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LOS VICIOS DE LA VOLUNTAD DEL ACTO JURIDICO

1. El Error
El error está equiparado con la ignorancia o falta de cualquier noción sobre un determinado
hecho. Pero el error opera como motivo y por ello se puede llamar error – motivo o error –
vicio y contribuye a determinar la voluntad.
El error como vicio de la voluntad está referido a la función cognoscitiva del sujeto o de la
persona de la relación jurídica civil, ya que se trata de la ausencia de conocimiento o de un
conocimiento equivocado. Por el primero tenemos la ignorancia y por el segundo el error.
Jurídicamente hablando la ignorancia se equipara al error.
El error como vicio de la voluntad es el desacuerdo inconsciente entre la voluntad íntima y la
voluntad manifestada o declarada.
En conclusión hay error cuando un sujeto de derecho o persona de una relación jurídica,
en forma espontánea sin que nadie lo induzca o coacte tiene un falso concepto, inexacto o
equivocado sobre una persona, cosa o del derecho, celebrando en dichas condiciones el
acto jurídico. Por ejemplo: Comprar un reloj creyendo que es de oro, cuando en realidad se
trata de un reloj enchapado o bañado de oro.
Características:
- Se trata de una divergencia inconsciente entre la voluntad real y la manifestación
o declaración de la voluntad.
- La divergencia es resultado de una ausencia de conocimiento o de un
conocimiento equivocado en la formación de la voluntad íntima del declarante.
- El declarante incurre en error espontáneamente por sí solo.

2. El Dolo
El dolo se trata de un error, pero constituido por el hecho de la otra parte. Es un hecho
provocado, un engaño, la víctima del dolo no solo se engaña sino que ha sido engañada. El
dolo consiste, en el artificio utilizado para engañar a una persona provocando en ella un
error o aprovechando el error en que ella misma se halla, a fin de inducirla a realizar un acto
jurídico en perjuicio de su persona y para obtener ventajas económicas, por tal razón es
contrario a las leyes de la honestidad.
En conclusión, el dolo es la argucia, el artificio, la maquinación, la artimaña utilizada por una
parte para inducir a la otra en error o aprovechando el error en que la mismo se halla para
celebrar en esas condiciones un acto jurídico, obteniendo de este modo ventajas
económicas, pues, de no haber mediado el error el otro sujeto de la relación jurídica civil no
habría realizado el acto jurídico o lo hubiera concertado en condiciones más favorables. Por
ejemplo: Si le venden a uno vinagre por vino.
3. La Intimidación
La intimidación es la amenaza de un mal que infundiendo temor en el ánimo de una persona
lo induce a realizar un acto jurídico que de otra manera no habría realizado.
Para que exista la intimidación es necesario que la amenaza sea grave e injusta. La
amenaza es grave cuando el mal es de tal índole que produce serio temor en una persona
sensata, esto es, en una persona que no es de ánimo heroico ni tampoco pusilánime, sino
dotada de una fortaleza común y ordinaria.
La intimidación influye sobre el proceso volitivo con la amenaza de un mal que infundiendo
temor hacer surgir un motivo que no debía operar. Sitúa a la voluntad ante una alternativa, lo
coloca en la necesidad de escoger entre la conclusión del acto jurídico y el riesgo de sufrir el
mal amenazado.
La intimidación afecta el discernimiento, a la libertad para decidir sin coacción alguna, en
ello se diferencia del error y del dolo que afectan la función intelectual o cognoscitiva.
3.1. Requisitos:
Para que la violencia moral produzca la anulabilidad del Acto Jurídico de conformidad con el
Art. 221° del C.C. Inc. 2º se necesita de los siguientes requisitos:
- Que la intimidación este fundada en un temor racional y cierto.
- El mal con el que se amenaza al sujeto de la relación jurídica civil debe ser inminente, o
sea, de próxima e inmediata ejecución.
- Para considerarse como vicio de voluntad debe necesariamente recaer el mal, con que
se amenaza, en la propia persona del declarante o en su cónyuge o en sus parientes con
sanguíneos hasta el cuarto grado (biznieto) o de afinidad hasta el segundo grado
(suegro, cuñado). Tratándose de otros sujetos o personas relacionados el intimidado,
como el caso de la novia, es el juez el que debe determinar la existencia de la
intimidación.
- El mal con que se amenaza puede también recaer en los bienes del declarante.

4. La Violencia
La violencia entendida como violencia propia también denominada absoluta o vis absoluta,
consiste en una fuerza irresistible, apabullante, incontenible e incontrolable, por lo cual
físicamente se doblega al sujeto de la relación jurídica civil de tal manera que en realidad se
elimina su voluntad poniéndolo fuera de sí, como por ejemplo: cuando se hipnotiza, se
embriaga, o se droga a una persona obligándolo a celebrar un acto jurídico, tal sería el caso
cuando se le conduce la mano por la fuerza para que firme y realice un acto jurídico.
El sujeto de derecho puede resistirse, pero la fuerza que se ejerce sobre él puede más. De
acuerdo a este concepto se llega a la conclusión que la violencia no constituye un vicio de la
voluntad tal como lo considera el ordenamiento jurídico nacional. En la violencia hay
ausencia de voluntad, por lo que, no se tiene manifestación de voluntad. Por lo tanto, no hay
voluntad viciada como en el error o en el dolo.
4.1. Requisitos
- Que, la violencia esté fundada en una coacción física que obliga a actuar al sujeto de
derecho fuera de sí sin conciencia de sus propios actos.
- Que, la violencia se genere no solo por los actos ejercidos por el otro sujeto de la
relación jurídica civil, sino también realizados por terceros que violentan la voluntad de
una de las partes.

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