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Resumen de Lectura

Libro: La Temperancia
Autor: Elene G. de White.
Con mucha frecuencia, he escuchado que todo puede hacerse si hay equilibrio o moderación.
Generalmente, en esas ocasiones, el primer pensamiento que tengo es "¿qué pensará esta
persona acerca de matar, o traicionar con moderación?".

el concepto de temperancia presentado por Ellen G. White. En su libro La temperancia ella


escribe: “La verdadera temperancia nos enseña a  abstenernos por completo de todo lo perjudicial, y a usar
cuerdamente lo que es saludable” (p. 122).

En esta frase sencilla y directa encontré el secreto de una vida equilibrada; rehusar lo que es
malo y usar con sabiduría lo que es bueno. Esto sirve para todas las áreas de nuestra vida.

¿Trabajar es bueno? Sí. Pero no puedo trabajar ininterrumpidamente, sin descansar, ni poner el
trabajo por encima de mi familia. ¿Comer es bueno? Sí. Pero no debo comer más de lo que mi
cuerpo necesita o tendré problemas de salud a corto y a largo plazo. ¿Dormir hace bien? Sí.
Dormir es necesario, pero no puedo pasar una semana entera durmiendo. Esto afectará
seguramente otras áreas de mi vida.

Siguiendo entonces este concepto de temperancia, aquello que es bueno lo hago en su justa
medida. ¿Y lo que es malo? De estas cosas debo alejarme.

Insultar, golpear, ofender, burlarse, tratar con preconceptos, traicionar, estas son algunas
formas de agredir a la gente. Son comportamientos malos, que no forman parte de una vida
verdaderamente equilibrada. Consumir pornografía, contratar servicios sexuales con niños,
adolescentes (y aún con adultos), también son comportamientos que deben ser rechazados por
quien desea una vida equilibrada. Debe recuperarse el poder del dominio propio Uno de los
efectos más deplorables de la apostasía original fue la pérdida de la facultad del dominio propio
por parte del hombre. Sólo en la medida en que se recupere esta facultad puede haber
verdadero progreso.

El cuerpo es el único medio por el cual la mente y el alma se desarrollan para la edificación del
carácter. De ahí que el adversario de las almas encamine sus tentaciones al debilitamiento y a la
degradación de las facultades físicas. Su éxito en esto envuelve la sujeción al mal de todo
nuestro ser. A menos que estén bajo el dominio de un poder superior, las propensiones de
nuestra naturaleza física acarrearán ciertamente ruina y muerte. Los hombres no serán nunca
temperantes hasta que la gracia de Cristo sea un principio viviente en el corazón. Las
circunstancias no pueden producir reformas. El cristianismo propone una reforma del corazón.
Lo que Cristo obra dentro, se realizará bajo el dictado de un intelecto convertido.

Los hombres no serán nunca temperantes hasta que la gracia de Cristo sea un principio viviente
en el corazón. Las circunstancias no pueden producir reformas. El cristianismo propone una
reforma del corazón. Lo que Cristo obra dentro, se realizará bajo el dictado de un intelecto
convertido. El plan de comenzar afuera y tratar de obrar hacia el interior siempre ha fracasado
Nuestra obra en favor de los atentados y caídos alcanzará verdadero éxito únicamente en la
medida en que la gracia de Cristo vuelva a formar el carácter, y el hombre sea puesto en relación
viva con el Dios infinito. Tal es el propósito de todo verdadero esfuerzo pro temperancia

El condimento es aquello que da un sabor especial al alimento. Una vida feliz, equilibrada,


saludable, requiere un buen condimento. Todos los días tenemos la oportunidad de
condimentar la vida de forma adecuada o de darle un mal sabor. Nuestras elecciones diarias
definirán nuestros resultados.

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