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Después de 

Isaías Dios llamó a Jeremías que era un joven


sacerdote. Jeremías fue un hombre que vivió incomprendido,
criticado y perseguido por anunciar la Palabra de Dios.
Colaboró en la reforma religiosa llevada a cabo por el rey
Josías en el año 622 a. de C. y la destrucción de Jerusalén con
el destierro a Babilonia en el año 587 a. de C., dos de los
acontecimientos más importantes de la Historia de la Salvación.
Jeremías nos cuenta en el primer capítulo del libro de la Biblia
que lleva su nombre, cómo Dios lo llamó para que anunciara su
mensaje:

La palabra del Señor vino a mí y me dijo: "Puse mis ojos en ti


antes que nacieses. Te elegí antes de que comenzases a
desarrollarte en el seno de tu madre. Te he destinado a ser mi
profeta sobre los pueblos". Entonces dije yo: "Señor, Dios mío,
todavía soy demasiado joven. ¿Cómo voy a predicar? ¡No sé
hablar!" Pero el Señor me respondió: "¡No digas: soy
demasiado joven! Vete a donde Yo te envíe, y predica lo que
Yo te mande. ¡No temas! No podrán hacerte nada. Yo el Señor
estaré contigo y te salvaré. Pongo mis palabras en tu boca.
Diles a todos lo que voy a hacer ". (Jeremías 1, 3-10)
Jeremías cumpliendo lo que Dios le había dicho, invitaba al pueblo a cambiar de vida,
diciendo:

¡Oíd la palabra de Dios, generaciónes todas de Israel. ¿Por qué seguís a otros dioses y ya
no preguntáis dónde está el Señor que nos sacó de Egipto? Vosotros me habéis
cambiado a Mí, vuestro Dios por cosas muertas. Os habéis olvidado de Mí, torrente de
agua viva, y os habéis excavado pozos agrietados en el desierto. (Jeremías 2, 4-13)

Anunció al pueblo que la destrucción del reino de Judá estaba próxima. Su profecía se


cumplió cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, se apoderó del territorio y saqueó el
Templo que Salomón había comstruido; los objetos sagrados que se urilizaban para el
culto, fueron destrozados o robados. Llevó cautivos a Babilonia a los habitantes de
Jerusalén, dejando en la ciudad solamente a los mendigos y lisiados. Sentó en el trono de
Judá a un tío suyo llamado Sedecías.

Bajo el reinado de Sedecías, el profeta Jeremías profetizó de nuevo la destrucción total


de Jerusalén. Los nobles de la ciudad arrojaron a Jeremías a una cisterna para que
muriera de hambre y no predijera más catástrofes. Sedecías, temeroso de Dios hizo sacar
a Jeremías de la cisterna sin que nadie se enterase.

A lo largo de su vida Jeremías anunció la Nueva Alianza que Dios haría con su pueblo,
una alianza que Dios escribirá en el corazón de cada persona y que los transformaría
hasta ser un hombres y mujeres nuevos.
EL PROFETA JEREMÍAS

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