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Hacer de la
cultura un elemento central de las políticas de desarrollo es el único medio de garantizar
que éste se centre en el ser humano y sea inclusivo y equitativo.
la escuela y el diálogo con el cambio cultural presente. La Escuela de hoy vive una
realidad diferente a la de décadas anteriores y de seguro también distinta a las que
vendrán. Hoy la Escuela se enfrenta a una sociedad que no sólo cambia, sino a una
sociedad donde el cambio se ha convertido en permanente. Ello constituye el marco
mayor, necesario explicitar, para adentrarnos con posterioridad al análisis de
contenidos y relaciones de las subculturas en la escuela.
Los resultados se presentan desde las visiones de los docentes, directores, padres,
estudiantes, miembros de la comunidad y los documentos del Estado y de las escuelas.
Los dos primeros actores consideran que la escuela es una organización para enseñar y
aprender; los padres la conciben como un lugar para satisfacer necesidades y la
educación para el futuro; para los estudiantes es un espacio de socialización con sus
pares; los miembros de la comunidad coinciden con lo planteado en documentos
oficiales que la definen como centro de quehacer comunitario. En una de las
conclusiones se indica que la escuela está viviendo un proceso de transformación y
redefiniciones de la misión que la sociedad tradicionalmente le ha asignado.
sumen
El término cultura asociado a la escuela se viene usando desde hace mucho tiempo en
la bibliografía educativa para tratar de capturar aquellos rasgos que permitan
comprender el funcionamiento escolar. Ya en 1932, el sociólogo de la educación
norteamericano Waller (citado por Deal y Paterson, 2009), en su libro The sociology of
teaching, sostenía que las escuelas tienen una cultura propia. Planteaba que en las
escuelas hay complejos rituales de relaciones personales, tradiciones, costumbres,
normas, que conforman un código moral. Con el tiempo, en esta misma línea, otras
investigaciones señalaron que en las escuelas hay juegos que son guerras sublimadas,
equipos, y un conjunto elaborado de ceremonias (Deal y Peterson, 2009; Maslowski,
2001). El análisis etnográfico de las escuelas como pequeñas sociedades realizado por
Waller (citado por Deal y Paterson, 2009) resultó pionero, pero tuvo una influencia
limitada en los años subsiguientes en los que comenzaron a ganar espacio los estudios
de tipo cuantitativo.
El interés por la cultura escolar quedó, así, relegado y recién resurgió en los años
setenta, cuando empezó a pensarse que los aspectos culturales de la escuela podían
constituirse en un obstáculo para el cambio escolar (Goodlad, 1975). En las décadas de
los ochenta y noventa los estudios se ampliaron y se constituyó en un tema importante
en el campo de la administración y gestión de la educación (Deal y Peterson, 1990), el
cambio educativo (Fullan, 2002) y la historia de la educación (Julia, 2001; Viñao,
2002).
Una revisión de estudios especializados sobre el tema indica que no hay una única
forma de definir la cultura escolar. Por el contrario, existen múltiples definiciones;
dentro de las más conocidas se encuentran las siguientes:
- Cultura es el código informal que establece “como hacemos las cosas aquí” (Bower,
1966).
- La cultura escolar es el cristal a través del cual los participantes se ven a sí mismos y
el mundo (Hargreaves, 1996).
Asimismo hay acuerdo en que la cultura escolar, como la cultura en general, tiene a la
vez características estáticas y dinámicas. El carácter estático se pone de manifiesto
porque por un lado la cultura crea un carácter único en el sistema social al promover
un sentido de pertenencia y compromiso, y participa activamente en la socialización de
nuevos miembros introduciéndolos en una particular perspectiva de la realidad. Por
otro, está sujeta a cambios en tanto los miembros de la organización interactúan con
nuevas ideas y enfoques, de ahí su carácter dinámico. Es decir, que cualquier
consideración sobre la cultura escolar debe tomar en cuenta la historia en términos de
estabilidad a través del tiempo (Deal y Peterson, 2009; Julia, 2001) así como su
naturaleza dinámica y cambiante (Fullan, 2002).
Tal como quedó planteado en la sección anterior, podría aseverarse que la mayoría de
investigaciones del campo comparten una cierta comprensión general de cultura
escolar; sin embargo, difieren en su valoración acerca de cuáles son sus rasgos
centrales. En las distinciones más importantes que se observan en las
conceptualizaciones de la cultura escolar es posible reconocer dos perspectivas teóricas
principales, una de ellas se apoya en la tradición estructural-funcionalista y otra que se
sustenta en la perspectiva interpretativa.
Tradición interpretativa
Ambas perspectivas han sido ampliamente utilizadas y han hecho importantes aportes
en el estudio de la cultura escolar. La perspectiva interpretativa es más apropiada para
identificar las particularidades que distinguen una organización y la hacen única
mientras que el enfoque estructural-funcionalista está más orientado a encontrar
patrones culturales que hacen a una organización más eficaz. En otras palabras, este
último enfoque proporciona más oportunidades para comparar organizaciones sobre la
base de ciertos aspectos que se consideran fundamentales. En este sentido, la
perspectiva estructural funcionalista tiende a ser más apropiada cuando se hace
necesario estudiar un número considerable de instituciones y se requiere arribar a
resultados con cierto nivel de generalización.
Los estudios de la cultura escolar tienden a recurrir a dos enfoques metodológicos. Por
un lado están los que prefieren métodos de la antropología, tales como como
etnografía, observación y entrevistas (por ejemplo Goodlad, 1984; Deal y Peterson,
2009; Lieberman, Saxl y Miles, 1988) y, por otro, quienes utilizan primordialmente
métodos cuantitativos de investigación como escalas actitudinales, encuestas y análisis
de documentos de archivo –registros de asistencia, calificaciones, tasas de
graduación– (por ejemplo Cavanagh y Dellar, 2001).
Dentro del primer tipo, se encuentran estudios que retoman las perspectivas de las
investigaciones sobre el cambio escolar (por ejemplo Fullan, 1995, 2002) y sobre
escuelas eficaces (por ejemplo Teddlie y Reynolds, 2000). La preocupación de estas
indagaciones es identificar características de la cultura escolar que están asociadas a la
producción de cambios positivos en las escuelas y de mayores logros académicos en
los estudiantes.
Por ejemplo, en una revisión de la bibliografía sobre el tema, Brown (2004) identifica
una serie de rasgos que caracterizan la cultura de las escuelas que promueven
aprendizajes de calidad. Los más importantes son los siguientes:
En esta misma línea, Deal y Peterson (2009), cuyos trabajos en este campo se
encuentran entre los más conocidos e influyentes, comparan las escuelas con tribus
que expresan su cultura compleja y única a través de: a) una visión y valores, b)
rituales y ceremonias, c) historia y relatos, y d) arquitectura y artefactos. Asimismo,
sostienen que las direcciones de las escuelas influyen en la cultura de la escuela de
muchas maneras promoviendo culturas positivas o “tóxicas”. Una persona directiva
capaz, a través del tiempo, puede transformar una cultura tóxica en una positiva, si
lleva adelante sus actividades cotidianas de forma juiciosa, apasionada y artística. Para
estos autores, una cultura escolar positiva implica las siguientes características:
El nivel más profundo, menos tangible de la cultura comprende los supuestos básicos
que son compartidos por docentes; estos constituyen el centro de la cultura escolar.
Los presupuestos básicos son aquellas creencias aceptadas como verdaderas. Por su
carácter naturalizado, el personal docente suele no ser consciente de los supuestos
que subyacen en la interpretación de sus prácticas cotidianas. Estos supuestos suelen
permanecer en un nivel inconsciente hasta que son disputados por otro miembro de la
comunidad (colega, estudiante, padre). Como consecuencia de esta confrontación, el
cuerpo docente reflexiona sobre su comportamiento y adquiere mayor conciencia de
los presupuestos que están implícitos en las interpretaciones de sus propias acciones.
Schein (1985) clasifica los supuestos básicos en cinco grupos en tanto se refieren a: la
relación de la organización con su entorno, la naturaleza de la realidad y la verdad, el
carácter de la naturaleza humana, la naturaleza de la actividad humana y la forma de
las relaciones humanas. Estas dimensiones reflejan cuestiones fundamentales que la
gente enfrenta permanentemente en su vida. Por ejemplo, el carácter de la naturaleza
humana se refiere a cuestiones tales como, por ejemplo, si los seres humanos son
esencialmente “buenos” o “malos”, y si sus posibilidades de progreso están
determinadas desde el nacimiento o pueden cambiar y desarrollarse.
Los artefactos
El tercer nivel en la clasificación de Schein (1985) incluye los artefactos –mitos, héroes
y símbolos y las prácticas –patrones de comportamiento observable. Estos artefactos y
prácticas permiten “visualizar” los presupuestos básicos, los valores y normas de los
miembros de la institución.
Los mitos son relatos que articulan con el pasado de la institución y expresan una
selección de eventos que han sido importantes para los miembros de la escuela. Están
generalmente centrados en acciones o decisiones tomadas por actores particulares
considerados héroes o heroínas de la escuela, por cuanto representan ciertas
características individuales valoradas por los miembros. Puede tratarse de individuos
fundadores de la institución, docentes especiales o estudiantes cuyas acciones
corporizan los valores fundamentales de la escuela.
Otros artefactos son los símbolos que indican el significado que los miembros le
asignan a diversas funciones, aspectos o procesos de la escuela.
Las costumbres refieren al ‘modo en que se hacen las cosas aquí’ que es generalmente
característico de un grupo. En tanto regulares, las costumbres permiten predecir cómo
otros en la escuela van a reaccionar y qué acciones van a tomar. Si bien algunas veces
es posible reconocer ciertas creencias en la base de estas costumbres, en la mayoría
de los casos resulta difícil al estar muy asentadas y naturalizadas.
Los procedimientos, en cambio, suelen ser más fáciles de interpretar. En muchos casos
incluso son demandados por instituciones externas a la escuela, como por ejemplo el
Ministerio de Educación u otras agencias estatales. Los procedimientos requeridos
desde afuera son menos relevantes desde el punto de vista del análisis de la cultura
que los desarrollados en el interior de la escuela, porque estos últimos reflejan
acciones que han sido consideradas valiosas en algún momento de la historia de la
institución y, por lo tanto, resultan institucionalizados.
Por su parte, los rituales describen las costumbres vinculadas a un cierto evento que
tiene significado para los miembros de un grupo. En las escuelas, por ejemplo, están
asociados a las celebraciones de fechas patrias, las graduaciones, la jubilación de
docentes. Estos eventos se llevan a cabo siguiendo un protocolo relativamente estable
que comprende una serie de actividades que enfatizan la importancia que los
participantes les asignan.
En síntesis
Clima escolar
Los conceptos de clima escolar y cultura escolar son usados frecuentemente como
sinónimos en los textos educativos. Algunos autores y autoras discuten sus diferencias
y defienden un uso más preciso de los mismos. De todos modos, tampoco hay
acuerdos definitivos acerca de cuáles son las diferencias entre uno y otro concepto.
Mientras una parte sostiene que clima es un concepto más amplio que el de cultura
escolar (Tagiuri y Litwin, 1968), otra afirma que el clima constituye uno de los niveles
de la cultura de las escuelas (Schoen y Teddlie, 2008).
Van Houtte (2005) sostiene que si bien existe un alto grado de ambigüedad con
respecto al uso que se hace de ambos conceptos en la investigación educativa, es
posible señalar algunas diferencias. Entre las más importantes están las referidas al
foco de análisis y a los métodos de estudio. Las investigaciones sobre clima se centran
en cómo perciben los miembros el carácter de una organización, mientras que los
estudios de la cultura escolar lo hacen en lo que los propios miembros piensan y creen.
La cultura tiene que ver con valores, significados y creencias mientras que el clima se
refiere a la percepción de esos valores, significados y creencias. Por lo tanto el análisis
de la cultura está basado en lo que los propios individuos creen; mientras que la
investigación del clima se funda en lo que los individuos perciben que sus colegas
piensan o creen.
Los estudios del clima escolar tienden a utilizar estrategias cuantitativas como
encuestas, escalas actitudinales y observaciones estructuradas. En tanto, las
investigaciones de la cultura escolar generalmente implican observaciones intensivas y
entrevistas en profundidad, en el estilo de la investigación antropológica (Schoen,
2005).
Este breve análisis indica que los conceptos de clima y de cultura escolar no deberían
usarse en forma intercambiable. Sin embargo, las diferencias señaladas operan más
bien en un nivel teórico, ya que en investigaciones concretas persiste un cierto grado
de ambigüedad.
Gramática escolar
Los autores llegan a este concepto estableciendo una comparación entre la gramática
de la lengua y la de la escuela. Así plantean que, en el mismo sentido que un hablante
de la lengua interioriza las reglas gramaticales, los miembros de una institución
educativa manejan en un nivel consciente –y, en muchos casos, inconsciente–, las
normas explícitas e implícitas que regulan el funcionamiento de la escuela (Tyack y
Tobin, 1994).
Intentos de reforma que alteran sustancialmente esas formas instaladas tienen pocas
posibilidades de ser incorporados. La forma institucional de la escuela influye, por lo
tanto, en las posibilidades de que una particular reforma sea introducida en el sistema
educativo, la manera en que es implementada y el modo en que es evaluada por
docentes y sociedad en general. A través del análisis histórico Tyack y Cuban (2001)
muestran que el sistema educativo norteamericano experimentó reformas, pero estas
fueron lentas y se incorporaron a través de un proceso de “hibridización” dirigido a
mejorar sin cambiar radicalmente las prácticas habituales.
Consideraciones finales
La noción de cultura escolar, más allá de los matices que imponen las distintas
perspectivas teóricas, es una dimensión central en el estudio de las prácticas escolares
por cuanto es la cultura la que constituye la identidad de la escuela. Poner el foco de
análisis en la cultura escolar nos permite centrarnos en lo que realmente ocurre, y les
ocurre a quienes actúan en el interior de las escuelas. Conceptos como gramática
escolar y clima escolar suelen usarse con un sentido similar, aunque sea posible
identificar orígenes y matices teóricos diferentes.
En los últimos veinte años, el concepto de cultura escolar, enraizado en una larga
tradición de estudios antropológicos, se ha incorporado con mucha fuerza a la
investigación educativa en el marco de diversas corrientes teóricas. Si bien la variedad
de enfoques que se han utilizado en su abordaje dificulta su definición e introduce
cierto grado de ambigüedad, al mismo tiempo, esa misma diversidad de
aproximaciones le da al concepto de cultura escolar una gran potencialidad teórica, al
posibilitar múltiples herramientas de acercamiento para entender lo que pasa en el
interior de las escuelas.
A pesar de las distinciones que se plantean, cultura escolar, clima escolar y gramática
de la escuela son utilizados, en ocasiones, en forma indiferenciada. El concepto de
cultura presenta una gran complejidad porque proviene de tradiciones teóricas
diversas. La misma situación se da con el de clima escolar. En cambio, gramática
escolar emerge de obras particulares. Su definición conceptual es más bien sencilla y
originalmente vinculada a cuestiones específicas. Sin embargo, su uso posterior ha
ensanchado su significado, acercándolo en algunos casos al de cultura escolar.
Comparándolo con el uso que se hace del concepto de cultura escolar, parecería que
gramática hace referencia a rasgos generales comunes a todas las escuelas, o a las
escuelas de un cierto contexto o nivel. En cambio el de cultura es usado más bien para
caracterizar peculiaridades de las escuelas que las hacen distintas unas de otras.
Los tres conceptos aparecen originalmente pensados para referirse al profesorado (sus
representaciones, valores, formas de relacionarse) aunque muchas de las
investigaciones que se vienen realizando en su marco más recientemente toman
también las perspectivas estudiantiles.
Para finalizar, es importante señalar, como lo hace Viñao (2002), que más allá del
indudable valor que tienen para la investigación y política educativa las nociones de
cultura, clima y gramática escolar, es necesario evitar el riesgo de que un excesivo
énfasis en las continuidades y regularidades que persisten en la escuela haga perder
de vista las posibilidades de cambio y renovación que estas mismas también tienen. No
hay que olvidar que la cultura tiene un carácter estable; pero también una propiedad
dinámica de renovarse a sí misma.
RESUMEN
Palabras claves: escuela, comunidad, cultura escolar, cultura comunitaria, función cultural
de la escuela
SUMMARY
The school and its culture have a special relationship to community culture, to interact not
only with the culture of the community that share the geographical space, but also the
culture of the diverse communities they come from students, teachers and other workers
with whom they share social space conceived here as a socio-cultural space. The cultural
function of school in the community define it as the main cultural center of it, an issue
devoted to the analysis in this article.
El espacio como categoría hace referencia a un lugar físico que se ubica en la realidad
material. El espacio socio cultural designa el lugar que, en un modelo interpretativo de la
realidad social, ocupan los sujetos y/o grupos, a partir de los papeles que representan y
desempeñan.
Todo esto hace complejo el estudio de los vínculos de la escuela y la comunidad desde la
cultura.
Entendemos como cultura artística a la actividad humana y/o resultado de esa actividad
que está ligada a la creación, acumulación, conservación, difusión y percepción de los
valores artísticos y abarca la creación, la obra artística, la difusión y la percepción del arte,
la cultura artística es arte funcionante en determinadas condiciones sociales.
La cultura artística no se agota con el arte (resultado, obra artística), ni es privativa de los
artistas, se diferencia del arte en que lo analiza como proceso social integral – su
nacimiento, desarrollo, influencia sobre los hombres y sobre los demás hechos sociales, en
fin su participación en el conjunto social como un todo.
En Cuba nos hemos propuesto lograr que nuestro pueblo adquiera una cultura general
integral. Este concepto expresa la aspiración de lograr una sociedad culta sobre la base de
la posibilidad de la aprehensión por parte de sus miembros de la cultura humana, entendida
como cultura espiritual expresada en la calidad de las relaciones sociales, en la actuación de
los individuos, grupos humanos y la sociedad en general como sujetos de la historia.
A la cultura integral de nuestra época sólo es posible acceder a través de sus diversas
esencias, entre las cuales la cultura artística y el arte constituyen una de las vías más
expeditas.
En fin la escuela cubana ha sido definida como el principal centro cultural de la comunidad,
definición que tuvo en cuenta entre otros aspectos la incorporación de los instructores de
arte a las mismas, al respecto nuestro Comandante en Jefe señaló:
“Con su presencia, se enriquece el sistema de trabajo con los niños, adolescentes y jóvenes
que se ha ido conformando en estos años de Batalla de Ideas. Serán indispensables los
vínculos que se creen entre el maestro o profesor general integral, el profesor de
computación, el trabajador social y el instructor de arte.”
A partir de esta consideración debe valorarse el papel de la cultura artística y del arte y
sobre esta base la labor del instructor de arte lo que implica abordarla desde el punto de
vista de su influencia en la elevación de la cultura ententida en su sentido más general.
Sobre estas bases se considera que el instructor de arte deberá tener en cuenta el sistema de
valores de la sociedad cubana al seleccionar y desarrollar las diferentes manifestaciones del
arte a partir de su efectiva contribución a la elaboración de una jerarquía de valores que se
corresponda con ese sistema de valores.Esto no puede implicar desconocer las
manifestaciones retrógradas o negativas de la cultura, sino abordarlas en el caso que sea
necesario sin perder de vista el propósito formativo.
-El criterio objetivo para medir el desarrollo de la cultura es el hombre como sujeto de la
actividad, como sujeto histórico, condición que adquiere y desarrolla en sus relaciones
sociales El desarrollo de las relaciones sociales constituye el criterio determinante del
desarrollo del hombre y de la cultura. En tanto las relaciones sociales son una
manifestación esencial de la cultura, esta apunta a la producción de hombres como
seres sociales, por lo que la calidad de los sistemas educativos y de la escuela debe ser
evaluada a partir de la preparación de los individuos para la vida en sociedad.
Por tanto no se trata de convertir en artistas a todos los niños, adolescentes y jóvenes sino
de convertirlos en mejores hombres, en hombres cultos.
-La cultura se puede explicar en términos de la cultura misma y no sólo de la economía. Es
susceptible de interpretarse desde un punto de vista normativo-teleológico; regula y orienta
el comportamiento humano y caracteriza el comportamiento como fin. De ahí la
posibilidad de, en la actividad pedagógica, profundizar en el contenido de la cultura
como expresión del deber ser y del fin de la educación.
El concepto cultura como categoría pedagógica incluye los elementos que se señalan
anteriormente, y su contenido se diferencia del que le atribuye la antropología de la
educación porque sólo se refiere a aquellas manifestaciones de la cultura que se seleccionan
y emplean conscientemente para educar.
Para el desarrollo exitoso del trabajo cultural en las comunidades es necesario tener en
cuenta que dado el carácter histórico concreto y vivencial de la cultura, sólo los
comunitarios pueden definir la cultura de su comunidad y las metas que pretenden alcanzar
en lo que a desarrollo cultural se refiere.
Cada comunidad es única, tiene su propio pasado, presente y expectativas, por tanto la
comprensión de la cultura comunitaria debe eludir las formulaciones generales y partir de
¿cómo es la comunidad? y ¿cómo la sueñan los comunitarios? En la cultura comunitaria se
sintetiza la cultura humana y la cultura nacional, y esa síntesis tiene su expresión en la vida
cotidiana.
Incluye las manifestaciones del arte, los sistemas de valores y normas de comportamiento
social, los deberes y derechos fundamentales, las creencias, tradiciones y el patrimonio
tangible e intangible. Se objetiva en la actividad de los comunitarios y de la comunidad en
general concretando su condición de sujetos de la historia; y se relaciona dialécticamente
con la cultura familiar.
El primer tipo se caracteriza por una larga historia de asentamiento y desarrollo cultural, la
existencia de una fuerte tradición, transmitida de manera eficaz de generación en
generación, y de un patrimonio comunitario reconocido con el que se identifica la mayoría
de los comunitarios, y se expresa en una identidad cultural y un sentido de pertencia fuerte
y arraigado.
Estas comunidades son abiertas cuando por razones económicas, geográficas o geopolíticas
reciben constantemente la influencia directa de la cultura de otras comunidades y de la
cultura nacional. Se consideran cerradas cuando por estas mismas razones las influencias
son menos directas.Es importante tener en cuenta que en las condiciones de hoy no es
posible hablar de forma absoluta de comunidades cerradas
El segundo tipo (comunidad de cultura híbrida y/o en construcción), se caracteriza por una
historia reciente de asentamiento y desarrollo cultural a partir de la influencia de la cultura
de las diversas comunidades de donde proceden sus miembros. La cultura comunitaria se
encuentra en formación; no existen tradiciones comunitarias arraigadas, ni patrimonio
reconocido, de ahí que el sentido de pertenencia y la identidad cultural se manifiestan en
torno a otros aspectos.
Como se evidencia en la tipología de las comunidades que se propone se tienen en cuenta
las peculiaridades de la tradición, el patrimonio y la identidad comunitarios.
Este se emprende por las más diversas instituciones y organizaciones, tiene como fin el
desarrollo cultural, y parte de considerar que la cultura representa la dimensión más
abarcadora e integral del desarrollo y está en el centro de las decisiones acerca de los
programas de desarrollo económico.
Este criterio tiene en cuenta que: la tradición espiritual a través de la historia ha dotado de
fuerza y riqueza a la política económica y social, la cultura ha demostrado ser uno de los
factores más dinámicos en la historia por su capacidad de movilización social, tiene hoy
una gran importancia productiva por la influencia directa o indirecta de aquellos sectores
tradicionalmente definidos como no productivos en el desarrollo, es una fuerza vital para el
conjunto de la reproducción material; la producción cultural es parte de la producción en
sentido general al punto que se habla de industrias culturales.
A los efectos del trabajo de la escuela, el desarrollo cultural comunitario implica además la
preparación de la comunidad como agencia educativa.
Estos indicadores deben ser verificables, relevantes, comprensibles, válidos para toda la
comunidad, orientados a la acción, comparables en el tiempo y con otras comunidades,
efectivos y coherentes; los indicadores de desarrollo de la cultura comunitaria en su
expresión más general tienen en cuenta los sistemas de valores, las normas de
comportamiento, deberes y derechos, tradiciones y el patrimonio tangible e intangible y las
relaciones sociales comunitarias.
• Reconocer y asimilar los valores creados por el hombre en cualquier latitud y momento
histórico y que muestren la grandeza del género humano, para lo cual son necesarios
referentes culturales sólidos que han de tomarse de lo mejor de la cultura nacional y de la
cultura humana en general, dicho de otro modo un hombre culto hoy debe ser un
humanista.
• Amar el trabajo y dominar su profesión u oficio para desarrollarlo con calidad, lo cual
exige:
- Poseer instrumentos, vías para informarse y adquirir los conocimientos que necesita.
- Saber comunicarse con la mayor amplitud posible, sobre la base de una comunicación
eminentemente humana.
La cultura escolar implica un sistema valorativo institucional, en el que a través del fin y
los objetivos de la educación se expresan las necesidades, intereses y fines de la sociedad,
del que deben apropiarse niños, adolescentes y jóvenes para el logro de una adecuada
inserción en la vida social. La cultura escolar se reconoce en principio como la cultura
socialmente significativa para la inserción exitosa de los hombres en la vida social y la
escuela en este sentido es la institución por excelencia para la distribución de cultura
significativa aunque su accionar en este sentido debe tener en cuenta a las demás agencias
educativas.
Esto explica por qué las medidas que promueven la democratización de la educación y la
cultura y permiten el acceso masivo a la escuela y a la cultura que esta distribuye
equitativamente, no garantizan automáticamente la aprehensión por todos de la cultura y
continúa la reproducción de una “distinción cultural” entre las clases y sectores sociales
dominantes y dominados en la sociedad anterior.
Se determina a partir de las condiciones de cada escuela sobre la base de: la comunidad en
que está enclavada y de la que forma parte tomando en consideración el espacio
físico( partiendo del supuesto que en este caso comparte también espacio socio cultural), las
comunidades de donde proceden la mayoría de los estudiantes y trabajadores(cuya cultura
tiene una presencia fuerte en la escuela), el espacio socio cultural hasta donde es posible y
necesario extender la presencia de la escuela, que comparte con otras organizaciones e
instituciones y hasta donde llega la influencia de la educación sirviendo de contexto al
proceso pedagógico.
Se concibe el trabajo cultural comunitario de la escuela a través de sus diferentes vías como
parte del Proyecto Educativo Institucional. Este en su dimensión comunitaria garantiza el
espacio para insertar el trabajo cultural de la escuela hacia la comunidad
El PEC sintetiza la oferta educativa de la escuela, la cual es, ante todo, cultural, es un
instrumento de gestión en el que se expresa la identidad de la institución escolar y tiene un
carácter prospectivo, anticipador; ya que en el mismo se articulan los problemas que
presenta el centro, los caminos para su solución -- a través de la integración de tareas,
recursos y tiempo para propiciar el cambio educativo -, y los criterios y formas para la
evaluación de los resultados de su puesta en práctica.
La cultura escolar es, para los estudiantes e incluso para los docentes, directivos y otros
trabajadores de la educación, un contexto cultural en el que se asumen nuevos paradigmas
en el sistema valorativo, -en ocasiones contradictorios con los de la cultura familiar y
comunitaria-, imprescindibles para la inserción en la sociedad, por cuanto son expresión de
los objetivos sociales.
En el caso de la labor del instructor de arte esta referencia debe abarcar no sólo la cultura
comunitaria sino la cultura nacional y la cultura humana en general debido a las
posibilidades que con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información se abren
para desarrollar un contacto rápido con las creaciones culturales de todo el mundo, de ahí
su importancia y la necesidad de su perfeccionamiento a través de diferentes vías entre ellas
la investigación, por lo que culmino proponiéndoles algunas temáticas a abordar desde la
investigación:
• Inserción en el PEC.
• Estrategias de trabajo, etc.
En fin la labor del instructor de arte en la escuela permite divulgar y promover la cultura
desde la función de la escuela como principal centro cultural de la comunidad
En todo entorno de aprendizaje hay una cultura predominante que influye sobre todos los
otros componentes del entorno. En la mayoría de los entornos de aprendizaje, la cultura se
toma por sentado o puede estar más allá de la conciencia de los alumnos y aún de los
profesores. Intentaré demostrar por qué los profesores, instructores y maestros deberían
prestar especial atención a los factores culturales, de modo de tomar decisiones concientes
sobre cómo implementar los diferentes componentes de un entorno de aprendizaje. Aunque
el concepto de cultura pueda ser un poco abstracto en este punto, veremos que es muy
importante para el diseño de un entorno eficaz de aprendizaje online.
La elección del contenido, las competencias y actitudes a promover, la relación entre los
instructores y los estudiantes, y muchos otros aspectos de un entorno de aprendizaje tendrán
una profunda influencia sobre la cultura dominante de una institución o una clase (es decir,
todo agrupamiento de estudiantes y profesores). Por lo tanto, en un entorno de aprendizaje
cada uno de los componentes ya descriptos recibirá la influencia de la cultura
predominante.
Por ejemplo, los padres tienden a llevar a sus hijos a escuelas que representan sus propios
valores y creencias, y por lo tanto las características de los alumnos en esa escuela también
tendrán la influencia no sólo de sus padres sino también de su escuela. Ésta es una de las
diversas formas en que la cultura puede auto reforzarse.
La primera vez que noté el impacto de las diferentes culturas fué hace muchos años, cuando
estaba realizando una investigación en el Reino Unido sobre la administración de escuelas
secundarias (grandes). Esas escuelas habían sido deliberadamente creadas por un gobierno
de centro izquierda en Inglaterra en los años 1960 con el objetivo de ofrecer igual
oportunidad de acceso a la escuela secundaria a todos los estudiantes. Esas escuelas tenían
mucho en común (el tamaño, los planes de estudios, la idea que cada estudiante debería
tener las mismas oportunidades educativas) y se podía esperar que todas también tuvieran
la misma cultura dominante. Sin embargo, visité 50 de esas escuelas para recopilar
información sobre cómo se gestionaban y como enfrentaban las cuestiones principales, y
resultó que cada una de ellas era diferente.
Algunas fueron creadas basadas en las antiguas escuelas secundarias altamente selectivas y
que funcionaban bajo un estricto sistema de clasificación de sus estudiantes a través de
evaluaciones. De este modo, aquellos alumnos que aprobaban los examenes subían un nivel
y los más flojos bajaban un nivel con el objetivo final de identificar a aquellos alumnos que
tenían condiciones para continuar estudiando en la universidad. El valor dominante aquí era
la excelencia.
Otras escuelas eran de un sólo sexo (personalmente siento que una escuela que segrega por
sexo no puede considerarse inclusiva). Una de los objetivos principales de una escuela de
niñas que visité era enseñar sobre “elegancia” “poise” en inglés. (Lo que me causó cierto
malentendido con su directora porque entendí que dijo niños o “boys” en inglés). El valor
dominante aquí era desarrollar “las cualidades femeninas”.
Otras eran las escuelas de los pueblos, donde el foco estaba puesto en sacar lo mejor de
cada niño, sea cual fuere su habilidad. En esas escuelas, cada clase tenía alumnos con
diferentes competencias, cuando mayor el espectro mejor, aunque las clases eran ruidosas y
estridentes en comparación con otras instituciones orientadas a las elites. El énfasis aquí
está puesto en la inclusión y la igualdad de oportunidades.
Las diferentes culturas de cada una de estas escuelas eran tan marcadas que podía, a veces,
detectarla al pasar la puerta, sólo observando la interacción de los estudiantes con el
personal y entre ellos en los pasillos, o aún la forma en que los alumnos caminaban (o
corrían)
Considerar que la cultura puede ser una buena o una mala influencia para un entorno de
aprendizaje, dependerá de si se comparten o se rechazan los valores y las creencias de la
cultura dominante. Las escuelas “residential schools”en Canadá donde los niños
aborígenes eran forzados a asistir son un ejemplo de como la cultura condiciona la forma en
la que las escuelas funcionan.
Sin embargo, los resultados para la mayoría de los niños que asistían a esas escuelas eran
desastrosos, los responsables (el estado y la iglesia juntos) creían realmente que estaban
haciendo lo correcto. Aún se piensa en Canadá que se está “haciendo lo correcto” con la
educación aborigen, pero ninguna solución exitosa debe tener en cuenta a las culturas
aborígenes, ni tampoco a las culturas predominantes de la cultura occidenteal.
La cultura en las instituciones de educación superior es tal vez más nebulosa, sin embargo
aún tiene una fuerte influencia, que difiere no sólo entre las instituciones sino también entre
los departamentos académicos de la misma institución.
Dado que las culturas predominantes son tan dominantes, es muy difícil cambiarlas. Es
particularmente difícil que una persona sola pueda cambiar una cultura dominante. Aún los
líderes carismáticos tienen dificultades, como sucede con muchos de los Rectores y
Decanos de la universidad.
Sin embargo, las nuevas tecnologías nos permiten desarrollar nuevos entornos y los
instructores tienen la oportunidad de crear una cultura que pueda soportar los valores y
creencias que consideran importantes para los alumnos de la actualidad.
Respeto mutuo (entre el instructor y los estudiantes, y especialmente entre los estudiantes);
Apertura a las diferentes opiniones y puntos de vista.;
Argumentación basada en la evidencia y el razonamiento;
Aprendizaje motivante y entretenido;
Explicitación de los valores y epistemologías subyacentes de una disciplina;
Transparencia en la evaluación (es decir, criterios y rúbricas)
Reconocimiento y respeto por las personalidades de cada estudiante en la clase;
Colaboración y ayuda mutua.
Los elementos culturales descriptos reflejan mis creencias y valores, los suyos pueden ser
diferentes. Sin embargo, es importante que sea consciente de sus creencias y valores ya que
podrá diseñar entornos de aprendizaje que permitan desarrollarlos.
También podrá considerar esos elementos culturales como objetivos de aprendizaje, pero
no concuerdo con esa postura. Estos elementos culturales son más amplios y más generales
y reflejan lo que creo que son las condiciones realmente necesarias para diseñar un entorno
de aprendizaje en la era digital.
Finalmente, podrá cuestionar el derecho del instructor para imponer sus condiciones
culturales personales en un entorno de aprendizaje. En mi caso, tengo problemas con este
aspecto. Como experto en un área o profesional de la enseñanza, está en una mejor posición
que los alumnos para conocer los requerimientos de aprendizaje y los elementos culturales
que permitirán alcanzarlos. De cualquier modo, si usted cree que los alumnos deberían
participar más en la determinación de la cultura, será también una decisión que puede
considerarse también relacionada con la cultura del entorno.
A.9.6 Resumen
En cada entorno de aprendizaje, sin embargo, habrá elementos culturales que dominan los
otros componentes del entorno. Por este motivo, he considerado que la cultura es el soporte
para todos los otros componentes de un entorno de aprendizaje como en la figura a
continuación.
INTRODUCCIÓN
Cultura de Venezuela es una mezcla de tres culturas
distintas:la europea en particular española, la
indígena y la africana. La transculturación y
asimilación condicionó para llegar a la cultura
venezolana actual, similar en muchos aspectos al
resto de América Latina, pero el medio natural hace
que haya diferencias importantes.
Venezuela también se enriqueció por otras corrientes
culturales de origen antillano y europeo en el siglo
XIX, en especial deprocedencia francesa.
En cuanto a la educación en Venezuela, en la primera
mitad del siglo XX se comienza a reflejar los
esfuerzos de los intelectuales venezolanos para
modernizar la educación, inspirados en el
pensamiento positivista de Pestalozzi y Fröbel entre
los que destacaban José Gil Fourtoul, Rómulo
Gallegos, Pedro Emilio Coll, Rafael Villavicencio,
Felipe Guevara Rojas y otros. Pero en esemomento
no existían las condiciones políticas, económicas y
culturales para que este pensamiento sirviera para
reformar la educación.
Desde esta perspectiva, la educación ha estado
presente en alguna forma, en todas las civilizaciones,
en todos los contextos y tiempos época es a través
de la historia humana. Historia y educación se dan la
mano en el transitar del tiempo y dejan toda una
estela deideas que posibilitan el debate, la
controversia y toda una red de reflexiones, que
surgen del análisis en este caso de la visión
educativa del siglo XVIII, con el llamado Movimiento
Pedagógico La Ilustración, a partir de una serie de
autores, que destacan informaciones pertinentes
sobre el tiempo, espacio y condiciones sociopolíticas
de aquella época.
El presente trabajo presenta una serie depuntos
desarrollados, con el fin de hacerle llegar al lector su
contenido en forma clara.
.
CONCEPCIÓN DE CULTURA