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Las tres motivaciones

Parasha Vaiakel (Éxodo 35:1-38:20)


El objetivo del Mishkán (Tabernáculo) era que Hashem morara entre
nosotros, como dice el versículo: “Harán un santuario para Mí, para que more
entre ustedes” (Shemot 25:8). Cada detalle del Mishkán nos enseña a construirnos
a nosotros mismos y a transformarnos en la clase de persona que puede tener
una relación significativa con Hashem y, así, hacer que la presencia de Hashem se
manifieste en el mundo.

Los patriarcas Abraham, Itzjak y Yaakov personificaron tres motivaciones


esenciales implantadas en el ADN espiritual de todo el pueblo de Adonai. Cada
uno de estos rasgos está simbolizado a su vez, por uno de los utensilios
principales del Mishkán. Toda persona tiene una motivación primordial;
identificar lo que nos motiva es un paso crucial en nuestro “servicio al
Eterno” (avodat Hashem), y también es una puerta para entender lo que motiva a
los demás.

Estos tres rasgos son:

- emet (verdad),
- guevurá (fortaleza interior) y
- jésed (preocupación por los demás).

Estos tres rasgos también declaran que: “El mundo se sostiene sobre tres cosas:

- Torá,
- avodá (servicio)
- guemilut jasadim (actos de bondad)”.

Estas tres cosas son esenciales para crear un mundo estable; si falta una de ellas,
el mundo colapsa.

Definamos cada motivación e identifiquemos el utensilio que la representa en


el Mishkán.

Emet/verdad: este rasgo es el deseo de entender la Torá, y fue la característica


principal de Yaakov, quien estudió Torá durante 14 años sin interrupción. El rasgo
de buscar Torá es representado por el Arón, el ‘Arca’, que contenía la primera
Torá, que Hashem le dictó directamente a Moshé.
Guevurá/fortaleza interior: este es el deseo de doblegar tu ego y tus deseos
físicos para hacer lo correcto. Es caracterizado por Itzjak, que estuvo dispuesto a
ser sacrificado en el altar a pesar de que eso, aparentemente, hubiera significado
el fin del pueblo judío. El rasgo de guevurá está representado por el Mizbéaj, el
‘Altar de los sarificios’, en donde se coloca un animal físico y se lo dedica por
completo a una causa más elevada.

Jésed/preocupación por los demás: este rasgo fue personificado por Abraham,
cuya tienda estaba abierta a los cuatro vientos para asegurarse de recibir y
albergar a todo el que transitara en su cercanía. Este rasgo es representado por
el Shulján, la ‘Mesa de los panes’, donde se colocaba el léjem hapanim, el ‘pan de
semblantes’.

Si bien todos poseemos elementos de los tres rasgos, cada uno tiene una
motivación dominante que sirve de motor para nuestras acciones. Entender la
motivación principal de otra persona te da la capacidad de personalizar tu
mensaje para que resuene más en ella y la afecte, dado que estás, por así decir,
“hablando su lenguaje”.

Por ejemplo, el rasgo de buscar Torá es fundamentalmente el deseo de


alcanzar sabiduría y entendimiento. Una persona que funciona en esta frecuencia,
se sentirá atraída a oportunidades para satisfacer su deseo de comprender el
mundo y encontrar sentido. Es un “buscador de la verdad

La segunda frecuencia es el rasgo de guevurá, que esencialmente significa


asumir responsabilidad. Una persona cuya motivación principal es guevurá,
siente un fuerte deseo de cumplir sus obligaciones, hacer lo correcto y respetarse
a sí misma por ser responsable. Este tipo de personalidad se interesa
apasionadamente por la justicia, luchar contra el mal y convertir al mundo en un
lugar mejor. Responderá a la causa de la misión del pueblo de Adonai de
perfeccionar el mundo, y a la necesidad de cada uno de vivir a la altura de sus
responsabilidades y permanecer fiel a la misión del pueblo del Eterno.

Al enfatizar el impacto que el pueblo judío ha tenido en el mundo y


resaltar el sistema global de ley judía contenido en la Torá, puedes encender su
deseo de investigar y explorar su legado. Este enfoque tiene la mayor
probabilidad de tener éxito motivando a la persona a seguir un camino de Torá y
a comprometerse a ser un miembro del pueblo judío.

La tercera característica, guemilut jasadim, está presente en una persona


cuya motivación principal es sentir placer mediante ayudar a otros y construir
relaciones. Se siente más viva cuando hace que otras personas sientan placer. Con
su corazón expansivo, esta persona ama sentir la alegría de la vida. Dado que su
frecuencia es el placer, la manera más efectiva para acercarla a la Torá es brindarle
experiencias que sean agradables y satisfactorias, como una mesa de Shabat,
bailar en una boda, y también mostrarle la sabiduría de la Torá respecto a cómo
forjar relaciones saludables, construir vibrantes hogares y conectarse a la esencia
de la espiritualidad: ahavat Hashem o ‘amor a Dios’.

Conocerte a ti mismo y saber lo que más te motiva te ayudará a reconocer


la frecuencia que motiva a los demás, y te permitirá personalizar tu mensaje. La
esencia del kiruv (acercar) es la comunicación, y una de las claves para
comunicarse exitosamente es entender el lenguaje que mejor le habla a la otra
persona.

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