Está en la página 1de 6

ESTUDIO

PARA LA
CONGRE “Yeshú
GACION PARASHÁ

¿QUÉ ES UN PARASHÁ?
‫פ‬
a ‫רשה‬

El vocablo hebreo “Parashá” significa “Porción” en alusión al estudio de una parte de


la Toráh; fueron los sabios judíos que durante su cautiverio en Babilonia dividieron los
cinco libros de Moshé (Moisés) en 54 “porciones” (Parashot), cada “porción” era
examinada y explicada con detenimiento en las diferentes sinagogas.
En la actualidad se conoce como “Parashá Hashavua” (la Porción de la Semana) y son
leídas públicamente en las sinagogas los días lunes, jueves y sábado, de esta manera se
facilita su lectura semanal a lo largo del año; además, a cada “parashá” se le agregan
otros textos relacionados a la porción de estudio de la Toráh y que surgen de los escritos
de “los profetas” (Neviím) y del “Código Real” (Nuevo Testamento)
El nombre de cada Parashá por lo general proviene de la primera palabra distintiva del
texto hebreo de la porción en cuestión.
Por ejemplo:

 El primer parashá se llama “Bereshit” que significa “Al principio”, y esto se


debe a que es la primera palabra que aparece en el libro de Genesis 1:1
 El segundo parashá es “Noaj” (Noé) y este estudio empieza en Genesis 6:9

Yeshua mismo, según está consignado en Lucas 4: 15-20, en una Parashá fue llamado a
leer y luego explicó y dio la respectiva aplicación: “Enseñaba en las sinagogas (…) y un
sábado entró en la sinagoga como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura y le
entregaron el rollo del profeta Isaías (…) encontró el lugar donde está escrito (…).
Luego enrolló el libro y se lo devolvió al ayudante y se sentó”.
Shaúl (Pablo), como Rabino y quien había sido discípulo de Gamaliel, también
guardaba Shabat y en Hechos 13: 14 – 15 leemos: “(…) El sábado entraron en la
sinagoga y se sentaron. Al terminar la lectura de la Toráh y los Profetas, los jefes de la
sinagoga
Luego de haber dado una breve explicación sobre lo que es una Parashá, ahora,
pasaremos a estudiar el primer parashá escrito por el Rav. Dan Ben Avraham.

PARASHÁ “BERESHIT”
‫ּב ְֵראׁשִ ית‬
1
(Genesis 1:1 – 6:8)

Escrito por el Rab. Dan Ben Avraham

El Parashá para este Shabat se encuentra en el primer libro de Moisés, conocido como el
libro de Génesis, cuyo significado en griego es “origen o comienzo” y que fue usada
para traducir la palabra hebrea “Bereshit” con la cual el libro comienza y significa “En
el principio”. Este primer libro de Moisés contiene 50 capítulos y 1533 versículos,
además ha sido dividido en 12 secciones de estudios para las doce primeras semanas de
lectura y explicación de la Toráh.
El Primer Libro de Moisés nos habla de los orígenes de las cosas creadas, como son:
 El origen del universo
 El origen de la vida terrestre
 El origen del hombre y de la sociedad humana
 El origen del pecado
 El origen de la maldición
 El origen de la muerte
 El origen del plan de salvación
 El origen del programa de redención
 El origen del nacimiento de la nación de Israel y el origen de la promesa de
salvación para todas las naciones.
Por lo tanto, la idea que prevalece a lo largo de estos 1533 versículos no es solamente
que existe un Creador que es Señor y Rey del Universo, sino que ese Creador, Elohim,
está comprometido con la redención integral de Su creación, especialmente la del
hombre.
Por lo tanto, Creación y Redención están íntimamente unidos bajo la supervisión y
dirección de Aquél quien es la causa original de todo lo que existe.
En esta sección de la Toráh veremos cómo Moshé, bajo inspiración divina, nos irá
llevando desde los orígenes de los cielos y de la tierra, hasta la creación de la vida
orgánica, la vida animal y finalmente, la vida del hombre y la mujer creados a imagen y
semejanza de Elohim.
A.- ASPECTOS IMPORTANTES
¿Para quién fue creado el universo?
La respuesta la encontramos en:
Isaías 45:18 “Pues así dice Yahweh que crea los cielos, Él Elohim que forma
la tierra y el que la hace, Él la fundo no vacía la creo para ser habitada la
formo, yo Yahweh y no hay otro”
(Biblia interlineal hebreo-español tomo IV)

Otro texto también dice:

2
Isaías 45:18 Porque así dice YAHWEH, quien creó los cielos, Elohim, quien
dio forma e hizo la tierra, que los estableció y los creó no en vano, sino los
formó para habitar en ellos: "Yo soy YAHWEH, no hay ningún otro.
(Biblia Judía Israelita Mesiánica Kadosh)
En ambas versiones bíblicas podemos observar que Dios creo los cielos y la tierra para
ser habitada. El tratado talmúdico Sanedrín 36a, afirma: “Toda persona está obligada a
decir: El mundo fue creado para mí”. Si el Eterno quien es Bendito, creó el mundo para
el hombre, es decir, para mí, entonces esto significa que cada uno de nosotros es algo
extraordinariamente especial. Y además que cada uno de nosotros tiene una
extraordinaria y única misión que cumplir en la creación.
A fin de poder cumplir la misión que el Eterno me ha confiado, él debe habilitarme con
los recursos necesarios para cumplir con tan alta y sagrada misión. En términos
prácticos significa que debo tener la suficiente inteligencia, fuerza, coraje, compasión y
capacidad de determinación para cumplir con esa misión.
Si además de esto yo fui creado a “imagen y semejanza de Elohim”, esto significa que,
así como el Eterno está rodeado de ciertas características que nos han sido revelados, así
también mi alma posee esas características. Por ejemplo, durante los días de fiesta que
nos han precedido, desde Rosh HaShaná hasta Sucot, hemos mencionado y confesado
muchísimas veces, los TRECE ATRIBUTOS DEL ETERNO.
Piensa en esos atributos: Compasivo, Misericordioso, Bondadoso, Perdonador,
Paciente…Verdadero (Confiable) etc. Cada uno de esos atributos forman parte de la
naturaleza interior de nuestra Neshamá (alma). Dicho de otra manera, hemos sido
creados con capacidad plena para cumplir la misión que nos ha sido confiada. Cuando
miras la creación, verás que requiere innovación y perfeccionamiento.
¿Cómo explicar que un Di-os perfecto haya construido un mundo imperfecto,
esto es, no completo, de tal manera que requiere la acción del hombre? La respuesta que
nos han dado nuestros mayores es magnífica: La Sabiduría Divina en su Gran
Misericordia, decidió dejar cosas en la creación en un estado que requiera mejoramiento
para dar al hombre la oportunidad de completarla como corona de la creación, como
administrador del universo. Esto nos muestra el exaltado estado del hombre al momento
de su creación y con el propósito con el cual fue creado.
B.- BAJA ESTIMA PROPIA
Uno de los más serios problemas del hombre es no tener conciencia de su identidad
dentro de la creación. Esto nos lleva a desarrollar una baja estima propia, es decir,
cuando llegamos a un punto de nuestras vidas cuando no nos evaluamos a nosotros
mismos con la misma dignidad y capacidad con que el Creador nos ha investido.
Uno de los más graves problemas en la sicología humana es el que tiene que ver con
una baja estima propia. Cuando no hay razones lógicas para pensar de otra manera,
porque el Eterno ha invertido en cada uno de nosotros, toda la dignidad, los recursos y
las habilidades suficientes para que seamos personas completamente saludables, dueña
de nosotros mismos, sanas, exitosas. El Dr. Avraham Twerski, en uno de sus libros (10
Steps to be your best) describe algunas de los síntomas que revelan si una persona sufre
de este grave mal de una baja estima propia:

3
1. Tendencia a esconderme de la gente por temor a ser yo mismo
2. Tendencia a vivir complaciendo a la gente, haciéndoles favores constantemente
para comprar así el afecto y la aprobación de los demás.
3. Ser extremadamente sensible ante la crítica, lo toma todo a mal
4. Dificultad para tener intimidad con su cónyuge.
5. Tendencia a controlar a otras personas.
6. Miedo a lo nuevo
7. Depresión.
8. Adicción.
9. Desordenes.
10. Conducta abusiva hacia otras
11. Siempre piensa negativamente, nada va a salir bien.
12. Dependencia de otras personas.
¿Qué es lo que contribuye a que una persona tenga un bajo concepto de sí mismo y no el
concepto correcto de sí mismo que debe tener?
Las razones son muchas:
Traumas infantiles, padres abusivos, niños que fueron humillados constantemente por
sus padres o maestros… expuestos a constante burla, maltrato, palabras hirientes como:
“eres un estúpido”, o “nunca serás nadie en la vida”, o “no sé para qué habrás nacido” y
cosas por el estilo, crean traumas que afectan luego la capacidad de desarrollo
emocional normal de una persona.
La influencia del Yétzer Hará (inclinación al mal), el adversario oculto dentro de
nosotros, el hombre malo, el ladrón escondido que no viene sino para matar, destruir y
aniquilar la obra de la creación en nosotros.
El tratado talmúdico Kidushin 30b afirma que “el “yétzer hará” trata de destruirnos en
cada aspecto de nuestra vida”. Y esto es el origen de una evaluación negativa de
nuestras vidas que nos lleva a desarrollar una conducta destructiva desde nuestra
infancia hasta nuestra adultez. Cuando pensamos negativamente de nosotros mismos,
abrimos una puerta al “yétzer hará” para destruirnos emocional y espiritualmente. El
“Yétzer hará” es un crítico destructivo insaciable escondido dentro de nosotros, en
nuestra conciencia. Constantemente trata de insuflar en nuestro pensamiento y en
nuestros sentimientos, que no servimos para nada, encontrando siempre faltas y
desaciertos en todo lo que hacemos.
El “Yétzer hará” es el encargado de vivir siempre comparándote negativamente con
otros: “Fulano si puede, pero tú no, no sirves para nada, eres un estúpido”. Cuando
sumamos las cosas que nos sucedieron de pequeños, con el trabajo perverso del yétzer
hará, entonces podemos entender de dónde viene la fuente de tantos problemas
relacionados con una baja estima propia que daña, reprime y limita todo el potencial que
el Eterno ha creado en nosotros.
Cuando una persona se autodestruye emocionalmente al punto que piensa que no sirve
para nada, que no vale nada, que no tiene ninguna dignidad personal, entonces ¿cómo
puede hacer Teshuvá (arrepentimiento)? ¿Cómo puede buscar el camino de vuelta
precisamente a un estado donde su dignidad y valores intrínsecos le son devueltos?

4
C.- AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. YO HASHEM.
Uno de los mandamientos más hermosos que tenemos en la Toráh es el que tiene que
ver con nuestro prójimo. Mateo 22.39 “...Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo
HaShem”. De esto se desprende que uno amará a su prójimo de la misma manera que se
ama a uno mismo.
Si el concepto que tienes de ti mismo es basura, así considerarás a los demás, también
una basura, por eso existen los abusadores, por su grave problema con la estima propia.
Usted no puede tratar a los demás dignamente, si primero no te tratas a ti dignamente.
Como sea el amor y el respeto que te tienes a ti mismo, será también el amor y el
respeto que tengas por tu prójimo.
Es cierto, todos somos falibles, todos nos equivocamos muchas veces, todos fallamos,
pero tales errores no tienen por qué destruirnos, sino por el contrario, empujarnos para
no volver a hacerlo la próxima vez y para intentar alcanzar nuestra misión en la vida con
nuevas fuerzas.
La razón misma por la cual el Eterno nos ha dado el recurso de Teshuvá
(arrepentimiento) es porque sabe que vamos a fallar, que vamos a apartarnos, de cuando
en cuando, del camino correcto y necesitamos un modo de corregir el rumbo, de
encontrar de vuelta el camino a casa.
Pero eso mismo revela la gran dignidad con que el Eterno nos ha creado y el gran
respeto y admiración que tiene por nosotros. El gran mensaje de este primer capítulo de
Génesis que deseo dejar con vosotros es este: fuimos creados a imagen y semejanza de
Di‐os.
Tenemos una neshamá (alma) que es una expresión y emanación de la Divinidad. Tu
alma es un alma divina en esencia, porque viene del soplo del Omnipotente dentro de
nuestras narices.
Esa alma no tiene precio, es pura, maravillosa, repleta de fuerza, de habilidades, de
dones, talentos, capacidades naturales y sobrenaturales, majestuosa, digna, en otras
palabras, es una extensión de Di-os que llevamos dentro de nosotros.
Cuando fallamos, cuando pecamos, cuando hacemos lo que no es correcto, manchamos
esa alma, la llenamos de barro y de fango… pero cuando hacemos Teshuvá, el Eterno
nos restaura el alma, derrama un agua especial que él tiene reservada para los justos y le
devuelve a esa alma su belleza original.
No es tu apariencia externa lo que más vale de ti, es tu neshamá interior lo que
realmente cuenta. No dejes que otros impongan un valor sobre ti fundamentado en tu
belleza física, el tamaño de tu cuerpo o cuánto dinero tengas en el banco. Tu verdadero
valor no está allí, sino dentro de ti, en tu interior, en tu neshamá, allí está escondido tu
valor, tu potencial, tus habilidades, tu belleza, tu imagen de Di‐os.
Muchas personas desarrollan una baja estima propia porque son expuestas a un sistema
de valores equivocados con respecto a lo que realmente cuenta y vale en la vida.
Recuerdo una vez un miembro de una comunidad se acercó a su maestro y le dijo:
“Mira el tremendo carro que me he comprado, cero millas (kilómetros), ahora

5
seguramente seré aceptado en el club de los ricos de la comunidad”. ¿Te imaginas eso?
El maestro le dijo: “Conociendo tu situación financiera, ¿Cómo es que te has comprado
un auto tan costoso?
Hay personas que, sin ser tan atractivas físicamente, tienen una estima propia sana,
capaz de llegar a grandes triunfos en la vida. Hoy día la gente de forma equivocada,
relaciona tu personalidad y tu carácter con la forma como uno luce exteriormente.
D.- LA HISTORIA DEL TALMUD
El Talmud relata la historia de un gran maestro, el Rav Yehoshua ben Jananyah, quien
era muy humilde y nada atractivo. Un día estuvo presente en una de sus clases, la hija
del emperador. Al terminar, la muchacha se le acercó y le dijo: “Wao, que maravillosa
sabiduría escondida en un envase tan feo”. El Rav le dijo: “Hija mía, ¿en qué tipo de
envase guarda tu padre el vino?”. Ella respondió: “En vasijas de barro”, ¿En qué otra
cosa podría guardarlo? Respondió el Rav, tratándose de un emperador, debería guardar
su vino en vasijas de plata y oro…
La muchacha habló de esto a su padre diciéndole que era mejor que guardara su vino en
barriles de plata y oro… como correspondía a su dignidad de emperador… El padre así
lo hizo y ordenó que todas sus reservas de vino fueran guardadas en envases de plata y
oro. Y así lo hicieron. Al cabo de unas semanas, todo el vino se había dañado y vuelto
vinagre.
Al conocer del asunto, el emperador llamó a su hija y le dijo: ¿Quién te aconsejó que el
vino hay que guardarlo en recipientes de plata y oro? Mira, todo ha sido dañado, se ha
vuelto puro vinagre. Ella respondió el Rabino Yehoshua ben Jananyah.
Entonces, el emperador llamó al Rav y le dijo: ¿Por qué diste tal consejo a mi hija? A lo
que el Rav respondió: “Yo no le di ningún consejo, solamente me limité a repetir sus
propias palabras, porque el vino como la sabiduría debe ser solamente guardado en
vasijas muy feas”.
El emperador respondió: “Pero yo conozco personas sabias que son de muy buen
parecer”. Y el Rav respondió: “Si fueran sin atractivo, serían mucho más sabias”. Por
supuesto, cuando leí esto del Talmud, me acordé de aquél de quien fue escrito: “Sin
atractivo para que le deseemos”, y luego, “en quien habita toda la plenitud de la
sabiduría y el conocimiento”, este hombre es Yeshua HaMashiaj.
En resumen, el parashá Bereshit inicia sus enseñanzas con un mensaje extraordinario:
Somos la corona de la creación, somos hechos a imagen y semejanza de Di‐os, tenemos
un gran valor intrínseco, has sido creado repleto de habilidades para alcanzar absoluto
éxito en la vida…
No dejes que nada ni nadie arruine esa obra preciosa que fue hecha en ti por el Eterno…
deja que ese potencial escondido en ti salga y brille y bendiga a otros, completando así
la misión que nos ha sido entregada. Tú puedes lograrlo… es asunto de proponértelo, de
echar mano a la obra, colocar tus manos en el arado y no mirar atrás…

También podría gustarte