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TÉCNICAS PARA
MOTIVAR EL
APRENDIZAJE EN EL
AULA
DESTINATARIOS
MODALIDAD
INTRODUCCIÓN
CONCLUSIÓN
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN
TAREAS
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN
En el curso Claves para motivar a tus alumnos y sacar su máximo potencial vas a
encontrarte con un número de herramientas que te pueden ayudar a trabajar de forma
más empática con ellos, podrás sacar mejor partido al potencial de tus alumnos y, por lo
tanto, mayor rendimiento.
Son muchas las claves que vas a encontrarte en este manual. No es necesario que
sepas ni estés a gusto con todas ellas: quédate con las que mejor se adapten a tu forma
de ser y las que te van a ayudar de verdad; otras las pondrás en práctica en otros
momentos que tú veas necesario, incluso podrás empezar con unas y terminar el curso
con otras. Lo más importante es que las manejes de manera habitual. Se convertirán en
algo tuyo y de tus alumnos.
Asienta la información y haz que sea cada vez más presente en tu día a día.
Haz tuyas aquellas claves que utilizas ya de forma habitual porque ya son parte de
ti.
En ningún momento tienes que sentirte culpable por no obtener los resultados que tú
quieres. Piensa que cada uno de nosotros somos únicos y no todos respondemos de la
misma manera. Se trata de poner nuestro granito de arena para ver cambios positivos en
nuestro entorno. En tu caso, es de una grandeza y generosidad inmensa que lo quieras
enfocar en tu trabajo, ya que eres profesor de nuestros futuros personajes.
MÓDULO I
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COMPRENDER LOS PROCESOS DE PENSAMIENTO
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¿Quién se acuerda de lo que estaba haciendo el 11S cuando se derrumbaron las torres
gemelas? Todos, absolutamente todos sabemos qué estábamos haciendo en ese preciso
momento, ya que el impacto hizo que nuestra emoción dejara registrado el momento.
Ahora, ¿quién recuerda lo que comió hace dos lunes? Es complicado acordarse.
Realmente no hay ninguna emoción que se dispare para que recordemos esos
momentos, a no ser que todos los lunes comamos lo mismo y nos acordemos por puro
aburrimiento de “¡Otra vez lunes y como judías!”; ahí aparecería ya la emoción.
Vamos a ver cómo funcionamos desde el punto de vista de nuestros diálogos internos:
Pensamiento negativo
¿Qué nos pasa cuando estamos dándole vueltas a pensamientos negativos? Lo que
sucede es que estos pensamientos nos llevan a niveles de concentración muy bajos y
nos afectan incluso a nivel físico.
Es más, muchos de los dolores que tienen vuestros alumnos (por ejemplo, abdominales)
son producidos por tensiones emocionales. Puede ser que algo haya pasado con algún
compañero, que no se haya sabido la lección o ha vivido cualquier otra situación y ha
provocado que su organismo se dispare y le produzca dolor abdominal. Es un dolor real,
aunque lo produzca una emoción.
Aquí tienes un vídeo muy interesante sobre el cambio de patrones mentales de Louise
Hay.
https://www.youtube.com/watch?v=Hf4gJOSgVEo
Hay que aprender a manejarlos a nuestro favor y darles la vuelta. Aquí encontrarás
claves que te indicarán cómo ayudar a tus alumnos.
El doctor Mario Alonso Puig (cirujano del aparato digestivo y autor de varios libros sobre
motivación) afirma lo siguiente:
“Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora lo dice la
ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean
continuamente nuestro mundo. Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el
entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del
cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene el pensamiento más
avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas, estrategias
para solucionar problemas y tomar decisiones, está influido por el sistema límbico, que es
nuestro cerebro emocional. […] Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo
acaba mostrando. […] Hay que entrenar esa mente”.
Podemos extraer el siguiente mensaje: “lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo
acaba mostrando”. Estamos muy acostumbrados a que en esta sociedad se nos diga que
lo que soñamos no lo vamos a poder conseguir; sin embargo, hay que volver a despertar
esos corazones para que la creatividad salga al mundo exterior y los sueños no se
queden solo en fantasías. Si los SUEÑOS los ponemos en ACCIÓN aparece la
CREATIVIDAD y con esta la ILUSIÓN y con la ilusión la MOTIVACIÓN.
La ciencia está en continua evolución y ahora más que nunca. El interés por saber mucho
más de un órgano tremendamente desconocido, como el cerebro, ha llevado a la
neurociencia a hacer ensayos e investigaciones que hasta ahora no se habían hecho.
Hasta hace pocos años se creía que nuestro cerebro era estático e inmutable, que
nacíamos con un número determinado de neuronas que iban perdiéndose con el paso del
tiempo y que nuestros genes heredados condicionaban nuestra inteligencia. Actualmente,
debido al progreso de los experimentos realizados por la moderna neurociencia, sabemos
que existe la neuroplasticidad, una propiedad del sistema nervioso que le permite
adaptarse continuamente a las experiencias vitales.
A esta conclusión llegó Ramón y Cajal al estudiar las neuronas y darse cuenta de la
aparición de unas espinas dendríticas. En los dibujos hasta el momento solo aparecían
las dendritas, pero él descubrió que salían una especie de espinas, así las llamó, porque
se parecían a las espinas de los rosales.
Las espinas dendríticas, cuando hay ilusión por algo, se ponen en funcionamiento y se
empiezan a conectar con otras creando una red neuronal nueva. En resumen, lo que nos
viene a decir Ramón y Cajal es que, si te ilusionas por algo, estarás motivado,
aprenderás más deprisa y, por lo tanto, te harás más inteligente porque habrá crecido tu
red neuronal.
Ramón y Cajal demostró que la plasticidad del cerebro era una realidad. Propuso, a
través de sus dibujos, mecanismos de plasticidad cerebral que representan los cimientos
de algunas de nuestras ideas modernas sobre plasticidad y cuya veracidad ha sido
comprobada en ciertos casos mediante la utilización de técnicas recientes muy
sofisticadas.
Así, para Cajal y otros científicos de su época influenciados por sus estudios, el cerebro
es una estructura dinámica donde las espinas dendríticas se mueven. Recientemente,
utilizando técnicas y aparatos muy sofisticados como el microscopio de dos fotones, uno
de los hallazgos más apasionantes es que las espinas dendríticas están en constante
movimiento, especialmente en el cerebro en desarrollo. Estas observaciones hacen que
el estudio de las espinas sea un tema de máximo interés actual en numerosos
laboratorios de neurociencias.
La plasticidad cerebral no sería solo un rasgo del cerebro en desarrollo, sino que se
extiende a la edad adulta y la vejez. De ahí que personas jubiladas con mucha ilusión por
seguir aprendiendo han hecho carreras universitarias a una edad avanzada. El
entrenamiento y ejercicio físico y mental permiten seguir estableciendo nuevas
conexiones cerebrales, principalmente en la corteza prefrontal, que sirven de ayuda en la
realización de diversas tareas cognitivas.
Perseverancia.
Juicios.
Pensamiento crítico.
Pensamiento de futuro.
Aprender de la experiencia.
Empatía.
Nos encontramos con algo muy importante: interactúa con el sistema límbico.
Modular la motivación.
Por lo tanto, los pensamientos negativos nos perjudican a nivel físico y a nivel de
concentración. Y para motivar a tus alumnos debes tener en cuenta la interacción de
estos dos sistemas: corteza prefrontal y sistema límbico.
“Es el cerebro el que percibe y experimenta. Todo empieza y acaba en él. Su forma de
funcionar determina la propia calidad de nuestra vida: lo felices que somos, lo bien que
nos llevamos con los demás, el éxito que tenemos en nuestra profesión. Cuántas más
experiencias positivas hayamos vivido, tendremos una mente más positiva”.
Es evidente que tenemos que cambiar nuestra forma de hablar. Nos han educado a todos
con el “no”, el mundo está lleno de “noes” y hay que cambiarlo. Incluso para hacer
preguntas nos han enseñado a hacerlas con “no”. Decidme si esta pregunta os resulta
motivadora: “¿A que no te sabes la lección?”
Si hacemos las preguntas tal y como nos han enseñado, que habitualmente es con
connotaciones negativas, podemos encontrar reacciones apáticas. Así que, después de
haber observado cómo funciona nuestro cerebro, vamos a empezar con las claves para
ponerlo a nuestro favor.
Después de todo esto, si cuando vayamos a poner en práctica algunas de las claves no
funcionan con algún alumno, no podemos caer en la frustración; lo más seguro es que
esos alumnos tengan que trabajar con especialistas, tanto si es una disfunción fisiológica
del cerebro, como si es psicológica. Ante todo, debemos estar contentos, pues este curso
nos ayudará a crecer como personas y a ayudar a nuestros alumnos a mejorar en todos
los aspectos. Eres, por lo tanto, un “maravilloso profe”.
MÓDULO II
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CLAVES PARA MOTIVAR EL APRENDIZAJE EN EL AULA
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Dos alumnos se han enfrentado: no son capaces de razonar, están invadidos por una
emoción de rabia que les impide ver con objetividad la situación y su enfrentamiento, lejos
de resolverse, se está agudizando. La corteza prefrontal está bloqueada, de tal manera
que ni razonan, ni analizan, ni toman las decisiones correctas; todo lo contrario: siguen
enfrentados. ¿Qué tendríamos que hacer? En primer lugar, separarlos para acabar con
esa situación sin sentido; después, enviar mensajes positivos y en presente, por ejemplo:
¡Chicos, relajaos! ¡Venga, relajad un poquito más!
¡Ya ha pasado, respirad profundamente!
Ya estáis tranquilos, muy bien.
Reflexionemos: ¿qué tipo de frases te harían entrar en razón con más rapidez?
Todas aquellas que utilicemos en presente y positivo serán como una varita mágica que
nos enfocará en nuestro objetivo.
Si decimos: “¡Quiero sacar el mejor rendimiento de este alumno, se lo merece!”, estamos
buscando la acción para conseguir lo mejor para él. Pero si decimos: “¡Quiero que este
alumno no se quede tan atrás con respecto a los demás, se lo merece!”, nos enfocamos
en que no se quede atrás en vez de que vaya hacia adelante. Esta forma de expresarnos
refleja lo que no queremos.
Es importante que leamos varias veces estas frases y sintamos cómo nos impacta cada
una de ellas. Cuanto más positivos seamos, mejores resultados tendemos, ya que nos
enfocaremos en lo que queremos y no en lo que no queremos.
Nos referimos a decirles lo que queremos de ellos. Por ejemplo, si queremos que todos
se pongan a trabajar porque tenemos que salir un momento de clase, el mensaje tiene
que ser:
Voy un momento al despacho del director y quiero que estéis trabajando con
tranquilidad para que al acabar la clase hayáis terminado vuestros deberes.
Por tanto, en el mensaje decimos lo que queremos de ellos, que trabajen y que estén
tranquilos y, además, les decimos el beneficio que van a conseguir por ello, que acaben
los deberes de ese día de la asignatura.
El miedo que puede darnos dejar a unos chicos solos en clase nos lleva a mandar
mensajes como este:
Aquí les estamos pidiendo que hagan lo contrario a lo que queremos: no les damos
ninguna idea alentadora y damos por hecho que lo que no hagan se lo llevarán a casa.
Me gustaría que reflexiones sobre ello y pienses con cuál de las dos fórmulas te quedas.
Y aquí es donde hablamos de la importancia del NO: es una figura lingüística, pero a
nivel de pensamiento no la podemos representar; por ejemplo, si nos piden que cerremos
los ojos y no pensemos en un elefante volando, ¿qué figura tienes en tu pensamiento?
Seguramente a Dumbo volando sobre tu cabeza.
Con este ejemplo vemos que “no” sirve para nuestra comunicación, pero nuestro
pensamiento no puede representar la sensación de “no”. Evítalo cuando hables para ver
la intención que puede llevar el mensaje. Imagínate este castigo: Cien veces escribir:
El mensaje está bien hecho, es una frase totalmente correcta, pero la imagen que
proyecta es la contraria, es decir, el alumno se está imaginando levantado. ¿Cuál sería la
frase?:
Poco a poco podemos ir rectificando los patrones negativos hacia mensajes que lleguen
a los alumnos con mayor impacto positivo.
Cuántas más experiencias positivas hayamos vivido, tendremos una mente más
positiva. (Dr. Daniel Amen).
También debemos tener en cuenta cómo trabajamos con esta conjunción, ya que, al
utilizarla, anulamos la primera parte de la frase. Por ejemplo:
Pepito, has hecho un examen muy bueno en Geografía, pero en Matemáticas has hecho
un examen flojo.
Además, tenemos la mala costumbre de decir siempre lo bueno antes de lo malo, con lo
que lo bueno se anula. Veamos más ejemplos:
¡Qué guapa vienes María, tu traje es estupendo, pero los zapatos no me gustan mucho!
Toda la tarde María estará pendiente de lo poco que van a gustar sus zapatos a los
demás.
¡Qué buena exposición has hecho, Juan, ¡pero el color de las cartulinas no me parece
acertado! Has llevado al traste un trabajo que le ha llevado a Juan mucho tiempo porque
no te gusta el color.
¿Cómo podemos cambiar para dar nuestra opinión, pero no dejar invalidado lo que
vemos bien?
Pepito, has hecho un examen muy bueno en Geografía y, en Matemáticas, tienes que
esforzarte para sacar mejor nota. Ahí sentirá apoyo y se motivará para el siguiente
examen.
¡Qué guapa vienes, María, tu traje es estupendo y yo lo habría combinado con otros
zapatos, aun así, vienes muy guapa! Al no decir pero podemos incluso hacer más alarde
de lo que nos gusta.
Qué buena exposición has hecho, Juan, yo habría puesto otro color a las cartulinas, aun
así, me gusta, ¡te ha salido muy bien!
El pero nos deja fuera de lugar y deja derrumbado al otro. No se trata de dejar de decir lo
que sentimos, sino de cambiar la forma de decirlo. Eso es asertividad: debemos enseñar
a nuestros alumnos esta capacidad para decir lo que sentimos sin hacer daño a los
demás. Está demostrado que ser asertivo ayuda a mejorar la autoestima.
Eliminar los peros nos ayuda a expresar que nosotros lo vemos de una forma distinta,
aunque no por ello es mejor o peor. Simplemente es otro punto de vista.
Más ejemplos:
Juan, me has dado un buen consejo, pero podías haber sido un poco más sensible al
decírmelo.
Podríamos decir:
Juan, me has dado un buen consejo, aunque me hubiese gustado que hubieses sido un
poco más sensible.
Este caso podría dar pie a una respuesta de disculpa, ya que lo ha hecho sin mala
intención.
Manejar el arte de la palabra te acercará un poco más a tus alumnos, al éxito personal.
PERO
AUNQUE
SIN EMBARGO
YO HABRÍA
4ª Clave. Esa es mi percepción.
Este es un ejemplo de cómo un animal, en este caso un gato, es percibido por cada uno
de ellos de una manera muy distinta. Cada uno de nosotros no actúa con respecto a lo
que hay a nuestro alrededor, sino con respecto a las interpretaciones que hacemos.
Construimos mapas mentales que nos ayudan a movernos por la vida y es muy
importante ser consciente de ello.
Realmente la verdad no la tiene nadie y la tenemos todos. Como se suele decir, nada es
verdad ni es mentira; todo depende del color del cristal con que se mira.
Pongamos un ejemplo: Le pides a tus alumnos que hagan un trabajo dibujando algo
sobre Madrid. Cuando te dan los trabajos terminados, te das cuenta de que un alumno ha
hecho un mapa de Madrid, colocando La Pedriza, La Najarra, Canencia, Bola del mundo,
Siete Picos… Es posible que este alumno haga alpinismo con su familia o se dedique a
los fines de semana a zonas naturales de Madrid. Otro dibuja un mapa de la comunidad
de Madrid con pueblos cercanos a la capital, porque tiene familiares en las afueras de la
capital, Alcobendas, Tres Cantos, Colmenar, Soto del Real o Guadalix. Otro, dibuja el
Oso y el Madroño porque para él eso representa Madrid. Otro, un escudo del Real
Madrid. Otro, del Atlético de Madrid, etc.
Todos han hecho algo que representa el tema que se ha elegido, sin embargo, cada uno
en función de lo que vive en su día a día ha hecho un dibujo totalmente distinto.
Ese es el motivo de escuchar siempre todos los puntos de vista de todos los conflictos, ya
que cada uno de ellos dará una explicación conforme a lo que han vivido. Los dos lo
hacen desde su realidad y creen tener la razón.
Por tanto, cuando tengamos que exponer trabajos en común con los alumnos debemos
hacerles entender que los distintos puntos de vista nos enriquecen y que opinamos de
diferente manera porque depende de lo que ha vivido cada uno.
En cuanto a la imagen, los dos tienen razón, la verdad depende del punto de vista.
Otra percepción distinta. Uno ve cuatro barras y otro tres. Los dos tienen razón.
5ª Clave. La empatía.
Tenemos que entender que los conflictos se van a solucionar desde la tranquilidad y
no desde la cabezonería. Para solucionar problemas debemos saber ponernos en el
lugar del otro.
Veremos a muchos de nuestros alumnos que tienen esta cualidad innata, mientras
que otros carecerán de ella o la tendrán en menor grado.
Puedes hacer trabajos de mímica para que te cuenten sus emociones sin hablar y que los
demás lo interpreten. Esto les va a ayudar a agudizar el lenguaje no verbal de tal manera
que posteriormente serán capaces de estar escuchando una conversación e interpretando
cualquier gesto, mirada y postura que antes se habían pasado por alto.
Existen cursos de coaching corporal en los que no se habla, sino que la comunicación se
realiza a través de gestos. Este tipo de cursos quieren enseñarnos que con el cuerpo
podemos comunicar más que con las palabras y la emoción surge de forma más
espontánea.
Podemos dar a los alumnos cartulinas con emociones, acciones y gestos que tienen que
imitar. La creatividad hará el resto y sus habilidades saldrán a flote.
También puedes poner en varias zonas de la clase cartulinas grandes con las emociones
que más nos mueven: alegría, tristeza, miedo, rabia o enfado. Cada alumno irá eligiendo
por dónde ir, teniendo que expresar y representar la emoción escrita en la cartulina donde
se encuentre. El juego tiene que terminar con todos en el lado de la alegría para que
quede insertada la emoción positiva en todos ellos.
Siempre que trabajes emociones la última tiene que ser la positiva, ya que será la que
retengan con mayor facilidad.
Enséñales a mirarse a los ojos cuando se hablen y que se pregunten unos a otros qué tal
están. Después, simplemente, que escuchen, lo cual creará muy buen ambiente ya que
todos estamos siempre encantados de ver cómo los demás se interesan por nosotros.
Eso creará acercamiento entre ellos y, además, podemos enseñarles que un ligero toque
en el brazo hace que haya aún más cercanía.
También puedes hacerlo cuando consideres que un alumno tiene algún tipo de conflicto.
Mírale a los ojos y tócale ligeramente el brazo, verás cómo te va a ser más fácil que llegue
a confiar en ti.
En un curso en el que estuve con 200 personas más nos hacían movernos mirándonos a
los ojos, dándonos la mano y preguntándonos qué tal estábamos. Que 200 personas se
conozcan es muy complicado, eso sí, con este ejercicio conseguimos que en los
descansos se nos hicieran más cercanos los participantes. Además, algo que se
consigue con este ejercicio es ampliar tu círculo de amistades, te acercas a personas que
quizás, sin este ejercicio, nunca conocerías.
Repetir lo último que dice el alumno nos ayuda a conectar más con él.
Alumno: Bien, estuve con mi padre este fin de semana viendo un circuito de cars.
Profesor: ¡Ah, un circuito de cars! (¿Cuál creéis que será la siguiente frase?)
Alumno: Sí, ¡me encanta, quiero ser mecánico de este tipo de coches, quiero estudiar
todo lo que se refiera a mecánica para ser el mejor!
¿Qué ha pasado? ¿Qué le ha hecho contarnos algo que le gusta, algo que le emociona y
que no lo hubiese hecho si hubiéramos actuado de forma habitual? Algo tan mágico como
la repetición de una parte de su última frase. Esta hace que el alumno sienta que tú, como
profesor, estás interesado en él, que le comprendes y aflora su emoción contando todo
aquello que le inspira.
Trabajo en equipo.
Siempre que hagáis trabajo en grupo, primero hay que motivar para crear equipos. El
mensaje sería: “los equipos son para conseguir entre todos un mismo objetivo, cada uno
de vosotros tiene que aportar su 100 % y tenéis que conseguir hacer el trabajo lo mejor
que sepáis”.
Además, les haréis juntarse poniendo las manos en los hombros y que ellos se digan una
frase motivadora. Ahí terminan de consolidarse como equipo.
En el año 2010 se realizó un estudio a gran escala para determinar si el contacto físico
podía estar relacionado con el éxito en un deporte tan profesionalizado como la NBA.
Durante una temporada entera se analizó cada abrazo, choque de palmas y palmada de
los partidos de la liga americana de baloncesto. Las conclusiones fueron que el grado de
contacto físico podía predecir con mucha exactitud el éxito de cualquier equipo de la NBA.
Salvo pocas excepciones, los mejores equipos mantenían más contacto físico entre ellos
que los peores. Los equipos que más se tocaban eran los Ángeles Lakers y los Boston
Celtics, mientras que los que menos fueron los Sacramento Kings y los Charlotte
Bobcats.
Para descartar la posibilidad de que los mejores equipos se tocasen más simplemente
porque iban ganando, se tomaron otros factores en consideración aparte de las victorias y
la relación se mantuvo. Incluso entre jugadores, pues los que más contacto hacían con
sus compañeros solían aparecer en lo alto de la clasificación.
Si conseguís que ellos tomen el contacto como algo natural (abrazarse antes de empezar
un trabajo o que hagan un choque de manos) notaréis que aumenta su rendimiento, ya
que pasan a dar todo lo que saben y tienen por el equipo.
Si entre dos alumnos hay una mala relación, hay una fórmula mágica que se ha trabajado
con adultos que odian a sus jefes.
A cada uno de estos dos chicos que no puedan verse mutuamente le vamos a pedir que
nos digan tres valores positivos de su rival. La magia aparece cuando se dan cuenta de
que tienen cosas buenas y se empiezan a enfocar en ellas, en vez de darle tanta
importancia a las negativas, que es lo que les estaba haciendo distanciarse.
Con esto, personas que odiaban a sus jefes, en cuanto han buscado valores positivos, los
han visto desde otra perspectiva. Han empezado a ver a una persona más humana y, en
consecuencia, han ganado en calidad de trabajo, ya que han podido trabajar mejor en
equipo.
Si trabajas para que los alumnos tengan los valores positivos de todos sus compañeros,
el ambiente en la clase cambiará. Eso no quiere decir que todos se tengan que llevar de
maravilla, aunque es una forma de encontrar una buena convivencia.
Haz que hagan listas de vez en cuando escribiendo tres valores positivos de algún
compañero, por ejemplo, del compañero de su derecha. Otro día del de atrás, lo vas
cambiando para que haya variedad. Esos valores se exponen y se irán haciendo cada
vez más fuertes a medida que se vayan trabajando.
Amy Cuddy, psicóloga y profesora de Harvard, cuenta cómo los animales, a través de sus
gestos, demuestran poder o debilidad. Estos gestos afectan directamente a sus niveles
de testosterona (asociada al poder) y a la cortisona (asociada al estrés).
Amy Cuddy realizó un estudio con cuarenta y dos personas a las que hizo permanecer en
determinadas posturas durante dos minutos. A la mitad de los voluntarios les hizo estar
con distintas posturas “ganadoras”, es decir, estuvieron un minuto sentados en una silla
con el cuerpo estirado, las manos detrás de la cabeza y los pies descansando sobre una
mesa; y otro minuto los tuvo de pie, ligeramente inclinados sobre la mesa, con las palmas
de las manos apoyadas sobre ella. Con el otro grupo probó otras dos posturas: sentados
en una silla con los brazos cruzados y las manos dobladas y de pie con los brazos y las
piernas cruzadas con fuerza. A ambos grupos se les tomó una muestra de saliva antes y
después de las posturas para ver los niveles de testosterona (hormona del poder) y estos
aumentaron en el grupo que había hecho las posturas ganadoras, bajando en los casos
en que habían estado con posturas perdedoras.
Por tanto, se demuestra que “simulando” ciertas poses y actitudes artificialmente, nuestro
comportamiento cambia realmente consiguiendo que no sean falsas sino verdaderas. Si
simulas poder, te vuelves poderoso; si simulas debilidad, te vuelves débil.
Finalmente, Amy Cuddy cuenta una historia personal en la que, debido a un accidente,
perdió cierta capacidad mental y nadie confió en que pudiera terminar sus estudios. Sin
embargo, ella simuló que sí podía gracias a que sus mentores la empujaban y finalmente,
mediante esta simulación, lo consiguió. Ahora es profesora en Harvard y predica con el
ejemplo a algunos alumnos desanimados que piensan que “ellos no deberían estar allí”,
al igual que ella pensó.
¿Qué pasa si a nivel académico notas que la concentración se ve mermada en algún o
algunos alumnos? ¿Y si te encuentras con una clase en la que tienes chicos apáticos
para el estudio y no ves que su rendimiento vaya prosperando? Practica con ellos las
posturas ganadoras para motivarles y, a su vez, que toda la clase se vea contagiada de
¡YO PUEDO!
Las posturas ganadoras son de apertura, mientras que las de debilidad nos llevan a la
introspección. Es como si nos metiéramos dentro de nosotros mismos: las poses
ganadoras se abren al mundo y en las posturas de debilidad se meten en su interior.
Solo tenemos que fijarnos en los deportes y ver las posturas de los ganadores.
Este ejercicio te va a reconfortar mucho debido a que la respuesta es muy rápida: en dos
minutos manteniendo posturas ganadoras tus alumnos habrán aumentado su
testosterona (hormona del poder) y se verán más capaces de afrontar cualquier reto que
les pongas. ¡Es una buena forma de empezar el día!
Además, es una postura buenísima para los que se ponen nerviosos antes de un examen.
Les dices que se pongan de pie, mirando al suelo, con los hombros caídos y que piensen
en algo que les ponga tristes. Mantenéis esa postura un minuto aproximadamente. Tú
tienes que guiar la situación para que ellos se mantengan en esa emoción.
Pasado ese tiempo, les pides que piensen en algo que recuerden con alegría y se
coloquen con los brazos puestos en cruz, muy abiertos, la cabeza hacia arriba, que se les
dibuje una gran sonrisa en su rostro. Como tú dirigirás el ejercicio, cuando ya lleven un
ratito con los brazos abiertos y con su recuerdo alegre y su sonrisa, les dices que
descansen.
Ahora van a tener que volver a abrir los brazos en cruz, la cabeza hacia arriba, la sonrisa
en su cara bien dibujada y tienen que pensar en un recuerdo triste. ¡ESO ES IMPOSIBLE!
Las carcajadas aparecerán en la clase porque es imposible tener una actitud positiva ante
la vida y tener un recuerdo negativo.
No hay nada más terrorífico para un alumno que salir a escena y presentar un trabajo. La
base para empezar un reto de este tipo sería una postura potenciadora de las que hemos
visto en la clave anterior; eso sí, hay que saberse el guion, si no, no vale de nada.
Para perder el miedo escénico es recomendable empezar exponiendo un tema que nos
guste, del que tengamos amplios conocimientos y con el que nos sintamos cómodos. El
buen recuerdo que nos quede de esto nos ayudará con las posteriores exposiciones y
podremos ir aumentando el tiempo de oratoria, así como los temas de disertación.
Además, el aplauso reconforta y refuerza la autoestima.
8ª Clave. Experimentar.
Otra clave es la creación de situaciones en las que los alumnos se sientan motivados
para idear. Es uno de los trabajos más complicados para el profesor, pero a largo plazo
es el mejor de los aprendizajes y tiene recompensas. De esta manera, los alumnos no
van a aprender para el examen, van a aprender para siempre, van a aprender porque les
gusta.
Pongamos un ejemplo: en ciencias tienen que estudiar todos los sistemas orgánicos. Hay
que plantear una práctica que sea dinámica en la que todos participen y que sirva para
dejar bien almacenado el conocimiento en su memoria. Dividiremos a los alumnos en
grupos y cada grupo hará un sistema. Al grupo del sistema urinario le podría tocar hacer
los riñones con dos globitos pequeños con agua, a estos les pegarán dos pajitas que
harán de uréteres y la vejiga será un globo de tamaño normal, medio lleno de agua.
A los que hagan el sistema central, pueden hacer el cerebro con masa de pan, el tubo
dural con un tubo hueco, podrían hacer las curvas de la columna vertebral y al tubo se le
añadirán las vértebras con rotulador.
El sistema digestivo y excretor empezaría en nuestra boca, que podríamos hacer con
medio tubo de papel higiénico, meter dentro una lengua de plastilina y por la parte de
atrás unirlo a un tubo de goma hueco, como los del gas, que sería la laringe y el esófago.
El estómago, como es un órgano hueco, podría ser una bolsa que por dentro recubramos
de gomaespuma finita, como si fuesen las paredes del estómago; el hígado lo tendrían
que hacer con un material denso, para que se acuerden que es un órgano compacto, al
igual que el bazo y el páncreas, ahí podríamos recurrir de nuevo a la plastilina. El
intestino grueso y delgado, con combas de distintos grosores, con ellas se podría
representar los pliegues intestinales.
Igual haríamos con el sistema respiratorio y circulatorio. Deja que sean los alumnos los
que tengan creatividad y será la mejor manera de aprender y de sorprenderte como
profesor. No hay nada como darles confianza, decirles que ellos pueden hacer ese
trabajo y, cuando lo hayan concluido, decirles que estás muy orgulloso de ellos por el
trabajo que han realizado. Esa es la mejor fórmula para que entréis a formar un gran
equipo de trabajo.
¿Qué pasa en el caso de este trabajo con la memoria? Todo lo que trabajen ellos de
forma creativa, lo toquen, discrepen sobre el ejercicio y opinen, se les va a quedar
registrado en su memoria de una forma más fácil y divertida. De esta manera, mientras
dure la lección, podrán ver expuestos los trabajos una, dos, tres y todas las veces que
puedan hasta pasar a la siguiente lección. Es una forma de aprender no para el examen,
sino para ellos mismos.
9ª Clave. El rotafolios.
Otra clave de las que hemos hablado es la repetición. Esta clave, si se refuerza con un
rotafolios, es una de las mejores estrategias que se utiliza incluso en cursos intensivos de
adultos.
En los rotafolios se escribe aquello que nos interesa que recuerden los alumnos, se
utilizan colores y se pegan en las paredes de la clase, de manera que siempre estén
visibles cuando se haga referencia a ellos.
Así, los alumnos tendrán dos estímulos: por un lado, el estímulo visual, pues lo ven escrito
o dibujado, por otro, el refuerzo auditivo, a través de la repetición. Si esta forma de
aprender la unimos a la clave anterior —experimentar— tendremos también el refuerzo
kinestésico, es decir, el sensitivo, sentir cómo se ha hecho.
Parece más esfuerzo, pero el hecho de involucrar a los alumnos y que todo se dinamice
hace que estén más contentos y, como ya sabemos, con una Actitud Mental Positiva
conseguimos mucho más.
De una clase verbal, a las tres semanas los alumnos recuerdan un 70 %, una buena
proporción, aunque hay que decir que lo recuerdan para el examen. A los tres meses lo
recuerdan un 10 %, por lo tanto, al año siguiente tienen que volver a hacer un gran
esfuerzo para estudiar lo mismo que el curso anterior más lo que venga ampliado.
Si, además de ser verbal, se lo demuestras, el recuerdo a las tres semanas es del 72 % y
a los tres meses del 32 %.
Con esta estadística es el profesor quien decide su forma de trabajar. Las fórmulas son
para hacerlas propias, para sentirse uno mismo bien con ellas. Busca con la que más
cómodo te sientas y ponte a trabajar con ilusión. Aquella clave que no va con uno, es
mejor dejarla pasar.
10ª Clave. Los buenos recuerdos.
El Dr. Dan Baker, psicólogo de la línea de la psicología positiva, se encontró con un caso
muy especial:
El Dr. Dan Baker le preguntó cuáles eran sus motivos y este cliente empezó a relatar su
historia: “Estaba casado con una mujer maravillosa, de esas mujeres que uno encuentra
en su vida que es amiga, amante, confesora, compañera… un infarto se la llevó. Fue muy
duro para mí, pero gracias a mi empresa de ingeniería civil, constituida por 150
empleados, entre los cuales uno es mi hijo y otros son grandes amigos, salí adelante.
A los seis meses de la muerte de mi mujer, murieron mis 150 empleados, incluido mi hijo
y me quedé sin empresa. Posteriormente me dio un ictus que me dejó con un andar
dificultoso y la lengua afectada, con lo que el habla me hacía parecer una persona torpe”.
Es uno de los casos de las Torres Gemelas. El Dr. Dan Baker se quedó sin palabras
durante unos segundos por el impacto de la historia de este paciente. Pasado el duro
momento, le preguntó si no había ido a ningún psicólogo hasta el momento y el paciente
le contestó que sí, que había estado yendo a uno que le dijo que tendrían que pasar unas
veintiuna sesiones para que empezara a ver la luz, pero a pesar de las sesiones que le
dijo este psicólogo, él seguía sin ganas de vivir.
El Dr. Dan Baker buscó una estrategia para sacar a este hombre de esa emoción tan
dura y le dijo que fuese a buscar a su baúl de los recuerdos historias bonitas vividas con
su mujer. El paciente se resistió unos minutos, pues su memoria actual se movía con
vivencias duras y negativas, así que después de hacer un gran esfuerzo consiguió llegar
a un recuerdo que le hizo esbozar una leve sonrisa. Se la contó al Dr. Dan Baker y su
rostro cambió de aspecto; ya no parecía tan derrotado.
En una segunda sesión, el Dr. Dan Baker le hizo ir a recuerdos buenos de cuando él
tenía una vida feliz con su mujer, sus hijos, su empresa y sus empleados. Cuando
empezó a contar relatos de aquellos tiempos felices, vio cómo le volvía a cambiar la
forma de expresarse, ya no solo era su cara, cambió su tono de voz y tenía una actitud
mucho más animada.
En la siguiente sesión el paciente entró en la consulta diciendo: “¡Ya sé qué voy a hacer
con mi vida! ¡Voy a crear una Fundación para las víctimas del 11S!”. No solo volvió a
recuperar las ganas de vivir, sino que su forma física se vio mejorada.
El hecho de volver a traer a nuestra memoria recuerdos que nos impactan para bien nos
lleva a la motivación, a la acción. Con este durísimo caso queda demostrado que con los
recuerdos positivos que todos tenemos guardados, podemos recuperar las ganas para
llevar a cabo todo lo que nos propongamos en nuestra vida.
El Dr. Dan Baker, después de haber hecho infinidad de estudios desde la línea de la
psicología positiva, hizo la siguiente reflexión: “He sabido lo que saben las personas
optimistas que no saben las pesimistas y es que, pase lo que pase siempre, hay algo
para seguir amando”.
Selligman, autor de Aprenda optimismo, dice que “un chico reconocido es capaz de contar
sus conflictos. Esto lleva a estar libres de muchas culpas y, en definitiva, a ser más
felices, la mejor píldora para una vida plena”.
Nos han enseñado que “si no lloras, no…” Esa frase está totalmente obsoleta: los que
lloran, los que se quejan en la vida para conseguir algo a cambio, son cada vez peor
considerados. En la actualidad, estamos viendo que quien no se mueve no consigue
resultados y, además, hay que moverse de forma mucho más rápida y cambiante. Así
que esto hay que enseñarlo en las aulas para que entiendan que en la acción están los
buenos resultados.
En el último congreso de emprendedores Anxo Pérez, autor de los 88 Peldaños del éxito,
dijo algo que me impactó: “el problema no es estar perdido, es estar inmóvil”. Cuando se
está perdido, uno no sabe bien hacia dónde va, pero se sigue moviendo, sin rumbo, pero
sigue activo y en ese movimiento puede aparecer lo que termine encajando con uno
mismo. Sin embargo, si uno se queda inmóvil, se queda inactivo, no hay ninguna
novedad que le pueda llegar, no hay movimiento, no hay nada; al que está sentado no le
llegan oportunidades.
Si os encontráis con alumnos que están perdidos, no os preocupéis mucho por ellos,
encontrarán lo que quieren en su propio bagaje. A quienes hay que prestar más atención
es a aquellos en los que la actitud de hacer cosas ha desaparecido, están apáticos, no
resuelven y se sienten víctimas del mundo, siempre y cuando no sea un caso psicológico,
en ese caso, habría que consultar con un especialista.
Si tenemos un alumno que está teniendo fracasos a nivel académico y está bajo de
ánimos, seguramente haya llegado a ese punto en el que no actúa. Además, su diálogo
interno le dirá que no merece esforzarse si no le sale nada bien.
J: ¡Nada!
J: ¡Bueno!
En este momento hay que llevarle hacia las asignaturas que haya aprobado.
P: Perdona, Juan, te lo pregunto de otra manera. ¿Qué has hecho para aprobarlas?
J: No sé.
J: ¡Vale!
P: Vas a cerrar los ojos y te vas a imaginar que te han dado las notas y tienes todo
aprobado.
J: ¡Qué difícil!
P: ¡Inténtalo!
J: ¡Vale, ya!
J: Sí.
P: ¿Cómo te sientes?
P: ¿Qué hay que hacer para sacar esas notas tan buenas?
J: Estudiar mucho.
J: Me he dado cuenta de que, si estudio más, sacaré las notas que yo quiero.
En ningún momento el adulto le dice que tiene que estudiar: mediante preguntas y viendo
el propio alumno los resultados que desea, saca por sí solo las conclusiones. Es más, es
consciente (ser consciente ayuda a que vean mejor la realidad) de que él es el único
responsable de los aprobados y de los suspensos. Es consciente de que lo que aprueba
es porque le gusta y, en consecuencia, no tiene que poner tanto esfuerzo como en otras
asignaturas, así que para aprobar todo tiene que esforzarse más. Hemos desviado su
atención hacia situaciones de éxito, le hemos hecho ver que puede y que el límite lo tiene
él en su cabeza. Hay que hacerle consciente de que el esfuerzo que ha hecho no era el
suficiente y, si ve la realidad, irá a por ello. Debemos ser los protagonistas de nuestra
vida.
Puedes hacer el siguiente ejercicio con los alumnos: como si se tratara de los payasos de
la tele cuando decían “¿Cómo están ustedes?”, tú puedes decir con el mismo
entusiasmo: ¡Levantad el brazo los que queráis aprobar todo este trimestre! Cuando
tengan los brazos levantados, les dices: ¡Ahora subid un poquito más el brazo! Cuando
veas que lo han podido subir un poquito más, les dices: ¡Ah, lo habéis subido un poquito
más de lo que podíais, así que cuando queráis conseguir algo, pedíos siempre un poquito
más y ya veréis como podréis conseguir todos vuestros objetivos!
Cuando se entonan cinco minutos al día, Campbell, fundador del Instituto de Música,
Salud y Educación, dice “he sido testigo de que miles de personas se relajan, se
concentran mejor en su cuerpo, liberando el miedo y otros sentimientos negativos y dejan
de sentir dolor físico…
He visto a muchas personas aplicar la entonación de forma práctica para relajarse antes
de un temido examen o para eliminar migrañas. He observado que la entonación mitiga el
insomnio y otros trastornos del sueño. Equilibra las ondas cerebrales, hace más profunda
la respiración, reduce el ritmo cardíaco y proporciona una sensación de bienestar”.
EL EFECTO MOZART
Don Campbell
Se hizo el estudio con diecinueve niños con TDA de entre siete y diecisiete años. Les
ponían discos de Mozart tres veces a la semana durante las sesiones de
biorretroalimentación de las ondas cerebrales. Entre las obras que escuchaban estaba el
Concierto para piano nº 21 en Do mayor, Las bodas de Fígaro, el Concierto para flauta nº
2 en Re mayor, Don Giovanni y otros conciertos y sonatas. El grupo que escuchaba
Mozart reducía la actividad de las ondas cerebrales zeta (ondas lentas que suelen ser
excesivas en las personas con TDA) exactamente al ritmo del compás de la música y
mostraban mayor concentración y control del humor, menos impulsividad y mejor
habilidad social. Entre los sujetos que mejoraban, el 70 % mantenía tal mejoría hasta seis
meses después de finalizado el estudio sin ningún otro entrenamiento (las conclusiones
se publicaron en el International Journal of Arts Medicine, 1995).
Durante cinco días, un grupo escuchaba la Sonata para dos pianos de Mozart, otro
estaba en silencio y un tercero escuchaba una mezcla de sonidos, entre ellos, música de
Philip Glass, un cuento grabado y una pieza de baile. Los investigadores dijeron que los
tres grupos mejoraron sus puntuaciones del primer al segundo día, pero el que
escuchaba a Mozart mejoró su reconocimiento de formas en un 62 %, frente al 14 % del
que se hallaba en silencio y el 11 % del que escuchaba diversos sonidos. En días
sucesivos el grupo de Mozart obtuvo puntuaciones aún superiores, en cambio, los otros
dos grupos no mostraron mejoría alguna.
La tesis de los investigadores era que la música de Mozart fortalecía el centro de proceso
creativo de la parte derecha del cerebro, asociado al razonamiento espacial. “Escuchar
música actúa como un ejercicio de facilitación de las operaciones de simetría asociadas
con una función cerebral superior”.
Don Campbell dice que, según su experiencia, los conciertos para violín de Mozart, en
especial los números 3 y 4, producen efectos positivos aún mayores en el aprendizaje.
Estos estudios están recogidos del libro Cambia tu cerebro, cambia tu vida del Dr. Daniel
Amen y en multitud de estudios sobre las capacidades mentales. He de decir que
también, como en todo, hay detractores.
Las creencias se sirven de principios que nos orientan a la hora de vivir nuestras vidas.
Las creencias son, esencialmente, juicios y opiniones que tenemos sobre nosotros
mismos y el mundo que nos rodea.
Las creencias positivas también suelen ser tajantes, la diferencia está en que son
potenciadoras, por lo tanto, nuestra personalidad estará más llena de autoestima, algo
primordial para tener un buen desarrollo personal.
Cada uno de nosotros posee su propia realidad y esta realidad (creencias) es la verdad
para quien la experimenta.
El Dr. Mario Alonso Puig nos dice que a todos aquellos que seamos educadores o padres
tengamos mucho cuidado con la palabra “eres”.
Tenemos la costumbre, cada vez que tenemos que recriminar algo, de hacerlo hacia la
persona. Vamos a ponernos en situación: estamos en una clase y tenemos a los que son
listos, a los que son torpes, a los que son desordenados, a los que son descuidados,
a los que son olvidadizos…
¿Para qué estoy señalizando son? Porque cada vez que a un chico le decimos ¡eres un
maleducado, su subconsciente se lo cree, de tal manera que si de mayor sigue siendo
maleducado y se le recrimina, dirá ¡es que yo soy así!
Desgraciadamente la sociedad tiene mucho que ver con este tipo de situaciones, ya que
los mensajes que nos dan van directamente a la persona y, en consecuencia, van
directos a nuestro subconsciente, que se cree todo lo que nos digan, incluso lo que nos
decimos a nosotros mismos. Se cree lo bueno y lo malo.
Para que nos hagamos una idea, cada vez que a alguien se le dice que es tonto,
cobarde, torpe, ignorante, egoísta, retrógrado, maleducado… Le estamos etiquetando y
lo que sabemos ahora es que esta persona se lo cree y actúa en consecuencia. Cuando
estas etiquetas son negativas, hacen mucho daño.
Si las etiquetas son positivas, pasan a ser del grupo de las potenciadoras y ahí sí
podemos usar el verbo ser para designársela a quien corresponda. En exceso podría
terminar con un exagerado ego, así que todo debe ir en su justa medida. A todos nos
gusta que nos digan “eres guapo, simpático, agradable, listo, inteligente, honesto, buen
amigo…”.
Vamos a poner un ejemplo: si a una niña desde pequeña le dice todo el mundo que es
muy guapa de forma reiterada, cuando sea mayor y escuche “¡Fea!” pensará que no va
con ella. Aquí aparece una creencia potenciadora, por lo tanto, no va a haber ningún
problema. Al lado de esta chica va otra a la que le decían de pequeña “no es guapa, eso
sí, es muy simpática”. ¿Qué pasa si la creencia es limitante? Que puede frenar muchas
de nuestras acciones en la vida y eso puede hacer que nuestro destino sea distinto si
tenemos más creencias potenciadoras que limitantes. Esta segunda chica se puede
molestar porque se ha dado por aludida o también puede pensar: “¡sí, soy fea, pero muy
simpática!” En este caso esa virtud sería lo que le salvó cuando le decían que era fea.
Hay que tener cuidado con cómo decimos las cosas, ya sabemos que con “eres” tenemos
que aprender a jugar para no dañar.
¿Cómo se puede actuar desde el ámbito de la educación? Es fácil, aunque hay que tener
algo de práctica.
Si un chico ha hecho algo mal no le vamos a decir “eres estupendo” para no bajar su
autoestima, puesto que ha hecho algo mal. La forma que tenemos de corregir es actuar
sobre la conducta, no sobre el individuo, de tal manera que si tenéis un alumno
extremadamente desordenado en vez de decirle “Juan, estoy cansado de ver lo
desordenado que eres. ¡Cuida tus cosas!” Le diremos “Juan, tienes que empezar a hacer
un cambio en tu conducta, tienes que recoger tu material y tratarlo mejor. Eso te va a
beneficiar a la hora de organizarte cada día y te saldrá todo mejor”. Hemos cambiado el
eres por tienes que y además le hemos dicho que se va a beneficiar si lo hace y esto le
puede llevar a motivarse.
Otro caso: podemos decir “¡María, eres de las personas más impuntuales que he
conocido!”. O mejorar nuestro comentario indicando “María, tienes que llegar puntual, es
una forma de no perderte la primera parte de la clase y, además, así, no molestas al resto
de tus compañeros”. Volvemos a sustituir el eres por el tienes que, añadiendo algo que
puede ganar si cambia esa conducta. Siempre que les dirijamos hacia lo que pueden
ganar, sentirán más interés y más motivación.
Lo mismo sucede cuando nos damos el mensaje a nosotros mismos. El Dr. Daniel Amen
dice en su libro Cambia tu cerebro, cambia tu vida que si un alumno se plantea “Sé que
no voy a aprobar el examen del martes”, este tipo de pensamiento es una profecía que
conlleva su propio cumplimiento. Si uno está convencido de que no va a aprobar,
probablemente no estudie lo suficiente y no aprobará el examen.
¿Qué es lo que sucede en nuestro interior? Que el subconsciente se cree todo lo que le
decimos. Si yo le digo “Este examen no lo voy a aprobar”, lo que le sucede a mi
organismo es lo siguiente: primero, al subconsciente le llega que no va a aprobar, así que
baja los niveles de energía para esa actividad y dicha energía la reserva para otras
actividades que sí sabe que va a poder desarrollar. Digamos que es un ahorrador de
energía y se implica en lo que le decimos que sí podemos hacer, ahorrando cuando le
decimos que no podemos. De ahí que, si yo pienso que voy a suspender, aunque
estudie, haré mucho esfuerzo para conseguir un bajo resultado y mi subconsciente no se
pondrá de mi lado, con lo cual la sensación será de ir nadando a contracorriente.
Con todo lo que llevamos visto, te recomiendo que veas en YouTube el vídeo de Adriana
Macías, una vida llena de superación. Nació sin brazos y, en la actualidad, no solo es una
abogada y motivadora nata, sino que utiliza los pies como si de las manos se tratara. Ella
es una evidencia de que cuando se quiere algo enfocamos toda nuestra energía en lo
que queremos y lo conseguimos.
https://youtu.be/7VqzTB4QM4w
14ª Clave. Siempre-nunca, todo-nada.
Esto se produce cuando pensamos en conductas que se van a repetir siempre o que
nunca conseguiremos aquello que queremos.
Por ejemplo, si tienes un alumno muy irritado y enfadado y tu sensación es que todos los
días tiene esta actitud (aunque la realidad sea que es de vez en cuando), tu percepción
será que prácticamente todos los días viene con este talante. Son palabras muy
categóricas y suelen ser un error. ¿Dime cómo te suenan estas frases?:
“Siempre me desprecia”.
“Nunca me llaman para jugar”.
“Nunca me van a ayudar”.
“Todos se aprovechan de mi”.
“Nunca me escuchas”.
Para cambiar estos pensamientos que nos amargan la existencia podemos también
recurrir a lo que llamamos “darle la vuelta a la tortilla”, muy popularizado por Pablo Motos.
Les puedes decir que hoy pueden haber pasado por un mal momento y que otro día no
tiene por qué repetirse.
El alumno dice: “Nunca me escucha mi mejor amiga”. El profesor contesta: “Entiendo que
te sientas mal y me digas que no te ha escuchado, aunque en otras ocasiones sí lo ha
hecho y lo volverá a hacer”.
El alumno dice: “Siempre me desprecia”. El profesor contesta: “Ha debido tener un mal
día, él es tu amigo y por eso hoy ha reaccionado de esa forma contigo. Mañana se le
habrá pasado y verás cómo volveréis a ser buenos amigos”.
Normalmente tendemos a decirles que no pasa nada, que eso no es como lo ven ellos y
eso no les hace cambiar su opinión. Lo mejor es buscar la manera de que vean que ese
“siempre”, “nunca”, “todo” o “nada” solo está en sus cabezas, ya que en otros momentos
sí se les ha escuchado, no han sido despreciados o no se han aprovechado de ellos.
Simplemente son apreciaciones de ellos y son puntuales.
Para que los alumnos entiendan que la honestidad es algo vital para su integridad como
persona podemos utilizar las historias con moraleja. Por ejemplo:
Hace mucho, mucho tiempo, un rey quería casar a su hijo, ya que él se estaba haciendo
mayor y quería ver cómo su reinado tenía continuidad. Al príncipe no le gustaba cualquier
mujer y le dijo a su padre que quería ver a todas las mujeres del reino reunidas en
palacio. Se lanzó un bando que decía que todas las mujeres casaderas del reino tenían
que presentarse en palacio esa tarde.
Por otro lado, había una campesina que siempre había soñado con conocer al príncipe,
aunque eso estaba muy lejos de sus posibilidades, ese sueño le acompañaba siempre. —
¡Dios mío, puedo ir a conocer al príncipe! —, se dijo. —Aunque he soñado con este
momento toda la vida, él no se fijará en mí. Eso sí, habré conseguido mi sueño,
¡conocerle! —
A palacio fueron mujeres de alta alcurnia, las mujeres de campo no se atrevieron a ir,
menos una, la campesina soñadora. Una vez el príncipe tuvo a todas las cortesanas en
palacio, les dijo que les iba a dar una semilla a cada una para que la cuidaran y al cabo
de un mes tenían que volver con lo que hubiese nacido de esa semilla.
Todas se fueron para atender única y exclusivamente esa semilla que podía ser la llave
para poderse casar con el príncipe. Nuestra campesina sembró la semilla, la regaba, la
hablaba con mucho amor, pero no salía nada, aun así, ella siguió cuidando y hablando
con amor a esa semilla en la que confió. Pasaron las semanas y de esa semilla no salía
nada, se sintió triste la campesina, aunque su sueño ya lo había conseguido, conocer al
príncipe.
Llegó el día de volver a palacio para ver qué había nacido de las semillas que había
entregado el príncipe y cuando nuestra campesina llegó, vio un mundo de colorido por
todos los rincones, todas las demás llevaban unas flores dignas de admirar y ella llevaba
la semilla que le había entregado su príncipe.
—¿Qué traes tú?— ella echó la mirada al suelo y le contestó: —No puedo traerle flores,
pues no me salió nada de la semilla—. El príncipe le cogió de la barbilla para alzarle la
mirada y le dijo: —Tú has de ser mi esposa, pues todas las semillas eran estériles y tú
has sido la única honesta, esto es lo que yo busco en una esposa. La honestidad—.
Es una buena historia para que los alumnos conozcan el poder de la honestidad. Si
consigues que tus alumnos sean sinceros con ellos mismos, verás cómo se hacen
grandes personas y tú habrás puesto tu granito de arena para contribuir a hacer un
mundo mejor.
Si te haces con fábulas que llenen de sentido los buenos valores y esos buenos valores
se los recuerdas una y otra vez con las historias, te puedo asegurar que lo llevarán en su
mochila de recuerdos para toda la vida.
16ª Clave. Qué hacer con un TDA que entra en conflicto.
El Dr. Daniel Amen (psiquiatra y neurocientífico) hace unas advertencias para tratar a
estos chicos. En estos casos nos cuenta el Dr. que los problemas de este trastorno están
en la corteza prefrontal y que suelen ser chicos que buscan conflicto para estimular el
cerebro. Nos aconseja que no alimentemos esa agitación; todo lo contrario, debemos
privarla de alimento. ¿Qué nos quiere decir? Que cuanto más nos intente irritar un chico
con TDA, más tendremos que permanecer tranquilos.
El Dr. Daniel Amen enseña a los padres a dejar de gritar, pues, cuanto más gritan, más
agudizan la intensidad emocional de la familia y más agitación generan en el niño. Cuanto
más intente agravar la situación un chico con TDA, con menor intensidad tiene que
responder quien esté a su lado.
Nos sigue diciendo que esta receta da unos resultados asombrosos, ya que por lo
general las personas que incitan al conflicto están acostumbradas a conseguir que nos
enfademos. Al no entrar en su juego, al principio actúan de forma más negativa, como si
tuvieran el síndrome de abstinencia, aun así, hay que mantenerse firmes en esa actitud y
acabarán por mejorar.
Estas son las estrategias para tratar con alguien que tenga tendencia a buscar conflicto:
Para que la situación sea más distendida, sírvete del buen humor (no del
sarcasmo ni del mal humor).
Di que quieres entender lo que sucede y solucionarlo, pero que solo podrás hacerlo
cuando las cosas se calmen.
Nada es fácil, aunque sabiendo que podemos bajar la actividad de agitación, no se pierde
nada intentándolo. Eso sí, El Dr. Amen deja claro en su libro que, en cualquier tipo de
patología del cerebro, la persona no puede evitar estas conductas por sí sola y que con
medicación y sabiendo cómo tratarla, puede modificarlas.
Son sabidos todos los beneficios que puede aportar la meditación en nuestro día a día:
Disminuye la ansiedad.
La estabilidad emocional mejora.
Aumenta la creatividad.
Aumenta la felicidad.
Se desarrolla la intuición.
Se logra tener mayor claridad mental.
Los problemas se vuelven pequeños antes de llegar a ti.
Eleva tu autoestima y tu autoconfianza.
Mejorar tu poder de concentración.
Aumenta tu productividad.
Ayuda a tener un pensamiento y actitud más positiva.
Mejorar tus relaciones personales.
Tendremos que aceptar que la medida tomada está muy bien por los resultados tan
impactantes que obtiene esta empresa. Con la meditación se consigue tener empleados
con baja ansiedad, buena estabilidad emocional, aumenta la creatividad, intuición,
claridad mental y concentración (ingredientes necesarios para funcionar de forma óptima
en esta empresa), y todo esto lleva a tener buena autoestima, por lo tanto, su actitud y
sus pensamientos son positivos y, en consecuencia, son personas muy productivas.
Tenemos entonces otra herramienta importante a nuestro alcance para podernos relajar y
tener más concentración y atención, en definitiva, para ser más felices: la meditación.
A continuación, tienes una meditación que puedes trabajar con tus alumnos si te sientes a
gusto con esta técnica. Léela despacio para que puedan entrar tranquilamente en la
meditación. No podemos pretender que el primer día dé resultados, la mente habla
mucho por sí sola y llevarla hacia la meditación requiere algo de esfuerzo y hábito.
PAZ
Permite que tu cuerpo y tu mente se hagan más lentos, permaneciendo quieto, tranquilo.
Trabaja progresivamente, pero lentamente, hacia arriba del cuerpo, tensando y relajando
las pantorrillas, los muslos, los glúteos, el estómago, el pecho, los brazos, los hombros, la
espalda, las manos, tus antebrazos, la mandíbula, los ojos y la frente.
Vuélvete consciente, ahora todo tu cuerpo está relajado en una silla, tu atención está
focalizada en el medio de tu frente.
Mantén tu atención focalizada en tu interior y permite que tus pensamientos floten hacia
la superficie de tu mente.
Dile a tu mente que te gustaría estar alerta y escuchar el silencio entre cada
pensamiento.
Entonces escucha, escucha el silencio entre tus pensamientos, si hay alguna sensación o
ruido que te distraiga simplemente déjalos venir y luego déjalos irse y vuelve suavemente
a poner tu atención a la quietud en tu mente.
Ahora imagina que esta habitación está vacía, sin nada que te distraiga.
A medida que observas tus pensamientos de esta manera, empiezan a ser cada vez más
lentos.
Ahora enfoca tu atención en la idea de Paz y el ser pacífico. Crea este pensamiento.
La Paz ha entrado en mi mente y mi mente está ahora en Paz. Repite este pensamiento
suave y lentamente.
Permite que este pensamiento crezca, tome fuerza, al elevar el volumen y el brillo
suavemente, tu mente está ahora llena de Paz y toda tensión se ha ido, solo hay Paz.
En este momento es como si fueras la Paz misma, como el agua que es fresca, serena y
clara. Tu mente es ahora calma, serena y clara. Hay una profunda alegría.
Date cuenta de que este es el estado más natural del ser. Esta es tu verdadera
naturaleza.
Ahora visualiza una situación que sabes que vas a enfrentar en el trabajo o en tu hogar.
Mírate, siéntete a ti mismo usando este estado pacífico de la mente para mantener tu
estado de Paz.
Puedes ver y sentir el poder de la Paz en tu vida al mantener la calma, al hablar con
energía positiva y calmada.
Ensaya lentamente esto en la pantalla de tu mente y luego empieza a ver cómo esa Paz
se ve devuelta hacia ti desde quienes te rodean.
Con este sentimiento de Paz total, suavemente vuelve tus pensamientos, tu conciencia a
tu cuerpo, a la silla, a la habitación al aquí y ahora.
Brahma Kumaris
Las meditaciones en oficinas o grupos amplios se hacen sentado en las sillas, con la
espalda bien erguida y las plantas de los pies bien puestas en el suelo.
Las meditaciones guiadas las podemos encontrar en YouTube y elegir aquella que más
vaya con nosotros. Si meditamos 10 minutos al día estará bien, si meditamos 20 minutos
al día estará mejor, si lo hacemos 30 minutos ¡estará fenomenal!
18ª Clave. Volvemos a engañar al cerebro.
Un estudio demostró que con una simple postura mordiendo un lápiz, le estamos diciendo
a nuestro cerebro que estamos contentos, aunque estemos sumergidos en un momento
triste.
Es de las cosas más sencillas y eficaces para levantar el ánimo, simplemente mantiene
una expresión agradable en tu cara. Esto se demostró en un estudio en el que se pidió a
la mitad de los participantes que sujetaran lápices entre los dientes, lo cual les hacía tener
una expresión parecida a una sonrisa, mientras que a los otros se les pidió que sujetaran
lápices entre los labios, lo cual creaba morros. A ambos grupos se les explicó una serie
de chistes. El grupo con los lápices entre los dientes encontraron más divertidos los
chistes (este estudio lo encuentras en el libro Lo que saben las personas felices).
Eso sucede porque nuestro gesto le está diciendo a nuestro subconsciente que estamos
contentos y este se lo cree, con lo cual produce en nuestro interior serotonina (hormona
de la felicidad) y nuestra emoción cambia.
Si haces este ejercicio con tus alumnos durante dos minutos por la mañana, nada más
empezar el día, la serotonina aumenta haciendo que se encuentren mejor de ánimo. Será
una forma de empezar un gran día. Si este ejercicio lo sumáis al de la postura que
aumenta la testosterona, tendréis a vuestros chicos con una actitud más que
favorecedora para el estudio.
Esto quiere decir que nosotros no tenemos control “real” sobre el 10 % de lo que nos
sucede. No podemos evitar que el coche se estropee, que el avión llegue tarde o que una
manifestación bloquee el tráfico. No tenemos control de este 10 %.
Estás desayunando con tu familia, y tu hija derrama una taza de café y mancha tu camisa.
Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar. Pero lo que suceda a continuación será
determinado por tu reacción. Supongamos que reaccionas de esta forma:
Maldices. Regañas severamente a tu hija porque te tiró la taza encima. Ella rompe a
llorar. Después de regañarla, culpas a tu esposa por colocar la taza al borde de la mesa.
Y sigue una batalla verbal y tú, vociferando, subes a cambiarte la camisa. Cuando bajas,
encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando, terminándose el desayuno y sin estar
lista para la ir a la escuela. Ella pierde el autobús. Tu esposa debe irse inmediatamente al
trabajo. Tú te apresuras a coger el coche y llevas a tu hija a la escuela. Debido a que tú
ya vas con retraso, conduces a toda velocidad. Después de 15 minutos de retraso y
obtener una multa de tráfico de 600€ llegas a la escuela. Tu hija corre sin decirte adiós.
Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta de que se te olvidó toda la
documentación de la empresa. ¡Tu día empezó fatal! Y parece que se pondrá cada vez
peor. Estás deseando llegar a casa y, cuando llegas, encuentras un distanciamiento en tu
relación con tu esposa y tu hija.
d) ¿Tú lo causaste?
La respuesta correcta es la “d”, o sea, TÚ LO CAUSASTE.
Tú no tenías control sobre lo que pasó con el café, ciertamente, pero la forma en que
reaccionaste fue lo que causó tu mal día.
El café te mancha la camisa. Tu hija está a punto de llorar. Tú, gentilmente, le dices, “está
bien cariño, solo necesitas tener más cuidado la próxima vez”. Después de cambiarte la
camisa y coger tu maletín, vuelves al salón, miras a través de la ventana y ves a tu hija
cogiendo el autobús. Ella se vuelve para decirte adiós con la mano.
¡Qué diferencia! Dos escenarios: Ambos empezaron igual, pero terminaron diferente.
Al final nos damos cuenta de que somos nosotros los dueños de nuestros
comportamientos y nuestras elecciones en la vida. Todo lo que hemos estado aplicando
hasta ahora va a hacer que tengas una actitud mental más positiva y te ayudará a tener
templanza para poder reaccionar de la forma más favorable para ti y eso se contagia, por
lo tanto, ese buen hacer va a aportar otro enfoque a tus alumnos y las clases van a ser
más motivadoras en todos los sentidos.
¿Cómo crees que funcionará una clase en la que tú ese día has llegado plagado de
problemas? Me imagino lo que estás pensando. Transmites esa sensación a tus alumnos,
ya que es muy complicado no hacerlo. Eso nos pasa a todos. En ese caso me gustaría
que fueses consciente de que si sale un día algo desastroso en el que han estado
tremendamente revoltosos, no se lo tengas en cuenta a ellos y al día siguiente entra en
clase pensando que es un nuevo día y da lo mejor de ti. Ellos ni se acordarán de lo que
pasó ayer y tú tendrás un día magistral en el que verás resultados muy positivos con tus
chicos.
En la vida estamos eligiendo a cada minuto, aunque no siempre somos conscientes de
ello. Puedes ver un vídeo de Martini en el que se ve que, en función de lo que eliges, la
vida te irá de una manera u otra.
https://www.youtube.com/watch?v=pJpaizUwwGY
Trabajar con maravillosos valores suele ser de las cosas que más gustan porque todo lo
que vivimos de forma repetida lo adquirimos como nuestro y, por tanto, si nos enfocamos
todos los días en hablar de buenos valores, sentimientos y creencias, estaremos
desarrollando esas buenas actitudes.
Cuando nacemos venimos con una fantástica mochila llena de sensaciones positivas.
Imagínate a un bebé: sentimos amor, paz, dulzura, alegría. Estos, junto a muchos otros,
serían nuestros valores originales. ¿Qué nos pasa cuando va pasando el tiempo, cuando
vamos creciendo? La vida nos va llenando de creencias adquiridas. ¿Te acuerdas cuando
estabas en el parque y bajaste con tu mejor juguete? Bajabas con muchísima ilusión y,
lógicamente, llamaste la atención. Se acercaron varios chicos y tu mamá te dijo: “déjales
tu juguete”. No te sentó muy bien, pero le hiciste caso. El problema vino cuando el único
que no jugó con tu juguete fuiste tú, ya que los demás no lo soltaban, no tenían una
mamá como la tuya que les dijese “¡devuelve ya el juguete que lo has tenido mucho
tiempo!” Al día siguiente lo bajaste y fuiste algo egoísta, no lo quisiste dejar. Es un tonto
ejemplo que nos lleva a darnos cuenta de que vamos modificando lo que pensamos del
mundo en función de lo que vivimos y, así, se forjan nuestros valores y creencias.
Si en tu clase tienes alumnos egoístas, algo maleducados, revoltosos, intolerantes, algo
deshonestos… piensa que son valores adquiridos, pero dentro de cada uno de nosotros
siguen estando los valores originales y, si nos los recordamos diariamente durante
aproximadamente un mes, volveremos a recuperarlos, pues, como vimos anteriormente,
el subconsciente se lo cree de nuevo.
Trabaja valores positivos como si fuera una canción y verás qué diferencia encontrarás
con respecto a tus alumnos. Haced una lista de valores maravillosos entre todos para
darle más fuerza.
Aumentar nuestra zona de confort supone sentirnos cómodos con tareas difíciles o
actividades complejas que nos lleven al éxito y al triunfo. Tus alumnos están
continuamente haciendo y aprendiendo cosas nuevas, por lo tanto, ellos están expuestos
a salir de la zona de confort todos los días.
Cuando realizan de manera cotidiana una actividad que de alguna manera u otra les
incomoda (pero que les puede permitir lograr nuestras metas) salen de su zona de confort
y se vuelven mucho más habilidosos en dichas actividades.
¿Dónde está el origen de no salir de la zona de confort? La falta de sueños hace que
haya menor motivación, de ahí que sintamos la necesidad de permanecer en la zona de
confort, donde actuamos sin hacer esfuerzos, o sea, de forma automática. Por lo tanto, es
un acierto tener sueños y querer cumplirlos. Los pequeños pasos que hay que hacer para
llegar a un sueño son pequeñas metas que hay que celebrar cada vez que se llegue a
cada una de ellas. Eso motiva, ya que en el proceso de querer hacer una carrera
universitaria hay que ir dando pequeños pasos, como aprobar asignatura a asignatura y
curso a curso.
Sin embargo, si un alumno quiere ser fotógrafo, no le vamos a estimular diciéndole que
aprobando curso a curso va a conseguir su objetivo, pero sí le podemos decir que las
bases para poder llevar bien la empresa en la que él trabaje de fotógrafo, las va a obtener
de sus estudios y le van a ayudar para llevarla mejor.
Salir de la zona de confort supone tener miedos a los que enfrentarse, pues vamos a por
situaciones desconocidas, sin embargo, eso hace que consigamos más objetivos en la
vida. Induce a tus alumnos a soñar y conseguir sus sueños. Habla en clase y que
expongan sus sueños, ya verás cómo se van contagiando unos a otros y saldrán grandes
creaciones de sus cabezas.
Los que salen de esa zona suelen ser personas muy disciplinadas, trabajadoras, con un
objetivo claro, entusiastas. Aunque tengan un sueño muy grande, se enfocan en ir dando
pasitos pequeños hasta que llegan a su GRAN SUEÑO, SU GRAN OBJETIVO.
Se hizo un estudio a dos gemelos que habían nacido en una familia desestructurada con
un padre alcohólico que había cometido varios delitos y estaba en la cárcel. Al llegar
estos gemelos a la edad adulta, uno de ellos había cometido delitos y estaba en la cárcel
y, el otro, había conseguido terminar sus estudios: obtuvo una carrera, un trabajo de
directivo (se hizo rico) y una familia totalmente estructurada. Por separado, se les hizo la
misma pregunta: “¿De qué depende que usted se haya convertido en lo que es?” Los dos
contestaron lo mismo: “¿Qué esperan, con un padre como el que he tenido?”
Cada uno de ellos manejó su experiencia de maneras muy distintas. Uno se hizo víctima
de las circunstancias y decidió que no iba a hacer ningún esfuerzo, pues eso era lo que le
había tocado vivir. Se quedó en la zona de confort.
El otro, con gran esfuerzo, fue un chico disciplinado, trabajador y constante porque tenía
un objetivo: ser alguien bueno e importante en la vida. El esfuerzo que tuvo que hacer
este chico para conseguir sus sueños fue enorme.
No tenemos que mirar a las personas exitosas como las personas que más suerte tienen
sobre La Tierra, sino que hay que verlas como las personas que más trabajan y se
esfuerzan para llegar donde quieren y conocer cuál es el camino que han recorrido para
llegar hasta donde están.
Ahí radica el éxito de las personas exitosas, en el camino recorrido con esfuerzo,
autodisciplina y trabajo, mucho trabajo.
¿Por qué se consiguen, o no, los objetivos y las metas que nos proponemos? Por cuatro
motivos:
Con su madre tenía muy buena relación y él la recordaba como "comprensiva, cariñosa y
su mejor maestra", según sus biógrafos tuvo una influencia muy destacada en la vida de
su hijo, pues es probable que sin ella hubiera sido un hombre ignorante, incomprendido y
desdichado. Cuando pasaba por fracasos escolares su madre siempre estaba ahí
presente para ayudarlo y así con tiempo logró terminar su carrera inicial.
Siempre vivió con sueños, imaginando con distintos inventos y sistemas mecánicos para
agilizar procesos industriales y personales. Era de una personalidad incansable,
entusiasta, sabía que las ideas, para dar su fruto, deben apoyarse en la investigación
científica más cuidadosa y perfecta. Trabajó tesoneramente. Deseaba adquirir y leer
todos los libros científicos necesarios para sus anhelados experimentos.
Cierto día salvó la vida de un niño que estaba sobre los rieles, a punto de ser atropellado
por un tren. Ese acto de arrojo le valió la gratitud y el afecto del padre de la criatura que
en ese entonces era telegrafista en Port Hurón y que le dijo: "Lo que yo puedo hacer por
ti es enseñarte mi oficio. Cuando lo conozcas te será mucho más fácil conseguir un buen
empleo”.
Mientras aprendía el alfabeto Morse, Edison vivía fascinado, entusiasmado por el
funcionamiento de la máquina. Un año después lo veremos en su primer puesto de
telegrafista de Cincinnati. Seguidamente se trasladó a Boston. A la edad de 22 años
(1869) vivía en Nueva York y trabajaba en una compañía importante. Un día se produjo
un desperfecto en el aparato transmisor. Edison se ofreció para repararlo y cumplió tan
brillantemente su tarea que fue nombrado consejero técnico.
Durante este nuevo período de su vida inventó un registrador eléctrico para los votos
parlamentarios que, sin embargo, no obtuvo el éxito esperado, pero, incansable en sus
investigaciones, inventó otra máquina que reemplazó al anticuado indicador telegráfico de
las cotizaciones de valores. Esto le produjo 40.000 dólares de ganancia que le
permitieron abandonar su empleo y abrir un laboratorio en Newark.
La personalidad del joven sabio era tan definida que sus colaboradores aceptaron
modestos salarios y penosos horarios con tal de trabajar junto a él. Su encantadora
vecina, Mary Stillwall, después de haber sido su primera secretaria, aceptó ser su esposa
a pesar de la existencia modesta que Tomas le ofrecía. Mary, cariñosa, fiel y buena,
compartió sin quejas las privaciones, las fatigas y las preocupaciones que un día debían
transformarse en riqueza y gloria.
Desde 1870 hasta 1876, Edison hizo patentar 120 inventos distintos, algunos muy
importantes. Entre ellos estaba el multicopista (mimeógrafo), destinado a la copia de
escritos y dibujos que se reproducen mediante un papel especial cubierto de parafina, y
un aparato con sirena para alertar a policías y bomberos. Pero el más notable fue el
sistema de telégrafo automático, que consistía en una cinta perforada que permitía la
impresión de un mensaje en letras, en vez del antiguo sistema de puntos y líneas. Este
nuevo aparato, ensayado con enorme éxito, realizaba la anhelada posibilidad de permitir
la transmisión simultánea de varios mensajes con el mismo cable.
Sus numerosos estudios sobre la acústica, a la que dedicaba largas horas desde hacía
muchos años, le valieron el más original de sus descubrimientos: el fonógrafo. Se sabe
también que, al mismo tiempo, otro sabio francés de nombre Charles Cros, inventaba una
máquina llamada "parlante”... El hecho es asombroso por cuanto los dos hombres
trabajaban separadamente.
El primer fonógrafo consistía en un cilindro sobre el cual se ajustaba una bocina que
recibía la voz unida a una punta que grababa las vibraciones sonoras. Provisto de este
aparato curiosísimo, Edison se presentó ante el señor Beach, director de una de las más
importantes revistas científicas americanas. "Buenos días" dijo la voz de Edison, saliendo
del aparato, “¿qué pensáis del fonógrafo?". Beach se sobresaltó, pero pronto se
sobrepuso al asombro y preparó inmediatamente un número especial para anunciar, en el
Scientific American, el nuevo y prodigioso invento. Esto ocurría en 1878. El gran hombre
era feliz como un niño que hubiera llegado a fabricar un juguete maravilloso.
El recipiente (un pequeño globo de vidrio que le había valido meses de trabajo) estaba
listo. Pero lo que no había podido encontrar aún era el filamento capaz de resistir la
incandescencia por mucho tiempo. Parece que la noche fue buena consejera y la suerte
favoreció a su genio. Mientras leía a la luz de una lámpara de petróleo, su mano se untó
con hollín al tocar inadvertidamente el tubo.
Si te das cuenta, los sueños nos ponen en acción y es una máxima fundamental para
llevar hacia adelante cualquier sueño que tengan tus alumnos. Si los ves perdidos,
acuérdate, no te preocupes por ellos. Cuando se está perdido se siguen haciendo cosas,
se está activo y llegará el día en que encuentren sus objetivos. Si ves a algún alumno
parado, preocúpate, pues en esa inactividad en la que estará sumido no puede aparecer
nada. Para estar vivo hay que estar activo.
Pregúntales por sus sueños de vez en cuando y pon a debatir cómo llevarían a cabo esos
sueños. No solo será una clase divertida, será constructiva y llena de creatividad.
https://www.youtube.com/watch?v=i07qz_6Mk7g&feature=youtu.be
Para que este trabajo sea lo más productivo para ellos, tiene que hacerse en cartulina
grande y con dibujos o con palabras llenas de color. Empezarán por hacer un círculo en
el centro de la cartulina, en el que harán un dibujo de su sueño, pongamos por ejemplo
que quiere ser bailarina, así que aparecerá una bailarina como objetivo.
Nos iremos al círculo “personas que me pueden ayudar” y ahí esta alumna dibujará a sus
padres y a una profesora de baile.
Pasamos al círculo “¿qué recursos tengo?” Y dentro del círculo pondremos los recursos
internos: si le encanta ser bailarina, puede dibujar un corazón para enfocarse en que eso
es lo que más desea, esa fuerza interior que le mueve a conseguir ser bailarina es su
mayor recurso interno. Como recurso externo, por ejemplo, puede dibujar a su madre
acompañándola a la escuela de baile.
En el círculo “recurso que no tengo y necesito para mi meta” puede ser una escuela de
baile, y dibujar esa escuela.
En “¿qué segundo paso tienes que dar?” Ir a una escuela en la que sepas que ese
objetivo se puede realizar.
Dicen que para atraer abundancia a tu vida el primer paso es ser agradecido.
Cuando se vive en una actitud de gratitud hacia todo y hacia todos, pueden suceder
milagros.
Cicerón decía que: “La gratitud no solo es la mayor de las virtudes, sino que es la madre
de todas las demás”.
Enseñar gratitud a tus alumnos te va a aportar mucha satisfacción. Algo muy americano
que se hace en cursos de alto impacto para adultos es que, cada vez que un alumno
contesta a una pregunta, el ponente da las gracias; y si el alumno hace una pregunta al
ponente, este dice: “¡Esa es una pregunta muy interesante para todos, gracias!”. Lo que
estamos haciendo es darles a los alumnos tal valor, que al final se van a implicar más por
sentirse valorados con cada gracias que escuchan.
Además, agradecer te hace sentir bien y vas a dar una sensación de comodidad a tus
alumnos. Tanto si la gratitud viene hacia nosotros mismos o va dirigida a otros, de forma
inmediata comenzamos a sentirnos más felices, más relajados y optimistas y esto no es
magia, es realidad.
¿Y qué pasa cuando te sientes agradecido y positivo? Que aceleras lo que deseas en tu
vida, aprecias lo que tienes y a los que te rodean y experimentas el sentimiento de estar
realizado, algo fundamental para tener una sólida Inteligencia Emocional.
Los estudios también demuestran que una actitud positiva ayuda a mejorar la curación
del cuerpo y la salud en general. Cuando tienes un sentimiento de gratitud de, al menos,
15-20 segundos, este sentimiento hace que se produzcan cambios beneficiosos en tu
cuerpo. Se relajan las arterias coronarias aumentando, así el suministro de sangre al
corazón. Y la respiración se vuelve más profunda, lo que eleva el nivel de oxígeno de los
tejidos. Así que tendrás, además, alumnos muy sanos.
Siempre recibirás más de lo que das. Cuanto más ayudamos a otros, más nos ayudamos
a nosotros mismos. Esta es una máxima que tienes que transmitir a tus alumnos, el valor
de ser agradecido es tan gratificante que viene de vuelta multiplicado por mil.
Una de las verdades increíbles acerca del agradecimiento es que es imposible sentir la
emoción positiva de la gratitud y una emoción negativa como la ira o el miedo al mismo
tiempo (acuérdate del ejercicio de las posturas y los recuerdos de la 6ª clave).
La gratitud es una maravillosa herramienta que podemos utilizar para sentirnos bien
rápidamente.
Otro vídeo que puedes ver trata de una cadena de favores.
https://www.youtube.com/watch?v=nwAYpLVyeFU
Según cómo lo veas, los psicólogos dirán que eres optimista o pesimista. La verdad es
que solo nos dan dos opciones, pero en un congreso oí a un joven empresario, Marc
Vidal, dar una tercera opción. ¿Sabéis cuál era?
El vaso se puede seguir llenando a lo largo de toda la vida. Yo cuanto más sé más quiero
saber, así que lo llenaré el resto de mi vida de ilusión y ganas de seguir aprendiendo.
En una conferencia de pensamiento positivo, al comentar esta tercera opción, hubo una
persona que había salido de un cáncer de mama y comentó: “Yo quiero seguir llenándolo
de vida”.
No hay nada más importante que los objetivos en la vida, es más, los objetivos son los
que nos hacen levantarnos por las mañanas muy motivados y con muchas ganas de
avanzar para conseguirlos.
Y tú, ¿cómo lo seguirás llenando? Es un juego con el que puedes llamar la atención de
tus alumnos para motivarles y llenarles de objetivos y metas, que es lo que al final nos
impulsa a ir hacia adelante. Es posible que pueda ser una entrada para un ejercicio
estimulador y que te sea útil junto con otras claves.
Esta es la parte que más me gusta, ya que yo no concibo ya mi vida sin esta actitud.
Decidí hace más de catorce años que mi vida tenía que dirigirse hacia adelante con
ganas, con alegría y con objetivos, pues estos son los que nos hacen levantarnos con
mucha ilusión todos los días. Cuando un objetivo se cumple, al estar activos, aparecerá
otro que cumplir y, con él, las ganas de seguir haciendo y cumpliendo sueños.
Sí, he dicho sueños, porque soñar es maravilloso. Que vuestros alumnos sueñen es lo
mejor que les puede pasar, sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa: si sueñan y
se ponen en acción, sus sueños se podrán convertir en realidad; si sueñan y se quedan
inactivos, ese sueño nunca se cumplirá y no podemos decir que sea un sueño, sino una
fantasía.
Con esto se pueden ir haciendo cambios hacia una actitud mental positiva y podrás llevar
a tus alumnos hacia esa meta con hábitos que puedes ir instaurando poco a poco.
Si consigues que ellos cada día tengan más pensamientos positivos, el trabajo del día a
día será más fácil de lo que te imaginas, pues son mentes más abiertas, más creativas,
más colaboradoras, más empáticas, más comunicativas y más receptivas.
Tener alumnos felices es una meta para cualquier docente: cuanto más felices sean,
mejor aprenderán tus asignaturas y, además tendrán la posibilidad de dar mucho de sí,
pues les dais la oportunidad de ser ellos mismos.
S+A+C+I=M
Todos nacemos con talentos. Cada vez más, se está potenciando desde las escuelas a
los chicos y chicas para que estos talentos no se queden escondidos y vayan de forma
paralela con la educación a nivel curricular. Se ha visto que hay chicos que se enfocan en
sacar adelante sus cursos con mucho esfuerzo y esos talentos de los que estamos
hablando se van quedando cada vez más enquistados por no poderlos poner en práctica,
sobre todo en los casos en que, a nivel académico, se va más flojo. El foco se pone
exclusivamente en el estudio y sus habilidades se van escondiendo. He pensado en
muchas ocasiones en esos chicos que supuestamente no tienen habilidades y es porque
tienen que escoger estudiar más que otros, ya que les cuesta mucho y se olvidan de sí
mismos. Por ello, hay que dejarles soñar, aunque sean sueños que parezcan imposibles.
Acordaros de Edison.
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN
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2. Antes lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios, ahora lo dice la
ciencia:
4. La corteza prefrontal:
a. Modula la emoción.
b. Les dices que se vayan cada uno a un sitio y que no se les ocurra volver a
enfrentarse de esta manera.
6. ¿Qué es asertividad?
b. Es importante decir lo que uno siente, aunque pueda hacer daño al otro.
a. Son los chicos de la clase llamados “Los populares”, hablan de cosas que
les importan a los demás.
b. Son los chicos de la clase que tienen la capacidad de manejar a los demás.
10. ¿De qué forma puedes ayudar más a que tus alumnos recuerden mejor la
materia que les estás enseñando?
d. Chicos normales.
a. Mozart.
b. Campbell.
c. Vivaldi.
d. Beethoven.
13. ¿Qué nos recomienda el Dr. Mario Alonso Puig con respecto a las creencias?
15. ¿Durante cuánto tiempo sabe la empresa Google que la corteza prefrontal
trabaja a un rendimiento del 100%?
a. Dos horas.
b. Tres horas.
c. Cuatro horas.
d. Cinco horas.
a. Con la sonrisa.
c. Con un recuerdo.
d. Con un paseo.
a. 80/20
b. 90/10
c. 70/30
d. 60/40
18. En el principio de Stephen Covey, él pregunta después de haber tenido un
pésimo día, quién causó esas malas situaciones. ¿Cuál sería, según el autor,
la respuesta correcta?
d. ¿Tú lo causaste?
20. Los personajes como Edison que han llegado a triunfar con sus sueños,
tenían un ingrediente especial:
a. Esfuerzo.
b. Pasión.
c. Decisión.
d. Alegría.
25. La asertividad:
a. Ayuda a mejorar la autoestima
b. Es decir lo que sentimos sin hacer daño a los demás
c. Es no decir lo que sentimos para no hacer daño a los demás
d. Las respuestas a y b son correctas
29. Las creencias sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea:
a. No se pueden cambiar
b. Son tajantes, sean positivas o negativas
c. Son potenciadoras, sean positivas o negativas
d. Todas las afirmaciones son correctas
TAREA 1
De las veinticinco claves que se te enseñamos, tienes que presentar un estudio escrito
de cómo has trabajado con tus alumnos en un total, de ocho claves y los resultados que
has observado.
Para tener un análisis objetivo, tienes que utilizar varias veces cada clave, es decir,
valorarlas después de haberlas incorporado en el aula distintos días, para de esa
manera poder apreciar los cambios que ha habido en la conducta de los alumnos. Sobre
todo, observar cómo los hábitos van generando cambios
TAREA 2
Explica qué harías para que los alumnos del segundo ciclo de educación primaria
interioricen el concepto de empatía.
TAREA 3
Inventa tres ejercicios para “engañar a nuestro cerebro”, indicando la edad de los
destinatarios del mismo y en qué momento se realizarían.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Alonso Puig, Mario (2011): Ahora yo. ¿Y si creas tu propio futuro en ligar de
encontrártelo?