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“EL COMPORTAMIENTO Y LOS INTERESES ECONÓMICOS DE LA CLASE

DIRIGENTE EN LA GUERRA DEL PACIFICO”

Ciencias sociales

MARIANA BOITANO ZEGARRA

Número de palabras: 1336

Julio de 2022

Lima - Perú
La guerra del Pacífico fue un conflicto bélico entre Perú, Bolivia y Chile que se desarrolló
durante los años 1879 y 1884. El punto de estallido de este conflicto fue, entre muchos otros, las
medidas que tomó el gobierno boliviano con respecto a la explotación de salitre en su territorio,
aumentando 10 centavos de impuesto a las empresas salitreras chilenas, causando fuertes
desacuerdos entre el gobierno chileno y boliviano. La aparición de Perú en esta guerra se debe a
un tratado de alianza que se firmó entre el presente y Bolivia, que garantizaba el apoyo entre
ambos si se presentaba algún ataque que amenace la integridad de sus territorios. La guerra se
desató, Bolivia posteriormente se retiró y los únicos involucrados que quedaron fueron Perú y
Chile. Con la victoria asegurada, los chilenos llegaron hasta la capital del Perú y otras ciudades,
causando distintas reacciones en las clases sociales del país, así como dio pase a que la
fragmentación de las mismas sea más notoria. Las acciones de las clases dirigentes peruanas,
tanto hacendados como terratenientes, ante la llegada de los chilenos fueron las más
cuestionables y ambivalentes, mostrando, en primera instancia, su apoyo a la nación y
patriotismo, para luego, adaptar conductas contradictorias y perjudiciales para la nación,
llegando a ser considerados “Traidores de la patria”. Tomando en cuenta el contexto brindado, se
planteó la siguiente pregunta de investigación ¿En qué medida el comportamiento mostrado por
los hacendados/terratenientes durante la guerra del Pacífico tuvo motivaciones económicas? A lo
que se puede afirmar a partir de textos de dos importantes historiadores, Wilfredo Kapsoli y
Heraclio Bonilla, que la principal motivación de los hacendados y terratenientes para actuar
como lo hicieron durante la guerra con Chile fue resguardar sus intereses económicos, es decir
sus propiedades. A continuación, se presentarán y desarrollarán argumentos que sustenten la idea
propuesta.

En primer lugar, la clase terrateniente puso sus haciendas a nombre de firmas extranjeras. Las
haciendas en el norte del país gozaban de prosperidad y tenían mucha producción hasta la
llegada de los chilenos a Perú. En este contexto, la destrucción no tardó en aparecer, por parte de
los chilenos, debido a su misión de destruir los recursos económicos que tuviera el Perú para
impedir la resistencia a la guerra y la invasión. Por esto mismo y para no perder su fuente de
dinero, los terratenientes tuvieron que velar por sus propios intereses y tomar decisiones para
evitar la destrucción de sus propiedades. El primer actuar de los terratenientes para proteger sus
tierras viene con la firma de contratos extranjeros. Como menciona el historiador Wilfredo
Kapsoli (1979) “Cuando se produce la toma de las haciendas y centros de producción. Entonces
los propietarios, recurren a contratos de compraventas, a entregas en arriendo o subarriendo a
compañías o firmas extranjeras, fundamentalmente ingleses, norteamericanas, francesas e
italianas” La cita explica cómo ante la amenaza de los chilenos que ponía en riesgo su
producción y capital, los terratenientes tomaron la decisión de ceder sus derechos de propiedad a
empresas extranjeras con el fin de dar a entender a los chilenos que los intereses que querían
invadir no eran propiedad peruana por lo que no tendrían por qué destruirlas, ya que los demás
países no tienen nada que ver en el conflicto y son neutrales. Un ejemplo de esta medida fue la
hacienda Cayaltí como se menciona en un fragmento de una carta escrita por la misma familia
narrando la toma de la hacienda, extraída de “La crisis de la sociedad peruana en el contexto de
la Guerra” de Kapsoli (1979) “La determinación de transferir en forma de arrendamiento a
Cayaltí y sus capitales a Prevost y Cía., haciendo que este fundo de propiedad americana nos ha
salvado y nos salvará en el futuro de mayores perjuicios”. Este fragmento evidencia como la
transferencia de la propiedad de los terrenos a capitales extranjeros, permitió a los terratenientes
salvar sus bienes de la inminente destrucción que significaba ser propiedad peruana en plena
guerra.

Por otro lado, se encuentra el constante reclamo de paz por parte de los terratenientes. La clase
dirigente sabía que la victoria de Chile era contundente y no veían un sentido para prolongar esta
guerra que tanto les estaba afectando económicamente. Era claro que la oligarquía peruana tenía
miedo, la guerra no solo puso en peligro sus haciendas y terrenos a manos del ejército chileno,
más bien, provocó que otros grupos oprimidos se revelaran ante ellos, como es el caso de sus ex-
colonos chinos, que por tanto tiempo sufrieron de la explotación a base de maltrato físico y
psicológico que les provocaron. Kapsoli (1979) menciona que “miles de chinos de las haciendas
se suman al ejército chileno considerando que ellos son sus libertadores, que vienen a salvarlos
de la opresión peruana” los chinos, armados de valor y respaldados por los chilenos se sublevan
contra los que fueron sus amos y cobran venganza por años de abuso y opresión sufrida todo esto
a base de la toma de las haciendas, sus recursos o el asesinato de los hacendados. Con respecto a
esta situación, Heraclio Bonilla (1979) explica que:

A un oligarca limeño o a un altivo terrateniente serrano no le fue muy difícil decidirse entre
Chile o el despojo de sus propiedades por turbas exaltadas que no sólo habían sido secularmente
sus explotados, sino que, para el colmo, ¡eran negros, chinos e indios! (Pág. 12)

Definitivamente, ante esta situación caótica que pasaban los terratenientes la única opción que
tuvieron para detener la rebeldía de los chinos y conservar sus propiedades (y la vida) fue aliarse
con los chilenos, velando por la paz sin importar que eso significase la pérdida de territorio para
el Perú. Para llegar a un acuerdo de paz, los mismos oligarcas, que se encontraban en contra del
gobierno de Piérola, buscaron llegar al poder a través de diversos gobiernos que dependían del
apoyo del ejército chileno, como el de García Calderón, que en su proclama al pueblo indica lo
siguiente:

Los males que sufre nuestra patria desde hace dos años, no terminarán sino con el trabajo,
y no habrá trabajo tanto que no habrá paz. ¿Acaso aquellos que se llaman ricos, si existen
todavía, son responsables mientras son saqueadas sus haciendas y sus casas? Ciertamente no. La
causa de nuestros males es la guerra, guerra que por desgracia nuestra no podemos continuar (H.
Bonilla, 1979, Pág. 13)
Este fragmento de la proclama habla sobre el perjuicio de la guerra, aludiendo a que la única
solución de que cesen los problemas es la declaración de la paz entre ambos países del Pacífico.
Así fue como existieron diversos presidentes que buscaron imponerse ante el poder para así
defender sus ideales o intereses, sin éxito alguno, hasta que se dio, en 1882, el “Grito de
Montán” el acuerdo de paz ejecutado por el coronel Miguel Iglesias, que dio fin a la guerra
aceptando la cesión del territorio peruano de Tacna y Arica.

Para concluir, podemos reafirmar que el actuar de la clase dirigente en el país fue para
salvaguardar sus intereses reflejados en sus propiedades. El primer aspecto que evidencia esto es
la cesión de sus haciendas a capitales extranjeros, para evitar que fueran tomadas por el ejército
chileno, mientras que el segundo aspecto menciona la insistencia en el reclamo de paz que tuvo
esta clase social con respecto a la guerra con Chile para cesar los saqueos y destrucción que
pasaron a manos de las clases oprimidas. A modo de reflexión podemos percibir cómo las clases
pudientes de nuestro país representaron parte del problema por el cual Perú sufrió mayores
pérdidas a causa del conflicto bélico considerando que pensó más en sus propias ambiciones y
conveniencias dejando de lado lo que era mejor para el país y realizar una comparación con el
contexto actual, donde, a pesar de haber pasado siglos, podemos encontrar similitudes en el
actuar de nuestros políticos y altos funcionarios que en lugar de velar por el bien de la nación, se
esmeran en conseguir algún beneficio de sus cargos.

REFERENCIAS:

Bonilla, H. (1979) La crisis del Estado oligárquico: ¿guerra nacional o guerra social? En El
problema nacional y colonial del Perú en el contexto de la guerra del Pacifico. Histórica, 3(2), 1-
34. Recuperado el 18 de julio del 2022

Kapsoli, W. (1979). La crisis de la sociedad peruana en el contexto de la Guerra. En


Reflexiones en torno a la guerra de 1879. Lima: Francisco Campodónico F. Centro de
Investigación y Capacitación. Recuperado el 18 de julio del 2022

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