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Prescripción de un delito

Derecho Penal
Después de pasado determinado tiempo hay delitos que ya no pueden ser juzgados y
entonces se produce la llamada prescripción de un delito.
La prescripción extingue la responsabilidad penal de una persona, como
consecuencia de haber cometido un hecho que en la Justicia Penal se consideraría un
delito.
La prescripción de un delito consiste en la extinción de la responsabilidad penal por un
acto delictivo tras un periodo de tiempo
La prescripción de los delitos tiene relación con el derecho de las personas de ser
juzgadas en determinado tiempo en un proceso judicial donde no haya dilaciones
indebidas.

Plazos de prescripción de los delitos


En el momento en que se produce la acción delictiva, o cuando cesó la conducta en
los delitos que exigen habitualidad, desde el momento de la última infracción que dio
origen a la demanda, comienza a contar el plazo para determinar cuándo
prescriben los delitos.
De acuerdo a la gravedad de los delitos, tienen distintos plazos de prescripción.

Prescripción en delitos leves


Los delitos de calumnias e injurias suelen prescribir en un año. Y entran en esta
categoría, aunque en general los delitos leves prescriben cuando su pena es menor a
los cinco años.

Prescripción de delitos graves


En el caso de los delitos graves la Justicia es mucho más amplia y prescriben después
de los diez, quince y veinte años.

Delitos que no prescriben


Ciertos delitos tienen una consideración especial dentro de los órganos jurídicos
porque no prescriben. Los delitos que no tienen prescripción son:
 Genocidio, que es el exterminio sistemático de conjuntos humanos por motivos
de su raza, su religión, su política, su etnia o nacionalidad.
 Delitos de lesa humanidad, que son las acciones graves que tienen por fin
lastimar a la humanidad colectivamente.
 Delitos contra bienes y personas en situación de protección, durante el
desarrollo de los conflictos armados.
 Terrorismo, cuando el acto delictivo conlleve la muerte de alguna persona.

Casos especiales
Hay delitos cuya prescripción no se inicia cuando se cometen o en el momento en que
la acción punible haya cesado si era un hecho continuado, sino que son especiales.
Pueden referirse a delitos contra menores:
 Abortos no consentidos.
 Torturas.
 Trata de personas.
 Contra la intimidad de la persona y su libertad.
 Derechos a la imagen propia.
 Integridad moral y libertad en general.
La legislación considera, en los casos donde se involucran menores, que la
prescripción comienza desde el día en que la persona alcanza la mayoría de
edad.
Si ese menor hubiera fallecido antes de su mayoría de edad o en el momento de la
acción delictiva o por otras razones, se da comienzo desde la fecha del deceso del
menor.

Motivos de la interrupción de la prescripción


Para que el plazo de la prescripción del delito se interrumpa de manera temporal o
definitiva, se requiere que dé inicio un proceso contra la persona que se acusa.
Para dar inicio al proceso que interrumpa el período de prescripción se consideran dos
formas:
1. Cuando haya una denuncia ante un órgano judicial donde se atribuya a una
persona la participación en un hecho delictivo constituido. La interrupción es
temporal en una primera instancia. El plazo cuenta desde el momento en que
se presenta esa denuncia. Para que continúe no debe ser desestimada y
comenzar la fase oral.
2. Cuando se dicte una resolución judicial motivada, donde se determinará que
existen indicios de que una persona hubiera cometido un delito.

Prescripción de los antecedentes penales


Los antecedentes penales no pueden prescribir ya que, para que exista, el sujeto
que los posee fue condenado por haber cometido un delito.
En la práctica, para que un delito prescriba, no debe haber sido ni siquiera juzgado en
el plazo comprendido desde que fue cometido hasta el tiempo que fija la Justicia en su
legislación penal.
Para que los antecedentes penales prescriban, se necesita que la persona pase
determinado tiempo sin cometer un delito desde el cumplimiento de la pena que se le
impuso. De esta manera desaparecerán del historial judicial de la persona.
La mayoría de los delitos pueden prescribir. Ante esa prescripción se fija una cantidad
de tiempo ante cada tipo de delito. Si ese tiempo se supera, el acusado quedará libre
de la responsabilidad que le hubiera correspondido.
Bien jurídico
Derecho Penal
Cuando en derecho se hace referencia al bien jurídico, nos estamos refiriendo a todo
bien o valor de la vida de las personas que es protegido por la ley. Se trata de algo, ya
sea tangible o intangible, considerado valioso a un nivel que merece una garantía
legal de no ser quebrantado por la acción de un tercero.
Puede entenderse como una condición necesaria, o socialmente concebida como
necesaria o útil, para el desarrollo de la vida de las personas y de la sociedad.
Sin embargo, solo existe en tanto en cuanto se crea una norma para protegerlo,
normalmente estableciendo una sanción para las conductas que puedan vulnerarlo.
Cuando no existe dicha norma, el bien carece de carácter jurídico. Por tanto, el bien
jurídico es, en todo caso, un bien que goza de protección legal.
Aunque toda norma protege un bien considerado digno de protección por el legislador,
el bien jurídico goza de mayor relevancia en el ámbito del derecho penal.
Quizás por ello, la ejemplificación en este ámbito sea muy clara. Así, puede
entenderse fácilmente que el valor social de la propiedad o la posesión está
jurídicamente protegido por el delito de hurto, o que un bien tan importante como la
vida, se protege mediante los delitos de homicidio o de asesinato.
En este ámbito jurídico del derecho penal, cada delito tiene su razón de ser en la
protección de un bien jurídico concreto, el cual, a su vez, cumple una segunda
función de interpretación de los tipos penales, de modo que su grado de lesividad se
valorará en relación a la vulneración del bien jurídico protegido.

LOS DELITOS LEVES


Los delitos leves son los que poseen, según la norma aplicable, una pena mínima de
hasta tres años, la cual permitiría en caso de condena a pena de prisión, que esta no
se cumpliera efectivamente sino que fuera de ejecución condicional.
Los delitos leves son conductas ilícitas que no son tan graves como un delito y se
castigan con penas menores.
Llamados también delitos excarcelables, posibilitan que las personas procesadas
permanezcan libres mientras transcurre el juicio en su contra, salvo que el juez de la
causa disponga la prisión preventiva por peligro de fuga o de entorpecimiento del
proceso.
No debe confundírselos con las faltas y contravenciones, ya que las conductas
que las generan están previstas en otros cuerpos legales diferentes al Código Penal o
a las leyes penales especiales, llamados Código de Faltas y Código Contravencional.
En estos casos los comportamientos de los sujetos suelen traer aparejadas penas
menos gravosas (apercibimientos, multas, arrestos, trabajos comunitarios, entre otros),
y su juzgamiento generalmente corresponde a autoridades distintas de los jueces
penales (ya sea a autoridades administrativas como a jueces de faltas o
contravenciones).
Los delitos leves no están enumerados en el Código Penal de manera conjunta o en
un artículo, título o capítulo determinado, sino que se encuentran dispersos dentro de
la Parte Especial (Libro Segundo) que regula cada uno de los delitos específicamente.
De todas formas, cabe mencionar a modo de ejemplo algunos casos de delitos leves
como son: el homicidio culposo (art. 84), el homicidio simple en estado de emoción
violenta (art. 81 inc. 1-a) y el homicidio preterintencional (art. 81 inc. 1-b); el abuso
sexual simple (art. 119 primer párrafo); el hurto simple (art. 162) y el agravado
(arts. 163 y 163 bis); el robo simple (art. 164); las estafas y otras defraudaciones (art.
172 y ss.); el delito de daños (arts. 183 y 184) ; la instigación a cometer delitos (art.
209); la falsa denuncia (art. 245) y el falso testimonio (art. 275); las lesiones culposas
(art. 94), las leves (art. 89), graves (art. 90) y gravísimas (art. 91), siempre que no sean
calificadas estas últimas; el encubrimiento (art. 277) y el aborto (arts. 85, 86, 87 y 88).
Así, las escalas penales de cada uno de estos delitos parten de una base mínima de
pena igual o inferior a tres años. Será el juez penal, al momento de decidir la
sanción, quien tendrá la posibilidad de imponer esa pena mínima o elevarla hasta el
máximo que permita la escala penal, según las circunstancias del caso.

Atenuante
Atenuante es la circunstancia, reconocida legalmente, que modifica
la responsabilidad criminal ante un delito cometido. Deriva del comportamiento de
quien interviene en un hecho delictivo, en cuanto a su ejecución o resultado.
Su efecto es la disminución de la pena conforme a reglas jurídicas determinadas. Las
circunstancias que rodean la comisión de un delito contribuyen para poder medir de
forma adecuada la pena correspondiente.

Una circunstancia atenuante modifica la responsabilidad penal y reduce las penas por
un delito.
La determinación de una pena no se agota en las características que fundamentan
cada delito, sino que pueden aparecer factores que incrementan su gravedad,
los agravantes, y otros que delimiten la misma, siendo los atenuantes uno de estos
aspectos modificativos.
La palabra atenuante puede ser utilizada con su forma masculina o femenina,
dependiendo de la palabra que reemplace. En el ámbito del Derecho se suele utilizar
como un sustantivo femenino: la atenuante, porque en general reemplaza a la
circunstancia atenuante.

Atenuantes específicas
Son aquellas circunstancias que cada tipo penal define específicamente para
disminuir la gravedad conjunta de un hecho, dando espacio a un tipo privilegiado
en relación al básico, con una pena típica distinta y menor, que llega a ser un nuevo
tipo independiente menos grave o un subtipo atenuado o privilegiado de delito
considerado.

Atenuantes genéricas
Estas atenuantes no cambian el tipo del delito que se considere, pero disminuyen
o atenúan su grado. Realizan una disminución de la entidad de la acción, del
resultado, de la culpabilidad por distintas razones de punibilidad, merecimiento o
necesidad.
En este grupo de atenuantes se ubican las eximentes incompletas, las atenuantes
ordinarias y las analógicas. 
1. Eximentes incompletas
En estas circunstancias concurre un grado intermedio entre la responsabilidad plena y
la falta de la misma ante un delito.
Se trata de cualquier circunstancia que sea incompleta, con la posibilidad de que
falten algunos de los requisitos, cuando concurran los postulados básicos de la
respectiva eximente.
Su consecuencia es la individualización de la pena, pero atendiendo a las
particularidades del caso.
En la eximente incompleta no existe una norma específica de disminución de la pena,
pero se determina una reducción en general de la pena en uno o dos grados. Y
ello atendiendo a la cantidad y entidad de los requisitos que falten o que concurran en
el delito y las circunstancias personales de su autor.

2. Atenuantes ordinarias
Las atenuantes ordinarias son las circunstancias que se prevén en la Ley y se
consideran en este grupo:
 La adicción a sustancias psicotrópicas.
 La actuación por causas o estímulos poderosos como el arrebato, la
obcecación o estados pasionales.
 La confesión previa de la infracción del culpable a las autoridades, antes de
conocer el procedimiento judicial.
 La acción de reparación del daño provocado a la víctima, o las acciones
tendientes a disminuir sus efectos, antes de la realización del juicio.
 La dilación extraordinaria e indebida en el proceso de tramitación judicial
cuando no se atribuya al inculpado la demora y si no guarda proporción con la
complejidad de la causa.

3. Atenuantes analógicas
Se considera esta atenuante cuando existieran circunstancias en las que en el
supuesto enjuiciado exista una razón específica de atenuación que figure como
fundamento de la atenuante de referencia.
Esta atenuante debe inferirse del fundamento de la atenuante de referencia, para
realizar un reconocimiento de los efectos atenuantes.
La Justicia reconoce como atenuantes analógicas:
 La fiebre pasajera.
 El miedo u obediencia del hijo hacia el padre.
 La senilidad.
 La drogadicción.

Concurrencia de atenuantes
Las atenuantes operan de manera autónoma una de otra, por lo que pueden
concurrir más de una en cada hecho delictivo. Lo que no es posible que se
considere es si son incompatibles por su propia naturaleza, o si la acción delictiva
contempla ese atenuante como parte y elemento del tipo delictivo.
Algunas atenuantes son compatibles con ciertas circunstancias agravantes y es
posible que concurran conjuntamente en un mismo hecho delictivo.

Agravante
Se denomina agravante a la circunstancia o situación que afecta la ejecución material
de un delito, así como también a las situaciones personales del delincuente y que
provocan un aumento de la responsabilidad penal.
La agravante es una condición o circunstancia que aumenta la responsabilidad
criminal
Las agravantes provocan un incremento cuantitativo de la pena. Se produce este
aumento al existir una mayor represión penal en la conducta del delincuente ante las
circunstancias del delito típico, o una mayor injusticia ante los aspectos objetivos del
delito.
Es un término que se utiliza como sustantivo, y puede ser masculino o femenino
dependiendo del término que suprima:
 Un agravante, cuando se refiere a un factor agravante.
 Una agravante, si se refiere a una circunstancia agravante.
En el ámbito del Derecho se suele utilizar la forma femenina.

Circunstancias agravantes
Se diferencian agravantes genéricas y específicas.
Entre las agravantes genéricas se cuentan aquellas que concurren con el hecho
como situaciones o elementos accidentales y sin las cuales ese delito existiría igual.
En tanto que las agravantes específicas son las que condicionaron la existencia del
hecho delictivo y que es condenado por la Justicia.
La Justicia contempla como circunstancias agravantes a las siguientes:
1. Alevosía: se trata de la cautela en la comisión de un delito, donde no hay
riesgo para el delincuente. La alevosía diferencia al delito de homicidio del
asesinato, porque en este último se emplean medios o formas de ejecución
para asegurar la comisión del hecho y que la persona agredida no pueda
defenderse.
2. Disfraz: actuar ocultándose con un disfraz o atuendo que oculte o distorsione
la identidad del delincuente.
3. Abuso de superioridad: se condena como agravante el desequilibrio de
fuerzas entre el sujeto activo y quien es afectado como sujeto pasivo del delito.
El criminal es consciente de su prevalencia y de las menores posibilidades de
defensa de su víctima.
4. Aprovechamiento de circunstancias: aprovecharse por el lugar, el tiempo o
la posibilidad de auxilio a la víctima que favorezcan la impunidad del
delincuente.
5. Precio, promesa o recompensa: la promesa es un pago diferido de una
contraprestación económica o dineraria, el precio, que se cancelará una vez
cometido un delito. La promesa incluye también la recompensa, mediante la
cual se promete a alguien un dinero o una acción que lo beneficie. Si el precio,
la recompensa o la promesa son los verdaderos motivos de un delito, el
agravante es mayor.
6. Racismo, antisemitismo u otra discriminación antisemita, de ideología,
religión, creencias de la víctima. La raza, color o nacionalidad, orientación
sexual, género, u otras razones de exclusión social, enfermedades o
discapacidades que se padezca son agravantes.
7. Ensañamiento: es el aumento deliberado del sufrimiento de la víctima para la
ejecución del delito, con padecimientos innecesarios y hasta inhumanos.
8. Abuso de confianza: preexistencia de una relación de confianza entre el autor
y la víctima del delito, de la que se aprovecha el delincuente faltando a la
lealtad y la fidelidad ante el perjudicado para ejecutar el delito con mayor
facilidad.
9. Reincidencia: en el momento de efectuar el delito, el criminal ya fue
condenado anteriormente por un delito de la misma naturaleza que el actual.
10. Carácter público del culpable: requiere que se ponga al servicio del propósito
criminal la condición de funcionario público que tenga el culpable,
aprovechando las ventajas que ese cargo le otorgue, y minimizando los riesgos
en la comisión del delito.

Agravantes en delitos grupales


Cuando un delito ha sido cometido por varias personas, alguno o varios de ellos
pueden presentar agravantes de la pena. Las circunstancias agravantes de cualquier
naturaleza agravarán la responsabilidad penal solo a aquellos delincuentes que las
hubieran cometido.
En la ejecución material del delito o en los medios utilizados para su concreción, sirven
para agravar la responsabilidad únicamente de quienes hayan tenido conocimiento en
el momento o si hubieren cooperado para el delito.

Otras características
En un delito pueden llegar a considerarse más de un agravante, porque puede
extenderse de manera independiente a otros agravantes que concurran en el
momento.
Esto no ocurre cuando sean incompatibles con su naturaleza, o siendo la acción o el
delito un elemento compatible con el tipo de delito. Las circunstancias agravantes
también son compatibles con ciertas atenuantes, y pueden concurrir unidas en un
hecho delictivo.
Cuando se emite una sentencia la Justicia exige que sea motivada. Por ello, no basta
con explicar las razones jurídicas que se ponen en relación con los hechos probados
mediante un razonamiento jurídico, sino que se deben explicar también las razones de
imposición de la pena por ese delito, si ha habido motivos agravantes, si hay causas
que la atenúen.
Será el juez o magistrado correspondiente, mediante el análisis de las pruebas
presentadas, quien determine las agravantes en cada caso y determine la cuantía de
la pena.

Eximente
Eximente es un término que se emplea en derecho penal para referirse a
aquellas circunstancias que anulan la responsabilidad penal del autor de
un delito. Independientemente de las circunstancias, dichos casos han de ser
analizados por el juez.
La eximente es una circunstancia que libra de la responsabilidad penal al autor de un
delito.

¿Qué son las eximentes en derecho penal?


Las eximentes son una serie de circunstancias que exoneran penalmente un hecho
delictivo, esto significa que el autor de un delito no será criminalmente
responsable. A pesar de que el autor del delito está absuelto de su responsabilidad
criminal, sí pueden existir responsabilidades civiles como el pago de
indemnizaciones oportunas y otras consecuencias como, una medida de seguridad.
Según el Diccionario panhispánico del español jurídico, se entiende por eximente
“circunstancia que excluye la responsabilidad penal del sujeto por falta de acción,
por exclusión de la antijuridicidad, por falta de toda relevancia jurídica…”
En ocasiones, la ley procede de esta manera porque la acción criminal está
justificada, otras veces, en cambio, porque el sujeto activo (autor) no puede ser
declarado culpable o porque es inimputable.
Sin embargo, si se valora que no se cumplen todos los requisitos, la eximente
puede ser entendida de manera incompleta e implicar una pena rebajada.
Las circunstancias eximentes están contempladas en el Código Penal de cada país.

Tipos de eximentes
Las causas de las circunstancias eximentes se agrupan en tres categorías:

Eximentes que excluyen la culpabilidad


 La minoría de edad. Los niños y adolescentes menores de 18 años no serán
responsables criminalmente con arreglo a lo establecido en la ley que regula la
responsabilidad penal del menor.
 El miedo insuperable también es considerado una causa de inculpabilidad.
Aquella persona que comete un delito motivado por un miedo insuperable, debe
cumplir con una serie de requisitos para eximir la responsabilidad penal.
 La valoración debe hacerse con base en la perspectiva de la persona media.
 El miedo debe manifestarse en consecuencia a la amenaza real de un mal,
serio e inminente.
 Se evaluará el común de las personas para verificar la separabilidad del miedo.

Eximentes que excluyen la tipicidad y afectan a la imputabilidad


En estos casos queda excluida la acción, la cual es considerada una parte del tipo
objetivo de delito. Aunado a ello, contempla la alteración de la comprensión del acto
cometido.
Son motivos de inimputabilidad las siguientes:
 Anomalía o alteración psíquica plena por la cual la persona no es capaz de
comprender que se trata de un hecho ilegal. De igual forma, actuar según dicha
comprensión.
 Encontrarse en estado de intoxicación absoluta o bajo la influencia de un
síndrome de abstinencia que impida comprender la ilicitud del hecho.
 Padecer desde el nacimiento o la infancia alteraciones en la
percepción que distorsionan seriamente la conciencia de la realidad.

Eximentes que excluyen la antijuridicidad y atienden una conducta justificada


Sucede cuando se comete un acto delictivo, como causar una muerte, pero en
situaciones justificadas. Por lo tanto, no es castigado penalmente.
Son consideradas causas justificadas las siguientes:
 Defensa legítima.
 Estado de necesidad.
 Actuar en cumplimiento de un deber o en el ejercicio de un derecho legítimo,
oficio o cargo.

Requisitos para considerarse circunstancias eximentes


Las circunstancias eximentes, que no incurren en responsabilidad penal, requieren de
la prueba y acreditación de su veracidad en la tramitación del procedimiento. Por
lo general, se acredita la concurrencia de eximentes en la fase de instrucción, ello con
el fin de que quede constatado en la descripción de los hechos imputados.
Si durante dicho procedimiento no queda acreditado, la parte interesada en probar la
existencia de la eximente podrá plantear y probar la misma, nuevamente, para que
conste como hecho probado.
Independientemente a las distintas formas en las que las eximentes se pueden
catalogar, estas también se pueden clasificar en eximentes completas y eximentes
incompletas.

Eximentes completas
Se habla de eximentes completas cuando concurren todos los elementos o
requisitos que la configuran; de tal manera que consten acreditado en los informes
periciales, o cualquier medio de prueba autorizado, que el autor ha sido absuelto de la
responsabilidad penal.
Sin embargo, esto no implica que puedan existir otras consecuencias como las que
derivan de la responsabilidad civil o en el supuesto de inimputabilidad, la aplicación de
medidas de seguridad.

Eximentes incompletas
Las eximentes que no cumplan con la totalidad de los requisitos necesarios para
determinar la eximición, de igual manera, pueden alegarse durante el proceso penal,
pero como eximentes incompletas. En base a las circunstancias, el juez podría fijar
una reducción de la pena o, en todo caso, imponer una pena menor.
La eximente en el Derecho Civil
En el derecho civil también existe la posibilidad de que las personas que hayan
causado un daño o perjuicio, puedan argumentar eximentes de la responsabilidad.
En el derecho civil, las circunstancias eximentes son:
 Fuerza mayor y caso fortuito.
 Culpa exclusiva de la víctima.
 Culpa exclusiva de un tercero.

Dolo
Derecho Penal
El dolo en el derecho penal es la voluntad e intención de realizar una acción
estipulada y penada por la ley.
El dolo consiste en cometer un delito de manera deliberada, con intencionalidad y
sabiendo las consecuencias que puede traer consigo dicho acto delictivo.
A veces está relacionado con la comisión de un acto prohibido (como disparar un
arma contra un sujeto para ocasionarle la muerte), y otras veces, con la omisión de
un deber legal del cual se derive una consecuencia dañosa y también prevista por
nuestro Código Penal Argentino, a otra persona o a los bienes de esta (por ejemplo:
dejar de alimentar a un lactante con el fin deliberado de ocasionar su muerte).
Se configura cuando convergen dos elementos de vital importancia: el saber
(elemento cognitivo) y la voluntad (elemento volitivo).
 El saber refiere a la conciencia de la ilicitud del acto, sea que el mismo esté
encaminado a producir un daño (como la muerte, lesiones u otro) o a poner en
peligro ciertos bienes jurídicos que el legislador ha considerado valiosos al
redactar la ley (ejemplo: poner en peligro la salud pública).
 La voluntad es el querer que se produzca un resultado determinado ( la
privación de libertad, la apropiación de una cosa ajena, etc).
A su vez, el dolo puede ser: directo, indirecto o eventual.
1. Es directo cuando el resultado de la acción coincide con el fin que se había
propuesto el autor (por ejemplo: si quiso matar a Pedro Muñoz y lo mató).
2. Es indirecto cuando el resultado de la acción no coincide con el fin que se
había propuesto el autor, pero es una consecuencia necesaria que debe
darse para conseguir el resultado planeado (ejemplo: quiso matar a Pedro
Muñoz, quien iba a viajar en avión, para lo cual colocó una bomba en dicho
avión y murieron el piloto y otros veinte pasajeros más, además de Pedro
Muñoz).
3. Es eventual cuando el autor no descarta la posibilidad de que se pueda
producir un daño no querido por él, pero aún así acciona (como si al ser
perseguido por la policía momentos después de asaltar a un peatón, Pedro
Muñoz con su vehículo se da a la fuga, ingresando en contramano por una
avenida transitada en ese horario. Él no quiere matar a nadie, pero en esta
situación es evidente que más de una persona pudiera resultar lesionada, o
incluso muerta si fuera arrollada por su vehículo, por lo cual sería ilógico
sostener, con seriedad, que él no pudo prever que ese resultado acaecería).

Delito flagrante
El delito flagrante es aquel que está claro que se ha cometido, es decir, que no cabe
duda de que haya que considerar la culpabilidad de un hecho.
El delito flagrante es aquel del que no cabe duda de la culpabilidad del hecho delictivo.

¿Qué se entiende por delito flagrante?


Según Wikipedia, un delito flagrante es "la forma mediante la cual se hace referencia a
aquel delito que se está ejecutando actualmente o en ese preciso instante."

¿Cuál es el fundamento de un delito flagrante?


Las razones por las se establecen medidas cautelares ante un delito flagrante son:
 Asegurar que un presunto autor de un delito sea puesto a disposición judicial.
 Evitar que un posible delincuente huya, logrando con ello el bien de la sociedad
y el fin de la reiteración de la reiteración del hecho ilícito en cuestión.

¿Cómo se actúa ante un delito flagrante?


El delito flagrante habilita la detención no solo de quien está cometiendo un delito, sino
también respecto al que intente cometerlo “en el momento de ir a cometerlo”.
Teniendo ello en cuenta, se llega a la conclusión de que se hace una distinción en
función de quien sea la persona que se encuentre con alguien que esté cometiendo un
delito “in fraganti”.
1. Si se trata de un particular, éste podrá detener al infractor del delito flagrante.
2. Si se tratara de un policía, éste tendrá la obligación de detener a dicho
infractor.

Coacción
La coacción es un delito contra la libertad de las personas que afecta la voluntad de la
víctima, obligándola a hacer, no hacer o tolerar alguna cosa. No significa que la
voluntad se anula, sino que queda restringida a un campo de acción más pequeño.
El delito de coacciones supone el empleo de la fuerza para obligar o impedir a una
persona hacer algo en contra de su voluntad.
Está previsto en el artículo 149 bis 2do. párrafo, y en el artículo 149 ter del Código
Penal Argentino. Así, tendrá lugar cuando alguien utilice amenazas para compeler
a otro a actuar de determinada forma, para que haga, no haga o tolere algo
contra su propia voluntad.
La pena prevista en la ley es de prisión o reclusión de dos a cuatro años, salvo el
caso en que se utilizaren armas o la amenaza fuera anónima, porque entonces la pena
se elevaría y tendría lugar la prisión o reclusión de tres a seis años. Otro supuesto
de agravamiento de la pena se da en el caso de que las amenazas persiguieren la
obtención de medidas o concesiones de algún miembro de los poderes públicos; o si
fueren utilizadas con el fin de obligar a una persona a emigrar del país, de una
provincia, de su lugar de residencia habitual o de trabajo. Aquí, la pena que
correspondería sería la de prisión o reclusión de cinco a diez años.
La coacción se encuentra siempre íntimamente relacionada con el delito de
amenazas, ya que precisa de estas para poder configurarse, pero difiere de él en el
hecho de que aquí se espera un comportamiento determinado de parte de la persona
a la cual se amenaza: se la coloca en un estado de necesidad para que actúe en cierto
sentido y así evite el mal que se le promete si no cumple con lo solicitado (con aquello
que se le exige que haga). Necesariamente:
1. Lo que se le pide debe poder realizarlo, porque de otro modo no se habría
colocado a la víctima en estado de necesidad en el que pueda optar entre dos
o más conductas posibles.
2. El mal que se le promete debe ser, objetivamente, pasible de generarle un
temor de tal envergadura que no le deje margen de opción.
3. El autor de la coacción debe poder generar, racionalmente, el mal que
amenaza.
Estos últimos puntos están relacionados con la posibilidad real de impartir miedo, de
amedrentar, porque de otra forma no podría alegarse la coacción, y nos
encontraríamos frente a un comportamiento querido de manera totalmente deliberada
(aunque se intente “disfrazarlo” de obrar llevado a cabo bajo coacción).
Esta figura delictiva representa un “querer a la fuerza”, una posibilidad acotada de
acción, y se la utiliza de manera residual como delito autónomo cuando no queda
abarcada o subsumida dentro de otro delito correspondiente a la parte especial
del Código Penal. Por ejemplo, en algunos de los delitos contra la integridad sexual la
coacción se encuentra presente, como así también en los delitos de robo en los que se
ejerce fuerza contra las personas, en los de secuestro y en los de extorsión.
Decomiso
Derecho Penal
El decomiso se produce cuando la autoridad competente hace propia una mercancía
prohibida, utilizada para fines ilícitos u objeto de tráfico ilegal.
El decomiso permite retener cierta mercancía que ha sido utilizada con fines delictivos
y que ayudará en la investigación del delito.

¿Qué es el decomiso?
El decomiso es la aprehensión de los medios por los que se ha cometido
el delito o de sustancias y productos obtenidos y comercializados ilícitamente. Así,
esta técnica permite retener elementos que ayudarán en la investigación del delito.
Además, permitirá sacar del tráfico aquellos elementos peligrosos o sustancias
ilegales y evitará que los responsables persistan en la comisión del delito.
En general, el decomiso se emplea para sacar del mercado sustancias o productos
ilegales. También suele utilizarse para retener elementos peligrosos (como armas y
explosivos) y aquellos que se hayan obtenido como consecuencia del delito (vehículos
de lujo, dinero en efectivo, propiedades inmobiliarias…). Por último, el decomiso se
utiliza para aprehender los medios de producción de la sustancia o elemento prohibido
(impresoras de billetes, laboratorios de droga…).
¿Cuáles son los principales tipos de decomiso?

Decomiso directo
Es como se conoce al decomiso asociado a determinadas condenas penales. En
particular:
 Las correspondientes a delitos dolosos. En estos casos la autoridad judicial
debe decomisar los efectos, bienes, medios, instrumentos y ganancias directas
e indirectas.
 Y las correspondientes a delitos imprudentes cuyo castigo sea la privación de
libertad por tiempo superior a un año. En estos casos el decomiso es
potestativo, lo que significa que la autoridad judicial no tiene la obligación de
proceder al mismo.

Decomiso por sustitución


Generalmente, la legislación penal también permite realizar una sustitución en los
bienes a decomisar cuando estos sean inalcanzables o insuficientes. Es decir,
cuando la autoridad no pueda localizar los objetos a decomisar o estos hayan sido
destruidos, por ejemplo, podrá ordenar la decomisión de otros bienes por el valor
correspondiente a los primeros.
Así, la decomisión por sustitución funciona de un modo similar al que lo haría
un embargo. Y es que la autoridad también podrá aprehender bienes que tengan un
origen lícito.

Decomiso ampliado
Se trata de ordenar la decomisión de bienes y efectos cuyo origen lícito no resulte
probado. Para ello es necesario:
1. Que el sujeto haya sido condenado por alguno de los delitos que permiten la
decomisión directa.
2. Que este delito se haya cometido de forma continuada.
3. Que existan indicios fundados de que parte del patrimonio del penado procede
de tal actividad delictiva continuada.

Decomiso de terceros
Este tipo de decomiso permite ordenar la decomisión de bienes, efectos y ganancias
transferidos a terceros cuando estos:
 Supieran o sospecharan que provenían de actividades ilícitas, en el caso de los
efectos y ganancias.
 O supieran o sospecharan que se dificultaba su incautación mediante esta
transferencia.
El decomiso de terceros permite la modalidad por sustitución. De modo que si un
tercero recibiera bienes, efectos y ganancias procedentes de actividades ilegales y
posteriormente los ocultara o enajenara, la autoridad judicial podrá tomar otros bienes
hasta alcanzar el valor de los primeros.
¿Cuáles son los efectos que produce el decomiso?
El principal efecto del decomiso será la privación de la propiedad sobre los objetos que
deban incautarse. Se trata, por tanto, de una medida o condena penal que recae sobre
elementos que han sido utilizados para perpetrar el delito, obtenidos como
consecuencia del mismo.
En consecuencia, el único modo de defenderse de un decomiso es acreditar la licitud
de la propiedad de utilización del elemento a incautar.
En todo caso, las autoridades tomarán los bienes, medios, instrumentos y ganancias
objeto del decomiso y los pondrán en depósito hasta que el juez resuelva sobre su:
 Realización anticipada.
 Utilización provisional.
 Aplicación del precio de los mismos al pago de indemnizaciones de las
víctimas.
 Adjudicación al Estado.

¿Existe indemnización por decomiso?


El decomiso podría suponer la privación de su propiedad a una persona que haya
accedido a ella legítimamente. En este caso el perjudicado podrá reclamar una
indemnización. Generalmente corresponde a la sentencia estimatoria de
una demanda de decomiso identificar a los perjudicados y fijar las indemnizaciones
procedentes.
Recuerda que existe el decomiso de terceros cuando se conozca o sospeche el origen
ilícito del bien. De modo que en estas circunstancias no se tendrá derecho a reclamar
una indemnización, y en caso de no encontrarse los efectos podrá producirse un
decomiso por sustitución.
Delito continuado
Derecho Penal
El delito continuado está considerado como una única acción ilícita, que se sanciona
con una pena mayor a la del delito común. Son una serie de conductas delictivas
llevadas a cabo de un mismo modo, pero con el objetivo de ocasionar diferentes
delitos.
Si una persona comete varios delitos de semejante naturaleza en un mismo periodo de
tiempo estará cometiendo un delito continuado.

¿Qué se entiende por “delito continuado”?


Según el Diccionario del Español Jurídico, un delito continuado es una situación que
se produce cuando un mismo sujeto realiza, en ejecución de un plan preconcebido o
aprovechando idéntica ocasión, una pluralidad de acciones u omisiones que ofenden a
uno o varios sujetos e infringen el mismo precepto penal o preceptos de igual o
semejante naturaleza, y que determina generalmente un régimen penológico
específico para su castigo.

¿Qué circunstancias han de concurrir para afirmar la presencia de un delito


continuado?
Los jueces y tribunales determinarán que se ha desencadenado un delito continuado,
siempre y cuando se den las siguientes circunstancias:
 Variedad y multitud de diferentes hechos no sometidos a juicio
individualmente.
 Existencia de un dolo unitario.
 Debe haber una conexión espacio-temporal entre estos acontecimientos.
 El sujeto activo o persona que lleva a cabo el cometido de los hechos tiene
que ser siempre la misma.
 Debe seguirse un modus operandi homogéneo.

¿Qué conductas ilícitas quedarán fuera del delito continuado?


Los hechos antijurídicos bajo los que no recaerá la pena por delito continuado, serán
las ofensas a bienes eminentemente personales.
Delito de estafa
La estafa es un delito que consiste en provocar un perjuicio patrimonial a alguien
mediante engaño. La intención final de una estafa es el lucro. Quien comete delito de
estafa se propone obtener una ganancia o provecho del engaño.
La estafa es un delito que consiste en provocar engaño a otra persona, a la que se
causa, con ánimo de lucro, un perjuicio patrimonial.
Se trata de un delito que protege el bien patrimonial y también la buena fe y las
relaciones de confianza. La víctima de una estafa es traicionada en su buena fe.
Este es el medio que permite que quien comete el delito obtenga su beneficio.

¿Cuáles son los elementos de la estafa?


Para que se entienda producido el delito de estafa es necesario que existan varios
elementos en la situación que se denuncia como tal.

El engaño
El engaño es un elemento básico para determinar una estafa. La persona estafada
debe haber sido engañada. Este engaño debe ser lo suficientemente importante para
convencer a la persona para que actúe en beneficio del estafador.
El juez analizará la conducta de quien comete el delito para observar la elaboración de
la maniobra fraudulenta y la intencionalidad de estafar.
Las circunstancias que rodean a la situación y las características de la persona
estafada son factores a tener en cuenta a la hora de determinar si existe una estafa.

Intención de estafar con ánimo de lucro


Este engaño tiene que ser hecho con intención de obtener un beneficio mediante la
estafa. Es decir, tiene que existir el dolo. Hay estafa cuando el autor del delito sabe
que está ejecutando una falsedad mediante la cual tendrá una ganancia.

La víctima es inducida a cometer un error


El autor del delito de estafa engaña a su víctima para que esta cometa un error que
le permitirá obtener su ganancia.
Acto de disposición patrimonial en favor de quien comete la estafa
El engaño induce al error y este error lleva a que la víctima realice un acto en favor del
estafador. Puede tratarse de la venta, compra o donación de un bien o de entrega de
dinero por un servicio falso, por ejemplo.

Perjuicio para la víctima


Todo el procedimiento de la estafa debe causar un perjuicio a la víctima o a un tercero.
El perjuicio tendrá que ver con un elemento de su patrimonio.

El engaño es causa del perjuicio


Debe existir una relación de causa-efecto entre el engaño y el perjuicio. ¿Cómo se
establece esta relación?
 El engaño es la causa del error.
 El error provoca el acto de disposición patrimonial.
 El acto de disposición patrimonial es perjudicial para la víctima.
 Para que exista delito de estafa necesariamente el sujeto debe realizar el acto
de disposición del bien al autor del engaño. Si la acción no se concreta, el
delito no se configura.

Tipos de estafa más frecuentes


1. La tecnología y los sistemas de negociación a distancia han incrementado
las estafas mediante llamadas telefónicas, comunicaciones en internet,
compras y ventas en redes sociales.
2. Son muy frecuentes las estafas de impostores que convencen a sus víctimas
para que envíen dinero con un engaño bien elaborado. En ocasiones se
presentan como representantes de entidades bancarias o gubernamentales.
3. Las estafas a través de tarjetas de crédito o de débito también están a la
orden del día. A través de las compras por internet, los estafadores se
apoderan de los datos de estos instrumentos de pago y los usan
ilegítimamente.
En especial, las personas mayores están más expuestas a las estafas porque suelen
confiar en la gente. Deben, por tanto, ser objeto de mayor protección por parte de la
sociedad.

Concurso de delitos
El concurso de delitos se trata de la acumulación de varias conductas punibles que
se cometen al realizar un único hecho ilícito.
El concurso de delitos consiste en la acumulación de varias conductas punibles que se
cometen al realizar un único hecho ilícito.

¿Cómo se define un concurso de delitos?


Teniendo en cuenta la definición del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, un
concurso de delitos es:
"Una situación que se produce cuando un mismo sujeto comete dos o más
infracciones penales, bien simultáneamente, bien en un cierto espacio temporal."

Distinción entre concurso de delitos y acumulación de penas


No es lo mismo considerar que ante un hecho ilícito cabe contemplar un concurso de
delitos, que considerar que cabe la aplicación de diversas penas. Dentro de este
último aspecto, se ha de tener en cuenta que, para un único delito, el castigo puede
consistir en la aplicación de:
 Pena única. Cuando el Código Penal menciona una única consecuencia a
aplicar sobre el infractor, independientemente de la posibilidad de aplicar penas
accesorias.
 Penas acumulativas. Bajo este supuesto, el tipo penal impone dos o más
penas de forma que, aunque sean de distinta naturaleza, se han de aplicar
conjuntamente.
 Penas alternativas. Son aquellas que provocan que el tribunal tenga que optar
por alguna de las penas previstas a aplicar.

¿Qué tipos de concurso de delitos existen?


El concurso de delitos se puede manifestar de diferentes formas según el Código
Penal de la Nación Argentina:
 Concurso ideal. Se produce cuando un solo hecho conlleva más de dos
infracciones. La pena prevista de mayor gravedad se escogerá en su mitad
superior.
Cuando un hecho cayere bajo más de una sanción penal, se aplicará solamente la que
fijare pena mayor.
Artículo 54 del Código Penal
 Concurso medial. Tiene lugar cuando se delinque para lograr otra estafa. Bajo
esta circunstancia, se aplicará la pena superior a la que habría suspendido por
la infracción más grave. No obstante, nunca el resultado puede ser mayor a la
suma aritmética de las penas.
Cuando concurrieren varios hechos independientes reprimidos con una misma especie
de pena, la pena aplicable al reo tendrá como mínimo, el mínimo mayor y como
máximo, la suma aritmética de las penas máximas correspondientes a los diversos
hechos.
Sin embargo, esta suma no podrá exceder de (50) cincuenta años de reclusión o
prisión.
Artículo 55 del Código Penal
 Además, podemos encontrar un tercer tipo, denominado concurso real de
delitos que se produce debido a la realización de diferentes hechos punibles
para cometer un delito.
Cuando concurrieren varios hechos independientes reprimidos con penas divisibles de
reclusión o prisión se aplicará la pena más grave, teniendo en cuenta los delitos de
pena menor.
Si alguna de las penas no fuere divisible, se aplicará ésta únicamente, salvo el caso en
que concurrieren la de prisión perpetua y la de reclusión temporal, en que se aplicará
reclusión perpetua. La inhabilitación y la multa se aplicarán siempre, sin sujeción a lo
dispuesto en el párrafo primero.
Artículo 56 del Código Penal
Delito de amenazas
El delito de amenazas tiene lugar cuando una persona informa a otra acerca de su
intención de generarle algún mal. Está previsto en el artículo 149 bis 1er párrafo del
Código Penal Argentino, el cual asigna una pena de prisión de seis meses a dos años
para quien impartiere amenazas con el fin de alarmar o amedrentar a una o más
personas. La pena se elevará (de uno a tres años de prisión) siempre que se utilizaren
armas para cometer este delito, o si las amenazas realizadas fueran anónimas.

El delito de amenazas consiste en expresar el propósito de ocasionar un daño futuro a


una persona o a sus familiares.
Está relacionado estrechamente con el concepto de coacción, pero ambos poseen
diferencias. Las amenazas, para poder configurar el hecho delictivo, si bien deben
reunir una serie de características, se bastan a sí mismas y pueden alarmar acerca de
un mal que tendrá lugar sobre el amenazado o sobre un tercero. Siempre serán
injustas o ilegítimas para dar lugar a la figura penal en cuestión. Lo fundamental en
ellas es la intención del sujeto de infundir temor, ya que es una figura
dolosa (requiere dolo específico para alarmar o amedrentar, no cualquier otro tipo de
dolo), llevada a la práctica con la finalidad deliberada de atemorizar a otro.
Ello significa que la sola promesa de causar daño a alguien ya da origen al delito de
amenazas, mientras que para que se produzca la coacción, si bien son necesarias
como elemento determinante las amenazas, se procura obtener de la víctima un
comportamiento específico. Aquí solo basta con la posibilidad de crear un temor en la
persona que recibe las amenazas.
Por otra parte, y para resaltar las diferencias que el legislador les ha dado a ambos
delitos, las coacciones se encuentran más severamente penadas en
nuestro Código Penal que las amenazas.
Su ubicación en el Código Penal está dentro de los delitos contra la libertad (ya que
afecta la libertad psíquica del individuo) y deben las amenazas tener la aptitud
suficiente para provocar amedrentamiento, es decir, que anunciarán un mal futuro,
grave, cierto, posible y que dependa de la acción de la persona que amenaza.
Les queda asignada a los jueces la ardua tarea de delimitar cuándo se trata de una
mera confrontación, de una discusión entre partes, de un acto de ofuscamiento, y
cuándo se está en presencia de este delito. Será necesario inmiscuirse en cada
situación particular y así poder juzgar si el daño anunciado reviste cierta gravedad
para el receptor de las amenazas, tal que pueda provocarle ese estado de alarma y
temor (se trata de analizar si es idóneo para intimidar). En realidad no interesa que ese
temor haya tenido lugar ciertamente, sino que basta con que exista la posibilidad de
haberlo generado en el otro, sumada a la intención de provocarlo. Esto es así porque
se trata de un delito de mera actividad y no de resultado.
Los medios de comisión de las amenazas pueden ser variados: se tendrán en cuenta
las realizadas de forma verbal o escrita, personalmente, por teléfono, por carta, a
través de nuevas tecnologías, etc.
Hurto
El hurto es un delito contra la propiedad, cuyos orígenes como concepto se remiten al
Derecho Romano. Aparece frecuentemente reflejado dentro de los Códigos
Penales de muchos países a nivel mundial. Consiste en la apropiación no autorizada
de un objeto, sin que el ejecutante emplee algún tipo de violencia o intimidación.
El delito de hurto consiste en apoderarse de una cosa ajena sin el consentimiento del
dueño y con ánimo de lucro pero sin emplear la fuerza ni en las personas ni en la
cosa.
Es un término que suele confundirse con otros relacionados, como robo y expoliación.
La diferencia radica en que durante el transcurso de estas acciones delictivas se
emplean métodos violentos.
Dentro de estos tipos delictivos (los delitos a la propiedad), generalmente se asocian
con los castigos menos severos. Lo mismo ocurre con las pólizas de seguros: los
importes que las compañías aseguradoras acostumbran pagar suele ser
comparativamente menores que cuando los hechos punibles se califican como un
robo.

Consideraciones generales
Quienes llevan adelante estos actos suelen pasar desapercibidos. Muchas veces la
sustracción es advertida tiempo después que el crimen fue cometido. Como cuando
personas toman productos de un supermercado y se marchan del establecimiento sin
pagarlos.
Para que se considere la calificación de hurto, el objeto indebidamente apropiado
debe tener algún valor. Entendiendo esta consideración desde una perspectiva
meramente económica. Aun cuando se trate de objetos con importancia significativa a
nivel histórico, cultural o científico.
De lo anterior se entiende que quien hurta actúa con la intención de lucrarse o sacar
una ventaja de la situación, aunque sea de manera solo temporal.
Deben ser objetos tangibles y transportables de un punto a otro. Aun cuando se
trate de líquidos o gases almacenados en botellas. También se aplica para
semovientes (animales salvajes o mascotas).

Tipos de hurtos
Aunque con distintas variantes, de acuerdo a las leyes aplicables en cada país, en la
práctica estos delitos se dividen en tres categorías:
1. Hurto básico: es el tipo más simple. Se aplica cuando el objeto sustraído sin
autorización de sus propietarios o responsables está valuado en cifras no muy
elevadas.
2. Hurto leve: en estos casos lo obtenido ilegalmente tiene un valor de mercado
superior a los valores vistos en el punto anterior, aproximadamente.
3. Hurto agravado: categoría aplicable en casos que involucren objetos con
importancia histórica, cultural o científica. Así como para bienes de primera
necesidad y que su sustracción da lugar a situaciones de desabasto. Cuando
se afecten sistemas sensibles, como las redes eléctricas, hídricas o las
telecomunicaciones.
o Adicionalmente, se tipifican dentro de este tipo de hurtos los casos
en que los autores intelectuales convencen a menores de edad
para que ejecuten las acciones delictivas. El mismo principio se
aplica cuando quienes ejecutan el delito se aprovechan de
situaciones de desamparo e indefensión.

Hurto calificado
Esta categoría, contemplada en diversos códigos penales, es la que mayor confusión
genera al compararse con delitos de robo o expoliación. En estos casos, junto con el
daño patrimonial también se afecta el orden jurídico.
Situaciones en las que existe violencia sobre cosas (ventanas o puertas). Así como
intimidación verbal o física (colocar a las víctimas en minusvalía).

En grado de tentativa
Al igual que como ocurre con otra serie de delitos. En casos en los que se puede
juzgar a una persona solo por la intención de llevar adelante la acción, existe la
categoría de hurto en grado de tentativa. Bien sea porque el ejecutante no consiguió
los medios para apropiarse de lo que pretendía llevarse consigo o porque fue
descubierto en el acto de comisión del delito.
Por último, también se tipifican dentro de este tipo delictivo a quienes toman algo que
no les pertenece sin la debida autorización, pero tienen la intención de devolverlo.
Toda apropiación no autorizada y su disfrute, aunque sea de forma temporal o
parcial, se castiga. 

Legítima defensa
A modo de introducción en el tema que nos ocupa, es importante mencionar que nos
referimos a legítima defensa cuando una persona ha ocasionado un daño para
resguardar sus propios derechos o los de terceros.
La legítima defensa es una causa eximente de responsabilidad penal, necesaria para
impedir o repeler toda agresión injusta de bienes propios o de un tercero.
Por regla general, provocar daño configura una conducta antijurídica, ya sea que se
efectúe actuando de manera contraria a lo convenido en acuerdo de voluntades,
infringiendo una ley o ante la violación del principio de no dañar a otros injustamente.
El artículo 1717 del Código Civil y Comercial de la Nación define a la antijuridicidad
como "cualquier acción u omisión que causa un daño a otro si no está justificada". Es
decir, que es antijurídico todo hecho que provoca un daño, salvo que exista una
justificación.
Esto que analizamos desde la perspectiva del Código Civil tiene relevancia en la
esfera penal, debido a que existe unidad del ordenamiento jurídico. Una conducta
prohibida por un sector del ordenamiento no puede estar ordenada por otra norma de
un sector diferente del mismo ordenamiento.
El derecho penal tiene la característica de construirse sobre la antijuridicidad
proveniente de los demás sectores del ordenamiento. De esta antijuridicidad general
se seleccionan las conductas típicas, interviniendo luego la antijuridicidad penal
delimitando lo vedado merecedor de pena.
El Código Penal contiene las causas de justificación en la Parte General: artículo 34,
incisos 3 al 7 y en la Parte especial en el artículo 86, incisos 1 y 2, o el artículo 152.
Por su parte el Código Civil y Comercial las regula en el artículo 1718 y en el inciso “b”
se refiere a la legítima defensa específicamente.
Dicho esto, una vez que se verifica un hecho que ocasiona un daño, es preciso
analizar si esa conducta se encuentra autorizada, cancelando así la ilicitud, puesto que
los actos justificados son lícitos. Esta justificante en el ámbito penal torna al hecho
impune y en lo civil excluye la responsabilidad.
La legítima defensa consiste entonces en una excepción legal que autoriza
conductas que generalmente serían punibles, sea que el origen del actuar del
sujeto consista, por ejemplo, en el ejercicio de un derecho como defender su vida. Se
trata de un caso especial del estado de necesidad que implica la acción y efecto de
defender o defenderse, lo cual debe ser la consecuencia de una agresión ilegítima
previa. La defensa solo puede ser legítima cuando no es posible apelar al auxilio de
los órganos o medios establecidos jurídicamente.
En la actualidad, además de la vida y la integridad física, todos los intereses que el
derecho positivo reconoce al individuo pueden ser defendidos legítimamente cuando
son atacados, y la repulsa violenta aparece necesaria y proporcionada y todo bien
jurídico puede ser legítimamente defendido, si esa defensa se ejerce con moderación
que haga razonable el medio empleado con relación al ataque y a la calidad del bien
defendido. La legítima defensa puede ser de la propia persona o sus derechos, o de
un tercero o sus derechos.
Por último, y a modo de cierre, es de gran importancia resaltar nuevamente que la
conducta desplegada en la defensa debe ser racional y proporcionada, ya que de
incurrir en un abuso de este derecho puede no contarse con la justificación del daño
ocasionado en la defensa.
Orden de alejamiento
Derecho Penal
La orden de alejamiento es una pena privativa de derechos, por la cual se prohíbe a
un agresor acercarse a su víctima o sus familiares
La orden de alejamiento es una pena de privación de derechos que consiste en la
prohibición de aproximarse ni comunicarse con la víctima de un delito.
Se encuentra dentro del orden de protección y tutela a las víctimas de violencia
doméstica o de género, aunque también se aplica para otros casos.
Puede ser una medida cautelar o una sentencia firme. El incumplimiento de la
misma está penado con la cárcel, ya que implica un quebrantamiento de condena.
De la misma forma que la orden de alejamiento siempre resulta de una decisión
judicial, su levantamiento también debe serlo. Sin embargo, si se ha dictado orden de
alejamiento como sentencia firme, no puede ser retirada.

Características de la orden de alejamiento


La orden de alejamiento tiene las siguientes características:
 Debe ser solicitada por la víctima y ordenada por un juez o tribunal.
 Se trata de una interdicción mediante la cual un tribunal impide a una
persona acercarse a otra. Puede incluir a sus familiares. La restricción se
establece respecto de la residencia, lugar de trabajo o lugares a los que la
víctima concurra habitualmente. También abarca la comunicación, ya sea
escrita, verbal o visual. Es decir que, si casualmente el agresor y la víctima
coinciden en una ubicación, el interdicto debe alejarse a la distancia
establecida.
 En principio es una medida cautelar.
 Tiene una duración limitada en el tiempo. Hay que considerar que, si es una
medida cautelar, la duración máxima será hasta la celebración del juicio. Sin
embargo, según la gravedad puede durar años. Deja de aplicarse si al finalizar
el juicio no se convierte en sentencia firme. No puede finalizar a solicitud de la
víctima, sino por otra orden judicial.
 Establece una distancia mínima.

Requisitos de la orden de alejamiento


Para que un tribunal pueda dictar una orden de alejamiento, se deben cumplir los
siguientes requisitos:
1. Denuncia de la comisión del acto de violencia.
2. Solicitud de parte de la víctima. Notificación.
3. Aporte de pruebas por parte de la víctima.
4. Evaluación judicial de la pertinencia de la medida.
Por otra parte, para su cumplimiento la orden de alejamiento debe ser notificada.

Consecuencias de la orden de alejamiento


Aunque la orden de alejamiento se dicta para impedir el acercamiento del agresor a la
víctima, a fin de evitar nuevos actos de violencia, no es la única consecuencia.
Por ejemplo:
 Residencia. Si el agresor reside en la misma vivienda que la víctima, debe
abandonarla a fin de no incumplir la orden de alejamiento. Esto
independientemente de quién sea el propietario de la vivienda, excepto que
sea la víctima la que deje el domicilio por su propia seguridad.
 Régimen de visitas. La orden de alejamiento suspende el régimen de visitas
para los hijos menores de la pareja.
 Impedimento de comunicación verbal o escrita. Si la persona interdicta
necesita comunicar algo a la víctima, debe hacerlo a través de sus abogados.

Otros casos en que se dicta orden de alejamiento


Si bien el caso más habitual es la orden de alejamiento dictada en un contexto de
violencia de género o violencia familiar, también puede darse en los siguientes casos:
 Regímenes de libertad vigilada, respecto de las víctimas del delito o sus
familiares.
 Regímenes de libertad provisional, como prohibición de acercarse a las
víctimas del delito presuntamente cometido.
 Régimen de prohibiciones a personas acusadas de actos terroristas, de
adoctrinamiento, financiación, colaboración o enaltecimiento del terrorismo,
respecto de las víctimas de terrorismo humilladas o menospreciadas.
Incumplimiento de la orden de alejamiento
El cumplimiento de la orden de alejamiento es controlado por la justicia mediante la
vigilancia policial. El incumplimiento de la misma da lugar a una nueva pena, ya que
se trata de otro delito, el de quebrantamiento de condena o medida cautelar.
Sin embargo, para que tenga lugar, el incumplimiento debe ser sin intención.
Junto a ello, se debe tener en cuenta que por más que la víctima, por cualquier motivo,
intente establecer contacto con la persona que cumple la orden de alejamiento y dicha
persona acceda, de la misma forma estaría incumpliendo la orden de alejamiento.
Delito de receptación
Derecho Penal
El delito de receptación se basa en el acto de recibir, adquirir, ocultar o aprovecharse
de los efectos de hecho delictivo. Se realiza con ánimo de lucro y en conocimiento del
previo delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico.
No se participa en la comisión delictiva de la que surgen los efectos, sino que se
colabora en el aprovechamiento de estos. Está sujeto a sanciones penales.

El delito de receptación consiste en que una persona ayuda a los responsables de un


hecho delictivo para aprovechar o esconder los objetos del primer delito.

Requisitos del delito de receptación


Una serie de requisitos deben concurrir para que pueda tipificarse como un delito de
receptación. Estos son:
 Existencia de un delito previo contra el patrimonio o el orden
socioeconómico. Son los efectos de este los que dan lugar al nuevo hecho
delictivo.
 Dolo: la persona que recepta los efectos sabe de su procedencia delictiva o,
podría haberse representado la alta probabilidad de su origen ilícito. No
necesariamente debe conocer al detalle la manera en que se produjo el hecho
para obtener estos efectos.
 Con fines de lucro: la realización del delito de receptación implica un beneficio
que puede calcularse de manera económica o de cualquier ventaja propia
presente o futura.
 Quien se aprovecha de la recepción no debe haber participado en el
hecho delictivo previo ni como autor ni como cómplice. De lo contrario, se
estaría ante otro tipo de delito.

Fundamentos del delito de receptación


El hecho de adquirir, recibir, ocultar o aprovecharse de los objetos resultantes de un
delito contra el patrimonio u orden socioeconómico promueve la continuidad
delictiva.
Es decir, que el autor de la receptación promueve la comisión de nuevos delitos al
facilitar a los delincuentes un lugar para deshacerse de los efectos.
Otro fundamento relacionado de manera directa entre ambos delitos es propiciar la
perpetuidad del ilícito original. Con este acto se entorpece y dificulta la posibilidad de
recuperar la cosa obtenida de manera ilícita.

Agravantes del delito de recepción


El delito de receptación tendrá penas mayores cuando concurran alguno de los
siguientes agravantes.
 Los objetos que se han adquirido de manera ilícita y a los que el autor del delito
de receptación ayuda en su aprovechamiento tienen un valor histórico,
artístico, cultural o científico.
 Se trata de productos de primera necesidad o de otras cosas destinadas a
servicios de interés general, productos ganaderos, agrícolas, instrumentos o
medios para su consecución.
 Revisten una especial gravedad, debido al valor de los objetos o a los
perjuicios ocasionados en su sustracción. Se incluyen en este precepto las
estafas y todo tipo de apropiaciones indebidas.
 El aprovechamiento reviste en el tráfico de estos efectos, ya sea en
establecimientos locales, industriales o comerciales.

Penas del delito de receptación


El delito de receptación es un delito contra el patrimonio y el orden socioeconómico.
Las penas previstas para el o los autores de la comisión delictiva es la privación de la
libertad. Es decir, serán castigados con meses o años de prisión según la gravedad
del hecho.
La pena no podrá ser superior a las que aplican al delito que se encubrió con
recepción. Si esto sucediera, se suplirá la pena de prisión por multas.
Fraude procesal
Se considera un fraude procesal cualquier hecho que se interponga en un proceso
judicial por medio del que se intente obtener un beneficio indebido para la persona o
para otro, que simule un acto jurídico, que altere los medios de prueba y los presente
ante la Justicia o que realice actos tendientes a inducir a un error de la autoridad
judicial o administrativa.
Por medio de este acto se pretende obtener una sentencia, una resolución o provocar
un acto judicial contrario a lo que debería resolverse.
El bien jurídico que se protege es el fraude procesal, el patrimonio y el desempeño de
las funciones de quienes administran e imparten Justicia. Se une a ellos la buena fe de
quienes conforman las partes en el proceso y el menoscabo de la autenticidad y la
veracidad en las pruebas y los medios de obtención del material probatorio.
Se trata de un comportamiento engañoso que se exterioriza en un proceso y va
dirigido a inducir a cometer un error, para verse favorecido o ver favorecidos a otros
con una resolución favorable a sus intereses.
La acción de engañar a la Justicia radica en narrar los hechos de una forma en que
sirvan de fundamento para provocar un error o lograr un éxito erróneo en el
dictamen de la sentencia, de la que derive el perjuicio de alguien o un beneficio
indebido.
Se incluye en esta maniobra el despliegue de conductas engañosas para que en la
mente del órgano judicial surjan conceptos equivocados sobre el conflicto a
resolver y sobre el que deba pronunciarse.
No es requisito que se mantenga el error por parte del órgano judicial, ya que su
permanencia se deriva del quebranto que causa el correcto funcionamiento judicial. Lo
que busca el fraude es inducir al error, simular actos jurídicos, por ejemplo. 

El fraude procesal en el derecho penal


En el marco del derecho penal, el fraude se iguala a la estafa procesal.
Cuando en un proceso cualquiera de las partes intervinientes emplea medios que se
dirijan a provocar en quien juzga un error que origine una resolución injusta y errónea,
se habla de estafa procesal. En esta conducta debe intervenir un ánimo de lucro y
se debe pretender un perjuicio patrimonial.
Se supone en este caso un engaño destinado a provocar un error en la víctima,
que hace un desplazamiento patrimonial en su perjuicio, o perjudicando a un tercero.
De acuerdo a las artimañas empleadas, el engaño puede ser padecido por la parte
contraria, como por el órgano judicial.
La Justicia Penal castiga la estafa procesal por ser utilizado un procedimiento de
índole judicial en un hecho ilícito, que consiste en un reconocimiento judicial de un
derecho que no corresponde, para el que se utiliza una maniobra engañosa en el
proceso.
A la estafa se le suma la caracterización de estafa procesal, porque al daño del
patrimonio del afectado se le suma el atentado contra la seguridad jurídica del juez,
como instrumento defraudatorio.

Requisitos
Deben concurrir los siguientes requisitos para que exista este tipo penal:
 Debe haber un engaño en el marco de un procedimiento judicial.
 La finalidad del engaño es la de producir un error en el juez.
 Quien es el autor pretende que se dicte una resolución favorable a sus
intereses, perjudicando a un tercero.

El fraude procesal en el derecho civil


Se entiende por buena fe a la intención de las personas hacia los demás, en sus
relaciones con otras personas y la adecuación de su conducta a las normas
establecidas entre ellas.
Las normas jurídicas implican un ajuste a normas éticas que se violan, por las que se
realiza un acto jurídico equívoco creándose una apariencia jurídica que la
contradice.
Toda acción que sobrepasa los límites en el ejercicio de un derecho y que dañe a un
tercero, da lugar a la adopción de medidas judiciales que impidan ese abuso
persista. En todo procedimiento se persiguen las reglas de la buena fe, donde se
violenten los derechos o las libertades fundamentales.
Cuando la Justicia estime que alguna de las partes intervinientes haya actuado
afectando las reglas de la buena fe procesal, se puede actuar frente a ese litigio. Y si,
además, se entiende que las acciones contrarias a la buena fe pueden imputarse a los
profesionales que intervienen en el proceso, se da conocimiento a los colegios
profesionales que corresponda para proceder a imponer sanciones disciplinarias.
Frente a los organismos judiciales se debe ser muy veraz en todo momento, aportando
todo lo que esté a nuestro alcance para que la Justicia actúe. Un fraude procesal
puede envolver a cualquier persona en un problema jurídico del que le será difícil salir.
In dubio pro reo
In dubio pro reo es un principio jurídico que significa: en caso de duda, a favor del
acusado.
In dubio pro reo es un principio jurídico en Derecho Penal que expresa que si el
juzgador tiene dudas sobre la culpabilidad del acusado tras valorar las pruebas, este
debe ser considerado inocente.

¿En qué consiste el principio de in dubio pro reo?


Podríamos definir el latinismo in dubio pro reo como el principio jurídico que
expresa la obligatoriedad de probar los hechos y que, en el caso de que esta
prueba sea insuficiente para demostrarlos, la decisión judicial deberá favorecer
al acusado del delito.
Este principio jurídico va a constituirse como una regla de obligado cumplimiento por
Jueces y Magistrados y, en su caso, un Tribunal del Jurado, a la hora de valorar la
culpabilidad o no de un acusado.
Así, tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular y, en algunos casos la
acusación popular y la privada, deberán demostrar mediante los elementos de
prueba de que dispongan la culpabilidad del acusado. Y deberán hacerlo sin ningún
género de duda.
Si una vez realizadas las pruebas y finalizado el juicio, el Juez tuviese dudas sobre la
culpabilidad del acusado por no quedar demostrada la misma, este, al
dictar sentencia deberá decidir en favor del acusado, siendo así absolutoria la
sentencia que dicte.
La aplicación de este principio jurídico tiene como base el principio de inocencia.

Diferencias con la presunción de inocencia


La principal diferencia entre los principios de presunción de inocencia y de in dubio pro
reo es su regulación legal.
Mientras que el principio in dubio pro reo es simplemente un principio jurisdiccional
penal, la presunción de inocencia aparece en cuerpos legales, como la Constitución
del país, por ejemplo.
Así, la presunción de inocencia se recoge en la Constitución de la Nación
Argentina como un derecho fundamental en el artículo 18:
Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley
anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los
jueces designados por la ley antes del hecho de la causa.
Artículo 18 de la Constitución
La presunción de inocencia es, según los expertos “un convencimiento subjetivo del
órgano judicial”, es decir, alguien no podrá ser culpabilizado mientras no se demuestre
que lo es. Pero el principio in dubio pro reo, solo es aplicable cuando el juzgador tiene
dudas sobre la culpabilidad del acusado tras valorar las pruebas.
Presunción de inocencia
La presunción de inocencia es el derecho de toda persona investigada o encausada
en un proceso penal de ser tratada como inocente hasta la condena por sentencia
firme. Se presumirá inocente hasta que la culpabilidad quede acreditada en juicio, con
todas las garantías necesarias para una defensa.
La presunción de inocencia garantiza a toda persona contra la que se haya dirigido un
proceso, ser inocente hasta que no se declare lo contrario mediante una sentencia.

Dimensiones de la presunción de inocencia en el Derecho Penal


En el ámbito de lo penal se puede identificar este derecho en una doble dimensión.
Específicamente una hace referencia al tratamiento del reo y otra que se enfoca en la
valoración de las pruebas en juicio.
1. Regla de tratamiento: en cada una de las instancias el investigado debe ser
tratado como si fuese inocente. Solo una condena definitiva puede demostrar lo
contrario.
2. Regla de juicio: partiendo de la base de la presunción de inocencia del
investigado, es requisito contar una carga probatoria suficiente. Esto significa
que la parte que denuncie o acuse tiene la obligación de presentar las pruebas
pertinentes.

Efectos de la presunción de inocencia: valoración de las pruebas


Las pruebas deben ser presentadas por el acusador y será el juez quien valore las
mismas. No solo se debe demostrar ante el Tribunal la existencia del hecho
delictivo, sino además la culpabilidad del investigado en ese acto.
A tal fin, se considera pruebas suficientes para una condena:
 Los actos de pruebas deben practicarse bajos los principios de igualdad,
contradicción, inmediación y publicidad.
 En el caso de las pruebas preconstituidas y anticipadas, es necesario que
concurran los siguientes presupuestos:
o Subjetivo: requieren de la intervención de autoridad judicial en su
recopilación y custodia.
o Objetivo: tiene que estar garantizada su contradicción, el
investigado debe disponer de su abogado defensor.
o Formal: se introducen en el juicio mediante lectura o la
documentación correspondiente.
 Todos los actos realizados por la policía de investigación o de atestados no son
siempre y necesariamente considerados actos de prueba. En tal caso son
elementos que sirven en el juicio cuando son acreditados con medios
probatorios.
 Las pruebas aceptadas por el juez no pueden ser prohibidas, es decir deben
cumplir con los parámetros legales. No serán aceptadas aquellas que se
obtuvieron vulnerando otros derechos.
 Las pruebas aceptadas deben ser justificadas por el juez o tribunal, que dará
las razones de su aceptación probatoria.

Principio in dubio pro reo


Este principio de in dubio pro reo está relacionado con la presunción de inocencia y,
en especial, con la valoración de las pruebas. Hace referencia a la duda
subjetiva sobre la acción del investigado que puede tener el juez o tribunal, aún a
expensas de las pruebas que serían objetivamente convincentes.
Cuando esta duda se presenta, los jueces tienen la facultad de absolver al
acusado y, en todo caso, será presentado recurso en otra instancia.
Para que este principio sea utilizado es requisito que la duda tenga una relación
racional y lógica. Se entiende entonces que para ellos la carga probatoria no sería
suficiente para su convicción.

Conclusión
La presunción de inocencia es un derecho de los investigados o sometidos a
proceso judicial de ser tratados como inocentes hasta su condena contraria.
Además de la regla de tratamiento incluye la regla de juicio, que implica la obligación
de la otra parte de presentar la carga probatoria suficiente para convencer al juez o
tribunal de la existencia del hecho delictivo y la culpabilidad del acusado.
El investigado se considera inocente hasta que se demuestre lo contrario y no es él
quien debe acreditar su inocencia. Los jueces parten de la premisa de su inocencia y
valorarán las pruebas para cambiar este concepto. A su vez, existen premisas que
rigen la validez de los elementos probatorios que podrían ser aceptados.
Otro principio vinculado a la presunción de inocencia es el principio de in dubio pro
reo, que se aplica después de aportadas las pruebas objetivas. Si el juez o tribunal
tiene una duda subjetiva sobre la culpabilidad del investigado, está en facultad de
absolverlo.
SobreseimientoDerecho Procesal
Por sobreseimiento se conocen las causas judiciales que después de pasar por el
examen de un tribunal o juez, son desestimadas total o parcialmente.
Esa determinación tiene lugar en las fases previas de un juicio. Cuando se está
investigando la materia o durante la preparación del expediente y el ordenamiento de
las pruebas de rigor.
El sobreseimiento es una resolución judicial que se manifiesta en forma de auto.
De manera general, cuando una causa es sobreseída, la decisión implica dos cosas.
La primera de ellas, el proceso judicial es cerrado y archivado temporal o
definitivamente. Lo segundo, el fondo de la querella no llegó a ser revisado.
Esto quiere decir que no hay una declaración explícita de no culpabilidad. Solo una
admisión de que no existen suficientes elementos para cuestionar el derecho a
la presunción de inocencia.
Los jueces que tienen en sus manos la aplicación de este instrumento jurídico, lo
hacen mediante un auto. Este es un recurso que se utiliza casi de forma exclusiva en
el ámbito penal, aunque también eventualmente es invocado dentro de la justicia civil.
Cuando se aplica
Falta de pruebas o demasiadas dudas razonables respecto a la participación de los
acusados dentro de los delitos señalados. Esas son las dos condiciones más
recurrentes que dan lugar al sobreseimiento de una causa.
Hay algunas razones extraordinarias que también pueden servir para que un juez
llegue a esta misma determinación.
Una de ellas es cuando el acusado es declarado enfermo mental e incapaz de conocer
todas las implicaciones del proceso al que se enfrenta. Una condición esta que le
impide hacer uso del derecho universal a la autodefensa.

Sobreseimiento libre
Los implicados quedan libres de toda culpa. Además, su reputación y hoja de
antecedentes penales no se ve manchada de ninguna forma.
Este tipo de medida tiene el mismo valor jurídico que el de una sentencia firme y
definitiva. Es decir, lo analizado por el juez y su auto conclusivo se consideran como
cosa juzgada. Por norma del derecho universal, una persona no puede ser juzgada
más de una vez por el mismo hecho.
Normalmente el sobreseimiento se invoca cuando no existen medios objetivos
para calificar la materia investigada como un delito. También cuando no está
suficientemente clara ante los ojos del tribunal, la participación de los acusados dentro
de los actos punibles.
Algunas legislaciones nacionales prevén mecanismos que dejan abierta la posibilidad
de revertir estas declaraciones y regresar las causas a la fase indagatoria. Puede
solicitarse mediante amparos que exigen revisar tanto el fondo del asunto, como la
forma de proceder del juez o la manera en que se realizaron las indagaciones.
La otra opción es por medio de un recurso de casación. Se somete el auto a un
examen ante la máxima instancia judicial de un país. Institución que puede determinar
la invalidez del mismo por violar la constitución nacional o las leyes.

Sobreseimientos totales y parciales


El sobreseimiento total de una causa se determina cuando varias personas acusadas
por los mismos hechos, estas culpabilidades sobreseídas por las razones expuestas
en la sección anterior.
Es decir, al analizar las posibles implicaciones de todos los señalados, se concluye
que no existen suficientes motivos para llevar a juicio al grupo en su totalidad. 
Cuando se decreta un sobreseimiento parcial, solo una parte de los sospechosos son
declarados libres. Mientras que el resto sí deben enfrentarse a un juicio oral u otro tipo
de procesos, exponiéndose a ser encontrados culpables y sentenciados penalmente.

Sobreseimiento provisional
Se toman en cuenta las mismas condiciones que rigen los casos de sobreseimientos
libres. Sin embargo, hay una diferencia importante. El juez a cargo puede reabrir la
causa sí en el futuro la parte acusatoria del proceso presenta nuevas
evidencias. 
Este estado de provisionalidad tiene tiempo de caducidad. Se mantendrá vigente
siempre que el delito imputado a los acusados no prescriba.
En caso de que esto ocurra, de manera automática el expediente se archivará
definitivamente, recibiendo el estatus de cosa juzgada.

Eximente
Eximente es un término que se emplea en derecho penal para referirse a
aquellas circunstancias que anulan la responsabilidad penal del autor de
un delito. Independientemente de las circunstancias, dichos casos han de ser
analizados por el juez.
La eximente es una circunstancia que libra de la responsabilidad penal al autor de un
delito.

¿Qué son las eximentes en derecho penal?


Las eximentes son una serie de circunstancias que exoneran penalmente un hecho
delictivo, esto significa que el autor de un delito no será criminalmente
responsable. A pesar de que el autor del delito está absuelto de su responsabilidad
criminal, sí pueden existir responsabilidades civiles como el pago de
indemnizaciones oportunas y otras consecuencias como, una medida de seguridad.
Según el Diccionario panhispánico del español jurídico, se entiende por eximente
“circunstancia que excluye la responsabilidad penal del sujeto por falta de acción,
por exclusión de la antijuridicidad, por falta de toda relevancia jurídica…”
En ocasiones, la ley procede de esta manera porque la acción criminal está
justificada, otras veces, en cambio, porque el sujeto activo (autor) no puede ser
declarado culpable o porque es inimputable.
Sin embargo, si se valora que no se cumplen todos los requisitos, la eximente
puede ser entendida de manera incompleta e implicar una pena rebajada.
Las circunstancias eximentes están contempladas en el Código Penal de cada país.

Tipos de eximentes
Las causas de las circunstancias eximentes se agrupan en tres categorías:

Eximentes que excluyen la culpabilidad


 La minoría de edad. Los niños y adolescentes menores de 18 años no serán
responsables criminalmente con arreglo a lo establecido en la ley que regula la
responsabilidad penal del menor.
 El miedo insuperable también es considerado una causa de inculpabilidad.
Aquella persona que comete un delito motivado por un miedo insuperable, debe
cumplir con una serie de requisitos para eximir la responsabilidad penal.
 La valoración debe hacerse con base en la perspectiva de la persona media.
 El miedo debe manifestarse en consecuencia a la amenaza real de un mal,
serio e inminente.
 Se evaluará el común de las personas para verificar la separabilidad del miedo.
Eximentes que excluyen la tipicidad y afectan a la imputabilidad
En estos casos queda excluida la acción, la cual es considerada una parte del tipo
objetivo de delito. Aunado a ello, contempla la alteración de la comprensión del acto
cometido.
Son motivos de inimputabilidad las siguientes:
 Anomalía o alteración psíquica plena por la cual la persona no es capaz de
comprender que se trata de un hecho ilegal. De igual forma, actuar según dicha
comprensión.
 Encontrarse en estado de intoxicación absoluta o bajo la influencia de un
síndrome de abstinencia que impida comprender la ilicitud del hecho.
 Padecer desde el nacimiento o la infancia alteraciones en la
percepción que distorsionan seriamente la conciencia de la realidad.

Eximentes que excluyen la antijuridicidad y atienden una conducta justificada


Sucede cuando se comete un acto delictivo, como causar una muerte, pero en
situaciones justificadas. Por lo tanto, no es castigado penalmente.
Son consideradas causas justificadas las siguientes:
 Defensa legítima.
 Estado de necesidad.
 Actuar en cumplimiento de un deber o en el ejercicio de un derecho legítimo,
oficio o cargo.

Requisitos para considerarse circunstancias eximentes


Las circunstancias eximentes, que no incurren en responsabilidad penal, requieren de
la prueba y acreditación de su veracidad en la tramitación del procedimiento. Por
lo general, se acredita la concurrencia de eximentes en la fase de instrucción, ello con
el fin de que quede constatado en la descripción de los hechos imputados.
Si durante dicho procedimiento no queda acreditado, la parte interesada en probar la
existencia de la eximente podrá plantear y probar la misma, nuevamente, para que
conste como hecho probado.
Independientemente a las distintas formas en las que las eximentes se pueden
catalogar, estas también se pueden clasificar en eximentes completas y eximentes
incompletas.

Eximentes completas
Se habla de eximentes completas cuando concurren todos los elementos o
requisitos que la configuran; de tal manera que consten acreditado en los informes
periciales, o cualquier medio de prueba autorizado, que el autor ha sido absuelto de la
responsabilidad penal.
Sin embargo, esto no implica que puedan existir otras consecuencias como las que
derivan de la responsabilidad civil o en el supuesto de inimputabilidad, la aplicación de
medidas de seguridad.
Eximentes incompletas
Las eximentes que no cumplan con la totalidad de los requisitos necesarios para
determinar la eximición, de igual manera, pueden alegarse durante el proceso penal,
pero como eximentes incompletas. En base a las circunstancias, el juez podría fijar
una reducción de la pena o, en todo caso, imponer una pena menor.

La eximente en el Derecho Civil


En el derecho civil también existe la posibilidad de que las personas que hayan
causado un daño o perjuicio, puedan argumentar eximentes de la responsabilidad.
En el derecho civil, las circunstancias eximentes son:
 Fuerza mayor y caso fortuito.
 Culpa exclusiva de la víctima.
 Culpa exclusiva de un tercero.

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