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INTRODUCCIÓN
“Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sión de juicio y de
justicia. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de
salvación; el temor de Jehová será su tesoro” (Isaías 33:5-6).
Aunque son abundantes las referencias que hace la Biblia sobre el temor de Dios,
nos vamos a detener a estudiar este tema por medio del ejemplo de dos hombres
de fe: Abraham y Jacob.
Abimelec, rey de Gerar, se interesó en Sara y la quiso tener para él; lo que no
sabía Abimelec es que ella estaba casada con Abraham. Pero Dios se le apareció
en sueños para hacerle entender su pecado, y frente a esto, Abimelec expone a
Dios su situación (V.5-7).
Dios le hace entender que aunque ha procedido con corazón limpio, el pecado
está vigente (la conciencia que Dios nos dio nos permite saber lo bueno y lo malo).
La conciencia de Abimelec atestiguaba contra él, y es por esto que Dios le lleva a
buscar a Abraham para que orara, con el fin de que no murieran, ni su pueblo, ni
él.
Cuando Jacob huye de Esaú, Labán lo recibe en su casa, donde éste encuentra
no sólo una familia, tal y como lo querían sus padres, sino también un trabajo, y su
futura descendencia, al encontrar la mujer de sus sueños. Siendo Labán un
hombre astuto, y viendo que Jacob tenia la gracia de Dios y la capacidad de
multiplicar la obra de sus manos, quiso retenerlo, y qué mejor manera que a través
de sus hijas, con las cuales logra hacer que Jacob trabaje por catorce años; luego
logra hacer que se quedara seis años más en una completa explotación laboral.
Jacob detalla cómo ha sido su trabajo con su suegro (Génesis 31:36-42), y queda
claro el abuso que han cometido con él, pero Dios conoce el corazón de su siervo,
y Él es quien ve y recompensa su trabajo. Si hubiera sido por decisión de Labán,
Jacob nunca hubiera salido de su casa.
2. CONCLUSIONES
2.1. Abraham tenía claro que vivía en un ambiente sin temor de Dios, no había
principios morales ni espirituales; esto lo llevó a encubrir la relación con su
esposa, y las consecuencias no se tardaron. Todo lo que se encubre o se guarda,
evidencia un temor, que nos estanca y nos impide ver la gloria de Dios.
2.2. El temor de Dios está ligado a una conciencia limpia, la cual está en quienes
anhelan agradar a Dios, obedeciéndole y haciendo su voluntad, conforme a sus
mandamientos.
2.3. No importa que a nuestro alrededor haya personas que quieran abusar de
nosotros o dañarnos. Labán actuó sin temor de Dios, usando a sus hijas como un
recurso para retener a un “buen empleado” como Jacob, a quien usaba y de quien
abusaba, pero tal como sucedió con el padre del pueblo de Israel, Dios siempre
traerá la recompensa a nuestra buena obra.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
El temor de Dios se tiene que convertir en mi tesoro personal, ya que así nos
mostraron nuestros padres que debíamos vivir, pues vimos el fruto en sus vidas de
haberse consagrado a Dios en temor reverente.
Por otra parte, el temor de Dios se convierte en mi seguro y mi protección, pues a
medida que vivo en él, experimento el respaldo de Dios sobre todo lo que hago.