de perder contacto con el mundo del trabajo, de la
u lbid., p . 125.
1J lbid., p . 125. producción, cae en una relación de dependencia frente al es-
14 lbid.• p . 126. clavo, como le ocurrió al aristócrata con respecto al burgués.
La filoso/fa de Hegel Devenir y praxis 75
74
Pero, en la praxis, el amo utilizará la violencia y otros recursos ración de toda forma de exterioridad o solipsismo y su susti-
para seguir sosteniendo su status de amo frente al esclavo. tución por la interpenetración e interaceptación entre sujeto
El esclavo no se liberará mediante el trabajo -aunque éste Y mundo, entre individuo aislado y comunidad. De ahí que la
forme parte de su proceso de liberación-, sino a través de reconc~iación de los contrarios no presuponga en Hegel la
una negación radical del mundo en que se halla prisionero. supresión de uno de ellos, sino su mutuo reconocimiento. En
La burguesía no pudo liberarse del yugo de los señores feu· esta fase de la historia y del conocimiento, la exterioridad es
dales sin recurrir a la violencia y a la revolución. Lo mismo sustituida por la universalidad. Más adelante tendremos oca-
cabe decir de la liberación del proletariado frente a la bur- sión de comprobar a qué sorpresas conduce lo universal-con-
guesía. El trabajo no es por sí solo un elemento de emancipa· creto de Hegel, el «reconocimiento• mutuo de las conciencias.
ción. La historia no es sólo evolución, sino también revolución, Limitémonos a decir aquí que este reconocimiento está basado
ruptura violenta de un estado de cosas determinado. La natu· en una aceptación de la cnecesidad• histórica, del orden social
raleza del trabajo, a la que Hegel da un sentido unívoco, es Y hum~no dado; es decir, en una aceptación del statu quo.
ambivalente: el trabajo puede ser un medio de liberación, pero Partiendo de su concepción dialéctica entre el yo y Jo otro,
también de integración y sumisión. Hegel solucionará la si· Hegel rechaza toda concepción solipsista y abstracta del co-
tuación antitética existente entre el amo y el esclavo recu- conocimiento. Sobre Leibniz dirá:
rriendo a la reconciliación y mutuo reconocimiento de ambos, E.~ ci.te ~istema, pues, Ju alteridad (Anderssein) es suprimida; el
pero no como iguales, sino dentro de un estado jerárquico csp(ntu Y el cuerpo o las mónadas no son lo otro entre sí no se
basado en la explotación y el dominio de clases. El amo reco- limitan una a la otra, no se iníluencian una a Ja otra; todns las
noce el trabajo del esclavo y le paga, pero sin dejar de ser condiciones que constituyen el fundnrnento de la existencia (Dasein)
amo. este es el paso de la servidumbre feudal a la sociedad desaparecen. La variedad es sólo ideal o interior, Ja mónada per-
capitalista. manece únicamente en relación consigo misma, los cambios se des-
Conciencia de sí equivale, pues, al deseo de imponer y de· arrollan dentro de ella y no constituyen relaciones de la mónada
con otras mónadas 11.
fender la propia libertad frente a los otros: cLa conciencia de
sí alcanza sólo su satisfacción en otra conciencia de si»"· Y conlra Spinoza:
Y también: «La conciencia de sí es en sí y para sí en la medida
en que es en sí y para sí para otro; es decir, existe sólo como El spinozismo es una filosofía defectuosa en la que Ja reflexión
conciencia reconocida• 16• El reconocimiento entre los distintos Y su variada determinación constituyen un pensamiento exterior.
La sustancia de este sistema es una sustancia, una totalidad incli-
sujetos es posibilitado por la refle."<ión y la mediación del
visiblc .. Los conceptos que Spinoza da de lo absoluto no necesitan
espíritu, que Hegel define como cla absoluta libertad e inde- del concepto de lo otro Pero lo absoluto no puede ser lo primero,
pendencia de su contrario, es decir, una pluralidad de con- lo inmediato, sino que lo absoluto es esencialmente s u resultado 19.
ciencias de sí existiendo para sí, la unidad entre el yo y el
nosotros• 17• El paso del conocimiento empírico-sensible al co- Ya en su estructura primaria, el ser está indisolublemente
nocimiento absoluto o filosófico no es otra cosa que la supe- ligado a lo otro, es relación intrínseca con el mundo de los con-
trarios. El ser contiene en sí mismo como categoría ontológica
u /bid., p. 121.
is Hegel, Logik, tomo I, p. 152.
16 !bid., p. 123.
19 lbid., tomo II, p. 165.
17 /bid., p. 122.
76 La filosofía de Hegel Devenir y praxis 77
la dimensión de alteridad. El ser es sólo en la medida en que es primeramente relación negativa con respecto al no-existente
es junto a los otros. El ser es relación. Esta relación constituye o no ser-ahí (Nichtdasein), tiene la alLeridad fuera de sí, es
precisamente su posibilidad de realización en el mundo, al tomada de la alteridad y del ser-para-otro; pero, en segundo
mismo tiempo que su amenaza para su ser-para-sí (Fürsichsein). lugar, una cosa tiene el no-ser también en ellas; pues dicha cosa
El ser de la Lógica hegeliana no es sino en comunicación con es el no-ser del ser-para-otro• z.s.
los otros, de la misma manera que en la Fenomenología del «El ser-para-otro C!) en primer lugar negación de la simple
Espíritu la conciencia no puede elevarse al conocimiento abso- relación del ser consigo mismo; en tanto una cosa es en otro
luto sin la confirmación de las demás conciencias. o para otro, carece de ser propio• u. Y añade más adelante:
El ser es definido por Hegel como un Dasein (ser-ahí, exis- «Una cosa es en sí en la medida en que sale del ser-para-otro y
tente); por tanto, en relación causal o estructural con algo regresa a sí misma» 27• El ser es, pues, negación de la negación:
distinto de él. En su estado inmediato, el concepto del ser (Sein) negación del ser-para-otro, de la alteridad: «La realidad con-
es considerado por Hegel como lo indeterminado y vacío, es tiene en sí misma la negación » zs. e El ser para otro es, en la
decir, como el no-ser o Ja nada. El ser es en la medida en que unidad de la cosa consigo misma, idéntico a su ser en sí» l9. Ser
se halla en conexión con algo que lo sitúa y define: uUn ser es, pues. rebasarse a sí mismo y superar Ja amenaza que nos
determinado, finito, es aquel que se refiere a lo otro» lll. El ser impone lo otro, pero integrando esta alteridad u otridad en
es sólo en la medida en que deviene y supera su indeterminismo nuestra conciencia de sí. El ser es «trascendencia inmanente».
o vacío inicial, inmediato: •El ser-ahí (Dasein) surge del deve- «Cada uno es primero ... en la medida en que lo otro es; lo que
nir» 21 • Y también: «Ser-ahí es ser determinado; su determina- es lo es a través de lo otro. a través de su propio no-ser; se-
ción es determinación existente, cualidad. A través de su cua- gundo, es en la medida en que lo otro no es; lo que es lo es a
lidad es algo contra lo otro, es cambiante y finito, no solamente través del no-ser de lo otro» 10• La contradicción, pues, es un
frente a otro, sino que está determinado negativamente en sí rasgo fundamental de la existencia y del conocimiento:
mismo por antonomasia• 22• Por ello, afirma Hegel, «la realidad Uno de los prejuicios fundamentales de la lógica tradicional y
es cualidad, existencia» 23. de la concepción vulgar es el de considerar que la contradicción
Todo ser es etwas (una cosa, algo) en medio de otras cosas. no es una determinación tan esenciaJ e inmanente como la de la
«Una cosa es, como existente inmediato, el limite contra algo; identidad; si tuviera que hablarse de la importancia de ambas
pero esta frontera existe en la misma cosa y es una cosa a través determinaciones, habría que considerar la contradicción como más
de Ja mediación de la misma que es al mismo tiempo su no-ser. profunda y esencial. Pues frente a la contradicción, la identidad
Es la mediación a través de la cual una cosa es y no es al mismo es sólo la determinación de lo inmediato y sencillo. del ser muerto;
tiempo» 24• Cada cosa está, pues, intrínsecamente ligada a lo pero la contradicción es la raíz de todo movimiento y vida; una
cosa se mueve, tiene impulso y acción sólo en tanto que se con-
otro, a lo ajeno y extraño. El ser es estructuralmente no sólo tradice a sl misma 11.
«ser en sí mismo» (Ansichsein), sino también «alteridad» (An-
derssein) o «Ser para otro» (Sein für Anderes): cEl ser en sí 2S lbid., p. 107.
26 lbid., p. 107.
:iolbid., tomo 1, p . 71. n Ibid., p. 107.
lJ lbi.d., p. 96. 21 lbid., p. 103.
Z2 ]bid., p. 95. 29 lbid., p. 109.
23 Ibid., p. 99. 30 lbid., tomo 11. p . 42.
14 ]bid., p. 114. 31 !bid., p. 58.
78 La filosof ia de Hegel Devenir y praxis 79
Y también: Hegel se entrega a una verdadera inflación de antinomias, y
esta inflación le lleva a un fetichismo de la negación que le sirve
La cosa, el sujeto, el concepto es esta misma unidad negativa; es
aJgo contradictorio en si mismo... Las cosas finitas, en su indife- para divinizar las síntesis l4.
rente variedad, son por ello contradictorias en sí mismas, están
rotas en si y regresan a su fundamento 32, Y también:
Hegel, en lugar de investigar las condiciones en que se produce
Esta contradicción inherente a la realidad misma se traduce una polarización efectiva de los contrarios, construye estas situa-
en dolor: e El dolor es el privilegio de las naturalezas vivas> JJ. ciones arbitrariamente para que sirvan de glorificación a las sin·
Hegel asume el concepto kantiano de antinomia, pero dán- tesis divinizadas 35.
dole un significado completamente distinto. Mientras lo anti-
nómico o contradictorio es situado por Kant en Ja esfera del Fiel a su concepción apologética de la existencia y la facti-
conocimiento, Hegel concibe este momento como una dimen- cidad histórica, Hegel acabará naturalmente negando lo antinó-
sión primaria de la realidad misma. Lo contradictorio no es mico. Georg Lasson escribe al respecto: «Su principio determi-
una manifestación de nuestro conocimiento, sino una forma nante no es la negación ni la contrac.licción, sino la unidad en
básica de la realidad ontológica. el antagonismo, la identidad de los contrarios• 36• O, para de-
Hegel da a lo otro, a lo contrario, una jerarquía estructural cirlo con las propias palabras de Hegel: lo que constituye la
y gcn<!tica que no se halla en otras escuelas de pensamiento. esencia del espíritu es «la unidad absoluta de lo opuesto por
Pero la sublimación de lo otro, aunque esté montada sobre un medio del concepto» 37• Es precisamente aquí donde su sistema
aparato conceptual y terminológico de nuevo cwio, no es, en dialéctico acaba convirtiéndose en una apologética de la iden-
el fondo, más que una trasposición de la vieja metafísica. Lo tificación de lo contradictorio y, por tanto, en una apologética
otro es para Hegel la facticidad histórica, el mundo de lo inevi- de la realidad dada. Gurvitch vuelve a tener razón cuando afir-
table, el curso implacable de las cosas. El objetivo final es ma que «la lógica de Hegel, como toda su filosofía, se propone
la reconciliación entre los contrarios -a través del espíritu-, mostrar que, gracias a la dialéctica del espíritu, Ja humanidad,
la reconciliación entre el ser en sí y el ser para si, entre el su- la sociedad y el hombre se unen de nuevo en Dios, después de
jeto y el mundo tal como es; es decir, la reconciliación entre haberse alienado en el mundo• :ia.
hombre y providencia, el Beisichsein (ser en sí mismo) en el 34 Gurvitch, obra cit., p. 114.
Anderssein (ser en el otro) o la aceptación de la necesidad lS /bid., p. llS.
(Einsicht in die Notwendigkeit). l6 Véase Logik, de Hegel, pref. de Lasson, LXVI
.1:°
contradictorio no constituye en Hegel lo verdadero y de- l7
38
Hegel, Logik, tomo IT, p. 430.
Gurvitch, obra cit., p . 106.
finitivo -como veremos más adelante-, sino una fase necesaria
-pero provisional- dentro del proceso existencial. La afirma-
ción de Jo contradictorio ejerce en Hegel una función más me-
todológica que sustancial. Gurvitch ha podido decir con razón:
32 I bid., p . 62.
33 /bid., p . 424.
CAPtTULO VI
LO UNIVERSAL: EL ESTADO
La concepción de Hegel sobre el Estado no puede compren- es, como dice Hegel, nada menos que das irdisc11e-G01tliche, lo
derse sin tener en cuenta su hostilidad hacia lo subjetivo per terrenal-divino.
se, como una entidad autónoma y separada de lo objetivo. Lo Al convertir al individuo en absoluta negatividad, Hegel se
subjetivo es el mal: cPues lo malo es lo que tiene un contenido ve obligado a concebir el Estado como un sistema de conten-
totalmente especial y particular; lo racional es, en cambio, lo ción contra la subjetividad del hombre. Si la verdad es el Es-
universal en sí y para sb 42 • Y también: «El desarrollo inde- tado (como encarnación de la historia, de la realidad), el indi-
pendiente de lo particular es el momento que en los antiguos viduo no tiene derecho a rebelarse contra él. Si se atreve a
Estados introduce Ja corrupción de las costumbres y la última hacerlo, el Estado tiene derecho a impedir con todos los medios
razón de su decadencia• u. a su alcance esta rebelión. La absolutización del Estado conduce
Históricamente, la racionalidad de lo objetivo queda mani- a la absolutización de la represión. Lo universal de Hegel se
festada en el Estado, que Hegel no ve como el mal -a diferen- revela como una glorificación de la ley de la fuerza, como un
cia de Fichte, Proudhon o Marx-, sino como una instancia sometimiento incondicional del individuo a las leyes colectivas,
positiva, como un valor en si, como la objetivación del espíritu como una culminación del Estado policíaco. Marcuse subrayará
absoluto: «El Estado es lo racional en sí y para sí» 44. Y tam- con razón el paralelo existente entre el Estado de Hegel y el
bién: «En el Estado se realiza concreta y positivamente la li· de Hobbes. Y Georges Gurvitch dirá: «Toda Ja Filosoffa del
bertad» 45• Y en olro pasaje: «El hombre sólo tiene una existencia Derecho de Hegel no es más que una construcción artificial
racional en el Estado» 46• Y más adelante, anticipando a su fu. levantada para gloria del Estado» 51 • La mejor definición de la
turo discípulo Mussolini: «Todo lo que el hombre es se lo debe teoría hegeliana sobre el Estado procede probablemente del
al Estado; sólo dentro de él tiene su ser. Todo el valor que profesor Hobhouse, que durante la Segunda Guerra Mundial es-
el hombre posee, toda su realidad espiritual la tiene a través cribió: «En el bombardeo de Londres vi el desenlace visible y
del Estado» 47 • Y también: «Pues lo verdadero es la unidad de tangible de una falsa y perniciosa doctrina cuyos fundamentos
la voluntad universal y subjetiva; y lo universal se encuentra en se hallan, a mi juicio, en el libro que tengo ante mí: la Filosofía
las leyes del Estado, en disposiciones universales y raciona- del Dereclto, de Hegeb. En rigor, Ja filosofía hegeliana termina
les• 43 • Según Hegel, en el Estado «desaparece la contradicción en el mismo punto que Hegel, en su Filosofía de la Historia,
entre libertad y necesidad• 49• había señalado como la infancia del mundo: en el despotismo
El Estado encarna, pues, la verdad absoluta, que es a su vez oriental, en el Estado de castas y funcionarios que hallamos
la expresión de la esencia divina: cEl principio del Estado, Jo ya en Egipto, China, India y otras culturas antiguas.
universal que fomenta se convierte conscientemente en absoluto, La concepción hegeliana del Estado es totalitaria, pues niega
en la misma determinación de la esencia divina• so. El Estado la capacidad de autodeterminación o autogobierto del hombre y
de la sociedad, que Hegel quiere integrar en un mecanismo su-
4Z lbid., p. 256. perior a ambos: el Estado absoluto. Hegel convierte el Estado
43 /bid., p. 155.
44 lbid., p. 195.
en un gendarme destinado a reprimir los derechos individuales
4S Hegel, Phil. der Weltgeschichte, tomo I, p. 90. del sujeto, a impedir su «indisciplina• frente al dominio de las
46 p. 90.
/bid., clases superiores. El objeto del Estado es, pues, el de perpetuar
47 p. 90.
/bid., la injusticia reinante en la sociedad y el de defender los inte-
48 p. 90.
/bid.,
49 p. 94.
lbid.,
so p. 107.
lbid., 51 Gurvitch, obra cit., p . 122.
11
HISTORIA Y DIOS
individuos cosmohistóricos, Hegel cae, además, en un sustancia- para la transición al princ1p10 de otro pueblo» 30• Y más ade-
lismo aotidialéctico de tipo fatalista. La historia, entonces, no lante: «Entonces sirve de material para un principio superior,
es génesis y transformación dialéctica, sino reiteración de una se convierte en provincia de otro pueblo en el que rige un prin-
serie de categorías y principios estáticos. Anticipando la mística cipio superior» 31• La historia es degradada por Hegel a una elegía
fascista del «Servicio» y la «misión providenciab, Hegel afirma de la muerte permanente: «El espíritu de cada pueblo es una
que los individuos cosmohistóricos «DO eligen la felicidad, sino nueva fase en la conquista del espíritu universab 32 • Y también:
el esfuerzo, la lucha, el trabajo y su objetivo» 27 • Frente a la «La muerte de un pueblo es transición a la vida de otro» 13•
sublimidad de estos héroes superiores, el hombre corriente tiene Cada pueblo es protagonista de una determinada fase histórica
que someterse incondjcionalmente a ellos. Toda crítica o resis- o forma de civilización: «Este pueblo es en la historia universal
tencia a su hegemonía es interpretada por Hegel como envidia lo dominante (das H errschende) para esta época. Contra este
o como expresión de una mezquina moral de maestro de es- derecho absoluto suyo, de ser portador del estadio actual de
cuela. Refiriéndose a las víctimas exigidas por los individuos desarrollo del espíritu universal, el espíritu de los demás pue-
cosmohistóricos, Hegel afuma con retórico cinismo: «Una gran blos carece de derecho (rechtlos), y esos pueblos, como aquellos
.figura como la que aquí surge pisotea muchas flores inocentes, cuya época ha finiquitado, dejan de contar en la historia uni-
tiene que destrozar muchas cosas en su camino» 28. versal» J.4.
Partiendo del concepto irracional y reaccionario de «héroes» No puede, pues, sorprender que pensadores como Santayana,
y «masas», la teoría hegeliana de la historia tendrá que abocar Veblen o Dewey hayan visto en Hegel un precursor del fascismo
necesariamente al imperialismo y al dominio de los más capaces y del nacionalsocialismo. Arnold Ruge fue uno de los primeros
sobre los más débiles. Lo que en Hegel triunfa no es el espíritu, en desenmascarar la fobia de Hegel contra las masas como una
sino el bíos, lo animal, Ja fuerza. La misma relación de subor- crasa contradicción con su afirmación de que cada pueblo encar-
dinación ciega que existe entre el héroe y las masas exJste, na un estadio determinado del Zeitgeist o espíritu de los tiem·
según Hegel, entre unos pueblos y otros. Las fórmulas que pos. La creencia verdadera en el espíritu de los tiempos, observa
Hegel utiliza para hablar del espíritu universal arrancan de una Ruge, exige la creencia en el espiritu de la mayoría del pueblo.
concepción estrlctamente dinámica de la historia, disfrazada con Hegel reivindica el Zeitgeist, pero limitándolo a una minoría
una terminología metafísica y escatológica. De hecho, la con- de privilegiados. Ruge se identifica con la Revolución Francesa
cepción hegeliana sanciona la teoría de la conquista y la inva- y con el espíritu popular emanado de ella; Hegel, en cambio,
sión vertical. Para decirlo con las palabras de Camus: «El con el espíritu aristocrático de anden régime.
vencedor tiene siempre razón; ésta es una de las lecciones que Pero Ruge, que no dejó nunca de profesar gran admiración
se pueden extraer del más grande pensador alemán del si- por su maestro, se equivocaba al ver en la concepción hegeliana
glo XIX» 29• Un pueblo no es un valor en sí, un valor autónomo de la historia una contradicción con el resto de su sistema. Muy
dotado de un sentido específico propio, sino simple transición al contrario: las tesis de Hegel sobre los individuos cosmohis-
hacia otras formas de existencia y civilización: «El espíritu de tóricos y los pueblos que encarnan el Zeitgeisl son el correlato
cada pueblo se realiza a sí mismo convirtiéndose en principio
JO Hegel, Philosophie der Wettgeschichte, tomo I , p. 42.
31 lbid., p. 46.
27 /bid., p. 78. 32 lbid., p. 50.
28 /bid., p. &3. l3 /bid., p. 50.
29 Camus, obra cit., p. 172. 3.f Philosophie des R echts, p. 273.
104 La filosofía de Hegel
Hegel capta muy bien que una sociedad racional tiene que
estar organizada sobre el principio de totalidad y no puede Ji.
mitarse a ser un conjunto de individualidades dispersas e inco-
herentes. En este sentido, su filosoña marcha por el buen camino
y constituye una negación anticipada del pensamiento hipersub-
jetivista posterior: Kierkegaard, Stirner, Nietzsche, Heidegger,
etcétera. Pero, siendo la totalidad hegeliana una totalidad abs-
tracta basada en la previa destrucción de la dimensión subje-
tiva del individuo, su filosofía culmina en un irracionalisnto de
lo hiperobjetivo.
La totalidad hegeliana no está compuesta de individuos do-
tados de los mismos derechos; no es una totalidad de hombres
iguales, sino una totalidad basada en una concepción jerárquica
de la sociedad (Estado de castas) y de la historia; supremacía
de los pueblos fuertes sobre los débiles. La totalidad hegeliana
es clasista e imperialista; está al servicio de una minoría de
grupos sociales y pueblos privilegiados. Es, por ello, de ante-
mano inhumana; tiene como resultado final la alienación de la
mayoría de hombres y pueblos.
En nombre de su totalidad, Hegel no hace más que justificar
los intereses particulares y estamentales de las clases altas y
el desamparo material y político de las clases bajas; es decir,
118 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 119
el dominio de unos grupos sociales sobre otros. Lo que el filó- desigualdad concreta» 2• De ahí que Hegel rechace la democracia
sofo alemán denomina lo universal significa la legitimación legal y abogue por la monarquía orgánica o corporativa, es decir, por
de la tiranía de los más fuertes sobre los más débiles. Esta el Estado de castas: «Donde existe sociedad burguesa y con
síntesis universal se apoya, pues, en la autonegación de la ello Estado, surgen los estamentos con sus diferencias; pues
mayor parte de la sociedad. La totalidad hegeliana se revela la sustancia universal existe como algo vivo sólo en la medida
a la postre como la hegemonía particular de los grupos sociales en que se diversifica orgánicamente» 3 • La democracia es «ato-
privilegiados, es decir, como todo lo contrario de una totalidad mística» e «inorgánica», el derecho de todo individuo a inter-
universal. El todo, precisamente porque se apoya en el poder venir en la configuración de la «res publica», algo abstracto.
de una nrinoría, no es en realidad más que una parte algo sub- El pueblo es calificado por él como la parte de la nación que
jetivo y anti-universal. La totalidad hegeliana es una totalidad «no sabe lo que quiere» 4• Y como el pueblo es ignorante, ahí
de amos y esclavos, de señores y siervos, de explotadores y están naturalmente «los altos funcionarios del Estado» para
explotados; significa el imperio de la clase burguesa y de la pensar por él y decirle en todo momento lo que tiene que hacer.
burocracia política profesional sobre el pueblo. En su Feno- Al rechazar al pueblo, Hegel tiene que rechazar también su
menología del Espíritu, Hegel ve en el mundo del trabajo y de soberanía. El concepto de soberanía popular es para el filósofo
la producción la posibilidad que el esclavo tiene a su disposi- alemán «uno de los pensamientos más confusos que existen» s.
ción para liberarse del yugo de su amo; pero en su Filosofía Por eso critica también la praxis electoral, que llama «la peor
del Derecho anula implícitamente esta posibilidad emancipativa, de las instituciones» 6 • Hegel representa un regreso a la Edad
al santificar la sociedad de castas y el Estado-policía. Lo uni- Media o, mejor dicho, su sistema no es más que la confluencia
versal se convierte en un proceso de represión y opresión contra de la sociedad estamental-gremial, el principio monárquico y la
la gran mayoría de la población. sociedad burguesa, simbolizada sotre todo por el Mittelstand,
Hegel parte, como su maestro Platón, de una concepción la clase media, compuesta de los funcionarios de Estado, es
aristocrática del hombre y de la historia, y no cree en la igual- decir, de los grupos no-productivos y políticamente dominantes.
dad humana. Oponiéndose a Rousseau y al pensamiento progre- Una totalidad basada en la desigualdad de sus miembros deja
sista de la Ilustración, afirmará una y otra vez que los hombres de ser una totalidad auténtica para convertirse en un totalita-
no son iguales. «Hay que señalar que por naturaleza los hom- rismo. La disciplina y el deber -esto es, la represión y la
bres son sólo desiguales» 1• Hegel convierte las diferencias de autorrepresión- constituyen las dos columnas de Hércules
matiz o de grado existentes entre los hombres (diversidad an- sobre las que se apoya el rígido edificio jerárquico de la tota-
tropológica) en una absoluta desigualdad de principio. Apoyado lidad hegeliana. La totalidad, para que sea real y concreta, pre-
en esta concepción elitista, Hegel entiende la sociedad como supone la igualdad social de los sujetos que la forman; tiene,
una objetivación organizada de este proceso de desigualdad. pues, que empezar con el acto previo de la destrucción de la
Una sociedad verdaderamente racional será para él aqueUa que desigualdad existente. Y al hablar de igualdad no nos referimos
legitime el libre desarrollo de esta desigualdad natural. «Hay simplemente a la igualdad material o económica, sino también
que decir, por el contrario, que el alto desarrollo y cultura de
los Estados modernos conduce al surgimiento de la más alta 2 Ibi.d., p. 334.
l Ibid., p. 323.
4 Hegel, Philosophie des Rechts, edición Suhrkamp, p. 469.
a la igualdad intelectual y política. Filón el Judío nos dice ya: estamento determinado ... Un hombre sin estamento es sólo una
«Pues la igualdad es, como nos enseñan los físicos, la madre persona privada y no pertenece a la verdadera colectividad» v.
de la luz. La igualdad es luz sin sombra; mejor dicho, un sol Lo que cuenta es, pues, el nacimiento del hombre, su profesión,
completamente espiritual, de la misma manera que, al revés, sus diplomas, su riqueza. Para construir su totalidad, Hegel se
la desigualdad que contiene el más y el menos es el origen y ve obligado a ignorar el contenido humano del hombre, sus
fuente de las tinieblas• 7• Sólo después de implantada la igualdad sentimientos, su interioridad. Hegel desintegra al hombre, lo
sustancial entre los miembros de una comunidad política es parte en dos. Su dimensión humana es arrinconada, marginada;
lícito hablar de una totalidad concreta y racional. En tanto no con su dimensión más impersonal y abstracta -la profesión-
sea destruido el viejo armatoste de la sociedad de c1ases cano- Hegel construye entonces la pirámide regimenta! y discrhnina-
nizada por Hegel, su totalidad será una ficción, un escarnio. liva de su Moloch colectivo. Hegel no manifiesta el menor interés
Karel Kosik ha visto muy bien el nexo existente entre la tota- por el hombre situado fuera de la producción, la propiedad y
lidad y la realidad concreta del hombre: la eficacia profesional. Sus indidduos son entes cuantificados,
impersonalizados, reducidos a función. Su totalidad universal
La totalidad como medio conceptual para comprender los fe-
tiene como punto de partida la previa mutilación del hombre
nómenos sociales es abstracta si no se subraya que esa totalidad
concreto.
es totalidad de base y supraestructura, y de su recíproca relación,
movimiento y desarrollo, pero dando a la base un papel determi- Una totalidad verdaderamente racional y humana implica
nante. Y, en fin, también la totalidad de base y supracstructura es la supresión de la división de la sociedad en grupos jerárquicos.
abstracta si no se demuestra que es el hombre, como sujeto his· En este tipo de totalidad racional, lo que cuenta es la persona
tórico real, quien crea en el proceso de producción y reproducción y su contenido humano específico, no su función social o profe-
social la base y la supraestructura, forma la realidad social como sional. Sólo a partir de este planteamiento es posible dar un
totalidad de las relaciones sociales, instituciones e ideas, y en esta sentido humano al concepto de totalidad. La igualdad no debe
creación de la objetiva realidad social se crea al mismo tiempo a ser entendida, por ello, corno un imperativo moral abstracto,
si mismo como ser histórico y social, lleno de sentido y potencia- sino como el corola1;0 lógico de una forma de organización
lidad humana, y realiza el proceso infinito de humanización del
social en la que la persona ha sido admitida plena e integral-
hombre•.
mente en el cuerpo de la comunidad, y ello al margen de la
función profesional o laboral que desempeñe dentro de la
El nexo entre igualdad y totalidad auténtica es causal e
misma.
inseparable; un concepto no puede existir sin el otro. Sin
La totalidad verdadera no debe confundirse con el libre al-
igualdad no hay totalidad racional, y sin totalidad racional no
bedrío abstracto del individuo, con el desenvolvimiento ilimi·
hay igualdad. En la totalidad formal-abstracta de Hegel. el hom-
tado y ad libilwn de sus disposiciones y proyectos subjetivos.
bre no es reconocido como tal, como criatura humana integral,
El «Único» de Stirner o el «Superhombre» de Nietzsche repre-
sino únicamente en función de su posición social y profesional.
sentan la desmesura de lo subjetivo, pues ambos consideran
Su humanidad es subordinada a la abstracción de su profesión
la sociedad o totalidad como una realidad abstracta, como pura
o status social. Hegel afirma: cCuando decimos que un hombre
materia de conquista y expansión del yo. La moral del «todo
tiene que ser algo, entendemos que tiene que pertenecer a un
está permitido» conducirá siempre, en último término, a un
7 Filón, Werke, tomo Il, Berlin, 1920, p. 311.
3 Karel Kosik, obra cit., p. 74. 9 Hegel, Pl1itosop11ie des Rechts, ed. Suhrkamp, p. 360.
122 La filosofía de Hegel
Totalidad abstracta y totalidad concreta 123
tipo primitivo o cínico de criatura. Su producto final será el
niño mimado, el egoísta o el criminal. El hombre es, como nos a su famosa Sittlichkeit, como en la Filoso/la del Derecho. En
recuerda Aristóteles, un animal social, y, por tanto, su libertad un capítulo anterior hemos señalado ya la ambigüedad de este
tiene que ser desde el primer momento una libertad apta para concepto, al que Hegel recurre para encubrir la indigencia
poder ser aceptada por sus semejantes. El mundo de la pura moral que domina su obra filosófica. La palabra Sittlichkeit
y radical subjetividad significa el reino de la inmoralidad y la viene de Sitte (costumbre, hábito), y aunque a veces se traduce
guerra permanente. ¿Pues qué es la guerra sino la negación de por ética o eticidad (siguiendo el concepto griego de ethos),
toda norma objetiva de conducta? Al formar parte de una co- reíleja más bien algo externo y objetivo, y no un estado moral
munidad, el individuo tiene que tener en cuenta los factores interior, referido a la conciencia. La Sittlichkeit no es más que
objetivos de esta comunidad. Una totalidad basada en los de- el conjunto de costumbres, hábitos o convenciones sociales de
re~hos ilimitados del individuo -en su absoluta subjetividad- un pueblo o comunidad, o, si se quiere, la moralidad pública o
deJaría de ser una totalidad humana y racional para convertirse civismo. Hegel concibe la Sittliclzkeit no como La objetivación
en el reino de la arbitrariedad y el capricho. La totalidad ba- o reflejo de la moral privada, sino como su superación, es decir,
sada en la igualdad y la racionalidad exige, pues, también de como la subordinación de la conciencia moral de cada individuo
sus miembros un minimo de autodisciplina y sacrificio. Pero a la moral pública. El individuo es moral en Ja medida en que
este trib~to que el hombre rinde a la totalidad social en que acepta los imperativos de la Sittliclzkeit reinante en la sociedad.
se halJa mmerso adquiere un significado cualitativamente dis- La conciencia moral del sujeto en sí, separada de la Sittlicltkeit
tinto porque, lejos de serle impuesto desde arriba por una objetiva, es algo abstracto y sin valor, pura «moralidad• que el
casta dominante, arranca de las mismas necesidades objetivas Estado no tiene por qué tener en cuenta: cEI Estado no puede,
de la sociedad. Las concesiones subjetivas o personales que el por tanto, reconocer la conciencia en su forma propia, es decir,
hombre tenga que hacer al cuerpo social no tienen entonces como saber subjetivo» 10• Eso equivale a decir que sólo es moral
otro motivo que el de la propia autoconscrvación de la comuni- lo que el Estado permite u ordena a través de sus leyes (Ge-
dad. Estas concesiones son además compartidas por todos los setze) y principios (Grwulsiitze). ¿Pero quién ha hecho estas
ciudadanos proporcionalmente o por partes iguales. La subor- leyes y principios? ¿Son las leyes verdaderamente objetivas o
dinación del individuo a los imperativos de la colectividad nace sólo la expresión del dominio de los estratos altos de la so·
en este caso de la reflexión y de la adhesión voluntaria, y no ciedad?
del temor o de una condición de inferioridad. Hegel reduce la virtud o moral a conciencia de deber. cEI
Es evidente que la negación de la totalidad abstracta pos- individuo se libera a través del deber• u. Pero el deber le es
tulada por Hegel y la introducción de una totalidad concreta impuesto al individuo por un Estado injusto; no es un acto
Y racional exige, como conditio sine qua non, la elección del ético, sino un acto de obediencia. Para poder ser moral en el
mundo de la ética como norma de conducta individual y social. sentido hegeliano, el individuo se ve obUgado a renunciar a sus
Una de las características más significativas de Hegel es su derechos de hombre libre y aceptar su condición de alienado.
indiferencia absoluta por los valores morales. A lo largo de su La conciencia -lo más íntimo y concreto que tiene el hombre-
extensa obra, el ftlósofo alemán no dedica un solo tratado serio es llamado por Hegel «lo obstracto interior» 12. Así, Hegel re-
al estudio de la ética, ni en su período juvenil ni en su fase
madura. Cuando Hegel habla de la moral es para burlarse de 10 lbid., p . 255.
ella -como en la Fenomenología- o para remitirnos finalmente 11 lbid., pp. 297-298.
12 lbid., p. 259.
124 La. filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 125
duce Ja moral a un problema externo, físico, a pura convención. mundo antiguo es aquí completa. El culto griego a la virtud era
El Estado, o la opinión pública dócil a éste, tiene siempre razón naturalmente aristocrático y abstracto; no tenía en cuenta el
frente al individuo privado, frente a la conciencia personal. -esta concepto de totalidad concreta. La moral anunciada por Só-
es la enseñanza que se desprende de la concepción hegeliana. crates, Platón y Aristóteles está referida a una sociedad de
Al reconocer como única forma de moral verdadera la Sittlichkeit clases e ignora el imperativo de igualdad. Pero si en el plano
o costumbres públicas, Hegel tiene que negar forzosamente Ja social la ética antigua no conoce e1 imperativo de igualdad, de
subjetividad, la interioridad de la conciencia personal. Sólo la universalidad total, se plantea en cambio con gran seriedad y
moral exterior es, pues, legítima y racional; los que la rechazan vehemencia e1 problema de la justicia en si, como un postulado
y piden otra forma de organización social o de costumbres son ideal encarnado en el sabio u hombre virtuoso. En muchos
individuos irracionales que encarnan das Base, Ja maldad sub- casos, además, esta preocupación ética abstracta va acompa-
jetiva o la subjetividad no integrada en el Moloch colectivo. ñada de una dimensión social, es decir, del afán de dar a la
La alternativa hegeliana no puede ser más clara: o sumisión a virtud individual una dimensión colectiva. Esta tendencia la
la moral pública o marginación. Su moral es una apología del hallamos ya en el comunismo arjstocrático de Pitágoras y Platón
totalitarismo de Estado. y, sobre todo, en la escuela cínica, en el estoicismo y, finalmente,
La ética es considerada por Hegel como algo subalterno y en el cristianismo. En estos sistemas de pensamiento se da una
exterior y no como una ciencia normativa y autónoma destinada utopía social clarísima, aunque condicionada todavía por ele-
precisamente a servir de fundamento racional a }as comunidades mentos elitistas y abstractos (división entre el sabio y el vulgo),
humanas. En este sentido, Hegel se revela como un pensador es decir, no apta para servir de base a una totalidad humana
opuesto no sólo a la filosofía de su tiempo -que dedicó gran concreta y plenamente racional. En el plano político, Ja polis
atención a las cuestiones éticas-, sino al mismo mundo antiguo. griega significa también, con todos sus defectos y restricciones,
La filosofía griega, sobre todo a partir de Sócrates, gira esen- el primer ensayo histórico de construir una sociedad basada en
cialmente en tomo a] concepto de virtud. o, si se quiere, de lo la participación concreta de cada individuo o polites en los
bueno, lo bello y lo verdadero. Lo más alto, nos dice Platón, es negocios públicos.
la idea del bien, to agatlzón: En un plano de conjunto, la filosofía griega está dominada,
con pocas excepciones, por el ideal del autarkes, del hombre
Tened, pues, Por cierto que lo que derrama sobre las cosas que que se basta a sí mismo y quiere prescindir de todo desarrollo
conocemos la luz de la verdad, y Jo que da al alma la facultad de
o expansión exagerada del yo. Este ideal de sobriedad o fruga-
conocer, es la idea del bien, y que ella es el principio de la ciencia
Y de lo verdadero conocido Por la inteligencia. Por bellas que sean
lidad (euteleia), aunque abstracto y a veces exagerado (como en
las ciencias v In ,·erdad. podéis asegurar sin temor de engañaros Diógencs el Cínico), lleva ya en sí el momento de la igualdad.
que la idea del bien las excede en hermosura u. El autarkes no quiere depender de nadie, pero tampoco desea
que nadie dependa de él. Es un hombre libre que no acepta otra
Hegel. que sólo confía en ta virtualidad dialéctica de la his- autoridad que la de su propia conciencia y que por ello vive
toria, es insensible a la emoción ética. Por su indiferencia moral de acuerdo con sus preferencias subjetivas. A la inversa de los
el autor de la Fenomenología es indudablemente uno de lo~ héroes hegelianos, desprecia la voluntad de poder, la desmesura
grandes precursores del nihilismo moderno. Su ruptura con el y la vanidad social. Es decir, no quiere formar parte de ninguna
casta dominante, pero, de la misma manera, tampoco está dis-
u Platón, República, Libro VI. puesto a sacrificar su autonomía y su libertad a ningún dictado
126 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 127
colectivo. Toda la .filosofía de Hegel gira en torno a dos ejes por su carencia de un ideal trascendental. El significado de la
centrales: el espíritu de mando de las minorías privilegiadas y ética es precisamente el de que parte de un imperativo cate-
el espíritu de sumisión de las mayorías desamparadas. El modelo górico y se propone alcanzar un bien no dado en la realidad:
humano del autarkes es la negación de ambas actitudes. Por su la justicia universal Hegel no cree en la naturaleza humana, en
sentido de la dignidad personal de la independencia, el autar- la capacidad moral del hombre, en lo que Shaftesbury llamaba
kes representa una superación histórica del esclavo de la Anti- el moral sense, y David Hume, la •Simpatía•. Su pesimismo
güedad. cPues la libertad -nos dice el estoico Zenón- consiste antropológico le obliga -como a Hobbes- a recurrir al es-
en la posibilidad de actuar con independencia; la servidumbre, quema represivo del Estado corporativo. Escéptico en materia
al contrario, significa la pérdida de esa posibilidad» 14• El autar- moral, Hegel apela al ;instinto de servidumbre. He ahí el secreto
kes se caracteriza por su vigorosa individualidad, por la fuerza último de su filosofía. Aquí también se col oca en una situación
de su personalidad, por la honda conciencia de sí mismo. Es diametralmente opuesta a la de los antiguos. Los griegos tenían
un hombre consciente de sus derechos individuales, de su sus- una concepción antropológica fundamentalmente optimista. La
tancia humana, que quiere defender a toda costa. Y esta con- escuela escéptica es un producto relativamente tardío y marginal.
ciencia de la autonomía personal es la negación ética e histórica Sócrates estaba persuadido de que, si el hombre hace el mal,
del despotismo oriental, en el que sólo cuenta la totalidad abs- no es porque sea malo por naturaleza, sino por ignorancia. Los
tracta. En Hegel fal ta enteramente esa dimensión o estadio estoicos creían que, para ser virtuoso, el h ombre no tiene más
histórico de la personalidad individual de los griegos, base del que ajustarse a Las leyes de la naturaleza, fuente de la razón.
humanismo occidental. En rigor, Hegel está más cerca del mun- cNada que esté de acuerdo con la naturaleza es malo•, dirá
do asiático que del mundo occidental. La concepción hegeliana Marco Aurelio resumiendo el pensamiento estoico is. Aludiendo
está basada en el dominio del «uno• (el monarca) y de una al optimismo antropológico de los griegos, Kierkegaard señala:
pluralidad minoritaria (soldados, funcionarios) sobre el resto De la misma manera que toda la especulación y el conocimiento
de la sociedad. En el fondo es Ja vieja totalidad abstracta del de los antiguos tenía como premjsa la realidad del pensamiento,
despotismo oriental, enriquecida sólo por la tradición gremial roda su etica implicaba la posibilidad práctica de la virtud. El
y burguesa de Occidente. Esta totalidad es monopolizada por paganismo no conoció jamás el escepticismo del pecado. El pecado
lo que Hegel llama el allgemeine Stand o estamento general, es era para la conciencia moral lo que el error para la teoría del co·
decir, los funcionarios de Estado, las clases improductivas que nocimiento, la excepción de hecho, que no prueba nada 16.
acaparan los puestos de la Administración pública, del Ejército
y de la cátedra. La mayoría depende de la voluntad de superiores Es evidente que toda actitud idealista está fundada en una
y jefes, vive en estado de alienación y subordinación perma- concepción más o menos optimista del hombre. Un hombre pe-
nente. No son ciudadanos en el sentido que la Revolución Fran- simista o escéptico no puede ser idealista. La ética idealista
cesa dio a esta palabra, sino súbditos, siervos, esclavos de las parte del supuesto de que el hombre y la sociedad son perfec-
élites. cionables, no sólo institucional o formalmente, sino intrínseca-
Toda la filosofía hegeliana persigue un solo objeto: justificar mente. Esta conciencia idealista incluye el deseo o afán de
teóricamente el poder material. político e intelectual de las cambiar el mundo, en tanto el mundo sea injusto. La ética
clases ricas o privilegiadas. Esta filosofía se caracteriza, pues,
IS Essential Works of Stoicism, New York, 1961, p. 117.
•• Diógenes Laercio, VII, 121. 16 Kierkegaard, Le concept de l'angoisse, París, 1969, p. 23.
128 La filosofía de Hegel Totalidad abstracta y totalidad concreta 129
idealista parte del concepto de solidaridad o fraternidad, quiere lo universal, pero en un plano meramente abstracto y formal;
la justicia y la felicidad para lodo el mundo, y no sólo para lo que Hegel realmente entiende por universal o por totalidad
una minoría de privilegiados. Pues la clave de la conciencia es el reino de los grupos privilegiados, el reino de la estratifi-
ética es precisamente la de considerar a los demás como seres cación social. Los intereses particulares de la clase dirigente
humanos integrales, como ñnes en sí y no como medios. La son confundidos o identificados con el concepto de humanidad;
ética tiene su gestación en la subjetividad del hombre, pero es la hegemonía de una minoría de propietarios y funcionarios, con
a la vez la ciencia objetiva por excelencia. Benedetto Croce la liberación de la sociedad. La filosofía hegeliana constituye
señaló con razón que el individuo moral tiene conciencia di un esfuerzo supremo para salvar el feudalismo, el dominio del
lavorari pel Tutto 11• A través de su conciencia ética, el hombre hombre por el hombre.
supera o trasciende su subjetividad y asume la totalidad con- De ahí que esta filosofía y los sistemas que han nacido de
creta del universo. Un hombre con sensibilidad ética es el capaz ella no puedan constituir una alternativa racional para el futuro.
de salir de sí mismo, de romper su caparazón subjetivo y tener La filosofía hegeliana, basada en la opresión de la mayoría por
en cuenta la realidad global del mundo. En general el hombre parte de la minoría, lleva en su seno la conflictividad social,
vive enclaustrado en su concha particular y no levanta la cabeza la guerra entre los individuos y los pueblos. De ahí que Hegel
para otear lo que ocurre a su alrededor. Vive como un topo, se burlara de la ewige Prieden o «paz eterna» que Kant pos-
sumergido en la galería subterránea de su particularidad. No tulaba como la única solución racional a los problemas de la
es capaz de ver; es ciego. Un hombre con vocación ética es, al humanidad. El reino de la paz sólo es posible cuando se ha
contrario, un hombre acostumbrado a contemplar lo universal. reconocido la igualdad fundamental de los hombres y los pue-
Tiene la vista del águila. Su modo de mirar es cósmico. «Todas blos, cuando se parte del supuesto de que cada hombre y cada
las realidades verdaderas nacen de la contemplación y son ellas comunidad humana son valores en sí y tienen derecho a una
mismas actos de contemplación», nos dice Plotino 1ª. existencia basada en la dignidad, la justicia v la libertad.
En Hegel falta totalmente el sentido de fraternidad univer-
sal. Aunque habla continuamente de la totalidad y del espíritu
universal, en realidad sólo tiene ojos para una minoría de in-
dividuos, para los poderosos y cultos. Hegel convierte algo re-
lativo y contingencial -la sociedad burguesa en su variante
prusiana- en un valor absoluto, en la máxima y definitiva ex-
presión del espíritu universal. Con ello decreta el fin de la his-
toria y niega la posibilidad de un orden social y humano más
justo y racional. El conformismo hegeliano es la consecuencia
lógica de su insensibilidad ética, de su ineptitud para pensar en
términos verdaderamente universales. La filosofía hegeliana
constituye ciertamente una larga y profunda meditación sobre
Págs.
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problema filosófico de Dios). 166 págs. 71. Jacques Merleau·Ponty: Cosmología del siglo XX (Estudio episte·
53. Juan Zaragüeta: Curso de filoso/la. mológico e histórico de las teoria.s de la cosmologla contem·
Vol. 1: Lógica. 442 págs. pordnea). 660 págs.
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Vol. 111: Ontologla y Etica. 412 págs.
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Bravo Lozano. 596 págs. 4 láminas.
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a esta obra. 2 vols., XLV1 + 532 y 488 págs.
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