Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción:
‘Dios no usa métodos, Él usa hombres.
Mientras la Iglesia anda buscando nuevos y mejores métodos, Dios busca mejores hombres.
Lo que Dios bendice no son métodos, sino hombres’ (E. M. Bounds).
‘Lo que Dios bendice no son grandes talentos, sino gran semejanza a Cristo.
Un hombre santo es un tremendo instrumento en las manos de Dios’ (R. McCheyne)
El mundo contemporáneo pone mucho énfasis sobre lo que una persona hace, y la Iglesia es influenciada por esa forma de pensar.
Pero Dios pone más énfasis sobre lo que una persona ES, que sobre lo que una persona hace.
Al fin y al cabo, ¡es DIOS quien hace la obra, no nosotros! La pregunta que nos debemos hacer es qué clase de persona es la que Dios usa.
Veamos TRES aspectos fundamentales del carácter de una persona que quiere servir a Dios.
Hay líderes que están decididos a tener una gran iglesia, a tener un ministerio reconocido, a tener prosperidad material, a derrotar a sus enemigos, etc
¡Esas son malas determinaciones!
Él hombre a quien Dios usará poderosamente en la Iglesia debe estar decidido a TRES cosas particulares:
A. Decidido a Amar a Dios
Esta debe ser la característica principal de un creyente
Dios quiere que lo amemos; pero hay ciertas cosas que ponen el riesgo ese amor:
Ante todas estas cosas, el siervo de Dios tiene que ser Decidido – pase lo que pase, no importa lo que hacen otras personas, él amará a Dios por encima
de todas las cosas.
EJEMPLO: Pablo (Fil 3:7-8); Contraste: Demas (2 Tim 4:10).
Afirmación, Josué (Jos 24:14-15).
Moldea el mensaje que predicamos, y la forma de nuestros cultos, al ‘mundo’ que nos rodea. Ante todo, esto, el siervo de Dios debe estar Decidido
A predicar a Cristo, y a Cristo crucificado. EJEMPLO: 1 Cor 2:2
C. Decidido a Perseverar
Al pasar los años, uno de los peligros en el ministerio es el de cansarnos, desanimarnos, querer tirar la toalla, etc.
Por consiguiente, es muy importante que el siervo de Dios tenga la cualidad de la perseverancia.
Es importante en el pastor, en los líderes, en los maestros, en los evangelistas, en los maestros de la Escuela Dominical, etc.
Ser perseverantes?
a. Disciplinado en Su Mente.
En un sentido, nuestras mentes determinan lo que somos. ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’.
También: ‘Dime como piensas, y te diré quién eres’.
Satanás ataca nuestras mentes; necesitamos la armadura de Dios (el yelmo).
El siervo de Dios, ¿En qué sentido debe disciplinar su mente?-
Lo que Piensa
. En una época posmoderna, se usa menos la mente. Pero la Biblia enfatiza la importancia del buen uso de la mente (Fil 4:8). ¡Es tan importante en la
Iglesia (Fil 2:1-5)! El ‘mundo’ y la ‘carne’ nos bombardean con malos pensamientos; tenemos que resistir todo ello. ¡Tenemos que tener una mente
disciplinada! ¡Tenemos que controlar nuestros pensamientos! Evitar malos pensamientos; cultivar buenos pensamientos. EJEMPLO:-
Lo que Siente
. Parte de la disciplina de la mente es disciplinar lo que sentimos. Nuestra mente debe tomar control de lo que sentimos, y no dejarnos llevar por
sentimientos (por ejemplo: enamoramiento, enojo, resentimiento, envidia, celos, miedo, ansiedad, etc.).
PELIGRO: Sansón
b. Disciplinado en Su Cuerpo
Además de disciplinar su mente, el hombre de Dios debe disciplinar su cuerpo.
Podemos resaltar dos áreas en la que debe manifestar este carácter de dominio propio.
-Sus reacciones.
Parte de la disciplina del cuerpo, es controlar nuestras reacciones; especialmente reacciones físicas y verbales.
Santiago habla de esto, en Sant 3:1-10.
Eso requiere disciplina.
Controlar nuestros cuerpos, por medio del control de nuestra mente y de nuestras emociones.
c. Disciplinado en Su Espíritu
Para ayudarnos a disciplinar nuestras mentes y nuestros cuerpos, tenemos que tener disciplina en cuanto a nuestro espíritu, nuestra vida espiritual.
¿Cómo lo hacemos?
En su Lectura de la Biblia.
Tal como nos disciplinamos a comer a ciertas horas, y comer ciertas comidas (para el bien de nuestra salud física), debemos disciplinarnos para
alimentarnos bien espiritualmente.
Tiempo de lectura.
Manera de leer
LEMA: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo…” (Gál 2:20ª)
Conclusión: “Ya no vivo yo, más Cristo Vive en mi” (Gál 2:20b).
Cristo debe dominarla vida del creyente.
Debemos andar como Él anduvo.
Su carácter, sus deseos, sus reacciones, sus pensamientos, sus motivaciones, sus sentimientos…todo estará bajo el control del Espíritu.
Vive en el Espíritu; experimenta la llenura del Espíritu.
Eso es un hombre espiritual.
Conclusión
“La Vida Cristiana Normal” (W. Nee)