Está en la página 1de 11

Los recursos de propiedad común De vez en cuando surgen externalidades cuando es posible

utilizar los recursos sin pagar por ello. Los recursos de propiedad común son aquellos a los que
todo el mundo tiene libre acceso. Como consecuencia, es probable que se utilicen excesivamente.
El aire y el agua son los dos ejemplos más frecuentes. Otros son la pesca, la fauna y la exploración
y la extracción de minerales. Examinemos algunas de las ineficiencias que pueden surgir cuando
los recursos no son de propiedad privada sino de propiedad común. Consideremos el caso de un
gran lago lleno de truchas, al que tiene acceso un úmero ilimitado de pescadores. Cada uno pesca
hasta el punto en el que el ingreso marginal derivado de la pesca (o el valor marginal, si se pesca
por deporte y no para obtener beneficios) es igual al coste. Pero el lago es un recurso de
propiedad común y ningún pescador tiene incentivos para tener en cuenta las consecuencias de su
pesca para las oportunidades de otros. Por consiguiente, el coste privado del pescador subestima
el verdadero coste de la sociedad, ya que el aumento de la pesca reduce las reservas piscícolas,
haciendo que queden menos para otros. Eso da lugar a una ineficiencia, a saber, se capturan
demasiados peces. La Figura 1 ilustra esta situación. Supongamos que como las capturas de
pescado son suficientemente pequeñas en relación con la demanda, los pescadores consideran
dado su precio. Supongamos también que una persona puede controlar el número de pescadores
que tienen acceso al lago. El nivel mensual eficiente de pesca, F*, se encuentra en el punto en el
que el beneficio marginal generado por el pescado capturado es igual al coste social marginal. El
beneficio marginal es el precio indicado por la curva de demanda. El coste social marginal incluye
en el gráfico no solo los costes privados de explotación sino también el coste social del
agotamiento de las reservas piscícolas. Comparemos ahora el resultado eficiente con el que se
obtiene cuando el lago es de propiedad común. En ese caso, los costes externos marginales no se
tienen en cuenta, por lo que cada pescador pesca hasta que ya no puede obtener más beneficios.
Cuando solo se capturan F* peces, el ingreso derivado de la pesca es mayor que el coste, por lo
que pueden obtenerse beneficios pescando Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos
Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 4 más. La entrada en el sector pesquero no se detiene
hasta que se alcanza el punto en el que el precio es igual al coste marginal, que es el punto Fc de la
Figura 1. Sin embargo, en Fc se captura demasiado pescado. Ilustración 1. Los recursos de
propiedad común Fuente: Pindyck, R., & Rudinfeld, D. (2009). Microeconomía (Séptima ed.).
Madrid: Pearson Education. El problema del recurso de propiedad común tiene una solución
relativamente sencilla: permitir que un único propietario gestione el recurso. Este establecerá una
tasa por el uso del recurso igual al coste marginal del agotamiento de las reservas piscícolas. Al
tener que pagar esta tasa, a los pescadores en su conjunto ya no les resultará rentable capturar
más de F* peces. Desgraciadamente, la mayoría de los recursos de propiedad común son vastos,
ya que la propiedad única no siempre es viable. En ese caso, puede ser necesaria la propiedad
estatal o la regulación pública directa. Los bienes públicos Hemos visto que las externalidades,
incluidos los recursos de propiedad común, hacen que el mercado sea ineficiente, lo que justifica a
veces la intervención del Estado. ¿Debe sustituir el Estado a las empresas privadas como productor
de bienes y servicios? En caso afirmativo, ¿cuándo? En este apartado, Microeconomía II – Unidad
4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 5 describimos algunas
condiciones en las que el mercado privado puede no suministrar un bien en absoluto o puede no
fijar su precio correctamente, una vez suministrado. Bienes que no son rivales: Los bienes públicos
tienen dos características: no son rivales y no son excluyentes. Un bien no es rival si, cualquiera
que sea el nivel de producción, el coste marginal de suministrarlo a un consumidor más es cero. El
coste marginal de producir una cantidad adicional de la mayoría de los bienes que son
suministrados por el sector privado es positivo. Pero en el caso de algunos, la existencia de
consumidores adicionales no aumenta el coste. Consideremos el uso de una autopista durante un
periodo de escaso volumen de tráfico. Como la autopista ya existe y no hay congestión, el coste
adicional de utilizarla es cero. O consideremos el uso de un faro por parte de un barco. Una vez
que el faro está construido y funcionando, su uso por parte de un barco más no aumenta sus
costes de funcionamiento. Consideremos, por último, el caso de la televisión pública. Es evidente
que el coste de un espectador más es cero. La mayoría de los bienes son rivales en el consumo.
Por ejemplo, cuando compramos muebles, hemos excluido la posibilidad de que alguna otra
persona pueda comprarlos. Los bienes que son rivales deben repartirse entre los individuos. Los
bienes que no lo son pueden ponerse a disposición de todo el mundo sin influir en la oportunidad
de nadie de consumirlos. Bienes que no son excluyentes: Un bien no es excluyente si no es posible
excluir a nadie de su consumo, por lo que es difícil o imposible cobrar a los individuos por su uso;
los bienes pueden consumirse sin pagarlos directamente. Un ejemplo es la defensa nacional. Una
vez que un país ha suministrado defensa nacional, todos los ciudadanos disfrutan de sus
beneficios. Los faros y la televisión pública también son ejemplos de bienes no excluyentes. Los
bienes no excluyentes no tienen por qué ser de carácter nacional. Si una ciudad erradica una plaga
agrícola, se benefician todos los agricultores y los consumidores. Sería casi imposible excluir a un
agricultor de los beneficios del programa. Los automóviles son excluyentes (así como rivales). Si un
concesionario vende un automóvil nuevo a un consumidor, ha excluido a otros de comprarlo.
Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 6
Algunos bienes son excluyentes, pero no rivales. Por ejemplo, en un periodo de escaso tráfico, el
uso de un puente no es rival porque el paso de un automóvil más por él no reduce la velocidad de
otros. Pero el paso por el puente es excluyente, ya que las autoridades pueden impedir que se
utilice. Otro ejemplo es una señal de televisión. Una vez que se emite, el coste marginal de ponerla
a disposición de otro usuario es cero, por lo que el bien no es rival. Pero las señales pueden
hacerse excluyentes codificándolas y cobrando por el descodificador que las descodifica. Algunos
bienes no son excluyentes, pero sí rivales. El mar o un gran lago no es excluyente, pero la pesca es
rival porque impone costes a otros: cuantos más peces se capturen, menos quedan para otros. El
aire no es excluyente y a menudo no es rival, pero puede ser rival si las emisiones de una empresa
afectan negativamente a la calidad del aire y a la capacidad de otros de disfrutarlo. Los bienes
públicos, que no son rivales ni excluyentes, benefician a los individuos con un coste marginal nulo
y no es posible excluir a nadie de su consumo. El ejemplo clásico de bien público es la defensa
nacional. Como hemos visto, esta no es un bien excluyente, pero tampoco es rival, ya que el coste
marginal de suministrar defensa a una persona más es cero. El faro también es un bien público, ya
que no es rival ni excluyente; en otras palabras, sería difícil cobrar a los barcos por los beneficios
que el faro les proporciona. La lista de bienes públicos es mucho menor que la lista de bienes que
suministra el Estado. Muchos bienes suministrados por el Estado son rivales en el consumo,
excluyentes o ambas cosas a la vez. Por ejemplo, la educación superior es rival en el consumo. La
provisión de educación a un niño más tiene un coste marginal positivo, ya que otros reciben
menos atención conforme hay más niños por aula. Asimismo, el cobro de una matrícula puede
excluir a algunos niños del disfrute de la educación. La educación pública es suministrada por el
Estado porque tiene externalidades positivas, no porque sea un bien público. Consideremos, por
último, la gestión de un parque nacional. Parte del público puede ser excluida de su uso elevando
los precios de entrada y de acampada. La utilización del parque también es rival: si está
abarrotado, la entrada de un automóvil más puede reducir los beneficios que reporta a otros.
Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 7 La
eficiencia y los bienes públicos El nivel eficiente de provisión de un bien privado se averigua
comparando el beneficio marginal de una unidad más y el coste marginal de producirla. La
eficiencia se logra cuando el beneficio marginal y el coste marginal son iguales. Estos mismos
principios se aplican a los bienes públicos, pero el análisis es diferente. En el caso de los bienes
privados, el beneficio marginal se mide por medio del beneficio que recibe el consumidor. En el de
los bienes públicos, debemos preguntarnos cuánto valora cada persona una unidad más de
producción. El beneficio marginal se calcula sumando los valores de todas las personas que
disfrutan del bien. Para averiguar el nivel eficiente de provisión de un bien público, debemos
igualar la suma de estos beneficios marginales y el coste marginal de producción. La Figura 2
muestra el nivel eficiente de producción de un bien público. D1 representa la demanda del bien
público por parte de un consumidor y D2 la demanda de otro consumidor. Cada curva de demanda
indica el beneficio marginal que obtiene el consumidor consumiendo cada uno de los niveles de
producción. Por ejemplo, cuando hay 2 unidades del bien público, el primer consumidor está
dispuesto a pagar 1,50 dólares por el bien y el beneficio marginal es de 1,50. Asimismo, el segundo
consumidor recibe un beneficio marginal de 4,00. Para calcular la suma de los beneficios
marginales de las dos personas, debemos sumar las curvas de demanda verticalmente. Por
ejemplo, cuando se producen 2 unidades, sumamos el beneficio marginal de 1,50 dólares y el
beneficio marginal de 4,00 y obtenemos un beneficio social marginal de 5,50. Cuando se calcula
esta suma en el caso de todos los niveles de producción del bien público, obtenemos la curva de
demanda agregada del bien público D. La cantidad eficiente de producción es aquella con la que el
beneficio marginal de la sociedad es igual al coste marginal. Se encuentra en el punto de
intersección de las curvas de demanda y de coste marginal. En nuestro ejemplo, como el coste
marginal de producción es de 5,50 dólares, el nivel de producción eficiente es 2. Microeconomía II
– Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 8 Ilustración 2.
Provisión eficiente de un bien público Fuente: Pindyck, R., & Rudinfeld, D. (2009). Microeconomía
(Séptima ed.). Madrid: Pearson Education. Para ver por qué es eficiente producir 2, obsérvese qué
ocurre si solo se suministra 1 unidad de producción: aunque el coste marginal sigue siendo de 5,50
dólares, el beneficio marginal es de 7,00 aproximadamente. Como el beneficio marginal es mayor
que el coste marginal, se ha suministrado una cantidad excesivamente pequeña del bien.
Supongamos que se produjeran 3 unidades del bien público. En ese caso, el beneficio marginal de
4,00 dólares aproximadamente es menor que el coste marginal de 5,50; se suministra una
cantidad excesiva del bien. El bien público solo se suministra eficientemente cuando el beneficio
social marginal es igual al coste marginal. Los bienes públicos y los fallos del mercado Supongamos
que queremos ofrecer un programa de erradicación de los mosquitos a nuestra comunidad.
Sabemos que el programa vale para la comunidad más de los 50.000 dólares que cuesta.
¿Podemos obtener beneficios ofreciéndolo a través del sector privado? Cubriríamos los costes si
cobráramos una tasa de 5,00 dólares a cada una de las 10.000 familias. Pero no podemos
Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 9
obligarlas a pagar la tasa, y no digamos idear un sistema en el que las familias que más valoren la
eliminación de los mosquitos paguen más. Desgraciadamente, la eliminación de los mosquitos no
es excluyente: no es posible ofrecer el servicio sin beneficiar a todo el mundo. Por tanto, las
familias no tienen incentivos para pagar lo que realmente vale para ellas el programa. Los
individuos pueden comportarse como parásitos y subestimar el valor del programa con el fin de
poder disfrutar de sus beneficios sin pagarlos. En el caso de los bienes públicos, la presencia de
parásitos hace que sea difícil o imposible que los mercados los suministren eficientemente. Tal vez
si el programa beneficiara a pocas personas y fuera relativamente barato, todas las familias
podrían acordar voluntariamente repartirse los costes. Sin embargo, cuando hay muchas familias,
los acuerdos privados voluntarios suelen ser ineficaces, por lo que el bien público debe ser
subvencionado o suministrado por el Estado para que se produzca eficientemente. Las
preferencias privadas por los bienes públicos La producción pública de un bien público es
ventajosa, ya que el Estado puede evaluar los impuestos o las tasas que deben cobrarse por él.
Pero, ¿cómo puede averiguar el Estado la cantidad que debe proporcionar de un bien público
cuando el problema del parásito da a los individuos incentivos para no revelar sus verdaderas
preferencias? En este apartado, analizamos un mecanismo para averiguar las preferencias
privadas por los bienes que produce el Estado. Para decidir las cuestiones relacionadas con la
asignación, suele recurrirse a una votación. Por ejemplo, los individuos votan directamente sobre
algunas cuestiones presupuestarias locales y eligen a los legisladores que votarán sobre otras.
Muchos referendos se basan en un sistema de votación por mayoría: cada persona tiene un voto y
vence el candidato o la cuestión votada que recibe más del 50 por ciento de los votos. Veamos
cómo se determina la provisión de educación pública por medio de una votación por mayoría. La
Figura 3 describe las preferencias por el gasto en educación (por alumno) de tres ciudadanos que
representan tres grupos de intereses en el distrito escolar. Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de
Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 10 Ilustración 3. La determinación del nivel
de gasto en educación Fuente: Pindyck, R., & Rudinfeld, D. (2009). Microeconomía (Séptima ed.).
Madrid: Pearson Education. La curva D1 indica la disposición del primer ciudadano a pagar por la
educación, menos los impuestos. La disposición a pagar cada nivel de gasto es la cantidad máxima
de dinero que pagará el ciudadano para disfrutar de ese nivel de gasto en lugar de no disfrutar de
ninguno. En general, los beneficios derivados del incremento del gasto en educación aumentan
conforme se incrementa este. Pero los impuestos que hay que pagar para financiar esa educación
también aumentan. La curva de disposición a pagar, que representa el beneficio neto del gasto en
educación, inicialmente tiene pendiente positiva, ya que el ciudadano concede un gran valor a los
bajos niveles de gasto. Sin embargo, cuando el gasto sobrepasa los 600 dólares por alumno, el
valor que concede la familia a la educación aumenta a una tasa decreciente, por lo que disminuye,
de hecho, el beneficio neto. Finalmente, el nivel de gasto es tan alto (2.400 dólares por alumno)
que el ciudadano es indiferente entre este nivel de gasto y ninguno. La curva D2, que representa la
disposición del segundo ciudadano a pagar (una vez descontados los impuestos) tiene la misma
forma, pero alcanza su máximo en un nivel de gasto de 1.200 dólares por alumno. Finalmente, D3,
que es la disposición del tercer ciudadano a pagar, alcanza un máximo en 1.800 dólares por
alumno. La línea de color oscuro DA representa la disposición agregada a pagar por la educación;
es igual a la suma vertical de las curvas D1, D2 y D3. La curva Microeconomía II – Unidad 4 – Guía
de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 11 DA mide la cantidad máxima que están
dispuestos a pagar los tres ciudadanos para disfrutar de cada nivel de gasto. Como muestra la
Figura 3, la disposición agregada a pagar se maximiza cuando se gastan 1.200 dólares por alumno.
Como la curva DA mide el beneficio del gasto, una vez descontados los impuestos necesarios para
pagarlo, el punto máximo, 1.200 dólares por alumno, también representa el nivel eficiente de
gasto. ¿Lograría la votación por mayoría el resultado eficiente en este caso? Supongamos que el
público debe votar entre gastar 1.200 dólares por alumno o 600. El primer ciudadano vota a favor
de 600, pero los otros dos votan a favor de 1.200, que será, pues, el resultado elegido por mayoría.
En realidad, 1.200 dólares por alumno derrotará a cualquier otra opción en una votación por
mayoría, por lo que representa la opción por la que muestra una mayor preferencia el votante
mediano, que es el ciudadano que tiene la preferencia mediana o intermedia (el primer ciudadano
prefiere 600 dólares y el tercero 1.800). En el sistema de votación por mayoría, el nivel de gasto
que prefiere el votante mediano siempre vence a cualquier otra opción. Pero, ¿es la preferencia
del votante mediano el nivel eficiente de gasto? En este caso sí, ya que 1.200 dólares es un gasto
eficiente. Pero la preferencia del votante mediano a menudo no es el nivel de gasto eficiente.
Supongamos que el tercer ciudadano tuviera las mismas preferencias que el segundo. En ese caso,
aunque la elección del votante mediano seguiría siendo de 1.200 dólares por alumno, el nivel
eficiente de gasto sería inferior a esa cantidad (ya que el nivel eficiente es una media de las
preferencias de los tres ciudadanos). En este caso, la votación por mayoría llevaría a gastar
demasiado en educación. Si invirtiéramos el ejemplo de tal forma que fueran idénticas las
preferencias del primer ciudadano y del segundo, la votación por mayoría llevaría a gastar
excesivamente poco en educación. Por tanto, aunque el sistema de votación por mayoría permite
que las preferencias del votante mediano determinen los resultados de los referendos, estos
resultados no tienen por qué ser eficientes desde el punto de vista económico. La votación por
mayoría es ineficiente porque atribuye el mismo peso a las preferencias de todos los ciudadanos:
el resultado eficiente pondera el voto de cada ciudadano en función de la intensidad de sus
preferencias. Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba
Ávila, Dr. (C) 12 Teoría de juegos La vida económica está llena de situaciones en las que los
individuos, las empresas y los países compiten por dominar a sus adversarios. Los oligopolios a
veces terminan en guerras económicas de precios. Esta rivalidad se observó en el siglo XIX cuando
Vanderbilt y Drew redujeron una y otra vez las tarifas de transporte de sus ferrocarriles paralelos.
En los últimos años, Southwest Airlines ha tratado de atraer a los clientes de sus rivales mayores
ofreciendo tarifas inferiores a las vigentes. Cuando las grandes empresas, como American o
United, decidieron cómo reaccionar, también tuvieron que tener en cuenta cómo reaccionaría
SouthWest cuando ellas reaccionaran, y así sucesivamente. Estas situaciones son ejemplos de un
área de análisis económico conocida con el nombre de “teoría de los juegos”. La teoría de los
juegos analiza la forma en que dos o más jugadores eligen estrategias que afectan conjuntamente
a todos. Esta teoría, que puede parecer frívola por su terminología, en realidad está llena de
significado y fue desarrollada fundamentalmente por John von Neumann (1903-1957), genio
matemático nacido en Hungría. La teoría de los juegos ha sido utilizada por los economistas para
estudiar las interacciones de los oligopolistas, los conflictos entre los sindicatos y los empresarios,
los acuerdos internacionales sobre el medio ambiente, la reputación y otras muchas situaciones.
La teoría de los juegos también aporta ideas de la política a la guerra de precios y a la vida diaria.
Por ejemplo, sugiere que en algunas circunstancias, la mejor estrategia es un patrón de conducta
elegido cuidadosamente al azar. Un vigilante de seguridad debe hacer las rondas al azar esto es,
no seguir siempre la misma rutina. De vez en cuando debemos “blofear” en el póquer, no sólo
para ganar con malas cartas, sino también para asegurarnos de que otros jugadores no pasen
cuando apostamos mucho porque tenemos buenas cartas. Análisis de la fijación de precios
Comencemos por analizar la dinámica de la reducción de precios. Suponga el lector que es el jefe
de una empresa consolidada, Amazing.com, Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos
Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 13 cuyo lema es: “Nadie vende más barato que
nosotros”. Abre su navegador y descubre que nEwBooks, un nuevo vendedor por Internet, se
anuncia así: “Vendemos 10% más barato”. La figura 4 muestra la dinámica. Las flechas verticales
de color sepia muestran las reducciones de precios de nEwBooks; las flechas horizontales de color
sepia la estrategia adoptada por Amazing consistente en responder a cada reducción de precios
con la baja de los suyos. De acuerdo con este patrón de reacciones, este tipo de rivalidad termina
en la ruina mutua, en un precio cero. ¿Por qué? Porque el único precio compatible con ambas
estrategias es el precio de cero: 90% de cero es cero. Sólo si la empresa tiene poca visión puede
pensar que le es posible seguir con el recorte por mucho tiempo. Muy pronto ambas comenzarán
a preguntarse: ¿Qué hará mi rival si reduzco mi precio, o lo aumento, o lo dejo como está? Una vez
que comience a preguntarse cómo reaccionarán las empresas ante sus decisiones, habrá entrado
en el mundo de la teoría de los juegos. Ilustración 4. Análisis de fijación de precios Fuente:
Samuelson, P., & Nordhaus, W. (2005). Economía (Decimoctava ed.). México D.F.: McGraw-Hill.
Conceptos básicos Mostraremos los conceptos básicos de la teoría de juegos mediante el análisis
de un juego de precios de duopolio, situación en la que en un mercado sólo hay dos empresas que
están produciendo. Suponemos, para simplificar, Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de
Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 14 que las dos tienen la misma estructura de
costes y de demanda. También las dos pueden decidir si quieren cobrar el precio normal o uno
inferior a los costes marginales y tratar de llevar a su rival a la quiebra y quedarse con todo el
mercado. El elemento nuevo del juego de duopolio radica en que los beneficios de la empresa
dependen de la estrategia de su rival, así como de la suya propia. Un instrumento útil para
representar la interacción de dos empresas o personas es la tabla con dos entradas conocida como
matriz de pagos, que es una manera de mostrar las estrategias y los pagos de un juego en el que
participan dos jugadores. La figura 5 muestra los pagos del juego de los precios de un duopolio
correspondiente a las dos empresas. En la matriz de pagos, una empresa puede elegir entre las
estrategias indicadas en sus filas o en sus columnas. nEwBooks puede elegir entre sus dos
columnas y Amazing entre sus dos filas. En este ejemplo, cada empresa decide cobrar su precio
normal o iniciar una guerra de precios reduciéndolos hasta niveles sumamente bajos. Ilustración 5.
Matriz de pagos de una guerra de precios Fuente: Samuelson, P., & Nordhaus, W. (2005).
Economía (Decimoctava ed.). México D.F.: McGraw-Hill. Si combinamos las dos decisiones de los
duopolistas tenemos cuatro resultados posibles, que se presentan en las cuatro casillas de la
matriz. La casilla A, situada en la parte superior izquierda, muestra el resultado que se obtiene
cuando las dos empresas eligen el precio normal; la D muestra el resultado al que se llega cuando
las dos deciden entrar en una guerra de precios; por su parte la B y la C presentan el resultado que
se obtienen cuando una elige un precio normal y la otra decide entrar en la guerra de precios.
Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 15
Los números situados dentro de las casillas indican los resultados de las dos empresas, es decir, los
beneficios que obtiene cada una en cada uno de los cuatro resultados. La cifra de color sepia
situada en la parte inferior izquierda muestra el resultado del jugador de la izquierda (Amazing); la
cifra de color negro situada en la parte superior derecha muestra el resultado del jugador situado
arriba (nEwBooks). Dado que las empresas son idénticas, los resultados son imágenes gemelas.
Distintas estrategias Una vez que conocemos la estructura básica del juego, veamos el
comportamiento de los jugadores. El nuevo elemento de teoría de juegos es analizar no sólo sus
propias acciones sino también la interacción entre sus objetivos y acciones con las de su oponente.
Pero siempre debe recordarse que el adversario también tratará de ser más listo que nosotros. La
filosofía que guía la teoría de los juegos es la siguiente: debemos elegir nuestra estrategia
preguntándonos qué tiene más sentido para nosotros suponiendo que nuestros adversarios
analizan nuestra estrategia y hacen lo que es mejor para ellos. Apliquemos esta máxima al ejemplo
del duopolio. Observe, en primer lugar, que nuestras dos empresas obtienen los beneficios
máximos conjuntos en el resultado A. Cada una logra $10 cuando las dos adoptan la estrategia del
precio normal. En el otro extremo se encentra la guerra de precios, en la que cada empresa reduce
su precio e incurre en una gran pérdida. Entre estos dos casos se encuentran dos interesantes
estrategias en las que sólo entra en la guerra de precios una de las empresas. Por ejemplo, en el
resultado C, nEw-Books adopta la estrategia de fijar un precio normal, mientras que Amazing inicia
una guerra de precios. Amazing se lleva la mayor parte del mercado, pero pierde una gran
cantidad de dinero porque vende a un precio inferior al coste; nEwBooks obtiene, en realidad,
mejores resultados si continúa vendiendo al precio normal que si responde bajando su precio.
Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 16 La
estrategia dominante Cuando se analizan las posibles estrategias, el caso más sencillo es el de la
estrategia dominante, situación en la que uno de los jugadores tiene la mejor estrategia,
independiente de cuál sea la que elija el otro. En nuestro juego de guerra de precios,
consideremos, por ejemplo, las opciones de Amazing. Si nEwBooks sigue vendiendo lo mismo que
siempre a un precio normal, Amazing obtendrá $10 de beneficios si elige el precio normal y
perderá $100 si declara la guerra económica de precios. En cambio, si nEwBooks inicia una guerra,
Amazing pierde $10 si sigue vendiendo al precio normal, pero pierde aún más si también entra en
la guerra económica de precios. Vemos que el razonamiento es el mismo en el caso de nEwBooks.
Por lo tanto, cualquiera que sea la estrategia de cada una de las empresas, la mejor estrategia de
cada cual será elegir el precio normal. Cobrar el precio normal es una estrategia dominante de las
dos empresas en el juego de guerra de precios. Cuando los dos jugadores (o todos) tienen una
estrategia dominante, decimos que el resultado es un equilibrio dominante. En la figura 5 vemos
que el resultado A implica un equilibrio dominante porque se deriva de una situación en la que las
dos empresas han elegido sus estrategias dominantes. Algunos ejemplos importantes de la teoría
de los juegos Coludirse o no coludirse ¿Es el equilibrio no cooperativo de Nash el equilibrio
eficiente que más conviene a los dos jugadores? Una de las lecciones importantes de la teoría de
los juegos es que el equilibrio no cooperativo puede ser ineficiente para los dos jugadores. La
figura 6 lo pone de relieve. El equilibrio de Nash de la casilla D marcado con un asterisco genera a
los duopolistas menos beneficios totales que cualquiera de los demás resultados. La mejor
solución es A, en la que cada duopolista cobra el precio alto y obtiene los beneficios totales de
$300. La peor es el equilibrio no cooperativo de Nash con unos beneficios totales de $20. ¿Cómo
puede sobrevivir el equilibrio de Nash cuando los oligopolistas ganan en conjunto menos de lo que
ganarían con cualquier otro resultado? Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof.
Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 17 Recuerde la máxima de Adam Smith: “Raras veces se
reúnen las personas que están en la misma industria, pero la conversación suele terminar en una
conspiración para subir los precios”. ¿Por qué no se limitan las empresas a coludirse y eligen el
precio del monopolio? Consideremos el equilibrio cooperativo, que se alcanza cuando los
jugadores actúan al unísono y eligen estrategias que maximizan sus beneficios conjuntos. Pueden
decidir formar un cártel, fijar un precio elevado y repartirse por igual los beneficios. Es evidente
que eso beneficiará a los duopolistas a costa de los consumidores. Sin embargo, no siempre es
fácil llegar a una solución del monopolio cooperativa y mantenerla. En primer lugar, los cárteles y
la colusión para restringir el comercio son ilegales en la mayoría de las economías de mercado.
Pero el mayor obstáculo es la búsqueda del propio interés. Supongamos que se ha fijado
colusivamente el precio en (alto, alto) de la casilla A de la figura 6. Entonces Amazing decide en
secreto vender algo a un precio más bajo y se traslada de hecho a la casilla C. Podría hacerlo sin
ser descubierto durante un tiempo y obtendría más beneficios: $150 en lugar de $100. Ilustración
6. Fijación de precios Fuente: Samuelson, P., & Nordhaus, W. (2005). Economía (Decimoctava ed.).
México D.F.: McGraw-Hill. Finalmente nEwBooks se daría cuenta de que sus beneficios han
disminuido. Entonces reconsideraría su estrategia y quizá llegaría a la conclusión de que el cártel
se ha desintegrado, y su precio también bajaría hasta el nivel normal. Si no fuera posible obligar a
cumplir el equilibrio cooperativo (alto, alto), Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos
Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 18 las empresas tenderían rápidamente hacia el
equilibrio no cooperativo o de Nash en el resultado D (normal,normal). Este razonamiento puede
aplicarse también a los mercados perfectamente competitivos. El equilibrio perfectamente
competitivo es un equilibrio de Nash o no cooperativo, en el que cada empresa y cada consumidor
toman decisiones considerando dados los precios. En este equilibrio, cada empresa maximiza los
beneficios y cada consumidor maximiza su utilidad, lo cual da lugar a un resultado de beneficio
cero en el que el precio es igual al coste marginal. Recuerde la doctrina de la mano invisible de
Adam Smith: “Al buscar (un individuo) su propio interés, a menudo promueve el de la sociedad
más eficazmente que si realmente pretendiera promoverlo”. La paradoja de la mano invisible
radica en que aunque cada persona se comporte de una manera no cooperativa, el resultado
económico es socialmente eficiente. Por otra parte, el equilibrio competitivo es un equilibrio de
Nash en el sentido de que ninguna persona mejoraría su bienestar mediante el cambio de
estrategia si todas las demás mantienen la suya. En un mundo perfectamente competitivo, la
conducta no cooperativa produce el estado de eficiencia económica socialmente deseable. En
cambio, si algunas partes (como nuestros duopolistas) cooperaran y decidieran pasar al precio del
monopolio de la casilla A, disminuiría la eficiencia de la economía. Este resultado explica por qué
los gobiernos quieren aplicar las leyes antimonopolio que contienen duras sanciones para los que
se coluden para fijar precios y repartirse el mercado. El dilema del prisionero En nuestro juego de
guerra de los precios de la figura 6, hemos visto que la competencia entre las empresas genera un
resultado competitivo que se concreta en precios bajos. También hemos visto que por una
coincidencia casi milagrosa de la vida económica, la mano invisible de Adam Smith produce en los
mercados perfectamente competitivos una asignación eficiente de los recursos. Sin embargo, el
resultado beneficioso de la mano invisible no se obtiene en todas las circunstancias, como muestra
el dilema del prisionero, uno de los Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag.
Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 19 juegos más famosos. La figura 7 es como la 6, pero en este caso
se refiere a los prisioneros Molly y Knuckles, que han cometido juntos un delito. El fiscal se
entrevista por separado con cada uno de ellos y les dice: “Tengo suficientes pruebas sobre los dos
para mandarlos un año a la cárcel. Pero haré un trato contigo: si sólo confiesas tú, se te condenará
a 3 meses de cárcel, mientras que tu socio será condenado a 10 años. Si confiesan los dos, ambos
serán condenados a 5 años”. ¿Qué debe hacer Molly? ¿Debe confesar y confiar en recibir una
condena breve? Tres meses son preferibles al año al que sería condenada si permanece callada.
Pero hay una razón aún mejor para confesar. Supongamos que Molly no confiesa y sin que ella lo
sepa, su compañero Knuckles confiesa. ¡Molly se arriesga a ser condenada a 10 años! En esta
situación es claramente mejor para Molly confesar y ser condenada a 5 años que ser condenada a
10. Knuckles se encuentra en el mismo dilema: si supiera lo que piensa Molly o lo que piensa Molly
que Knuckles está pensando que piensa Molly o... Lo importante en este caso es que cuando
ambos prisioneros actúan interesadamente y confiesan, ambos serán condenados a mayores
penas de cárcel. Sólo son condenados a menos años de cárcel cuando ambos actúan de una
manera colusiva y altruista. Ilustración 7. Confesar o no confesar: el dilema del prisionero Fuente:
Samuelson, P., & Nordhaus, W. (2005). Economía (Decimoctava ed.). México D.F.: McGraw-Hill.
Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 20 El
juego de la contaminación Un importante ejemplo, de estructura similar a la del dilema del
prisionero, es el juego de la contaminación representado en la figura 8. Consideremos el caso de
una economía que padece externalidades, como la contaminación. En un mundo de empresas no
reguladas, cada empresa maximizadora de beneficios preferiría contaminar que instalar un equipo
caro para controlar la contaminación. Además, cualquier empresa que se comporte de manera
altruista y limpie sus emisiones nocivas enfrentará costes de producción más elevados, precios
más altos y menos clientes. Si sus costes son suficientemente elevados, puede incluso quebrar. Las
presiones de la competencia darviniana llevarán a todas las empresas al equilibrio de Nash
marcado con un asterisco en la casilla D de la figura 8, en el que ninguna de las empresas puede
obtener beneficios adicionales si reduce la contaminación. El juego de la contaminación es un
ejemplo de una situación en la que no funciona el mecanismo de la mano invisible de competencia
perfecta eficiente. Se trata de una situación en la que el equilibrio no cooperativo, o de Nash, es
ineficiente. Cuando los equilibrios de Nash se vuelven peligrosos por lo ineficientes que son, puede
intervenir el Estado. A través de regulaciones o tasas eficientes sobre las emisiones o quizá la
aparición de derechos de propiedad eficientes, puede inducir a las empresas a trasladarse al
resultado A, al mundo “poca contaminación-poca contaminación”. En este equilibrio, las empresas
obtienen los mismos beneficios que en el mundo de mucha contaminación y la tierra es un lugar
más agradable para vivir. Ilustración 8. El juego de la contaminación Microeconomía II – Unidad 4
– Guía de Conceptos Prof. Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 21 Fuente: Samuelson, P., &
Nordhaus, W. (2005). Economía (Decimoctava ed.). México D.F.: McGraw-Hill. La mortífera carrera
armamentista La teoría de los juegos tiene muchas aplicaciones en la ciencia política, la estrategia
militar y la biología evolucionista. Un juego especialmente peligroso que presenta un equilibrio no
cooperativo ineficiente es la carrera armamentista, que se ha repetido varias veces en la historia.
Supongamos que somos una superpotencia A que nos enfrentamos a una superpotencia hostil R o
que prevemos la aparición de la superpotencia C. Queremos asegurarnos de que tenemos
suficientes armas nucleares para impedir una agresión. Como no estamos seguros de cuáles son
las intenciones de nuestro adversario, procuramos tener una pequeña superioridad armamentista
sobre nuestro adversario. Nuestros generales nos dirán simplemente que es una política militar
prudente. Pongámonos ahora en el lugar de R, que observa cómo entramos en una escalada
militar, pero no sabe cuáles son nuestras intenciones. Sus generales también le aconsejan una
estrategia de superioridad prudente. Por lo tanto, A quiere tener 10% más bombas que R y ésta
quiere tener un 10% más bombas que A. Esto desencadena una explosiva cadena armamentista.
No piense el lector ni por un momento que este ejemplo es descabellado. La carrera armamentista
no cooperativa en la que entraron Estados Unidos y la Unión Soviética en el pasado (1945-1991)
provocó un enorme gasto militar y generó un arsenal de casi 100 000 cabezas nucleares. Estas
situaciones exigen soluciones cooperativas en las que las partes se reúnan para reducir el
armamento. Los acuerdos para controlar las armas trasladan el resultado de un equilibrio no
cooperativo ineficiente a un resultado cooperativo menos ineficiente. De esta forma pueden
aumentar la seguridad y el bienestar de todos los participantes. Los juegos en economía Las ideas
de la teoría de los juegos invaden la economía, las ciencias sociales, el mundo de las empresas y la
vida diaria. Por ejemplo, en economía, Microeconomía II – Unidad 4 – Guía de Conceptos Prof.
Mag. Ing. Diego Villalba Ávila, Dr. (C) 22 la teoría de los juegos puede explicar las guerras
comerciales, así como las guerras de precios. La teoría de los juegos también indica por qué la
competencia extrajera puede aumentar la competencia de precios. ¿Qué ocurre cuando las
empresas japonesas entran en un mercado de Estados Unidos en el que las empresas se han
coludido tácitamente y han adoptado una estrategia que lleva a un elevado precio oligopolístico?
Las empresas extranjeras pueden “negarse a seguir el juego”. No aceptan las reglas, por lo que
podrían reducir los precios para conseguir una mayor participación de mercado. La colusión podría
venirse abajo. Una característica clave de muchos juegos es el intento de los jugadores de
conseguir credibilidad. Una persona es creíble si se espera que mantenga sus promesas y cumpla
sus amenazas. Sin embargo, no es posible conseguir credibilidad con meras promesas. La
credibilidad debe ser coherente con los incentivos del juego. ¿Cómo se consigue credibilidad? He
aquí algunos ejemplos: los bancos centrales ganan fama de ser duros contra la inflación cuando
adoptan medidas políticamente impopulares. Consiguen incluso más credibilidad cuando sus
normas se plasman en una ley o en la constitución del país. Las empresas hacen promesas creíbles
cuando redactan contratos que contienen sanciones si no se actúa conforme a lo prometido. Una
estrategia más paradójica es que un ejército queme sus puentes tras pasar por ellos. Como no
puede replegarse, la amenaza de luchar hasta la muerte es creíble. Estos ejemplos dan una
pequeña idea de la enorme cosecha que han producido los teóricos de los juegos en los últimos
cincuenta años. Esta área ha ayudado enormemente a los economistas y a otros científicos
sociales a analizar situaciones en las que un pequeño número de personas está bien informado y
cada una trata de ser más lista que las demás en los mercados, en la política o en asuntos
militares.

También podría gustarte