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·7 para una sociología del deporte»

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U na pa rte de los obs tzicu los para una sociología científica del
deporte obed ec e a que los sociólogos d el deporte s on en cierto mod o do-
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1 .=-: blemente dominado s, en el universo de los sociólogos y en el uni verso .
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del deporte. Como se na muy largo de s a rr ollar esta pr oposición un po-
co brutal, _procederé. a la manera de los profetas, por una parábola.
~ OS textos aquireunidosze n ]~ deficien cias y métodos dudosos

~If~f«
Ayer por la noche, er: una discusión con u n soc iólo go estadounid ense
~ su mayo ria basados en de los sondeos. de mi arni stari, Aaron Cicou r al, me enteré ce que los grande s a ti e ta s
~ ponencias y expo stcion es La vivacidad del discurso permite n egros q u e, en.los Es tados Un idos, s on él menud o pag ados por gTan dE:s
espont áneas ante especialistas de apreciar un modo de pensamiento universidades, como la Un iversidad d e S tanford, viv en en un especie

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las m2S diversas ciscipiinas, reile- que ~:,j ~ ó c ser un instrumento libe- de ghe tto dorado. en raz ón de que la s personas de derecha no hablan
,, jan la asombrosa amplitud del rador d ~ socioanaiísis, El autor se muy gustos os con les negros y que las pe rso na s de izqu ierda no
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campo de investigación..de Pierre aplica a si mismo el método de
Bourdieu...lJ lado de nuevas defi- análisis de las obras culturales que ~i

lógica, los criterios de ésta y su lograr un conocimiento objetivo y


necesidad de una constante auto- . comprensivo de su trabajo. Bour-
crítica, el autor analiza remas como dieu contribuye aquí también cone-r
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niciones de la metodología socio- estudia, ofreciendo los medios pa..-a r._r.i,JJ, .1.
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nAlaCéJ?~~~!C?~.
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ha b la n muy gustoso s con los c epo n ista s. Si se reflex iona sobre esto y
se des arrolla el pa r a riigrna, se hallará quiza s a llf el princi pio de la s
dificultades pa r ticula-as qu e e nc ue n t r a la soc iolcgia del deporte: la
desdeñan los so ció log os y la desprec ian los d eporti s ta s. La lógica de la
d ivisión social del trabajo ti enee a repoducirse en la división del tra-
bajo científico. Se tiene as í por un lado pers on as que conocen muy bien
e1:t"'":
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"La disolución de lo religioso", "El vaiiosas reflexiones al debate entre
espacio social y el po::er simbólí- las ciencias del hombre y la filoso-
ca", propone un "Programa para fu. situándolo en el terreno de una,
de
~~'z f~nslOn¡
una sociología del deporte" y ataca confrontación rigurosa y leal Yevi- r ~ 3
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el deporte de mod o práctico pero qu e no saben hablar de él y, por el
otro, p er so nas qué con ocen muy mal el deporte-de m odo pr áctico y qu e
podrian hablar de él pe ro desdeñan h acerlo , o lo hacen sin raz ónni jus.
reza. c. ..)
Para que pueda const.ituirse una sociolo¡,>ia del deporta , ·es nece-
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. - --- - . ·- - --taJ1do las ose.=.s insinuaciones de
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la denuncia disimulada y los falsos b:;r ¡-Q ~ . sario anté todo darse cuenta de que no se puede analizar un deporte
-- particular-iñde;)endi enteinen te d el conj unto de las prá cti cas d ep orti-
~~ brillos de lapolémica pública. aOSOlla vas; es necesario pensar el espacio d e las pr áctica s de portivas como un
1.-19 r r ~ n sistema del cual cada elemento rec ibe su valor disti n tivo . Dicho de otro

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modo, para comprender un depor te, cu a lqu iera que sea, es neces ario
reconocer la op osi ci ón que ocupa en el es pa cio de los deportes. E ste

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puede ser construido a partir de conjuntos de indicadores tales que,
por un lado, la dist~~ución 'd e los practicantes según su posición en el

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JJ Intervención ante el;ropo de =tDdios "Vid" C

ciales y subcularra", P<llis ; ;-.21io de 1~3..


lsic " y jt:egos', C2~1EA, noviem.
bro de 1980 y conferencia iI;=ductoriz al S' si.-nposio ¿el LC. S_ S~ "Deporte, cla ses so.

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c o nc i ern
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CO LECCIO~ EL M..AMÍFERO PARlANTE

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espacio social, la distribucién de las di fer entes fed e racion es según su l· cerio, en t re un deport e y una po ses icn s ocial , entre In lucha o el fútbol
n úmero de adher entes, su riqueza, las car act eríst icas sociales de sus y los obre ros, el judo y les empleados. Aunque no fu ese sino porque s e
diri gentes, etc., o, por otro, el tipo de relación con el cuerpo que favo- I va rifica rfa ;;', cilr.:ent2 que los obreros est án lejos d e se r los más repre-
rece o exige, según que impl ique un con tacto directo, un cuerpo a cue r- sentados entr e los futbo listas. En realidad, la corr esp ondencia, qu e es .,
po, corno la lucha o el ru~y, o que por el con t rario excluya todo con- una v erdadera hornolcgía, se astnblece entre el espac io de las pr ácti-
tacto como el golf, o no 10 autorice sino por pelota interpuesta como el cas deportivas, o, más precisamente, de las di ferentes modalidades fi-
tenis; o por intermedio ce instrumentos, como el esgrim a . Es necesa- namente analizadas de la pr áctica de los diferentes deportes, y el es-
rio a continuación poner en relación este es pa cio de los deportes con pacio de las posesiones so ciales. Las propiedades pertin en tes de ca d a
el espacio socialque en .él se expresa. Eso a fin de evitar los errores li- práctica deportiva s e definen en la relación entre es os dos espacios. Y
gados a la puesta en rela ción directa entre un deporte y un grupo que los cambios mismos de las pr ácticas no pueden comprenderse sino en
su gi er e la institución ordinaria. E n efecto, se siente de entrada la re- es ta lógica, en la medica en que uno ce los factores que la determinan
lación privilegiada que se establece hoy entre la lucha y los miembros es la voluntad de mantener al nivel ce las p r ác tica s las separaci one s
de las clases populares o el aikido y la. p equeña burguesía nueva. Son
cosas que se. comprenden inclusive d_emasiado rápi do. Eltrabajo del
_ soc iólogo consiste !!n. establecer las pro p iedades socialmente perti-
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-:: qu e exi ste ne ntr e las posiciones. La histo ri a d e las práctica s de port i-
vas n o pue de ser s i no una his toria astructur c l, q ue tome en cuen ta la s
transformaci ones siste máticas que sntrarian p or ejemplo la a pa rición
nentes qúe hacen que un deporte est é en afinidad con los intereses, los . de un deporte nuevo (l os de?or-..es cali forn iancs ) o la divulgaci ón de u n
gu stos, las preferencias de una catego ría social determinada. Así, co- J deporte existente, como el tenis. Par én tesis: un a de las dificu ltade s
mo lo muestra bien -Iean -Paul Clérnent, en el ca s o de la lucha por 1 del a n a lis is d e las prácticas depor tivas reside en el hecho de.qu e la
ejemplo.Jairnportancia del cu erpo a e.. . . erpo, acen tuada por la desnu- i unida¿ n ora in alIten is, sk i, fútbol) que consideran las es ta dí sti cas
dez de los combatientes, in du ce a un con tacto corporal ásperoy direc- i (comprendidas las mejores y las más reci én tes, como las del mi ni ste-
to, mientras que en el aikido el contacto es efímero, distanciado, y el l rio de Asu..n tos cultural es) enmascara un a di spersión, mis o men os
combate en el '::: -': ;:0 inexistente. Si se comprend e tan fzicilmente el " fuerte según los deportes, de la manen de pr a cticarlc s.y qua esta di s-
sentido de la oposición entre la lucha y el aikirio, es porque la posición pe rsi ón se acrecienta cuando el crecim ien to d el num ero de pract ican-
entre "tierra a tierra", "viril", "cu erp o a cuerpo", "directo", etc. , y tes (q ue p ue de ser efec t o de la sola i n te nsifica ci ón d e la prácti ca de las
"a ére o"; "ligero", "distanciado", "gracio so", sobrepasa el terreno del ca te gorfas ya practi cantes) se a co m pa ña de una diversificaci ón social
d ep orte y el anta gonismo e n tre dos prá ctica s de comb ate. En suma, el d e ¿ 50S practicantes. Es el caso del t enis, cuya unid ad nominal en ma s -
:.. elemento determinante del sistem a de las preferencias es aquí la re- cara que, bajo el mism o nombre, coex isten m anera s de practica r ta n
laci ón con el cuerpo, a l compromiso del cuerpo que es tá asociado a una dife r en te s como 10 son, e n su orden, el esquí fuera de pista, el esqu í de
posición social y a un a experiencia ord inar ia del mundo fís ico y social. ~ circuito y el es quí ordinario: el tenis de los peque ños clubes rnunicipa-
~sa reiaci?~.con el :ue.?? es.solida ri a de t~~a la r elación con el mUD-
do : las practicas mas distintivas son también las que se aseguran la
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17S' que se practica en j.e<rns y con ":-\ciid as" ~obre t erre~o s, duros, n '2
llene gran.cesa en comun con el teri is en traje bl anco y 121na pl egada
relación más distanciada con el adver sario, son también 12.s más este- ~ que era reglamentaria hace una veintena de año s y que se perp etú a
. . tiza das, en ~a me.di da en que la viol encia es tá. e~ e!l,;s más ed:m:z~?a ~ e~l l0. s ~lu.bE:s s f:le~to~ (se e.f1contraria aun to cio ~~ universo de d j ~e ~~ ~-
yen que la to rm a o las formas la coloquen sobre la ruerzay la runcion. era a n ivel d el estuo oe los jugadore s, de su r ela cion con la cornpeti ción , __. . . _
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-:::.., "~ La :d istancia·social5e.·ret::ad.uce..muy-hi.en en la.logica del deporte: el .- - _.- - - -- --- corr el entrenamiento, etc.):-- --.- -. ---- - -..-.- - - _ - .
. . golf instaura por to das partes la distancia, con respecto alas no practi- En suma, la prioridad de las prioridades es la constru cción de la .
ca n tes, por el espacio reservado, armoniosamen te arreglado, en que .. es truct u r a del espacio de las prácticas depor ti vas 'cuyos efectos r egís-
se desarrolla la práctica deportiva; con re sp ecto a los adversarios, por trarán las monografías 'con s a gra d a s a deportes particulares. Si no sé
la lógica misma de la confrontación que excluye todo contacto directo, que las perturbaciones de Urano son determinadas por Neptuno,
aunque fuese por intermedio de una pelota. : . creeré captar lo que pasa en Urano mientras que en realidad capta-
Pero eso no es suficiente y pued e aún conducir a una visión rea- ré 10 que pasa en Neptuno. El objeto de la historia es la historia de las
lista y sustaricialista de ca da uno de los dep ortes y del conjunto de los transformaciones de la estructura que no son comprensibles sino a
practicantes correspondien tes y de la r elación entre los dos. Como ha- ,_ partir del conocimiento de 10 que era la estructura en un determin ado
b ía tratado de mo strarlo en la introducción a VII congreso de HlSPA, memento (lo que significa que la opcsicion entre es tructura y cambio,
hay que cuidarse de establecer una r elación dir ecta, corno acabo de ha- entre estática y din.:ímica;es completamente ficticia y que'n a se puede
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comprender el cambio de otra manera que a partir de un conocimien- cia dE'! los objetos de la investigución empíric a y concreta , ESLe esque-
to de la estructura). Esto para el primer punto. . ma teorico (a q u í, la idea de espacio de 105 depcr te s; en otra parte , la
El segundo punto es que este espacio de los deportes no es un nocicn de campo d~ poder), aun si queda en gran parte vacío, aun S I
universo cerrado en sí mismo. Está insertado en un universo de prác- prov ee so bre todo precauciones y or ie rita cio n es prog ramaticas, hace .,
ticas y de consumos tambi én ellos estructurados y constituidos en sis - que yo elija mis objetos de otra manera y que pueda maximizar el r en-
terna. Se tiene plena razón para tratar las prácticas deportivas como dimient.o eJe las monografías: si, por ejemplo, al no poder estudiar más
un espacio relativamente autónomo, pero es necesario no olvidar que de ' tres deportes, tengo en mente el espacio de los deportes, e hipóte-
este espacio es el lugar de fuerzas que no se aplica a él sólo. Quiero sis sobre Jos ejes según los cuales éste espacio se construye, podré ele-
decir simplemente que no se pueden estudiar los consumos depor- . gir maximizar el rendimiento de mis in versiones científicas eligiendo
tivos, si se quiere llamarlos así, independientemente de los consumos tres punto s alejados en el espacio. O bien podré, como lo hizo por ejem-
alimentarios o de los consumos del ocio en general. Las prácticas plo J ean-Paul Clémen t, elegir estudiar un subespacio en este espac io,
deportivas que pueden ser registradas por la investigación estadísti- el subespacio de los deportes de combate, y hacer, a esta escala, un es-
ca pueden ser descritas como la resultante de la relación entre una tudio del defecto de estructura aprehend iendo la lucha, el yudo, el
oferta y W1a demanda 0, con mayor precisión, entre el espacio de los aikido como tres puntos de un mismo subcampo de fuerzas. Podré, sin
productos ofrecidos en un momento dado y el espacio de las disposi- correr el r iesgo de perderme en los detal le s, ir a mirar muy de cerca,
ciones (asociadas a la posición ocupada en el espacio social y suscep- lo que me parece la condición misma de ltr abajo científico, filmar los
tibles de expresarse en otros consumos en relación con otro espacio de combates.cronometrar cuánto tiempo se p asa-acostad o en el suelo en
oferta), . la lucha, en' el yudo, 'en el aik ido, en suma , podré medir todo Jo que se
Cuando se t(en-é en mente la lógica estructural en el in~rior de puede medir, pero a partir de una construcción r¡ue determina la elec .
la cual se encuentra definida cada una de las prácticas, ¿qué debe ser ción de los objetos y los rasgos pert inent es. T engo conci encia, al tener
la: pr áct.ica científica conc reta? El trabajo del investigador ¿consiste muy poco tiempo, d el aspecto -un poco abrupto , pe ren torio y qui zás
simplemente en dibujar este espacio, apoyándo se por ejemplo en la a pa r en te m e n t e contradictorio de lo que acabo de decir. Sin embargo,
estruc tura de la dis tribuci ón de los luch adores , los boxeadores, los cr eo que he dado indicaciones suficientes sobr e lo que puede ser un
jugadores de rugby, etc., por sexo, por edad, por profesión? En real i- méto do qu e a pu n t e a instaurar la dial éctic a 'entr e lo global y 10 pa r ti -
dad, ese cuadro estructural puede, duran te un cierto tiempo, quedar cular, que es el ún ico que puede permitir con ciliar la visión global y
groseramente dibujado, a la medida de las estadísticas globales dis- sinóptica que exige la construcción de la estructura de conjunto y la
ponibles y sobre todo los límites de esas estad ísticas y de los códigos visión idiogr áfica , aproximada. El antagonisrno entre la gran visión
según los que se las elabora. macrosocioJógíca y la vista microscópica de una rnicro sociología o en -
Hay allf un principio de método muy general: mas que conten- tre la construcción de las estructuras objetivas y la descripción de las
tarse con conocer a fondo un pequeño sector de la realidad de la que representaciones subjetivas de los agentes, de sus construcciones
no se sabe demasiado, por no haberse planteado la pregunta cómo se prácticas, desaparecen, como todas las oposic iones en fonna de "pare-
sitúa en el espacio de donde fue separado y lo que su funcionamiento jas epistemol ógicas" (entre teoría y e mpi ria, etc.), desde el momento
puede deber a esta posición, es nece sario ·-a riesgo de contrariar las . en que se ha logrado -lo que, me parece, es el arte por excelencia del
. - - . - - - - - - o espectativa s positivistas que todo, sea dicho.al pasare parece justificar _ .-' investigador-invertirun problema teórico de gran alcance enun-ob-
('"'más vale aportar una pequeña contribución modesta y precisa que --- ----'] et¿) e m p ín co bie-ñ-construidoTcon 'referencia al espacio global en el .
construir grandes construcciones superficia les'D-c-, es necesario pues, cual está situado) y dominable con los medios dispo nibles, esd ecir,
a la manera de los arquitectos académicos que presentan un bosquejo eventualmente, por un investigador aislado, sin crédi tos, reduci do a
a la carbonilla del conjunto del edificio en el interior del cual se situaba 'su sola fuerza de trabajo.
la parte elaborada en detalle, esforzarse en construir una descripción Pero es necesario corregir la apariencia de realismo objetivista
sumaria del conjunto del espacio considerado. que puede dar mi referencia a un "marco estructural", concebido como
Este marco provisorio, por imperfecto que sea, se sabe por 10 me- previoal análisis.empírico -.No ceso de decir -que las estructuras no son
nos que debe llenarse, y que los trabajos empíricos mismos que orien- otra cosa que el producto objetivado de las luchas históricas tal como
ta contribuirán a llenarlo. Resulta qu e estos trabajos son radicalmen- se .pu ede captar en un momento dado del tiempo. El universo de las
te diferentes, en su misma intenci ón, d e los que' hubieran sido en prácticas deportivas que la investigación estadística fotogr afía en un
ausencia de ese marca que es la condición de una construcción adecua- cierto mamen to no es sino la resultantede la relación entre una oferta,

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producida por toda 19. his"oria anterior, es decir un conjunto ce. "ma- oferta (contribuye a producir la necesicad presentándole la posibili-
celos" de practicas (reglas, equipamientos, instituciones es;)ecializa- dad efectiva de su realización) y también por la realización de la oferta
das, etc.), y una demanda inscrita en las disccsiciones. La oferta mis- en el estaco anterior. Hay allí, creo, un modelo muy general que ri!:;e .",

ma tal como se presenta, en un momento dado, bajo la forma de un con- las practicas de consumo más diversas. Hemos visto así cómo Viva ldi
junto de deportes susceptibles de ser practicados (o mirados) es ya el recibió, con veinte años de intervalo, sentidos sociales completamente
producto de una lartra serie de relaciones en tre modelos dé práctica y opuestos, y pasar del estado de "redescubrimiento" musicclógico al
. disposiciones para la práctica. P~ ejemplo, como bien 10 mostró status de música de fondo sonora para Morioprix. Aun si es cierto que
Christian Pociello, el programa de prácticas corporales que designa la un deporte, una obre. musical o un texto filosófico definen, por el hecho
palabra rugby no es el mismo -por más Que, en su definición formal, de sus propiedades int rín secas, los límites de los usos sociales que se
. técnica, haya quedado idéntico-e-con unos pocos cambios de reglas en pueden hacer de ellos, se prestan a una diversidad de utilizaciones y
los años 30, en 1950 yen 1980. Está señalado, en la objetividad yen son señalados en cada rnorne nto por el uso dominante cue se hace. Un
las representaciones, por 12.s apropiaciones de que ha sido objeto y por autcr filosofico, Spiricz a o Y.3.:l.t por ejemplo, en la verdad ele lo que se
_ .la s asnecificacion es (Dar eiernnlo la "violencia") ouerecibió en ia "fea; prepone a la percepción, no se reduce nunca a la verdad intrínseca de
- liz2.ciÓn" concreta que en -él h~n ó?erado agentes dotados de dispcsi- la obra y, en su verdad social engioba las lecturas mayores que se-na-
cen de elles, por los kan tiancs y los spinozistas del memento, ellos", is-
cienes socialmente constituidas en una forma particular (por ejemplo,
en les años 30, les estudiantes del PUC y-del SBUC o d e Oxford y de ¡ mas ¿efii1idJs ;;~r su r elacio..D objetiva o subjetiva por los kantianos y
los spiriozistas del periodo anterior y con sus lectur as, pero también
Cambridge 0, en los años 80, los mineros galos y. los agricultores, los 1-
pequeños comerciantes y los empleados de Rornans, de To len o de Bé- con los promotores o los defensores de otras filosofías. Cc nt.ra ese com-
z iers). Este efecto de apropiación social hace que, en cada momento, plejo indivisible que es elKcnt apropiado por los kantianos que pro-
cea una de las ~ealj¿2.des" ofrecidas bajo un nombre de deporte esté yectan sobre Kant y no solamente por 12. lectura que hacen de él, sus
marcada, enla OGjc;;;·,-iC2.G, por un conjunto de propiedades cue no es- propied ades sociales. reacciona Heidegger cuando opone un Kant me-
tán inscritas en la definición puramente té cn ica, que puede aun ser tansicc, casi existencia lista (por ejemplo, con el tema de la finitud), 3.1
oficialmente excluidas, yque orientan las prácticas y las elecciones Kant cosmopolita, un iver salisra, raciona lista, progresista de los neo-
(entre otras cosas ciando un fundamento objetivo a les juicios del tipo kantianos. Debe preguntarse ahora adonde quiero llegar. En re a li-
"eso huele a paqueñoburgué s o intelectual", et cétera.) Así, 12. distri-
á
d2-d, así como el senti-do social de una Ob'2 de filcsofía puede asíinve,- -
bución ¿¡rerencial de las cr ácticas decortivas re sulta de 12 cuesta en tir se (y la mayor parte de las obras, Descartes, Kant, o aun Marx, no
relación entre dos e So3.cl~s homclozos, un espacio de prácticas pcsi- cesan de cambiar de sentido, al invertir caria generación de comenta-
bles, la oferta, y un espacio de disposiciones a-practicar, la demar.da: dores la lectura de la generación precedente), asimismo, una práctica
del lado de la oferta, se tiene un eSD2.C:') de de oo rtes enter.ciicios como deportiva que, en su definición técnica, "intrínseca", presenta sie m-
programas de prictic2..s deportivas, que e-st.2.n"·:car"acterizaC:cs, prime- pre una gran elasticidad, ccr lo tanto ofrece una gran c isporiibilidad
ramente, en sus-propiedades intrínsecas, técnicas (es decir especial- para usos completamente diferentes, hasta opuestos. puede también
mente 12.s ccsibilidades v sobre todo las imnosibiliciades cue ofrecen cambiar de sentido. Con mas exactitud, el sentida dominante, es decir
para la expresión de las diferentes disposiciones co'rpor _:.;"';j, en se- el sentido social c;.:~e ie es atribuido por sus usuarios sociales dominan-
_____ __ gundo.lugar. en sus.propiedades.relacionales, estructurales, tal.corno . . . tes (numérica. o.socialmente) puede cambiar. en efecto, es frecuente .
se definen en relación al conjunto de los otros programas de prácticas que en el mismo momento, y también cierto que una obra filosófica,
deportivas simultáneamente ofrecidos, pero que no encuentran su un deporte recibe dos sentidos diferentes, y que el programa objetiva-
plena realización en un momento dado sino al recibir las propiedades - do de práctica-depo-rtiva que designa un término corno carrera a pie
de apropiación que les confiere, tanto en la realidad corno en la repre- o natación, y aun tenis, rugby, lucha,judo, sea una apuesta de luchas
sentación, su asociación dominante a través de los part ícipantes mo- -por el hecho mismo de su polisemia objetiva, de su indeterminación
dales, una posición en el espacio social. Por otra parte, del lado de la parcial, que la hace disponible para varios usos- entre personas que
demanda, un espacio de exposiciones deportivas, que, en tanto ladi- - -se oponen-a-propósito del uso verdadero, del buen uso, de la buena ma-
mensión del sistema de las disposiciones (del habitus), son racional- nera de practica la práctica propuesta por el programa objetivado de
mente, estructuralmente, caracterizadas como las posiciones a las práctica considerable (o, en el caso de una obra filosófica o musical, por
cuales ellas corresponden, y que son definidas en la particula.ridad de el programa objetivado de lectura o ejecución). Un deporte, en un mo-
su especificación en un momento dado por el estado p res ente ¿~}J. mento dado, es un poco corno una obra musical: una partitura (una re-

l7S 179
_~I •.:.

gla dejuego, etc.), pero tambi én interpretacion es com pe titi va s (y todo se a el eccion es u cg ut ivas, o de peor es n ad a. Puede decirse, creo, qu e
un conjunto de interpretaciones del pasado se dim entadas): Y es todo las d isp os iciones a sociadas a la s diferentes posiciones en el esp aci o so-
esto que cada nuevo intérprete se encuentra enfrentado, más incon s- cial , y en pnrticu la r las disposic iones es tr u ct ur a lmente opues tas lig a - .,
ciente que conscientemente, cuando propone "su" interpretación- Ha- das a las posi cio nes opuestas en es te es p ac io, encu entran sie m pre el
bría que analizar en esta lógica los "retornos" (a Kant, a los instru- medio de expresars e, pero , a vece s, bajo la forma no reconoc ible de
mentos de época, al box francés, etc.) . Decía qu e el sentido dominante oposiciones es pe cífica s, ínfimas e imperceptibles si no se tienen las ca-
puede cambiar: de hecho, especialmen te porque se define en oposición te gorías de percepción adecuad as, que organizan un campo deterrni-
a ese sentido dominante, un nuevo tipo de prá ctica deportiva pude nado en un mom ento dado. No es tá p r ohi b ido pensar que las mismas
construirse con los el ementos del programa do minante de pr á cti ca de- d ispos iciones qu e llevaron a Heid egger h aci a una forma de pensa -
portiva puede constrizirs e con los elementos del progra ma dominante mi ento "revol u cion ario conservador" hubi er an podido, con referenc ia
de práctica deportiva que qu eda r on en estado virtual, implícito O re- a otro espa cio de oferta filosófi ca, llevarlo hacia el joven Ma rx; o que
chazado (por ejem plo, toda la violencia que estab a excluida de un de- el mi smo (per o no h u bier a sido el mismo) que enc u en tra hoy en el a ik i-
porte por el imp erativo delrair play). El princ ipio de estas inversiones, do un a manera de escapar al judo, en lo q ue t iene de objetivam en te
cuya sola lógica de la di stinción no basta p ara explica r , reside sin duda mez quin o, compe titivo, pequ eñ obur gu és - h ablo evidentem ente del
en la reacci ón de los reci én llegados, y de las dispo sicio n es soc ialmente judo socialmen te a pr opia do- h ub iera de m and ado casi la mism a co-
constituidas que importan en el campo , contra el com pl ej o socialmen- sa, hace treinta a ñ os, al judo mismo. .
te señalado que constituye un dep orte, o una obra filo sófica, como pro- Hu bier a qu eri d o todavía referirme , aun qu e fuera su perfic ial -
grama objetivado de práctica pero socialmente reali zado, encarnado . mente, a todo el programa de investigacio nes que está implicado en
en agentes socialmen te marcados, por lo tan tú se ña lad o por las carac- la idea de que se constituye pro gre si vam ente un campo de los profe-
terís ticas sociales de es os age n te s, por el efecto de la ap r op iación . Si , sion al es de la pro du cción de bien es y de servicios depo rti vos (en tre
para la visión si n cró n ica , ta l o cual de esos p r ogra m as, el que design a ellos, por ej emp lo, los esp ectá cu los depor ti vos), en el interi or del cua l
un nombr e de depo rte (lu cha, equi ta ción, t en is) o u n nombre pro pio de se desa rrolla n los int ere ses es pecificas, ligados a la compete ncia, de
filó sofo o de composi ter O un nombre de g éner o, óper a , opereta, te atro las relacion es de fue rz a especifi ca s, etcéte ra. Me come n taré con meno
de bulevar, o aun un estilo, r ealismo, simbolismo, etc. , pa re ce directa- cion ar una consecuencia entre otras la de la constitución de este cam-
m ente ligado a las dis pos iciones inscritas en los ocu pan tes de una D O rel a tivamente a u tónomo, a saber el e nsa ncha miento continuo de

cierta posición social (es, por ej emplo, el lazo en tr e la lüch a y el rugby ia esc isión e nt re los pr ofesion a les y los a fici ona dos , qu e va a la par con
y los dominados), una visión diacrónica puede conducir a una repre- el desa rrollo de un de porte-espec táculo to talme nte separado de l de -
sentación diferente , como si el mismo objeto ofrecido pudieran apro- parle crdi ria rio. Es destacable que se observa un proceso semej a n te e n
piárselo agentes dotados de disposiciones muy diversas, en suma, otros dominios, esp eci almente en el de la da nz a . En ambos ca sos , la
como si cualquiera pudies e a pr opiar se de cualquier programa y cual- cons ti tuci ón progresiva de un cam po relativamente autónomo reser -
quier programa pudi ese apr opiárs el o cualqui era. (Este sano "ralati- vado a los profesionales se acompañ a de un a desposesión de los profa -
__ __ . _. .vi sm o'ttiene al menos la virtud de poner en guardia contra la tenden- nos, poco a poco reducid os al rol de espectadores : por oposición a la
cia, recurrente -e-n hisloria-oel ar..e,-aesE3blecer un lazo directo entre .-.. _- .-- - ___. danza aldeana, a menudo asociada a func iones r itua les, la danza de
las posiciones sociales y l.as temas de posición esté ti cas , entre el "rea- corte, -ques -e- vÜ"elve espectácu lo, supone conocim ientos es peci ficos "
lismo", por ejemplo, y los dominados, olvidando que las mismas dis- (hay que conocer la medida y los pasos) , por lo tanto ma estros de ba ile
posiciones podrán, con r eferencia a esp aci os d e oferta diferentes, llevados a poner el a cent o en la virtuosi dad técni ca y a operar un tra-
expresarse en temas de posición dife rentes). En r ealidad, la elastici- bajo de explicitación y de codifi cación; a partir del siglo XIX a pa rec en
dad semántica no e s nunca infinita (basta con pensar en el golf y en los bailarines de oficio, que se produc en eh los salone s ant e per sona s
la lucha) y sobre todo, a cada m omen to, las ele ccion e s no se distribu- que practican ypueden aun apreciar corno conocedores; lu ego, a l final,
yen al azar entre las diferentes posibilidades ofrecidas, aun si, cuan- se tien e la escisión total entre los bailarines es tr ella s y los especta do-
do el espacio de las posibles sea muy restringido (por ejemplo, el joven res sin pr ácti ca r educidos a una compren si ón pasiva. Desde en tonces,
Marx contra el vi ejo Marx); la relación entre las disp osicion es y las to- la evolución d e la práctica profesional d epend e cad a vez má s de la lógi-
mas de posición es muy oscura por el hecho de que las di spo siciones ca interna del campo de los profesion ale s, sie nd o los no pr ofesion al es
qu e, en univers os, m ás abi ertos, meno s codifi cados, pu eden proyectar relegados al rango público cada vezm en os ca pac es de la compr ensión
directamente su estru ct ura de exige n cias, d eben en este caso limitar- que da la práctica. En materia de de por te , se es tá a menudo, en el me-

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jor de les casos, en el estadio de la danza en el sis lo Xl.."""'(, co n o r ofes ion a - la au senci a de toda obj etivación en un a es c ritur a a:'~c:;a¿ a (la auseri -
les qu e s e producen ante afi cion a d os que p raeti ~a n todaví ao han prac - ci a del equi val ente d~ la par titu ra , q u e perm it e di::.in guir claram en t e
ticado; pero la difusión que favorece la televis ión introduce cada vez entre par titura y ejecuci ón, lleva a identificar la cera con el res ulta-
m ás espectadores de sprovistos de to da comp e tencia práctica y aten- d o, la danza con el bai larín). Se podría, en esta pe rspectiva, tratar d e
tos a aspectos extrínsecos de la práctica, coma el resultado, la victo- estudiar lo qu e r.an si do los efectos, en la danza COIDJ en el de por te, de
ria. Lo que ac arrea efectos, por intermedio d e la sa nción (financiera la introducci ón del magn etoscopio. Una de las cu estiones plantead a s
u otra) que da el público, en el funcion a miento mism odel ca m po de los es s a ber si e s n ece sa rio pasar por 12.s pal a bra s para h acer compren -
pro fesionales (com o la búsqueda de la victoria a tode precio y con ella, der ciertas cosas al cuer po, si, cuando se habla al crerpc con pala br as,
ent re ot ras cosa s, el cr ecimiento d e la violencial.: .- ésas con la s palab ra s justa s teóricam en te, c i e ntific:;¡:m e ~ t e, qu e h acen
Termino aquí puesto que el tiem po Que me. fueacord ado es tá cornpr end er mejor al cuerpo , o si, a veces , p ala bras ~e n o tienen na c a
-pr áctica rnen t e agotado. Indico el ú lt imo punto en algunos segu ndos, que ver CO:1 la de scrip cicn adecuad a de lo que se qrier e transm it ir 110
Recordaba, al comenzar, los efectos en el ir. t ::::: ~ !" del ::::.. ~oo··cien tjfi­ so n mejor compren did as por el cue rpo . F.eil exionamo sobre esta corn-
ce de la di visi ón del t rabaj o entre los te óricos y los p rá ctic os. P ien so :;:-:::1;;;: '1 t';: " l c:.:e~o , se pod.ria Qui::á contrib~ir a una te~ria .ie la
que el d eporte es, junto 'con la danza, u n o ce: los t erren c s donde se cr ee nc ia. !' er sa r a n qu e carm rio ccn COLa S ce s iete 1;;";'3 5. P :er:. s c qu e
plan te a ,: 0" la máxi ma agudez a ¿l problema de las relacion es en ..r e la h ay un lazo en tre p.l cu erp o Ylo qu e en fran c és [la na rnos "l'esc iri t de
t eorí a y la pr áctica, y tambi én entre el lenguaj e y el cu erpo - Ciertos ccrps". Si la mayor parte de las o:-gal1iz2.c:o n es, sea la Iglesia , el ej érc.-
ma estros de ed uc a ció n física trataron de a.n alizar lo que es, por ej e m- tu, los parti dos, las empresas industriales , e tc . , cooceden tan to l ug2.:' -
plo, para un en tre n a do r o para un profeso r d e m úsica, diri gir el cu er - a la s d isci p lin as corp orales, es po rq u e en gra n medida la ob ediencia ,
po. ¿Có!;lo n acer compre n de r 2. al gui en, es d ecir él S1.1 cue rpo , cómo pue- es cr eencia, 'j la cr een cia 2 5 lo qu e el cu er p o acuerda en el mom en to
de corregi r su ge sto? Los problemas qu e .plan t ea 13. ense ñ2m2 de U:1a e n qu e la m e rite di ce 710 (s e pcd r ía , en esta ~¿g::::lJ :-=:l exiof:2f sobre la
practicacorpo ral me parece qu e encie rran un conjunto ce cu es tiones nc ci ín de disc iplina). Es qui zri r efiexion a lldo sobre Ir. que el depo . . : ·:l
te óricas de prí.n era magnitud, en la medida e n qu e la cienc ias soci a- tiene de m ás es pecifico! es de cir la m an i p u iu cién regla da ¿el cue rp o,
les se esfuerzan por hacer la teoría de conductas en qu e se prod uc en , s obre el h echo de que el dep or te, como t oda s la s disciplina s en toda s
en su gran mayor ía, má s a ll á de la con cie n cia , qu e se a pre nde n p or las 'insti tucion es total es o tctali ta ri as, los con ven tcs, 12.s pris ion es , los
u n a comun icación silenc iosa prác tica, de cue r oo a cuerp o, pod rí a de- asilos, los partidos , etc , es una m a nera de cbte ner del cu erp o u n a
cirse. Y la ped agogía deportiva es quizás el terreno por excelen cia pa- ac:: s::i:Sn. qu e el espíritu poc.ría r ecnn.zar, qu e se Lt:garia:lo compren-
ra plan t earel pr cblerna que se plantea por 10 general en el t erreno de der mejor el uso que la mayor par te de les r egi!;:e np.s a u toritari os
la política : el p roblem a de la [,0 10 2. de conc ie ncia. Ha J' un a m::':1 ~""~ de h a cer! del deporte. L2. discip lin a corporal es el instrume n to por exc e- .
compren der ccrn ple tarne nce par ti cul ar, a men u do olvidad a en las te 0- Iar.cia de tori a especie de "d om es t ica ci ón": se Sabe el '.15 0 G:.le la p eda -
rías de la in te lig::.:cia., ia que consi s te .en ccra p r enc er '20 :1 el cu erpo. g 0~&. de los j es uita s hacia de la ca..nz a . H acv ía qu e ana lizar la re la ción
Exister, L ..::..nc idades de cosas que com prendemos solamente con n ue s- dialéctica que une las posturas cor poral es 'j le s se:ti mie!iLOS corr es-
- -- - - - -·tro cuerpo, más acá.de.la.conciencia, sintenerlas p ala.b..!~~~a. decir - pondientes: adoptar ciertas posicicr-i so c;-:::-:..::: ? s m as , es, se lo s a-
lo. :21 sile n cio de los deportistas del qu e i: a b l a ba al comienzo obedece .- beaes-de Pascal.rinducir-o reforzar los senti mi entos que ellas expre-
por una parte al h echo ce qu e, cuando no se es pro fesional de la exp lici- san. El gesto, según la paradoja del com edian te o del bai larín, refuer-
tac ión, hay cosas que no se saben decir, y las prácticas deportivas son za el sen cimiento que refuerza el ;e5:':;. ~\.5j se expiicael lu gar otoTgado
esas prácticas en las cuales la comprensión es co!"poral. Muy a menu- por todos los regímenes de tipo totalitario a las prácti cas corp or al es
do no se puede m ás que de c·ir: J\1ira, haz corn o yo". Se señala a menudo colectivas que, simbolizando 10 sociai, con ~ribuye:J. a som a tiza r lo y
qu e los libros escri tos por los grandes bailarin es n o tran smiten cas i que, por la 'I ..:mesis corporal y colecti va de la onruestación social,
n ada de lo que h ace el "genio" de sus a ut or es . Y Ed\V1n Denby, pen s an - apuntan a refor.:ar est..a orquestación. Le Historia ¿el soldado Tecu.er-
do en Théophile Gaucier o en Mallanné, decía qu e los señala mie ntos da la vieja trad..icióppopúlar. hacer bailar a algui en, es poseerlo. Los
más p erti ~en tes sobre la danza n o los hacen tan t o los bailarin es o a u n . . "ejercicios espirituales" son ejercicios corporale s J' mu cho s de los en ·
los criticas sin o los aficionados escl arecidos. Lo que se com pr en de si trenamientos.modernos son una forma de asce sis secul ar.
se sab e que la d·anza es la única de las artes cultas cuya tran smi sión Existe una contrad..icción, que siento muy fuertem e:1te, entr e 10
-entre bailarin es y público" pero también e ntre maestro y d..is cipu - que quiero decir y las condicio71es en bs cuales 10 digo. H'.iliiese sid o
lo-- es eTltera.:.l1 en te ot.al y vi S'.l a l, o "!7i~jo r, I11im étic2... E so en razó n de n ecesario qu e pudier a tom ar ~ ejemplo ab solutamen te preciso y pro-

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fund izarlo: aho-ra bie n, por el hecho de la aceleraci én i~¡J'..lest.a a mi


discurso por las obligaciones del horario, pu eden tener la impresión .',
de que he propuesto grandes perspectivas teóricas mientras que mi
intención era justamente la inversa ...

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