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MÓDULO 6

ASPECTOS DE GESTIÓN Y CALIDAD EN


EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
Neira F, Ortega M. L.

MÓDULO 6
ASPECTOS DE GESTIÓNY CALIDAD EN
EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
Neira F, Ortega M. L.

Solicitada la acreditación a la Comisión de Formación Continuada


de Profesionales Sanitarios del Sistema Nacional de Salud,
expediente nº 07-AFOC-04065.8/2017 1
MÓDULO 6
ASPECTOS DE GESTIÓN Y CALIDAD EN
EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
Neira F, Ortega M. L.

Objetivos
del aprendizaje

Saber implantar una Unidad de Dolor Agudo (UDA) para el manejo del dolor
postoperatorio.
Conocer los principios básicos relacionados con el funcionamiento de las UDA.

Conocer en profundidad las funciones de laUDA.

Aprender cómo gestionar una UDA y cómo monitorizar los aspectos


relacionados con la calidadasistencial.

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Índice

1. Recomendaciones prácticas para el manejo del dolor postoperatorio 4


• Funcionamiento de la UDA 4
• Importancia de las Guías de Práctica Clínica en el funcionamiento de la UDA 6
• Implantación de las UDA postoperatorio 9
• La UDA como modelo en el tratamiento del dolor agudo postoperatorio 11
• Diferentes modelos de implantación de la UDA 14
• Estrategia de implementación de la UDA postoperatorio 17
• Implementación de la UDA 18
• Oportunidades de mejora 21
• Organización de la UDA 24

2. La calidad yel Dolor Agudo Postoperatorio (DAP) 38


• Indicadores de calidad 38

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Recomendaciones prácticas para el


manejo del dolor postoperatorio
FUNCIONAMIENTO DE LA UDA

El tratamiento del dolor agudo postoperatorio se optimiza con la creación de Unidades


de Dolor Agudo Postoperatorio (UDA). Estas unidades surgieron en EEUUen un intento
de proporcionar mayor confort en el postoperatorio y evitar las complicaciones deriva-
das del dolor. Tanto en Europa como en España se están desarrollando progresivamen-
te estas Unidades, con distinto grado de complejidad.
El objetivo de estas Unidades es mejorar el tratamiento del dolor agudo postoperatorio
aplicando métodos eficaces de control analgésico, proporcionando una atención orga-
nizada, sistemática y adaptada a cada paciente, con arreglo a las evidencias científicas,
la práctica clínica y las posibilidades de cada Centro. Como consecuencia de ello, se
obtiene un beneficio en la salud:
se mejora el confort y la satisfacción de los pacientes
se atenua la repercusión de la agresión anestésico–quirúrgica
se disminuyen las potenciales complicaciones postoperatorias y la morbilidad
se facilita la recuperación del paciente con una movilización y rehabilitación más precoces
se disminuye la estancia hospitalaria y, como consecuencia, los costes
La atención de los pacientes incluye la visita diaria de los mismos, evaluando la calidad
de la analgesia, los efectos secundarios, las dosis de medicamentos y la inspección de
los dispositivos yaccesos para analgesia sistémica o regional.

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La UDA requiere una infraestructura donde se integran diferentes especialidades y cate-


gorías. Aunque hay diferentes tipos de UDA, en todos los casos se requiere la participación
de especialistas de Anestesiología y Reanimación, así como enfermeros/as de la UDA y las
plantas quirúrgicas, además de las diferentes especialidades quirúrgicas y, por supuesto,
auxiliares de clínicas y administrativos, etc.
El adecuado tratamiento de los pacientes y su evolución son factores esenciales para
alcanzar el objetivo de la UDA. Es fundamental disponer de una base de datos que permita
registrar la evolución y tratamiento de los pacientes, para facilitar el seguimiento de los mis-
mos. Por otra parte, esta base de datos permite realizar estudios estadísticos de los datos
registrados y evaluar los resultados, para modificar y mejorar el tratamiento de los pacien-
tes, con un horizonte en la mejora continuade la calidad.
En nuestro caso, en el Hospital Universitario Puerto Real se ha creado una base dedatos:
«Aplicación de la Unidad del dolor», que incluye todos los datos básicos y necesarios
para gestionar el ingreso y evolución del paciente.
Para realizar el control de la eficacia de los tratamientos y la aparición de incidentes y
efectos secundarios, es imprescindible el seguimiento continuado de los pacientes que
precisen tratamiento del dolor por la UDA. La herramienta fundamental es la hoja de
recogida de datos que debe reunir criterios de rigurosidad, claridad y facilidad en su
cumplimentación.
Los datos que diariamente se generan proporcionan una valiosa información, que nos
permite el acceso rápido y fiable a resultados numéricos para llegar a conclusiones. En
base a ello, podemos adoptar medidas de mejora continua, modificando las pautas y
protocolos analgésicos que así lo precisen.
La creación de la UDA no se puede sustentar en una persona o en un grupo reducido de
profesionales. Necesita del apoyo del servicio de Anestesia y de los servicios quirúrgicos,
que deben depositar su confianza en la UDA, para el tratamiento del dolor postoperato-
rio. Todo ello, no sería posible sin la colaboración del personal de Enfermería tanto de la
URPA, como de las plantas quirúrgicas. Finalmente, la Dirección y Gerencia del Centro
deben creer en la necesidad de que estas Unidades existan, para proporcionar la in-
fraestructura y el personal necesario. En definitiva, la creación, mantenimiento y mejora
continua de la calidad del tratamiento del dolor postoperatorio es fruto del trabajo de
toda la Institución así como del personal que la forma (celadores, auxiliares administrati-
vos/as, enfermería, médicos y personal directivo del centro).
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IMPORTANCIA DELAS GUÍAS DEPRÁCTICA CLÍNICA EN ELFUNCIONAMIENTO DELA UDA

Los protocolos de actuación y tratamiento en la UDA no se deberían fundamentar única-


mente en la experiencia de los profesionales o en la intuición, sobre todo cuando se pone
en marcha un nuevo proyecto. La medicina basada en la evidencia (MBE) adquiere rele-
vancia y nos permite reevaluar el tratamiento del dolor en función de la mejor evidencia
científica disponible, sin olvidar la experiencia clínica ni la aplicabilidad personalizada de los
diferentes tratamientos realizados a nuestros pacientes1.
La MBE se define como la utilización consciente, explícita y juiciosa, de la mejor evidencia
científica disponible en la toma de decisiones sobre el cuidado y la asistencia de los pacien-
tes. Consiste, por tanto, en la integración de la experiencia clínica de la práctica médica
con la mejor evidencia científica disponible, proveniente de investigaciones publicadas,
teniendo presente las preferencias y condiciones de cada paciente de forma individual1.
La aplicación de la MBE a la práctica diaria en la UDA supone un importante cambio en
el enfoque clínico de la actuación. No se trata de ir hacia el inmovilismo, muy al contra-
rio, nos conduce de forma prudente al cambio continuo y dinámico. La MBE pretende
conseguir la mejor atención médica posible, adaptada a los constantes avances de la
medicina. Supone un esfuerzo por parte del personal sanitario para adaptar la expe-
riencia clínica a los avances científicos fundamentados en la evidencia, con el fin de
mantener actualizados nuestros conocimientos y poder dispensar la mejor atención a
nuestros pacientes2.

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Las Guías de Práctica Clínica (GPC) son directrices elaboradas sistemáticamente para
asistir a los clínicos y a los pacientes en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria
adecuada para problemas clínicos específicos. También se puede considerar que son
herramientas disponibles para facilitar la toma de decisiones, teniendo en cuenta las
preferencias y los valores de los pacientes, los valores y la experiencia de los clínicos y la
disponibilidad de recursos1.
Las GPCnos aportan un importante soporte a la hora de desarrollar protocolos y nos dan
un aval de eficacia basada en ensayos clínicos, metaanálisis y, por supuesto, la expe-
riencia de otras UDA.
El primer paso para resolver un problema clínico -y el método más eficiente para decidir
la mejor actuación sanitaria- sería la búsqueda de una GPCválida. Se considera que es
válida si cuando se siguen sus recomendaciones, se obtienen sus objetivos1.
La GPCes un componente esencial de la práctica clínica y de la planificación de la UDA.
Para que una GPCtenga validez debe basarse en revisiones sistemáticas de la literatu-
ra, estar avalada por centros o grupos de GPCnacionales o regionales, estar realizada
por representantes multidisciplinarios de las materias implicadas e indicar las recomen-
daciones y la evidencia científica.
En la estimación de la calidad de una GPC, se tienen en cuenta varios aspectos: que los
sesgos potenciales del desarrollo de la guía hayan sido señalados de forma adecuada,
que las recomendaciones sean válidas, tanto interna como externamente, y dichas
recomendaciones se puedan llevar a la práctica. Este proceso incluye la valoración de
beneficios, daños y costes de las recomendaciones, así como los aspectos prácticos
que conllevan. Por tanto, la evaluación incluye juicios acerca de los métodos utilizados en
el desarrollo de las guías, el contenido de las recomendaciones finales y los factores
relacionados con su aceptación1.
Actualmente disponemos de tres tipos deGPC:
1) Basadas en opiniones de expertos.
2) Basadas en consenso.
3) Basadas en la evidencia.

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Se acepta que las GPCdeberían basarse, siempre que sea posible, en la identificación y
síntesis sistemática de la mejor evidencia científica disponible. Además, en las GPCbasa-
das en la evidencia deben cumplirse determinados requisitos:
Especificar la identificación y composición del panel de expertos que las elabora.
Protocolizar el sistema de identificación, recogida y evaluación crítica de las publica-
ciones analizadas.
Efectuar una formulación individualizada sobre el nivel de evidencia en el que se sus-
tenta cada recomendación por separado.

En cuanto a su finalidad, la elaboración de las GPCpretende:


A) Mejorar la calidad de la atención sanitaria.
B) Reducir el uso de intervenciones innecesarias, inefectivas o dañinas.
C) Facilitar a los pacientes tratamientos con la máxima probabilidad de beneficio, con el
mínimo riesgo de producir daños y con un costeaceptable.
Para que una GPCcumpla sus objetivos es necesario tener en cuenta los factores
favorecedores y las barreras: considerar el contexto clínico, social y sanitario; conseguir
adecuados sistemas de elaboración; y buscar las formas de difusión, así como métodos de
implementación3.
Actualmente disponemos de guías de práctica clínica actualizadas para el tratamiento del
dolor postoperatorio.

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IMPLANTACIÓN DELAS UDA POSTOPERATORIO

En los últimos años se han producido grandes avances en el conocimiento de los mecanis-
mos neurofisiológicos del dolor, se han sintetizado nuevos medicamentos, nuevas vías de
administración y se han desarrollado técnicas que permiten tratar el dolor postoperatorio
con seguridad y eficacia, en la mayoría de lospacientes6.
Sin embargo, y a pesar de los progresos alcanzados en los conocimientos fisiopatológi- cos,
farmacológicos y en el desarrollo de técnicas más eficaces para controlar el dolor
postoperatorio, muchos pacientes no reciben una analgesia adecuada. La incidencia del
dolor postoperatorio moderado-intenso en nuestro país continúa siendo muy elevada.
Según diversas encuestas el 30- 50% de los pacientes presentan dolor moderado-intenso
durante el periodo postoperatorio7.

El tratamiento del dolor postoperatorio no debería ser un problema, ya que disponemos


de los conocimientos, fármacos, tecnología e infraestructura para su correcto trata-
miento. Además, se conoce la causa de este tipo de dolor, que es limitado en el tiempo y
que suele responder bien al tratamiento. El diseño de una adecuada estrategia, que
permita la aplicación de los recursos terapéuticos disponibles, debería ser suficiente
para conseguir el control óptimo del dolor postoperatorio.
Disponemos de diferentes técnicas para tratar el dolor: analgesia controlada por el
paciente (PCA), bloqueos regionales, analgesia epidural con opioides y/o anestésicos
locales. Sin embargo, todavía no se han superado los obstáculos que impiden o dificultan
su utilización tras la cirugía. La mayoría de los pacientes postoperados continúan reci-
biendo un tratamiento analgésico que ha cambiado poco en las últimas décadas.

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Esta ha sido una de las principales conclusiones del Comité Interdisciplinario de expertos
formado por el National Health and Medical Research Council of Australia, el Royal Colle-
ge of Surgeons of England, el Royal College of Anaesthetists, el US Department of Health
and Human Services y la IASP. Una de las principales recomendaciones de este comité
fue la necesidad de crear servicios de dolor agudo7.
Las UDA fueron descritas por primera vez por Ready en 1988. En nuestro país, excepto
un número muy limitado de hospitales, empezaron a gestionarse, planificarse y ponerse
en marcha a partir del año 2000, no pudiéndose decir que, actualmente, el problema del
dolor postoperatorio sea un problema resuelto en España. Las UDA surgen en la
creencia de que la organización de los recursos disponibles y la sensibilización de los
profesionales podía ser el mejor argumento para el control del dolor. Desde la creación
de las primeras Unidades, las UDA han proliferado y ha sido recomendada su implemen-
tación desde algunas organizaciones reconocidas de profesionales, instancias guberna-
mentales o agencias privadas.
La presencia de estas Unidades es hoy día un prerequisito para acreditar los centros
para la formación postgraduada. Según el Royal College of Anaesthetist en Gran Breta- ña
y el Australian and New Zealand College of Anaesthetist, en la «Guía de Práctica Clíni- ca
de la American Society of Anesthesiologists» para el manejo del dolor agudo posto-
peratorio se recomienda la implantación de UDA desde, o con la participación activa, de
los servicios de Anestesiología y la disponibilidad de anestesiólogos las 24 horas del día8.
El objetivo de estas Unidades es mejorar el tratamiento del dolor agudo postoperatorio apli-
cando métodos eficaces de control analgésico, proporcionando una atención organizada,
sistemática y adaptada a cada paciente con arreglo a las evidencias científicas, la práctica
clínica y las posibilidades de cada Centro. Nacen para mejorar la calidad asistencial y, como
consecuencia de ello, se obtiene un beneficio para la salud; mejorando el confort y la satis-
facción de los pacientes, limitando y atenuando la repercusión de la agresión anestésico–
quirúrgica, disminuyendo las potenciales complicaciones postoperatorias y la morbilidad,
facilitando la recuperación del paciente con una movilización y rehabilitación más precoces y,
probablemente, disminuyendo la estancia hospitalaria y los costes. Además, se debe
encargar de la docencia e investigación sobre el control del dolor agudo. Este Servicio es
responsable de atender a los pacientes, incluyendo la visita diaria a los mismos, la evalua-
ción de la calidad de la analgesia, de los efectos secundarios, de las dosis de medicamentos
y de la inspección de los dispositivos y accesos para analgesia sistémica o regional7,9.

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LA UDA COMO MODELO EN ELTRATAMIENTO DEL DOLOR AGUDOPOSTOPERATORIO

Existen metaanálisis que demuestran que la adopción del modelo de UDA para el
tratamiento del dolor postoperatorio supone una mejora en la calidad y efectividad de
su tratamiento, elevando el grado de satisfacción de los usuarios9. Se ha visto cómo la
implantación de la UDA puede reducir la incidencia de complicaciones e incluso la morta-
lidad postoperatoria en los 30 primeros días del postoperatorio10.
La implantación de una UDA no debe ser un proceso estático, sino que requiere la reeva-
luación periódica de sus resultados, la constatación de que las técnicas analgésicas que
utilizan están basadas en la mejor evidencia científica disponible y se ajustan a la mejor
relación coste-efectividad, sin obviar la seguridad y tolerabilidad de las mismas, desem-
bocando en una mayor calidad asistencial y satisfacción del paciente. De ahí la importan-
cia, no solo de la existencia de la UDA, sino de la organización y gestión adecuada para el
centro hospitalario en el que se encuentre ubicada.
La UDA debe seleccionar la mejor técnica analgésica, individualizando su indicación,
teniendo en cuenta el tipo de intervención, si es o no ambulatoria, el grado previsto de
agresión quirúrgica y los condicionantes específicos de cada paciente, según edad, pato-
logía y tratamiento concomitante, entre otros.
Los hospitales pueden tener distintas necesidades y disponer de diferentes modelos de
UDA, que se adapten a sus condiciones particulares. Rawal señaló los principales com-
ponentes para la organización de la UDA.

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Las bases para el desarrollo de una UDA han sido publicadas en la Revista de la Sociedad
Española del Dolor. Por su parte, el Comité de Acreditación de la SED(CASED) ha definido
unos estándares, aprobados por la Junta Directiva de la SEDen 2002, para el desarrollo en
España del proceso de acreditación, tanto individual como institucional, en el tratamiento del
dolor, abarcando también la UDA. Este proceso se basa en las características ideales que
una UDA debería cumplir. El CASEDdetermina el organigrama que debe tener la UDA11.

• Características ideales de una Unidad de Dolor Agudo

1) Un funcionamiento correcto de una UDA exige la colaboración y participación del


servicio de Anestesiología, así como de los médicos, tanto de las especialidades
médicas como quirúrgicas y la Enfermería de la Unidad de Recuperación Postanes-
tésica (URPA) y salas de hospitalización.
2) Debe existir un Coordinador Médico Anestesiólogo responsable de los servicios
dispensados por la Unidad, de la Docencia e Investigación.
3) Debe contar con personal médico (anestesiólogo) y de Enfermería especifico a
tiempo completo en horario de mañana en hospitales de Nivel III y, a tiempo parcial,
en los de Nivel II yI.
4) Los integrantes de la UDA deben poseer los conocimientos suficientes de las cien-
cias básicas y experiencia clínica para manejar los pacientes con dolor agudo.
5) La UDA debe tener la posibilidad de prestar una atención continuada a aquellos
pacientes bajo su tratamiento las 24 horas del día, todo el año.
6) La UDA debe establecer protocolos clínicos propios yvalorar su eficacia periódicamente.
7) La UDA debe tener la posibilidad de atender a todos los pacientes intervenidos
quirúrgicamente, ya sean programados o urgentes.
8) La UDA debe tener la disponibilidad de atender todos los dolores agudos del hos-
pital que no sean de fácil control por sus médicos responsables y que necesiten
técnicas específicas de tratamiento.
9) La UDA debe tener la posibilidad de administrar diferentes modalidades de tratamien-
to, tanto sistémico como regional: pautado endovenoso, analgesia controlada por los
pacientes vía endovenosa, analgesia controlada por los pacientes vía epidural, diferen-
tes tipos de bloqueos y otrastécnicas útiles para el control del dolor.
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10) La UDA debe disponer de hojas clínicas de evolución de los enfermos hospitaliza-
dos que estén sometidos a tratamiento del dolor por la misma.
11) Debe existir un control diario en planta de hospitalización de los pacientes bajo el
control de la vida durante 48-72 horas o más si se considera necesario.
12) Se debe informar a los pacientes en la consulta de preanestesia de las actuacio-
nes de la UDA.
13) Se debe disponer de una base de datos donde se tenga acceso a la valoración de
la analgesia y efectos secundarios debidos a los tratamientos administrados.
14) Se deben realizar sesiones clínicas periódicas de todo el personal que interviene en
la UDA para tratar problemas relacionados con la Unidad.
15) La UDA debe establecer programas educacionales dirigidos a médicos y Enferme-
ría relacionados e interesados en el tema. El modelo de UDA debe basarse en un
anestesiólogo con dedicación a tiempo completo, que coordina y supervisa a enfer-
meras y a los diferentes equipos quirúrgicos. Dentro de las funciones de la UDA se
encuentran la formación y docencia, no solo del personal de la UDA, sino también de
todo aquel directa o indirectamente relacionado.
La Joint Commission on Acreditation of Healthcare Organizations (JACHO) de-
termina como estándar de calidad en el tratamiento del dolor postoperatorio, la
necesidad de garantizar la competencia del personal sanitario. Se deben diseñar
planes de formación continuada dirigidos a la actualización de conocimientos sobre
la fisiología del dolor, la farmacología de los analgésicos, las técnicas de administra-
ción y los métodos de evaluación del dolor12.
La elaboración de protocolos, utilización, adaptación e implementación de guías de
práctica clínica son una práctica que enriquece la labor asistencial y docente de la UDA.
La evaluación del dolor como una constante vital más, el registro de los datos de los
pacientes, su evaluación y confrontación con el de otras UDA, ayuda a la mejora continua
de la calidad de la UDA y debería ser una práctica habitual de la misma. La información y
adiestramiento de los pacientes en la técnica analgésica seleccionada para su tratamien-
to permite obtener su colaboración y conseguir un control más efectivo del dolor9.

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DIFERENTES MODELOS DEIMPLANTACIÓN DELAUDA

Se han diseñados diferentes modelos para dar respuesta al tratamiento estructurado del
dolor postoperatorio13.
Unidades según el servicio del que dependan:
Unidades específicas de dolor agudo.
Unidades integrales de dolor.
Unidades de cuidados perioperatorios o reanimaciones ampliadas.

Modelos de Unidades:
Modelo diseñado por Ready; se basa en un servicio multidisciplinar encabezado por
anestesiólogos y que incluye a: Enfermería especializada, residentes, farmacólogos,
fisioterapeutas, personal administrativo y especialistas en material biomédico. Este
modelo se considera de coste elevado.
UDA de “bajo coste”, basado en la Enfermería y supervisado por Anestesiología. El
90% de los hospitales holandeses siguen este modelo, sin embargo, en el 46% no
se ofrece formación continuada de dolor en el hospital y el 13% no informan a los
pacientes sobre el dolor después de la cirugía14, en comparación con Reino Unido
(83%) y EE.UU (74%). La enfermera especialista en dolor lidera las UDA en el 45% de
los casos en EE.UUyen el 91% en ReinoUnido14.
Actualmente se buscan modelos donde la eficiencia ocupe un lugar destacado y los
profesionales tengan una alta implicación.
En el estudio de Powel y cols, el 30% de los médicos encuestados en 2002, describía su
UDA como floreciente, el 52% como poco reconocida y el 17% como inexistente. La ma-
yoría habían realizado grandes esfuerzos para poder implantar la UDA. El 66% de los que
respondieron, reconocían que los pacientes tenían niveles inaceptables de dolor postope-
ratorio y que las UDA eran a menudo servicios confusos y desestructurados (59%)15.
El 85% consideraba que las UDA deberían ser servicios multidisciplinares, que trataran el
dolor de todos los pacientes postquirúrgicos y a tiempo completo. El 95% consideraba que
se necesitaba un mejor acercamiento de la Organización para mejorar el problema15.

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En Canadá se realizó una encuesta que recogía el período de junio de 2000 a enero de
2001, respondieron a la misma 50 de los 62 hospitales universitarios encuestados
(81%). El 80 % de los hospitales tenían al menos 200 camas. El 90 % de los mismos
había puesto en marcha la UDA, que dependía del servicio de Anestesia. Cada UDA estaba
formada por un anestesiólogo (100 %), una enfermera (56%) y un farmacéutico (33%)16.
En una encuesta realizada en Alemania sobre las UDA, de los 773 departamentos de
anestesia encuestados, respondieron 446 y, de ellos, 161 disponía de UDA. La UDA se
encontraba implantada con mayor frecuencia en los grandes hospitales. Sólo la mitad de
las UDA cumplían los criterios básicos de calidad. El 68,3% contaba con anestesiólo- gos
asignados a la UDA y, el 23,6%, con enfermera.
En 1994, se realizó una encuesta con seguimiento telefónico en Nueva Zelanda, de los
79 hospitales preguntados respondieron 62, de ellos sólo 12 contaban con médico y
enfermera asignados a la UDA y correspondían a hospitales de más de 150 camas.
Además, había 28 UDA que no cumplían los requisitos exigidos.
Hay diferentes modelos asistenciales válidos, entre las que se encuentran las Unidades
de Bajo Coste, Unidades de Cuidados Perioperatorios, las Unidades de Reanimación am-
pliadas; incluso se puede recurrir a protocolos de analgesia sin necesidad de que exista
una Unidad específica. No obstante, la UDA es el modelo asistencial más defendido en la
actualidad para el tratamiento del dolor postoperatorio. La existencia de la UDA conlleva
la dedicación de una serie de profesionales, a mitigar el dolor agudo y, dentro de éste, el
postoperatorio17.
En Reino Unido, en una encuesta realizada en 2002, del 83% de los hospitales que
respondieron al cuestionario, el 81% tenían UDA. La mayoría de éstas ofrecían un
servicio completo de lunes a viernes durante el día, con un servicio reducido el resto del
tiempo. En la mayoría de los hospitales (68%), el anestesiólogo de guardia era el único que
atendía la UDA fuera del horario ordinario. Solo el 6% tenían personal de Enfermería
específico los fines de semana.

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En España, solo el 45% de los pacientes de hospitales de más de 200 camas, recibe
información sobre el dolor postoperatorio, siendo informados por anestesiólogos el 78%
de los mismos.
Según Puig y cols, la responsabilidad del dolor postoperatorio recae sobre los anestesiólo-
gos en el 71% de los casos, sobre los cirujanos en el 40% y sobre enfermeros en el 33%,
solapándose los cuidadores del dolor. En los hospitales españoles solo se mide el dolor en el
36% de las salas de cirugía, quedando reflejado en la historia del paciente en el34%18.
La analgesia más utilizada en las salas de recuperación postanestésica en el territorio
español es la administrada por vía intravenosa (83%), epidural (78%), intravenosa conti-
nua (69%) e intramuscular (58%).
Solo el 28% de los servicios de Anestesiología están satisfechos con el tratamiento del
dolor realizado en los hospitales españoles.

“En los hospitales españoles de más de 200 camas, el tratamiento del


dolor es inadecuado”.

La mayoría de los pacientes no reciben información sobre el dolor postoperatorio ni de sus


posibles tratamientos, no hay una estructura clara de responsabilidad para el tratamiento
del dolor postoperatorio y,todo esto, conlleva la insatisfacción de losanestesiólogos.
E.Soler y cols estudiaron 623 pacientes hospitalizados e intervenidos por los servicios de Ci-
rugía General y Aparato Digestivo, Ginecología y Obstetricia, Oftalmología, Otorrinolaringología,
Traumatología, Ortopedia y Urología. Observaron que el servicio de Ginecología era el que pre-
sentaba mayor intensidad e incidencia de dolor, tanto al abandonar la URPA como durante el
primer día. Encontraron una correlación entre la duración de la intervención y la intensidad del
dolor. Identificaron como factores determinantes de la intensidad del dolor postoperatorio el
servicio quirúrgico, el procedimiento de acceso quirúrgico, la técnica anestésica y el analgési-
co administrado. No encontraron relación directa entre la prevalencia del dolor postoperato-
rio y la edad o el sexo. Basándose en esta premisa hay hospitales regionales, de especialida-
des y comarcales que seleccionan a los pacientes por la intensidad del dolorpostoperatorio.
Las UDA son el modelo asistencial más defendido en la actualidad. Cada hospital tiene
distintas necesidades y debe adaptar el modelo de UDA que decida implantar a sus
condiciones particulares.
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ESTRATEGIADEIMPLEMENTACIÓN DELA UDA POSTOPERATORIO

En primer lugar, se debe hacer un estudio de campo y analizar la situación de partida y


las necesidades del Centro.
En nuestro hospital realizamos encuestas y estudios de situación. Se observó la necesi-
dad de mejora en el tratamiento del dolor agudo postoperatorio y se decidió la creación
de una UDA. El objetivo era tratar el dolor de forma protocolizada, con los recursos
humanos, materiales y técnicos necesarios, optimizando los ya existentes6.
Se estudiaron los grupos de pacientes y las especialidades que más se podrían benefi-
ciar del tratamiento. Se realizaron reuniones y sesiones clínicas informativas con el per-
sonal implicado: anestesiólogos, servicios quirúrgicos, servicio de Farmacia, Enfermería,
dirección del hospital. Se cuantificó el material disponible y el que se debía adquirir para la
puesta en marcha de la UDA. Se analizó y decidió la adquisición de nuevas bombas de
analgesia controlada por el paciente (PCA)6.
Posteriormente, se desarrollaron cursos de formación, se crearon protocolos de trata-
miento del dolor basados en GPC, hojas de recogida de datos, hojas explicativas y trípti-
cos informativos en diferentes idiomas, con el fin de facilitar la información por parte del
servicio de Anestesia en la Consulta de Preanestesia6.
Además, se estableció la necesidad de crear una base de datos informatizada para la
UDA, y se solicitó al servicio de Informática del hospital su participación, creándose una
base de datos en la Intranet del hospital que cumpliera las características necesarias:
fácil de cumplimentar, segura, fiable y que permitiera la gestión y explotación de datos6.

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IMPLEMENTACIÓN DELAUDA

La implementación de la UDA y los cambios que supone deben adaptarse a cada hospital.
Se debe valorar el contexto, la estructura y los objetivos. Se han identificado 6 posibles
barreras o retos con los que habría que enfrentarse3,13:

Estructural: el reto que supone introducir una nueva actividad y unidad en un hospital
con una estructura ya definida, donde hay que hacer hueco a un nuevo proyecto.
Político: la dificultad en las negociaciones para conseguir el cambio deseado y la adop-
ción de acuerdos que permitan alcanzar los objetivos comunes. Se produce cuando
hay disputas entre los diferentes especialistas y estamentos asistenciales.
Cultural: la dificultad para construir una conciencia compartida del problema y de com-
promiso con la mejora de la calidad de la asistencia.
Educacional: las dificultades para planificar y conseguir la formación de losprofesionales.
Emocional: la motivación de los profesionales para adherirse y mantener el esfuerzo
de cambio.
Físico/tecnológico: las dificultades para la disponibilidad de recursos físicos y tecnoló-
gicos que posibiliten la mejora del servicio.

El paso previo para implementar una UDA es determinar los factores subyacentes que
condicionan la práctica clínica en cada hospital y dirigir los esfuerzos hacia el modelo
organizativo que mejor permita alcanzar los objetivos prefijados.
Se han descrito algunas condiciones mínimas que se deben cumplir para la implementación
de una UDA13:
Participación activa de la dirección en el programa.
Apoyo de las jerarquías profesionales.
Alineamiento con los objetivos estratégicos del servicio u organización.
Compromiso de todos los profesionales, especialmente de los facultativos.
Inversión significativa en formación y entrenamiento del staff.
Adecuados recursos informáticos.
Adhesión a las líneas de mejora continua de la calidad.
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MÓDULO 6
ASPECTOS DE GESTIÓN Y CALIDAD EN
EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
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En el hospital Universitario Puerto Real (HUPR) se realizaron reuniones informativas y


sesiones clínicas por parte del anestesiólogo coordinador de la UDA, con todo el equipo
multidisciplinar que forma parte de la UDA. En nuestro hospital contábamos con una
Unidad de Dolor Crónico dependiente de la Unidad de Gestión Clínica de Anestesia,
Reanimación y Tratamiento del Dolor. Tras valorar los recursos disponibles se decidió
establecer la UDA sobre la estructura de la Unidad de Dolor Crónico, contando con
el personal disponible e incrementando los recursos con una nueva enfermera y una
auxiliar administrativa; además de contar con el apoyo de la Unidad de Gestión Clínica de
Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor.
La UDA dependería en horario de mañana de la Unidad de Dolor Crónico y, en horario de
tarde, noche y festivos, de los facultativos de guardia de la Unidad de Gestión Clínica de
Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor6. Se implantó la UDA con el consen- so
de todos los servicios y Unidades de Gestión Quirúrgica del hospital.
Posteriormente, se designó a la enfermera referente de la Unidad, una vez concluido su
proceso de reciclaje en otras UDA de hospitales del SSPA (Sevilla y Cádiz).

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MÓDULO 6
ASPECTOS DE GESTIÓN Y CALIDAD EN
EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
Neira F, Ortega M. L.

Se procedió a visitar e informar de forma individual, por especialidades y de forma


progresiva a los distintos profesionales que rotan en turno de mañana. Se explicaron
los objetivos establecidos para conseguir un nivel óptimo de bienestar al paciente y se
definió el Mapa de Competencias de la Enfermera de UDA del HUPR6:

Visitar diariamente a los pacientes intervenidos con protocolos analgésicos.


Hacer un seguimiento diario y convertir el dolor en la quinta constante a evaluar en los
pacientes de forma que no pase desapercibido y que el tratamiento se adecue a la
intensidad e impacto del mismo.
Comprobar y actualizar la Hoja de Recogida de Datos propia de la UDA y de Valora-
ción de Enfermería.
Informar y dejar los cambios establecidos previamente con la supervisión del aneste-
siólogo encargado y la necesidad o no de continuidad en el tratamiento.
Conocer las vías de administración de analgésicos y sus rescates.
Conocer los efectos secundarios y su tratamiento según protocolos.
Administrar la información que se debe facilitar al paciente según el protocolo esta-
blecido y con bomba de PCA (analgesia controlada por elpaciente).
Conocer el manejo de material específico de bomba de PCA.
Conocer el procedimiento aplicado a los cuidados necesarios para un catéter epidu-
ral, periférico y conocer los protocolos de retirada.
Dar a conocer la forma de ponerse en contacto con la UDA, tanto en turno diurno,
nocturno y festivo.
Realizar formación continuada del personal de hospitalización.
Implementar la docencia en actividades formativas sobre el dolor.
Realizar una educación sanitaria al paciente y familia desde la entrevista prequirúrgica.

La creación de la UDA en nuestro hospital nació con el objetivo de tratar el dolor posto-
peratorio, gestionándolo de forma efectiva, para tratar de aliviarlo, reduciendo los efectos
secundarios y las complicaciones, evitando la analgesia insuficiente y las crisis dedolor.

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MÓDULO 6
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EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
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La UDA se configuró como una Unidad Multidisciplinar, pero de bajo coste, donde las
funciones de cada profesional implicado están claramente definidas. La instauración de
la UDA, en el HUPR, se realizó de forma progresiva, por especialidades. Comenzamos
por el servicio de Traumatología y se fue ampliando progresivamente hasta, finalmente,
atender a todos los pacientes postquirúrgicos y los sometidos a técnicas intervencionis-
tas del servicio de Radiología, siendo incluidos en los protocolos de valoración, trata-
miento, y seguimiento durante las 24 h del día, todos los días de la semana, durante el
periodo que requirieran hasta el control satisfactorio del dolor6.

OPORTUNIDADES DEMEJORA

La JACHO considera que el adecuado manejo del dolor se fundamenta en la informa-


ción y educación de los pacientes y del personal sanitario, la evaluación sistemática del
dolor como una constante vital, la aplicación de protocolos de tratamiento en los que se
contemple la aplicación de técnicas multimodales y de analgesia balanceada, el segui-
miento y registro de la terapia del paciente a lo largo de todo el postoperatorio, tanto de
la eficacia como de los efectos indeseables, evaluación y análisis periódico de todos
estos puntos, planteando las modificaciones pertinentes para alcanzar y mantener unos
estándares de calidad y la existencia de una estructura organizativa que se encargue de
poner en marcha lo expuesto anteriormente.
Tras la presentación de la UDA del HUPR en distintos servicios y departamentos para
dar a conocer el problema actual del Dolor Agudo Postoperatorio se procedió a unificar
criterios entre todos los facultativos y personal de enfermería. Se adaptaron los proto-
colos a las necesidades particulares de cada servicio, y características del paciente.
Se estableció la referencia de la UDA formada por cuatro anestesiólogos que, poste-
riormente, se amplió a seis, una auxiliar administrativa y una enfermera con dedicación
completa, en todo momento localizada mediante teléfono corporativo para cualquier
duda y comunicación necesaria.
Se redactó un protocolo de actuación por escrito diseñado por la propia UDA y consen-
suado con el resto de facultativos especialistas según tipos de intervenciones e intensi-
dad del dolor.

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ASPECTOS DE GESTIÓN Y CALIDAD EN
EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
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Se diseñaron protocolos analgésicos, eficaces, seguros y previsiblemente con los mínimos


efectos secundarios, además de ser flexibles y permitir la individualización en cada caso.
Para ello, se tuvieron en cuenta las circunstancias, como el tipo de cirugía, la técnica
anestésica, las características del paciente, la eficacia de la técnica y el riesgo del propio
paciente, entre otros factores que influyen en la aparición, intensidad, cualidad y duración
del dolor postoperatorio.
La puesta en marcha de la UDA en el HUPR conllevó de forma inmediata el ahorro de
medicación analgésica y la disminución de la carga de trabajo del personal de enferme-
ría de las plantas de hospitalización, al evitar la retirada de la medicación analgésica de la
Unidad de Reanimación y la prescripción de nueva medicación analgésica en la planta de
hospitalización a cargo de los servicios quirúrgicos. El nuevo modelo de la UDA per- mitió
la continuidad del tratamiento analgésico que se inició en la URPA y se mantiene a cargo
de la UDA.
El objetivo de la UDA es garantizar el control y seguimiento del dolor agudo postoperato-
rio para optimizar los tratamientos y detectar precozmente los eventos adversos. Su éxi-
to se basa en una adecuada indicación analgésica y un seguimiento sistematizado que
garantice la efectividad, la seguridad y la satisfacción del paciente permitiendo evaluar y
comparar los resultados.
La enfermera de la UDA aplica cuidados de calidad al paciente quirúrgico, a través de un
abordaje interprofesional en la personalización, continuidad asistencial y tratamiento del
dolor agudo postoperatorio. En estrecha colaboración con el anestesiólogo, actúa de
intermediaria entre el paciente y el médico responsable, así como con las enfermeras de
planta hospitalaria.
El hecho de afrontar el dolor como un fenómeno complejo y multifactorial, requiere un
abordaje multidisciplinar por parte de todo el personal sanitario implicado en el mismo.
Esta unidad multidisciplinar en HUPR está formada por: anestesiólogos y enfermera de
UDA; anestesiólogos y enfermeras de la Unidad Reanimación Postquirúrgica (URP);
especialistas quirúrgicos y farmacéuticos; personal de Enfermería de hospitalización y
de Hospital de Día6.

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MÓDULO 6
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EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
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La valoración y el manejo del dolor postoperatorio son habilidades que se deben desa-
rrollar tanto en el equipo médico como el de Enfermería. El objetivo principal de cualquier
actividad enfermera es el conseguir el bienestar del paciente y, en nuestro caso, de los
pacientes postquirúrgicos.
El exhaustivo registro de los cuidados de Enfermería permite poner de manifiesto el
papel que desempeña la enfermera en dicha unidad:
- evaluar el dolor,
- detectar precozmente los efectos adversos,
- identificar déficit de cuidados en los distintos métodos invasivos empleados,
- reconocer y tratar las necesidades de la familia (apoyo familiar) y resto del equipo de
Enfermería (si ha habido algún error en el cumplimiento del protocolo analgésico de la
UDA, por ejemplo),
- fomentar una cultura del control del dolor con una base de evidencia científica.
Entre los factores que afectan a la magnitud del dolor postoperatorio podemos citar los
siguientes: la propia idiosincrasia del paciente, tipo de cirugía realizada, tipo de aneste-
sia, localización de la herida quirúrgica y la actuación de los profesionales sanitarios que
intervienen en los cuidados del paciente. Una mala evaluación y seguimiento del dolor
postoperatorio repercute en todos los órganos y sistemas del paciente.
El dolor, como cualquier otro síntoma o signo clínico, debe evaluarse adecuadamente. La
evaluación requiere una apropiada comunicación entre el paciente, los cuidadores de
salud y / o los familiares. Cuando un paciente presenta dolor postoperatorio lo primero
que debemos hacer es comprobar la cualidad, intensidad y localización del mismo. Por
tanto, debemos ser capaces de identificarlo utilizando los instrumentos más adecuados
para evaluarlo. De una correcta medición y valoración del dolor depende la instauración
de un tratamiento analgésico adecuado, individualizado y eficaz.

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ORGANIZACIÓN DELAUDA
• Información prequirúrgica
El paciente debe recibir información prequirúrgica de las medidas propuestas para tratar el
dolor y del proceso perioperatorio, en la consulta de preanestesia. Esta información debe ser
oral yescrita, donde se explique la importancia del tratamiento del dolor ylas consecuencias de
un tratamiento inadecuado.
Sepregunta sobre las expectativas del paciente sobre el dolor postoperatorio.
Se informa sobre los diferentes métodos de tratamiento y se apoya en un Tríptico Infor-
mativo de la UDA (Figuras 1 y2) sobre el tratamiento yseguimiento del dolor después de
la cirugía, para que los pacientes conozcan las diferentes alternativas analgésicas para el
tratamiento del dolor. El tríptico informativo sirve para dar a conocer, a los pacientes y/o
familiares, el funcionamiento de laUDA.
Se informa al paciente de los componentes, objetivos del tratamiento y sus beneficios,
metodología, procedimientos a seguir, (escalas, circuitos de trabajo), resultados a conseguir,
tratamientos utilizados en la UDA y las posibles complicaciones y efectossecundarios.
Enel HUPR el trípticoinformativo se ha traducido al inglés, francés, alemán y árabe para
facilitar la comunicación en los pacientes multiculturales (Figura 3)12.
Figura 1. Tríptico informativo (anverso).

BLOQUEODENERVIOS Tratamiento
¿Cómo Evitar el Dolor Postoperatorio?

Menos Complicaciones
• Proporciona anestesia a nervios indivi-
duales o pequeños conjuntos de nervios.
• Representan un alivio eficaz del dolor
Mayor Grado de Satisfacción del Dolor
sobre una área específica de su cuerpo
(pierna o brazo).
• Se pueden administrar mediente una
Menos Estrés Quirúrgico Después de la
dosis única o a modo de repetición Educación Sanitaria Cirugía
manteniendo el catéter en la zona que
precise analgesia.
• Previamente se podrá utilizar un
instrumento o estimulador nervioso para
Estancias Más Cortas UDA
localizar dicho nervio. Menos Efectos Secundarios Unidad de Dolor
Movilización Más Precoz Agudo
Más Rápida Recuperación de la
UDA Unidad de Dolor Agudo

U.G.C Bloque
función Intestinal Quirúrgico
Tratamientos Adaptados a HospitalUniversitario
Cada Paciente Puerto Real
Mayor Comunicación
Paciente-Personal Sanitario

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Figura 2. Tríptico informativo (reverso).

¿Qué es la UDA? Escala de valoración del dolor con caras Tratamientos epidural
Tratamiento del Dolor Después de la Cirugía

La Unidad de Dolor Agudo se crea para del dolor


gestionar el tratamiento del dolor • Preparación de la zona.
postoperatorio.
La UDA está formado por un “ Equipo • Administración del analgésico local.
Ausencia de dolor Dolor insoportable
Multidisciplinar” • Se introduce en su espalda el catéter o
• Anestesiólogos y Enfermeras de la UDA. tubo de material suave.
• Anestesiólogos y enfermeras deURP.
Escala de valoración del dolor con caras • Se aconsejará sentarse o inclinarse
• Especialistas Quirúrgicos/Farmacéuticos. levemente para que la aguja se
• Personal de Enfermería de Hospitalización y
Hospital deDía. introduzca con facilidad.
• Los efectos de la epidural actúan
Forma de administración sobre la parte infiltrada de su cuerpo
Con un objetivo Claro de las terapias analgésicas en pocos minutos.
• Disminuir el dolor o tratarde aliviarlo con: • Tratamientos Orales. • El catéter será utilizado durante la
- Tratamientoseficaces. • Tratamientos Inyectables: cirugía y se mantendrá después de la
- Deformaprotocolizada.
- Intravenoso
operación sin necesidad de volver a
- Con recursos humanos, materiales ytécnicos.
- Catéter Epidural pincharse.
• Reducir los efectos secundariosy com- - Bloqueo denervios
plicaciones postoperatorias (náuseas, • Se ajustará la dosis de medicación,
• Es posible que se administre una para que cada paciente reciba la canti-
vómitos,etc.)
• Evitar la analgésia insuficiente y lospicos combinación de tratamientos. dad adecuada y se controle el dolor.
de dolor sintratamientos. • Proporciona un alivio eficaz después de
la operación.
La PCA (Analgesia
Procedimiento a seguir Controlada por el Paciente)
• Se reducen las complicaciones posto-
peratorias y mejora su recuperación.

UDA Unidad de Dolor Agudo


• Valoración contínua del dolor por el
Equipo Sanitario. • Es un sistema de bomba que permite al
paciente recibir una dosis específica de
• Medir la intensidad medianteunaescala
medicación, contra el dolor, siem- pre
de valoración deldolor.
que se considere necesario.
• Comunicar a la enfermera y/o al perso- • El paciente deberá pulsar el botón, que
nal dela UDAsiempre quesienta dolor o le proporcionará el personal encarga-
molestias aunque las considereleves. do, para dejar salir el medicamento.
• Está equipada con un mecanismo de
Resultados a conseguir seguridad para evitar la sobredosis.
• Tratar el dolorpostoperatorio. • El tubo que libera el medicamento sale
• Mejorar surecuperación. de la bomba y se une a su catéter o vía
intravenosa.
• Satisfaccióndel paciente.
• Produce un alivio rápido del dolor.
• Mejorar lacalidad de vida.

Figura 3. Trípticos informativos en diferentes idiomas.

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• Protocolos
La analgesia postoperatoria se inicia cuando el paciente ingresa en el HUPR y se adminis-
tra lapremedicación.
La pauta analgésica la prescribe el anestesiólogo que ha realizado la anestesia durante
la intervención quirúrgica, habiendo sido consensuada con el cirujano. La analgesia se
determina según la intensidad prevista de dolor, la intervención quirúrgica realizada y las
características individuales del paciente.
Los protocolos están disponibles en los quirófanos, la URPA y las plantas quirúrgicas.
Están en continua revisión y sujetos a las nuevas evidencias científicas disponibles y a
actualizaciones periódicas.
El tratamiento analgésico postoperatorio se inicia en el periodo intraoperatorio y contem-
plan la analgesia de rescate. Tras el alta de la URPA, los pacientes son trasladados a planta
de hospitalización con el protocolo analgésico postoperatorio seleccionado. Los protocolos
contemplan los fármacos prescritos, su dosificación, los rescates y posibles efectos adver-
sos, así como la conducta a seguir en cada caso. Asimismo, se hace una recomendación
para el tratamiento oral tras el alta de la UDA y/o la retirada de la analgesia parenteral.
Las clasificaciones del tipo de intervención quirúrgica e intensidad de dolor pueden llevar
a importantes errores en la toma de decisiones. Esto puede ser debido a no considerar
factores que condicionan la respuesta a la agresión quirúrgica y la percepción del dolor
por parte del paciente. A pesar de ello y teniendo en cuenta estas limitaciones, pueden
ser útiles si trabajamos de forma flexible con su interpretación.

Por nuestra parte, hemos considerado la clasificación en tres grupos: dolor leve-mode-
rado, dolor moderado-intenso y dolor intenso. Esto nos ayudará a seleccionar el protoco-
lo analgésico a utilizar, pero siempre realizando una selección individualizada de la pauta
analgésica. Para ello, consideraremos las particularidades individuales de cada paciente.

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Intervenciones con dolor leve-moderado


Oftalmología: cataratas, vitrectomías, cerclajes, trabeculectomías, cirugía de retina,
cirugía de la vía lacrimal, queratoplastia.
ORL: cirugía del oído, cirugía de senos paranasales, cirugía de tabique nasal, microci-
rugía laríngea, vaciamiento ganglionar simple, traqueotomías de urgencia.
Cirugía: quistectomías, paratidectomías, colecistectomía laparoscópica, tiroidecto-
mías, adenopatías, parotidectomías, safenectomías, trombectomías, embolectomías,
amputaciones.
Urología: orquiectomías, varicoceles, hidroceles, litectomías transuretrales, RTU de
próstata o vejiga.
Ginecología: histeroscopias, legrados, conizaciones, colpoplastias y suspensiones,
bartholinitis, laparoscopias.
Traumatología: síndrome del túnel carpiano, dedos en resorte, garra, martillo,
Dupuytren, resección de quistes y gangliones, luxaciones de hombro o cadera, EMO,
artroscopias, artroplastia parcial de cadera, osteosíntesis endomedulares, microdis-
cectomías.
Radiología: vertebroplastias.

En el dolor de intensidad leve suele ser suficiente la administración intravenosa de anal-


gésicos no opiáceos.

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Intervenciones con dolor moderado-intenso


ORL: laringectomías con o sin vaciamiento, cirugía mayor de cuello y boca, neurinoma
del acústico, neoplasia del pabellón auricular, rinoseptoplastia, tumores rinosinusales,
osteoma frontal.
Cirugía: grandes bocios endotorácicos con esternotomía, laparotomía de urgencias,
grandes reparaciones de pared abdominal, resecciones intestinales con incisión
infraumbilical, hemorroidectomías, esplenectomías, corrección hernia de hiato, cole-
cistectomías por laparotomía, hernioplastia, tumorectomías de mama, mastectomías
simples, apendicectomías laparoscópicas.
Urología: prostatectomías.
Ginecología: histerectomías vaginales, laparotomías, mastectomías con vaciamiento.
Traumatología: politraumatizado, cirugía del pie, cirugía del hombro (artroscopia),
artroplastia total de cadera.

En el dolor moderado se añade al AINE un opiáceo débil o bien se realiza una analgesia
multimodal, donde podemos utilizar la analgesia epidural o troncular asociada o no a la
analgesia intravenosa. En ciertas circunstancias donde los opiáceos débiles no están
indicados y no son posibles las técnicas analgésicas regionales, utilizamos opiáceos
mayores adecuadamente dosificados y adaptados a la intensidad del dolor y a las carac-
terísticas del paciente. Si el dolor es intenso, utilizamos analgesia multimodal, asociando
técnicas regionales a la analgesia intravenosa o bien opiáceos mayores.

Intervenciones con dolor intenso


Cirugía: amputación abdominoperineal, resección anterior baja, colectomías totales o
subtotales, esofaguectomías, gastrectomías, hepatectomías, resecciones pancreáti-
cas, suprarrenalectomías, resección de tumores retroperitoneales, cirugía laparoscó-
pica de colon- recto.
Urología: cistectomías radicales, nefrectomías, lumbotomía.
Ginecología: vulvectomías radicales, histerectomías ampliadas.
Traumatología: artroplastia de rodilla, cirugía del hombro (cirugía abierta).

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En caso de dolor intenso utilizamos analgesia multimodal, asociando analgesia intrave-


nosa con técnicas analgésicas regionales y, si ello no es posible, empleamos la analgesia
intravenosa con opiáceo.
La principal vía de administración en la analgesia postoperatoria es la intravenosa. Esta
vía de administración se puede asociar a técnicas regionales, que permiten un mayor
control de dolor y permite reducir la dosificación de los analgésicos.
Los analgésicos intravenosos no opiáceos disponibles en la guía farmacoterapéutica
de nuestro hospital son: paracetamol, metamizol, ibuprofeno ydexketoprofeno.
El opiáceo débil disponible es el tramadol y los opiáceos mayores: cloruro mórfico,
fentanilo y oxicodona. Por vía intravenosa utilizamos habitualmente: cloruro mórfico u
oxicodona. Por vía epidural, generalmente, fentanilo.
Los anestésicos locales utilizados en las técnicas epidurales son: levobupivacaína,
bupivacaína y, en las técnicas regionales, levobupivacaína, bupivacaína, mepivacaína y
lidocaína.
En la UDA del HUPR disponemos de bombas electromecáncias de infusión continua y
PCA. Los sistemas de PCA electrónicos muestran una gran seguridad, fiabilidad, versati-
lidad, eficacia analgésica y satisfacción del paciente. Los sistemas de PCA los utilizamos
tanto por vía intravenosa como epidural y en el bloqueo continuo de nervios periféricos.
Una nueva alternativa es el Sistema de Comprimidos Sublinguales de Sufentanilo (SCSS)
• Planificación
En el HUPR, el anestesiólogo encargado de la intervención, selecciona el protocolo de
tratamiento que seguirá el paciente tras la intervención quirúrgica y lo deja reflejado en
una hoja de tratamiento específica de UDA. Dentro de la URPA, se inicia el tratamiento y
se revisa. Directamente en la URPA, el equipo sanitario que atiende será el encargado de
evaluar al paciente, registrando la intensidad del dolor, usando escala de valoración de
dolor, monitorizando su estado de forma continua. Al llegar a planta se mantiene dicho
tratamiento y las recomendaciones pautadas según protocolos (Figura 4).

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Figura 4. Circuito de la UDA del HUPR

Cirugíaprogramada Cirugíaurgente

Consulta preanestesia Preanestesiaurgente


(tríptico informativo) (tríptico informativo)

Intervención quirúrgica
Protocolo analgesia postoperatoria

URP

Hospitalización
UDA

Seguimiento en plantahospitalaria Seguimiento en planta hospitalaria


por enfermera deUDA por anestesiólogo deguardia
(8 h -15h) (15 h -8 h) y festivos

Dolorcontrolado Dolor nocontrolado

Consulta clínica deldolor


(anestesiólogo)

Alta UDA
Recomendación tratamiento oral

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• Recogida de Datos
El mismo anestesiólogo se encarga de cumplimentar la hoja de recogida de datos de la
UDA: datos de filiación (NUHSA, nº Historia clínica hospitalaria, nombre, apellidos, edad,
sexo,), fecha de ingreso en UDA, número de habitación de ingreso, diagnóstico, tipo de
intervención, tipo de anestesia (general, regional, local y sedación), si la intervención
quirúrgica es o no programada, la fecha de la intervención quirúrgica, la especialidad
quirúrgica que realiza la intervención, antecedentes personales y si el paciente tiene o no
alergias medicamentosas y a qué fármaco, si el paciente presentaba dolor previo a la
intervención quirúrgica y su causa, el protocolo analgésico administrado (previamente
codificado), si se administra otro fármaco suplementario al protocolo e indicación del
mismo y registra el riesgo ASA del paciente.
La hoja iniciada por el anestesiólogo se verifica y se termina de cumplimentar al día
siguiente en la visita postquirúrgica.
En ella, se anotan los datos recogidos en las incidencias de Enfermería y la evolución del
paciente. Se registran: la fecha de la evolución, la intensidad del dolor en reposo ydinámico.
Los sistemas utilizados son: la escala visual analógica (EVA), la escala verbal numérica
(EVN), la escala de Andersen y/o escala de Caras en pediatría; tipo de dolor (nociceptivo,
neuropático o mixto), grado de bloqueo motor (escala de Bromage), aparición de efectos
secundarios (náuseas, vómitos, prurito, retención urinaria, íleo, paresia, depresión respira-
toria, otros efectos secundarios y cuáles), el grado de sedación del paciente, la calidad del
sueño y su duración y si ha requerido rescate de analgésicos (Figuras 5 y 6).

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Figura 5. Recogida de datos de la UDA del HUPR (anverso).

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Figura 6. Recogida de datos de la UDA del HUPR (reverso).

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A partir de la primera visita, a las 24 h tras la intervención aproximadamente, se valoran


algunos de los “Diagnósticos enfermeros relacionados con el proceso quirúrgico” y se
evalúan los resultados NOC (por sus siglas en inglés Classification of nursing outcomes)
conseguidos, al haber continuado con el tratamiento según protocolos de la UDA (Tabla 1).

Tabla 1. Diagnósticos/NOC.

• Dolor Agudo (00132) / Control del Dolor (1605)

• Intolerancia a la Actividad (00092) / Movilidad (0208)

• Deterioro del Patrón del Sueño (00095) / Descanso (0003)

Para obtener un control satisfactorio del dolor postoperatorio se debe tener presente:

La intensidad del dolor postoperatorio en reposo y movimiento.


Iniciar el tratamiento del dolor valorando la intensidad del dolor según las diferentes
escalas de valoración adecuadas a cada paciente (escala visual analógica, test de
Andersen, escala verbal numérica, escala facial, etc.).
Los tratamientos se adecuarán a las características del dolor, diferenciando el tipo
de dolor nociceptivo, neuropático o mixto.
Es fundamental iniciar el tratamiento analgésico precozmente y reevaluar el alivio del
dolor después de administrar la analgesia pautada.
Registrar de forma protocolizada y regular el alivio del dolor y los posibles efectos
indeseables.

Esta información permitirá al equipo sanitario, conociendo la intensidad del dolor, pro-
porcionarle el mejor tratamiento posible y prevenir los posibles efectos secundarios.

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MÓDULO 6
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• Seguimiento de los pacientes


En los “European Minimum Standards for the Management of Postoperative Pain” se
recomiendan tres niveles de auditorías:
Nivel 1. Se analiza la efectividad de los tratamientos y la satisfacción de los pacientes.
Con relación a la efectividad se analizan los valores de EVA y el porcentaje de
pacientes con una intensidad de dolor por debajo de un valor determinado (<3
en reposo).
Nivel 2. Se realiza en unidades o servicios que hayan implementado los estándares
mínimos. Además de registrar los datos del nivel 1, se analizan los aspectos de
información al paciente, educación del personal sanitario, evaluación sistemáti-
ca del dolor e incidencia de efectos secundarios. Este nivel se aplica tanto a los
pacientes ingresados como a los pacientes de cirugía ambulatoria.
Nivel 3. Se aplica junto a los niveles 1 y 2 cuando se han alcanzado de forma adecuada
los estándares definidos. Está dirigido al análisis específico de problemas, como
pueden ser la aparición de efectos secundarios derivados de una técnica anal-
gésica determinada.
Al día siguiente y durante aproximadamente 2 4 / 4 8 / 7 2 h, se visita al paciente y se va-
lora si hay alguna alteración o insuficiencia en la analgesia. Hemos establecido como el
valor de 3 o superior en la EVA o en la EVN, como el máximo valor permitido en reposo.
Si esto ocurriera, la enfermera consulta con el anestesiólogo responsable quién valora
si procede modificar la dosis de medicación, la vía de administración y/o el tratamiento
analgésico o cambiar el protocolo analgésico.
Al terminar el seguimiento por parte de la UDA, se evalúa el grado de satisfacción del
paciente y la efectividad del tratamiento. Se ha visto que no hay correlación entre la sa-
tisfacción y la eficacia en el tratamiento del dolor, debido, en gran medida, a las expecta-
tivas previas de los pacientes sobre el dolor postoperatorio18.

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MÓDULO 6
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• Base de datos y resultados


Los datos que diariamente se generan proporcionan una valiosa información y facilita la
gestión de los datos obtenidos para desarrollo de planes de mejora continua y optimiza-
ción de los recursos disponibles. La informatización de la base de datos de la UDA se ha
mostrado eficaz e imprescindible, para una rápida evaluación de los resultados obteni-
dos y para la implantación de mejoras en el tratamiento analgésico postoperatorio19.
El adecuado tratamiento de los pacientes y su evolución son factores esenciales para
conseguir el objetivo de la UDA: el control efectivo del dolor del paciente, con mínimos
efectos secundarios, la consecución del confort del paciente, su satisfacción, a la vez
que se reduce el gasto y se optimiza el trabajo de los diferentes estamentos clínicos19.
Para que el trabajo administrativo de la Unidad Dolor Agudo (UDA) del Hospital Universi-
tario Puerto Real (HUPR) se lleve a cabo, deben de existir documentos, Hojas de Reco-
gidas de Datos, con la información específica de la UDA para que sea introducida en la
base de datos creada en nuestra Unidad y guardada para su posterior análisis19.
En estas hojas de registros de la Unidad Dolor Agudo Postoperatorio, se contempla toda la
información obtenida del propio paciente, de la historia clínica y de la visita diaria postqui-
rúrgica y que facilita el seguimiento de los mismos y la evaluación de los resultados. Así se
valora la calidad y eficacia de los tratamientos analgésicos programados y protocolizados,
los datos de la evolución y los resultados del paciente postquirúrgico (Figura 5 y6)19.
Todo ello, resulta complejo si no se dispone de una base de datos donde poder recoger los
resultados que faciliten el seguimiento de los pacientes y la evaluación de resultados19.
Para ello, se ha creado una base de datos en un entorno APEX de Oracle: «Aplicación de
la Unidad del dolor», que incluye todos los datos básicos y necesarios para gestionar el
ingreso y evolución del paciente19.
Es una aplicación segura y accesible. La base de datos se encuentra en la Intranet del
hospital, y se accede a la misma a través de una clave personal. Al encontrarse en la In-
tranet, se evita la pérdida de los datos recogidos y, se puede acceder a la misma desde
cualquier lugar del hospital que disponga de una terminal de ordenador19.

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EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
Neira F, Ortega M. L.

La base de datos tiene una serie de características19:


- de fácil acceso (se puede acceder desde cualquier terminal del hospital),
- segura (requiere una clave personal para poder acceder a la misma),
- dispone de diferentes niveles (administrador, usuario, visualización de datos),
- flexible (se pueden introducir mejoras o ampliarla en caso necesario),
- fiable (existen copia de seguridad por parte del servicio de Informática, que evita la
pérdida accidental de datos),
- dispone de estadísticas y gráficos que permiten analizar y visualizar gráficamente los
resultados.
Para realizar el control de la eficacia de los tratamientos y la aparición de incidentes y efec-
tos secundarios, es imprescindible el seguimiento continuado de los pacientes en trata-
miento del dolor por la UDA. La herramienta fundamental es la hoja de recogida de datos
que debe reunir criterios de rigurosidad, claridad y facilidad en sucumplimentación19.
En este formulario, el anestesiólogo valora la evolución. Y esa evolución es anotada por la
enfermera de la UDA, que posteriormente, es revisado y firmado por el anestesiólogo.
Después de ser firmado, lo pasan a la secretaria de la UDA para ser mecanizados, siempre
que no se disponga de Wifi hospitalario que permita el registro directo en la base de datos.
Los datos que diariamente se generan, proporcionan una valiosa información. La infor-
matización de estos datos nos permite el acceso rápido y fiable a resultados numéricos
que permitan llegar a conclusiones. En base a ello, podemos adoptar medidas de mejora
continua, modificando las pautas y protocolos analgésicos que así lo precisen19.
Se ha presentado la base de datos a los diferentes hospitales que disponen de UDA para
que se puedan beneficiar de la misma mediante la implantación en los diferentes centros.

La base de datos tiene como objetivos:


Mecanizar los ingresos y gestionar toda evolución del dolor del paciente.
Poder establecer una estadística en base a los criterios que se desee.
Procurar una búsqueda rápida y exacta en cualquiera de sus datos.

La aplicación informática permite una exacta, veraz y útil mecanización del proceso de
los pacientes durante su ingreso y estancia en el hospital por el servicio de Anestesia.
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EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
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La calidad y el Dolor Agudo


Postoperatorio (DAP)
INDICADORES DECALIDAD
• Definiciones
Un indicador es aquella herramienta cuantitativa que proporciona una información
sobre el estado de un proceso o resultado. Los indicadores son parámetros que
permiten hacer un seguimiento de un determinado aspecto de la calidad.

Se deben marcar unos objetivos a cumplir, establecer una medida para conocer si
alcanzamos dichos objetivos, que no es otra cosa que un indicador y monitorizar periódi-
camente el logro o no de dichos objetivos. Para ello, se determina un rango dentro del
cual el nivel de calidad es el aceptable, constituye el estándar de calidad. Esta metodolo-
gía permite adoptar medidas correctoras para una mejora continua de la calidad20.

Los indicadores de mejoras continuas se deben diseñar a partir de los objetivos


propuestos. Los indicadores son uno de los componentes necesarios para la intro-
ducción de un programa de calidad.
Un indicador es una medida cuantitativa de la presencia o ausencia del criterio, se
expresa en forma de porcentaje (número de pacientes a los que les acontece un
suceso/número de pacientes a los que les puede suceder).
Un criterio es la condición que debe cumplir un proceso para ser considerado de calidad20.
Los indicadores se diseñan a partir de unos objetivos propuestos. Estos objetivos
deben ser aceptados por los profesionales y basados en evidencias científicas, deben
ser realistas y fáciles de formular. Los indicadores seleccionados deber mostrar la reali-
dad asistencial y el impacto delprograma.
Un estándar se define como el grado de cumplimiento exigible a un criterio de calidad. Los
estándares que se pretende conseguir deben ser pactados en base a la situación de par-
tida y a la evolución de la asistencia. El estándar es un rango en el que es aceptable el nivel
de calidad de un proceso. Cuando el valor del indicador está dentro del rango, estamos
cumpliendo nuestros objetivos, si está por debajo del rango, se deben adoptar medidas
correctoras, por no estar cumpliendo nuestro compromiso de calidad. Si por el contrario,
el indicador está por encima del rango, debemos redefinirel criterio20.
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• Criterios de los indicadores


Los indicadores y estándares pueden facilitar la implantación de un plan de calidad, pero
deben ser revisados de forma continua para asegurar que cumplen los fines para los
que fueron diseñados.
Los indicadores que se pueden diseñar son múltiples, en función de lo que queramos
monitorizar. Así, podemos disponer de indicadores de: actividad, efectividad y eficacia,
seguridad, satisfacción, confort e impacto.
Entre los indicadores básicos podemos utilizar las escalas de tratamiento del dolor, con-
firmar la existencia de protocolos analgésicos implementados por la UDA, confirmar que
los pacientes con dolor intenso son tratados por la UDA, constatar la eficacia y seguri-
dad de los tratamientos analgésicos, evaluar la satisfacción de los usuarios, etc.
Los indicadores deben cumplir una serie de criterios para ser consideradosadecuados20:
medir aspectos relevantes del proceso (evaluación, documentación, selección del
tratamiento y respuesta),
identificar las oportunidades de mejora,
facilitar la explicación de las causas de los resultados obtenidos,
centrarse en los procesos que se encuentran bajo el control de la organización,
estar bien definidos, ser comprensibles, fáciles de interpretar,

ser precisos yútiles20.

Los indicadores alcanzan su verdadera magnitud en la gestión, cuando se analizan sus


resultados a través de variables de tiempo, persona ylugar, se miden las tenden- cias
en el transcurso del tiempo yse combinan con otros indicadores apropiados.

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Los indicadores se pueden expresar en forma de proporción, ratio o variable continua. En


la proporción se determina el número de pacientes de la categoría de interés dividido por
el número total de pacientes del grupo.
La ratio se utiliza cuando las fuentes de datos son distintas para el numerador y el deno-
minador (ej. Número de complicaciones respecto al número de días de estancia).
La variable continua es una medida directa y única del aspecto a evaluar, es un número
absoluto20.
Entre las ventajas de los indicadores están:

son una medida directa de lo realizado,


permiten una evaluación con una periodicidad relativamente corta,
se pueden utilizar en muestras pequeñas,
se pueden obtener con facilidad,
son fácilmente influenciables por acciones clínicas apropiadas,
son fácilmente interpretados por clínicos.

Entre las desventajas encontramos que tienen escaso significado si no se asocian a un


resultado, si se trata de un ratio, puede suceder que el objetivo se desconozca y que
sean demasiado específicos20.
• Criterios de los indicadores
Indicadores de actividad o casuística.
Podemos medir el número de pacientes atendidos en determinados periodos de tiem-
po; el número de pacientes atendidos por la UDA en relación al número de pacientes
intervenidos; la media de pacientes evaluados diariamente por la UDA; el tiempo medio
de duración de los tratamientos; la distribución porcentual de los principales
tratamientos; la distribución de pacientes por especialidades y servicios; la utilización
de medidas de evaluación del dolor; el número de pacientes que reciben la medica- ción
prescrita del total de pacientes controlados por el programa de dolor agudo, etc.

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Indicadores de efectividad y eficacia.


Se puede determinar el porcentaje de pacientes con dolor controlado en intervalos
determinados de tiempo; el tiempo medio de tratamiento necesario para conseguir el
alivio del dolor; el porcentaje de pacientes con medición y registro de dolor mediante
una escala analgésica determinada; el porcentaje de pacientes en los que se ha apli-
cado correctamente el protocolo analgésico; el porcentaje de pacientes que precisa-
ron modificación de las pautas analgésicas del total de pacientes registrados, etc20.
Indicadores de seguridad.
La seguridad es una prioridad en el tratamiento asistencial de nuestros pacientes y, por
lo tanto, debemos diseñar indicadores que nos aseguren su cumplimiento. Se puede
medir el porcentaje de pacientes que presentan efectos secundarios debidos a la
medicación; el porcentaje de eventos adversos graves por tipo de analgesia recibida; el
porcentaje de náuseas y vómitos postoperatorios del total de pacientes registrados; el
porcentaje de efectos adversos potencialmente graves: lesión neurológica permanente,
hematoma epidural, absceso epidural y depresión respiratoria, entreotros20.
Indicadores de satisfacción y confort.
Un aspecto muy valorado por nuestros gestores es la satisfacción de los usuarios.
Además, nuestros pacientes valoran cada día más, no solo la eficacia del control del
dolor sino el nivel de confort alcanzado. Para ello, podemos determinar el porcentaje
de pacientes satisfechos con el tratamiento; el porcentaje de pacientes satisfechos
con la información recibida; el porcentaje de pacientes satisfechos con el trato reci-
bido y el porcentaje de pacientes globalmente satisfechos; el porcentaje de pacientes
que mantienen la calidad del sueño nocturno20.
Indicadores de impacto del tratamiento del dolor agudo postoperatorio en los
resultados.
El impacto del tratamiento del dolor postoperatorio tiene gran relevancia en el proce-
so asistencial del paciente. Para su valoración y evaluación podemos medir la preva-
lencia de dolor agudo postoperatorio en el área quirúrgica pre y post implantación de
protocolos; la evolución de la estancia media perioperatoria y la estimación del
impacto en la utilización de recursos sanitarios y costes; porcentaje de prevalencia de
dolor crónico postoperatorio20.
M. Galindo y cols proponen una serie de indicadores de evaluación del dolor postope-
ratorio (Tabla 2)21.
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Tabla 2. Indicadores de evaluación de dolor postoperatorio y sus estándares (Guía de mejora del control del
dolor postquirúrgico en atención especializada, Servicio Cántabro de Salud)(402).

Indicador de satisfacción
Satisfacción del paciente con la forma en que se trató su dolor:
porcentaje de pacientes encuestados que manifiestan estar satisfechos o muy satisfechos (≥ 7
en la escala) (estándar, ≥ 95%)
Indicador de efectividad
Porcentaje de pacientes que abandonan la URPA con EVN ≤ 3 (estándar, 100%)
Porcentaje de pacientes en planta con EVN ≤ 3 en reposo (estándar, ≥ 90%)
Porcentaje de pacientes en planta con EVN ≤ 5 en movimiento (estándar, ≥ 80%)
Porcentaje de pacientes que precisan modificaciones del protocolo analgésico pautado en
URPA (estándar, ≤ 10%)
Indicador de confort
Porcentaje de pacientes tratados con opiáceos y libres de efectos adversos leves (náuseas y
vómitos, prurito o retención urinaria) (estándar, ≥ 75%)
Indicador de seguridad
Porcentaje de pacientes tratados con opiáceos y libres de efectos adversos graves (sedación,
depresión respiratoria) (estándar, ≥ 99%)
Indicador de calidad percibida
Porcentaje de pacientes que consideran ≤ 15 min el tiempo desde que solicitaron analgesia has-
ta que se les administró (estándar, ≥ 95%)
Indicador de adecuación
Porcentaje de pacientes con analgesia con pauta horaria
Porcentaje de pacientes en tratamiento con opiáceos con profilaxis antiemética pautada
Porcentaje de pautas analgésicas con medicación de rescate pautada
Porcentaje de pacientes con evaluación de dolor por turno de Enfermería en reposo y movimien-
to (mínimo primeras 48 h) (estándar, 100%)

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• Indicadores en la UDA del H. U. Puerto Real


Los indicadores adoptados en la UDA de nuestro hospital son:

Indicador de satisfacción: satisfacción del paciente con el tratamiento del dolor


postoperatorio: porcentaje de pacientes encuestados que manifiestan estar muy
satisfechos (> 8 en la escala de 0 a 10) >95%.
Indicador de efectividad: porcentaje de pacientes en planta, del total de pacientes
encuestados, con EVN <3 en reposo >90%.
Indicador de confort: porcentaje de pacientes sin vómitos, relacionados con el
tratamiento con opiáceos, del total de los pacientes encuestados >95%.
Indicador de seguridad: porcentaje de pacientes del total de los encuestados con
depresión respiratoria que requiere medidas de soporte ventilatorio en relación al
tratamiento postoperatorio con opiáceos <1%.

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EL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
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