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De Antonio Luzuriaga
Mnoel.corbo@gmail.com
Antonio era una persona reservada, discreta con un trato amable pero formal y algo distante, era
estable emocionalmente contaba con tranquilidad de carácter, sentido realista, utilitario y práctico de
la vida.
Lograba equilibras los impulsos, los sentimientos y la actividad mental.
En la comunicación era espontaneo y tenía capacidad para ver las cosas tanto en forma general como
en detalle (síntesis y análisis), esto llevaba a que su juicio fuera objetivo, prudente y tenía un sentido
justo de la realidad, contaba con observaciones precisas y correctas de los hechos y de las cosas,
tendía a considerar los pros y los contras antes de decidir o de actuar. Era una persona justa y
metódica
Poseía una actitud tranquila y serena. Personas como Antonio no reaccionan de modo agitado o
exaltado ante las situaciones difíciles, ante lo inesperado o contradictorio. No se sobresaltaba o
inquietaba ante lo imprevisto.
En lo familiar su actitud era amable y complaciente, pero en el plano social y profesional actuaba de
manera enérgica.
Su libido era fuerte y progresiva, es decir que tenía disposición física, afectiva y mental en la que él
se sentía poseído de sensaciones de fuerza y bienestar, de confianza en sí mismo, de arrojo y decisión
suficientes para afrontar la vida y sus problemas. Su ánimo era eufórico, lleno de esperanza, de
espíritu innovador y de la satisfacción de vivir.
En el plano social tendía a opinar sobre los hechos y las cuestiones más vitales,
según vive y experimenta las cosas a través de sus sentidos físicos.
Tenía marcados dotes de observación, medía, comparaba, clasificaba, relacionaba y ordenaba los
hechos y las cosas buscando semejanzas en experiencias anteriores. Por tanto, sus juicios y
razonamientos, llevan siempre el sello de lo que ha memorizado y de lo que era más conveniente a su
seguridad, a su estabilidad, a su sentido práctico y utilitario de la vida y a su deseo de “estar bien con
todo el mundo”.
Era cortés, sencillo, simpático y espontaneo.
Personas como él contemplan la marcha de la vida y de los acontecimientos sin acusar grandes
señales de alarma o pérdida del autocontrol, por lo que suelen ser buenos “mediadores” o
“coordinadores”, muy aconsejables en las reuniones que se han de discutir temas difíciles y con
opiniones contradictorias.
Antonio vivía apegado a los hábitos y rutinas de cada día, sin deseo de modificación o innovación,
sea por pasividad o por inseguridad ante cualquier cambio.
Era una persona bondadosa, con sentimientos e ideas de justicia, posicionaba la generosidad sobre los
intereses egoístas. Frecuentemente era terco en sus ideales.
Poseía capacidad para fingir y disimular.
Se adaptaba al entorno con facilidad, era agradable y conquistaba las personas con su dialogo y
cordialidad.
Contaba con gran capacidad dialéctica e imaginación para poder armonizar y reunir en un mismo
orden gran variedad de cosas, a veces contrapuestas.
Aprovechaba su necesidad de libertad para sus caprichos, falta la disciplina de la voluntad y aunque
podía haber entrega hacia las personas que le mostraban agrado, esta entrega no siempre era
constante
Era una persona pasiva y podía tener un poco de dificultad para superar las situaciones que requerían
esfuerzo y voluntad.
Poseía buena claridad en las ideas, y me refiero a todas aquellas capacidades que permiten a la
persona conocer los objetos abstractos o concretos, definirlos con precisión y ser consciente de sí
mismo y de su medio ambiente.
Esta claridad le permitía tener un pensamiento ordenado, claro, ponderado, luminoso y evidente,
poseía un criterio diáfano sobre lo que es una cosa y lo que es otra, sobre lo que es “tuyo” y lo que es
“mío”.
Y así como él tenía esa claridad de pensamiento también deseaba ser entendido con claridad, le
gustaba lo concreto y sentía aversión por lo complicado y confuso.
Tenía además buen sentido de la orientación en el espacio y en el tiempo.
Contaba con muy buena motricidad, dedicación y eficiencia en la realización de tareas, era
responsable, puntual y buscaba siempre la perfección, además tenía un muy buen sentido estético y
buen gusto.
En lo diario, era una persona rutinaria, con los mismos hábitos día a día y con falta de imaginación
para salir de esa rutina y emprender u organizar algo nuevo.
En el momento en que se registro esta firma analizada estaba pasando por un momento difícil, tenia
deseos de cambios debido a conflictos, incomodidad, desavenencias con la pareja en el ámbito de la
intimidad, necesitaba de un alejamiento o ruptura.