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Capítulo 5
Los elementos conceptuales y visuales de la forma
En este capítulo comenzaremos por definir el plano como una consecuencia lógica del proceso de la generación
de la forma a partir del punto y la línea. Aquí retomaremos el estudio del aspecto conceptual de la forma o la
forma virtual que fue introducido en los capítulos dos y tres. Esto con el fin de profundizar en él, e introducir el
estudio de los aspectos visuales de la forma. Continuaremos con el estudio de los principios de la teoría de la
Gestalt con el concepto de pregnancia o la buena forma. Para ello ampliaremos el estudio de algunos conceptos
expuestos en los capítulos anteriores que son fundamentales para la creación de composiciones visuales con un
alto valor de coherencia formal (pregnancia) como lo son el de proporción, articulación, dirección y equilibrio.
En la sesión uno estudiamos el plano como el campo visual de dos dimensiones en el que las
formas son representadas: el Plano Básico. En esta sesión analizaremos al plano como forma
contenida en el PB, como un elemento visual en contraste con el campo de las energías
visuales. Para definir al plano como forma tenemos, que así como la línea se origina a partir
del punto, el plano se origina a partir de la línea1. Esta construcción a partir de la línea le
imprime al plano características similares a la de la línea, por lo que se puede argumentar que
el plano tiene un origen dual al igual que la línea, pues se le puede considerar como una
sucesión de líneas paralelas entre sí (Fig.1) o como una línea en movimiento (Fig. 2) ya sea en Fig.1
el PB o en el espacio. En otras palabras, podemos decir que el plano puede
ser visto como un elemento cartesiano, con un origen estático, como la
sumatoria de elementos continuos o como un elemento relativista que surge
del movimiento continuo de la línea en el espacio. En ambos casos el
plano adquiere propiedades similares al de la línea. Si el punto es
Fig.2 adimensional y la línea unidimensional, el plano, al surgir de la línea adquiere
las características fundamentales de la bidimensionalidad: ancho y largo. Recordemos que cuando hablamos de
la línea (Fig. 3 cap.3) mencionamos que por regla general una proporción de un ancho mayor a la mitad de su
longitud hace que la forma adquiera las características visuales de un plano, ya que en la relación entre ancho y
largo del plano, ninguna dirección anula a la otra lo que preserva su condición de forma bidimensional. Por otro
lado, no perdamos de vista que el plano al contener a la línea también contiene al punto, de allí que la
representación virtual del plano como forma abierta, infinita, o en otras palabras el plano conceptual o virtual
posee expresiones mucho más versátiles que el punto y la línea, como veremos en el próximo punto.
El aspecto conceptual de la forma se puede argumentar que es similar al código genético de los seres vivos, es
la información contenida en la forma la que garantiza su individualidad, su carácter. Consideremos que así
como el punto gráfico, el punto real, es visible y puede tener diferentes formas, su aspecto conceptual es lo que
nos permite interpretarlo mentalmente como punto al contrastarlo con otras formas, es lo que nos hace
referirnos a sus características de localización y ubicación2 en el plano o en el espacio. Al estudiar el punto y la
línea en los capítulos II y III hablamos de los aspectos conceptuales de esos elementos visuales y se introdujo la
idea de las formas virtuales. En este punto retomaremos esas ideas brevemente en función del plano. Pero antes
que nada es necesario aclarar el alcance de la disertación sobre la conceptualización de la forma en este estudio.
Aquí cuando hablamos de conceptualización de la forma, nos estamos enfocando en sus aspectos más básicos
desde el punto de vista formal, refiriendo a veces algunos aspectos simbólicos que son de carácter universal,
que trascienden los ámbitos culturales y que están impresos de alguna forma en el inconsciente colectivo3 de la
humanidad. Intencionalmente evadimos el enfoque semiológico de la conceptualización formal, pues nuestro
objetivo es proporcionar al novel estudiante de Diseño un punto de vista lo más neutro posible sobre la
configuración de la forma, pero sin caer en un racionalismo estéril desprovisto de toda sensibilidad humana ante
el mundo visible, que puede llegar a ir en detrimento de la creatividad.
El punto, la línea, el plano y el volumen poseen un aspecto conceptual que nos permite
percibirlos como formas virtuales4.Es decir, podemos percibir mentalmente estos elementos
visuales de forma imaginaria aunque no existan de hecho, sino que su presencia está sugerida
por otras formas. El punto conceptual cómo hemos visto, indica posición, localización, pero
no ocupa una zona en el plano o en el espacio pues no tiene dimensiones. Cuando se genera
un plano conceptual o virtual con al menos tres puntos (Fig.3) podemos Fig.3
percibir una tensión espacial entre la posición o localización de los puntos. Por otro lado al ser
el punto en movimiento el origen de la línea, se genera en ésta una tensión direccional que
parte de los extremos de ésta en sentidos opuestos5. En el caso del plano conceptual definido
Fig.4 por un punto y una línea (Fig.4), el juego de tensiones espaciales sobre el plano virtual cambia
dramáticamente respecto al caso anterior. Aquí la fuerza direccional de la línea manifiesta su carácter,
condicionando la percepción del plano virtual a una dirección visual. Al
contrario del caso anterior en que los tres puntos manifiestan una estabilidad
visual debido a la uniformidad de las tensiones espaciales entre ellos, al estar la
línea presente ésta le imprime su carácter direccional al plano virtual o
conceptual. Podemos además definir el plano virtual por medio de dos líneas
que se intercepten o dos líneas paralelas entre sí (Fig.5). En estos casos las Fig. 5
Fig.8
Fig.10
Fig.11 Fig.12
Cuando el punto, la línea, el plano y el volumen son visibles trascienden su estado conceptual y presentan las
características visuales de la forma8: la figura, el tamaño, el color y la textura, quedando capturados por nuestra
percepción como formas visuales. La forma bidimensional, como hemos visto hasta ahora, adquiere existencia
fundamentalmente a través de la línea, que es lo que contribuye en mayor medida a darle significado. Cuando
hablamos de la forma en general, nos referimos a la percepción que como totalidad tenemos de un objeto ya sea
este bidimensional o tridimensional. Así pues toda forma visual presenta estas cuatro características
fundamentales conocidas como los elementos visuales de la forma.
Estética de la forma
La percepción de los valores estéticos den la forma está ligada a la percepción visual y por ello el conocimiento
de los fenómenos visuales nos permiten apreciar con mayor profundidad las formas del arte, del diseño, y de la
arquitectura. La estética como la define Baumgarten: "ciencia de lo bello, misma a la que se agrega un estudio
de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores"9, está ligada íntimamente a
las culturas, a las sociedades, a la forma de entender el mundo de cada sociedad e incluso a los valores
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Fundamentos configuracionales de la forma arquitectónica
particulares de cada individuo. Por eso una vestimenta (fashion design) que en un
momento dado, en una cultura particular tiene un alto valor estético cargado de
connotaciones sociales y culturales, como por ejemplo el kimono japonés
(Fig.15), puede que en otro contexto no tenga más valor que el de un disfraz de
carnaval o el de una bata de casa estrafalaria. La cultura y la época son sin duda
un factor preponderante en toda apreciación estética. Valores que hoy día son
considerados deseables, en el pasado eran percibidos como factores
desagradables y viceversa. Más dramáticas aun pueden ser las diferencias de
apreciación estética entre culturas. Sin embargo, el hecho de que el kimono se
use fuera de contexto para una ocasión especial donde predomina la apreciación
visual, como lo es el carnaval, o en un contexto íntimo donde el individuo puede
dar rienda suelta a sus gustos estéticos particulares sin tener que lidiar con los
códigos sociales de vestimenta, revela que en este caso el kimono ha sido escogido Fig.15
proporción por sus valores estéticos puramente formales. Observando los kimonos de la figura 15, se puede
argumentar que la del traje, la articulación entre sus partes, la ubicación y la dirección del obi (la faja), el peso
psíquico y el equilibrio entre las formas son aspectos fundamentales de la apreciación estética más allá de los
significados particulares que puedan tener las formas del kimono en su contexto original. En los próximos
puntos vamos a estudiar estos conceptos que tienen un papel preponderante en la apreciación estética de las
formas, pero antes de pasar al próximo punto es necesario hacer una breve observación sobre la percepción de
la proporción de las formas.
En el capítulo 4 definimos la proporción como la relación dimensional que existe entre una parte o entre las
partes de una forma con la forma total, con el todo. La percepción de la proporción de una forma puede ser
considerada como un factor psíquico debido a que puede ser alterada por las experiencias previas, las
proporciones con las que estamos familiarizados, la cultura, el contexto, el color y la textura. Cuando
estudiamos en el capítulo anterior el concepto de escala, vimos cómo la relación de un objeto con su entorno
puede alterar la forma como lo percibimos. De igual manera, la
relación proporcional entre el contexto, el campo visual y la
forma afecta la percepción de la proporción de los objetos,
además el color y la textura también afectarán la percepción de las
proporciones. En la figura 16, podemos observar un ejemplo de
este fenómeno visual, ambos rectángulos negros son idénticos,
pero se encuentran inscritos en dos rectángulos de diferente
tamaño. Observando brevemente los rectángulos negros se
percibe, a simple vista, que uno de ellos pareciera ser más esbelto Fig. 16
que el otro debido, en este caso, a la relación visual con el contexto, que en el primer caso se crea una ilusión de
opresión sobre la forma, estilizándola y en el segundo una ilusión de expansión en el sentido transversal.
Los estudios de la Gestalt han establecido que las formas más puras son las más fáciles de
percibir, 11como es el caso del cuadrado, el círculo y el triángulo equilátero (Fig.17). Estas son
consideradas como formas estéticamente perfectas en las que la simplicidad, la regularidad, la
simetría y el orden, se podría decir, se encuentran en su máxima expresión. Kandinsky durante
sus años en la Bauhaus efectuó una serie de investigaciones visuales de las que concluyó que
sus colores naturales12 son los mostrados en la figura 17. Aunado a su perfección formal, estas
figuras poseen una fuerte carga conceptual desde el punto de vista tanto formal como simbólico, Fig.17
ya sea en su versión bidimensional o en la tridimensional (el tetraedro, la esfera y el cubo). Se las ha llamado
formas primarias13, en relación con los colores primarios que representan y al balance o equilibrio entre las
direcciones pregnantes de sus formas. Estas direcciones se encuentran en equilibrio, sin embargo, cada una de
ellas manifiesta una energía visual particular. En el cuadrado se manifiestan una serie de relaciones visuales y
conceptuales que hemos visto al estudiar el PB (Cap.1). Sólo queremos añadir aquí que el color rojo que se le
asocia enfatiza sus cualidades terrenales. En el círculo que representa la gran paradoja de la unidad del todo, la
extensión del ancho y el largo son las mismas, sin embargo, no manifiesta verticalidad ni horizontalidad, es un
todo continuo, infinito, sin principio ni fin. Es el símbolo universal de la unidad. Siempre en equilibrio, siempre
en movimiento, donde el color azul que se le asocia enfatiza sus cualidades celestiales. Por último el triángulo,
en contraste con el cuadrado que equilibra las direcciones visuales y el círculo que las diluye, es la figura
direccional por excelencia. En el la energía de la línea diagonal alcanza su máxima expresión y aunque repose
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Fundamentos configuracionales de la forma arquitectónica
sobre uno de sus lados siempre está enfatizando la direccionalidad centrifuga de su forma. El color amarillo
enfatiza las cualidades de movilidad del triángulo al relacionarlo con la expansión de la conciencia, con las
cualidades de movilidad del intelecto. En general, podemos argumentar que estas formas pregnantes por
excelencia son el origen de todas la formas, es decir todas la demás formas no son más que combinaciones,
variaciones, transformaciones, deformaciones, alteraciones, metamorfosis, etc., de estas formas primarias.
La articulación
En el punto anterior vimos que las formas primarias son, unidades, totalidades. Sin
embargo, cuando comenzamos a combinarlas entre sí para generar otras formas, debido a
su poderoso carácter formal, surge la imperiosa necesidad de crear una articulación entre
ellas. La articulación es una propiedad que afecta la continuidad de la lectura visual de la
forma y su percepción como un todo, tiene la función por un lado, de conservar la
individualidad de las formas y por el otro de armonizarla. Fig.18
Se dice que existe una articulación suficiente o una buena articulación14 entre los
componentes de una forma cuando existe una relación proporcional entre las partes, se
utiliza la familia de líneas ya sea por contraste o por similitud y se crea un orden en los
cambios de dirección en el recorrido visual, entre otras cosas. La articulación afecta tanto el
contorno de una forma en particular como a las formas compuestas. La clave está en que el
recorrido visual sea fluido y que la identidad de las formas sea clara, fácil de identificar
(Fig. 19). Por otro lado encontramos que una articulación es deficiente o que tenemos una
articulación insuficiente (Fig.20). Cuando sucede todo lo contrario, el recorrido visual
resulta tortuoso o interrumpido, la identificación de la forma se hace difícil de definir, las
energías visuales de los diferentes componentes de la forma se contradicen entre sí, no
hay relaciones proporcionales, etc. La clave de una buena articulación de la forma tal Fig.20
vez está principalmente en la continuidad de la lectura visual, lo que facilita su percepción como un todo, pero
cómo lograrlo no responde a una receta. En la mayoría de los casos encontramos un tercer elemento que enlaza
dos formas diferentes para la solución más apropiada (Fig.18), sin embargo, esto no es imprescindible (Fig.19),
todo depende, y no está de más insistir, en la intuición, la experiencia y la sensibilidad del diseñador.
La ubicación
Nuestra psique tiene una tendencia natural a ubicar los objetos en el plano o en el espacio
que está vinculada a la necesidad innata de crear un orden o modelo inteligible del mundo
que nos rodea15. En este sentido las direcciones fundamentales del mundo natural, arriba-
abajo (altura), derecha-izquierda (ancho), adelante-atrás (profundidad) cumple un papel
relevante en la estructura del campo visual, como hemos visto al estudiar la ley de los
tercios y del esquema de pesadez de Kandinsky en el capítulo uno. En relación con la
ubicación en el PB, en la composición bidimensional, recordemos los aspectos mas
relevantes del PB (Fig.25): 1-El contorno o límite de la forma, 2-El centro geométrico o Fig.25
punto de neutralización de las energías visuales del plano, 3-La dirección horizontal
(frialdad) y la dirección vertical (calidez), 4-Las diagonales; armónica e inarmónica
(movimiento), 5-Las zonas de pesadez y liviandad.
Al hablar de la ubicación nos estamos refiriendo a la posición de una forma respecto a este
esquema de relaciones el cual influye notablemente sobre la percepción de las formas
afectando el carácter o personalidad de éstas. Recordemos que al ubicar una forma en el
PB, ésta se impregna de las energías particulares de cada área (Cap. 1). El esquema de Fig.26
pesadez de Kandisnky (Fig.26) plantea que las formas ubicadas en el cuadrante inferior izquierdo adquieren
mayor peso visual que las colocadas en su opuesto, el superior izquierdo, el cual se percibirán más livianas.
El peso psíquico
El peso psíquico se define como la capacidad de la forma de manifestar peso y estabilidad visual. Éste depende
básicamente de tres factores: La ubicación de la forma en el campo visual, la posición de la forma, y de la
forma propiamente dicha, el contorno o la figura. Como hemos visto, una forma puede verse más o menos
pesada de acuerdo con su ubicación en el PB, de allí la importancia que tiene, en la interpretación del peso
psíquico, el campo visual. Por otro lado, debemos tener en cuenta que el
carácter propio de la forma, así como sus cualidades visuales pueden
reforzar o suavizar las energías del campo visual y vice-versa. En la figura
27, podemos observar cómo el cuadrado apoyado sobre la horizontal
inferior del PB sugiere mayor peso que el que flota en el cuadrante
superior izquierdo. Al comparar estas imágenes con la ubicación en el PB
de un círculo (Fig.28), el círculo que es una forma por naturaleza más
liviana que el cuadrado, sugiere menor peso psíquico que el cuadrado. Fig.27
cualidad visual de direccionalidad de su relación con el campo visual, que a su vez la ha trasmitido al círculo
que se encuentra asociado a ella por una relación de proximidad. En el próximo punto discutiremos este aspecto
direccional más detalladamente.
La dirección
alguna manera unifica el contraste entre las formas (el muro, sólido vs. volumen perforado, traslúcido). En la
figura 35, se aprecia cómo la dramatización del efecto de las fugas horizontales tanto de las paredes como del
pavimento contiene una intensidad clara de enfatizar la visual sobre la estela blanca al centro.
El equilibrio
el balance entre las energías visuales de las formas, sino que debemos tomar en cuenta las otras fuentes de
energía visual que afecta la composición. El color, la textura, la forma y el tamaño, la dirección de las formas,
etc, pueden ser explotados para crear ya sea un equilibrio estático o dinámico o simplemente, romper el
equilibrio totalmente con una intención clara de diseño.
1
Kandinsky. 1984.
2
Ching. 1998.
3
Jung, Karl. 1979.
4
Dondis, D. A. 1976.
5
Dondis, D. A. 1976.
6
Kandinsky. 1984. p.
7
Kandinsky. 1984.
8
Wong,Wucius.1979.
9
Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Estetica.
10
Ver: http://en.wikipedia.org/wiki/Gestalt_psychology#Pr.C3.A4gnanz.
11
Richard, Gregory. 1998.
12
Miller & Miller.1994.
13
Marcolli, Atillio, 1979.
14
Marcolli, Atillio, 1979.
15
Richard, Gregory. 1998.
16
Wong,Wucius.1979.
17
Scott, Robert. 1974.
18
Scott, Robert. 1974.