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Experiencias con triptaminas: Reflexiones y conversaciones de psiconautas sobre sus

experiencias psiquedélicas.

Tesis presentada por:

Ken Eduardo Avila Roura

Para obtener el grado de:

Maestro en Psicoterapia

Mérida, Yucatán, junio de 2022


Mérida, Yucatán a 08 de junio de 2022.

M.T.F. María del Rocío Chaveste Gutiérrez, Ph.D.

Directora.

Instituto Kanankil.

Presente.

La abajo firmante, asesora de la tesis: “Experiencias con Triptaminas: Reflexiones y

conversaciones de psiconautas sobre sus experiencias psiquedélicas”, presentada por el

alumno Ken Eduardo Avila Roura para obtener el grado de MAESTRO EN PSICOTERAPIA,

le solicita la revisión y, en su caso, la aprobación de la presente de acuerdo al Reglamento

General del Instituto.

Atentamente

Psic. Adriana Eréndira Chimal Cerón, M.P.

Asesora
Mérida, Yucatán a 18 de enero de 2022.

Psic. Adriana Eréndira Chimal Cerón, M.P.

Presente.

En relación a la tesis “Experiencias con Triptaminas: Reflexiones y conversaciones de

psiconautas sobre sus experiencias psiquedélicas”, presentada por el alumno Ken

Eduardo Avila Roura de la cual usted solicita la revisión final y aprobación, le comunico

que esta ha sido Aprobada de acuerdo al Reglamento General del Instituto y por lo tanto,

puede proceder a solicitar la fecha para el examen de grado.

Atentamente,

M.T.F. María del Rocío Chaveste Gutiérrez, Ph.D. María Luisa Molina López, Ph.D.
Directora Maestra de Seminario de tesis
Hoja de Advertencia

Por este medio hago constar sobre el presente trabajo de investigación lo siguiente: es de
mi autoría, con excepción de las citas y referencias señaladas a lo largo del documento,
con la intención de fundamentar teóricamente las ideas expuestas y darle crédito a la
gente citada.

Este trabajo no ha sido presentado de manera previa por ningún motivo en ningún
contexto.

Lic. Ken Eduardo Avila Roura


Gratitud:

A mi familia, particularmente a mi mamá y mi papá, por su amor y apoyo. A mi


hermano por los ánimos a experimentar y a seguir mi línea de interés. A mis abuelos, José
Manuel por los libros, María por los ánimos, Rosa por la compañía durante mi camino y a
Isidro, que aún está con nosotros. A mi tía Ana María, por todo el apoyo siempre.

Mi otra familia, Graciela, por toda la motivación, compañía, el amor y apoyo; a


Mónica por acompañarme en viajes sumamente divertidos y profundos, a Susana y
Cristóbal por escucharme, apoyarme y siempre estar; a Peps, por los años, llenos de apoyo
y aprecio y mucha música; Beto, gracias por ser quien eres y por tu risa. Ahtz, sin ti esta
tesis no existiría, al igual que gracias a ti Julio, les estoy enormemente agradecido.

A mis colaboradores, Kyle, por ser la persona que es y aportar tanto con su
existencia a este mundo; A Geseell por las conversaciones tan interesantes que hemos
podido tener; a Samy, por compartir los aprendizajes que ha obtenido gracias a esa
iniciativa tan grande para mejorar su propia vida, ayudando así también a otros.

A la comunidad de Kanankil por todas las conversaciones, particularmente a Rocío y


Papusa por su apertura a compartir sus saberes. A Ley y Brenda por esta bonita amistad y
por todo su cariño. A Saúl por todo el apoyo como amigo y como administrativo, a Josué
por su paciencia y amabilidad. A mi asesora de tesis, Adriana por aceptar trabajar conmigo
y compartir sus saberes y darme ánimos.

A Tere e Ismaela, por interesarse en lo que hago y por las reflexiones compartidas a
lo largo de estos años. Al Dr. Elías, por poner la semilla que dio como fruto esta tesis. A
Antonio Rubio, por siempre estar abierto a compartir sus saberes y el fruto de los mismos.

Finalmente, me gustaría también agradecer y dedicarle este trabajo a mi tío Marco


Antonio, a través de su gentileza con los seres vivos me ayuda constantemente a entender
y navegar mejor por la vida. Gracias por la música y por estar ahí tío, tu luz vive con
nosotros.
Contenido

Capítulo I: Set …………………………………………………………………………………………………….1

Introducción: personas espirituales relacionándose .....................................1

Capítulo II: Setting ………………………………………………………………………………………………..8

Algunos abordajes a la psicodelia ..……………….…………………………….………..………………8

Mi aproximación a la psicodelia…………………..……………….………………………………17

Construyendo esta experiencia…………………………………………………………………….21

La intención …………………..…………………………………………………………………………..21

Mis co-investigadores: los psiconautas, mi compañía en el viaje….………………24

Capítulo III: La experiencia…………………………………………………………………..…………..……28

DMT……………………………………………………………………………………..……..….……..35

Yopo………………………………………………………………………………………………37

Ayahuasca……………………………………………………………………...…..….…….38

Hongos neurotrópicos…………………………………………………………….…………….41

Bufo Alvarius……………………………………………………..………………………….……..46

Reflexiones derivadas de estas experiencias………………………….…….……….48

Capítulo IV: La integración………………………..……………………………………….…………………..56

Referencias bibliográficas……………………………………………………………………………………….72
1

Capítulo I: Set

Seres espirituales creciendo y relacionándose

Para comenzar me gustaría compartir un poco sobre cómo llegué a este tema y el
porqué de mi fascinación por el mismo. Desde niño había tenido una inquietud espiritual,
por así decirlo, la cual no había podido ser satisfecha con el catolicismo. Sí, durante mucho
tiempo me consideré creyente hasta que tuve un choque cultural muy fuerte al mudarme.
Este suceso hizo cuestionarme toda mi concepción del mundo.

A los 12 años, en agosto de 2004 me mudé del entonces Distrito Federal, ahora
ciudad de México, a Mérida, Yucatán. Por azares del destino mi nueva escuela era una
sumamente conservadora, completamente ligada a la ideología católica. Por esta razón
asistí a más misas de las necesarias para darme cuenta de que mi sentir y pensar no eran
congruentes con el contexto donde me encontraba. Incluso, uno de los momentos más
disfrutables para mí era cuando todos se hincan ante la ostia, a excepción de pocos
alumnos que no compartimos esta fe. De alguna manera reconocía estar en una
búsqueda, sin embargo, no sabía ni por dónde comenzar.

Entonces, mi padre, quien también ha estado en una búsqueda espiritual larga e


interesante, me prestó el libro “El poder del Ahora” de Eckhart Tolle (1997). Esta lectura
me hizo reflexionar en cuánto había estado rumiando ideas y en la importancia de poder
apagar todo ese flujo de pensamientos y poder simplemente estar en el momento. Esto
me llevó a experimentar una gratitud enorme y un éxtasis muy sano en momentos
totalmente cotidianos, como cuando ayudaba en el negocio familiar. Esto antes me ponía
de mal humor, pero ahora lo agradecía enormemente. Estos cambios en mi forma de
sentir, pensar y ver el mundo me marcaron, quedándose conmigo de cierta forma.

Pasaron los años y mis prácticas espirituales fueron cambiando junto con el rumbo
de mi vida. Tenía la música y mi batería, descubrí el yoga y retomé el skate. Estas prácticas
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ayudaban a llenar mi necesidad de tener espacios en los cuales todo mi ser, juntando lo
“físico” y lo “mental” estuvieran en un estado meditativo y por ende me ayudaran a
relacionarme y sentirme parte de un todo, de la calle en donde patinaba, del espacio en
donde hacía yoga, de los árboles que me rodeaban, así como de los animales y las
personas.

Ahora, lo descrito en el párrafo anterior no era un proceso completamente


consciente, hasta tiempo después me di más cuenta del sentido de estas actividades en mi
vida. En el momento todas estas prácticas contrastaban con las de mis relaciones más
cercanas, las cuales eran más o menos diferentes, pero seguía en contacto con gente
católica y las misas, como buen mexicano.

Posteriormente me enfoqué particularmente a estudiar, entre otras cosas y no puse


tanta atención, de manera consciente, a mi lado espiritual. También estuve en un período
muy enfocado y repitiendo el discurso científico modernista, sin embargo, en este período
de mi vida también tomé la clase de espiritualidad, impartida por el Dr. Elías Góngora en la
facultad de Psicología de la UADY, la cual me dejó mucho material para explorar estos
temas, particularmente a Stanislav Grof y la respiración holográfica, además de sus
investigaciones con LSD y psicoterapia.

Por otra parte, el estar en este lugar me ayudó a explorar diversas formas de
relacionarme. Esto gracias a la diversidad de gente que existe en la UADY, particularmente
en el campus de ciencias sociales. Como resultado de esto también pude establecer
vínculos muy profundos con gente ahora muy cercana a mí.

Además de lo anterior, también estaba comenzando mi formación como terapeuta.


Dicho de otra forma, estaba envuelto en conversaciones súper densas; durante esta época
tuve muchas conversaciones que lograron convertirme en una persona diferente. Notaba
cómo mi forma de pensar se transformaba a partir de las reflexiones surgidas durante
cada plática, fuera en el contexto terapéutico o cotidiano.
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Durante mis años como estudiante pasé un semestre en la facultad de Psicología de


la UNAM, ahí pude conocer a una gran conversadora, una de mis amigas más queridas,
Ahtziry García. Pasaron los años y yo ya me encontraba cursando la maestría en Kanankil,
cuando ella nos visitó junto con su pareja, Julio. Ahí fue cuando me hablaron sobre el bufo
alvarius.

Como había mencionado antes, no había estado muy en contacto con mi lado
espiritual desde hace ya un rato, tal vez no había encontrado la manera ni el momento;
sin embargo, aquí algo me hizo click con esta propuesta. Investigué un poco sobre el tema,
había varios documentales en Youtube y después de hablar con varias personas cercanas
al respecto, me animé.

Entonces llegó el momento de realizar la ceremonia. Me pidieron tener una


“intención” para el mismo, es decir, que tuviera un propósito que quisiera alcanzar al
realizar dicho evento. En ese momento, quería hacer dos cosas: explorar mi espiritualidad
y mejorar mis relaciones. El lugar en donde se llevó a cabo fue el departamento de
Ahtziry, prepararon todo el entorno para que fuera seguro y tuviera ciertos elementos
importantes para el facilitador, Julio.

Toda la experiencia fue tan bella como intensa. Los efectos comenzaron justo
cuando saqué el humo ocasionado por la aplicación del calor a la secreción del bufo,
preparada en una pipa. De repente toda mi piel se erizó y ya no me encontraba
mentalmente en esta realidad. No identificaba en dónde estaba, solo percibía una luz muy
intensa y una calma gigante. Esta calma me abrumaba a tal grado que me ocasionaba la
sensación de llevarme a perder mi mente. Entonces, de repente me encontraba en otro
lado, flotando en lo que parecía ser el espacio, con un cuerpo femenino y translúcido
frente a mí; me sentía conectado más allá de lo físico, de una manera muy profunda que
hacía que nuestro latido del corazón estuviera sincronizado.

Cuando la intensidad del viaje y de la música con la que me acompañaba Julio bajó,
comencé a ver a mi familia y a otras personas muy queridas y cercanas a mí. A muchas de
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ellas no las veía como son físicamente, sino como nubes o plantas. Entonces, comencé a
regresar y también en ese momento me comenzaron a llegar muchas imágenes,
fragmentos de conversaciones y canciones de diferentes momentos de mi vida, en orden
aleatorio. Junto con esto, estaba experimentando la sensación de armonía más grande de
mi vida, todo estaba en el lugar adecuado, todo estaba como era. Con esa sensación
regresé al aquí y el ahora.

Esta experiencia tuvo una duración de aproximadamente 30 minutos, sin embargo,


desencadenó una serie de sentires y reflexiones, las cuales cambiaron mi vida y por lo
tanto la forma en cómo me siento y pienso con respecto a la misma. Entonces, además de
vivir una experiencia sumamente impresionante, también percibes cosas de manera
diferente en tu día a día. Poco a poco fui trabajando en mejorar ciertos aspectos de mi
persona, gracias al viaje pude hacer esto consciente.

Lo primero que noté fue un incremento en mi sensibilidad. Recuerdo haber


pensado: “Me siento como un bebé” cuando noté lo sorprendido que me hacía sentir todo
lo que me rodeaba, además de conmoverme hasta las lágrimas como nunca después de
una gran sorpresa tras otra. Otro cambio fue el incremento en mi gratitud, podía apreciar
de una forma mucho más profunda a los vínculos más importantes de mi vida, es decir,
mis amigos más cercanos y a mi familia. No podía esperar a verlos y agradecerles por todo
lo compartido.

Mi intención inicial era explorar mi espiritualidad. Lo derivado de esa experiencia fue


poder observarme y dialogar conmigo mismo, así como con el cosmos y juntos poder
develar lo que es importante para mí, revisar a dónde quiero dirigirme y cómo realizarlo,
finalmente, formo parte del todo y al igual que todos, es muy importante mi aportación
para el universo del cual formo parte. Entonces pude ver más claramente lo divino en lo
considerado por mí como cotidiano, en mi día a día.

En cuanto a mi identidad como profesional, me desempeño como psicólogo en el


área clínica y educativa. Mis experiencias y sentires como persona han guiado siempre por
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dónde me muevo también en el área profesional. Estudié psicología y particularmente


psicoterapia porque creo y me consta su utilidad y sentido. Lo mismo digo sobre mi
trabajo.

Por otra parte, en mi vida personal también comencé a experimentar con otras
drogas psicodélicas. En sí la idea puede parecer un tanto imprudente, claro, siempre
buscaba tener experiencias con el mayor cuidado posible. Antes de consumir cualquier
sustancia leía para informarme. Esto poco a poco me fue llevando a diversos lugares llenos
de información, como grupos de psiconautas en internet en donde hablan sobre
reducción de riesgos, se intercambian experiencias con diversas sustancias e incluso hay
venta o intercambio de diferentes objetos, como esporas de diferentes sepas de hongos,
actividad completamente legal, entre otras cosas.

Ahora pienso en esta declaración de Stanislav Grof: “ el significativo potencial del


LSD y otros psiquedélicos para la psiquiatría y la psicología es comparable al valor que el
microscopio tiene para la biología o el telescopio para la astronomía” (en Doblin,
Christiansen, Jerome y Burge 2019, p.1) . Poco a poco me fui enterando sobre la relación
tan estrecha entre la psicoterapia y estas sustancias y lo más importante para mí, un
usuario regular de diversas drogas: hay todo un mundo de información ajeno a la
perspectiva de las adicciones en donde puedes conocer cómo reducir riesgos, cómo
aprovechar tu experiencia, entre muchos otros tópicos.

Todo eso me llevó a querer realizar mi tesis sobre estos temas. Para mí, el uso de
estas sustancias ha resultado ser una herramienta sumamente útil para explorar mi
espiritualidad y en relación a eso, también han sido terapéuticas ya que me han ayudado a
asimilar algunos eventos de mi vida donde me fue muy necesario apoyo para lidiar con los
acontecimientos de ciertos momentos.

Claro, este uso no es nada nuevo. Estas prácticas datan de miles de años atrás,
particularmente en México. Gastón Guzmán (2011) menciona diversas evidencias
arqueológicas de su uso desde mucho antes de la llegada española. Aunque no hay tanta
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información del pasado, del presente podemos encontrar grandes cantidades de


información en muchas fuentes sumamente confiables con relación a los psicodélicos.
Solo basta con poner esa palabra en Google y constantemente se añade más información
en este campo.

Ahora, surge la pregunta ¿Por qué utilizar drogas psiquedélicas? Shulgin y Shulgin
(1991) mencionan varios puntos importantes para tener en cuenta. Para empezar, son
compuestos a los cuales no tienen el riesgo de una adicción física. Por otra parte, pueden
funcionar como herramientas para tener un conocimiento más profundo de sí mismos,
facilitando también una expansión mental y emocional.

Otro punto mencionado en esa misma página de Pihkal, de Shulgin y Shulgin (1991)
habla sobre el uso de sustancias como una posibilidad de ejercer la capacidad de tener la
libertad de experimentar con tu propia conciencia. Esto buscando siempre información
apropiada primero, con la intención de disminuir los posibles riesgos. Esto se reduce a la
siguiente frase: “Infórmate y después elige” (p.27).

Para mí esto está relacionado con lo potencialmente terapéutico. Entonces, elegir


una sustancia sería como poder elegir la corriente terapéutica más adecuada para la
persona usuaria. Es importante el estilo del terapeuta también, si la persona se siente en
confianza y comodidad, puede desarrollarse en una buena relación. Lo mismo con las
sustancias, si te informas y experimentas, puede llegar el punto en donde se pueda usar
como una herramienta para mejorar tu situación emocional, justo como ir a terapia.

Otra reflexión surgida en torno a esta lectura es la siguiente: hay más cosas
terapéuticas fuera de la terapia en la vida cotidiana de las personas. Si se usan en sinergia,
pueden realizar cambios sumamente significativos. Un ejemplo sería: ir a terapia, tener un
pasatiempo y alimentarse sanamente. La misma sinergia se puede realizar con el uso de
sustancias psiquedélicas, este es, de hecho, el fundamento lógico detrás de la psicoterapia
asistida con psicodélicos, legal en algunos países como Estados Unidos y Canadá entre
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otros. El detalle en la mayoría de estos lugares en donde se ofrece esta terapia es el filtro:
es necesario tener ciertos rasgos para poder ser candidato al servicio.

En México el uso de estas herramientas, particularmente de los hongos psilocibios,


ha sido utilizado para fines espirituales desde hace siglos (Palma, Pérez, Hernández y
Rodríguez, 2020). Normalmente tiene que ver con los usos y costumbres de ciertas
comunidades, como los mazatecas o los wixárikas, estos últimos más en relación al
peyote. En este ritual usualmente hay una figura chamánica y posiblemente otros
participantes, en muchos casos familiares o redes de apoyo.

Méndez (2013) menciona a diversos autores como Roberts, Schultes, Hofman y


Shanon, quienes consideran que los efectos de naturaleza visionaria cuando se consume
alguna de estas sustancias es frecuentemente asociado con un mundo espiritual a donde
usualmente no tenemos acceso. Por la naturaleza de estos efectos y la cosmovisión de
estos pueblos son incluso considerados sacramentales o herramientas para acercarnos
con la divinidad.

Es importante mencionar lo siguiente: tenemos siglos de uso, el detalle es la


divulgación de lo aprendido. No se pensó como algo válido hasta ser estudiado bajo una
mirada cientificista por hombres blancos, es decir Schultes y Wasson. Pero la verdadera
poseedora del conocimiento era una mujer indígena adulta mayor, María Sabina, a quien
ellos acudían. Claro, los aportes de Schultes y Wasson son muy grandes para la
introducción al uso de psicodélicos de manera popular, así como al conocimiento
científico de estas sustancias. Pero hubo un daño cultural del cual debemos de ser
conscientes para no repetirlo y dañar comunidades, o el ecosistema local (Dawson, 2015).

Finalmente, quiero hacer pública mi intención: abrir un poco más el diálogo sobre el
uso de drogas psiquedélicas desde una perspectiva colaborativa. Si alguien se suma a la
conversación a raíz de esta tesis, mi papel como investigador tendrá más sentido.
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Capítulo II: Setting

Para comenzar, me gustaría retomar la idea del “pensamiento único” de Ghiso


(2010). Sobre esto nos narra acontecimientos ocurridos durante diversos siglos, con
diferentes sucesos históricos como la conquista, las luchas que nacen a raíz de ésta, los
conflictos internos de nuestro país y sus mismas soluciones han sido las principales fuerzas
que han moldeado un pensamiento único y por lo tanto la misma cultura popular.

Por otra parte, Gadamer en Andersen (1996), habla sobre los prejuicios y en la
posible influencia de éstos en la forma de entender nuestro mundo. También podemos
visualizar esto en la relación de los prejuicios con el pensamiento único y en cómo la
narrativa imperante alrededor del uso de drogas que alteran la conciencia son percibidas
por el contexto en donde nos encontramos.

Si intentamos rastrear un pensamiento único circundante a las sustancias como los


hongos de psilocibina, secreciones de sapo con 5 MeO-DMT y extractos de raíz con DMT,
así como la ayahuasca, es probable que sean vistos como “drogas”, sustancias peligrosas
consumidas por personas osadas y/o inconscientes. De nuevo, como comenta Ghiso
(2010), la misma sociedad valida estas ideas, además de las leyes, instituciones
gubernamentales y asociaciones civiles, entre otros encargados de manejar el uso de
sustancias. Esto, en la mayoría de las ocasiones es desde una lógica de prevención de las
adicciones en el mejor de los casos, o en contra del uso de drogas.

Algunos abordajes de la psicodelia

Entrando un poco en definiciones, sería importante mencionar lo propuesto por


Bouso en Tartakowsky (2014), las drogas psicoactivas tienen una influencia en nuestra
conducta y conciencia por sus efectos directos en el sistema nervioso central,
dependiendo de los efectos sobre éste se pueden clasificar en: a) Psicolépticos,
depresores del sistema nervioso, b) Psicoanalépticos o estimulantes del sistema nervioso,
dan más energía y concentración y c) Psicodélicos, alteran la conciencia, cambiando la
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percepción de la realidad, pudiendo producir visiones o alucinaciones, además de


alteraciones al estado de ánimo. Estos últimos son los abordados en esta tesis.

Ahora me gustaría hablar sobre este tipo de sustancias. Partiendo de lo propuesto


por Leary, Metzner y Alpert (1964) no se trata de drogas como solemos pensarlas, sino
que son compuestos que revelan múltiples aspectos de la mente, o de la conciencia, como
dirían otros autores como Mckenna, quien opta por el término “droga expansora de la
conciencia” (1992, p. 253). Él considera adecuado este término porque describe de
manera breve parte de los efectos que estas sustancias tienen sobre nosotros, por lo
tanto, también en nuestro contexto y nuestras relaciones.

Gastón Guzmán (2011) comenta que Wasson al hablar de los hongos de psilocibina
facilitados por María Sabina, los ubicaba en la denominación de “enteogénicos”, palabra
derivada del griego entheos, es decir, dios dentro. Este término también está relacionado
con el comentado por Sahagún en 1530, (en Guzmán,2011) al hacer mención del nombre
atribuido por los aztecas a los hongos de psilocibina: “Teonanácatl”. Esta palabra, nos
explica Guzmán, se deriva del náhuatl, “nanácatl” quiere decir hongo y “teo” sagrado, es
decir, hongo sagrado. Finalmente, también en ese mismo artículo, Guzmán opta por el
término “neurotrópico”, porque hace referencia al movimiento que ocurre dentro de
nuestro organismo al ingerir estas sustancias.

En relación al tema de los hongos, McKenna (1992) menciona el uso chamánico de


éstos data de hace tres milenios atrás, particularmente en Oaxaca, en donde también hay
registro de usos de diversos ritos que incluían sustancias psicoactivas, como la salvia,
entre las conocidas actualmente. Guzmán (2011) menciona diversos estudios
antropológicos y de historia donde se describe el culto y uso de hongos neurotrópicos
alrededor del mundo.

Un momento importante para el modernismo psicodélico según Mckenna (1992) fue


en 1887, cuando al regresar a Berlín de México, Lewin trajo consigo peyote del cual
posteriormente extrajo, experimentó y compartió con los compuestos que descubrió en
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dicho cactus. Este precedente causó cierto impacto, el cual derivó en más investigación y
en publicaciones de experiencias relativas a esto, como la del médico y escritor Silas Weir
Mitchel en 1897.

Estos eventos son particularmente importantes porque abrieron la puerta a la


interconexión de saberes, primero desde un punto de vista científico, pero también
evolucionaron para crear un puente con los saberes chamánicos de diversos lugares del
mundo. En México se da gracias al etnobotánico Richard Evans Schultes, quien en algún
momento recibe una muestra de hongos provenientes de Oaxaca habiendo leído diversos
trabajos sobre Mescalina, además de tener conocimiento de los hongos descritos por los
españoles a la llegada a México. Esto lo llevó a escribir junto con Weston La Barre, que
identifica al Teonanácatl como un hongo psicoactivo en 1939 (Mckenna, 1992).

Otro punto de suma importancia en la historia del estudio científico de sustancias


psicodélicas, de acuerdo con Timmermann (2014), fue el descubrimiento del LSD. La
Dietilamida Ácido Lisérgico fue sintetizada en Suiza por primera vez en 1939, por Albert
Hofman. Aunque sus propiedades psicoactivas las descubrió cuando en 1943
accidentalmente derramó unas gotas en su mano y fue el primer humano en tener una
experiencia con esta sustancia. Este evento tuvo el efecto de una bola de nieve, tomó
tanta fuerza que se llegaron a realizar más de mil artículos científicos publicados con el
uso de esta y otras sustancias psicodélicas en contextos psicoterapéuticos.

Sobre este tema, McKenna (1992) trae al contexto sociocultural alrededor del
descubrimiento del LSD. Su gestación en plena segunda guerra mundial y su resguardo
durante los siguientes 5 años posteriores a su creación. Mientras, la comunidad de artistas
del dadaísmo y el surrealismo estaban exploraban su conciencia y su arte con mescalina y
hashish, sentando las bases para el surgimiento de los cambios culturales que provocaría
el ácido de manera posterior.

Entonces, desde finales de los cuarenta y durante la década de los cincuenta se


fueron publicando un gran número de investigaciones clínicas, particularmente en el área
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de psiquiatría. Estaban explorando las aplicaciones del LSD y para 1961 ya habían más de
1000 publicaciones científicas provenientes de diversos lugares del mundo (Dyck en
Méndez 2013). Sin embargo, también se habían estado experimentando con estas
sustancias en contextos fuera de la investigación.

Algo muy importante para destacar durante la década de los cincuenta con relación
a la investigación es el surgimiento del paradigma psicodélico. En esta década, Hoffer y
Osmond estuvieron estudiando en Canadá los efectos del LSD en “pacientes alcohólicos”,
se dieron cuenta del mejoramiento en particular de quienes habían tenido una
experiencia de naturaleza mística, la cual era percibida como valiosa y ofrecía también
“una nueva visión sobre el sentido de la vida”. Estos hallazgos mueven los entendimientos
teóricos de los autores y optan por intentar facilitar experiencias de naturaleza mística, en
donde se pudiera repensar los objetivos de vida, así como la conducta de los pacientes; así
surge la terapia psicodélica. Durante esa época, se destacó el uso de este tipo de terapia
para tratar el alcoholismo, así como paliativo en casos de personas con un cáncer muy
avanzado, teniendo mucho éxito (Sesa en Mendez, 2013).

Méndez (2013) comenta cómo posteriormente, con la prohibición del uso de


sustancias como el LSD pero teniendo en cuenta todos los hallazgos bajo la mirada
modernista de las investigaciones con sustancias y experiencias psiquedélicas durante los
sesentas, numerosos terapeutas, testigos de la trascendencia de las experiencias místicas,
se reunían a discutir los hallazgos. Era necesario generar nuevas teorías y modelos en
donde hubiera cabida a lo encontrado. Por otra parte, surge la psicología humanista,
como respuesta al psicoanálisis y al conductismo, pero dejaron de lado la dimensión
espiritual. Por esta razón, en 1967 se fundó la Association of Transpersonal Psychology
(ATP), para continuar estudiando los hallazgos bajo una perspectiva científica modernista.
De esta época me interesa mucho el reconocer la importancia e influencia de una
experiencia de naturaleza espiritual/mística en la vida de las personas.
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McKenna (1992) comenta sobre la evolución de la década de los sesenta en relación


al LSD. Un gran número de protocolos de investigación desarrollados en torno a la salud
mental y esta sustancia se llevaron a cabo, sin embargo, esta misma corriente de
investigaciones sería detenida para finales de la década de manera abrupta. Primero en
Estados Unidos y después en el mundo, esto debido a diversos intereses políticos bien
documentados de la época. Entonces, para finales de los sesentas se quedaron estancados
todos los conocimientos acumulados en relación a las sustancias psicodélicas y la salud
mental.

Todas las sustancias psicodélicas conocidas fueron prohibidas para la investigación,


incluso, cada vez que se encontraba una nueva sustancia, esta era añadida a la lista de
sustancias ilegales. Trabajos en relación con el tratamiento de la esquizofrenia, autismo,
alcoholismo y depresión fueron hechos a un lado, incluso suspendidos. Muchos resultados
bastante prometedores para todas estas condiciones fueron simplemente descartados por
tratarse de estas sustancias (McKenna, 1992).

En México se da de una manera peculiar, pero gran parte de esto acontece en


Huautla de Jiménez, Oaxaca. Dentro de la cultura mazateca, propia de esta región, es de
uso popular y familiar los hongos de psilocibina. Regresamos entonces algunos años, a
1955, cuando Gordon Wasson llega a dicha zona. Preguntó por una persona que supiera
de estos hongos y el entonces alcalde, Cayetano García Mendoza le presentó a María
Sabina, quien desde entonces ya llevaba gran parte de su vida conociendo y desarrollando
una relación muy particular con dichos hongos (Dawson, 2015).

Dos años después de esto sucede algo en la ciudad de México que terminaría
uniendo a Sabina con otro personaje muy peculiar: El Dr. Salvador Roquet. En 1957, el Dr.
José Rodríguez conducía estudios con alucinógenos para la UNAM, para esto utilizaron la
mescalina, derivada del peyote y el LSD. Al doctor Roquet se le administró mescalina. Esta
experiencia fue bastante fuerte para él como participante, incluso tuvo que ser medicado
durante un año después de este suceso. Sin embargo, la experiencia le deja mucho,
13

incluso se plantea diversas posibilidades de psicoterapia asistida de sustancias, de acuerdo


con lo que nos cuenta Álvarez (2019).

Dawson (2015) narra cómo casi diez años después de esta experiencia, a mediados
de los sesentas, Roquet llega a Huautla. Ahí comienza a aprender de gente local que sabía
sobre el uso medicinal de la Ipomoea violácea, también llamado badoh negro. También
conoció del uso de otras plantas como la Salvia Divinorum. Además, durante este tiempo
también estuvo en contacto con María Sabina, aprendiendo sobre sus veladas con hongos
y de los efectos que éstas tenían en las personas que buscaban estas vivencias.

Como resultado de todas estas experiencias y también teniendo en cuenta siempre


el aporte posterior, Roquet, en 1967 funda el instituto Hartman, además de la asociación
civil Albert Schweiter, la cual contaba con diversas clínicas que distribuían medicina en la
región de Huautla. En el instituto lleva a cabo las sesiones en donde integraba el
conocimiento adquirido a lo largo de sus estudios de campo con las y los expertos en el
uso de cada sustancia (Dawson 2015).

Roquet desarrolla un modelo terapéutico llamado psicosíntesis, donde se buscaba


atravesar la experiencia de la “locura” y la “muerte” para finalmente integrarlas a la
“personalidad”; llamando a este proceso síntesis. Las sesiones que llevaba a cabo en el
Instituto Hartman se apoyaron de diversas sustancias como: ololiuqui (xtabentún), hongos
psilocibios, datura (toloache), LSD, ketamina, entre otros. El tratamiento combinaba
sesiones de psicoterapia individual sin sustancias, intercaladas con sesiones mensuales
grupales e individuales, en las que se consumía alguna sustancia. También ocasionalmente
asistían a alguna ceremonia llevada a cabo por algún chamán, pudiendo ser en un
contexto indígena (Álvarez, 2019).

Lo que sigue en la historia de los psicodélicos en México fue un escándalo en donde


se ve involucrada la prensa en Huautla. En 1969, después de que el ejército se ubicó ahí,
se arrestó a 84 personas, las cuales fueron identificadas como “jipis”. La revista
“Novedades” lanza una nota en donde se criticaba a las mujeres que estaban dentro del
14

grupo, así como las actividades sexuales las cuales, se enfatizó, eran entre personas que
no estaban casadas y evidentemente esto está en contra de la voluntad del Dios católico.
La misma María Sabina tenía la idea de que los y las detenidas eran personas que le
habían faltado el respeto a los hongos, quitándoles el poder, además de no aportar a la
comunidad con trabajo. Sin embargo, a quienes se responsabilizó por lo sucedido fue a
María Sabina, Roquet, Wasson, entre otras personas, quienes habían sido los principales
estudiosos de los efectos de los psicodélicos (Dawson, 2015).

A continuación del escándalo, en 1971 el LSD, hongos psilocibios, peyote y las


sustancias que se puedan derivar de éstas, fueron consideradas por el Congreso Mexicano
como objetos sin valor terapéutico en el código sanitario. También, continuaron una serie
de declaraciones como parte de una campaña antidrogas, por parte del Centro Mexicano
de Estudios en Farmacodependencia, las cuales afirmaban que los psicodélicos no tenían
uso medicinal, además de causar diversas afecciones físicas y de crear un comportamiento
errático, el cual podía llevarte al suicidio. Esto cambia de manera definitiva el uso de estas
sustancias, incluso pone en riesgo a Roquet, quien se ve forzado a continuar su trabajo de
una manera mucho más discreta, esto después de haber sido detenido y enjuiciado por
tráfico de drogas y delitos contra la salud. Dichas acusaciones se descartaron y optaron
por cerrar el instituto Hartman en 1974 (Dawson, 2015).

Durante esa misma época también se hicieron investigaciones con numerosas


sustancias en el contexto terapéutico, como el MDMA y el DMT. De acuerdo con Ali
Cortina (2020) este alcaloide, que está presente en la ayahuasca y en diferentes
preparados para inhalar de manera intranasal, como el yopo. También ha estado presente
en los usos de diversas culturas indígenas sudamericanas desde hace siglos.

El DMT también formó parte de todo este movimiento psicodélico, tanto en el


campo de la ciencia moderna como en el de los diversos fenómenos sociales asociados a
la psicodelia. Hubo una serie de personas dedicadas a estudiar la sustancia desde la
tradición moderna, sin embargo, el primero en sintetizar y usarla en sí mismo y en
15

voluntarios fue el químico y Psiquiatra húngaro Stephen Szára, de acuerdo con Rick
Strassman (2001).

Con el tiempo las investigaciones realizadas por el modernismo se enfocan a


cuestiones medibles del DMT, es así como se descubre que este compuesto es creado por
el cuerpo humano, por esto mismo se le atribuye el término “endógeno”, es decir
“formado dentro”. Entonces se especuló sobre una posible relación entre la esquizofrenia
y los niveles de DMT específicamente en el cerebro. Se continuó por esta línea de
investigación sin llegar a ningún lugar, además de la creciente presión política por dejar de
lado todo lo relacionado con “drogas”, la comunidad científica descartó el continuar
investigando el tema (Strassman, 2001).

Entonces llegamos a una situación sumamente peculiar, ésta tomó lugar en Estados
Unidos en 1984. Oroc (2009) narra cuando aparece un panfleto con un artículo llamado:
“Bufo alvarius: The psychedelic toad of the Sonoran Desert”, en donde se describe a este
animal haciendo hincapié en sus propiedades psicodélicas. Por otra parte, también
menciona las características físicas particulares de este sapo, en dónde encontrarlo, cómo
extraer la “leche” de sus glándulas, la cual contiene en un 15% aproximadamente el 5
MeO-DMT; cómo prepararla para el consumo, la duración de la experiencia, entre otros
datos. Albert Most, el autor, permaneció en anonimato hasta hace poco, cuando en el
capítulo 1 de la tercera temporada de una serie documental llamada “Hamilton´s
Pharmacopeia” (2021) se revela su verdadera identidad: Ken Nelson.

Poco a poco este panfleto se popularizó en la comunidad psicodélica, de igual


manera, el principal motivo de uso actualmente es la exploración espiritual, de acuerdo
con Davis (en Horák, Mateos y Cortina,2018). Otras personas también buscan esta
sustancia como alternativa para tratar ciertos síntomas o algunos trastornos psiquiátricos,
como el estrés postraumático, ansiedad, depresión, abuso de sustancias, entre otras.
Estos mismos usuarios reportaron una reducción en el malestar generado por estas
condiciones.
16

Brevemente me gustaría hablar sobre el 5-MeO-DMT. Shulgin y Shulgin en Oroc,


2009, lo definen como un compuesto de origen natural tanto en el reino animal como en
el vegetal. También se encuentra en nuestro sistema nervioso y pertenece al grupo de las
triptaminas, un grupo de compuestos donde pertenecen también el DMT, la psilocibina y
psilocina. Es decir, todas las drogas abordadas en esta tesis pertenecen al grupo de las
triptaminas.

Después, durante los ochenta, se comenzaron a gestar diversas historias muy


interesantes en el contexto mundial, particularmente en Estados Unidos, por una parte
está Alexander Shulgin, con más de 15 años de investigación en ese momento. Quien
continuó investigando diversas sustancias en sí mismo y con una serie de voluntarios. Por
otra parte, estaba Terence Mckenna, quien empezó a hablar públicamente sobre sus
experiencias psicodélicas y ambos, en los noventas publicaron libros de suma importancia
para la cultura psicodélica. Pihkal (1991), Thikal (1997), de los Shulgins y True
Hallucinations (1994), Food of the Gods (1992), entre otros de McKenna. Otro evento de
suma importancia es el estudio realizado por Strassman en 1990 sobre el DMT, en Nuevo
México (Oroc, 2009).

Por otra parte, cabe aclarar algo: dentro del lenguaje de algunos usuarios del bufo,
se utiliza el término “medicina ancestral” y se habla sobre el posible uso chamánico
prehispánico. Sin embargo, Horák, Mateos y Cortina (2019) comentan que no hay
evidencia literaria que demuestre un uso tradicional de este animal. Es entonces, muy
probable que el uso de este psicodélico de origen animal haya sido descubierto en los
ochenta y sea algo relativamente nuevo para la humanidad, no así el uso de psicodélicos
en general.

Actualmente podemos encontrar alrededor del mundo diversas instituciones


grandes, además de laboratorios independientes, como universidades y hospitales entre
otros, investigando sobre las posibles aplicaciones de diversas sustancias psiquedélicas.
Constantemente se están realizando nuevos hallazgos de soluciones a problemas como la
17

depresión, estrés postraumático y algunas otras patologías (Doblin, Christiansen, Jerome y


Burge, 2019). Todo esto necesariamente desde una perspectiva modernista, como implica
el lenguaje, sin embargo, hay un mar de información sin explorar. Es ahí en donde
considero de suma importancia poder aportar desde trincheras diversas, como lo es la
investigación dialógica.

Mi aproximación a la psicodelia

Cuando ingresé a la facultad de psicología de la UADY nos introdujeron a la


metodología de la investigación y también la investigación experimental, leía y admiraba
el trabajo y el razonamiento de donde surgían los nuevos aportes a nuestra área, sin
entenderlos del todo, pero sintiéndome muy atraído por la parte filosófica detrás de los
métodos utilizados. Posteriormente conocí, gracias a las docentes Dra. Teté Castillo, Dra.
Rebelín Echeverría y la Dra. Dora Ayora, la investigación cualitativa, lo cual fue un cambio
radical en mi forma de concebir la investigación y la realidad misma, ahora entendiendo
más conceptos y la misma metodología.

En el instituto Kanankil pude profundizar más en este tipo de metodologías


cualitativas, con las cuales me sentí completamente identificado como investigador.
Encontrar este nuevo paradigma en la investigación fue una experiencia bastante
psicodélica para mí, en el sentido de poder entender algo desde una perspectiva
totalmente diferente.

Un detalle de esta perspectiva es el validar la diversidad de saberes coexistentes en


este mundo, en comparación con la metodología cuantitativa enfocada en los números.
De Fehr(2019) , durante una clase en el aula, comentó sobre los estilos de entrevista
utilizados para nuestra investigación. “Estudiamos una ecología viva.” Comentó, “por lo
tanto nuestra metodología tiene que ser flexible y adaptarse”. También considero crucial
hablar del “no saber” al momento de investigar, al respecto De Fehr, Adan, Barros,
18

Rodriguez y Wai (2012) destacan la posición de no asumir verdades correspondientes a


realidades ajenas, los expertos son cada persona en su determinado contexto.

Considero muy importante para este documento y en general para la investigación


dialógica el poder mantener esta postura. Retomando un comentario de Rocío Chaveste
mencionado en muchas clases a lo largo de esta maestría: “Tenemos que desaprender
mucho de lo que sabemos”, sobre psicología, sobre drogas, adicciones, en fin, en una
buena cantidad de temas. El motivo no es invalidar nuestro conocimiento, pero este es
contextual y no siempre será posible aplicarlo de la manera en cómo nos fue enseñado,
por esto es importante olvidarnos de estos saberes, para poder aprender sobre cómo es
algo para otra persona, construyendo significados en conjunto.

En este caso mi postura fue de no-saber, no dejando de lado mis conocimientos


teóricos como investigador, pero fueron protagónicas las experiencias y el conocimiento
de mis colaboradoras y colaboradores dialógicos. Pudiendo así crear en conjunto este
documento.

Por otra parte, Ghiso (2010) habla sobre el pensamiento único en la investigación
social. Aquí presenta un escenario del cual he sido testigo. En la comunidad científica y
particularmente universitaria, se tiende a favorecer el trabajo estadístico con la finalidad
de generar múltiples publicaciones científicas con los mismos parámetros. Cuando hay
retroalimentaciones a este sistema o alguien con la voluntad de hacer las cosas diferentes
tiende a haber descontento e incluso puede llegar a ser ignoradas ideas sumamente
valiosas.

Personalmente considero crucial la coexistencia de estos paradigmas y sobre todo,


la colaboración e incluso la integración de estos estilos de investigación. El conocimiento
es sumamente valioso y si decidimos voltear nuestra cara y solo hacerle caso a una parte
del discurso podemos ignorar aspectos con una importancia enorme. En relación con mi
tema, me parece adecuado comenzar en este momento, en este lugar, con este
19

paradigma para tener un conocimiento de estas experiencias y poder tener esta


perspectiva como punto de comparación cuando sea y a quien sea necesario.

Peraza (2015) cita a Sisto, Holstein y Gubrium y Denzin y Lincoln quienes al hablar de
la metodología cualitativa destacan la importancia de la disposición al diálogo y el
involucramiento activo del investigador, cambiando el enfoque de la producción de datos
hacia un proceso de comunicación dialógica activa. Considero esta idea muy relacionada
con la expuesta en el párrafo anterior (De Fehr 2019) y con mi experiencia al entrevistar a
mi colaboradora y colaboradores. Para el propósito de esta investigación tenía mucho más
sentido tener un proceso dialógico en donde yo pudiera ser flexible al momento de
indagar en la información expuesta por mis interlocutores ya que había mucha
información muy valiosa sobre las reflexiones surgidas a partir de sus experiencias y la
mejor manera de abarcar una buena cantidad era adaptándome a la vida del ecosistema
viviente del cual formábamos parte en la conversación.

Gracias a un gran número de esfuerzos y grandes aportaciones, en los últimos años


han aumentado las investigaciones sobre sustancias psicodélicas y sus posibles beneficios.
Debido a la prohibición de estas sustancias, era muy necesario apegarse lo más posible a
las reglas impuestas para continuar con el trabajo. Es esta la razón por la cual la principal
perspectiva usada ha sido la modernista. Por ejemplo, la Asociación Multidisciplinaria para
de Estudios Psicodélicos (MAPS siglas en inglés), está en constante aplicación de
protocolos con instrumentos estadísticos para indagar en los usos y beneficios de diversos
psicodélicos desde 1986. Además, también de las aportaciones de la ATP también desde
una perspectiva moderna-científica.

En México también ha habido trabajos sumamente destacables, principalmente por


el área de la biología con Gastón Guzmán o bien, en el área de la antropología, más
recientemente Ali Cortina (2020). Sin embargo, es importante también hablar de esto
desde la psicología y particularmente desde una mirada fuera de la ciencia moderna.
20

Por esta razón considero una forma adecuada de continuar con la conversación
desde una postura cualitativa y particularmente colaborativa. Tarragona (en Peraza, 2015)
al hablar sobre el construccionismo social y la importancia del diálogo en el desarrollo de
nuestras identidades, comprendiendo las diferentes facetas personales en interacción con
las otredades y sus diversas facetas, influyéndose así unas a otras.

En relación con lo anterior, Guadarrama, Hérnández, Fernández y Baptista, (en


Moreno, 2010) hacen énfasis en la relación entre la metodología cualitativa y el respeto al
mundo subjetivo de las personas y comunidades con quien se realizará la investigación. El
respeto es importante por la exposición a cuestiones muy íntimas, como pudieran ser:
“mundo de significados, experiencias, emociones, creencias y construcciones de las
personas, de sus y de nuestras relaciones” (p.23).

Sobre esto, Gergen (2008), habla sobre la “teoría relacional”, haciendo énfasis en la
importancia de los vínculos en las identidades culturales y también individuales. Somos en
conjunto con las otredades de nuestro propio contexto, de esto no se escapan las
metodologías de investigación. Por esto considero apropiado el enfoque de investigación
dialógica para esta investigación, los valores de dicha metodología son congruentes con la
forma como se fue dando este proceso dialógico de investigación.

En cuanto mis co-investigadores, habla mucho sobre los significados de cada


experiencia con diversas sustancias, así como la aplicación de estos significados a su vida
cotidiana. Por lo tanto, también habla de la realidad de una parte de las comunidades en
las que nos sirven de contexto. Como comentan Amuchástegui, Merleau-Ponty y Paul
Ricoeur en Moreno (2010), esta metodología facilita el intercambio de información, a
través de la cual se construye de manera conjunta el conocimiento, que resulte útil para
los colaboradores, dando así lugar a la integración de las diversas experiencias subjetivas
dentro del saber colectivo para así validar las vivencias con cada sustancia expuesta aquí.

Construyendo esta experiencia


21

Andersen (en Chaveste y Molina, 2019) comenta lo siguiente: “El diálogo


colaborativo es un proceso de creación de significado por medio del lenguaje” ( p. 89). Por
esto resulta natural y una buena herramienta una entrevista abierta para poder abordar a
mis co-investigadores, para podernos mover a través de sus conocimientos y experiencias
con menores limitaciones que las causadas por una entrevista rígida.

Por otra parte, De Fehr (en Peraza, 2015) propone algo muy interesante en cuanto a
la indagación social colaborativa en la cual los terapeutas no somos los expertos en la
situación de nuestros usuarios, justo como en esta investigación. Nuestro papel como
investigadores y como terapeutas es escuchar y responder de manera espontánea a
nuestros socios conversacionales. Desde el inicio de mis conversaciones con mis socios
conversacionales me quedó claro lo rico de sus aportaciones, me preocupaba poder
profundizar en sus experiencias y por lo tanto en los saberes derivados de éstas.

La intención

Durante una clase de metodología en Kanankil con Papusa Molina, realizamos el


ejercicio de proponer la pregunta de investigación. Quedó así: ¿Cómo es la experiencia de
fumar bufo alvarius? De alguna manera el dialogar sobre este tema también nos llevó a
diversas preguntas, diversas experiencias y a la integración de todo esto en la vida de cada
persona entrevistada.

Dentro de la tesis de Moreno (2010) se nombra a esta sección “Objetivo de la


investigación” (p. 28). Esto me hizo pensar si mi pregunta tendría un objetivo.
Concretamente vendría a mi mente el conocer si sucedió algo interesante, con algún valor
para la vida de estas personas después de una experiencia psiquedélica como ésta. Esta
idea viene claro, de mi propia experiencia, la cual considero algo muy bello y valioso para
mi vida. Por esta razón quiero saber cómo ha sido para otras personas.

Teniendo esto en mente opté por realizar entrevistas abiertas con mi socia y socios
porque no sabía cuáles eran los lugares a donde me llevaría cada una de las
conversaciones por desarrollar. Por la naturaleza de la interacción, era necesaria la
22

flexibilidad ofrecida por este tipo de herramienta, junto con mi formación como terapeuta
colaborativo. Considero muy importante el trabajo realizado previamente durante las
prácticas supervisadas para poder prepararme para estas conversaciones.

Otra razón muy importante de la flexibilidad necesaria en estas entrevistas es la


expertez de cada participante en su propia experiencia. No había manera para mí de saber
algo de su conocimiento antes de preguntar, por esto era necesario tener una postura de
apertura en cada diálogo, además de seguir la conversación con curiosidad. Cada
participante brindaba diversas pautas para las siguientes preguntas, por esto fueron
totalmente diferentes entré sí. Para la segunda entrevista primero preparé una revisión de
la primera, sacando más preguntas que no pude realizar antes.De esta forma surgió una
interacción de la cual estoy muy contento de haber experimentado.

Cada entrevista tuvo una duración diferente. El tiempo menor fue de 50 minutos y el
mayor de 1 hora con 42 minutos. Después de la primera entrevista, realicé la transcripción
y el primer análisis de contenido, de donde surgieron las primeras dudas. Además de esto,
dejé escritas en el documento observaciones, comentarios y preguntas, dicho contenido
salía de los sentires y pensares generados al volver a experimentar la entrevista, ahora
desde la lectura. La intención de esto era abrir la posibilidad de ampliar la conversación
hacia donde fuera tomando curso. En otras palabras, recibir información y devolver dudas,
a veces con observaciones; creando un ir y venir dialógico.

Esta transcripción con las anotaciones fue enviada antes de la segunda entrevista a
mis co-investigadores. De esta forma, comenzaba preguntando si habían podido revisar el
documento. Si era así, les pedía comentar si había algo en particular que hubiera captado
su atención. La respuesta variaba, pero ese era el punto de partida para una segunda
conversación si se necesitaba.

Por otra parte, De Fehr (en Cicero, 2019) al hablar sobre los co-investigadores
menciona lo siguiente: “los participantes involucrados en la indagación colaborativa y
dialógica pertenecen a ella, actúan dentro de ella y desde ella” (p. 16). En el caso de esta
23

investigación, desde el principio pensé en la probabilidad de que la conversación nos


llevará a tocar temas muy personales, incluso íntimos con mi socia y socios. Por esta razón
me encontraba un poco preocupado de poder tener la sensibilidad necesaria al abordar lo
que surgiera.

Al realizar el ejercicio de intercambio de reflexiones fui testigo de lo mencionado en


el párrafo anterior por De Fehr. Considero que fue una experiencia en donde pudimos
compartir pensamientos y sentires, contribuyendo de manera mutua en la construcción
de los significados de estas experiencias. A partir de la segunda entrevista sentí más
aportaciones de mi parte en la conversación con mis colaboradores y colaboradora. Este
hecho, además de la retroalimentación de mis comentarios por parte de mis socios me
hicieron sentir parte de un conjunto de personas indagando a través de nuestras
conversaciones sobre nuestras experiencias y los efectos de las mismas en nuestro día a
día.

Finalmente, transcribí la segunda entrevista. En comparación con la primera


podemos ver como existe una transición entre las experiencias en sí a reflexiones y ecos
relacionados a estas experiencias. Entonces pude ver diversos temas complementándose
con perspectivas diferentes. A partir del análisis de ambas entrevistas inició el trabajo por
escrito de esta tesis.

Un detalle importante durante el desarrollo de esta investigación fue el siguiente:


las entrevistas se llevaron a cabo durante la pandemia de COVID-19. Cada una fue
desarrollada por videollamada, lo cual podría representar un arma de doble filo para mí: la
comodidad del hogar de cada participante contra la dificultad de conectar dialógicamente
por estar físicamente lejos. Al respecto puedo decir lo siguiente: soy muy afortunado de
haber tenido a la mano una forma de participar en este proceso reflexivo, junto con las
personas tan importantes para mí con quienes realicé esta investigación.

También considero importante mencionar esto: la atmósfera de incertidumbre,


miedo y en algunos casos luto, que muchos vivimos durante la pandemia influyó en mi
24

bastante como persona y por lo tanto como investigador, escritor de este documento y en
muchos otros aspectos de mi vida. Por otra parte, tener este proyecto en mi mente de
manera constante influyó en mí profundamente. De alguna manera, la curiosidad inicial
respecto a este tema me llevó a muchos lugares en donde pude tener aprendizajes y
experiencias muy enriquecedoras.

Anderson (en Chaveste y Molina, 2019) mencionan al discurso colaborativo-


dialógico como una forma de llegar a lugares no-familiares, por lo tanto, llegamos a
lugares ajenos a nuestras vivencias. Pero nuestros interlocutores son los expertos en esa
área, por esto es necesario navegar junto con ellos con la curiosidad como nuestra aliada.

Mis co-investigadores: los psiconautas, mi compañía en el viaje

Primero está mi tía Geseell. Ella es una mujer que vive en Richmond, California y es
hermana de mi papá. Le gusta mucho la meditación y hasta antes de esta tesis ya
habíamos tenido varias conversaciones muy interesantes sobre espiritualidad, sin
embargo, hasta ahora pudimos hablar más ampliamente de todo esto. Geseell practica la
meditación y yoga, lo cual de alguna manera la llevó a la exploración de la consciencia y
esto eventualmente a tener su primera experiencia con psiquedélicos, en este caso
ayahuasca y eventualmente la secreción del bufo alvarius (5 MeO-DMT). Considero aún
esta conversación como inconclusa, aunque nos hemos visto después y afortunadamente
hemos podido compartir experiencias muy lindas en relación a los psiquedélicos y la
espiritualidad.

A continuación, está mi primo Kyle, hijo de mi tía Geseell. Desde la infancia tenemos
un vínculo muy especial para mí, es alguien muy cercano a pesar de vernos poco debido a
la distancia de los lugares en donde vivimos, él también vive en Richmond. Algo muy
curioso es el crecer separados para darnos cuenta de lo semejantes que somos cada vez
que nos volvemos a encontrar. También había conversado y tenido algunas experiencias
con algún grado de psicodelia antes de realizar esta investigación. El platicar con él
25

después bastante tiempo de no vernos, pero en medio de una pandemia y a través de


Zoom, fue algo que me animó mucho. Para mí, volver a estar en contacto con mi primo
fue acercarme a mi generación de la familia del lado de mi padre, lo cual fue un trabajo
personal muy lindo durante esta época. Además de eso siempre ha sido disfrutable para
mí platicar con él.

Después está Samy. Es muy curioso cómo nos conocimos. La red está llena de
comunidades en donde se comparten dudas, información e incluso materiales físicos
relacionados con sustancias psicodélicas. Él y yo coincidimos en un grupo privado en
Facebook, donde se comparte información y experiencias relacionadas al bufo alvarius. Él
es un hombre de origen suizo, que vive en el Reino Unido y habla fluidamente español.
Fue una de las personas que respondió a mi llamado a participar en estos diálogos. Desde
la primera conversación me llamó mucho la atención su voluntad de experimentar.
Cuando supo del DMT, después de algunas experiencias con bufo alvarius decidió montar
un laboratorio casero para poder extraer del material base, raíz de tepezcohuite, el DMT.
Esto también le permitió obtener una cantidad suficiente para poder experimentar con
esta sustancia, la música y la meditación, como mencionaremos más adelante. Considero
todo un placer poder entablar conversaciones tan interesantes con una persona
desconocida hasta ese momento, de alguna manera logramos desarrollar cierta afinidad al
compartir nuestras experiencias, las cuales en muchos momentos fueron sumamente
personales. Por su apertura, amabilidad y voluntad por compartir sus conocimientos, me
encuentro muy agradecido con Samy.

Finalmente estoy yo, como colaborador. Hablé anteriormente de cómo esta


investigación influyó en mí como persona durante el contexto donde me encontraba.
Comencé con curiosidad, pero también con ansiedad. Después tuve la oportunidad de
enfrentar esta ansiedad, con psicoterapia claro. Hubo momentos familiares dolorosos,
pero también en donde nos llenamos de amor gracias a la unión por ese mismo dolor.
Todo esto hubiera sido totalmente diferente si no hubiera sido por esta tesis, el uso de
psicodélicos y la unión familiar de la cual fui partícipe. Por esto mismo, me encuentro
26

agradecido enormemente con todas las personas relacionadas a este proceso, aunque
haya sido de la manera más mínima.

Penn y Frankfurt (en Peraza, 2015) hablan de la “voz” y cómo esta nos permite ser
conscientes y escuchar otras personas, hablando desde sus perspectivas sobre otras
personas. Al haber dialogado con mis 3 colaboradores dialógicos considero haber pisado
un territorio microscópico sobre las experiencias psicodélicas, en su potencial terapéutico
y en general en el impacto de esto en nuestras vidas. También lo veo como una forma de
colaborar en un entretejido de escala macroscópica de saberes sumamente diversos, pero
relacionados con la espiritualidad, nuestra conexión con otros seres, humanos o no, el
universo, lo divino y en fin, muchos otros temas.

Finalmente, me gustaría citar a Anderson (en Chaveste y Molina, 2019) cuando


mencionan sobre la ventaja del conocimiento local en comparación con el conocimiento
universal. Conforme crece la investigación en relación a las drogas psicodélicas también
crecen ciertos intereses económicos, por lo tanto, mucho del discurso está basado en
estadísticas, las cuales son muy útiles, sin embargo también es importante entender más a
profundidad los fenómenos más pequeños, los cuales forman parte del mismo fenómeno
a una escala global.

Por esta razón considero crucial el poder explorar las experiencias y la sabiduría
adquirida a través de las mismas por mis colaboradores y colaboradora. Existe mucha
información bastante profunda no explorada por los cuestionarios con preguntas cerradas
o bien, limitantes. Estas conversaciones fueron solo el comienzo de un intercambio de
información respecto a la cual puedo decir lo siguiente: me voy con mucha más curiosidad
y tal vez con más preguntas de cómo llegué y también que me voy sumamente agradecido
de estar dialogando de este tema. Estoy convencido de estar en el lugar donde se supone
esté.
27

Capítulo III: La experiencia

El bufo alvarius es la conexión con la cual mis colaboradores, colaboradora y yo nos


unimos a dialogar sobre estas experiencias, así como las reflexiones derivadas de ellas. La
intención era hablar particularmente de las ceremonias de bufo, pero conforme mis socios
y yo fuimos profundizando en las conversaciones me di cuenta de la importancia de otras
experiencias relacionadas estrechamente a la brindada por la secreción del dicho sapo.
Como comenta Ghiso (1997) sobre la investigación social dialógica, está intencionada para
propiciar espacios en donde se hagan protagónicas las reflexiones, críticas y la
intersubjetividad al dialogar sobre los pensamientos en conjunto.

Es así como me aparece la siguiente pregunta: ¿Cómo llegué a las sustancias


psiquedélicas? Considero que en mi caso ha sido particular por la curiosidad de explorar
mi espiritualidad, así como mi propia consciencia. Esta inquietud va naciendo desde que
soy adolescente, con conversaciones con familiares que ahora se han convertido en
anécdotas, pero también con mi inquietud por explorar mi lado espiritual. ¿Por qué a
través de sustancias? Como comenta McKenna en “La nueva conciencia psicodélica”
(1991), estas sustancias son una manera de contactar con “lo otro”, pero también las he
entendido como una manera de contactar consigo mismo, finalmente también somos
parte de un todo. Mi última conclusión, la cual parte de mi experiencia corporal: todos
somos parte de la misma unidad. Por lo tanto, soy la otredad, al explorarla, me exploro a
mí mismo.

Más adelante, McKenna (1991) comenta sobre la importancia de poder hablar de la


fenomenología de las experiencias individuales. Estoy completamente de acuerdo con él
al respecto, de hecho, este detalle me motiva bastante para abordar el tema. Ha habido
numerosos espacios en donde se han podido compartir este tipo de vivencias, pudiendo
intercambiar los aprendizajes encontrados durante experiencias con sustancias
psicodélicas, como parte de un ritual compartido, individual, o de cualquier naturaleza. Sin
embargo, considero que no se ha escrito tanto al respecto como pudiera, sobre todo en
28

documentos que rescaten la riqueza y trascendencia de las experiencias de diversos


usuarios, siempre teniendo en mente también los potenciales riesgos.

Respecto a lo anterior, quiero citar dos puntos, los cuales considero muy
relacionados e influyentes de manera directa a este análisis. Primero está lo comentado
por Chaveste (2019) sobre la importancia de mantener una actitud reflexiva durante la
práctica; una manera de realizar esto es a través del cuestionamiento constante sobre los
discursos que alegan poseer la verdad, incluso el propio. Esto no podría ser posible sin
tener en cuenta el conocimiento local, su importancia reside en poseer información de
manera directa, por experiencia.

En relación al segundo punto, McKenna (1991) habla sobre el sentimiento que


experimentó al estar en la comunidad de Pucallpa con los campesinos al haber
consideraciones mutuas: “La comprensión que viene del entendimiento”. Yo lo traduzco a
mi experiencia en el campo terapéutico como algo muy semejante a lo comentado
anteriormente por Chaveste (2019). El conocimiento local es esencial para entender una
realidad en particular.

Entiendo esto como la posibilidad de poder conocer una conciencia propia y


colectiva a través de herramientas utilizadas con precauciones esenciales, las cuales nos
pueden situar en estados de una profunda conexión con el cosmos, planteando
posibilidades no concebidas previamente, así como cuestionamientos a aspectos básicos
de nuestra existencia, con la potencialidad de adquirir un profundo aprendizaje de cada
experiencia.

Quisiera concluir esta idea con cómo he relacionado una experiencia “Psiquedélica”
(Leary, 1960) con los procesos polifónicos que menciona Chaveste (2019). Cada
experiencia psicodélica es potencialmente una oportunidad de polifonía contigo mismo,
pero también con la naturaleza, con tus relaciones y con todo lo que te rodea. Es decir, es
también una oportunidad para llegar a entender la naturaleza y el respeto que merece el
otro, por la manera diferente de pensar los “momentos compartidos de referencia común”
29

(Shotter, 2009). Dicho de otra forma, te percibes diferente a ti mismo y por lo tanto la
forma en la que actúas con relación a la otredad. Entonces es natural cuestionar la forma
en la que lo estás realizando y plantear posibilidades alternas.

Aquí quiero introducir las colaboraciones de mis socios. Contestando al


cuestionamiento planteado antes, sobre ¿cómo hemos llegado a estas sustancias? Samy
nos comenta esto a continuación:

“Yo la verdad no lo busqué, eso me buscó a mí. Yo estaba mal, yo no conozco a


nadie que lo haya tomado, yo no conozco absolutamente nada de eso, ¿sabes? O
sea, ni estaba al corriente, siquiera. Lo único que sé, que tenía un poco la crisis de los
40, estás separado hace años, vives solo, todo está bien, pero no estaba bien, no me
encontraba bien ¿sabes?” (Samy, 2020, entrevista 1)

Relaciono este comentario de Samy con mi experiencia. Fue algo muy parecido,
estaba dando hospedaje a una pareja de amigos, uno de ellos acababa de regresar de
realizar la extracción de la secreción del Bufo, entonces me comentó sobre los efectos que
tiene en la consciencia dicha sustancia. Me pareció sumamente interesante, además
estaba pasando por una etapa de mi vida en la que sentía una necesidad grande de
reconectar con mi lado espiritual. Posteriormente me fui informando por diversos medios,
muchos de ellos videos disponibles en Youtube.

Sin embargo, no fue así en todos los casos. Mi tía Geseell, quien ya tenía algunas
experiencias previas con ayahuasca, llega de esta manera:

“Y esta persona con la que me pusieron en contacto llegó en mi vida, bueno, yo no


creo en las casualidades, creo que todo pasa por una razón, no hay casualidades en
esta vida. Era un tiempo en el que yo estaba lista como para confrontarme con esta
realidad que viví...” (Geseell, 2020, entrevista 1).

Una semejanza algo peculiar en cuanto a las experiencias de Geseell y la mía, fue
llegar por personas que en algún momento anterior ya habían tenido alguna experiencia
psicodélica; además les conocíamos de manera directa. Semejante a lo sucedido con mi
primo Kyle, hijo de Geseell, nos comenta esto sobre el proceso de su hijo:
30

“Me puse en contacto y le dije a tu primo: ‘¿Quieres ir?’ y Kyle me dijo: ‘Oye, pues sí
me interesa.´ ‘Pues vamos. Solo que antes de ir tienes que hacer una semana de
desintoxicación. Es decir, no carne, no papitas, no porquerías, no azúcar, no nada.’”
(Geseell, 2020, entrevista 1).

Sin duda considero que el papel de las redes puede llegar a ser crucial en estos
escenarios como lo son este tipo de ceremonias. Esta característica del “Setting”, en mi
experiencia, pudiera ser la más importante. Las experiencias más importantes que he
tenido, de las que más he aprendido y en donde más seguro me he sentido, han sido
rodeado de las personas más cercanas a mí, ya sea mi familia, pareja o amigos.

Me gustaría hacer un pequeño paréntesis aquí para reflexionar sobre las veces en
las que he sido un cuidador de familiares durante sus experiencias con hongos. Para mí
han sido tan importantes y trascendentales, ya no se diga transformadores también, como
mis propias experiencias fúngicas. El poder acompañar a tus seres queridos en un evento
con el objetivo de crecer personalmente me ha enriquecido mucho, no lo esperaba, pero
es algo que agradezco infinitamente.

También me gustaría comentar algo relacionado con las intenciones de buscar la


experiencia con bufo, Davis (en Horák, Mateos y Cortina, 2019) encontró a través de una
encuesta a numerosos usuarios de 5 MeO-DMT, que la gran mayoría de estas personas
mencionaron estar en una “búsqueda espiritual” previa al encontrar esta opción como
herramienta exploratoria.

Definitivamente me encuentro identificado con lo encontrado en dicha encuesta,


pero principalmente con mis socios conversacionales. La búsqueda de mejorar ciertos
aspectos de nuestra persona, como el espiritual, así como lo relacionado con esta parte de
nuestra persona fue uno de los principales motivos por los cuales encontramos al bufo
como una alternativa interesante. Sin embargo, no solo está el bufo como una alternativa
viable y como una experiencia única. Hay muchas otras experiencias relacionadas que
terminan siendo igual de fascinantes para mis co-investigadores y también para mí. Estas
experiencias con otras sustancias son las siguientes:
31

Me gustaría continuar ahora con lo mencionado por Harlene Anderson (1999 ) sobre
el significado y cómo éste nos ayuda a darle un sentido a lo vivido. Analizamos nuestras
experiencias y de ahí interpretamos, aprendemos, reflexionamos y entendemos lo que
nos rodea. Un punto muy importante para mí es cuando menciona que el significado se
construye colectivamente, utilizando el lenguaje como herramienta; sin embargo, el
lenguaje puede ser hablado o no hablado. Por último, también está la posibilidad de un
cambio en la manera de relacionarnos después de atravesar por una experiencia en donde
obtengamos un aprendizaje significativo, donde sea posible un cambio de postura, por lo
tanto, de acciones.

Esto me llevó a pensar en todo lo potencialmente comunicable por medios


diferentes al lenguaje en general; constantemente recibimos información de nuestros
alrededores, ya sea de personas o de nuestro contexto en general. Cuando caí en esta
reflexión, pensé en este comentario extraído de otra conversación:

“(…) con el sapito fue como... no es una lengua hablada, no te puedo explicar qué es,
pero tú sabes, tu mente sabe, nadie te está hablando, pero algo se está
comunicando contigo, te está dando mensajes, algo, no sé qué. Digo, yo lo atribuyo a
esa energía espiritual que está en todos lados. De hecho, yo sentí que tu abuelito, mi
papá estaba ahí, y yo sentí su presencia… aunque no me decía ‘Estoy aquí‘, pero no
necesitaba decirme, yo sabía que ahí estaba.” (Geseell, 2020, entrevista 1).

En relación a este primer punto, podemos leer cómo Geseell atraviesa por una
experiencia en donde recibe información de manera lingüística, pero también de una
manera sensorial, la cual incluso llega a ser muy grande y “abrumadora”, causándole una
sensación muy peculiar, principalmente de amor.

Más adelante, en el mismo texto de Anderson (1999) comenta: “Tanto el que habla
como el que escucha habita la palabra” (p 271). Al parecer, en este proceso de
comunicación con el cosmos no había un emisor claro del mensaje que se le estaba
transmitiendo a mi tía, sin embargo, era claro que ella estaba escuchando, recibiendo el
mensaje por un medio ajeno a las palabras.
32

Otra cuestión muy curiosa, es la siguiente, durante su estudio Michael, Luke y


Robinson (2021) encontraron a pocos participantes en su muestra con un viaje de DMT en
donde hubieran visto humanos, solamente 2 casos, y en ambos los personajes vistos ya
habían fallecido. En este caso coincide el sentir la presencia de alguien conocido, además
de toda la energía espiritual mencionada. Otra semejanza es cuando hablan sobre las
habilidades de comunicación “intuitivas o telepáticas”, como a lo referido por mi tía,
muchos mensajes transmitidos de una manera diferente a la común para nosotros, no es
hablada ni escrita, pero se transmite el mensaje de manera clara.

Me siento muy identificado con este proceso de comunicación vivido por Geseell; en
mi caso fue con hongos. Durante un momento en el que me encontraba en silencio y con
los ojos cerrados, tuve una visión sumamente breve de un platillo volador. De un
momento a otro este platillo se abrió y cuando sucedió esto tuve una certeza de la
existencia de Dios. Esta certeza evidentemente no viene de una serie de razonamientos
lógicos, simplemente es algo que sentí en lo más profundo de mis entrañas, lo sé, no hubo
palabras ni convencimiento; incluso pudiera parecer algo carente de lógica, pero yo solo
tuve una sensación clarísima de certeza en la existencia de algún ser o energía suprema.

Esta experiencia me parece que encaja perfecto con lo descrito en el párrafo


anterior. Michael, Luke y Robinson (2021) comentan sobre la naturaleza de los mensajes
transmitidos en experiencias con DMT: amar a los otros como a uno mismo, dejar ir el
sufrimiento, advertencias e insights de la naturaleza del universo. Considero mi
experiencia dentro de la última de estas.

Ahora, también en el campo de la comunicación podemos observar cómo estas


experiencias nos permiten encontrar caminos diferentes, particularmente teniendo una
mayor apertura con nuestros seres queridos. Kyle (2020, entrevista 1) nos comenta:

“(…) pero sé que eso, escucharla sobre su experiencia después de que despertó y
regresó a sí misma de nuevo, me explicó cómo se sintió, ya sabes en el momento ella
más o menos podía escuchar mi voz. Ella comentó que yo era parte de la razón de
por qué ella se dio cuenta que estaba bien poder compartir ese tipo de conexión en
33

ese momento, específicamente ¿ya sabes? Siento que limpió mucho el aire, en
realidad nos ayudó mucho a nosotros dos. Lo sentí inmediatamente, incluso en la
manejada de regreso a la casa.”

Estas narraciones para mí representan puntos diferentes de dos procesos que


comparten mucho en su camino; la comunicación cambia y por lo tanto la relación
cambia. Pienso que Shotter (2009) comentaría que en ese momento fueron sacudidos los
participantes de ese proceso; se dejaron mover por la otredad de su madre y de su hijo,
permitiendo así “limpiar el aire”, como comenta Kyle. Me da la impresión de que el
atravesar por una experiencia como esta, mucha información llega a ti y te permite poner
tus prioridades en perspectiva, también nos hace relacionarnos diferente. Como en este
caso, con el amor que comenta Geseell que sintió; este amor nos puede servir como
principio para retomar la relación y por lo tanto la comunicación.

Aquí me gustaría compartir una serie de hechos familiares, sucedidos durante la


cuarentena y en el proceso de redacción de esta tesis. La primera vez que mis papás
probaron los hongos de psilocibina fueron en fines de semana diferentes, yo les asistí
durante su viaje para asegurarnos de que estuvieran a salvo, en un ambiente seguro y en
el que se sentían en confianza para poder hablar y tener esta experiencia. Otro dato
importante, también participó mi abuelita, viajando y asistiendo a los otros cuando era
necesario.

Lo que estos viajes causaron en la familia fue una revuelta de amor, largas y
agradables pláticas sobre nuestros miedos más profundos y sobre nuestros anhelos más
esperanzados. No es que no habláramos de estas cosas anteriormente, pero ahora lo
hacíamos desde otra postura: la del amor, del apoyo, con una presencia radical y con una
escucha activa, como me mostraron en Kanankil, pero con el estilo propio de la familia.
Finalmente, sobre estas experiencias, todos vimos y por lo tanto vivimos, cosas desde otra
perspectiva, lo cual también cambió nuestra manera de sentir y actuar. Todo esto no sin
dejar de ser quienes somos, simplemente haciendo ajustes en las áreas en las que ya
sabíamos, muy dentro de nosotros, que eran necesario haceros.l
34

Antes de esta experiencia ya había leído a Shotter (2009), sobre sus momentos de
referencia común. Comenta sobre la importancia de las formas espontáneas de expresión
corporal y cómo estas nos pueden abrir paso para la generación de momentos
compartidos de referencia común, además de poder darte una idea del sentido interno de
la otredad y así poder generar una relación más empática. Considero a la serie de
experiencias mencionadas previamente, como desencadenantes de varias “sacudidas” y
por lo tanto experiencias que nos sirvieron para transformarnos a nosotros mismos como
familia, con el apoyo de todos.

DMT

Me gustaría continuar con el siguiente comentario y su subsecuente reflexión; me


dan la impresión de estar ligadas al tema de la comunicación por lo siguiente:

“(...) lo que descargas en ese momento, que lo traes contigo, pero no tiene palabras
ni es un sentimiento. Entonces... no se puede explicar algo que no es de esta
dimensión, en el conocimiento que tenemos en esta dimensión. Aquí todo tiene
nombre, palabras y medidas. Esto no lo tiene porque no es de aquí, entonces no
podría explicarte con palabras.” Samy (2020, entrevista 1).

El llegar a dialogar con Samy sobre esta sustancia fue todo un descubrimiento
en el cual pude profundizar sobre cómo ha sido la experiencia para alguien como él.
Comenta que ésta puede ser semejante a la del bufo. McKenna (en Oroc, 2009) habla de
lo siguiente: “El DMT es como un hoyo negro intelectual en donde una vez que uno sabe al
respecto, es muy difícil para otros entender de lo que uno habla. Uno no puede ser
escuchado. Entre más puedes articular lo que es, menos parecen entender los otros” (p.
55). Eta misma idea se aplica a la experiencia con 5-MeO-DMT. Es difícil expresarlo, sin
embargo, considero a Samy alguien muy articulado para describirnos sus experiencias con
DMT, aquí un fragmento de su primera entrevista:

“Yo me acuerdo que mi ego estaba ido. O sea, tú estás ahí con esa luz y esa luz te
transmite comprensión. Cuando empezaba a volver en mí y empecé a pensar dije:
‘Ahora lo entiendo todo’. Empecé a abrir los ojos y a aparecer en mi patio. Seguía
35

pensando: ‘Lo entiendo todo, lo entiendo todo.’ Me quedé como media hora en el
suelo sin poder... sin querer levantarme. No es que no pudiera, es que no me quería
parar de lo bien que me sentía, de que me quería, de lo bonito, llorando de felicidad,
por el DMT.”

Terrence McKenna (1991), comenta sobre una ocasión en la que tuvo una experiencia
muy semejante a la que nos narra Samy. Menciona que en 1966 después de fumar DMT
vino un viaje totalmente inesperado, cuando recobró la consciencia dijo una y otra vez:
“No lo puedo creer, es imposible, completamente imposible” (p. 69). Comenta que al
mencionar estas palabras se estaba refiriendo a la sensación de haber percibido un
“logos” o sabiduría, con la que llegó a dialogar, incluso llegó a preguntarle sobre si era
alguna clase de “dios o extraterrestre”.

Por otra parte, Cortina (2020) menciona sobre la particularidad de cada experiencia
en cada persona, suelen ser impredecibles y ligadas al del “set” y el “setting”. Sin
embargo, también estos viajes poseen una característica en común: “la adquisición de
conocimiento a través de la experiencia directa” (p.4). Más adelante comenta algo con lo
que estoy completamente de acuerdo: ésta puede ser una experiencia psicodélica,
divertida, intrigante, religiosa, terapéutica y a menudo, una combinación de todas estas.

Posteriormente, dialogando con Samy, me comentó sobre el papel que para él


tiene la música mientras está teniendo una experiencia con DMT:

“Mira la música influye en los visuales, muchísimo. Según a ti la música, tu cerebro lo


debe de relacionar con algo. Por ejemplo, cuando escucho gongs tibetanos he visto
cúpulas doradas de diamantes. Cuando fumas DMT percibes la música de una
manera muy diferente. (…) La mejor de todas es cuando yo lo hacía con mi
facilitadora, ella te hace una ceremonia y canta ícaros de una forma brutal. Toca el
tambor, va subiendo y ella empieza a cantar, luego toca el gong tibetano, hace
ruidos diferentes y así te va llevando la ceremonia. Eso es lo mejor, cuando tienes un
chamán que te hace una ceremonia con música que te va llevando.” Samy (2020,
entrevista 1)
36

Yopo.

Aquí quisiera retomar lo comentado por Samy en su experiencia con DMT, así como
lo comentado por McKenna (1991) sobre el “logos”, descrito como una entidad inteligente
que reside en un espacio descrito como del que habla Geseell a continuación en su
segunda entrevista (2020):

“Cuando hago meditación voy a ese punto. En ese plano espiritual, donde no hay
nada, me habla. Me decía: ‘No control, no control, no control.’ Como que me
recordaba eso. No con palabras, pero ese espacio me daba a entender que era parte
del todo. Entonces veía yo como si hubiera formado parte del Big Bang, yo era parte
de esa molécula o de esa bola de fuego, yo era parte de eso. Sentí como explotaba,
sentí el impacto, una cosa así, veía una luz cegadora, muy fuerte y luego sentía que
me expandía”

Sobre esto mismo nos comenta Meyer (en Michael, et. Al., 2021) sobre un
“hiperespacio” en donde se encuentran también seres inteligentes con habilidades
comunicativas, esto después de entrevistar en línea a personas con experiencias de DMT,
y se observó que el 66% reportó este tipo de contacto.

Otro fragmento muy interesante durante esta experiencia de Geseell, tuvo que ver
con experimentar la unidad de la que habla Leary, et. Al (1960) en relación a la
trascendencia de tu misma persona:

“Pero había una voz en ese espacio y esa voz me decía: ‘Todo es un sueño, nada
existe. Todo es un sueño, nada existe.’ Entonces en ese momento se me prendió un
foquito. Me di cuenta de que sí, todo esto no es real, nada de esto existe.
Después, abría los ojos, pero al ver el fuego, sentía que me decía: ‘Tú eres parte de
mí.’ Y me abrazaba y me abrazaba el fuego.” (Geseell, entrevista 2).

Lo comentado por Gergen (en Anderson, 1997) en relación con el conocimiento


comunitario y particularmente cómo éste influye en la idea de realidad, relacionada con
diversas experiencias, racionalizaciones y la percepción de la misma persona sobre su
entorno. Muchas de estas construcciones también obedecen a los mismos mecanismos
sociales, en donde intercambiamos información en un contexto histórico y cultural con
37

otras personas, y así nuestras ideas se van entrelazando y obteniendo un cuerpo


particular.

Otro punto destacable es la utilidad de este mismo constructo de realidad, el cual


tiene uso cotidiano y sentido en la vida de la persona. Finalmente, también es un
consenso al que se llega a través del establecimiento de un diálogo con otras personas, o
narrativas sociales. Si aquí introducimos una experiencia psicodélica en donde exista una
comunicación significativa con algo desconocido, pero con aportes sumamente ricos a
nuestra existencia, considérenme para indagar al respecto, por favor, pienso que pudiera
haber mensajes sumamente interesantes. También esta experiencia nos puede situar en
una posición diversa, por lo tanto, nuestro entendimiento de lo cotidiano también puede
ser cuestionado, incluso modificado por el hecho de contemplar de una manera diferente,
desde un lugar diferente.

Relacioné este proceso en donde mi socia, comenta atravesar por una experiencia
espiritual muy fuerte, la cual fue en el marco de una ceremonia con yopo. Pensaba en las
palabras de Anderson mencionadas anteriormente (1997) y en la manera en la que esta
experiencia tan potente termina influyendo en la idea o conceptualización de la realidad
como un sueño en donde lo que está a nuestro alrededor es una ilusión, cambiando así
nuestra mirada de lo cotidiano, incorporando otra perspectiva a nuestro repertorio.

Ayahuasca.

Se trata de un brebaje con diversas variaciones entre comunidades del amazonas


acostumbradas a usarla y su principal ingrediente activo es el DMT. También contiene una
harmina, la cual produce un viaje más largo al evitar la metabolización del DMT. Por esto
sus efectos duran alrededor de 4 horas, en comparación con 20 a 30 minutos cuando es el
compuesto aislado el consumido (Michael, et. al., 2021).

Me gustaría iniciar con un fragmento de una entrevista con mi tía, en la que ella nos
comenta cómo fue el principio de su experiencia con la ayahuasca, la cual fue un día
previo a la de bufo en un contexto de retiro para consumir diversos compuestos, en su
38

mayoría psicodélicos. Aquí podemos ver qué era lo que consideraba importante
reflexionar previo a la toma:

“Y yo pensaba: ‘¿Intención de qué?’ Es que tienes que tener una intención clara ¿Por
qué estás aquí? O sea, si tú nomás vienes por curiosidad no te va a servir de nada.
(…) Entonces yo ya llevaba una intención algo clara. Entonces esto es lo que quiero
saber, quiero la guía. Estoy como en una adyacente en mi camino y no sé si jalar
para acá o para allá, estoy como perdida, pues realmente esto es lo que quiero
saber, porque no sé para dónde. “ (Geseell, 2020, primera entrevista).

En cuanto a esto comentado por Geseell, en mi opinión, a mí también me ha


ayudado para poder dar sentido y dirección a las experiencias que me gustaría tener,
desde antes de consumir la sustancia. Al concentrarte en un objetivo para trabajar
durante este estado podemos tener un eje, el cual nos permite reflexionar en torno a él,
en vez de perderte en la intensidad de la experiencia y termine en algo abrumante y
mucho más complejo de integrar.

Al respecto, Leary, Metzner y Alpert (1960) comentan que para planificar una sesión
con una experiencia “psiquedelica” hay que establecer un objetivo, aquí apuntan al
hinduismo clásico que sugiere estas 4 posibilidades: a) una comprensión intelectual
mayor, intuición del yo y de la cultura y un mayor aprendizaje; b) un sentido de ayuda,
cuidado, obligación hacia los demás; c) diversión, placer sensual y estético, acercamiento
interpersonal o d) trascendencia de tu misma persona y los límites espacio-tiempo, así
como un acercamiento a una experiencia de unión cósmica.

Por otra parte, aquí está la experiencia de Kyle, quien tenía cierta experiencia con
otras sustancias, por lo mismo tenía algunos elementos que le permitían mantenerse
relajado al respecto, dándole un inicio en donde se pudo sentir de la siguiente manera:

“Esa misma noche tomamos la abuelita, con ese no tenía miedo, antes de hacerlo fui
con una mente clara, era la primera vez que tomé la ayahuasca, pero no la primera
vez que tomo una droga alucinógena, de hecho, creo que hemos hablado sobre los
hongos y eso. (…) Me dieron dos vasitos de ayahuasca y después del segundo...
wey... es como mi cabeza explotó wey, ¿quién sabe? de hecho no me sentí mal para
39

nada, de hecho, los chamanes, los que nos ayudaban a tomarlo, les daba un chingo
de risa, porque yo empecé a reírme lo más fuerte que me he reído en mi vida...” Kyle
(2020, primera entrevista).

Entonces, aquí también podríamos pensar en la experiencia sensual propuesta por


Leary, et. al. (1960) cuando se estaba muriendo de risa, en la sensorialidad que acompaña
a este proceso de respiración y contracciones. Por otra parte, podríamos pensar en la
cuestión cognitiva, a lo que se refiere Kyle cuando habla de la sensación de su cabeza
explotando, sorprendido por los sucesos y las ideas emergentes. También más adelante
podremos profundizar un poco en experiencias que estarían tocando más la parte de la
trascendencia de los límites personales.

En contraste, en el siguiente comentario podemos observar un poco lo descrito


anteriormente con el ciberespacio y los seres inteligentes de ahí:

“estaba en presencia de ese ser divino ¿no? De ese ser especial. Me decía: ‘¿Por qué
siempre dudas? si yo contigo estoy siempre, te quiero, te cuido, te amo. No necesitas
dudar, contigo estoy. Tienes todas las respuestas, yo te las doy, pero lo único que
tienes que hacer es escucharme, por necia. Escúchame, estoy contigo siempre y en
todo momento.’ Entonces eso me llenó de mucho amor. Empecé a sentir un amor por
todos y por todo” Geseell (2020, entrevista 1)

Sobre esto surge esto comentado por Shanon (en Michael, et. al. 2021) sobre llegar a
otro lugar del universo o dimensión, con una intensa sensación de realidad, en donde
existen “seres sobrenaturales”. Para mí, este tipo de experiencias espirituales durante los
efectos de un psicodélico han sido pocas, pero sumamente profundas. Las pudiera
describir como de los momentos donde mayor conexión con el cosmos y con este mundo
he sentido, por lo tanto también en donde he sentido un gran amor hacia mí y de mí para
todo afuera; como si yo fuera un medio de propagación de amor, de parte del cosmos
para todos los seres con quienes me relaciono. Ha sido terapéutico para mí el recordar
esto, saberse y sentirse un ser valioso y amado, en un contexto de aislamiento debido a la
pandemia, lo cual resultó de mucha ayuda para mi salud mental y bienestar en general.
40

Por otra parte, Grof ha descrito un estado semejante (en Oroc, 2009), donde
comenta el llegar a un “fondo cósmico”, donde tenemos visiones de luz radiante,
abundantes en belleza, con seres de naturaleza divina y es ahí también en donde
podemos experimentar contacto con figuras arquetípicas con cruzas culturales, con
quienes suele haber algún tipo de intercambio de información, como podemos leer en la
experiencia de Geseell. Por otra parte, tenemos la sensación de amor. Oroc habla sobre la
respuesta emergente en una de sus experiencias “Amor, eso es todo lo que necesitas
saber. Soy amor” (p.25). Más adelante continúa relatando sobre una profunda sensación
de tener una certeza desde siempre, de que todo está bien, existimos y solo necesitamos
estar y ser.

Es así como llegamos a la siguiente sustancia. Encuentro mucha relación con los
siguientes puntos a tocar con experiencias de Kyle y una mía en particular.

Hongos neurotrópicos

Esta experiencia descrita por Oroc en el párrafo anterior conecta mucho con mis
aprendizajes en diversas experiencias con hongos. La sensación de bienestar por el simple
hecho de estar y ser, la importancia de sentir y practicar el amor, así como la gratitud
hacia todo y todos por infinitas razones, son experiencias muy enriquecedoras en mi vida
porque me orientan a fortalecer y establecer nuevos vínculos, además de invitar al
diálogo.

Pero me gustaría continuar con mi conversación con Kyle. Él me habló sobre ciertos
procesos que ha atravesado, algunos de estos tienen relación con los hongos
neurotrópicos. Estas experiencias han logrado crear ciertos ecos, debido a los
aprendizajes extraídos de las mismas, como leeremos a continuación:

“Cuando estaba bajando esa noche, eran como las 10:30 u 11, estaba en mi sala y
como si hubieran oprimido el botón de ‘reset’. De repente ya estaba de regreso (...)
.Fue memorable porque ha sido una de las veces que más fuerte lo he sentido y se
disparó por los sonidos de Pink Floyd, Fue como un switch, de repente ya me había
ido, estaba ido.” Kyle (2020, entrevista 2).
41

Esto me recuerda lo dicho por Samy sobre la música como guía visual, en
comparación aquí Kyle comenta sobre cómo actúa como un catalizador. Por otra parte,
pienso sobre este estado en donde somos más susceptibles a la otras formas de
comunicarnos. Entonces, además de ser un desencadenante y guía en el mismo viaje
¿puede ayudar a conectar con cuestiones inesperadas?

Durante una de mis experiencias con hongos neurotrópicos hubo un momento donde
la melodía de una canción me hizo conectar inmediatamente con las vibraciones que
estaba percibiendo. En ese momento surgió de mí de manera espontánea un canto
gutural difónico, sintiendo una comunicación directa con la canción que estaba sonando,
Hanging from the rafters de The Human Bell. La melodía me cambiaba por dentro,
producía sensaciones en diversas partes de mi cuerpo con los diferentes sonidos de cada
instrumento. Mi cuerpo reaccionaba moviéndose y emitiendo sonidos con mi voz; fluía
junto con la canción y todas las sensaciones que emuló en mí este proceso; dichas
sensaciones resultaban bastante extrañas, pero de alguna manera terapéuticas porque
sentía cómo me acercaban a mi propio cuerpo, aceptándome y amándome por el simple
hecho de ser ahí, tirado en el piso del cuarto de mi amiga. En el momento tenían un
sentido total estar así, claro, lo más valioso para mí fue sentir eso por mi propio ser y
traerlo de vuelta conmigo a mi día a día.

Sobre el sonido, Bakhtin (en Andersen, 1996) lo percibe como la forma nuestra de
convertirnos en quienes somos. Al expresar, al producir los sonidos conformantes de una
palabra es parte de “el-ser-como-suceso”. Esta expresión es una forma de irnos
convirtiendo, este sentir provocado por mi voz y por la forma tan distinta de percibir mi
propia corporalidad hacía percibirme desde una perspectiva totalmente diferente a la
cotidiana, brindándome una posibilidad más de ser y de sentir, por lo tanto, de actuar.

Esta experiencia me hizo pensar en el proceso de comunicación propuesto por


Shotter (2009). Imaginaba lo que él comenta sobre el papel que tienen nuestras
corporalidades expresando y respondiendo durante el proceso de la comunicación. Habla
42

sobre este proceso como algo bastante más complejo, espontáneo, único y vivo, donde
también está nuestra propia identidad entrelazada con todo lo involucrado en dicho
proceso, incluida la identidad de la otredad. Para ese momento, cuando tuve esta
experiencia, ya había realizado el ensayo de este documento para la clase de seminario de
tesis de la maestría por lo que agradezco a Papusa Molina, por lo tanto, no pude evitar
recordar esta lectura durante mi experiencia. Viví cosas profundas a nivel espiritual ese
día, una de esas tenía mucho que ver con la idea antes mencionada de Shotter.

Posteriormente, Kyle nos comenta sobre la forma en la que los hongos le han
ayudado en ciertos aspectos:

“Pero cuando comí hongos me ayudaron a calmarme y bajar a la tierra. Me


ayudaron a expandir mis horizontes en cuanto a cosas que podría estar haciendo en
vez de no hacer nada. Le doy crédito, le doy mucho crédito a los hongos por mi amor
a estar afuera, si no los hubiera tomado cuando lo hice no hubiera caminado en los
bosques mucho, no tanto como ahora, me encanta estar en las afueras. Empecé
también a escalar después de todo eso. Lo grande para mí fue que en verdad me
ayudaron a bajar a la tierra y aunque suene cursi, a hacerme uno con lo que me
rodea.” (2020, entrevista 1)

Conforme conversábamos de diversas experiencias, me dio mucha curiosidad


conocer las diversas formas como se vio influida su vida. Desde mi perspectiva eran
vivencias bastante profundas; cuando las he tenido han sido sucesos en mi vida en donde
sientes cómo tu mirada se mueve de lugar, tus pensamientos son completamente
diferentes, puesto que toda tu percepción también es diferente en ese momento. En
algún punto elaboras con palabras la vivencia, para buscarle sentido de alguna manera.

Me llamó mucho la atención la forma como nos narra Kyle, en el comentario


anterior, su experiencia. El proceso el cual lo lleva a actuar de una manera diferente en
relación con su entorno; partiendo de una experiencia en la cual él contacta de una
manera diferente con su alrededor. Finalmente, también podemos observar en ese
párrafo la conexión que puede existir entre una experiencia y cómo el lenguaje nos ayuda
a “bajar a la tierra” nuestras reflexiones obtenidas.
43

Sobre esto, Mason (en Doblin, et. al. ,2019, p. 95) mencionan: “se encontró que la
psilocibina mejoró el pensamiento divergente, un proceso importante involucrado en la
creatividad, además de estimular el bienestar del participante y la empatía emocional.”
Tal vez por eso pudiera ser la sensación renovadora del “reset”, los mismos autores más
adelante mencionan sobre la conexión neuronal posterior a consumir hongos, la cual tiene
efectos antidepresivos.

Me gustaría continuar ahora con lo mencionado por Harlene (1999) sobre el


significado y cómo éste nos ayuda a darle un sentido a lo vivido. Analizamos nuestras
experiencias y de ahí interpretamos, aprendemos, reflexionamos y entendemos lo que
nos rodea. Un punto muy importante para mí es cuando menciona que el significado se
construye colectivamente, utilizando el lenguaje como herramienta; sin embargo, el
lenguaje puede ser hablado o no hablado. Por último, también está la posibilidad de un
cambio en la manera de relacionarnos después de atravesar por una experiencia en donde
obtengamos un aprendizaje significativo, donde sea posible un cambio de postura, por lo
tanto, de acciones. Más adelante retomaré la reflexión sobre el lenguaje.

Un último punto tocado con Kyle sobre los hongos que me llamó mucho la atención
fue el siguiente:

“Honestamente siento que siempre que los tomo, ya sea recreativo o por alguna otra
razón, usualmente salgo más positivo, con una mejor visión sobre lo que sea que me
está pasando aquí en un determinado tiempo.” (2020, entrevista 1)

Catlow e Idel (en Uthaug, Lancelotta, Oorsouw, Kuypers, Mason, Rak, Sulakova,
Jurok, Maryska, Kuchar, Pálenk, Riba y Ramaekers, 2019) reportaron haber encontrado
una neurogénesis incrementada como resultados a la exposición a la psilocibina, principal
componente de los hongos. Esto se debe a la influencia de las propiedades antidepresivas
a corto y largo plazo que tienen los hongos.

Oroc (2019) habla sobre su uso de hongos de psilocibina en contextos de naturaleza,


realizando alguna actividad en donde él pueda acceder a la “acción a través de la no-
44

acción” propuesta por la filosofía Zen, implica estar en “la zona” en donde dejas fluir tu
mente y tu cuerpo, alcanzando así un estado de unión con lo otro a través de la actividad
realizada. Lo relaciono con lo mencionado por Kyle en este comentario, pero también en
el anterior, sobre el uso recreativo y el amor por la naturaleza. Percibo estas actividades
como la búsqueda de una forma diferente de relacionarnos con nuestro entorno y por lo
tanto también de ir transformando nuestra identidad, moviéndonos hacia donde nos
llevan nuestras experiencias.

Estas ideas, en conjunto con las de Kyle me hacen pensar en cómo una experiencia
con psilocibina puede llegar a tener un efecto positivo en los estilos de afrontar las
situaciones. En mi experiencia, tuve una toma de hongos poco antes de trabajar en
algunos trabajos finales importantes, me sentía un poco temeroso y también estaba
trabado, sin mucha motivación a proceder, pero también con mucho cansancio por todo
el contexto de la cuarentena, la cual ha sido prolongada y ha acarreado diversos efectos
en mi estado de ánimo, además de los cambios en los ritmos de la maestría y otras áreas
de mi vida, en donde se me estaba pidiendo pero no estaba rindiendo tanto como yo
hubiera querido. En resumidas cuentas, estaba atravesando por algo muy parecido a lo
que comenta sentir Kyle durante esta pandemia.

Por estos motivos me animé a realizar dicha toma. Como comenta Kyle, considero
que fue una experiencia de “reset”. Me sentí fascinado por los sonidos, por las conexiones
que encontraba a mi alrededor, con mi propia persona y con el cosmos. Sentí una gratitud
inmensa poder presenciar las nubes en un atardecer con colores rojos y violetas como en
ocasiones sucede en Mérida. En medio de todas estas sensaciones, venían a mi mente
pedazos de textos citados en este análisis, pero también comentarios de mis maestros,
clases, de estas entrevistas y de muchas otras conversaciones que de alguna manera han
convergido aquí. En muchos trabajos de la maestría mencioné la gratitud, aquí la reitero.
45

Bufo Alvarius

Me gustaría comenzar este apartado con una de las experiencias que tuvo Samy,
esta fue la primera vez de tres ocasiones en las que ha participado en una ceremonia de
bufo:

“Pero me asusté mucho, abrí los ojos, intenté irme. Ella cantaba, empezó a sonar un
timbal en mi cabeza, y empecé a escuchar cantos tribales y me asusté muchísimo.
Resulta que era ella haciendo la ceremonia, yo tampoco lo sabía ¿me entiendes?
pero estaba allí con sus cantos, con su timbal, cantando ícaros pero claro, a tí te
descoloca, vienes de un mundo occidental, fuera de esto, que no está en tu cultura y
de repente te sumerges en cuestión de 2 segundos, abres la puerta a un universo...
eh... tribal, algo místico y de repente estás metido de información.” Samy (2020,
primera entrevista).

Al conversar con Samy sobre esta experiencia me hizo pensar en la mía, la cual me
recuerda a lo comentado durante su viaje más fuerte con DMT. Yo experimenté algo
semejante. El “descargar”, como llama Samy, da una sensación de entender el sentido de
mi existencia. Aclaro, más que una idea identificable era una sensación en todo mi ser,
que llegaba hasta al centro de mi conciencia. Además, hubo diversos pensamientos que
me acompañaron durante la experiencia a manera de mantra, los cuales me ayudaron a
navegar: “Esto es lo que hay”, “Todo tiene sentido, está en perfecta armonía” eran las
palabras y sensación que me acompañan hasta el día de hoy. De alguna manera ha
continuado siendo un mantra que utilizo para afrontar las situaciones que necesito en
momentos en los que me siento desesperado o renuente a lidiar con algo.

De igual manera me identifico con él en cuanto a que la experiencia es tan bella que
al regresar lo haces con lágrimas en los ojos. Para mí fue el poder apreciar lo que tengo
desde una perspectiva totalmente nueva, siendo mucho más consciente de lo profundas
que son mis relaciones con las personas que me rodean, así como sobre el impacto que
mis acciones pueden llegar a tener en mis mismas redes y en mi propio futuro. Por otra
parte, eso que “descargué” también tuvo mucho que ver con el tener la certeza de saber a
46

dónde y cómo me quería dirigir a partir de ese punto. Por otra parte, mis principales
dudas se apaciguaron, logrando darme una claridad mental bastante disfrutable.

Quisiera terminar esta sección con un segmento de la segunda entrevista que


mantuve con Samy, en donde presento una reflexión que surge a partir de la primera
plática con él:

“A mí me cambió la vida totalmente. Lo que pasa es que con el tiempo se te olvida y


llegas a un momento en el que ves que seguro estás mejor. Yo no sé qué es lo que
hubiera pasado si no lo hubiera fumado, no puedo saberlo. Pero sí creo que hubo un
antes y un después, lo sigo diciendo.”

Ahora me gustaría comentar sobre lo propuesto por Anderson (1999) respecto al


concepto de “identidad” (p.281), en donde menciona que es la “constancia de una
narrativa en progreso” o también, más adelante utiliza la frase: “una biografía
multifacética que escribimos y editamos constantemente”. También comenta sobre la
forma en la que una persona puede ir identificando de diversas experiencias o situaciones
diferentes elementos y organizar la información de múltiples formas, pudiendo expresarse
con acciones en temas políticos o éticos.

Esto me recordó inmediatamente un fragmento de la segunda conversación con


Samy (2020), en donde hablando de las ceremonias con bufo alvarius le llevaron a pensar
lo siguiente:

“Te mejora, pero es verdad que ahora mismo no tengo mucho interés por repetirlo,
por hacerlo, por experimentar. Esa luna de miel de cuando pruebas una cosa y
quieres probarlo más y quieres experimentar. Una cosa que me molesta mucho es
que todo eso vale mucho dinero. Mucho rollo, mucha conexión con la naturaleza,
pero ningún facilitador te facilita gratis. Estoy en contra de la religión, pero la
religión te da la opción de dar dinero o no. Pero enseñan a todo el mundo. Mientras
que el bufo no. No accedes a él si no das dinero.”

Y esta conversación con Samy, me lleva a otra conversación con Geseell):


“Yo recuerdo que desde muy joven igual que tu papá, siempre hemos estado en
búsqueda de unas preguntas que tenemos acerca de la vida que nunca nos han
47

llegado pero la religión para mí no es la respuesta. Me refiero al ser espiritual, a ver


al mundo como un todo. Vas a ver a la naturaleza, a los animales, todos somos parte
de una burbujita, de una misma energía.” (2020, entrevista 1)

La conexión lógica que tuvieron mis pensamientos al pensar en este concepto fue la
siguiente: primero en la idea de identidad y cómo estamos constantemente editando
quienes somos, así como nuestra historia. Después, pensé en cómo Samy menciona
hechos considerados sumamente importantes, como el haber probado el bufo alvarius y
el papel que esto juega en su historia, así como el curso tomado después de pasar por
estas reflexiones, las cuales influyen en la persona de ese momento histórico en su
narrativa. Después, recordé cómo Geseell mencionaba la idea de estar en una búsqueda a
lo largo de su vida, en donde nos describe la evolución de su pensamiento en torno a la
religión, también mencionada por Samy, y cómo esta misma influye en su vida espiritual.
Finalmente, tenemos en cómo vive cada quien su espiritualidad un aspecto considerado
importante por los cuatro conversantes , me incluyo, y este es parte de la identidad de los
tres en este punto de nuestras narrativas.

Reflexiones derivadas de estas experiencias

Pensé en la forma en cómo vivimos nuestra espiritualidad en relación al concepto de


la identidad porque considero a estas experiencias como hechos que han cimentado
muchas de nuestras ideas centrales sobre la forma en la que percibimos a la otredad que
nos rodea, por lo tanto también determina nuestra relación con los demás y con nuestro
mismo mundo; por lo tanto las diversas posturas sociales políticas y/o éticas que conlleva,
como la religión, o cómo entablar mi relación con todo lo que soy consciente que me
rodea. Incluso, también es posible editar en nuestra historia, la forma en cómo decidimos
afrontar las cosas cotidianas, incluso en situaciones en las que las probabilidades de que
actuáramos de una forma eran altas:

" Ah caray, empezamos por buen camino. Ya no estoy tan neurótica ¿no? Si ya en
algún momento voy a empezar a gritar me pongo a pensar: ‘Tranquilízate, acuérdate
48

ese no es el camino, mira.’ Yo ya, solita me empiezo a calmar y cambio mi actitud.


Eso no lo hubiera hecho yo, hace un año atrás.” Geseell (2020).

Otra cuestión que pude notar en ese comentario de mi socia conversacional, fue lo
comentado por Anderson (1999) en relación a la identidad, la cual es “dialógica y
narrativa”. Me llama mucho la atención como su pareja, mi tío Barry, asocia el enojo en su
esposa durante una situación como esa, sin embargo, al haber un cambio tan notable es
mencionado, entonces la identidad de una persona se va acomodando a nuevas
narrativas, por lo tanto, a nuevas maneras de actuar, alternativas y posibilidades. Para mí,
es destacable cómo nuestra identidad evoluciona junto con los diálogos, pero todo lo que
se construye previo a los diálogos sostenidos obedece a una serie muy larga de cambios
que ha habido a lo largo de uno o varios procesos dentro de un mismo individuo.
Lo siguiente a mencionar es la polifonía de Bajtin (en Anderson, 1999). Explica que el
yo se va creando de la multiplicidad de voces creadas a partir de algo dicho, como diría
Rita Charon “hay un yo que cuenta y un yo que es contado” (p.293). Ahora, si miramos los
diálogos sostenidos con mis socios, puedo identificar algunas retroalimentaciones, que
obedecen a esta multiplicidad de voces que causa la polifonía sobre la identidad de una
misma persona:
“Una de las cosas que me dijo mi papá después de que regresamos del retiro, ni
siquiera le pregunté nada. Solamente se acercó y me dijo: ‘Oye, ese retiro que
hicieron tu mamá y tú debió de haber sido de ayuda, porque toda tu actitud y
comportamiento ha cambiado alrededor de la casa.’ Y pues no me había dado
cuenta de esto, pero luego obtuve esta información de él y lo he visto. Han pasado
unos meses desde que lo hicimos y desde eso en verdad... obviamente a veces peleas
con tus papás, pero ahora siempre estoy bromeando con ellos, nuestra relación se ha
hecho mucho mejor con ellos.” Kyle (entrevista 1, 2020)

Me imagino el papel de mi tío Barry con respecto a la polifonía que está realizando
en la narrativa de la vida de mi tía y mi primo, dando retroalimentaciones sobre lo que ha
observado de la relación; pero también sobre cómo estos cambios traen consigo mismos
otros más, como una atmósfera diferente en un hogar, además de una nueva forma de
afrontar y resolver situaciones cotidianas más congruente con estas nuevas ideas. Me
pregunto ¿Qué es lo que pasaría si no hubiera una tercera voz? Es probable que la
49

polifonía no fuera tan poderosa, puesto que cada persona que aporta también contribuye
a crear una visión más amplia del concepto de una misma persona. Por otra parte,
también pensé en la influencia de los comentarios y retroalimentaciones por parte de
todos a una polifonía del hogar, por así decirlo.

Ahora, hablando del proceso compartido por mi primo, mi tía, Samy y yo, pienso en
la posibilidad de cada una de las experiencias vividas, las cuales terminan resonando en las
narrativas de cada persona que las vivió. Cada experiencia representa también un
aprendizaje, algo nuevo para procesar y posiblemente integrar. Posteriormente pensé en
las diversas voces que pudiera haber en relación a las diferentes sustancias o maneras de
entrar en un estado, algunas de las que estuvimos conversando fueron: hongos de
psilocibina, DMT, ayahuasca, yopo, bufo alvarius y también la meditación. Visualizo a cada
una de estas sustancias o herramientas como creadoras de diversas experiencias, las
cuales crean polifonía en relación a algo trabajado durante el trance o ceremonia.

Gergen (en Anderson, 1999, p. 296), menciona: “lo individual es una propiedad que
emerge de lo comunitario.” Y aquí conecto directamente con mi experiencia, así como
con diversos comentarios de mis socios conversacionales en donde al atravesar por esta
experiencia pudimos sentir cómo nuestra identidad forma parte de algo mucho más
grande, algo colectivo y en lo cual tenemos una influencia mutua directa:
“Te haces bastantes preguntas. ¿Por qué siento más cosas con la naturaleza? Claro,
al igual ahí influye que he sentido esa conexión. Te das cuenta, los árboles tienen
vida, te das cuenta que... ¿me entiendes lo que quiero decir? Te hace mejor persona,
puede ser. Algo que, la sociedad no quiere, pero te hace mejor persona en dado
momento. Más sensible, no sé cómo puedo explicarlo.” Samy (2020).

“Cuando me pude parar, dí como 4 o 5 pasos, e inmediatamente me volví a poner en


el piso y volví a enterrar mis manos otra vez. Y otra vez ahí me puse, me estaba
cubriendo en tierra. En esos momentos de veras me sentí como que yo era parte de
la tierra. Me derretí en la tierra y era parte de ella. Ahí me quedé.” Kyle (2020).

Mientras escribo esto, pienso en lo que continúa diciendo Gergen en el texto de


Anderson (1999, p.296) “la relación precede a la identidad”. Efectivamente en las
relaciones que tenemos con las personas que nos rodean de alguna manera son las más
50

visibles. Pero también es importante reflexionar sobre todo lo demás con lo que estamos
relacionados, es decir, todos somos parte del mismo mundo. En mi experiencia, durante
mi ceremonia de bufo alvarius, así como en algunas otras experiencias con hongos, ésta es
una de las ideas principales que han rondado mi cabeza: la conexión existente entre todos
los seres que formamos parte de este mundo, es entonces, este conjunto de relaciones
todo lo que antecede nuestra identidad.

Por otra parte, Steiner (en Shotter, 2009, p. 29) con la siguiente frase: “La otredad
que nos penetra nos hace otros”, ya que todas estas experiencias terminan siendo un
contacto con la otredad, sobre todo las más intensas. Este contacto tan brutal, tan intenso
y tan profundo termina cambiando algo sobre la forma de percibir lo cotidiano; es
entonces cuando se dan los cambios, las transformaciones, nos hacemos otros.

Posteriormente, Anderson (1997) habla sobre el conocimiento como un “proceso


fluido”, la naturaleza dinámica del mismo, como es cambiante y no resulta definitivo y/o
final. Teniendo en mente esto, podríamos pensar también que existen estructuras
ideológicas que dan cimientos al conocimiento nuevo, entonces, dentro de nosotros hay
algún conocimiento previo que hospeda a la nueva información, para descartar parte del
mismo y así ser un proceso continuo de renovación.

En una conversación con Samy, en la cual estábamos hablando sobre lo sus


pensamientos de mis reflexiones realizadas en torno a la primera entrevista en la que
hablamos sobre su experiencia con bufo alvarius surgió este punto:

“Sí, pero es verdad que eso hace dos años no lo sabíamos. Yo lo hubiera
recomendado antes, que hay que hacerlo por lo menos una vez en la vida. Ahora no
lo recomendaría. ¿Por qué? Por el abuso que hacemos al animal. Solo lo
recomendaría si vas con los seri en temporada de sapo. Extraer veneno de solo una
glándula y dejarlo vivo, no extraer de todas sus glándulas porque dejas indefenso al
sapo. Nadie lo hace así, todo el mundo abusa del sapo.
La segunda razón es porque puede causar daño. Imagínate recomendárselo a tu
amigo y que le haga mal. Puede ser un daño permanente. Entonces mejor no lo
recomiendo. Si te tiene que llegar te llegará y si no, no.” Samy (2020, entrevista 2)
51

Quedé asombrado con la evolución de pensamiento en torno a un mismo


fenómeno. Samy nos comenta cómo sus reflexiones que van surgiendo a lo largo del
tiempo le hacen emigrar de una postura a otra, siempre teniendo como base su
experiencia y el conocimiento que ha construido en torno a ella. Personalmente, también
mis ideas y posturas han cambiado desde mi ceremonia con bufo, sin embargo, coincido
con la idea de respeto total a dicho animal y a su hábitat natural.

A esto me gustaría añadir la idea de cuando repasamos los sucesos que más nos han
marcado a lo largo de nuestra vida. Personalmente tiendo a repasar constantemente lo
que éstos significan o aportan para mi conocimiento en el punto en el que me encuentro
en mi vida, o tal vez en otros puntos de mi vida. Me parece natural la idea de Anderson
(1997) en donde habla sobre cómo el conocimiento fluye a través de nuestra vida,
teniendo como referencia esos hechos tan significativos, en donde construimos y
renovamos el conocimiento.

A continuación, presentaré una idea que me llama mucho la atención, la cual tiene
que ver directamente con las creencias espirituales de mi tía Geseell, además de la forma
en cómo estos aprendizajes se pueden traducir en cuestiones cotidianas:

“hay una conexión muy grande con los animales, con la naturaleza, todos somos uno
solo, todos somos uno mismo, todos venimos del mismo lugar. Entonces para mí, el
ser un ser humano es un regalo y a veces no lo entendemos. Yo siento que venimos
aquí a disfrutar ser un ser humano. (…) Para mí hay una conexión muy grande,
inexplicable, que a lo mejor nunca nos tocará poder explicarla hasta que te vayas de
este planeta ¿no? Pero mientras tanto es muy difícil.” Geseell (2020, primera
entrevista)

De nuevo, esto me recuerda mucho a esta experiencia descrita por Leary, et. al.
(1964) en sus Ensayos sobre el “Libro tibetano de los muertos”. Cuando hablan de esa
planificación para experimentar la difusión de los límites del propio ser, para fundirse con
la otredad. En este caso, la naturaleza, los animales y todas las personas que formamos
parte de este mundo.
52

Ahora, también hubo algunas reflexiones que estaban dirigidas directamente hacia
narrativas predominantes y/o grandes sistemas que terminan siendo opresores:

“Sabes que la sociedad, los políticos, la gente que tiene mucho poder, tiene mucha
influencia en querer tratar de programarnos. Así que el bufo te saca un poco de esa
programación. Samy (2020, entrevista 2)

Yo he descubierto que un tío que vive en la selva que antes tú lo veías, un tío de una
tribu. Que tú lo veías como algo ridículo, infravalorado, luego te das cuenta que este
tío sabe más que tú y vive mejor que tú. No lo obligan a trabajar, ni a ir al colegio, ni
le meten mierda en la cabeza, vive acorde a la naturaleza y dices: ’coño’.
Y siempre te dicen que esta gente es menos inteligente ¿no? Si ellos son sabios,
nosotros somos tontos.” (Samy, 2020, entrevista 2)

“Pues la religión, la sociedad, las compañías farmacéuticas, todo mundo se ha


encargado de mantenerte ignorante de eso para poder controlar las masas. No estoy
paranoica, lo primero que te dice la religión es que si no eres bueno te vas a ir al
infierno. Entonces estás con el constante miedo de si haces algo que esté mal, todo
está mal. La sociedad y las farmacéuticas son lo mismo, te quieren hacer creer que
estás mal si no tomas una pildorita y nunca te van a atender lo que causa el síntoma,
no el meollo del asunto. Entonces todas estas situaciones te manipulan y te hacen
olvidar que eres un ser de luz, un ser de energía, puedes crear lo que quieras, pero
tienes que saber manejar esa energía.” Geseell (2020, segunda entrevista.)

Pensé en lo comentado por Anderson (en Chaveste y Molina, 2019) sobre la


relación entre el conocimiento, la expertez y el poder, al contemplar las instituciones con
recursos económicos, sociales y políticos para ejercer poder, como las citadas por Geseell
y Samy arriba. Una alternativa viable con el uso de los psicodélicos es el poder cuestionar
estas grandes narrativas, usando los conocimientos locales como puntos de comparación.

Una forma en la que el campo de los psicodélicos ha ayudado a cuestionar grandes


narrativas psiquiátricas ha sido por medio de la efectividad de la psilocibina como un
tratamiento para diversos padecimientos psiquiátricos (Uthaug et al., 2019). Una sola
toma puede tener efectos a largo plazo, en comparación con modelos actuales en donde
la dependencia a los fármacos puede ser una constante, además de un modelo de
53

negocios mucho más rentable en contraparte a un hongo que puedes recoger del estiércol
de vaca durante una temporada del año.

También pensé en Ghiso (2008) en relación al “pensamiento único” cuando se


mencionaron estos puntos en las entrevistas. Es un hecho, que cualquier experiencia con
una sustancia psicodélica va en contra del pensamiento único. Todas las experiencias son
de una naturaleza totalmente particular, ya que también pertenecen a entidades
totalmente únicas, es decir nosotros. Particularmente cuando intercambiamos
conocimiento adquirido a través de estas experiencias, estamos mirando los
cuestionamientos personales que cada quien expresa en sus búsquedas. Pudiendo
compartir numerosos elementos con el resto de las personas, claro, pero siempre desde la
individualidad que privilegie el conocimiento contextualizado en las realidades locales.

Por este motivo me gustaría colocar este comentario Samy, el cual habla sobre una
alternativa a un pensamiento único, incluso a una experiencia única de vida:

“Cuando fumas bufo regresas con la misma sensación. Volví llorando de felicidad,
después te encuentras súper bien en los siguientes días. Es porque rompes esa
barrera, encuentras ahí algo fuerte… Esa era mi rutina, pero ya la he dejado de lado,
espiritualmente he tenido suficiente. Lo tengo ahí por si vuelvo a estar mal, pero ahí
está. No lo he tocado porque estoy bien. Ahora mismo estoy cayendo en cuenta de
esa reflexión. Ya no lo he necesitado… Me gustaría recalcar que hay que tener
mucha precaución. Mucha gente cree que es un capricho, pero se tienen que enterar
de lo que es, estudiarlo y estar conscientes de a dónde están entrando. También
informarse sobre las dosis.” (2020, entrevista 2)

Un punto muy grande aquí es la responsabilidad para con nosotros mismos al


momento de consumir alguna sustancia. Coincido totalmente con Samy en el aspecto de
la información sobre las dosis y la reducción de riesgos como una medida primordial al
momento de experimentar con drogas psicodélicas.

También me cuestiono el riesgo que hay en las drogas comunes y legales ¿qué tanto
me pregunto sobre el daño que me causan? ¿Qué tanto me informo al respecto?
54

Finalmente, creo que hay mucha información que necesita ser investigada, muchos
diálogos que necesitan ser desarrollados y conversaciones que tienen que seguir, otras
que tienen que pausar y en fin, quiero ser parte de este ciclo de llenado y vacío de
información en el saber colectivo.
55

Capítulo III: Integración

He hablado de la importancia de las diversas perspectivas, incluyendo la


modernista/cientificista. Ona (2018) comenta varios puntos muy interesantes y me
gustaría contrastarlo con mi experiencia como usuario de estas sustancias. En un primer
punto menciona lo siguiente: “Los testimonios anecdóticos se presentan como
psicológicamente plausibles y convincentes. No obstante, distan mucho de poder
extrapolarse a otras personas” (p. 38). Estoy de acuerdo con esta declaración. En relación
con esto, Oroc (2009) menciona una vasta diferencia entre cada quién. Él compartió con
numerosas personas ceremonias donde consumían 5-MeO-DMT y si bien, pueden existir
algunos puntos semejantes entre cada quién, cada experiencia es completamente
diferente.

En mis propias experiencias con triptaminas, así como en las conversaciones con mis
coinvestigadores, podemos coincidir en el punto anterior. Los efectos, tanto fisiológicos,
como psicológicos y los significados de la experiencia variaron bastante. Si bien, hubo
muchas coincidencias, como la sensación de amor, y de unión con algo más allá de
nuestro ser, como también lo menciona Oroc (2009), cada experiencia fue bastante
diferente y por lo tanto, al momento de conversar las aportaciones fueron bastante
diversas. También tiene sentido esta diferencia en cada caso debido a lo reflejado en la
experiencia: nuestro mundo interior, nuestras conversaciones y nuestras diferentes
identidades. Si hacemos la adición de estos factores y muchos otros que seguro entran en
juego podemos encontrarles una explicación .

Por otra parte, también es importante recordar el papel del “set” en los posibles
efectos de una sustancia. Aquí tomo en cuenta a Peraza (2015) cuando comenta en sus
reflexiones sobre cómo hay diversos sucesos, personas y situaciones con una importancia
considerable para nuestra existencia, estos sucesos logran transformarnos,
trascendiéndonos como seres. Uniendo estas dos ideas, sería sumamente difícil ser la
56

misma persona en dos experiencias psiquedélicas. Sobre todo, si la primera tuvo un efecto
importante, o incluso otro evento importante independiente, puede llegar a cambiarnos.
Pudiéramos considerar a estas vivencias como posibles catalizadoras de cambios. Esto
refuerza la idea siguiente: Si cambiamos de manera constante en la vida, aunque
tomemos en múltiples ocasiones la misma sustancia, hay una alta probabilidad de obtener
resultados muy diversos, debido a los cambios en nuestro “set”.

Aquí entra otro punto importante: cada sustancia funciona diferente en cada
organismo, tal vez a alguien le funcione mejor el DMT, a otra persona, los hongos, a otra
persona nada y a otra persona la meditación. Si alguien está dispuesto a utilizar estas
herramientas, en palabras de Alexander y Ann Shulgin (1991, p. 27) “Infórmate y después
elige”. Esta declaración me parece importante situar incluso como una postura política.
Un año después, Mckenna (1992) escribe sobre la violación de derechos humanos al tener
gobiernos con regulaciones tan severas para estas sustancias, llegándolas a catalogar
como ilegales e incluso como sin potencial terapéutico, cuando la evidencia sugiere todo
lo contrario.

El primer derecho humano mencionado por Mckenna (1992) es la libertad de


prácticas y creencias religiosas. Particularmente no me considero afín a ninguna religión y
al mismo tiempo puedo llegar a ser afín con muchas cosas de casi todas las religiones.
Para mí, los psicodélicos representan una parte muy importante de mi vida espiritual.
Como mucha gente, crecí como católico y contemplaba la comunión como algo muy
importante pues Cristo estaba ahí. Actualmente, pudiera considerar como un sacramento
personal el consumir hongos particularmente, y mi experiencia con el bufo ahora la veo
como un bautizo, donde pude remojarme con las aguas de la psicodelia, el amor, la vida,
la muerte y la locura al mismo tiempo. Sé también no ser el único con un pensamiento
parecido, muchas personas utilizan las sustancias psiquedélicas como una herramienta
espiritual y por lo tanto la ley pasa por alto a este grupo al hacer ilegal muchas de las
mismas.
57

El segundo derecho humano violentado por la ilegalidad es el de libre albedrío.


Pareciera también haber un interés en promover ciertas sustancias en la misma
prohibición. Está prohibido una planta fácilmente reproducible como la marihuana, pero
por otra parte está permitido a las grandes industrias vender tabaco o alcohol. Entonces,
la cuestión no es protegernos de un potencial riesgo a la salud, porque lo ilegal no es lo
más peligroso, lo ilegal es arbitrariamente ilegal, pasando por alto nuestro derecho a
decidir nuestras sustancias para consumir.

Sobre esto, McKenna (1992), habla de un miedo por parte de las figuras de poder
ante las “drogas expansoras de consciencia”. Cuestiona sobre el control de la sociedad
incluso en el ámbito de los estados alterados de consciencia. Da la impresión de solo estar
permitido estar “entumecido” por el alcohol, o siendo altamente productivo con un café y
si necesitas relajarte, puedes fumar un cigarrillo de tabaco, para poder continuar con las
demandas de la sociedad donde vivimos, bajo una lógica capitalista y por lo tanto
consumista.

Esto lo puedo confirmar, bajo los efectos de algunas cervezas es probable el querer
consumir un poco más a lo largo de un día. Por otra parte, una dosis de hongos o de DMT
o alguna otra sustancia no funciona de esa manera. El consumo no se vuelve una
prioridad, pero si el ser una persona más cuidadosa del medio ambiente, de tu familia y en
general de las otredades.

Esto también me hizo pensar en Ghiso (2010) sobre la tendencia del pensamiento
único a ignorar e incluso anular la dimensión histórica de los sucesos. También señala al
mercado como el principal medio para la “regulación social” y también un contexto
neoliberal. Más adelante menciona algo directamente relacionado a la psicodelia: “la
emoción, la imaginación, la ensoñación, el juego, el goce estético de las relaciones
intersubjetivas quedan limitadas, eliminadas o exiliadas por el pensamiento único” (p.3).
Todos estos elementos ignorados por el pensamiento único son propios de los efectos de
la mayoría de las drogas psiquedélicas.
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Retomando la idea de Ghiso del párrafo anterior (2010) en relación a mis


experiencias psiquedélicas, han funcionado como facilitadoras de un pensamiento
renovado. Kyle mencionó la palabra “reset”en su experiencia con hongos; en mí esto se ha
manifestado por medio de un cambio de perspectiva, por lo tanto de ideas sobre los
sucesos de mi vida en el momento en el que consumo alguna sustancia. Estos cambios los
noto cuando ya no siento apatía hacia las cosas, en cambio una sensación de entusiasmo
por enfrentar eso mismo. En otras palabras, durante este período de uso de sustancias
también hubo eventos personales difíciles de digerir, sin embargo, el consumo de
psicodélicos me ayudó a cambiar de perspectiva y ánimo, en comparación con un
pensamiento rígido, el cual me hacía sentirme frustrado y triste ante el panorama de ese
momento.

Respecto a este cambio de narrativa, McKenna (1992, p.257) comenta sobre las
experiencias con DMT lo siguiente: “Lo que me ha impresionado constantemente durante
mis muchas inmersiones al mundo de índoles alucinógenas y que generalmente no se
comenta, es la transformación de la narrativa y del lenguaje.” Después continúa con una
descripción un tanto poética pero muy adecuada sobre estos efectos: “La mente y el self
literalmente se desdoblan ante tus ojos”. Y efectivamente, podría pensarlo en verse “al
otro lado del espejo” donde tenemos una perspectiva de nosotros completamente
diferente, pero seguimos siendo nosotros. Por esto mismo abre las posibilidades para
poder integrar nuestras identidades, conocernos de una forma más profunda, querernos,
comprendernos y por lo tanto, conducirnos de una manera incluso más cuidadosa y
respetuosa.

En contraste, Oroc (2009, p. 21) comienza con esta cita de Vladimir Nabokov: “La
vida es una gran sorpresa. No veo por qué la muerte no pudiera ser una incluso más
grande.” Y nos comenta sobre cómo la experiencia con 5 MeO-DMT influyó en su cambio
de perspectiva e incluso de personalidad, a un nivel tan profundo como el de su ideología,
además de la importancia para los aspectos espiritual e intelectual de su persona. Me
siento completamente identificado, mientras pienso en esa misma experiencia mía y estoy
59

aquí, sentado escribiendo mi tesis con varios libros y artículos leídos al respecto,
completamente agradecido con la vida de dejarme escribir sobre este tema.

Ahora, si pensamos en el mercado de las drogas legales, tiene sentido la ilegalidad


de las llamadas “drogas expansoras de conciencia” (McKenna, 1992), también el hecho de
ser percibidas de manera popular como “malas”, por lo menos aquí en México. Una serie
de sucesos llevaron a la prohibición, estos son algunos de los factores: 1) la llegada de
muchos “jipis” a territorio mexicano durante los años de Tlatelolco, en los sesentas. 2) El
abordaje mediático que constantemente advertía respecto al daño causado por el LSD,
como “neurosis” o bien, depresión o esquizofrenia más adelante y 3) el arresto a los 84
jóvenes en Huautla y subsecuentemente el del Dr. Roquet (Dawson, 2016).

Algo muy curioso durante esta época fue el papel de los psiquiatras y doctores por
medio de sus escritos. Dawson (2016) comenta sobre la fundación del Centro Mexicano de
Estudios en Farmacodependencia, en el 72. Este organismo descartó a las drogas
psicodélicas como sustancias sin valor terapéutico, incluso todo lo contrario. Guido
Belasso, director del centro comentó:

“Los psiquedélicos no tienen uso médico, causan una variedad de efectos negativos
tanto físicos como mentales, como náusea, vómitos, estados místicos religiosos o
disociación. También la conducta errática que han producido en varias ocasiones,
llevando a la juventud al asesinato o al suicidio”. (p.120)

Se comenta todo esto incluso ya con la evidencia de varias investigaciones que


indican todo lo contrario. Dawson (2016) habla de los efectos negativos en la juventud
descrito por estos grupos propagando desinformación: “ideas pseudomísticas, tendencias
regresivas y un estilo de vida nómada y naturalista.” Este lenguaje tenía una clara
tendencia a descartar todo lo de origen indígena como algo atrasado, inferior, incluso
patológico. Otro doctor, Antoni Prado Vértiz escribe lo siguiente hablando sobre los
hongos de psilocibina o el peyote:
60

“Destruye el cuerpo y el alma con un mal que lleva a la mente a la oscuridad y el


caos, una droga que induce la misma paranoia en las juventudes modernas como lo
hizo con los indígenas, quienes fueron lo suficientemente tontos como para creer que
bajo la influencia de estas sustancias podían hablar con dios como iguales”.

Mi primer pensamiento al leer esto es: Seguro ninguna de estas dos personas ha
probado las sustancias que mencionan. Sobre esto mismo, el Dr. Carl Hart en Rogan
(2021), habla sobre su experiencia como neurocientífico investigando sobre adicciones.
Narra sobre el darse cuenta de algo muy importante: en realidad él no había probado esas
sustancias de las cuales escribía artículos científicos. Su experiencia con la heroína y
muchas otras sustancias cambian su postura de manera radical y ahora habla sobre el uso
responsable de las drogas legales e ilegales, siempre optando por la difusión de
información, no la prohibición.

Con este tipo de narrativas hacia las drogas estuvieron plagados mis años de
infancia, como la que implicaba la campaña publicitaria “Vive sin drogas” en la televisión
abierta. Me siento comprometido a hablar sobre mi experiencia, junto con la de mis
colaboradores y colaboradora, para de esta forma poder ir cambiando, junto con diversos
autores y autoras la narrativa en torno a las sustancias psicodélicas y sus usos. Respecto a
esto, Martínez y Pallarés (2013) comentan sobre como frecuentemente se utiliza dinero
para dirigir una campaña en donde se tiene una agenda basada en intereses
incongruentes con los de mucha gente, en referencia a la guerra contra las drogas. Más
adelante, también hablan sobre cómo la “mentalidad moderna” de alguna manera ha
traído antiguas estrategias de control social, como lo es la estigmatización.

Ahora, me pregunto sobre ¿cuál pudiera ser un papel ético como terapeuta ante el
uso de estas sustancias? Por una parte, considero muy importante el poder informarnos lo
más posible sobre el tema, afortunadamente existe ya una gran cantidad de material
tanto de lectura, como documentales, artículos en revistas populares como científicas,
entre otros. Por otra parte, también es necesario dejar de estigmatizar a los cuerpos
61

usuarios de drogas en general como cuerpos “enfermos”. La perspectiva de salud y


particularmente de las adicciones han sido parte de la narrativa de la guerra contra las
drogas. Se sigue consumiendo sustancias de manera general y este fenómeno ha tenido
un precio muy alto cobrado de manera constante con muchas muertes innecesarias ya en
todo el mundo. Finalmente, todos somos usuarios de alguna droga, por ejemplo: té, café,
alcohol, azúcar, entre otros.+.

Particularmente surgen dos escenarios en donde sería importante pensar nuestra


posición ética. El primero es como terapeutas y el segundo es como investigadores. Dos
caminos diferentes, pero considero lo siguiente: nuestra actitud al aproximarnos pudiera
ser más desde la curiosidad, con una actitud de apertura al conocimiento del otro, para
poder construir juntos. McNamee (en Peraza, 2015), propone una respuesta ante el
cuestionamiento de ¿cómo ejercer profesionalmente de manera ética? Esto es por medio
de la ética relacional, con los participantes del proceso: yo, terapeuta con mi consultante
o bien, investigadoras e investigadores dialógicos. Es así como también se va
construyendo la misma ética en conjunto con quien estamos en esa relación siempre
“cuidando el respeto por la individualidad del otro, a la vez que se crea un respeto por la
interacción mutua” (p.62).

También hay que tomar en cuenta lo siguiente, entre el 80% y 90% de la población
que ha consumido alguna sustancia no desarrolla una adicción como tal; además no por
consumir una sustancia se tienen problemas de consumo. Muchas personas logran tener
un consumo responsable en contextos con riesgos reducidos para los otros y la persona
usuaria (Martínez y Pallarés, 2013).

Otro aspecto importante además de informarnos es el de divulgar información útil y


pertinente al acceso de todas las personas. Este punto tiene un papel crucial en la
disminución de riesgos, pero también ofrece más posibilidades para las personas en busca
de ayuda. Los psiquedélicos pueden brindar un giro de mucha ayuda para situaciones
62

bastante graves, pero también es necesario seguir conversando e investigando al


respecto.

Esto no se puede lograr en un clima de prohibición y persecución, está claro y se ha


demostrado durante varias décadas en diversas partes del mundo. Considero también a la
gratitud como un sentimiento constante al pensar en todos los esfuerzos a lo largo de los
años por múltiples personas, desde acciones muy pequeñas como repartir panfletos con
información, hasta manuscritos más amplios y de gran alcance.

Afortunadamente estamos en un momento con un gran número de argumentos, de


mucha calidad para poder pensar sustancias como potencialmente recreativas, entre
otros usos (Martínez y Pallarés, 2013). Más adelante dicen lo siguiente: “Si la cultura es un
fenómeno complejo, holístico y dinámico, reflejo de nuestra esencia cognitiva, entonces las
drogas y la historia de su utilización juegan potencialmente un papel importante en ella”
(p. 74). Con esto me identifico, consumo las sustancias, las cuales considero acordes con
mi forma de ser, haciéndolas también parte de mi cultura, de mi conocimiento y aprecio
como para hablar sobre el tema.

Ahora, en contraste, pudiéramos pensar a la cultura del abuso del alcohol, carne y
azúcar como parte del pensamiento único actual, en contraposición de la cultura del uso
de plantas. Aquí me parece muy interesante esta propuesta de McKenna (1992) cuando
comenta sobre los efectos del uso cotidiano de estas tres principales sustancias
consumidas representa problemáticas de nuestra sociedad, son mercados con tendencia a
explotar grandes cantidades de recursos naturales, además de también estar relacionados
con problemáticas sociales y de salud, como violencia doméstica agravada por el
alcoholismo o enfermedades relacionadas al consumo de estas tres sustancias en
grandes cantidades.

Volviendo a la cultura del uso de plantas, podemos notar valores incluso más
relacionados con lo considerado “femenino”, como lo pudiera ser la sensibilidad, el
cuidado del medio ambiente y el trabajo en comunidad. Esto no está dentro de los
63

cánones estereotípicos de los roles masculinos, pero sí la cultura del colonizador, por lo
tanto, la acumulación de territorio, la imposición de la voluntad propia ante la ajena, la
competencia, entre otros.

Personalmente, no tenía toda esta información al momento de tomar mi decisión de


participar en una toma de bufo alvarius, pero sí había una parte de mí con un sentimiento
de cansancio y hartazgo hacia este lado de nuestra cultura con imposiciones en nuestra
forma de entender la vida y mis creencias espirituales, parte de las razones principales
que me motivaron a buscar otras alternativas de perspectiva. La información en mi mano
en ese momento, así como mis características personales me hicieron tomar el camino en
donde me encuentro ahora.

Sobre lo anterior, en palabras de Shulgin y Shulgin (1991, p. 27) “Toda droga, legal o
ilegal, proporciona algún tipo de recompensa. Todas las drogas incluyen algún riesgo. Y
todas las drogas pueden ser objeto de abuso.” Entonces aquí es en donde entra nuestra
decisión como individuos de optar por una u otra sustancia. Claro, entre mayor sea la
investigación previa, así como la reducción de los posibles riesgos y de esta forma tener
un consumo responsable menores serán las posibilidades de dañarnos a nosotros o a
alguien más, pero es importante mencionar que esas posibilidades sólo se reducen, no
desaparecen. Siempre hay un riesgo latente, el cual debemos de estar dispuestos a
enfrentar si experimentamos con cualquier sustancia.

Shulgin y Shulgin (1997, p. 247) hablan sobre las diversas disciplinas involucradas en
la investigación del DMT: “Hay una droga (química) y una planta (botánica), que produce
un efecto (farmacología) en algunas personas en cierto lugar (antropología) que tal vez
tenga alguna propiedad curativa (medicina) o algún impacto espiritual (teología).” Sobre
esto destaco la importancia de colaborar de manera multidisciplinaria para poder indagar
mejor sobre todos estos temas. Por otra parte, el verlo desde esta perspectiva implica
solamente percibir una dimensión, de las muchas posibilidades. Si no solo nos centramos
en las disciplinas formales y vamos indagando sobre los fenómenos asociados que no
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tienen relación al conocimiento científico, sino que se trate de aproximaciones diversas


que ocurren a lo largo del mundo.

Sobre el uso “recreativo” de estas sustancias me llegan muchas ideas, de repente se


ha asociado con la irresponsabilidad o el utilizarlas “incorrectamente”. Aquí me vienen a la
mente los raves, donde es usual el consumo de sustancias, la música y el baile. De acuerdo
con Shulgin y Shulgin (1997, p. 164) hablan sobre cómo esto puede causar una sensación
de unión, además de facilitar la apertura emocional y la sensación de pertenecer a algo
más grande. Entonces ¿qué tanto lo recreativo puede llegar a ser trascendental o
espiritual? ¿y esto se pudiera dar a la inversa?

Papadimitrotropoulos (2009) habla sobre la semejanza existente entre diversos


contextos culturales en diferentes épocas con ciertas cosas en común: gente bailando
durante horas de manera intensa, al ritmo de música en vivo dentro de un trance causado
posiblemente por la ingesta de alguna sustancia. Pudiéramos hablar de la cultura rave,
pero también de alguna comunidad en algún lugar del mundo realizando esta misma
práctica. Esta actividad puede llevar al practicante a estados de éxtasis o de una
experiencia mística trascendental. Entonces sí considero la línea entre una y otra cosa
bastante borrosa, por lo mismo, el poder abrir el diálogo al respecto y dejar atrás nuestras
preconcepciones nos puede ayudar a construir en conjunto un ambiente más
comprensivo y sano alrededor de estos temas.

Frecuentemente pienso en la importancia de lo lúdico en nuestras vidas como una


forma de disfrutar la vida en general, el pensar lo cotidiano como algo en donde también
podamos encontrar diversidad y emoción. Particularmente, después de muchas
experiencias psicodélicas me siento emocionado por el ahora, el mañana, por mi
cotidianidad. Me he permitido disfrutar de más cosas, logrando una serie de cambios muy
positivos en donde termino adaptándome de maneras más creativas a lo que me toca
vivir.
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Ahora, también me gustaría añadir algo comentado por Ken Wilber (2020) sobre las
“religiones esotéricas”, las cuales son resultado de “experiencia directa y de consciencia
personal”. En otras palabras, requiere la vivencia directa y personal, en donde a través de
alguna acción o proceso se tenga un resultado en particular con relación a la
espiritualidad, como lo es la meditación.

Por otra parte, Guerra (en Tartaowsky,2014) habla sobre la estrecha relación entre
los estados modificados de conciencia y el surgimiento de las religiones. Incluso atribuye
la idea de la divinidad a la experiencia de esos estados alterados. Aquí podemos pensar en
las escrituras y arquitectura del medio oriente, con diversos patrones geométricos muy
característicos de los efectos visuales derivados del uso de triptaminas.

Al respecto, Oroc (2009) toca las experiencias místicas, las cuales han sido el
comienzo de miles de formas de experimentar la espiritualidad y por lo mismo con propias
del ser humano, no son exclusivas de sacerdotes, chamanes o teólogos, o alguna
institución como la iglesia, es decir, todas y todos podemos tener alguna experiencia
mística independientemente de nuestras creencias o el lugar de donde vengamos. En la
experiencia de Oroc y en la mía, esto nos permitió ser testigos de un poder muy peculiar y
contundente, el cual nos hizo cambiar hacia una versión diferente de nosotros mismos,
congruente con nuestros cambios de paradigmas ocasionados por la ingesta de 5-MeO-
DMT.

Encuentro una relación en el aspecto de la praxis, mis colaboradores, colaboradora y


yo tomamos la decisión de experimentar con nuestra propia consciencia a partir del
diálogo con otras personas quienes también habían experimentado con sustancias
psicodélicas, incluso de alguna manera también estamos involucrados con la práctica de la
meditación y reconocemos su estrecha relación con los estados a los que podemos llegar
con ambas herramientas.

También vienen a mi mente discursos como el de James Fadiman o Stan Grof (en
Mendez,2013), quienes, a través de su propia experimentación con compuestos
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psicodélicos como la psilocibina y LSD cambiaron su visión del mundo, por lo tanto su
forma de trabajar e inclusive los paradigmas de donde partían para hacer investigación.

Considero de suma importancia las aportaciones realizadas desde el paradigma


moderno-cientificista dentro del escenario de la psicodelia y la salud mental, ya que han
traído numerosos beneficios para mucha gente. Sin embargo, me parece necesario abrir el
diálogo desde perspectivas diversas al modernismo, en donde podamos integrar diversos
discursos, los cuales nos permitan también ampliar nuestro panorama en relación con
todos estos temas, con una relación tan estrecha y con gran potencial para la humanidad.

Como comenta Smith (en Papadimitropoulos,2009), fenomenológicamente, estas


experiencias inducidas por drogas no se diferencian de su contraparte natural, es decir,
podemos llegar a la misma sensación de unión con el universo por medio de alguna
actividad como bailes continuos, música o la misma meditación. Algo interesante es la
propuesta Neher, en el mismo texto, de añadir a la ecuación el “contagio emocional”
(1980, p.69). En este artículo hablan sobre un contexto de “rave” en donde existe una
fuerte influencia de tus compañeres bailantes, pero lo podemos pensar en un contexto de
retiro, como el de Geseell o Kyle, donde hubo cierta influencia en su experiencia el haber
participado en conjunto con más personas.

Otra particularidad de estas vivencias es la similitud con las experiencias cercanas a


la muerte. Frecuentemente en mis viajes con hongos he sentido una relación sumamente
íntima entre la vida, la muerte y la locura, como si se tratara de diferentes dimensiones
coexistiendo en un mismo espacio y tiempo. Por otra parte, también tenemos las
visualizaciones de personas ya fallecidas en muchas de estas experiencias, como en la de
Geseell y las reportadas en los estudios citados. También encontramos hallazgos como los
de Timmermann (en Michael, et. al., (2021) sobre las semejanzas entre las experiencias
con psicodélicos y las experiencias cercanas a la muerte, estas incluían un humor positivo,
disociación física, luces brillantes, seres queridos fallecidos, seres divinos, entre otros.
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En relación al uso dado en otros contextos como Canadá y Estados Unidos,


considero que pudiera ser importante continuar con la conversación al respecto, ya que
en estos países se ha aprobado en ciertos contextos el uso de psilocibina, como en gente
mayor o bien, como paliativo en pacientes con cáncer, en quienes han encontrado una
mejora significativa en la forma de hacer frente a la situación particular de cada usuario
(Doblin, et. al., 2019).

Tartakowsky (2014) habla sobre la dimensión política y ética de los procesos


terapéuticos asistidos con alguna sustancia. Me parece un tema de suma importancia para
discutir. Considero a la ética relacional una excelente propuesta para incurrir en el uso y/o
discusión en un contexto terapéutico, siempre y cuando tanto usuario como terapeuta lo
consideren adecuado a sus propios preceptos éticos.

En cuanto a la mencionada dimensión estamos en un momento sumamente


peculiar, en donde tenemos evidencia por todas partes de las posibles aplicaciones y
beneficios de estas sustancias, sin embargo, también están en un contexto de ilegalidad la
mayoría de estas. Por el momento solamente el 5-MeO-DMT se encuentra clasificada
como legal en México. Entonces ¿cuál debería ser nuestro posicionamiento político?
Personalmente, considero prioritario el derecho humano de libre albedrío, así como el de
la libertad de culto. El uso de estas sustancias está completamente ligado a libertades
individuales violentadas de manera perpetua mientras exista la prohibición.

Como menciona Webber (en Andersen,1996) dentro del modernismo se valora


sobre todo a la razón, de igual manera está muy relacionado con la demanda del mercado,
por lo tanto, con la economía, con la tecnología en un marco de una sociedad capitalista.
Si le seguimos un poco el hilo a estas narrativas podemos encontrar actualmente un valor
puesto en el mercado legal de psicodélicos. Esto implica un acceso cada vez más grande a
estas sustancias para todas las personas, sin embargo, el camino es aún muy largo y hay
muchas conversaciones muy importantes pendientes al respecto.
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Habermas (en Andersen, 1996) menciona sobre los sistemas con poder en nuestra
sociedad, como lo es la ciencia modernista. Después, esta institución va creando por
medio de la investigación científica un nuevo lenguaje de experto. Podemos ver esto en lo
referente a la psicoterapia asistida con psicodélicos basada en la investigación moderna.
Aquí podemos ver una transición de un lenguaje coloquial como “hongos mágicos” pasar a
“hongos de psilocibina” u “hongos neurotrópicos”. Lo cual no considero ni bueno ni malo,
el hecho es el siguiente: poseemos más información ahora, más que nunca, sobre estas
sustancias. ¿Qué rumbos deben tomar las conversaciones? Sin duda necesitamos mucha
cautela para no caer en los errores en donde hemos caído previamente. Por esto es
necesario ser conscientes de cuál ha sido el rumbo en términos sociales, legales y
terapéuticos tomados por la sociedad en torno a las drogas psicodélicas.

Por estas razones me parece de suma importancia continuar con la discusión con
relación a todas estas herramientas, sus empleos, sus contextos, sus riesgos, limitaciones,
usos para el mejoramiento de la salud mental o algún otro aspecto. Vale la pena mantener
una perspectiva en donde no se castigue al usuario, al contrario, en donde se pueda
integrar su narrativa, violentada hasta el día de hoy, dejando de lado peligrosamente
conocimientos sumamente valiosos. Sobre esto último Bakhtin (en Anderson,1996)
sostiene: “somos las voces que nos habitan”. Los usuarios de estas drogas tenemos
aportaciones valiosas fundamentadas en nuestras experiencias y posiblemente en las de
seres queridos cercanos, así como ideas para aplicar. Todo esto con el propósito de
compartir saberes importantes para nosotras y nosotros, así como seguir adquiriendo
conocimiento a través del compartir estas prácticas a quien tenga la voluntad de
acercarse.

Otro aspecto importante para ampliar el diálogo es el papel del terapeuta en estos
escenarios. ¿Cómo pudiésemos estar mejor preparados para asistir, orientar o informar a
los usuarios de sustancias psicodélicas? En un contexto de prohibición y tabú es muy
limitante. Incluso puedo comentar mi experiencia al abordar mi tema con colegas
terapeutas. Frecuentemente existe una cierta sensación de miedo al hablar sobre mis
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temas de interés en la investigación. Usualmente tengo que tantear terreno antes de


platicar al respecto, debido a que estamos muy plagados de prejuicios hacia usuarios de
sustancias. Tendemos a verlos como objeto de estudio de las adicciones y por lo tanto en
parte de la psiquiatría, pero no estamos lo suficientemente preparados para plantearnos
la posibilidad de una persona sana e íntegra consumiendo drogas psicodélicas.

Otra cuestión importante es el surgimiento de nuevos estilos de dar terapia, como la


asistida por psicodélicos. Existen muchas aproximaciones, las modernistas con pasos muy
específicos para seguir, teniendo en mente la reducción de riesgos, así como la
recopilación de información estadística para aplicar en ese momento con sus usuarios y
reportar los resultados (Ona, Rios, Aguirre, Bouso, Tartakowsky, Maqueda, Méndez y
Carvalho, 2015). Sin embargo, también hay un escenario en donde el consumo de estas
sustancias es asistido por una persona vista más como facilitadora, o bien en otros casos
un chamán.

La frase ya mencionada de Shulgin y Shulgin (1991) “Infórmate y después elige”,


sería mi consejo para las y los usuarios en busca de una experiencia asistida con
psicodélicos. Existen opciones para escoger y también las diferencias personales de los
terapeutas y facilitadores pueden jugar una parte importante del viaje, siempre es
importante estar y sentirse cómodos y seguros con el set y el setting. Esto incluyendo a las
personas que nos rodearán mientras estemos bajo la influencia de la sustancia escogida.
Por esta razón considero de una importancia crucial el conocer y estar satisfecho con
quien te asista en estos momentos.

Considero personalmente, a las drogas psicodélicas como una herramienta


fundamental en mi salud mental durante esta época de mi vida, ayudándome a lidiar con
mi ansiedad y la muerte de seres queridos. Me han permitido profundizar bastante en mis
vínculos de una forma que no había podido conseguir antes, además de ayudarme a
clarificar las metas a donde quiero llegar.
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Si en algún momento deciden continuar con esa conversación, les dejo algunas
recomendaciones de temas importantes: Reducción de riesgos durante estas experiencias,
uso ético con el medio ambiente y las comunidades, conservación de tradiciones y
biodiversidad, por mencionar algunos. Por otra parte, la diversidad de ideas y
retroalimentaciones tiene una importancia esencial para conocer más de estos temas y
poder brindar información útil a las personas usuarias de estas sustancias, enfocándonos
siempre en la libertad individual de experimentar con su propia corporalidad, placer y
conciencia.
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