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El arquero real
C olección P oesía
2016
Díaz, Marcelo
El arquero real / Marcelo Díaz. - 1a ed . - Córdoba : Borde Perdido
Editora, 2016.
44 p. ; 21 x 14 cm.
ISBN
Ficha Técnica
Borde Perdido Editora
Contactos:
bordeperdidoeditora@gmail.com
Facebook: Borde Perdido Editora
bordeperdidoeditora.wordpress.com
9
Las estrellas caen
lo escrito en el cielo se deshace
con la misma facilidad
con que derramo
agua sobre el piso.
Los árboles entonan
una canción de los
mientras recordamos
el corazón roto de la casa,
cuando la voz del dragón
era la tormenta y la lluvia.
Y el auto de papá
se elevaba como
una bengala
en la noche de año nuevo.
10
El viento hizo su propia ciudad
en una morada imposible
del mismo modo
que el delta hizo de sí
un punto luminoso
en el mapa de las aguas.
Un espejo que refleja
la pobreza en la pobreza
la crónica acerca
de la suciedad de los objetos
en los ojos vidriosos del dragón
quien explica
entre adivinanzas y horóscopos
la familia es un templo terrible
para un hombre
que habita la ausencia.
11
Mamá dragón.
Mamá corazón de Samurái.
Mamá y el Tao.
Mamá y su arco
y su morral de flechas.
Mamá, el rayo
imantado de sentidos
colisionando
con millones
de partículas
de materia oscura.
12
Hubo un tiempo
en el que había que ayudarle
a sobrellevar las pesadas hojas
que nacían en su espalda
encender las lámparas silvestres
y apagar temprano la radio.
Como captain Kirk quería llegar
hasta donde ningún poeta
había llegado. No sabíamos
de los reclamos de los árboles
como de los reclamos de la muerte.
13
Pastillas y cajas de fósforos
dibujan la pregunta
«por qué la aceleración
es imperceptible flotando
por las paredes»
Desde la terraza estudio
los autos que cruzan
el portal para completar
el modelo teórico
todo es el nombre
que recibe la nada.
14
Mamá discutió con los antepasados
y se arrojó a la pileta
con la precisión de un clavadista.
Papá, en cambio, era
un punto tridimensional
multiplicado en la oscuridad.
El perro ladraba
la luz aún lo reclama
como a una casualidad
del desencanto.
15
La máquina celestial
Como un vector de luz
el De Lorean
diagrama discos abiertos
en la longitud de la sombra.
No la mínima acción
la menor curvatura.
Sino los efectos de la polaridad
en la exploración del eje temporal.
La fotografía relativa
a cómo perdimos la referencia
el impulso métrico
la vida en común.
Una vez descansados
la máquina celestial continúa
como si todo el porvenir
se concentrara
en una ruta de nubes.
19
Mi padre sentado es un golem
cuando mueres –explica–
acabas inclinado
como un grano de sal.
Por el espacio de las piedras
diseminadas
asoman palmeras artificiales.
También los monstruos
precisan de nosotros
para existir.
20
Al igual que las gárgolas en su trayectoria
por el vacío descubrimos
que los cálculos eran incorrectos.
A falta de equilibrio
nos dirigimos hacia el desastre.
No le pregunté al astrólogo
por los ojos del dragón;
oh, pequeño dios desplegado
en la alfombra amarilla
desenfunda tus cazadores
con sus maquinarias nocturnas
convierte los enunciados
en una lengua de fuego
enciende los árboles de la experiencia
como el manto de un meteorito
que avanza imperturbable
sobre los acontecimientos.
21
Los brazos elevados
para olvidar la conversión
en minerales extraños
despojados de sentimiento.
¿Y si como una lanza
descendemos
hasta el núcleo de la tierra
para confirmar
la herida del relámpago
de nuestros padres?
La prueba es la combinatoria
del tránsito de los incendios
hacia la última de las especies.
El calor nos revela
ninguna superficie
puede amortiguar el peso
de los cuerpos
a semejantes alturas.
22
La casa prefabricada
en la panza del dragón
el título de la propiedad
en los sueños de los okupas.
Cuándo olvidamos
la muerte tardía
de las cosas habitables.
La alegría estalla
en una película de ceniza
empañada por el ruido
que se manifiesta en el día.
Cada escama es una esquirla
un átomo incandescente
en el recuerdo borroso
de las estructuras terrestres.
Lento y cansado
cierro las ventanas.
23
Acaso desaparecimos como lobos marinos
en el instante en que desde un crucero
cientos de turistas gritaban
nuestros nombres y el capitán del barco
con un altoparlante
buscaba una familia perdida
en lo más profundo del océano congelado.
El desplazamiento del hielo
nos conduce a practicar
un destino a bordo
de los cuerpos celestes.
La nuestra es una casa
que ya no puede ser de nadie.
24
Al amparo de sus propias fuerzas
mi padre planea, archiva el pasado
de sensei en la figuración del aire;
resta un gigante erosionado
en el centro de un remolino
contrario a las estrellas.
Los días comprometen
los músculos de la felicidad.
Permanecer en el camino –digo yo–
con la brújula rota
señalando el cuadrante
donde nos extraviamos.
25
Jardín japonés
El dogo es una criatura de papel
moviéndose en la tarde.
El vecino pregunta por mi madre
y escribe el nombre con un origami
«de qué manera traducir
el ideograma cuando
la figura representada fija
una distancia tan grande como
la bocanada de un pez
entrando en contacto
con la atmósfera» Anochece
las repeticiones del silencio
arrasan con las hojas del jardín.
El ruido de los trenes
es un talismán
para protegernos del futuro.
29
Ensayo movimientos
como si esquivara balas de sal
en una escena de artes marciales.
Qué son miles de años
para un dragón
sobrevolando con su cola
el retroceso de la poca luz.
Una autobiografía
el sonido de la infancia.
Escribo así,
no hay interior cuando encendemos
las luces
de nuestro hogar.
30
Un cinturón de asteroides
llega hasta la cama de mamá
mientras descansa
con muñecos de nieve
atados a su espalda.
Parece que nos transformamos
en seres temerosos
al costado de un glacial
trabajado por capas geológicas
buscando resguardo
de los campos magnéticos.
31
Los personajes envejecen como papelitos
depositados en las uñas del dragón.
¿Puede un flechazo eléctrico
desviarnos de la voluntad
de los ejércitos de insectos
que por la madrugada
indican el lugar exacto de la pérdida ?
Apenas un movimiento del lenguaje
alcanza para comprometernos con la luz.
32
El hemisferio de la memoria
insiste en el ejercicio
de la gramática de la culpa
a no ser por la fuerza
que el olvido ejerce
en la recámara del más allá.
33
Las analogías despiertan
las transformaciones
constantes de la escritura
afectan el paisaje.
Qué acción nos trajo hasta aquí;
bajo la autopista
descansan los huesos de la familia.
La historia es un pájaro
proyectado en la piedra
esperando
el sable inmóvil del samurái.
34
El miedo nos ordena
en una sucesión finita
de luces invisibles
equivalentes a la duración
de un chispazo.
No el campo de batalla
sino la rodaja de luz
la ruina de los cielos.
Enclavado en la alocución
de la embestida
acumulada en las hojas
de la tormenta
tiemblo en su nombre.
35
Sobre el autor
37
-SOBRE BORDE PERDIDO EDITORA-
38
p.s.
39
Borde Perdido Editora
Títulos publicados
Colección Poesía
40
Colección Narrativa
Colección Dibujo
41
A Santiago, Raquel, Adriana, Sebastián, René, Gabriel y Cecilia por las
lecturas y relecturas.
Y al espíritu de samurái infinito de mi madre.
42
índice
Temporal......7
La máquina celestial......17
Jardín japonés......27
sobre el autor......37
43