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Árbol Monumental:
El helecho arbóreo de
Pazo de Santa Cruz de
Ribadulla
J. Gaspar Bernárdez Villegas / Xesús l. Fernández Alonso /
Dr. en Investigación Agraria y Forestal. Dr. Ingeniero Agrónomo. Consultor Independiente.
Paisajista y Consultor Independiente. sunivigo@hotmail.es
gaspar.bernardez@gmail.com
Antonio Picornell Rodríguez /
Á. Enrique Salvo Tierra / Dr. en Palinología. Departamento de Botánica y
Pteridólogo y Director de la Cátedra de Cambio Fisiología Vegetal, Universidad de Málaga.
Climático. Departamento de Botánica y Fisiología picornell@uma.es
Vegetal, Universidad de Málaga.
salvo@uma.es
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(fig. 2) y las pérgolas, que son algunos de los elementos que acaparan el mayor pro-
tagonismo en el apartado de las construcciones de esta singular residencia señorial,
que en la actualidad pertenece a la familia de Alfonso Armada, marqués de Santa Cruz.
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El jardín
Figura 3. Estanque Grande en el bosque. Al fondo se El helecho arbóreo se encuentra en el jardín decimo-
aprecian los dos ejemplares de tulipero de Virginia nónico adyacente al pazo, que incluye cuatro parte-
(Liriodendron tulipifera) incluidos en el Catálogo Galego rres y un estanque circular central (fig. 4). Este espacio
de Árbores Senlleiras. concentra una riqueza vegetal de difícil parangón en
Galicia, con árboles de las especies Cryptomeria ja-
y Molino; Cascada; Jardín del Sol; Carrera de Olivos; ponica (Thunb. Ex L.f.) D.Don y Washingtonia robusta
Campo Agrícola y Bosque. Espacios cuya interpreta- H.Wendl. también incluidos, junto con la Dicksonia,
ción conjunta convierte la posesión en un inmenso y en el Catálogo Galego de Árbores Senlleiras. Otras
excelso jardín poblado por plantas forestales, agrícolas plantas que destacan por su edad, singularidad y ta-
y ornamentales. Nos da una idea de la grandeza vege- maño, y son potenciales candidatas a su inclusión en
tal un fragmento de la descripción hecha en el Diario el citado Catálogo, son el ejemplar arbóreo de Halesia
de una Peregrinación, en el último cuarto del siglo XIX, carolina L., posiblemente el de mayores dimensiones
por Fernández Sánchez & Freire Barreiro (1880-1885): de España de esta especie escasamente cultivada,
“Pasan de dos mil doscientos los frutales, sin contar el gran árbol de la también rara Magnolia campbellii
muchos cientos de olivos, castaños, nogales, naran- Hook.f. & Thomson, el pie de Magnolia kobus DC., el
jos y limoneros; no bajan de quinientas las especies mayor de los representantes de la especie Pittospo-
de árboles y arbustos de adorno, la mayor parte de rum eugenioides A.Cunn. (hay otros tres de menores
los cuales en vano se buscarían en quintas que go- dimensiones cerca) y los ejemplares arborescentes de
zan de merecida fama; los forestales, muchos de ellos Staphylea colchica Steven.
exóticos, no pueden reducirse a número; quizás no
falta ninguna de las variedades conocidas de eucalip- En el jardín del estanque hay otros árboles y arbus-
tos; por todas partes se encuentran bojes de increíble tos relevantes, como son el gran rododendro arbóreo
corpulencia; de una interminable calle de manzanos, (Rhododendron sp. L. Grupo Smithii), los cuatro pies de
perales y avellanos, pasáis a otra y otras de mimosas Cocculus laurifolius DC., la conífera Cephalotaxus ha-
que en una pasmosa longitud roban su imperio al sol;
¿y quién podría contar las infinitas plantas y flores de
suave aroma y vivísimos e incomparables matices que Figura 4. Estanque circular en el centro de los parterres
esmaltan aquel paraíso?”. (Imagen cedida por la Estación Fitopatológica Areeiro).
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A pocos metros, llaman también la atención los gran- gimnospermas se acentuaría en el Cretácico (145 Ma a
des magnolios (Magnolia grandiflora L.) centenarios y 99 Ma). La conjunción de una serie catástrofes a escala
de gran tamaño. Uno de ellos con una espectacular global conllevó a la oportunidad de que se seleccionara
glicinia trepadora (Wisteria sinensis (Sims) DC.) que un importante avance dentro de las fanerógamas, el al-
cubre gran parte de su copa. Hay también numerosas bergue de la semilla en el interior de un fruto y una más
camelias (Camellia japonica L.) centenarias, entre las perfeccionada estructura anatómica en raíces, hojas y,
que se encuentra la recogida en el Catálogo Galego en especial, de los tallos. Estas angiospermas pasa-
de Árbores Senlleiras. ron a dominar la flora terrestre y en consecuencia las
gimnospermas y las pteridófitas sufrieron una impor-
Un gran monumento para entender la biodiversi- tante reducción de sus representantes. Actualmente
dad: la Dicksonia antartica de ribadulla los helechos y plantas afines no superan las doce mil
La conquista de las tierras emergidas por las plantas, especies, circunscribiéndose la gran mayoría a la franja
gracias al creciente aumento de la concentración de intertropical, donde la mayor humedad y temperatu-
oxígeno en la atmósfera y la formación del escudo pro- ra aun proveen de unas excelentes condiciones para
tector de ozono, fue tan exitosa que de forma rápida (en su desarrollo. Uno de los grupos más afectados fue
la escala geológica) se produjo una intensa expansión a precisamente aquel monofilético que se conoce como
la vez que una diversificación de formas que serían los ‘núcleo de los helechos arbóreos’, reliquias de aquel
prototipos de todos los clados de plantas superiores. pasado esplendoroso del que en la actualidad sólo
La biodiversidad devónica (416 Ma a 359 Ma) se incre- nos quedan algo más de 600 especies1, la mayor parte
mentó notablemente, siendo los grupos de licopodios, de ellos incluidos dentro del Orden de las Cyatheales,
equisetos y helechos los dominadores de las floras con- siendo la familia de las dicksoniáceas (además de las
tinentales. La composición de aquella atmósfera y la cyatheáceas, cibotiáceas y metaxyáceas) las que con-
competencia por la luz solar favoreció el desarrollo de centra la mejor representación (Pichi-Sermolli 1977).
formas gigantescas, que aún se diversificarían y exten-
derían más durante el período Carbonífero (359 Ma a La familia Dicksoniaceae
299 Ma). A la vez aparecía un nuevo grupo de plantas, Las evidencias fósiles reconocidas recientemente si-
las gimnospermas, con dos grandes avances adapta- túan el origen de esta familia hace 132 Ma, precisa-
tivos: la aparición de una estructura floral básica que mente durante el Cretácico temprano, extendiéndose
favorecía la reproducción sexual sin la dependencia del sus tres principales géneros Calochlaena (Maxon)
agua, y la semilla como forma de dispersión en la que M.D.Turner & R.A.White (5 especies actuales), Lopho-
el embrión estaba a buen resguardo, a la vez que tenía soria C.Presl (1sp.) y Dicksonia L’Hér. (25 spp.) por
garantizada la nutrición por la acumulación de sustan- toda la superficie del supercontinente de Gondwana
cias de reserva. Aquellas grandes pteridófitas tuvieron (Noben et al. 2017). La posterior fragmentación de Pan-
que competir con estas nuevas plantas, que además gea conllevó a una separación de las especies, que
se adaptaban mejor a las condiciones extremas y en formarían durante un período entre 8 y 13 Ma, debido
especial a los bruscos cambios climáticos, gracias en al aislamiento geográfico tan importante que surgió,
buena medida a la producción de nuevos tejidos de cre- otras nuevas diferenciadas en los reinos paleotropical,
cimiento secundario en sus tallos. El declive de aquel neotropical y australiano, muchas de las cuales ya solo
grupo ancestral de helechos, al igual que el de muchas forman parte del registro fósil.
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Cabe reseñar que en Europa tan sólo queda representación de una sola especie de helecho arbóreo: Culcita macrocarpa C.
Presl., un endemismo iberomacaronésico cuyo areal de distribución se restringe a unas pocas poblaciones de escasos y aislados
individuos en el Norte de Galicia, Cornisa Cantábrica, Norte de Portugal, Sierras de Algeciras y algunas islas de Azores, Madeira
y Canarias (Salvo Tierra 1990) (Fig. 5)]
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Agradecimientos
Los autores agradecen la colabora-
ción y ayuda del Servicio Central de
Apoyo a la Investigación de la Univer-
sidad de Málaga (SCI) y del Herbario
MGC. A. Picornell está respaldado
por una beca postdoctoral financiada
por la Consejería de Transformación
Económica, Industria, Conocimiento
Figura 9. Apuntalamiento mediante estacas de la Dicksonia antarctica del y Universidades (Junta de Andalucía,
Pazo de Santa Cruz de Ribadulla. POSTDOC_21_00056). También que-
remos agradecer a las personas res-
ponsables del Pazo de Santa Cruz de
Ribadulla su buena disposición a la hora
de permitirnos el acceso a sus jardines y
la toma de muestras del ejemplar.
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