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“Artículo 73°. - Idoneidad en productos y servicios educativos.

El proveedor de
servicios educativos debe tener en consideración a los lineamientos generales del
proceso educativo en la educación básica, técnico productivo y educación superior,
asegurando la calidad de los servicios dentro de la normativa sobre la materia según los
términos contractuales para el servicio presencial y/o no presencial.

Calidad, idoneidad y seguridad

De acuerdo con el artículo 6°, todo productor debe asegurar la idoneidad de los bienes y
servicios que ofrezca o ponga en el mercado, así como la calidad ofrecida. Conforme a
esto, los servicios educativos deben ser de calidad y, como lo hemos anotado
anteriormente, la calidad se presume cuando el Ministerio de Educación Nacional le ha
otorgado el registro calificado al programa que ofrece la Universidad; debe asegurarse
también que los servicios ofrecidos sean adecuados y apropiados a lo que se ofrece pues
se espera sean idóneos y, finalmente, que el servicio sea seguro, es decir que se exigen
condiciones seguras para la prestación del servicio, lo que supone instalaciones en buen
estado y en perfecto funcionamiento, al decir que tengan la calidad de seguros, esto es,
libres y exentos de riesgo, esto podría ampliar el concepto no solo a la prestación del
servicio educativo sino al espacio físico en dónde se desarrolla este.

De manera complementaria, el Código señala que, atendiendo a la especialidad de dicho


servicio, el consumidor tiene derecho a contar con determinada información mínima,
estableciendo para tal efecto que el centro educativo debe brindar por escrito información
veraz, oportuna y completa sobre las características, condiciones económicas y demás
condiciones del servicio a contratar, así como a que se le cobre la contraprestación
económica correspondiente a la prestación de un servicio efectivamente prestado .
Como es posible advertir, la idoneidad es un concepto que se encuentra vinculado con el
cumplimiento de determinados estándares o condiciones que resultan aplicables a los
productos o servicios contratados, que, en el caso de los servicios educativos, se
encuentran fijados normativamente por la autoridad competente en educación y,
asimismo, a la información que es puesta a disposición del consumidor por parte del
proveedor en la contratación de determinado producto o servicio
En ese sentido, la idoneidad es evaluada en función a la propia naturaleza del producto o
servicio y a su aptitud para satisfacer la finalidad para la cual ha sido puesto en el
mercado. Por ello, se compara el producto o servicio con las garantías que el proveedor
brinda y a las que está obligado, entendiéndose como tales a las características,
condiciones o términos con los que cuenta determinado producto o servicio
Así pues, ante la variación en las condiciones del servicio educativo que, desde la
perspectiva del consumidor, puedan impactar negativamente en la calidad del servicio, el
consumidor tiene la facultad de recurrir directamente a la institución educativa con la
finalidad de llegar a un acuerdo, de carácter económico o de otra índole, que le permita
continuar recibiendo un servicio idóneo, acorde a sus necesidades e intereses y conforme
a las disposiciones de calidad establecidas por la autoridad sectorial competente
Conclusiones
La prestación del servicio educativo, y en el caso objeto de estudio el prestado por las
Universidades, debe tener protección conforme al Estatuto del Consumidor. Si bien en
principio se pensó que sería de aplicación general para todas las actividades en las que
fuera latente una relación de consumo al presentarse un usuario, como débil de la
relación, por su debilidad económica, finalmente esta normativa se advirtió solo para los
sectores que no tuvieran normatividad especial, o de manera complementaria entra esta
última y el Estatuto. Por manera que, como para el servicio educativo se tiene norma
específica de educación podría pensarse que no tendría cabida el Estatuto del
Consumidor, sin embargo, con el análisis de estas, queda claro que no existen
disposiciones particulares en materia de protección del estudiante como usuario del
servicio educativo, razón por la cual es posible la aplicación de la Ley 1480 de 2011.

GERSON PUMA HILARIO

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