Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
adolescentes y adultos
IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO
Introducción
Introducción a la unidad
Cierre de la unidad
Introducción a la unidad
Cierre de la unidad
Introducción a la unidad
Cierre de la unidad
Introducción
Verify to continue
We detected a high number of errors from your
connection. To continue, please confirm that
you’re a human (and not a spambot).
En este módulo trabajaremos con las distintas problemáticas respecto del aprendizaje que suelen aparecer
en las consultas. A veces ya han sido diagnosticadas en la infancia y es necesario seguir el trabajo de
tratamiento durante la adolescencia (por el cambio de nivel educativo y lo que eso implica) o recién en la
juventud o la adultez se detectan. Analizaremos los diversos trastornos desde la idea de despatologización e
incluyendo lo escolar para poder pensar las intervenciones desde la psicopedagogía.
Elaboración propia
Recuperar e implementar los principales conocimientos teóricos vinculados con el perfil del
profesional psicopedagogo.
En este fragmento del programa la conductora conversa con Juan Vasen, Gisela Untoiglich y Beatriz Janin
acerca de los diagnósticos de ADD, Dislexia o TEA en relación con el lugar de la escuela y la educación.
https://www.youtube.com/watch?v=wVG6wsYMOu8
2 19
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
1 A modo de introducción
- Albert Einstein
Esta frase, erróneamente atribuida a Albert Einstein, nos sirve para darle un marco a todo lo que
trabajaremos en estas unidades del módulo 2. ¿Por qué? Fundamentalmente porque abordaremos los
signos, las características de ciertos trastornos o dificultades pero de manera general, en abstracto. Pero en
la realidad cotidiana de los consultorios, estos problemas preocuparán más o menos a personas de carne y
hueso, y ahí es donde es fundamental tener en mente la frase del inicio: si nos concentramos en lo que cada
persona puede y no únicamente en lo que diagnosticamos (o le ponemos la etiqueta del síndrome o el
trastorno) que no puede o no es capaz de hacer, esa persona creerá toda su vida que no sirve, y lo que es
peor…nunca servirá realmente.
Comenzar la unidad
Te invitamos a recorrer el contenido de la unidad.
IR AL CONTENIDO
3 19
Este es un hermoso título que la psicoanalista Gisela Untoiglich eligió para uno de sus libros. Un título que
habla de la necesidad de no etiquetar, de no marcar de por vida a un niño, un adolescente o incluso a un
adulto con un nombre de un trastorno, como si eso resolviera por sí mismo la dificultad.
“Ser disléxico” o “ser ADD” no puede ser la carta de presentación de una persona, no puede ser aquello que
lo muestre al mundo. Saber que alguien tiene dislexia o dificultades en la atención, debe ser un dato más que
permita, por un lado, el trabajo en el aula y las adaptaciones de acceso que es necesario hacer para ese
niño, joven o adulto, y por otro, el tipo de trabajo a realizar en el consultorio.
Esta patologización es la que identificaba Alicia Fernandez cuando en su libro Poner en juego el saber
hablaba del peligro de las generalizaciones a partir de las situaciones particulares.
La autora desarrolla cómo una situación particular como “moverse mucho y ser inquieto” puede rápidamente
hacerse general y derivar en un rápido diagnóstico de ADDH. Y esto aplica a la atención y a la rebeldía o a la
dificultad de leer y escribir. No todos los problemas de lectoescritura son dislexias, ni todos los adolescentes
rebeldes son oposicionistas desafiantes.
Desde el año 1952, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría publica el DSM, un Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales. En el 2013 entra en vigencia la última versión que es el DSM V. El
CIE, en cambio, data de 1893, donde se realizó por primera vez una lista de clasificación de todas las
enfermedades que hay en el mundo. Este listado realizado por la OMS tiene su décima versión desde 1990 y
se está preparando el CIE 11 para que entre en vigencia en el 2022.
Ambos manuales tienen listados de los trastornos que
enumeraremos más adelante a partir de identificar ciertos rasgos o
síntomas. Si una persona reúne varios de esos signos se lo puede
diagnosticar con ese trastorno y queda registrado con un número
que, por ejemplo, aparece en los certificados de discapacidad.
No hay que desconocerlos, al contrario, es necesario leerlos y tenerlos como material de consulta, pero es
fundamental que no se transformen para las psicopedagogas en el libro de cabecera que permita determinar
sólo leyéndolo qué dificultad, o no, tiene nuestro consultante.
4 19
1 Lectura de palabras imprecisa o lenta con esfuerzo (p.ej., lee palabras sueltas en voz alta
incorrectamente o con lentitud y vacilación, con frecuencia adivina palabras, dificultad para
expresar bien las palabras).
2 Dificultad para comprender el significado de lo que lee (p.ej., puede leer un texto con precisión
pero no comprende la oración, las relaciones, las inferencias o el sentido profundo de lo que
lee).
4 Dificultades para la expresión escrita (p. ej., hace múltiples errores gramaticales o de
puntuación en una oración, organiza mal el párrafo, la expresión escrita de ideas no es clara).
5 Dificultades para dominar el sentido numérico, los datos numéricos o el cálculo (p. ej.,
comprende mal los números, su magnitud y sus relaciones, cuenta con los dedos para sumar
números de un solo dígito en lugar de recordar la operación matemática como hacen sus
iguales, se pierde en el cálculo aritmético y puede intercambiar los procedimientos).
6 Dificultades con el razonamiento matemático (p. ej., tiene gran dificultad para aplicar los
conceptos, hechos u operaciones matemáticas para resolver problemas cuantitativos). (DSM
V, 2014, pág. 38).
Y agrega que además de alguno de estos signos hay que considerar que el nivel cognitivo (evaluado a través
de técnicas) debe estar por debajo de lo esperable para la edad cronológica y no se esté frente a algún tipo
de discapacidad (ya que en ese caso, es probable que esa sea la razón y ya entraría dentro de otra
categoría).
Dislexia y disortografía
En el DSM V la dislexia aparece en una nota aparte, luego de definir los trastornos específicos del
aprendizaje que aparecen con dificultades en la lectura y que pueden presentar baja precisión en la lectura
de palabras, problemas con la velocidad o fluidez de la lectura y trastorno en la comprensión de la lectura. Y
la define como:
“un término alternativo utilizado para referirse a un patrón de dificultades del aprendizaje que se caracteriza
por problemas con el reconocimiento de palabras en forma precisa o fluida, deletrear mal y poca capacidad
ortográfica.”
- DSM V, (2014, P. 39)
Es la dificultad que se
corresponde con el mal
funcionamiento de la ruta
fonológica -vía indirecta
Dislexia fonológica o indirecta
que utiliza la conversión
grafema-fonema para
acceder al léxico-. Presenta
problemas en la lectura de
1 of 3
Se presenta como el mal
funcionamiento de la ruta
visual, léxica o directa, por
lo que no se dan grandes
Dislexia superficial
dificultades en la lectura a
través de la conversión
grafema-fonema de
palabras regulares pero sí
2 of 3
3 of 3
Pero más allá de las clasificaciones que pueden permitir comprender una parte de las causas, otro factor
que los investigadores del síndrome han identificado es una serie de conductas que aparecen de forma
paralela:
1 Puede leer a una velocidad razonable, pero no comprende lo que leyó.
3 Puede leer una frase completa omitiendo algunas palabras, y no darse cuenta de eso.
6 Dificultades para comprender las operaciones que implican algunos símbolos matemáticos.
“pueden existir sujetos disortográficos sin necesidad de que presenten o hayan presentado Dislexia, aunque
no pueden existir sujetos Disléxicos que no presenten un problema disortográfico, puesto que la Dislexia
implica la alteración de ambos procesos (lectura y escritura).”
Si bien este trastorno no aparece con este nombre en el DSM V, sí aparece el trastorno específico del
aprendizaje con dificultad en la expresión escrita, donde se identifican los errores de ortografía, de gramática
y puntuación.
Pero si nos alejamos de esta mirada hay otras voces que piensan la dislexia y las dificultades en la
lectoescritura desde otro lugar.
Beatriz Janin plantea que "la posibilidad de leer y escribir es algo que
se va adquiriendo a lo largo de la vida y que posee un valor social en el
que el vínculo con el otro es esencial"(Vasen, Janin, 2017). La autora
realiza una crítica a las miradas biologicistas sobre el proceso de
lectoescritura “Diagnosticar como disléxico a un niño en edad escolar
suele ser un modo de desestimar las múltiples cuestiones que se
ponen en juego en todo aprendizaje y más especialmente, en el de la
lectoescritura”. Esta afirmación no desestima los diagnósticos
neurocientíficos ni niega la dislexia, sino que propone abrir la pregunta
ante la dificultad y tener en cuenta que siempre hay muchas causas
que interactúan. Juan Vasen, reconocido psiquiatra argentino, en la
misma línea que Janin, plantea “es plausible que los mecanismos de
lectura y escritura involucren componentes genéticos (sin oído
fonemático sería imposible), lo que es muy diferente que postular una
supuesta “base genética” para la dislexia que aún dista de tener
fundamento científico” (Vasen, Janin, 2017).
Para medianamente intentar dirimir estas diversas posturas acerca de los problemas de aprendizaje en el
proceso de lecto-escritura, la primera pregunta que debemos hacernos es qué concepto de lectura y
escritura sostenemos. Si concebimos la lecto-escritura como “habilidades mecánicas de sonorización y
transcripción, basadas solamente en procesos perceptivos y motrices. Se identifica leer con descifrar y
sonorizar un texto y escribir con copiar o transcribir fonemas en símbolos gráficos" (Vasen,Janin 2017), es
muy probable que coincidamos con la idea de dislexia con base genética. Si en cambio la definimos como
un proceso que implica una práctica social y comunicativa, el tipo de trabajo e intervención será otro. ¿Y si
consideramos ambas miradas? Es posible congeniar ambas posturas, fundamentalmente porque si
tomamos la clínica como ese espacio de lectura e interpretación que definimos en el primer módulo, tanto
comprender qué vías puede seguir la lectura a nivel cerebral como comprender qué aspectos subjetivos
pueden estar influyendo en la dificultad para leer y escribir, son válidos como observables construidos.
A partir de esta ley las obras sociales y pre pagas deben incluir entre sus prestaciones los servicios que se
requieran para el tratamiento de estos DEA (psicopedagoga, maestra de apoyo a la integración,etc).
S A LU D ED UCACIÓN
La exigencia por ley es que las escuelas (de todos los niveles educativos) realicen las adaptaciones de
acceso que permitan un mejor proceso de aprendizaje para estos niños, niñas y adolescentes
diagnosticados.
Discalculia
“De acuerdo con Vygotsky una teoría del desarrollo del niño debe ser necesariamente una teoría del
desarrollo de las relaciones interfuncionales entre adulto y niño y su actividad co-constructiva, para Piaget el
desarrollo es una consecuencia de la dialéctica entre filogenie y ontogenie, enfatizando así el papel de la
maduración y de los aprendizajes del niño a partir de sus acciones sobre los objetos.”
Así que como en los apartados anteriores nos referimos a los sobrediagnósticos y al cuidado que hay que
tener al momento de usar el DSM o cualquier clasificación que implique una etiqueta o un nombre propio de
un síndrome o un trastorno; en este último punto hablaremos de los diagnósticos tardíos o la falta de
tratamiento de adolescentes y adultos.
Todas estas diversas teorías y todos los cambios de líneas didácticas que ha tenido la escuela en la
Argentina, ha llevado también a que muchos adolescentes ( y muchos más adultos) hayan superado su
escolaridad con muchas dificultades o hayan abandonado el sistema educativo sin tener un diagnóstico
preciso y menos un trabajo psicopedagógico acorde.
En general los adolescentes llegan a la consulta derivados por las escuelas o últimamente por los médicos,
cuando se empiezan a evidenciar muchos problemas en el colegio secundario: se llevan varias materias, van
a muchos profesores particulares y esto no alcanza, o en el mejor de los casos ya hicieron alguna consulta
en la infancia que no tuvo continuidad y regresan porque ya los padres no saben qué hacer.
En el caso de los adultos es más complejo. A veces se acercan a consultar cuando descubren que sus hijos
son diagnosticados con algún trastorno que tiene algunos signos en común con su propia historia escolar, o
cuando se enfrentan nuevamente con los mismos problemas en el espacio laboral o si han tenido algún tipo
de lesión que los lleva a tener que rehabilitar alguna función cognitiva perdida.
El video nos sirve para pensar la dislexia desde las neurociencias como una forma distinta de procesar la
información.
https://www.youtube.com/watch?v=_dPyzFFcG7A
El cerebro lector
El video hace hincapié en cómo lee el cerebro y da información más dura sobre el proceso de lectura.
EL CEREBRO LECTOR
Arturo Fuentes. (2015). El cerebro lector. Recuperado en enero del 2020, de: https://www.youtube.com/watch?
v=uVG9FNkhFPk
6 19
Cierre de la unidad
El diagnóstico y posterior tratamiento de cualquier de estas dificultades debería ser un delicado equilibrio
entre considerar lo que las neurociencias nos han enseñado pero sin perder de vista la singularidad de los
sujetos de la consulta.
En esta unidad nos acercamos fundamentalmente a dos corrientes de pensamiento de los problemas de
aprendizaje. Identificamos algunos signos de la dislexia, la discalculia y la disortografía desde las
neurociencias y trabajamos con algunos textos de autores que advierten la necesidad de trabajar desde una
clínica que no pierda la singularidad de cada caso.
Glosario
–
Grafema: es el signo gráfico mínimo e indivisible de un lenguaje escrito. Estos también son
conocidos como letras, y usualmente representan un sonido, un fonema; aunque en ciertas lenguas
con poca correspondencia entre escritura y pronunciación, como el chino, son necesarias varios
grafemas para representar un sonido determinado.
Fonema: es el sonido mínimo e indivisible producido por la articulación del aparato bucal. Así, un
fonema es cada uno de los sonidos efectuados para pronunciar una palabra. De manera que la
palabra casa está conformada por los siguientes cuatro fonemas: /k/, /a/, /s/ y /a/.
Ruta léxica: es aquella ruta que lee la palabra globalmente sin necesidad de descomponerla.
Palabras muy familiares como “mamá”, “coche” o “casa” se leerán en su conjunto pero si se presenta
dificultad en este nivel será necesario leerla letra por letra, esto se traduce en una lectura silabeada
(m-a-m-á).
Bibliografía
De referencia
–
American Psychiatric Association (2014) “Guía de Consulta de los criterios diagnósticos DSM V”-
Arlington, American Psychiatric Association . Recuperado el 4 de febrero de 2020
http://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-
diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf
Gómez López, L., (1997). La enseñanza de las matemáticas desde la perspectiva sociocultural del
desarrollo cognoscitivo. Tlaquepaque, Jalisco: ITESO
Janin, B.; Vasen, J. y Fusca, C. (comps.)(2017) “Dislexia y dificultades de aprendizaje: aportes desde la
clínica y la educación” Bs As. Noveduc ( formato Epub)
Lyon, G. R. y Chabra, V. (1995).” The current state of science and the future of specific reading disability.
Mental Retardation and Developmental Disabilities Research Review”
Untoiglich, G., (2013) “En la infancia los diagnósticos se escriben con lápiz. La patologización de las
diferencias en la clínica y la educación”. Bs As. Noveduc.
De lectura obligatoria
–
American Psychiatric Association. “Guía de Consulta de los criterios diagnósticos DSM V”. PP. 38-41.
Beatriz Janín ; Juan Vasen ; Carmen Fusca. Dislexia y dificultades de aprendizaje : aportes desde la
clínica y la educación. Capítulo 1 y 3.
7 19
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
1 Trastornos de la comunicación
En esta unidad abordaremos los trastornos del lenguaje y los diagnósticos por déficit de atención y de
funciones ejecutivas. Veremos las distintas posturas sobre estos problemas que influyen en el aprendizaje
pero teniendo en mente la necesidad de no etiquetar y mirar al consultante en su singularidad.
Comenzar la unidad
Te invitamos a recorrer el contenido de la unidad.
IR AL CONTENIDO
8 19
Para el DSM V el trastorno de la comunicación está dentro de los trastornos del desarrollo neurológico (igual
que los vistos en la unidad 3 y los que veremos en la unidad 4) y se clasifica en: Trastorno del lenguaje,
trastorno fonológico, trastorno de la fluidez (tartamudeo), trastorno de la comunicación social y trastorno de
la comunicación no especificado.
Para que se lo diagnostique debe haber un vocabulario reducido, una estructura gramatical limitada y
deterioro en el discurso. Y las dificultades no se pueden atribuir a un deterioro auditivo o sensorial, o a una
disfunción motora o neurológica y no se explica por discapacidad intelectual.
Mientras que la característica esencial del tartamudeo es el trastorno de la fluidez normal y estructuración
temporal del habla, en forma de frecuentes repeticiones o prolongaciones de sonidos o sílabas y otras
alteraciones de la fluidez.
“Es un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento
o desarrollo que se caracteriza por inatención y/o hiperactividad e impulsividad.”
Es decir, la atención es la capacidad de generar, dirigir y mantener un estado de activación adecuado para el
procesamiento correcto de la información.
No es un proceso unitario ni uniforme, sino que tiene múltiples componentes. No está localizada en un único
sitio del cerebro, sino que es el resultado de redes neuronales.
La atención es una interface entre el procesamiento sensorial, la memoria y las funciones ejecutivas y para
la Psicología cognitiva se clasifica en:
AT E N C I Ó N S O S T E N I D A AT E N C I Ó N S E LE C T I V A
Focalizada: se refiere a la capacidad de centrar nuestra atención en algún estímulo y desechar los
otros.
Dividida: es la capacidad que tiene nuestro cerebro para atender a diferentes estímulos o actividades
al mismo tiempo
De esta manera se podría decir que quien es diagnosticado con un déficit en la atención, tendrá algún nivel
de compromiso en esta posibilidad de inhibir ciertos estímulos frente a otros que es necesario atender.
10 19
Los componentes de las Funciones Ejecutivas según el modelo de Alexander y Stuss, son: el control
atencional, la flexibilidad cognitiva, el procesamiento de información y la fijación de metas.
La flexibilidad cognitiva consiste en la habilidad de cambiar de eje de respuesta, aprender de los errores y
trazar estrategias alternativas, dividir la atención, y prestar atención a varias cosas a la vez. La fijación de
metas se refiere a la capacidad de planificar acciones con anticipación y abordar tareas de manera eficiente
y estratégica.
Por otro lado, el procesamiento de la información es la posibilidad de procesar múltiples fuentes de
información de manera concurrente. Incluye la fluidez verbal, eficiencia y velocidad de las respuestas.
No figura dentro de los trastornos del DSM V, pero sí está dentro de las dificultades que en algunos casos
puede corresponderse con daños de tipo cerebral. En los casos que nos interesan, sin embargo, está
relacionado con cierta dificultad para la organización de las actividades cotidianas que se relacionan con el
aprendizaje.
11 19
Ya leímos a algunos de los autores que no acuerdan con esta “epidemia de nombres impropios” como lo
llama el Dr. Juan Vasen a esta lista de trastornos y síndromes. ¿Y desde dónde los piensan?
“Freud (…) consideraba que si la atención no estaba disponible para el sujeto, no era debido a un
aminoramiento cuantitativo, a un «déficit» de cualquier índole que fuera, sino a la perturbación por demandas
que alteraban su distribución (…)”
El planteo era que la atención requiere un gasto de energía que deberá investir el objeto de conocimiento
para que atraiga. Y algo de eso le pasaba a Felipe, el amigo de Mafalda cuando intentaba infructuosamente
prestar atención a lo que decía la maestra, diciéndose que debía prestar atención. Su deseo no estaba
invistiendo al objeto de conocimiento sino que había ido a parar a su necesidad de atender.
Quino (1972, p. 32).
“Los espacios atencionales son intersubjetivos, en ellos se puede desarrollar y «experienciar» la genuina
alegría de la autoría, alegría que viene de la mano de la capacidad para sorprenderse y de la espontaneidad,
conformando la energía imprescindible para que la agresividad saludable, creativa y necesaria al proceso de
pensar no se transforme en violencia contra el mismo sujeto o contra su entorno.”
Si recordamos los conceptos de función de aprendiente y de enseñante que vimos desde Alicia Fernández,
podremos comprender que cuando ella habla de los espacios atencionales como intersubjetivos, se refiere a
que se gestan justamente en ese espacio que se crea en el intercambio entre las posiciones enseñante-
aprendiente que en este caso, psicopedagoga y consultante tendrán.
“La atención (…) es una actividad constructora gestada en los espacios «entre». Atendemos solo y cuando
nos atendemos pensantes.”
- Fernandez, (2011. P. 47)
Esta “epidemia” de ADD que sobrepasó en un momento las aulas de las escuelas de Argentina tuvo mucho
que ver con esta imposibilidad de concebir que la atención también es un proceso que se aprende, que se
desarrolla en el intercambio entre alumno y docente.
“Cuando el maestro no escucha como interesante («interesante» no quiere decir «correcto») lo que el
alumno produce. Tal indiferencia puede llevar al niño a perder el interés, desacreditando su autoría”
“El cuerpo atiende y es atendido, y puede atender porque puede distraerse y, a veces, hasta desatender,
quizá como reclamo a ser atendido de otro modo.”
“Muchos niños viven los estímulos internos como si fueran externos y hacen movimientos de fuga frente a
ellos (…) Así la agitación puede ser en algunos casos una defensa frente a la insistencia pulsional. Intentan
huir de sus propias exigencias pulsionales a través del movimiento.”
“Si aprendimos a hablar fue porque no nos obligaron a focalizar la atención en imitar lo que otro decía (…) fue
porque alguien acunó con disponibilidad y fluctuación atencional nuestras primeras palabras”
ADDH
Esta charla permite no sólo conocer algunos rasgos que pueden presentar las personas con ADDH, sino que
fundamentalmente hace concientizar sobre la importancia de la educación y la influencia que tiene sobre la
autoestima de estas personas.
https://www.youtube.com/watch?v=JiwZQNYlGQI
12 19
Cierre de la unidad
Pensar cualquiera de los trastornos que se diagnostican y tienen fuertes componentes psicológicos (es
decir, no son netamente genéticos o producto de enfermedades neurológicas) es un desafío que es
necesario asumir.
Conocer las características de cada trastorno o dificultad pero sin perder de vista la necesidad de
subjetivación y la potencia que la interacción con el otro puede generar, es la clave.
Conclusión
En esta unidad nos aproximamos a otros trastornos que pueden influir en el aprendizaje referidos a la
atención, el lenguaje y las funciones ejecutivas. Igual que en la unidad anterior vimos dos formas de
analizarlos y comprenderlos. En los próximos módulos trabajaremos ya con los abordajes psicopedagógicos
posibles.
Bibliografía
De referencia
–
American Psychiatric Association (2014) “Guía de Consulta de los criterios diagnósticos DSM V”-
Arlington, American Psychiatric Association. Recuperado el 4 de febrero de 2020
http://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-
diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf
Carboni, A. & Barg, G. (2016). Atención. En A. Vásquez Echeverría (Ed.) Manual de Introducción a la
Psicología Cognitiva (pp. 89-116). Montevideo: UdelaR
Chaves S., Lupita, A. (2001) Implicaciones Educativas de la teoría sociocultural de Vigotsky. Educación,
vol. 25, núm. 2. Pp. 59-65 Universidad de Costa Rica San Pedro, Montes de Oca, Costa Rica.
Recuperado el 4 de febrero de 2020 https://www.redalyc.org/pdf/440/44025206.pdf
Janin, B., (2011) El sufrimiento psíquico en los niños. Psicopatología infantil y constitución subjetiva.
Bs.As-Noveduc
De lectura obligatoria
–
American Psychiatric Association. “Guía de Consulta de los criterios diagnósticos DSM V”. PP. 24-27
y 33-37
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
3 ¿Autismo o autismos?
4 Autismo en adolescencia y adultez
En esta unidad abordaremos los trastornos del espectro autista y sus implicancias en el proceso de
aprendizaje. Los diagnósticos tardíos en adolescencia y adultez y también los sobrediagnósticos.
Comenzar la unidad
Te invitamos a recorrer el contenido de la unidad.
IR AL CONTENIDO
14 19
Para el DSM V el trastorno del espectro del autismo está, igual que
los vistos anteriormente, dentro de los trastornos del desarrollo y lo
define como “Deficiencias persistentes en la comunicación y en la
interacción social en diversos contextos, manifestados por lo
siguiente, actualmente o por los antecedentes” (DSM V,2014. P. 28).
Kanner interpretaba este cuadro como causa de madres emocionalmente insensibles y frías, pero
actualmente esta hipótesis ya es insostenible.
Pero esta primera explicación acerca del autismo hoy se abre desde distintas teorías que desarrollaremos
brevemente. Diferentes autores intentaron describir el trastorno psicológico global que aparece por debajo
del comportamiento que observamos en las personas con TEA.
Teoría de la mente
–
La Teoría de la Mente, Theory of mind (TOM), hace referencia a la habilidad de las personas para explicar,
predecir, e interpretar la conducta en términos de estados mentales, tales como creer, pensar o imaginar.
Implica la empatía y la posibilidad de reconocer gestos y flexiones en la voz que nos llevan a comprender la
intencionalidad del otro. El término en sí fue propuesto por Premack y Woodruff (1978) cuando intentaron
resolver algunas cuestiones generadas por el estudio de chimpancés. Y esto llevó a que Baron-Cohen,
Leslie y Frith (1985) establecieran la hipótesis de que los sujetos con autismo no tienen una TOM debido a
la incapacidad que poseen para atribuir estados mentales a sí mismos y a los demás, con el fin de predecir
y explicar los comportamientos (Ortiz, Botero, 2010).
Teoría de la empatía-sistematización
–
Simon Baron-Cohen habla de la teoría de la empatía-sistematización que se basa en las dificultades
mostradas por personas con autismo en la comunicación y en las relaciones interpersonales. Estas
dificultades estarían ocasionadas por un déficit en la empatía, que va acompañado de una capacidad
intacta o superior a la media en la capacidad de sistematización.
Y además de estas teorías hay otras de corte más neurobiológico que plantean por ejemplo que los niveles
anormales de serotonina pueden ser la razón del autismo, u otras que hablan de una potente base genética
como razón de este trastorno.
15 19
El término “Asperger” fue incorporado por Lorna Wing en el año 1981 para caracterizar a un grupo de niños
que se dedicó a estudiar.
En 1994 apareció por primera vez el término “Asperger” en el manual del DSM-IV, pero como un síndrome
separado y distinto al “trastorno autísta” o autismo.
Los individuos con síndrome de Asperger quieren ser aceptados e interactuar socialmente con los demás,
pero no suelen saben cómo hacerlo. Pueden no comprender las reglas sociales y demostrar empatía.
Pueden mostrar contacto visual limitado, parecer desinteresado en una conversación, y no entender el uso
de gestos y el uso de lenguaje simbólico.
16 19
Con esta pregunta comienza uno de los capítulos del libro “El sufrimiento psíquico en los niños” de Beatriz
Janín (2011) donde la autora desarrolla la idea que hay tantos autismos como niños diagnosticados con
este trastorno. ¿Por qué hace esta diferencia?
“Considero que las psicosis infantiles son trastornos severos en la constitución psíquica. Y que el autismo
muestra uno de los modos más primarios de estos trastornos, que se refiere a fallas muy tempranas en la
estructuración de la subjetividad, con un elemento distintivo: la incapacidad para comprender el vínculo
humano.”
“Consideramos autista entonces a un niño que presenta como síntoma nuclear la alteración de las
capacidades intersubjetivas y de comprensión de las situaciones sociales, no adquiere lenguaje o lo hace
lenta y extrañamente. Que no empatiza ni mira, que repite ecolálicamente (…) No es un niño solamente
alterado en su desarrollo, sino que en él ciertas matrices de la subjetividad no se constituyeron, se han
distorsionado o deteriorado.”
“En muchas de las prácticas clínicas actuales con niños existe una desarticulación del sujeto, se medicaliza
y patologiza la crianza. Los dispositivos actuales son cada vez más desubjetivantes, los rótulos
diagnósticos quedan por delante de los sujetos (…).
Numerosos profesionales de la salud mental infantil se han vuelto tecnócratas que aplican cuestionarios
creyendo que esa es la manera de realizar diagnósticos (…) sin entender que no se trata de lo biológico
versus lo social, sino de un entramado complejo en el cual las hebras se van anudando de diversos modos
según múltiples variables que se entrecruzan y co-determinan por lo tanto, es necesario tomarse el tiempo y
el compromiso necesarios para poder desenmarañar la trama.”
Con respecto al síndrome de Asperger, Vasen (2011), además de realizar una crítica a su incorporación
dentro del espectro del autismo en la última edición del DSM V, hace hincapié en la necesidad de identificar
y trabajar sobre uno de los signos del cuadro que se relaciona con el lenguaje. El autor discrimina las cuatro
áreas − prosodia, sintaxis, semántica y pragmática− y cómo están comprometidas en el síndrome, con la
idea de sugerir formas de trabajo en la clínica.
17 19
Con este panorama nos encontraremos cuando abordemos a adolescentes y adultos (con o sin diagnóstico)
pero con estos rasgos y con sus dificultades a cuestas. Tener en cuenta estas diversas historias y
sufrimientos, será fundamental para el trabajo clínico que elijamos hacer.
Autismo en la adultez
Este video permite escuchar a una persona diagnosticada con autismo en la adultez y todo lo que tuvo que
padecer hasta llegar a comprender lo que le sucedía.
Cierre de la unidad
Cuando se habla de trastorno del espectro del autismo se suele poner en una misma categoría (“ la misma
bolsa de gatos” como se le llegó a decir en ciertos ámbitos al diagnóstico de TGD) a tantos padeceres
psíquicos como personas diagnosticadas.
¿Existe entonces un solo tipo de autismo? Si el trabajo en tratamiento es desde la singularidad la respuesta
es clara: hay autismos, no uno solo.
Conclusión
En esta última unidad del módulo trabajamos con el concepto de espectro autista desde la neurociencias y
el psicoanálisis, comparando miradas y abordajes. Si bien no es un trastorno que implique directamente
dificultades en el aprender, sí es compleja la incorporación a los espacios educativos de las personas con
algún grado de TEA y es ahí donde la psicopedagogía puede hacer un gran aporte.
Bibliografía
De referencia
–
American Psychiatric Association (2014) “Guía de Consulta de los criterios diagnósticos DSM V”-
Arlington, American Psychiatric Association Recuperado el 4 de febrero de 2020 de
http://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-
diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf
Janin, B. (2011) El sufrimiento psíquico en los niños. Psicopatología infantil y constitución subjetiva.
Bs.As-Noveduc
Uribe O.rtiz, S., Botero, M., Arango Tobón, O. (2010) Teoría de la Mente: una revisión acerca del
desarrollo del concepto -Revista Colombiana de Ciencias Sociales Vol. 1- No. 1 –Medellín
Vasen, J. (2011) “Una nueva epidemia de nombres impropios. El DSM-V invade la infancia y las aulas-
Bs As- Noveduc
De lectura obligatoria
–
American Psychiatric Association. “Guía de Consulta de los criterios diagnósticos DSM V”. PP. 24-27 y
33-37
Gisela Untoiglich. En la infancia los diagnósticos se escriben con lápiz. PP. 196-209
Juan Vasen. Una nueva epidemia de nombres impropios. El DSM-V invade la infancia y las aulas.
Capítulo 7. PP. 157-165
19 19