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LIBRO VI

CAP 1

Toda ciencia basada en la razón o que participa en algo del razonamiento versa sobre causas y principios, pero
todas estas ciencias, habiendo circunscrito algún ente y algún género, tratan acerca de él, y no acerca del Ente
en general

La física es especulativa, pero especulativa acerca de un ente tal que sea capaz de moverse, y acerca de la
substancia. La física versa sobre entes separados, pero no inmóviles y algunas ramas de la Matemática, sobre
entes inmóviles, pero sin duda no separables, sino como implicados en la materia.

Ahora bien: todas las causas son necesariamente eternas, y sobre todo éstas; porque éstas son causas de los
entes divinos que nos son manifiestos.

Por consiguiente, habrá tres filosofías especulativas: la Matemática, la Física y la Teología (pues a nadie se le
oculta que, si en algún lugar se halla lo divino, se halla en tal naturaleza, y es preciso que la más valiosa se
ocupe del género más valioso.

CAP 2

Ente» dicho sin más tiene varios sentidos, uno de los cuales es el Ente por accidente, y otro el Ente como
verdadero, y el No‐ente como falso, y, aparte de éstos, tenemos las figuras de la predicación (por ejemplo
«qué», «de qué cualidad», «cuán grande», «dónde», «cuándo», y si alguna otra significa de este modo), y,
todavía, además de todos éstos, el Ente en potencia y el Ente en acto.

En efecto, el Ente tiene varios sentidos, digamos en primer lugar del Ente por accidente que no es posible
ninguna especulación sobre él. Y la prueba es que ninguna ciencia, ni práctica ni factiva ni especulativa, se
ocupa de él. Pues ni el que hace una casa hace los 5 accidentes que acompañan a la construcción de la casa, del
mismo modo, tampoco el geómetra considera los accidentes de las figuras ni si son cosa diferente «triángulo»
y «triángulo conteniendo dos rectos». Y es razonable que así ocurra, pues el accidente es como un simple
nombre.

El accidente, en efecto, parece tener cierta afinidad con el No‐ente. Y es evidente también por razones como la
siguiente: porque de las cosas que son de otro modo hay generación y corrupción, pero, de los entes por
accidente, no.

Pues a lo que ni es siempre ni generalmente, a eso llamamos accidente. Por ejemplo, si en la canícula se
produce mal tiempo y frío, decimos que es accidental, pero no si hace bochorno y calor, porque esto se da
siempre o generalmente, y aquello no. También es accidental que un 35 hombre sea blanco (pues ni lo es
siempre ni generalmente), pero que sea animal no es por accidente. Y que un arquitecto (1027a) produzca la
salud es accidente, porque lo natural no es que haga esto el arquitecto, sino el médico, y es accidental que sea
médico el arquitecto. Y un cocinero, buscando la satisfacción del gusto, puede hacer algo saludable, pero no en
virtud del arte de cocinar. Por eso decimos que esto es accidental, y que a 5 veces lo hace, pero no siempre.
Pues, para los otros entes, hay [a veces] potencias que los producen; en cambio, para éstos no hay ningún arte
ni potencia determinada; pues la causa de lo que es o deviene por accidente es también por accidente.

Queda, pues, dicho qué es el accidente y cuál es su causa, y que no hay ciencia de él.
CAP 3

Y que hay principios y causas generables y corruptibles sin 30 que se generen ni corrompan, es evidente.

Es evidente que, restando incesantemente tiempo a un tiempo finito, se llegará al presente; de suerte que este
hombre morirá [de enfermedad o] violentamente, si sale; y hará esto, si tiene sed; y la tendrá, si sucede otra
cosa; y así se llegará a lo que ahora sucede o a algo de lo ya sucedido. Por ejemplo, saldrá si tiene sed, y la
tendrá si come cosas picantes; pero esto último sucede o no sucede; de suerte que necesariamente morirá o
no morirá.

Y, de modo semejante, si uno se remonta a lo ya sucedido, el razonamiento será el mismo; pues esto –me
refiero a lo ya sucedido‐ está ya presente en algo; por consiguiente, todas las cosas futuras serán por
necesidad; por ejemplo, que muera el que está vivo, pues ya se ha producido algo, por ejemplo los contrarios
dentro de él. Pero, si ha de morir de enfermedad o violentamente, aún no está decidido.

CAP 4

Así, pues, todo lo que conviene considerar acerca del Ente y del No‐ente en este sentido debe ser examinado
posteriormente. 30 Y, puesto que la complexión y la separación se dan en el pensamiento, pero no en las
cosas, y el Ente en este sentido es un Ente diferente de los entes en sentido propio debemos omitir el Ente
como accidente y el Ente como verdadero –pues la causa del primero es indeterminada, y la del segundo,
alguna afección del pensamiento.

Quididad:

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