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El Poder de una Buena Actitud

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del
nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Efesios 4:22-24

Introduccion:

Nuestra Actitud determina nuestra altitud. La sociedad de hoy le importa muy poco la
repercusión de sus actitudes y su comportamiento. El pecado ha cegado a la raza humana y
una de las consecuencias de nuestra naturaleza caída es precisamente el poco valor que le
damos a nuestras actitudes.

¿Qué son las actitudes?

Las actitudes van a determinar en gran manera nuestro comportamiento. Es el


comportamiento que emplea un individuo para hacer las labores, Es decir que la actitud no es
lo que se hace sino cómo lo hace, como se comporta para hacerlo.

En la manera que utilicemos nuestras actitudes determinará nuestro comportamiento. Una


buena actitud siempre abre puertas y demostrará en todo momento nuestra transformación
en Cristo Jesús.

No cabe duda que es muy importante para la convivencia en el hogar, en la iglesia y en todo
lugar mantener buenas actitudes en todas las esferas de nuestras vidas. Ella mostrará al
mundo nuestro buen testimonio y un estilo de vida regenerado.

Proposición: Nuestras actitudes determinarán en gran manera el éxito o el fracaso en todo lo


que hagamos.

I. Una buena actitud marcará la diferencia entre nuestro viejo hombre y el nuevo. (verss. 22-
23)

Una actitud positiva o una actitud negativa hablara por si misma de quien realmente somos. Si
Cristo nos ha perdonado y ha sido renovada nuestra mente y nuestro corazón. También debe
ser cambiado y transformado nuestro comportamiento.

Necesitamos ser renovados.

Para despojarnos del viejo hombre que está viciado, es decir para poder comenzar a dejar de
ser quien éramos y llegar a ser quien Dios quiere que seamos necesitamos tener una
renovación en nuestra mente.

Solo Cristo puede renovarnos. Solo no podemos a llegar a ningún lugar. Tenemos una realidad
que nos traiciona. Solo en Cristo Jesús podemos vencer este gran problema.

El Espíritu Santo nos ha dado claridad de nuestra condición. El es la persona que nos ayuda y
nos alerta en cada evento. No podemos hacer caso omiso a su orientación y cuidado. El nos da
discernimiento para poder comprender que una buena actitud hace la diferencia.

II. Una buena actitud es la demostración de una nueva vida en Cristo. (vers. 24)

La Palabra de Dios nos declara en Colosense 2:6: “Por tanto, de la manera que habéis recibido
al Señor Jesucristo, andad en él”
Cuando Pablo nos dice que nos vistamos del nuevo hombre, quiere decir que debemos tomar
una decisión consciente, momento a momento, de depender del poder del Espíritu Santo para
que nos transforme en la semejanza de Cristo.

Las buenas actitudes están fundamentadas:

 Por la práctica de la justicia . Practicar la justicia es hacer lo correcto, es hacer lo


honesto, es hacer lo que es de buen nombre, en mantenerse en el equilibrio de
nuestra vida espiritual.
 Por vivir en santidad. Es vivir apartado para Dios en todo lo que hagamos. Es desechar
todo lo que no provienen del Señor y pensara antes de hacer las cosas: “¿Qué haría
Jesús en mi lugar?”
 Por siempre andar en la verdad. Andar y vivir en la verdad nos da credibilidad de lo
que somos y lo que predicamos con integridad. Recordemos que la mentira siempre
sale a la luz porque Dios no puede ser burlado.

III. Una buena actitud tiene el poder de mantenernos positivos aun frente al negativismo de
los demás

En Números 14:1-9, Moisés envió a doce espías a reconocer la tierra prometida. De los doce
espías que fueron enviados por Moisés a reconocer la tierra prometida diez tuvieron actitudes
negativas, que lo único que hicieron fue contagiar al pueblo de temor, de desánimo.

En estos textos podemos observar algunas actitudes equivocadas que también encontramos
en aquellas personas con malas actitudes.

 Los llorones (vers. 1) Son las personas que ante cualquier situación adversa lo único
que hacen es llorar y quejarse, igual que el pueblo de Israel, son frágiles y siempre se
decepcionan y rápidamente se quebrantan anímicamente.
 Los que exageran los problemas (vers. 2) Siempre ven más grandes los problemas de lo
que realmente son, y por lo tanto empequeñecen a Dios, ven los problemas desde la
óptica humana no la de Dios.
 Los que renuncian (vers. 3) Son los que ante la primera dificultad quieren volver atrás,
quieren abandonar, los que toman la salida más fácil, pero no siempre la correcta.
 Pero Josué y Caleb tuvieron una actitud diferente aun frente al negativismo de todos
los demás, ellos decidieron confiar en Dios, ellos decidieron ver el poder de Dios y no
lo grande que eran sus enemigos (verss. 6-9).

Las actitudes tienen el poder de cambiar nuestro rumbo, nuestras vidas, nuestros propósitos.

Conclusión:

No cabe duda que las buenas actitudes repercuten positivamente en nuestra vida social y
espiritual. Ante cualquier problema una actitud positiva y decirnos a nosotros mismos: DIOS
ESTÁ CON NOSOTROS será de gran bendición y ayuda para seguir adelante y marcar la
diferencia en medio de un mundo sin control.

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