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TRIBUNAL PERMANENTE DE ARBITRAJE INTERNACIONAL

FABIAN ANDRES HERRAN


LICETH GONZALEZ
VALENTINA FLORIAN ECHAVARRIA
ISABELLA ENRIQUEZ RENDON
KAREN TORRES CUASPUD
ALEJANDRA DIAZ
VALENTINA FLORIAN ECHAVARRIA
MARIA FERNANDA BENAVIDEZ
JUAN DAVID MEDINA
ALEJANDRA CASTILLO
LUIS EDUARDO CEDIEL

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI


SECCIONAL PALMIRA
2022
TABLA DE CONTENIDO
1. Introducción…………………………………………………………………..Pag.2
2. Glosario……………………………………………………………………….Pag.3
3. Tribunal Permanente De Arbitraje……………………………………...….Pag.4
4. Historia……………………………………………………………...……...…Pag.5
4.1. Preludios de la civilización jurídica…………………………………...Pag.5
4.2. En el Sistema Interamericano………………………………………...Pag.7
5. Estructura…………………………………………………………………….Pag.8
6. Audiencias…………………………………………………………………..Pag.12
7. Sede………………………………………………………………………….Pag.12
8. La CIJ Y La CPA……………………………………………………………Pag.12
9. El arbitraje……………………………………………………………………Pag13
9.1. La inserción del arbitraje en la legislación………………………….Pag.14
9.2. Características del arbitraje……………………………………...…..Pag.15
9.3. Forma del arbitraje…………………………………………………....Pag.16
10. Conclusiones………………………………………………………………..Pag.16
11. Bibliografia…………………………………………………………………..Pag.17
INTRODUCCIÓN
La expansión y globalización del comercio e inversiones transfronterizas han
potenciado las relaciones comerciales entre empresarios, inversores y Estados, las
cuales son hoy en día más complejas que nunca. La práctica de solucionar
controversias entre Estados por medio de arbitraje es antiquísima pues, en opinión
general, nace en Grecia seis siglos a. de C.
En la actualidad el arbitraje internacional sigue siendo, al igual que el arreglo judicial, un
medio de solución pacífica de los conflictos internacionales y en ambos procedimientos,
a diferencia de otros como los buenos oficios, la mediación, la investigación o la
conciliación, la solución la lleva a cabo un tribunal, o arbitral que pronuncia su laudo, o
judicial que emite su sentencia, y ello, en ambos casos, no puede conseguirse más que
por medio de un acuerdo entre los Estados en conflicto, esto es, sobre la base
exclusiva y estricta de una sumisión voluntaria al órgano juzgador al que ellos deciden
acudir. En el fondo, pues, no existe diferencia alguna material entre el arbitraje y el
arreglo judicial, pues las decisiones son obligatorias, pero sí en el orden formal y
orgánico ya que el tribunal arbitral presenta un carácter ocasional y se establece
mediante acuerdo entre los Estados litigantes, para el caso en cuestión, y después de
nacido el conflicto, en tanto que el tribunal judicial es preexistente a la discordia, está
constituido por tiempo indefinido, y no ha sido creado por los Estados litigantes.
Válidas todas las definiciones de “arbitraje internacional” formuladas por la doctrina,
puede recordarse, como noción teórica, la del ya clásico español Dalmáu y Olivart: “El
arbitraje internacional existe cuando dos o más naciones encargan libremente a un
tribunal, por ellas escogido y aceptado, la solución, con arreglo a derecho, de una
cuestión jurídica pendiente entre las mismas”.
Hablando ahora de la CPA (Corte Permanente de Arbitraje), se ha convertido en una
institución de arbitraje moderna y polifacética, que se encuentra perfectamente situada
para responder a las necesidades, en evolución, de la comunidad internacional en
materia de resolución de controversias.
GLOSARIO
Tribunal: Conjunto de personas autorizadas que se reúnen para juzgar algo, como un
examen o una oposición.
Arbitraje: Resolución o juicio de un árbitro en relación con algo.
Controversia: Un desacuerdo sobre un punto de derecho o de hecho, una
contradicción, una oposición de tesis jurídicas o de intereses entre dos personas
Mediación: Intervención de una persona u organismo en una discusión o en un
enfrentamiento entre dos partes para encontrar una solución.
Tratado: Documento en el que se recoge el acuerdo en materia política, económica,
social, etc., entre dos estados.
Convención: En derecho romano convención era sinónimo de convenio o de pacto:
duorum pluriumve in idem placitum consensus (cuando dos o más personas se ponen
de acuerdo acerca de un objeto determinado).
Indemnización: La indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y lucro
cesante, ya provenga de no haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido
imperfectamente, o de haberse retardado el cumplimiento
Edile curule: Surgieron durante la República romana, inicialmente para organizar
algunas celebraciones. Fue un cargo al que podían optar los patricios y los plebeyos,
nacido a imagen de los ediles plebeyos. Se encargaba, entre otras tareas, de la
organización de los juegos (ludi), de la vigilancia de pesos y medidas en los mercados,
y de resolver los pleitos menores relacionados con el comercio, siempre bajo la
supervisión del pretor urbano.
Sociedades primitivas: Sociedad nómada o seminómada que vive de la caza, pesca y
recolección. Ausencia total de propiedad privada y de sistema de clases sociales.
Ausencia de intercambio económico, comercio o trueque.
Derecho Internacional: Es el conjunto de normas jurídicas escritas y consuetudinarias
que rigen las relaciones entre los Estados, entre éstos y las organizaciones
internacionales y entre los ciudadanos de los diferentes Estados.
Sentencia Judicial: Es una resolución de carácter jurídico que expresa una decisión
definitiva sobre un proceso (que puede ser penal o civil). Es decir, la sentencia judicial
da por finalizado un litigio o pleito.
Contractualista: Los contractualistas llevan a cabo el supuesto de un estado de
naturaleza, previa a la fundación del estado y la vida en sociedad, sería una hipótesis
sobre cómo sería la vida humana al margen de la sociedad.
Cuasi judicial: que tiene un carácter parcialmente judicial al poseer el derecho a
celebrar audiencias y realizar investigaciones sobre reclamaciones en disputa y
presuntas infracciones de las normas y reglamentos y a tomar decisiones en la forma
general de los tribunales
Litis: Cualquier pleito, controversia o contienda judicial. Proceso. Contienda judicial.
Conflicto sometido a la decisión de los Tribunales.

El Tribunal Permanente de Arbitraje

También llamado Corte Permanente de Arbitraje (en inglés: Permanent Court of Arbitra-


tion), fue una organización jurisdiccional creada en 1899 por la Convención para la So-
lución Pacífica de los Conflictos Internacionales, firmada por veinticuatro estados. El Tri-
bunal tenía el objetivo de facilitar el arbitraje de los conflictos internacionales a través
de mediadores. Cada país miembro podía aportar al Tribunal un máximo de cuatro me-
diadores, que tenían un mandato de seis años, como la misma Convención contempla-
ba. Las naciones en conflicto podían acceder a la lista de mediadores para elegir un tri-
bunal que resolviera su problema. Permanente es permanente sólo en el sentido de que
existe una lista de la que se pueden elegir mediadores, el Tribunal nunca se reunía
como una entidad.
Antes de la I Guerra Mundial el Tribunal resolvió quince casos entre los que destacan:

 El arbitraje para el reparto de los caladeros del Atlántico norte entre Estados Unidos
y Gran Bretaña.
 El arbitraje de las reclamaciones preferenciales entre Gran Bretaña, Italia, Alemania
y Venezuela
 El arbitraje de los desertores de Casablanca.

Tras la I Guerra Mundial el Tribunal fue menos usado por las naciones por ser un medio
insatisfactorio para solucionar conflictos. No obstante, se comprendió que era necesario
un organismo internacional para que los Estados pudieran dirimir sus conflictos y evitar
la guerra. Así, en 1921 se creó el Tribunal Permanente de Justicia Internacional,
organismo integrado en el sistema de la Sociedad de Naciones, que a su vez fue el
antecedente del actual Tribunal Internacional de Justicia (llamado también Tribunal de
La Haya, Tribunal Mundial y Corte Internacional de Justicia) de las Naciones Unidas,
creado en 1945.
Historia
Nacida en 1899, la CPA fue producto de la primera Conferencia de la Paz de La Haya.
Es la más antigua institución dedicada a la resolución de controversias internacionales,
siendo uno de sus primeros casos en 1902, la controversia entre los EE. UU. y el Esta-
do Mexicano, por el llamado Fondo Piadoso de las Californias para la evangelización y
colonización de California.
El auto de establecimiento de la CPA se encuentra en los artículos 20 a 29 de la Con-
vención del 29 de julio de 1899 para la resolución pacífica de controversias internacio-
nales. En la segunda Conferencia de la Paz de La Haya, llevada a cabo el 18 de octu-
bre de 1907, se adoptó un segundo tratado, la Convención de 1907 para la resolución
pacífica de controversias internacionales. Este nuevo tratado revisó e intentó perfeccio-
nar la convención de 1899.
Tras un periodo de poca actividad entre 1946 y 1980, la CPA vio incrementada su im-
portancia y actividad en el contexto judicial, debido al rol específico que cumple la CPA
en todos los arbitrajes llevados a cabo bajo el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI
desde 1976. A inicios de los años 1980, la CPA ayudó en el trabajo del Tribunal de Re-
clamos Irán-EE. UU. y desde 1990, la CPA ha visto una explosión en el número de ca-
sos llevados a cabo bajo sus auspicios (Reporte anual de la CPA 2006)

Preludios de la civilización jurídica, preexistencia del arbitraje

El arbitraje tiene orígenes y precedentes históricos que se confunden con la historia del
Derecho y de la humanidad. La mitología griega y posteriormente la latina atribuye al
juicio de Paris la primerísima representación célebre y distinguida de forma de arbitraje
en la asignación de la manzana de oro a la diosa más bella del Olimpo. Durante el ma-
trimonio de Peleo y Tetis, futuros padres de Aquiles, Herís, la diosa de la discordia,
ofendida por no haber sido invitada, arrojó en la mesa del banquete una manzana de
oro con la inscripción "para la más bella". Las tres diosas que pretendieron hacerse a
ella fueron Hera, Atenea y Afrodita. Zeus, el dios de dioses, estableció que la decisión
de la más bella debía ser de competencia del hombre más bello, es decir Paris, el prín-
cipe de Troya. Hermes fue el encargado de acompañar a las tres diosas frente al joven
troyano, en donde cada una de ellas le prometió una recompensa a cambio de la con -
cesión de la manzana de oro. Atenea, gracias al don de la sabiduría, le hubiera otorga -
do la capacidad de modificar la realidad y la materia a su gusto, es decir, manipular las
leyes de la física. Hera, a su turno, lo hubiera convertido en el hombre más rico del
mundo, al punto que no serían suficientes todos los guardianes para custodiar el oro y
los metales preciosos de su propiedad; tan potente que con el mero gesto de su brazo
poblaciones enteras se someterían a él y tan glorioso que su nombre resonaría hasta
las estrellas. Afrodita, en cambio, hubiera apagado sus deseos pasionales y románticos
concediéndole la mujer más bella, Helena. Paris favoreció a la última, desencadenando
con ello la ira de las otras dos. La diosa del amor ayudó a Paris a conquistar y a arreba -
tar a Helena del lado de su esposo Menelao, rey de Esparta. Lo anterior desató la gue-
rra de Troya, razón por la cual la manzana de oro es conocida también como la manza -
na de la discordia.

Es evidente que Zeus, no obstante su infalibilidad y su legitimación para juzgar, se abs-


tuvo de pronunciar el veredicto sobre quién fuese la diosa más bella, encargando de
ello a Paris, en cuanto experto en términos de belleza, y seguramente para evitar la có-
lera y represalia de las dos diosas frustradas por la designación de la tercera. Histórica-
mente, la forma originaria de resolución de conflictos fue la justicia privada. Con el co-
rrer del tiempo, la humanidad, en el esfuerzo por superar la era salvaje hacia la civiliza -
ción y el progreso social, adoptó las primeras reglas de comportamiento, estableciendo
que distinguidos individuos con autoridad moral, como los sacerdotes, los ancianos o
los sabios, resolvieran las controversias entre ciudadanos: de esta manera se abando-
naba la época de la venganza personal y se introducía la dosificación de la pena, apli -
cándola proporcionalmente a la gravedad de la infracción, como enseña la Biblia en el
libro del Éxodo: "Si en una riña golpean a una mujer encinta, y la hacen abortar pero sin
poner en peligro su vida, se les impondrá la multa que el marido de la mujer exija y que
en justicia le corresponda. Si se pone en peligro la vida de la mujer, esta será la indem-
nización: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, que -
madura por quemadura, golpe por soplo, herida por herida".

En las sociedades primitivas las controversias se decidían mediante la fuerza, prevale-


ciendo el régimen de la venganza personal. En la evolución histórica, con la introduc-
ción del arbitraje se renuncia al derecho de justicia de propia mano, de replicar a la
injusticia con más injusticia, irrumpiendo en la remota civilización humana el esquema
según el cual las controversias deben someterse a una tercera persona, seleccionada
entre los sujetos más importantes de la comunidad, distinguidos por su virtud, honesti-
dad, dignidad y prudencia. Ofendido y agresor recurren entonces al tercero, designado
de común acuerdo con la finalidad de regular su disputa. El árbitro o conciliador, aun -
que no sea rey o jefe de tribu ni ostente ninguna potestad, interviene exclusivamente
por voluntad de las partes en conflicto y no puede imponer coercitivamente su fallo,
cuya fuerza es alimentada únicamente por el compromiso de los antagonistas; esto por
cuanto la pretensión de imponerlo de manera coactiva, sin el acuerdo de los interesa-
dos, no podría encontrar asidero para lograr su obediencia y cumplimiento5.
La composición de los conflictos por la vía del arbitraje, en lugar de mediante el recurso
al uso de la fuerza, no es ajena siquiera a la costumbre de los aborígenes. Después de
una larga evolución el arbitraje terminó sustituyéndose al uso de la fuerza. Surge de tal
forma la justicia arbitral, como necesidad del hombre en convivencia con sus similares,
proporcionando una respuesta apropiada para aquellas comunidades en las cuales la
fuerza y la prepotencia eran hasta ahora el único instrumento de justicia, que conocía
solamente el límite de aquel que la ejercía; se instala con ello un nuevo mecanismo de
arreglo de las contiendas que garantiza su solución equitativa. Con la evolución de las
costumbres y las prácticas, se convierte en un imperativo comunitario la necesidad de
una justicia más humana, en la cual el conflicto sea sometido a la decisión final de una
tercera persona con experiencia y habilidad, y ello de conformidad con las diferentes
tradiciones milenarias.
Actualmente, los Bereberes o Amazigh7, habitantes autóctonos del Norte de África,
aplican el arbitraje primitivo como forma de dirimir los conflictos, de acuerdo con una ju-
risdicción especial ejercida por el sacerdote de la plaza de mercado8, cuya competen -
cia, similar a la potestad de la magistratura del ædile curule de la Roma republicana, se
concentraba en la resolución de conflictos entre comerciantes, y entre éstos y los ex-
tranjeros. El arbitraje es cronológicamente anterior a las formas estatales de administra-
ción de justicia. En efecto, la práctica de someter el conflicto a otra persona, aceptando
de manera anticipada y obligatoria la sentencia, es anterior a la existencia de la admi -
nistración judicial estatal; posteriormente, el perfeccionamiento de la organización de la
sociedad permitió el nacimiento de la institución judicial, entendida como la instancia
encargada de la actividad esencial de impartir justicia mediante un sistema permanente
de origen público, como es conocida en la actualidad. Ahora bien, aunque el Estado
moderno, desde sus orígenes embrionales de los siglos XV y XVI, avoca la función judi -
cial, no suplanta el arbitraje, que de esta manera permanece vigente a lo largo del tiem-
po y se encuentra en plena actuación en los sistemas jurídicos actuales, en considera-
ción a la calidad de la institución jurídica, siendo que en algunos casos es el único me -
canismo que permite dirimir los conflictos jurídicos de manera expedita y satisfactoria
para las partes, como ocurre en el campo de los agentes de comercio internacional.
Desde tiempos prehistóricos la comunidad judeocristiana advirtió la necesidad de recu-
rrir, aunque fuese de forma primitiva, al arbitraje; según palabras de Jacob a Labán, en
el libro del Génesis10:

"Somete tus denuncias al juicio de tus hermanos, para que decidan entre tú y yo".

La religión judía forjó el arbitraje para obtener un trato diferente durante su traumática y
difícil historia, pues desde la Constitución del emperador romano de Oriente, Arcadio,
hasta la Revolución Francesa, se aceptó la potestad del pueblo judío de mantener su
propia jurisdicción en las controversias religiosas y también comerciales.
En el Sistema Interamericano
América Latina ha sido una región pionera en el desarrollo del Principio de la Solución
Pacífica de las Controversias Internacionales, así tenemos que en el Primer Congreso
Panamericano reunido a instancias de Simón Bolívar en Panamá en 1826 se llegó a la
firma del Tratado de Unión, Liga y Confederación perpetua de 15 de julio de 1826 que
establecía la solución pacífica de las controversias entre los Estados Americanos y en
su artículo 16 disponía que: “Las partes contratantes se obligan y comprometen
solemnemente, a transigir amigablemente entre sí, todas las diferencias que en el día
existen o puedan existir entre algunas de ellas….”. El arbitraje y la mediación, fueron
mencionados en el Tratado de Lima de 1848, como mecanismos de arreglo pacífico
para prevenir y resolver las controversias, el que en su artículo 9, establecería que: “
Las Repúblicas Confederadas, con el fin de que se conserve entre ellas inalterable la
paz, adoptando el principio que aconsejan el derecho natural y la civilización del siglo,
establecen que cualesquiera cuestiones o diferencias que entre ellas se susciten, se
arreglen siempre por vías pacíficas…”. El Tratado de Lima de 1865 fue el primero en
considerar la posibilidad del arbitraje obligatorio en caso de fracasar los otros medios de
solución pacífica, posición que fue reiterada en el Protocolo de Caracas de 1883.

En la Primera Conferencia Internacional Americana celebrada en Washington D.C. en


1890, se emitieron resoluciones que reconocían al arbitraje como institución del
derecho internacional americano, el cual tenía un carácter obligatorio, y así el artículo
primero del Tratado de Arbitraje que fue adoptado, expresaba: “Las Repúblicas del
Norte, Centro y Sud América adoptan el Arbitraje como Principio de Derecho
Internacional Americano para la solución de las diferencias, disputas o contiendas entre
dos o más de ellas”.

En la Segunda Conferencia Internacional Americana que tuvo lugar en México de 1901


a 1902, se firmó un Tratado General de Arbitraje Obligatorio y se suscribió un Protocolo
por el cual se adhería a la Conferencia de La Paz de La Haya de 1899.
En la Tercera Conferencia Internacional Americana celebrada en Río de Janeiro en
1906, se crea la Comisión de Jurisconsultos de las Américas antecedente del Comité
Jurídico Interamericano, encargado de la codificación y del desarrollo progresivo del
derecho internacional.
Estructura
La CPA no es un “tribunal” en el sentido formal de la palabra. Es más bien, descrita
como una estructura diseñada para apoyar a las operaciones de arbitrajes,
conciliaciones, o comisiones de investigación en controversias entre Estados, entidades
estatales, partes privadas, y organismos internacionales. Los tribunales para cualquier
procedimiento bajo los auspicios de la CPA son constituidos independientes (ad hoc)
para cada caso. El organismo consiste en una Oficina Internacional que actúa como
registro para los casos, un Consejo de Administración compuesto de representantes
diplomáticos de los países miembros, y de una lista de árbitros potenciales de la cual
pueden escoger las partes. Esta lista es opcional. Las partes están libres a escoger a
árbitros cuyos nombres no se encuentran en la lista de la CPA.
Los Estados pueden atribuir competencia a un Tribunal Arbitral por alguno de los
siguientes medios: el compromiso arbitral, la cláusula compromisoria, o por un tratado
general de arbitraje o de solución pacífica de controversias.
El compromiso arbitral, es un acuerdo especial entre Estados por medio del cual
someten una controversia existente entre ellos a la decisión de un Tribunal Arbitral, en
el designan la composición del Tribunal, las reglas de procedimiento y el derecho
aplicable. La cláusula compromisoria, es aquella en virtud de la cual los Estados
contratantes se obligan a someter a arbitraje las controversias que pudieran surgir entre
ellos con respecto de la interpretación y aplicación del Tratado. El Tratado General de
Arbitraje o de Solución Pacífica de las Controversias, es aquel por el cual dos o más
Estados pueden convenir someter al arbitraje todas las controversias o determinada
categoría de controversias que surjan entre ellos y que no puedan resolverse por
negociaciones directas.
El arreglo judicial, consiste en la solución de controversias por medio de una sentencia
obligatoria pronunciada por un Tribunal Permanente dotado de una estructura legal
orgánica, es decir, una Corte permanente preestablecida que funciona de acuerdo con
su propio estatuto o tratado constitutivo.
La Corte está constituida por un cuerpo de magistrados independientes, elegidos sin
tomar en cuenta su nacionalidad, de entre personas que gozan de alta consideración
moral y que reúnen las condiciones requeridas para el ejercicio de las más altas
funciones judiciales en sus respectivos países o que son jurisconsultos de reconocida
competencia en materia de derecho internacional. Se compone de 15 jueces, de los
cuales no puede haber dos que sean nacionales de un mismo Estado, ejercen su
cargos por nueve años y pueden ser reelegidos. La Corte tiene su sede La Haya,
Países Bajos. Los jueces de la Corte son independientes de sus gobiernos en el
ejercicio de sus funciones, son inamovibles (salvo decisión unánime del Tribunal) y no
pueden desempeñar función política o administrativa alguna. Los idiomas oficiales de la
Cortes son: el inglés y el francés, pero la Corte puede autorizar el uso de otro idioma.
Pueden nombrarse jueces Ad Hoc designados por las Partes que participan en términos
de completa igualdad con los demás Magistrados. El Tribunal elige su Presidente y
Vicepresidente, por tres años y nombra su Secretario. Normalmente la Corte funciona
en pleno (15 jueces), el quórum se establece con 9 jueces, pero el Estatuto permite que
la Corte pueda funcionar en Salas con menos miembros, estas Salas pueden ser de
“procedimiento sumario” se establece cada año para facilitar el pronto despacho de los
asuntos. La “Sala de Asuntos Especiales”, que puede ser establecida para conocer
determinadas categorías de litigios, como los litigios del trabajo y los relativos a las
comunicaciones y al tránsito. Y las “Salas Ad Hoc”, a petición de las Partes en un
asunto determinado para conocer de él. Se considera dictada por la Corte la Sentencia
pronunciada por cualquiera de estas Salas. De conformidad al artículo 34 de su
Estatuto, solo los Estados podrán ser Partes en casos ante la Corte.
La competencia o jurisdicción de la Corte puede ser: contenciosa y consultiva. La
competencia es contenciosa cuando la Corte por medio de su autoridad o poder
administra justicia, pronunciado de esta manera una decisión obligatoria sobre el fondo
de una controversia que le ha sido sometida, para que pueda decidir sobre una
determinada controversia es necesario que los Estados que son partes le hayan
conferido competencia o jurisdicción para ello. La competencia contenciosa de la Corte
está reglamentada en el artículo 36 de su Estatuto. En esta disposición se indica las
formas en los que los Estados pueden manifestar su consentimiento para conferir
competencia a la Corte. Estas formas son: El compromiso, el tratado o convención y la
cláusula opcional. El compromiso, es un acuerdo especial entre dos o más Estados por
medio del cual someten una controversia ya surgida a la Corte Internacional de Justicia,
constituye un verdadero tratado y debe ser notificado al Secretario de la Corte. El
tratado o convención, es cuando en un tratado sobre solución pacífica de controversias,
los Estados contratantes convienen en que todas las controversias o determinada
categorías de controversias que surjan entre ellos deberán ser sometidas a la Corte
Internacional de Justicia, o cuando se den controversias que surjan con motivo de la
interpretación o aplicación de dicho tratado.
El procedimiento ante la Corte tiene dos fases: una escrita y una oral. La fase escrita
comprende la comunicación a la Corte y a las Partes de memoria, contramemorias,
réplicas y en caso necesario dúplicas, así como de todos clase de documentos en
apoyo a las mismas. La fase oral comprende la intervención de agentes, abogados,
consejeros, testigos y peritos, en audiencias que por regla general son públicas. Todas
las decisiones de la Corte se adoptan, tras un proceso de deliberación, por mayoría de
votos de los magistrados presentes. En caso de empate, decide el voto del Presidente.
La sentencia es obligatoria, definitiva e inapelable, la fuerza obligatoria de la sentencia
se limita a las partes en litigio y al caso que ha sido decidido. Respecto de la sentencia
únicamente proceden dos recursos: el de interpretación o aclaración y el de revisión.
El de interpretación o aclaración, procede en caso de desacuerdo sobre el sentido y
alcance de la Sentencia, cualquiera de las partes puede solicitar su interpretación a la
Corte
El de revisión podrá interponerse cuando la solicitud se funde en el descubrimiento de
un hecho decisivo y nuevo, que al pronunciarse la Sentencia era desconocido por la
Corte y por la Parte que solicita la revisión, siempre que su desconocimiento no se deba
a negligencia. La solicitud de revisión debe formularse dentro de seis meses después
de descubierto el hecho nuevo

La competencia consultiva, según el artículo 96 de la Carta de las Naciones Unidas, la


Corte puede emitir opiniones consultivas respecto de cualquier cuestión jurídica, a
solicitud de la Asamblea General o del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La opinión consultiva, a diferencia de una sentencia de la Corte, no decide con fuerza
obligatoria, un caso contencioso entre partes, solamente da respuesta a una pregunta
de carácter jurídico y esta respuesta no es vinculante.

Audiencias
Las audiencias en estos casos son por la mayor parte confidenciales y las decisiones
también pueden ser confidenciales (si lo piden las partes), aunque información oficial-
mente pública sobre casos recientes de la CPA se puede encontrar sobre el sitio web
de la CPA.1
Así mismo, si la sumisión de un caso a la CPA requiere el consentimiento de las partes
el laudo arbitral es obligatorio, aun contra un Estado u organismo internacional.
Los dos idiomas oficiales de la CPA son el francés e inglés, pero los casos pueden pro -
ceder en cualquier idioma acordado por las partes.}

Sede
La sede de la CPA se encuentra en el Palacio de la Paz en La Haya. Ésta fue construi-
da especialmente para la CPA de fondos donados por el filántropo americano Andrew
Carnegie. La CPA se estableció en el Palacio de Paz cuando ésta se completó en 1913.
Desde el 1922 hasta 1946, el Palacio de Paz acogió también a la Corte Permanente de
Justicia Internacional. En 1946, este fue reemplazado por la Corte Internacional de Jus-
ticia (CIJ), principal órgano judicial de las Naciones Unidas.
El Portal judicial de La Haya se dedica a la difusión de información relativa a los orga-
nismos judiciales internacionales en La Haya. Un proyecto del Portal junto con la CPA
ha sido de digitalizar decisiones históricas de la CPA.

LA CIJ Y CPA
La CPA es la institución arbitral más antigua del mundo y, además, mantiene su plena
vigencia. Su jurisdicción es extraordinariamente amplia y se extiende a cualquier litigio o
solamente a litigios de una categoría determinada.14 No es un tribunal, sino un meca-
nismo de solución de disputas mediante árbitros designados en cada caso, conforme a
un procedimiento que administra su Secretaría Internacional. Fue la antecesora de la
Corte Permanente de Justicia Internacional, de 1919, y tuvo especial importancia duran-
te sus primeros años. 13 Véase Rosenne, comp. (2001). 14 Artículo 39 de la Conven -
ción de 1907. 15 www.pca-cpa.org Su actividad fue revigorizada, a partir de 1981, al ser
designada por los Estados Unidos e Irán para resolver sus múltiples disputas. A partir
de esa fecha y hasta enero del 2001, los tribunales así formados han dictado 680 lau-
dos arbitrales y establecido importantes precedentes sobre contratos internacionales y
compensación de expropiaciones, que entre otros15 han involucrado a países latinoa-
mericanos.16 Uno de los más célebres, y lamentables, legitimó el bloqueo de los puer-
tos de Venezuela por tres países europeos para obtener el pago de sus créditos con los
ingresos aduaneros de ese país. Este laudo produjo, como reacción, la doctrina Drago
ya mencionada y desprestigió el arbitraje internacional en América Latina.
La CIJ es bastante más conocida a nivel mundial que la CPA aunque esta última sea
mucho más antigua. Parte de la explicación por esta falta de reconocimiento público ha -
cia la CPA se debe a la confidencialidad de la mayoría de sus casos y un periodo de
poca actividad entre 1946 y 1990.

El arbitraje.
Concepto de arbitraje según autores
Rodrigo Borja en su obra “Enciclopedia de la Política”, considera que el arbitraje es
“Uno de los medios de resolución de conflictos entre las personas y entre los Estados,
el que puede referirse al marco jurídico interno o a la legislación en el marco internacio-
nal”. (Borja, 2014, pág. 98).
Juan Esteban Mansilla Berrios7 en su artículo “arbitraje” define a este concepto como:
Aquella forma privada de resolver controversias, alternativa al poder judicial, a través de
la decisión decisiva de un tercero, denominado árbitro, escogido por las partes, que tie-
ne igual valor que una sentencia judicial en firme. El arbitraje se diferencia de otros me-
dios alternativos para la solución de conflictos como la negociación, la conciliación y la
mediación. (Mansilla, 2016, pág. 22) Entonces el arbitraje es un medio a través del cual
las partes en controversia se someten a un tribunal especializado para solucionarla,
para posteriormente aceptar y cumplir la decisión arbitral dispuesta en la resolución o
en el laudo, considerándola como solución definitiva. Es de agregar que a esta alternati -
va es considerada cuasi judicial, aunque en ocasiones se asimila a un procedimiento de
características judiciales. Borja, R. (2014), Enciclopedia de la Política 7 Mansilla, J.
(2016).
El arbitraje. Roque J. Caivano , abogado de la Universidad de Buenos Aires, miembro
de la comisión de Anteproyectos de la Ley de Argentina (1198-2001), en su obra “La
Cláusula Arbitral. Notas sobre la cláusula compromisoria y sus efectos en la legislación
ecuatoriana”, define al arbitraje como: Método de resolución de conflictos cuya caracte-
rística fundamental es que las controversias son resueltas por un tercero imparcial, que
no es un magistrado judicial, a través de procedimientos diferentes de los que estable-
cen los códigos procesales, pudiendo inclusive omitirse la aplicación de las normas de
derecho positivo (Caivano, 2011, pág. 26) De lo anterior se deduce que el arbitraje de
por sí nace del consentimiento de las partes, en el que influye la libertad individual y la
voluntad y puede resolver no solo controversias existentes, sino también futuras.

La inserción del arbitraje en la legislación


El sistema de arbitraje está vinculado con las diversas reglas y limitaciones que cada
Estado establece, de tal forma que Latinoamérica ha pasado por un proceso de refor-
mas legales en lo que compete al arbitraje internacional, casi todos los países de la re-
gión, a excepción de Argentina y Uruguay que lo hicieron en 2018, han aprobado refor-
mas o promulgado nueva legislación en materia arbitral, basándose en principios prove-
nientes de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil (UNCITRAL).
Cortes Constitucionales latinoamericanas se han pronunciado en razón de delimitar el
alcance constitucional por parte de los Estados en procesos arbitrales, especialmente
en casos de laudos emitidos por los Tribunales Arbitrales, con el propósito no solamen-
te de garantizar derechos fundamentales, sino también en procura de la autonomía de
la institución arbitral. Para fundamentar lo anterior, se refiere a la Ley de Arbitraje y Me-
diación ecuatoriana (2006), la que en su artículo 30 establece que los laudos arbitrales
son inapelables; pero la Constitución de la República en su artículo 94 prevé que un
agraviado puede presentar ante la Corte Constitucional una acción extraordinaria de
protección en contra de sentencias o autos definitivos en los que se haya vulnerado de-
rechos fundamentales. Por otra parte, la Corte Constitucional considera que la actua-
ción de los árbitros se encuentra sometida a su control y decisión final, para lo cual ha
creado los diversos mecanismos, para que quienes se sientan afectados recurran en
arras de alcanzar el cumplimiento de sus derechos.

En cuanto a la suscripción de convenciones internacionales en materia de arbitraje, los


países de Latinoamérica han firmado la Convención sobre el reconocimiento y ejecu-
ción de las sentencias arbitrales extrajeras celebrada en Nueva York, a la que se le de -
nominó Convención de Nueva York10 (1958), además de la Convención Interamericana
sobre Arbitraje Internacional, llamada Convención de Panamá11 (1975), las que permi -
tieron a estos Estados contar con una solución expedita para reconocer acuerdos o
convenios arbitrales y a su vez reconocer y ejecutar los laudos arbitrales, de acuerdo a
estándares internacionales, lo cual beneficia tanto al arbitraje, como también a la volun-
tad de las partes.

La Naturaleza del arbitraje La Naturaleza del arbitraje es controversial, por lo que no se


lo puede situar dentro de la división del derecho positivo, ya sea público o privado; es
decir su naturaleza atiende a diversas teorías, una de ellas es la privatista o contractua -
lista, equipara al arbitraje como un contrato privado, como una manifestación de la so-
beranía y poder de disposición de las partes sobre sus relaciones jurídicas; la otra es la
jurisdiccional o procesal que se fundamenta en el carácter del árbitro, como el que hace
las veces de juez o máxima autoridad decisoria, puesto que es de quien se asimila al
laudo con el mismo efecto jurídico de una sentencia, lo cual constituye un principio que
es asimilado universalmente.

En el arbitraje, la jurisdiccionalidad es ejercida por los árbitros de manera temporal y ex -


cepcional, debido a que se trata de un procedimiento que soluciona una controversia, a
diferencia de un juicio que es generado por una litis; sino de una controversia, por lo
cual debe tenerse muy en cuenta esta diferencia; caso contrario podría dar lugar a una
posición errónea de interpretación. En tercer lugar, la naturaleza el arbitraje deviene de
un negocio de derecho privado, proveniente de la voluntad de particulares, la que es so -
metida a limitaciones y sujeciones, ante el auxilio que el poder judicial pueda prestar.

El arbitraje como institución jurídica debe su existencia a su propia ley, otorgando a los
árbitros la potestad necesaria para que ejerzan la función de dictar laudos, con fuerza
de sentencia, con la misma categoría de tribunales que, aunque no dispongan caracte-
rística de permanencia, ello no le quita ni tampoco altera la naturaleza de sus funciones
asignadas. De esta manera, el arbitraje por ley está dotado de una jurisdicción extraor-
dinaria, en la que el Estado admite a la par de la jurisdicción ordinaria la resolución de
controversias.

Características del arbitraje


El arbitraje se caracteriza por:
a) Institución jurídica que permite resolver conflictos bien sea individuales, colectivos,
jurídicos o de intereses;
b) Por acuerdo entre las partes, interviene un tercero, imponiéndose su decisión;
c) Las partes se adhieren al resultado de la actuación del árbitro, es decir al laudo
arbitral;
d) Es un contrato bilateral, el que genera derechos y obligaciones para cada una de las
partes que intervienen;
e) Es un contrato oneroso, debido a que genera beneficios y gravámenes recíprocos;
f) Es conmutativo por lo que sus prestaciones son ciertas y conocidas para cada una
de las partes a partir del momento que se celebra el contrato.
g) Es consensual en oposición a real, en razón que para perfeccionarse no requiere
cosa alguna; y, 15.
h) Es accesorio, puesto que se celebra con el objetivo de que las partes involucradas
en la controversia, o las que estén de acuerdo en que a futuro podría ocurrir, se
someten a la decisión del árbitro; pero no sin antes tener en cuenta que el
inconveniente puede haber surgido o podrá surgir a consecuencia de incumplimiento de
algunas de las cláusulas establecidas en un contrato previamente celebrado entre las
partes.

Forma del arbitraje


El arbitraje requiere de una escritura bien sea pública, privada o ante el juez, sin que en
ello interfiera la cuantía de que trata, en la que debe aparecer de manera clara la
cuestión a la que se sujetan las partes, la falta de este requisito ocasiona nulidad de
pleno derecho; de igual manera debe constar el nombre del árbitro, la falta de
nombramiento implica que se reservan el derecho de hacerlo con intervención judicial.
CONCLUSIONES
La corte permanente de arbitraje es una estructura diseñada para apoyar a las
operaciones de arbitrajes, conciliaciones, o comisiones de investigación en
controversias entre Estados, entidades estatales, partes privadas, y organismos
internacionales. No es un tribunal como tal.
Resumiendo lo planteado en este trabajo, la corte permanente de arbitraje presenta 5
servicios en total, el primero consiste en prestar apoyo administrativo en arbitrajes
internacionales que involucren a varias combinaciones de estados, entidades
controladas por estados, organizaciones internacionales y partes privadas.
En segundo lugar, puede recurrirse al Secretario General de la CPA para que actúe
como autoridad nominadora, o para que designe a otra autoridad nominadora, para el
nombramiento de árbitros en virtud de las reglas de procedimiento de la CPA, el
reglamento de arbitraje de la CNUDMI u otras reglas de procedimiento.
Tercero, las funciones de la CPA no están limitadas al arbitraje y también incluyen
proveer apoyo a las formas de solución pacífica de controversias internacionales,
incluyendo mediación, conciliación y otras formas de solución alternativa de
controversias (o “ADR” por sus siglas en inglés)
En cuarto lugar, la CPA se encuentra disponible para proporcionar apoyo administrativo
a comisiones de investigación para la determinación de hechos que involucren a varias
combinaciones de Estados, entidades estatales, organizaciones internacionales y
actores privados.
Por último, la CPA pone sus instalaciones a disposición, y por petición, de tribunales
establecidos conforme a los reglamentos de ciertas instituciones de arbitraje
internacional o en virtud de reglas acordadas ad hoc.
En todo caso, el acceso a uno de los principales mecanismos de solución de
controversias analizado y descrito en este trabajo conlleva importantes
responsabilidades para los gobiernos y empresas latinoamericanos. Porque exige
mantener un conocimiento actualizado y permanente de las resoluciones y
procedimientos de los órganos internacionales respectivos y capacitar profesionales
que puedan participar en los casos que se generen, evitando así el alto costo de las
asesorías extranjeras.
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