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Derecho Penal
Después de pasado determinado tiempo hay delitos que ya no pueden ser juzgados y
entonces se produce la llamada prescripción de un delito.
La prescripción extingue la responsabilidad penal de una persona, como
consecuencia de haber cometido un hecho que en la Justicia Penal se consideraría un
delito.
La prescripción de un delito consiste en la extinción de la responsabilidad penal por un
acto delictivo tras un periodo de tiempo
La prescripción de los delitos tiene relación con el derecho de las personas de ser
juzgadas en determinado tiempo en un proceso judicial donde no haya dilaciones
indebidas.
Casos especiales
Hay delitos cuya prescripción no se inicia cuando se cometen o en el momento en que
la acción punible haya cesado si era un hecho continuado, sino que son especiales.
Pueden referirse a delitos contra menores:
Abortos no consentidos.
Torturas.
Trata de personas.
Contra la intimidad de la persona y su libertad.
Derechos a la imagen propia.
Integridad moral y libertad en general.
La legislación considera, en los casos donde se involucran menores, que la
prescripción comienza desde el día en que la persona alcanza la mayoría de
edad.
Si ese menor hubiera fallecido antes de su mayoría de edad o en el momento de la
acción delictiva o por otras razones, se da comienzo desde la fecha del deceso del
menor.
Atenuante
Atenuante es la circunstancia, reconocida legalmente, que modifica
la responsabilidad criminal ante un delito cometido. Deriva del comportamiento de
quien interviene en un hecho delictivo, en cuanto a su ejecución o resultado.
Su efecto es la disminución de la pena conforme a reglas jurídicas determinadas. Las
circunstancias que rodean la comisión de un delito contribuyen para poder medir de
forma adecuada la pena correspondiente.
Una circunstancia atenuante modifica la responsabilidad penal y reduce las penas por
un delito.
La determinación de una pena no se agota en las características que fundamentan
cada delito, sino que pueden aparecer factores que incrementan su gravedad,
los agravantes, y otros que delimiten la misma, siendo los atenuantes uno de estos
aspectos modificativos.
La palabra atenuante puede ser utilizada con su forma masculina o femenina,
dependiendo de la palabra que reemplace. En el ámbito del Derecho se suele utilizar
como un sustantivo femenino: la atenuante, porque en general reemplaza a la
circunstancia atenuante.
Atenuantes específicas
Son aquellas circunstancias que cada tipo penal define específicamente para
disminuir la gravedad conjunta de un hecho, dando espacio a un tipo privilegiado
en relación al básico, con una pena típica distinta y menor, que llega a ser un nuevo
tipo independiente menos grave o un subtipo atenuado o privilegiado de delito
considerado.
Atenuantes genéricas
Estas atenuantes no cambian el tipo del delito que se considere, pero disminuyen
o atenúan su grado. Realizan una disminución de la entidad de la acción, del
resultado, de la culpabilidad por distintas razones de punibilidad, merecimiento o
necesidad.
En este grupo de atenuantes se ubican las eximentes incompletas, las atenuantes
ordinarias y las analógicas.
1. Eximentes incompletas
En estas circunstancias concurre un grado intermedio entre la responsabilidad plena y
la falta de la misma ante un delito.
Se trata de cualquier circunstancia que sea incompleta, con la posibilidad de que
falten algunos de los requisitos, cuando concurran los postulados básicos de la
respectiva eximente.
Su consecuencia es la individualización de la pena, pero atendiendo a las
particularidades del caso.
En la eximente incompleta no existe una norma específica de disminución de la pena,
pero se determina una reducción en general de la pena en uno o dos grados. Y
ello atendiendo a la cantidad y entidad de los requisitos que falten o que concurran en
el delito y las circunstancias personales de su autor.
2. Atenuantes ordinarias
Las atenuantes ordinarias son las circunstancias que se prevén en la Ley y se
consideran en este grupo:
La adicción a sustancias psicotrópicas.
La actuación por causas o estímulos poderosos como el arrebato, la
obcecación o estados pasionales.
La confesión previa de la infracción del culpable a las autoridades, antes de
conocer el procedimiento judicial.
La acción de reparación del daño provocado a la víctima, o las acciones
tendientes a disminuir sus efectos, antes de la realización del juicio.
La dilación extraordinaria e indebida en el proceso de tramitación judicial
cuando no se atribuya al inculpado la demora y si no guarda proporción con la
complejidad de la causa.
3. Atenuantes analógicas
Se considera esta atenuante cuando existieran circunstancias en las que en el
supuesto enjuiciado exista una razón específica de atenuación que figure como
fundamento de la atenuante de referencia.
Esta atenuante debe inferirse del fundamento de la atenuante de referencia, para
realizar un reconocimiento de los efectos atenuantes.
La Justicia reconoce como atenuantes analógicas:
La fiebre pasajera.
El miedo u obediencia del hijo hacia el padre.
La senilidad.
La drogadicción.
Concurrencia de atenuantes
Las atenuantes operan de manera autónoma una de otra, por lo que pueden
concurrir más de una en cada hecho delictivo. Lo que no es posible que se
considere es si son incompatibles por su propia naturaleza, o si la acción delictiva
contempla ese atenuante como parte y elemento del tipo delictivo.
Algunas atenuantes son compatibles con ciertas circunstancias agravantes y es
posible que concurran conjuntamente en un mismo hecho delictivo.
Agravante
Se denomina agravante a la circunstancia o situación que afecta la ejecución material
de un delito, así como también a las situaciones personales del delincuente y que
provocan un aumento de la responsabilidad penal.
La agravante es una condición o circunstancia que aumenta la responsabilidad
criminal
Las agravantes provocan un incremento cuantitativo de la pena. Se produce este
aumento al existir una mayor represión penal en la conducta del delincuente ante las
circunstancias del delito típico, o una mayor injusticia ante los aspectos objetivos del
delito.
Es un término que se utiliza como sustantivo, y puede ser masculino o femenino
dependiendo del término que suprima:
Un agravante, cuando se refiere a un factor agravante.
Una agravante, si se refiere a una circunstancia agravante.
En el ámbito del Derecho se suele utilizar la forma femenina.
Circunstancias agravantes
Se diferencian agravantes genéricas y específicas.
Entre las agravantes genéricas se cuentan aquellas que concurren con el hecho
como situaciones o elementos accidentales y sin las cuales ese delito existiría igual.
En tanto que las agravantes específicas son las que condicionaron la existencia del
hecho delictivo y que es condenado por la Justicia.
La Justicia contempla como circunstancias agravantes a las siguientes:
1. Alevosía: se trata de la cautela en la comisión de un delito, donde no hay
riesgo para el delincuente. La alevosía diferencia al delito de homicidio del
asesinato, porque en este último se emplean medios o formas de ejecución
para asegurar la comisión del hecho y que la persona agredida no pueda
defenderse.
2. Disfraz: actuar ocultándose con un disfraz o atuendo que oculte o distorsione
la identidad del delincuente.
3. Abuso de superioridad: se condena como agravante el desequilibrio de
fuerzas entre el sujeto activo y quien es afectado como sujeto pasivo del delito.
El criminal es consciente de su prevalencia y de las menores posibilidades de
defensa de su víctima.
4. Aprovechamiento de circunstancias: aprovecharse por el lugar, el tiempo o
la posibilidad de auxilio a la víctima que favorezcan la impunidad del
delincuente.
5. Precio, promesa o recompensa: la promesa es un pago diferido de una
contraprestación económica o dineraria, el precio, que se cancelará una vez
cometido un delito. La promesa incluye también la recompensa, mediante la
cual se promete a alguien un dinero o una acción que lo beneficie. Si el precio,
la recompensa o la promesa son los verdaderos motivos de un delito, el
agravante es mayor.
6. Racismo, antisemitismo u otra discriminación antisemita, de ideología,
religión, creencias de la víctima. La raza, color o nacionalidad, orientación
sexual, género, u otras razones de exclusión social, enfermedades o
discapacidades que se padezca son agravantes.
7. Ensañamiento: es el aumento deliberado del sufrimiento de la víctima para la
ejecución del delito, con padecimientos innecesarios y hasta inhumanos.
8. Abuso de confianza: preexistencia de una relación de confianza entre el autor
y la víctima del delito, de la que se aprovecha el delincuente faltando a la
lealtad y la fidelidad ante el perjudicado para ejecutar el delito con mayor
facilidad.
9. Reincidencia: en el momento de efectuar el delito, el criminal ya fue
condenado anteriormente por un delito de la misma naturaleza que el actual.
10. Carácter público del culpable: requiere que se ponga al servicio del propósito
criminal la condición de funcionario público que tenga el culpable,
aprovechando las ventajas que ese cargo le otorgue, y minimizando los riesgos
en la comisión del delito.
Otras características
En un delito pueden llegar a considerarse más de un agravante, porque puede
extenderse de manera independiente a otros agravantes que concurran en el
momento.
Esto no ocurre cuando sean incompatibles con su naturaleza, o siendo la acción o el
delito un elemento compatible con el tipo de delito. Las circunstancias agravantes
también son compatibles con ciertas atenuantes, y pueden concurrir unidas en un
hecho delictivo.
Cuando se emite una sentencia la Justicia exige que sea motivada. Por ello, no basta
con explicar las razones jurídicas que se ponen en relación con los hechos probados
mediante un razonamiento jurídico, sino que se deben explicar también las razones de
imposición de la pena por ese delito, si ha habido motivos agravantes, si hay causas
que la atenúen.
Será el juez o magistrado correspondiente, mediante el análisis de las pruebas
presentadas, quien determine las agravantes en cada caso y determine la cuantía de
la pena.
Eximente
Eximente es un término que se emplea en derecho penal para referirse a
aquellas circunstancias que anulan la responsabilidad penal del autor de
un delito. Independientemente de las circunstancias, dichos casos han de ser
analizados por el juez.
La eximente es una circunstancia que libra de la responsabilidad penal al autor de un
delito.
Tipos de eximentes
Las causas de las circunstancias eximentes se agrupan en tres categorías:
Eximentes completas
Se habla de eximentes completas cuando concurren todos los elementos o
requisitos que la configuran; de tal manera que consten acreditado en los informes
periciales, o cualquier medio de prueba autorizado, que el autor ha sido absuelto de la
responsabilidad penal.
Sin embargo, esto no implica que puedan existir otras consecuencias como las que
derivan de la responsabilidad civil o en el supuesto de inimputabilidad, la aplicación de
medidas de seguridad.
Eximentes incompletas
Las eximentes que no cumplan con la totalidad de los requisitos necesarios para
determinar la eximición, de igual manera, pueden alegarse durante el proceso penal,
pero como eximentes incompletas. En base a las circunstancias, el juez podría fijar
una reducción de la pena o, en todo caso, imponer una pena menor.
La eximente en el Derecho Civil
En el derecho civil también existe la posibilidad de que las personas que hayan
causado un daño o perjuicio, puedan argumentar eximentes de la responsabilidad.
En el derecho civil, las circunstancias eximentes son:
Fuerza mayor y caso fortuito.
Culpa exclusiva de la víctima.
Culpa exclusiva de un tercero.
Dolo
Derecho Penal
El dolo en el derecho penal es la voluntad e intención de realizar una acción
estipulada y penada por la ley.
El dolo consiste en cometer un delito de manera deliberada, con intencionalidad y
sabiendo las consecuencias que puede traer consigo dicho acto delictivo.
A veces está relacionado con la comisión de un acto prohibido (como disparar un
arma contra un sujeto para ocasionarle la muerte), y otras veces, con la omisión de
un deber legal del cual se derive una consecuencia dañosa y también prevista por
nuestro Código Penal Argentino, a otra persona o a los bienes de esta (por ejemplo:
dejar de alimentar a un lactante con el fin deliberado de ocasionar su muerte).
Se configura cuando convergen dos elementos de vital importancia: el saber
(elemento cognitivo) y la voluntad (elemento volitivo).
El saber refiere a la conciencia de la ilicitud del acto, sea que el mismo esté
encaminado a producir un daño (como la muerte, lesiones u otro) o a poner en
peligro ciertos bienes jurídicos que el legislador ha considerado valiosos al
redactar la ley (ejemplo: poner en peligro la salud pública).
La voluntad es el querer que se produzca un resultado determinado ( la
privación de libertad, la apropiación de una cosa ajena, etc).
A su vez, el dolo puede ser: directo, indirecto o eventual.
1. Es directo cuando el resultado de la acción coincide con el fin que se había
propuesto el autor (por ejemplo: si quiso matar a Pedro Muñoz y lo mató).
2. Es indirecto cuando el resultado de la acción no coincide con el fin que se
había propuesto el autor, pero es una consecuencia necesaria que debe
darse para conseguir el resultado planeado (ejemplo: quiso matar a Pedro
Muñoz, quien iba a viajar en avión, para lo cual colocó una bomba en dicho
avión y murieron el piloto y otros veinte pasajeros más, además de Pedro
Muñoz).
3. Es eventual cuando el autor no descarta la posibilidad de que se pueda
producir un daño no querido por él, pero aún así acciona (como si al ser
perseguido por la policía momentos después de asaltar a un peatón, Pedro
Muñoz con su vehículo se da a la fuga, ingresando en contramano por una
avenida transitada en ese horario. Él no quiere matar a nadie, pero en esta
situación es evidente que más de una persona pudiera resultar lesionada, o
incluso muerta si fuera arrollada por su vehículo, por lo cual sería ilógico
sostener, con seriedad, que él no pudo prever que ese resultado acaecería).
Delito flagrante
El delito flagrante es aquel que está claro que se ha cometido, es decir, que no cabe
duda de que haya que considerar la culpabilidad de un hecho.
El delito flagrante es aquel del que no cabe duda de la culpabilidad del hecho delictivo.
Coacción
La coacción es un delito contra la libertad de las personas que afecta la voluntad de la
víctima, obligándola a hacer, no hacer o tolerar alguna cosa. No significa que la
voluntad se anula, sino que queda restringida a un campo de acción más pequeño.
El delito de coacciones supone el empleo de la fuerza para obligar o impedir a una
persona hacer algo en contra de su voluntad.
Está previsto en el artículo 149 bis 2do. párrafo, y en el artículo 149 ter del Código
Penal Argentino. Así, tendrá lugar cuando alguien utilice amenazas para compeler
a otro a actuar de determinada forma, para que haga, no haga o tolere algo
contra su propia voluntad.
La pena prevista en la ley es de prisión o reclusión de dos a cuatro años, salvo el
caso en que se utilizaren armas o la amenaza fuera anónima, porque entonces la pena
se elevaría y tendría lugar la prisión o reclusión de tres a seis años. Otro supuesto
de agravamiento de la pena se da en el caso de que las amenazas persiguieren la
obtención de medidas o concesiones de algún miembro de los poderes públicos; o si
fueren utilizadas con el fin de obligar a una persona a emigrar del país, de una
provincia, de su lugar de residencia habitual o de trabajo. Aquí, la pena que
correspondería sería la de prisión o reclusión de cinco a diez años.
La coacción se encuentra siempre íntimamente relacionada con el delito de
amenazas, ya que precisa de estas para poder configurarse, pero difiere de él en el
hecho de que aquí se espera un comportamiento determinado de parte de la persona
a la cual se amenaza: se la coloca en un estado de necesidad para que actúe en cierto
sentido y así evite el mal que se le promete si no cumple con lo solicitado (con aquello
que se le exige que haga). Necesariamente:
1. Lo que se le pide debe poder realizarlo, porque de otro modo no se habría
colocado a la víctima en estado de necesidad en el que pueda optar entre dos
o más conductas posibles.
2. El mal que se le promete debe ser, objetivamente, pasible de generarle un
temor de tal envergadura que no le deje margen de opción.
3. El autor de la coacción debe poder generar, racionalmente, el mal que
amenaza.
Estos últimos puntos están relacionados con la posibilidad real de impartir miedo, de
amedrentar, porque de otra forma no podría alegarse la coacción, y nos
encontraríamos frente a un comportamiento querido de manera totalmente deliberada
(aunque se intente “disfrazarlo” de obrar llevado a cabo bajo coacción).
Esta figura delictiva representa un “querer a la fuerza”, una posibilidad acotada de
acción, y se la utiliza de manera residual como delito autónomo cuando no queda
abarcada o subsumida dentro de otro delito correspondiente a la parte especial
del Código Penal. Por ejemplo, en algunos de los delitos contra la integridad sexual la
coacción se encuentra presente, como así también en los delitos de robo en los que se
ejerce fuerza contra las personas, en los de secuestro y en los de extorsión.
Decomiso
Derecho Penal
El decomiso se produce cuando la autoridad competente hace propia una mercancía
prohibida, utilizada para fines ilícitos u objeto de tráfico ilegal.
El decomiso permite retener cierta mercancía que ha sido utilizada con fines delictivos
y que ayudará en la investigación del delito.
¿Qué es el decomiso?
El decomiso es la aprehensión de los medios por los que se ha cometido
el delito o de sustancias y productos obtenidos y comercializados ilícitamente. Así,
esta técnica permite retener elementos que ayudarán en la investigación del delito.
Además, permitirá sacar del tráfico aquellos elementos peligrosos o sustancias
ilegales y evitará que los responsables persistan en la comisión del delito.
En general, el decomiso se emplea para sacar del mercado sustancias o productos
ilegales. También suele utilizarse para retener elementos peligrosos (como armas y
explosivos) y aquellos que se hayan obtenido como consecuencia del delito (vehículos
de lujo, dinero en efectivo, propiedades inmobiliarias…). Por último, el decomiso se
utiliza para aprehender los medios de producción de la sustancia o elemento prohibido
(impresoras de billetes, laboratorios de droga…).
¿Cuáles son los principales tipos de decomiso?
Decomiso directo
Es como se conoce al decomiso asociado a determinadas condenas penales. En
particular:
Las correspondientes a delitos dolosos. En estos casos la autoridad judicial
debe decomisar los efectos, bienes, medios, instrumentos y ganancias directas
e indirectas.
Y las correspondientes a delitos imprudentes cuyo castigo sea la privación de
libertad por tiempo superior a un año. En estos casos el decomiso es
potestativo, lo que significa que la autoridad judicial no tiene la obligación de
proceder al mismo.
Decomiso ampliado
Se trata de ordenar la decomisión de bienes y efectos cuyo origen lícito no resulte
probado. Para ello es necesario:
1. Que el sujeto haya sido condenado por alguno de los delitos que permiten la
decomisión directa.
2. Que este delito se haya cometido de forma continuada.
3. Que existan indicios fundados de que parte del patrimonio del penado procede
de tal actividad delictiva continuada.
Decomiso de terceros
Este tipo de decomiso permite ordenar la decomisión de bienes, efectos y ganancias
transferidos a terceros cuando estos:
Supieran o sospecharan que provenían de actividades ilícitas, en el caso de los
efectos y ganancias.
O supieran o sospecharan que se dificultaba su incautación mediante esta
transferencia.
El decomiso de terceros permite la modalidad por sustitución. De modo que si un
tercero recibiera bienes, efectos y ganancias procedentes de actividades ilegales y
posteriormente los ocultara o enajenara, la autoridad judicial podrá tomar otros bienes
hasta alcanzar el valor de los primeros.
¿Cuáles son los efectos que produce el decomiso?
El principal efecto del decomiso será la privación de la propiedad sobre los objetos que
deban incautarse. Se trata, por tanto, de una medida o condena penal que recae sobre
elementos que han sido utilizados para perpetrar el delito, obtenidos como
consecuencia del mismo.
En consecuencia, el único modo de defenderse de un decomiso es acreditar la licitud
de la propiedad de utilización del elemento a incautar.
En todo caso, las autoridades tomarán los bienes, medios, instrumentos y ganancias
objeto del decomiso y los pondrán en depósito hasta que el juez resuelva sobre su:
Realización anticipada.
Utilización provisional.
Aplicación del precio de los mismos al pago de indemnizaciones de las
víctimas.
Adjudicación al Estado.
El engaño
El engaño es un elemento básico para determinar una estafa. La persona estafada
debe haber sido engañada. Este engaño debe ser lo suficientemente importante para
convencer a la persona para que actúe en beneficio del estafador.
El juez analizará la conducta de quien comete el delito para observar la elaboración de
la maniobra fraudulenta y la intencionalidad de estafar.
Las circunstancias que rodean a la situación y las características de la persona
estafada son factores a tener en cuenta a la hora de determinar si existe una estafa.
Concurso de delitos
El concurso de delitos se trata de la acumulación de varias conductas punibles que
se cometen al realizar un único hecho ilícito.
El concurso de delitos consiste en la acumulación de varias conductas punibles que se
cometen al realizar un único hecho ilícito.
Consideraciones generales
Quienes llevan adelante estos actos suelen pasar desapercibidos. Muchas veces la
sustracción es advertida tiempo después que el crimen fue cometido. Como cuando
personas toman productos de un supermercado y se marchan del establecimiento sin
pagarlos.
Para que se considere la calificación de hurto, el objeto indebidamente apropiado
debe tener algún valor. Entendiendo esta consideración desde una perspectiva
meramente económica. Aun cuando se trate de objetos con importancia significativa a
nivel histórico, cultural o científico.
De lo anterior se entiende que quien hurta actúa con la intención de lucrarse o sacar
una ventaja de la situación, aunque sea de manera solo temporal.
Deben ser objetos tangibles y transportables de un punto a otro. Aun cuando se
trate de líquidos o gases almacenados en botellas. También se aplica para
semovientes (animales salvajes o mascotas).
Tipos de hurtos
Aunque con distintas variantes, de acuerdo a las leyes aplicables en cada país, en la
práctica estos delitos se dividen en tres categorías:
1. Hurto básico: es el tipo más simple. Se aplica cuando el objeto sustraído sin
autorización de sus propietarios o responsables está valuado en cifras no muy
elevadas.
2. Hurto leve: en estos casos lo obtenido ilegalmente tiene un valor de mercado
superior a los valores vistos en el punto anterior, aproximadamente.
3. Hurto agravado: categoría aplicable en casos que involucren objetos con
importancia histórica, cultural o científica. Así como para bienes de primera
necesidad y que su sustracción da lugar a situaciones de desabasto. Cuando
se afecten sistemas sensibles, como las redes eléctricas, hídricas o las
telecomunicaciones.
o Adicionalmente, se tipifican dentro de este tipo de hurtos los casos
en que los autores intelectuales convencen a menores de edad
para que ejecuten las acciones delictivas. El mismo principio se
aplica cuando quienes ejecutan el delito se aprovechan de
situaciones de desamparo e indefensión.
Hurto calificado
Esta categoría, contemplada en diversos códigos penales, es la que mayor confusión
genera al compararse con delitos de robo o expoliación. En estos casos, junto con el
daño patrimonial también se afecta el orden jurídico.
Situaciones en las que existe violencia sobre cosas (ventanas o puertas). Así como
intimidación verbal o física (colocar a las víctimas en minusvalía).
En grado de tentativa
Al igual que como ocurre con otra serie de delitos. En casos en los que se puede
juzgar a una persona solo por la intención de llevar adelante la acción, existe la
categoría de hurto en grado de tentativa. Bien sea porque el ejecutante no consiguió
los medios para apropiarse de lo que pretendía llevarse consigo o porque fue
descubierto en el acto de comisión del delito.
Por último, también se tipifican dentro de este tipo delictivo a quienes toman algo que
no les pertenece sin la debida autorización, pero tienen la intención de devolverlo.
Toda apropiación no autorizada y su disfrute, aunque sea de forma temporal o
parcial, se castiga.
Legítima defensa
A modo de introducción en el tema que nos ocupa, es importante mencionar que nos
referimos a legítima defensa cuando una persona ha ocasionado un daño para
resguardar sus propios derechos o los de terceros.
La legítima defensa es una causa eximente de responsabilidad penal, necesaria para
impedir o repeler toda agresión injusta de bienes propios o de un tercero.
Por regla general, provocar daño configura una conducta antijurídica, ya sea que se
efectúe actuando de manera contraria a lo convenido en acuerdo de voluntades,
infringiendo una ley o ante la violación del principio de no dañar a otros injustamente.
El artículo 1717 del Código Civil y Comercial de la Nación define a la antijuridicidad
como "cualquier acción u omisión que causa un daño a otro si no está justificada". Es
decir, que es antijurídico todo hecho que provoca un daño, salvo que exista una
justificación.
Esto que analizamos desde la perspectiva del Código Civil tiene relevancia en la
esfera penal, debido a que existe unidad del ordenamiento jurídico. Una conducta
prohibida por un sector del ordenamiento no puede estar ordenada por otra norma de
un sector diferente del mismo ordenamiento.
El derecho penal tiene la característica de construirse sobre la antijuridicidad
proveniente de los demás sectores del ordenamiento. De esta antijuridicidad general
se seleccionan las conductas típicas, interviniendo luego la antijuridicidad penal
delimitando lo vedado merecedor de pena.
El Código Penal contiene las causas de justificación en la Parte General: artículo 34,
incisos 3 al 7 y en la Parte especial en el artículo 86, incisos 1 y 2, o el artículo 152.
Por su parte el Código Civil y Comercial las regula en el artículo 1718 y en el inciso “b”
se refiere a la legítima defensa específicamente.
Dicho esto, una vez que se verifica un hecho que ocasiona un daño, es preciso
analizar si esa conducta se encuentra autorizada, cancelando así la ilicitud, puesto que
los actos justificados son lícitos. Esta justificante en el ámbito penal torna al hecho
impune y en lo civil excluye la responsabilidad.
La legítima defensa consiste entonces en una excepción legal que autoriza
conductas que generalmente serían punibles, sea que el origen del actuar del
sujeto consista, por ejemplo, en el ejercicio de un derecho como defender su vida. Se
trata de un caso especial del estado de necesidad que implica la acción y efecto de
defender o defenderse, lo cual debe ser la consecuencia de una agresión ilegítima
previa. La defensa solo puede ser legítima cuando no es posible apelar al auxilio de
los órganos o medios establecidos jurídicamente.
En la actualidad, además de la vida y la integridad física, todos los intereses que el
derecho positivo reconoce al individuo pueden ser defendidos legítimamente cuando
son atacados, y la repulsa violenta aparece necesaria y proporcionada y todo bien
jurídico puede ser legítimamente defendido, si esa defensa se ejerce con moderación
que haga razonable el medio empleado con relación al ataque y a la calidad del bien
defendido. La legítima defensa puede ser de la propia persona o sus derechos, o de
un tercero o sus derechos.
Por último, y a modo de cierre, es de gran importancia resaltar nuevamente que la
conducta desplegada en la defensa debe ser racional y proporcionada, ya que de
incurrir en un abuso de este derecho puede no contarse con la justificación del daño
ocasionado en la defensa.
Orden de alejamiento
Derecho Penal
La orden de alejamiento es una pena privativa de derechos, por la cual se prohíbe a
un agresor acercarse a su víctima o sus familiares
La orden de alejamiento es una pena de privación de derechos que consiste en la
prohibición de aproximarse ni comunicarse con la víctima de un delito.
Se encuentra dentro del orden de protección y tutela a las víctimas de violencia
doméstica o de género, aunque también se aplica para otros casos.
Puede ser una medida cautelar o una sentencia firme. El incumplimiento de la
misma está penado con la cárcel, ya que implica un quebrantamiento de condena.
De la misma forma que la orden de alejamiento siempre resulta de una decisión
judicial, su levantamiento también debe serlo. Sin embargo, si se ha dictado orden de
alejamiento como sentencia firme, no puede ser retirada.
Requisitos
Deben concurrir los siguientes requisitos para que exista este tipo penal:
Debe haber un engaño en el marco de un procedimiento judicial.
La finalidad del engaño es la de producir un error en el juez.
Quien es el autor pretende que se dicte una resolución favorable a sus
intereses, perjudicando a un tercero.
Conclusión
La presunción de inocencia es un derecho de los investigados o sometidos a
proceso judicial de ser tratados como inocentes hasta su condena contraria.
Además de la regla de tratamiento incluye la regla de juicio, que implica la obligación
de la otra parte de presentar la carga probatoria suficiente para convencer al juez o
tribunal de la existencia del hecho delictivo y la culpabilidad del acusado.
El investigado se considera inocente hasta que se demuestre lo contrario y no es él
quien debe acreditar su inocencia. Los jueces parten de la premisa de su inocencia y
valorarán las pruebas para cambiar este concepto. A su vez, existen premisas que
rigen la validez de los elementos probatorios que podrían ser aceptados.
Otro principio vinculado a la presunción de inocencia es el principio de in dubio pro
reo, que se aplica después de aportadas las pruebas objetivas. Si el juez o tribunal
tiene una duda subjetiva sobre la culpabilidad del investigado, está en facultad de
absolverlo.
SobreseimientoDerecho Procesal
Por sobreseimiento se conocen las causas judiciales que después de pasar por el
examen de un tribunal o juez, son desestimadas total o parcialmente.
Esa determinación tiene lugar en las fases previas de un juicio. Cuando se está
investigando la materia o durante la preparación del expediente y el ordenamiento de
las pruebas de rigor.
El sobreseimiento es una resolución judicial que se manifiesta en forma de auto.
De manera general, cuando una causa es sobreseída, la decisión implica dos cosas.
La primera de ellas, el proceso judicial es cerrado y archivado temporal o
definitivamente. Lo segundo, el fondo de la querella no llegó a ser revisado.
Esto quiere decir que no hay una declaración explícita de no culpabilidad. Solo una
admisión de que no existen suficientes elementos para cuestionar el derecho a
la presunción de inocencia.
Los jueces que tienen en sus manos la aplicación de este instrumento jurídico, lo
hacen mediante un auto. Este es un recurso que se utiliza casi de forma exclusiva en
el ámbito penal, aunque también eventualmente es invocado dentro de la justicia civil.
Cuando se aplica
Falta de pruebas o demasiadas dudas razonables respecto a la participación de los
acusados dentro de los delitos señalados. Esas son las dos condiciones más
recurrentes que dan lugar al sobreseimiento de una causa.
Hay algunas razones extraordinarias que también pueden servir para que un juez
llegue a esta misma determinación.
Una de ellas es cuando el acusado es declarado enfermo mental e incapaz de conocer
todas las implicaciones del proceso al que se enfrenta. Una condición esta que le
impide hacer uso del derecho universal a la autodefensa.
Sobreseimiento libre
Los implicados quedan libres de toda culpa. Además, su reputación y hoja de
antecedentes penales no se ve manchada de ninguna forma.
Este tipo de medida tiene el mismo valor jurídico que el de una sentencia firme y
definitiva. Es decir, lo analizado por el juez y su auto conclusivo se consideran como
cosa juzgada. Por norma del derecho universal, una persona no puede ser juzgada
más de una vez por el mismo hecho.
Normalmente el sobreseimiento se invoca cuando no existen medios objetivos
para calificar la materia investigada como un delito. También cuando no está
suficientemente clara ante los ojos del tribunal, la participación de los acusados dentro
de los actos punibles.
Algunas legislaciones nacionales prevén mecanismos que dejan abierta la posibilidad
de revertir estas declaraciones y regresar las causas a la fase indagatoria. Puede
solicitarse mediante amparos que exigen revisar tanto el fondo del asunto, como la
forma de proceder del juez o la manera en que se realizaron las indagaciones.
La otra opción es por medio de un recurso de casación. Se somete el auto a un
examen ante la máxima instancia judicial de un país. Institución que puede determinar
la invalidez del mismo por violar la constitución nacional o las leyes.
Sobreseimiento provisional
Se toman en cuenta las mismas condiciones que rigen los casos de sobreseimientos
libres. Sin embargo, hay una diferencia importante. El juez a cargo puede reabrir la
causa sí en el futuro la parte acusatoria del proceso presenta nuevas
evidencias.
Este estado de provisionalidad tiene tiempo de caducidad. Se mantendrá vigente
siempre que el delito imputado a los acusados no prescriba.
En caso de que esto ocurra, de manera automática el expediente se archivará
definitivamente, recibiendo el estatus de cosa juzgada.
Eximente
Eximente es un término que se emplea en derecho penal para referirse a
aquellas circunstancias que anulan la responsabilidad penal del autor de
un delito. Independientemente de las circunstancias, dichos casos han de ser
analizados por el juez.
La eximente es una circunstancia que libra de la responsabilidad penal al autor de un
delito.
Tipos de eximentes
Las causas de las circunstancias eximentes se agrupan en tres categorías:
Eximentes completas
Se habla de eximentes completas cuando concurren todos los elementos o
requisitos que la configuran; de tal manera que consten acreditado en los informes
periciales, o cualquier medio de prueba autorizado, que el autor ha sido absuelto de la
responsabilidad penal.
Sin embargo, esto no implica que puedan existir otras consecuencias como las que
derivan de la responsabilidad civil o en el supuesto de inimputabilidad, la aplicación de
medidas de seguridad.
Eximentes incompletas
Las eximentes que no cumplan con la totalidad de los requisitos necesarios para
determinar la eximición, de igual manera, pueden alegarse durante el proceso penal,
pero como eximentes incompletas. En base a las circunstancias, el juez podría fijar
una reducción de la pena o, en todo caso, imponer una pena menor.