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Recordemos que con COSO I se establecieron las pautas para conseguir un adecuado
control interno, entendiendo por ello: El proceso que involucra a todos los integrantes
de la organización sin excepción, y diseñado para dar un grado razonable de apoyo en
cuanto a la obtención de los objetivos en las siguientes categorías:
Como se puede observar comparando ambos esquemas, COSO II, es decir el ERM,
está configurado por el sistema de control interno, es decir por COSO I, al que se le ha
añadido la sistemática necesaria para poder gestionar adecuadamente los riesgos que
puedan influenciar en la consecución de los objetivos empresariales perseguidos.
A pesar de que con base en lo que recogen ambos protocolos, ya deberíamos saber
cómo tendríamos que actuar en ambos escenarios, tanto en el correspondiente al
control interno, como en la gestión de riesgos, esto no nos asegura el éxito
empresarial, ya que el entorno de los negocios actualmente presenta muchos retos
no resueltos, por lo que los riesgos y su adecuada administración ocupan un lugar
fundamental en los procesos de las compañías. Por otra parte, los negocios
evolucionan, lo cual ha traído consigo nuevos riesgos, no considerados previamente,
y por consiguiente no gestionados.
Las empresas deben estar preparadas para adaptarse a las situaciones actuales con
las que conviven, o de otro modo tendrán que resignarse a desaparecer. Por ello, el
gerenciamiento estratégico involucra decidir el “camino a seguir” y lo que se requiere
para conseguirlo, siendo preciso analizar el ambiente de la empresa, con el fin de
evaluar las oportunidades y amenazas futuras, así como formular objetivos y
establecer metas y planes precisos a fin de alcanzarlos.
Por ello, según los especialistas en la materia, hoy en día la gestión integral del riesgo
es un imperativo para cualquier empresa que quiera sobrevivir y triunfar en un mundo
interconectado y en constante cambio. Una gestión de riesgos eficaz, integrada con
la estrategia general de la compañía, es un pilar clave para la protección,
sostenibilidad, competitividad y resiliencia de las organizaciones puesto que: ayudará
a manejar la volatilidad frente al cumplimiento de objetivos, agregará valor al proteger
la imagen, la reputación, los activos, balances y procesos de la organización;
combatiendo la incertidumbre de un mundo cada vez más complejo.
Entre las causas del éxito, o en caso del fracaso de las organizaciones, entendemos
que las primeras son aquellas que asumen que deben estar en constante renovación,
han sabido reinventarse y han demostrado mayor capacidad de adaptación a los
continuos y acelerados cambios del ecosistema actual lo que implica cambios en su
estrategia empresarial, a la cual debemos adaptarnos.
Antes de entrar en la descripción del contenido del nuevo Marco COSO ERM, que
como vemos en su propio título, está enfocado en la estrategia y en los rendimientos,
por lo que entendemos conveniente aclarar algunos aspectos básicos relacionados
con la estrategia.
Según James Brian Quinn, reconocido especialista sobre el tema “Una estrategia
adecuadamente formulada ayuda a poner orden y asignar, con base tanto en sus
atributos como en sus deficiencias internas, los recursos de una organización, con el
fin de lograr una situación viable y original, así como anticipar los posibles cambios
en el entorno y las acciones imprevistas de los oponentes inteligentes.”
Por consiguiente, la estrategia se marca desde un inicio. Ahora bien, no es algo que
no se pueda cambiar, sino que lo correcto es adaptarla a las circunstancias y, si fuese
necesario, se debe cambiar por completo.