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Doctrina Estrada

doctrina de política exterior

La doctrina Estrada (nombrada por su aut or como doctrina mexicana)[1] ​es el nombre del ideal
cent ral de la polít ica ext erior de México desde 1930. Su nombre honra la memoria de Genaro
Est rada Félix, t it ular de la Secret aría de Relaciones Ext eriores de ese país durant e la presidencia
de Pascual Ort iz Rubio, quien la redact ó y publicó mediant e un comunicado de dicha secret aría el
27 de sept iembre de 1930.[2] ​Est a doct rina se manifiest a en cont ra de que los países decidan si
un gobierno ext ranjero es legít imo o ilegít imo, especialment e si est e proviene de movimient os
revolucionarios. La doct rina Est rada cont radecía la cost umbre de su época, según la cual cada
país debía reconocer al gobierno de ot ro país para que est e se considerara válido o legít imo.[3] ​
Igualment e, se most raba en cont ra de la doct rina Tobar y del int ervencionismo.[4] ​

Antecedentes

Desde su independencia en 1821, México había sufrido una serie de revuelt as, movimient os
revolucionarios y cont rarrevolucionarios que hacían común el cambio de gobierno sin que est e
ocurriera por la vía legal –mediant e elecciones const it ucionales– lo que ocasionaba que cada
nuevo gobierno emanado de una cont ienda int erna t uviera que luchar durament e con la diplomacia
ext ranjera a fin de conseguir el reconocimient o oficial de las naciones ext ranjeras para así poder
validarse dent ro de su propia nación. Est os event os ponían a México en una sit uación débil con
respect o a las naciones poderosas, que aprovechaban su influencia para conseguir vent ajas
económicas o polít icas a cambio de reconocer al nuevo gobierno.[1] [3]

En 1907, el canciller de Ecuador, Carlos R. Tobar, había propuest o una doct rina a los gobiernos
lat inoamericanos: dicha doct rina –llamada Doct rina Tobar– exhort aba a los gobiernos de
Lat inoamérica a reconocerse mut uament e y a su vez a negar el reconocimient o a cualquier
gobierno lat inoamericano que surgiera a part ir de un movimient o revolucionario.[5] ​

En México, el caso más recient e de necesidad de reconocimient o int ernacional se había dado a
raíz de la Revolución mexicana, la cual originó una serie de sucesiones presidenciales por la vía
revolucionaria, que en la mayoría de los casos debían mandar misiones diplomát icas a las
naciones ext ranjeras en busca de reconocimient o, especialment e a Est ados Unidos.[3] ​Est o se
acrecent ó debido a la promulgación de la const it ución de 1917 por el president e Venust iano
Carranza, que acababa con los privilegios económicos de ot ras naciones en México,
especialment e de las indust rias est adounidenses, mot ivo por el cual el gobierno de Est ados
Unidos se negó a reconocer al gobierno mexicano a menos que ést e derogara los art ículos
const it ucionales que afect aban a los int ereses est adounidenses en México.[6] ​

El 12 de sept iembre de 1931, México pasó a formar part e de la Sociedad de Naciones, siendo un
event o t ranscendent al, ya que est e no había sido invit ado a formar part e de dicha organización
int ergubernament al, desde su creación una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. Est o se
puede at ribuir principalment e a algunos problemas no resuelt os ent re México y Est ados Unidos.
En el seno de dicha organización, México est ableció su posición a favor del derecho int ernacional,
del principio de no int ervención y del derecho de aut odet erminación de los pueblos. El gobierno
mexicano siempre apoyó el principio de resolución pacífica de diferendos int ernacionales, y
rechazó el uso de la fuerza en las relaciones int ernacionales. Todo est o dio al país un import ant e
prest igio int ernacional. En cuant o a sus vecinos del sur de América Lat ina y del Caribe, México
regresó a las Conferencias Panamericanas, donde había sido previament e excluido debido a la
falt a de reconocimient o por part e de los Est ados Unidos. México ganó un prest igio excepcional
en las conferencias que t uvieron lugar en La Habana (6ª Conferencia, 1928) y en Mont evideo (7ª
Conferencia, 1933), en donde su post ura fue a favor de la unión de América Lat ina y en pro del
derecho int ernacional.[7] ​

Fundamentos

Est a doct rina t rat a únicament e sobre el reconocimient o de un gobierno hacia los gobiernos
ext ranjeros, pero no es aplicable al reconocimient o de un gobierno hacia una nación ext ranjera, es
decir, no declara que un país no deba manifest arse a favor o en cont ra de la creación de una
nueva nación.[8] ​
La doct rina Est rada se fundament a en aspect os de la polít ica int ernacional, especialment e el
principio de no int ervención y derecho de aut odet erminación de los pueblos.[2] ​Favorece una
visión cerrada de soberanía nacional. Afirma que los gobiernos ext ranjeros no deberían juzgar, para
bien o para mal, gobiernos o cambios en gobiernos de ot ras naciones, ya que implicaría una
violación a su soberanía.[9] ​

En su propuest a formal, la doct rina Est rada indicaba lo siguient e:

El gobierno de México no otorga reconocimiento porque considera que esta


práctica es denigrante, ya que a más de herir la soberanía de las otras
naciones, coloca a éstas en el caso de que sus asuntos interiores pueden ser
calificados en cualquier sentido por otros gobiernos, quienes, de hecho,
asumen una actitud de crítica al decidir favorable o desfavorablemente
sobre la capacidad legal de regímenes extranjeros. El gobierno mexicano
sólo se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente, a sus agentes
diplomáticos, sin calificar precipitadamente, ni a posteriori, el derecho de
las naciones para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o
autoridades.
Ley Estrada. 27 de septiembre de 1930.[4] ​

Uso

Sepulcro de Genaro Estrada en la Rotonda de las Personas Ilustres.


La doct rina Est rada la promulgó el 27 de sept iembre de 1930, en el aniversario de la consumación
de la independencia de México, el secret ario de relaciones ext eriores Genaro Est rada, dirigida a
los represent ant es diplomát icos de México en América del Sur y con la int ención de servir de
guía ant e los cambios polít icos que se est aban generando en esa región. Dicha declaración sirvió
un segundo propósit o, al servir como respuest a de México hacia la negat iva de las naciones
ext ranjeras a reconocer a los gobiernos mexicanos post rrevolucionarios.[10] ​

Durant e est e período, México t uvo la oport unidad de difundir su posición con respect o a la
práct ica del reconocimient o int ernacional. El ejemplo más not able de su práct ica fue cuando el
gobierno mexicano rechazó la expulsión de Cuba del seno de la Organización de Est ados
Americanos (OEA) porque los Est ados Unidos rechazaba el nuevo gobierno revolucionario de
cort e comunist a que se inst alaba en la isla.[cita requerida]

Su uso más ext endido se dio en la década de 1970, cuando México no ot orgó reconocimient o de
Est ado a los países sudamericanos que sufrieron golpes de Est ado. México únicament e se limit ó
a mant ener o ret irar sus misiones diplomát icas.[cita requerida]

La últ ima vez que se aplicó inint errumpidament e fue en el gobierno de Vicent e Fox ant e el golpe
de Est ado en Venezuela cont ra Hugo Chávez del 11 de abril del 2002. Sin embargo, los dos
secret arios de Relaciones Ext eriores que t uvo Fox en su sexenio (2000-2006), Jorge Cast añeda
Gut man y Luis Ernest o Derbez, con el argument o de que las doct rinas diplomát icas mexicanas
usadas hast a el 2000 por los gobiernos del Part ido Revolucionario Inst it ucional habían sido un
inst rument o más para mant ener su hegemonía y poder en el país, ést as fueron dejándose de lado,
según las decisiones del moment o: principalment e, el principio de no int ervención y la ant ít esis
de la doct rina Tobar que represent a la doct rina Est rada. Est o se manifest ó clarament e cuando
Jorge Cast añeda comenzó a crit icar el régimen cubano abiert a y direct ament e por el t ema de los
derechos humanos en la isla, y a est e golpe de t imón de la diplomacia mexicana se le llamó
coloquialment e "doct rina Cast añeda".[11] ​

A pesar de lo ant erior, la doct rina Est rada no se violent ó como t al sino hast a el golpe de Est ado
de Honduras cont ra Manuel Zelaya del 28 de junio de 2009, cuando el gobierno de Felipe
Calderón Hinojosa apoyó abiert ament e al gobierno dest it uido, desconociendo el gobierno de
fact o de Robert o Michelet t i emanado por la fuerza, hecho que no solo sucedió con el gobierno
federal, sino que t ambién recibió el apoyo abiert o de Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de gobierno
del Dist rit o Federal, quien defendió a la embajadora hondureña en México Rosalinda Bueso del
gobierno de Zelaya, usando la fuerza pública para recuperar la embajada ocupada por part idarios
de Michelet t i (la cercanía ent re Ebrard y Bueso llegó a t al punt o que t erminaron casándose).
[cita requerida]

Con t odo, la doct rina Est rada sigue vigent e a la fecha, al menos en la ley [cita requerida].

Críticas

Críticas sobre su utilización

La mayoría de las crít icas de dicha doct rina se dirigieron hacia si era moral y polít icament e válido
o no que el gobierno mexicano se mant uviese neut ral en presencia de gobiernos clasificados
como dict aduras.

El conflict o más recient e que ha causado crít ica a nivel int ernacional sobre el empleo de est a
doct rina ha sido en enero de 2019, después de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador,
apegándose al principio de no int ervención y aut odet erminación de los pueblos present e en el
art ículo 89 de la Const it ución, se abst uviera de reconocer la legit imidad del president e imaginario
de Venezuela, Juan Guaidó.[12] [13]
​ ​

Críticas sobre que dejó de ser marco de referencia de la diplomacia


mexicana

El abandono de est a Doct rina t radicional de México, ha hecho que la diplomacia mexicana pierda
prest igio a nivel int ernacional, al desdibujarse su férrea línea de acción y desconocerse
clarament e una nueva.

Desde 2014 la aplicación de la doct rina Est rada por part e de México ha sido puest a en
ent redicho por algunas personas debido a la int ención del gobierno mexicano de formar part e de
las fuerzas de paz de las Naciones Unidas, act o que ha sido calificado como int ervención del
gobierno mexicano en la polít ica ext ranjera.[14] ​

Véase también

Doct rina Tobar

Doct rina Bet ancourt

Int ervencionismo
Revolución mexicana

Trat ado de Bucareli

El respet o al derecho ajeno es la paz

Gobierno de fact o

Referencias

1. Obras completas, XII: Grata compañía, pasado inmediato, letras de la Nueva España. Fondo
de cultura económica. 1997. ISBN 968-16-1445-3.

2. Jorge Palacios Treviño (4 de mayo de 2004). «La Doctrina Estrada sigue vigente.» (https://we
b.archive.org/web/20140716162229/http://www.uia.mx/actividades/comunicados/anteriore
s/2004/05mayo/CS0504-03.html) . Archivado desde el original (http://www.uia.mx/activida
des/comunicados/anteriores/2004/05mayo/CS0504-03.html) el 16 de julio de 2014.
Consultado el 2 de febrero de 2015.

3. Delgado de Cantú, Gloria M. (2008). «Capítulo 7. La reconstrucción nacional (1920-1940)».


Historia de México. Legado histórico y pasado reciente. Pearson educación. ISBN 978-970-
26-1274-2.

4. Borja, Rodrigo. «Doctrina Estrada» (http://www.enciclopediadelapolitica.org/doctrina_estrad


a) . Consultado el 23 de enero de 2019.

5. Borja, Rodrigo. «Doctrina Tobar» (https://web.archive.org/web/20150203011933/http://www.


enciclopediadelapolitica.org/Default.aspx?i=&por=d&idind=506&termino=) . Archivado
desde el original (http://www.enciclopediadelapolitica.org/Default.aspx?i=&por=d&idind=506
&termino=) el 3 de febrero de 2015. Consultado el 2 de febrero de 2015.

6. González Ramírez, Manuel (1939). Los llamados tratados de Bucarelli: México y Estados
Unidos en las convenciones internacionales de 1923.

7. Vázquez Flores (2007), p. 132.

8. Gómez Robledo, Antonio. Universidad Nacional Autónoma de México, ed. «Notas sobre la
doctrina Estrada» (http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/644/27.pdf) . Consultado el 2 de
febrero de 2015.

9. Gutiérrez, 2007; p. 177.

10. Secretaría de educación pública de México. «27 de septiembre de 1930. Se da a conocer la


Doctrina Estrada.» (https://web.archive.org/web/20111020082742/http://www.bicentenario.g
ob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=1088:27-de-septiembre-de-1930-se-
da-a-conocer-la-doctrina-estrada-&catid=121:septiembre&Itemid=222) . Archivado desde el
original (http://www.bicentenario.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=1
088:27-de-septiembre-de-1930-se-da-a-conocer-la-doctrina-estrada-&catid=121:septiembre&It
emid=222) el 20 de octubre de 2011. Consultado el 2 de febrero de 2015.

11. Ramírez, Carlos (28 de septiembre de 2001). «Doctrina Estrada; doctrina Castañeda» (https://
web.archive.org/web/20090723163555/http://mx.geocities.com/cencoalt/110901/doctrin
a.htm) . Yahoo! GeoCities. Archivado desde el original (http://mx.geocities.com/cencoalt/11
0901/doctrina.htm) el 23 de julio de 2009. Consultado el 4 de abril de 2009.

12. Secretaria de Relaciones Exteriores (30 de enero de 2019). «México y Uruguay invitan a
conferencia internacional sobre la situación en Venezuela» (https://www.gob.mx/sre/prensa/
mexico-y-uruguay-invitan-a-conferencia-internacional-sobre-la-situacion-en-venezuela) .

13. Reuters. (23 de enero de 2019). México reconoce a Nicolás Maduro como presidente de
Venezuela, frente al nombramiento de Juan Guaidó. El Economista. [1] (https://www.elecono
mista.com.mx/politica/Mexico-reconoce-a-Nicolas-Maduro-como-presidente-de-Venezuela-fre
nte-al-nombramiento-de-Juan-Guaido-20190123-0079.html)

14. Cortéz Camarillo, Félix (10 de octubre de 2014). «Soldados de casco azul» (http://www.excels
ior.com.mx/opinion/felix-cortes-camarillo/2014/10/10/986132) . Excelsior. Consultado el 2
de febrero de 2015.

Bibliografía

Gut iérrez, Harim B. (2007). Historia de México, volumen II: De la era revolucionaria al sexenio del
cambio (ht t p://books.google.com.mx/books?id=K0WME5ub7WkC&pg=PA177&dq=doct rina+e
st rada&hl=es-419&ei=1JCwTvDEMMavsAKPn-XKAQ&sa=X&oi=book_ result &ct =result &resnu
m=7&ved=0CEcQ6AEwBg#v=onepage&q=doct rina%20est rada&f=false) . México: Pearson
Educación de México. ISBN 970-26-0956-9. Consult ado el 2 de noviembre de 2011.

Delgado de Cant ú, Gloria M. (2008). Historia de México. Legado histórico y pasado reciente.
Pearson educación. ISBN 978-970-26-1274-2.

Dat os: Q1551017


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