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Tratado de Ancón

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Tratado de Ancón
Tratado de Paz y Amistad
Tratado de Ancón.svg
Mapa de sobre los cambios territoriales tras el Tratado.
Firmado 20 de octubre de 1883
Ancón, Lima, Perú.
Condición Ratificado 12 y 13 de enero de 1884 (Senado chileno), 8 de marzo
(Senado peruano).
Firmantes José Antonio de Lavalle (Perú)
Mariano Castro Zaldívar (Perú)
Jovino Novoa Vidal (Chile)
Partes Perú y Chile
Depositario Gobiernos de Chile y del Perú
Idioma Idioma castellano
Texto completo en Wikisource
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El Tratado de Ancón, oficialmente Tratado de Paz y Amistad entre las repúblicas de


Chile y del Perú, fue firmado por los representantes de Chile, Jovino Novoa Vidal,
y el Perú, José Antonio de Lavalle, el 20 de octubre de 1883, en Lima, la capital
peruana aunque fue elaborado en Ancón. El tratado dio fin a la Guerra del Pacífico
y estabilizó las relaciones post-bélicas entre ellos.

De los 14 artículos del tratado, el primero restablece la paz, en el segundo Perú


cede a Chile perpetua e incondicionalmente el dominio sobre el departamento de
Tarapacá y en el tercero determina la ocupación chilena durante el término de diez
años de las provincias de Tacna y Arica. Expirado ese periodo, se organizaría un
plebiscito para determinar la nacionalidad de éstas y otras concesiones. Los
artículos cinco al doce determinan las obligaciones financieras y mercantiles que
afectarán la explotación del guano y el salitre, las deudas peruanas, y las
indemnizaciones a los ciudadanos chilenos expulsados del Perú. Los dos últimos
artículos estipulan el reconocimiento de los actos administrativos y judiciales
durante la ocupación y la ratificación del mismo tratado.

Las negociaciones ocurrieron durante la Guerra del Pacífico, mientras Lima estaba
ocupada por el ejército chileno y fueron iniciadas y llevadas a fin por el gobierno
peruano de Miguel Iglesias contra la oposición del gobierno peruano de Lizardo
Montero que representaba una importante parte del espectro político peruano. Tras
la batalla de Huamachuco, en agosto de 1883, y la huida de Montero a Bolivia, el
líder militar de la oposición, Cáceres optó por reconocer el tratado como un hecho
consumado.

Sin embargo, los acreedores europeos del Perú se opusieron al tratado y lograron
una acción conjunta de los gobiernos de sus países contra el mismo, que no tuvo
éxito ante la respuesta conjunta de Chile y Perú.
Índice

1 Contexto histórico
1.1 Acreedores
1.2 Intervención de los Estados Unidos
2 Miguel Iglesias y el Manifiesto de Montán
3 Influencias e intereses
4 Firma del tratado
5 Las cláusulas del tratado
6 Consecuencias inmediatas del tratado
6.1 Tarata
6.2 Protocolo de Castellón-Elías
7 La disputa de Tacna y Arica
8 Véase también
9 Notas
10 Bibliografía
11 Referencias
12 Enlaces externos

Contexto histórico

Tras la ocupación de Lima por el ejército de Chile en enero de 1881, la guerra del
Pacífico no encontró término sino que continuó desangrando ambos países y sumiendo
al Perú en una guerra civil que por momentos pareció poner en peligro su existencia
como nación. Aunque todos querían la paz, los beligerantes, sobre todo el Perú y
Chile, no lograban acordar un tratado de paz. Bolivia tenía una actitud
expectaticia, con la esperanza de recuperar los territorios ocupados por Chile en
1879.

En la medida en que se derramaba sangre y se consumían recursos, los costos de la


guerra, se endurecían las condiciones de la paz. Si antes de la guerra la disputa
era por los impuestos, tras la ocupación de Antofagasta, Chile no se allanó a
desocuparla sin garantías como pedía la mediación peruana de José Antonio de
Lavalle. Y tras la captura del Huáscar, en una oferta de mediación del ministro
plenipotenciario de los Estados Unidos en Bolivia, Solomon Newton Pettis, Chile
exigió la cesión de Antofagasta.1 Durante la conferencia de paz de Arica, en el USS
Lackwanna, Chile exigió la cesión de Antofagasta y Tarapacá, más las garantías de
que no sería amenazado por un tratado Perú-Bolivia.
Acreedores

La Era del Guano y la guerra misma habían dejado al Perú sumido en enormes deudas
que habían sido garantizadas con la riqueza del guano y el salitre y sus acreedores
ejercían presiones e influencias para obtener su pago. Entre los acreedores estaban
los financistas de los préstamos de 1868, 1870 y 1872 que habían financiado la
construcción de los ferrocarriles del Perú, los poseedores de los bonos con que
Perú había pagado la expropiación de las salitreras en 1875, la Casa Dreyfuss,
encargada de vender el guano peruano en Europa a nombre del estado peruano y que
había hecho pagos adelantados al Perú (ver Contrato Dreyfus), la Crédit Industriel
et Commercial, un consorcio francés al que M. Prado le dio la consignacion del
guano en Europa a cambio de fuertes préstamos al inicio de la guerra pero a la que
Piérola había desbancado y reinstalado a Dreyfuss, y la Peruvian Company, una
compañía estadounidense basada solamente en los supuestos derechos de Alexander
Cochet por US$900.000.000 (de la época) a razón de haber sido el descubridor del
uso industrial del guano y de Jean Theophile Landreau por US$300.000.000 (de la
época) a razón de haber descubierto varias salitreras en Tarapacá.2:4353:70 (No
confundir la Peruvian Company con la Peruvian Guano Company que fue nombrada
consignataria en 1876 por 4 añosen el llamado Contrato Raphael.4:145)

Entretanto el gobierno chileno, que había privatizado las salitreras de Tarapacá,


había reiniciado la producción y venta de guano y salitre y concedía a los
acreedores de la deuda peruana una parte de las ganancias pero la Peruvian Company
y la Crédit Industriel no se adscribían al gobierno de Chile5 sino que ofrecían a
los gobiernos de García Calderón y Montero mantener Tarapacá bajo soberanía peruana
y pagar una indemnización a Chile a cambio del control de las salitreras y guaneras
del Perú.
Intervención de los Estados Unidos
Artículo principal: Intervención extranjera en la Guerra del Pacífico
Véanse también: Gran Garrote y Diplomacia de cañonero.

La administración estadounidense de Rutherford Hayes (1877-81), si bien no logró


éxitos, tampoco empeoró la situación, a pesar de la propuesta de su ministro
plenipotenciario en Lima, Christiancy, de anexar Perú a los EE. UU. También debe
constatarse que la mediación estadounidense logró la firma del tratado de límites
de 1881 entre Chile y Argentina.6:p50

El factor que más influyó en la negación peruana a la cesión fue la política de


mediación estadounidense durante la administración del presidente de los EE. UU.
James A. Garfield (marzo a septiembre de 1881) y su secretario de estado (ministro
de RR.EE.) James G. Blainen 1, llevada a cabo por su representante en Lima Stephen
A. Hurlbut, que alentó a los políticos peruanos a no suscribir la entrega de
Tarapacá, sugiriendo que los Estados Unidos de América respaldarían militarmente al
Perú y Bolivia. La interferencia de intereses económicos privados y falta de
profesionalismo condujeron a la prolongación innecesaria de la guerra a través de
la mediación norteamericana.6:40:49

Mediante una hábil política de lobby y ofertas de comisiones, la Crédit Industriel


logró el apoyo primero del ministro plenipotenciario de EE. UU. en París, Levi P.
Morton, que obtuvo a cambio el monopolio de venta del salitre peruano en EE. UU.
Morton comunicó a Blaine que el presidente de Francia Jules Grévy condenaba las
"pretensiones extravagantes de Chile". J. Blaine apoyó entonces a la firma Crédit
Industriel en su proyecto de pagar a Chile una indemnización, impedir la cesión de
territorio y dejar Tarapacá bajo el control privado de la empresa. Este plan
contaba con el beneplácito del gobierno de García Calderón.7 Pero cuando la opinión
pública estadounidense no mostró interés sino crítica en la intervención, Blaine
abandonó el proyecto Crédit Industriel y apoyó a la Peruvian Company.2:435 Para la
consecución de sus fines, Hurlbut logró unir a Cáceres y García Calderón en torno a
Montero como presidente del Perú (en detrimento de Piérola) y sostuvo que los EE.
UU. no aceptarían la cesión obligada de territorio peruano a Chile.8 Más aún,
Hurlbut llegó a negociar la cesión peruana de Chimbote para la marina de guerra de
los EE. UU.9 y Hurlbut obtendría beneficios económicos de la base.10

El asesinato del presidente de los EE. UU. James A. Garfield en septiembre de 1881,
la toma de posesión del presidente Arthur y su nuevo secretario de estado,
Frederick T. Frelinghuysen y la posterior acusación en el senado norteamericano
contra Blaine por tráfico de influencias llevaron a EE. UU. y a Chile a firmar el
Protocolo de Viña del Mar11 en que EE. UU., entre otros, acepta el derecho de Chile
de anexar Tarapacá como indemnización de guerra.12 Hurlbut murió en Lima y en su
reemplazo asumió Trescott como ministro en Lima.n 2

El historiador Jason Zorbas escribió:

in fact, it is possible to state that American attempts to affect the peace


settlement not only prolonged the War but made the final peace much harsher on Peru
and Bolivia, contrary to America's intentions, and cost America considerable
prestige in all three countries.
(de hecho, es posible decir que los intentos estadounidenses de influir en el
acuerdo de paz no solo prolongaron la guerra sino que hicieron la paz alcanzada más
dura a Perú y Bolivia, contrariammente a las intenciones de los Estados Unidos, y
restaron considerable prestigio en los tres países)6:p66

Miguel Iglesias y el Manifiesto de Montán


Artículo principal: Gobierno de Miguel Iglesias

Al levantar Cáceres las masas campesinas e indígenas para combatir a los chilenos,
había creado un conflicto social dentro del país, ya que los campesinos exigían una
cuota de poder que los hacendados no podían darles sin afectar la estructura
social. Más aún, muchos peruanos se sentían amenazados más por los indígenas que
por los chilenos.
El 31 de agosto de 1882, en vista de los desastres que causaban las luchas en el
país y a la imposibilidad de derrotar militarmente al ejército ocupante, el coronel
Miguel Iglesias, con el apoyo de las provincias del norte del Perú, emitió el
manifiesto de Montán, llamando a firmar la paz entre Chile y Perú aceptando la
cesión territorial como parte del acuerdo; En diciembre de 1882 se instaló la
Asamblea de Montán que proclamó a Iglesias como "Presidente Regenerador de la
República" y lo autorizó a celebrar la paz con Chile. Su enviado José Antonio de
Lavalle iniciaron la discusión de un tratado de paz con los negociadores chilenos a
cargo de Jovino Novoa Vidal que acordaron las bases del tratado el 3 de mayo de
1883.

Andrés Avelino Cáceres, que se oponía terminantemente a aceptar la cesión de


territorios, intentó acabar con el gobierno de Iglesias y marchó al norte, pero fue
derrotado en la batalla de Huamachuco el 10 de julio de 1883. La decepción generada
por la derrota entre los enemigos de la paz fue aprovechada por Iglesias y Lynch
(el jefe del gobierno chileno de ocupación) para consolidar el gobierno de
Iglesias, quien llegó a Lima el 23 de octubre de 1883. El 22 de octubre de 1883 el
ejército chileno había ocupado Ayacucho, sede del gobierno de Lizardo Montero.

Miguel Iglesias convocó a un Congreso Constituyente que, bajo la presidencia de


Antonio Arenas, eligió como Presidente Provisorio al mismo Miguel Iglesias. El
acuerdo entre los gobiernos fue firmado el 20 de octubre de 1883 entre Jovino
Novoa, por el de Chile, y José Antonio de Lavalle y Mariano Castro Zaldívar por el
de Perú.

El tratado fue aprobado en la Cámara de diputados de Chile por 43 votos contra uno.
En el Senado de Chile su aprobación fue unánime. La Asamblea Nacional del Perú
ratificó el tratado el 8 de marzo de 1884 por 99 votos contra 6.2:468
Influencias e intereses

En resumen se puede decir que el gobierno peruano de Iglesias negoció el tratado


bajo fuertes presiones internas y externas:

cada grupo de acreedores deseaban el pago prioritario y rápido por medio de los
ingresos del guano y del salitre
Chile exigía la cesión de Tarapacá y control al menos temporal de Tacna y Arica
Cáceres y Montero se negaban a aceptar una cesión territorial y consideraban a
Iglesias un traidor
las tensiones sociales y étnicas en Perú aumentaban con la duración del estado
de guerra
la duración del gobierno de Iglesias era incierta, toda vez que los chilenos
abandonaron Lima

Los negociadores peruanos escribieron al consejo de ministros al entregar el texto


acordado: Aunque sus estipulaciones no son ciertamente aquellas a que nuestro
patriotismo aspira son, sin embargo, las más ventajosas que pudieran obtenerse,
dadas las condiciones en que se halla el Perú13

A su vez Chile debía actuar rápidamente ya que14

enfrentaba una fuerte oposición internacional por mantener la ocupación del


Perú3:92
los acreedores le acosaban por el pago de las deudas
comenzaba a vislumbrar los problemas del tratado de 1881 con Argentina
la ocupación tenía un costo humano considerable
tenía aún por delante la solución del problema de la salida al mar de Bolivia

Bolivia no reconocía el gobierno de Miguel Iglesias y por lo tanto no participaba


de las negociaciones a pesar de lo importante de la materia para el país del
altiplano, ya que es la salida natural de Bolivia al mar.

Cabe consignar que en caso no lograrse un acuerdo, el gobierno de Chile hubiese,


probablemente, retirado sus tropas hasta el río Sama y esperado a que la frontera
internacional se consolidase allí o hubiese entregado una parte o toda la región a
Bolivia.15:259
Firma del tratado

En diciembre de 1882 Miguel Iglesias fue elegido presidente del Perú por una
asamblea en el norte, el 18 de octubre de 1883 Chile reconoció al gobierno de
Iglesias y dos días después se firmó el tratado en Lima. El Perú ratificó el
tratado el 10 de marzo de 1884 y las ratificaciones fueron intercambiadas el 28 de
marzo de 1884.16:12417:págs. 606-07

Junto al tratado se firmó un protocolo complementario que determinaba las


condiciones en que quedaría la ocupación militar en el entretanto hasta su retiro:
pago por Perú de $300.000 mensuales, abastecimiento desde Chile libre de
gravámenes, dos hospitales exclusivos para soldados chilenos y el uso de telégrafos
y ferrocarriles en condiciones análogas al gobierno del Perú. (Bulnes, III, 521)
Las cláusulas del tratado

Los artículos 1°, 2°, 11°, 13° y 14° restablecen la paz (art. 1) y las leyes
mercantiles vigentes antes de la guerra (art. 11), ceden a Chile perpetua e
incondicionalmente la provincia de Tarapacá (art. 2), reconocen la validez de los
actos administrativos y judiciales chilenos ocurridos durante la ocupación militar
del Perú (art. 13) y por último, ordenan el intercambio de ratificaciones del
tratado antes de 160 días (art. 14).

El artículo 3° fue el más polémico y estipulaba que el territorio de las provincias


de Arica y Tacna continuará poseído por Chile durante 10 años tras los cuales un
plebiscito decidiría a que país querían pertenecer los habitantes. El país ganador
debía pagar $10.000.000 al otro. El plebiscito no se realizó y el statu quo
permaneció hasta 1929 cuando Tacna fue devuelta al Perú y Arica quedó como
territorio chileno. Según algunos historiadores chilenos (Bulnes III), el
"espíritu" del artículo era una cesión encubierta (para salvar el honor del
gobierno de Iglesias) de ambas provincias a Chile y destinadas a ser entregadas a
Bolivia cuando se firmara la paz con el país del altiplano. Esta interpretación es
negada por J. Basadre18 o por Cárlos Paz Soldan.19

Los artículos 4° al 10° se ocupan de las consecuencias económicas del cambio de


propiedad de los depósitos de guano y salitre. Chile debía destinar el 50% de las
ganancias de la venta de guano desde depósitos ya conocidos al pago de la deuda
peruana. Las ganancias obtenidas de depósitos desconocidos antes del tratado serían
totalmente para Chile (art. 4), esto era válido para cualquier forma de contrato de
venta (art. 7). Perú y Chile debían acordar precios y cantidades de venta para
impedir una competencia dañina (art. 5), los acreedores debían hacer calificar sus
títulos por las autoridades chilenas (art. 6) y no se reconocerían otros títulos de
deuda (art. 8). Las Islas Lobos de Afuera quedarían bajo administración y
explotación chilena mientras hubiesen depósitos de guano explotables y el 50% de
las ganancias debían ser entregadas al Perú (art. 9 y 10).

El artículo 12° estableció tribunales arbitrales que determinaron las


indemnizaciones a pagar a los ciudadanos chilenos expulsados de Perú cuyas bienes
habían sido embargados al inicio de la guerra.
Consecuencias inmediatas del tratado

Cáceres reconoció el tratado "como un hecho consumado" el 6 de junio de 188420 y se


concentró en derrocar el gobierno de Iglesias iniciando la guerra civil de 1884-85.
Los EE. UU. y el Imperio Alemán reconocieron el gobierno de Iglesias en abril de
ese año.16:125 El 3 de noviembre de 1883 Bolivia reconoció al gobierno de Iglesias.

El 15 de febrero de 1884 los gobiernos de Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia,


Bélgica y España presentaron una nota de reclamo a los gobiernos de Chile y Perú en
que protestaban por la cesión a Chile de depósitos de guano y de salitre que eran
garantía de deudas contraídas por el estado peruano con los nacionales de los
respectivos países.21 Perú y Chile respondieron que eran países soberanos que
disponían sus tratados de acuerdo a sus intereses. El historiador chileno Mario
Barros en "Historia diplomática de Chile" (pág. 472) sostiene que la negativa de
EE. UU. y de Alemania a participar en el reclamo amagó la protesta e incluso hizo
temer a los europeos consecuencias si se aumentaba la presión sobre ambos países
contratantes, aunque si tuvo largas consecuencias en los tribunales.

En agosto de 1884, las tropas chilenas se replegaron hasta la línea del río Sama.

Otra de las consecuencias de la génesis del tratado fue la normativa estadounidense


que prohíbe desde entonces a los diplomáticos de ese país cualquier relación de
negocios en el país de su nombramiento.22
Tarata

Tarata quedó bajó la ocupación chilena, pero fue entregado al Perú en 1925, antes
del tratado de Lima y por diferentes razones.
Protocolo de Castellón-Elías

El 8 de enero de 1890 se firmó el protocolo de Castellón-Elías, que entregaba a


Perú prácticamente toda la explotación de guano de Tarapacá, bajo la condición de
que debía entregarla a los acreedores. A cambio los acreedores reconocían que la
deuda transferida a Chile por la ocupación de los depósitos hipotecados se limitaba
a la señalada en el tratado de Ancón.16:132
La disputa de Tacna y Arica
Véanse también: Chilenización de Tacna y Arica, Tratado de Lima, Cuestión de Tacna
y Arica y Guerra de don Ladislao.

El plebiscito de Tacna y Arica, que debía realizarse a más tardar en 1894, nunca se
realizó y las "Provincias Cautivas", como fueron dadas a llamar en Perú,
permanecieron ocupadas hasta 1929. Aparentemente, no se logró un acuerdo sobre
quiénes eran los votantes (solo los nacidos en la zona o los inmigrantes y a partir
de cuantos años). El interés chileno en conservar la región para darla como salida
al mar a Bolivia, fue también un factor importante.

En 1888 Chile ofreció $10.000.000 por la compra de la región en disputa, en 1890,


tras una protesta francesa ante el Perú por el no pago de la deuda, Chile repitió
la oferta. Perú ofreció a Chile privilegios comerciales a cambio de la entrega de
las dos provincias más facilidades aduaneras para Bolivia.16:134

En 1904 Chile y Bolivia firmaron el Tratado de Paz que, entre otros, daba garantías
a Bolivia para el uso del puerto de Arica y la construcción de una línea férrea
entre el puerto y La Paz, comprometiendo en la disputa a sobre Tacna y Arica a un
tercer país (como había hecho Bolivia en la Puna de Atacama). Más aún, en un
tratado secreto adicional, Chile se comprometió a entregar a Bolivia las dos
provincias peruanas en caso de obtenerlas del Perú o una franja en el sur de Arica
(Vitor a Camarones), un territorio que no le pertenecía.16:135

La disputa por Tacna y Arica ensombreció las relaciones entre los ex-beligerantes,
pero también influyó en las relaciones con otros países. En 1889 Perú ofreció a los
EE. UU. en puerto de Chimbote como estación carbonera para su marina de guerra a
cambio de la garantía del último para la integridad territorial del primero.16:136
Por su parte, Chile promovió una "entente" con Colombia y Ecuador así como, en los
Pactos de Mayo, consiguió el compromiso argentino de no inmiscuirse en los asuntos
de la costa del Pacífico.16:143

El 9 de abril de 1898 se firmó el protocolo de Billinghurst-La Torre que preveía el


plebiscito con la reina de España como instancia decisiva en la selección de los
votantes y del miembro neutral del colegio electoral. Perú aprobó el acuerdo, pero
el senado chileno solicitó clarificaciones y no fue aprobado.16:142

En 1910 Bolivia sugirió a Perú entregarle Tacna y Arica para obtener una salida al
mar. Perú rechazó la sugerencia.23

A partir de 1910, Chile anunció que consideraba el plazo de 10 años como un plazo
mínimo para la ocupación de la región en disputa y expulsó a obreros y sacerdotes
peruanos durante un proceso de chilenización de la región en disputa. Ese año Chile
y Perú rompieron sus relaciones diplomáticas.16:154

El primero de noviembre de 1920, la delegación peruana en la Liga de las Naciones,


una instancia supranacional creada para promover la paz, solicitó ante el organismo
internacional la revisión del tratado de Ancón, en particular solicitó el retorno
de Tacna, Arica y Tarapacá porque según los nuevos preceptos de la ley
internacional no permitían la anexión de territorios y también porque Chile habría
anulado el tratado violando sistemáticamente todas las cláusulas favorables a Perú.
El mismo día, Bolivia presentó un requirimiento similar que exigía la devolución de
Antofagasta. Las propuestas no fueron aceptadas por la asamblea.16:160

En 1922, el secretario de estado estadounidense Charles Evans Hughes persuadió a


los litigantes a aceptar el Acuerdo de Washington de 1922 que preveía una arbitraje
sobre la factibilidad del plebiscito previsto en el artículo III del tratado de
Ancón y en caso de ser realizable, determinar las reglas a cumplir. En caso de que
el referendum no fuese realizable, presentar alguna otra solución. El arbitró
decidió en el Coolidge Award, el 4 de marzo de 1925, que el plebiscito era
realizable, pero en 1926 presidente de la comisión encargada de la organización del
plebiscito culpó a Chile de impedir la realización del referendum.16:163

Finalmente ambos gobiernos acordaron reiniciar sus relaciones diplomáticas y


negociar bilateralmente una salida al problema, que acordaron con el Tratado de
Lima.

En 1975 Chile y Bolivia firmaron el Acuerdo de Charaña y solicitaron a Perú


permitir la entrega de una franja de la provincia de Arica a Bolivia. Perú rechazó
la proposición.
Véase también

Tratado de Lima
Tratado de Versalles (1918)
Tratado de Versalles (1871) preliminar al Tratado de Fráncfort, que finalizaron
la Guerra franco-prusiana

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