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experiencias psiquedélicas.
Maestro en Psicoterapia
Directora.
Instituto Kanankil.
Presente.
alumno Ken Eduardo Avila Roura para obtener el grado de MAESTRO EN PSICOTERAPIA,
Atentamente
Asesora
Mérida, Yucatán a 18 de enero de 2022.
Presente.
Eduardo Avila Roura de la cual usted solicita la revisión final y aprobación, le comunico
que esta ha sido Aprobada de acuerdo al Reglamento General del Instituto y por lo tanto,
Atentamente,
M.T.F. María del Rocío Chaveste Gutiérrez, Ph.D. María Luisa Molina López, Ph.D.
Directora Maestra de Seminario de tesis
Hoja de Advertencia
Por este medio hago constar sobre el presente trabajo de investigación lo siguiente: es de
mi autoría, con excepción de las citas y referencias señaladas a lo largo del documento,
con la intención de fundamentar teóricamente las ideas expuestas y darle crédito a la
gente citada.
Este trabajo no ha sido presentado de manera previa por ningún motivo en ningún
contexto.
A mis colaboradores, Kyle, por ser la persona que es y aportar tanto con su
existencia a este mundo; A Geseell por las conversaciones tan interesantes que hemos
podido tener; a Samy, por compartir los aprendizajes que ha obtenido gracias a esa
iniciativa tan grande para mejorar su propia vida, ayudando así también a otros.
A Tere e Ismaela, por interesarse en lo que hago y por las reflexiones compartidas a
lo largo de estos años. Al Dr. Elías, por poner la semilla que dio como fruto esta tesis. A
Antonio Rubio, por siempre estar abierto a compartir sus saberes y el fruto de los mismos.
Mi aproximación a la psicodelia…………………..……………….………………………………17
La intención …………………..…………………………………………………………………………..21
DMT……………………………………………………………………………………..……..….……..35
Yopo………………………………………………………………………………………………37
Ayahuasca……………………………………………………………………...…..….…….38
Hongos neurotrópicos…………………………………………………………….…………….41
Bufo Alvarius……………………………………………………..………………………….……..46
Referencias bibliográficas……………………………………………………………………………………….72
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Capítulo I: Set
Para comenzar me gustaría compartir un poco sobre cómo llegué a este tema y el
porqué de mi fascinación por el mismo. Desde niño había tenido una inquietud espiritual,
por así decirlo, la cual no había podido ser satisfecha con el catolicismo. Sí, durante mucho
tiempo me consideré creyente hasta que tuve un choque cultural muy fuerte al mudarme.
Este suceso hizo cuestionarme toda mi concepción del mundo.
A los 12 años, en agosto de 2004 me mudé del entonces Distrito Federal, ahora
ciudad de México, a Mérida, Yucatán. Por azares del destino mi nueva escuela era una
sumamente conservadora, completamente ligada a la ideología católica. Por esta razón
asistí a más misas de las necesarias para darme cuenta de que mi sentir y pensar no eran
congruentes con el contexto donde me encontraba. Incluso, uno de los momentos más
disfrutables para mí era cuando todos se hincan ante la ostia, a excepción de pocos
alumnos que no compartimos esta fe. De alguna manera reconocía estar en una
búsqueda, sin embargo, no sabía ni por dónde comenzar.
Pasaron los años y mis prácticas espirituales fueron cambiando junto con el rumbo
de mi vida. Tenía la música y mi batería, descubrí el yoga y retomé el skate. Estas prácticas
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ayudaban a llenar mi necesidad de tener espacios en los cuales todo mi ser, juntando lo
“físico” y lo “mental” estuvieran en un estado meditativo y por ende me ayudaran a
relacionarme y sentirme parte de un todo, de la calle en donde patinaba, del espacio en
donde hacía yoga, de los árboles que me rodeaban, así como de los animales y las
personas.
Por otra parte, el estar en este lugar me ayudó a explorar diversas formas de
relacionarme. Esto gracias a la diversidad de gente que existe en la UADY, particularmente
en el campus de ciencias sociales. Como resultado de esto también pude establecer
vínculos muy profundos con gente ahora muy cercana a mí.
Como había mencionado antes, no había estado muy en contacto con mi lado
espiritual desde hace ya un rato, tal vez no había encontrado la manera ni el momento;
sin embargo, aquí algo me hizo click con esta propuesta. Investigué un poco sobre el tema,
había varios documentales en Youtube y después de hablar con varias personas cercanas
al respecto, me animé.
Toda la experiencia fue tan bella como intensa. Los efectos comenzaron justo
cuando saqué el humo ocasionado por la aplicación del calor a la secreción del bufo,
preparada en una pipa. De repente toda mi piel se erizó y ya no me encontraba
mentalmente en esta realidad. No identificaba en dónde estaba, solo percibía una luz muy
intensa y una calma gigante. Esta calma me abrumaba a tal grado que me ocasionaba la
sensación de llevarme a perder mi mente. Entonces, de repente me encontraba en otro
lado, flotando en lo que parecía ser el espacio, con un cuerpo femenino y translúcido
frente a mí; me sentía conectado más allá de lo físico, de una manera muy profunda que
hacía que nuestro latido del corazón estuviera sincronizado.
Cuando la intensidad del viaje y de la música con la que me acompañaba Julio bajó,
comencé a ver a mi familia y a otras personas muy queridas y cercanas a mí. A muchas de
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ellas no las veía como son físicamente, sino como nubes o plantas. Entonces, comencé a
regresar y también en ese momento me comenzaron a llegar muchas imágenes,
fragmentos de conversaciones y canciones de diferentes momentos de mi vida, en orden
aleatorio. Junto con esto, estaba experimentando la sensación de armonía más grande de
mi vida, todo estaba en el lugar adecuado, todo estaba como era. Con esa sensación
regresé al aquí y el ahora.
Por otra parte, en mi vida personal también comencé a experimentar con otras
drogas psicodélicas. En sí la idea puede parecer un tanto imprudente, claro, siempre
buscaba tener experiencias con el mayor cuidado posible. Antes de consumir cualquier
sustancia leía para informarme. Esto poco a poco me fue llevando a diversos lugares llenos
de información, como grupos de psiconautas en internet en donde hablan sobre
reducción de riesgos, se intercambian experiencias con diversas sustancias e incluso hay
venta o intercambio de diferentes objetos, como esporas de diferentes sepas de hongos,
actividad completamente legal, entre otras cosas.
Todo eso me llevó a querer realizar mi tesis sobre estos temas. Para mí, el uso de
estas sustancias ha resultado ser una herramienta sumamente útil para explorar mi
espiritualidad y en relación a eso, también han sido terapéuticas ya que me han ayudado a
asimilar algunos eventos de mi vida donde me fue muy necesario apoyo para lidiar con los
acontecimientos de ciertos momentos.
Claro, este uso no es nada nuevo. Estas prácticas datan de miles de años atrás,
particularmente en México. Gastón Guzmán (2011) menciona diversas evidencias
arqueológicas de su uso desde mucho antes de la llegada española. Aunque no hay tanta
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Ahora, surge la pregunta ¿Por qué utilizar drogas psiquedélicas? Shulgin y Shulgin
(1991) mencionan varios puntos importantes para tener en cuenta. Para empezar, son
compuestos a los cuales no tienen el riesgo de una adicción física. Por otra parte, pueden
funcionar como herramientas para tener un conocimiento más profundo de sí mismos,
facilitando también una expansión mental y emocional.
Otro punto mencionado en esa misma página de Pihkal, de Shulgin y Shulgin (1991)
habla sobre el uso de sustancias como una posibilidad de ejercer la capacidad de tener la
libertad de experimentar con tu propia conciencia. Esto buscando siempre información
apropiada primero, con la intención de disminuir los posibles riesgos. Esto se reduce a la
siguiente frase: “Infórmate y después elige” (p.27).
Otra reflexión surgida en torno a esta lectura es la siguiente: hay más cosas
terapéuticas fuera de la terapia en la vida cotidiana de las personas. Si se usan en sinergia,
pueden realizar cambios sumamente significativos. Un ejemplo sería: ir a terapia, tener un
pasatiempo y alimentarse sanamente. La misma sinergia se puede realizar con el uso de
sustancias psiquedélicas, este es, de hecho, el fundamento lógico detrás de la psicoterapia
asistida con psicodélicos, legal en algunos países como Estados Unidos y Canadá entre
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otros. El detalle en la mayoría de estos lugares en donde se ofrece esta terapia es el filtro:
es necesario tener ciertos rasgos para poder ser candidato al servicio.
Finalmente, quiero hacer pública mi intención: abrir un poco más el diálogo sobre el
uso de drogas psiquedélicas desde una perspectiva colaborativa. Si alguien se suma a la
conversación a raíz de esta tesis, mi papel como investigador tendrá más sentido.
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Por otra parte, Gadamer en Andersen (1996), habla sobre los prejuicios y en la
posible influencia de éstos en la forma de entender nuestro mundo. También podemos
visualizar esto en la relación de los prejuicios con el pensamiento único y en cómo la
narrativa imperante alrededor del uso de drogas que alteran la conciencia son percibidas
por el contexto en donde nos encontramos.
Gastón Guzmán (2011) comenta que Wasson al hablar de los hongos de psilocibina
facilitados por María Sabina, los ubicaba en la denominación de “enteogénicos”, palabra
derivada del griego entheos, es decir, dios dentro. Este término también está relacionado
con el comentado por Sahagún en 1530, (en Guzmán,2011) al hacer mención del nombre
atribuido por los aztecas a los hongos de psilocibina: “Teonanácatl”. Esta palabra, nos
explica Guzmán, se deriva del náhuatl, “nanácatl” quiere decir hongo y “teo” sagrado, es
decir, hongo sagrado. Finalmente, también en ese mismo artículo, Guzmán opta por el
término “neurotrópico”, porque hace referencia al movimiento que ocurre dentro de
nuestro organismo al ingerir estas sustancias.
dicho cactus. Este precedente causó cierto impacto, el cual derivó en más investigación y
en publicaciones de experiencias relativas a esto, como la del médico y escritor Silas Weir
Mitchel en 1897.
Sobre este tema, McKenna (1992) trae al contexto sociocultural alrededor del
descubrimiento del LSD. Su gestación en plena segunda guerra mundial y su resguardo
durante los siguientes 5 años posteriores a su creación. Mientras, la comunidad de artistas
del dadaísmo y el surrealismo estaban exploraban su conciencia y su arte con mescalina y
hashish, sentando las bases para el surgimiento de los cambios culturales que provocaría
el ácido de manera posterior.
de psiquiatría. Estaban explorando las aplicaciones del LSD y para 1961 ya habían más de
1000 publicaciones científicas provenientes de diversos lugares del mundo (Dyck en
Méndez 2013). Sin embargo, también se habían estado experimentando con estas
sustancias en contextos fuera de la investigación.
Algo muy importante para destacar durante la década de los cincuenta con relación
a la investigación es el surgimiento del paradigma psicodélico. En esta década, Hoffer y
Osmond estuvieron estudiando en Canadá los efectos del LSD en “pacientes alcohólicos”,
se dieron cuenta del mejoramiento en particular de quienes habían tenido una
experiencia de naturaleza mística, la cual era percibida como valiosa y ofrecía también
“una nueva visión sobre el sentido de la vida”. Estos hallazgos mueven los entendimientos
teóricos de los autores y optan por intentar facilitar experiencias de naturaleza mística, en
donde se pudiera repensar los objetivos de vida, así como la conducta de los pacientes; así
surge la terapia psicodélica. Durante esa época, se destacó el uso de este tipo de terapia
para tratar el alcoholismo, así como paliativo en casos de personas con un cáncer muy
avanzado, teniendo mucho éxito (Sesa en Mendez, 2013).
Dos años después de esto sucede algo en la ciudad de México que terminaría
uniendo a Sabina con otro personaje muy peculiar: El Dr. Salvador Roquet. En 1957, el Dr.
José Rodríguez conducía estudios con alucinógenos para la UNAM, para esto utilizaron la
mescalina, derivada del peyote y el LSD. Al doctor Roquet se le administró mescalina. Esta
experiencia fue bastante fuerte para él como participante, incluso tuvo que ser medicado
durante un año después de este suceso. Sin embargo, la experiencia le deja mucho,
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Dawson (2015) narra cómo casi diez años después de esta experiencia, a mediados
de los sesentas, Roquet llega a Huautla. Ahí comienza a aprender de gente local que sabía
sobre el uso medicinal de la Ipomoea violácea, también llamado badoh negro. También
conoció del uso de otras plantas como la Salvia Divinorum. Además, durante este tiempo
también estuvo en contacto con María Sabina, aprendiendo sobre sus veladas con hongos
y de los efectos que éstas tenían en las personas que buscaban estas vivencias.
grupo, así como las actividades sexuales las cuales, se enfatizó, eran entre personas que
no estaban casadas y evidentemente esto está en contra de la voluntad del Dios católico.
La misma María Sabina tenía la idea de que los y las detenidas eran personas que le
habían faltado el respeto a los hongos, quitándoles el poder, además de no aportar a la
comunidad con trabajo. Sin embargo, a quienes se responsabilizó por lo sucedido fue a
María Sabina, Roquet, Wasson, entre otras personas, quienes habían sido los principales
estudiosos de los efectos de los psicodélicos (Dawson, 2015).
voluntarios fue el químico y Psiquiatra húngaro Stephen Szára, de acuerdo con Rick
Strassman (2001).
Entonces llegamos a una situación sumamente peculiar, ésta tomó lugar en Estados
Unidos en 1984. Oroc (2009) narra cuando aparece un panfleto con un artículo llamado:
“Bufo alvarius: The psychedelic toad of the Sonoran Desert”, en donde se describe a este
animal haciendo hincapié en sus propiedades psicodélicas. Por otra parte, también
menciona las características físicas particulares de este sapo, en dónde encontrarlo, cómo
extraer la “leche” de sus glándulas, la cual contiene en un 15% aproximadamente el 5
MeO-DMT; cómo prepararla para el consumo, la duración de la experiencia, entre otros
datos. Albert Most, el autor, permaneció en anonimato hasta hace poco, cuando en el
capítulo 1 de la tercera temporada de una serie documental llamada “Hamilton´s
Pharmacopeia” (2021) se revela su verdadera identidad: Ken Nelson.
Por otra parte, cabe aclarar algo: dentro del lenguaje de algunos usuarios del bufo,
se utiliza el término “medicina ancestral” y se habla sobre el posible uso chamánico
prehispánico. Sin embargo, Horák, Mateos y Cortina (2019) comentan que no hay
evidencia literaria que demuestre un uso tradicional de este animal. Es entonces, muy
probable que el uso de este psicodélico de origen animal haya sido descubierto en los
ochenta y sea algo relativamente nuevo para la humanidad, no así el uso de psicodélicos
en general.
Mi aproximación a la psicodelia
Por otra parte, Ghiso (2010) habla sobre el pensamiento único en la investigación
social. Aquí presenta un escenario del cual he sido testigo. En la comunidad científica y
particularmente universitaria, se tiende a favorecer el trabajo estadístico con la finalidad
de generar múltiples publicaciones científicas con los mismos parámetros. Cuando hay
retroalimentaciones a este sistema o alguien con la voluntad de hacer las cosas diferentes
tiende a haber descontento e incluso puede llegar a ser ignoradas ideas sumamente
valiosas.
Peraza (2015) cita a Sisto, Holstein y Gubrium y Denzin y Lincoln quienes al hablar de
la metodología cualitativa destacan la importancia de la disposición al diálogo y el
involucramiento activo del investigador, cambiando el enfoque de la producción de datos
hacia un proceso de comunicación dialógica activa. Considero esta idea muy relacionada
con la expuesta en el párrafo anterior (De Fehr 2019) y con mi experiencia al entrevistar a
mi colaboradora y colaboradores. Para el propósito de esta investigación tenía mucho más
sentido tener un proceso dialógico en donde yo pudiera ser flexible al momento de
indagar en la información expuesta por mis interlocutores ya que había mucha
información muy valiosa sobre las reflexiones surgidas a partir de sus experiencias y la
mejor manera de abarcar una buena cantidad era adaptándome a la vida del ecosistema
viviente del cual formábamos parte en la conversación.
Por esta razón considero una forma adecuada de continuar con la conversación
desde una postura cualitativa y particularmente colaborativa. Tarragona (en Peraza, 2015)
al hablar sobre el construccionismo social y la importancia del diálogo en el desarrollo de
nuestras identidades, comprendiendo las diferentes facetas personales en interacción con
las otredades y sus diversas facetas, influyéndose así unas a otras.
Sobre esto, Gergen (2008), habla sobre la “teoría relacional”, haciendo énfasis en la
importancia de los vínculos en las identidades culturales y también individuales. Somos en
conjunto con las otredades de nuestro propio contexto, de esto no se escapan las
metodologías de investigación. Por esto considero apropiado el enfoque de investigación
dialógica para esta investigación, los valores de dicha metodología son congruentes con la
forma como se fue dando este proceso dialógico de investigación.
Por otra parte, De Fehr (en Peraza, 2015) propone algo muy interesante en cuanto a
la indagación social colaborativa en la cual los terapeutas no somos los expertos en la
situación de nuestros usuarios, justo como en esta investigación. Nuestro papel como
investigadores y como terapeutas es escuchar y responder de manera espontánea a
nuestros socios conversacionales. Desde el inicio de mis conversaciones con mis socios
conversacionales me quedó claro lo rico de sus aportaciones, me preocupaba poder
profundizar en sus experiencias y por lo tanto en los saberes derivados de éstas.
La intención
Teniendo esto en mente opté por realizar entrevistas abiertas con mi socia y socios
porque no sabía cuáles eran los lugares a donde me llevaría cada una de las
conversaciones por desarrollar. Por la naturaleza de la interacción, era necesaria la
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flexibilidad ofrecida por este tipo de herramienta, junto con mi formación como terapeuta
colaborativo. Considero muy importante el trabajo realizado previamente durante las
prácticas supervisadas para poder prepararme para estas conversaciones.
Cada entrevista tuvo una duración diferente. El tiempo menor fue de 50 minutos y el
mayor de 1 hora con 42 minutos. Después de la primera entrevista, realicé la transcripción
y el primer análisis de contenido, de donde surgieron las primeras dudas. Además de esto,
dejé escritas en el documento observaciones, comentarios y preguntas, dicho contenido
salía de los sentires y pensares generados al volver a experimentar la entrevista, ahora
desde la lectura. La intención de esto era abrir la posibilidad de ampliar la conversación
hacia donde fuera tomando curso. En otras palabras, recibir información y devolver dudas,
a veces con observaciones; creando un ir y venir dialógico.
Esta transcripción con las anotaciones fue enviada antes de la segunda entrevista a
mis co-investigadores. De esta forma, comenzaba preguntando si habían podido revisar el
documento. Si era así, les pedía comentar si había algo en particular que hubiera captado
su atención. La respuesta variaba, pero ese era el punto de partida para una segunda
conversación si se necesitaba.
Por otra parte, De Fehr (en Cicero, 2019) al hablar sobre los co-investigadores
menciona lo siguiente: “los participantes involucrados en la indagación colaborativa y
dialógica pertenecen a ella, actúan dentro de ella y desde ella” (p. 16). En el caso de esta
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bastante como persona y por lo tanto como investigador, escritor de este documento y en
muchos otros aspectos de mi vida. Por otra parte, tener este proyecto en mi mente de
manera constante influyó en mí profundamente. De alguna manera, la curiosidad inicial
respecto a este tema me llevó a muchos lugares en donde pude tener aprendizajes y
experiencias muy enriquecedoras.
Primero está mi tía Geseell. Ella es una mujer que vive en Richmond, California y es
hermana de mi papá. Le gusta mucho la meditación y hasta antes de esta tesis ya
habíamos tenido varias conversaciones muy interesantes sobre espiritualidad, sin
embargo, hasta ahora pudimos hablar más ampliamente de todo esto. Geseell practica la
meditación y yoga, lo cual de alguna manera la llevó a la exploración de la consciencia y
esto eventualmente a tener su primera experiencia con psiquedélicos, en este caso
ayahuasca y eventualmente la secreción del bufo alvarius (5 MeO-DMT). Considero aún
esta conversación como inconclusa, aunque nos hemos visto después y afortunadamente
hemos podido compartir experiencias muy lindas en relación a los psiquedélicos y la
espiritualidad.
A continuación, está mi primo Kyle, hijo de mi tía Geseell. Desde la infancia tenemos
un vínculo muy especial para mí, es alguien muy cercano a pesar de vernos poco debido a
la distancia de los lugares en donde vivimos, él también vive en Richmond. Algo muy
curioso es el crecer separados para darnos cuenta de lo semejantes que somos cada vez
que nos volvemos a encontrar. También había conversado y tenido algunas experiencias
con algún grado de psicodelia antes de realizar esta investigación. El platicar con él
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Después está Samy. Es muy curioso cómo nos conocimos. La red está llena de
comunidades en donde se comparten dudas, información e incluso materiales físicos
relacionados con sustancias psicodélicas. Él y yo coincidimos en un grupo privado en
Facebook, donde se comparte información y experiencias relacionadas al bufo alvarius. Él
es un hombre de origen suizo, que vive en el Reino Unido y habla fluidamente español.
Fue una de las personas que respondió a mi llamado a participar en estos diálogos. Desde
la primera conversación me llamó mucho la atención su voluntad de experimentar.
Cuando supo del DMT, después de algunas experiencias con bufo alvarius decidió montar
un laboratorio casero para poder extraer del material base, raíz de tepezcohuite, el DMT.
Esto también le permitió obtener una cantidad suficiente para poder experimentar con
esta sustancia, la música y la meditación, como mencionaremos más adelante. Considero
todo un placer poder entablar conversaciones tan interesantes con una persona
desconocida hasta ese momento, de alguna manera logramos desarrollar cierta afinidad al
compartir nuestras experiencias, las cuales en muchos momentos fueron sumamente
personales. Por su apertura, amabilidad y voluntad por compartir sus conocimientos, me
encuentro muy agradecido con Samy.
agradecido enormemente con todas las personas relacionadas a este proceso, aunque
haya sido de la manera más mínima.
Penn y Frankfurt (en Peraza, 2015) hablan de la “voz” y cómo esta nos permite ser
conscientes y escuchar otras personas, hablando desde sus perspectivas sobre otras
personas. Al haber dialogado con mis 3 colaboradores dialógicos considero haber pisado
un territorio microscópico sobre las experiencias psicodélicas, en su potencial terapéutico
y en general en el impacto de esto en nuestras vidas. También lo veo como una forma de
colaborar en un entretejido de escala macroscópica de saberes sumamente diversos, pero
relacionados con la espiritualidad, nuestra conexión con otros seres, humanos o no, el
universo, lo divino y en fin, muchos otros temas.
Por esta razón considero crucial el poder explorar las experiencias y la sabiduría
adquirida a través de las mismas por mis colaboradores y colaboradora. Existe mucha
información bastante profunda no explorada por los cuestionarios con preguntas cerradas
o bien, limitantes. Estas conversaciones fueron solo el comienzo de un intercambio de
información respecto a la cual puedo decir lo siguiente: me voy con mucha más curiosidad
y tal vez con más preguntas de cómo llegué y también que me voy sumamente agradecido
de estar dialogando de este tema. Estoy convencido de estar en el lugar donde se supone
esté.
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Respecto a lo anterior, quiero citar dos puntos, los cuales considero muy
relacionados e influyentes de manera directa a este análisis. Primero está lo comentado
por Chaveste (2019) sobre la importancia de mantener una actitud reflexiva durante la
práctica; una manera de realizar esto es a través del cuestionamiento constante sobre los
discursos que alegan poseer la verdad, incluso el propio. Esto no podría ser posible sin
tener en cuenta el conocimiento local, su importancia reside en poseer información de
manera directa, por experiencia.
Quisiera concluir esta idea con cómo he relacionado una experiencia “Psiquedélica”
(Leary, 1960) con los procesos polifónicos que menciona Chaveste (2019). Cada
experiencia psicodélica es potencialmente una oportunidad de polifonía contigo mismo,
pero también con la naturaleza, con tus relaciones y con todo lo que te rodea. Es decir, es
también una oportunidad para llegar a entender la naturaleza y el respeto que merece el
otro, por la manera diferente de pensar los “momentos compartidos de referencia común”
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(Shotter, 2009). Dicho de otra forma, te percibes diferente a ti mismo y por lo tanto la
forma en la que actúas con relación a la otredad. Entonces es natural cuestionar la forma
en la que lo estás realizando y plantear posibilidades alternas.
Relaciono este comentario de Samy con mi experiencia. Fue algo muy parecido,
estaba dando hospedaje a una pareja de amigos, uno de ellos acababa de regresar de
realizar la extracción de la secreción del Bufo, entonces me comentó sobre los efectos que
tiene en la consciencia dicha sustancia. Me pareció sumamente interesante, además
estaba pasando por una etapa de mi vida en la que sentía una necesidad grande de
reconectar con mi lado espiritual. Posteriormente me fui informando por diversos medios,
muchos de ellos videos disponibles en Youtube.
Sin embargo, no fue así en todos los casos. Mi tía Geseell, quien ya tenía algunas
experiencias previas con ayahuasca, llega de esta manera:
Una semejanza algo peculiar en cuanto a las experiencias de Geseell y la mía, fue
llegar por personas que en algún momento anterior ya habían tenido alguna experiencia
psicodélica; además les conocíamos de manera directa. Semejante a lo sucedido con mi
primo Kyle, hijo de Geseell, nos comenta esto sobre el proceso de su hijo:
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“Me puse en contacto y le dije a tu primo: ‘¿Quieres ir?’ y Kyle me dijo: ‘Oye, pues sí
me interesa.´ ‘Pues vamos. Solo que antes de ir tienes que hacer una semana de
desintoxicación. Es decir, no carne, no papitas, no porquerías, no azúcar, no nada.’”
(Geseell, 2020, entrevista 1).
Sin duda considero que el papel de las redes puede llegar a ser crucial en estos
escenarios como lo son este tipo de ceremonias. Esta característica del “Setting”, en mi
experiencia, pudiera ser la más importante. Las experiencias más importantes que he
tenido, de las que más he aprendido y en donde más seguro me he sentido, han sido
rodeado de las personas más cercanas a mí, ya sea mi familia, pareja o amigos.
Me gustaría hacer un pequeño paréntesis aquí para reflexionar sobre las veces en
las que he sido un cuidador de familiares durante sus experiencias con hongos. Para mí
han sido tan importantes y trascendentales, ya no se diga transformadores también, como
mis propias experiencias fúngicas. El poder acompañar a tus seres queridos en un evento
con el objetivo de crecer personalmente me ha enriquecido mucho, no lo esperaba, pero
es algo que agradezco infinitamente.
Me gustaría continuar ahora con lo mencionado por Harlene Anderson (1999 ) sobre
el significado y cómo éste nos ayuda a darle un sentido a lo vivido. Analizamos nuestras
experiencias y de ahí interpretamos, aprendemos, reflexionamos y entendemos lo que
nos rodea. Un punto muy importante para mí es cuando menciona que el significado se
construye colectivamente, utilizando el lenguaje como herramienta; sin embargo, el
lenguaje puede ser hablado o no hablado. Por último, también está la posibilidad de un
cambio en la manera de relacionarnos después de atravesar por una experiencia en donde
obtengamos un aprendizaje significativo, donde sea posible un cambio de postura, por lo
tanto, de acciones.
“(…) con el sapito fue como... no es una lengua hablada, no te puedo explicar qué es,
pero tú sabes, tu mente sabe, nadie te está hablando, pero algo se está
comunicando contigo, te está dando mensajes, algo, no sé qué. Digo, yo lo atribuyo a
esa energía espiritual que está en todos lados. De hecho, yo sentí que tu abuelito, mi
papá estaba ahí, y yo sentí su presencia… aunque no me decía ‘Estoy aquí‘, pero no
necesitaba decirme, yo sabía que ahí estaba.” (Geseell, 2020, entrevista 1).
En relación a este primer punto, podemos leer cómo Geseell atraviesa por una
experiencia en donde recibe información de manera lingüística, pero también de una
manera sensorial, la cual incluso llega a ser muy grande y “abrumadora”, causándole una
sensación muy peculiar, principalmente de amor.
Más adelante, en el mismo texto de Anderson (1999) comenta: “Tanto el que habla
como el que escucha habita la palabra” (p 271). Al parecer, en este proceso de
comunicación con el cosmos no había un emisor claro del mensaje que se le estaba
transmitiendo a mi tía, sin embargo, era claro que ella estaba escuchando, recibiendo el
mensaje por un medio ajeno a las palabras.
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Me siento muy identificado con este proceso de comunicación vivido por Geseell; en
mi caso fue con hongos. Durante un momento en el que me encontraba en silencio y con
los ojos cerrados, tuve una visión sumamente breve de un platillo volador. De un
momento a otro este platillo se abrió y cuando sucedió esto tuve una certeza de la
existencia de Dios. Esta certeza evidentemente no viene de una serie de razonamientos
lógicos, simplemente es algo que sentí en lo más profundo de mis entrañas, lo sé, no hubo
palabras ni convencimiento; incluso pudiera parecer algo carente de lógica, pero yo solo
tuve una sensación clarísima de certeza en la existencia de algún ser o energía suprema.
“(…) pero sé que eso, escucharla sobre su experiencia después de que despertó y
regresó a sí misma de nuevo, me explicó cómo se sintió, ya sabes en el momento ella
más o menos podía escuchar mi voz. Ella comentó que yo era parte de la razón de
por qué ella se dio cuenta que estaba bien poder compartir ese tipo de conexión en
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ese momento, específicamente ¿ya sabes? Siento que limpió mucho el aire, en
realidad nos ayudó mucho a nosotros dos. Lo sentí inmediatamente, incluso en la
manejada de regreso a la casa.”
Lo que estos viajes causaron en la familia fue una revuelta de amor, largas y
agradables pláticas sobre nuestros miedos más profundos y sobre nuestros anhelos más
esperanzados. No es que no habláramos de estas cosas anteriormente, pero ahora lo
hacíamos desde otra postura: la del amor, del apoyo, con una presencia radical y con una
escucha activa, como me mostraron en Kanankil, pero con el estilo propio de la familia.
Finalmente, sobre estas experiencias, todos vimos y por lo tanto vivimos, cosas desde otra
perspectiva, lo cual también cambió nuestra manera de sentir y actuar. Todo esto no sin
dejar de ser quienes somos, simplemente haciendo ajustes en las áreas en las que ya
sabíamos, muy dentro de nosotros, que eran necesario haceros.l
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Antes de esta experiencia ya había leído a Shotter (2009), sobre sus momentos de
referencia común. Comenta sobre la importancia de las formas espontáneas de expresión
corporal y cómo estas nos pueden abrir paso para la generación de momentos
compartidos de referencia común, además de poder darte una idea del sentido interno de
la otredad y así poder generar una relación más empática. Considero a la serie de
experiencias mencionadas previamente, como desencadenantes de varias “sacudidas” y
por lo tanto experiencias que nos sirvieron para transformarnos a nosotros mismos como
familia, con el apoyo de todos.
DMT
“(...) lo que descargas en ese momento, que lo traes contigo, pero no tiene palabras
ni es un sentimiento. Entonces... no se puede explicar algo que no es de esta
dimensión, en el conocimiento que tenemos en esta dimensión. Aquí todo tiene
nombre, palabras y medidas. Esto no lo tiene porque no es de aquí, entonces no
podría explicarte con palabras.” Samy (2020, entrevista 1).
El llegar a dialogar con Samy sobre esta sustancia fue todo un descubrimiento
en el cual pude profundizar sobre cómo ha sido la experiencia para alguien como él.
Comenta que ésta puede ser semejante a la del bufo. McKenna (en Oroc, 2009) habla de
lo siguiente: “El DMT es como un hoyo negro intelectual en donde una vez que uno sabe al
respecto, es muy difícil para otros entender de lo que uno habla. Uno no puede ser
escuchado. Entre más puedes articular lo que es, menos parecen entender los otros” (p.
55). Eta misma idea se aplica a la experiencia con 5-MeO-DMT. Es difícil expresarlo, sin
embargo, considero a Samy alguien muy articulado para describirnos sus experiencias con
DMT, aquí un fragmento de su primera entrevista:
“Yo me acuerdo que mi ego estaba ido. O sea, tú estás ahí con esa luz y esa luz te
transmite comprensión. Cuando empezaba a volver en mí y empecé a pensar dije:
‘Ahora lo entiendo todo’. Empecé a abrir los ojos y a aparecer en mi patio. Seguía
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pensando: ‘Lo entiendo todo, lo entiendo todo.’ Me quedé como media hora en el
suelo sin poder... sin querer levantarme. No es que no pudiera, es que no me quería
parar de lo bien que me sentía, de que me quería, de lo bonito, llorando de felicidad,
por el DMT.”
Terrence McKenna (1991), comenta sobre una ocasión en la que tuvo una experiencia
muy semejante a la que nos narra Samy. Menciona que en 1966 después de fumar DMT
vino un viaje totalmente inesperado, cuando recobró la consciencia dijo una y otra vez:
“No lo puedo creer, es imposible, completamente imposible” (p. 69). Comenta que al
mencionar estas palabras se estaba refiriendo a la sensación de haber percibido un
“logos” o sabiduría, con la que llegó a dialogar, incluso llegó a preguntarle sobre si era
alguna clase de “dios o extraterrestre”.
Por otra parte, Cortina (2020) menciona sobre la particularidad de cada experiencia
en cada persona, suelen ser impredecibles y ligadas al del “set” y el “setting”. Sin
embargo, también estos viajes poseen una característica en común: “la adquisición de
conocimiento a través de la experiencia directa” (p.4). Más adelante comenta algo con lo
que estoy completamente de acuerdo: ésta puede ser una experiencia psicodélica,
divertida, intrigante, religiosa, terapéutica y a menudo, una combinación de todas estas.
Yopo.
Aquí quisiera retomar lo comentado por Samy en su experiencia con DMT, así como
lo comentado por McKenna (1991) sobre el “logos”, descrito como una entidad inteligente
que reside en un espacio descrito como del que habla Geseell a continuación en su
segunda entrevista (2020):
“Cuando hago meditación voy a ese punto. En ese plano espiritual, donde no hay
nada, me habla. Me decía: ‘No control, no control, no control.’ Como que me
recordaba eso. No con palabras, pero ese espacio me daba a entender que era parte
del todo. Entonces veía yo como si hubiera formado parte del Big Bang, yo era parte
de esa molécula o de esa bola de fuego, yo era parte de eso. Sentí como explotaba,
sentí el impacto, una cosa así, veía una luz cegadora, muy fuerte y luego sentía que
me expandía”
Sobre esto mismo nos comenta Meyer (en Michael, et. Al., 2021) sobre un
“hiperespacio” en donde se encuentran también seres inteligentes con habilidades
comunicativas, esto después de entrevistar en línea a personas con experiencias de DMT,
y se observó que el 66% reportó este tipo de contacto.
Otro fragmento muy interesante durante esta experiencia de Geseell, tuvo que ver
con experimentar la unidad de la que habla Leary, et. Al (1960) en relación a la
trascendencia de tu misma persona:
“Pero había una voz en ese espacio y esa voz me decía: ‘Todo es un sueño, nada
existe. Todo es un sueño, nada existe.’ Entonces en ese momento se me prendió un
foquito. Me di cuenta de que sí, todo esto no es real, nada de esto existe.
Después, abría los ojos, pero al ver el fuego, sentía que me decía: ‘Tú eres parte de
mí.’ Y me abrazaba y me abrazaba el fuego.” (Geseell, entrevista 2).
Relacioné este proceso en donde mi socia, comenta atravesar por una experiencia
espiritual muy fuerte, la cual fue en el marco de una ceremonia con yopo. Pensaba en las
palabras de Anderson mencionadas anteriormente (1997) y en la manera en la que esta
experiencia tan potente termina influyendo en la idea o conceptualización de la realidad
como un sueño en donde lo que está a nuestro alrededor es una ilusión, cambiando así
nuestra mirada de lo cotidiano, incorporando otra perspectiva a nuestro repertorio.
Ayahuasca.
Me gustaría iniciar con un fragmento de una entrevista con mi tía, en la que ella nos
comenta cómo fue el principio de su experiencia con la ayahuasca, la cual fue un día
previo a la de bufo en un contexto de retiro para consumir diversos compuestos, en su
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mayoría psicodélicos. Aquí podemos ver qué era lo que consideraba importante
reflexionar previo a la toma:
“Y yo pensaba: ‘¿Intención de qué?’ Es que tienes que tener una intención clara ¿Por
qué estás aquí? O sea, si tú nomás vienes por curiosidad no te va a servir de nada.
(…) Entonces yo ya llevaba una intención algo clara. Entonces esto es lo que quiero
saber, quiero la guía. Estoy como en una adyacente en mi camino y no sé si jalar
para acá o para allá, estoy como perdida, pues realmente esto es lo que quiero
saber, porque no sé para dónde. “ (Geseell, 2020, primera entrevista).
Al respecto, Leary, Metzner y Alpert (1960) comentan que para planificar una sesión
con una experiencia “psiquedelica” hay que establecer un objetivo, aquí apuntan al
hinduismo clásico que sugiere estas 4 posibilidades: a) una comprensión intelectual
mayor, intuición del yo y de la cultura y un mayor aprendizaje; b) un sentido de ayuda,
cuidado, obligación hacia los demás; c) diversión, placer sensual y estético, acercamiento
interpersonal o d) trascendencia de tu misma persona y los límites espacio-tiempo, así
como un acercamiento a una experiencia de unión cósmica.
Por otra parte, aquí está la experiencia de Kyle, quien tenía cierta experiencia con
otras sustancias, por lo mismo tenía algunos elementos que le permitían mantenerse
relajado al respecto, dándole un inicio en donde se pudo sentir de la siguiente manera:
“Esa misma noche tomamos la abuelita, con ese no tenía miedo, antes de hacerlo fui
con una mente clara, era la primera vez que tomé la ayahuasca, pero no la primera
vez que tomo una droga alucinógena, de hecho, creo que hemos hablado sobre los
hongos y eso. (…) Me dieron dos vasitos de ayahuasca y después del segundo...
wey... es como mi cabeza explotó wey, ¿quién sabe? de hecho no me sentí mal para
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nada, de hecho, los chamanes, los que nos ayudaban a tomarlo, les daba un chingo
de risa, porque yo empecé a reírme lo más fuerte que me he reído en mi vida...” Kyle
(2020, primera entrevista).
“estaba en presencia de ese ser divino ¿no? De ese ser especial. Me decía: ‘¿Por qué
siempre dudas? si yo contigo estoy siempre, te quiero, te cuido, te amo. No necesitas
dudar, contigo estoy. Tienes todas las respuestas, yo te las doy, pero lo único que
tienes que hacer es escucharme, por necia. Escúchame, estoy contigo siempre y en
todo momento.’ Entonces eso me llenó de mucho amor. Empecé a sentir un amor por
todos y por todo” Geseell (2020, entrevista 1)
Sobre esto surge esto comentado por Shanon (en Michael, et. al. 2021) sobre llegar a
otro lugar del universo o dimensión, con una intensa sensación de realidad, en donde
existen “seres sobrenaturales”. Para mí, este tipo de experiencias espirituales durante los
efectos de un psicodélico han sido pocas, pero sumamente profundas. Las pudiera
describir como de los momentos donde mayor conexión con el cosmos y con este mundo
he sentido, por lo tanto también en donde he sentido un gran amor hacia mí y de mí para
todo afuera; como si yo fuera un medio de propagación de amor, de parte del cosmos
para todos los seres con quienes me relaciono. Ha sido terapéutico para mí el recordar
esto, saberse y sentirse un ser valioso y amado, en un contexto de aislamiento debido a la
pandemia, lo cual resultó de mucha ayuda para mi salud mental y bienestar en general.
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Por otra parte, Grof ha descrito un estado semejante (en Oroc, 2009), donde
comenta el llegar a un “fondo cósmico”, donde tenemos visiones de luz radiante,
abundantes en belleza, con seres de naturaleza divina y es ahí también en donde
podemos experimentar contacto con figuras arquetípicas con cruzas culturales, con
quienes suele haber algún tipo de intercambio de información, como podemos leer en la
experiencia de Geseell. Por otra parte, tenemos la sensación de amor. Oroc habla sobre la
respuesta emergente en una de sus experiencias “Amor, eso es todo lo que necesitas
saber. Soy amor” (p.25). Más adelante continúa relatando sobre una profunda sensación
de tener una certeza desde siempre, de que todo está bien, existimos y solo necesitamos
estar y ser.
Es así como llegamos a la siguiente sustancia. Encuentro mucha relación con los
siguientes puntos a tocar con experiencias de Kyle y una mía en particular.
Hongos neurotrópicos
Esta experiencia descrita por Oroc en el párrafo anterior conecta mucho con mis
aprendizajes en diversas experiencias con hongos. La sensación de bienestar por el simple
hecho de estar y ser, la importancia de sentir y practicar el amor, así como la gratitud
hacia todo y todos por infinitas razones, son experiencias muy enriquecedoras en mi vida
porque me orientan a fortalecer y establecer nuevos vínculos, además de invitar al
diálogo.
Pero me gustaría continuar con mi conversación con Kyle. Él me habló sobre ciertos
procesos que ha atravesado, algunos de estos tienen relación con los hongos
neurotrópicos. Estas experiencias han logrado crear ciertos ecos, debido a los
aprendizajes extraídos de las mismas, como leeremos a continuación:
“Cuando estaba bajando esa noche, eran como las 10:30 u 11, estaba en mi sala y
como si hubieran oprimido el botón de ‘reset’. De repente ya estaba de regreso (...)
.Fue memorable porque ha sido una de las veces que más fuerte lo he sentido y se
disparó por los sonidos de Pink Floyd, Fue como un switch, de repente ya me había
ido, estaba ido.” Kyle (2020, entrevista 2).
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Esto me recuerda lo dicho por Samy sobre la música como guía visual, en
comparación aquí Kyle comenta sobre cómo actúa como un catalizador. Por otra parte,
pienso sobre este estado en donde somos más susceptibles a la otras formas de
comunicarnos. Entonces, además de ser un desencadenante y guía en el mismo viaje
¿puede ayudar a conectar con cuestiones inesperadas?
Durante una de mis experiencias con hongos neurotrópicos hubo un momento donde
la melodía de una canción me hizo conectar inmediatamente con las vibraciones que
estaba percibiendo. En ese momento surgió de mí de manera espontánea un canto
gutural difónico, sintiendo una comunicación directa con la canción que estaba sonando,
Hanging from the rafters de The Human Bell. La melodía me cambiaba por dentro,
producía sensaciones en diversas partes de mi cuerpo con los diferentes sonidos de cada
instrumento. Mi cuerpo reaccionaba moviéndose y emitiendo sonidos con mi voz; fluía
junto con la canción y todas las sensaciones que emuló en mí este proceso; dichas
sensaciones resultaban bastante extrañas, pero de alguna manera terapéuticas porque
sentía cómo me acercaban a mi propio cuerpo, aceptándome y amándome por el simple
hecho de ser ahí, tirado en el piso del cuarto de mi amiga. En el momento tenían un
sentido total estar así, claro, lo más valioso para mí fue sentir eso por mi propio ser y
traerlo de vuelta conmigo a mi día a día.
Sobre el sonido, Bakhtin (en Andersen, 1996) lo percibe como la forma nuestra de
convertirnos en quienes somos. Al expresar, al producir los sonidos conformantes de una
palabra es parte de “el-ser-como-suceso”. Esta expresión es una forma de irnos
convirtiendo, este sentir provocado por mi voz y por la forma tan distinta de percibir mi
propia corporalidad hacía percibirme desde una perspectiva totalmente diferente a la
cotidiana, brindándome una posibilidad más de ser y de sentir, por lo tanto, de actuar.
sobre este proceso como algo bastante más complejo, espontáneo, único y vivo, donde
también está nuestra propia identidad entrelazada con todo lo involucrado en dicho
proceso, incluida la identidad de la otredad. Para ese momento, cuando tuve esta
experiencia, ya había realizado el ensayo de este documento para la clase de seminario de
tesis de la maestría por lo que agradezco a Papusa Molina, por lo tanto, no pude evitar
recordar esta lectura durante mi experiencia. Viví cosas profundas a nivel espiritual ese
día, una de esas tenía mucho que ver con la idea antes mencionada de Shotter.
Posteriormente, Kyle nos comenta sobre la forma en la que los hongos le han
ayudado en ciertos aspectos:
Sobre esto, Mason (en Doblin, et. al. ,2019, p. 95) mencionan: “se encontró que la
psilocibina mejoró el pensamiento divergente, un proceso importante involucrado en la
creatividad, además de estimular el bienestar del participante y la empatía emocional.”
Tal vez por eso pudiera ser la sensación renovadora del “reset”, los mismos autores más
adelante mencionan sobre la conexión neuronal posterior a consumir hongos, la cual tiene
efectos antidepresivos.
Un último punto tocado con Kyle sobre los hongos que me llamó mucho la atención
fue el siguiente:
“Honestamente siento que siempre que los tomo, ya sea recreativo o por alguna otra
razón, usualmente salgo más positivo, con una mejor visión sobre lo que sea que me
está pasando aquí en un determinado tiempo.” (2020, entrevista 1)
Catlow e Idel (en Uthaug, Lancelotta, Oorsouw, Kuypers, Mason, Rak, Sulakova,
Jurok, Maryska, Kuchar, Pálenk, Riba y Ramaekers, 2019) reportaron haber encontrado
una neurogénesis incrementada como resultados a la exposición a la psilocibina, principal
componente de los hongos. Esto se debe a la influencia de las propiedades antidepresivas
a corto y largo plazo que tienen los hongos.
acción” propuesta por la filosofía Zen, implica estar en “la zona” en donde dejas fluir tu
mente y tu cuerpo, alcanzando así un estado de unión con lo otro a través de la actividad
realizada. Lo relaciono con lo mencionado por Kyle en este comentario, pero también en
el anterior, sobre el uso recreativo y el amor por la naturaleza. Percibo estas actividades
como la búsqueda de una forma diferente de relacionarnos con nuestro entorno y por lo
tanto también de ir transformando nuestra identidad, moviéndonos hacia donde nos
llevan nuestras experiencias.
Estas ideas, en conjunto con las de Kyle me hacen pensar en cómo una experiencia
con psilocibina puede llegar a tener un efecto positivo en los estilos de afrontar las
situaciones. En mi experiencia, tuve una toma de hongos poco antes de trabajar en
algunos trabajos finales importantes, me sentía un poco temeroso y también estaba
trabado, sin mucha motivación a proceder, pero también con mucho cansancio por todo
el contexto de la cuarentena, la cual ha sido prolongada y ha acarreado diversos efectos
en mi estado de ánimo, además de los cambios en los ritmos de la maestría y otras áreas
de mi vida, en donde se me estaba pidiendo pero no estaba rindiendo tanto como yo
hubiera querido. En resumidas cuentas, estaba atravesando por algo muy parecido a lo
que comenta sentir Kyle durante esta pandemia.
Por estos motivos me animé a realizar dicha toma. Como comenta Kyle, considero
que fue una experiencia de “reset”. Me sentí fascinado por los sonidos, por las conexiones
que encontraba a mi alrededor, con mi propia persona y con el cosmos. Sentí una gratitud
inmensa poder presenciar las nubes en un atardecer con colores rojos y violetas como en
ocasiones sucede en Mérida. En medio de todas estas sensaciones, venían a mi mente
pedazos de textos citados en este análisis, pero también comentarios de mis maestros,
clases, de estas entrevistas y de muchas otras conversaciones que de alguna manera han
convergido aquí. En muchos trabajos de la maestría mencioné la gratitud, aquí la reitero.
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Bufo Alvarius
Me gustaría comenzar este apartado con una de las experiencias que tuvo Samy,
esta fue la primera vez de tres ocasiones en las que ha participado en una ceremonia de
bufo:
“Pero me asusté mucho, abrí los ojos, intenté irme. Ella cantaba, empezó a sonar un
timbal en mi cabeza, y empecé a escuchar cantos tribales y me asusté muchísimo.
Resulta que era ella haciendo la ceremonia, yo tampoco lo sabía ¿me entiendes?
pero estaba allí con sus cantos, con su timbal, cantando ícaros pero claro, a tí te
descoloca, vienes de un mundo occidental, fuera de esto, que no está en tu cultura y
de repente te sumerges en cuestión de 2 segundos, abres la puerta a un universo...
eh... tribal, algo místico y de repente estás metido de información.” Samy (2020,
primera entrevista).
Al conversar con Samy sobre esta experiencia me hizo pensar en la mía, la cual me
recuerda a lo comentado durante su viaje más fuerte con DMT. Yo experimenté algo
semejante. El “descargar”, como llama Samy, da una sensación de entender el sentido de
mi existencia. Aclaro, más que una idea identificable era una sensación en todo mi ser,
que llegaba hasta al centro de mi conciencia. Además, hubo diversos pensamientos que
me acompañaron durante la experiencia a manera de mantra, los cuales me ayudaron a
navegar: “Esto es lo que hay”, “Todo tiene sentido, está en perfecta armonía” eran las
palabras y sensación que me acompañan hasta el día de hoy. De alguna manera ha
continuado siendo un mantra que utilizo para afrontar las situaciones que necesito en
momentos en los que me siento desesperado o renuente a lidiar con algo.
De igual manera me identifico con él en cuanto a que la experiencia es tan bella que
al regresar lo haces con lágrimas en los ojos. Para mí fue el poder apreciar lo que tengo
desde una perspectiva totalmente nueva, siendo mucho más consciente de lo profundas
que son mis relaciones con las personas que me rodean, así como sobre el impacto que
mis acciones pueden llegar a tener en mis mismas redes y en mi propio futuro. Por otra
parte, eso que “descargué” también tuvo mucho que ver con el tener la certeza de saber a
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dónde y cómo me quería dirigir a partir de ese punto. Por otra parte, mis principales
dudas se apaciguaron, logrando darme una claridad mental bastante disfrutable.
“Te mejora, pero es verdad que ahora mismo no tengo mucho interés por repetirlo,
por hacerlo, por experimentar. Esa luna de miel de cuando pruebas una cosa y
quieres probarlo más y quieres experimentar. Una cosa que me molesta mucho es
que todo eso vale mucho dinero. Mucho rollo, mucha conexión con la naturaleza,
pero ningún facilitador te facilita gratis. Estoy en contra de la religión, pero la
religión te da la opción de dar dinero o no. Pero enseñan a todo el mundo. Mientras
que el bufo no. No accedes a él si no das dinero.”
La conexión lógica que tuvieron mis pensamientos al pensar en este concepto fue la
siguiente: primero en la idea de identidad y cómo estamos constantemente editando
quienes somos, así como nuestra historia. Después, pensé en cómo Samy menciona
hechos considerados sumamente importantes, como el haber probado el bufo alvarius y
el papel que esto juega en su historia, así como el curso tomado después de pasar por
estas reflexiones, las cuales influyen en la persona de ese momento histórico en su
narrativa. Después, recordé cómo Geseell mencionaba la idea de estar en una búsqueda a
lo largo de su vida, en donde nos describe la evolución de su pensamiento en torno a la
religión, también mencionada por Samy, y cómo esta misma influye en su vida espiritual.
Finalmente, tenemos en cómo vive cada quien su espiritualidad un aspecto considerado
importante por los cuatro conversantes , me incluyo, y este es parte de la identidad de los
tres en este punto de nuestras narrativas.
" Ah caray, empezamos por buen camino. Ya no estoy tan neurótica ¿no? Si ya en
algún momento voy a empezar a gritar me pongo a pensar: ‘Tranquilízate, acuérdate
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Otra cuestión que pude notar en ese comentario de mi socia conversacional, fue lo
comentado por Anderson (1999) en relación a la identidad, la cual es “dialógica y
narrativa”. Me llama mucho la atención como su pareja, mi tío Barry, asocia el enojo en su
esposa durante una situación como esa, sin embargo, al haber un cambio tan notable es
mencionado, entonces la identidad de una persona se va acomodando a nuevas
narrativas, por lo tanto, a nuevas maneras de actuar, alternativas y posibilidades. Para mí,
es destacable cómo nuestra identidad evoluciona junto con los diálogos, pero todo lo que
se construye previo a los diálogos sostenidos obedece a una serie muy larga de cambios
que ha habido a lo largo de uno o varios procesos dentro de un mismo individuo.
Lo siguiente a mencionar es la polifonía de Bajtin (en Anderson, 1999). Explica que el
yo se va creando de la multiplicidad de voces creadas a partir de algo dicho, como diría
Rita Charon “hay un yo que cuenta y un yo que es contado” (p.293). Ahora, si miramos los
diálogos sostenidos con mis socios, puedo identificar algunas retroalimentaciones, que
obedecen a esta multiplicidad de voces que causa la polifonía sobre la identidad de una
misma persona:
“Una de las cosas que me dijo mi papá después de que regresamos del retiro, ni
siquiera le pregunté nada. Solamente se acercó y me dijo: ‘Oye, ese retiro que
hicieron tu mamá y tú debió de haber sido de ayuda, porque toda tu actitud y
comportamiento ha cambiado alrededor de la casa.’ Y pues no me había dado
cuenta de esto, pero luego obtuve esta información de él y lo he visto. Han pasado
unos meses desde que lo hicimos y desde eso en verdad... obviamente a veces peleas
con tus papás, pero ahora siempre estoy bromeando con ellos, nuestra relación se ha
hecho mucho mejor con ellos.” Kyle (entrevista 1, 2020)
Me imagino el papel de mi tío Barry con respecto a la polifonía que está realizando
en la narrativa de la vida de mi tía y mi primo, dando retroalimentaciones sobre lo que ha
observado de la relación; pero también sobre cómo estos cambios traen consigo mismos
otros más, como una atmósfera diferente en un hogar, además de una nueva forma de
afrontar y resolver situaciones cotidianas más congruente con estas nuevas ideas. Me
pregunto ¿Qué es lo que pasaría si no hubiera una tercera voz? Es probable que la
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polifonía no fuera tan poderosa, puesto que cada persona que aporta también contribuye
a crear una visión más amplia del concepto de una misma persona. Por otra parte,
también pensé en la influencia de los comentarios y retroalimentaciones por parte de
todos a una polifonía del hogar, por así decirlo.
Ahora, hablando del proceso compartido por mi primo, mi tía, Samy y yo, pienso en
la posibilidad de cada una de las experiencias vividas, las cuales terminan resonando en las
narrativas de cada persona que las vivió. Cada experiencia representa también un
aprendizaje, algo nuevo para procesar y posiblemente integrar. Posteriormente pensé en
las diversas voces que pudiera haber en relación a las diferentes sustancias o maneras de
entrar en un estado, algunas de las que estuvimos conversando fueron: hongos de
psilocibina, DMT, ayahuasca, yopo, bufo alvarius y también la meditación. Visualizo a cada
una de estas sustancias o herramientas como creadoras de diversas experiencias, las
cuales crean polifonía en relación a algo trabajado durante el trance o ceremonia.
Gergen (en Anderson, 1999, p. 296), menciona: “lo individual es una propiedad que
emerge de lo comunitario.” Y aquí conecto directamente con mi experiencia, así como
con diversos comentarios de mis socios conversacionales en donde al atravesar por esta
experiencia pudimos sentir cómo nuestra identidad forma parte de algo mucho más
grande, algo colectivo y en lo cual tenemos una influencia mutua directa:
“Te haces bastantes preguntas. ¿Por qué siento más cosas con la naturaleza? Claro,
al igual ahí influye que he sentido esa conexión. Te das cuenta, los árboles tienen
vida, te das cuenta que... ¿me entiendes lo que quiero decir? Te hace mejor persona,
puede ser. Algo que, la sociedad no quiere, pero te hace mejor persona en dado
momento. Más sensible, no sé cómo puedo explicarlo.” Samy (2020).
visibles. Pero también es importante reflexionar sobre todo lo demás con lo que estamos
relacionados, es decir, todos somos parte del mismo mundo. En mi experiencia, durante
mi ceremonia de bufo alvarius, así como en algunas otras experiencias con hongos, ésta es
una de las ideas principales que han rondado mi cabeza: la conexión existente entre todos
los seres que formamos parte de este mundo, es entonces, este conjunto de relaciones
todo lo que antecede nuestra identidad.
Por otra parte, Steiner (en Shotter, 2009, p. 29) con la siguiente frase: “La otredad
que nos penetra nos hace otros”, ya que todas estas experiencias terminan siendo un
contacto con la otredad, sobre todo las más intensas. Este contacto tan brutal, tan intenso
y tan profundo termina cambiando algo sobre la forma de percibir lo cotidiano; es
entonces cuando se dan los cambios, las transformaciones, nos hacemos otros.
“Sí, pero es verdad que eso hace dos años no lo sabíamos. Yo lo hubiera
recomendado antes, que hay que hacerlo por lo menos una vez en la vida. Ahora no
lo recomendaría. ¿Por qué? Por el abuso que hacemos al animal. Solo lo
recomendaría si vas con los seri en temporada de sapo. Extraer veneno de solo una
glándula y dejarlo vivo, no extraer de todas sus glándulas porque dejas indefenso al
sapo. Nadie lo hace así, todo el mundo abusa del sapo.
La segunda razón es porque puede causar daño. Imagínate recomendárselo a tu
amigo y que le haga mal. Puede ser un daño permanente. Entonces mejor no lo
recomiendo. Si te tiene que llegar te llegará y si no, no.” Samy (2020, entrevista 2)
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A esto me gustaría añadir la idea de cuando repasamos los sucesos que más nos han
marcado a lo largo de nuestra vida. Personalmente tiendo a repasar constantemente lo
que éstos significan o aportan para mi conocimiento en el punto en el que me encuentro
en mi vida, o tal vez en otros puntos de mi vida. Me parece natural la idea de Anderson
(1997) en donde habla sobre cómo el conocimiento fluye a través de nuestra vida,
teniendo como referencia esos hechos tan significativos, en donde construimos y
renovamos el conocimiento.
A continuación, presentaré una idea que me llama mucho la atención, la cual tiene
que ver directamente con las creencias espirituales de mi tía Geseell, además de la forma
en cómo estos aprendizajes se pueden traducir en cuestiones cotidianas:
“hay una conexión muy grande con los animales, con la naturaleza, todos somos uno
solo, todos somos uno mismo, todos venimos del mismo lugar. Entonces para mí, el
ser un ser humano es un regalo y a veces no lo entendemos. Yo siento que venimos
aquí a disfrutar ser un ser humano. (…) Para mí hay una conexión muy grande,
inexplicable, que a lo mejor nunca nos tocará poder explicarla hasta que te vayas de
este planeta ¿no? Pero mientras tanto es muy difícil.” Geseell (2020, primera
entrevista)
De nuevo, esto me recuerda mucho a esta experiencia descrita por Leary, et. al.
(1964) en sus Ensayos sobre el “Libro tibetano de los muertos”. Cuando hablan de esa
planificación para experimentar la difusión de los límites del propio ser, para fundirse con
la otredad. En este caso, la naturaleza, los animales y todas las personas que formamos
parte de este mundo.
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Ahora, también hubo algunas reflexiones que estaban dirigidas directamente hacia
narrativas predominantes y/o grandes sistemas que terminan siendo opresores:
“Sabes que la sociedad, los políticos, la gente que tiene mucho poder, tiene mucha
influencia en querer tratar de programarnos. Así que el bufo te saca un poco de esa
programación. Samy (2020, entrevista 2)
Yo he descubierto que un tío que vive en la selva que antes tú lo veías, un tío de una
tribu. Que tú lo veías como algo ridículo, infravalorado, luego te das cuenta que este
tío sabe más que tú y vive mejor que tú. No lo obligan a trabajar, ni a ir al colegio, ni
le meten mierda en la cabeza, vive acorde a la naturaleza y dices: ’coño’.
Y siempre te dicen que esta gente es menos inteligente ¿no? Si ellos son sabios,
nosotros somos tontos.” (Samy, 2020, entrevista 2)
negocios mucho más rentable en contraparte a un hongo que puedes recoger del estiércol
de vaca durante una temporada del año.
Por este motivo me gustaría colocar este comentario Samy, el cual habla sobre una
alternativa a un pensamiento único, incluso a una experiencia única de vida:
“Cuando fumas bufo regresas con la misma sensación. Volví llorando de felicidad,
después te encuentras súper bien en los siguientes días. Es porque rompes esa
barrera, encuentras ahí algo fuerte… Esa era mi rutina, pero ya la he dejado de lado,
espiritualmente he tenido suficiente. Lo tengo ahí por si vuelvo a estar mal, pero ahí
está. No lo he tocado porque estoy bien. Ahora mismo estoy cayendo en cuenta de
esa reflexión. Ya no lo he necesitado… Me gustaría recalcar que hay que tener
mucha precaución. Mucha gente cree que es un capricho, pero se tienen que enterar
de lo que es, estudiarlo y estar conscientes de a dónde están entrando. También
informarse sobre las dosis.” (2020, entrevista 2)
También me cuestiono el riesgo que hay en las drogas comunes y legales ¿qué tanto
me pregunto sobre el daño que me causan? ¿Qué tanto me informo al respecto?
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Finalmente, creo que hay mucha información que necesita ser investigada, muchos
diálogos que necesitan ser desarrollados y conversaciones que tienen que seguir, otras
que tienen que pausar y en fin, quiero ser parte de este ciclo de llenado y vacío de
información en el saber colectivo.
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En mis propias experiencias con triptaminas, así como en las conversaciones con mis
coinvestigadores, podemos coincidir en el punto anterior. Los efectos, tanto fisiológicos,
como psicológicos y los significados de la experiencia variaron bastante. Si bien, hubo
muchas coincidencias, como la sensación de amor, y de unión con algo más allá de
nuestro ser, como también lo menciona Oroc (2009), cada experiencia fue bastante
diferente y por lo tanto, al momento de conversar las aportaciones fueron bastante
diversas. También tiene sentido esta diferencia en cada caso debido a lo reflejado en la
experiencia: nuestro mundo interior, nuestras conversaciones y nuestras diferentes
identidades. Si hacemos la adición de estos factores y muchos otros que seguro entran en
juego podemos encontrarles una explicación .
Por otra parte, también es importante recordar el papel del “set” en los posibles
efectos de una sustancia. Aquí tomo en cuenta a Peraza (2015) cuando comenta en sus
reflexiones sobre cómo hay diversos sucesos, personas y situaciones con una importancia
considerable para nuestra existencia, estos sucesos logran transformarnos,
trascendiéndonos como seres. Uniendo estas dos ideas, sería sumamente difícil ser la
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misma persona en dos experiencias psiquedélicas. Sobre todo, si la primera tuvo un efecto
importante, o incluso otro evento importante independiente, puede llegar a cambiarnos.
Pudiéramos considerar a estas vivencias como posibles catalizadoras de cambios. Esto
refuerza la idea siguiente: Si cambiamos de manera constante en la vida, aunque
tomemos en múltiples ocasiones la misma sustancia, hay una alta probabilidad de obtener
resultados muy diversos, debido a los cambios en nuestro “set”.
Aquí entra otro punto importante: cada sustancia funciona diferente en cada
organismo, tal vez a alguien le funcione mejor el DMT, a otra persona, los hongos, a otra
persona nada y a otra persona la meditación. Si alguien está dispuesto a utilizar estas
herramientas, en palabras de Alexander y Ann Shulgin (1991, p. 27) “Infórmate y después
elige”. Esta declaración me parece importante situar incluso como una postura política.
Un año después, Mckenna (1992) escribe sobre la violación de derechos humanos al tener
gobiernos con regulaciones tan severas para estas sustancias, llegándolas a catalogar
como ilegales e incluso como sin potencial terapéutico, cuando la evidencia sugiere todo
lo contrario.
Sobre esto, McKenna (1992), habla de un miedo por parte de las figuras de poder
ante las “drogas expansoras de consciencia”. Cuestiona sobre el control de la sociedad
incluso en el ámbito de los estados alterados de consciencia. Da la impresión de solo estar
permitido estar “entumecido” por el alcohol, o siendo altamente productivo con un café y
si necesitas relajarte, puedes fumar un cigarrillo de tabaco, para poder continuar con las
demandas de la sociedad donde vivimos, bajo una lógica capitalista y por lo tanto
consumista.
Esto lo puedo confirmar, bajo los efectos de algunas cervezas es probable el querer
consumir un poco más a lo largo de un día. Por otra parte, una dosis de hongos o de DMT
o alguna otra sustancia no funciona de esa manera. El consumo no se vuelve una
prioridad, pero si el ser una persona más cuidadosa del medio ambiente, de tu familia y en
general de las otredades.
Esto también me hizo pensar en Ghiso (2010) sobre la tendencia del pensamiento
único a ignorar e incluso anular la dimensión histórica de los sucesos. También señala al
mercado como el principal medio para la “regulación social” y también un contexto
neoliberal. Más adelante menciona algo directamente relacionado a la psicodelia: “la
emoción, la imaginación, la ensoñación, el juego, el goce estético de las relaciones
intersubjetivas quedan limitadas, eliminadas o exiliadas por el pensamiento único” (p.3).
Todos estos elementos ignorados por el pensamiento único son propios de los efectos de
la mayoría de las drogas psiquedélicas.
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Respecto a este cambio de narrativa, McKenna (1992, p.257) comenta sobre las
experiencias con DMT lo siguiente: “Lo que me ha impresionado constantemente durante
mis muchas inmersiones al mundo de índoles alucinógenas y que generalmente no se
comenta, es la transformación de la narrativa y del lenguaje.” Después continúa con una
descripción un tanto poética pero muy adecuada sobre estos efectos: “La mente y el self
literalmente se desdoblan ante tus ojos”. Y efectivamente, podría pensarlo en verse “al
otro lado del espejo” donde tenemos una perspectiva de nosotros completamente
diferente, pero seguimos siendo nosotros. Por esto mismo abre las posibilidades para
poder integrar nuestras identidades, conocernos de una forma más profunda, querernos,
comprendernos y por lo tanto, conducirnos de una manera incluso más cuidadosa y
respetuosa.
En contraste, Oroc (2009, p. 21) comienza con esta cita de Vladimir Nabokov: “La
vida es una gran sorpresa. No veo por qué la muerte no pudiera ser una incluso más
grande.” Y nos comenta sobre cómo la experiencia con 5 MeO-DMT influyó en su cambio
de perspectiva e incluso de personalidad, a un nivel tan profundo como el de su ideología,
además de la importancia para los aspectos espiritual e intelectual de su persona. Me
siento completamente identificado, mientras pienso en esa misma experiencia mía y estoy
59
aquí, sentado escribiendo mi tesis con varios libros y artículos leídos al respecto,
completamente agradecido con la vida de dejarme escribir sobre este tema.
Algo muy curioso durante esta época fue el papel de los psiquiatras y doctores por
medio de sus escritos. Dawson (2016) comenta sobre la fundación del Centro Mexicano de
Estudios en Farmacodependencia, en el 72. Este organismo descartó a las drogas
psicodélicas como sustancias sin valor terapéutico, incluso todo lo contrario. Guido
Belasso, director del centro comentó:
“Los psiquedélicos no tienen uso médico, causan una variedad de efectos negativos
tanto físicos como mentales, como náusea, vómitos, estados místicos religiosos o
disociación. También la conducta errática que han producido en varias ocasiones,
llevando a la juventud al asesinato o al suicidio”. (p.120)
Mi primer pensamiento al leer esto es: Seguro ninguna de estas dos personas ha
probado las sustancias que mencionan. Sobre esto mismo, el Dr. Carl Hart en Rogan
(2021), habla sobre su experiencia como neurocientífico investigando sobre adicciones.
Narra sobre el darse cuenta de algo muy importante: en realidad él no había probado esas
sustancias de las cuales escribía artículos científicos. Su experiencia con la heroína y
muchas otras sustancias cambian su postura de manera radical y ahora habla sobre el uso
responsable de las drogas legales e ilegales, siempre optando por la difusión de
información, no la prohibición.
Con este tipo de narrativas hacia las drogas estuvieron plagados mis años de
infancia, como la que implicaba la campaña publicitaria “Vive sin drogas” en la televisión
abierta. Me siento comprometido a hablar sobre mi experiencia, junto con la de mis
colaboradores y colaboradora, para de esta forma poder ir cambiando, junto con diversos
autores y autoras la narrativa en torno a las sustancias psicodélicas y sus usos. Respecto a
esto, Martínez y Pallarés (2013) comentan sobre como frecuentemente se utiliza dinero
para dirigir una campaña en donde se tiene una agenda basada en intereses
incongruentes con los de mucha gente, en referencia a la guerra contra las drogas. Más
adelante, también hablan sobre cómo la “mentalidad moderna” de alguna manera ha
traído antiguas estrategias de control social, como lo es la estigmatización.
Ahora, me pregunto sobre ¿cuál pudiera ser un papel ético como terapeuta ante el
uso de estas sustancias? Por una parte, considero muy importante el poder informarnos lo
más posible sobre el tema, afortunadamente existe ya una gran cantidad de material
tanto de lectura, como documentales, artículos en revistas populares como científicas,
entre otros. Por otra parte, también es necesario dejar de estigmatizar a los cuerpos
61
También hay que tomar en cuenta lo siguiente, entre el 80% y 90% de la población
que ha consumido alguna sustancia no desarrolla una adicción como tal; además no por
consumir una sustancia se tienen problemas de consumo. Muchas personas logran tener
un consumo responsable en contextos con riesgos reducidos para los otros y la persona
usuaria (Martínez y Pallarés, 2013).
Ahora, en contraste, pudiéramos pensar a la cultura del abuso del alcohol, carne y
azúcar como parte del pensamiento único actual, en contraposición de la cultura del uso
de plantas. Aquí me parece muy interesante esta propuesta de McKenna (1992) cuando
comenta sobre los efectos del uso cotidiano de estas tres principales sustancias
consumidas representa problemáticas de nuestra sociedad, son mercados con tendencia a
explotar grandes cantidades de recursos naturales, además de también estar relacionados
con problemáticas sociales y de salud, como violencia doméstica agravada por el
alcoholismo o enfermedades relacionadas al consumo de estas tres sustancias en
grandes cantidades.
Volviendo a la cultura del uso de plantas, podemos notar valores incluso más
relacionados con lo considerado “femenino”, como lo pudiera ser la sensibilidad, el
cuidado del medio ambiente y el trabajo en comunidad. Esto no está dentro de los
63
cánones estereotípicos de los roles masculinos, pero sí la cultura del colonizador, por lo
tanto, la acumulación de territorio, la imposición de la voluntad propia ante la ajena, la
competencia, entre otros.
Sobre lo anterior, en palabras de Shulgin y Shulgin (1991, p. 27) “Toda droga, legal o
ilegal, proporciona algún tipo de recompensa. Todas las drogas incluyen algún riesgo. Y
todas las drogas pueden ser objeto de abuso.” Entonces aquí es en donde entra nuestra
decisión como individuos de optar por una u otra sustancia. Claro, entre mayor sea la
investigación previa, así como la reducción de los posibles riesgos y de esta forma tener
un consumo responsable menores serán las posibilidades de dañarnos a nosotros o a
alguien más, pero es importante mencionar que esas posibilidades sólo se reducen, no
desaparecen. Siempre hay un riesgo latente, el cual debemos de estar dispuestos a
enfrentar si experimentamos con cualquier sustancia.
Shulgin y Shulgin (1997, p. 247) hablan sobre las diversas disciplinas involucradas en
la investigación del DMT: “Hay una droga (química) y una planta (botánica), que produce
un efecto (farmacología) en algunas personas en cierto lugar (antropología) que tal vez
tenga alguna propiedad curativa (medicina) o algún impacto espiritual (teología).” Sobre
esto destaco la importancia de colaborar de manera multidisciplinaria para poder indagar
mejor sobre todos estos temas. Por otra parte, el verlo desde esta perspectiva implica
solamente percibir una dimensión, de las muchas posibilidades. Si no solo nos centramos
en las disciplinas formales y vamos indagando sobre los fenómenos asociados que no
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Ahora, también me gustaría añadir algo comentado por Ken Wilber (2020) sobre las
“religiones esotéricas”, las cuales son resultado de “experiencia directa y de consciencia
personal”. En otras palabras, requiere la vivencia directa y personal, en donde a través de
alguna acción o proceso se tenga un resultado en particular con relación a la
espiritualidad, como lo es la meditación.
Por otra parte, Guerra (en Tartaowsky,2014) habla sobre la estrecha relación entre
los estados modificados de conciencia y el surgimiento de las religiones. Incluso atribuye
la idea de la divinidad a la experiencia de esos estados alterados. Aquí podemos pensar en
las escrituras y arquitectura del medio oriente, con diversos patrones geométricos muy
característicos de los efectos visuales derivados del uso de triptaminas.
Al respecto, Oroc (2009) toca las experiencias místicas, las cuales han sido el
comienzo de miles de formas de experimentar la espiritualidad y por lo mismo con propias
del ser humano, no son exclusivas de sacerdotes, chamanes o teólogos, o alguna
institución como la iglesia, es decir, todas y todos podemos tener alguna experiencia
mística independientemente de nuestras creencias o el lugar de donde vengamos. En la
experiencia de Oroc y en la mía, esto nos permitió ser testigos de un poder muy peculiar y
contundente, el cual nos hizo cambiar hacia una versión diferente de nosotros mismos,
congruente con nuestros cambios de paradigmas ocasionados por la ingesta de 5-MeO-
DMT.
También vienen a mi mente discursos como el de James Fadiman o Stan Grof (en
Mendez,2013), quienes, a través de su propia experimentación con compuestos
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psicodélicos como la psilocibina y LSD cambiaron su visión del mundo, por lo tanto su
forma de trabajar e inclusive los paradigmas de donde partían para hacer investigación.
Habermas (en Andersen, 1996) menciona sobre los sistemas con poder en nuestra
sociedad, como lo es la ciencia modernista. Después, esta institución va creando por
medio de la investigación científica un nuevo lenguaje de experto. Podemos ver esto en lo
referente a la psicoterapia asistida con psicodélicos basada en la investigación moderna.
Aquí podemos ver una transición de un lenguaje coloquial como “hongos mágicos” pasar a
“hongos de psilocibina” u “hongos neurotrópicos”. Lo cual no considero ni bueno ni malo,
el hecho es el siguiente: poseemos más información ahora, más que nunca, sobre estas
sustancias. ¿Qué rumbos deben tomar las conversaciones? Sin duda necesitamos mucha
cautela para no caer en los errores en donde hemos caído previamente. Por esto es
necesario ser conscientes de cuál ha sido el rumbo en términos sociales, legales y
terapéuticos tomados por la sociedad en torno a las drogas psicodélicas.
Por estas razones me parece de suma importancia continuar con la discusión con
relación a todas estas herramientas, sus empleos, sus contextos, sus riesgos, limitaciones,
usos para el mejoramiento de la salud mental o algún otro aspecto. Vale la pena mantener
una perspectiva en donde no se castigue al usuario, al contrario, en donde se pueda
integrar su narrativa, violentada hasta el día de hoy, dejando de lado peligrosamente
conocimientos sumamente valiosos. Sobre esto último Bakhtin (en Anderson,1996)
sostiene: “somos las voces que nos habitan”. Los usuarios de estas drogas tenemos
aportaciones valiosas fundamentadas en nuestras experiencias y posiblemente en las de
seres queridos cercanos, así como ideas para aplicar. Todo esto con el propósito de
compartir saberes importantes para nosotras y nosotros, así como seguir adquiriendo
conocimiento a través del compartir estas prácticas a quien tenga la voluntad de
acercarse.
Otro aspecto importante para ampliar el diálogo es el papel del terapeuta en estos
escenarios. ¿Cómo pudiésemos estar mejor preparados para asistir, orientar o informar a
los usuarios de sustancias psicodélicas? En un contexto de prohibición y tabú es muy
limitante. Incluso puedo comentar mi experiencia al abordar mi tema con colegas
terapeutas. Frecuentemente existe una cierta sensación de miedo al hablar sobre mis
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Si en algún momento deciden continuar con esa conversación, les dejo algunas
recomendaciones de temas importantes: Reducción de riesgos durante estas experiencias,
uso ético con el medio ambiente y las comunidades, conservación de tradiciones y
biodiversidad, por mencionar algunos. Por otra parte, la diversidad de ideas y
retroalimentaciones tiene una importancia esencial para conocer más de estos temas y
poder brindar información útil a las personas usuarias de estas sustancias, enfocándonos
siempre en la libertad individual de experimentar con su propia corporalidad, placer y
conciencia.
71
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