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Judas

Título
Judas, que se traduce “Judá” en hebreo y “Judas” en griego, fue titulada de acuerdo al nombre de
su autor (v. 1), uno de los cuatro medio-hermanos de Cristo (Mt. 13:55; Mr. 6:3). Como el cuarto
libro más corto del NT (Flm., 2 Jn., y 3 Jn. son más cortos), Judas es la última de ocho epístolas
generales. Judas no cita el AT directamente, pero hay por lo menos nueve referencias obvias al
mismo. Contextualmente, este “sermón epistolar” podría ser llamado “Los hechos de los
apóstatas”.

Autor y fecha
Aunque Judas era un nombre común en Palestina (por lo menos ocho son nombrados en el NT),
el autor de Judas generalmente ha sido aceptado como Judas, el medio-hermano de Cristo. Se
debe diferenciar del apóstol Judas, el hermano de Jacobo (Lc. 6:16; Hch. 1:13). Varias líneas de
pensamiento llevan a esta conclusión: 1) la apelación de Judas a ser el “hermano de Jacobo”, el
líder del Concilio de Jerusalén (Hch. 15) y otro medio-hermano de Jesús (v. 1; cp. Gá 1:19); 2) la
salutación de Judas es similar a la de Santiago (cp. Stg. 1:1); y 3) el hecho de que Judas no se
identifica a sí mismo como apóstol (v. 10), sino que más bien se distingue entre sí mismo y los
apóstoles (v. 17).

La apostasía doctrinal y moral discutida por Judas (vv. 4–18) es un paralelo cercano de la de 2


Pedro (2:1—3:4), y se cree que la escritura de Pedro estableció la fecha de Judas por varias
razones: 1) 2 Pedro espera la venida de los falsos maestros (2 P. 2:1, 2; 3:3); mientras que Judas
lidia con su llegada (vv. 4, 11, 12, 17, 18); y 2) Judas cita directamente de 2 P. 3:3 y reconoce que
es de un apóstol (vv. 17, 18). Debido a que no se hizo mención alguna de la destrucción de
Jerusalén en el 70 d.C. por parte de Judas, aunque es muy probable que Judas vino después de 2
Pedro (ca. 68—70 d.C.), fue casi ciertamente escrita antes de la destrucción de Jerusalén. Aunque
Judas no viajó en viajes misioneros con otros hermanos y sus esposas (1 Co. 9:5), es muy probable
que escribió desde Jerusalén. La audiencia exacta de creyentes con quienes Judas mantuvo
correspondencia es desconocida, pero parece ser judía a la luz de las ilustraciones de Judas. Sin
duda alguna escribió a una región recientemente plagada por falsos maestros.

Aunque Judas había rechazado a Jesús como el Mesías en el pasado (Jn. 7:1–9), él, junto con
otros medio hermanos de nuestro Señor, se convirtió después de la resurrección de Cristo (Hch.
1:14). Debido a su relación con Jesús, su conocimiento como testigo ocular del Cristo resucitado y
el contenido de esta epístola, fue reconocida como inspirada y fue incluida en el canon muratorio
(170 d.C.). Las preguntas antiguas acerca de su canonicidad también tienden a apoyar que fue
escrita después de 2 Pedro. Si Pedro hubiera citado a Judas, no habría habido pregunta alguna
acerca de la canonicidad, debido a que Pedro entonces le habría dado a Judas afirmación
apostólica. Clemente de Roma (ca. 96 d.C.) y Clemente de Alejandría (ca. 200 d.C.) también
hicieron referencia a la autenticidad de Judas. Su tamaño diminuto y las citas de Judas de escritos
no inspirados, responden a cualquier pregunta no apropiada acerca de su canonicidad.
Contexto histórico
Judas vivió en un tiempo en el que el cristianismo estaba bajo ataque político severo por parte de
Roma y la infiltración espiritual agresiva por parte de apóstatas parecidos a gnósticos y libertinos
que sembraban la semilla para una cosecha gigantesca de error doctrinal. Podría ser que este fue
el precursor del gnosticismo abierto el cual el apóstol Juan confrontaría más de veinticinco años
más tarde en sus epístolas. A excepción de Juan, quien vivió al cierre del siglo, todos los demás
apóstoles habían sido martirizados, y se pensaba que el cristianismo fuera extremadamente
vulnerable. De esta manera, Judas llamó a la iglesia a pelear, en medio de una intensa batalla
espiritual, por la verdad.

Temas históricos y teológicos


Judas es el único libro del NT enfocado exclusivamente a confrontar la “apostasía”, lo cual quiere
decir deserción de la fe bíblica verdadera (vv. 3, 17). Los apóstatas son descritos en otros lugares
en 2 Tesalonicenses 2:10; Hebreos 10:29; 2 Pedro 2:1–22; 1 Juan 2:18–23. Él escribió para
condenar a los apóstatas y alentar a los creyentes a contender por la fe. Él llamó al discernimiento
por parte de la iglesia y a una defensa rigurosa de la verdad bíblica. Él siguió los ejemplos
antiguos de: 1) Cristo (Mt. 7:15 en adelante; 16:6–12; 24:1 en adelante; Ap. 2; 3); 2) Pablo (Hch.
20:29, 30; 1 Ti. 4:1; 2 Ti. 3:1–5; 4:3, 4); 3) Pedro (2 P. 2:1, 2; 3:3, 4); y 4) Juan (1 Jn. 4:1–6; 2 Jn. 6–11).

Judas está repleta de ilustraciones históricas del AT las cuales incluyen: 1) el Éxodo (v.  5); 2) la
rebelión de Satanás (v. 6); 3) Sodoma y Gomorra (v. 7); 4) la muerte de Moisés (v. 9); 5) Caín
(v. 11); 6) Balaam (v. 11); 7) Coré (v. 11); 8) Enoc (vv. 14, 15); y 9) Adán (v. 14).

Judas también describe de una manera vívida a los apóstatas en términos de su estado
espiritual y actividades inconcientes (vv. 4, 8, 10, 16, 18, 19). Además, tomó ilustraciones de la
naturaleza para ilustrar la futilidad de su enseñanza (vv. 12, 13). Mientras que Judas nunca
comentó acerca del contenido específico de su falsa enseñanza, fue suficiente demostrar que la
vida personal degenerada de cada uno de ellos y ministerio sin fruto mostraban sus intentos por
enseñar error como si fuera verdad. Este énfasis en el estado espiritual repite el tema constante
con respecto a los falsos maestros, su corrupción personal. Mientras que su enseñanza es
inteligente, sutil, engañosa, atractiva, y entregada en muchísimas formas, la manera común de
reconocerlos es ver detrás de sus frentes espirituales falsos y ver la vida impía de ellos (2 P.
2:10, 12, 18, 19).

Retos de interpretación
Debido a que no hay asuntos doctrinales discutidos, los retos de esta carta tienen que ver con
interpretación en el proceso normal de discernir el significado del texto. Judas no cita de fuentes
no canónicas, pseudopígrafas (esto es, el autor mismo no fue el que se nombró en su título). Tales
fuentes son el Libro de Enoc (v. 14) y la Asunción de Moisés (v. 9) para apoyar sus puntos. ¿Fue esto
aceptable? Debido a que Judas estaba escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo (2 Ti.
3:16; 2 P. 1:20, 21) e incluyó material que era preciso y verdadero en sus afirmaciones, él no hizo
algo diferente de Pablo (cp. Hch. 17:28; 1 Co. 15:33; Tit. 1:12).

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