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TEMA 8: EL ESPACIO RURAL.

CONTENIDOS. Los condicionantes de la actividad agraria en España. La influencia de


la PAC. Usos y aprovechamientos agrarios. Nuevos usos y funciones del espacio rural:
el paisaje.

Introducción

El espacio rural es un territorio multifuncional y dinámico donde conviven paisajes


y áreas rurales con distintos rasgos de modernidad y donde lo rural y lo urbano
tienden a desdibujarse.
El espacio rural comprende el territorio no urbanizado de los municipios de menos
de 10.000 habitantes. De su estudio se encarga la geografía rural, que analiza las
interrelaciones entre las actividades rurales y el territorio donde se practican.

1. CONDICIONANTES DE LA ACTIVIDAD AGRARIA EN ESPAÑA.

El espacio y las actividades agrarias están muy influidos por factores naturales y
humanos. Los primeros provienen de los componentes del medio físico y son los
principales responsables de la diferenciación paisajística del espacio rural; los factores
humanos se refieren a la actuación humana sobre el medio, tanto en el presente como
en el pasado, y son reflejo de la cultura, de la tecnología y de la organización social.

1.1. Los condicionantes naturales

Entre los condicionantes o factores naturales de la actividad agraria destacan los


siguientes:

El relieve tiene una gran influencia tanto directa como indirectamente, pues la
topografía puede facilitar o dificultar las prácticas agrícolas; por ello, se aprecia una
relación muy estrecha entre el mapa de aprovechamientos agrarios y el mapa de
relieve.

- La altitud sobre el nivel del mar influye a través del clima y se manifiesta en la
modificación de las condiciones de humedad y temperatura. En España, solamente el
11% de la superficie se halla a menos de 200 metros de altitud; en cambio, una
proporción considerable corresponde a la Meseta, cuya elevación sobre el nivel del
mar contribuye a realzar la continentalidad climática y sus efectos agrarios.

- Las pendientes y desniveles son otro de los factores condicionantes de la actividad


agraria, ya que afectan a la formación y al grado de estabilidad de los suelos, a las
condiciones y formas de laboreo, a la intensidad de la erosión, a la circulación del agua,
y también a las posibilidades de mecanización de las faenas agrícolas.

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El clima confiere al espacio agrario algunos de sus rasgos más elementales, pues
condiciona los principales tipos de paisajes agrarios. Está presente a través de las
temperaturas, de las precipitaciones y de los restantes elementos climáticos
(insolación, nubosidad, vientos, etcétera.). El régimen climático que ejerce una
influencia más intensa es el clima mediterráneo. Su prolongada sequía estival,
combinada con las elevadas temperaturas, exige un grado de adaptación de plantas y
de cultivos cuyas consecuencias agrarias han sido la adopción de la trilogía de cultivos
mediterráneos (cereales, vid, olivo) y la implantación del regadío para contrarrestar los
efectos de la aridez estival. Los climas españoles adolecen de una gran irregularidad de
unos años a otros, y son frecuentes las heladas, las olas de calor, las sequías, etc., que
influyen tan negativamente en la agricultura y en la ganadería.

Los suelos son otro de los factores que más condicionan la agricultura por su diferente
naturaleza, estructura, composición, y ubicación. En definitiva, un conjunto de factores
tan variados que explica que los paisajes agrarios españoles no puedan clasificarse en
detalle sin recurrir al mapa de suelos.

La vegetación, por último, es otro de los condicionantes naturales de la actividad y del


espacio agrario. En algunas ocasiones ha sido totalmente eliminada para permitir la
plena ocupación agrícola; en otras, se mantiene con grandes rasgos de pureza, y
constituye la base de los aprovechamientos forestales. A veces no se ha conservado el
estrato arbóreo, sólo el herbáceo, para su aprovechamiento por la ganadería; o se ha
optado por un aprovechamiento conjunto e integrado de suelo, pastos y arbolado, lo
que origina paisajes tan espectaculares como la dehesa.

1.2. Los condicionantes humanos

Los condicionantes humanos son los responsables de la ordenación y de los usos que
presenta el espacio agrario y la expresión de las condiciones sociales, económicas,
técnicas, políticas, etc., en las que se desenvuelve la actividad. Asimismo, el espacio
agrario acusa la influencia de los factores del pasado a través de los cuales se han
formado y han pervivido las estructuras agrarias.

Los condicionantes históricos tienen también una gran importancia en las


sucesivas ordenaciones del espacio rural que han llevado a cabo los distintos pueblos.
La primera ordenación agraria del territorio peninsular tuvo lugar en época antigua;
fueron los romanos quienes instauraron unos sistemas agrarios basados en la trilogía
mediterránea (cultivo de cereal, vid y olivo) y en la gran explotación agraria.

Posteriormente, la ocupación musulmana supuso una reordenación que


confería gran importancia al regadío y a la producción de frutas y hortalizas para la
alimentación humana.

La Reconquista y la repoblación cristianas llevaron aparejados dos procesos de


clarísimas repercusiones y vigencia en el agro español: por una parte, el uso y la
ordenación de la tierra basados en la coexistencia entre aprovechamientos

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cerealistas y ganaderos y, por otra, un sistema de posesión de la tierra que tuvo
plena vigencia hasta mediados del siglo XIX y que fue, además, el responsable de las
grandísimas desigualdades en las sociedades pasadas y la base de la consideración
de la tierra como problema.

Los condicionantes socioeconómicos vienen dados por el hecho de que, hasta


bien entrado el siglo XX, la sociedad española ha sido básicamente rural por cultura y
por lugar de residencia de la población, y agraria por la importancia económica de la
producción en la economía nacional y en el autoabastecimiento de las poblaciones.
Esto hizo posible mantener durante siglos un alto grado de autarquía local y
comarcal, pero la situación comenzó a romperse con la generalización del ferrocarril
y culminó hace unas décadas con el desarrollo de una sociedad urbana. Ha sido a
partir de los últimos 40 años, cuando la actividad agraria ha tomado una orientación
hacia el mercado, hacia la producción especializada a gran escala, en el marco de una
economía integrada en los mercados internacionales.

Los condicionantes políticos son la consecuencia de los intentos de “reforma


agraria” realizados en diferentes momentos de nuestra historia desde el siglo XVIII,
hasta la Segunda República y, más recientemente, el ingreso de España en la Unión
Europea. A partir de entonces, nuestro país se integra en la Política Agraria
Comunitaria, con sus aspectos positivos (ampliación de mercados, ayudas, etc.) y
negativos (cuotas limitadas de producción a sectores básicos, como el lácteo, entre
otros).

2. LA INFLUENCIA DE LA PAC.

Con la incorporación a la CEE, hoy llamada UE (Unión Europea), en 1986, España tuvo
que adoptar la PAC (Política Agraria Comunitaria), que supuso una reorientación de
nuestras importaciones en favor de los países comunitarios. Tuvimos que subir los
precios agrarios hasta equipararlos con los comunitarios y tuvimos que adoptar el
sistema de cuotas a la producción en algunos productos (producción de lácteos,
cereales y viñedos) que afectó a la ganadería del norte de España y al interior
peninsular. Sin embargo, también fuimos receptores de cuantiosas ayudas que
contribuyeron a la modernización y elevación de rentas de los agricultores españoles.

Desde los años 90 del siglo pasado, la PAC ha tenido que sufrir una serie de reformas
tendentes a conseguir un nuevo modelo Posproductivista, basado en lograr la
sostenibilidad, combinando competitividad y cuidado medioambiental.

Las medidas que se han puesto en marcha para alcanzar dicho modelo han sido las
siguientes:
 Creación del FEOGA (Fondo Europeo Agrícola de Garantía Agraria) para
financiar los pagos de mercado (promocionando productos europeos o el
uso de sistemas ecológicos) o las ayudas directas a los agricultores, unas
rentas adecuadas y estables, como son el pago básico por hectárea, más

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otros dos pagos obligatorios (para instalación de jóvenes agricultores y
para la agricultura ecológica) y otros dos voluntarios.
 Creación del FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural) para
financiar la competitividad con proyectos de innovación y cuidado del
medioambiente y del paisaje rural. De esta forma se evita el
despoblamiento rural.

3. LOS USOS Y APROVECHAMIENTOS AGRARIOS

Los usos del espacio rural son todavía principalmente agrarios: la agricultura, la
ganadería y la explotación forestal. La superficie ocupada por estos usos en España se
reparte entre tierras de cultivo, que tienden a decrecer (34,78%); prados naturales y
pastizales, que se mantienen estables (13,81%), y terreno forestal, que se ha
incrementado (34,41%). No obstante, crece el porcentaje ocupado por otras
superficies (16,99%), debido a la implantación de usos no agrarios en el espacio rural
y a la extensión de los espacios naturales protegidos, aunque hay marcadas
diferencias entre comunidades autónomas.

3.1. La actividad agrícola

La agricultura tradicional se basaba en el policultivo, utilizaba técnicas atrasadas


y sistemas de cultivo extensivos, que ocasionaban bajos rendimientos. Como
consecuencia, la producción se orientaba al autoconsumo o a la venta de excedentes
en el mercado local o regional. La agricultura actual ha experimentado importantes
transformaciones en la estructura y la producción, que han permitido incrementar los
rendimientos y orientar la producción a la venta en los mercados nacionales e
internacionales.

3.1.1. La estructura agrícola

La agricultura tiende a especializarse en los productos mejores de cada región. El


cultivo incorpora técnicas modernas: se utilizan semillas seleccionadas y cultivos
transgénicos o manipulados genéticamente para dotarlos de ciertas propiedades e
incrementar los rendimientos. El consumo de pesticidas y fertilizantes ha crecido
también, especialmente en los regadíos, mucho más exigentes. El uso de maquinaria
(tractores, cosechadoras, motocultores), incrementada desde la década de 1960,
alcanza niveles aceptables. Se emplean diversas técnicas para superar los
condicionantes naturales: el acolchado, los invernaderos, el enarenado, el cultivo
hidropónico, etc.

La agricultura intensiva gana peso respecto a la extensiva gracias a la disminución


del barbecho en los secanos y a la ampliación del regadío. El barbecho es una
práctica agrícola tradicional que consiste en dejar descansar la tierra un tiempo
variable. Las tierras en barbecho rotan con las cultivadas, permitiendo recuperar la
fertilidad del suelo.

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El regadío es una práctica agrícola que consiste en aportar a los cultivos agua
adicional a la proporcionada por las precipitaciones, procedente de las aguas
superficiales o subterráneas. Los regadíos intensivos proporcionan varias cosechas
anuales. Se dedican a las frutas y hortalizas, y, en algunos casos, a cultivos tropicales.
Los regadíos extensivos proporcionan una sola cosecha en la misma época que la de
los secanos vecinos. Se dedican a idénticos cultivos que estos, aunque con un
rendimiento muy superior, y también a los cultivos industriales y forrajeros.

3.1.2. La producción agrícola y sus transformaciones recientes

La producción agrícola aporta entre el 60 y el 65% de la producción final agraria


española. No obstante, algunas comunidades superan claramente este porcentaje,
como Castilla-La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, La Rioja y
Canarias.

Los cereales son cultivos herbáceos destinados a la alimentación humana (trigo,


arroz) y, de manera creciente, a la alimentación del ganado y a la elaboración de
piensos compuestos (cebada, maíz, avena, centeno), y a la obtención de
biocarburantes (cebada y trigo). Su área de cultivo mayoritaria son los secanos del
interior peninsular, donde rotan con barbecho o con leguminosas. Hay excepciones
como el maíz y el arroz, que son muy exigentes en agua y se localizan en la España
húmeda o en zonas encharcadas. La producción se enfrenta a los rendimientos
superiores de otros países europeos. La PAC ha impuesto cuotas de producción y una
reducción subvencionada de la superficie de cultivo.

Las leguminosas son cultivos herbáceos destinados al consumo humano en verde


o en seco (judías, habas secas, lentejas, garbanzos), o a la alimentación del ganado.
Su área de cultivo coincide prácticamente con la de los cereales, con los que rotan. La
producción se enfrenta a las dificultades de mecanización y a los bajos rendimientos.
Tras la última reforma de la PAC, se desliga el 75% de la ayuda a los garbanzos y
lentejas y el 100% a las demás leguminosas.

La vid es un cultivo arbustivo de secano que produce uvas destinadas al consumo


en fresco y principalmente a la elaboración de vino. Su área productora principal es
Castilla-La Mancha. Además, existen otras áreas menos extensas, pero con buen
mercado en La Rioja, Ribera del Duero, Rías Bajas gallegas, Cariñena, Jerez, Montilla y
Cataluña. Desde 1990 ha crecido notablemente su producción debido a las mejoras
técnicas. La PAC intenta reducir los excedentes mediante la implantación de cuotas,
las subvenciones al abandono del cultivo y la dedicación de parte de los excedentes a
la destilación o a la elaboración de zumos de uva.

El olivo es un cultivo arbóreo de secano que destina parte de su cosecha a la


aceituna de mesa (10%) y el resto a la obtención de aceite. Su área productora
principal son las campiñas andaluzas, especialmente Jaén -que totaliza una cuarta
parte de la producción total mundial- y Córdoba. También se extiende por
Extremadura y algunas provincias de Castilla-La Mancha y del litoral mediterráneo. La
producción es muy variable, dado que el olivo es un árbol vecero, que alterna buenas

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y malas cosechas. No obstante, se ha incrementado considerablemente, debido a las
subvenciones europeas y a las mejoras técnicas. Así, la producción de aceite de oliva
es la mayor del mundo, representando en torno al 40% de la mundial. La PAC
mantiene cuotas de producción.

Los cultivos hortofrutícolas se destinan al consumo en fresco o a la industria


conservera. Su área productora principal son los regadíos peninsulares e insulares, y
secundariamente, los secanos húmedos (manzano) y ciertas áreas de la España seca
(almendro). Las hortalizas, al aire libre o en invernaderos, se cultivan en los regadíos
del litoral mediterráneo y en aquellos situados cerca de los centros de consumo
urbanos. Los frutales se localizan en las áreas litorales y en los valles regados del
interior peninsular; y el plátano, en Canarias. La producción hortofrutícola en la
actualidad se exporta en gran parte, aportando cuantiosos ingresos a la balanza
comercial, aunque está aumentando la competencia de terceros países más baratos
(Marruecos).

Los cultivos industriales se destinan a la transformación industrial, como el girasol


(empleado en la fabricación de aceite, tortas para el ganado y biodiesel), la
remolacha (azúcar y bioetanol), el algodón (tejidos) y el tabaco (industria tabaquera).
Su área productora principal son los regadíos de la mitad meridional peninsular,
excepto la remolacha azucarera, que se centra en el valle del Duero. La PAC ha
impuesto cuotas de producción a estos cultivos y ha desvinculado de la producción
buena parte de la ayuda, especialmente en el caso del tabaco.

Los cultivos forrajeros se destinan a la alimentación animal (alfalfa, maíz


forrajero, etc.). Su área de cultivo se concentra en los secanos de la mitad
septentrional de la Península, por su clima más húmedo, y en los regadíos extensivos.
La producción ha crecido paralelamente al incremento de la actividad ganadera y de
la demanda de alimentos para el ganado. La PAC, en su última reforma, ha
desvinculado la ayuda de la producción.

3.2. La actividad ganadera

La ganadería actual ha experimentado importantes transformaciones en la


estructura y en la producción. La ganadería tiende a especializarse en la producción
de carne o leche. Esto ha supuesto la sustitución de las razas nacionales por otras
extranjeras.

Aumenta progresivamente la tecnificación. Este hecho, unido al incremento del


tamaño de las explotaciones y del número de cabezas por explotación, ha elevado los
rendimientos, aunque todavía el tamaño de muchas explotaciones sigue siendo
inadecuado. Actualmente la ganadería intensiva gana peso respecto a la extensiva:

- La ganadería extensiva depende del medio físico y se alimenta, a diente, en los


prados y pastizales naturales de la España húmeda (norte peninsular y áreas de
montaña) o en los pastos de las penillanuras de la España seca. Generalmente, va
asociada a razas autóctonas y a técnicas de trabajo tradicionales.

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- La ganadería intensiva o industrial está desvinculada del medio físico, al
encontrarse estabulada y alimentarse total o parcialmente con piensos. Se localiza en
las proximidades de los centros de consumo urbano y en el nordeste y litoral
mediterráneo peninsular, especialmente en el caso del ganado porcino y avícola. Este
uso de la ganadería va asociado a razas extranjeras seleccionadas; emplea técnicas
modernas; y tiene una elevada dependencia de forrajes y piensos compuestos
importados, cuyos precios han experimentado fuertes subidas.

3.2.1. La producción ganadera y sus transformaciones recientes

La producción ganadera ha aumentado su participación en la producción final agraria


española hasta situarse en torno al 35%. No obstante, algunas comunidades superan
claramente este porcentaje, como Galicia, Asturias, Cantabria y Cataluña.

- La ganadería bovina se dedica principalmente a la producción de carne y de leche.


El bovino de aptitud cárnica predomina en el norte peninsular, las áreas de montaña,
las dehesas occidentales y cerca de los núcleos urbanos. El bovino de aptitud lechera
se encuentra el norte peninsular, donde hay pastos naturales, y en grandes
explotaciones de Andalucía, aprovechando los forrajes de los regadíos; y en torno de
las grandes ciudades. La PAC ha impuesto, debido a la existencia de excedentes,
cuotas; fomenta el abandono de la actividad y desvincula el 100% de la ayuda de la
producción de leche.

- La ganadería ovina se destina principalmente a la producción de carne y de leche,


y muy secundariamente a la obtención de lana. Su localización preferente son los
secanos del interior peninsular, donde se explota en régimen extensivo, con una
decadente trashumancia debido a la escasez de pastores; y en régimen intensivo,
aunque tiene todavía escasa significación. La PAC ha concedido importantes
subvenciones al ovino extensivo para evitar el abandono de esta actividad.

La ganadería porcina se dedica, en parte, al consumo en fresco y, en parte, a la


chacinería o elaboración de embutidos. El porcino extensivo, basado en razas
autóctonas de calidad (cerdo ibérico), se localiza en las dehesas de Extremadura,
Zamora, Salamanca y Andalucía. El porcino intensivo predomina en Cataluña y
Murcia. La PAC no concede a este sector ayudas directas, únicamente ayudas a la
exportación en caso necesario.

La ganadería avícola se destina a la producción de carne y huevos. Su localización


se centra en Cataluña, Castilla y León, y Aragón. La producción de carne de pollo es
inferior al consumo, lo que exige importar; en cambio, la gran producción de huevos
permite su exportación. La PAC solo contempla ayudas a la exportación de carne y
huevos.

3.3. La actividad forestal


El terreno forestal ocupa en España 18,8 millones de hectáreas (2007), de las
cuales un 45% son maderables. Las especies principales son frondosas, (haya, roble,

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castaño, chopo y eucalipto) y coníferas (sobre todo, pino resinero y halepensis). El
destino principal de la producción es el aserrío de la madera para su uso en las
industrias de la construcción y del mueble, y en la elaboración de pasta de papel.
Secundariamente, se explota la resina para disolventes, y el corcho para tapones y
aislantes.

Las áreas productoras principales son las provincias del norte peninsular y las de
Soria (pinos) y Huelva (eucaliptos). La producción de madera es claramente
insuficiente, por lo que es necesario importar casi el 25% de la madera consumida de
zonas frías o tropicales. En cambio, son excedentarias las producciones de resina y la
de corcho, de la que España es la segunda productora mundial. La PAC y el Plan
Forestal Español fomentan las repoblaciones y la silvicultura.

4. LOS NUEVOS USOS Y FUNCIONES DEL ESPACIO RURAL: EL PAISAJE.

Desde los años 90 del siglo pasado se han ido operando en el medio rural algunos
cambios importantes en el ámbito de los usos, que han ayudado a modificar dicho
medio. Las causas que han favorecido los nuevos usos rurales han sido varias

- Una nueva percepción positiva de lo rural ante el crecimiento del «malestar


urbano», asociado a la contaminación, al desempleo y a la inseguridad, que revaloriza
lo rural como sinónimo de mayor calidad medioambiental, tranquilidad, seguridad y
sociabilidad.

- La tendencia a descentralizar la residencia, la producción y los servicios buscando


menores costes, y una organización territorial más equilibrada.

Los nuevos usos implantados en el espacio rural han sido los siguientes:

- Usos residenciales, como viviendas secundarias de fin de semana o vacaciones, o


residencias principales en las áreas próximas a las grandes ciudades, ante la carestía
del suelo urbano.

- Usos industriales, derivados del traslado de fábricas que buscan suelo más barato, o
del aprovechamiento de las materias primas y recursos rurales.

- Usos terciarios, como infraestructuras de transporte y de aprovisionamiento


urbanos; grandes superficies comerciales, y equipamientos recreativos relacionados
con el deseo de disfrutar de la naturaleza.

- Usos paisajísticos-culturales y conservacionistas, basados en la consideración de


que existen áreas rurales de gran valor paisajístico, histórico y cultural, cuya
población cumple, además, un importante papel en la conservación medioambiental.

Estos nuevos usos tienen unas consecuencias positivas y otras negativas:

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- Las consecuencias positivas son una distribución más equilibrada de la población y
de la actividad económica en el espacio, rompiendo la tradicional contraposición
entre lo rural y lo urbano, y favoreciendo la integración territorial y la recuperación
de economías rurales.

- Las consecuencias negativas pueden ser la pérdida de identidad del espacio agrario,
la degradación medioambiental, la competencia entre actividades por ciertos
elementos como el agua o el suelo, los conflictos sociales ante la llegada de población
con valores e intereses económicos diferentes y la acentuación de los contrastes
territoriales con los espacios en crisis que no logran revitalizar su economía y siguen
perdiendo población.

Para potenciar los efectos positivos y evitar los negativos, son necesarias políticas
de ordenación rural que armonicen los diversos usos.

Los paisajes agrarios

Los paisajes agrarios son las distintas fisonomías que muestra el espacio rural,
resultantes de la combinación del medio natural (factores físicos) con la actividad
agraria practicada sobre él (factores humanos).

1.1. El paisaje agrario de la España húmeda


Comprende el norte y noroeste peninsular. Esta zona tiene un relieve accidentado, con
escasas superficies llanas, y clima oceánico lluvioso todo el año y temperaturas
bastante suaves. La vegetación dominante es el bosque y los prados.

La población estuvo obligada a emigrar y hoy es una población envejecida. El


poblamiento predominante es disperso intercalar, en aldeas, parroquias y pueblos. El
sistema de propiedad es minifundista. Los campesinos son propietarios de pequeñas
parcelas cercadas por setos y alejadas entre sí, lo que disminuye su rentabilidad y
dificulta la mecanización. Para corregirlo, se ha impulsado la concentración parcelaria.

La agricultura ocupa una superficie poco extensa y se localiza en el fondo de los


valles. Es una agricultura de secano, debido a la regularidad de las precipitaciones. En
el pasado se practicaba el policultivo porque los campesinos vivían muy aislados y
necesitaban autoabastecerse. Se cultivaban productos hortofrutícolas, así como maíz,
patata, frutales y vid. En las tierras de peor calidad se sembraba cebada o centeno y la
economía familiar se completaba con la cría de ganado. Solo una parte de estos
productos se vendía en el mercado. Este sistema tradicional se mantiene aún en
algunas zonas del interior de Galicia. En la actualidad, el policultivo va desapareciendo
y la agricultura se va especializando en cultivos de huerta y plantas forrajeras para el
ganado (prados, alfalfa, trébol, maíz forrajero), en consonancia con el desarrollo de la
ganadería vacuna semiestabulada.

La ganadería es la actividad económica más importante. Se ve favorecida por las


condiciones climáticas, por la demanda urbana de leche y de carne. En Galicia sigue

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predominando la pequeña y mediana explotación familiar. En la fachada cantábrica, las
explotaciones se han modernizado más en tamaño y equipamiento. Las perspectivas
de futuro no son muy buenas por la gran dependencia de las industrias lácteas y por la
pertenencia a la Unión Europea que conlleva la imposición de cuotas y la disminución
de la producción.

La explotación forestal es otra actividad importante. Se destina a la industria del


mueble o a la obtención de pasta de papel.

1.2. El paisaje agrario del interior peninsular


Comprende ambas mesetas y la depresión del Ebro. El medio físico de esta zona
tiene un relieve de elevada altitud media en la Meseta -páramos altos, colinas y
campiñas- y un clima mediterráneo continentalizado, con escasez de precipitaciones
estivales y riesgo de heladas en amplias zonas del norte.

La población ha emigrado en los últimos decenios, provocando despoblación y


abandono de tierras en muchas áreas. El poblamiento está concentrado en pueblos,
pequeños en los valles del Duero y del Ebro y grandes y distanciados entre sí en la
mitad sur peninsular. El sistema de propiedad es variado: el minifundio domina en el
valle del Duero y en los regadíos del Ebro. Las grandes propiedades son propias de
Salamanca, Burgos, Castilla-La Mancha y de los secanos aragonés y extremeño.

La agricultura ocupa el 44% de la superficie y presenta claras diferencias entre las


áreas de secano y de regadío. El secano domina en los páramos y campiñas meseteñas
y en las áreas no regadas del valle del Ebro. Se dedica a los cereales, la vid y el olivo. En
la actualidad, el trigo ha sido sustituido en gran parte por la cebada; y el barbecho
completo se ha reemplazado por el medio barbecho, que utiliza el girasol como cultivo
de descanso, o incluso ha desaparecido gracias al regadío y al uso de abonos químicos.
Los cereales predominan en Castilla y León, mientras en Castilla-La Mancha, Aragón y
Extremadura cobran también importancia el olivar y el viñedo. Este último destaca en
La Rioja y Navarra, por su calidad y extensión. El regadío permite un aprovechamiento
más intensivo. En la actualidad ha aumentado el regadío lo que ha permitido
diversificar la producción: plantas industriales, como la remolacha azucarera, el lúpulo
y el tabaco; forrajes para la alimentación del ganado, como la alfalfa o el maíz; y frutas
y hortalizas, que son la base de una destacada industria conservera en las tierras
riojanas, navarras y aragonesas del valle del Ebro.

La ganadería tiene importancia en ciertas zonas: en los secanos castellanos y en la


depresión del Ebro predomina la ganadería ovina. Además, en Castilla y León ha
crecido el vacuno estabulado para leche en las inmediaciones de los núcleos urbanos,
así como el ganado porcino. En Extremadura, el paisaje característico es la dehesa, que
se extiende hacia Salamanca y Zamora. La dehesa tradicional tenía una orientación
principalmente ganadera, como pasto para rebaños de ovino y porcino (cerdo ibérico)
y, secundariamente, bovino; en la actualidad, el vacuno tiene mayor peso relativo;
algunas áreas de mejores suelos se destinan a la agricultura mecanizada; y otras se han
reconvertido hacia otros usos, por ejemplo, para caza.

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La explotación forestal es característica de algunas áreas, como la Tierra Pinariega
soriana.

1.3. El paisaje agrario mediterráneo

Comprende el litoral y prelitoral mediterráneo, el valle del Guadalquivir y Baleares.


El medio físico de esta zona tiene un relieve accidentado -llano cerca de la costa y algo
montañoso en las zonas prelitorales- y un clima mediterráneo costero, con
precipitaciones muy escasas en verano.

La población es numerosa, y el poblamiento tradicionalmente disperso, aunque


cada vez más los agricultores prefieren fijar su residencia en núcleos concentrados,
donde encuentran más servicios, salvo en el caso de las huertas litorales. La propiedad
de la tierra está generalmente muy dividida en las zonas regadas. En el secano, las
propiedades son pequeñas y medianas en Valencia y Murcia, medianas en Cataluña y
grandes en Andalucía occidental.

La agricultura presenta una clara diferenciación entre cultivos de secano y de


regadío. Los cultivos de secano se dan en las campiñas del valle del Guadalquivir y en
las zonas prelitorales más montañosas o accidentadas. En ellos dominan los cereales,
la vid, el olivo y el almendro. Los cultivos de regadío se ven favorecidos por las suaves
temperaturas, la elevada insolación, la protección del relieve, la existencia de suelos
apropiados y una importante demanda internacional. La zona levantina es el espacio
de la huerta tradicional. Junto a las producciones hortícolas destacan los cítricos, los
frutales y el arroz. En las hoyas andaluzas y en litoral almeriense predominan la
horticultura bajo plástico y los frutos tropicales (chirimoya, aguacate), gracias a la
excepcional suavidad de los inviernos.

Las ganaderías bovina y porcina estabuladas son mayoritarias en Cataluña gracias a


la demanda urbana; la ovina y caprina son características de los secanos; y las reses
bravas de las orillas del Guadalquivir.

1.4. El paisaje agrario de montaña

Se localiza en los sistemas montañosos y cordilleras de toda la Península. El paisaje


agrario de montaña presenta un medio físico con condiciones extremas: relieve de
elevada altitud y fuertes pendientes; y clima con invierno frío y precipitaciones muy
abundantes, que en buena parte del año caen en forma de nieve.

La población presenta densidades muy bajas y tendencia al despoblamiento; y un


poblamiento tradicionalmente disperso en pequeños núcleos, que actualmente
tienden a abandonarse en favor de una concentración en pueblos mayores, situados
en el fondo de los valles. Predomina la pequeña propiedad, en parcelas cerradas, en
muchos casos separadas entre sí; aunque también es frecuente la existencia de
montes y praderas de propiedad pública municipal, de aprovechamiento exclusivo para
los vecinos.

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La agricultura, en las montañas del norte peninsular, se practica en el fondo de los
valles e incluye cultivos de huerta; mientras que en las montañas más cálidas de
Levante y del sur, algunos cultivos, como los almendros y olivos, ascienden por las
vertientes en bancales y terrazas.

La ganadería pasta en régimen extensivo. En las montañas del norte peninsular es


bovina u ovina. En la montaña mediterránea domina la ganadería ovina, que practica
una trashumancia local entre el valle y la cima.

La explotación forestal se centra en el aprovechamiento de la leña como


combustible y de la madera de especies como el eucalipto, el castaño o el pino.

1.5. El paisaje agrario de Canarias


Comprende el archipiélago canario. El relieve volcánico es accidentado y el clima
cálido durante todo el año con precipitaciones escasas e irregulares en las zonas bajas.

La población rural está en retroceso por la atracción que ejercen sobre ella las
actividades del sector terciario (turismo). Predomina el poblamiento concentrado laxo,
en aldeas y caseríos. La propiedad agraria muestra importantes contrastes entre las
pequeñas propiedades de las zonas medias y altas y las grandes explotaciones de los
regadíos costeros.

La agricultura en las áreas litorales regadas se centra fundamentalmente en el


monocultivo destinado a la exportación (plátano, tomate, patata extratemprana), los
cultivos bajo plástico (pepino, pimiento, flores), y las nuevas plantaciones tropicales
(papaya, mango, pina, aguacate). En las zonas medias y altas del interior de las islas se
da una agricultura tradicional de secano orientada al autoconsumo que tiene hoy
como cultivos más característicos la vid y la patata. El trigo, que tradicionalmente
rotaba con barbecho o patatas, ha reducido mucho su extensión.

La ganadería ovina y caprina es escasa, y está asociada a la agricultura.

La explotación forestal ha utilizado la madera de los pinares, la del fayal-brezal y la


laurisilva para el carboneo, la construcción y los soportes de los cultivos (las varas y
ramas).

2. PROBLEMÁTICA DE LOS ESPACIOS AGRARIOS: DINAMISMO Y CRISIS

Actualmente el mundo rural constituye un espacio cada vez más complejo y


heterogéneo. En él conviven comarcas que mantienen actividades tradicionales de
bajo rendimiento y se ven abocadas al abandono, con otras que se han modernizado y
especializado en producciones competitivas de alto rendimiento orientadas a la
comercialización. Finalmente, otras han dado nuevos usos al espacio rural:
residenciales, industriales, terciarios, paisajísticos-culturales y conservacionistas. Todos

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ellos, en mayor o menor medida, padecen diversos problemas que han llevado a
hablar de ‘crisis del mundo rural’. Entre estos problemas destacan:

- los problemas económicos vienen dados por la escasa diversificación económica del
espacio rural, que mantiene una excesiva dependencia de las actividades agrarias. El
insuficiente empleo de las nuevas tecnologías, la cada vez mayor dependencia agraria
de la industria y del mercado, la necesidad de adoptar las nuevas exigencias de
seguridad, sanidad y bienestar animal, establecidas en la última reforma de la PAC son
retos a los que hay que hay que encontrarles solución.

- los problemas sociales vienen dados porque muchos núcleos rurales tienen
problemas de calidad de vida motivados por las deficiencias en accesibilidad,
infraestructuras, servicios elementales (recogida de basuras, electrificación, telefonía)
y equipamientos (docente, asistencial, sanitario, deportivo, cultural, etc.). Esto se
explica en parte por las bajas densidades demográficas y en algunos casos se agrava
por la lejanía respecto a núcleos urbanos que puedan proporcionar estos servicios.

- los problemas medioambientales: la actividad agraria genera alteraciones


medioambientales. El aire se contamina por los gases emitidos por la maquinaria o las
instalaciones agrarias. Las aguas superficiales y acuíferos se sobreexplotan y se
contaminan con los productos químicos de los fertilizantes y pesticidas y con el vertido
de purines ganaderos. La vegetación desaparece debido a las talas e incendios
provocados para obtener tierras de cultivo o pastos, y el suelo se sobreexplota por la
intensificación agrícola y el exceso de carga ganadera, y se contamina con productos
químicos. La actividad agraria acentúa la reducción de la biodiversidad, pues la
especialización utiliza un número limitado de especies vegetales y animales
generalmente extranjeras, con el peligro de desaparición de algunas especies
autóctonas. El despoblamiento amenaza la supervivencia de paisajes rurales
tradicionales, de gran valor histórico y cultural.

Conclusión

En este tema hemos estudiado la importancia que tiene el medio rural en


nuestra geografía y en nuestras vidas. Hoy por hoy, España es el 2º país miembro de
la UE en importancia agraria, después de Francia.

No obstante, el sector agrario español y europeo se enfrenta a retos muy


importantes de cara a su mantenimiento, ya que tiene que competir en los mercados
mundiales con países como EE. UU, China, los latinoamericanos y los países del
Magreb.

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VOCABULARIO SOBRE EL SECTOR PRIMARIO
Acuicultura es la técnica de cría y cultivo de animales y plantas acuáticas. Es una forma de
aumentar la producción de esas especies de un modo controlado. Se trata de una solución
para ampliar la producción del pescado preservando el medio ambiente y no agotar los
caladeros. En España se producen mejillones, ostras, almejas, rodaballos, lubinas y la trucha.

Agricultura de regadío es la práctica agrícola en la que a los cultivos se les aporta agua
adicional procedentes de ríos, embalses, pozos, etc., para mejorar la producción. Se localiza
normalmente en los valles fluviales de aquellas regiones donde las lluvias son escasas.

Agricultura de subsistencia es el cultivo de vegetales destinados al autoconsumo de una


población, y no genera excedentes para vender en el mercado. Actualmente se considera
también de subsistencia la agricultura en la que las dos terceras partes de la producción son
para el autoconsumo.

Agricultura ecológica es aquella que se opone a la utilización de productos químicos en el


campo. Con ello pretende hacer frente a los problemas causados al suelo por el abuso de
pesticidas y abonos químicos (contaminación, destrucción y disminución de la calidad de los
alimentos). Como sustitución de los abonos químicos propine los fertilizantes orgánicos y la
rotación de cultivos para evitar que el suelo se agote.

Agricultura extensiva es el cultivo de vegetales utilizando técnicas tradicionales y escaso


empleo de capital, de modo que los rendimientos obtenidos (producción por unidad de
contenido) son bajos. En España es característica de los cultivos de secano del interior
peninsular.

Agricultura intensiva es el cultivo del campo utilizando todas las mejoras posibles para
obtener los rendimientos más elevados: fertilizantes, insecticidas, maquinaria, regadío, nuevas
tecnologías (sistemas hidropónicos, plásticos, etc.). En España, es características de los
regadíos del litoral mediterráneo.

Aparcería es una forma de tenencia directa de la tierra agrícola, en la que el propietario cede
el derecho de explotación a otra persona a cambio de parte de la cosecha.

Arrendamiento es un tipo de tenencia indirecta de la tierra en la que existe una separación


entre el propietario y el explotador de la tierra. El explotador paga al propietario una renta
independientemente del éxito o fracaso de la cosecha.

Banco de pesca es una concentración de peces que se desplazan juntos, sobre todo en ciertas
épocas del año. En España los bancos de peces no son ricos debido a la estrechez de la
plataforma continental y a la sobreexplotación por la creciente demanda de pescado. Estos
problemas obligan a buscarlos en caladeros ajenos.

Barbecho es la práctica agraria tradicional en los secanos que consiste en dejar descansar la
tierra un tiempo variable, durante el cual hay que romper la costra superficial del terrero para
que recoja mejor el agua de lluvia y destruir las malas hierbas que a su vez sirven de abono al
suelo. El barbecho completo está en retroceso por la generalización del barbecho semillado o

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medio barbecho, consistente en reducir el periodo de descanso mediante la siembra de una
cosecha primaveral que se recoge antes del verano.

Caladero es un lugar apropiado para calar o tirar las redes. Los caladeros españoles no cuentan
con suficientes recursos, están sobreexplotados, lo que obliga a buscar caladeros ajenos en
aguas libres o en las zonas económicas exclusivas de otros países, de los que depende un alto
porcentaje de la pesca desembarcada.

Cultivo de secano es el producto agrícola que recibe solo el agua proporcionada por las
precipitaciones, sin aportes adicionales. En España, los cultivos de secano característicos son
los componentes de la “trilogía mediterránea”: trigo, vid y olivo.

Cultivos enarenados son aquellos practicados en terrenos preparados con una capa de
estiércol y sobre ella otra de arena. Esta última filtra la humedad, que es retenida por el
estiércol, que la devuelve poco a poco a las plantas y además actúa como abono. Es una
técnica utilizada en las zonas con escasez de agua, como el sureste peninsular y Canarias.

Cultivos forrajeros son aquellos cuyo destino es servir de alimentación al ganado. Ejemplo: la
alfalfa. Abundan en la región cantábrica.

Cultivos hidropónicos son cultivos de plantas en soluciones acuosas, generalmente con algún
soporte de tierra. Estos cultivos son de carácter intensivo y han permitido incrementar los
rendimientos y bajar los costes del producto final.

Cultivos hortofrutícolas son aquellos basados en la producción de hortalizas al aire libre o en


invernaderos, y en los frutales. Actualmente, se trata de una agricultura en expansión y
enfocada en gran parte a la exportación.

Cultivos industriales son los productos agrícolas que requieren una transformación previa a su
consumo, como el girasol, la remolacha azucarera, el algodón o el tabaco. Por su relación con
la industria, el cultivo se realiza con gran capitalización, y muchas veces son las empresas
industriales las que controlan la producción y el precio, que suele contratarse previamente.

Cultivos transgénicos son cultivos cuya composición genética se ha alterado artificialmente


para mejorar su rendimiento, su resistencia a las plagas, etc.

Explotación agraria es una unidad técnico-económica de la que se obtienen productos agrarios


bajo la responsabilidad de un empresario. Agrupa a todas las atierras explotadas por el mismo
agricultor, aunque estén físicamente separadas entre ellas.

Explotación extintiva es una unidad técnico-económica de la que se obtienen productos


agrarios (agrícolas, ganaderos, forestales), utilizando técnicas tradicionales y escasa
capitalización, de modo que los rendimientos obtenidos son bajos.

Flota pesquera es la que está formada por todas aquellas embarcaciones dedicadas a la pesca.
La española es excesiva, de pequeño tonelaje y tecnológicamente anticuada.

Ganadería extensiva es la que se alimenta “a diente” en prados y pastizales naturales (vacuno


del norte peninsular), o en rastrojos (ovinos y caprino de muchas zonas cerealistas de clima
mediterráneo). En España todavía tiene gran importancia, aunque se ha incrementado
considerablemente la ganadería mixta, que recibe un complemento de piensos en el establo.

Ganadería intensiva es la cría de ganado en establos a base de una alimentación con piensos.
En ella existe una selección de razas para los distintos aprovechamientos (leche y carne) y el

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empleo de técnicas modernas de ordeño e inseminación. En España se ha desarrollado, sobre
todo, en las cercanías de las grandes ciudades para el aprovechamiento del mercado urbano.

Invernadero es una estructura fija cubierta de plástico utilizada para la obtención de


productos agrícolas tempranos, de alto valor en los mercados. En los invernaderos se crea un
microclima cálido y húmedo que acelera la maduración de los cultivos. Están muy desgarrados
en los litorales almeriense y granadino.

Latifundio es la gran propiedad agraria (más de 100 ha), que tradicionalmente se ha


caracterizado por el absentismo del propietario, el cultivo extensivo, los bajos rendimientos y
el gran número de jornaleros con grave paro estacional y analfabetismo. Algunos latifundios se
han convertido en la actualidad en explotaciones capitalistas. Las zonas de España donde
predominan son Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón.

Minifundio es la pequeña propiedad o explotación agrícola (de menos de 10 ha.) que se


caracteriza por su escasa rentabilidad y competitividad, entre otras razones por la
imposibilidad de mecanización. Tiende a desaparecer o a disminuir a consecuencia de
actuaciones de concentración parcelaria. Predomina en el norte de la Península (en Galicia
unido a la dispersión de las parcelas) y en la Comunidad Valenciana, donde se halla atenuado
por el regadío.

Monocultivo es el cultivo de una sola especie vegetal en una explotación agrícola o en una
zona. El monocultivo de cereales ha sido característico de los secanos tradicionales del interior
peninsular.

PARCELAS DE CULTIVO son las divisiones más pequeñas de la tierra agrícola, diferenciadas por
límites y generalmente pertenecientes a un propietario.

PAC es una de las políticas más importantes y uno de los elementos esenciales del sistema
institucional de la Unión Europea, que se encarga de gestionar las subvenciones que se
otorgan a los agricultores y ganaderos de la UE.

ROTACIÓN DE CULTIVOS es un sistema de trabajo que consiste en la siembra sucesiva de


diferentes cultivos en un mismo terreno, siguiendo un orden definido. Puede ser rotación
bienal, trienal o cuatrienal.

TRASHUMANCIA es el desplazamiento anual de los rebaños desde las zonas altas destinadas a
pastos de verano a las zonas bajas, en las que el ganado pasa el invierno.

AGUAS JURISDICCIONALES son aquellas sobre las que un Estado tiene una legislación propia
para su explotación económica. El derecho internacional estableced su límite hasta las 200
millas náuticas de la cosa de un país. No implica una soberanía sobre ellas.

ARTES DE PESCA son los métodos utilizados en la captura y extracción de su medio natural de
los peces u otras especies acuáticas como crustáceos, moluscos y otros invertebrados.

DEHESA es un bosque formado por encinas, alcornoques u otras especies, con estrato inferior
de pastizales o matorrales, donde la actividad del ser humano ha sido intensa en
prácticamente la totalidad del bosque y generalmente están destinados al mantenimiento del
ganado, a la actividad cinegética y al aprovechamiento de otros productos forestales.

HÁBITAT CONCENTRADO es aquel que se localiza en áreas en las que la población se agrupa
en núcleos compactos, en los pueblos o ciudades.

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HÁBITAT DISPERSO es aquel que se localiza en áreas en las que la población se dispersa en
zonas no habitadas anteriormente con el fin de ocupar nuevas áreas de terrenos generalmente
agrícolas.

PESCA DE ALTURA es la que se realiza en aguas marítimas alejadas de la costa. Es un término


que suele hacer referencia a la pesca de tipo industrial o a la pesca deportiva de gran distancia
de la costa, de especies como el atún o el marlín.

PESCA DE BAJURA es la que se realiza cerca de la costa por embarcaciones pequeñas, dotadas
de redes y sedales potentes. Sus capturas desembarcan en las lonjas diariamente para ser
vendidas en fresco.

PLATAFORMA CONTINENTAL es la superficie de un fondo submarino próximo a la costa y con


profundidades inferiores a 200 metros. Su amplitud desde la costa es variable, desde escasos
metros hasta cientos de metros.

PLANCTON es el conjunto de organismos, principalmente microscópicos, que flotan en aguas


saldas o dulces, más abundantes hasta los 200 metros de profundidad, aproximadamente.

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PRÁCTICAS DE GEOGRAFÍA. TEMA 11 “EL
ESPACIO RURAL”

a) Las provincias en las que más del 50% son pequeña propiedad son: Pontevedra, Lugo, Orense,
León, Santander, Segovia, Valencia, Palmas de Gran Canarias y Santa Cruz de Tenerife.
Pequeña propiedad y minifundio no son sinónimos, puesto que el primer concepto hace
referencia al régimen de tenencia y el segundo al régimen de explotación.
b) Las provincias en las que más del 50% son gran propiedad son Guadalajara, Cáceres, Badajoz,
Ciudad Real, Albacete, Huelva, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Jaén.

c) Las causas de esta distribución proceden de los procesos históricos de ocupación del territorio y
su evolución posterior (proceso de la reconquista y desamortizaciones). Históricamente
existieron tres tipos de propiedad bien diferenciados: colectiva, estamental y particular. La
propiedad colectiva era aquella cuya titularidad correspondía a las villas y a los municipios.
Estaba integrada por las tierras pertenecientes a la colectividad, que se dividían en lotes para el
aprovechamiento individual (bienes comunales), o se arrendaban a particulares a cambio de una
cantidad de dinero para atender las necesidades de la villa (bienes de propios). La superficie
perteneciente a la Iglesia y a la nobleza constituía la propiedad estamental. La mayor parte de
las tierras pertenecientes a la nobleza integraban los señoríos, cuya integridad territorial estuvo

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protegida durante siglos por la institución de mayorazgo. Los bienes de la Iglesia procedían de
compras y de donaciones de fieles.

Los titulares de ambos tipos de propiedad no tenían capacidad de enajenar o vender, razón por la cual
se decía que estos bienes estaban en manos muertas. En consecuencia, unos y otros se encontraban
apartados del mercado y de la partición hereditaria, lo que redundaba en la escasez de tierras para los
particulares y en su encarecimiento. Ilustrados y reformistas clamaron contra esta situación y, finalmente,
en el siglo XIX se le puso fin mediante los procesos desamortizadores. La desamortización afectó a los
bienes propiedad del clero y de los municipios; la primera fue llevada a cabo por Mendizábal en 1836 y
supuso la incautación de numerosas fincas pertenecientes al clero y su venta a particulares. La
desamortización civil tuvo lugar más tarde, a partir de 1855, y se llevó a efecto al aplicar la Ley Madoz,

La consecuencia de estas medidas en la estructura agraria fue muy grande, ya que supuso el trasiego de
una cantidad ingente de tierra de propiedad colectiva a manos de particulares. En contra de lo que se
pretendía, el proceso vino a reforzar la gran propiedad, pues, por lo general, los compradores ya tenían
condición de propietarios. Asimismo, la desamortización civil privó a los municipios de un amplísimo
patrimonio, base del sustento de los más humildes.

En lo que a los bienes de la nobleza se refiere, la abolición del mayorazgo y la supresión del régimen
señorial permitieron que, en adelante, los bienes de la nobleza se rigiesen por las leyes sucesorias
normales y entraran en un proceso de fragmentación por herencia, aunque preservando su condición de
latifundios.

El resultado de todos estos procesos fue una concentración notable de la propiedad y, como quiera que
los vecinos habían perdido sus tierras publicas y que a finales del siglo XIX la población iba en aumento,
la proletarización del campesinado se incrementó, al haber más personas y menos tierras que labrar. La
desigualdad en la distribución de la tierra o la carencia de ella estuvieron en la base de la conflictividad
social y de las demandas de reforma agraria, que se materializaron en la Segunda Republica, aunque sus
efectos quedaron anulados tras la Guerra Civil.

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a) 1. Aragón, 2. Comunidad Valenciana, 3. Castilla y León, 4. Extremadura, 5. Castilla-
La Mancha, 6. Comunidad de Murcia, 7. Andalucía.

b) La agricultura de regadío se localiza fundamentalmente en la denominada “España


seca”, caracterizada por un clima de escasa precipitaciones y una prolongada sequía
estival. La agricultura de regadío se localiza, como podemos apreciar en el mapa, a lo
largo de los cursos fluviales principales de España y sus afluentes, así como en aquellas
zonas que cuentan con importantes acuíferos (aguas subterráneas) o con embalses y
pantanos cercanos, de los que extraen agua para los cultivos. Los musulmanes fueron
los primeros en extender amplias superficies de regadíos y a principios del S. XX
comenzó una serie de proyectos cuyo objetivo fue ampliar la superficie irrigada, con la
construcción de embalses, realización de trasvases y captación de aguas subterráneas.
La mayor parte de consumo de agua dulce es para la agricultura.

c) Los cultivos que predominan en las zonas de irrigación son los siguientes: los cultivos
hortofrutícolas (tomates, berenjenas, pimiento, pepino, calabacín, habas, etc.) y los
frutales (naranja, limón, melocotón, naftalina, etc.) se localizan en el litoral
mediterráneo, principalmente. Sandías y melones se localizan en los regadíos de
Castilla La Mancha, Cataluña y Valencia, principalmente. Los arroces se dan en el
Levante valenciano. El maíz y la alfalfa se localizan en los regadíos navarros y norte de
Castilla y León. Los sistemas más utilizados actualmente son el riego por aspersión y el
riego por goteo. El riego a manto está siendo desechado, debido a su alto consumo de
agua.

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a) Aportación equilibrada: León, Zamora, Salamanca, Ávila, Soria, Huesca, Zaragoza, Teruel,
Guadalajara, Toledo, Cáceres, Badajoz e Islas Baleares.

b) La Relación entre usos y condiciones naturales del medio son muy intensas:

En las zonas donde existe una mayor aportación agrícola, el relieve es llano y fértil: llanuras a menos de
200m sobre el nivel del mar (litoral mediterráneo, valle del Guadalquivir) y meseta llanura a unos 650 m
sobre el nivel del mar (Cuenca del Duero y La Mancha), compuestos de materiales pertenecientes a la
Iberia arcillosa, de carácter sedimentarios, que rellenan las cuencas o constituyen la cobertera de las
llanuras meseteñas. En el valle del Guadalquivir se corresponde con la campiña. Puesto que el régimen
climático más extendido es el mediterráneo, de prolongada sequia estival y elevadas temperaturas, el
suelo exige la adopción de la trilogía de cultivos mediterráneos: trigo, vid y olivo. El regadío es posible
en la vega de los ríos y en la zona del litoral mediterráneo.

Las zonas donde existe una mayor aportación ganadera son la fachada atlántica, el Sistema Central,
Comunidad de Cataluña y zonas montañosas de Andalucía, ya que los suelos calizos y silíceos son como
fértiles para los cultivos y el relieve es muy heterogéneo. Son zonas donde las precipitaciones son
abundantes y, por tanto, muy favorables para la existencia de abundantes pastos para el ganado. En la
fachada atlántica y Pirineos predomina la ganadería vacuna y equina (caballar), mientras que en las
montañas centrales y del sur predomina la ganadería porcina, ovina y caprina, ya sea en régimen
semiestabulado o estabulado.

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d) Los elementos, tanto naturales como humanos, que predominan en las zonas con mayor
aportación agrícola son los siguientes:
- Relieves predominantemente llanos (meseta o llanura litoral) y valles.
- Clima mediterráneo continentalizado o costero.
- Suelos arcillosos de origen sedimentario.
- Latifundios en la zona sur y oeste de España y minifundios en la zona norte y este de España.

En las zonas con mayor aportación ganadera, los elementos más característicos o comunes son:

- Relieve montañoso medio.


- Clima atlántico o de montaña.
- Suelos silíceos o calizos.
- Existencia de prados naturales.
- Usos del suelo extensivo, semiestabulado o estabulado.
- Los hábitats (poblamientos) suelen ser concentrados en la mitad sur y centro y dispersos e
intercalar (mixto) en la zona norte, aunque en mucha menor medida se da en Andalucía y norte
de Cataluña.

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1. El mapa muestra el sistema de espacios protegidos en España:
a. Identifique y dé nombre a los espacios protegidos con categoría de Parque
Nacional, enumerados del 1 al 6 (hasta 1 punto).
b. Identifique en el mismo orden la provincia o provincias sobre las que se
encuentran. (hasta 1 punto)
c. Explica la importancia de su conservación y su función desde distintos
puntos de vista. (Hasta 2 puntos)

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2. El mapa representa la distribución de los diferentes paisajes agrarios de
España. Analícelo y responda a las siguientes preguntas:
a) Diga el nombre de las Comunidades Autónomas donde se localizan los paisajes agrarios de la España
húmeda (ganadera y forestal). Explique algunas causas.
b) Explique los factores geográficos que condicionan la localización de los paisajes de la España
mediterránea cálida.
c) Deduzca de la información del mapa los cultivos dominantes que se producen en el interior peninsular.

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