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La Soja

Es con diferencia el cultivo transgénico más


implantado. Actualmente se cultiva en nueve países
y cubre más de 85 millones de hectáreas.

Los principales países productores son Estados Unidos (29


%), Brasil (27%) y Argentina (21%). En EEUU y
Argentina prácticamente toda la soja que se produce es
genéticamente modificada. En Europa no está permitido su
cultivo, por lo que tiene que importarse.

La soja es uno de los se componentes principales del


pienso de vacas, cerdos y pollos. Tiene muchísimas
aplicaciones industriales: en alimentación (aditivos como
la lecitina de soja), pinturas y fabricación de biodiesel
entre otros.
Planta y vainas de soja.

La soja transgénica posee un gen que le confiere


resistencia a los herbicidas.

LA RESISTENCIA A HERBICIDAS
Se trata del rasgo modificado genéticamente más común en la
agricultura comercial, ya que el control de las malas hierbas es
vital para asegura la productividad y la salud del cultivo.
En la agricultura convencional se suele utilizar una
combinación de herbicidas selectivos, que afectan solo a
determinadas plantas (pe. de hoja estrecha o ancha) o que
actúan de distintas maneras. El agricultor ha de saber cual
utilizar y en qué momento hacerlo para que no afecte a las
plantas cultivadas. Puede ser necesario dar pases en distintos
momentos para aplicar distintos productos.
Las plantas resistentes a herbicidas forman parte de una nueva
manera de controlar las malas hierbas: la utilización de un
herbicida junto con las semillas de un cultivo resistente
precisamente a ese herbicida. El producto utilizado es
generalmente no selectivo (fulmina a toda planta que ose
crecer en el campo de cultivo) y con uno o dos pases se acaba
el problema. Este sistema simplifica mucho el trabajo ( sobre
todo si el agricultor opta por un monocultivo resistente a
herbicida) y permite el ahorro de combustible al disminuir los
trabajos de lucha contra malas hierbas.
Actualmente los herbicidas que más se utilizan tienen como
ingrediente activo alglifosato ( el famoso Roundup Ready de
Monsanto) y el glufosinato ( por ejemplo LibertyLink de Bayer).
No es ni mucho menos exclusivo de los cultivos transgénicos y
es ampliamente utilizado en el "Laboreo de Conservación",
prácticas agrícolas que buscan proteger los suelos frente a la
erosión.

El maíz

El maíz GM se comenzó a cultivar comercialmente en


1997, también en Estados Unidos. Desde entonces su
cultivo se ha expandido por todo el mundo hasta alcanzar
más de 55 millones de hectáreas. Los principales países
productores son: EEUU (cerca del 80% de su producción
es GM), Chile, Brasil, Argentina, Sudáfrica y Canadá.

En la Unión Europea somos el país líder en su cultivo de


maíz transgénico, con más de 130.000 ha cultivadas. Otros
países europeos que también lo cultivan son Portugal,
Eslovaquia, República Checa y Rumanía, pero a muy
pequeña escala. Las razones del rechazo de Europa a los
cultivos transgénicos y del liderato de España en su
cultivo las veremos en otra ocasión.

¿Sabías que el 32% del maíz sembrado en España es


genéticamente modificado?

El maíz se utiliza principalmente para la alimentación del


ganado y como materia prima de la industria del almidón.
Esta materia prima es muy utilizado en la industria
alimentaria y para la obtención de un combustible, el
bioetanol.

Los cultivares transgénicos de maíz actuales poseen dos


rasgos genéticos de interés agronómico: la tolerancia a
herbicidas y la resistencia a insectos. Recientemente se
han desarrollado una variedad resistente a la sequía y otra
forrajera más digestiva.

EL MAÍZ BT
El maíz transgénico cultivado en Europa produce una sustancia que le
permite defenderse por si solo frente a una plaga muy persistente, el
taladro del maíz europeo.
Es una pequeña polilla que se hace fuerte en el interior del tallo,
taladrándolo hasta llegar a la mazorca. Esto no solo debilita o
directamente mata a la planta, sino que crea una vía de entrada a
determinados hongos productores de micotoxinas, que son sustancias
muy tóxicas para el ser humano. Así, este bichito produce mermas en
la producción del 35-40% (que es bastante) y al favorecer la presencia
de micotoxinas, disminuye considerablemente la calidad del grano.
 

Mariposa macho del taladro del maíz europeo. La larva es la que hace todo el estropicio en la
planta. Fuente: Dr. R. Kaiser-Alexnat / www.biosicherheit.de

 
Los daños en la mazorca favorecen que el grano pierda calidad. Fuente: Syngenta España.

Para luchar contra este insecto, se puede recurrir a diversas estrategias


agronómicas en función de la gravedad del asunto: mecánicas, época
de siembra, lucha biológica, uso de insecticidas convencionales o uso
de la toxina Bt.
La toxina Bt es producida por un microorganismo del
suelo, Bacillus thuringiensis, en una forma inactivada (protoxina)
Esta, al ser ingerida por determinados insectos, se activa y se une a
unos receptores específicos del aparato digestivo, matando al insecto.
Esta toxina llevan utilizándose desde hace 40 años para luchar contra
varias plagas de insectos, ya que - al contrario que muchos
insecticidas químicos - es inocua para los seres humanos. De hecho su
uso está permitido en la agricultura ecológica.
La ingeniería genética ha conseguido transferir a la planta del maíz los
genes de la bacteria responsables de producir esta toxina. De esta
manera, la planta es capaz de producir la toxina dentro de sus propias
células y el insecto muere al alimentarse de ella. De esta manera se
evita aplicar insecticidas convencionales (al menos para luchar contra
ese tipo de insecto), que por otra parte son poco efectivos ya que
taladro del maíz vive bien protegido dentro del tallo. Este maíz está
también protegido frente a la acción de gusanos de la raíz.
Hay diferentes variedades transgénicas en función del gen introducido
para producir la toxina Bt, que varía en la cantidad producida y en la
parte de la planta capaz de producirlo (tallo o planta entera).

El algodón

El algodón se cultiva principalmente en zonas tropicales y


subtropicales, también en zonas áridas y cálidas de
latitudes medias. La India, China, EEUU, y Brasil son los
líderes en la producción de algodón transgénico. En
Europa se cultiva en Grecia, Bulgaria y España, pero no
variedades transgénicas.
La fibra natural que todos conocemos se obtiene de los
"pelos" que rodean a la semilla. Las pelusas también
tienen su utilidad en la industria del papel, para elaborar
papeles de gran calidad y muy resistentes. Además de las
fibras, la propia semilla también contiene un aceite de gran
calidad (que se utiliza para freír y como componente de la
margarina) y elementos nutricionales muy utilizados en
alimentación animal.
¿Sabías que es muy posible que los billetes de tu cartera
contengan algodón transgénico?.
El algodón transgénico ha sido modificado para mostrar
resistencia a los insectos y a los herbicidas. Se está
estudiando también la adaptación a factores locales.

El gusano de la cápsula del algodón es el protagonista del primer caso documentado de desarrollo de
resistencia a un transgénico en la naturaleza. Fuente: ARS/USDA

Ya han aparecido insectos resistentes a las toxinas


producidas por la primera variedad de algodón
Bollgard® en la India y China. Era algo que los
creadores de la patente esperaban que ocurriera,
pero determinadas prácticas (o la ausencia de ellas,
como no dejar áreas de refugio suficientemente
grandes cultivadas con algodón convencional y la
introducción prematura y no autorizada del cultivo)
aceleraron, o al menos, facilitaron el proceso. Se han
desarrollado además nuevas variedades
transgénicas que producen toxinas distintas o en
mayor cantidad.

La colza

Es un cultivo oleaginoso (productor de aceite) que


todavía arrastra mala fama en España. En la
antigüedad se utilizaba su aceite para las lámparas,
y desde la revolución industrial hasta hoy se viene
utilizando como lubricante. La Segunda Guerra
Mundial impulsó su cultivo debido a sus propiedades
como lubricante y a las dificultades de suministro de
petróleo. Hoy en día se cultiva como materia prima
industrial (para obtención de biodiesel, aceites
industriales y lubricantes) y alimentaria (aceite de
cocina y en la producción de margarina).

El uso alimentario se desarrolló hace mas de 40


años, gracias al trabajo de los mejoradores
vegetales que consigueron cultivares que no
producían dos sustancias que inutilizaban el aceite
para la alimentación humana o animal (sustancias
que no tienen nada que ver con lo que oficialmente
provocó el síndrome tóxico en España). En los años
setenta se desarrolló la colza "cero", libre de ácido
erúcico (que da sabor amargo) y en los ochenta la
colza "doble cero" que, además, estaba libre de
glucosinolatos (que daban problemas digestivos en
alimentación animal). Esta colza doble cero se
rebautizó "Canola" (Canadian oil), para diferenciarla
de la colza no comestible y porque su nombre en
inglés (rapeseed) no era muy comercial ("to rape"
también significa violar).

La colza es el cultivo oleaginoso mejor adaptado a latitudes altas y zonas frías, lo que hace a Canada
claro líder en este cultivo, seguido de lejos por EEUU y Australia. Actualmente no se cultiva colza
transgénica en Europa pero si la convencional. Fuente: Syngenta Canada.
Actualmente toda la colza transgénica que se cultiva en el
mundo es resistente a herbicidas. Hay también colza con
un gen insertado que causa esterilidad de las flores
masculinas (esto facilita la producción de híbridos al evitar
la autopolinización). Se está trabajando en variedades con
una mejor composición en ácidos grasos de cara a su uso
alimentario y como pienso.

La patata

La patata ha sido y sigue siendo un cultivo importantísimo


para la seguridad alimentaria mundial, pero también para
la industria, ya que es una buena fuente de almidón. Aun
no siendo un cultivo transgénico importante la incluyo en
la lista por lo que representa.

¿Sabías que los europeos nos comemos una de cada


cuatro patatas producidas? Aproximadamente la mitad se
utiliza para alimentación del ganado y el cuarto restante
para la producción de almidón y alcohol.

La patata "Amflora" hasta hace poco era, junto con el


maíz, el único cultivo transgénico permitido en Europa y
nos sirve para ilustrar los problemas a los que se enfrentan
las empresas obtentoras a la hora de introducir en Europa
cultivos transgénicos.
Esta patata fue creada por la empresa alemana BASF para
uso industrial y para alimentación animal. Se empleó la
"tecnología antisentido" que, abreviando mucho, consigue
bloquear la expresión de un gen, el responsable de la
producción de amilosa, uno de los tipos de almidón
existentes en la patata. Las patatas obtenidas solo
producían el otro tipo, la amilopectina, lo cual es
tremendamemte ventajoso desde el punto de vista
industrial.

Después de estar 12 años para conseguir la autorización


para su cultivo, el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó
que se habían vulnerado las normas del proceso de
autorización y retiró la autorización. Los señores de BASF
imagino que hartos de la burocracia, decidieron irse con su
tecnología y sus patentes a cultivar patatas a otra parte
(aquí podéis saber más).

Otra curiosa historia sobre patatas GM la tenemos con la


patata "Innate", recientemente aprobada en EEUU (el
artículo de la historia lo podeis leer aquí, en inglés).
Es una patata modificada genéticamente, que no
transgénica, con varios objetivos: que tenga menos
magulladuras que restan valor al producto (lo cual ayuda a
reducir el despilfarro de comida), que no pardee al
exponerla al oxígeno y, la que era a priori su mejor baza,
que al freírla produzca menos acrilamida (compuesto
sospechoso de ser carcinogénico). La gracia del
asunto es que la empresa que desarrolló esta patata,
JR. Simplot es un importante proveedor de patata
congelada de Mcdonalds (que consume unas
cuantas). A lo mejor pensó que a McDonalds, por
eso de limpiar la fama, le encantaría tener entre su
oferta culinaria una patata frita menos cancerígena.
El caso es que a los del payaso no les convenció
que se les asociara con transgénicos - lo que viene
siendo ir de Guatemala a Guatepeor en términos de
marketing - y dejaron a Simplot con la patata caliente
en las manos. Ni cortos ni perezosos, han decidido
que la venderán precortada en paquetitos,
aprovechando eso de que no se pone marrón. En
vista de que vender salud no les dio mucho
resultado, la siguiente versión "Innate 2" incorpora
otra cualidad muy interesante desde el punto de
vista agronómico, la resistencia al tizón, una de las
bestias negras del cultivo de la patata, haciéndola
atractiva a agricultores que al fin y al cabo son los
que compran la semilla.
La patata en cuestión. Fuente.

La berenjena

Al igual que la patata, no está en el "top five" de los


cultivos transgénicos, pero la incluyo como ejemplo
de cultivo GM transgénico obtenido en un país en
vías de desarrollo.
La berenjena es una hortaliza muy consumida en la
India, y popular entre los pequeños agricultores y los
consumidores de pocos recursos. Su problema es
que es muy vulnerable a un bichito que se zampa
frutos y brotes, al estilo del taladro del maíz, por lo
que su cultivo requiere de un uso intensivo de
insecticida. Los daños en frutos pueden alcanzar el
95% y se han registrado pérdidas del 70% en
plantaciones comerciales.
Para luchar contra el dichoso bicho, además de los
insecticidas y los métodos de control biológico, se
intentaron desarrollar cultivares resistentes mediante
mejora tradicional, pero con poco éxito, ya que no
tenían a mano variedades o parientes resistentes
que le prestaran sus genes. Así, fue una bacteria y la
biotecnología las que permitieron obtener una
Berenjena "Bt Brinjal" resistente al ataque del
taladro.

Esta variedad fue desarrollada por una empresa


privada de semillas que donó la tecnología a
instituciones públicas de investigación. De esta
manera se pudieron desarrollar variedades Bt
híbridas que llegaran a todos los agricultores gracias
a la cooperación entre instituciones de investigación
públicas y privadas.

 
Berenjena transgénica limpita y convencional estropiciada por el bicho. Fuente: UPLB IPB Bt
Eggplant Project, 2014

Otros cultivos
La tolerancia a herbicidas también está presente en
la alfalfa (cultivada en EEUU), remolacha azucarera
(EEUU y Canada) y chopos (en China).

La resistencia a virus la podemos encontrar en la


papaya (China y Hawaii) y en calabaza (Estados
Unidos). 

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