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SER MUJER: DIÁLOGOS INTERGENERACIONALES

TESIS PRESENTADA POR:

PSIC. CYNTHIA LORETO SOSA INFANTE

PARA OBTENER EL GRADO DE:

MAESTRA EN PSICOTERAPIA

MÉRIDA, YUCATÁN, JUNIO DE 2013


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales II

Por este medio declaro que esta Tesis


es mi propio trabajo, con excepción de
las citas en las que doy crédito a sus
autores; así mismo, afirmo que este
trabajo no ha sido presentado
previamente para la obtención de
algún otro título profesional o
equivalente.

Cynthia Loreto Sosa Infante


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales III

Agradecimientos

Agradezco a estas mujeres quienes confiaron en mí y se aventuraron a participar en

este proyecto. Agradezco profundamente a mi abuelita, todo su amor y cuidados a lo largo

de mi vida. Agradezco a mi madre por todo el apoyo que me ha dado, sin el cual no hubiera

logrado muchas cosas. Agradezco a mi tía Mirna, por ser una segunda madre para mí.

Agradezco a mi tía Addy por su bondad, alegría y sonrisa constantes.

Agradezco a Misael, por ser mi esperanza, mi ilusión, mi generador constante de

reflexiones, mi soporte, mi compañero, mi otredad.

Agradezco a Janice DeFehr, quien abierta y amablemente compartió su proyecto y

su amistad conmigo, aún sin conocerme, aún en la distancia, lo que permitió que este

proceso fuera posible de la forma como lo fue.

Agradezco a Kanankil por brindarme un espacio de múltiples realidades. Agradezco

a Rocío, Paco, Dora y Papusa ser una voz más dentro de mi polifonía.

Agradezco a todas las personas que de alguna forma contribuyeron con una voz, con

su escucha, con su vista a la realización de esta tesis. A mis hermanas Andrea, Karina,

Patricia, Karla y Gabriela, por tanta risa. A Paloma, mi paciente escucha y editora de vida.

A Jaime y Alicia, mis amigos en diálogo y compañeros de escritura.

Agradezco infinitamente a la vida por todas las cosas que he recibido y por las que

me han sido negadas.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales IV

Dedicatoria

Dedico este trabajo a Conchita, mi abuelita, por su gran ejemplo de sabiduría de

vida. Lo dedico también a todas las mujeres libres de ser quienes quieren ser y no quienes

deberían ser.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales V

CONTENIDO

CAPITULO I
PRESENTACIÓN…………………………………………………………………………...1

CAPITULO II
PROCESO…………………………………………..………………………………………7
Introducción…………………………………………………………………………....…7
MijaílM.Bajtín:Dialogismo……..…….………….………………………………….…9
John Shotter y Arlene M. Katz: Poética Social…………………………….…………12
Harlene Anderson: Terapia Colaborativa.……………………………………………13
Participantes…………….…..…………………...………………………………………15
El Proceso que Emergió……………..………………………………………………..…16
Primer Momento……………………………….…...…………………………………17
Segundo Momento………………………………….……………………………….…18
Tercer Momento…………………………………………………………………….…18
Cuarto Momento………………………………………………………………………19
Quinto Momento………………………………………………………………………19
Sexto Momento……………………………………………………………………...…20
Séptimo Momento…………………………………………………………………..…22
Octavo Momento………………………………………………………………………23
Noveno Momento………………………………………………….………………..…23
Algunas Consideraciones del Proceso……………………………..………………....24
Otro Momento………..……………………………………………………………….…25

CAPITULO III
SER MUJER: DIÁLOGOS INTERGENERACIONALES…...…………………………...27
Ser Mujer Significa Ser Madre…………………………..…………………………...….30
Conchita…………………………………………………………….…………………30
Mirna Como Hija…………………………………………………………...……37
Gloria Como Hija……………………….…………..……………………………38
Addy Como Hija……………………………………………………...……..……39
Gloria………………………………………………………..……………………...…44
Mirna……..……………………………………………………...……………………45
Addy……………………………………………………………….………….…….…50
Loretito………………………………………………………….…………………….52
Cuerpo de Mujer, Apariencia de Mujer…………………………...……………………..55
De Muchacha Era Rebelde………………….…………………….……………….….…60
Yo Quería Ser Más………………………………………….…….……………….….…68
Yo de chica, Yo No Quería Ser Mujer……………………….…….……………………77
Mujeres en la Actualidad…………………………………..……………………………88
Los Deseos y Anhelos Continúan……………..……………………………………...…98
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales VI

CAPITULO IV
RESPUESTAS A LA HISTORIA……….…………………………………………….…103
Addy………………….……………….……………………………………………..…104
Gloria………………..……………………………………………….…………………105
Mirna…………………..…………………………………………………………….…105
Conchita……………………..…………………………………………………………106
Loretito………………………………..……………………………………………..…108

CAPITULO V
LA ÚLTIMA RESPUESTA………………………...………………………………........110
Los Hubiera o No Hubiera…………………….......…………………………………...114
Otras Respuestas…………………………...…………………………...……………...115
En lo Personal…….………………………………………………………………..…115
En lo Profesional……………..…………………………………………………….…116
Deseos Realizados………………………………………………………………………116
Reflexión Final………..……………………..…………………………..….…….….…116

REFERENCIAS………..……………………………………………………………...…118
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 1

CAPITULO I

PRESENTACIÓN

Esta es la historia de Conchita, una hija, una madre y una abuelita que es muy

querida. Ella es muy trabajadora y cariñosa, no sólo con los miembros de su familia, sino

con toda la gente en general. Parece que tiene una fuerza inagotable, siempre está haciendo

algo, siempre está ocupada y siempre tiene comida para ofrecerte. Yo, su nieta, la considero

una mujer fuerte, diferente a las demás mujeres, y su voz, me ha acompañado siempre, al

igual que su cariño. Aunque en su momento, tal vez no lo vi como lo veo ahora, me siento

dichosa de haber vivido con ella, de haber sido cuidada, educada y consentida por ella. Ella

siempre ha tenido algo para mí, una comida rica, sus palabras dulces, sus apodos cariñosos,

sus fuertes abrazos, sus palabras motivadoras, son buenos deseos, los cuales me han

acompañado siempre y son un grato recuerdo para mí.

Pero, ¿Qué relevancia tiene hacer una tesis de maestría que comparta la historia de

la abuela de la terapeuta?, ¿Qué relación tiene esta historia con el trabajo dentro de la

terapia?, ¿Podría la historia de esta abuela tener un aporte a la práctica terapéutica?

Para mí, como nieta de Conchita, el simple cariño que siento por ella, justificaría

hablar sobre ella, ahora, después de haber conocido su historia, me parece casi una

obligación hacerlo, al menos con las mujeres de mi familia. Pero al principio yo no conocía

todo lo que conozco de ella, y aun así, estaba motivada para conocer sobre ella.

Desde la postura posmoderna (Anderson, 1997; Anderson, 2007a en Anderson y

Gehart, 2007), de la cual se basan los tipos de terapia con los que ahora trabajo, uno entra a

la terapia con todos sus valores, se dice que no existe la objetividad, porque somos
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totalmente subjetivos, todo depende del sujeto que ve, su mirada y lo que ve, es visto con

los ojos de sus valores, sus experiencias, creencias, aprendizajes, uno no puede quitarse los

valores, pero si se puede hacerlos públicos, compartirlos con los clientes que tenemos en

frente, para que ellos comprendan de donde vienen nuestros comentarios. De igual forma,

dentro de las terapias posmodernas, se dice que durante las sesiones de terapia, hay un

participante más, nuestro diálogo interno (Andersen, 1994), el cual juega un papel

importante dentro del proceso, ya que son las respuestas internas que van surgiendo

conforme estamos escuchando la conversación, son la guía de nuestras conversaciones y es

elección del terapeuta, sí se expresan o no y cuáles se expresan.

La voz de Conchita no sólo me ha acompañado en mi vida personal sino también,

algunas veces, ha estado conmigo durante las sesiones de terapia, ha sido una de las voces

de mi diálogo interno, principalmente en situaciones relacionadas a los hijos, tal vez como

un modelo de madre interna, sin haberme percatado antes de ello, hasta la elaboración de

este documento. Su voz me decía, “yo tengo que hacer todo por darle de comer a mis

hijos, yo tengo que trabajar, yo no puedo sentarme a pensar en enfermedades”, y esto se

veía y oía yo, muy diferente de las historias que me contaban las mujeres que acudían a

terapia conmigo. Al principio pensaba que se debía a que yo, siendo más joven que ellas,

sin hijos y con un mayor número de oportunidades económicas y académicas, hacía que me

resultaran muy disonantes las historias de esas mujeres. Yo quería empoderarlas, hacerles

ver que podían aspirar a otras oportunidades, que ellas podían lograrlo si se lo proponían,

que ellas podían tener un rol más activo dentro del cambio de las condiciones de sus

entornos, principalmente, a través del trabajo y la obtención de sus propios recursos. Sin

embargo, un día me di cuenta, de que la voz interna que escuchaba, la que me hacía decirles
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 3

esto a las mujeres en la consulta, no sólo era mi voz y las voces de los libros estudiados,

sino era también la voz de Conchita. Fue entonces que surgió el interés de saber cómo le

había hecho ella para desarrollar esas ideas, cómo es que ella había pensado que debía

trabajar fuera de la casa por los hijos. De ahí, la mirada se amplió no sólo a Conchita, sino

también a las demás mujeres de la familia, mi mamá y sus hermanas, ya que ellas

compartían algunas, sino es que las mismas ideas de Conchita, ellas también han trabajado

toda su vida, han sacado adelante a sus hijos, han tenido logros materiales a base de su

trabajo, son mujeres que se divierten, salen a pasear y compran sus propias cosas.

Adicional a la participación del diálogo interno del terapeuta dentro de la terapia, es

importante que éste o ésta, sea capaz de visibilizar las situaciones relacionadas a las

diferencias establecidas por el género, que pudieran darse por sentado como naturales o

como características internas y patologías en los clientes, tal como propone el modelo de

Just Therapy en Nueva Zelanda (Waldegrave, 2003).

Inicialmente la idea original fue conocer qué hacía que estas mujeres fueran fuertes,

pero esa era sólo mi percepción y cabía la posibilidad de que ellas no se percibieran fuertes,

es por ello que el planteamiento de la tesis se cambió a una idea más general sobre el

significado de ser mujer, para conocer de manera más amplia cómo eran ellas. En ningún

momento se buscó confirmar una hipótesis, ya esta este documento, no está basado en una

metodología de investigación cualitativa tradicional (Hernández Sampieri, Fernández

Collado y Baptista Lucio, 2006) sino en una indagación dialógica (DeFehr, 2008; Gehart,

Tarragona y Bava 2007). De igual forma el término investigación se cambió por el de

indagación con base en el proceso desarrollado por Janice DeFehr (2012) llamado

Indagación Social Colaborativa, quien muy amablemente lo compartió conmigo. En el cual


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la indagación se ve como un proceso de saber junto con otras personas a través de

preguntas, reflexiones o ideas en lugar de una investigación con una metodología

sistematizada.

La idea de usar este proceso de indagación fue por sugerencia de mi asesor de tesis

de ese entonces en el año 2008, ya que yo insistía en trabajar únicamente con las mujeres de

mi familia, no con otras mujeres, porque no era un ser mujer general, no era cualquier

mujer, eran ellas con las que yo quería hablar, y mi maestra de Metodología de la

Investigación en aquel tiempo también insistía en que no era relevante el parentesco porque

sería regresar a algunos enfoques tradicionales dentro de la Psicología, a diferencia de ella,

para mí, cobraba relevancia que yo, siendo la investigadora, o mejor dicho la indagadora,

fuera también hija, sobrina y nieta de estas mujeres, yo quería que se dijera que somos

familia, que mi parentesco con ellas era importante, porque haber crecido con ellas, le daba

un tono diferente a sus voces dentro de este documento, que como mencioné anteriormente,

me han acompañado con algunos clientes en mis sesiones de terapia. Así que mi asesor me

comentó sobre este proceso de indagación desarrollado por Janice DeFehr y me di a la

tarea de contactarla vía correo electrónico, para conocer más acerca de esta forma de

trabajo.

El desarrollo de este proceso de Indagación Social Colaborativa (DeFehr, 2012)

permitía que mi voz de hija, sobrina y nieta, pudieran estar presentes junto con mis voces

de psicóloga, investigadora, tesista, terapeuta, etc. Al mismo tiempo, la voz de estas

mujeres participantes también tomaba un papel central, ya que ellas mismas tendrían un rol

activo como co-investigadoras, compartiendo el mismo peso autoral en el proceso de la

creación de este documento, sería un proceso de indagación con ellas, no de ellas. Aunque
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esto no fue vivido por ellas de esta forma, ya que ellas no tenían el conocimiento teórico de

este proceso de indagación, sí tuvieron la libertad de compartir sólo lo que ellas querían. En

el siguiente capítulo usted podrá encontrar más detalles sobre la descripción y desarrollo de

este proceso de indagación.

Posterior al capítulo de proceso se presenta una historia en la cual Conchita es el

personaje principal, y es la voz de ella misma, la que nos va contando su historia, al mismo

tiempo, como los hilos de un tejido, se van entrelazando las historias de Gloria, Mirna y

Addy, que son hijas de Conchita, mamá y tías mías, de igual manera, mis diferentes voces

forman parte de este tejido. La historia entonces se vuelve un “chal” lleno de hilos

multicolores, los cuales corresponden a las voces de las diferentes conversaciones, las

voces de Conchita, Gloria, Mirna, Addy y Loretito, en sus diferentes roles, abuela, madres,

hijas, sobrina, hermana, trabajadora, psicóloga, terapeuta, tesista, entre otras. La metáfora

del tejido de un chal fue compartida por la Dra. María Luisa Molina López y tuvo mucho

sentido para mí usarla porque ejemplificaba lo que pasaba con las voces en la historia

(comunicación personal 30 de Mayo de 2012). Dentro de la gama de colores de estos hilos

entretejidos, aparecen también las voces de autores, que dan un punto de referencia

académica, filosófica, social, etc., a la historia de estas mujeres. Al igual que un tejido

terminado, esta historia está matizada con diversos temas, los cuales se presentan

entrelazados, y aunque se han separado por títulos y subtítulos para dar organización, se

incluyen unos a otros; hablar de los hijos es hablar del trabajo, y hablar de trabajo es hablar

de dinero y hablar de dinero es hablar de fuerza, y hablar de fuerza es hablar de los hijos, y

así sucesivamente; los temas que conforman la historia son ser madre, la apariencia física,

el trabajo, los roles de género, anécdotas de la niñez, mujeres en la actualidad y anhelos y


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deseos, y los podrá encontrar a través de anécdotas, ideas, recuerdos, impresiones,

pensamientos, sentimientos, entre otros. De igual forma, no sólo los temas están

entrelazados, nosotras mismas estamos entrelazadas, aunque presentamos vivencias y

experiencias diferentes, hablar de Conchita, es hablar de mi mamá y mis tías, al hablar de

mi mamá, es hablar de Conchita, de mis tías y de mi mismas, al hablar de mis tías, es hablar

de Conchita, mi mamá y de mí, al hablar de mí es hablar de ellas, porque esta es su historia,

mi historia, nuestra historia.

Después de la historia principal, se encuentra un capítulo con las respuestas de las

participantes a esta misma historia, nuestras ideas, sentimientos o impresiones generadas

después de leerla.

Al final también se encontrará con algunas reflexiones finales y aprendizajes a

manera de conclusión, que no serán más que una respuesta más a todo este proceso de

indagación.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 7

CAPITULO II

PROCESO

Introducción

El presente capítulo describe el proceso y los diferentes momentos que se

desarrollaron durante la realización de esta tesis, la cual es de tipo dialógica y buscó

conocer ¿Cuál es la percepción de ser mujer y cómo se han construido esta percepción de

ser mujer? El enfoque de investigación fue desarrollado por Janice DeFehr (2008), el cual

es un enfoque que proviene de la comunidad internacional de prácticas colaborativas, está

inspirado en Harlene Anderson y sus colegas colaborativos, y en sus palabras, “es un

enfoque que no sólo me pertenece a mí, es un enfoque que le pertenece a toda la

comunidad colaborativa, es nuestro enfoque” (DeFehr, comunicación personal 11 de

Marzo 2012).

La presente tesis, tiene como marco de referencia las terapias posmodernas y el

construccionismos social (Anderson, 1997; Anderson y Gehart, 2007; Gergen y Gergen,

2008) los cuales son los enfoques con los que he elegido trabajar, principalmente en la

terapia, aunque Harlene Anderson (1997) señala que más que una forma de trabajo, es una

forma de estar en la vida. Es por ello que para la realización de esta tesis resultó más viable

trabajar con el modelo desarrollado por Janice DeFehr (2008; 2012) llamado Indagación

Social Colaborativa, en lugar de trabajar con la metodología de investigación cualitativa

tradicional, que aunque tiene un planteamiento más abierto y expansivo, se fundamenta en

la experiencia y la intuición, busca entender el fenómeno en todas sus dimensiones, internas

y externas, pasadas y presentes, se orientan a aprender de experiencias y puntos de vista de


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los individuos, valorar procesos y generar teorías fundamentadas en las perspectivas de los

participantes (Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio, 2006), sigue

basada en la lógica positivista del método científico, a diferencia del enfoque colaborativo,

el cual es una de las influencias del modelo de Indagación Social Colaborativa (DeFehr,

comunicación personal 11 de Marzo de 2012) el cual percibe el conocimiento de una

manera dinámica centrada en el diálogo que se establece con los otros y es una manera de

conceptualizar y aproximarse a la tarea investigativa (Gehart, Tarragona y Bava, 2007 en

Anderson y Gehart, 2007). Dentro de su tesis de doctorado Janice DeFehr (2008) se refiere

a su “método de investigación” desarrollado, Método de Indagación Dialógica, y en su

taller presentado en el Congreso de Prácticas Colaborativas Más Allá de la Fronteras

Culturales por parte del Instituto Kanankil y The TAOS Institute, el 20 en Marzo 2012, ella

le llama Indagación Social Colaborativa, refiriéndose ambos nombres al mismo proceso,

por lo que de aquí en adelante se le llamará de esta forma.

En la indagación colaborativa, el investigador puede ser un recurso para el

entendimiento del fenómeno estudiado. La posición del investigador siempre afecta el

desarrollo, la implementación y los resultados del estudio, independientemente de la

posición que guarde con el fenómeno estudiado en su investigación. Por lo que se sugiere

hacer pública la posición de tiene con los participantes y el fenómeno estudiado, esta es

información que no ha sido típicamente incluida en los reportes de investigación. De esta

forma, se muestran ambas caras de las relaciones de investigación que se vuelven visibles

para la persona que lee la investigación y que, paradójicamente, puede acercarnos a proveer

una descripción más clara del estudio que en la investigación convencional. (Gehart,

Tarragona y Bava, en Anderson y Gehart, 2007).


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 9

Un acercamiento a la investigación colaborativa es apropiado siempre que haya el

deseo o necesidad de entender cómo la gente está experimentando y entendido una

circunstancia o fenómeno desde su narrativa en primera persona. (Gehart, Tarragona y

Bava, en Anderson y Gehart, 2007). De esta manera, la indagación social colaborativa, me

permitió entrar totalmente en la investigación, no sólo desde lo “académico” por el interés

sobre un tema relevante, sino más desde lo personal, al tener una relación de parentesco

entre sí, todas las participantes, incluida yo como “investigadora”.

Dentro de la Indagación Social Colaborativa (DeFehr, 2008; comunicación personal

el 14 de Febrero de 2008; 2012) el papel del investigador funciona principalmente como un

“respondiente”, basado en tres fuentes principales: los escritos de Bajtín acerca de

comprender y responder; los escritos de Shotter y Katz sobre Poética Social: “la capacidad

de respuesta mutua”; y el enfoque de la Terapia Colaborativa de Harlene Anderson, donde

los terapeutas no funcionan como analistas de los diálogos de la terapia, sino que

permanecen, todo el tiempo de la terapia, como un participante responsivo de la

conversación.

Mijaíl M. Bajtín: Dialogismo

Bajtín (2012) desarrolló su enfoque a partir de la revisión del trabajo de las novelas

de Dostoievski, del cual surge el dialogismo o dialogicidad, inherente al discurso, en el

cual el objeto estético, la literatura, es insertado como un elemento importante en el diálogo

social, refractado (en vez de reflejar), por medio de las “voces ideológicas” de sus

personajes para crear el efecto de polifonía, en la que el autor es una voz más entre las

otras. De igual forma este dialogismo es capaz de despertar las actitudes y opiniones del

lector, provocándolo a reaccionar participativamente. “El dialogismo es una forma de


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 10

interacción entre conciencias de derecho y significados iguales” (Bajtín, 2009 p. 325)

Dicha polifonía se basa en la pluralidad de voces y conciencias independientes e

inconfundibles. Conciencias autónomas con sus mundos correspondientes, formando así la

unidad de un determinado acontecimiento y conservando su carácter inconfundible. Todo

tiene lugar entre conciencias diversas, lo que importa en su interacción e interdependencia.

La polifonía es posible en “la afirmación de la conciencia ajena en cuanto sujeto y no en

cuanto objeto (p. 65)”, “al hombre en el hombre (p. 102)”, cada vivencia, cada pensamiento

del héroe (personaje) son internamente dialógicos, polémicamente matizados, resistentes o,

al contrario, abiertos a la influencia ajena, se orientan siempre al otro hombre (Bajtín,

2012). Shotter (2006) señala también esta consciencia, más que un proceso mental interno,

es el reconocimiento del otro, y al mismo tiempo la conciencia de ser consciente. Esta

conciencia ajena no se enmarca en la conciencia del autor sino que me manifiesta como

algo puesto fuera y junto, con lo cual el autor establece relaciones dialógicas. No se trata de

otro hombre que permanezca objeto de mi conciencia, sino de otra conciencia equitativa

que se ubica junto a la mía y en relación con la cual sólo puede existir mi conciencia misma

(Bajtín, 2009).

Bajtín (2012) también presenta un principio de simultaneidad, para él, hay una

coexistencia e interacción en el espacio y no en el tiempo. Los contenidos son simultáneos,

se confrontan y se contraponen dramáticamente en un solo momento. Así las etapas

internas de un solo hombre se dramatizan en el espacio, “obligándolo a conversar con sus

dobles, con el diablo, con su alterego, su caricatura, etc.” (p. 97). Solamente aquello que

puede presentarse conscientemente en un plano simultáneo, que puede ser relacionado entre

sí en un mismo tiempo, es esencial y forma parte del mundo, todo es simultáneo, todo
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 11

existe. Estas contradicciones y ambigüedades, “se contraponen o yuxtaponen, como voces

acordes pero sin fundirse, como desesperadamente contradictorias, como armonía eterna de

voces diferentes o como su discusión permanente y sin solución (p. 100)”. Lo que permite

la heterogeneidad, la polifonía.

El dialogismo también propone el carácter múltiple de la autoría en la generación

del sentido. Los puntos de vista filosóficos del autor no ocupan el primer lugar. Los

personajes parecen liberarse de la tutela de su creador. Poseen una autoridad ideológica y

son independientes. Son personas libres, capaces de encarar a su creador, de no estar de

acuerdo con él y hasta de oponérsele. El héroe (personaje) es “portador autónomo de su

propia palabra (Bajtín, 2012 p. 58)”. “Portador de su verdad (Bajtín, 2009 p. 326)”.

Para Bajtín (2012) una relación dialógica, es aquella entre un sujeto portador de un

discurso con el discurso de otro, presente, o implícito. La actividad dialógica, significa ser

activo con la conciencia ajena viva y equitativa. Es una actividad interrogante,

provocadora, contestataria, complaciente, refutadora. Por lo tanto “ser significa

comunicarse. La muerte absoluta es no ser oído, no ser reconocido, no ser recordado. Ser

significa ser para otro y a través del otro, ser para sí mismo” (Bajtín, 2009p.327-328). “Ser

es comunicarse dialógicamente (p. 37)”. Cuando se acaba el diálogo se acaba todo. Pero en

realidad el diálogo no puede ni debe terminar (Bajtín, 20012). “El diálogo inconcluso es la

única forma adecuada de expresión verbal de una vida humana auténtica. La vida es

dialógica por naturaleza. Vivir significa participar en un diálogo: significa interrogar, oír,

responder, estar de acuerdo, etc. El hombre participa en este diálogo, todo y con toda su

vida: con ojos, labios, manos, alma, espíritu, con todo el cuerpo, con sus actos” (p. 334,

Bajtín, 2009).
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 12

John Shotter y Arlene M. Katz: Poética Social

Como menciona DeFehr (2008) la Poética social no cuenta con una definición clara

sino más bien con pequeñas descripciones del proceso. Shotter y Katz (1996a) señalan

tener una fuerte influencia de la idea de Wittgenstein, “el origen y las primitivas formas de

los juegos de lenguaje están en la reacción” (1953 en Shotter y Katz, 1996a), así como en

su enfoque de investigación filosófica, el cual es un método práctico de investigación

expresado lingüísticamente que se crea con el día a día con nuestras prácticas en curso, este

método centra su atención en los eventos que ocurren en las situaciones que nos rodean,

para sensibilizarnos a los eventos efímeros y momentáneos por los cuales somos

“golpeados”. Señalan también que para conocer nuestra “manera acerca de”, dentro de

nuestro propio lenguaje entrelazado en formas de vida, nosotros requerimos significados

relacionales-responsivos en lugar de representacionales. (Shotter y Katz, 1996a). Lo que en

palabras de Bajtín son los eventos que “ocurren una vez”, los momentos únicos (Bajtín

1993, en Shotter y Katz, 1996a).

Como seres vivos, dotados de un cuerpo y envueltos de manera continua con

nuestro alrededor, no podemos ser indiferentes a este mundo que nos rodea, por lo que, de

manera continua reaccionamos y respondemos a él de manera inmediata, nos guste o no.

Esta respuesta incluye todo nuestro “cuerpo, tacto, gusto y olfato, nos “golpea” (Shotter y

Katz, 1996a). Se invita a escoger lo que llama la atención y reflexionar sobre lo que te

“golpea”. A concentrarnos en los eventos efímeros, en la sutileza, en lo único, novedoso,

los eventos que ocurren una sola vez y que nos “golpean”, y que no podemos no responder.

(Shotter y Katz, 1996b). Esta respuesta será influenciada por los factores del momento y

espacio en el que ocurren en el momento, y el hablante respondiente lo manifestará en la


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 13

“forma”, “estilo” y “tono” (Shotter, 1994).

Este responder permite un entendimiento relacional, un entendimiento dialógico, el

cual viene de la “acción conjunta” en la cual actuamos dentro de un contexto conformado

por las acciones de los otros a nuestro alrededor, es decir, actuar de manera responsiva a sus

acciones. Así el entendimiento no es un entendimiento de cosas u objetos sino una manera

conversacional no intelectual, corporal y dialógica (Shotter y Katz, 1996a). Es un tipo de

conocimiento que viene con la relación con otros (Shotter, 1994). Lo que permite hacer una

investigación, en este caso, indagación, “con” en lugar “de” (Shotter, 2006; DeFehr, 2008).

Shotter y Katz (1996a p. 8) señalan de su propio método “nos queremos mover

dentro de una nueva posición, no sólo para obtener una nueva información acerca de

nuestras vidas, sino para “ver”, algo con ellos que no ha sido visto antes, para verlos desde

una nueva forma de vida, una nueva forma de vivir, una forma que queremos “mostrar” nos

en estas notas “poéticas”, estas notas que nos “golpean” y que no podemos no responder”.

Harlene Anderson: Terapia Colaborativa

Harlene Anderson (1997 p. 29) basa su enfoque colaborativo en las siguientes

premisas filosóficas: Los sistemas humanos son sistemas de generación de lenguaje y

sentido; son más formas de acción social que construyen una realidad; el ser es un

compuesto social, relacional; la realidad y el sentido son fenómenos interacciónales creados

en una conversación y acción con otros y con nosotros; el lenguaje es generador; el

conocimiento es relacional. Y estas mismas premisas están presentes en los procesos de

indagación colaborativa (Gehart, Tarragona y Bava, en Anderson y Gehart, 2007).

Para Harlene Anderson (2007b p. 34 en Anderson y Gehart, 2007) el diálogo es

“hacer con”, “los participantes se comprometen unos con otros en un mutua y compartida
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 14

indagación: ponderan conjuntamente, examinan, cuestionan y reflexionan. A través de esta

investigación dialógica, que los significados y entendimientos son constituidos,

interpretados, reinterpretados, clarificados, revisados y creados”. “El diálogo es una

actividad relacional y colaborativa”. Su naturaleza incluye el “no-saber” y la incertidumbre.

El diálogo opera en un continuo.

El enfoque de Terapia Colaborativa es visto por Harlene Anderson (1997; 2007c, en

Anderson y Gehart, 2007) en como una filosofía de vida que informa y da forma, la forma

de estar en el mundo, profesional y personalmente. Y tiene las siguientes características:

cliente y terapeuta son socios conversacionales comprometidos en una relación colaborativa

y en una conversación dialógica; el cliente es experto en su vida y el terapeuta es experto en

crear el espacio conversacional; el cliente y el terapeuta se unen en una indagación mutua;

el terapeuta trabaja desde la postura del no-conocer, la cual es una postura escéptica y

tentativa acerca del conocimiento, es una actitud en la que se cree que nunca se puede

comprender plenamente a una persona, se tiene la necesidad de estar siendo informado

constantemente; “ser público” es abrir y hacer visibles los pensamientos invisibles, el

diálogo interno, con la idea de alimentar el diálogo externo; cliente y terapeuta son

transformados, no sólo el cliente cambia dentro de un proceso terapéutico, también el

terapeuta es transformado a través de la voz y el diálogo con el cliente; confiar en la

incertidumbre, no se puede saber de antemano hacia donde será llevado el diálogo, es tomar

el riesgo de los cambios imprevistos; la importancia del entendimiento del día a día y de las

cosas ordinarias que provienen de la historia, la cultura y las prácticas lingüísticas.

Como se podrá haber dado cuenta hay una mutua influencia e interrelación en los

diferentes autores presentados previamente, los cuales le dan sentido y ayudan a


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 15

comprender, espero, mi propio proceso de indagación.

Participantes

Las participantes para este proceso de indagación fuimos cinco mujeres

pertenecientes a la misma familia. Cabe aclarar que desde el primer momento de la

realización de este documento han pasado cinco años, por lo que mencionaré los cambios

que me parezcan relevantes compartir dentro de los datos generales. Conchita, mi abuelita,

al momento de la entrevista tenía la edad de 67 años, y ahora tiene 72, es ama de casa,

viuda, tiene 4 hijos adultos, ya con sus respectivos hijos, y 3 hijas, también con sus

respectivos hijos cada una, es madre y abuela de las otras participantes. Gloria, tenía 50

años, ahora tiene 55, es viuda, tiene dos hijas, una de ellas soy soy, es jubilada de IMSS

como enfermera intensivista, es hija y hermana de las otras participantes y es mi madre. La

mujer que antes tenía 47 años, Mirna, ahora tiene 52 años, también es viuda, tiene dos hijas

y un hijo varón, trabajaba en una clínica del IMSS como coordinadora de asistentes

médicas, al momento de la entrevista, ahora es jubilada también, es hija y hermana de las

otras participantes y tía mía; la mujer de 40 años, Addy, ahora tiene 45, antes casada ahora

está separada, tuvo dos hijas, de las cuales una falleció a la edad de 9 años en el año 2005,

es secretaria ejecutiva y trabaja en unas oficinas de PEMEX, es hija y hermana de las otras

participantes y también mi tía. Yo, Loretito, inicié este proceso con 27 años, ahora tengo

32, antes soltera, ahora casada, soy psicóloga, antes trabajaba en un hospital rural del

Programa IMSS-Oportunidades, ahora trabajo en mi consultorio particular y estoy en busca

de un trabajo adicional. Mi abuelita y mis tías radican en Ciudad del Carmen, Campeche y

mi madre y yo radicamos aquí en Mérida, Yucatán. Bajo el enfoque de la indagación


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 16

colaborativa (Gehart, Tarragona y Bava, en Anderson y Gehart, 2007) el investigador

también se considera parte de la indagación, es por ello que aparezco integrada junto con

las demás participantes.

El Proceso Que Emergió

Al iniciar este proceso de indagación, no conocía cual era la metodología a seguir

dentro del dialogismo. Mi asesor de tesis de ese entonces, sugirió que yo trabajara con el

enfoque con el que estaba trabajando/desarrollando Janice DeFehr (2008), sin embargo, era

algo nuevo, aún en proceso de creación. Es así que decidí aventurarme a contactarla, vía

correo electrónico hasta Canadá y ella fue muy amable de compartir conmigo y con el

Instituto Kanankil, el trabajo que estaba realizando para su tesis de doctorado.

Una de mis dudas principales era, qué pasos había que seguir en el desarrollo de

esta “metodología”, lo primero que Janice DeFehr (comunicación personal 17 de Abril de

2008) mencionó fue “el método en un sentido, es un no-método… el método sale de la

situación de indagación… el método de investigación es directamente influenciado por los

participantes, como en las prácticas de la terapia colaborativa… es impulsado-

situacionalmente en lugar de impulsado-metodológicamente, los pasos del proyecto

emergen gradualmente, momento a momento”.

Es por ello que decidí llamar Proceso a este capítulo en lugar de metodología, y a

los pasos seguidos, momentos, ya que han estado algunas veces distantes en el tiempo, y

también como los define la misma Real Academia Española (2013) fueron “una porción de

tiempo muy breve en relación a otra, lapso de tiempo que se singularizó por cualquier

circunstancia”; no estuvieron previamente establecidos y fueron surgiendo conforme se


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 17

fueron desarrollando las conversaciones, “surgió del mismo proceso de indagación”

(DeFehr, comunicación personal, 17 de Abril de 2008), después de concluir un momento,

surgía la pregunta, ¿y ahora qué sigue?

Primer Momento

El primer momento fue realizar las entrevistas con la pregunta inicial ¿Qué significa

ser mujer? con las cuatros participantes. Cada entrevista incluyó 6 preguntas generales

sobre ser mujer, de las que luego emergieron otras preguntas según la conversación se fue

desarrollando con cada participante. Dentro de la indagación colaborativa en lugar de

realizar una entrevista, se trabaja con diálogos, como en una conversación terapéutica

colaborativa (Gehart, Tarragona y Bava, en Anderon y Gehart, 2007), de forma que los

participantes, tanto “investigados” como “investigador” puedan tener una participación

igual, con el mismo peso autoral (DeFehr, 2008). Durante un diálogo, la conversación fluye

sin un guion establecido, los temas emergen libremente, como respuesta a lo que se está

platicando, a diferencia de la entrevista que ya tiene las preguntas previamente establecidas

(DeFerhr, 2008). Para el presente documento, se pretendió realizar conversaciones y

diálogos con las participantes, sin embargo, aún y cuando se les invitó a agregar preguntas

y llevar las conversaciones por donde ellas quisieran, lo vivieron más como un proceso de

entrevista, estuvieron un poco preocupadas por lo correcto de sus respuestas y por la misma

“situación” de investigación. Sólo la conversación realizada con mi abuelita fue más

relajada y ella compartió anécdotas, historias, de manera amplia y amena. Por lo me referiré

durante el resto del documento como entrevistas a las conversaciones realizadas con ellas,

relacionado a esto, Francisco Vadillo (conversación personal 27 de marzo 2008) comentó,

“una entrevista no deja de tener algo dialógico”, cuando le externé mi preocupación por no
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 18

haber realizado un diálogo, por su parte, Gehart, Tarragona y Bava, (en Anderson y Gehart,

2007) mencionan también, “conceptualizamos las entrevistas como un proceso dialógico

dinámico y orgánico” y Jorge Alcázar (en Bajtín, 2012) agrega “toda actividad verbal

presupone una posición dialógica”. Las entrevistas fueron desarrolladas en casa de las

participantes como si fuera una visita social, las de Cd del Carmen, se vivieron como una

visita familiar, llena de alegría y comida rica y otras aquí en Mérida, Yuc., también dentro

de la casa de las participantes.

Segundo Momento

El segundo momento fue cuando se realizó la transcripción de las entrevistas, para

lo cual se hizo una primera escucha sin copiar nada, sólo disfruté las conversaciones para

después iniciar las transcripciones, tal como Harlene Anderson recomienda para alentar la

atención completa sin la distracción de estar en conversación, transcribiendo o codificando

(Gehart, Tarragona y Bava, en Anderson y Gehart, 2007).

Tercer Momento

El tercer momento fue tener una conversación con cada una de las entrevistas

transcritas, respondiendo a los que más llamaba mi atención, respondiendo a lo que “me

golpeaba” sobre lo que leía. (Shotter y Katz, 1996a; 1996b).

Estas respuestas incluyeron las voces de la mujer, la nieta, la hija, la sobrina, la

psicóloga, la tesista, la terapeuta, las cuales emergieron según se dio el caso con cada

entrevista y en cada momento. En palabras de Bajtín (2012) tuvo lugar una polifonía.

Otras voces que fueron parte de este proceso, son las voces de los autores

consultados y que han escrito acerca del tema, algunas veces para estar de acuerdo y otras

para diferir con la conversación, algunas veces también fueron incomodas porque parecían
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 19

complejas y sofisticadas, a diferencia de lo simple y claro de las ideas de las participantes.

Esta incomodidad me llevó a dejar por un momento los enfoques teóricos, dejé a un lado

las “buenas ideas” (Shotter, 2012), renuncié a la teoría dentro de mi cabeza (Shotter, 1994)

y me concentré en las conversaciones.

No se realizó una interpretación de la información revisada, no se hicieron

categorías de análisis para clasificar lo dicho, se respondió a lo escuchado, a lo leído.

Se realizó una conversación con las entrevistas.

En otras palabras, tomé lo que llamó mi atención de las conversaciones, lo que

pareció importante para mí, escribí sobre ello, reflexioné sobre ello, mencioné porque era

significativo para mí e introduje literatura relevante (DeFehr, 2008).

Cuarto Momento

Como respuesta a las conversaciones realizadas con las entrevistas y las respuestas

emitidas, pensé que otro momento podría ser realizar una segunda entrevista con las

participantes para compartir algunas de las respuestas y saber que había pasado con ellas

después de haber tenido la primera entrevista. Las participantes aceptaron, estuvieron de

acuerdo en tener una segunda entrevista, las entrevistas se realizaron exitosamente; sin

embargo, no fue posible tener una conversación con estas entrevistas, porque se perdieron

de la grabadora de voz antes de transcribirlas, sin embargo fue otro gran momento dentro

del proceso volver a escucharlas.

Quinto Momento

Como parte de la idea de ser mujer dentro de esta familia, consideré que la visión

como hija, nieta, sobrina, estaba limitada, ya que sólo estaba representada por mí, habiendo

otras mujeres pertenecientes a mi generación, quienes también son hijas, nietas y sobrinas,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 20

por lo que decidí realizar una entrevista, similar a la primera entrevista con las otras

participantes. Para este momento participaron, una mujer de 32 años, Karina y dos de 18

años, Karla y Patricia quienes son nietas, hijas, sobrinas de las otras participantes y primas

mías. Al igual que la segunda entrevista de las primeras participantes, estas entrevistas

también se perdieron de la grabadora de voz, antes de poder transcribirlas. Se pensó en

hacer nuevamente las entrevistas, pero ya no sería el mismo momento único e irrepetible

(Bajtín, 1993, en Shotter y Katz, 1996a). También fue una experiencia muy disfrutable.

Estos dos momentos previos pude haberlos omitido del presente documento sin que

ello influyera en el desarrollo de esta presentación, pero me pareció que era importante

señalarlos como parte del proceso que fue emergiendo además de que Janice DeFehr

(comunicación personal 11 de Marzo de 2012) mencionó que era mi elección qué tan

transparente yo deseaba ser al compartirlo.

Sexto Momento

Un dilema dentro de todo el proceso, fue presentar la información obtenida y

generada en los momentos previos, sin realizar un análisis, categorías o clasificación de la

información (Gehart, Tarragona y Bava, en Anderson y Gehart, 2007; De Fehr, 2008), por

lo que se decidió presentarla como una historia, siendo el personaje principal mi abuelita,

debido a que fue la conversación más amplia, más amena y que generó un profundo

impacto en mí, fue la conversación que me “golpeó” constantemente (Shotter y Katz,

1996a; 1996b). Junto con la historia de Conchita, se fueron entrelazando las historias de las

otras participantes y al mismo tiempo mi propia historia. Se puede decir que se realizó una

historia dialógica, polifónica (Bajtín, 2012) en la cual cada una de nosotras se muestra

independiente una de la otra, pero al mismo tiempo interrelacionadas.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 21

Mi papel fue de narradora y organizadora de la información, de los temas surgidos

en común, como ser madre, el trabajo fuera de casa, la apariencia física, la autonomía, entre

otros, que fueron compartidos por todas ellas. Fui la tejedora de este chal formado por los

diversos hilos multicolores con todas las voces participantes.

La historia no tiene una secuencia lineal, la narré, como la experimenté al

escucharla, al leerla y al escribirla, lo que me recuerda lo mencionado por Gergen

(2006)“creer que el tiempo procede en una secuencia uniforme y lineal, es creer en una

forma ficticia y no en nuestra experiencia efectiva”.

La idea de desarrollar una historia con un personaje principal con los otros

personajes entrelazados fue sugerida por Janice DeFehr durante una conversación personal

(22 de Febrero 2011).

En la historia las palabras en cursiva y entre comillas, pertenecen a las palabras de

mi abuelita, mi mamá y mis tías durante las entrevistas; mis propias palabras puestas entre

comillas, son las respuestas a las conversaciones que tuve con las entrevistas; y mis

palabras sin comillas, son las ideas y reflexiones surgidas en el momento de integrar la

historia, así que usted podrá ver dentro de la historia, tres diferentes momentos de este

proceso de indagación.

Dentro de la historia los nombres no fueron cambiados, ya que ellas decidieron

que querían ser llamadas por su nombre real. Sólo fueron cambiados los nombres de los

hermanos, hermanas e hijos varones de mi abuelita.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 22

Séptimo Momento

Lo que siguió entonces fue compartir con las otras cuatro participantes, la historia

final de Conchita, proveniente de las conversaciones, mis respuestas y comentarios

adicionales como reflexiones, ideas teóricas o más respuestas del momento de la narración,

de forma que ellas la pudieran leer como la historia que es. Al mismo tiempo se les solicitó,

emitir una respuesta de lo que generaba esa lectura en ellas, a través de una carta, un

comentario, un poema, una canción o lo que sea que viniera a su mente al momento de leer

esta historia. Dichas respuestas fueron incluidas en el Capítulo 4 Respuestas a la Historia,

de este documento final. Debido a la distancia y premura del tiempo, este intercambio se

realizó vía correo electrónico, el cual también puede ser usado como un recurso dentro de

los procesos de indagación colaborativa (Goyri Ceballos, 2010).

Como mi abuelita no sabe manejar la computadora ni tampoco tiene una dirección

de correo electrónico, aprovechando una visita reciente a Mérida, Yuc., se le entregó la

historia impresa, para que pudiera leerla a su tiempo y ritmo, después se le realizó una

única pregunta sobre lo que había pasado con ella después de leer la historia. Dicha

entrevista también se encuentra transcrita en su totalidad en el Capítulo 4.

Las participantes tuvieron también la oportunidad de elegir qué partes de la historia

no querían que salieran en el documento final, así que algunos pasajes fueron removidos de

la historia original, junto con su respectiva “respuesta”, reflexión o comentario. Siendo la

omisión de algunas partes otra “respuesta” más, aún y cuando no sea visible dentro del

proceso ni para usted como lector.

Estas “respuestas” no fueron compartidas entre las participantes, ni se respondió a

ellas a través de alguna conversación como se hizo con las primeras entrevistas. Al menos
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 23

no de manera escrita, pero fue inevitable no sentir, pensar o reaccionar al leerlas.

Octavo Momento

Un octavo momento fue realizar una breve y segunda revisión bibliográfica, no

buscando confirmar teorías sino invitando otras voces más dentro de los temas que

emergieron en la historia, un hilo, o varios más, para el chal multicolor. Como mencioné

anteriormente, en la primera revisión, los autores teóricos, me parecían ajenos y extraños,

eran palabras sin sentido, descontextualizadas. Fue después de realizar la historia que

algunas voces tuvieron un sentido diferente, las “comprendí”, me pudieron “golpear”

(Shotter y Katz, 1996a; 1996b; De Fehr, 2008). Sin embargo no se consideraron más

importantes que las voces reales de las participantes, por ser voces teóricas “ya que hablar

de teorías nos limita como un “nosotros” y nos excluye de aquellos de quien estamos

hablando” (Shotter, 1994 p.5). De igual forma aún y cuando se realizó la revisión, no

siempre fueron incluidas estas nuevas voces dentro de la narración, ya que algunas de ellas

me seguían pareciendo distantes y lejanas, además de que como mencionó Alicia Ayora

Talavera (2013) no tendrían que ser necesarias las teorías para dar sentido a una experiencia

vivida, lo importante es lo que se dice no quien lo dice.

Noveno Momento

El último momento fue realizar mi “última respuesta”, a la historia y al proceso

mismo. Aunque este proceso pudiera ser infinito, ya que las conversaciones no se terminan

sólo se interrumpen y cada conversación es un trampolín para otras conversaciones

(Anderson, 1997), una vez que uno acepta la naturaleza dialógica de cualquier proceso de

indagación, su naturaleza interminable llega a ser aparente, cualquier respuesta da paso a

nuevas preguntas (Shotter y Katz, 1996a). Pero por razones de realización de este
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 24

documento, decidí detenerme con este último momento, para poder hacer esta redacción

final, sin embargo, ello no implica que no compartiré esta historia con mis primas o

nuevamente con las participantes, lo que estoy segura, generará una respuesta en ellas, aun

y cuando ésta no sea documentada, estará ahí.

En esta “última respuesta” encontrará mis palabras en cursiva y entre comillas, las

cuales corresponden a otros momentos previos durante el proceso; mis palabras sin cursiva

y sin comillas, corresponden a las surgidas durante la realización de la reflexión final.

Algunas Consideraciones del Proceso

Al emitir las respuestas durante las conversaciones con las entrevistas, tuve la

preocupación de dar una respuesta que pudiera no ser respetuosa con las participantes ya

que algunas veces fueron respuestas de desacuerdo con lo planteado por ellas. No quería

hacer, ni decir nada, que pudiera lastimarlas. Así que respondí libremente y después decidí

que compartir con las otras participantes y en el trabajo final escrito. Sin embargo como

menciona Bajtín (2012) es en los desacuerdos, en la contraposición, incluso con las voces

interiores, que se da una relación dialógica.

De igual forma, algo que me preocupaba durante la realización de las entrevistas,

era la información recibida de las entrevistas previas con las participantes y dudaba sí debía

compartirla o no. Pensé que sería mejor no hacerlo ya que esa información, les seguía

perteneciendo a ellas y no me correspondía a mí compartirla, al menos no en ese momento,

ni de esa forma. Debía conservar una postura de no-saber y seguir siendo curiosa (Anderon,

1997; Anderson, 2007c en Anderson y Gehart, 2007).

Durante las conversaciones se hablaron de “temas delicados”, sobre situaciones que

eran privadas y desconocidas para mí, que me sorprendían y me dejaban sin palabras de
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 25

momento. Mi respuesta fue el silencio, la pausa y al mismo tiempo, la incertidumbre de no

saber cómo actuar ante determinada información, ya que nuestro parentesco lo hacía, al

menos para mí, más complejo, por ser conversaciones que no tenemos de manera cotidiana.

En el desarrollo de las entrevistas fui cambiando con cada una de ellas. Con mi

abuelita, la conversación fue muy fluida, realmente un diálogo, guiado por una pregunta

inicial que mi abuelita condujo por donde ella quiso ir. Por otro lado, hubo nerviosismo en

una de ellas lo que también me puso nerviosa a mí.

Una preocupación más durante el proceso, fue que quería estar del mejor ánimo

posible para poder escribir esta tesis, ya que consideraba, y sigo considerando, sumamente

valiosas las conversaciones que tenía en mis manos, y por lo mismo que no creo en la

objetividad, no quería contaminarlas con mis estados de ánimo poco felices. De igual

forma, me di cuenta de que, al principio no quería o no estaba compartiendo abiertamente

mis posturas personales, a lo que pensé que tal vez no estaba siendo del todo sincera y

justa, ya que estás mujeres sí habían hablado abiertamente de ellas, así que me correspondía

a mí hacer lo mismo.

Y “tal vez estaba sola, pero mis acciones estaban totalmente incorporadas en mis

relaciones” (Gergen, 2009 p. 39).

Otro Momento

Un momento más, que ya no estará a mi alcance, será en el momento en el que usted

lector tenga este documento y lo esté leyendo, porque iniciará, sin tener la intención, una

conversación entre esta historia y su historia, sus diálogos internos y todo quien usted es. Y

esta historia tendrá otro sentido, tal vez similar, tal vez diferente, tal vez de acuerdo o tal
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 26

vez de desacuerdo, basado en lo que usted tenga para aportar en relación al tema de ser

mujer, siendo hombre o siendo mujer, su momento será único e irrepetible de la forma

como usted lo desarrolle (Bajtín, 1993, en Shotter y Katz, 1996a).

“La palabra y la mirada del otro, del que escucha, lee, aprende, entiende y transmite

es la garantía de que el sentido sobrevivirá enriquecido” (Tatiana Bubnova en Bajtín, 2012

p. 54). Así que le invito a hacer una lectura viva, tal como Harlene Anderson (1997) nos

invita a hacerlo con su propio libro. Le invito a dejarse envolver por este cálido chal

multicolor.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 27

CAPITULO III

SER MUJER: DIÁLOGOS INTERGENERACIONALES

Creo todo empezó ahí, aún tengo el momento presente, yo estaba dando consulta en

un hospital rural para gente de escasos recursos, Elda era una señora de 25 años de edad,

ama de casa y que acudía a la consulta por indicación de su médico familiar por problemas

personales, dichos problemas se referían a una angustia y preocupación excesiva,

principalmente, porque su esposo no le daba dinero, tomaba mucho y casi todos los días no

sabía que iban a comer ella y sus dos hijas, Jimena de 5 años y Aydita de 2 años de edad.

Recuerdo que al escuchar esto muchas ideas vinieron a mí, sobre género, violencia

intrafamiliar, autonomía, negligencia, etcétera, y me aventuré a sugerir que buscara un

empleo para que pudiera darle de comer a sus hijas sin esperar a que su esposo le lleve el

dinero, también para que pudiera valerse por sí misma, y ella respondió: “No puedo salir a

trabajar por Aydita, no puedo dejarla con otra persona, ella me necesita, yo la quiero mucho

y no puedo separarme de ella”, confieso que me sorprendió mucho escuchar su respuesta, y

mi diálogo interno se llenó de las voces de mi abuelita, de las cosas que siempre ella ha

dicho, de las cosas que mis tías y tíos han dicho acerca de ella y de la alimentación recibida,

me resultaba totalmente opuesto porque yo crecí oyendo cómo mi abuelita se esforzó y

trabajó para sacar adelante a sus hijos.

Eso me hizo pensar que mi abuelita era diferente a las mujeres con las que yo

trabajaba a diario en mi trabajo institucional, yo la veía a ella, fuerte, trabajadora,

independiente, capaz de lograr lo que se proponga. Cualquiera podría decir que la

educación recibida, las oportunidades, el medio rural, la falta de recursos económicos


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 28

justificarían la respuesta de doña Elda, pero mi abuelita al mismo tiempo era muy similar a

ella, se crió en un pequeño pueblo de Campeche llamado Hopelchen, creció con 6

hermanos y hermanas, sus padres fueron mestizos, gente de escasos recursos, dedicados al

campo, mayahablantes, que aprendieron el Español como segundo idioma, tuvo educación

mínima de lectoescritura, vivía en una casa hecha de palos, con recubrimiento de lodo y

techo de guano, es sus palabras, “yo soy una analfabeta antes que nada, no sé escribir, a ti

te consta que no sé escribir, no sé leer bien o sé leer poco, nada más”, este es el contexto

en el que mi abuelita se crió, no parece más ventajoso que el de doña Elda, ella misma

agrega “yo sufrí mucho de chamaca, de niña, sufrí mucho, sufrí mucho, padecí mucho,

padecí muchas, muchas necesidades”, “me imaginaba pero nunca había escuchado que

haya pasado muchas cosas, nuevamente me viene la idea de una mujer fuerte y una mujer

que no se deja y pienso en las mujeres con las que trabajo en Acanceh, cuando comentan

sus historias en ocasiones recuerdo a mi abuelita y en que sí es posible salir adelante, sé que

implicaría más trabajo, tal vez sea más difícil pero hay que “responder por los hijos”, esta

última frase, “responder por los hijos” es lo que me hizo pensar en ella y preguntarme

acerca de las diferencias que yo percibía ¿qué la hizo a ella ser diferente desde mi

perspectiva?, ¿cómo es que viniendo de contextos similares a los de las mujeres del hospital

donde yo trabajo (trabajaba), ella sobresalió, no tuvo depresión, no tuvo ansiedad?, ¿qué

pensaba ella que salió en la búsqueda de comida y no se quedó a esperar a que su esposo le

trajera el dinero para comer?

Inicialmente la pregunta era ¿qué la hacía ser fuerte?, ¿cómo le hizo ella para ser

fuerte? pero sabía que esta idea de ser fuerte sólo era mi percepción y que ella podía no

considerarse así. Es entonces que consideré que sería más funcional cambiar hacia el ser
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 29

mujer en general, ¿Qué significa ser mujer para ella?, ¿Qué cosas incluye ser mujer?,

¿Cómo es ser mujer?, ¿Qué se siente ser mujer? La pregunta parecía simple, pero me hizo

pensar también, que equivaldría a preguntarle a un pez ¿Cómo se siente el agua?, si siempre

ha estado inmerso en ella, además no quería un ser mujer en general, yo estaba interesada

en conocer las historias de mi abuelita y también de otras mujeres de mi familia, y si era

posible, compartir la percepción que había surgido en mí acerca de ellas; no quería

cualquier mujer, las quería a ellas en específico, porque yo las veía diferentes de las

mujeres con las que yo trabajaba todos los días.

Aclaro que no buscaba una explicación, un por qué sobre ellas, desde la postura

posmoderna (Anderson, 1997; Anderson, 2007a en Anderson y Gehart, 2007), que yo he

intentado desarrollar, he dejado de buscar explicaciones, o categorías de análisis para

clasificar, lo único que puedo hacer es compartir su historia, sus historias, mi historia,

nuestra historia, porque somos mujeres en relación, seríamos como el “maac”, “individuos

en relación”¸ como lo mencionaron en la conferencia inaugural del TAOS 2012, al hablar

de mi abuelita, hablo de mi mamá y mi tías y de mí, al hablar de mi mamá, hablo de mi

abuelita, mis tías y de mí, al hablar de mis tías, hablo de mi abuelita, mi mamá y de mí,

hablar de mí, hablo de ellas, al hablar de mi abuelita hablo de nosotras, así que esta es la

historia de Conchita, sus vivencias, sus anécdotas, sus ideas, es su historia, es la de ellas, es

mi historia, es nuestra historia.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 30

Ser Mujer Es Ser Madre

Conchita

Un tema central dentro de nuestra historia fue el de ser madre, no sólo para mi

abuelita, sino también para mi mamá y mis tías, y acabo de darme cuenta que

indirectamente para mí también resultó serlo, ya que, lo que detonó toda mi inquietud por

conocer la historia de las mujeres de mi familia fue que doña Elda no tomara un rol más

activo en la búsqueda de comida para sus hijas, sin darme cuenta, eso me hizo pensar en mi

abuelita, no como mujer sino como madre y lo que ella había hecho con sus hijos en

situaciones similares. Sin embargo aunque es el mismo tema, cada una de nosotras presentó

su propia experiencia de ser mujer y ser madre.

En palabras de mi abuelita “ser mujer es ser madre”, es “…ser responsable con los

hijos, y así, pues ser mujer… nosotras nos debemos considerar lo máximo…”, “…nosotros

damos vida, damos una vida porque concebimos, durante los nueve meses, después de los

nueve meses es criarlos, hasta que crezcan y seguimos siendo madres hasta que los hijos

son grandes, entonces, pues nosotros como mujeres, nosotras las mujeres, yo considero

que valemos mucho”, “me encantó oír esto de mi abuelita, la idea de que se sienta lo

máximo como mujer me da la idea de una persona que se siente a gusto consigo misma, no

puedo evitar dibujar una sonrisa en mi rostro”.

Por su parte mi mamá menciona, “es una responsabilidad ser mujer, no sólo porque

dices que vas a ser mamá, siempre, para mí es una responsabilidad, pues porque, hay

mujeres que no tienen hijos, ¿no? y no por eso dejan de ser, eso no las hace menos

mujeres, es una bendición podría decirse de que tengas hijos, de que los puedas educar”.

Mi tía Mirna dice al respecto “tenemos la dicha de poder ser madres, esa sensación
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 31

de tener a un ser en tu vientre es algo indescriptible, bonito”.

Mi tía Addy comparte “significa ser algo muy bonito para mí porque pues a través

de la mujer se dan otras vidas el ser madre y darle un buen ejemplo a mi hija”.

En lo que a mí respecta todavía no soy madre, y confieso que ha sido para mí una

posibilidad más que una certeza, no sé si vaya a serlo porque no lo siento como un anhelo

ni un requisito para ser mujer; confieso también que he dudado en poner esto por escrito

por temor a lo que pudieran pensar o sentir, estas mujeres para quienes, ser madre es muy

importante, no quisiera herirlas con mis palabras. También pensé “la idea de que damos

vida, me parece que es un privilegio que por naturaleza biológica tenemos y creo, con

temor a equivocarme, que hasta ahora no se ha podido crear vida (exceptuando la

clonación) sin la participación de una mujer y un hombre, también y me hizo pensar que

pasaría si eso fuera posible y ya no se “necesitara” a las mujeres para ello, ¿se seguiría

pensando de la misma forma de nosotras si perdiéramos esa exclusividad de la vida?”.

Al preguntar a mi abuelita de donde aprendió estas ideas de ser mujer, de ser madre

y valer lo máximo, ella respondió “yo sufrí mucho de chamaca, de niña, sufrí mucho, sufrí

mucho, padecí mucho, padecí muchas, muchas necesidades entonces a base de eso, yo me

fui formando, trabajando, luego me casé con tu abuelo, y luego con la necesidad que pasé

con él, me fui formando poco a poco, poco a poco, y ya luego me di cuenta que nosotros sí

valemos mucho, yo pienso que hasta valemos más que los hombres porque los hombres

engendran un hijo y lo dejan y en cambio una mujer no es capaz de hacer eso, somos pocas

las que lo hacemos”, también “yo lo aprendí de las necesidades que he pasado, porque

como te digo, yo he pasado muchas necesidades, muchísimas…”, “…necesidades

económicas, entonces yo luché también para criar a mis hijos, ayude a tu abuelo a trabajar
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 32

y a formarme y a formar a mis hijos como son, tú los conoces, entonces, pues yo pienso que

todas nosotros, debemos hacer lo mismo, primero los hijos antes que nada, antes que nada

y de nadie, Dios y los hijos”. “Al oír a mi abuelita hablar acerca de las necesidades

económicas que pasó que la convirtieron en la mujer que es, me preguntaba ¿qué hubiera

pasado si otra hubiera sido su condición económica, habría sacado ella esa fuerza que yo

veo en ella, ¿de qué otras maneras se hubieran manifestado?, me sorprende y al mismo

tiempo me reafirma algo que yo pienso respecto a las situaciones de la vida, que pueden

hacer sacar lo mejor de ti, que te obligan a desarrollarte y aún y cuando cueste más trabajo

los resultados son buenos”.

Lo que me contó después mi abuelita, fue algo inesperado, algo que me tomó por

sorpresa, que me desconcertó y que me hizo sentirme privilegiada de haber tenido estas

conversaciones con ella y con las otras mujeres de la familia, ella empezó a hablar acerca

de cómo desarrolló esas ideas acerca de ser madre, “yo creo que nació de mí porque, es

que… otra cosa que te puedo decir es que, yo me sentí rechazada”, “yo desde chica con mi

familia, yo me sentía rechazada, desde con mi mamá, me sentí rechazada”, “nunca imagine

que pudiera sentirse rechazada, pienso en mi como su nieta y el gran aprecio que tengo por

ella, me sorprende escucharlo y al mismo tiempo me causa nostalgia, tristeza, no sé cómo

describirlo”, “entonces yo me juré, al sentirme rechazada desde chica, yo me juré, que a mí

nadie, ni me iba… nadie me iba a sobajar, nadie iba a estar delante de mí, yo me tenía que

salir por sí sola, porque…” yo pregunté si por ser mujer o por qué se sentía rebajada y

respondió, “porque me consideraba la más fea”, “-¿Quién la consideraba la más fea?”,

pregunté , “tu abuela, (bisabuela) pero aun así, a ella la quise mucho y la sigo queriendo,

porque ella también lucho por nosotros, a pesar de eso”, “no me imaginaba que la
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 33

apariencia física pudiera haber sido significativa para mi abuelita, en general ella no se

maquilla, no se pinta el pelo y no recuerdo que ella lo señalara como algo importante

aunque, sí nos ha dicho muchas veces a sus nietas que estamos preciosas”, y ahora pienso

que todas las palabras de afecto que ella nos ha proporcionado, tal vez han sido para no

hacernos sentir lo que ella sintió, las palabras de mi mamá lo señalan también “a todos

consiente, a todos sus hijos, cuando éramos (niños), a todos consentía, para todos, una

cosita para este, una cosita para… cuando compraba, compraba para todos, y ahora no

sólo a sus hijos sino hasta sus nietos”, “y vecinos” agregué yo.

Me parecen contrastante los sentimientos desarrollados o vividos para ser mujer y

ser madre, mi abuelita se levantó de un rechazo, a diferencia de mi mamá y mis tías que se

levantaron con el cariño y apoyo que mi abuelita les dio, mi mamá menciona al respecto

“yo siempre me he sentido, con todo lo poco o mucho que he estudiado, me he sentido

realizada como persona, y como madre también, y siento que todo lo que he querido hacer

lo he hecho… he querido pasear, he paseado, según lo que cabe, según mis posibilidades

lo he realizado, hay cosas que quisiera realizar pero, ahora (se ríe) hasta ahora me siento

satisfecha, lo que he logrado ha sido porque he tenido el apoyo de mi mamá, creo que no

lo hubiera yo logrado si no hubiera tenido su apoyo, también se sacrificó un montón para

darnos lo mucho o lo poco que nos dio, nos apoyó un montón porque si no hubiera sido por

ella, creo que nadie de nosotros hubiera estudiado”, “creo que nunca voy a ser como

ella”, agregó, “ella todo lo puede”; mi tía Mirna por su parte también compartió algo

similar, “tengo el ejemplo de mi madre que sin el apoyo de mi papá pues nos dio lo poco

que pudo, estudios a todos sus 7 hijos”; mi tía Addy de igual forma señala la influencia

positiva de mi abuelita sobre ella, “el ejemplo de mi madre… a lo mejor es un ejemplo de


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 34

ella, porque ella sí, este, pues todas esas cualidades, la humildad, el amor, la comprensión,

todos esos valores que yo pienso que tengo, los veo en ella también, ella le da amor a

todos, y… bueno yo pienso que está bien espiritualmente y… le brinda su amor y amistad,

tanto a su familia como a los que no son integrantes de su familia”.

Mi abuelita habló de su mamá, mi bisabuela, que es más conocida como la abuela

Tona, y cómo ella influyó en la mujer que fue y que es, “yo aprendí mucho de ella, a pesar

de… sí, aprendí mucho de ella, porque ella nos enseñó a trabajar honradamente, nos quiso

mucho, a pesar de que yo veía que las otras… pues sí, pero sí, nos quería mucho”. “Lo no

dicho, ¿qué significan esas frases inconclusas?”, lo que no se dice y dice mucho al mismo

tiempo. “Pues entonces yo dije no, yo no voy a ser así con mis hijos, yo no voy a ser así, sí,

me voy a procurar que mis hijos no sean como yo fui, como soy”, “yo soy una analfabeta

antes que nada, no sé escribir, a ti te consta que no se escribir, no sé leer bien o se leer

poco nada más y entonces mis hijos no van a ser como yo, ellos sí se van a tener que

superar, van a ser más que yo, entonces yo traté de que mis hijos sean así, y gracias a

Dios, pues creo que sí lo logré”.

Para mi abuelita ser madre es un logro, “para mí no hay nada más que mis hijos eso

es lo único que he logrado, mis hijos, y como mujer estoy orgullosa de ellos, estoy muy

orgullosa de mis hijos y para mí es un gran logro” y como madre, principalmente es que

sus hijos hayan salido adelante, hayan estudiado, “yo veo que todos o casi todos, bueno

todos, creo que lograron su meta, de ser, porque, por ejemplo Juan que quiso lo que quería

ser, Andrés pues también hizo lo que es pero no lo ejerce, pues tu mamá… pues, ¿quién

sabe? porque esa, por la necesidad estuvo aquí (en Mérida), tu mamá es por necesidad que

se vino para acá, pues Mirna igual, también, ella si escogió, Addy si escogió, pues están
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 35

trabajando en lo que estudiaron”, “yo los apoyé mucho, pues, en lo… económicamente con

lo que yo podía y moralmente que yo les infundía mucho amor, mucho cariño, pues

apoyándolos de que ellos tienen que ser alguien, tienen que ser alguien, no van a ser como

su papá y yo que somos, pues tu abuelo también era un simple cargador, yo una

analfabeta, así que nuestros hijos no iban a ser así, no quería que ellos fueran como

nosotros”.

Mi abuelita describió como ella fue mamá cuando creció a sus hijos y las ideas

relacionadas al cuidado de los hijos, “considero, que cada mujer, toda mujer debe de ver

por sus hijos y luchar por sus hijos”, “yo desde que tuve a tu mamá, yo ya para mí ya no

contaba, sino que yo tenía que ver por tu mamá, yo no tenía una idea de ser una mujer en

especial… no, no tenía, yo lo único que quería que yo saliera adelante con mis hijos, que

yo saliera adelante, no para mí, no en mi persona, porque no, yo tenía, entonces, yo pues

como mujer digo, no, yo tengo que ver por mi hija”; “¿Cómo crear formas alternas de

maternidad sin que por ello invaliden a la mujer como persona?, ¿por qué el ser mujer

pasaría a un segundo plano en el momento de tener hijos, se puede ser responsable y

también “divertirse” al mismo tiempo? (Palomar Verea, 2005), me parecen que no nos

dejan muchas opciones como mujer o no es que no las tengamos sino que socialmente son

consideradas inferiores. También pensaba ahora, ¿si esta admiración que yo siento por mi

abuelita es por la entrega que ella ha mostrado y si hubiera tenido un tipo de maternidad

alternativa seguiría yo admirándola de la misma forma?”.

Actualmente mi abuelita ya no se percibe fuerte, se siente tranquila y mencionó “ya

no hago falta a los muchachos” pero dijo que antes por sus hijos, su trabajo era su fuerza,

“lo único que tenía yo, porque ahora ya no tengo, es fuerza, era mi fuerza para trabajar y
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 36

para…”, “yo no paraba todo el día… lavaba, planchaba la ropa, y les daba de comer y a

mis hijos también, y pregúntale a tu mamá como dice ella, -Yo no me acuerdo. Dice tu tía

Mirna, no sé si tu mamá así lo piense, que nunca les di sólo un plato de frijoles, sólo

frijol”. Y sí esto es algo que mis tías y mi mamá siempre comentan, mi tía Mirna mencionó

“ella jamás, jamás nos dijo este día no van a comer carne o nada más van a comer frijol y

arroz, jamás, todos los días en la casa habían las tres comidas, ¿cómo le hacía? No lo sé,

pero las tres comidas las hacíamos y siempre, siempre, siempre, ella tenía hijos chicos y yo

la veía que trabajaba mucho”; continúa mi abuelita, “yo me dedique exclusivamente a mis

hijos… yo nunca desayunaba en el mercado para no gastar… y digo no porque con esto

mejor… puedo comprar una fruta a mis hijos, aunque sea naranja y plátanos y su pan, y

eso es lo que yo hacía…yo le iba a comprar su pan, pasaba a comprar plátano y naranja y

ya mi hijos ya tenían”, para mi abuelita esto no es sólo es una fortaleza para ella también

es, en sus palabras, “amor de madre para los hijos, y es una obligación, porque yo siento

que yo todo lo que hice por mis hijos, lo poco o lo mucho que hice por mis hijos, lo hice,

por mucho amor y porque es mi obligación, yo nunca esperé… lo poco o mucho que le

pude dar… fue mi obligación, no tienen por qué pagármelo, si quieren buenamente me dan

sino no, y así lo considero”. Respecto a esto se ha señalado que “no es el amor lo que

determina que una mujer “cumpla” con sus “deberes maternales”, sino la moral, los valores

sociales o religiosos confundidos con el deseo nada transparente de la madre” (Palomar

Vera, 2005 p. 43), sin embargo yo “me siento muy agradecida porque yo sí me sentí muy

amada y querida por mi abuelita y esto me pone en una ambivalencia porque, por un lado,

critico y juzgo lo que pudiera parecer cualquier “sacrificio de madre”, pero al mismo

tiempo lo disfruté mucho” y fui beneficiada de este estilo de ser madre.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 37

Mirna Como Hija

De manera similar, mi tía Mirna al hablar de ser mujer, habla de mi abuelita, y cómo

vivió ella, lo narrado por mi abuelita, como vivió ella el ser hija de mi abuelita, “yo me

siento una mujer hasta cierto punto feliz, feliz, mi vida a veces ha sido dura, pero siempre

he tenido una mente muy positiva, que siempre todo lo que viene va ser mejor y no me

considero una mujer frustrada, o sea, yo siento que hecho lo que he, como mujer, lo que he

deseado lo he logrado, lo he logrado, este, y pues yo me siento feliz con lo que soy”,

“siempre me ha gustado la alegría que tiene mi tía Mirna, como baila, como busca hacer

muchas cosas”, mencionó como ayuda “la seguridad que tengo en mí misma, de que yo lo

puedo hacer y quizá también que cuando fui niña tuve una infancia feliz sin ningún

impedimento para hacer lo que yo quisiera pero a la vez yo siento que mi madre me influyó

mucho en hacernos responsables de nuestras cosas desde chicos, nosotros no tuvimos

dinero y todo lo que queríamos lo teníamos que buscar por nosotros mismos, si por

ejemplo, yo quería ir al cine yo tenía que buscar el dinero haciéndole mandados a las

vecinas, lavándole los trastes o ayudándola en algo para que yo tuviera dinero, porque

tenía yo permiso pero no tenía dinero, y mi mamá nunca nos limitó para decirnos no vas, o

te castigo, nunca nos castigaba, nos pegaba sí pues, porque nos peleábamos, y pues yo

creo, ahorita (ahora) yo la comprendo pues su estrés con sus tantos hijos, 7 hijos, 8 hijos y

este marido desobligado que él nada más cumplía con llevar la comida y no sabía si ibas a

la escuela o si necesitabas otras cosas, pero por la otra parte, él jamás se metió con

nosotros, nunca, nunca, ni para bien ni para mal, nunca nos prohibió nada, lo veíamos

como, pues, sabíamos que era mi papá, le teníamos hasta cierto punto un respeto pero

hasta ahí nada más, él con nosotros jamás se metió y todo lo que fuimos, éramos
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 38

responsables de nuestros actos”, continúa “quizá en ese tiempo yo no valoraba su trabajo,

su sacrificio porque a veces, como te vuelvo a decir, me pegaba, nos pegaba casi diario

pero porque me peleaba yo con mis hermanos, con mi hermana y este, sentía yo que ella

nos daba mucha libertad, para hacer nosotros lo que quisiéramos, nunca, bueno al menos

yo no tengo ese resentimiento –Ay mi mamá nunca me dejó ir, mi mamá, si mi mamá me

hubiera dejado. Yo hice lo que quise, siempre hice lo que quise, quizá yo pienso que, yo

quizá hubiera trabajado la hubiera ayudado, pero creo que ella no esperaba nada de

nosotros nada más que creciéramos y saliéramos adelante”. Creo que mi abuelita logro

transmitir muy bien el mensaje de lo que ella quería para sus hijos que salieran adelante

porque son casi las mismas palabras pero dichas por tía Mirna desde su propia experiencia

como hija.

Gloria Como Hija

Mi mamá también desde su propia perspectiva de su ser mujer y su experiencia

como hija de mi abuelita mencionó, “yo pienso que no tengo la, no la capacidad sino, no

sé, ese, como que, es un don lo que tiene ella que es así”, continúa “es muy trabajadora,

toda su vida ha trabajado para salir adelante ella sin haber estudiado ha logrado mucho y

era como para que diga, –A cómo yo no estudié, ustedes tampoco van a estudiar. ¿No?,

pero pues no, nunca ella dejó de ver por nosotros, de que trabajaba y siempre había, quien

sabe cómo le hacía pero siempre había que comer, nos vestía, todo, pienso que también eso

ha influido en que nosotras también tratemos de trabajar de hacer algo para que se pueda

salir adelante porque si no si te sientas a esperar que te dan algo, ¿cómo?”, “ella nunca

esperó que le dieran nada, ella trabaja o veía que hacer para que podamos comer,

estudiar, para que nos compre nuestras cosas, nuestras”.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 39

Addy Como Hija

Por su parte mi tía Addy también mencionó las carencias de la niñez, y presentó, no

sólo a mi abuelita, sino también a mi mamá y a mí tía Mirna como parte de la influencia en

su ser mujer, ya que son sus hermanas mayores, además sacó a la luz una escena familiar

que me atrevo a decir, fue trascendental para todos dentro de la familia, principalmente para

las mujeres, además le da entrada a un personaje más dentro de la historia, que había sido

mencionado sin haber tenido una participación activa, mi abuelito Fito. “Nosotros no

tuvimos muchas oportunidades, más bien ellas, mis hermanas, no tuvieron muchas

oportunidades dentro de su niñez, dentro de su adolescencia, han salido adelante… en el

lado laboral, han salido adelante con todas las limitantes que tuvieron de su vida, en su

adolescencia y todo, han, lograron ya lo que es en lo laboral, ya llegaron a su meta, pienso

yo, en la dos, y del lado de, también han tenido logros con sus hijas, ya tienen alguna

carrera”, también “mi mamá, a ella si la tengo muy así en alto, porque, o sea yo digo -

¿Cómo mi mamá salió adelante?. O sea, con lo poquito que mi papá le daba, ella logró

todo eso, hasta me ha comentado, me ha platicado, porque platico con ella, y me ha

comentado que cuando Gloria, mi hermana, quería estudiar la secundaria que (mi papá) le

dijo –¿Para que la vas a meter a estudiar?, mejor que se meta de mesera. Entonces y que

dijo ella –No, mi hija no va a ser mesera, cómo va ser posible, mi hija va a estudiar porque

tiene que estudiar algo. Entonces eso también, si veo, mi mamá es un ejemplo muy grande

para mí, porque digo yo, -Mi mamá ¿de dónde? O sea, no sé cómo le hizo, no sé cómo le

hizo si alguien la ayudó, la verdad no sé, pero ella, logró, no se dejó vencer por mi papá,

porque ella hubiera dicho, que le hubiera dicho a mi papá –Ah, pues sí, tienes razón. Mi

hermana (Gloria) ahorita estuviera no sé cómo, su familia, que son ustedes dos, Andrea y
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 40

tú, a lo mejor no estuvieran… no hubieran estudiado… entonces pues yo digo, mi mamá

luchó y salió adelante y mi hermana estudió, la otra también, y ahorita mira ya, ellas ya

están jubiladas, bueno una, porque la otra pues, ya le falta poquito si Dios quiere, pero no

se dejó vencer por mi papá, y no sé cómo le habrá hecho pero sí logró eso”. “Oigo esto y

no dejo de conmoverme, me hace pensar en que esa decisión de que mi mamá estudie, fue

un parte aguas para todos los demás (miembros) en la familia, mis tíos varones, en mis tías,

en nosotras como hijas y nietas, me siento conmovida por esta historia y me hace pensar

que mi abuelita quería estudiar, y pienso que yo quisiera estudiar todo lo que ella no pudo,

pero yo no sé si podría aprender todo lo que ella es, aun sin haber estudiado “formalmente”,

también me hace pensar en ¿cómo hubiera sido nuestra historia como mujeres sí, y

principalmente la mía, si mi mamá no hubiera estudiado?, ¿cómo hubieran sido diferentes

nuestras vidas? No me concibo de otra forma, tal vez yo también sería mesera, o no tendría

carrera, ni tampoco mi tíos y tías, no me imagino la vida de otra forma, me impacto oír

esto, siento una opresión en el pecho de sólo oír esto e imaginarme la vida de otra forma.

¿Lo sabrá mi mamá, habrá escuchado ella esta posible discusión sobre sus estudios, cómo

habrá sido para ella?, No puedo describir lo que me hace sentir esto, realmente me

conmueve y no puedo, ni quiero evitar el llanto que me producen estos comentarios”. “De

igual forma, ¿porque estudiar y no trabajar? Porque también una forma de salir adelante es

trabajando sin necesariamente estudiar ¿qué veía, qué escuchaba, con quién hablaba mi

abuelita que le surgió la idea del estudio?”. Continuó mi tía Addy, “mi papa decía –La

mujer para qué va a estudiar, que no estudie, métela de mesera. Y eso siempre lo tengo

aquí (señala su pecho), que mi mamá me lo dijo, que su primera hija mesera, y ella dijo –

No, cómo va a ser mesera, tiene que estudiar algo. Y todos estudiamos, a todos nos dieron
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 41

la… todos estudiamos”. De hecho mi mamá mencionó y creo sin conocer esta escena algo

relacionado, “tal vez si por él (mi abuelito Fito) fuera tampoco hubiéramos estudiado

porque él decía que las mujeres eran… -Para qué madre van a estudiar, si luego se casan y

no trabajan o sí trabajan van a mantener a su marido. Entonces él así pensaba pero no,

tampoco no dejo que no estudiemos”; ella agrega en otro momento pero muy relacionado a

esta escena, “tal vez si me hubiera yo quedado en Cd. del Carmen, no hubiera yo

estudiado, no te puedo decir, pero a lo mejor no hubiera estudiado, no hubiera yo hecho

nada o hubiera yo hecho otra cosa, sería, no lo puedo imaginar, ni pensar, que hubiera

pasado si me hubiera quedado allá, porque tu tía Mirna también tuvo que, menos tiempo,

pero salió de Cd. del Carmen, un año, pero salió de Cd del Carmen y ya luego regresó, no

quiere decir que allá no se pueda estudiar pero en mi caso no sé qué hubiera pasado”.

“¡Pudo haber sido mesera si no estudiaba! Yo lo sabía en el momento de la entrevista y no

consideré prudente decirlo”. Mi mamá continúa, “mi mamá se sacrificó un montón para

darnos lo mucho o lo poco que nos dio, nos apoyó un montón porque si no hubiera sido por

ella, creo que nadie de nosotros hubiera estudiado”, y efectivamente creo si ella no se

hubiera enfrentado a mi abuelo, como dijo mi tía Addy, nadie de nosotros hubiera

estudiado y eso me incluye a mí también.

A diferencia de mi mamá y mis tías que describen a mi abuelita como un modelo y

ejemplo a seguir, en su ser mujer mi abuelita menciona que ella no siguió ningún modelo

de mujer, “no tuve, como tú dices, un modelo que seguir, no tuve a nadie, pues yo dije las

cosas sucedieron… mis hijos… salieron como Dios quiso” y no fue necesario según ella

porque “cada uno forja su propio, su propio modelo digo yo”. “Me viene la idea de la

formación de género por aprendizaje por indicación directa, pero ahora pensaba que el
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 42

género se aprende de formas silenciosas que no necesariamente se recuerdan como

indicaciones directas sino que se desarrollan en la cotidianidad de la vida y pueden darse

por hecho sin cuestionarse”. Lo que me recordó esta frase “soy constituida por un mundo

social que nunca escogí” (Butler, 2006, p. 16).

El hecho de no mencionar a un modelo seguir no significó que no haya habido gente

que la hubiera apoyado y ayudado en su ser madre, “el apoyo que recibí de unas personas,

de tu tío Paco, que yo le lavaba y le planchaba la ropa, y él me daba dinero, eso era un

apoyo, y quería mucho a tus tíos, a Andrés, a Juan, y todo eso, y yo se lo agradezco, al otro

Paco igual”, “tu abuela (Tona) ayudó a tu mamá a venir aquí, eso es lo único que

agradezco mucho a tu abuela también, que por ella tu mamá esté aquí, porque yo no sabía

qué hacer con tu mamá, ya había terminado la secundaría y me dice pues yo me la llevo a

Mérida, y ya me la trajo aquí y ya con eso, pues ya entonces viniendo tu mamá aquí, ya

luego vino Mirna… pues gracias a esas ayudas que yo tuve de tu tía Teresa, con tu mamá,

con tía Mirna, con todo eso, pues pienso yo, que también en esa parte pude lograr lo

demás”.

Al igual que mi tía Addy, mi mamá y mi tía Mirna mencionaron a mi abuelito, pero

lo presentaron ausente, indiferente y no parecen mostrar ninguna incomodidad hacia él, a

diferencia de la manera cómo mi tía Addy habló de él, “que yo recuerde de mi papá nunca

tuve una muestra de cariño, de afecto, nada de mi papá, nada, inclusive el día que se murió

le di un beso, de eso sí me acuerdo mucho, no, él se dedicaba a darnos de… de mal comer,

a darnos de mal comer y… y su vicio nada más se dedicaba”. Sin embargo, mi abuelita

señaló la relación con él, de una manera totalmente distinta a lo que yo pensaba, ella

mencionó que la fuerza para trabajar, el amor con los hijos y el carácter como los elementos
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 43

que le permitieron crecer a sus hijos de la manera como lo hizo, específicamente del

carácter comentó, “tenía yo carácter”, “porque en la casa, yo veo que a la hora de ir a la

clase, todos tienen su papel, mira, esto es… -Tú tienes que estudiar porque tienes que

estudiar. Y yo, era lo único que les decía, quizá pues, yo no sé si eran muy buenos tus tíos o

también estaban viendo que sí les hacía falta porque yo les decía, -Aquí tienen que estudiar

porque tienen que estudiar, yo no puedo ayudarles con su tarea, no puedo, no puedo

ayudar, en primera no lo sé, segundo no tengo tiempo, así que aquí, tienen que estudiar

porque tienen que estudiar, por su bien. Y nadie decía nada y bendito sea Dios, con nadie

luche, (se ríe) fue como te digo, primero porque, porque no sabía, segundo, y la prueba es

que, es que ellos decían tienen que ir a la escuela, ver que ellos tengan su uniforme, ver

que ellos, pues yo me preocupe por ellos y pues ellos también, fueron hijos demasiado

obedientes porque en sus calificaciones nadie tronaba en la escuela, pues aunque no

venían con su diez aunque sea ochos como tu mamá, ocho se pudo, así tu mamá solo puros

ochos”. Agregó también “yo de chica era más rebelde, o sea de chamaca, de muchacha

era rebelde”, “rebelde porque yo a tu abuela nunca le tuve miedo, a eso le digo mi

rebeldía… “Me parece que se siente orgullosa de no tener miedo de mi abuela, como que si

no temerle fuera un logro” …porque yo hacía lo que, si digo que voy hacer una cosa, yo lo

hacía, yo eso voy a hacer y eso voy a hacer, porque ni a tu abuelo querían y yo dije con

éste me caso y yo me caso con éste porque, por la terquedad, pero me caso con tu abuelo y

él tiene un carácter pasivo, pasivo”, “pasivo digo yo porque es muy callado, es muy, pues

nunca … no es de gritar, no es de decir nada, ni decir, todo estaba bien, todo está bien

para él y así que, entonces eso me fue apagando, ya no tuve con quien pelear, (se ríe) ya no

tuve con quien, pero ya después nacieron mis hijos y ya les impuse esto tienen que hacer
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 44

porque esto tienen que hacer”, “creo que si influyó en que se cambiara mi carácter”. Qué

contrastante la imagen presentada por mi tía Addy acerca de mi abuelito, acerca de su vicio

y la negativa de estudios en comparación con la pasividad que menciona mi abuelita,

confieso que no pensaba que mi abuelita lo describiera de esa manera, pensaba que incluso

la podía haber tratado mal.

Gloria

Hasta ahora la historia se ha centrado en mi abuelita, y su ser madre, y lo

compartido sobre mi mamá y mis tías han sido en relación a mi abuelita, como ejemplo a

seguir y como hijas que vivieron la maternidad de mi abuelita, pero mi mamá y mis tías

desde su ser mujer y ser madre están relacionadas con sus propias hijas e hijos y su propia

pareja. Por su parte menciona mi mamá, “antes te decían, las mujeres no estudiaban, no

hacían nada, que se tenían que casar, que tenían que tener hijos… y nada más en su casa,

que no trabajaban, a esperar hasta que su marido les diera, pero pues nunca, al menos a

mí, nunca me dijeron tienes que hacer esto, para que seas mujer tienes que hacer esto,

esto, esto, o lo otro…”; algo que mi mamá mencionó una diferencia en ella, “yo no quería

que me pasara como a tu abuelita, que tuviera que estar así nada más trabaje, trabaje y

trabaje en su casa y esperando lo poco que le diera tu abuelito, pero ella también buscaba

por su cuenta, pero le daba más trabajo porque no había ella estudiado para nada”,

además “yo no me quería casar y tener hijos así enseguida y, pues yo quería trabajar,

tener mis cosas y hacer, tal vez lo que no tuve, porque ya teniendo hijos, ya es una

responsabilidad de que ya no solamente, tienes que, de que ya no solamente piensas en ti

sino que ya tienes que pensar en otra persona y ya tienes la responsabilidad de tu

manutención y todo eso”. Pareciera que el rol de madre y la responsabilidad que implica
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 45

está muy interiorizado, lo imagino como si de antemano ya se sepa todo lo que hay que

trabajar y esforzarse por los hijos por lo que debe ser una decisión bien pensada. La

brevedad de este apartado se debe a la forma misma en que mi mamá se compartió, sin

grandes detalles o anécdotas personales.

Mirna

A diferencia de mi mamá, mi tía Mirna también hablo más ampliamente de su ser

mujer y su ser madre, mencionó algunas vivencias con sus hijas e hijo y de su relación con

mi tío. Ella inició diciendo, “yo siento que las mujeres, que las mujeres son muy, muy,

tengo el concepto de la mujer que es más fuerte que el hombre, es más dicen que el hombre

es el sexo fuerte pero no es cierto, las mujeres somos más fuertes que los hombres, más

resistentes al dolor, más responsables cuando tenemos que sacar adelante a los hijos… yo

siempre me he sentido fuerte por mi condición de mujer”; “muchas compañeras veo, -No,

que no manejo porque me da miedo. Y le digo –No manejas porque no has tenido la

necesidad de aprender, pero si tuvieras que llevar a tus hijos a la escuela o ir por ellos que

está lloviendo y todo, vas a ver si no vas a aprender a manejar”. Al igual que mi abuelita

mi tía Mirna menciona como para ella los obstáculos la hicieron más fuerte, “los

obstáculos que se te van presentando, es lo que va haciendo que seas más fuerte, yo me

siento una mujer fuerte”. Sin embargo hubo un tiempo en el que no lo sintió así y

menciona, “cuando la enfermedad de Kary… el mundo se me venía encima porque yo

desconocía todo acerca de la enfermedad, y mi única hija, y renegaba yo, -¿Por qué Dios,

porque Dios, porque a mí? Pero ya luego comprendí que gracias a Dios tengo cómo tratar

la enfermedad… afortunadamente yo siempre he tenido servicio médico y ahí pues ya,

gracias a Dios con el apoyo de mi familia, porque en ese tiempo que Karina enfermó, me
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 46

ayudaron toda mi familia, tus primas, las hijas de tía Teresa, todos los que estaban en

Mérida porque en ese tiempo tu mamá no estaba, me ayudaron bastante, me dieron mucho

apoyo moral y también económico… ya luego acepté la enfermedad de Karina, comprendí

que hay que seguir adelante… y me acuerdo una vez que Karina no sé qué me pidió y le

digo –No Kary, porque tengo que comprar tu medicina, porque el doctor me dijo –Si tiene

usted dinero, compre la medicina que es mejor que la del seguro. Y yo le compraba su

medicina y le digo –No, porque tengo que comprar tu medicina. Y me dijo –Pues no me

compres mi medicina y deja que yo me muera. Y yo le conteste –Sabes qué Karina, a mí no

me vas a chantajear, no me vas a chantajear porque estás enferma. Y pues… yo después de

que nació Karina, yo quise volver a embarazarme y no se pudo, no se podía, y hasta que un

médico me dijo –Hay que hacerte unos estudios. Y me los hice un mes antes de que se

enfermara Karina, ya pasó la enfermedad de Karina y como ya en Diciembre me fue a ver

el doctor y me dijo –Mirna qué paso con lo de tus análisis. Y le digo –Sabe que doctor, yo

ya no quiero otro hijo, no quiero otro hijo porque no vaya a salir con la misma enfermedad

que Karina. Y me dice –No pienses así, no sabemos. Y lo fui a ver, me dio un tratamiento y

a los tres meses, ya estaba yo embarazada (se ríe) de Patty, y pues el embarazo de Patty

fue terrible para mí, terrible, terrible por la enfermedad de Karina, que había que estar en

el seguro cada semana, cada mes, ingresada, ingresada, ingresada, me acuerdo que un día

yo estaba llorando porque no sé qué le iban a hacer a Karina y le dice una enfermera –No

llores, no ves que cuando tú lloras, haces que llore tu mamá y le va a hacer mal a tu

hermanito. Y así fue pasando el embarazo de Patty, ya cuando nació Patty pues fue una

alegría muy grande porque yo sabía que Karina anhelaba un hermanito, (se ríe) era su

máxima ilusión, tener hermanito, y nació Patty, todo era novedad, todo bien, pero la tuve
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 47

que dejar, a los 26 días la dejé y me acuerdo que íbamos en el camión y me puse a llorar

porque me dio sentimiento dejar a mi hija y me dice Karina –Si vas a estar llorando, mejor

no me traigas, mejor vengo con mi abuelita, y yo dije pues tiene razón, y ya, porque con su

papá no le gustaba ir a sus consultas porque ya ves cómo era, que todo lo quería rápido,

todo lo quería temprano y todo, y así fue pasando el tiempo y Karina pues fue mejorando y

mejorando, poco a poco y yo, yo me confié… me iban a operar cuando nació Patty para

que ya no tuviera hijos pero por circunstancias, sólo Dios sabe porque, ese día no llegó a

trabajar el anestesista así que no me podían operar y ya paso el tiempo y quería yo

regresar pero viajaba yo a México, viajaba yo a Mérida con Karina y cuando me di cuenta

estaba yo embarazada de Ricky, ya cuando nació Ricky… ya cuando nacieron ellos, mi

vida cambió a raíz de la enfermedad de Karina, de la enfermedad de Karina, el nacimiento

de los hijos, mi vida que era hasta cierto punto cómoda, del trabajo a mi casa, pues

trabajaba yo en la noche y a Karina la veía tu abuelita, todo tu abuelita, Karina por eso

está muy pegada con tu abuelita porque todo tu abuelita, yo si me quedaba durmiendo todo

el día, sabía que Karina estaba con tu abuelita, pero ya que nacieron los chamacos, llevé,

ahora sí, que un cambio drástico totalmente y ahora sí, gracias a la ayuda de Karina, que

me ayudaba con sus hermanitos, yo siento que pude salir adelante, pues había que

llevarlos a la guardería, había que recogerlos de la guardería, y cuando venía, tú sabes

que tu tío a veces me apoyaba y a veces no, a veces se llevaba el carro, me dejaba a pie, yo

tenía que ir por los chamacos, venir, lavar la ropa, todo, todo lo tenía yo que hacer, a

veces hasta me daban hasta las once de la noche y ni siquiera me podía bañar porque se

me dormían los chamacos encima, hasta que llegaba Karina que me los pudiera quitar, fue

una etapa que, yo siento que trabajé durísimo para… pero yo siempre siento que a pesar
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 48

de todos esos trabajos que pasé, yo siento que disfruté a mis hijos como no hice con

Karina, la diferencia fue porque lo tenía que hacer todo yo (lo dice riendo) y ya salía yo

con ellos, me daba yo tiempo, a pesar de que tenía mucho que hacer, me daba tiempo de

llevarlos al parque, andábamos, el otro día estábamos recordando con Patty, que

andábamos buscando parques donde hubieran juego nuevos, los llevaba yo, en ese tiempo

no había malecón, los llevaba yo allá a San Francisco, para mí era un relax llevarlos a san

francisco porque los metía a esos juego que había allá y agarraba una revista, un libro, lo

leía un rato, me tomaba un refresco, dos horas y ya lo sacaba, ya hacía yo mi compra y ya

nos veníamos así en camión, hasta en el carro o como sea, siento que a pesar de tanto

trabajo la pasé bien con ellos, en el crecimiento de mis hijos”. “¿Qué cambio en la mujer

que tú eras antes y que luego que fuiste a partir de ellos?” pregunté durante la entrevista,

“yo siento que me hice hasta cierto punto más fuerte”. “Ya era fuerte, se hizo más fuerte”.

Me parece muy conmovedora a historia de mi tía Mirna, lo que ella pasó con la enfermedad

de Karina y el nacimiento de los niños 14 años después. “Las necesidades que transforman

y nos vuelven otros, o más que otros, nos vuelven uno mismo”, para mí son “mujeres

forjadas en hierro”, menciono esto y “me hace pensar que tal vez estoy sobreestimando a la

mujer y creo que se vale porque soy mujer y son mis parientes”, además no puedo estar

ajenas a mis valores, entro con todos ellos, nada más me queda reconocerlos y hacerlos

públicos (Anderson, 1997; Anderson, 2007c en Anderson y Gehart, 2007), nuevamente me

hacía pensar “¿Qué hizo que ellas no se derrumbaran ante la adversidad, no tuvieran

depresión, no les diera ansiedad, no se enfermaran físicamente con síntomas de estrés, en

dónde radica su diferencia con otras mujeres que yo he visto en terapia, que ante los

mismos problemas se desmoronan, cómo identificarlo, cómo fomentarlo?” y pensaba ahora


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 49

que probablemente sí tuvieron lo síntomas físicos e incluso psicológicos pero no fueron

diagnósticas porque no llegaron con un médico porque, tal vez tuvieron conversaciones

exitosas entre ellas, ellas mismas se apoyaron entre sí, así que probablemente no se

construyó como una enfermedad como tal sino como más carga de trabajo y como han

comentado ellas mismas, han trabajado desde siempre, también pensaba en “ser experto en

la propia vida”, “solo uno sabe lo que necesita y debe hacer aun y con todas las voces

alrededor diciendo qué hacer” (Anderson ,1997).

Por otra parte, “me da la impresión que la imagen sobre los hombres es de

irresponsabilidad, principalmente hacia lo hijos y me hace pensar que es un sesgo y que tal

vez han faltado ejemplos de hombres que sí sean responsables y que de alguna forma

contradiga esta idea”; “por otro lado pensaba que esta idea me parece un estereotipo de

género y no si realmente los hombres estén siendo así, o qué estamos haciendo para

perpetuarlos, si se está educando fomentando estos estereotipos pero tampoco estaría de

acuerdo porque creo que hombres y mujeres pueden ser y hacer más cosas de las que los

estereotipos señalan”, pero “¿Cómo buscar pareja, cómo formar una familia? si se tiene esta

idea de los hombres, si inicialmente “se confía” en ellos, ¿Qué pasa para que se conviertan

en irresponsables?, ¿cómo hacer que esas nuevas parejas no se vuelvan profecías de

autocumplimiento (Myers, 2000) de esta imagen que se tiene de los hombres?”. “Al mismo

tiempo pensaba, si otros hubieran sido los ejemplos de hombres, ¿No hubieran tenido que

desarrollar esta independencia, esta androginia, esa fuerza, lo pensarán ellas así?”, “¿Se

imaginaran ellas diferentes si el hombre hubiera sido diferente, si la “adversidad” no se

hubiera presentado?”.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 50

Addy

No puedo dejar de mencionar a mi tía Addy y su ser mujer y su ser madre, como lo

ha vivido ella, “parte de ser mujer es ser madre y darle un buen ejemplo a mi hija, para

que… pues, es muy difícil que ella, ahorita (ahora) con lo que se está viviendo en la

actualidad, es muy difícil tratar de… o sea inculcarle eso, porque ya ves que en la calle

hay otras cosas y eso, y yo trato de darle todo eso a mi hija, todo ese ejemplo, los valores,

de la humildad, del amor, la comprensión y todo eso, pero si ella no lo, o sea, ¿cómo

decirte?, Yo se los puedo… yo le digo, se lo explico a ella, pero ella a veces no, ella agarra

otra actitud, es lo que, me preocupa”, “a la gran mayoría de las mujeres les preocupa la

seguridad de nuestros hijos, o sea, que sean buenos hijos, que tengan valores, que tengan

conocimientos, que le pongan empeño en sus estudios y todo eso”, “sí, mi hija Karla ha

influido en mi… porque yo quisiera que ella, no tanto que me imite a mí, sino que tenga

buenos valores”. “En lo espiritual, mi hija Katia (hace una pausa), porque, del lado de

religión (lo dice con la voz cortada y con los ojos con lágrimas) nos han inculcado en

nuestra religión si tú llevas una vida, pues más bien dentro de lo que es, o sea si tu aplicas

la religión y tratas de dar todos esos, o sea, llevar bien tu religión, estar bien con Dios,

hacer oración, y por todos darle amor, aunque es muy difícil, me dicen que este, yo voy a

ver a mi hija (se le quiebra nuevamente la voz), porque se supone cuando uno muere, pasa

a otra vida, entonces yo quisiera ver a mi hija, y por eso también trato de hacerlo, como a

mi hija ya no la tengo, al principio pues, yo me echaba mucho la culpa de lo que pasó,

pero ya a través de la iglesia, de leer, de leer algunas pues, libros que me han regalado,

pues ahí me doy cuenta de que yo no tengo la culpa porque ella está, ya está, ya cada quien

trae su pues, su destino, entonces cuando Dios dice hasta aquí, es hasta aquí y también
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 51

pues, en la situación de ella, pienso, pues que iba a sufrir más aquí, o sea Dios sabe

porque hace las cosas”, “así que mi fortaleza pues es Dios sobre todo, y mi hija Karla, me

da fuerza pues mi hija, que yo vea que ella salga adelante, que logre lo que quiere, sí, esa

es mi fortaleza aparte de Dios porque él me dio, me ha dado mucha fortaleza”.

“Me dolió verla así, pensaba que ser madre no termina cuando un hijo muere, la

relación se continua, desde otras perspectivas, desde otras realidades”, y pensaba en una

frase dicha por Christopher Kinman (2011)“la muerte no te remueve del rizoma, sólo se

tiene una relación diferente entre la gente que ha muerto y la gente que no ha muerto”,

también “pensaba en la identidad a partir de otros, como vamos siendo en función de las

demás personas y de cómo queremos ser vistos y ser percibidos, y también somos lo que el

otro nos permiten ser(Comunicación personal Sylvia London el 25 de Abril de 2008)”,

“recuerdo que también fue un momento incómodo para mí porque no supe qué hacer, me

siento muy apenada por ella, creo que le debo una disculpa por no reconfortarla, por no

abrazarla en ese momento”, “me preguntaba ahora ¿Cómo la había cambiado esta situación

en su ser mujer?, ¿Además de aumentar su espiritualidad, cómo se ha transformado a partir

de este suceso?”. Creo a veces damos por hecho un proceso de duelo e inferimos que hay

dolor, y preferimos no preguntar, pero creo no podemos saber, qué pasa con una persona

hasta que se lo preguntamos. Por otro lado “me quedó la duda si esta información acerca de

la espiritualidad, ya la había comentado con otra persona”, me sorprendió oírlo y

nuevamente me siento invitada a ser respetuosa con lo que sea diferente para mí, lo que no

entienda o no comparta, sólo cada uno puede ser experto en su propia vida (Anderson,

1997) y no me corresponde a mi juzgarlo.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 52

Loretito

Por mi parte como mencioné muy al principio, nunca he tenido la certeza de si voy a

ser madre, porque tampoco he tenido el deseo o anhelo de tener un hijo, tampoco considero

que sea algo que me defina como mujer, tenía la certeza de que iba a estudiar, de que iba a

tener un profesión, un posgrado, una casa, pero no un hijo o una hija, la idea ha ido y

venido de mí y ahora con mi reciente matrimonio se ha vuelto una posibilidad más concreta

y ha sido una pregunta obligada y frecuente que he estado recibiendo de muchas personas.

No me gustaría que esto se mal interprete y se piense que rechazo o critico la maternidad

sin embargo no creo que se necesite para ser definida como mujer, lo que sería “disociar a

la mujer de la madre” (Palomar Verea, 2005), también he pensado en “la idea de que si tal

vez yo no tenga hijos ¿Ningún logro será lo suficientemente grande o importante como los

hijos?” y son estas este tipo de ideas con las que no estoy de acuerdo, porque creo que

limitan el ser mujer, para mí ser mujer …y me doy cuenta de que yo misma no tengo clara

la idea de lo que es ser mujer para mí, pienso ahora que esta idea ha estado más en función

de lo que no quiero ser, o lo que quiero ser, en lugar de lo que soy o se es. De igual forma

reconozco que difiero en relación a cómo vivir la maternidad, en los sacrificios que se

espera que se hagan, en desaparecer como persona por ser madre, aunque Bauman (2009, p.

18) menciona “el impulso al sacrificio es el fiel compañero del amor y la amistad”; pero al

mismo tiempo pensaba, como mencioné anteriormente, “¿Si yo hubiera estado dispuesta a

no ser el centro de mi madre, a que ella considerara otras cosas como lo más importante, si

yo me sentiría mal por ello pero sería por aprendizaje de que debo ser lo más importante?”.

Me parece que todas las ideas están mezcladas, me parece que por un lado, desde un punto

de vista académico y teórico, mis críticas, las formas alternativas de ser mujer y ser madre,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 53

tiene que ver con mi trabajo profesional y al mismo tiempo en como yo desearía vivir mi

propia maternidad, pero al mismo tiempo, como nieta, como hija y como sobrina que he

sido y de la forma como he sido tratada tan amorosa y responsablemente, chocan en mí, y

desearía que no fuera así, desearía no tener estas contradicciones. Tal vez sería más sencillo

tener una visión más tradicional del ser mujer y el ser madre pero al mismo tiempo creo que

disfruto más estas ambivalencias que me hacen pensar, cuestionarme y buscar alternativas

para una maternidad libre de culpas, libre de presiones, libre de “deberías” por una

maternidad pensada, disfrutada, amorosa y responsable. De forma adicional me preguntaba

“¿históricamente el concepto de maternidad ha sido el mismo?... ¿hay una historia de la

maternidad o del significado de la maternidad?, ¿desde cuándo se le considera como lo más

preciado?, acepto que dar la vida es algo extraordinario, pero ¿cuándo se construyó toda el

significado de sacrifico, abnegación, amor, instinto materno, etc.?, ¿cuál es o era la

influencia de la religión para la construcción de los significados de la maternidad?, ¿hay

diferencias entre la imagen que promueven las distintas religiones? en mi caso, aún y

cuando no lo sigo, tengo como referente la emulación de la virgen María como modelo a

seguir desde la religión católica, también me preguntaba ¿cuál es la participación de los

medios de comunicación en la difusión de roles de maternidad específica?, ¿a quién le

interesa promover esta imagen, quien sale beneficiado con la presentación de esta

imágenes, quien está detrás de los medios de comunicación?” Y fui feliz al encontrar una

pequeña reseña sobre el origen de la celebración del día de la madre en México escrito por

Marta Lamas (2010) en la que brevemente señala como éste fue instaurado para opacar un

movimiento feminista yucateco a través de la publicidad de un periódico nacional,

exaltando y premiando el rol de “buena madre” vs. el rol de mujeres con libertad
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 54

reproductiva.

Pensaba en la identidad relacional y tal vez al principio no me quedaba claro, “¿De

qué forma a través de lo que logren en este caso sus hijos es un logro para ella?, ¿Cómo

aprendió esto ella, quien se lo dijo? y pensaba ahora más en una visión relacional, que

somos lo que otros son y los otros son lo que nosotros somos (Gergen, 2009). “Pensaba

también que en general tal vez no les dijeron explícitamente cómo era ser una mujer con

palabras directas sino me parece que puede ser algo que se dio de forma implícita, sin

cuestionar, sin resaltar, sin hacer mención especial… como algo en automático que se da

por hecho, y pensaba nuevamente en mí, en el sentido de que fue hasta que estudie la

carrera que me fue más significativo el término de género y sus roles y estereotipos, la

androginia y aledaños, más recientemente la equidad y por cuestiones de trabajo y cursos…

que lo hice más consciente, que cuestioné, que critico, que busco cambios pero en

retrospectiva, aún y cuando me parece que no fueron en su totalidad los roles más

tradicionales, no cuestionaba muchas cosas, o sólo algunas, pero en general estaba muy

tranquila con lo que se esperaba de mí como mujer y con las cosas que yo sabía “debía

hacer”. Pensaba también si no estoy invalidando su sentir al cuestionar, al menos en mi

persona, el logro de la maternidad, al pensar que hay cosas más allá, al pensar que no es lo

único en lo que se pueden concentrar, y me pregunto ¿Cómo tomarían ellas si supieran

esto?, ¿Qué pensarían? ¿Se sentirían mal, desvalorizadas, dirían que estoy en un error, o

porque no soy madre no lo comprendo?, ¿Cómo presentar mi sentir, mi pensar sin invalidar

ni hacer sentir mal a los demás?”. Dude en poner estas últimas preguntas pero son mis

respuestas, es el diálogo que surgió y son algunas cosas que pienso, y aunque no piense ni

sienta igual a ellas en muchos aspectos, las respeto y las amo profundamente.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 55

Cuerpo de Mujer, Apariencia de Mujer

Aunque pudiera pensarse que la apariencia es algo frívolo y superficial, me parece

que, de alguna manera, fue un tema importante en esta historia. Dentro del apartado de ser

madre mi abuelita compartió una anécdota de rechazo a su apariencia física que la impulsó

a superarse y ser mejor. Como mencioné anteriormente, cuando ella mencionó que ese

rechazo fue por considerarse la más fea, me sorprendió mucho y me hizo pensar en la

imagen corporal y la apariencia física con un elemento importante del ser mujer, pensaba

en la idea esperada o en mandato social de que la mujer tuviera que ser bella, bonita,

delgada, de buen cuerpo y cuando no se cumple con esta imagen esperada, al igual que

como con otros aspectos esperados del ser mujer, se juzga, se critica, se rechaza, como fue

el sentir y vivir de mi abuelita.

Por su parte mi mamá cuando comparte sobre la apariencia física menciona, “para

mí me vale, o sea, no es que me valga, pero sí tiene que ver mucho, o sea, te dicen para que

seas mujer tienes que vestirte bien o estar pintadita, arregladita, y a mí eso no, nunca me

ha importado que, o sea, tu manera de andar vestida, lo toman mucho en cuenta, tu

aspecto físico, no andar sucia, no toda desarreglada, no que vayas tampoco al último grito

de la moda, porque pues tampoco, pero sí tiene que ver, o al menos eso, desde que estás

chica –Ay que tienes que estar arregladita porque las mujercitas se peinan con sus colitas

y sus zapatitos limpiecitos. Me dio mucha risa escucharla y la manera como lo dijo,

burlándose y como rechazando lo esperado. Ella continúa, “también pienso que según el

trabajo que desempeñes puede ser, no vas a ser modelo y estar gorda, ¿ah? Yo pienso que

depende también de la actividad que tú realices, debes de ir, ser congruente con tu

aspecto”. Ella también compartió sobre su propia imagen, “yo últimamente he dejado, me
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 56

ha valido, de que no me pinto, no me esto, porque antes, cuando era yo más joven, también

tiene que ver, yo me imagino la etapa de la vida, te pones perfume, te pintas, pero, ahorita

(ahora) yo pienso que no es importante, no porque yo ya esté vieja, pero pues no me atrae

estarme, si de hecho yo nunca me he maquillado, así que yo me tenga que maquillar”. En

lugar de la apariencia física, parece que con la edad, la preocupación se concentra más en la

salud del cuerpo en lugar de su apariencia. “Ya con la edad, ya debes, debes de cuidarte

más o poner más atención a tu salud pues ya no es lo mismo de cuando uno está joven y

pues tratar de mantenerte activa para que, ya ves que sí uno no hace actividades y todo,

mientras menos actividades hagas más te deterioras físicamente y también emocionalmente

tener, ¿cómo, cómo se puede decir? O sea que no estés pensando sólo en enfermedades y

cosas y cuidarte pero no traumarte u obsesionarte con –Ay me puede pasar esto, ay me

puede pasar lo otro, ay me puede… Pero sí cuidarte de lo que comes, de lo que tomas, de

lo que, yo no hago nada de eso”. Al igual que mi mamá, pensaba en la edad como un factor

que influye de manera continua, y pensaba en la paradoja del cambio, de que lo único que

permanece continuo es el cambio, y me hacía pensar en la movilidad de la identidad en

constante cambio según la etapa en la que estemos viviendo. También pensaba en las

palabras de Simone De Beauvoir (2010 p.43) quien menciona “siendo el cuerpo

instrumento de nuestro asidero en el mundo, éste se presenta de manera muy distinta según

sea asido de un modo u otro”

Por su parte mi tía Mirna comento al respecto, al preguntarle sobre las cosas que

incluía ser mujer ella mencionó lo siguiente, “mi cuerpo, cómo me puedo vestir, me puedo

todo, cualquier adorno, o me puedo quedar sin ningún adorno, y me considero bella”. (Se

ríe). “Me encantó oírla decir esto de ser bella”. Ella continúa, “yo pienso que no es
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 57

importante tu apariencia física, pero si te ayuda bastante tener un físico no tan feo, porque

la belleza, muchas veces la tenemos por dentro y tú puedes ver a una persona fea y quizá

hasta te de temor hasta tratarla pero ya, al acercarte a ella vez que es una bella persona y

la sociedad como te ve te trata, pero para mí eso no significa mucho, yo puedo, lo mismo

voy, me pongo maquillaje, que no me pongo nada y salgo así, me da lo mismo, ¡va!, la

apariencia si me importa, pero no como algo indispensable que no pueda yo salir si no voy

maquillada a algún lado o con un vestido así de súper moda, yo me siento bien con mi

persona, como soy con mi cuerpo y me siento que, pues, ¿cómo te diré? Contenta y

agradecida con Dios por mi cuerpo, con mi físico, yo me siento contenta como estoy”. Mi

tía Mirna menciona también como la ha ayudado sentirse contenta con su cuerpo. “Me ha

ayudado, porque, cómo te decía, es el mismo medio, la misma sociedad te va, para las

otras personas importa mucho tu apariencia o quizá la manera de que te relaciones con

ellas pero para mí sí me ha ayudado pues porque, siento que no me da mucho trabajo

relacionarme, la gente me ha aceptado sobre todo en mi trabajo, mis amistades, pero no

creo que por mi físico ni nada sino más bien por la manera de tratarlos o la manera de

cómo soy”. “Como lo plantea ella, la apariencia física te brinda cierta seguridad de inicio,

un primer paso o un primer requisito del bienestar con uno mismo, pero resulta más

importante quien es ella más que su apariencia física”.

Del mismo tema mi tía Addy también compartió algunas ideas. “Es muy importante

causar, cuidar el aspecto de tu cabello, todo, la cara, pues estar gordita, chaparrita, todo

eso también juega, es muy importante porque a veces, bueno, hay ciertas personas que

discriminan, a veces así a las personas, no lo digo en mi caso, porque hasta ahorita, que yo

sepa, nadie me ha discriminado por mi apariencia física, pero sí es muy importante tener
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 58

un buen aspecto, una buena apariencia, la mujer, para eso es porque pues, hay muchas

herramientas para que la mujer dé ese aspecto, o sea, hay infinidad de cosas, maquillaje,

en lo que respecta a la cara, el cabello y, hacer ejercicio, todo eso hay muchas

herramientas para que uno logre tener todo esa apariencia y también es muy importante en

la mujer eso”. “La apariencia física puede ser causa de discriminación, de abrir

oportunidades, de bienestar, rechazo, de confianza en uno mismo”. Ella agrega, “me siento

bien así como soy, yo me quiero y pienso que quien no me quiera así no es problema mío,

mientras yo me sienta bien conmigo misma y todo lo demás no me afecta mucho”. Mi tía

Addy siguió compartiendo y habló sobre una parte específica del cuerpo que es

característico de las mujeres de nuestra familia, los brazos. “Me ven de un tipo de mujer así

como, como maternal porque me lo han dicho, -Ay tú me recuerdas a mi mamá. -¿Por qué?

–Porque, ay no sé. Por la forma de los brazos que tengo (se ríe) a veces me agarran, –Ay,

cómo me recuerdas, es que así tiene los brazos mi mamá. Y me abrazan y así me tienen

abrazada porque les recuerdo a su mamá, yo creo que les recuerdo a su mamá pienso

maternalmente”. “Nunca había pensado en nuestros brazos como maternales, yo siempre

he renegado de ellos por gordos y he deseado que sean flacos, tal vez mi destino es verme

maternal, que irónico, ni yo lo creo, pero sí me parece que son muy simbólicos de la

maternidad, en el sentido de abrazar, cargar a algún bebé o el mismo cuerpo o complexión

haga recordar a una mamá, lo que dejaría fuera una imagen de mamá flaca, como yo

esperaría ser, si soy mamá en algún momento”. Mi tía Addy continúa, “por una parte me

hacen sentir bien pero por otra no, porque me dicen no es que yo este vieja, siento como

que me ven vieja, pero me dicen –No, es que así tiene las manos mi mamá, por estas cosas

(señala las pecas de su mano) y el brazo así gordito. Me lo dicen, pero a mí no me molesta
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 59

ni nada, o sea si así lo sienten ellos, yo los respeto”.

Pensaba en el destino de la biología, “un destino petrificado” y cómo se ha asociado

el cuerpo de la mujer principalmente para ejercer la maternidad y usar el cuerpo como un

reproductor, pero ahora pensaba también en cómo el cuerpo de la mujer se ha usado como

objeto sexual de placer para otros, empezando por las parejas, los tratantes de blancas y los

medios de comunicación. “Inerte, impaciente, ladina, estúpida, insensible, lúbrica, feroz, y

humillada, el hombre proyecta en la mujer a todas las hembras a la vez” (p.35). Y no

siempre es la mujer la que ha sido dueña de su propio cuerpo. Pensaba en relación a la

maternidad misma, y al cuidado de los hijos y las labores tradicionales que se espera de las

mujeres, como el cuerpo de la mujer como un cuerpo para otros, al servicio de otros, ya que

todas las labores domésticas que se espera de manera explícita o implícita de las mujeres,

esté en función de otras personas, los hijos, la pareja, la familia, la sociedad (Beauvoir,

2010).

Por mi parte, oyendo las historias de estas mujeres, principalmente la de mi abuelita,

pensaba en que fui afortunada de contar con una apariencia física, me atrevo a decir,

atractiva, que me ha evitado vivenciar un rechazo o discriminación por considerarme poco

agraciada, disfruto mucho mi imagen física de mujer, me gustan todas la posibilidades que

tenemos de cambiar y arreglar nuestra imagen a través del maquillaje, los accesorios, el

cabello, pero creo no he estado exenta de sentir que debo cumplir con el estándar de

delgadez, creo que ahora estoy por enfrentarme, dentro de poco, al cambio de la juventud

para acercarme a una madurez que implica la aparición de ciertos signos de la edad como

las canas, las arrugas, el aumento de peso corporal, que empiezan a presentarse y que sé,

llegaron para quedarse, no creo que la apariencia física me defina como mujer pero pensaba
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 60

en la transición de mi cambio de una década a otra, y creo que ha empezado a afectarme

sentirme añorando la juventud de la que siento me voy alejando cada día.

De Muchacha Era Rebelde

Siguiendo con la historia pero cambiando de tema me gustaría retomar lo que

empezó a mencionar mi abuelita acerca de cuando era niña, me parece que esa mujer fuerte

y diferente que yo veía empezó a formarse desde mucho antes, desde que era “chamaca”

como ella dice, ya que compartió unas anécdotas que disfrute mucho oír, conforme ella las

fue contando, fui imaginando la casa de mi abuela Tona, el olor a leña, el gran patio, los

árboles enormes, las guayas, las tortillas hechas a mano con manteca y sal, el guiso de los

pibes y todos los elementos que disfrutaba cuando acompañaba a mi abuelita a visitar a mi

abuela Tona en Hopelchen, me sentí ahí, presenciando las escenas que mi abuelita

describía, así que dejaré que ella nuevamente vaya contando su historia.

Mi abuelita compartió “yo de chica era más rebelde, o sea de chamaca, de

muchacha era rebelde”, “digo yo rebelde porque yo a tu abuela nunca le tuve miedo, a eso

le digo mi rebeldía, porque yo hacía lo que, si digo que voy hacer una cosa, yo lo hacía, yo

eso voy a hacer y eso voy a hacer, porque ni a tu abuelo querían y yo dije con este me caso

y yo me caso con éste, porque, por la terquedad, pero me caso con tu abuelo y él tiene un

carácter pasivo, pasivo”. “Me parece que se siente orgullosa de no tener miedo de mi

abuela, como que si no temerle fuera un logro”. “Pues yo creo que tu abuelo influyó en que

se cambiara mi carácter, como te digo, antes pues era más… era más… como que te digo

que yo nunca le tuve miedo a tu abuela, Rosa le tuvo un miedo, hasta que se murió, en

cambio yo no, y hasta ahora me lo dice ella, -Tú nunca... -Yo no”. “Yo no le tenía miedo a
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 61

ella, yo me le enfrentaba”, “…cuando ella me mandaba alguna cosa y yo lo consideraba

injusto, yo no lo hacía, y se lo decía, -Yo no hago, no lo hago, porque no lo hago. Y así le

hacía a tu abuela, -No lo hago porque no lo hago, porque esto es injusto. Y no lo hacía”¸

“si no lo hacía me sonaba tu abuela pero yo no lo hacía, entonces… por eso yo decía yo

que era rebelde, era terca, era… pero ese carácter, te digo yo, como que me lo apaciguó tu

abuelo cuando me case con él, que él era… que no tenía por qué pelear con él”¸ yo veía

las cosas injustas y yo eso era lo que peleaba”. Me encantó releer esta última frase de mi

abuelita sobre las injusticias y su pleito contra ellas, me hace pensar en las personas que son

activistas de los derechos humanos, los movimientos feministas o los interesados en la

perspectiva de género, las minorías, la diversidad sexual e incluso la política o la economía,

que luchan y trabajan porque son capaces de ver, sentir, pensar en un mundo mejor, en

nuevas posibilidades, en que las cosas no tienen que ser como han sido previamente, la

incomodad o pesar a partir de esas injusticias, obstáculos, rechazo, discriminación y todo

aquello que puede generar una injusticia por género, apariencia física, preferencia sexual,

creencia política, religión, creo son esas personas las que terminan moviendo el mundo y

me hacía pensar en cómo mi abuelita movió el mundo de las mujeres de su familia, a través

de su ejemplo, a través de su trabajo, a través de su cariño, a través de su inquietud por la

superación y los estudios.

De igual forma, mi abuelita comparte otras anécdotas de su niñez que nos permiten

ver un poco más de esa “chamaca rebelde” que ella menciona que fue. En el lugar donde

ella trabajaba de niña había una sirvienta, “a ella la ponían a moler con molcajete un

trastón así (señala con las manos una altura) de achiote, pimienta, ajo, todo, todo… y dale y

dale, dale y luego tenía que lavar, luego venían las mujeres, las otras sirvientas de las
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 62

otras casas, -Ay, que vengo a buscar un poco de recado para fulana. –Ta´ bueno. De eso

que ya molió, -Ay, le voy a sacar a Elsy. Y yo le digo, –Si también ellas son sirvientas. ¿Por

qué no lo van a sacar, por qué no la van a hacer?, tan sirvienta soy yo como ella, ¿Cómo

no la van a sacar?, ¿Por qué no las ponen hacerlo a ellas allá de donde son? Si son

sirvientas de doña Ada ¿Por qué ella no se los dice? Y que las mandan a buscar eso que

hace la pobre señora, pero así bastante y luego a repartirlo. Todavía en el molino, iba yo a

buscar carbón para hervir los biberones y venía ella, -Es que vine a buscar carbón. Que yo

ya había traído desde la bodega arrastrando, venían y llenaban sus bolsas, -Bueno ¿Y esas

qué se creen? -¿Y tú quién eres pa´ decir?, -Yo no soy nadie. Le digo, y que me pongo a

pelear con la señora de la casa, -¿Ustedes creen que están en la misma época de la

esclavitud? Ya se acabó. Les digo. –Yo. Le digo. -Yo no me quedo aquí con ustedes

porque…. Y les dije un montón de cosas, porque, les digo, -Son unos injustos, ¿cómo van a

poner a esa pobre señora a moler? Si tanto lavado que tiene que hacer a mano, luego

moler todo eso, y luego vienen las fufurufas todas a esas a que les den su recado, cuando

ellas lo pueden hacer, porque son igual de sirvientas que nosotros y vienen a buscar el

carbón que arrastrando traigo, tengo que brincar barda, tengo que brincar eso pa´ poder

traer mi carbón y luego vienen a buscármelo, a agarrarme el carbón. Y eso me molestaba

también, -Eres una escuincla malcriada. -Una escuincla que sabe sus derechos. Le digo, y

me puse a pelear, digo con riesgo de que me tranqueen allá, una chamaca de doce años”.

Continuando con las anécdotas de su niñez, mi abuelita compartió otra anécdota

más. “Una vez para un todos los santos… una que era hermana de ella, (la dueña de la

casa donde trabajaba) cuando llegaba, los restos quería que le dieran a las sirvientas y

entonces, la señora esa, la que es la dueña era muy buena gente digo yo… porque sobraba
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 63

la comida y te daban la comida, pero entonces la hermana, cuando llegaba, no, quería que

te dieran las sobras de ellos, lo que quedaba en la mesa, allá se servían platones y todo

eso, de eso quería que te dieran, entonces un día que era todos los santos, pues yo agarré

la chamaquita que cuidaba, fui a casa de mi mamá y ahí comí pibes, comí todo, regresé,

pero ya a la hora que llegué ya iban a comer, pero yo vi que recogieron los pedazos de pib

que sobraron, de esos que le sacas toda la carne y queda no más la masa y se lo llevaron,

lo pusieron en una bandeja, y llega la señora con la bandeja de pibes, -Aquí esta

muchachas pa´ que coman. Le digo -¿Qué? Le digo, -¿Usted eso lo trae para nosotros? Le

digo, -Esos son restos. Le digo. -Vea usted esto. Y le empiezo a mostrar. -Vea usted, esto

son puros restos. -Y esto. Le digo. -Es para los perros. -Yo no soy perro, soy sirvienta, no

soy perro. -¿Tú lo comes? Le dije a, habían tres señoras grandes, yo era la única

rapazuela que era la que cuidaba a la niña, -¿Lo vas a comer? –No. -¿Tú?, ¿Tú? –Ta´

bueno, está bien. Y lo tiré, ahí en un sumidero que había para los perros, le digo -Tenga su

bandeja, gracias. Al rato llega la señora (a la) que le cuido la niña, la mamá de la niña,

con un pib entero, -Ay. Dice, -¿Qué hiciste tú chamaca de porra? Le digo –Pero es que

doña Araceli ¿Cómo voy a comer eso? Le digo. -Ya toda la carne se la habían quitado, -Ya

lo juguetearon, yo no lo como, además yo ya comí en mi casa. Le digo, -Yo le pregunté a

Ramona, a la otra Mila, Imelda, ¿Lo van a comer? No, nadie quiso, pues es para los

perros”. Esta es una de las anécdotas que más me gustaron y me impactaron, la frase “No

soy perro, soy sirvienta, no soy perro” fue algo que me acompañó durante algún tiempo, la

frase resonaba en mi cabeza, con un ansia de contarla, de compartirla, de vivirla. Al

preguntarle de donde sacaba esa fuerza para contestar y pelear como lo hacía, ella

respondió, “No sé dónde lo sacaba yo, pero luego me apaciguó tu abuelo (se ríe) es él que
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 64

ya no tenía yo con quien pelear, y ya, ya cuando nacieron mis hijos pues ya, yo no sé cómo,

de veras que yo peleaba de chica, me acuerdo, te juro por Dios, que así le hice a esa

señora, no lo comí se lo boté allá, delante de ella, porque venía cantando -¿Y qué cree que

nosotros somos perros y vamos a comer esto? Como para que agarrara la bandeja o me

cacheteara, pero yo no le tenía miedo a nadie”.

Ella misma también menciona como fue tratada en su niñez con una anécdota más.

“Yo de chica sí recibí malos tratos, recibí sí, muchos malos tratos, pero cuando yo crecí,

desde cuando tenía yo como 12 años o menos dije -A mí nadie me vuelve a regañar, yo lo

juro… Porque yo trabajaba, desde que tengo uso de razón yo, me he buscado mi dinero, he

trabajado para mí, si podía yo ayudaba mucho a mi mamá, a veces no había que comer, y

digo yo compro la comida, yo compraba la comida, y decía, trabajaba yo en una casa, y

cuando, como estaba cerca de casa de mi mamá, yo me fui, se me hizo fácil, como todos

estaban durmiendo, yo me fui, regresé y me agarró el señor, me dijo un montón de cosas, y

no le dije nada, creo que estaba yo más chica, entonces cuando llegó el día de pagar, me

pagaron y le dije -Mañana yo no regreso.-¿Por qué no vas a regresar? Y le digo -Yo

mañana no regreso. Ya cuando llegué con mi mamá me empezó a regañar porque era doña

Juanita y todo eso, y digo yo,-De ahora en adelante nadie me regaña, nadie me regaña.

Pues gracias a dios ni tu abuelo, se quiso poner al brinco, estaba yo embarazada cuando

se quiso poner al brinco, estaba embarazada de tu mamá y me dijo -Tú no sales, yo me voy

al cine y tú te quedas, y le digo -¿Y cómo íbamos al cine antes?, además tú me conociste

que estaba allá y ahorita ¿por qué me vas a encerrar? -No quiero, que yo ya me voy. Y se

fue al cine y en eso pasaron una vecinas y en la entrada del cine me quiso jalonear pero

como estaba tu tía chata, yo ya, desde ahí le marque el alto y está bien, y ya, -Yo quise
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 65

andar contigo y no quieres, aquí se acabó, cada quien por su lado. Y desde esa época yo

empecé a andar con mis hijos por un lado y él por su lado y así… porque me van a

regañar, a mí no tienen por qué regañarme, si ni a mi mamá deje que me regañe, yo me le

ponía al brinco a mi mamá, y por eso decía mi mamá que yo era grosera, era, porque yo

no me dejaba, por eso nos llevamos bien con José, como hasta ahora, porque somos

iguales (ambas reímos) pero claro que tu abuelo en mi carácter o sea influyó tu abuelo

como que me aplaqué un poco, porque tu abuelo al ver como hablaba, yo, ya me hizo, no

que nos hayamos peleado sino que yo me voy al cine, yo me voy a tal lugar, yo me voy sola,

y a veces salimos juntos cuando él quiere, cada quien por su lado, pero él influyó mucho en

el carácter, y no es que yo no tenga el carácter rebelde, sentí que me aplacó un poco tu

abuelo, porque él era demasiado bueno, él no decía nada,-Esto es lo que te corresponde y

ya está. Y tú puedes hacer con ese dinero lo que se te pegue la gana, aunque sea un peso

que te dé, tú gástalo como tú quieras… eso pasó con tu abuelo, así que, si hubiera sido

quizá otro con carácter más fuerte, yo creo que yo hubiera sido de las que se hubiera

revolcado con él, porque yo no permitía que me alzaran la mano, al finado de Luis, una vez

vino y me dijo, -Méteme mi baño, mete mi baño. Y hasta su baño le tenía que llevar. -Lleva

mi baño. -Pues no, yo estoy lavando, anda a sacarlo tú. –Pues ya te dije que me lo lleves. Y

quiso pegarme, pero estaba yo sancochando mi lavado y con eso (un palo) que le voy

dando, cuando me quiso pegar, y me revolqué con él, estaba el polvero ahí en el patio,

pero como yo sí era la rebelde como siempre, a mí fue a la que me pegaron, a mí fue la que

me pego mi mamá”.

Dentro de las anécdotas, no sólo hubo fuerza y rebeldía, sino también hubo

sorpresas, esta historia contada a continuación, por muy sencilla que se muestra, me parece
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 66

que guarda muchos significados, muchos destinos, muchas posibilidades que no fueron,

muchos sentimientos, muchos silencios. “Decían que mi abuelo era uno de esos del centro

y me enfrenté una vez a ese viejo, porque yo era sirvienta en casa de (él que) según era su

hermano, un día estaba yo yendo al lavadero, me habló y estaba ese viejo allá, el que

según era mi abuelo, y ese otro señor me dijo –Ven acá, ¿Conoces al señor?, -¿Cómo no lo

voy a conocer? Sí lo conozco. Y me dice -¿Y sabes que es tu abuelo? –No. Le digo. -De

ninguna manera, no es mi abuelo. -¿Pero sabe qué? Le digo -¿Abuelo porque? Le digo -

¿Abuelo por qué? –Porque éste es el papá de tu mamá. –No. Le digo. -No puede ser. Le

digo, -Si hubiera sido, si usted hubiera sido papá de mi mamá, mi mamá, no fuéramos

nosotros así, nosotros no seríamos las sirvientas, mi mamá hubiera sido estudiada, hubiera

tenido otra vida. Le digo. -No, mi abuelo se llamaba Rufino Canul y disculpe usted porque

yo tengo que hacer, voy a lavar. –Usted. Le digo, -Usted no puede ser mi abuelo porque

entonces yo no sería una sirvienta aquí, porque hubiera tenido otra vida mi mamá”.

Escribo, leo, y siento un profundo malestar, mi corazón late con fuerza, los ojos se me

llenan de lágrimas, nuevamente aparecen el interés de mi abuelita por haber estudiado, y

sigo preguntándome ¿qué cosas hubiera logrado ella? Y no porque considere que no logro

muchas cosas, sino ¿cómo se hubiera desarrollado ella de forma diferente al haber

estudiado? “Sí se lo dije al viejo y ya te digo, no sé dónde me salían las cosas y ahí en su

casa, en la casa de él, -Discúlpeme. Le digo. Y otra vez me dice que no, quería que yo fuera

a México con ellos, -No, le digo, yo aquí con mi trabajo… con mi trabajo yo como, porque

allá no sé ni lo que me van hacer, no, gracias”.

Al escuchar, leer y escribir estas anécdotas me parece que ella misma reconocía su

situación de desventaja social, su condición de desigualdad, me hace pensar en una


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 67

incomodidad vivida y experimentada que le hubiera gustado cambiar, me hace pensar

también en que además de la incomodidad también vislumbró las posibilidades, el anhelo

de una vida mejor que sólo podía conseguir con base en su trabajo, una vida mejor para sus

hijos a través de los estudios, me hace pensar en ella pensando en sí misma y deseando una

vida mejor, una vida con mayores oportunidades, creo que las buscó para ella a través de su

trabajo y se la ofreció a sus hijos y principalmente a sus hijas al exigir que vayan a la

escuela. A lo que Judith Butler (2006) señala “la fantasía es lo que nos permite imaginarnos

a nosotros mismos y a otros de una forma diferente. La fantasía es lo que establece que lo

posible puede exceder a lo real; la fantasía señala una dirección, señala hacia otra

posibilidad, y cuando esta otra posibilidad está incorporada, entonces la hace propia”

(p.306). “El pensar sobre una vida posible es un lujo sólo para aquellos que ya saben que

son posibles. Para aquellos que todavía están tratando de convertirse en posibles, esa

posibilidad es una necesidad” (p. 310).

Como una manera de confirmar mi idea de considerarla diferente ella misma señala,

“yo siempre me consideré diferente, porque yo no quería ser…”, “yo no sé cómo otras

señoras dicen, -Porque mi marido no quiere. Yo le decía a tu papá (abuelo), porque me

ponía de ejemplo a Rosa, -Rosa, esa no se va a ningún lado si no le pide permiso a Aurelio.

–Porque es tonta. Le digo, (me rio) –Yo. Le digo -Jamás, nunca, hasta ahorita (ahora),

gracias a Dios, nunca he hecho nada malo. Le digo. -Nunca he hecho algo malo. Le digo. -

Porque siempre, no, no tengo la idea de hacer nada malo, que malo puedo hacer, entonces

yo salgo. Y así le decía a tu papa (abuelo),-Voy a salir. Yo aviso,-En tal lado, voy aquí,

pero, no tengo que pedir permiso porque yo no tengo que pedir permiso, nunca he pedido

permiso, porque yo no voy a hacer nada malo cuando yo salgo, así que no tengo que pedir
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 68

permiso, yo voy a tal lado y yo sé cómo me porto. Digo. -Así lo hacen ustedes, y que voy a

pedir permiso, a estas alturas, no, no, yo no voy a pedir permiso, a estas alturas. Le decía

yo a Rosa. -No tengo que pedir permiso, si no lo hice cuando, no, no. Tu abuelo, cuando,

desde recién casados quiso imponerme su voluntad pero no sabía la indita que había

agarrado, si porque hasta mi mamá me decía, porque eso es lo que me consideraba yo, me

comparas con tu abuela, como estaba de joven, tu abuela Tona, Rosa, se veían, Teresa que

dicen que es la más bonita de todas, y yo, me consideran y así me considero, la más fea, sin

embargo a esto, no me van sobajar”

Yo Quería Ser Más

Además de ser madre un tema que me pareció muy importante dentro de toda esta

historia es el relativo al trabajo, como mencioné al principio, la idea del trabajo fuera de

casa y principalmente para los hijos fue lo que detonó todo mi interés en conversar con las

mujeres de mi familia y su ser mujer. Me ha sorprendido releer las ideas que mi abuelita

tenía desde que era una niña, una de ellas es la relativa al trabajo, ella mencionó, “yo tengo

que trabajar, porque yo, desde que tengo casi 5 o 6 años, yo me ganaba la vida haciendo

mandados, me pagaban cinco centavos, me pagaban 10 centavos por mandado y eso yo lo

juntaba y me compraba la ropa que yo quería, el zapato que yo quería, me lo mandaba a

hacer con la modista que yo quería pero ya te digo con mi dinero, juntándolo poco a poco,

y quizá desde eso, desde chica me formé ese carácter que tengo lo mío y hasta la fecha,

gracias a Dios y ahorita (ahora) puedo contar con algo mío, tengo algo, mis hijos, tengo mi

casita, tengo algo mío, tengo a mis hijos, tengo… entonces sí logré algo mío”. Creo que

esta es una de las enseñanzas que más se arraigaron en nosotras como mujeres, trabajar,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 69

tener tu propio dinero, comprar y escoger tus propias cosas.

De manera similar mi tía Mirna compartió una escena relacionada a cómo inició su

trabajo, “desde niña empecé, yo me di cuenta de que todo lo tenía que obtener por mí

misma, por mí misma”, “yo dejé de trabajar, deje de trabajar cuando tenía yo como 6

meses de embarazo, deje de trabajar, yo trabajaba en un banco y deje de trabajar, y, pues

vivía yo con tu tío solos, allá en una casa, no teníamos nada, y digo, -A mí no me gusta

esto, yo tengo que trabajar, yo tengo que trabajar. Y gracias a Dios, no sé, cómo lo dicen,

todo pasa porque Dios quiere, escuché que estaban solicitando personal en el seguro, por

la radio, y como iba yo al mercado dije, -Lo voy a pasar a ver. Y lo pasé a ver, yo ni

siquiera tenía, no tenía ni idea de qué era el trabajo en el seguro porque yo había

estudiado para secretaria… pregunté, llevé lo papeles, fui a presentar el examen, Karina

tenían dos meses cuando fui a presentar el examen, a tu tío no le dije nada hasta que tuve

que ir por una noche a buscar el resultado porque él no quería que yo trabajara, y ya fui a

buscar el resultado y se lo tuve que decir, para que me acompañara, porque era en la

noche y no tenía pretexto para salir, y ya, -¿Y cómo? si ni vas a pasar. Y pues

afortunadamente pasé y tuve muchos, muchos problemas con tu tío por mi trabajo, muchos,

quizá fue lo que en cierta forma quizá nos fue separando, por mi trabajo, porque él no

quería que yo trabajara, no quería que yo trabajara, para yo nada más esté en mi casa,

pero yo siento que, si yo hubiera estado en mi casa no tuviera ahorita (ahora) pero nada,

conociendo como era tu tío”. Mi tía Mirna continúa, “una vez, tu tío me dijo –No quiero

que vayas con tu mamá, porque fui con tu mamá y no me saludó, -Ta´ bueno. Le digo –

Mientras tenga a mi madre, voy a ir a ver a mi madre. -Es que tienes mamitis. -Me importa

un bledo lo que digas, pero yo voy a ver a mi mamá. Y yo a él nunca le pedí permiso,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 70

también habían muchos conflictos por ese lado, le decía –Yo no tengo que pedirte permiso,

te voy a pedir permiso el día que yo te pida dinero para que me vaya a pasear o me vaya a

cualquier lado. Le digo -Yo te digo, me voy tal día, tal fecha voy a salir. Yo siempre le

avisaba, pero nunca le pedía yo permiso, quizá porque desde chica me acostumbraron a

que nada más avisaba y tu abuelita en ese tiempo lo que necesita era ayuda, y le decía –

Mami, ¿en qué te ayudo porque voy a salir?, -Si, has esto, has lo otro. Y rapidito, para que

me dejaran salir, y claro que quizá así me acostumbré, a no pedir permiso, le avisaba yo a

tu abuelita, -Mami voy a Salir. O sino, me iba yo y cuando regresaba sabía que tenía

obligaciones era ya con tus tíos en la casa”. “El dinero compra poder en el matrimonio…

en otras palabras, el dinero habla”, (Carter y McGoldrick, 2005 p. 113). Dinero es poder. Y

quien tiene dinero, tiene poder sobre su propia vida, sobre sus decisiones, tiene libertad de

acción y el control de la propia vida.

Por otro lado a diferencia de mi tía Mirna mi mamá menciona brevemente algo

relacionado al trabajo “… yo no quería casarme y tener hijos así enseguida y, pues yo

quería trabajar, tener mis cosas”. Acerca del trabajo de mi mamá mi abuelita mencionó

“tu mamá empezó a trabajar y me mandaba dinero para levantar (a) los otros, entonces ya

eso, ya era un apoyo”.

Me encanta oír cómo han trabajado y cómo a través de su trabajo han conseguido

sus logros, personales y económicos, creo que el trabajo es lo que les ha dado la mayor

autonomía en su vida, a través del trabajo que han realizado han conseguido lo que han

querido en el plano económico. Por otro lado releer estos comentarios generan en mí un

sentimiento de incomodidad al verme a mí misma y pensar que yo no he logrado lo que

estas mujeres ya habían logrado a mi edad, siento que he fallado en lo que se esperaba de
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 71

mí como mujer, aunque tengo una carrera, estudié la maestría, que dio motivo a este

documento, y compré una casa, reconozco que no me siento satisfecha, en este momento,

con mi situación laboral de desempleada, pienso que no estoy siguiendo el ejemplo de

trabajo que ellas me han dado, o más bien, siento que me he fallado a lo que yo esperaba de

mí misma como mujer, y no en relación a los logros académicos sino en relación a tener

una solvencia económica que me permita mi autosuficiencia, y en esto concuerdo con

Simone De Beauvoir (2010 p. 675) “únicamente el trabajo es el que puede garantizarle una

libertad concreta. Tan pronto como deja de ser parásito (la mujer), el sistema fundado sobre

su dependencia se derrumba; entre ella y el Universo ya no hay necesidad de un mediador

masculino”. También pensaba, si el hecho de ser sólo yo, y no tener hasta ahora hijos que

me permitan moverme como ellas lo hicieron, nuevamente me hace pensar que somos seres

en relación, y en mi situación personal, así como mi abuelito “aplacó” a la rebeldía de mi

abuelita y al mismo tiempo al no contribuir económicamente con los hijos, conmigo ha

pasado lo opuesto con Misael, ya que él ha respondido por mí y me ha dado soporte

económico, todo este tiempo, lo que ha satisfecho mi necesidad, por lo que no he tenido

que salir a buscar algo que ya sé que voy a tener, ¿Acaso me he convertido yo en doña Elda

y deje de ser una mujer de mi propia familia? Releer mis propias palabras me golpea. Al

mismo tiempo ahora pienso, ¿Tendría que pasar por fuertes carencias para demostrarme a

mí misma que soy fuerte al salir avante, como ellas lo hicieron? Pensaba que la

comparación social (Myers, 2000 p.644), no siempre funciona de manera positiva en mí, ya

que al saberme “de mejores circunstancias” y no estar bien, en lugar de sentirme mejor, me

hace sentir terriblemente mal, por las cosas no logradas, no puedo evitar las lágrimas en mis

ojos y el este sentimiento de tristeza que me envuelve el pecho.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 72

Mi abuelita continúa con sus relatos relacionados al trabajo. “Yo quería ser más,

quería ser así, por ejemplo, pues yo cuando estaban chicos tus tíos, pues yo para

mantenerlos, yo lavaba, planchaba, hacía de todo para ayudarlos, a que ellos no

trabajaran”. “Yo nunca me conformé, nunca me conformé, desde que tengo uso de razón,

desde chica, yo juntaba mi dinero, yo hacía mandados, 5 centavos, cuando aquella vez me

pagaban, 5 centavos me pagaban, cuando me pagaban 10, ¡uy! me ponía yo alegre, lo

juntaba, lo juntaba, y cuando veía una tela, yo, –A mí me das de esta tela, metro y medio de

esta tela porque me voy a mandar a hacer un vestido. Yo iba con la modista, es más de tal

moda porque eso es lo quiero, yo así lo hacía, desde chica, no llegaba yo al mostrador, me

encaramaba para mostrar las telas, así lo hacía, yo pongo de todo, como me regalan

(ahora) pues ya no compro nada, pero antes compraba lo que a mí me gustaba”.

Una de las ideas que llamaron mucho mi atención de mi abuelita fue la que a

continuación les comparto, “tenía lo que es la idea, y la sigo teniendo hasta hoy, yo no

debo de enfermarme porque yo me debo valer por mí misma, no debo enfermarme, no debo

enfermarme, y nunca me he enfermado porque yo me tengo que valer por sí misma, yo

tengo que solucionar mis problemas, esa ha sido mi meta, desde que tenía que solucionar

mis problemas por mí misma, porque, ¿cómo te diré? Que quisiera resolver todo”. Creo

esta es una de las premisas más fuertes y firmes en el ser mujer de las mujeres de la familia,

al menos de estas participantes y mía también. La idea de valerse por sí mismas sin esperar

a que otra persona te resuelva la vida, mujeres en acción en busca de sus propios recursos y

su propio bienestar. También me hacía pensar en una enorme carga de trabajo y en un

agotamiento, físico y emocional, al tener que realizar todas las actividades de trabajo, fuera

y dentro de la casa, y la presión moral autoimpuesta de cumplir con este deber. En como “el
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 73

trabajo hoy no es libertad… la estructura social no ha sido profundamente modificada por

la evolución de la condición femenina. Las tareas ejecutadas en la fábrica no las dispensan

de las servidumbre del hogar” (Beauvoir, 2010, pp 675-676). Nuevamente pensaba en

¿Cómo desarrollar identidades alternas o formas de relación de pareja, familiar, etc., que no

depositen todo el peso del trabajo en una sólo persona? Otra vez pienso en mí, en esta

ocasión como hija, que contribuyó tal vez, a un malestar físico o emocional, al no ser la

ayuda esperada. También pienso en mí, como la mujer adulta actual y vuelve el sentimiento

de incomodidad de todavía no estar valiéndome por mí misma completamente, creo que yo

sí me he permitido estar mal, enfermarme, creo que me ha faltado esa rebeldía de mi

abuelita, esa fuerza, ese coraje para salir adelante y valerme por mí misma, también no sé,

si las condiciones actuales no son tan favorecedoras, pero tampoco lo fueron para ella, la

pregunta continúa, ¿Qué no he hecho, qué hace falta por hacer? Ella continúa “desde que

tenía 5 años, hacía mandados a mis tías, a mi mamá, es más, a Rosa yo la llevaba, y era yo

la que hablaba, así que íbamos a comprar las dos, pues así veníamos con la compra, puro

niño iba a comprar, yo iba a comprar, por eso te digo que desde chica tenía que yo ir, -Y

cómprame esto, tráeme esto. Las vecinas que no pueden ir a comprar, me mandaban y yo

te digo que me pagaban… por cada mandado me pagaban 10 centavos, sacaba, hasta el

peso sacaba yo, si, (me rio) uno cincuenta, y yo iba a comprar mi tela, tres pesos que

alcanzaba yo, compraba mi tela (me rio), sí y mandaba a hacer mi ropa, yo mandaba a

hacer mi ropa”. “Me encanta oírla”.

Mi abuelita sigue hablando de dinero. “Tu abuelo, cuando tenía dinero y me daba,

yo podía hacer con ese dinero lo que se me pegara la gana, él no se metía, si le di de comer

a alguien, si me lo gaste en alguien, o qué hice, o qué, nunca, nunca, nunca (me dijo nada)
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 74

y eso fue una cosa que… yo no tuve necesidad de pelear. Entonces digo, tu abuelo fue él

que me aplacó, porque quizá si hubiera yo buscado un hombre de carácter fuerte, creo de

veras (verdad) que hasta lo hubiera yo dejado… yo no lo aguantaría”.

Mi abuelita también mencionó de su dinero y lo que le permite hacer actualmente

“ahorita como te digo, que tu mamá cuando viene, me da dinero, pues ese dinero yo lo

guardo, cuando no tengo y quiero comprar cualquier cosa, no tengo que pedirlo, yo lo

compro, es más, me gusta ir al mercado, yo compro esto, compro lo otro, tengo mi bolsa

llena de cosas porque, porque tengo, gracias a Dios hasta ahorita, con un poco que todos

me dan, hasta eso ahorita te digo, estoy disfrutando mucho, no es mucho, pero con lo poco

que me dan, estoy feliz, te lo juro, estoy bien, no anhelo más cosas, nada más quisiera yo

que me techen mi casa y ya estuvo, eso es todo”.

En relación al trabajo mi mamá comenta no sólo de su trabajo sino del trabajo en

general en que pueden incursionar las mujeres. “Ahora ya no hay estereotipos, de que por

ejemplo, antes la enfermera tenía que ser mujer, o la maestra o la cosas, habían

profesiones exclusivamente para las mujeres, ahora no, ahora todo ya se, ya son,

cualquiera, tanto los hombres como las mujeres pueden incursionar en cualquier campo,

una puede ser doctora, enfermero”. “Ahora que leía esto pensaba, si somos iguales y tanto

hombres y mujeres podemos incursionar en todos los campos ¿Cuál sería el distintivo que

tendría por ser mujer?, ¿Habrá una esencia de mujer que nos caracterice?, ¿Cuál sería el

“toque” de mujer que tendrían las cosas?”.

Parecido a mi mamá, mi tía Addy menciona, “ahorita la mujer, ahora también

juega un rol muy importante en lo que es el ambiente laboral, ahí la mujer destaca mucho,

en el ambiente laboral, en lo que es la política, las profesiones, todo eso, ahorita (ahora) ya
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se le determina como equidad de género, a que se le da la misma oportunidad a la mujer

que al hombre, no debe de haber diferencias, pero hay empresas que no lo están

aplicando”. Ella continúa y habla de cómo es su trabajo actual, “en mi caso, si me han

dado la oportunidad, en lo que respecta a mi ambiente laboral, ahí si me han dado la

oportunidad de participar en actividades que antes eran nada más exclusivas para los

hombres y también yo quisiera, dentro de lo que es el ambiente laboral, subir a plataforma,

que es, antes era nada más -¡Ay que para hombres! Yo quisiera tener esa experiencia… lo

tengo aquí en la mente y a lo mejor lo logre”. “Me encanta oír sus planes, me suena como

un sueño por la forma como lo expresa, y al mismo tiempo un reto por el tipo de

experiencia de la que se trata. ¿Qué significaría para ella que lograra subir a plataforma?”

Recuerdo mi propia experiencia de trabajar en plataforma y aunque no fue algo que yo

tuviera como meta, recuerdo que fue muy satisfactorio conocer otro ambiente laboral, me

pareció un experiencia de aprendizaje muy enriquecedora, que me recordó mis habilidades

y capacidades para trabajar y la capacidad de adaptación que puedo desarrollar, el malestar

por el trabajo en ese momento se diluyó sin embargo fue sólo un trabajo temporal. Ella

continúa, “yo he trabajo en lo que es el secretariado y ahorita (ahora) ya tengo otras

actividades pues están casi ligadas a lo que es ser secretaria, a lo mejor por eso, pero no

he tenido ningún impedimento, ningún este, limitante, para mí fue un logro estudiar,

aunque sea lo poquito que estudie pero estudie algo… así en lo que es laboral, he llegado

hasta el nivel más alto de lo que, en el nivel básico que yo estudié”. “Es la primera que

menciona estudiar como un logro principal”.

Releía la historias de estas mujeres y pensaba que para mí una de las certezas de mi

vida fue que trabajaría, que tendría una profesión, me visualizaba como abogada desde muy
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 76

pequeña, y termine siendo psicóloga, fue un cambio drástico y estoy muy satisfecha con la

profesión, con lo que estudié, con lo que he aprendido a lo largo de todo este tiempo en los

diferentes contextos, trabajos, intercambios que tenido con la gente, con los autores, etc.

Sin embargo, el no tener ahora un trabajo estable, que me permita tener un ingreso fijo ha

trastocado todo mi ser. Para mí, el trabajo es parte de mi identidad, parte de quien soy o

pretendo ser, sobre todo desde el enfoque colaborativo (Anderson, 1997) que se propone

como una forma de estar en la vida, y estar de momento, trabajando de manera continua,

haciendo trabajo doméstico de manera frecuente, me hace sentir que estoy perdiendo el

tiempo, que estoy subutilizando mis habilidades y todo lo que he aprendido, por otro lado

me siento terriblemente cansada, he podido comprobar por mí misma cuan cansado es el

trabajo doméstico y que además es interminable, continuo, eterno; de igual forma me ha

hecho vivir lo que dicen, “la invisibilidad del trabajo”, un trabajo que es esperado pero que

no es visto, no es remunerado. Relacionado a esto, adicional a la fuente de identidad que el

trabajo es para mí, era mi principal fuente de ingreso, mi fuente de libertad, el respaldo de

mis decisiones y al ya no tener una fuente de ingreso fija y constante, confieso que me he

sentido totalmente limitada, disminuida. Ahora estoy casada y aunque lo social espera o

estable que la mujer debe ser mantenida, yo no me casé para eso, las mujeres de mi familia

no me enseñaron eso, es por ello que no tener trabajo que me permita un ingreso fijo y

constante, ha cuestionado mi propio ser mujer y lo que yo esperaba de mí misma. Y

pareciera que nuevamente Simone De Beauvoir (2010 p. 55) entiende mi sentir y tiene unas

palabras para mí, “la emancipación de la mujer no es posible sino cuando ésta puede tomar

parte en vasta escala en la producción social, y el trabajo doméstico no la ocupe sino en

tiempo insignificante”.
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Yo de Chica, Yo No Quería Ser Mujer

Continuando la historia, mi abuelita mencionó otras vivencias de su niñez que me

hacen seguir pensando en ella como diferente a lo que se esperaba de ella, incluso desde

que era una niña, también como mencioné anteriormente, fueron las anécdotas lo que más

disfruté al realizar esta tesis, imaginarme a mi abuelita como una niña terca, traviesa y

rebelde, como ella misma se describe, “yo de chica, yo no quería ser mujer, porque veía

que había preferencia por los hombres, sobre todo mi mamá, veía yo que a mis tíos los

atendía, hasta el agua para que se lavaran los dientes se les daba, tu tía Leonor, ella era la

que le daba el agua a sus hermanos, que su cepillo, que había que plancharle su ropa,

había que meterles el baño, había que darles su toalla, que sacarle la ropa, que plancharle

la ropa, mis tíos, mi hermano igual, entonces (pensaba), -Cómo no fui hombre porque así

me estuvieran atendiendo. Sí porque con Luis igual, había que lavarle y plancharle la

ropa, y meterle el baño, pero se lo hacía tía, porque yo nunca lo quise hacer, digo ¿a

cuenta de qué? Si es igual que yo, no, nunca lo hice, esos eran mis pleitos con mi mamá,

nunca lo quise hacer, Rosa sí, ella lo hacía, así que, entonces yo decía, -¿Cómo no soy

hombre, porque soy mujer? Sí, de chica decía -¿Cómo no soy hombre? Si yo no fuera

mujer estuviera andando como Luis por allá, andando y tirando pájaros”... “a nosotras

nos metían a trabajar, nosotras trabajábamos bastante, teníamos que hacer y los hombres

no, nada más hacían una cosa y ya”. Cuando menciona trabajar se refiere a todos los

quehaceres de la casa. “Me parece algo curioso como alguien pueden resultarle más

significativa algunas cosas y a otras no, sería como tratar de explicar el gusto por el

chocolate, no tiene lógica sólo te gusta y ya, ya que en relación a las ideas de desigualdad o

inconformidad lo fueron más significativas para mi abuelita que para mi tía Rosa y al
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 78

parecer ambas estuvieron en condiciones similares, así como en la facultad cuando todos

tuvimos las mismas materias cada quien se volvió apasionado de algún tema. Trataba de

recordar si mi experiencia previa familiar hizo que fueran más significativos estos temas

para mí que para otras personas, sí por los ejemplos familiares de estas mujeres que he

tenido, y me preguntaba sí lo han sido de la misma forma para mis primas, tal vez sea como

con mi abuelita, no tienen la teoría sobre perspectiva de género pero lo viven, lo actúan

como un tipo de “feminismo silvestre” (término acuñado por Francisco Vadillo en

conversación personal el 11 de Marzo de 2009). Cabe aclarar que esta inquietud decidí

compartirla con mis primas y conocer su propia experiencia en relación al tema y a lo

conversado con nuestras mamás y abuelita pero perdí la grabaciones de voz antes de poder

hacer las transcripciones así que no me gustaría poner algo relacionado a ellas que pudiera

ser un recuerdo equivocado. Por otro lado en relación a mi abuelita “¿cuál fue su

experiencia previa que la llevó a quejarse, a no conformarse, a ser terca y decir no lo

hago?”. “Me hizo preguntarme también ¿hay algo que le hubiera gustado hacer que no

pudo realizar por ser mujer?, ¿Qué cosas le hubiera gustado haber hecho y no pudo

independientemente de ser mujer?, creo debí preguntarle al momento de la entrevista”. Ella

continúa con su relato, “después cuando crecí ya no, ya no porque conocí a tu abuelo, pues

me gustaron los muchachos (ríe) y ya no, me gustaba ser mujer pero de chica sí -¿Cómo no

soy hombre? Porque los hombres no más vienen y ya trabajaron y ya estuvo, se acabó y

hay que darles su ropa, hay que meterles su baño, hay que darles su toalla. Y yo se lo decía

a mi mamá, me peleaba yo con mi mamá porque ella quería que nosotras atendiéramos a

Luis pero yo nunca lo atendí, nunca lo atendí, es más una vez me agarre con él porque

quería que yo le metiera su baño pero como estaba yo lavando, estaba sancochando mi
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lavado me tiró, me quiso pegar porque no le quise meter su baño, y que me le tiro encima

también con ese palo, me revolqué con él, ya te digo, yo era rebelde, yo era rebelde de

chica pero por ese sentido que decía y me daba coraje que a los hombres lo atendieran así,

y -¿Por qué nosotros las mujeres después de tanto que hacer también tenemos que

hacerlo?”. Esta última frase me parece fascinante, creo es este tipo de frases que cualquier

activista y defensora del movimiento feminista pudo haber pensado y dicho, creo este tipo

de frases son las que han generado los movimientos y cambios sociales, tal vez mi abuelita

no fue abiertamente una activista social teórica pero lo fue de corazón, de experiencia, de

vivencia, también me hace pensar, aunque ya hice esta pregunta previamente sigo

pensándola ¿qué hubiera pasado si mi abuelita hubiera estudiado, si ella hubiera tenido

acceso a una educación formal incluso a nivel universitario, que cosas hubiera logrado?, A

lo que Simone De Beauvoir me dio una grata respuesta “el destino de la mujer es cultural y

por lo tanto si se le educara de otra manera, no estaría oprimida” (en Dosio, 2007). Mi

mamá desde otro contexto responde también, “no hubiera tenido tantos hijos, bueno a mí

sí, porque soy la primera”, y reímos las dos en ese momento. “Pensaba también en la

formación de identidad de género como en algo complejo y que en este caso, no sé si no

querer ser mujer estaba más en función de las actividades que nos encomiendan y no en lo

que somos, pensaba en la cliente transexual de un amigo que tuve oportunidad de conocer y

cuando ella mencionó que le decían que se maquillara y ya, que hiciera cosas de mujer y

ya, y cómo para ella no era sólo hacer cosas sino sentirlo, lo que uno es y no lo que hace,

también pensaba en mí y pensaba que disfruto ser mujer pero no me gusta lavar, cocinar, el

rosado y que esas actividades que se me impusieron, que socialmente me hacen ser mujer,

pero que si otro fuera el contexto otras cosas se esperaría de mí. Pensaba si la identidad de
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 80

género no estuviera dividida en dos, en femenino y masculino y que independientemente de

nuestro sexo (hombre, mujer) se nos educara igual, ¿Necesitamos las diferencias entre

hombres y mujeres, si la ropa fuera ropa, los trabajos fueran indistintos?, ¿Necesitamos

diferenciarnos por sexo y luego construir el género?, o ¿Son las mismas diferencias las que

nos dan identidad, las que nos hacen sobresalir o encontrarnos separados del otro o la otra?,

¿Podríamos ampliar las diferencias a más de dos opciones hombre-mujer, femenino-

masculino?, ¿Quién inventó el género?, ¿Cuál es la historia del género?”. Fui sorprendida

por Judith Butler (2006) al ver que tenía planteamientos similares a los míos en relación al

género en su libro Deshacer el género, parecía que leía mis preguntas en su libro, sin

embargo, he decidido no dar respuesta a estas preguntas en este documento porque sería

“contaminar” las palabras frescas y amenas de estas mujeres con conceptos teóricos

abstractos, lejanos a esta realidad particular además de que no serían más importantes o

reveladoras de lo que ellas han compartido. De igual forma, pensé que estas preguntas

parecían una “externalización” del género, tal como propone la Terapia Narrativa (White y

Epston, 1993) y me encantó la idea.

Aunque mi abuelita menciona que cuando creció ya no recordaba esas anécdotas

como para que influyeran en la educación de sus hijas mujeres, agrega, “jamás quise

imponer lo que a mí me impusieron, nunca lo quise imponer… porque a mí no me gustaba

que me lo hicieran, de ninguna manera, ese era el problema que tenía, porque yo renegaba

por eso y no se lo iba a imponer a mis hijas, no, es más yo les deba libertad hasta donde se

podía, porque no quería que ellos fueran como estábamos nosotros, así como nos criaron a

nosotros las mujeres, no, nunca se me ocurrió imponérselo a mis hijas, yo nunca quise que

les suceda nada, nada, de lo que a mí me sucedió a ninguno de mis hijos, de lo que yo
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 81

pasé… yo dije no, mis hijos no van a ser como yo una ignorante, mis hijas no van a ser

unas sirvientas, mis hijas no van a ser eso… eso precisamente les decía, ustedes no van a

ser como yo, una ignorante, una analfabeta que no sabe nada, ustedes tienen que ser

alguien, tienen que estudiar por ustedes, porque tienen que estudiar y gracias a Dios, no sé

cómo pero cada quien pues, llegaba de la escuela y hacía su tarea y se iba a la escuela,

volvía y regresaba, no había pleito a la hora de la escuela, todo callado, todos se iban,

porque así les decía a cada uno, ustedes tienen que salirse, o sea, los hombres no tienen

que ser como su papá cargadores, ustedes se tienen que superar, tienen que estudiar”.

“Escucho a mi abuelita y me conmueven sus palabras, se me llenan los ojos de lágrimas,

por una lado pienso en la frase de Harlene Anderson (1997) que dice que hay que ser

humildes con nuestro saber y me parece que mi abuelita lo está siendo con todas las cosas

que ella sabe, por otra lado pienso en todo lo que tiene que ver la validación y legitimación

del conocimiento (Gergen, 2006; Gergen, 2006a; Gergen y Gergen, 2008) y cómo puede

parecer discriminado todo el saber que no pertenece a los académicos, a los esferas

legítimas de conocimiento cómo incluso sin quererlo sobreestimamos el conocimiento

adquirido a través de medios formales, y al oír hablar a mi abuelita en esta entrevista me ha

dado toda una cátedra de feminismo, de perspectiva de género, del enfoque colaborativo y

su respeto, y ella no lo ha leído en libros, lo ha vivido y sus palabras me resultan totalmente

valiosas y enriquecedoras, sé que puedo estar completamente sesgada ante el cariño que

siento por ella, pero eso no hace que yo deje de admirar sus palabras, me parece una mujer

visionaria… las lágrimas han salido de mis ojos y me siento fuertemente conmovida. Pensé

que quisiera estudiar todo (en cantidad) lo que mi abuelita no pudo y hubiera querido

estudiar”. Estas palabras fueron la primera impresión que se generaron en mi al oír las
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 82

palabras de mi abuelita durante la grabación, las releo y el sentimiento y estremecimiento

regresa a mí. Por otro lado también recordé que “cuando Karina cumplió 15 años, mi

abuelita nos deseó a ambas, a Karina en 10 años más, y a mí al doble, ser unas

profesionistas, a mí en particular, ser una licenciada. Estábamos en Cd. del Carmen, en casa

de Karina, paradas junto al comedor, hasta recuerdo la pared amarilla. Para este año nuevo

(en la celebración del año nuevo 2009) a la hora que me felicitó, mientras me abrazaba, me

deseo que yo pueda obtener más de lo que he logrado, disfruté mucho sus buenos deseos,

en ese momento me conmovieron como ahora que los escribo” y como ahora que vuelvo a

escribir, pareciera que estoy escuchándola, que me está abrazando, que está también,

echando me porras y motivándome a seguir estudiando, a seguir trabajando.

Por su parte mi mamá aunque no ha compartido anécdotas de su niñez o de su vida

personal, deja entrever las ideas de ser mujer, que sabe que se esperan aunque ella misma

no pueda identificar de donde las tomó. “se supone que las mujeres son más sensibles, más

protectoras… siempre se relaciona la mujer con ser, proteger a alguien aunque no sean

sus hijos, aunque no sean su familia, sino que siempre tratan de proteger, por ejemplo si es

una enfermera a su paciente, si es una doctora pues también, pero, o que son más, que

escuchan más los problemas de los demás o que, se puede decir sensibilidad o

sentimientos, estar más, involucran más, se involucran más con las personas”. Ella

también señala, “tal vez no sepa yo, expresar en, o sea, lo que pienso o lo que siento, y a

veces eso hace pensar que soy una persona que no, que no… por ejemplo, en el caso de

ustedes, que yo no les diga que las quiero, que yo las apapache, o no sé, entonces se

pudiera pensar que soy ¿desamorada? O no”. Aunque no usa una terminología teórica

también habla de los roles de género que se espera de las mujeres. “Nunca me ha gustado
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 83

hacer cosas de la casa… porque todos dicen que las mujeres deben de barrer, trapear,

pero pienso que no tiene que ser así”. “Me encanta esta idea poco o nada tradicional de ser

mujer, de que tenga que trapear y barrer y no lo veo como una forma de evadir esa

responsabilidad de la limpieza sino por la posibilidad de hacer muchísimas otras cosas”.

“La mujer puede estudiar, puede ir a tocar algo, aprender a pintar, a hacer otras cosas,

que no necesariamente incluyan las labores del hogar, creo que no, yo no aprendí a

cocinar ni a nada de eso, que está relacionado con eso para que seas una mujer”. “La vida

está llena de alternativas y las cosas no necesariamente tendrían que ser de una sola forma”.

Mi mamá continúa, “no necesariamente tienes que estar barriendo, trapeando, por

ejemplo, puedes desarrollarte en otro campo, tener un negocio, poner un negocio o algo,

tener un cargo público… yo pienso que no, yo no comulgo con esa idea de –Ay, para que

seas mujer, tienes que ser esto, tienes que ser lo otro”. Me gusto escuchar sus ideas acerca

de los estereotipos, y cómo no le parecen, me identifico con ella en este aspecto.

Mi tía Mirna también compartió algunas ideas acerca de lo que se espera de ser

mujer, sin mencionar que haya sido una solicitud directa hacia ella, sino como algo que está

ahí, casi como el aire, invisible pero que está ahí. “Como mujer puedes hacer muchas cosas

que los hombres no pueden, como expresar tus sentimientos, abrazar más a tus hijos o a

cualquier otra persona, llorar, llorar cuando quieras, por algún problema lloras, en

cambio hay hombres que no, o sea que la sociedad no lo permite, y siento que ellos

también tienen los mismos sentimientos”. Como en momentos anteriores de la historia, mi

tía Mirna también compartió anécdotas y sucesos de su niñez, que dejan entrever las

actividades que se esperaba que realizara como mujer y lo que se esperaba para los varones,

aunque no fue muy marcado. “yo sentía a veces que tenía mucha responsabilidad con mis
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 84

hermanitos, que mis hermanos me llevaban 2, 3, 4 años y yos lo tenía que bañar, yo… pero

todos trabajábamos, claro ellos desde chamacos también se los empezaron a llevar a que

trabajaran y buscaran dinero para ellos, no para mi mamá, o sea, nadie ayudaba en la

casa, sino todo lo que tu buscabas era para ti, o para comprar algún gusto que era para

todos, por ejemplo, yo me acuerdo que vivíamos en una casa que tenía un patio muy

grande y ahí con mis hermanos jugábamos béisbol, jugábamos luchitas, jugaban comidita,

ellos con nosotras, nos subíamos a los árboles, jugábamos de todo en ese patio tan grande

que teníamos, que no era de nosotros pero ahí alquilaba mi mamá y, fueron épocas muy

bonitas porque en la noche salíamos a jugar todos, los cuatro que éramos, los más

grandes, salíamos jugar, jugábamos en ese tiempo, aquí no pasaba más que el urbano de

vez en cuando, que era uno por ruta, no habían carros, era una vida tan tranquila, que en

la tarde, en la noche, las señoras salían a la puerta de su casa, y mi mamá nunca salió,

nunca salió porque ella siempre tenía bebé, siempre había un bebé y tan cansada que

estaba que se acostaba a amamantarlo y se quedaba dormida y nosotros nos

aprovechábamos, bueno no aprovechábamos, porque ella no nos ponía límites y ya

salíamos a jugar en la noche y ya luego veníamos porque salíamos los cuatro, nada más

salíamos a la calle, y ya cuando regresábamos nos dormíamos y a la mañana siguiente que

la escuela, que esto, pero así todos sentíamos que todos participábamos, no había así que

no lo hagas, que tu atiende a tu hermano, decía yo que cuando ellos estaban más chico que

me ponían a bañarlos pero no sé porque pero sí los bañaba, o tenía que ver yo que se

bañen, pero no que ellos no hicieran tal cosa, o tú lo vas hacer porque eres mujer, no,

nunca, nunca, mi mamá nunca nos dijo eso, o sea nunca hubo en la casa eso”. Qué bonita

anécdota y que bonita descripción, la cual muestra la diferencia entre los hermanos de mi
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 85

abuelita y los hermanos de mi mamá y mis tías. Los imagino felices, sonrientes y llenos de

energía. Continuando con las ideas, mi tía Mirna también compartió un comentario en el

cual parece que ella siente o piensa que no cumplió con el rol esperado de mujer. “En las

muertes que ha habido en la familia, sí, se murió abuela (Tona), me avisaron: -Se murió tu

abuela. -Así que se murió mi abuela. Pues yo no sentí, digo me dio tristeza porque se murió

mi abuela, pero no así que yo me ponga a llorar, -Ya se murió abuela. Y la empecé a

recordar como la última vez que la vi, así calentando tortillas, dándole de comer al abuelo,

que estaba ahí, peleando con el abuelo, siempre trato de recordarla así, en los momentos

bonitos que viví con abuela, lo que pasábamos con ella, y a veces aquí nos regañaba y

todo; se murió el abuelo, igual, -Ay, que murió el abuelo. -¿Será que yo no tengo

sentimientos, no lloro?”. “La imagen de la mujer está ahí para acercarnos a ella, alejarnos,

rebelarnos, aceptarla, adaptarla, pero siempre ahí”. “A veces siento yo que no tengo

sentimientos, ya ves cuando se enfermó tu tío, a pesar de que, pues, ya había un

distanciamiento, no así, pero las relaciones no estaban muy bien, me do…, o sea, yo sentí

que, sentía así, yo en el corazón, cuando veía como, cuando estaba enfermo, que me

afectaba, me dolía verlo así, como él se fue quedando inmóvil y todo, y en ese rato que yo

lo, yo pasé todo ese tiempo con él, yo lloraba y él me decía –No llores, porque te vas a

enfermar. Y me decía, –No llores, porque yo ya fallé y tú tienes que seguir adelante por los

niños. Y así, fue pasando el tiempo, fue pasando el tiempo, después paso lo de Katy y ahí si

sentí que… pero te digo, yo veo a otras personas que se ponen a llorar así y horrible,

cuando a mí me dijeron lo de Katy, enseguida me imaginé el drama que estaba viviendo

Addy, no pensé en Kathia ya, yo ya no pensé en Kathia, pensé en Addy, en Addy y en

Karlita, yo sentía que una desesperación tan grande, que si yo tuviera alas me hubiera…
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 86

ahora sí eran dos sentimientos completamente diferentes, porque en un lado, estaba tu tío y

en otro lado estaba Addy, que yo me imagino que estaba sufriendo lo indecible, ahí con su

hija muerta y su otra hija con ella, Karina, bueno yo quería estar en todos lados, yo quería

estar en, con todas las personas, con Addy, con Karina, con tu tío que estaba, me

necesitaba en ese rato y ya ves, ya vine, me dolió muchísimo que se murió Kathia, todos los

días la extraño pero no, en esos momentos siento así que no, que no soy afecta así que –Ay

(simula un grito), cuando me dijeron, yo fui viendo todo el proceso de tu tío y todo, y ya yo

lloraba, así con tu tío, pero ya que me dijeron, que el doctor me explicó que prácticamente

ya estaba muerto y ya, fue pasando los días, mucha gente, hasta me criticaron ya luego me

lo dijeron, -No, si la viuda ni lloraba. “Me parece injusto que se nos juzgue, y hablo

también por mí, por no cumplir con los estereotipos de ser mujer que la sociedad ha creado

como si sólo hubiera una única forma de ser mujer”. Mi tía continúa, “pero sentía yo, que

él ya estaba descansando, que a él no le hubiera gustado vivir así como quedó, porque él

me lo dijo, hasta yo le dije, me acuerdo que íbamos en la ambulancia y me dice –Si quedo

jodido, yo me voy a matar. Y le digo, –¿Cómo te vas a matar que no puedes mover ni los

brazos?, -Yo voy a ver la manera. Y ese día que murió Kathia, fue el último día que yo, que

yo hablé con tu tío y me acuerdo mucho de las palabras de tu tío, –Por mí no te preocupes,

cuídame a los chamacos. Fueron las últimas palabras que yo hablé con tu tío, porque ya en

la noche cayó en el shock, cayó en la insuficiencia respiratoria, y todo el show. Esta parte

de la historia, me hizo sentir triste, por recordar las muertes que estuvieron presentes ese

año en la familia y por escuchar a mi tía Mirna en cómo vivió todo el proceso. Me enojaba

también la idea de que para manifestar el dolor tendrían que hacerse un drama o un show,

cuando el dolor se vive de diferentes maneras incluso aún y cuando no se verbalice.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 87

Pensaba también que el estilo de mi tía Mirna para compartir sus experiencias, sus

anécdotas, me ha parecido muy enriquecedor y muy emotivo.

A diferencia de las historias anteriores, mi tía Addy no mencionó ninguna

experiencia o anécdota o idea en la que ella pensara o sintiera que se le imponía un tipo de

rol o acciones para realizar y tampoco comentó, como en el caso de mi tía Mirna, ninguna

situación en la que ella no se apegara al rol esperado.

Por mi parte, las acciones, la forma de ser, los gustos, las habilidades, los

pasatiempos, el trabajo, los sentimientos y todas esas cosas, que se espera que realicen las

mujeres, empezaron a cobrar mayor importancia desde que estudié la licenciatura, ahí fue

donde descubrí que existía algo llamado género, roles de género, estereotipos de género,

discriminación por género (Butler, 2001 y 2006; Gamba, 2009; Gutiérrez Lozano, 2008), y

creo que tuvo mucho sentido para mí ya que, al igual que mi abuelita, yo quería tener las

mismas oportunidades y privilegios que los hombres, no quería ser juzgada por hacer algo

que para los hombres era insignificante, y además, no quería que se me juzgara por no

cumplir las funciones de mujer, que no me parecían para nada atractivas. Yo quería tener

mérito por mis estudios, por mis habilidades académicas, por la fuerza que yo sentía que

tenía en ese momento y me hacía parecer fría o dura. Comencé a pensar que hombres y

mujeres podemos ser iguales, desarrollar los mismos logros, si se hubieran dado las misma

oportunidades, el mismo entrenamiento. Yo no jugué canicas, tirahule, kimbomba, y ahora

pienso que me hubiera gustado jugarlo. Creo también el tener los antecedentes teóricos del

género me hizo voltear y ver a las mujeres de mi familia y percibir que ellas de alguna

forma, no se estaban apegando del todo a los roles establecidos. La perspectiva de género

ha sido unos lentes que parece tengo presentes todo el tiempo y que me hacen estar muy
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 88

alerta sobre las cosas que fueron construidas para las mujeres y los hombres, y con el

desarrollo de este documento puedo decir que se ha ampliado de voces y ejemplos vivos.

Mujeres en la Actualidad

Hasta ahora, la historia ha sucedido en el pasado, entre recuerdos, sucesos,

anécdotas y momentos, principalmente de Conchita como el hilo conductor que va

entretejiendo e incluyendo también a Gloria, Mirna, Addy y a mí misma. Pero ¿Cómo son

estas mujeres ahora? Como mi abuelita misma mencionó, la fuerza que ella tenía se

convirtió en amor de madre y ya no se percibe como una mujer fuerte, como lo fue en algún

momento, no sólo física sino también de carácter. Dejemos que ellas mismas, nuevamente

nos vayan contando sobre cómo son ahora, un ahora de hace 5 años.

“Ahorita (ahora)yo ya me siento como tranquila… porque, pues, veo ya cada uno de

mis hijos sino trabajan (es) porque no quieren, porque todos tienen, tuvieron o tienen con

que trabajar, tu mamá, tu tía Mirna, todos, todos, bendito sea Dios, todos, entonces yo me

siento tranquila, como que, pues, hice lo que pude por ellos, entonces yo me siento

tranquila porque… en lo que cabe de mí pues, no soy nadie, no soy, pues no tuve mucho

que darles, pero sí… ellos lograron quizás, no sé, si lo que ellos querían pero cuando

menos con que defenderse”. Durante la transcripción, me sorprendió oír esta impresión que

tiene de ella misma, de que no es nadie, “¿Qué pensarán mis tíos, tías y mi mamá sobre la

idea que mi abuelita no es nadie?, ¿Qué dirían ellos si escucharan que ella cree que les ha

dado muy poco?” Para mí, al oír esto, por una parte, pienso en humildad por parte de mi

abuelita al mencionar que dio muy poco cuando, hablo por mí y por las cosas que han

mencionado tanto mi mamá y mis tías, que ella en realidad, nos dio un gran ejemplo de
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 89

trabajo, dedicación, esfuerzo y cariño. Por otro lado pienso también en un sentimiento de

menosprecio hacia ella misma, y creo tal vez por su falta de estudios formales, pareciera

que la importancia que pudiera atribuirse uno mismo, tendría que ver con el grado de

estudios académicos, y no es porque éstos no sean valiosos pero creo no garantizan la

“calidad moral” que pudiera desarrollar una persona. De igual forma “me parece que a

veces es una forma de restarles responsabilidad a los hijos es mencionar que “todo es culpa

de la madre” o de los padres como pareja, cuando ellos o nosotros también, tenemos

participación en lo hacemos o dejamos de hacer”. Como si “las necesidades de la madre

deben (debieran) ajustarse a las de sus hijas para evitar que se le censure de malas madres”

(Burman, 1998 p. 111).

Al preguntarle de su situación actual sobre las fortalezas con las que ella cuenta

mencionó, “yo considero que no tengo, no tengo fortalezas” y nuevamente “son este tipo

de respuestas que me sorprenden, me extrañan, ante todas las cosas que ella hizo, en cómo

menciona que salió adelante, cómo trabajo, cómo no se dejó y que considere que no tiene

fortalezas, entonces ¿qué significa todo eso para ella? Ella continúa. “Bueno, pienso yo que

pues ahorita (ahora) como que ya soy… sí sé que le hago falta a los muchachos pero no es

algo indispensable así que yo me siento, como te digo, tranquila, cómo que no tengo

porque ser aquella fuerte”. Ahora, antes, después, pensaba en el factor del tiempo y de la

edad y cómo cambia la percepción de sí mismo, de los valores, de las responsabilidades, de

las fortalezas, “pensaba también en la identidad como no estática, como cambiante por los

contextos, por las circunstancias, por la edad, por las relaciones, etc. y que este trabajo sólo

sería una pequeña probadita, un pequeño instante capturado de su ser mujer porque ellas, y

yo, seguimos cambiando día a día, aunque haya una especie de continuidad que llamemos
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 90

personalidad o identidad”. “Los términos para designar el género nunca se establecen de

una vez por todas, sino que están siempre en el proceso de estar siendo siempre rehechos”

(Butler, 2006 p. 25). Por otro lado me di cuenta de que cuando yo pregunté por “fortalezas”

mi abuelita lo relacionó principalmente con la fuerza física y es la fuerza física,

principalmente para trabajar que ella menciona que ya no tiene, sin embargo sí reconoció

otras fuerzas en ella, “tengo la fuerza del amor con los hijos, porque eso sí, como te vuelvo

a decir, mi único logro es tener a mi hijos y viendo como son hasta ahorita (ahora), que

como te vuelvo a decir, el que no quiere trabajar es porque no quiere, porque, pues todos

tienen con que trabajar, y pues, bajo la pobreza, con tanta necesidad, pues lo lograron

ellos también, y pues y estoy satisfecha con eso”.

Por otro lado mi abuelita habla sobre la ayuda, cómo algo importante para ella y que

desarrolla de manera cotidiana. “Yo he ayudado a gente, yo ayudo a los que puedo, yo

ayudo a los que puedo, ya viste a Luis, a Emma, yo los ayudo… yo considero que uno debe

de ayudar al necesitado y al que puedas, debes de ayudar, y yo pues sí, toda mi vida he

tratado de ayudar a la gente, sí porque, es más me siento más satisfecha cuando doy que

cuando me dan”. Esto me hacía recordar la vida trascendente o con significado, uno de los

pilares de la felicidad propuestos por Martin Seligman (2002 en Tapia Vargas, Tarragona

Saéz y González Ramírez, 2012). Cómo, cuándo es que ella había aprendido eso, ella

respondió, “me nació porque creo no se lo aprendí a nadie”. Continúa “a mí me gusta

ayudar a la gente, de verás, como tía Teresa, ayuda a la gente, a la que puede ayudar,

quizá de ella aprendí pero no, porque yo a Emma la agarré desde que tenía cinco años,

desde cuando nació tu mamá, como había muerto su papá de ella, ya la agarré a ella, tu

viste como llegó Luis a la casa, y así, a la gente que se puede yo la ayudo”.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 91

En algún momento de la conversación, le pregunté a mi abuelita si tuvo algún

obstáculo por ser mujer a lo que ella respondió muy segura, “no he tenido ningún

obstáculo, porque ya te digo, yo me propuse hasta luchar por mi casita y lo conseguí, sí lo

conseguí, no tengo ningún obstáculo… yo me siento satisfecha por ser mujer, si porque así

como soy ignorante y todo, pues conseguí, conseguí algo, estoy tranquila porque hay gente

con más posibilidades… o sea, más preparados, y veo que no consiguen lo que quieren,

pues bendito sea Dios, como te digo, primero Dios, he conseguido, conseguí todo lo que

quiero porque pues mis hijos que crezcan, mis hijos sean alguien, tengan trabajo mis

hijos”. Logros relacionales, los logros de los hijos como logros propios (Gergen, 2009),

como los criterios de un buen desempeño de ser mujer, de ser mamá, por un lado pienso

que todo el tiempo estamos en relación y recordaba la responsabilidad social, donde la

comunidad podría asumir la responsabilidad de sus integrantes, en este caso de la familia

como una comunidad, pero por otro lado pienso que no sólo debería ser responsabilidad de

la mamá sino también de los hijos, que asuman como parte de la responsabilidad social la

parte que les corresponde (Burman, 1998).

Contrastante a la imagen anterior en la cual ella se muestra muy a gusto y satisfecha

consigo misma, cuando se le pregunta que cree que piensan sobre ella otras personas o sus

familiares responde nuevamente para mi sorpresa, “yo creo que no piensan nada… porque

se me hace que, a mí nunca me han tomado en cuenta… lo único que puedo pensar, que

puedan pensar de mí, es que soy inferior a ellos, eso es lo único”. “No sólo me sorprende

sino que también me hace sentir mal porque no pensé que pudiera sentirse inferior”.

“Porque soy como te digo, una analfabeta, pues yo me considero india, negra, todo,

(esboza una sonrisa)”; “Me duele oír que mi abuelita pueda estar viéndose a sí misma
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 92

como inferior cuando yo la considero una gran persona”. “Recuerdo que en el momento de

la conversación me desconcertó este comentario y no pude hacer más preguntas al respecto,

ni tampoco alentarla y decirle que al menos yo no la veía así y que podía estar segura de

que mucha gente no la veía así, me arrepiento de no haberlo hecho en el momento”. El

silencio como respuesta.

Después que reaccioné de aquella respuesta inesperada con la cual no me quedé

tranquila, pregunté mostrando mi duda acerca de aquel comentario, sin la intención de

invalidar su sentir sino buscando que vea que ella sí es apreciada por las personas que le

rodean, sus amistades, como ella misma mencionó después. “Yo tengo muchas amistades…

las pocas que tengo yo creo que me ven bien… me invitan a su casa, llegan a mi casa,

nunca tenemos problemas, platican conmigo, me toman en cuenta para cualquier cosa,

pues digo yo, me toman en cuenta”. Parece que le resultara difícil pensar en una opinión

positiva de ella por las demás personas, sin embargo cuando le pregunté sobre la época

actual ella misma reconoció que la ven de diferente manera, no sólo sus amistades sino el

resto de la gente en general. “Todos me respetan, todos me respetan, eso sí a mí nadie me

ha faltado el respeto, así, mentiría si te dijera que alguien hasta un hombre que haya

venido a faltarme el respeto, no, yo que he andado sola, he andado sola, pero no sé si me

doy respetar …porque a mí me gusta respetar, yo respeto a la gente porque me gusta que

me respeten, yo eso le digo hasta los chamacos, le digo, respeta pa´ que te respeten, si te

gusta que te respeten, respeta, y a mí como me gusta que me respeten, yo respeto a todos,

yo salgo a la calle y a todos saludo, buenamente, -Hola fulanita, buenos días y buenos

días. Alguna señora y así me tratan, hasta los borrachitos de la esquina paso, -Adiós doña

Conchita, adiós doña Conchita, buenos días. Yo a toda la gente la veo con respeto, para mí
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 93

cualquier gente merece respeto, para mí todo ser humano, hasta los animales necesitan

respeto, porque para mí cuando has visto u oído que yo hable mal o que yo diga algo de

otro, porque para mí toda persona merece respeto”. “Me resultó curioso que durante toda

la maestría estuvimos hablando de respeto y pareciera que siempre lo he tenido a la mano,

mi abuelita es algo que ha predicado y que yo pudiera haber aprovechado más de ella,

aprender más de ella. Al mismo tiempo pienso que algo que yo admiro de ella, es que

pueda llevarse con todos, que pueda hablar con todos y tener una buena cara, de alguna

forma, ayuda sin esperar nada a cambio, me gustaría poder ser como ella en ese aspecto, a

veces creo que no soy todo lo respetuosa que intento ser con la gente”.

Continuando con la imagen actual de Conchita pasando de las amistades, a la

familia ella mencionó, “yo pienso que lo que soy para ustedes, una abuela”, me encantó

esta afirmación tan sencilla y tan llena de significados al menos para mí, “un familiar más,

o sea, pero sí, yo siento que ustedes me respetan también, me quieren, yo siento que

ustedes me respetan también, me quieren, pues Karina, ya ves cómo me respeta, tú, y como

te digo todos, para mí todos, como te vuelvo a decir a mí nadie me ha faltado al respeto”.

“Me alegra oír que se siente y sabe querida por nosotros y nosotras, sería cuestión de

preguntarle, porque me imagino ha de ser reconfortante saberse querida y apreciada por sus

familiares, ¿Se lo habrá propuesto ella como meta?, ¿Habrá dicho quiero ser querida por

mis familiares o es algo que le salió casi de forma natural?” Ahora me atrevo a

responderme esa pregunta, por las cosas que ella ha mencionado, ella ha cumplido con su

deber, con su responsabilidad sin esperar nada a cambio, simplemente hizo lo que tenía que

hacer. Por otro lado, continuando con su vida actual menciona, “como mujer ¿qué otra

cosa puedo hacer? Sigo no más con mis quehaceres hasta donde yo pueda, porque eso sí,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 94

le doy gracias a Dios, todas las noches, por haberme permitido un día más de hacer lo que

yo quiero, porque lo que yo quiero, porque yo hago mis quehaceres porque yo quiero,

porque a mí nadie me obliga, en mi casa si quiero me acuesto y nadie me levanta, si quiero

puedo irme, pero a mí me gusta hacer mis quehaceres como es debido, yo lo hago, hago

mis quehaceres como siempre y yo en la noche doy gracias a Dios por haberme permitido

hacer lo que yo quiero, porque eso es lo que quiero hacer”.

También mi mamá hablo de su situación actual. “Soy responsable, responsable,

dedicada, regañona, hábil, también tengo habilidad manual, ya ves que me gusta bordar,

me gusta pintar, por eso digo que tengo… soy hábil mental y manual”. Ella continúa

mencionando lo que ella considera logros en su vida. “Me siento satisfecha con lo que

logré durante mi vida laboral, logré terminar mis estudios, o sea, los pocos o los muchos

que, los tuve satisfactoriamente, pues ya tengo a mis hijas, también es un logro que hayan

estudiado, o sea una ya terminó de estudiar, la otra pues está en camino, también pienso

que es un logro, tener algo pues la casa, es otro logro, y pues las cosas materiales, aunque

lo material dicen que no es importante, pero pues si no lo tienes también no, ¿qué haces si

no lo tienes cosas materiales?”. Sentí una gran satisfacción de escuchar que soy parte de

sus logros, me hizo sentirme importante y querida.

Al igual que mi mamá, mi tía Mirna nos comparte un poco de la imagen que tiene

sobre ella misma. “siempre me he sentido fuerte por mi condición de mujer, yo siento soy

una persona responsable, responsable, responsable, me siento capaz de hacer las cosas,

pues siempre trato de hacer las cosas con amabilidad, con cortesía, con respeto, siento que

soy una persona honesta con los demás y conmigo misma, no me gusta que me engañen y

por eso no me gusta engañar a los demás y trato a la gente como a mí me gustaría que me
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 95

traten, siempre, siempre hasta en mi trabajo yo siempre lo he dicho, trata a la gente como

quieres que te traten, eso me hace ser fuerte, eso me da la fortaleza para seguir adelante a

pesar de todos los problemas”. También mi tía Mirna comenta sobre la imagen que tienen

otras personas de ella. “Yo pienso que mucha gente tiene, hasta cierto punto, buen

concepto de mí como persona, ellos pueden contar conmigo cuando lo necesitan, tengo

unas amistades de muchos años que, como te diré, que yo siento que ellos me quieren por

mí, no porque, no por mi apariencia, ni nada, sino por mi manera de ser, porque a pesar

del tiempo, me siguen buscando para reunirnos, para salir y no porque nos una un

compadrazgo o algo, sino por el hecho de ser amigos, que fuimos compañeros, o

compañeras, hay hasta de la secundaria, del trabajo, que siempre, siempre hay

comunicación, a veces pasa tiempo y no le hablo a alguien y me habla o en un ratito que

tenga tiempo le hablo, les hablo, nos reunimos, simplemente a tomar café”. Aunque mi tía

presenta una visión positiva de su ser actual, hay una situación que le preocupa y aqueja.

“A veces yo me siento impotente, me siento no saber manejar a mi hijo”. “Pensaba en lo

injusto que puede ser, responsabilizar de todo a los padres por las cosas que hacemos, me

parece que eso, nos resta responsabilidad, a nosotros como hijos, para portarnos bien, de la

misma forma, pienso que tal vez promueve un rol pasivo como hijos, de estar esperando

que todo lo recibamos de los padres, me parece que, hasta puede resultar cómoda esta

postura, porque nos podría exentar de hacer muchas cosas, de responsabilizarnos por

nosotros mismos, adoptando un rol más activo, más propositivo. También pienso que esta

presión ha recaído más en la mujer, responsabilizándola aún más que a los demás, por los

hijos, en relación a la responsabilidad o participación que se espera de los padres-hombres,

de los y las hermanas, demás parientes y otras personas externas a la familia, como lo son
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 96

los maestros, las instituciones de salud, los psicólogos, la religión, el gobierno que también

son corresponsables”. Hay una la “creación de una innecesaria ansiedad en las mujeres”

(Bauman, 1998 p. 121) “Siento que es mi única debilidad, Ricardo… y a veces voy en el

carro y (con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos) si me pongo a llorar porque digo,

¿Qué estaré haciendo mal con mi hijo?, ¿Qué estaré haciendo mal? porque ya ves con las

otras dos chamacas no fue así, siento que con él no están bien las cosas, no, no, y mientras

que, siento que mientras más grande van a ser más grandes lo problemas, no, no busco la

manera definitivamente”. “Me preocupa que esto sea una profecía de autocumplimiento

(Myers, 2000 p. 118) y que se esté confirmando el rol de género esperado para los hombres

dentro de la familia”. Ella continúa. “Yo pienso, que hasta cierto punto, yo me siento

responsable porque pues yo soy papá y mamá, y pienso que, no creo que, bueno, yo a veces

pienso que por su condición de varón quizá le haga falta, en ciertas cosas, no la figura

paterna sino, ¿cómo te diré?, actividades por ejemplo, cuando le digo, –Ricky recoge la

basura del patio, deshierba, recoge la hierba. No lo hace, y yo digo, pienso, sería diferente

que si por ejemplo que si me pongo a hacerlo, pero yo estoy lavando, estoy haciendo otras

actividades y no puedo, pero si tuviera una persona, por ejemplo cuando la semana pasada

se fue con Julio a recoger escombro que esto, ay (allá) lo ves trabajando, que esto, por eso

a veces pienso, o sea me da la impresión de que a él como varón si le hace falta tal vez… la

imagen de un hombre que haga actividades con él, esa impresión me da, porque si Julio se

lo lleva y todo, si, si veo que hace las cosas, pero así pues que yo le diga, -Has esto. Tengo

que hacerlo con él, pero hay cosas que no puedo hacer. “Las cosas que hacemos, lo roles

que desempeñamos nos convierte en hombres o mujeres, ¿qué pasa cuando no te apegas a

los roles esperados por los demás, principalmente lo que son marcadamente estereotipados,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 97

se te juzgaría como menos hombre o menos mujer, y qué pasa con las sociedades más

neutrales donde los roles no están tan polarizados? Recordé un curso de la sexóloga Alma

Aldana en el Instituto Kanankil (Enero de 2008), sobre transexualidad, y pensaba en la

identidad sexual y en cómo no sólo son las actividades que se realizan o no, las que te

hacen sentir hombre o mujer sino es algo muy complejo de describir, ya que implica

aspectos biológicas, psicológicos y sociales y, de manera aislada, cada uno no explican la

identidad”. Pensaba también en la forma de ejercer disciplina y pareciera que una mujer no

puede disciplinar a un hombre por cuestiones de género, me hace pensar que tal vez el

género de hombre se imponga aún sobre el rol de madre o mujer adulta. “El puesto de la

mujer en la sociedad es el que ellos (los hombres) le asignan; en ningún tiempo ha

impuesto la mujer su propia ley” (Beauvoir, 2010 p. 78).

A diferencia de mi tía Mirna, mi tía Addy sólo compartió brevemente su situación

actual. “Me considero, me considero una mujer que ha tenido, este, éxitos, tanto laboral

pero, o sea, me considero una mujer muy exitosa en lo que respecta a mis hijas y a mi

trabajo… tengo humildad, de ayudar a los demás, o sea, si está dentro de mi ayudarlos,

trato de ayudarlos y darles amor, cariño, compresión, todo eso, yo siento que eso se lo doy

a, a los que me rodean, o sea, a mi hija, a mi familia, como mis amigos”. Parece que esto

que mi tía Addy menciona “dar a los demás”, ellos se lo regresan como ella misma

comenta. “Te sientes satisfecha, te sientes aceptada o sea de que…de que todas las

personas que te rodean te recuerden, o tengan una idea de ti, -Ay pues ella es así. O sea,

que tengan un concepto bueno de ti, no que te digan –Esta mujer es de lo peor o algo, es

mala gente…lo siento por las muestras de cariño y afecto que recibo de otras personas, de

mis amigas, de mis compañeros, de mis familia”. Mi tía Addy es una persona muy querida
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 98

y apreciada por muchas personas y que bueno que lo sabe y lo nota. Por otro lado también

agrega, “todo lo bueno que quiero que mi hija sea espero que lo vea a través de mi”.

Los Deseos y los Anhelos Continúan

Después de pasear por el pasado, con sus anécdotas de esfuerzo y fortaleza, por el

presente y sus respuestas contrastantes, llenas de respeto, rechazo, cariño, y fuerza, también

se vislumbra el futuro en la historia de Conchita, un futuro para ella, para sus hijas, para sus

nietas. Anhelos, buenos deseos, sueños, metas, cosas y situaciones que se piensa sucedan

de la mejor manera.

De las mujeres de la familia Conchita espera “que sepan educar a sus hijos, ¿no?,

que los lleven por buen camino, que los aconsejen, que tengan buena comunicación con

sus hijos, que se lleven lo más que se puedan, que se respeten, que se comuniquen, que se

ayuden”. Todo lo que ella ha hecho con nosotros. Yo quisiera eso para mis hijas, que ellas

quieran a sus hijas, que se preocupen por ellas, que los aconsejen, que si ven que algo está

mal pues que le digan, eso está mal, así que, principalmente que se preocupen por sus

hijos. Que sean honestas hasta con ellas mismas. Que sean como hasta lo que son ahorita

(ahora), pues para mí son mis hijas, pero si le vería sus defectos, pero no yo les veo

defectos, (se ríe) no sé si porque sean mis hijas, pero no…pues que quieran mucho a sus

hijas y que los lleven por buen camino, que los aconsejen, que estén siempre unidas,

siempre, eso es lo que quisiera”. De lo más disfrutable fue conocer sobre las cosas que

todavía le gustaría hacer. “Me gustaría aprender a cocinar más, a costurar, sí porque si me

gustaría hacerlo pero tendría que aprender a escribir y a leer bien y eso siento que no me

entra en la cabeza, (se ríe) si porque la maestra me ha dicho que yo, que sí me enseña”.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 99

“Me encanta que aun y cuando ya es grande en edad, quiere hacer y aprender más cosas y

pensaba que tal vez resintió el no estudiar, por las oportunidades que perdió, por las cosas

que no pudo hacer por no leer y escribir bien”. “…porque tienes que tener tus apuntes, sino

se te olvida, tienes que escribirlo, tienes que… leerlo sí, porque me tienen comprado mi

libro, porque por ejemplo, si vas a aprender tienes que llevar tus apuntes y todo eso yo no

lo puedo escribir, rápido no, quizá si escriba pero así tardado, pues sí, pero a mí sí me

gustaría aprender muchas cosas más, me encantaría, si mi costura hace poco que empecé

a costurar, no, a mí me encantaría aprender muchas cosas, me gusta, me gusta hacer de

todo, costurar, cocinar, costurar así como… tipo modista, eso sí me gustaría también”. A

lo que respondí, “–Vamos a tomar clases juntas”.

En relación a los deseos mi mamá por su parte compartió lo siguiente, “me gustaría

irme a Europa, con tu tía Mirna, o sea, conocer también acá, hay lugares de la república

que todavía no, que no conozco, terminar de conocer la parte de la república que no

conozco, trabajar no, trabajar ya no, trabajar así de medio tiempo y nada más (lo dice

riéndose) no pero sí, mantenerte ocupada en algo, que no estés de ociosa…” “Yo también

quisiera irme a Europa con ellas”. “…porque estar de ociosa significa empezar a pensar

que te puede pasar esto, yo eso digo ¿no?, es cuando empiezas a pensar en las

enfermedades, en todo, mientras está tu mente, que no estás haciendo nada o algo,

enfermedades, yo eso pienso”. De manera general, mi mamá no es una persona “achacosa”,

aunque no lleva un estilo de vida saludable, me parece que es consciente de mantenerse

ocupada, no necesariamente trabajando, sino realizando alguna actividad que disfrute, a ella

le gusta bordar punto de cruz, y el bordado se ha vuelto su principal actividad, borda para

hacer regalos y de vez en cuando por algún encargo, y no es porque sea mi mamá pero
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 100

borda muy bonito. Mi mamá también compartió sus buenos deseos para las mujeres de la

familia. “Me gustaría, primero para mis hijas, que terminen su carrera, que tengan, que

logren sus metas, tanto profesionales como económicas, no sólo, o sea, de mis hijas y de

mis sobrinas, de Karina ojala y algún día pudiera tener un hijo y sino, que le vaya bien

ahorita (ahora) en su matrimonio, si no puede tener hijos, que le vaya muy bien en su

matrimonio, Andreita que termine, ojala que termine bien su secundaria, que entre a la

prepa, y así que todas estén bien principalmente de salud…”. “El estudio como algo

prioritario y muy importante en el logro de las metas”. “…que cuando se propongan hacer

algo lo hagan, no se desanimen y lo hagan bien, lo mejor que puedan, lo que se propongan

hacer, no por una dificultad que se les presente, lo dejen de hacer porque pues no todo es

fácil, si se proponen hacer algo aún y con la dificultades que tengan, que lo logren, que lo

hagan”.

Al igual que mi mamá, mi tía Addy, habló de cosas que le gustaría hacer en un

futuro, para ella, su hija, sus hermanas y sus sobrinas. “Me gustaría seguir estudiando para

que yo pueda, pues, (para tener) una carrera profesional tendría que estudiar, para llegar a

otras metas pero por lo pronto así estoy bien, y ahorita sí lo que me interesa más es mi

hija, que ella sí salga adelante, que la meta que ella tiene fijada ojala que se le cumpla,

cuando ella, cuando ella lo cumpla, yo igual me voy a sentir ya realizada de ese logro”. Mi

tía Addy también mencionó cosas que espera de sus hermanas y sobrinas, sobre algo que es

importante para ella respecto a la religión. “Yo quisiera también, que ellas le dieran todo

ese amor, esa ternura, todo eso que yo le doy a mi hija, quisiera que ellas se lo dieran a sus

hijos, y también yo quisiera que se acercaran más a Dios, porque siento que ellas, mis dos

hermanas están retiradas de eso, están muy alejadas de Dios, yo pienso así y a veces yo les
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 101

he dicho, –¿Porque no van a la iglesia?, vayan a la iglesia, vayan a misa. Pero no me

hacen caso, porque eso les va a ayudar mucho, en todos los aspectos, te digo, ahí van a

encontrar muchas respuestas. Mis sobrinas, quisiera que se acercaran igual a Dios, que

salgan adelante, no por ser mujer, te vas a quedar así en un lugar, yo la verdad ya no

quiero estudiar, pero si la persona se quiere superar, se quiere, una carrera profesional y

todo eso, que lo siga, que salga adelante, que triunfe, que tenga éxito, o sea tú que, este

qué, bueno que estas estudiando, sigues a pesar de ya terminaste, sigues estudiando, yo

quisiera que tú fueras una profesionista reconocida”. “¡Qué lindo! Yo también quisiera eso

para mí”. Me encantó releer estos buenos deseos, me hacen sentir motivada y con ganas de

seguir aprendiendo más y más. Mi tía Addy continúa, “y en lo que respecta a mis sobrinas

que todavía vienen, que se realicen ellas, que logren lo que quieren, todas las metas, que

tengan en la mente, ojalá y dios quiera que se logren, que sean una profesionistas

reconocidas todas, y en lo Karina también, ella, ¡ay!(expresión) ojalá y Dios quiera,

encuentre pues, lo que está ahorita (ahora) en su mente, una plaza, ojalá y Dios quiera que

lo logre, y ojala yo también quisiera que se realizara como madre, es lo que yo quisiera,

pues ya ves los limitantes que tiene ella por su enfermedad, por eso quisiera que todo sea

felicidad con ella, respecto a su matrimonio ojala y todo este bien”. Recuerdo que ese año

estábamos planeando la boda de Karina que se realizaría en Julio de 2008. Karina es la

nieta más grande de la familia Infante Uc y es muy querida por todos nosotros, y ella fue la

primera nieta en casarse, todas estábamos muy emocionadas con su boda, de ahí los buenos

deseos relacionados al matrimonio y a ser madre, porque ella sí ha manifestado

abiertamente su deseo de serlo.

Por su parte mi tía Mirna se concentró más en los deseos para las mujeres de la
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 102

familia que para ella misma. “Yo espero de que sigan adelante, de que sean ellas lo que

quieran ser, que no dejen que alguien las limite, si por ejemplo, de que se busquen una

pareja y que les digan -Pues no, pues ya no vas a hacer esto porque ya te casaste. Yo siento

eso para con todas, contigo, con tu hermanita, con mis sobrinas, con mis hijas sobre todo,

qué ellas hagan lo que quieran hacer, siempre y cuando sean responsables de sus actos”.

“Me encanta esta frase, es lo que yo quiero para mi poder ser quien yo quiera”. Ella

continúa. “Que no permitan que las limiten, que sepan que ellas pueden solas lograr la

meta, cualquier meta que se propongan, pues sí van a tener un compañero, su pareja, su

esposo o como sea la situación, pero que eso no sea una limitante para decir, o sea, no me

gustaría que dijeran, –Es que mi esposo no me deja”. “Esto me parece una expectativa

sobre ser mujer, una mujer no convencional, una mujer independiente, un mujer fuerte, una

mujer con iniciativa, una mujer responsable, sé que peco de sesgo y sobrevaloración, pero

me parece incluso, un rol más saludable, una alternativa de identidad, que de alguna forma

se han ido permeando en nosotras (hablo por mi hermanita y mis primas con temor a

equivocarme) y que lo seguirá haciendo en las futuras generaciones, tal vez no todas

seamos iguales, tal vez haya muchos roles tradicionales, pero la fortaleza interna, creo, o

más bien espero, siempre este presente”.


Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 103

CAPITULO 4

RESPUESTAS A LA HISTORIA

Como se mencionó en la descripción del proceso, hacer esta tesis ha consistió en

generar respuestas, respuestas de las respuestas y más respuestas, lo que pudiera ser un

intercambio interminable, sin embargo, esta es la última respuesta emitida de manera

escrita, dentro del proceso de interacción e intercambio con las participantes, ya que he

decidido detenerme aquí, para fines prácticos y académicos y poder concluir este

documento final que fue motivo de todas estas conversaciones.

La historia final, integrada con las entrevistas, las conversaciones y respuestas con

las entrevistas y las respuestas adicionales, como ideas, reflexiones, sentimientos, datos

teóricos, etc., fue compartida con las participantes, vía correo electrónico, para que ellas la

pudieran leer en la comodidad de su casa, ya que no me fue posible regresar a Ciudad del

Carmen para compartirlas personalmente. De manera especial, con mi abuelita la historia se

compartió de manera impresa y se le preguntó personalmente sobre lo que había pasado con

ella después de leer la historia, aprovechando una visita que hizo a Mérida recientemente.

Al compartir la historia con ellas, se les invitó a reflexionar sobre qué pasó con ellas

al momento de leer esta historia, qué produjo en ellas, qué pensaron, qué sintieron, qué

recordaron, teniendo la libertad de escribir unas palabras, una carta, una frase, un poema,

una canción, un pensamiento o sentimiento, que fuera respuesta a la lectura de esta historia.

De igual forma, se hizo de su conocimiento que dicha respuesta, se incluiría en el

documento final, donde podrán verlas si así lo desean ya que no fueron compartidas entre

ellas como parte del proceso de indagación, ya que como mencioné anteriormente,
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 104

compartirlo generaría otra respuestas y así sucesivamente, lo que sería un proceso

interminable, como lo son las conversaciones (Anderson, 1997; Bajtín, 2012).

De igual forma se les invitó a decidir sobre la información que no querían que

apareciera en el documento final impreso, el cual sería público y tal vez leído por otros

integrantes de la familia. Así la que la omisión de cierta información de la historia original

fue una respuesta más a la misma historia.

A continuación se presentan las respuestas generadas a partir de la lectura de la

historia anterior en todas las participantes, las cuales fueron recibidas vía correo

electrónico, y transcritas de forma íntegra.

Addy

“Hola Loretito, ya leí toda la historia, y me di cuenta que tengo como madre
a una gran mujer, que si no fuera por ella no sé dónde estuviera. Me recordó
también mi niñez, recuerdo a tu mamá cuando llegaba de Aguas Calientes con
regalos para todos, recuerdo mucho un teléfono que me trajo un 6 de enero, llegó
con una cámara y nos llevó a tomar fotos a la unidad deportiva (Juan, Andrés y yo).
Recuerdo a tu tía Mirna que cuando empezó a trabajar ayudaba a mi mamá con
$$$ (dinero) y para la feria de Julio y Diciembre a sus 3 hermanitos les compraba
ropa, muchas cosas más que no terminaría, jajaja.
En pláticas que tengo con compañeras de trabajo, me doy cuenta que no
todas las hermanas son como las mías, yo me siento con ellas como si fueran mi
segunda madre; Mirna, me ha dado siempre todo su apoyo incondicional, creo
porque hemos estado juntas siempre, Gloria aunque no está siempre conmigo (ya
que no le gusta la isla para vivir) igual he recibido apoyo de ella. Cuando voy a sus
casas me siento como si estuviera en mi casa, y se los digo a mis compañeras mis
hermanas son más que mis hermanas, nunca nos hemos distanciado, peleado,
insultado, etc. Cuando Mirna ha sido mi enfermera y me voy a su casa me han
dicho: -El arrimado a los 3 días apesta, te debes ir a tu casa. Y les comento -En mi
caso no pasa eso. Y me dice, -Como que no, nada más no te lo dicen. Pero no, yo no
lo siento así, ya que tanto Mirna como Gloria nos dan la confianza de poder estar
en su casa como si fuera nuestra.
En fin, te puedo decir las mujeres de mi familia tienen sus defectos sí, pero
son todas maravillosas, especialmente mi hermosa mamá, que la belleza que dice
ella no tiene, la tiene en el corazón <3.
Saludos cordiales
Addy Verónica ”
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 105

Gloria

“¡Hola! Sabes que me da trabajo expresar lo que siento, no sé si sirva esto,


pero después de leer lo que tu abue (abuelita) dijo, recordé que ya me lo había
contado, y si antes estaba orgullosa de ella y la admiraba, ahora lo siento más, ya
que a pesar de no haber tenido una infancia feliz y a pesar de las adversidades que
se le presentaron, supo sacarnos adelante, me arrepiento de no decirle cuanto la
quiero y admiro y siento que no le hemos dado todo lo que se merece. En relación
con lo de mis hermanas, quisiera poder podido apoyarla más en los momentos
difíciles que han pasado porque yo siempre he tenido el apoyo de las tres.
Solamente me falta decir que las quiero mucho y que hemos sido una familia unida.
P.D. A ti también te quiero y admiro mucho
Gloria”

Mirna

“Hola sobrinita:
Al leer la historia de mi madre, difiero en algunas cosas con ella, ya que ve a la
mujer solamente como madre, dedicada exclusivamente a sus hijos olvidándose en
algunas ocasiones de su esposo o pareja. Para mí la mujer es un ser humano
extraordinario, hay mujeres muy valiosas que nunca fueron madres y no por eso
pierden su valor, que su meta en la vida es distinta a la maternidad y son
triunfadoras, la mujer sabe ser amiga, compañera, confidente, etc., siempre podrás
tener a una mujer a tu lado cuando la necesites, ya sea tu madre, hermana tía,
abuelita, prima, etc., también hay mujeres muy valiosas que logran tener una
familia integrada con esposo e hijos y eso también es digno de admirarse. Quizá en
mi experiencia de vida, mi familia siempre fue un matriarcado desde la abuela
Tona, grande y fuerte, mi madre y mi tía Teresa, valientes, que se dedicaron sólo y
solas a sacar adelante a sus hijos y lo lograron, pero también considero que es
importante darle el valor que se merece un padre, pero desafortunadamente mi
madre no lo hizo con nosotros y yo no lo hice con mis hijos, espero que mis hijas si
llegan a tener hijos les enseñen a amar a su padre porque también hay hombres
muy valiosos que si saben valorar a las mujeres. Pienso que la maternidad es una
responsabilidad, hay que enseñar a los hijos, a ser independientes y responsables
en todos los sentidos. Pero no vivir solo y para tus hijos, porque ellos tienen que
vivir su propia vida con sus triunfos y fracasos. Pero siempre contaran con mi
apoyo cuando lo necesiten. Siempre me he visto en mi vejez sola, pero no por eso
triste, porque los hijos se van, bueno, deben de irse a sus casas, hacer su propia
familia. y lo único que puedo agregar seria, gracias a la vida que me ha dado
tanto... Saludos. Te quiero mucho, cuídate, saluda a Misael.
Mirna”.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 106

Conchita

Debido a que mi abuelita no sabe usar la computadora y no posee una dirección de

correo electrónico, para facilitar su lectura se le proporcionó una versión impresa de la

historia y posteriormente se le realizó una única pregunta, esto fue durante una reciente

visita que ella hizo a Mérida, antes de saber que haría esto, estuve pensando en cómo

compartir la historia y más aún cómo tener su respuesta y pareciera que el destino, si es que

existe, la mandó a Mérida, facilitándome este momento del proceso.

A continuación comparto la transcripción de manera íntegra de su respuesta.

“L (Loretito). La pregunta nada más era ¿Qué había pasado con usted al ver la
historia, esta historia sobre usted, sobre las otras mujeres, qué pasó con usted?
A (Abuelita). Pues me conmovió mucho pues al ver lo que yo había vivido, me
emocionó, me conmovió, y como que hasta lo volví a vivir, sí, una parte bonita, una
parte tristeza, una parte pero… pues todo bien, pues no, no, porque como te he
dicho, yo no me siento triste a pesar de todo lo que he pasado, yo estuve muy feliz
con mi niñez, con todo, hasta ahorita porque ya viste tu que hasta, yo nunca he
estado triste o algo así, pues porque, pues no, porque la vida hay que vivirla, así lo
sentí, sentí emoción, sentí tristeza, sentí alegría, de todo sentí cuando lo leí, es más,
hasta que como que lo volví a vivir, todo muy bonito, muy, muy bonito, y yo no sé en
qué te basaste en escribir esas cosas que, no sé porque escogiste esas cosas pa´ tu
tesis.
L. Bueno la… hay una parte en la historia donde dice que cuando yo estaba en
terapia había una señora que me decía que –No puedo salir a trabajar.
A. Sí, al principio
L. Me decía, Yo no puedo salir a trabajar porque quien va a cuidar a mi hijo, a mi
hijita, no, y yo no puedo porque la quiero mucho entonces no la puedo dejar. Y yo
recuerdo que la imagen y la voz que se me vino en ese momento fue la voz de usted
que me decía, -No, yo por mis hijos, yo tengo que salir a trabajar, o sea, como muy
diferente a lo que ella me decía.
A. No, por mis hijos, soy capaz de todo.
L. Y digo yo, -Bueno, me imagino que ella también los quería mucho, también los
extrañaba, también no los quería dejar pero por ellos salió, ¿no? Entonces, -¿Qué
pasó?, ¿qué fue diferente en ellas dos como para decir, -Yo sí salgo a trabajar por
mis hijos. Y que ella diga –No, porque la quiero mucho, yo no puedo separarme de
ella.
A. No, porque sí, yo sí he hecho muchas cosas por ellos, pues sí hasta ahora, que
ellos no quieren que yo haga, esto que haga lo otro, pero yo quiero servirles de
algo, y por eso es que sigo estando con ellos, porque si no me dicen, -¿Por qué no
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 107

te quedas con Gloria?, porque no te quedas con...?. Y yo no me voy a ningún lado,


(me río) estoy allá con ellos porque como te digo para mí, Dios y mis hijos, eso ha
sido todo y todo, todo lo que he hecho, es por ellos, por mis hijos, por ustedes,
porque mis hijos estén bien, mis nietos estén bien, toda mi familia y de veras porque
ver hasta Luis que se desmoralizó, yo ahorita estoy contentísima porque buscó
trabajo, está trabajando, pues cuando no está bien, Angelita, cuando veo como está
Angelita que como que no está muy estable allá, no sé qué me da verlo, yo quisiera
que todos estén bien, toda mi familia, pues sí,
L. Pues eso era todo, como saber, qué había pasado con usted, después de leerla…
A. Como te digo,
L. ...La historia, es la historia de usted, es la historia de mis tías, al mismo tiempo
es mi historia, entonces es como, nuestra historia.
A. Nuestra historia, sí, como te digo yo sentí mucha emoción, mucha, a veces
tristeza, alegría y yo pues digo, agradecimiento, porque cómo pudiste haber basado
allá, y digo, agradecerle a Cynthia.
L. Creo que la, en este caso siento que la agradecida también siento que soy, en
este caso, soy yo la agradecida por haber tenido acceso a toda esta información
que usted me proporcionó, que de no haber sido por la tesis o por hacer esto, tal
vez hubiera, todas estas cosas que usted compartió, tal vez yo no las hubiera sabido
o tal vez…
A. Pues no, porque nadie lo sabe,
L. Ajá (expresión afirmativa) y entonces me sentí muy afortunada y muy agradecida
también de poder haber conversado con usted.
A. Eso nadie lo sabe, y ¡uy!, mucho más, (se ríe) mucho más, si pues, me acuerdo
desde chiquita, Rosa se debe acordar, se acuerda Rosa de todo lo que hemos
pasado y, pero eso sí, viviendo así, éramos muy, muy alegres, peleábamos pero así
un rato y este, ese José era, pero es una cosa que, por cualquier cosa era risa, era,
igual era Laura, pero Laura si cambió, yo no sé porque, Laura si cambió
definitivamente, pero José era así, por cualquier cosa era que se carcajeaba, hasta
se revolcaba de risa (reímos ambas) sí, así era José, y así, pues así éramos todos,
todos con cualquier cosa, nosotros nos contentábamos, nos reíamos, estábamos
alegres, contentos, sí, con todo lo poco que teníamos, lo poco y lo mucho porque,
para mí es mucho que teníamos a mi papá y a mi mamá, y pues mi papá si nos... mi
mamá también si nos quería pero mi mamá era, cómo te diré, era muy rígida era
muy, muy, en cambio mi papá no, mi papá se molestaba porque mi mamá nos
pegaba, él no, él no nos pegaba, y él estaba encargado de traernos la comida así, él
nos tría palomas, nos traía, este, así, aves de monte, un montón de cosas traía
(señala con su mano una altura desde el suelo) en su morral, así lleno de cosas nos
traía, de todo nos traía, de todas las clases de palomas, que las chachalacas, que
las perdices, que las… hay unas palomitas así (señala la forma con las manos) que
se llaman así chú ki, chú ki, hasta eso, eso nos traía y él no lo comía, lo traía para
nosotros, y pues todo eso me acuerdo, cuando llegaba mi papá , es muy bonito
porque éramos libres, (extiende los brazos) no cómo hoy que está uno encerrado
aquí (ambas reímos)
L. Y más aquí, ¿no?
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 108

A. No, bueno también aquí, pero allá en el Carmen tengo que tener mi candado,
tengo que tener mi candado allá, ahora no, hasta allá tengo que tener, sí, porque
vienen y por ejemplo, como yo estoy sola, pues abren se meten, y Ramiro, ¡uy! me
regaña cuando encuentra el candado abierto, pues porque me mantengo sola, pues
es todo hija, pues gracias”.

Loretito

Mi respuesta a la historia y a las respuestas es una canción que escuche de Mercedes

Sosa, que pertenece al álbum “Cantora, un viaje íntimo”, editado por Sony BMG Music en

el año 2009. Aunque habla de la naturaleza y sus diferentes elementos, me parece que

ejemplifica muy bien la relación establecida entre todas nosotras, y nuestro ser relacional

(Gergen, 2009), pensaba también que tal vez, que cada elemento nos represente a cada una

y que al mismo tiempo esos elementos naturales son parte de nosotras mismas también.

Agua, tierra, fuego y viento

Llevo muy adentro cada gota de mi vida


un amor profundo, luminoso, singular.
Te amo con el alma, te amo sin medida,
te amo solamente como nadie supo amar.

Pero no estoy sola, este amor que nos protege


viene acompañado como río rumbo al mar,
trae enamorado agua, sol y peces
y refleja un cielo donde vamos a volar.

Cuando yo te abrazo no te abrazo sola,


te abraza conmigo una eternidad,
te abrazan los valles, las montañas y los vientos,
las flores del campo y el olor del pan.

Cuando yo te beso, no te beso sola,


azúcar te traigo del cañaveral.
Soy como la tierra para darte fruto,
soy de miel morena para amarte más.

"Esto sentimos por ustedes,


nuestro continente amado latinoamericano"
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 109

Vengo desde siglos, traigo voces y señales


que salen del fondo de la tierra por mi voz.
Cuando digo te amo, te aman los frutales,
la luna que enciende en mis ojos el carbón.

Por eso te cuido, te extraño, te nombra mi canción,


por eso te apaño con mis manos de algodón.
Que nada ni nadie pueda hacerte daño,
te pongo de escudo el parche de mi corazón.

Cuando yo te abrazo no te abrazo sola,


te abraza conmigo una eternidad,
te abrazan los valles, las montañas y los vientos,
las flores del campo y el olor del pan.

Cuando yo te beso, no te beso sola,


azúcar te traigo del cañaveral.
Soy como la tierra para darte fruto,
soy de miel morena para amarte más.
Soy de miel morena para amarte más.
Ser Mujer: Diálogos Intergeneracionales 110

CAPÍTULO V

LA ÚLTIMA RESPUESTA

“Ser mujer es estar en relación con alguien más: los hijos, la familia, otras mujeres,

los padres, la pareja, los compañeros de trabajo, etc.

Ser mujer es ser madre, aunque se puede elegir no serlo.

Si se es mujer y madre significa dar todo por los hijos, salir a trabajar, darles

prioridad, luchar, rebelarse, esforzarse por ellos.

Ser mujer significa tomar tus propias decisiones, tener tu propio dinero, conseguir

tus propias cosas.

Ser mujer significa trabajar, tener una profesión, un empleo.

Se mujer significa preocuparse por la apariencia personal.

Ser mujer es ser fuerte.

Ser mujer significa algo digno de orgullo”.

Estas son algunos aprendizajes que obtuve de realizar esta tesis con estas mujeres,

estas son las ideas que estuvieron presentes en sus conversaciones, estas son las ideas de las

mujeres propias de esta familia, no de otras mujeres. Estas ideas, como las que a

continuación compartiré, también, surgieron al escuchar las entrevistas, al responder a ellas,

al narrar la historia, pero también surgieron en momentos inesperados, oyendo la radio,

leyendo algo, bañándome, manejando, descansando, y en situaciones menos pensadas.

Estas ideas no son el resultado final de este proceso, como menciona Janice DeFehr (2008;

Shotter y Katz, 1996a; Shotter, 2012) los resultados en un proceso dialógico, emergen

durante todo el proceso, y no son “productos de investigación”. La investigación


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colaborativa no produce resultados que se conforman a los estándares tradicionales de

validez y confiabilidad, no es el objetivo de la investigación construccionista, en su lugar,

tiene como objetivo producir respuestas útiles a las preguntas de investigación que reflejen

justamente la experiencia vivida de los participantes (Gehart, Tarragona y Bava, en

Anderson y Gehart, 2007).

Las ideas anteriores, también son las formas como la palabra mujer ha sido usada en

esta familia por estas mujeres, como menciona Wittgenstein (1953 en Shotter y Katz

1996a), las palabras cobran sentido por la forma en que se emplea en la vida social, son los

“juegos del lenguaje”. Estos usos algunas veces fueron similares entre ellas y otras no,

haciendo, cada una un uso particular de la palabra mujer, adaptándolo a ellas mismas.

Siendo Conchita el personaje principal “me parece que hubo un consenso sobre el

esfuerzo que hizo ella, por ellas, y de que ha trabajo mucho, pensaba que esta tesis podría

ser un reconocimiento por todo lo que ella nos ha aportado” como madre y abuela, y ahora

a mí, también en lo profesional. Pensaba también, ya no sólo en Conchita, sino en las otras

mujeres que han tenido una historia similar y que han pasado desapercibidas, en las que día

a día siguen trabajando y de las que nadie ha contado su historia, a algunas de ellas me las

he encontrado en la terapia.

Al principio del proceso y al empezar a escuchar las historias, pensaba que ellas se

habían rebelado, “tal vez rebelar sea un palabra fuerte y no tan positiva, pero para mí,

rebelarse, es no estar de acuerdo con los estereotipos y con toda la intención, al menos yo,

busco hacer cosas diferentes, pensaba también en “mujeres transgresores” (por el libro

“Las Trangresoras” de Dosio, 2007) como aquellas que no cumple con lo establecido,

aquellas que se atreven a desafiar los roles impuestos, y me parecía un calificativo muy
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fuerte, que la gente externa puede imponer, cuando busca la perpetuación de los

estereotipos, de los cuales salen beneficiados, los que no quieren un cambio, los que se ven

perjudicados en sus intereses particulares son los que van a juzgar negativamente

cualquier cambio que se salga del esquema establecido. Y creo que yo no estoy exenta de

caer en este peligro de resistirme al cambio cuando éste no me convenga”. Y después

pensé, “tal vez ellas no se rebelaron a lo que se esperaba de ellas sino al contrario, lo

cumplieron muy bien, fueron madres fuertes, trabajadoras, que hicieron, hacen y harán

todo por sus hijos”.

Lo anterior me hizo pensar en que “ser madre se vuelve una condición desde la cual

se piensa y se ven las cosas, ya que estuvo presente en todos los temas, como una

imposibilidad de ver, sin dejar de ser madres”. Como menciona Oehmichen Bazán (2005,

p. 335) sobre las mujeres mazahuas, “son sostenedoras de su hogar precisamente porque la

dimensión de género gira en torno a la maternidad”, lo que me resultó muy parecido a la

historia de estas mujeres, en quienes “las fortalezas vienen de otras persona,

principalmente los hijos, otras personas se vuelven la razón y la energía misma para

moverse”. Sin embargo no siempre se es la misma madre, “la diferencia de edad de los

hijos es una influencia también en la visión y el actuar del ser madre, desde una labor ya

concluida, con los hijos adultos, ya mayores, laboralmente activos, en comparación con la

idea de una tarea pendiente por realizar, con hijos adolescentes o aún en formación

universitaria, lo cual me hizo preguntarme ¿La labor de madre termina con la culminación

de la carrera de los hijos o con el matrimonio, o sólo disminuye la preocupación?”, y

cómo se ha podido ver, el ser madre no termina, continúa a lo largo del tiempo, “son los

mandatos sociales los que van cambiando, en cada etapa de la vida, se espera algo de tu
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ser mujer”.

Dentro de las conversaciones también pude ver que ellas mismas sí se consideran

fuertes, al menos mi tía Mirna así lo mencionó, “yo pienso que las tres somos mujeres que

solas hemos salido adelante”; “me hice hasta cierto punto más fuerte”, “ya era fuerte, se

hizo más fuerte” (sus palabras y mis palabras como en la historia). Y esa fuerza ha

consistido en “poder hacer lo que quieres”, tomar tu propias decisiones, y no lo veo como

algo de libertinaje sino como un empoderamiento, de tomar sus vidas bajo su propio

control y eso me encanta, me anima, me motiva, me confirma las cosas que yo quiero

lograr” (mis palabras). Sin embargo, creo que esta fuerza y este “hacer lo que quieras”

aunque ellas no lo hayan mencionado así, a mí me pareció que pudo haber tenido ciertos

costos, “no puedo (pude) evitar sentir tristeza de pensar que al menos mi tía, como mujer,

ha tenido (tuvo) que seguir “sola”, es aquí donde pienso en los posibles costos por ser el

tipo de mujer que es, independiente, responsable, resiliente, pero también pensaba que

estas mismas características han surgido (surgieron) a partir de las ausencias y

necesidades que han atravesado. Sería como pensar ¿qué fue primero, el huevo o la

gallina? Y creo que en realidad no me importa, bueno sí un poco, saber cómo surgió

porque creo que no hay una respuesta precisa y no quiero encontrar los porque son así,

sino más que nada conocerlas, aunque confieso que tal vez si he estado (estuve) buscando

los porqués”. Lo que me llevó a pensar que “hablar de las mujeres también es hablar de

los hombres en contraposición, la otredad, la paradoja, el ser a partir del no ser de ellos-

hombres”. “El género propio no se “hace” en soledad. Siempre se está “haciendo” con o

para otro, aunque el otro sea sólo imaginario” (Butler, 2006 p. 13).
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Los Hubiera o No Hubiera

Al realizar la historia también surgieron en mí una sería de preguntas que decidí

llamarlas “los hubiera o no hubiera”, de los cuales ya se ha dado alguna respuesta dentro

de la historia.

- “¿Qué hubiera pasado sí mi abuelita hubiera estudiado?

- ¿Qué hubiera pasado sí mi abuelito hubiera sido responsable?

- ¿Qué hubiera pasado sí mi mamá no hubiera estudiado?

- ¿Qué hubiera pasado sí mi mamá no hubiera salido de Ciudad del Carmen?

- ¿Qué hubiera pasado sí mi tía Mirna y las demás no hubieran trabajado?

- ¿Qué hubiera pasado sí Katy siguiera con vida?”

“Estas otras circunstancias y posibilidades hubieran cambiado nuestra historia” y

la tesis no sería esta que usted está leyendo y tal vez ni siquiera existiera. Sin embargo las

circunstancias vividas, las que sí sucedieron, por más dolorosas o incomodas que hayan

sido, son las que nos han hecho quienes somos hoy en día. ¿Qué otros hubiera se le

ocurrieron a usted?

Dentro de las reflexiones, también pensé que yo he recibido mucho de estas

mujeres, ellas me han criado, me han alimentado, me han educado, me han consentido, y

pensaba ¿Qué han recibido ellas de mí, qué les he dado yo a cambio?, creo que como hija

cumplí con mi rol esperado de terminar mi profesión, les he dado mi cariño y tal vez no

siempre fui la más obediente de las hijas pero “pensaba en mi responsabilidad social, no

sólo con ellas sino también con el resto de la familia desde mi ser psicóloga, creo que sería

bueno preguntar y no dar hecho y ni quedarme con la duda de lo que esperan, al menos

ellas en lo particular, por el hecho de que yo sea psicóloga… tendrán alguna expectativa
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de mí, no la he sentido, tal vez no me vean tanto en el rol de psicóloga sino más bien como

hija, sobrina, nieta, prima, como Loretito.

Una idea que llamó mi atención fue lo dicho Simone De Beauvoir (2010), “mujer

ser para otros, yo pienso mujeres en relación” (las comillas y cursivas son mías, ya que

son mis propias palabras en otro momento), aunque esta relación no necesariamente todo el

tiempo sea positiva.

Otras respuestas.

En lo Personal…

“Realizar esta tesis me ha dejado una satisfacción muy grande como nieta, hija,

sobrina, prima y hermana. Que afortunada soy de ser nieta, hija y sobrina de estas mujeres

madres responsables”.

Tuve la oportunidad de conocer historias familiares a las que tal vez nunca hubiera

tenido acceso porque no se habla sobre ellas de manera cotidiana.

Me hizo desarrollar una admiración más fuerte hacia las mujeres de mi propia

familia y amar más a mi abuelita.

Me hizo verme a mí misma y la mujer que quiero ser”.

Ellas están presentes en mí, tal vez siempre lo han estado, sólo ahora soy consciente

de ello, como lo dice Gergen (2006 p. 109) “cada uno de nosotros se vuelve otro, tan sólo

un representante o sucedáneo. Dicho en términos más generales, a medida que pasan los

años, el yo de cada cual se embebe cada vez más del carácter de todos los otros, se

coloniza”.
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En lo Profesional…

“Me hizo tener ejemplos para compartir durante las sesiones de terapia.

Me hizo estar más atenta a la forma de ser mujer que promuevo dentro de la

terapia o el trabajo profesional.

Me hizo conocer un nuevo proceso de investigación.

Me hizo sentirme libre de desarrollar mi propio proceso de investigación.

Me invitó a estar en diálogo constante, a escuchar y responder con todo mi ser”.

Deseos Realizados

A lo largo de estos cinco años se presentaron algunos cambios que me parece

relevante compartir ya que fueron mencionados como anhelos, deseos y logros por parte de

las participantes. Mis primas antes adolescentes entraron a la universidad y actualmente ya

están estudiando, sus respectivas licenciaturas. Mi mamá viajó a Europa en Julio de 2010.

Mi hermanita quien está terminando la preparatoria, recientemente recibió la noticia de su

aceptación en la universidad donde aplicó. Y mi prima Karina recientemente también

comenzó a ser madre a través de un proceso de adopción, la llegada de su hijo Diego, ha

sido muy significativo para la familia, ya que es el primer hijo de la primera nieta, así que

estamos muy felices todos.

Reflexión Final

Todas estas ideas, pensamientos, sentimientos, reflexiones, comentarios,

compartidos a lo largo de esta tesis, durante estos cinco años, han sido desde la perspectiva

actual, cada momento tuvo su propio contexto, su propio humor, su propio ambiente,

durante estos cinco años se presentaron cambios que le dieron un matiz particular a cada
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párrafo, mientras escribía. Los espacios físicos cambiaron, de un consultorio a otro, de una

casa a otra; los acompañantes de escritura cambiaron, de los amigos de clase a mis gatitas

adoradas; los humores fluctuaron entre ánimo, motivación, preocupación, apatía,

desesperación, emoción, sorpresa, tristeza, incomodidad, alegría, optimismo, entre otros;

mi situación laboral cambió, de un trabajo de servidora pública, a una emprendedora

desempleada; mi estado civil cambió, de soltera a casada; trabajé de día, de noche, de tarde,

de madrugada, con calor, con lluvia, nunca con frío; y los sabores fueron los mismos, café

y chocolate. El día de hoy, al hacer la integración final de documento pienso en lo que

propone Gergen (2006 p. 152) “sólo podemos comprenderlos con referencia a nuestras

convenciones interpretativas actuales y no hay manera de evaluar la similitud entre estás y

las del pasado, ya que cada intento de interpretar las convenciones del pasado procedería, a

su vez, de nuestras convenciones actuales”, así que aunque hubieron cambios, siempre lo

viví como un momento en el presente, incluso al recordar, lo estuve viviendo con mi

presente.

¿Mi trabajo concluye al terminar esta tesis? Creo que no, es más, creo que empieza

uno nuevo, principalmente relacionado al tema de género y las mujeres, y aunque sé que

estos temas abundan me parece que “sigue habiendo discriminación, violencia,

desigualdad debida el sexo, debida al género, (mis palabras encontradas en Butler, 2006) y

aunque yo pueda verme a mí y a estas mujeres más allá del género, todavía vivimos en una

sociedad con género. Espero el día en que estas diferencias biológicas o psicológicas no

sean causa de desigualdad social, mientras seguiré en la lucha, en mi trabajo y en mi vida

personal”. Ya que, como dice Simone De Beauvoir (2010 p. 207) “No se nace mujer: se

llega a serlo”.
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