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Sistemas Familiares Año 16 N°2 Julio 2000 Argentina - Dra Patricia Cordella *1
RESUMEN
Se reflexiona acerca del fenómeno relacional ,narrativo y bioquímico del sindrome de la infancia y adolescencia conocido como
trastorno de ansiedad por separación.
Para esto se caracteriza tanto el cuadro clínico del menor, las formas temperamentales de los niños que lo presentan, los tipos
vinculares primarios de la diada madre-hijo, el desarrollo de los sistemas adrenérgicos en el niño y especularmente en la madre
o el cuidador principal, y la narrativa familiar desde la cual surgen los significados que harán de contexto a la aparición de
síntomas y al consiguiente cese del desarrollo infantil. Todos aspectos de una misma configuración rígida que hemos nominado
díada-amenazada-de-despego mantenida por
un contexto familiar particular. Se utilizan para esto tanto los conceptos biológicos que darán cuenta de los equilibrios
fisioneuronales como los conceptos construidos a partir de la experiencia con familias que darán cuenta de los fenómenos
relacionales. Se intenta transitar por el continuum de ambos dominios conceptuales.
INTRODUCCION
Hablaremos de un trastorno de ansiedad por separación , cuando aparezca una determinada constelación de síntomas recurrentes
por más de 4 semanas según los criterios especificados en el DSMIV. Los criterios diagnósticos incluyen tanto las formas leves
como las más severas,siendo estas últimas de peor pronóstico , mayor co-morbilidad y menor respuesta al tratamiento. El
trastorno se caracterizará por la aparición de sintomatología vasovagal frente a situaciones cotidianas en las cuales el niño y su
cuidador principal se separan para desarrollar tareas propias en la etapa de desarrollo de cada uno (colegio, trabajo) pudiendo
encontrarse ,aún en la vida adulta este tipo de sintomatología ,disfrazada tras ciertas exigencias de apego elaboradas como
temores a accidentes , pérdidas, separaciones.
Esta sintomatología será gatillada tanto por la expectación que supone una separación inminente (“mañana tengo que ir al
colegio”) como por la separación misma. La separación es el momento en el cual el niño y la madre (como cuidador principal
habitual) son “despegados” . Curiosamente minutos después de producido el “despego” (desapego) ambos se tranquilizan aún en
ausencia del otro. Así el niño permanece en el colegio o en el cumpleaños sin mayores dificultades y la madre o cuidador
principal realiza sus propios afanes. Los padres generalmente consultan al pediatra cuando la dificultad imposibilita la asistencia
a clases. Esta es probablemente la razón por la cual el trastorno fue llamado “fobia escolar” en una época. Hoy sabemos que el
trastorno por separación incluye el rechazo escolar como uno de sus síntomas siendo emocionalmente más amplio que éso .
Otro motivo para consultar es lo inmanejable que puede tornarse la situación cuando todo recurso, incluso el maltrato físico, los
castigos , los premios, no han sido suficientes como para conseguir el necesario desapego . Los padres no logran entender
porqué de repente el niño no quiere abandonar la casa, se ha convertido en la sombra de la mamá , necesita dormir con ellos y
no quiere saber nada del colegio .
La primera hipótesis que exploran responde a la pregunta ¿Habrá sucedido algo en el colegio? ¿Acaso lo habrá maltratado
o...abusado?
Hipótesis que parece congruente con las manifestaciones exageradas de angustia que son gatilladas ante la inminente salida al
colegio : vómitos, llanto, diarrea, dolor abdominal, temblor, sudoración y otros derivados de una descarga noradrenérgica hacen
pensar a los padres que ha sucedido algo grave en el contexto extrafamiliar, donde el niño no quiere acudir y tendería a
rechazar . En realidad ha sucedido algo , pero no está fuera sino dentro de esta organización que es la familia . La función
ontogénica ha fallado en el tema de la individuación.
El despliegue de conductas posibles en ausencia de la corporalidad del cuidador se ha detenido en una reacción
angustiosa reincidente desencadenada en el momento del “despego”. La siguiente hipótesis dice relación con el apego mismo ,
notado por los otros miembros de la familia e interpretado (ordenado) según los modelos familiares que organizan la realidad
relacional Así toma diversas formas: ”es que es el único hombre” o “es que es la menor” o “es que nació prematuro” o “es que
siempre fue miedosa” o “es que por el reflujo se fue quedando en la pieza”. Este tipo de hipótesis nos remite a la mitología
familiar y a la necesidad de hacer ocupar un rol cerca de la madre a este niño o niña por historias que a lo largo de la terapia
podremos comprender. Las primeras intervenciones, sin embargo, es posible que estén en manos del pediatra, quien intentantará
manejo conductual y farmacológico (tranquilizantes).La solución lineal ,en los casos más leves , puede ser todo el imput
necesario para retomar el carril de desarrollo de la díada.
Un porcentaje de las familias responderá positivamente a esta intervención quedando las más rígidas (es decir las más enfermas)
sin modificar la respuesta angustiosa. Estas son las que atenderemos en terapia familiar. En este artículo nos haremos algunas
preguntas ( que no quedarán necesariamente respondidas) en torno al fenómeno, por ejemplo:¿Qué asuntos toman parte en la
vida de este niño que terminan invalidándolo , recluyéndolo en su casa, imposibilitando su emergencia física, emocional,
relacional ? ¿Cómo se relacionan
estos asuntos de forma tal que constituyen una entidad nosológica ? ¿Cómo puede una díada permanecer en
estado de apego sin movilizar sus recursos de desarrollo?¿ Es posible intervenir ? ¿Cómo?
LA CONFIGURACION :DIADA- AMENAZADA- DE- DESAPEGO
Clásicamente hemos consebido el desapego como una característica relacional en la cual el apartarse, la separación, el
desprendimiento,la aspereza serían los conceptos tributarios frecuentes. Aunque desapego y despego son sinónimos (Real
Academia de Lenguas) haremos una distinción operacional a fin de entender el fenómeno. LLamaremos díada-amenazada-de-
desapego a una configuración diádica estable que modifica su funcionamiento al ser estimulada por una figura bioconceptual
que llamaremos despego. El despego sería una situación de desapego transitorio , sabido como transitorio y sin embargo vivido
como radical ,que se manifiesta fisiológicamente en ambas biologías alterando el equilibrio simpático-parasimpático y las
cogniciones en cuanto a la sobrevivencia del otro miembro de la díada. La estabilidad diádica estaría dada por la cercanía
corporal y emocional que produciría tanto la idea como la sensación de un cuerpo en distancia piel con piel.
Cada tema es por sí solo un lugar de reflexión e investigación .Cada tema se ha organizado como discursema (Lolas 1997) ( 2 a)
originando conceptos funcionales en la comprensión del fenómeno total. Y cada uno por tanto, constituye un acceso al sistema ;
un puerto de intercambio informacional ; un lugar desde donde crear perturbación para el cambio configuracional. Cada tema es
un lugar de embarque y desembarque , un lugar de movimiento, intercambio, ruido, donde la relación del experto con la
configuración sube a la travesía conjunta tanto síntomas , significados , formas relacionales, discursos encarnados, discursos
descarnados ( faltos de afecto) en fin información del sistema . Puertos donde transitará “la diferencia que hace la
diferencia”( Bateson 1972) en un intento de desacoplar esta configuración defectuosa . En terapia , parte de esta información
navega hacia los espacios de coherencia terapéutica, creados a su vez por este mismo intercambio, resignificándolos. A
continuación se enuncian cada uno de estos temas:
2-GENETICA Y TEMPERAMENTO
El temperamento es un conjunto de características estables desplegadas desde el nacimiento como forma de estar y ser. Thomas
y Chess (1977)(4) lo describen como la forma de actuar, el estilo del acto Durante el desarrollo se despliegan diversamente
acorde al ambiente donde han sido insertadas manteniendo , sin embargo cierta invariable tendencia en la forma de adaptación y
conducta. Como los reportes acerca de estas características están dados por las madres ,es probable que en la defic¡nición de
este cocepto esté incluido el
grado de satisfacción de espectativas maternas (Harrington ,1998)(5).
Como organizador emocional del niño le entregaría la confianza necesaria para explorar el mundo. En la madre , mantiene su
emocionalidad alerta, abierta y dispuesta hacia el niño cumpliendo una tarea insustituible cual es entregar las claves de
adaptación primaria a la cultura donde el pequeño arriva. El apego se desarrolla mezclando tanto los sentimientos de amor,
angustia, temor y rabia es decir las emociones más básicas que podemos experimentar los seres humanos . En el desarrollo del
apego van participando los logros cognitivos y motores que el niño va alcanzando con la edad. El apego el primer trimestre
funciona con una sincronía fisiológica acoplada de tal forma que una conducta en el niño corresponde a otra en la madre. Las
conductas relacionales en este período son subcorticales es decir no son actos voluntarios . Por ejemplo el llanto -por- hambre
(la madre aprenderá a discriminarlo entre otros) estimula la hipofisis aumentando la prolactina sin que la madre tenga que
proponérselo voluntariamente, tal es la comunicación cuerpo a cuerpo, la correspondencia ,fisiología a fisiología.
Entre los 4 y 6 meses ambos conocen algunas rutinas y los rituales motores que construyen en conjunto. El acoplamiento
logrado es también motórico. A los 6 meses el niño realiza conductas motoras organizadas independiente de la actividad
conjunta con el cuidador ( ej. es capaz de tomar objetos y llevarlos a la boca) lo cual va permitiéndole provocarse estados
fisiológicos independientes del cuidador principal y vivenciarse como algo separado. Al año el cuidador , como veremos más
adelante, funciona como reabastecedor emocional (Mahler), es decir como una persona a la cual se recurre en busca de
confianza cuando el mundo se torna difícil. Para ambos el otro dejó de ser el único y central eje vital que ordenaba toda la
existencia. Es un punto más de referencia, que aunque sigue siendo principal, no es exclusivo. En algunas culturas( p.ej.los
manu de Nueva Guinea) es el momento en que el padre asume su rol y se encarga de educar al hijo en las faenas propias de su
comunidad (M.Mead 1972). Al año hay otros puentes, además de la madre , por donde transitar hacia el mundo.
En el TAS postulamos que el vínculo no pudo seguir el curso natural de desarrollo manteniendo el apego no sólo como la forma
básica de estar con un otro, sino como la única forma de estar seguro con la figura vincular ( tanto para la madre como para el
hijo) . Esto explicaría la ansiedad que provoca la separación. La separación sería el aumento de la distancia corporal entre la
díada. Sin embargo surge la pregunta:¿Porqué una relación que parecía sana de pronto muestra esta moratoria en el desarrollo?
Es posible postular que a los 7 u 8 meses de edad ,etapa en la cual el niño retendría una madre representada dentro de su
germinal aparato cognitivo, y la utilizaría como referencia de confianza básica haya sucedido “algo” que paró parte o la
totalidad de este proceso en el cual la madre participaría confiando en las capacidades de su hijo y en las propias como sujetos
independientes. Los procesos de desarrollo del sí mismo son sensibles a múltiples variables, las cuales solas o en conjunto,
interactúan y se integran con velocidades y combinaciones impensables para nuestro aparato lógico bidimensional en una
biología muy plástica, receptiva y adaptativa. Basta que el niño integre claves como “la confianza está solo al calor de este
cuerpo” o “mas allá hay peligro de daño” o “la seguridad está solo entre estos brazos” y excluya otras formas de seguridad
propia como “si me afirmo, no me caigo” o “ mejor arranco y me salvo ” dentro de su incipiente aparato perceptivo de la
realidad para que en situaciones de stress vuelva a presentar conductas de apego básico que no le permitan otras soluciones más
que las de cobijo .
La forma en que el niño eliminaría soluciones “mas allá del cuidador” es decir soluciones que no incluyen al cuidador tendrían
que ver con la confianza del propio cuidador en las capacidades del niño por una parte , del mundo por otra (su propia confianza
básica) y de la necesidad de apego que el cuidador tenga en ese momento particular de su vida. Así por ejemplo, si la madre ha
estado vinculada de una forma ansiosa a su propia madre y/o a su marido y además justo en ese momento ( el primer año de vida
del niño) sufre una pérdida importante ( pej. la muerte de su padre) las probabilidades que ese hijo pueda integrar soluciones
“mas allá del cuidador” decrece en función de la necesidad materna de apego en una situación de duelo. Igual cosa sucedería si
hay condiciones del niño que gatillen mayor apego como una enfermedad grave o vivida como grave en cualquiera de los
miembros de la díada. Esto incluso podría explicar las conductas de los adultos con trastorno de pánico y agorafobia (que según
algunos.(Garfinkel 1990. Parmelee 1997 (10.)erían un continuum iniciado en los TAS ) que rehuyen salir, permanecen
tranquilos en casa, los angustian los “extraños” y los sobrepasan las situaciones cotidianas del mundo . El hogar, en este caso,
representaría la contención materna del apego. El “algo” sucedido en esta sensible etapa puede ser tanto un evento agudo como
la muerte de algún miembro importante de la familia o el resultado de un proceso anterior, por ejemplo, una madre que necesita
el apego del niño como afirmación de sí misma. Otros “algo” objetivos puede ser una enfermedad del niño que hace actuar al
entorno con sobrecuidados . En la historia familiar de un niño con TAS es posible encontrar un hito ambiental o biológico
(Ej .Retraso en el desarrollo psicomotor ) que pueda dar cuenta causalista del hecho , sin embargo, estas configuraciones son
complejas unidades integrativas inexplicable sólo por un hecho puntual como estamos reflexionando. El proceso de separación e
individuación a través del cual un individuo se constituye en un ser humano autónomo y por tanto psicológicamente autovalente
ha sido descrito por M. Mahler (1970) (5) y comenzaría a los seis meses con la etapa de diferenciación que continuaría hasta los
10 meses. En este período el niño antes confuso entre su propio cuerpo y el materno se sorprende cuando descubre que la madre
huele, suena y se ve distinta a otros seres que lo rodean y a él mismo. Comienza así con conductas de separación transicionales
como deslizarse del regazo materno y permanecer apenas en contacto con una parte del cuerpo sin ponerse ansioso. Estas
posibilidades lo llenan de confianza y de deseos de explorar más allá de las narices de la madre.A la madre , a su vez, la
colmaría de alegría ver crecer a su hijo estimulándolo a la separación corporal para
alcanzar capacides autonómicas como la bipedestación. Entre los 10 y 15 meses el niño ejercitará su aparato locomotriz
descubriendo que existe un mundo donde la madre no está como presencia corporal. Podrá mantener su autoconfianza si puede
volver a ella en situaciones
de angustia y la encuentra disponible. En este período teme que la madre, en tanto cuerpo, desaparezca y no cuente con ella en
caso necesario. Si la madre actúa como esta plataforma de reabastecimiento emocional sin angustiarse ella misma por los
avances de su hijo, el niño podrá separarse e ir poco a poco descubriendo mundos alternativos al materno. Entre los 15 y los 36
meses el niño debe elaborar la pérdida del cuerpo amado-necesitado al descubrir que él y su madre son personas distintas. El
niño parece decirle a su madre “Mamá ya me gusta jugar solo, pero ¿quieres jugar conmigo? Al invitarla a su mundo lúdico
descubre que ella no es ni hace exactamente lo que él quiere. Con esto logra individuación y pierde la mágica sensación de
poder sobre ella. La consolidación de la individualidad se cristaliza después e los 3 años. Allí el niño está convencido que la
madre y él son personas distintas. Existe un límite corporal de tal forma que los estados emocionales de cada uno permanecen
dentro el límite corporal de cada uno sin atrapar al otro en una red visceral de apego y que psicológicamente también son
personas distintas, es decir pueden sentir , experienciar y formular un mundo distinto sin por éso dejar de amarse. Recién en este
momento podemos pensar que ha nacido un individuo, es decir una persona capaz de vincularse transitando con otros estas
mismas etapas de vinculación en forma un tanto más simbólica sin quedar atrapado en fenómenos viscerales.
1-Análisis del orden relacional : el concepto eje que ordenaría un cierto tipo de interacciones. Entregados en los textos
cotidianos de esta estructura (guiones cotidianos, mitos, ritos , estados fisiológicos preferentes )
2-Análisis del discurso : Lo resumiremos en ciertas consignas o lemas familiares.
3-Análisis del significado metafórico del discurso que sostiene genera y fija todo lo anterior. Nos basaremos en la
caracterización de Minuchen y Stierling en relación a la estructura de las familias aglutinadas que nos parece representan el
contexto de una díada-en- amenaza- de- desapego. Facilitación en la relación de apego : El orden relacional es la unidad
fisiológica dada por la consigna “Un cuerpo para dos” . No hay distancia fisiológica y ambos cuerpos funcionan acoplados
como si fueran en realidad uno solo ,complementando sus funciones. En la relación de apego el asunto sería “ somos tan
complementarios , tan distintos ,tan polares, que constituimos una unidad. Ni tú ni yo funcionamos si no es en conjunto“. No es
la similitud lo que apega sino justamente la “gran” diferencia entre un adulto que se supone autónomo y un niño que se supone
dependiente. Ambos actúan la lucha entre el apego y el desapego al momento del despego. El discurso privilegiará palabras
como compartir, cercanía, apegarse. El significado , es decir , la carga contenida o la ventana que se abre en esta conductas, hace
relación a figuras del “como ser contenido”. Aparece el significado en distintas versiones metáforicas: permanecer enrollado
tibio y húmedo en el útero materno , ser tragado por una ballena como Jonás, ser acunado, ser abrazado apretado. Las palabras
en el carro de la tibieza, la calidez,el calor, la proteccción, la cercanía, serán cargadas de valor versus los carros de figuras
heladas, distantes, abandonadoras, despreocupadas. 2-Sobreinvolucración: El ordenador relacional es la difuminación. La
consigna es “Todos para uno y uno para todos”en sus múltiples versiones. Esto se logra con la confusión de planos. La forma de
narrar las historias familiares borronea edades, errores, deslealtades,trasgresiones al ideal familiar, jerarquías. La sobreposición
de figuras hace del cuadro familiar un ente surrealista donde se han privilgiado ciertos aspectos de la realidad sobre otros que
han sido ocultados . Esto va mistificando , rigidizando,atrapando en la confusión a los miembros. La confusión podrá hacerse
más facilmente evidente en las relaciones extrafamiliares ,cuando al intentar vincularse con otros, se reconozcan zonas de de
ortodoxia familiar que lo dificultan. Es justamente otro ,uno que no participa activamente reconstiruyendo “el ente”, quien
puede verlo. En esto el terapeuta puede ser clave como un observador circulante en tres dimensiones ( pensamiento, emoción y
acto ) que ayuda a la familia a describir el ente , a poseerlo y a realizarlo (ponerlo en realidad). El discurso utiliza el “por ahí”,
“mas o menos así”, la coincidencia de nombres “son todos iguales”. El significado metafórico es “ser habitado” o “poseer a
otro”.
Evitación de conflicto : El ordenador relacional es la armonía. La consigna “Juntos somos felices” con lo cual quedan proscritas
conductas que tiendan a mostrar diferencia ,disenso, distancia emocional, las que transitoriamente pondrían en evidencia las
dificultades reales de lograr la primera parte del lema . Al evitarse el conflicto se evita la distinción, el orillaje del individuo
como tal, la aceptación del “fracaso” del discurso oficial-educativo-parental y por la tanto la vivencia del duelo que esto
supone , con lo cual se cumple la segunda
parte del lema.Para lograr una convivencia de aparente paz los miembros aprenderían a mantener una eficiente contención
emocional especialmente en la línea de la tristeza y la rabia . Estas familias serían eficientes creadoras de formas de “off
emocional”. Al suprimir la integración límbica en la totalidad corporal aparecería la sobreestimulación tanto cortical como
visceral, pero no la urgencia emocional que supone la puesta en escena de un conflicto. Como el conflicto deplegaría realidades
y necesidades contrapuestas la consiguiente negociación incluiría zonas de desapego , situación que la familia “cree” esquirlaría
la unidad y por tanto el equilibrio alcanzado.
El discurso privilegia la risa y el optimismo.
Asignación de un rol: El ordenador relacional es la regularidad. La consigna es “Obedecer es amar”.El rol sería el mayor grado
de ordenamiento familiar alcanzado en función de necesidades presentes o pretéritas. El rol es una forma de alineación, de
disciplina de vida a los mitos familiares. La valoración de la dependencia como una forma de amar y ser amado presupone que
todo rol (oficio intrafamiliar ) es ajustado en la red de coaliciones, alianzas y triangularizaciones otorgando para sí y los otros
seguridad relacional. No sería tanto el tipo de rol, sino la presencia de la definición la necesaria para mantener la aglutinación .
El discurso privilegia “el debe ser” “lo que ha sido siempre”. Aunque un comportamiento efectivo necesita una regulación
flexible, en estas familias esta posibilidad es minimizada frente a temores percibidos como amenaza de muerte. El cuerpo
requerido para este tipo de vínculo es el cuerpo en estado de congelamiento pre-verbal. Tan arcaico que ni las palabras ni la
comprensión puedan mover.
CONCLUSIONES
La reflexión integradora, la necesidad de encontrar el flujo, la corriente vital indistinta que conecte lo descrito ,lo fraccionado y
lo vuelva a totalizar y complejizar es la propuesta conceptual para una terapia sistémica de orden avanzado. El terapeuta
ayudaría a reorganizar este particular vínculo , caracterizado por la adicción diadica (avidez biológica del otro ) y el
gatillamiento angustioso en el despego , incluyendo en su encuentro-intervención aspectos tanto de la relación, la narrativa y la
biología . Para esto la descripción , reflexión, análisis y cuestionamiento de los temas presentes en este tipo de configuración
servirían de puertos de acceso terapéuticos posibles de considerar en algunos momentos del proceso. Intencionamente no se han
incluido los clásicos tratamientos , tanto farmacológicos como cognitivo conductales con los cuales suele enfrentarse este
cuadro puesto que se ha privilegiado un espacio reflexivo desde lo relacional. Sabemos que son los niños que no responden a las
intervenciones reflejas( causa-efecto) los que sintomatizando intentarán desconfigurar históricos lugares de pseudo-solución
angustiosa “ llevando” la familia a terapia.