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INTRODUCCIÓN
FUNDAMENTOS DE INVERSIÓN
POR DIVIDENDOS
APRENDE A OBTENER RENTAS PASIVAS
CON UNA CARTERA DE ACCIONES
SESIÓN 1
INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS BÁSICOS
Para explicar los conceptos básicos de esta sesión vamos a contar la historia de Antonio
y Rocío, un matrimonio que decide montar una panadería.
¿Qué es el dividendo?
Antonio y Rocío deciden constituir una sociedad empresarial aportando 5.000 € cada
uno. Ambos son dueños al 50% de su sociedad, que tiene solo dos acciones: una la tiene
Antonio y la otra Rocío. El capital aportado conjuntamente es de 10.000 €.
Al principio la panadería no les da mucho dinero. Al cabo de un año, Rocío decide ofre-
cer también pastelería y bollería artesanal elaborada con recetas tradicionales de su familia.
La panadería empieza a crecer y, aunque el primer año no generó beneficios, el segundo
genera unos beneficios después de costes e impuestos de 6.000 € que ambos deciden
repartirse en concepto de dividendo. Cada uno cobra 3.000 €.
Dividendo: Es la parte del beneficio que la empresa decide repartir a los accionistas. Se
suele ofrecer en cantidad por acción; por ejemplo: «AT&T dará un dividendo de 0,52 $ por
acción». Para tener derecho a ese dividendo el accionista debe poseer las acciones desde
una fecha concreta, también llamada —fecha ex dividendo— y se cobrará en la llamada
fecha de pago.
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¿Qué significa ser accionista de una empresa?
—¿Esto qué implica? —le pregunta José a su hermana Rocío.
—Muy sencillo, José: si hacemos una junta de accionistas ambos tendremos derecho a
voto, pero yo tendré 5.000 votos y tú 2.000.
—¿Pero tendré derecho a dividendo igual que tú?
—Claro, si repartiéramos 10 céntimos por acción, como tú tienes 2.000 acciones,
cobrarías 200 € y yo 500 €.
—Entonces, el número de acciones es una forma de ver fácilmente la parte de la que
soy dueño de la empresa.
—Así es, José.
Accionista: Es el dueño de una o varias acciones de una empresa.
¿Qué es el BPA?
Manuel ve un número muy grande en un informe que le facilita Rocío sobre los beneficios,
pero no termina de entenderlo. ¿A cuánta parte de los beneficios le dan derecho sus
acciones en el momento en que se reparta un dividendo?
Antonio, al verle preocupado, le explica que el beneficio total de la empresa ha de
dividirse entre el número total de acciones para calcular el beneficio por acción o BPA.
El número resultante, que será bastante inferior, le ayudará a entender el beneficio de la
empresa y, sobre todo, qué parte del beneficio corresponde a sus 2.000 acciones.
BPA (beneficio por acción): Es el resultado de dividir el beneficio total de la empresa
por el número de sus acciones en circulación.
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¿Qué tiene que ver el beneficio con el PER?
Manuel lee en un periódico de finanzas que algunas empresas cotizan a PER 20 pero no
consigue entender qué significa. Después de investigar un poco, descubre que el PER es
lo que cotiza una empresa respecto al beneficio anual. Si una empresa tiene un beneficio
anual de 10 € por acción y su cotización es de 100 €, la empresa estaría a PER 10.
Como sus acciones no cotizan en bolsa, Manuel calcula el PER sobre lo que le costó
cada acción: 1 €. Y como tiene un beneficio anual de 0,20 € por acción, considera que tiene
respecto al precio de compra un PER 5. Manuel se da cuenta que quizás fue tan barato por
no cotizar en bolsa.
PER (Price to Earnings Ratio): Es el resultado de dividir el precio de la acción entre
el beneficio anual por acción. Nos indica cuántas veces está «incluido» el beneficio de la
empresa en el precio que pagamos por una acción.
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RPD: La rentabilidad por dividendo (RPD) es la rentabilidad obtenida —expresada como
porcentaje—respecto al precio de la acción. La RPD puede calcularse respecto al precio de
compra o al precio actual del valor.
¿Y si salimos a bolsa?
Tras varios años de actividad, SuperRocíosCake se ha convertido en una empresa de
éxito. Después de meditarlo, los cuatro accionistas deciden salir a bolsa emitiendo 15.000
acciones nuevas.
Dado que es la primera vez que SuperRocíosCake emite acciones que van a cotizar en
bolsa, lo hace en el mercado primario mediante colocación directa de las acciones a un
fondo de inversión y a un banco.
Concluida la operación, el fondo de inversión y el banco sacan las acciones al mercado
secundario con el ticker $SRC, de manera que cualquier persona física o jurídica pueda
comprar y vender esas acciones al precio que acuerden las partes de la transacción.
Mercado primario/secundario: El mercado primario o de emisión es aquel al que acuden
las empresas que deciden emitir instrumentos como acciones o bonos por primera vez. En
él sólo pueden participar intermediarios financieros profesionales como brókeres, bancos
y otras instituciones habilitadas. A su vez, estas colocarán esos instrumentos en el mercado
secundario o de negociación, que es en el que todos participamos cuando invertimos en
bolsa. Aunque una empresa puede, si lo ve conveniente, colocar sus acciones directamente
en el mercado secundario, esto no suele ser habitual.
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¿Quién tiene el poder en la empresa?
SuperRocíosCake sigue creciendo y en la junta de accionistas se pide ratificar los pues-
tos del equipo directivo. Rocío es ahora la CEO o directora general de la empresa y será
quien tenga siempre la última palabra; ya lo era en la práctica, pero dado el crecimiento de
la empresa, conviene hacerlo oficial.
José será el consejero delegado, un representante oficial del consejo de administración.
La diferencia con Rocío es que José tendrá un contrato mercantil y Rocío uno laboral. Con
este contrato José tiene un contrato de iguales y la empresa y él son independientes; en
cambio, Rocío, como directora general, tiene un contrato laboral como el resto de los em-
pleados. Entre las funciones de José estarán convocar la junta de accionistas y establecer
la política de la empresa relacionada con las acciones y participaciones propias, autocarte-
ra, etc.
Antonio es nombrado director de operaciones («Chief Operating Officer», en inglés) y
queda al mando de todas las decisiones diarias de la empresa; solo deberá rendir cuentas
a Rocío.
Manuel, que llevaba todas las finanzas de la empresa, es nombrado director financiero y
queda encargado de controlar los costes y las compras, de conseguir financiación para la
empresa, ya sea con acuerdos con bancos, proveedores (retrasando pagos) o de clientes
(adelantando cobros), etc. Además, se asegurará de que haya suficiente liquidez para las
diferentes necesidades de la empresa, por lo que estará pendiente de las previsiones de
cobros y pagos. También será el encargado de que la empresa esté al día de sus obliga-
ciones tributarias.
Por último, se incluyen dos ejecutivos más encargados de diferentes tareas. Esto es ha-
bitual, ya que puede haber más ejecutivos que los cuatro citados anteriormente.
El poder en una empresa: El poder de una empresa está dividido en diferentes partes y
se ejerce desde distintos puestos; los principales son: director general o CEO—la persona
con máxima autoridad en la empresa—, consejero delegado —el representante oficial del
consejo de administración—, director de operaciones —al frente de todas las decisiones
diarias de la empresa— y el director financiero —responsable de todo lo relacionado con la
financiación y los pagos de la empresa.
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mucho más conocido que antes y muchos se preguntan qué tienen nuestros bollos para
haber crecido tanto.
—No sé, hija, pero ahora la empresa va a tener muchos dueños y solo por publicidad lo
veo excesivo.
—Pero, mamá, no es solo la publicidad. Al estar en bolsa podemos ampliar capital de
una forma mucho más sencilla que sin estar. Emitimos acciones nuevas al mercado secun-
dario (la bolsa tradicional) o al primario, dándoselas directamente a alguna entidad que las
quiera. Además, aumentamos la liquidez de nuestras acciones. Antes, si queríamos vender
una parte de nuestras acciones, necesitábamos buscar un inversor concreto; ahora solo
tenemos que ponerlas en el mercado normal.
—Pero, ahí está el mundo entero.
—Es que esa es otra ventaja mamá. Ahora puedo conseguir financiación fácilmente del
mundo entero sin problemas. Antes, para montar más panaderías tuvimos que hablar con
José y Manuel y convencerles de que pusieran capital; ahora podemos lanzar ampliaciones
y cualquier persona del mundo puede entrar en ellas. Esto nos abre un mundo de
posibilidades que antes solo soñábamos.
—Bueno, hija, visto así, sí que parece que es buena cosa.
A una empresa le interesa estar en bolsa: Las empresas en bolsa disfrutan de una pu-
blicidad que no tenían antes de cotizar en bolsa. También acceden a una vía de financiación
sencilla, ya que al ampliar capital sus acciones se ofrecen al mundo entero y no hay nece-
sidad de buscar compradores particulares.
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De acuerdo con este criterio distinguimos los siguientes tipos de empresas:
• Micro caps: empresas de capitalización bursátil inferior a 500 millones de euros
• Small caps: empresas de capitalización bursátil entre 500 millones euros y 2.000
millones de euros
• Mid caps: empresas de capitalización bursátil entre 2.000 millones de euros y
10.000 millones de euros
• Large caps: empresas de capitalización bursátil entre 10.000 millones de euros y
200.000 millones de euros
• Mega caps: empresas de capitalización bursátil superior a 200.000 millones de
euros
Cabe señalar que cuanto más pequeña es una empresa, más fácil será que sea «opada»
por otra empresa más grande. Esto es algo que debemos tener en cuenta como accionistas,
pues a veces la OPA (Oferta Pública de Adquisición) se hará a un precio superior a nuestro
precio de compra, pero otras veces será a uno inferior. Por eso siempre que compremos
empresas inferiores a mid caps, conviene buscar precios medios o bajos que puedan
resultar atractivos para este tipo de operaciones empresariales.
Posiblemente encuentres que en la Red también se usa el término nano caps, pero al
ser su capitalización inferior a 500 millones de euros podemos referirnos a ellas como
microcaps y tratarlas igual.
Tamaños de empresas por capitalización bursátil: micro caps, small caps, mid caps,
large caps y mega caps. Y recuerda que cuanto más pequeña es la empresa, más fácil es
que sea objeto de una OPA.
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Veamos los distintos tipos de OPA que pueden darse.
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¿Qué ocurre si una empresa crea una filial?
SuperRocíosCake ha decidido crear una filial dedicada a cupcakes de diseño. La nueva
filial se llamará RocíoCupCake, contará con varias tiendas y será una empresa separada
de SuperRocíosCake. Todas las acciones de la empresa filial se emiten como nuevas en el
mercado primario y se reparten entre los accionistas de la matriz.
Esta operación por la que una empresa se divide en dos no genera nuevo dinero. El
mercado descontará el precio de la nueva empresa del valor de la empresa matriz, lo cual
se plasmará en un descenso del precio al que cotizan las acciones de la matriz. Eso fue lo
que ocurrió cuando, por ejemplo, Iberdrola creó Iberdrola Renovables. Ese día, el accionista
pasó a tener en su cartera acciones de la nueva filial (spin-off) automáticamente.
Spin-off: Con este término en inglés se denomina a la empresa filial resultante de se-
parar una parte del negocio de una empresa matriz y darle entidad autónoma. Esta filial
pertenecerá a los accionistas de la matriz.
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está respaldado por las acciones de empresas de cualquier país. Este documento tiene una
equivalencia con esas acciones que no siempre tiene que ser de 1:1.
Un ADR permite al inversor mantener acciones de la empresa en dólares a cambio de
pagar una comisión al banco que nos hace de pantalla, ya que este será el depositario de
estas acciones originales y nos venderá los ADR. Normalmente, el importe de la comisión
es pequeño y se resta del dividendo que cobra el propietario de las acciones.
¿Significa eso que todas las empresas que cotizan en otros países son ADR? Ni mucho
menos. Es normal que una empresa cotice en diferentes índices, por ejemplo, porque ten-
ga sedes en distintos países. Puede darse también el caso de que una empresa cotice en
EE.UU. sin ser ADR y sin ser estar radicada en el país, como es el caso de KNOT Offshore
Partners LP, que pese a tener su sede en el Reino Unido cotiza en la bolsa de Nueva York
(NYSE).
ADR (American Depositary Receipt): Es un título de propiedad de acciones de compa-
ñías de fuera de Estados Unidos respaldado por un banco estadounidense. El ADR es una
réplica del valor original en el que se aplica el cambio de divisa a dólares. El banco que
respalda el ADR cobra una comisión por el mantenimiento del título y por su intermediación.
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CONCEPTOS AVANZADOS
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Una ampliación de capital es el nombre de la operación por la que una empresa saca
nuevas acciones en el mercado primario o en el secundario.
Es importante conocer qué busca la empresa con ello y si supondrá una entrada de ca-
pital o no. Fíjate en lo diferentes que son estas situaciones:
• La empresa A hace una ampliación de capital para reunir dinero y construir una
nueva fábrica. Emite nuevas acciones que son compradas por los accionistas exis-
tentes y nuevos inversores. Entra dinero en la compañía.
• La empresa B hace una ampliación de capital para ofrecer un dividendo flexible y
así reducir la cantidad de dinero que sale de la caja al retribuir a sus accionistas. Las
nuevas acciones son ofrecidas a estos en lugar del dividendo. No entra dinero en la
compañía.
Aunque habría que estudiar el caso concreto y sabemos que no todas las inversiones
que hace una empresa salen bien, a priori la situación de la empresa A sería más deseable,
ya que la ampliación se hace con la expectativa de aumentar los ingresos en un futuro y
supone entrada de dinero en la compañía. Eso sí, esta ampliación del número de acciones
supondrá una dilución de la parte de la compañía que cada inversor posee. En el caso de
la empresa B, este fenómeno puede darse o no, como explicaremos más adelante al hablar
del dividend scrip o dividendo flexible.
Veamos un ejemplo de dilución para entender por qué sucede.
Somos dueños de una empresa que tiene 1.000.000 de acciones de 1 € en circulación.
Podríamos decir, por tanto, que su capitalización bursátil es de un millón de euros. Si se
hace una ampliación de capital creando 100.000 acciones más a 1 € cada una, el total de
acciones en circulación pasaría a ser 1.100.000.
Si teníamos el 51% del millón de acciones que componían la empresa (510.000 acciones)
y se realiza la ampliación de capital que hemos descrito, aunque seguiremos mantenien-
do 510.000 acciones ya no tendremos el 51% del total, dado que la empresa tiene ahora
1.100.000 acciones. El total de acciones necesario para controlar el 51 % de la empresa es
ahora 561.000, ya que (1.100.000 * 51) / 100 = 561.000. Hemos pasado de controlar más de
la mitad de la compañía a tener menos del 50 %.
¿Qué implicaciones tiene esta dilución? Como la parte de la empresa que poseemos se
hace algo más pequeña, esto implica que nos tocará una parte menor de los beneficios
futuros que la empresa genere.
Si la empresa decide abonar un dividendo en efectivo, la empresa fijará una cantidad a
pagar teniendo en cuenta el nuevo (y más elevado) número de acciones en circulación, por
lo que recibiremos una menor proporción de esos beneficios.
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Una ampliación de capital supone una dilución para el accionista y debemos ver qué se
busca con ello, así como entender bien si es algo ocasional o sistemático. De ese modo
podremos determinar si nos interesa continuar siendo copropietarios de esa compañía.
Split y contrasplit
Un split es una simple operación matemática que aumenta el número de acciones y, por
tanto, disminuye en la misma proporción el valor de cada una. No es ni supone una amplia-
ción de capital, ya que no implica una venta de nuevas acciones y la empresa no consigue
más dinero con ello. El inversor tampoco pierde ni gana.
Si en el mercado hubiese 1.000.000 de acciones de 1 € de una empresa y esta hiciese
un split x 2, pasaría a haber 2.000.000 de acciones de 50 céntimos cada una. Como se ve,
el split no aumenta el capital de la empresa ni sus activos. Su capitalización bursátil es la
misma: 1.000.000 x 1 = 2.000.000 * 0,50.
Las empresas suelen recurrir al split cuando el precio de una acción es muy alto y se
quiere facilitar la compraventa de las acciones, por ejemplo, para hacerlas más asequibles a
pequeños inversores, aumentando así la liquidez de la empresa. Por ejemplo, cada acción
de la empresa que hace los chocolates Lindt vale en el momento de escribir esto 86.800
francos suizos, lo que equivale a 78.488 € o a 92.806 $ estadounidenses. Sin un split, com-
prar sus acciones se convierte en prácticamente imposible para la mayoría.
El contrasplit es el caso inverso del anterior. Si en el mercado hay 1.000.000 de accio-
nes de 1 €, tras el contrasplit habría 500.000 acciones de 2 euros. Por ejemplo, la empre-
sa PharmaMar hizo uno en 2020. Por cada 12 acciones que tenía el accionista, se quedó
con una después de la operación. La compañía pasó de tener 222 millones de acciones a
9,55 € a solo 18,5 millones a un precio de 114 €. Los accionistas un poco despistados sal-
taron de alegría al entrar a su bróker y ver ese precio de 114 €, aunque pronto se dieron
cuenta de que el número de acciones del que disponían había bajado significativamente.
El capital que tenían invertido en la empresa no habría variado con respecto a antes del
contrasplit.
Tipos de dividendos
No todas las empresas pagan a sus accionistas dividendos en dinero efectivo. Si lo ha-
cen, lo habitual es que la cantidad correspondiente se ingrese automáticamente en la cuen-
ta del servicio de bróker donde tengamos las acciones. Pero el dividendo puede pagarse
también en forma de acciones. En este caso, mucho cuidado: si, después, la empresa no
recompra acciones, realmente no nos estará dando nada. Fíjate: si la empresa reparte nue-
vas acciones por un valor total cercano al 5 % de la empresa, no nos estará dando un 5 %
de rentabilidad, sino que realmente estará haciendo una ampliación de capital encubierta.
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Tengamos siempre en cuenta que el dividendo debe provenir del beneficio obtenido por
la empresa; si su actividad no ha generado beneficios y realiza una ampliación de capital
bajo la apariencia de un reparto de dividendos, el accionista no estará recibiendo nada en
realidad.
Scrip dividend
Se denomina scrip dividend o dividendo flexible a la operación en la que la empresa
abona el dividendo en forma de acciones en vez de en efectivo. Para ello hará una amplia-
ción de capital (emisión de nuevas acciones) y dará a los accionistas derechos de suscrip-
ción sobre ellas.
Los accionistas tienen aquí dos opciones:
• Aceptar los derechos y quedarse con las nuevas acciones. En este caso, la
proporción de la empresa que el inversor posee no varía, (no hay dilución) ya que el
número de acciones que hay en su cartera aumenta en la misma proporción que lo
hace el total de acciones en circulación.
• Vender los derechos. En este caso el inversor rechazará las acciones y venderá
esos derechos a poseerlas que le otorgó la empresa al ampliar capital. La venta
puede producirse a la propia empresa a un precio fijado por ella o en el mercado,
donde ese precio de los derechos se negociará como el de cualquier otro valor.
Esto es lo que comúnmente se llama «elegir el dinero» al hablar de los dividendos
flexibles. Es muy importante que tengamos en cuenta que en este caso nos estamos
«diluyendo» la proporción de la empresa que poseemos disminuye. Esto ocurre
porque el número de nuestras acciones no aumenta, pero sí lo hace el total de ellas
en circulación (al haber hecho la empresa una ampliación de capital).
¿En qué medida se diluye la propiedad del inversor al vender sus derechos de suscripción?
Dependerá de cuántas acciones emita la empresa al hacer la ampliación de capital. Es
habitual que cuando un inversor vende sus derechos de suscripción a la empresa, esta no
los ejerza. Esto quiere decir que las acciones correspondientes a esos derechos no llegan
a ser emitidas, por lo que la dilución de todos los accionistas que eligieron vender sus
derechos será menor.
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Política de dividendos de las empresas
Al analizar una empresa para invertir en ella con esta estrategia debemos conocer su
política de dividendos, que a veces puede consultarse en su web. Veamos las prácticas
más habituales.
Repartir dividendo en efectivo y hacerlo crecer de forma regular. En épocas malas,
estas empresas suelen elegir aumentar el payout (porcentaje del beneficio abonado en
dividendos; vigila siempre que no supere el 100% y la empresa se empiece a endeudar) o
eliminar las recompras.
Recomprar acciones. Una forma de retribuir al accionista es que la empresa compre sus
propias acciones, generando o aumentando así su autocartera. La empresa destinaría así la
misma cantidad de dinero a pagar dividendos, pero se repartiría entre menos acciones. De
esta forma, el dividendo que cada inversor recibe aumentaría aunque no se incremente el
efectivo dedicado a ello, ya que las acciones de autocartera no tienen derecho a percibirlo.
Abonar el dividendo solo si hay una cierta cantidad de beneficio «sobrante» disponible,
por lo que los recortes o suspensiones pueden llegar a ser frecuentes. En estos casos,
si la empresa encuentra un uso alternativo a ese dinero puede decidir no retribuir a sus
accionistas, ya que el reparto del dividendo es circunstancial y no un objetivo de la dirección
de la empresa.
Retribuir al accionista con dividendo flexible, con los inconvenientes antes citados.
Dar un dividendo extraordinario. La empresa abona un dividendo que, como su propio
nombre indica, no se dará de forma regular. Se sale de la política regular de pagos de la
empresa y como accionistas no debemos contar con él en el futuro. Esto puede ser por un
beneficio extra o por una acumulación excesiva de liquidez para cubrir futuros pagos de
deudas o hacer alguna compra que por alguna razón decide no llevarse a cabo.
Algunas de estas políticas de dividendo son compatibles entre sí; por ejemplo, hay
empresas que hacen crecer su dividendo de forma habitual y además hacen recompras.
La periodicidad del pago del dividendo puede variar. En Europa no es raro encontrar
empresas que deciden pagarlo, mientras que en EE.UU. es muy común el pago trimestral.
Para nuestra estrategia de inversión nos interesan empresas que no lo recorten y que lo
aumenten con el tiempo o que, si no lo aumentan, sea estable y de alta rentabilidad.
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¿Cuánto capital es necesario para empezar?
Para responder a esta pregunta vamos a tener en cuenta dos elementos: el porcentaje
máximo de comisiones y nuestro objetivo con la inversión.
En este curso vamos a trabajar a partir de la premisa de que nuestras comisiones de
compra y venta no superen el 1 % del dinero aportado. Por ejemplo, si nosotros compramos
acciones de Logista por valor de 1.000 € no debemos pagar más de 10 € por la operación
(el 1 % del capital que vamos a invertir).
Fijamos como referencia ese 1 % porque un inversor por dividendos debería aspirar a
una rentabilidad neta media anualizada de al menos 5 %. Pagar más de un 1 % de nuestro
capital en comisiones nos parece excesivo e innecesario. Por este motivo, dedicar tiempo
suficiente a encontrar el servicio de bróker más adecuado para nosotros es una decisión
muy rentable.
Debemos tener en cuenta que el capital que aportemos a nuestra cartera para comprar
nuevas acciones tendrá un peso importante en nuestros resultados. Si, por ejemplo, desti-
namos 1.000 € anuales a compras con una comisión del 1 % (10 € por compra), tardaremos
unos 15 o 20 años en cobrar esos 1.000 € anuales en dividendos. Quizá podríamos conse-
guirlo antes, pero esta no es una estrategia en la que ese dinero aportado se multiplique
por 100 o 200 en unos pocos años.
Considerando que más o menos recibiremos lo aportado anualmente en rentas en unos
20 años, debemos valorar qué objetivo perseguimos con la inversión y ver si nuestras
expectativas son realistas. El capital anual necesario no es el mismo si se pretende tener un
complemento a la jubilación que si buscamos cubrir el 100% de nuestros gastos con esos
dividendos.
Así que la respuesta a la pregunta que abre este punto —cuánto capital hace falta—
es un «depende».
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Es normal invertir dos o tres años para conformar una cartera cercana a la querríamos te-
ner. Debemos entender que, aunque tengamos un dinero inicial y queramos que empiece
a trabajar para nosotros lo antes posible, es bueno ir ponderando a lo largo del tiempo y no
hacer todas las compras de golpe, ya que nunca sabremos si el mercado está en su punto
más bajo. Dedicaremos más tiempo a esta cuestión en la segunda clase.
Uno de los pilares de esta forma de invertir es el tiempo. Pasados 10 años, aproximada-
mente, será cuando empecemos a ver la fuerza del interés compuesto y el «efecto de bola
de nieve». Para entonces, lo habitual es que los efectos de los recortes o suspensiones de
dividendo y los errores que hayamos cometido en el camino se hayan diluido, asumiendo
que tenemos una cartera correctamente diversificada.
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14 117591,8 11879,59 5879,59 39 489,97
La primera columna son los años transcurridos desde que empezamos a invertir, por eso
en la segunda columna hay 0 € en dinero invertido inicial en el primer año.
La tercera columna es el dinero que podemos invertir desde nuestro ahorro año a año.
Como podemos observar, se va sumando a lo invertido inicialmente y se le añaden los
dividendos teóricos generados por nuestra inversión, indicados en la cuarta columna; po-
demos ver cómo van aumentando cada año.
La quinta columna indica la edad del ahorrador-inversor. Por último, en la sexta columna
tenemos el dividendo mensual que podríamos dedicar a sufragar nuestros gastos corrien-
tes.
Viendo las cantidades, podemos constatar que gracias al efecto del interés compuesto
llega un momento en que el importe de los dividendos mensuales supera el de la aporta-
ción mensual. Al reinvertir cantidades crecientes obtenidas mediante dividendos, las rentas
crecen cada vez más rápido.
En este caso, el momento en que los dividendos recibidos superan a la cantidad men-
sual aportada es a los 15 años. Aquí estamos asumiendo una rentabilidad por dividendo
bruta del 5 %, pero puede ser más baja en función de qué empresas decidamos incorporar
a la cartera y cómo se comporten; también puede ser más alta, por supuesto.
Los primeros dividendos serán pequeños, pero debemos entender esta forma de in-
versión como un camino que recorreremos a muy largo plazo, incluso para toda la vida.
Y aunque en los primeros años las rentas percibidas sean bajas, iremos viendo cómo van
creciendo anualmente.
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La importancia del largo plazo y del colchón de seguridad
Una de las pocas cosas seguras de nuestra vida es que nuestras circunstancias cambia-
rán en algún momento. Puede que ahora no tengamos grandes gastos o que tengamos un
buen puesto de trabajo, pero todo eso puede cambiar de repente. Por eso es importante
que podamos hacer frente a imprevistos que suponen desembolsos de dinero sin tener
que vender parte de nuestra cartera de acciones. Disponer de una cantidad suficiente de
ahorros disponibles a modo de «colchón de seguridad» frente a imprevistos y emergencias
nos ayudará a mantener a largo plazo nuestra estrategia.
También debemos considerar que una situación en la que nosotros pudiéramos necesitar
vender (por quedarnos sin empleo, por ejemplo) puede ser también un mal momento de
mercado en general, por lo que tener que vender implicaría seguramente afrontar pérdidas.
Esto podría evitarse teniendo un colchón de seguridad en forma de ahorros para imprevistos
equivalente a unos 6 meses de gastos mensuales totales.
Una de las principales ventajas de esta forma de invertir es que los dividendos que
percibimos pueden ser utilizados para nuestros gastos mensuales en el caso de que el
colchón de seguridad no sea suficiente o necesitemos alargarlo, por ejemplo, si perdemos
el empleo. Esto retrasaría notablemente la construcción de nuestra cartera, por lo que
debemos hacerlo solo en caso de que sea absolutamente necesario.
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En el caso de decidir comprar y mantener, también habrá situaciones donde deberemos
considerar deshacernos de las acciones de una empresa, por ejemplo:
• Los números de la empresa se deterioran mucho, lo que provoca, por ejemplo,
el descenso continuado de beneficios, un aumento significativo de la deuda sin
expectativa clara de retorno, etc.
• Recorte o suspensión del dividendo. Hay inversores para los que esto supone
una venta automática; otros, en cambio, buscan entender qué ha llevado a la
empresa a recortar o cancelar la retribución al accionista.
• La empresa es objeto de una OPA. Debemos ver si la excluye o no del mercado y
en cualquier caso, qué información hay disponible sobre la política de dividendos de
la empresa que la lanza.
• La cotización se dispara de forma muy significativa. Algunos inversores deciden
vender parte de su posición en una empresa cuya cotización sube muchísimo, ya
que consideran que tardarían demasiado tiempo en reunir ese beneficio (plusvalía)
en forma de dividendo. Además, si consideran la cotización a la hora de calcular
cuánto pesa cada empresa en su cartera, ese peso puede dispararse si el precio
de la empresa lo hace. Recomendamos vender para generar plusvalías solo en
circunstancias donde verdaderamente la plusvalía sea muy grande. No olvidemos,
además, que tributaremos por esa ganancia.
Para terminar, queremos insistir en que es muy importante sentirnos cómodos con las
empresas que compramos. Esta tranquilidad será lo que nos permita afrontar bajadas de
cotización con la confianza de que la decisión de incorporar la empresa a nuestra cartera
fue correcta.
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