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Si alguien nos enseña las buenas obras, es el señor Jesús, quien con su vida nos indica
cómo ejecutar las buenas obras, no una vez, o dos veces, sino de manera continua,
siempre, como un estilo de vida.
Dispongámonos a Hacer
las Buenas Obras
● “Ser irreprensibles” (Que no se le pueda acusar de nada malo)
● Ser hombres y mujeres fieles
● “Sobrios” (Andar con plena conciencia y equilibrio en todo lo que hacemos)
● “Prudentes” (Considerar las consecuencias de nuestras palabras y acciones)
Nuestro cuerpo está diseñado para ● “Decorosos” (Comportarse correctamente)
llevar la luz a los hombres y así ● “Hospedadores” (Tener actitud servicial)
honramos a Dios, haciendo su ● Aptos para enseñar
voluntad. I Timoteo 3:1-7 ● “No dados al vino” (Evitar dependencias y adicciones)
● “No pendencieros” (No buscar pleitos y procurar la paz)
● No codiciosos de ganancias deshonestas
● Amables
● “Apacibles” (Ser mansos y tranquilos)
● “No avaros” (Que el tener no sea nuestra única preocupación)
● Que gobierne bien su casa
● Ser de buen testimonio
Aplicación Teoterápica
Tomemos la decisión de llevar a cabo las buenas obras, las obras que glorifican a Dios,
las que evidencian la luz de Cristo en nuestra vida, es decir, la voluntad de Dios; esto
sucede cuando le buscamos y otros ven la apariencia de Dios en medio de nuestras
vidas. Tomemos la decisión de buscar a Dios, pues sólo de esta manera podremos hacer
buenas obras que le glorifique y que por ellas muchos crean en el autor de las buenas
obras.