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Contenidos:
Tema 01. Yo sé lo que tengo que hacer, pero no lo
hago.
Tema 02. ¿Cómo hacer un inventario de crecimiento
emocional?
Tema 03. La gratitud, nos hace apreciar lo bueno de la
vida.
Tema 01.
Yo sé lo que tengo que hacer, pero no lo hago.
Pues, esto tiene mucho que ver, con nuestra disciplina, motivación, compromiso.
Ahora, para que esto pueda darse, hay que revisar el cómo pensamos y el
cómo nos planteamos nuestras metas. A veces, la lista, que al final e inicio de
año, se cae, o se torna como un elemento de culpabilización, que nos
reprochamos mes a mes ¿cómo enfrentarlo y resolverlo? Quiero compartirte
acá algunas ideas.
El autoconcepto.
Esta visión “yo sé lo que tengo que hacer, pero no lo hago”. Nos define, sí, crea
un eje determinante, si nos quedamos solo con esta visión. Pues diseña una
forma de ver el mundo e incluso, un poco más allá, impacta la forma en la que nos
vernos a nosotros mismos. Básicamente, es como decirnos a nosotros mismos
todos los días “no lo intentés, porque vos nunca terminás nada”, “no lo
hagás, si ya sabés que lo vas a dejar tirado”
Lo primero que tenemos que hacer es revisar todas estas categorías
mentales, en las que creamos:
• La pereza me gana.
• A mí me cuesta levantarme.
• Yo no puedo ahorrar.
• La verdad soy una persona muy golosa.
• Yo no sirvo para el estudio.
• La verdad es que yo soy poco creativo.
Mientras tu visión sea negativa, difícilmente las cosas van a cambiar, porque
dejás de desarrollar admiración de todo tu potencial.
Un autoconcepto negativo.
Una explicación.
Hay procesos en la vida, que ciertamente perdón van a implicar aceptar como
un hecho real, de qué algo que nos hemos propuesto no se logró. En una primera
etapa, podemos analizar:
Esto podría llevarnos a buscar curvas de mejora en todo esto, pues el tema
será el cómo lo hicimos, no la tarea en si misma. Por otro, lado hay circunstancias
en las que definitivamente nos equivocamos, o efectivamente la tarea era muy
compleja, no se logró. Esto es normal, es comprensible tiene una explicación.
Pero una cosa es una explicación, otra es una justificación. Cuando somos
capaces de explicar
• ¿Qué sucedió?
• ¿Por qué sucedió?
• ¿Cómo se dieron las cosas?
• ¿Qué nos faltó?
• ¿Qué se puede mejorar?
Todo esto nos lleva a hacer una evaluación. A partir de esta explicación
objetiva, tomamos decisiones, cambiamos estrategias, replantemos objetivos
y seguimos avanzando.
Hay procesos que justifican nuestra parálisis, nutren este “yo se lo que tengo
que hacer, pero no lo hago”. Nos hacen creer que definitivamente no se pudo.
Porque partimos de una visión de dificultad. Esta visión, nos lleva a una posición
de pasividad, donde dejamos de lado la tarea. Simplemente porque creemos
que no se puede, ahí nos inventamos 1000 argumentos.
Pero, al hablar con esta persona, podríamos darnos cuenta, que le tenía miedo
a las matemáticas, las ha visto como algo que no puede resolver. Desde esta
perspectiva su forma de prepararse no era la mejor. Quizá nunca realmente se
preparó, matriculó los cursos, pero no hacia prácticas, ni repasaba en casa.
Pero vive bajo esa premisa “las matemáticas no eran para mí”. en lugar de
reconocer que en el fondo había una fuerte ausencia de disciplina.
A este momento quiero dejar claro que el autoconcepto es vital. Tener una
visión constructiva, tomar conciencia de nuestros procesos de justificaciones.
Como elementos que empiezan a distorsionar la percepción de nuestras
capacidades. Nos hacen llegar a creer que “yo sé lo que tengo que hacer, pero
no lo hago” ¡Me quedo ahí paralizado!
Tu visión.
Gestión emocional.
En principio todo ser humano debería operar desde la convicción, es decir tener
una certeza absoluta, del por qué y el para qué de cada una de las acciones
que surgen en cada evento de la vida.
La convicción, va un poco más allá. Tiene que ver con la capacidad de tener
muy claro todos nuestros procesos emocionales. La convicción pasa y se nutre
por:
• La historia de la persona.
• Sus procesos de formación.
• Valores y principios.
• Reacciones aprendidas.
• Modelaje de conducta de su entorno social.
• El cómo ha ido enfrentando la vida.
Todo esto, nos hace llegar a conclusiones que nos permiten dilucidar, lo que
consideramos conveniente o no. La convicción, es trabajar conscientemente,
en tener un eje claro del por qué de nuestro accionar.
Todo proceso emocional, deja una huella en nuestra historia. Están orientadas a
contribuir a nuestro crecimiento emocional, en el tanto a partir de nuestras
emociones:
Para evitar el dolor, opta por alejarse del proceso de la persona, creyendo que
todo va a estar bien. No se acepta la realidad. Por tanto, huye de la misma.
Cuando frente a este dignóstico, hay que asumir que que la persona está en el
último tiempo de su vida.
Desde la negación, alguien podría alejarse del proceso, hacerse a un lado, para
luego en determinado momento darse cuenta, que tal vez ya no haya tiempo
para estar cerca de eso de esa persona.
El crecimiento emocional, exige una vivencia muy consciente de cada una de las
emociones que tengamos, como una catapulta de análisis y no como una cárcel
para el alma.
Éste es uno de los elementos que más bloquean nuestro crecimiento emocional.
No podemos entrar en un proceso de conflicto con nuestra percepción
emociona. Ciertamente a ninguno de nosotros, nos gusta sentir cosas
intenesas, a partir de lo que nos pasa.
Por ejemplo: A veces sentimos miedo; una mala noticia podría dispararnos el
dolor, crear una frecuencia que nos abruma, se crea incertidumbre, ésta nos
paraliza. Siendo esto así, le damos paso a la angustia, nos crea un mundo
sombrío, en el que la preocupación, nos roba el sueño, e incluso, podría llevarnos
a crear escenarios negativos. la atención podría ponernos evitables.
Como una fuente motivacional, entonces nos permitimos hacer las cosas desde
otra perspectiva, más objetiva y asociada a los hechos. Al no pelear con ellas,
las emociones, se convierten en nuestras aliadas, pues se sienten, se viven.
Están ahí, no son nuestras enemigas. La emoción, es esencia de la vida. Tenemos
que aprender a vivir con nuestras emociones. Tenemos que aprender a tener
una vivencia sana de las mismas. Porque típicamente, nosotros hemos vivido
como en dos grandes ejes: 01. bloqueando la emoción, o 02 desbordados ante
ellas.
Equilibrio.
Lo que me gustaría que pase, es una proyección de futuro, ahí no pueden estar
nuestras esperanzas.
No todo siempre va salir bien, pero no por eso tenemos que caminar con una
visión complicada triste.
Espero que estas ideas, te hagan pensar la vida desde otra perspectiva.
Tema 03
La gratitud, nos hace apreciar lo bueno de
la vida.
Ahora, todos podemos aspirar a más, esto esta bien. Pero hay que tener
cuidado, cuando confundimos aspiraciones con inconformidad. Pues esto nos
puede llevarnos a darle poco o nulo reconocimiento a todo aquello que forma
parte de nuestro presente. Vivir en clave de presente, es vivir en gratitud. Es vivir
ahora, esto nos tiene que conectar con la gratitud como estilo de vida.
Reconocer todo aquello que nos hace bien, nos conecta con la vida de una
forma más esperanzadora.
Vivir ahora.
En algún momento en la vida todos(as), hemos pasado por procesos en los que
nos miramos a nosotros mismos(as) y no nos reconocemos, en el reflejo de una
imagen que construimos de nosotros(as) con fuertes matices de agotamiento,
conflicto, tristeza y dolor, quizá con mucho más ¿será que solo eso tenemos? La
pregunta est ¿qué espacio le das a la gratitud en la vida?
Claro, hay muchas emociones, estas emociones “fuertes”, forman parte de la
vida. Están asociadas a múltiples situaciones, pero también están ligadas a
nuestra forma de pensar, analizar e interpretar la vida:
Vivir ahora, en gratitud, es estar conectados con la vida, porque al final el único
tiempo que nosotros tenemos es el presente. Vivir atorados en el fango del
recuerdo, nos ata a lo que no es, el futuro podría estar ligado aun presente que
se vive entre las sombras de una mirada oscura. Somos más que nuestros
acotecimientos, somos nuestra capacidad creativa y mucho va a depender de
lo que decidamos sembrar hoy.
Asumirse
• ¿Qué siento?
• ¿Por qué lo siento?
• ¿Hacia dónde me lleva?
• ¿Qué quiero hacer?
• ¿Cuáles son mis recursos o herramientas para la vida?
Puede ser liberador, en el tanto tengo que tomar decisiones y crear acciones,
que se nutren desde la gratitud, aún cuando hayamos tenido experiencias
realmente desconcertantes.
Esclavos de la nostalgia.
Esta visión de gratitud nos tiene que poner frente el inventario de nuestra
felicidad, para interpretar la vida en un balance, no tiene que ser perfecto, pero
se debe construir considerando los momentos buenos y los malos, las cosas
fáciles y difíciles, porque la vida tiene este movimiento. Esto nos permite templar
nuestro carácter y reconocer la fuerza de nuestra voluntad en cada prueba
superada.
Sí la vida es ahora.
¡Te has preguntado! ¿Cuánto tiempo te has sentido solo o sola, por el hecho de
no tener pareja? ¿Te has puesto analizar el conflicto que te genera tu trabajo
actual? Cuando en realidad quizá, estás bien, sólo que sólo mirás el lado oscuro
de la vida.
En fin, todos(as) tenemos que hacer un esfuerzo por conectar con la vida de
muchas formas. La gratitud es una de ellas, porque es un proceso
profundamente liberador. Genera consuelo en el alma, nos hace valorar lo que
tenemos, nos invita a tener una visión de abundancia y no de carencia.
Actualiza tu pensamiento.
Esta creo que es una regla muy bonita. Actualizar lo que pensamos, sentirnos
vivos, con lo que decidimos. Recordar y llevar en nuestro lenguaje, en el día día
de nuestra historia, la palabra gratitud, nos prepara para que en cada
interacción con la vida, saquemos lo más provechoso.
La gratitud.
Nos tiene que llevar a revisar esquemas mentales ¿cómo yo soy? Actualizar
nuestros pensamientos, es nutrirnos de nuevas ideas, nuevas experiencias
Actulizar el pensamiento desde la gratitud, es escuchar consejos, es aprender
a ser más misericordiosos y compasivos con cada evento, persona o memoria
que acumulamos en la vida.
Todo esto nace a partir de vivir la gratitud, que no es otra cosa más que vivir en
reconocimiento de lo bueno. Porque aquello sobre lo que damos gracias, se
puede palpar, sentir, vivir, es real. Todo es una lección de vida.
Vivir en la mortificación, muchas veces es darle importancia a una idea que gira
en nuestra cabeza, cuyo cuerpo se forja por la frustración, la atención a lo que
no es, no fue y no sera. La gratitud, tiene que convertirse en la norma
interpretación de todo lo que nos ha tocado vivir.