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LA CLAVE DEL ÉXITO EN EL HOCKEY

Horst Wein

En la naturaleza cada cosa tiene su período de gestación. Lentamente la noche transforma


en un nuevo día, o una estación sigue a la otra, sin cambios bruscos, con una progresión imparable.
Las plantas crecen de la semilla y cada ser humano -y así también el jugador de hockey - debe pasar
obligatoriamente a través de, unas fases de formación hasta alcanzar, con el tiempo, la madurez.
Todo está programado en un orden natural y sin prisas, pues la naturaleza no da saltos.

Sólo nosotros, jugadores o dirigentes deportivos, somos impacientes y presurosos porque a


menudo nuestra mente corre más velozmente que nuestra vida. A menudo, nuestra forma de enseñar
hockey es la verdadera causa de las pobres actuaciones de nuestros atletas adultos que parecían
promesas de jóvenes.

El entrenamiento de un joven jugador de hockey o la programación de su formación que no


respete el orden natural o la evolución psico-física del mismo es, por desgracia, un hecho común
en nuestro deporte, donde, en general, hay una tendencia a resistirse a los cambios.

Se sabe que cada cambio requiere un período inicial de fatiga e incomodidad, hasta que nos
adaptemos a las nuevas exigencias para después, con el tiempo, recoger aquello que se ha sembrado.

La enseñanza de hockey base deberá ser, debido a su incuestionable importancia, un


argumento mejor estudiado y mejor coordinado y en gran medida independiente de la forma como
cada técnico o responsable de la escuela de iniciación conciba su importante y difícil deber de
enseñar y entrenar de forma eficaz.

Los modelos improvisados para el desarrollo de la capacidad de juego en el hockey


adoptados por la mayoría de nuestros clubes, según los criterios personales, a mi parecer, deberían
ser abandonados dada su probada ineficacia, y sustituidos por una enseñanza programada con la
cual el autor piensa obtener resultados más eficaces, con más rapidez y facilidad.

A fin de que los resultados obtenidos por las 'Escuelas de hockey" sean cada vez mejores y,
en gran parte autónomos de la programación personal del entrenador, sería oportuno implantar a
nivel nacional una metodología y una didáctica hacia la cual todos los monitores, instructores y
entrenadores puedan orientarse.

Solamente así será posible asegurar, en cualquier parte del país, las mismas posibilidades
para todos los jóvenes jugadores y mejorar resultados respecto al pasado.

Se exige que los mejores entrenadores estén en la base pero eso no ha sido factible en el
pasado y no será factible en el futuro porque los técnicos del hockey base cobran en todas partes
muy poco. Los mejores en experiencias y conocimientos siempre se interesan por los primeros
equipos, por las remuneraciones más altas.

Para solucionar este delicado problema y evitar irreparables daños tanto a los jóvenes
jugadores como al propio club debe elaborarse un detallado programa de todas las actividades
preparatorias y competitivas que los técnicos, conocedores de este "Modelo", puedan llevar a cabo
sin cometer graves equivocaciones, al igual que se hace con la enseñanza de las matemáticas en
todas las escuelas elementales.
Necesitamos un Modelo para desarrollar la capacidad de juego en el hockey que sea capaz
de guiar y aconsejar a los técnicos, que siga el orden de la naturaleza y con su método natural,
global y gradual, sea capaz de mejorar con su aplicación los resultados en la formación de los niños
y adolescentes.
El modelo aquí propuesto ha sido proyectado, experimentado, evaluado y nuevamente
diseñado después de un profundo análisis de las actuales tendencias vigentes en el proceso de
enseñanza-aprendizaje en el hockey base.
Puede ser considerado como un plan específico de formación para jugadores a partir de 6/7
años, subdividido en cinco niveles de formación:

1. juegos de habilidades y capacidades básicas

2. juegos para el mini hockey

3. juegos para el hockey 6:6

4. juegos para el hockey 7:7 y 9:9

5. Hockey reglamentario (11: 11)

Cada uno de los cinco niveles engloba en una serie de unidades didácticas con diversas
progresiones preparatorias y competitivas, fácilmente controlables y conectadas a las cosas ya
conocidas. Especialmente a partir del segundo nivel se confirma la validez del aprendizaje por
aciertos y errores sosteniendo que la inteligencia del joven consiste en la capacidad de adaptarse al
ambiente. De aquí la necesidad de no dar demasiadas informaciones o explicaciones sobre un gesto
técnico a emplear, y así permitir a cada uno resolver por sí solo el problema. Esta concepción es
muy distinta de la concepción tradicional de aprendizaje utilizado hasta ahora y consiste en enseñar
a los jóvenes jugadores qué y cómo se debe responder en una u otra situación.

Después de haber aplicado durante algunos años al pie de la letra" el detallado programa
del Modelo para la formación del jugador de hockey, casi sin darse cuenta, el técnico se encontrará
cerca del objetivo final: saber jugar con mejores resultados el juego reglamentario de los adultos.

Entrenadores y jugadores, con la ayuda de este modelo de desarrollo saben subdividir en


sus componentes las distintas unidades didácticas, con los objetivos y contenidos establecidos en
base a las características, psico-físicas propias de la edad de los alumnos.

Nada parece difícil, ni para el jugador ni para el técnico. y encontrarse improvisadamente


frente a dificultades es solo la consecuencia de una aplicación inadecuada del programa propuesto.

EL PORQUE DE UN MODELO
El modelo propuesto de actividades recreativas, adaptadas al constante cambio del estado
psico-físico del joven jugador, se opone a la tendencia de muchos países de enfocar de manera
uniforme el proceso de enseñanza-aprendizaje para todas las categorías y de organizar, también
para los más jóvenes, campeonatos con equipos formados por once jugadores.
En busca de un título o de una clasificación segura en la tabla, los entrenadores de estos
equipos no suelen formar a sus jugadores con métodos adecuados a su edad, y en su lugar,
frecuentemente, aplican con prisas y de forma prematura contenidos y métodos rígidos del mundo
futbolístico de los adultos. Intentan en un tiempo mínimo conseguir un máximo de resultados, lo
que explica porqué muchos jugadores en la edad adulta todavía no son capaces de aplicar, en un
momento preciso del juego, correctamente las habilidades y capacidades fundamentales.

Hoy en día, todavía la mayoría de los clubes y Federaciones Autónomas concentran la


mayor parte de sus esfuerzos en el buen desarrollo y la organización de sus jugadores que se
encuentran en la fase de "Perfeccionamiento" (15-17 años) y "Alto Rendimiento" (a partir de 18
años), no dando la debida importancia a las fases decisivas en la formación de un joven futbolista
que llamo: 'Jugar para aprender" (de 6 a 9 años) y "Aprender a jugar" (de 10 a 14 años).

El modelo propuesto intenta poner fin a las frecuentes equivocaciones en estas dos primeras
fases de formación, cuya calidad de enseñanza determina en alto grado alto el nivel de la capacidad
de juego de los equipos adultos. Muchos jugadores suelen abandonar alrededor de los 14/15 años
el hockey, no llegan jamás al máximo de sus posibilidades en el juego por culpa de haber sido
expuestos en los primeros años de su práctica a una inadecuada metodología y didáctica que no
respeta la naturaleza y no se adapta a los constantes cambios psico-fisicos y socio-emocionales de
los niños.

De la misma manera en que un aficionado a la fotografía, hoy en día, realiza cada vez más
una excelente foto con una cámara fotográfica electrónica (sin necesidad de calcular la distancia,
medir la luz o decidir sobre la apertura del foco), un aficionado a la enseñanza del hockey puede
lograr con sus entrenamientos, mejores resultados cuando utiliza y confía en el modelo propuesto.

Para trabajar con este "Modelo" el monitor entrenador no necesita tener muchos
conocimientos y gran experiencia antes de iniciar el proceso de enseñanza-aprendizaje, sólo
entusiasmo y voluntad de hacer la, cosas lo mejor posible.

Una vez estudiada y comprendida nuestra propuesta, el entrenador no sólo conocerá con
todo detalle los contenidos y los, métodos. si no también los objetivos a conseguir en cada una de
las etapas del desarrollo psicomotriz del jugador de hockey.

La determinación de los objetivos fijados para cada categoría (Pre-Benjamín, Benjamín,


Alevín, Infantil, Cadete y juvenil)

- Proporciona al entrenador no sólo una directriz para estructurar y desarrollar su proceso


de enseñanza-aprendizaje, si no también le facilita después de una valoración del contenido del
"Modelo" la elaboración de sus propios programas formativos, al lado de los propuestos en el
"Modelo".

- Ayuda a conectar los programas educativos y formativos propuestos con los fines
preestablecidos.

- Es un incentivo para los alumnos, si los objetivos son conocidos por ellos, lo que les
permite es centrar sus esfuerzos en algo definido sin que tengan que intuir hacia dónde se dirigen.

- Sirven al entrenador para poder valorar si los consigue o no, y con ello establecer las
precisas correcciones.
Para que el "Modelo" sea lo más útil al entrenador, se ha estructurado el mismo de manera
jerárquica con objetivos globales de consecución (por ejemplo, 'Juegos para el Mini Hockey") y
metas parciales y específicas, como por ejemplo, 'Juegos de conducción y persecución", "TriathIon
3:0 y 'Juegos simplificados para el penalty córner" para cada uno de los cinco niveles de formación.

En la determinación de los objetivos globales y parciales de cada uno de los cinco niveles
jerárquicos de formación se ha tenido en cuenta la evolución psicomotriz del niño y el hecho de
que las metas fijadas sólo pueden ser alcanzadas en un momento determinado de su evolución
y no antes. En vez de proponer y realizar actividades inaccesibles para niños de una determinada
etapa del desarrollo psicomotriz -como ocurre todavía frecuentemente en los entrenamientos pero
también en la equivocada estructuración de las competiciones infantiles-, se han programado
ejercicios, juegos y problemas adaptados a sus posibilidades, intereses, inquietudes y
expectativas actuales. Su similitud con las situaciones y problemas que encuentra el joven en
su competición oficial, facilitará su transferencia.

Pasar de un nivel de formación a otro o de un objetivo a otro, se caracteriza por un aumento


gradual de dificultad y complejidad de situaciones en el plano técnico-táctico y cognoscitivo por
condiciones de espacio-tiempo cada vez más reducidas y por unas velocidades de ejecución más
rápidas.

Con los objetivos de consecución claramente definidos y determinados en cada categoría


del hockey infantil -una de las piezas claves para organizar sistemática y correctamente, desde el
punto de vista didáctico - metodológico, el proceso de enseñanza, se evita que los niños sigan
estando expuestos a un proceso de formación, en el cual, la improvisación y la intuición son los
protagonistas. Los numerosos hábitos incorrectos así asumidos en los primeros años de aprendizaje
del hockey son una herencia que condiciona negativamente el deseado progreso del rendimiento a
niveles superiores.

La finalidad del "Modelo" para la formación del jugador de hockey es obtener, después de
haber pasado por los cinco niveles de formación, jugadores inteligentes y completos.

COMO PILARES DE UN NUEVO MODELO


Cuando incluso los mejores jugadores fallan muy frecuentemente en un partido intenso de
una Copa del Mundo, nos tenemos que dar cuenta que el juego del hockey es un deporte
complicado.

Sabiendo que tanto los equipos de benjamines y alevines como los de infantiles, en sus
competiciones tradicionales, suelen perder durante un solo minuto de juego 43 (son unos cuarenta
segundos de juego efectivo) más de seis veces la posesión de la bola, debemos preguntarnos: ¿Son
los métodos de enseñanza incorrectos?, ¿Son los técnicos poco capaces?, o debemos culpar a los
jóvenes jugadores por su alto porcentaje de fallos en el juego? Sin lugar a dudas, los responsables
de su pobre nivel de juego son los que sobrecargan a los niños y les dificultan la solución de los
múltiples y complicados problemas que se presentan en sus competiciones.

Cada niño está fracasando con cierta frecuencia, no sólo en el hockey, sino también en otras
actividades físicas o mentales, cuando no ha sido acercado progresiva y paulatinamente a la tarea.

Sabemos que cuando un individuo es consciente de que falla con frecuencia, además de
poder perder interés y motivación por esta actividad, puede aparecer con el tiempo el sentimiento
de la propia incapacidad para hacer frente a las situaciones demasiado difíciles. La incapacidad del
niño de jugar bien al hockey con tantos jugadores en el campo, poco espacio y tiempo a su
disposición se refleja, a menudo, en un juego excesivamente individual y en el frecuente uso del
"omnipotente" despeje como técnica o arma principal para "resolver" los problemas a su manera.

El sentimiento de incapacidad de manejar los problemas que los adultos les han
proporcionado con una competición que no respeta su evolución mental y física, tiene otras
manifestaciones en el niño que van desde el abandono de la práctica del hockey hasta la elección
de un deporte en el cual puede, porque cree que puede.

"El sentimiento de competencia", o seguridad de hallarse capacitado para realizar una tarea,
forma parte importante de la motivación humana. Según H. White, Ia conducta humana es
impulsada, en gran parte, por la necesidad de manifestar la propia habilidad para manejar el
entorno".

El arte de programar el calendario competitivo de los niños es saber para qué competición
está listo el jugador, en una determinada etapa de su desarrollo físico y mental. Sólo cuando las
exigencias de la competición coinciden con las capacidades intelectuales, psicológicas y motrices
del niño, este mismo aprende de forma rápida, eficaz y duradera.

El juego de Mini-Hockey con cuatro porterías, tres jugadores y un portero en cada equipo
es perfectamente manejable para el benjamín; así como el alevín encuentra en el juego 6:6, en la
mitad del campo reglamentario, su entorno adecuado que le estimula a esforzarse cada vez más
gracias al más alto porcentaje de aciertos y a la sensación de ser capaz de dominar, con el tiempo,
las situaciones básicas del juego.

En la medida que el niño va madurando, el hockey que él o ella practica va aumentando en


dificultad y en complejidad. En un hockey bien planificado el niño crece conjuntamente con su
juego competitivo. Su competición debe ser como sus zapatos: a su medida.

Pero el mayor obstáculo, para el progreso del hockey, es la fuerza de la costumbre. Por
inercia se continúa con los viejos hábitos sin reflexionar suficientemente sobre lo que se está
haciendo, tanto en los entrenamientos como en la estructuración de las competiciones formativas
para los niños.

La conciencia de nuestros errores, cometidos frecuentemente en la formación de los


jóvenes, es crucial para su mejora. Pero mucha gente no ve o no quiere ver estos errores,
cualesquiera que sean las causas. Entonces no se lleva a cabo un mejor aprendizaje ni se logra el
progreso deseado.

ASPECTOS ORGANIZATIVOS Y SICOPEDAGOGICOS A


CONSIDERAR EN EL PRIMER NIVEL DE FORMACION

"JUEGOS DE HABILIDADES Y CAPACIDADES


BASICAS"
Una "Escuela de Iniciación al Hockey" tiene la importante tarea de formar e interesar a
niños y niñas de seis a ocho años de edad en la práctica del hockey en un período trascendental de
su formación psico-fisica; siendo un complemento de las actividades escolares con una finalidad
eminentemente formativa y social, de acuerdo con el crecimiento sano y armónico de los niños.

Los monitores de la Escuela de Iniciación deben preparar las actividades de forma que sean
dentro de un ambiente agradable y familiar, divertido y eficaz desde el punto de vista de
aprendizaje. Si ellos no logran dar a los niños y niñas en estas horas, la instrucción adecuada para
que puedan afrontar en el futuro sus competiciones oficiales, estos están destinados a convertirse
con el tiempo en atletas de segunda clase.

Desafortunadamente, la mayoría de las escuelas de iniciación al hockey están lejos de crear


en sus sesiones una sólida base para obtener, en un futuro, jugadores con gran porvenir. Hacen que
jóvenes despiertos animados y llenos de energía y entusiasmo se conviertan, frecuentemente, en
seres desanimados y apáticos por culpa de los métodos que siguen estando profundamente
enraizados en las tradiciones educativas. A menudo se hace más hincapié en ocupar al niño durante
los entrenamientos en vez de formarlo, con lo cual algunos padres desilusionados del trabajo de
iniciación, suelen llamar a las escuelas "guarderías deportivas". Sólo se suele enseñar cómo hacer"
en vez de considerar igualmente el "cuándo hacer" y "porqué actuar de una u otra forma". Todavía
se intenta adaptar al niño al hockey, en lugar de adaptar la actividad deportiva al niño.

En resumen, la triste realidad es que la monotonía y el aburrimiento en los entrenamientos


infantiles y también en competir durante años en la misma competición, no sólo constriñen la mente
hasta tal punto, que el niño es cada vez menos, capaz de afrontar en el campo problemas que exigen
un esfuerzo físico e intelectual superior sino que, también causan el abandono prematuro
frecuentemente observado en las escuelas de iniciación.

Los siguientes aspectos organizativos y psicopedagógicos quieren orientar a los monitores


para que puedan afrontar su importante tarea de formación y motivación de los jóvenes talentos con
más acierto y eficacia.

Las condiciones previas, deseadas pero no imprescindibles, para afrontar con aspiraciones
el proceso de formación propuesto en el "Modelo" se basan en los hechos de que el niño que se
interesa en jugar al hockey, entre otras cosas. disponga ya de un bagage motriz amplio y de
capacidades de percepción, memoria y decisión normales. Por no ser así, por culpa de una deficiente
educación física de base en el colegio o una vida cotidiana con pocos estímulos de juego la
institución en la cual el niño de seis hasta ocho años se inicia en el deporte debería darle suficientes
oportunidades para ganar un aceptable nivel en las capacidades motrices, considerando:

- Que los niños de esta edad generalmente disponen de más tiempo libre que los de edades
superiores, siendo frecuentemente no bien aprovechado.

- Que demuestran un gran interés para las actividades deportivas, nutridas diariamente por
la presencia del deporte en la televisión.

- Que tienen una especial motivación para jugar el balón, a la cual consideran como su
mejor juguete que Jamás les cansa porque obedece a su voluntad.

- Que los niños de esta edad se encuentran hasta el inicio de la pubertad -cerca de doce años
(chicas) y trece años (chicos)- en el punto culminante de la capacidad de aprendizaje motor.
Entonces vale aprovechar al máximo posible estos años para la adquisición y el perfeccionamiento
tanto de las habilidades básicas y hockeísticas como de las capacidades coordinativas y
condicionales, creando así una base psicomotriz óptima, imprescindible para permitir en fases
posteriores un alto nivel de progreso en la capacidad de juego.

Para el alumno principiante. su principal deseo es establecer una estrecha relación con la
bola. Para satisfacer este placer, intentará por todos los medios con muy frecuentes contactos
domarla y mejorar su dominio hasta que la misma le obedezca. Esta relación amistosa jugador-bola
es a la vez fuente de “placer" cuando la bola esta controlada, y fuente de -frustración" cuando
necesariamente hay que separarse de ella o cuando un adversario la conquista.

Estas aseveraciones sirven de base a tres objetivos de nuestro proceso de


enseñanza-aprendizaje:

- Ofrecer al niño situaciones ricas y variadas de contacto con la bola.

- Dar al principiante la posibilidad de expresarse, cualquiera que sea su nivel de práctica, a


través de una gama muy variada de juegos que respetan su estado mental y físico.

- Motivar a los principiantes tanto por la frecuencia de contactos con la bola, como por el
número de goles que es capaz de marcar en cualquiera de los juegos simplificados.

MONITOR

El monitor es el nexo de unión entre el niño y el juego de hockey.

Como profesor recién formado adopta, generalmente, un perfil cercano a la camaradería


para luego, con la experiencia, ir desplazándose hacia la autoridad y finalmente, al alcanzar la
madurez, volver al acercamiento, asegurando con su estilo de enseñanza un aprendizaje recíproco
en el cual tanto él mismo como el alumno da y recibe. En vez de explicar y demostrar se convierte
con los años en creador, planificador y observador.

El monitor-educador debe asumir responsabilidades deportivas, sociales y pedagógicas. Su


rol en lo deportivo es muy importante, sabiendo que los errores que comete con sus discípulos
durante los años de iniciación en el hockey influyen negativamente en los sucesivos niveles de
formación.

El monitor, impuesto por la sociedad como líder y educador de un grupo de niños, debería
saber que los niños le aceptan generalmente por su nivel de conocimientos, por su capacidad de
motivar y organizar y por su personalidad, estabilidad emocional, coherencia temperamental,
puntualidad y entusiasmo.

Se espera de él o ella que:


- no hable mucho,
- ofrezca una gran variedad de actividades, tanto lúdicas como formativas,
- no favorezca a ningún jugador en particular y
- sepa motivarlos con frecuentes elogios, criticando sólo en casos excepcionales.

Los monitores suelen mostrarse bastante impacientes y tienden a introducir demasiado


pronto, ya sea por las presiones de los mismos alumnos o por pensar demasiado en el próximo
partido del campeonato, el juego 11: 11. Se olvidan de que la finalidad de la enseñanza no es otra
que aprender. Y la mejor y más eficaz manera de conseguirlo es enfrentando a equipos con un
reducido número de jugadores.
ELECCION DEL CAMPO DE JUEGO
La puesta en práctica de los “Juegos de las habilidades y capacidades básicas" no exige las
dimensiones de un campo reglamentario, sino las de uno de 20 (30) x 40 m.

Una superficie completamente lisa facilita la ejecución de los gestos técnicos y permite al
niño disfrutar jugando hockey, sin disponer aun de un buen nivel de habilidades y capacidades.

Cuando el monitor organiza un juego entre dos equipos debe procurar que, tanto menos
hábiles y capaces sean los jugadores, tanto más amplios y profundos deberían ser las dimensiones
del campo y de las porterías con el fin de conseguir un aceptable nivel de juego.
Desafortunadamente, la gran mayoría de los técnicos del hockey infantil no respetan este importante
consejo, con lo cual, se dificulta el aprendizaje técnico-táctico de sus alumnos.

Durante los primeros años, un terreno de juego de dimensiones intermedias, ni muy grande
ni muy pequeño, es el que ofrece las condiciones de aprendizaje más eficaces, por dar a los
jugadores la posibilidad de expresar mejor sus capacidades.

En cuanto al factor tiempo, en un campo más pequeño tendrá que jugar con mucha más
rapidez y también más atención. Por tanto, la elección de las óptimas dimensiones del campo,
considerando el nivel técnico, físico y mental del principiante, es muy importante para conseguir
un buen aprendizaje y no hay que dejarla al azar (ver las dimensiones del campo y las porterías en
los distintos juegos simplificados 2:2, 3:3 y 4:4).

Si el espacio de que se dispone es restringido, como es el caso frecuentemente, es preciso


reducir el número de jugadores con el fin de compensar parcialmente las dificultades que surgen
como consecuencia de esta falta de espacio.

Las porterías cumplen una importante función en el aprendizaje del hockey. Jugar sin ellas
es jugar sin puntos de referencia direccionales.

Aunque simplemente se designe las líneas de fondo como "porterías" (conducir a través de
ella), eso ya es válido para practicar ataque, defensa y contraataque.

Generalmente se utilizan postes, conos, banderines, bolas u otra cosa que pueda servir v de
que se disponga dentro del material deportivo, para delimitar las porterías -. Estas "pequeñas
porterías" presentan dos ventajas:

- Pueden instalarse en cualquier lugar y momento,

-obligan a los jugadores a actuar con precisión en la fase final del ataque.

Pero la lista de los inconvenientes es mucho más larga que la de las ventajas:

- Las ocasiones de tirar a portería son más escasas y el juego se ve prácticamente bloqueado
por la presencia de un guardameta; el juego por las alas pierde su sentido, de tal manera que se deja
de practicar;
- La defensa se agrupa en la línea de meta y no intenta, como exige el partido reglamentario,
salir con un comportamiento agresivo para poder dificultar lo antes posible el ataque de los
contrarios.

Para habituar a los principiantes a mantener la posesión de la bola, saber controlarla y


dominarla, "tratándola cariñosamente como a su mejor amigo" se insiste – en este primer nivel de
formación del jugador de hockey - en una conducción de la bola a través de la línea de portería
como forma más idónea para marcar gol. Cuánto más anchas sean las porterías, existen más
posibilidades de marcar gol, lo que aumenta la diversión. Además, las porterías anchas dan a los
atacantes en las bandas igualdad de probabilidades de marcar, así como al atacante situado en el
pasillo central, un factor importante a tener en cuenta para evitar aglomeraciones confusas de
jugadores alrededor de la bola.

Durante los primeros dos años de iniciación al hockey el monitor debe procurar con una
adecuada elección de actividades (ver juegos de habilidades y capacidades básicas) estimular al
máximo el juego del revés. La utilización de una superficie lisa y de un palo a la medida del niño
condiciona al niño para tocar la bola y pasarla frecuentes mente con el revés.

Una vez que el niño domina ciertas habilidades y capacidades básicas del hockey, quiere
compararse con otros de su edad buscando competiciones. Si un niño se encuentra en esta
competición y desventaja, ellos mismos suelen redefinir el reglamento del juego para mantener el
juego vivo e interesante. De esta forma, tanto el considerado fuerte como el débil juegan, disfrutan
y compiten intentando cada uno dar lo mejor de sí mismo sin tomar la competición demasiado "en
serio".

Sólo a partir del momento en que se introduce la mentalidad competitiva de los adultos en
el juego infantil, el niño, en vez de buscar en primer lugar su diversión y aprendizaje intenta
satisfacer las exigencias de los adultos. Así, su competición se convierte en algo demasiado
importante con efectos negativos como pueden ser: presión por parte de los padres, entrenadores o
compañeros de la misma edad, desprecio social o la exclusión del equipo. De esta forma, la
competición del niño se transforma en una actividad que se fija primordialmente en las
consecuencias que produzcan la victoria o la derrota. Si se asocia demasiado pronto la victoria
con el éxito y la derrota con el fracaso, habrá que prever efectos negativos.

Sin embargo, sería poco correcto prohibir las competencias para los niños entre siete y
nueve años, ya que se eliminaría la motivación para entrenarse. Debemos saber que a partir de los
ocho años, el niño casi provoca la competición porque le sirve para poder valorarse mejor en su
grupo de amigos.

El "Modelo" presenta al técnico para cada nivel de formación varias competiciones oficiales
adaptadas a los intereses y capacidades de los niños. Además, en los diversos "Triathlons" (tres
juegos simplificados para equipos formados, Por dos, tres, cuatro, cinco o seis jugadores) o en los
"DecathIons" se exigen dentro de la misma competición formativa en cada una de las pruebas que
forman la competición, la resolución de distintos problemas técnico-tácticos. Así las posibilidades
de éxitos están repartidas.

Por el creciente número de jugadores (de tres hasta ocho por equipo) las competiciones
oficiales para las distintas categorías del hockey infantil requieren cada dos años un mayor nivel en
la capacidad de juego.

La obligación de celebrar para los Benjamines y Alevines regularmente competiciones de


liga, crea más problemas de los que elimina. En vez de obligara los niños de entre ocho y once años
durante un largo período casi cada fin de semana a disputar un partido de liga con cada resultado
influyendo toda la temporada en la clasificación oficial, es más recomendable organizar
periódicamente una competición en forma de torneos y festivales.

Organizando festivales se puede seleccionar las fechas sin estar obligado a cumplir todos
los fines de semana a jugar la competición de liga, lo que generalmente no complace a los padres
de los Benjamines que, a menudo, quieren desplazarse en esos días con la familia. Los clubes que
organizan los festivales pueden participar en la confección del reglamento considerando por un lado
las expectativas de los niños y por otro, también su nivel. Equipos que todavía no están listos o
preparados para una determinada competición no se inscriben.

Solo a partir de la categoría “Infantil” se debería elaborar un calendario regular con varias
competiciones distintas en forma de liga que tiene una duración de no más de tres meses. Después
del primer campeonato se debería ofrecer un segundo y un tercero cambiando casi cada tres meses
la modalidad (por ejemplo hockey 7:7, hockey sala 5:5 y triathIon 4:4 ó 5:5).

Las distintas competiciones del hockey infantil constituyen el mejor test de valoración de
la capacidad de juego, por lo que forman parte importante de todo el proceso de
enseñanza-aprendizaje del niño.

IMPORTANCIA DE LOS JUEGOS POLIVALENTES


En la medida que el nivel técnico-táctico del niño mejore, debería disminuir el tiempo que
el monitor dedique a la práctica de los juegos polivalentes. Especialmente en la Escuela de
Iniciación y en la categoría Benjamín una parte importante -entre veinte y cuarenta y cinco
minutos - de la sesión de noventa minutos, debería estar reservada a la formación general del niño.
Siguiendo el "modelo", la parte de formación pluridisciplinaria tiene cada vez menor importancia
a favor de la formación específica. Sí en las primeras sesiones de práctica del hockey la relación
debería ser de un 50% a 50%; dicha relación se inclina en el segundo año de la Escuela de Iniciación
de un 40% a 60% y en la categoría Benjamín de un 30% a 70% a favor de la formación específica
hockeística.

Como la escuela ofrece, para la formación intelectual del niño, una vasta gama de
asignaturas y especialidades, la formación del principiante no puede prescindir de una gran variedad
de estímulos imprescindibles para alcanzar con el tiempo un alto nivel de rendimiento. Además, la
consideración de los juegos polivalentes en el programa de actividades de los principiantes -tanto
por su importancia para el desarrollo de las habilidades motríces como para motivar al niño a
continuar la práctica del hockey asegura variedad, intensidad y diversión en cada entrenamiento.

Para elegir mejor las actividades motrices para los niños, se adjunta un Modelo de la
Entrenabilidad (sensibilidad al entrenamiento) de las distintas capacidades en las distintas etapas
evolutivas del niño.

PREPARACION DE UNA SESIÓN CON PRINCIPIANTES


No sólo la calidad, sino también la variedad de las actividades propuestas determinan el
éxito y la aceptación del contenido del entrenamiento por parte de los niños, siendo la selección de
las actividades el deber del monitor.

De igual forma que uno pide en un restaurante un gustoso menú. Así el monitor-educador
de los principiantes debe programar correctamente el entrenamiento de noventa minutos, eligiendo
entre los 'Jugos de habilidades y capacidades básicas" (nuestro menú):

- un aperitivo, es decir un juego simplificado entre equipos formados por solo dos
jugadores.

- un primer plato, es decir un juego de conducción y persecución con una variante o un


ejercicio correctivo.

- un segundo plato, es decir un juego polivalente con una variante o un juego en el


laberinto.

- un acompañamiento, es decir, un juego de tackle con variante o un juego de tiro a


portería.

- un postre, es decir, una prueba del decathlon o un juego elegido por el monitor.

- un café, es decir, un juego polivalente o un juego simplificado 2:2

Es obvio que el monitor alterne juegos de gran intensidad con juegos que cansan físicamente
menos al niño. Es además importante componer grupos equilibrados de práctica.

Cuanto más variado, interesante y lúcido es el programa en el primer nivel de formación,


más posibilidades hay de que los principiantes empiecen a apreciar y querer al juego del hockey.

Antes de aprender a enseñar hockey, hace falta aprender o saber cómo aprende mejor el
niño, el adolescente o el adulto a jugar al hockey. El "Modelo" analiza con detalle los mecanismos
que intervienen o que influyen primordialmente en el aprendizaje en cada una de las etapas
evolutivas del jugador, proponiendo para cada una de ellas contenidos, métodos y objetivos
distintos.

En la medida que el joven organismo crece y se desarrolla, se producen una variedad de


cambios fisiológicos, cognitivos y social-emocionales que afectan directamente a la adquisición de
habilidades y de capacidades coordinativas y condicionales. Consecuentemente, la enseñanza del
hockey al niño debe basarse en una metodología y didáctica específica que considere su cambiante
estado físico y mental durante el crecimiento.

LOS JUEGOS SIMPLIFICADOS COMO EJE DE LA


ENSEÑANZA INFANTIL
La captación de jóvenes valores para nuestro deporte, la creación de actitudes positivas
hacía la práctica del hockey y la motivación de entrenar de forma regular exige una enseñanza que
atraiga al niño, que lo involucre constantemente y lo motive con interesantes entrenamientos y
competiciones que respeten tanto su estado físico como su estado mental. Los numerosos juegos
simplificados por equipos formados por dos, tres o cuatro jugadores con los respectivos juegos
correctivos, propuestos en el Modelo Español para la Formación del jugador de Hockey, reúnen
todas estas características y exigencias de una enseñanza moderna y eficaz; además, estimulan la
propia iniciativa, la instrucci6n autodidacta, la creatividad, la responsabilidad y el autocontrol de
los niños.

Cualquiera que sea el motivo del joven para jugar al hockey -el ambiente en su club, la
presencia de sus amigos, el aliciente que le da la práctica del hockey o simplemente el deseo de sus
padres a que lo practiquen, la influencia que más le estimula o desanima, es la forma como su
técnico decide iniciarle en el juego en la edad escolar.

Por tanto, los objetivos, los contenidos y el enfoque de la enseñanza básica, son los factores
que determinan si el niño aprecia el juego en relación a las demás actividades deportivas y si se liga
definitivamente al hockey.

Más de 4.000 españoles en edades entre siete y dieciocho años practican regularmente el
hockey. Desgraciadamente, pocos de ellos son objeto de una enseñanza atractiva y eficaz que
considera como base el programa de los juegos simplificados con los correspondientes juegos
correctivos.

¿ Que son los juegos simplificados?


Se les llama así:
• por el número reducido de jugadores que intervienen en ellos,
• por el reducido campo de juego,
• por las reglas simplificadas, flexibles y adaptables a las existentes condiciones,
• por la reducción de las situaciones complejas del juego 11: 11 a unas pocas fases
representativas,
• por la simplicidad de los problemas que el jugador debe resolver por sí mismo,
• por la fácil evaluación del rendimiento de cada jugador por parte del entrenador, pues la
observación y el análisis y la posterior corrección de la jugada se desarrollan sin dificultades.

Para disfrutar jugando y compitiendo en los juegos simplificados no es necesario tener muchas habilidades
y conocimientos hockeísticos. La simplicidad de los juegos deja al joven jugador enseguida satisfecho. Una vez
descubierta una deficiencia en el juego, el entrenador la aislará del juego global, corrigiéndola y entrenando
posteriormente la jugada correcta, con lo cual se da a la práctica una función distinta a la que tiene tradicionalmente.
Es decir, no se practica un gesto técnico o un comportamiento táctico como condición previa para poder empezar
a jugar, sino como un importante complemento del juego con el fin de llevarlo a un nivel superior.

Sólo cuando el niño se da cuenta durante la competición de que le falta todavía algo para ganar se le
convence de la necesidad de mejorar en su jugada deficiente. De esta manera, el jugador tiene una gran motivación
para entrenar repetidamente con diferentes ejercicios correctivos el aspecto deficiente, porque sabe que su dominio
le beneficiará en su juego e influirá en el resultado de la competición.

Esta función de los ejercicios correctivos en el entrenamiento no es exclusiva. Según la complejidad, el


entrenador puede exigir también la práctica repetida de algunos aspectos específicos del juego, fuera del contexto
del mismo, como condición previa al juego y no como función complementaria.
Con la práctica de los juegos simplificados conseguimos la necesaria y estrecha correlación recíproca entre
el proceso de aprender, consolidar y perfeccionar habilidades y capacidades fuera del contexto del juego y su
correcta aplicación, sin grandes dificultades, en una situación determinada del juego.

¿Por qué los juegos simplificados deben ser la base del entrenamiento infantil?

1. Todos los juegos simplificados tienen una estructura específica, adaptándose al estado físico, mental e
intelectual del niño. Están diseñados para llevar al joven jugador, sin muchos problemas, de la práctica de una
habilidad de base a su correcta aplicación en una situación de juego, similar a la que se presenta en el juego de los
adultos.

Un gesto técnico o una capacidad táctica que el niño acaba de entrenar de forma aislada, aparece en el
juego simplificado de forma muy similar, por lo cual puede ser aplicado en una situación más compleja sin muchas
dificultades y con un elevado porcentaje de éxito.

2. La consideración de los juegos simplificados en el proceso de entrenamiento de los niños, evitará los
frecuentes fracasos de los jóvenes a la hora de competir por primera vez en el complicado juego 11: 11 a causa de
la poca relación entre los contenidos de los entrenamientos y las capacidades que exige la competición 11: 11. Así
pues, los juegos simplificados forman un puente entre el hasta ahora dominante entrenamiento de técnicas y el
juego.

3. Los juegos simplificados facilitan la correcta ejecución de habilidades y capacidades a causa de:
a) El número reducido de jugadores que intervienen en ellos. Así, el jugador suele distraerse
menos de los múltiples factores que normalmente influyen en sus decisiones y acciones. Tiene
también más tiempo a disposición, que le permite observar la situación global del juego, anali-
zarla, tomar la decisión y efectuar finalmente la mejor jugada posible.

b) La simplicidad de los problemas que se presentan.

c) Tener suficiente espacio y tiempo.

4. Para llegar a un alto nivel de juego, el jugador debe saber percibir y asimilar las múltiples informaciones
que recibe constantemente del juego, como, por ejemplo, el lugar y el movimiento de los compañeros, de los
contrarios, y de la bola y de los elementos que no se mueven, como las porterías y las demarcaciones del campo.
Los juegos simplificados exigen del jugador joven la solución de problemas menos complejos con relación a los
de los juegos tradicionales, lo que redunda en un mayor nivel de juego y un aprendizaje más rápido y, a través de
la repetición, más duradero.

5. La repetida aparición de las mismas situaciones básicas en el juego simplificado permite al jugador
fijarse en ellas, probar distintas jugadas hasta lograr resolver el problema planteado por el entrenador. Así, el niño
gana una valiosa experiencia que le servirá más tarde cuando identifique una situación de juego muy parecida en
los juegos más complejos.

6. El número reducido de jugadores en los juegos simplificados obliga igualmente a los menos hábiles a
participar intensamente.

7. Los juegos simplificados 2:2, 3:3 y 4:4 ponen un especial énfasis en la enseñanza de la comunicación
y cooperación entre los jugadores, un aspecto subestimado a nivel infantil y juvenil.
8. Todos los jugadores tienen el fuerte deseo de jugar la bola lo más a menudo posible, lo que no ocurre en
las competiciones tradicionales en las cuales una multitud de jugadores suele estar alrededor de la bola. Por lo
tanto, es conveniente repensar y cambiar la estructura de las competiciones para los más jóvenes y prepararlas con
la repetida práctica de juegos simplificados entre equipos formados por dos, tres y cuatro jugadores.

9. Por su estructura específica, los juegos simplificados están caracterizados por una ininterrumpida
serie de sensaciones, tanto de éxitos como de fracasos, lo que da al juego su dinámica, su estímulo y aliciente.
Consecuentemente, desarrolla mucho mejor la importante capacidad del jugador de asimilar, de una forma positiva,
todas las emociones en su juego, para que él mismo sea en sus acciones psíquicamente más estable.

10. Los objetivos de cada juego simplificado están claramente definidos, tanto en ataque como en
defensa, con el fin de orientar y ayudar al monitor a enfocar en su enseñanza con la debida atención los aspectos
más fundamentales de cada uno de los juegos.

Cuando el niño aprende a aplicar en un juego simplificado un gesto técnico o una capacidad táctica "nueva",
consolida o perfecciona una jugada que ya practicó muchas veces, el factor que más le ayuda en su aprendizaje es
el conocimiento inmediato del resultado de cada una de sus actuaciones. El conocer el resultado de una forma
inmediata le motiva a esforzarse aún más.

Conclusión

La enseñanza básica del hockey ha sido desde siempre en menor o mayor grado un asunto poco coordinado
porque cada entrenador instruía y entrenaba a los niños con la didáctica y la metodología que él creía más
conveniente, logrando de esta forma, según la calidad de enseñanza impartida, una amplia gama de resultados.

Para que la efectividad de la enseñanza, en todas las instituciones que ofrecen clases de hockey sea mayor,
conviene implantar en todos los niveles una didáctica y metodología en la cual todos los entrenadores deberían
orientarse. Sólo así es posible asegurar igualdad de posibilidades para todos los jugadores y mejores resultados que
en el pasado.

OBJETIVOS FORMATIVOS

(aspectos del “coaching”)


HABILIDADES TÉCNICAS 3. Pasar la bola en movimiento con el
1. Conducción de la bola con el derecho derecho a la izquierda.
y el revés.
4. Pasar la bola en movimiento con el
2.Levantar la vista durante la conducción. derecho y también con el revés a la derecha.
5. Recibir la bola en carrera con el revés y 8. Anticipar la acción del adversario,
con el derecho. considerando tanto su posición, postura y forma
de actuar (defender o conducir la bola) como la
6. Efectuar correcta y rápidamente un posición y el comportamiento del jugador sin
tackle en profundidad o un tackle corredizo. bola.

7. Efectuar un amague de pase con el 9. Elegir el momento preciso del tackle


derecho al lado izquierdo (ver ejercicio N° 12 de y saber retardarlo por medio de una posición no
los juegos de conducción o simulando un pase) frontal, situándose entre los dos atacantes para
para después penetrar con cambio de ritmo. obligar al atacante con la bola a jugar
individualmente, lo que facilita la labor
8. Efectuar un amague de pase a la defensiva.
derecha con el revés o el derecho.

9. Regatear al adversario por el lado del


cono más cercano.

10. Efectuar un amague de tackle,


amagando con el palo y/o con el cuerpo.

CAPACIDADES TÁCTICAS
1. Levantar la vista para poder analizar
correctamente la situación de juego.

2. Esperar 'el momento más oportuno


para el pase, no temprano y no demasiado tarde
penetrando en el radio de acción del defensa.

3. Saber cuándo es oportuno pasar la bola


al contrario, o conducirla a un espacio.

4. Colocarse correctamente para poder


recibir la bola.

5. Aprender a recibir la bola preferi-


blemente en carrera y no en posición estática.

6. Adaptar el propio juego al com-


portamiento del compañero.

7. Dar suficiente potencia y precisión a


la bola.
EN EL JUEGO AMPLIFICADO "2:1 A DOS PORTERIAS ANCHAS"

COMPORTAMIENTO ESPONTÁNEO, COMPORTAMIENTO. ELABORADO Y


NATURAL Y ERRÓNEO CORRECTO

1. El atacante sin bola se encuentra demasiado 1. El atacante sin bola debe alejarse del
cerca del jugador en posesión de la bola. compañero con la bola para dificultar la labor
defensiva del contrario.

2. El atacante sin bola se encuentra adelantado en 2. El atacante sin bola debe, generalmente,
relación a la bola, incentivando al compañero quedarse detrás de ésta para evitar un pase
en posesión de la misma a efectuar un pase en dentro del radio de acción del defensa.
diagonal que el contrario puede interceptar.

3. El atacante sin bola recibe ésta en posición 3. El atacante sin bola debe recibir la bola en
estática con lo cual el defensa tiene tiempo para plena carrera con el fin de aprovechar el
poder enfrentarse al atacante. espacio delante de él para una penetración.

4. La dirección del pase condiciona el 4. El atacante con la bola debe considerar la


desplazamiento del jugador sin bola. posición de su compañero antes de pasarle la
bola.

5. El jugador en posesión de la bola la pasa 5. El jugador en posesión de la bola debe pasarla


directamente en el palo del compañero en la carrera del compañero, permitiéndole
recibirla corriendo.

6. El jugador en posesión de la bola no elige el 6. El jugador en posesión de la bola debe saber


momento justo del pase. Pasa la bola elegir el momento idóneo del pase y además
demasiado temprano o demasiado tarde al debe saber cuándo pasar y cuándo no.
compañero, facilitando así la defensa del
adversario. 7. Los atacantes deben solucionar la situación en
superioridad numérica sin pérdida de tiempo.
7. Los atacantes actúan con lentitud
8. El jugador con la bola debe aprender a
camuflar su pase
8. El jugador con la bola indica la trayectoria de
su pase. 9. El jugador en posesión de la bola debe
imprimir potencia a ésta para disminuir el
9. El jugador con la bola la pasa con insuficiente tiempo de intercepción para el defensa.
potencia.
10. Ambos atacantes deben superar al defensa con
10. Ambos atacantes necesitan más de un pase un mínimo de acciones, es decir una
para superar al defensa. penetración o un pase con posterior
penetración.

11. El atacante del lado derecho está en posesión 11. Es más fácil superar al defensa cuando la bola
de la bola. se encuentra en el derecho del atacante del lado
izquierdo.
12. El defensa corre hacia el atacante en posesión 12. El defensa debe esperar al atacante fuera de su
de la bola. portería e intervenir sin precipitación y sin
"venderse”.
13. El defensa se coloca en posición frontal en
relación al atacante en posesión de la bola 13. El defensa debe situarse en una posición lateral
para poder condicionar el juego atacante y
tener más de una posibilidad
14. El defensa permanece sobre la línea de para intervenir.
portería, dejando toda la iniciativa al atacante.
14. Para tener mayores posibilidades de
contrarrestar el ataque el defensa debe salir de
su portería.

15. El defensa se precipita con un tackle, sin


efectuar amagos.
15. El defensa debe efectuar amagos para distraer
y obligar al atacante en posesión de la bola.
16. El defensa no se coloca entre los atacantes,
facilitándoles el juego en superioridad 16. Con su juego de posición y sus fintas, el
numérica. defensa debe impedir la superioridad numérica
en el ataque y buscar sistemáticamente la
confrontación 1: 1 contra el atacante en
17. El defensa es pasivo y suele reaccionar a la posesión de la bola.
acción de los atacantes
17. A través de su juego de posición y sus amagos,
el defensa debe obligar al atacante a hacer lo
que a él le conviene.

REQUISITOS PARA ENSEÑAR Y APRENDER


MEDIANTE JUEGOS SIMPLIFICADOS

1. Conocer la progresión en el programa de los juegos simplificados para equipos formados


por dos, tres y cuatro jugadores.

2. Conocer los objetivos formativos de cualquiera de los juegos simplificados (técnicos y


tácticos), así como el grado de dificultad y complejidad entre el juego anterior, el actual y el juego
siguiente del programa. Este conocimiento permite al monitor proponer tareas a los jugadores que se
orientan a las experiencias ganadas con los anteriores juegos, con las que pueden ser generalmente
resueltas después de algunas pruebas sin ayuda del monitor.

3. Conocer el estado psico-físico de sus alumnos con el fin de modificar, eventualmente, las
dimensiones del campo y de las porterías y adaptar las reglas a su estado evolutivo.

4. Confrontar objetivamente, el nivel de juego alcanzado por sus alumnos con el nivel óptimo
al cual se puede llegar.

5. Saber que los jugadores, para progresar rápidamente, necesitan conocer de forma inmediata
el resultado de cualquiera de sus jugadas, positiva o negativa, como "feed-back".
6. Identificar los factores que limitan el rendimiento de un jugador, las causas de un error y
los medios necesarios (por ejemplo ejercicios o juegos correctivos) para crear hábitos correctos y
eficaces.

7. Considerar la motivación de cada alumno y el ambiente durante la sesión de entrenamiento


como marco imprescindible para aprender. Dar a cada jugador oportunidad para probar y experimentar,
garantizando que el alumno se encuentra un número suficiente de veces ante la misma situación de
juego, y variarla o modificarla ligeramente como propone el programa.

8. Considerar al jugador durante la sesión siempre como alumno activo porque la psicología
del comportamiento nos enseña que el alumno aprende mejor lo que él mismo ha producido o
experimentado.

MODELO PARA UNA SESION DE ENTRENAMIENTO


CON UNA COMPETICION EN UN JUEGO
SIMPLIFICADO

0 minuto Introducción del juego simplificado


- reglas de juego,
- explicación de las funciones de cada uno de los jugadores durante la
demostración del juego,
- dejar a los jugadores suficiente tiempo para poder practicar con el fin de
entender el juego y ganar las primeras experiencias,

25 minutos
Competición - Los cuartos de final
35 minutos
Presentación y ejecución de dos ejercicios o juegos correctivos en el mismo
campo de juego con los mismos jugadores de ambos equipos.
50 minutos
Competición-Semifinales
60 minutos
Presentación y ejecución de dos ejercicios o juegos correctivos.
75 minutos
Competición-Finales para el primer, tercer, quinto y séptimo puesto.

90 minutos

ENSEÑAR A ENTENDER EL JUEGO

Debido a la insuficiente atención que se presta, en general, a la formación de los técnicos, se observa
con preocupación que el entrenamiento se basa en la mayoría de los clubes, principalmente, en la enseñanza
de los gestos técnicos y en un partidito final. Su gran interés en conseguir una correcta ejecución de los más
importantes gestos técnicos, muchas veces efectuados con ejercicios estereotipados que no reflejan una
situación real de juego distrae a muchos técnicos de otros elementos vitales inherentes al juego como son
los problemas de por qué, cuándo y dónde efectuar un gesto técnico.

Si se considera que, el 50 por ciento de las causas de pérdida de posesión la bola se deben a una
errónea toma de decisión y no en una deficiencia técnica, estos problemas exigen en el futuro más atención.

Haber dado prioridad a la técnica y al cumplimiento estricto de las órdenes del entrenador sin
involucrar suficientemente al jugador en la solución de los problemas, ha impedido a muchos jóvenes
jugadores entender el juego, en sus aspectos más básicos. Sólo así se explica el hecho de que disponemos
hoy de un número insuficiente de jugadores inteligentes capaces de solucionar los múltiples problemas que
se presentan constantemente en el juego.

Las razones por las que la mayoría de nuestros entrenadores orientan, básicamente, su
entrenamiento a la enseñanza de gestos técnicos son varias.

Ante todo, para un entrenador es mucho más fácil entrenar, demostrar, explicar y evaluar técnicas
en situaciones estrictamente controladas y previsibles, que enseñar otros aspectos de igual importancia,
como pueden ser la visión de juego, la anticipación, el entendimiento con un compañero, tanto en defensa
como en ataque, la toma de decisiones concretas, la capacidad de adaptarse constantemente a la nueva
situación de juego, etcétera.

En segundo lugar, en casi todos los clubes todavía se divide una sesión de entrenamiento en tres
bloques: al tradicional calentamiento sin bola y sin palo, sigue generalmente la parte principal, con la
práctica de unos ejercicios técnicos y un mini juego, concluyendo, casi obligatoriamente, con un partido
final entre dos equipos compuestos por la mitad de los jugadores participantes en la sesión. En este juego
final, a menudo los jugadores no consiguen aplicar lo aprendido anteriormente por haber practicado
generalmente la técnica en situaciones aisladas que no se presentan en el juego. Va a ser difícil romper con
el hábito y dar al entrenamiento un marco más atractivo y moderno.

Finalmente, todavía muchos entrenadores están convencidos de que no se puede dejar al niño jugar
al hockey hasta haber conseguido el dominio de todos los gestos técnicos básicos.

Pero, ¿cómo se puede jugar al hockey sin dominar suficientemente la conducción de la bola, el
empuje, la recepción o el tackle? ¿No se niega así claramente la importancia que tiene el saber ejecutar bien
los distintos gestos técnicos? Cuando dentro de unos años, la mayoría de los técnicos apliquen con sus
alumnos desde muy temprana edad nuestro propuesto "Modelo" pondrán más énfasis en los aspectos
estratégicos del juego, sin menospreciar, en ningún momento, la necesaria adquisición de un amplio bagaje
técnico para cada jugador; y cuanto mayor sea éste, mejor.

Sorprende el poco conocimiento táctico del juego del hockey que tienen los jóvenes de menos de
dieciséis años, aunque se sabe que es tan importante para el éxito de cualquier equipo saber no sólo cómo
pasar la bola, sino también cuándo pasarla, dónde pasarla y por qué pasarla con la técnica más eficaz.

Durante mucho tiempo, el enfoque de nuestras enseñanzas ha permanecido en el "cómo hacerlo".


Por el bien del hockey , necesitamos un armonioso matrimonio entre la enseñanza de los aspectos técnicos
y tácticos.

Cambiando la forma de planear y realizar el entrenamiento, aumentará en pocos años el número de


"jugadores inteligentes" en el hockey , pero su cantidad sólo alcanzará un porcentaje satisfactorio cuando
consigamos el acuerdo de todos para reestructurar las competiciones oficiales para los jóvenes hasta catorce
años. En las actuales competiciones, poco educativas y formativas, los niños no tienen la posibilidad de
descubrir, aprender y aplicar los principios básicos del juego del hockey, ya que no respetan el estado
mental y físico de los jóvenes.

Todos sabemos que el porcentaje de aciertos que consigue un jugador de hockey en una competición
es inferior que en otros juegos de equipo. Cuando nuestros técnicos cambien su tradicional forma de
enseñanza, ayudarán al jugador a conseguir, con menos equivocaciones, un rendimiento individual y en
equipo superior al actual.

En segundo lugar, es difícil mantener la motivación, el interés y la agresividad del jugador durante
un tiempo prolongado cuando se dedica la mayor parte del entrenamiento a la práctica de situaciones
aisladas, a menudo, sin intervención de un contrario y sin el estímulo de la rivalidad entre los oponentes.

Una sesión de entrenamiento que no intenté mejorar la visión de juego, no exige la toma de
decisiones por parte del jugador, no lo involucra totalmente de forma mental y física, no facilita la ganancia
de experiencias y no logra enseñar cómo actuar sin bola es poco eficaz, poco motivador, atractivo y
formativo. La retirada de muchos de nuestros jugadores de la escuela iniciación, especialmente a muy
temprana edad, puede explicarse en parte con los métodos usados para acercarles a la práctica del hockey.

Todos los jugadores en los entrenamientos deberían enfrentarse más a menudo con problemas que
el técnico presenta mediante un juego simplificado, elegido entre los muchos que ofrece nuestro programa.

Durante la práctica de un juego, se simulan de forma simplificada las más importantes situaciones
de la competición, dando así a los jugadores suficientes tiempo para explorar y entender los principios y
los problemas que puede plantear el juego. El jugador, con o sin ayuda del entrenador, aprende a tomar
constantemente decisiones acerca de qué hacer, cuándo y cómo. Una técnica sólo será practicada cuando
una situación del juego simplificado lo exija o cuando el jugador no es capaz de solucionar el problema a
causa de una técnica deficiente.

PENTATHLON DE MINI HOCKEY


La necesidad de un desarrollo multilateral parece estar aceptado en la mayoría de los campos de
educación de las escuelas hasta la enseñanza del deporte. También en el hockey los monitores deben
conocer los peligros que conlleva la tentación de desarrollar, con Benjamines y Alevines, un programa de
entrenamiento que guíe hacia la especialización prematura del niño.

En muchas ocasiones, la obsesión del monitor, y especialmente de los padres, de alcanzar con sus
Benjamines o Alevines resultados antes de tiempo, incentiva a los técnicos a planificar y realizar en los
entrenamientos exclusivamente ejercicio/juegos específicos de hockey. Como consecuencia se producen
rápidos éxitos deportivos, pero el descenso no se hace esperar después de pocos años. Además, la falta de
variedad en la formación unilateral ha aumentado el riesgo de lesiones y no ha sabido estimular la
motivación para entrenar con vistas a alcanzar objetivos importantes a largo plazo. Los niños formados así
suelen abandonar la práctica del hockey más frecuentemente multidisciplinaria, requerimiento básico
necesario para alcanzar con el tiempo el más alto nivel.

Sólo una amplísima experiencia motriz ganada en la edad del mayor aprendizaje motor (nueve-doce
años) permite más tarde aprender más rápido y ejecutar eficientemente las más complicadas técnicas y los
comportamientos tácticos que exige el hockey de alto rendimiento.
22 ENTRENAMIENTO DESARROLLO ESPECIALIZADO
Relación entre MULTILATERAL
el desarrollo .
multitateral y el .
entrenamiento .
especializado .
para díferentes .
edades 13
12
edades. 11

Para incentivar a los monitores a cambiar los contenidos de los entrenamientos y asegurar una
formación polivalente de los Benjamines, es imprescindible cambiar la estructura de sus competiciones,
sabiendo que el monitor suele preparar lo mejor posible al niño para la competición con contenidos que
simulan situaciones de la misma.

Consecuentemente, una óptima relación entre entrenamiento multilateral y entrenamiento


especializado (ver el capítulo: “La preparación de una sesión de entrenamiento con los 'principiantes” pag.
) sólo se alcanzará en los campos de hockey cuando los niños de ocho y nueve anos realicen competiciones
formativas que exijan, además de los conocimientos y capacidades hockeísticas, otras habilidades y
capacidades motrices que son imprescindibles para su futura formación (por ejemplo las capacidades
coordinativas y condicionales).

Con estas reflexiones como base nace la propuesta del pentathlon de mini hockey, la primera
competición colectiva del principiante que es a la vez la única que respeta el principio de desarrollo
multilateral del jugador de hockey.

COMO ESTIMULAR EL APRENDIZAJE DEL JUGADOR DE HOCKEY

REGLAS DE ACTUACION PARA GARANTIZAR UN APRENDIZAJE MAS EFICAZ EN LOS


ENTRENAMIENTOS

En los colegios y las universidades se enseñan muchas asignaturas, pero no se enseña a los alumnos
cómo pueden aprender mejor, cuáles son los mecanismos que regulan el aprendizaje o cuáles son los
factores que influyen en sentido positivo o negativo en ello.

En el colegio los niños aprenden, durante 8 años, un idioma como el inglés y cuando viajan una vez
al extranjero generalmente no son capaces de aplicar sus conocimientos adquiridos en casi mil horas de
clase...

Después de entrenar hockey más de 12 años varias veces a la semana en el club nos damos cuenta,
cada domingo, de que es difícil detectar un jugador que acierte en la competición más veces de las que
falla...

Cuatro años de estudios de las distintas ciencias del deporte y de la educación física no logran
capacitar, al recién diplomado profesor de educación física a resolver la mayoría de los innumerables
problemas a los cuales se enfrenta en sus primeras clases del deporte escolar a causa de una insuficiente
infraestructura para práctica, y especialmente, debido métodos de formación que sigue todavía enraizados
en las tradición educativas desde hace unos cincuenta años. Las experiencias vividas en las aulas del
colegio, de la universidad o de una Escuela Nacional de Entrenadores han ayudado a pocos a adquirir
capacidades y habilidades para enfrentar con éxito su profesión.

Estos pocos ejemplos, espero sirven para dejar ver la necesidad de poner constantemente en duda
el reinante enfoque de la enseñanza a todos los niveles.

Para ponerse al día y hacer uso las nuevas informaciones, cuyo volumen suele duplicarse más o
menos cada dos décadas, los técnicos y, especialmente los docentes de los futuros profesores, deberían
actualizar y ampliar constantemente los conocimientos y capacidades adquiridas hace muchos años con el
fin de que se alumnos conozcan todas las innovaciones de su especialidad.

El mayor obstáculo para el progreso de la enseñanza, también en el hockey es la fuerza de la


costumbre. Por inercia los técnicos suelen continuar con los viejos hábitos sin reflexionar constantemente
sobre lo que está haciendo, utilizando con frecuencia informaciones, ejercicios o programas formativos que
han perdido vigencia hace tiempo. Muchos se han dado cuenta de que la información que ellos adquirieron
hace años ha experimentado una fuerte devaluación con el descubrimiento de nuevos datos.

Por falta de técnicos o docentes que miren más allá de su especialidad que sean capaces de
combinar, mezclar y sintetizar los conocimientos procedentes de diversas fuentes relacionadas con el
proceso de enseñanza-aprendizaje, la gran mayoría de jugadores o entrenadores sigue aprendiendo todavía
más por accidentes, equivocaciones y pruebas que por la instrucción recibida.

Antes de aprender a enseñar un deporte determinado como el hockey, los futuros técnicos deberían
estudiar una asignatura específica que enseñara cómo aprende mejor el niño, el adolescente o el adulto a
jugar al hockey, analizando con todo detalle los mecanismos que intervienen e influyen primordialmente
en el aprendizaje en cada una de las etapas evolutivas del alumno.

En la medida que el joven jugador de hockey crece y se desarrolla, ocurren una gran variedad de
cambios fisiológicos, cognitivos y socio-emocionales que afectan directamente la adquisición de
habilidades y capacidades condicionales y coordinativas. Consecuentemente, la enseñanza del hockey a la
edad del niño debe basarse en una metodología y didáctica específica que considera, no sólo su cambiante
estado físico y mental, sino además algunas importantes reglas que garantizan un aprendizaje más eficaz.

1. De la misma manera que se puede aprender a hablar bien o mal un idioma, se pueden
también adquirir hábitos y comportamientos erróneos en el hockey, como jugador o entrenador. En tal
caso se trata de un doble trabajo porque aparte de suprimir primero el hábito incorrecto se debe enseñar
al alumno a aprender a reaccionar de forma correcta al mismo estímulo.

2. Un conocimiento empírico que muchos han experimentado, pero que frecuentemente no se


respeta a la hora de enseñar es cuando el alumno se encuentra capaz y tiene ganas de aprender aún más.
El éxito generalmente nutre y potencia el aprendizaje, mientras el fracaso suele desmotivarlo. Con
frecuencia el entrenador debería presentar a sus jugadores problemas con creciente dificultad que ellos
resuelvan sin ayuda del técnico. Si el jugador es capaz y además recibe con frecuencia una recompensa
por su éxito, aprendizaje resulta divertido y estimula continuamente a progresar.

3. Este no sólo debería sentir el éxito, sino también oírlo. El elogio del entrenador puede
estimular el aprendizaje como la propia autoestima.

4. No sólo es importante verse bien y capaz durante la práctica, también la disponibilidad del
resultado de la acción realizada inmediatamente después de cada jugada, es un factor a considerar a la
hora de buscar un aprendizaje más eficaz... Ser consciente del resultado, de cada una de sus jugadas
facilitará al jugador, en una situación similar, la reproducción o la supresión de la experiencia vivida.
Cuanto más tiempo pasa entre la ejecución de un gesto técnico o una actuación táctica y el
conocimiento del resultado de la acción, menos aprende el jugador. Según Leitner (1972) el resultado
debe estar disponible de inmediato para poder formarse eficazmente una asociación entre un estímulo
y una respuesta correcta o errónea.

Desgraciadamente muchos jugadores cuando están expuestos a actividades formativas o


competiciones que van más allá de su actual nivel de capacidades, no reconocen los distintos estímulos,
a los cuales quedan indiferentes, ni consiguen crear una conexión entre un estímulo determinado y una
respuesta correcta. Entonces no pueden realizarse en la estructura de su cerebro, por medio de la
memorización de asociaciones, cambios moleculares.

4. El jugador de hockey suele aprender mejor y más rápidamente cuando las capacidades y
habilidades que el entrenador enseña son parcialmente conocidas por el alumno. Entonces, cada técnico
debería planificar la enseñanza de nuevos aspectos del juego siempre en estrecha relación con uno ya
conocido.

5. La primera fase del aprendizaje es reconocer una situación (una jugada) que está compuesta
por y varios elementos. Para reconocerla mejor es importante practicarla varias veces, con lo cual el jugador
consigue memorizar los elementos que tienen importancia, especialmente cuando intenta describirlos
verbalmente.

A parte de facilitar el reconocimiento de una situación, las repeticiones suelen hacer la conexión
entre un estímulo y la correcta respuesta cada vez más fuerte.

6. Las repeticiones son imprescindibles para aprender, porque la pérdida de una habilidad o
capacidad empieza inmediatamente después de su primera práctica. Para no perderla enseguida y lograr
más tarde consolidarla, deberíamos realizar un número no demasiado elevado de repeticiones, no sólo en
una sesión, sino más bien en varias, distribuidas durante un período de tiempo (un mes).

Con pocas repeticiones (de 3 a 8 aproximadamente) logramos activar sólo la memoria a corto plazo,
mientras que el transferir a la memoria a largo plazo se consigue más fácilmente con una mayor frecuencia
de repeticiones de la misma habilidad o capacidad en caso de que ésta sea variada en más de dos ocasiones
y en más de dos sesiones de entrenamiento.

7. Sin variar la situación, existe el peligro de que el jugador se aburra durante la práctica frecuente
de la misma. Para contrarrestar la monotonía y una pérdida de la atención y motivación del jugador -todas
ellas enemigas del aprendizaje, el entrenador debe presentar variantes de un ejercicio o juego con las cuales
consiga reactivar el interés del jugador. Este, aparte de aprender nuevamente a través de la consideración
de elementos anteriormente subestimados, desarrolla su capacidad de adaptación.

8. Cuanto más similares son los contenidos de las distintas partes de una sesión de entrenamiento,
mayor suele ser la interferencia entre ellas, porque lo aprendido al final frecuentemente se sobrepone a lo
aprendido anteriormente. Consecuentemente, el permanecer durante más de 10-20 minutos (según la edad
del jugador) en el mismo tema o método de presentación del contenido puede disminuir la atención y el
interés del jugador, que finalmente aprende menos.

9. Una tarea importante del técnico es lograr motivar a cada uno delos jugadores, ya sea a través
de un elogio o de la elección de contenidos que interesan al jugador porque respetan su estado mental y
físico. La motivación es el motor del aprendizaje y la comprensión de una determinada situación del juego
asegura que la experiencia ganada no se pierda.
10. El búlgaro Lozanow que en los años 70 descubrió el método del "superlearning" (aprendizaje
superior) afirma que el aprendizaje es mayor cuando el profesor sabe estimular con su actividad propuesta
tanto el cuerpo como el espíritu y aquí concretamente el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro. El
primero, se encarga principalmente de las tareas que requieren un enfoque lógico, metódico y analítico,
mientras parte derecha del cerebro alberga la capacidad creativa, la intuición y la orientación en el espacio
tiempo.

El enfoque tradicional y actual de la enseñanza de hockey no ha considerado con la debida


importancia capacidades localizadas en el hemisferio derecho del jugador. Para aprender hace falta, entre
otras cosas, estimular en cada sesión de entrenamiento los tres componentes cuerpo-hemisferio
izquierdo - hemisférico derecho del cerebro. Estos tres componentes son como tres instrumentos que deben
estar bien sintonizados para lograr un buen concierto (aprendizaje).

Compendio del Libro “LA CLAVE DEL ÉXITO” de Horst Wein realizado por el Prof. Luis Allier
(h)

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