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Los seres humanos desde la conciencia han tomado los acontecimientos de su vida como
prueba fehaciente de la realidad y certeza de lo que no conoce, ya sea por experiencia
personal o testimonio de su círculo social, así pues, se configura una acción que se tratara,
con el cual se buscara corroborar que tomar decisiones basadas en estereotipos, no es
una conducta racional. La cuestión que se intentará abordar es un fenómeno social, que
apela a la capacidad humana de la comunicación y de la percepción del riesgo.
Para el desarrollo del texto, se hace necesario enmarcar el dilema guiados por la concepción
de racionalidad clásica que conoce el economista de la mano de Adam Smith la cual
comprende la profundidad social del dilema así “el hombre reclama en la mayor parte de
sus circunstancias la ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarlas solo de su
benevolencia. La conseguirá con mayor seguridad interesado en su favor el egoísmo de los
demás y haciéndoles ver que es ventajoso para ellos hacer lo que les pide”. En la cita
anterior se enmarcan dos características importantes que son básicas en la conducta
racional, el egoísmo y la búsqueda de utilidad (esta última puede o no ser de beneficio
común), comprendiéndose como componentes importantes para justificar el uso del
estereotipo pues en la naturaleza humana.
En esta línea podemos identificar de manera intuitiva un sentimiento, aquel que posee
evolutivamente la responsabilidad de la supervivencia de la especie humana en los primeros
miles de años, el miedo. Según Hobbes el miedo como aproximación conceptual de la obra
El Leviatán, comprende "una aversión con la opinión de daño por parte del objeto", este
sentimiento evolutivamente nace para la protección y prevención, no de manera racional,
sino, instintiva, a través de este sentimiento es posible reconocer un riesgo, y tomar la
acción más eficiente para prevenirlo, los animales eran un riesgo, así como múltiples
plantas e insectos, este estereotipo hacia grupos de individuos que ahora sabemos
comprenden categorías.
El estereotipo al surgir de las emociones primitivas, una vez adquirido, es muy difícil que
lo modifiquemos. Los empleamos de manera fosilizada, como una foto fija que no permite
el paso del tiempo. La razón es que, por su simpleza, son muy operativos, y por lo tanto,
muy fáciles de adquirir y transmitir, pero muy difíciles de modificar. De igual manera,
nacen por intuición y no soportan experiencia suficiente sino la configuración de una
verdad colectiva, radicada en el acto comunicativo. Si enfrentamos el estereotipo con una
variedad de experiencias individuales, las ideas que nos transmite van a ser confrontadas y
desafiadas por la nueva información que adquirimos a través de esas experiencias y
construir una imagen mucho más rica con la información que recibimos a través de nuestras
repetidas experiencias, lo que haríamos sería construir herramientas mucho más útiles para
la comunicación.