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Hace poco más de cincuenta años que publicó Noth su importante obra
sobre las Historias del Deuteronomista y del Cronista1. Desde entonces,
han sido numerosos los libros y artículos que se han dedicado a corrobo־
rar, atacar o matizar su teoría. Aunque existen boletines bibliográficos
sobre el tema2, no disponemos de ninguno en castellano. Por otra parte,
a pesar de la discusión científica que ha ocasionado, la obra de Noth sólo
es accesible en alemán y en una traducción inglesa de la parte dedicada al
Deuteronomista3. Ya que no está prevista, que yo sepa, una traducción
Reyes, que paso a resumir, manteniendo (en letra menor) los epígrafes del
autor.
& 1. La tarea
Basta leer los libros de los Reyes para advertir la importancia que Dtr
concede a la cronología. Pero este mismo interés se observa en aquellas
partes de la obra que tratan la etapa premonárquica. Este interés perma-
nente por la cronología es un argumento más en favor de la unidad de
autor y del carácter compacto de la Hdtr.
Dtr ha compendiado toda la cronología premonárquica en una cita,
cuando dice en 1 Re 6,1 que el año cuarto de Salomón es el 480 desde la
salida de Egipto. ¿Qué ha movido al autor a indicar este dato sólo en esta
ocasión? Sin duda, la importancia que tiene la fundación del templo para
su forma de ver la historia. Más difícil es decir por qué elige la cifra de
480 años. Quizá porque sumando los datos dispersos de que disponía en
sus fuentes surgía más o menos este bello número redondo.
¿Se confirma en la práctica esta cifra? Noth comienza por la época de
los Jueces, que es donde las cosas parecen más complicadas. El tiempo
entre la primera apostasía y la muerte del último de los "jueces menores"
(Jue 12,15) es fácil de determinar:
se mantiene tan fiel a sus fuentes que presenta al mismo Dios encargando
a Samuel que acepte los deseos del pueblo. De este modo, tiene la posibi-
lidad de introducir la historia de Saúl y Samuel (9,110,16)־.
En 10,17-27a recoge una tradición de origen desconocido sobre la
elección de Saúl como rey. Y luego sitúa la tradición sobre la victoria en
Yabés de Galaad (10,27b-l 1,15), que responde muy bien a la pregunta
formulada en 11,27a.
En el c. 12, Dtr presenta a Samuel diciendo al pueblo que, a pesar de
haber pecado pidiendo un rey, tiene todavía dos posibilidades: obediencia
y desobediencia, con la repercusión de vida o muerte.
Así pues, Dtr se ha esforzado por completar las antiguas tradiciones
(favorables a la monarquía) con sus juicios negativos sobre esta institu-
ción. Para ello se ha servido de otra tradición antigua sobre la elección de
Saúl, que parecía darle derecho a intervenir introduciendo nuevos datos.
Para introducir todo el conjunto recogió Dtr la antigua historia de
Samuel (1 Sm 1,1-4, la), originariamente una tradición profética cerrada,
que culminaba en 3,1921 ;־ya antes de Dtr había sido completada con toda
clase de datos sobre la maldad de los Elidas y su destino. Parece que Dtr
sólo añadió algunas notas: la reflexión de 2,25b y 2,3435־.
Es más difícil decir si la obra de Dtr contenía las historias de Sansón
(Jue 13,216,31 )־o si fueron añadidas más tarde. En ellas falta todo
indicio de reelaboración dtr; y como en 1 Sm 12,11 falta el nombre de
Sansón, es más probable que se añadiesen posteriormente. En este caso,
a Jue 13,1 seguiría 1 Sm 1,1.
& 8. Saúl, David, Salomón
Dtr comienza su exposición del reinado de Salomón con 3,3 (3,1.2 son
añadidos posteriores), que empalma muy bien con la aparición en Gabaón
(3,4-15), donde Dtr ha intervenido sólo al final de la historia (vv.
14.15ba). A la introducción al reinado pertenecen también los detalles
sobre el sistema administrativo de Salomón (4,1-5,8), tomados de infor-
mes oficiales.
Con un antiguo relato sobre la sabiduría del rey (5,9-14), introduce
directamente la parte principal de la historia de Salomón, la construcción
del Templo. Pero antes de incluir el auténtico relato de la construcción,
habla detenidamente de los preparativos; me parece indudable que 5,15-32
procede de Dtr.
El relato de la construcción lo ha introducido con la noticia cronológica
de los 480 años; luego habla con detalle de la construcción del "Bosque
del Líbano" (7,2-5), mientras que en el caso de los otros edificios sólo
menciona el comienzo de sus fuentes (7,6a.6b.7.8a.8b). A continuación,
basándose en el "Libro de la historia de Salomón", habla de los trabajos
en bronce destinados al Templo (las fuentes hablaban probablemente de
otros trabajos para los restantes edificios, pero Dtr lo omite), de los
objetos de oro del Templo (7,48-50), y concluye con la noticia del trasla-
do de los tesoros del santuario davídico al nuevo Templo (7,51).
En este momento, la tarea más importante para Salomón, de acuerdo
con Dtr, era consagrar el Templo. Para ello recoge la antigua tradición del
Libro de la historia de Salomón (8,laa.2añb.3.5.*6. [7.8] 12.13) y la
completa con una serie de indicaciones que subrayan la importancia del
traslado del Arca, la presencia de todo el pueblo, etc. Pero, sobre todo,
al breve relato primitivo ha añadido la extensa oración, con unas palabras
introductorias del rey (8,14-21) y la oración propiamente dicha (8,22-53;
8,27 y 34b son posteriores), la bendición (8,54-61) y el relato final sobre
la ceremonia cultual (8,62-66).
Despúes de que Salomón ha terminado su obra principal, Dtr hace que
el rey reciba una nueva manifestación divina en Gabaón (9,1-9), que
introduce la segunda parte de la historia. Sigue la historia de la mala
recompensa de Jirán (9,10-14), a la que Dtr provee de marco y con la que
deja caer una primera sombra sobre la imagen de Salomón. Luego sitúa
el episodio sobre la leva (9,15a.20-23; en 15b-19 hay una serie de cosas
fuera de sitio, que probablemente ya estaban así en el Libro de la historia
de Salomón), el resto de las noticias sobre la utilización de los nuevos
edificios (9,24.25), la panorámica sobre las empresas comerciales de
376 estudios bíblicos - J. L. Sicre
5 Dtr piensa en Judá (cf. 11,13 y 32b); en cambio, la historia profética surgida en
Israel pensaba en la tribu de Benjamín, dando por supuesto que Judá seguiría con el
monarca davídida. A esta confusión se debe el cálculo erróneo en los vv. 30.31.36aba.
LA HISTORIA DEUTERONOMISTA 377
C. CARÁCTER DE LA OBRA
su obra falta toda referencia a las palabras de los "profetas con obra
escrita"; de aquí podría deducirse que los Anales de los reyes no hablaban
de estos personajes y que todavía no existían colecciones de sus palabras.
Dtr no sólo ha reunido y seleccionado, sino que también ha unido
tradiciones diversas, intentando suavizar las diferencias entre ellas; el
ejemplo más claro es el de la época de los Jueces, donde une dos coleccio-
nes distintas a partir de un personaje común (Jefté), y también al presentar
la conquista nos ofrece un esquema claro y sencillo combinando tradicio-
nes preexistentes. En ocasiones se vio forzado a hacer coincidir tradi-
ciones discrepantes o a rellenar huecos (p.e., en Jos 8,30-35; 2 Sm 7,13a;
1 Re 5,17).
Por último, a veces corrige las tradiciones que reelabora. La mayoría
de las veces se trata de correcciones no pretendidas, pero reales. Una
corrección consciente ha tenido lugar en la historia de la proclamación de
Saúl como rey; pero la corrección afecta más a la valoración del acontecí-
miento que a su desarrollo.
Van Seters1113, 12
McKenzie14, la aprueban y a veces defienden con nue-
vos argumentos. Otros, como Hólscher, Eissfeldt15, von Rad, Wester-
mann 16, Würthwein 17, Eynikel 18, la rechazan o discuten. No faltan
quienes aceptan ciertos puntos y rechazan otros. Sería absurdo introducirse
en la maraña de argumentos en favor y en contra. Me limitaré a indicar
los principales argumentos en contra de Noth y las líneas por donde se ha
orientado la investigación con respecto a cuatro temas: elementos previos,
unidad de la obra, lugar de composición y mensaje.
variaciones, cabría esperar que se tratase con una amplitud parecida los
distintos períodos. Sin embargo, no ocurre así. Si omitimos los capítulos
que Noth considera añadidos posteriormente, y aplicando la cronología
defendida por Noth, el cuadro resultante es el siguiente.
Moisés 40 años 30 capítulos
Conquista 5 años 13 capítulos
Jueces 390 años 23 capítulos
Monarquía unida 82 años 40 capítulos
Monarquía dividida 345 años 36 capítulos
Prescindamos de la época de Moisés, donde Dtr ha acumulado material
jurídico. Fijándonos en las etapas siguientes, el bocado del león se lo lleva
la etapa de la Conquista, que se realiza en cinco años, pero a la que se
dedican 13 capítulos. Sigue la monarquía unida, a la que se dedican 40
capítulos para exponer lo ocurrido en cuarenta años (aunque habría que
matizar que de los tres reyes —Saúl, David, Salomón — el tratado con más
detenimiento es David; él es, en realidad, el principal personaje de la
historia, al menos por el número de capítulos). Frente a estas etapas, las
de los Jueces y de la monarquía dividida están tratadas mucho más breve-
mente. Sobre todo la última, si tenemos en cuenta que el autor podía
disponer de tradiciones mucho más abundantes y que la cronología (345
años) no es ficticia como la de Jueces (390 años inventados por Dtr).
La desproporción es tan llamativa que cuesta trabajo atribuirla a un
autor que pretende escribir una obra unitaria. Pero en defensa de Noth
pueden aducirse dos argumentos: 1) Dtr estaba condicionado por las
tradiciones de que disponía, muy irregulares para las distintas épocas; 2)
cuando se critica la desproporción de las partes, muchos autores se fijan
en los libros actuales, sin recordar que Noth contaba con la existencia de
numerosos añadidos posteriores (Jos 1321 ;־Jue 1,1-2,6; 17-21, etc).
b) Problemas literarios.
A lo anterior se une una serie de duplicados que encontramos a lo
largo de la obra: especialmente el paso del río Jordán (Jue 3-4), la instau-
ración de la monarquía (1 Sm 8-12) o la vida de David. Quien concibe
estos libros como un bloque unitario, redactado por un autor o un equipo
de autores, choca aquí con un serio problema. Algunos consideran más
fácil explicar estos duplicados partiendo de la fusión de distintos documen-
tos (básicamente, Yahvista y Elohista). Noth podría indicar en su defensa
388 estudios bíblicos - J. L. Sicre
dos datos: a) esos relatos, con sus duplicados y repeticiones, los encontró
ya así el Dtr, y prefirió respetarlos; b) en ciertos casos, fue el mismo Dtr
quien dio lugar a los duplicados, ofreciendo su propia visión alternativa
(p.e., al contar los orígenes de la monarquía). También debemos tener
presente que ciertos datos que perturban el relato actual proceden de
añadidos tardíos (glosas levíticas, etc.).
c) Problemas teológicos.
Los problemas literarios no son insolubles si admitimos que el autor o
autores quisieron respetar y recoger las diversas tradiciones existentes.
Pero los problemas teológicos son más serios. Especialmente, entre los
libros de Jueces y Reyes encontramos unas diferencias tan notables en el
modo de enjuiciar los hechos que difícilmente pueden admitirse en una
obra unitaria. Jueces usa un esquema (pecado ־castigo ־conversión -
salvación) que se repite cíclicamente. Es el pueblo el que, una vez tras
otra, se rebela contra Dios y lo abandona. En cambio, el libro Reyes ve
a los reyes como principales culpables, y la historia no se repite cíclica-
mente, sino que avanza implacable hacia su final: la destrucción de Jerusa-
lén. Creo que este punto de las diversas teologías sería el más difícil de
explicar para Noth. Así se comprenderán ciertos matices de la investiga-
ción posterior.
La crítica más detallada a la teoría de Noth la ha realizado recien-
temente Westermann. Otras críticas, como la de Würthwein, me resultan
muy superficiales.
Lohfink3033, 31
Dutcher-Walls
32 34, entre otros. La exposición más detallada
en esta línea es la de Mayes35.
Cross admite la hipótesis fragmentaria de Noth, pero no acepta que la
labor de redacción la llevase a cabo un solo autor y durante el destierro.
En la historia dtr se advierten tres hechos extraños, que requieren explica-
ción:
1) No encontramos una reflexión teológica cuando cae Jerusalén en
manos de los babilonios. Este detalle resulta muy raro, sobre todo si
tenemos en cuenta la extensa digresión del autor dtr cuando cae Samaría
(2 Re 17).
2) El reinado de Josías constituye un anticlimax: es visto con gran
optimismo, lo cual carece de sentido después de que Judá ha quedado
totalmente condenada por Dios en el anterior reinado de Manasés.
3) Si situamos la Historia dtr en el destierro, advertimos un fuerte
contraste con las obras procedentes de esta época (el escrito Sacerdotal,
Deutero-Isaías, etc.), ya que le falta la profunda esperanza que se respira
en estas otras.
La mejor forma —o la única— de explicar estos hechos es admitir dos
ediciones distintas, una anterior al destierro, durante el reinado de Josías,
y otra en el exilio. La primera edición se caracteriza por un marcado
acento de propaganda religioso-política, invitando a la conversión a Judá,
pero también a las tribus del norte, con vistas a restaurar el antiguo reino
37 R. Smend, "Das Gesetz und die Vólker: Ein Beitrag zur deuteronomistischen
Redaktionsgeschichte", en Probleme biblischer Theologie. Fs. G. von Rad (München
1971) 494־509.
38 W. Dietrich, Prophetie und Geschichte. Eine redaktionsgeschichtliche Untersu-
chung zum dtr. Geschichtswerk (FRLANT 108; Gottingen 1972). La recensión más
detallada de esta obra, con amplio resumen, es la de Langlamet en RB 81 (1974) 601־
606. También expone con detalle su opinión y la critica A. D. H. Mayes, The Story
of Israel between Settlement and Exile: a Redactional Study of the Deuteronomistic
History (London 1983) 113120־. Otras recensiones: RThotn 75 (1975) 272 (Vesco); BZ
19 (1975) 132 (Rehm); DanTTs 37 (1975) 309ss (Lemche); Prot 30 (1975) 36ss
(Soggin); 7LZ 99 (1974) 181ss (Stoebe); NedTTs 32 (1978) 75ss (Labuschagne); TAik
78 (1973) 149ss (Veijola).
39 T. Veijola, Die ewige Dynastie. David und die Entstehung seiner Dynastie nach
der deuteronomistischen Darstellung (AASF B/193; Helsinki 1975); id., Das Konigtum
in der Beurteilung der deuteronomistischen Historiographie. Eine redaktionsgeschichtli־
che Untersuchung (AASF B/198; Helsinki 1977).
40 R. Bickert, "Die Geschichte und das Handeln Jahwes. Zur Eigenart einer
deuteronomistischen Offenbarungsauffassung in den Samuelbüchern", en A. H. J.
Gunneweg / O. Kaiser, Textgemass. Aufaatze und Beitriige zur Hermeneutik des Alten
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41 W. Roth, "The Deuteronomic Rest-Theology. A Redactional Critical Study": BR
21 (1976) 514 ;־id., "Deuteronomistisches Geschichtswerk/Deuteronomistische Schule":
Theologische Realenzyklopadie 8 (Berlin / New York 1981) 543552־.
42 F. Foresti, The Rejection of Saul in the Perspective of the Deuteronomistic
School. A Study of 1 Samuel 15 and Related Texts (Rome 1984).
LA HISTORIA DEUTERONOMISTA 393
43 R. Smend, Die Entstehung des Alten Testaments (Stuttgart 1978, 31984), esp.
111-125; id., "Deuteronomistisches Geschichtswerk”: Evangelisches Kirchenlexikon 1
(Gottingen 1986) 821-823.
394 estudios bíblicos - J. L. Sicre
no pudo surgir antes del 550 (nueva diferencia con Dietrich, que situaba
la primera redacción poco después de la caída de Jerusalén).
DtrP introdujo en los libros de Samuel y Reyes una serie de narracio-
nes proféticas y estructuró el curso de la historia de acuerdo con el esque-
ma de "vaticinio ־cumplimiento".
DtrN comentó ambas redacciones aplicando su criterio, inspirado en
las leyes deuteronómicas. Este resultado final es el que podemos llamar
"Obra histórica dtr". Pero las huellas de DtrN se extienden hasta el Tetra-
teuco. Por eso, es posible que DtrN sea el que ha unido el Tetrateuco y
la Historia dtr, formando una gran obra literaria.
about the Composition of the Deuteronomistic History (BZAW 172; Berlin / New York
1988).
55 La idea de que la Hdtr no contenía inicialmente los libros de Dt, Jos, Jue la
defendió ya antes, pero sin justificarla, O. H. Steck, Israel und das gewaltsame
Geschick der Propheten. Zur Überlieferung des deuteronomistischen Geschichtsbildes
im AT, Judentum und Urchristentum (WMANT 23; Neukirchen-Vluyn 1967).
56 B. Peckham, "The Composition of Deuteronomy 5-11", en The Word of the Lord
Shall Go Forth. Homenaje a D. N. Freedman (Winona Lake 1983) 217-240; id., "The
Composition of Joshua 3-4": CBQ 46 (1984) 413-431; id., The Composition of the
Deuteronomistic History (HSM 35; Atlanta 1985); id., "The Deuteronomistic History
of Saul and David": ZAW 97 (1985) 190-209.
57 H. D. Hoffmann, Reform und Reformen. Untersuchungen zu einern Grundthema
der deuteronomistischen Geschichtsschreibung (ATANT 66; Zürich 1980).
398 estudios bíblicos - J. L. Sicre
corte con Judá y Jerusalén; la salvación sólo puede esperarse entre los
desterrados, y así queda claro en la liberación de Yehoyakín.
Esta discusión entre Palestina y Babilonia se resuelve fácilmente en la
hipótesis de Cross, ya que la primera edición tiene lugar en la tierra,
mientras la segunda acontece en el destierro. Sin embargo, ¿qué lugar de
destierro? Generalmente se piensa en Babilonia. Pero Friedman sugiere la
posibilidad de que fuese en Egipto, y la idea no me parece descabellada.
En cualquier caso, la obra tendría que haber llegado más tarde a Babilo-
nia, donde se habría añadido la noticia de la liberación de Yehoyakín.
53). Otros pasajes importantísimos son Dt 4,2931 ־y 30,1-10, pero Wolff
los considera posteriores a Dtr.
Según Wolff, los rasgos que caracterizan la conversión para Dtr son
éstos: 1) una orientación exclusiva a Dios en la oración (Jue 2,16; 1 Sm
12,19; 1 Re 8,47); 2) escuchar la voz de Dios que se transmite a través
de Moisés y los profetas y que exige como algo esencial la renuncia a los
dioses paganos; 3) ausencia de aspectos cultuales y rituales; 4) en Dt 4,19-
31; 30,1-10 aparece más como fruto del castigo que como acción humana;
la conversión se basa en la promesa y la misericordia de Dios, como
ocurre en Oseas y Jeremías.
estas ideas son las más importantes y las que más pueden ayudarnos a
profundizar en la Hdtr. Como opinión independiente, Hoffmann cree que
la intención de Dtr es escribir una historia de los reformadores y las
reformas cultuales, que tiene como programa la reforma del culto.
6. Posturas independientes
Indico, por último, la postura de tres autores que ofrecen un punto de
vista tan personal que resulta difícil encardinarlos en cualquiera de los
apartados anteriores.
El primero es Polzin, que desde hace años se dedica a comentar estos
libros62
63, faltando aún su estudio de Reyes. Las reacciones han sido muy
diversas: desde la ignorancia al entusiasmo, pasando por simples alusiones
a pie de página. Personalmente, reconozco haber encontrado en estas
obras sugerencias de enorme valor.
Una extensa visión de conjunto la ofrece también Van Seters64. Ya
future. Without this motif Dtr theology may be dismissed as legalistic, judgmental,
retribution theology" (388ss). El término tob ha aparecido en documentos árameos
relacionados con tratados y leyes internacionales; en ellos se usa para hablar de estas
relaciones de alianza. En la época del exilio, Dtr lo usa "(a) to indicate that 587
happened because Israel was not ‘good’ toward Yahweh, (b) to affirm that Yahweh still
shows ‘good’ to Israel, and therefore (c) to urge Israel to repent in light of Yahweh’s
continuing ‘goodness’. The debacle of 587 happened because Israel violated her
‘friendship’ with Yahweh. There is hope for the future because Yahweh still wills
‘friendship’ with Israel" (389).
62 J. Mejia, "The Aim of the Deuteronomic Historian: A Reappraisal", en Procee-
dings of the Sixth World Congress ofJewish Studies. Vol. I (Jerusalem 1977), 291298־.
Una lectura esperanzadora de la Hdtr la defienden también H. Muszynski, "Kerygmat
o zbawieniu w deuteronomistycznym dziele historycznym" (El kerigma salvifico en la
obra histórica dtr): Studia Theologica Varsaviensia 20 (1982) 524 ;־R. Albertz, "Die
Intention und die Tráger des Deuteronomistischen Geschichtswerks", en R. Albertz et
al. (eds.), Schopfung und Befreiung. Fs. C. Westermann (Stuttgart 1989) 3753 ;־E.
Zenger, "Die deuteronomistische Interpretation der Rehabilitierung Jojachins": BZ NF
12 (1968) 16־30.
63 R. Polzin, Moses and the Deuteronotnist; A Literary study of the Deuteronomic
History. I: Deuteronomium, Joshua, Judges (New York 1980); id., Samuel and the
Deuteronotnist. A Literary Study on the Deuteronomic History. Part Two: 1 Samuel
(San Francisco 1989); id., David and the Deuteronotnist. A Literary Study of the
Deuteronotnic History. Part Three: 2 Satnuel (Blootnington & Indianapolis 1993); id.,
"Reporting Speech in the Book of Deuteronomy. Toward a compositional Analysis of
the Deuteronomic History", en B. Halpem / J. D. Levenson (eds.), Traditions itt
Transfortmtion (Winona Lake 1981) 193211־.
64 J. van Seters, In Search of History. Historiography in the Ancient World and the
404 estudios bíblicos - J. L. Sicre
que resulta imposible resumir sus análisis, indico algunas de sus ideas más
importantes con respecto al tema:
Frente al convencimiento bastante extendido de que los libros de
Samuel contienen obras precedentes (Historia de Saúl, Subida de David
al trono, Historia de la sucesión), que muchos consideran el punto culmi-
nante de la historiografía durante el reino unido, Van Seters considera
estas obras como creación del autor deuteronomista. En cuanto a la
Historia de la Sucesión, se trata de una obra postdeuteronomista, de
mediados del siglo vi a. C.
Niega la existencia de "colecciones" (Sammelwerlcen) como hipotético
estadio intermedio en el desarrollo de la historiografía; estas colecciones
sólo surgen cuando existe un amplio interés historiográfico y se intenta
crear una continuidad histórica a través de un período de tiempo. Fue el
autor deuteronomista quien coleccionó el material y le dio el orden crono-
lógico que ahora posee en Dt - 2 Re.
La postura de Van Seters supone un paso adelante con respecto a la de
Noth. Admite la existencia de un autor deuteronomista, pero le concede
más importancia que el mismo Noth. "El genio de la historia dtr consiste
en que intentó una amplia integración de géneros para exponer en una sola
obra todo el fundamento de la sociedad israelita" (p. 357). En esto se
observa un claro paralelismo con Heródoto, igual que en la forma de
combinar historias populares gracias a un entramado cronológico o a un
género histórico específico. La comparación con Heródoto sugiere también
que en la prosa narrativa histórica antigua se usaban diversas técnicas
literarias para crear un sentido de unidad dentro de una obra larga y
compleja.
"La desgracia del deuteronomista consistió en que, a diferencia de
Heródoto, permaneció en el anonimato, y su obra fue dividida en una
serie de libros canónicos o, peor aún, ha sido diseccionada por los estu-
diosos modernos en numerosas colecciones y redacciones" (p. 359).
Una lectura también atípica, pero no tan sistemática, la ofrece Eslin-
ger65. Con sus propias palabras: "This book... offers a new perspective
on the ‘Deuteronomistic History’. Drawing on key concepts from modern
literary theory and a sub-discipline, narrátology, my studies of these
History of Israel’s Traditions. The Heritage of Martin Noth (JSOT Suppl. Ser. 182;
Sheffield 1994).
LA HISTORIA DEUTERONOMISTA 407
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