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Kevin García

Crisis de Estado: Rafael Correa y Guillermo Lasso

Los países de America Latina, han mantenido y mantienen aun va crisis, las cuales

son producidas por un número significativo de elementos sociales, políticos y

económicos. Ecuador es uno de estos países, nos introduciremos a partir del año 2007 con

la victoria de Rafael Correa hasta la actualidad con Guillermo Lasso. Y veremos, como

estos procesos de crisis tienen rasgos semejantes en ambos casos, incluso, como estos dos

personajes actúan de manera semejante en esto. Ambos serán analizados a partir de los

partidos políticos que pertenecen, el tipo de democracia y el sistema político que logaron

consolidar. Todo esto, en base a las crisis producidas con anterioridad a su gobierno o las

generados por ellos, especialmente, de Rafael Correa.

De tal manera, usaremos estos conceptos fundamentales para poder desarrollar

con mayor profundidad este análisis: Dominación – Partido Político – Crisis –

Democracia Delegativa – Populismo.

Con la entrada del correísmo al poder, ha surgido un ciclo de dominación de un

solo partido. Y, “el ciclo de dominación de un solo partido surge, por lo común, más en

periodos de crisis que de estabilidad”. (Pempel, 1990). Esto es lo que ha ocurrido con el

correísmo, recordemos que antes de su entrada existió una crisis en el Estado ecuatoriano,

dando como resultado siete presidentes desde el año de 1997. Ahora, no conviene

analizar en profundidad las razones del surgimiento de aquella crisis, sino más bien

enfocarnos en este surgimiento de dominación de un solo partido. Lo interesante aquí es

que en su periodo hubo los tres subtipos de dominación: sistemas de partido único,

sistemas de partido hegemónico y sistemas de partido predominante. (González, 2009).


El primer subtipo se demuestra con la Asamblea constituyente de 2007, donde

sólo el correísmo podía gobernar, estableciendo una propia versión de una economía

política, que mantenía aun formas de patronazgo y clientelismo. El surgimiento de los

otros dos subtipos se debe a la pérdida de poder del correísmo. El segundo subtipo acepta

la existencia de más partidos, sin embargo, no se permite que estos compitan por el poder.

Y el tercero permite que los demás partidos compitan por el poder. Pero ¿por qué el

correísmo pierde poder? González nos menciona que esto se debe a una división del

partido dominante, el surgimiento de una oposición capaz de hacerse de credibilidad

como alternativa de gobierno; y, por último, los factores económicos. Y en el correísmo

estos tres elementos suceden, emergiendo de manera complementaria, empezando con los

factores económicos y el surgimiento de una oposición. Finalizando con la expulsión del

grupo político predominante en ese entonces. (Mandato de Lenin Moreno)

Ahora, con un nuevo partido político al poder (CREO), vemos que el ciclo de

dominación se repite con un subtipo especifico, debido a que este nace de la crisis

generada por el anterior partido y de la ruptura de alianza con el partido Social Cristiano

al inicio de gobierno. Este partido toma, desde el principio, el subtipo de dominación de

partido predominante. Esta razón se debe a que tuvo que emerger una fuerte oposición

con la unión de dos partidos y no sólo uno, lo que le imposibilito mantener un elemento

de partido hegemónico. Por aquella razón, tiene la obligación de trabajar con los demás

partidos, para que pueda cumplir con sus funciones e implementar políticas públicas.

Además, se estructuró una nueva democracia. Esta democracia llega a tener el

nombre de democracia delegativa por no ser considerada una democracia representativa.

(O’Donnell, 1994). Esta llega a surgir de la misma manera que surgió el ciclo de

dominación de un partido, es decir, a través de una crisis social y económica. Pero esto

no quiere decir que la democracia delegativa es el fin del camino democrático, sino, mas
bien, estas sirven para dar apertura a un segundo régimen democrático ya

institucionalizado y consolidado. Sin embargo, el problema es que el Estado ecuatoriano

no ha alcanzado a un progreso institucional ni a una considerable eficacia

gubernamental para subsanar la crisis.

O´Donnell nos dice que, estas democracias se basan en el hecho de quien gane

una elección presidencial tendrá el derecho a gobernar como él (o ella) considere

apropiado, donde es condicionado por las relaciones de poder existentes y por un limite

de tiempo. (O’Donnell, 1994). Esto quiere decir que el presidente puede generar

políticas que no necesitan tener semejanza con su proyecto político de campaña, pero ¿a

qué se debe esto? Esto se debe a que al presidente se le considera la encarnación de los

intereses del país, por ende, las acciones que tome el presidente son el reflejo de los

intereses de los ciudadanos. Aquello quiere decir que, otras instituciones son estorbos

en las decisiones del presidente, debido a que sólo el presidente representa los intereses

de todos. Incluso, bajo el mismo principio, las acciones tomadas durante aquel periodo

establecido no tendrían motivo de ser justificadas.

La democracia delegativa no es ajena a la tradición democrática, lo que hace es

ser menos liberal que la democracia representativa. (O’Donnell, 1994). Frecuentemente,

las democracias delegativas utilizan recursos como la segunda vuelta electoral si en la

primera no se produce una clara mayoría. Esto se debe a que, la mayoría debe crearse

para respaldar una victoria legitima. También, los partidos, la asamblea, y la prensa

usualmente son libres de expresar sus críticas. No obstante, esta semejanza con la

tradición democrática dificulta la distinción de una democracia representativa de una

delegativa, por lo tanto, la rendición de cuentas se utiliza como factor esencial de

distinción.
Entonces, dentro del periodo de Rafael Correa se llego a manejar, a ciertos rasgos, una

democracia delegativa. En el Cuadro 1 vemos cómo Rafael Correa aprovecha la

oportunidad que genera la crisis y se lo asocia como el “salvador” de la patria, donde

sus decisiones representan los intereses del pueblo. Dándole la oportunidad de ver a las

demás instituciones del Estado como obstáculos para el desarrollo del país. Además,

siendo conocido por rendir cuentas de una manera distinta a la habitual (Sabatinas). Sin

embargo, el largo periodo de mandato deterioraba a la democracia delegativa, a través

de censuras o limitaciones a la prensa, asamblea y demás instituciones, tomando rasgos

de un Estado totalitario en crisis. De esta manera, surge una nueva crisis en el país y un

partido político oponente como gran contendiente llamado “CREO”. De ahí surge un

nuevo “Salvador” llamado Guillermo Lasso que retoma las vías de una democracia

delegativa con miras a ser representativa, pero que aun tiene graves problemas de

consolidación institucional que limita a la democracia actual.

Fuente: Perfiles de Opinión

El problema que asemeja a Guillermo Lasso y Rafael Correa es la profundidad de la

crisis, porque eso hace que haya una menor confianza en el gobierno para resolver la

crisis. Es decir, la idea de “salvador” va perdiendo el sentido en la población

ecuatoriana a medida que perdura la crisis. Podemos ver que todos actúan de las

siguientes maneras: 1) de una manera muy desagregada, especialmente en relación con

los organismos estatales que podrían contribuir a aliviar las consecuencias de la crisis en
un grupo o sector determinado (lo que debilita y corrompe aún más al aparato estatal);

2) con horizontes de tiempo extremadamente breves; y 3) bajo el supuesto de que todos

los demás harán lo mismo. (O’Donnell, 1994). Lo cual intensifica el problema de la

institucionalización que tiene el Estado y la crisis actual, situación que le paso a Rafael

Correa y le esta pasando a Guillermo Lasso.

Conforme sigue avanzado esta crisis, aumenta la desconfianza de la gente sobre la

política, los políticos, y el gobierno se convierte en la herramienta dominante. Pero eso

no quiere decir que ya no busque el respaldo popular, sino que implementan políticas

sociales que demuestran que, aunque no resuelvan la crisis, están trabajando en bien del

pueblo. Por ejemplo, tenemos a Guillermo Lasso con la crisis carcelaria y de

inseguridad que, aunque ve imposible que se la pueda resolver fácilmente, implementa

una serie de políticas económicas que asimilan una responsabilidad por parte del

gobierno con los ciudadanos.

El sistema político ha sido uno de los factores más importantes en este ciclo continuo de

crisis. Este funciona a través del patronazgo y el clientelismo, donde las instituciones

del Estado dependen de estos. Estas redes que se construyen entre el “soberano” o

“futuro soberano” con las organizaciones comunales urbanas o periféricas

(principalmente periféricas), no son del todo formales, es decir, no siguen un conjunto

de normas establecidas, sino que funcionan a través de la improvisación del partido

político o del “soberano”. Esto genera consecuencias dentro del partido político, pero

mucho más en el sistema político. Por ejemplo, las estructuras informales suelen basarse

sobre relaciones particularistas, resulta factible suponer que debilitan la representación

democrática. (Freidenberg, 2007) Esto impide que se desarrolle, construya o mantenga

un correcto sistema político, por lo tanto, ocasiona que este sistema entre en crisis

frecuentemente.
En conclusión, en el Ecuador existe un ciclo de dominación de un solo partido, y desde

el año 2007 hemos experimentado los tres subtipos de dominación. Ambos partidos han

surgido de crisis, con la esperanza de que su “salvador” pueda resolver la crisis del país

y progresar a una institucionalización del Estado. Sin embargo, en ambos casos no ha

llegado a ser resuelta la crisis, y mas bien han aprovechado de esta para dictar acciones

por el bien común de la población. Por ejemplo, el caso del subsidio en Guillermo Lasso

y el caso de la asamblea constitucional en Rafael Correa. Además, como ambos han

surgido de una crisis, han creado una democracia delegativa dentro del país, la cual

tiene como función el ser una transición a la democracia representativa, no obstante,

tampoco en ninguno de los dos casos ha surgido esta transición. Y siguiendo los mismos

pasos del ciclo de dominación de un solo partido, han obstaculizado varias vías de

rendición de cuentas, por el mero hecho de ser los únicos responsables en justificar sus

decisiones. Por último, ambos han mantenido el sistema político populista que les ha

servido de herramienta de poder en periodos de elecciones y de respaldo popular en las

decisiones; ocasionando un sistema político débil que tiende a ser propenso a crisis. De

esta forma, generado un ciclo de crisis que no tiene solución y que sirve como una vía

para alcanzar el poder.

Referencias:

Pempel, T. J. (ed.), Uncommon Democracies: The One-Party Dominant Regimes,

Ithaca, Cornell University Press, 1990.

González, F. E. (2009). El ciclo de dominación de un solo partido: México, India y

Japón en perspectiva comparada. Foro Internacional, 49, (47-68).

O’Donnell, (1994). Democracia Delegativa. Journal of Democracy, 5, (55-69).


Freidenverg, Flavia, y Levitsky, Steven. (2007). Organización Informal de los Partidos

en América Latina. Desarrollo Económico, 46, (539-568).

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