Recuerde que las creencias limitantes
fácilmente se pueden tumbar de la misma
¿ qué son las
creencias
limitantes?
“Las mujeres son infieles”, “no es tan fácil”, “De
eso tan bueno no dan tanto”, “el dinero
corrompe”, “todos los hombres son iguales”, “yo
no soy muy bueno para esto”. Estas frases con
las que se colorean a diario los días es a lo que
llamamos en Programación Neurolingüística:
creencias limitantes, tan poderosas, que
pueden llegar a destruir vidas. Son creencias,
pensamientos y opiniones muy fuertes que
tenemos acerca de algo y que no nos permiten
fluir eficazmente hacia la consecución de
resultados.
Es esa voz interior que cuando usted está
frente a la persona de su vida, cuando el
corazón le late fuerte, sus manos sudan y sus
labios se abren para saludar, le grita: ¡no, no
haga el ridículo! Y no es por nada, pero tiene
sus argumentos: “¡qué se va a fijar en usted!”,
“no es usted el tipo de genero opuesto con
quien desearía entablar una relación”, “no
pertenecen al mismo circulo social ”, “no tiene
de qué hablarle, mejor deje la boca cerrada”.
Las creencias limitantes tienen su origen en la
programación verbal y además son el
resultado de la experiencia vivida u observada
en otros. En la niñez son forjadas ciertas
creencias que hacen que nos comportaremos
de diferentes maneras y según la situación. De
niños, nos están monitoreando todo el tiempo,
nos dicen que es bueno o malo, que podemos
o no podemos hacer. La mayoría de nuestras
creencias han sido adquiridas durante nuestro
proceso de crecimiento, las heredamos de
nuestros padres y las transferimos de
generación en generación. Fueron obtenidas a
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través de nuestros ‘maestros’ a lo largo de toda
la vida (padres, profesores, leyes, mitos
populares, gobiernos). Nadie nos obliga a vivir
de la manera que lo hacemos.
manera como fueron creadas. ¿Cómo? La
respuesta son las creencias empoderadoras.
Estas últimas son creencias en función de un
resultado, una situación o alguien, que nos
permiten definitivamente lograr el resultado
a pesar de todo, incluso de lo que piense la
sociedad o nosotros mismos. Nos limitamos
a vivir como creemos que debemos vivir,
negándonos la posibilidad de ser quienes
realmente queremos.
Hoy lo/la invito a que escriba en una hoja
todas las creencias limitantes que lo/la
frenan para lograr un proyecto y al frente
señale la creencia que es totalmente
opuesta, es decir, la empoderadora. Tómese
unos minutos y pregúntese; ¿Qué pasaría si
cambiara estas creencias que le impiden
lograr lo extraordinario? ¿Que se lo impide?
Sus creencias son literalmente puertas
gigantes que abren su potencial, su
capacidad y sus talentos. Si quiere las llaves
para estas puertas, lo único que necesita es
analizar, desafiar y cambiar las que lo limitan
por creencias empoderadoras, aquellas que
le motivan y le ayudan a lograr sus sueños.
Cuando su voz interior se dispare,
agradézcale las buenas intenciones que
tiene al recordarle sus creencias limitantes, y
luego, infórmele que usted va a actuar a
pesar de lo que ella le está diciendo. Y así,
efectivamente, abra la boca y dígale a esa
“¡Buenos días, qué linda sonrisa!”
persona