Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
AUTOEXIGENCIA
Ser autoexigente a priori no tiene el por qué ser malo, proponerse la mejora personal,
proponerse objetivos, querer avanzar, progresar… En realidad, se trata de algo natural y
en absoluto malo. Pero, en ocasiones el contexto y variables personales hacen que una
persona sitúe esa línea mucho más alto, buscando una plenitud y perfección en todos, o
casi todos, los roles de su vida y esto puede producir que esta autoexigencia empiece a
interferir en el día a día. Por ejemplo, puede empezar a somatizar, a sentirse incapaz,
abrumado por llevar todos los roles a la vez y con ese nivel de perfección tan alto.
Asimismo, ver y visualizar el error o el fracaso como algo que no debería suceder, en
lugar de validarlo y naturalizarlo, por lo tanto, ambos son tipos de perjuicios.
Una conducta autoexigente tiene mucho que ver con la ansiedad y con las expectativas.
Por ejemplo, llegas nuevo a una empresa para desempeñar tu puesto de trabajo y
observas que todo el mundo realiza su trabajo con soltura y fluidez, que todos están muy
adaptados ya que llevan allí mucho tiempo trabajando. Entonces empiezas a tener una
expectativa de “tengo que hacerlo bien y me tengo que adaptar”, de esta forma empiezas
a desarrollar una actitud de desasosiego, con cierta ansiedad, y empiezas a movilizar
una serie de conductas para adaptarte.
Esto en principio no tiene nada malo y es bastante adaptativo, pero en las ocasiones en
las que esta autoexigencia es excesiva, y la persona empieza a pedirse demasiado,
entonces la persona tiende a sobreadaptarse a la situación, se añade una gran cantidad de
trabajo para impedir ese evento temido en el futuro, es decir, para neutralizar esa
exigencia, esa ansiedad. De esta forma la persona consigue bajar el miedo de que esa
situación temida suceda. En el ejemplo anterior puede ser, que mi jefe me riña, que me
echen del trabajo, que la gente se de cuenta que yo como persona no sirvo para este
trabajo, etc.
Otra característica es el sesgo atencional hacia las cosas negativas, hacia el fallo. Es
decir, personas que presentan una autoexigencia disfuncional ante un elogio del tipo
“esto te ha salido genial, lo has bordado, lo has hecho increíble”, ellos piensan que eso
es lo normal, es como lo tienen que hacer, es un estilo de regla. Sin embargo, cuando
fallan se convierte en algo imperdonable por el miedo al fallo que tienen, ya que este se
ha asociado como algo ligado a su propia autoestima, algo diferenciado del resto de los
humanos. Algunas características más son la tendencia a compararse con el resto de las
personas, de las cuales comparar resultados no procesos, o no disfrutar, descuidar,
tiempos de ocio, familia, amigos, etc.
Para trabajar la autoexigencia disfuncional debido a que me siento mal por centrar mi
valía en mis logros, por tener miedo a fallar… puedo realizar una serie de “tips” como,
por ejemplo:
Y en función de eso configurar cuales son mis objetivos que voy a marcarme
ahora, que sean sostenibles con el tiempo que tengo en esta etapa de mi vida,
que lo puedas mantener a largo plazo porque disfrutas de ello y te proporciona
un estado emocional saludable.
Ejercicio: Según el tiempo y energía que tengo ahora, que objetivos puedo perseguir de
forma sana, de forma que yo disfrute de este tiempo, de forma que en encaje en el
molde de tiempo y vida que tengo ahora.
A veces el poder tener un equilibrio entre varios roles implica elegir menos roles que
satisfacer.