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Juan Ignacio Moretto, 892290

Camila Olivera, 893905


Juan Camilo Gutman, 898791
Teoría del desarrollo capitalista, Paul Sweezy.

Valor y plusvalía
IV. Plusvalía y capitalismo

El capitalismo implica la producción de mercancías, pero lo inverso no es necesariamente cierto.


La clave está en la transformación de la fuerza de trabajo en una mercancía más. He aquí la diferencia
específica del capitalismo. El circuito M-D-M, de transformación cualitativa del valor de uso es
reemplazado por el proceso D-M-D’, de expansión cuantitativa de del valor de cambio, con el agregado
de que la fuerza de trabajo, ahora mercancía, hace de nexo entre los dos extremos del circuito. La
diferencia entre D’ y D es lo que llamamos plusvalía. Esta no surge de la circulación sino del trabajo, y en
particular, del trabajo excedente efectuado por el trabajador por sobre el tiempo de trabajo socialmente
necesario para su reproducción. Y, tal como adecuadamente aclara Sweezy, lo específico del capitalismo
no es el hecho de la explotación (es decir, de la apropiación del trabajo excedente por parte de una clase
especial que domina los medios de producción) sino la forma que ésta asume.

Los componentes del valor de cualquier mercancía se pueden descomponer en capital


constante, capital variable y la plusvalía. La primera parte hace referencia a los materiales y las
maquinarias utilizadas en el proceso de producción. El segundo componente es el valor de la fuerza de
trabajo, “que reproduce el equivalente de su propio valor”, produciendo además el componente final, la
plusvalía. Del análisis de las relaciones que emergen entre estos componentes en una economía
capitalista surgen las importantes categorías de tasa de plusvalía, composición orgánica del capital y tasa
de ganancia. Su comprensión sería crucial a la hora de entender ciertos desarrollos de Marx tales como
la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.

El proceso de acumulación
V. La acumulación y el ejército de reserva

1. La reproducción simple

La Reproducción Simple es una simplificación teórica, se refiere a un sistema capitalista que


conserva indefinidamente las mismas dimensiones y proporciones entre sus diversas partes. Para que se
cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o
usado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el
consumo. Si no se llenaran estos requisitos tendría lugar una acumulación o bien un agotamiento de la
existencia de medios de producción, y esto está excluido por hipótesis.

Supongamos que toda la industria está dividida en dos grandes ramas: en la I se producen
medios de producción y en la II se producen artículos de consumo. Para que se cumplan las condiciones
de la Reproducción Simple, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de
bienes de producción, y el consumo combinado de capitalistas y obreros debe ser igual a la producción
total de la rama de artículos de consumo. El valor del capital constante usado en la rama de artículos de
consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a
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producir medios de producción, esta puede llamarse, la condición básica de la Reproducción Simple. La
producción total de medios de producción y de artículos de consumo conforman la oferta social de
mercancías. El ingreso se divide en tres categorías: el ingreso del capitalista que éste debe gastar en
medios de producción si ha de mantener su posición como capitalista, el ingreso del capitalista que éste
es libre de gastar en el consumo (plusvalía) y el ingreso del trabajador (salario), esto constituye la
demanda total de mercancías.

2. Las raíces de la acumulación

En la Reproducción Simple el fin último que persigue el capitalista son los valores de uso. Este
supuesto implica la abstracción de lo más esencial en el capitalista: su interés en ampliar su capital.
Realiza esto convirtiendo una parte de su plusvalía en capital adicional. Su capital acrecentado le
permite entonces apropiarse aún más plusvalía, que a su vez convierte en capital adicional, y así
sucesivamente. Este es el proceso conocido como acumulación del capital; constituye la fuerza motriz
del desarrollo capitalista. El capitalista, como lo observa Marx, tiene una pasión por la riqueza como tal,
siendo este un efecto del mecanismo social del que es parte. La forma de circulación D- M-D', es,
objetivamente, un proceso de expansión del valor. Este hecho se refleja en el fin subjetivo del
capitalista. El deseo del capitalista de aumentar el valor que controla (de acumular capital) proviene de
su posición especial en una forma particular de organización de la producción social.

El capital tiene una sola cualidad, la de poseer magnitud. Un capitalista puede distinguirse de
otro solamente por la magnitud del capital que representa. El éxito en la sociedad capitalista, por lo
tanto, consiste en aumentar el capital propio. La mayor cantidad de plusvalía y también, por lo mismo, el
mayor poder de acumulación corresponde al capitalista que emplea los métodos técnicos más
avanzados y eficientes; en consecuencia, el afán de perfeccionamiento es general. Pero los nuevos y
mejores métodos de producción exigen mayores desembolsos de capital. El desarrollo de la producción
capitalista hace necesario aumentar constantemente la cantidad de capital desembolsado y la
competencia hace que cada capitalista individual sienta las lo obliga a acrecentar constantemente su
capital a fin de conservarlo.

3. La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo; planteamiento del problema


En la “Reproducción ampliada” la acumulación es tomada en cuenta, mostrando la interrelación
de las ofertas y las demandas cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que
ésta se divide en tres partes, una que consumen los capitalistas, otra que se agrega al capital constante y
una tercera que se suma al capital variable.

Por ahora nos interesa investigar los efectos de la cantidad acrecentada del capital variable, o lo
que viene a ser lo mismo, la demanda acrecentada de fuerza de trabajo, que va implícita en el proceso
de acumulación. Para este fin podemos tomar simplemente las relaciones cuantitativas de oferta y
demanda que son necesarias para mantener el equilibrio de la Reproducción Ampliada.

La fuerza de trabajo no es una mercancía ordinaria. La acumulación eleva la demanda de fuerza


de trabajo y no es ya lícito suponer la igualdad entre los salarios y el valor de la fuerza de trabajo. La
plusvalía depende de la diferencia que existe entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor de la
mercancía que el trabajador produce.
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4. La solución de Marx: el ejército de reserva del trabajo

Las exigencias del capital que se acumula pueden exceder el aumento de la fuerza de trabajo o
del número de trabajadores; la demanda de trabajadores puede exceder la oferta y, por consiguiente,
los salarios pueden subir. Tarde o temprano se llegará a un punto en que las exigencias de la
acumulación empiecen a sobrepasar la oferta de trabajo acostumbrada y, por lo tanto, tenga lugar una
elevación de salarios.

La solución de Marx a este problema gira alrededor de su famoso concepto del “ejército de
reserva del trabajo”, o como también lo llamó, la “población excedente relativa”. El ejército de reserva
consiste de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo,
ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario. El ejército industrial de reserva
durante los períodos de estancamiento y de prosperidad media, gravita sobre el ejército activo de
trabajo; durante los períodos de sobreproducción y paroxismo, pone freno a sus pretensiones. La
población excedente relativa es, por lo tanto, el pivote sobre el cual opera la ley de la demanda y oferta
de trabajo. El ejército de reserva se recluta principalmente entre aquellos que han sido desplazados por
la maquinaria.

Los capitalistas individuales, cada cual, da por supuesto el nivel de los salarios y procura obtener
las mayores ventajas posibles. Al introducir maquinaria, por lo tanto, no hace más que tratar de reducir
su nómina de pagos. El efecto neto de esta conducta general de los capitalistas, sin embargo, es el de
provocar el desempleo, que a su vez actúa sobre el nivel del salario mismo. En términos del movimiento
del capital social total, la mecanización significa un alza en la composición orgánica del capital, es decir,
un aumento en los gastos de los capitalistas en maquinaria y materiales, a expensas del trabajo.

Junto a la eliminación del trabajo por la maquinaria, las crisis y las depresiones toman su lugar
como mecanismo capitalista específico para reconstruir el ejército de reserva cada vez que éste se ha
reducido a proporciones peligrosamente pequeñas. En la fase de prosperidad del ciclo económico el
Empleo Industrial gana a expensas del Ejército de Reserva; por otra parte, a la crisis y la depresión
corresponde una contracción del Empleo Industrial mientras el Ejército de Reserva crece. El sistema de
producción incluye tanto el Empleo Industrial como el Ejército de Reserva. El sistema contiene en sí un
mecanismo para regular el nivel de los salarios y, por lo tanto, para mantener el de las ganancias.

5. La naturaleza del proceso capitalista

Los cambios en los métodos de producción son considerados, en la teoría de Marx, como
condiciones necesarias para prolongar la existencia de la producción capitalista. Pues es principalmente
por medio de las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, como se recluta el ejército de
reserva, y sólo por la existencia continua del ejército de reserva pueden sobrevivir la plusvalía y la clase
que ella sostiene.
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VI. La tendencia decreciente de la tasa de ganancia

La tendencia decreciente de la tasa de ganancia tiene que ver con el crecimiento sostenido de la
composición orgánica del capital producto del continuo crecimiento de la productividad del trabajo. Esto
constituye un obstáculo al desarrollo indefinido de la producción capitalista que no obstante puede ser
balanceado o contrarrestado por tendencias que se le oponen. La tasa de ganancia es, según Marx, la
fuerza impulsora de la producción capitalista. He aquí la importancia de este asunto.

Marx menciona seis causas que contrarrestan y anulan la ley general de la tasa de ganancia;
Sweezy desarrolla cinco: el abaratamiento de los elementos del capital constante, el aumento de la
intensidad de explotación, la depresión de los salarios por debajo de su valor, la sobrepoblación relativa
y el comercio exterior. La primera mantiene baja la composición orgánica del capital, en tanto esta es
una expresión de valor. Las siguientes cuatro elevan la tasa de plusvalía.

Luego bajo §3, sección titulada “Una crítica a la ley”, Sweezy se pregunta si será correcto
suponer que la tasa de plusvalía permanece invariable mientras crece sostenidamente la
composición orgánica del capital, lo cual implica un crecimiento sostenido de la productividad del
trabajo. De aquí resulta que lo normal será que la composición orgánica del capital y la tasa de
plusvalía se muevan en el mismo sentido y, por lo tanto, que la tasa de ganancia crezca o se
deprima dependerá de cual de los dos componentes de la tasa de ganancia crezca más.

Por último, Sweezy menciona más fuerzas a tener en cuenta: los sindicatos y l acción del
Estado a favor de los trabajadores, tendientes a deprimir la tasa de ganancia; las organizaciones
patronales, la exportación de capital, la formación de monopolios y la acción del Estado a favor del
capital, tendientes a elevar la tasa de ganancia. Agrega que, del mismo modo que el tratamiento de
Marx de este tema no fue ni sistemático ni completo, la lista que propuso de fuerzas a también
tenerse en cuenta no agota los factores que influyen en la tasa de ganancia.

Crisis y Depresiones
VIII. La naturaleza de las crisis capitalistas

1. La producción simple de mercancías y las crisis

Un rasgo necesario para una sociedad es tener una moneda o medio de cambio
aceptado. Con esto, es posible pasar de una forma de cambio M-M (trueque) a la forma M-D-M
(producción simple de mercancías). Dicha transición permite ahorrar tiempo ya que el productor
ya no se encuentra sujeto a encontrar en el mercado a otra persona que tenga lo que él
necesita y necesite lo que él tiene.
Existe la posibilidad de que, en dicha forma de organizarse la producción (M-D-M), se
produzca una crisis; esta consiste en una interrupción en el proceso de la circulación trayendo
como consecuencia existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas (Crisis
de sobreproducción).
Bajo la producción simple de mercancías, si bien la crisis de sobreproducción es
posible, es más bien improbable que suceda.
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2. La ley de Say

La Ley de Say plantea que la crisis de Sobreproducción no es posible, ya que la


circulación M-D-M no puede interrumpirse debido a que todos los productores venden con el
objetivo de, luego, comprar. Y la generaliza (erróneamente) a cualquier circunstancia que se
presente; sin distinguir entre producción simple de mercancías y producción capitalista.

3. El capitalismo y las crisis

La forma de circulación bajo el capitalismo es D-M-D’, donde la D inicial tiene un menor


valor de cambio que la D’ final. Esto se debe a que el capitalista tiene como objetivo la
obtención de ganancias; de esta forma, inicia el proceso con un nivel de capital inicia (D)
cambiándolo por fuerza de trabajo y medios de producción, con el objetivo de, luego de
cumplido el proceso de producción, reaparecer en el mercado con mercancías que transforma
de nuevo en dinero (D’).
Con respecto a las crisis, la de sobreproducción también es posible bajo el capitalismo. La
diferencia con la producción simple de mercancías es que en esta no era posible identificar el
fenómeno que dispara la interrupción del proceso de circulación y en el capitalismo sí. El
mismo se debe a efectos negativos sobre la tasa de ganancia del capitalista, incentivándolo, de
esta forma, a no volver a lanzar D a la circulación.

Existen dos casos: el primero consiste en si la tasa de ganancia desaparece o se vuelve


negativa y la segunda en una disminución de la tasa de ganancia por debajo del nivel ordinario.
En el primer caso, el capitalista retira su capital de la circulación, comenzando así una crisis
seguida de sobreproducción (caso extremo). En el segundo caso, el capitalista retira su capital
de la industria en donde se encuentra para pasar a otra que sí le genere una tasa de ganancia
por encima del nivel ordinario. Pero dicho “pasaje” a la nueva industria puede no ser
“instantáneo”, sino que el capitalista puede retener su capital en forma de dinero a la espera de
condiciones más favorables; durante este tiempo se rompería la continuidad del proceso de la
circulación y se precipitaría a la crisis.

Este análisis se realizó bajo el supuesto que las mercancías se venden a su precio de
equilibrio. Pero si se abandonara dicho supuesto, surgiría una nueva causa de descenso de la
tasa de ganancia del capitalista.

IX. Las crisis relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia

Según Marx, en el proceso de acumulación de capital, la tasa de ganancia del


capitalista tiende a caer ya que, como regla general, la composición orgánica del capital se
eleva relativamente más rápido que la tasa de plusvalía. Este proceso constituye la ley de la
tendencia descendente de la tasa de ganancia.

Marx plantea que, al competir los capitalistas en el mercado por la fuerza de trabajo, los
salarios aumentan. Es decir que, el ejército de reserva disminuye y los salarios aumentan.
Ahora, si todos los demás factores permanecen iguales, la plusvalía (trabajo no pagado)
disminuye en proporción. Esto provocaría una reacción, caracterizada por una restricción de la
actividad inversionista, que trae como resultado la crisis. En otras palabras, las causas de las
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crisis Marx se la atribuye a la reducción del ejército de reserva y el alza de salarios que traen
aparejado una disminución de la tasa de ganancia.

Por otra parte, Marx consideraba a la crisis como una fase del desarrollo capitalista; es
decir, la interpretaba como algo más que “malos tiempos”. De esta forma, la crisis consiste en
el mecanismo necesario para remedar los resultados negativos derivados de un periodo
caracterizado por un ritmo elevado de acumulación.

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