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Con números ajustados y posibles

deserciones, Kicillof enfrenta un


terreno fangoso en la Legislatura
En las dos cámaras, el oficialismo carece de quórum
propio y debe negociar con Juntos por el Cambio; en
Diputados, una posible salida en su bloque complicaría
más el escenario para los leales al gobernador
3 de abril de 202206:00

Javier Fuego Simondet


LA NACION

Axel Kicillof, en la apertura de sesiones de este año, con Verónica Magario y Federico
Otermín, titulares del Senado y DiputadosMatías Adhemar
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En la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, los bloques que responden al


gobernador Axel Kicillof están obligados a negociar con Juntos por el Cambio
para hacer avanzar las leyes que impulsará el mandatario en la segunda mitad
de su mandato. La situación se asemeja a la que experimenta Cristina
Kirchner en el Senado nacional, donde el Frente de Todos perdió la mayoría
y el quórum propio. En terreno bonaerense están activas las negociaciones
entre oficialismo y oposición para terminar de definir las comisiones y poner en
funcionamiento las dos cámaras legislativas, que sesionaron en contadas
ocasiones en lo que va del año. Es tiempo también de rumores de salidas dentro
de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, con la interna del
peronismo como detonante.

“No hay quórum propio. Por los posicionamientos de los bloques, por lo general


las sesiones se construyen con acuerdos con Juntos por el Cambio”, aseveró
a LA NACION una fuente legislativa del oficialismo al referirse a la situación
en Diputados. El Frente de Todos tiene 43 diputados; Juntos por el Cambio, 41;
Avanza Libertad, 3; dos tienen los bloques del Frente de Izquierda y de Espacio
Abierto (bancada que responde al intendente de San Isidro, Gustavo Posse), y
uno tiene el bloque 17 de Noviembre.

Antes de la renovación de los diputados por las elecciones, el oficialismo


conseguía el quórum de 47 votos con sus legisladores, sumados a dos aliados
del bloque 17 de Noviembre (hoy solo queda con mandato Fabio Britos) y la
diputada Natalia Sánchez Jáuregui (del Partido Fe, en la actualidad
integrada a la bancada de Kicillof).

El bloque del Frente de Todos podría sufrir una deserción esta semana,
producto de las heridas de la interna peronista. Se trata de la diputada Débora
Indarte, del distrito de General Pueyrredón, enfrentada a la
camporista Fernanda Raverta, titular de la Anses y principal figura de la lista
que se quedó con el control del partido tras las elecciones internas del 27 de
marzo.

Después de las internas, Rodolfo “Manino” Iriart, director del Correo


Argentino y pareja de Indarte, estampó su firma en un comunicado en el
que apuntó contra La Cámpora. “Hacemos un llamado a las autoridades
partidarias de la provincia [el presidente del PJ bonaerense es Máximo
Kirchner] para que intervengan y cesen las persecuciones en nuestro distrito.
Nos solidarizamos con quienes sufren hostigamientos”, se lee en uno de los
tramos de ese documento. “Nosotros consideramos que no es de peronistas
demonizar al adversario, difamarlo o despedirlo de su trabajo solo por pensar
distinto o pertenecer a otro sector del mismo espacio político”, se remarca en el
tramo más duro del comunicado de Iriart, que ingresó como congresal
provincial por la minoría en las internas.

Según pudo saber LA NACION, el descontento de Indarte es de larga data


porque “hace un año y medio que no la convocan para nada” y se profundizó
tras una foto de Kicillof con Raverta y Eduardo Cóppola, sus rivales en el PJ
marplatense. Si se concreta su salida (podría oficializarse este martes, de no
mediar cambios), el bloque de Kicillof quedaría con 42 integrantes. Y el
monobloque que armaría Indarte no tendría alineamiento automático con el
oficialismo. Sería una nueva complicación para reunir el quórum.

En el Senado, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se reparten la Cámara


con 23 bancas cada uno. El oficialismo tiene la ventaja del eventual desempate a
cargo de Verónica Magario, vicegobernadora y titular del cuerpo. “Hay
algunos principios de acuerdo, pero faltan cerrar algunas cosas respecto de las
comisiones. Hasta tanto no se cierren las comisiones, no se sesiona”, afirmó
a LA NACION una fuente oficialista del Senado, que sesionó este año solo en
ocasiones puntuales, como cuando lo hizo para autorizar el allanamiento al
despacho del senador Juan Pablo Allan (Juntos por el Cambio) o para
rechazar su desafuero.

“Nuestra intención es sesionar, estamos conversando con el oficialismo para


poder establecer esa agenda. Necesitamos un Senado activo. Esperemos retomar
las conversaciones esta semana y dejar establecidas las comisiones”, aseguró un
senador de Juntos por el Cambio, que indicó que faltan pocos casilleros por
llenar para completar ese reparto.

En la Cámara de Senadores, entre los 23 integrantes de la bancada oficialista se


encuentra Magdalena Goris de Gray, esposa del intendente de Esteban
Echeverría, Fernando Gray, opositor a Máximo Kirchner en el PJ. No está
garantizado que el voto de Goris se incline para Kicillof automáticamente. De
prosperar los acuerdos entre oficialismo y oposición, el voto de esta legisladora
no modificaría la ecuación, pero fuentes justicialistas desconfían de un
entendimiento duradero entre los bloques, que vaya más allá de este año.

“En el Senado tenemos un equilibrio importante. Es la Cámara que decide y


trabaja como tapón para muchas cosas”, dijo a LA NACION un dirigente de
Pro. El empate también fue festejado en su momento por el gobierno provincial,
que con la composición anterior de la Cámara estaba por debajo de Juntos por
el Cambio.

Javier Fuego Simondet

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