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La dieta estilo mediterráneo tiene menos carnes y carbohidratos que una dieta
estadounidense típica. También tiene más alimentos a base de vegetales y grasa
monoinsaturada (buena). Las personas que viven en Italia, España y otros países en la
región mediterránea han comido de esta manera durante siglos. La dieta mediterránea es un
patrón alimentario que se complementa con la práctica de ejercicio físico y el clima de los
países colindantes con el mar Mediterráneo, y que tiene múltiples beneficios para la salud.
En términos de alimentación, la dieta mediterránea se basa en los ingredientes propios de la
agricultura local de los países con clima mediterráneo, fundamentalmente España e Italia.
Se resume en reducir el consumo de carnes e hidratos de carbono en beneficio de más
alimentos vegetales y grasas monoinsaturadas. Seguir la dieta mediterránea puede llevar a
niveles de azúcar en sangre más estables, colesterol y triglicéridos más bajos y a un riesgo
menor de desarrollar enfermedades cardíacas y otros problemas de salud. (1)
3.1.1. Origen.
El concepto de DMed se popularizó a mediados del siglo pasado como consecuencia del
“Estudio de los Siete Países”, liderado por Ancel Keys entre 1958 y 1964, que comparó los
hábitos dietéticos de diferentes cohortes de Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU.),
Japón, Finlandia, Holanda, la antigua Yugoslavia, Italia y Grecia.
Esta definición de DMed no solamente incluye una gran variedad de alimentos, sino que
también recomienda una determinada frecuencia de consumo de éstos, Así, esta dieta
propone un consumo diverso de alimentos, con moderación y acompañados de vino tinto,
En 2010, esta dieta fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. (2)
3.2. Beneficios.
Los beneficios para la salud que supone esta dieta son más significativos cuando se
combinan con el ejercicio físico. Así, contribuye a bajar de peso, controlar la presión
arterial y la hipercolesterolemia, mejora del funcionamiento de diversos órganos, como el
riñón y el corazón, y a atrasar el deterioro cognitivo. La práctica habitual de ejercicio físico
también ofrece protección contra enfermedades crónicas como la diabetes o el Alzheimer.
Es una enfermedad crónica que se produce debido a que el páncreas no fabrica insulina
suficiente, o bien, el organismo no emplea adecuadamente la insulina de la que dispone.
Constituye uno de los principales factores de riesgo para el surgimiento de enfermedades
cardiovasculares (ECV), junto a la obesidad, dislipidemia, hipertensión arterial y
tabaquismo(5).
Las conclusiones obtenidas en esos análisis, mostraron que una mayor adhesión a la Dieta
Mediterránea implicaba una reducción notable en el riesgo de Diabetes, así como de la
existencia de una relación inversa entre dicha dieta, y el síndrome metabólico. A su vez,
compararon diferentes tipos de dietas con la Mediterránea, resaltando ésta última en un
mejor manejo y control glucémico, incluyendo además beneficios en la prevención de
enfermedades cardiometabólicas, como consecuencia de su elevado contenido en alimentos
de origen vegetal, caracterizados por su riqueza en compuestos bioactivos, capaces de
intervenir en determinadas rutas metabólicas (6,7,8).
3.2.3 Prevención y tratamiento de la obesidad/sobrepeso:
El Cáncer de colon es el que mayor incidencia tiene en nuestro país, y el segundo a nivel de
la Unión Europea (UE). Es un tipo de cáncer que no tiene por qué tener una mortalidad
elevada, si las labores de detección precoz y de prevención se llevan a cabo. La evolución
del cáncer de colon es un proceso que pasa por varias etapas, según los estudios realizados,
se estima que en el 80% de los casos diagnosticados, la causalidad de los mismos se
encontraría estrechamente relacionada con la adopción de hábitos alimenticios poco
saludables como el elevado consumo de alcohol, calorías, lípidos y carnes rojas, entre otros
(11). Varias investigaciones han analizado el impacto que tiene el seguimiento de una Dieta
Mediterránea y la prevención de este tipo de cáncer. Uno de ellas, estableció que ciertos
componentes presentes en el aceite de oliva virgen extra, guardan importantes beneficios
sobre los parámetros metabólicos que contribuyen al desarrollo del cáncer de colon. El
estudio analizó diversos extractos de aceite de oliva y su posible efecto sobre la inhibición
de la proliferación celular. Descubrieron que los compuestos fenólicos que forman dicho
aceite, intervienen limitando los mecanismos de expresión del receptor ERb, clave para la
formación de este tipo de cáncer (12). Por tanto, de los análisis de diversos estudios, la
evidencia subraya el gran efecto protector que tiene la adopción de una Dieta Mediterránea,
frente a la incidencia de este tipo de cáncer, por la contribución a niveles más bajos de
compuestos que favorecen la carcinogénesis.
3.2.6 Cancer de próstata.
3.2.7 Depresión:
La demencia es una patología crónica que implica una disfunción progresiva de la función
cognitiva. Suele darse en individuos con una edad avanzada, con mayor incidencia en
aquellos casos de envejecimiento disfuncional (16). Los resultados reflejan una asociación
entre la mayor adhesión a la Dieta Mediterránea y una reducción del deterioro cognitivo.
Esto se debe a la presencia de alimentos dentro de la dieta, que ya por separado han sido
analizados. La evidencia científica refleja una asociación entre el consumo de pescados y
mariscos, y un menor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia. Otros estudios han
reflejado el efecto beneficioso del consumo moderado de alcohol y un menor riesgo de
demencia y de Alzheimer, de la misma manera, que éste aporta cierta protección en el
deterioro cognitivo, demencia vascular y predemencia. La ingestión habitual de grasas de
pescado, aceite de oliva, frutas, verduras y la limitación en la ingesta de azúcares añadidos,
unida al consumo controlado de vino, proporciona un menor riesgo de evolución de
predemencia a demencia, en relación a un deterioro cognitivo más lento; un menor riesgo
general de demencia, y una reducción de las causas de defunción en pacientes con
Alzheimer (17,18). La evidencia científica refiere que el seguimiento de una dieta de tipo
mediterráneo, por su elevado contenido en antioxidantes (vitaminas E,C, carotenoides y
polifenoles), proporciona un efecto neuroprotector y un enlentecimiento del daño cognitivo.
3.2.9 Prevención y tratamiento enfermedades pulmonares:
3.3
3.4
3.5 Recomendaciones.
1) Elección del aceite de oliva como principal grasa de adición: Es el aceite más usado en la
Dieta Mediterránea, contiene una elevada cantidad de beta carotenos, vitamina E y ácidos
grasos monoinsaturados (20).
3) Ingestión de cereales y productos derivados de los mismos, todos los días, en al menos
una de las comidas principales del día: Son alimentos que destacan por su elevado
contenido en carbohidratos, moléculas claves para el desarrollo de las actividades físicas y
mentales durante el día. Por ello, se recomienda introducirlos en al menos una de las
comidas más importantes del día, donde el requerimiento de nutrientes es mayor.
8) Llevar a cabo un consumo habitual de fruta fresca y una ingesta muy ocasional de dulces
y pasteles.
9) El Agua como bebida principal y la toma de vino con moderación, principalmente con
las comidas.
Entre los ingredientes recomendados están las verduras y legumbres, la fruta, el pescado,
las carnes blancas, la pasta, el arroz y los frutos secos, además del consumo de vino con
moderación. Otro de los productos más recomendados es el aceite de oliva, que gracias al
ácido oleico y a sus grasas de origen vegetal disminuye el riesgo de padecer obstrucciones
en las arterias, y tiene un alto contenido en carotenos y vitamina E. La dieta mediterránea
promueve el consumo de aceite de oliva frente a otros tipos de aceite y especialmente frente
a la mantequilla. En este patrón alimentario escasean productos como las carnes rojas, los
dulces y los huevos.
La dieta mediterránea también tiene en cuenta las recetas típicas de estos lugares,
elaboradas con productos de temporada, así como las formas de cocinar tradicionales y
otros factores culturales como el hábito de las comidas compartidas en familia o con
amigos, las tradiciones y las celebraciones
Carnes rojas
Dulces y otros postres
Huevos algunos
Mantequilla
Posibles preocupaciones de salud
3.4. Precauciones
A pesar de sus ventajas, seguir la dieta mediterránea de forma estricta puede hacer que los
niveles de hierro y de calcio sean reducidos por consumir menos productos cárnicos y
lácteos. Por ello, se puede consultar al médico si hay que tomar algún suplemento o
producto concreto rico en estos minerales. En cuanto al vino, se aconseja que se tome
durante las comidas y siempre con moderación, pero no es imprescindible, por lo que se
puede suprimir si su ingesta supone algún riesgo para la salud. (20)
3.5. Componentes bioactivos y mecanismos de acción de la dieta mediterránea.
Reconocidos como responsables de los efectos beneficioso de esta dieta son los
antioxidantes, la fibra y los fitoesteroles, provenientes de productos vegetales, verduras,
frutas, legumbres, aceite de oliva virgen y vino; los ácidos grasos monoinsaturados
presentes en el aceite de oliva; los ácidos grasos omega-3 provenientes de productos
marinos y de frutos secos; y los probióticos derivados de alimentos fermentados como
queso y yogur, entre otros. determina un menor consumo total de sodio. Esto, junto a una
mayor ingesta de potasio y magnesio, proveniente de frutas y verduras, beneficia al sistema
cardiovascular disminuyendo la presión arterial y preservando la función endotelial. La
evidencia muestra que el proceso de cocción libera licopeno y otros compuestos,
aumentando su biodisponibilidad. Igualmente, se ha reportado que el consumo de alimentos
ricos en licopeno reduce el riesgo de cáncer, especialmente cáncer de próstata.(21)
1.
2.
3.
3.1.
3.2.
3.3.
3.4.
3.5.
3.5.1. Antioxidantes
La DMed aporta una elevada cantidad de antioxidantes de origen vegetal, entre ellos,
vitamina ß- C, vitamina E, caroteno, glutatión, licopeno y polifenoles (fenoles ácidos y
flavonoides), que contribuyen a reducir el daño oxidativo a nivel celular y sistémico y, por
ende, a disminuir la incidencia de enfermedades crónicas. (22,23)
3.5.2. Fibra
3.5.3. Fitoesteroles
Los esteroles vegetales son componentes importantes de una dieta basada en vegetales,
siendo particularmente abundante en cereales, frutos secos, legumbres y aceites vegetales.
Los fitoesterole remedan la estructura del colesterol, compitiendo con este lípido por su
incorporación en las micelas de sales biliares, disminuyendo su absorción intestinal y los
niveles séricos de colesterol.
El efecto protector del aceite de oliva virgen, un componente clave de la DMed, sobre la
ECV, algunos tipos de cáncer y enfermedades cognitivas relacionadas con la edad, se
debería a su composición grasa rica en ácidos grasos monoinsaturados, especialmente ácido
oleico (70%), baja en ácidos grasos saturados (5%) y poliinsaturados (10-15%) y alta en
compuestos polifenólicos antioxidantes. El ácido oleico tiene efectos beneficiosos sobre el
perfil de lípidos plasmáticos, disminuyendo el colesterol total, el c-LDL y los triglicéridos e
incrementando el c-HDL. Los compuestos polifenólicos antioxidantes, como el
hidroxitirosol y la oleouropeina, entre otros, protegen de la oxidación a las partículas de
LDL y tienen un efecto antitrombótico, antiinflamatorio, anticancerígeno, vasodilatador e
hipotensor66. Además, el consumo de aceite de oliva virgen aumenta la sensibilidad
periférica a la acción de la insulina y modula la inflamación y el estrés oxidativo.(24)
3.5.6. Probióticos
Así mismo, este modelo de pirámide alimenticia se encuentra adaptado a la situación social
actual, donde se ha demostrado que un estilo de vida saludable no solo depende de una
alimentación equilibrada, sino de una actividad física diaria moderada, un buen descanso y
una buena convivencia con el entorno (30,3).
También delimitando la base de la pirámide. En este nivel se encuentran los alimentos que
se deben de ingerir con mayor frecuencia, se trata de los cereales, el aceite de oliva, las
frutas y las verduras. Su consumo debe de ser diario, y han de estar presentes en cada una
de las comidas principales del día. Los cereales, como es el caso del pan, pasta, arroz y
cuscús, entre otros, son alimentos ricos en carbohidratos, y que por tanto constituyen una de
las fuentes principales de energía para el organismo. Se deben de consumir al menos 1-2
raciones en cada comida principal del día, preferiblemente integrales debido a que
contienen más nutrientes: magnesio, fósforo y fibra. El aceite de oliva, es la principal grasa
de adición dentro de la Dieta Mediterránea. Dentro de sus múltiples propiedades destaca
por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados que le aportan cierta labor
antiinflamatoria, y vasoprotectora. Además, destaca por su aroma y su sabor (30). Las
frutas y las verduras contienen una importante cantidad de vitaminas, minerales, fibra y
agua. Realizan una acción antioxidante y ayudan a la prevención de patologías
cardiovasculares y metabólicas. El consumo recomendado sería de 1-2 raciones de frutas en
cada comida principal, y de 2 o más raciones de verduras, al menos una de ellas cruda
(3,31)
Se encuentran alimentos que se deben de consumir diariamente. Se trata de los frutos secos,
semillas, aceitunas, especias, ajo y cebollas. Su consumo establecido ha de ser de entre 1-2
raciones al día, destacando la utilidad de las hierbas aromáticas como sustitutas de la sal en
la dotación de aromas y de sabor a las comidas. Los frutos secos destacan como fuente
secundaria de ácidos grasos insaturados dentro de la Dieta Mediterránea. Su elevado
contenido en fitoesteroles se relaciona con unos valores de colesterol más bajos (32).
Dentro de este nivel también se encuentran los lácteos. Principalmente se recomienda el
consumo de derivados lácteos como el queso o el yogurt, preferiblemente bajos en grasas.
La ingesta adecuada sería de 2-3 raciones diarias. Constituyen una fuente importante de
calcio, minerales y proteínas. Dentro del consumo de productos lácteos, destacan los
yogures, ya que favorecen al mantenimiento del equilibrio de la flora intestinal(33).
Además, estudios reflejan que realizan una labor preventiva en la aparición de caries dental,
obesidad, bajo desarrollo de la masa ósea y síndrome metabólico. Los requerimientos de
calcio son muy importantes, más aún en edades en las cuáles el desarrollo de la masa ósea
no se ha completado, hecho que finaliza aproximadamente en torno a los 25 años, así como
en ciertas situaciones especiales como es el caso de embarazadas, lactantes o menopausia.