Está en la página 1de 4

LA VIDA EN DEMOCRACIA

COLEGIO SAN VICENTE DE PAUL

INTEGRANTES:
- William Amoroto Escate
- Valentino Canales Vargas
- Luis Flores Gallegos
- Mateo Vizcarra Tapia
26 DE OCTUBRE DE 2022
ICA - PERÚ
CIENCIAS SOCIALES
-

LA VIDA EN DEMOCRACIA

¿QUÉ ES LA DEMOCRACIA?

La democracia se entiende en dos dimensiones:

● Una forma de vivir y convivir en sociedad.

● Como forma de organizar el poder político y el acceso al gobierno en


un país.

En cualquier caso, la democracia se sustenta en el principio de que todas las


personas que son parte de la sociedad nacen libres y son iguales ante la ley,
merecen el mismo respeto y los mismos derechos y deberes. Vale decir, que
ambas dimensiones de la democracia están interrelacionadas y se
retroalimentan mutuamente: si una es sólida ayudará a fortalecer a la otra, y
los problemas de una tenderán a afectar a la otra. Por ejemplo, si vivimos en
una familia o entorno con prácticas autoritarias es probable que no
cuestionemos dichas prácticas en nuestras autoridades locales, regionales o
nacionales; e incluso que les exijamos ese tipo de proceder.

DEMOCRACIA COMO FORMA DE VIDA


Muchas veces actuamos de cierta manera y no sabemos que en realidad
estamos practicando la democracia. Por ejemplo, cuando hablamos
respetando las opiniones de los otros y tomamos decisiones evaluando
posiciones distintas a las nuestras, bien sea en el colegio o con nuestra
familia, estamos actuando democráticamente; de igual modo, cuando
intervenimos frente a situaciones de discriminación o evitamos el maltrato
que pueden recibir compañeras o compañeros en el colegio.

La democracia es una forma de vivir basada en el respeto a la dignidad


humana, a la libertad y a los derechos de todas las personas, así como en el
cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones. Es decir, que todas
nuestras acciones deben basarse en valores y disposiciones como el respeto
a la igualdad y la libertad de las personas, la disposición a dialogar con los
otros, la tolerancia a otros modos de vivir y pensar y la promoción de la
equidad como criterio de justicia. Estas acciones diarias nos permitirán
contribuir a la construcción y afirmación de la democracia desde nuestra
historia personal y familiar, y desde nuestra participación en los asuntos
públicos de nuestra localidad, región y, también, ¿por qué no?, de nuestro
país.

¿CÓMO EL CIVISMO CONTRIBUYE EN LOGRAR UN PAÍS DEMOCRÁTICO?


Al actuar y vivir diariamente de acuerdo con los principios como el respeto,
paz y justicia, aportamos a la construcción de una patria democrática. Esta
forma de actuar es lo que se conoce también como civismo. El civismo es
una actitud ciudadana de responsabilidad y busca que el orden democrático
sea ejercido por las y los ciudadanos. En otras palabras, es la forma mediante
la cual expresamos nuestro sentido de pertenencia a un país democrático, al
asumir responsabilidades y deberes como miembros de una colectividad
que promueve el ejercicio de los derechos. Cada Estado, junto con su
ciudadanía, construye sus propias pautas cívicas, aunque muchas de ellas se
aplican en cualquier lugar del mundo. Estas pautas de comportamiento en
sociedad requieren que la y el ciudadano entiendan su sentido y se
comprometan con llevarlas a la práctica. Estas permiten una vida común de
respeto hacia las personas. Por ejemplo, las y los ciudadanos debemos
respetar las reglas de tránsito, cuidar de los espacios públicos o proteger el
medio ambiente porque es una forma de cuidar las condiciones que
promueven la convivencia democrática.

10 MEDIDAS PARA MEJORAR LA CALIDAD DEMOCRÁTICA DE ESTE


PAÍS
La falta de integridad y buen gobierno genera corrupción y desconfianza en
las instituciones. En plena crisis económica, pero sobre todo política y de
valores, los principios de transparencia y rendición de cuentas son esenciales
para salir del atolladero. Veamos algunas medidas concretas para una
democracia de calidad.

1.- Transparencia. Una administración transparente permite a los


ciudadanos conocer la actuación de sus gobernantes y pedir explicaciones
sobre la gestión de lo público. La transparencia, por otra parte, es la mejor
herramienta en la lucha contra la corrupción. Además de una ley de que
permita el acceso de los ciudadanos a la información, debería crearse una
Agencia Anticorrupción y protegerse al que denuncie un caso de corrupción,
fraude, abuso o despilfarro.

2.- Rendición de cuentas. Este principio, que los anglosajones denominan


accountability, obliga a los que gobiernan a explicar con detalle en qué
gastan los fondos públicos. Pero, además, permite a los ciudadanos exigir
responsabilidades a los malos gestores y a los que prevarican o malgastan el
dinero de todos. La futura ley de transparencia debería imponer este
principio en la actuación de toda la administración.

3.- Una justicia que funcione. Un país en el que un pleito puede tardar más
de 10 años en dirimirse no inspira confianza. La tardanza en la resolución de
los procedimientos incentiva a los que actúan de mala fe y convierte en
ilusorios los derechos de las partes. Pero no se trata solo de una cuestión de
eficiencia. Lamentablemente, la credibilidad de la justicia, altamente
politizada, también está en juego. La situación del Tribunal Constitucional y
del Consejo General del Poder Judicial, o la falta de independencia del fiscal
general del Estado, son claros ejemplos del sometimiento de la justicia al
poder político.

4.- Un código ético para cargos públicos. La normativa en materia de


incompatibilidades y conflictos de interés de los cargos públicos y jueces
debería ser clara y generar confianza. No es de recibo que un ministro de
Industria y Energía deje su cartera y a la semana siguiente esté sentado en el
consejo de una compañía eléctrica cotizada.

5.- Reforma del sistema electoral. Deberíamos introducir de una vez por


todas las listas abiertas (en las que el votante puede elegir entre los que
figuran en la lista y determinar su orden de elección) e instaurar un sistema
verdaderamente representativo y proporcional (donde los partidos más
pequeños jugaran su papel frente al bipartidismo reinante).

6.- Gobierno abierto y participativo. La tecnología actual ya permite


la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones. Y si no,
que se lo pregunten a los islandeses, que acaban de aprobar una
constitución debatida en Internet y redactada por el pueblo. Adicionalmente,
las grandes cuestiones que afecten a la mayoría de los ciudadanos deberían
someterse a referéndum.

7.- Administración pública profesional. Los cargos de hasta director general


deberían nombrarse por un sistema de meritocracia, garantizando la calidad
de la gestión pública. Se evitarían así los nombramientos y ceses partidistas,
y se pondría coto al nepotismo imperante.

8.- Reforma de la ley de partidos. Los partidos políticos deberían ser mucho


más transparentes en materia de financiación y empleo de los abundantes
recursos que tienen asignados. Por otra parte, y de forma paradójica, la
democracia interna en los partidos brilla por su ausencia. Los militantes
deberían ser capaces de elegir a sus líderes mediante sistemas de primarias,
evitando así las oligarquías en los partidos.

9.- Medios de comunicación independientes. Para asegurar la


independencia de los medios de comunicación y reducir la manipulación
informativa proponemos dos medidas. Por un lado, que se despolitice la
concesión de licencias audiovisuales, de modo que el gobierno de turno no
pueda conceder licencias a grupos afines y negárselas a otros. Por otro lado,
que los cargos de los medios públicos sean independientes en lugar de estar
designados por el poder político.

10.- Regulación de la actividad de lobby. Los grupos de presión a favor de


determinados intereses deberían atenerse a unas reglas de conducta claras,
acreditarse y hacer públicos sus objetivos y destinatarios de su actividad.
Especialmente en nuestro país, en el que las relaciones entre grandes
empresas y sector público son más que evidentes. Por no hablar de los
estrechos vínculos entre entidades financieras y partidos políticos,
financiadoras las primeras de los segundos.

También podría gustarte