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Biografía

Roberto Armando Ordoñez Flores

La tarde del domingo 26 de Septiembre


de 1966 nace en la ciudad de
Tegucigalpa Roberto Armando Ordoñez
Flores, segundo hijo del matrimonio
entre Don Roberto Armando Ordoñez
Licona, comerciante y reconocido
árbitro de la liga nacional de futbol
entre la década de los 70 y los 80, y Doña Isbela Flores
Murillo, modista y ama de casa.
Sus años de infancia y adolescencia los vivió en la
popular y ahora desaparecida colonia “Soto” junto a
sus hermanos Abelardo, Marlon, Isbela y Mauricio
donde conoció y compartió con muchos queridos
amigos.
A inicios de los 70 asistió al Jardín de Niños
“Evangélico” y estudio su primaria en la escuela pre-
vocacional “Raúl Zaldívar” donde aprendió electricidad
y carpintería. Sus años de colegio los realizó en el
Instituto Mixto “Hibueras”, donde gracias al apoyo e
influencia de su tío Elias Flores quien lo motivó a
desarrollar su talento musical y a participar en
diferentes concursos colegiales y festivales nacionales
de la canción como “El Festival de la Sal” el “Goretti de
Plata” el “Festival de la canción” en el ICVC, donde
interpreto éxitos internacionales de sus artistas
favoritos, que lo hicieron ganar el primer lugar en 23
festivales en los que participó en la década de los 80 y
de la mano del maestro Tony Sierra, en dos festivales
OTI donde también fue finalista posicionado en los
primeros lugares.
Desde muy pequeño presentó gran inquietud y
habilidad por las artes y gracias a la influencia de su
hermano mayor Abelardo y su profesor de Artes de
colegio toma la decisión de ingresar a la “Escuela
Nacional de Bellas Artes” (ENBA) donde tuvo el honor
de aprender de maestros y artistas nacionales.
Egresó de “Bellas Artes” en 1987 como Maestro de
Educación Primaria con especialidad en Artes Plásticas,
en donde especializó su vocación artística en la
escultura y una marcada inclinación por la pintura al
óleo.
En 1988, se inició como docente en el Instituto “La
Fraternidad” de Juticalpa y en 1989 en la “Escuela
Normal Mixta” de Olancho, período en el que se
desempeñó como docente impartiendo clases de
Expresión Estética y Artes Plásticas, a mediados de los
años 90 como Consejero y Jefe de Consejería en esta
última institución.
En 1997 egresó como “Profesor de Educación Media
con Especialidad en Artes Plásticas” de la Universidad
Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” de
Honduras (UPNFM).
También realizó diferentes diplomados y
capacitaciones en instituciones nacionales e
internacionales en temas relacionados con gestiones
administrativas, investigaciones de aprendizaje,
manejo de documentos y recursos humanos, entre
otros.
En 1998 integró la junta directiva Central del Colegio
de Profesores de Educación Media de Honduras
COPEMH donde fue Secretario de asuntos culturales y
profesionales, en 1999 realizó y coordinó el proyecto
El COPEMH la Historia, mural que se encuentra en el
salón Salvador Ibarra de esta institución, además fue
partícipe de grandes luchas y conquistas para el
magisterio nacional.
Después de su ardua labor en la dirigencia magisterial,
la cual nunca dejó a un lado porque continuaba
prestando asesorías y opiniones a muchos de sus
colegas cuando estos se lo solicitaban, se desempeñó
como Secretario General del “Instituto Superación San
Francisco” de Comayagüela, en el año 2,000.
En el año 2002 llega a la dirección del “Instituto Jesús
Aguilar Paz” (IJAP) en Comayagüela, donde llevó a cabo
diferentes proyectos en los que destacan el gran apoyo
a los deportes y las artes en especial al cuadro de danza
folclórica logrando intercambio cultural con un cuadro
de danza folclórica de la ciudad de México, que
visitaron el país en septiembre del 2004.
Realizó diferentes proyectos educativos y de mejoras
estructurales como implementar los laboratorios de
informática y la construcción de los laboratorios del
departamento de Educación Física, entre otros.
En 2007 llega al Gran Instituto Central Vicente Cáceres
donde desarrolla proyectos educativos y de
infraestructura como implementación de becas para
estudiantes con excelencia académica, reparación de
mobiliario, apoyo constante en las artes y deportes,
impermeabilización de techos, parques con quioscos,
alumbrado de aulas y en las áreas del estacionamiento
y entrada al instituto, así como también la imponente
fachada tipo frontón griego que da más realce a esta
insigne institución.
El amor y compromiso por el prójimo y el ideal de un
mejor sistema educativo, así como un país con
igualdad de oportunidades para todos los hondureños
y hondureñas lo llevan a incursionar en una nueva
aventura en su vida: la política.
En 2004 y 2008 se lanza como pre candidato a diputado
por el partido Liberal en las elecciones internas. En
2009, con el golpe de estado y a pesar de ser tomado
en cuenta para cargos públicos a los que se negó
rotundamente, se da inicio a la persecución mediática
y política la cual llega a su cúspide en 2011 al declararse
abiertamente militante del partido Libertad y
Refundación (Libre) en el cual participó en elecciones
internas por la alcaldía de la capital en 2012.
En Octubre de 2013 fue injustamente separado de su
cargo de director de ICVC de manera arbitraria e
incumpliendo todo tipo de procedimiento legal para
realizar dicha suspensión siendo sometido a una serie
de difamaciones y calumnias de parte de
comunicadores, algunos docentes y autoridades
educativas del momento, acusaciones que a la fecha, y
después de una serie de investigaciones y prácticas mal
intencionadas, no han podido ni podrán demostrar, y
como él siempre decía: “no hay nada mejor que una
conciencia limpia y tranquila, y el poder dormir y
despertar en paz”.
Estuvo más de 7 años separado de lo que más le
gustaba y amaba, ejercer la docencia y sobre todo el
poder servir y ayudar a los demás. Y a pesar de los
duros momentos que pasó durante todo este tiempo,
las decepciones y traiciones de muchos a quien
apreciaba, este tiempo le sirvió para sanar muchas
heridas, a dar vuelta a la página, a perdonar y aprender
a valorar lo verdaderamente importante: el amor de la
familia.
Estos años le permitieron compartir tiempo de calidad
en familia, conoció la vida sin estrés, el tiempo sin reloj,
porque los momentos a su lado no tenían fin, disfrutó
a sus nietos como ninguno y ellos pudieron compartir
con él momentos y anécdotas inolvidables que llevarán
por siempre en sus corazones.
Quizás en algún momento existió la impotencia de no
poder suplir algunas necesidades económicas como la
enfermedad y fallecimiento de su madre o el no poder
viajar de nuevo a ver y abrazar a su padre, o
simplemente ayudar económicamente a quienes
amaba, pero se llevó lo más importante, los mejores
momentos, la paz, el amor en su mente y en su
corazón.
Roberto A. Ordoñez, como él últimamente escribía ya
que decía existían algunos que se llamaban igual y él
no quería que lo confundieran con esas personas. Dejó
muchas enseñanzas en todos los que tuvimos el
privilegio de cruzarnos o compartir con él en este
andar que es la vida, un hombre con muchos defectos
pero con muchas más virtudes, honesto, noble,
amoroso, leal, de carácter fuerte, buen amigo,
compañero, jefe, hermano, cuñado, tío, esposo, padre,
abuelo y por qué no el mejor de los suegros, con un
corazón mil veces más grande que él, que pudo darle
amor por igual y sin diferencias a sus hijos y nietos de
sangre y a sus hijos y nietos de corazón, sin rencores ni
para los que más daño le hicieron.
Pintor y escultor profesional Sus obras artísticas las
podemos encontrar en la pinacoteca del Banco Central
de Honduras, INPREMA, COPEMH, en su casa, en la
casa de algunos de sus amigos, familiar o ser querido.
Sus enseñanzas y legado son aún más grandes, más
para nosotros sus hijos y toda la familia, el peso de su
ejemplo y el mantener su integridad en todo
momento.
Roberto A. Ordoñez, un hombre sencillo, soñador,
amante de su familia, de la buena música, la pintura,
las buenas series de TV, de sus amigos, de un buen café
y de pláticas interminables, se fue físicamente de este
mundo el domingo 28 de marzo del año 2021 a las
12:18 am en la madrugada como a él le gustaba, se
fue con la cabeza en alto porque ni en sus peores
momentos lo vimos derrotado, se fue sin dolor, sin
sufrimiento y sin rencores, solo con el deseo de ver un
mejor país para sus nietos.
Nosotros su familia esperamos que su lucha y las
injusticias en su vida no solo sean parte del recuerdo
de muchos, sino que su ejemplo y fortaleza prevalezca
en los corazones de los que lo aprecian y los que lo
amamos.
Y Como dice Bertolt Brecht, frase en una de sus
canciones favoritas de Silvio Rodríguez: “hay hombres
que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan
un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos, pero los hay que luchan toda la vida
y esos son los imprescindibles” … como el Gran Director
del Central Vicente Cáceres: Roberto Armando
Ordoñez Flores.

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