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“Fundamentos de la recuperación funcional cerebral: un

análisis de caso”.

Estudiantes:

Mauricio Jara

María Constanza Seemann

Profesor: Daniel Alejandro Gallardo Villalobos

Curso: 2003SICL-3- Elementos de neurociencia

Fecha: 06/12/2021
Introducción
López (2012), refiere a la plasticidad neuronal como la capacidad cerebral
para disminuir o minimizar efectos de lesiones, aquello, mediante cambios
estructurales y funcionales, lo cual permitirá a nuestro cerebro reaccionar o
ajustarse a cambios ambientales internos y externos bajo condiciones fisiológicas
o patológicas. Garcés y Suarez (2014), refieren a esta misma como la
potencialidad del SN para modificarse y formar conexiones nerviosas en respuesta
a la estimulación, información, desarrollo, disfunción o daño.

En palabras un poco más simples, ante alguna lesión o daño encefálico,


debido a la estimulación sensorial, entre otras, se crearan nuevas conexiones para
compensar acciones que no pueden ser realizadas por las áreas dañadas,
circuitos neuronales que funcionan correctamente asumirán las funciones de las
conexiones que ya no existen por algún daño causado; ahora bien, todo lo
anteriormente mencionado, depende de si hay o no estimulación, de que manera
se realiza, la constancia de estas, entre otros factores determinantes; cabe
destacar que el cerebro del niño se recupera más fácilmente que el de un adulto
ya que este último es menos flexible que el del primero, el cual tiene mayor
flexibilidad (Morales, Rozas, Pancetti y Kirkwood, 2003).

Los circuitos neuronales del cerebro continuamente se modifican para


codificar nuevas experiencias y ser capaces de producir cambios en el
comportamiento; la plasticidad neuronal tiene que ver también con el aprendizaje,
cada vez que aprendemos algo nuevo, se crean nuevas conexiones neuronales, y
mientras más ejercitamos el cerebro, más conexiones nuevas se van creando,
aunque durante los primeros años de vida las conexiones son más numerosas,
estas siguen creándose hasta nuestra muerte.
Desarrollo
Refiriéndonos al caso clínico de Carlos Mora, de 26 años de edad, se
puede inferir, que las redes funcionales a nivel encefálico que se habrían visto
mas comprometidas por la lesión, corresponderían al córtex prefrontal y el
hemisferio izquierdo del encéfalo; el córtex prefrontal, ya que el paciente presenta
alteraciones cognitivas y conductuales, presentando verbalizaciones
frecuentemente incoherentes y/o inapropiadas, además, se observa alteración
psicomotora y alteración en cuanto al área motriz; y el hemisferio izquierdo del
encéfalo, debido a que en cuanto al estimulo doloroso, el paciente moviliza
hemicuerpo izquierdo, pero sin focalizar sitio de dolor, observándose una evidente
hemiplejia derecha, siendo la hemiplejia derecha, un factor determinante para
inferir que existe daño en el hemisferio izquierdo del encéfalo; se infiere además,
que el accidente no afecta el lóbulo occipital, debido a que a pesar de que se
muestra sin respuesta palpebral al estimulo de amenaza, se observa reflejo
corneal conservado, pupilas isocóricas y foto reactivas.

Las restricciones desde el punto de vista neurocognitivo y funcional, se


traducen en que, debido a la suma de accidentes y lesiones provocadas, existen
daños que podrían llegar a ser irreversibles, poniendo mayor énfasis en la
presentación de signos de coma vigil, en donde el paciente presentaría vigilia sin
respuesta y mínima conciencia, si bien puede abrir los ojos, emitir sonidos o
movimientos, la situación o el estado del paciente, hacen que aquel deba tener
cuidados intensivos en todo ámbito, llegando a ser dependiente de personas de su
entorno para realizar todo tipo de actividades que realizaba antes sin apoyo.

En cuanto a los procesos de neuro plasticidad que podrían estar


sucediéndole al paciente durante su evolución presente, se observa cómo actúa la
capacidad cerebral para minimizar o compensar efectos de las lesiones a nivel
encefálico mediante cambios estructurales o funcionales, pudiéndose inferir, que
existen modificaciones y formación de conexiones nerviosas en respuesta a la
estimulación e información que va recibiendo, si bien, no tenemos imágenes de
resonancia magnética funcional, esto se observa por medio de las conductas del
paciente, quien luego de presentar signos de coma vigil, a las dos semanas de
iniciada su rehabilitación comienza a despertar y mostrar signos evidentes de
conexión al entorno, haciendo intentos por comunicarse, e inquietándose ante la
presencia de otras personas, presentando momentos muy breves de
direccionamiento de la atención y conducta, usualmente sin propósito.

A partir de lo mencionado en el párrafo anterior, los alcances de la


intervención terapéutica en cuanto a la evolución del paciente, a pesar de que
hasta el momento se observa una evolución positiva, son relativos, sugiriéndose
esperar entre 6 a 12 meses para observar si la capacidad de potenciar la
neuroplasticidad y estrategias compensatorias son capaces de desarrollarse en un
tiempo normativo según experiencias médicas, se observa una evolución
favorable, la cual es atribuible al tratamiento médico, estimulación y apoyo
prestado al paciente, siendo esto un factor determinante para la neuroplasticidad,
ya que sin este apoyo y potenciación, el proceso se volvería más lento, complejo y
hasta imposible.

Se recomienda a la familia del paciente, asesorarse con personal


competente ante el tema a tratar; desarrollar actividades que puedan potenciar y
favorecer el proceso de recuperación del paciente; mantener un ambiente tanto
físico, como psicológico, adecuado para una buena recuperación del paciente;
provisión de buena nutrición; realización de fisioterapia y terapias
complementarias que permitan favorecer el proceso de neuroplasticidad y de
recuperación del paciente.
Conclusión
El paciente presenta sintomatología y daño encefálico asociado a 3
accidentes automovilísticos, se infiere que, si bien, se recuperó de los dos
accidentes anteriores, el tercer accidente produjo serias complicaciones, llegando
a presentar hemiplejia derecha, signos de coma vigil, entre otras afecciones; en
casos como este, se logra evidenciar la neuroplasticidad, el paciente, quien como
ya se menciono anteriormente, presentaba signos de coma vigil, luego de dos
semanas, gracias a la terapia y el apoyo medico y familiar, comienza a presentar
leves mejoras poco a poco, lo cual nos da indicios de que se está manifestando la
formación de nuevas conexiones nerviosas y compensación, en respuesta a la
estimulación, información, desarrollo, disfunción o daño; lo cual produce
esperanzas de que puedan existir futuros avances o mejoras en el estado del
paciente.
Referencias
Garcés, M. y Suárez, J. (2014). Neuroplasticidad: aspectos bioquímicos y
neurofisiológicos. Rev. CES Med. Recuperado de
http://www.scielo.org.co/pdf/cesm/v28n1/v28n1a10.pdf

López, L. (2012), Neuroplasticidad y sus implicaciones en la rehabilitación. Univ


Salud. Recuperado de http://www.scielo.org.co/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0124-71072012000200009

Morales, B., Rozas, C., Pancetti, F. y Kirkwood, A. (2003). Periodos críticos de


plasticidad cortical. Rev Neurol. Recuperado de
https://neurologia.com/articulo/2003422

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