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1. Bienes privados son tanto excluyentes como rivales en el consumo. Considere, por
ejemplo, un vaso de helado. El vaso de helado es excluyente, ya que se puede evitar
que alguien consuma un vaso de helado, simplemente no se le da uno a esa persona.
Un vaso de helado es rival en el consumo, ya que si una persona consume un vaso, no
es posible que otra consuma el mismo vaso. La mayoría de los bienes en la economía
es como estos vasos; es decir, bienes privados. Esto implica que usted no obtiene uno
a menos que haya pagado por él, y ya que lo obtiene, usted es el único que puede
beneficiarse de él. Cuando analizamos la oferta y la demanda en los capítulos 4, 5 y 6,
y la eficiencia de los mercados en los capítulos 7, 8 y 9, supusimos implícitamente que
los bienes eran tanto excluyentes como rivales en el consumo.
3. Recursos comunes son rivales en el consumo, pero no son excluyentes. Por ejemplo,
los peces en el océano son rivales en el consumo: cuando una persona pesca uno,
existe una menor cantidad de peces que puede pescar la siguiente persona. Sin
embargo, estos peces no son excluyentes, ya que dada la vastedad del océano es difícil
que los pescadores ya no puedan extraer más peces.
Bienes públicos
Existen muchos ejemplos de bienes públicos. Aquí consideramos tres de los más importantes.
Recursos comunes
Los recursos comunes, como los bienes públicos, son no excluyentes: están disponibles sin
ningún costo para cualquiera que desee hacer uso de ellos. Los recursos comunes son, sin
embargo, rivales en el consumo: si una persona usa estos recursos, reduce la capacidad de
otra persona para usarlos. Por consiguiente, los recursos comunes provocan un nuevo
problema. Una vez que el bien es proporcionado, los diseñadores de políticas deben estar al
tanto de la cantidad que se utiliza de dicho bien.
Existen muchos ejemplos de recursos comunes. En casi todos los casos surge el mismo
problema de la Tragedia de los comunes: los agentes privados usan demasiado los recursos
comunes. Los gobiernos frecuentemente regulan la conducta o imponen cuotas para mitigar el
problema de exceso de uso.
1. Aire y agua limpios: Como mencionamos en el capítulo 10, los mercados no protegen
adecuadamente el ambiente. La contaminación es una externalidad negativa que
puede corregirse con regulación o impuestos correctivos a las actividades
contaminantes. Esta falla del mercado es un ejemplo del problema de los recursos
comunes. El aire y el agua limpios son recursos comunes como la tierra de pastoreo
abierta, y la contaminación excesiva es igual al exceso de pastoreo. La degradación
ambiental es la moderna tragedia de los comunes.
2. Autopistas congestionadas: Las autopistas pueden ser tanto bienes públicos como
recursos comunes. Si una autopista no está congestionada, entonces el que alguien la
use no afecta a otra persona. En este caso, el uso no es rival en el consumo y la
autopista es un bien público. Sin embargo, si una autopista esta congestionada, el uso
de esta produce una externalidad negativa. Cuando una persona usa la autopista, el
tránsito vehicular aumenta, por lo que las otras personas deberán conducir más
despacio. En este caso la autopista se vuelve un recurso común.
3. Los peces, las ballenas y otra fauna silvestre: Muchas especies de animales son
recursos comunes. Los peces y las ballenas, por ejemplo, tienen valor comercial y
cualquiera puede ir al mar y pescar lo que esté disponible. Cada persona tiene poco
incentivo para conservar las especies para el año siguiente. Así como el exceso de
pastoreo destruyo Town Common, la pesca excesiva de peces y ballenas puede
destruir poblaciones marinas que tienen valor comercial.