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¿Literatura gaucha o gauchesca?

Durante el siglo XIX, en las pulperías y en las fiestas, circula entre los gauchos
una poesía oral anónima cantada con acompañamiento de guitarra, que tiene
como destinatario un público analfabeto. Estas composiciones colectivas
retoman los temas de los romanceros y poemas épicos españoles, y agregan
otros vinculados a las costumbres, sucesos y sentimientos del habitante rural.
Habitualmente, estas poesías eran recitadas o cantadas por dos payadores o
gauchos cantores, que alternaban sus versos a modo de contrapunto.
A diferencia de esta poesía gaucha, la gauchesca es un producto de la cultura
letrada. Es decir que la escriben intelectuales que intentan convocar a ese
público analfabeto cuya participación es crucial en las luchas por la
Independencia y, luego, entre las facciones políticas de nuestro país. Pero
además, es escrita también - en clara oposición a la literatura culta europea
que predominaba en la época - como el bosquejo de una literatura capaz de
representar la identidad nacional. Para ello, adoptan el estilo y los temas de los
payadores y reelaboran su lengua con fines estéticos.
En el género gauchesco la voz del que escribe se apropia de la del gaucho, de
los tonos de desafío y lamento; así se produce una alianza entre ambas voces.
Para muchos críticos, la gauchesca nace como un arma de guerra contra el
enemigo y evoluciona condicionada por los hechos políticos. Por ello, en los
cambios que sufre el género a lo largo de sus distintas etapas, podemos leer
momentos de la historia argentina.

Literatura gauchesca: características.


Aunque cada obra cuenta con sus propios elementos que la hacen única, sí
que es cierto que hay algunos rasgos esenciales de este tipo de escrito. Son
los siguientes:
El gaucho como protagonista: una de las características esenciales de este
tipo de escrito es que el protagonista es el gaucho del que se narran sus
aventuras y sus hábitos más cotidianos.
Escenario natural: también es habitual que, debido a la condición del gaucho,
el escenario en el que tiene lugar la novela o el poema sea en medio de la
naturaleza. La Pampa Argentina es uno de los espacios más recurrentes.
Personalidad gauchesca: por lo general, el personaje del gaucho se suele
presentar como un hombre solitario, sencillo pero muy conectado con la
naturaleza y que es capaz de moverse naturalmente por el entorno.
Elementos imprescindibles: para poder terminar de configurar mejor la figura
del gaucho tradicional, es habitual que los autores nos presenten esta figura
acompañada con elementos característicos como su caballo, su poncho, un
cuchillo y, por supuesto, el mate.
Lenguaje adaptado: además, en este tipo de texto, el autor suele
presentarnos a un gaucho de una manera muy real, es decir, el lenguaje que

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se usa cuando el autor le da voz a su personaje es un lenguaje coloquial,
informal y lleno de barbarismos. Además, es importante destacar que en este
tipo de obra suele predominar el monólogo al diálogo pues, como ya hemos
dicho, el gaucho era una persona solitaria.
Crítica social: en la gran mayoría de obras gauchas nos encontramos con que
el autor quería lanzar una fuerte crítica a la sociedad de la época que había
marginado y tratado mal al gaucho cuando, en realidad, en su figura se
escondía toda la tradición más pura de la sociedad.

El Martín Fierro
En 1872, de regreso al país luego de su exilio en el sur de Brasil donde se
refugió por su apoyo a López Jordán y a los federales sublevados contra
Urquiza, José Hernández publica "El gaucho Martín Fierro", la primera parte del
Martín Fierro. El folleto, vendido a módico precio, se agota en solo dos meses.
"La vuelta de Martín Fierro llega al público siete años después, momento en
que Hernández se encuentra reintegrado a la vida política como diputado.
Recién en 1910 ambas partes del poema se unen en forma de libro.
Pero es a partir de 1913 cuando se sitúa como clásico nacional. En dicho año,
el poeta Leopoldo Lugones dicta una serie de conferencias sobre el Martín
Fierro en las que califica a Hernández de "poeta nacional"; al poema, de
"epopeya argentina”, y a su protagonista, de "símbolo de la nacionalidad". A su
vez, el escritor Ricardo Rojas lo analiza y pondera en su cátedra de Literatura
Nacional. Desde entonces, el alegato en forma de poema escrito por
Hernández provoca interpretaciones, polémicas y relecturas que confirman su
auténtica condición de clásico.
Los personajes
Además del gaucho, en el poema circulan personajes que representan distintos
sectores del mundo rural: indios, morenos, gringos, autoridades, militares,
mujeres, etc. Los personajes masculinos figuran como adversarios y, en esa
confrontación de voces y de cuerpos, el gaucho define a los otros en un tono
que oscila entre la fanfarronería y la condena, y por oposición, define también
su propia identidad. Siempre es aquello que los otros no son.
En la configuración del personaje central se reúnen todas las voces de una
clase social perseguida: el gaucho libre y cantor, el trabajador y padre de
familia, el que es soldado en la frontera, el desertor e, incluso, el matrero. Esta
superposición de voces habilita en un mismo sujeto características, acciones y
sentencias diversas como las expuestas en los distintos cantos del poema, sin
que resulten contradictorias dado el carácter complejo y multifacético de Fierro.

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La forma del poema.
“El gaucho Martín Fierro" introduce el uso de sextinas, es decir, estrofas de seis
versos, y aItera la métrica y la rima tradicionales. Utiliza versos octosílabos y
deja libre el primer verso, en lugar de rimarlos de a pares. Fijate:

Con esta configuración innovadora (abbccb/abbcbc), la sextina hernanderiana


cobra una musicalidad distinta, que la hace apta para el registro oral y el
escrito. Asimismo, gracias al primer verso suelto, casi siempre de carácter
afirmativo ("Aquí me pongo a cantar"/"Yo he visto a muchos gauchos
cantores"/"Pido a los santos del cielo"), resulta muy fácil de memorizar.
A su vez, reemplaza el diálogo, habitual en la gauchesca, por el monólogo.
Cediendo al protagonista el lugar de narrador, asocia la voz a una historia
personal y logra que lo narrado parezca más real y que la defensa resulte más
persuasiva.
Debido también al uso de la primera persona, solo hay una breve referencia al
aspecto físico del protagonista en el canto XI, cuando este explica por qué sus
hijos no lo reconocen. La ausencia de una fisonomía definida para el héroe es
otro acierto del poema, ya que, al ser una voz sin rostro, el auditorio de la
época podría identificarse más fácilmente con sus dolorosas vivencias.
Este poema argentino está dividido en dos partes: Martín Fierro La Ida y La
vuelta de Martín Fierro.
La primera parte, está comprendida por 2.316 versos que se agrupan en 13
cantos, donde intervienen como narradores el gaucho Martín Fierro, el
Sargento Cruz y un narrador testigo, siendo publicada en 1872.
La segunda parte se conoce como "La vuelta de Martín Fierro", publicada en
1879, siete años después. Se estructuró de la siguiente manera: con una
introducción o prólogo, donde se justifica ante los lectores y luego 4.849 versos
distribuidos en 33 cantos, se observa la presencia de cinco narradores: Martín
Fierro, el hijo mayor, el hijo segundo, Picardía y el narrador.

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El relato épico.
El relato épico es un texto narrativo que cuenta las hazañas de un héroe. Por
los hechos narrados y las características del marco narrativo, estos relatos
están emparentados con los mitos y la historia de un pueblo. Sin embargo, su
principal finalidad es engrandecer al pueblo o a la nación a través de las
acciones que lleva a cabo el protagonista, quien debe cumplir su destino.
La épica es un género literario clásico, que atraviesa la historia de la
humanidad y que evoluciona según la época y el lugar en los cuales se
desarrolla. Si bien el relato leído es una versión en prosa, dicho género está
escrito principalmente en forma de verso (composición que
facilita la memorización en sociedades orales).
Estas composiciones poéticas no solo narraban hechos importantes para la
comunidad en la que circulaban. Tenían además un propósito didáctico: el
héroe, hombre superior, constituía un ejemplo moral, un ideal a seguir, porque
encarnaba en forma extrema las virtudes que más valoraba la sociedad de la
época.
En estos poemas los hechos relatados se muestran como grandiosos y
admirables. La guerra funciona como eje del relato, pero siempre se incorpora
algún elemento o aspecto sobre la realidad cotidiana. Esto ayudaba a mantener
a la audiencia atenta.
¿Héroe o antihéroe?
El concepto del héroe
Comúnmente el héroe posee habilidades sobrehumanas o rasgos de
personalidad idealizados que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias
y beneficiosas («actos heroicos») por las que se hace famoso. Un héroe es una
persona que realiza una acción valiente y muy bien agradecida
Una persona se convierte en héroe cuando realiza una hazaña extraordinaria y
digna de elogio. Un héroe satisface las definiciones de lo que se considera
bueno y noble en su cultura. El héroe debía luchar contra las fuerzas del mal:
brujos, encantamientos, pociones, engaños, enemigos, etc. protegiendo a los
caballeros y al pueblo en peligro.
El concepto del antihéroe
Es el protagonista desprovisto de las cualidades extraordinarias (belleza,
integridad, valor, etc.) con las que habitualmente se presentaba el héroe en los
relatos épicos. Representan una vida no heroica, o sea, una vida vulgar,
genérica, mediocre o masificada.
El antihéroe puede ser antisocial, muy inteligente, enajenado, cruel,
desagradable, lamentable, obtuso, o simplemente ordinario. Cuando el
antihéroe es el personaje principal en una obra de ficción la obra
frecuentemente lidiará con el efecto que su atroz personaje tiene en aquellos a
quienes conoce a lo largo de la narrativa. En otras palabras, un antihéroe es un
protagonista que vive por la guía de su propia brújula moral, esforzándose para

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definir y construir sus propios valores opuestos a aquellos reconocidos por la
sociedad en la que vive. Adicionalmente, la obra puede representar cómo su
personaje cambia a través del tiempo. Además de estas "cualidades" hace falta
nombrar el antihéroe es de esta manera debido a que su pasado fue doloroso o
cruel y que esta(s) tragedia(s) le da origen a su personalidad y una perspectiva
distinta a la de los héroes o villanos; puede decirse que el antihéroe vive más
en la zona gris.

Bibliografía.
 Literatura IV, editorial “Mandioca”.
 Literatura IV, editorial “Santillana”

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